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El tiEmpo sin un rEloj

En un rincón olvidado de la ciudad, donde las luces de neón apenas alcanzaban a titilar, se
alzaba una librería antigua. Un cliente habitual, Henry, descubrió un libro peculiar con un
título enigmático: "El Relojero del Tiempo". Al abrir sus páginas, Bernie se vio
transportado a una ciudad futurista donde los relojes eran la moneda de cambio.

Con cada tic-tac, la realidad se desdibujaba, revelando mundos ocultos y secretos


enterrados en el tejido del tiempo. Guiado por un anciano relojero, Bernie aprendió a tejer
segundos en momentos extraordinarios y minutos en experiencias inolvidables.

Pero el libro tenía reglas estrictas. No podía quedarse demasiado tiempo en un instante ni
saltar demasiado lejos en el futuro. La tentación de alterar su pasado lo atrapó, y el delicado
equilibrio del tiempo empezó a desmoronarse.

Desesperado por corregir sus errores, Bernie buscó al relojero, solo para descubrir que la
única manera de restaurar el orden era sacrificando su capacidad de viajar en el tiempo. A
medida que las manecillas avanzaban, Bernie tomó una decisión: vivir el presente,
aceptando las imperfecciones y apreciando cada tic-tac como un regalo único.

Sandra Guerrero Hernández 5Av


“Saaan de Mendoza”

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