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Republica Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental de Lara Martin Luther King
Barquisimeto Edo- Lara.

Análisis de la psicología del Discurso y La implementación de esta en los


Discursos de Adolf Hitler, Mein Kampf.

Hilary Arenas 28.113.825

Rixsabeth Suarez 30.105.968

Sección 1411

Barquisimeto- 16- Septiembre


“Desde tiempos inmemoriales, la fuerza que impulsó las grandes avalanchas
históricas de índole política y religiosa no fue jamás otra que la magia de la palabra
hablada. La gran masa cede ante todo al poder de la oratoria. Todos los grandes
Movimientos son reacciones populares, son erupciones volcánicas de pasiones humanas
y emociones afectivas aleccionadas, ora por la Diosa cruel de la Miseria, ora por la
antorcha de la palabra lanzada en el seno de las masas, pero jamás por el almíbar de
literatos esteticistas y héroes de salón”.

Adolf Hitler, Mein Kampf

El discurso es traído a la psicología social desde la lingüística y la


pragmática a partir del reconocimiento de la importancia del lenguaje en
la vida social. Su advenimiento significa no solo la incorporación de una
herramienta metodológica más en el amplio repertorio de métodos
cualitativos de la psicología social, sino también la introducción de una
perspectiva teórica que se funda en la noción de que “el lenguaje ordena
nuestras percepciones y hace que las cosas sucedan, mostrando cómo el
lenguaje puede ser usado para construir y crear la interacción social y
diversos mundos sociales” (Potter & Wetherell, 1987, p1.

En un sentido amplio, la noción de discurso es usada para tratar


todos los tipos de interacciones lingüísticas, sean habladas o en la forma
de textos escritos, de carácter formal e informal; de modo que el análisis
del discurso se constituiría entonces como el análisis de cualquier tipo de
material discursivo (Potter & Wetherell, 1987. El discurso construye
versiones sobre el mundo.

Según Potter y Wetherell (1987, la función implica la construcción de


versiones y esto está demostrado por la variación del lenguaje. La
construcción de los eventos de los que se da cuenta a través del lenguaje
siempre pasa por el uso de los recursos lingüísticos preexistentes en el
lenguaje mismo, y el uso de los recursos incluidos en el dar cuenta de
eventos siempre está determinado por un proceso de selección activa que
se lleva a cabo al momento de construir la versión a través del lenguaje.
A lo anterior es necesario agregar que la interacción social adquiere
como una de sus formas primordiales el dar cuenta de eventos,
concebidos como una realidad más allá de la misma interacción, por lo
que el habla cotidiana, en tanto orientada a dar cuenta de eventos, puede
ser concebida como una potente constructora de realidad, y esta cualidad
emerge no de una intención premeditada por la persona hablante, sino de
la necesidad de dar sentido a los fenómenos y al hecho de estar
sumergida en la actividad social cotidiana de construir versiones
coherentes como justificaciones (Billig, 1987; Potter L Wetherell, 1987.

Desde el análisis del discurso se concibe que las personas siempre


construyen a través del lenguaje versiones y eventos, modifican su
despliegue discursivo de acuerdo a los contextos en que este es
elaborado como consecuencia de la necesidad de desarrollar un amplio
rango de actividades en su habla, con el fin de lograr diversos efectos, o
una coherencia argumentativa en el dar cuenta son la categorización de
comportamientos, la medición de variables y los diversos intentos de
desarrollar modelos predictivos del comportamiento humano. Estas
perspectivas son criticadas, en tanto las categorías que usamos para
describir un objeto no son reflejo de sus cualidades intrínsecas y
predefinidas; al contrario, son estas categorías las que traen el objeto a
existencia, efectivamente son las categorías de análisis las que determinan
los resultados, y no a la inversa Los discursos varían, utilizándose
distintos repertorios interpretativos en cada situación, por tanto, el sujeto
varía, como una construcción de pendiente de estos repertorios
interpretativos, o discursos que constituyen a las prácticas sociales
cotidianas. Al respecto, Potter y Wetherell (1987, señalan que el
reconocimiento de la subjetividad, como parte de cada uno de los
distintos discursos que se entrecruzan en las prácticas lingüísticas
concretas, ayudaría a la emancipación de la necesidad de un modelo
rígido y estable, independiente de las circunstancias del “yo”.

En este sentido, “la lengua es una fuerza activa dentro de una sociedad,
un medio que tiene individuos y grupos para controlar a los demás o para
resistir a tal control, un medio para modificar la sociedad o para impedir
el cambio, un medio para afirmar o suprimir identidades culturales”. De
este modo se comprende que la historia social del lenguaje no puede
divorciarse de las cuestiones de poder, tesis que fundamenta nuestra
investigación, pues el lenguaje traducido en los discursos de Hitler, ayudó
a concientizar a las masas de acuerdo a las pretensiones personales del
partido y de él mismo.

Sus discursos eran muy largos. Podían durar hasta dos horas. Pero
era todo un espectáculo que mezclaba el análisis político nacional e
internacional con arengas al sentir nacional y la identidad como pueblo.
Hitler sabía cuando tocar lo sentimental en el sentido de elevar la
autoestima de quién escuchaba, esto generaba una atracción casi
sobrenatural. Los temas iban desde cómo los poderes internacionales del
dinero trataban de dominar Alemania y el mundo hasta cuestiones de
cultura e identidad nacional. Más allá de esto no hay uno de los que
vieron en persona sus discursos que no dijera que era algo increíble
presenciarlo y escucharlo.

Y la marca de su oratoria exitosa es que la sustancia de lo que


decía, cuando se la examinaba racionalmente, era claramente una tontería
para un observador objetivo. Pero Hitler era un genio en su habilidad para
hipnotizar con palabras y su entrega, con el fin de conseguir que la gente
racional e inteligente abandonara la razón y la lógica.

En otras palabras, Hitler dominó el truco básico de la demagogia: enfocar


su apelación en la emoción, en lugar de la lógica.

 Nadie hasta entonces había ejercido ese tipo de oratoria,


apasionada, fanática, casi propia de un poseído.
 Los nazis estudiaron muy bien la propaganda y cómo influir en la
psicología de masas, es decir, cómo manipular a la población por
medio de la ideología. Hitler conocía estas técnicas.
 El sentimiento de afrenta de los alemanes tras las sanciones
sufridas en el Tratado de Versalles. Cualquiera que ensalzara a
Alemania en aquel tiempo sería bienvenido, necesitaban a alguien
que les levantara la moral.
 La crisis económica en el país y la elección de una minoría como
chivo expiatorio, los judíos. Es más fácil culpar a otro que a sí
mismo. Pero en realidad los alemanes se metieron solos en su
desgracia al emprender la Primera Guerra Mundial, ningún judío los
animó a ello.
 Que te digan que formas parte de una raza y cultura superiores.
Es muy atractivo para los débiles de espíritu, y más aún cuando
se trata de una novedad y aún no se han percibido las mentiras
de ello.
 El que se presentara como combatiente del comunismo.

Los primeros discursos reflejaban una significativa carga de anti


marxismo y anti semitismo, influenciado por los postulados de
Rosenberg y Scheubner-Richter , como también de tendencias de
ciertas autoridades eclesiales tanto de la Iglesia Católica como
Protestante.

Sus discursos expresaban la convicción y seguridad de sus ideales,


lo cual, al combinarse con su trabajada puesta en escena, apelaba a
la tradición y la cultura alemana, logrando la hipnosis de las
audiencias que lo veían como un salvador. Una visión de líder que
dominaba “carismáticamente a las masas”, noción utilizada por Max
Weber, entendido a través de la influencia que produce este concepto
en un grupo de personas que depositan toda su fe en un caudillo
aclamado, permitiéndole legitimizar su hegemonía en el poder,
situación que se aprecia principalmente en condiciones de profundas
crisis del Estado7 . En este sentido, el carisma utilizado por Hitler
facilitó la conducción del pueblo alemán, debido a que se encontraba
en condiciones de profunda crisis social y económica.

Hitler, en “Mein Kampf” se refería a los judíos como “usureros,


acaparadores, estafadores y parásitos”, acusándolos de ser los
culpables de pretender la destrucción económica total de Alemania y
su completa esclavitud política. Violentos ataques que repetía
constantemente en sus discursos, característicos de una retórica
esperanzadora que alimentaba el ego del pueblo alemán, apelando al
convencimiento de una raza superior a la del resto del mundo. Dichos
que se enmarcan bajo una perspectiva racial-cultural y no como un
ente netamente religioso, pues desde la época de Cristo gran parte
del mundo ha observado al judío con una visión negativa, por lo
tanto, Hitler en este caso no fue la excepción. No obstante, la
pregunta que cabe hacerse en esta investigación tiene relación con:

¿Cuál fue el papel que jugó el lenguaje, reflejado en los discursos


políticos, para la conquista del poder del Partido Nacionalsocialista
alemán?

¿Cómo era el diseño discursivo empleado por Hitler?

En 1919 estaba encomendado en controlar a los grupos políticos


extremistas de Múnich, hecho que lo llevó a inmiscuirse en los bares
de la ciudad, lugar donde por primera vez descubrió su don en la
retórica al ver a los oyentes escucharlo atentamente mientras
pronunciaba cada palabra. Era totalmente impensable que un simple
cabo austríaco, ofendido por la derrota del Reich en la Primera Guerra
Mundial y convertido en confidente del departamento político del
ejército, se afiliara al Partido Obrero Alemán (DAP) tomando
rápidamente las riendas y elaborando un extenso programa político, en
el cual, lo fundamental iba dirigido hacia el racismo apoyado por un
pequeño núcleo de fieles. De este modo, se debe comprender que, a
través del discurso político empleado por el partido nazi, los alemanes
de esa época logran encontrarle un sentido a su existir y a sus vidas.
Es así como se demostrará que el discurso puede leerse
históricamente, es decir, que el lenguaje al construir una realidad tiene
historicidad, pues a través de ellos es posible modificar a las masas.
En este sentido, el análisis de discurso pone énfasis en la evolución
de las palabras y conceptos utilizados de manera reiterada a través
del paso de los años.

En conclusión, en gran medida logró convencer a tantos por la


novedad de sus métodos y de su ideología, además de encontrarse en
el momento histórico perfecto para que sus ideas pudieran cuajar.

Por último, la variación como característica del discurso emerge de


la observación del habla cotidiana y hace referencia a que el lenguaje
cambia constantemente de funciones, en relación a las transformaciones
de sus contextos. De modo que con el concepto de variación se quiere
proponer que el lenguaje puede ser usado con una gran variedad de
funciones y que su uso implica una amplia variedad de consecuencias; un
mismo fenómeno puede ser descrito de una gran variedad de maneras,
posibilitando dar cuenta de distintas versiones de un fenómeno.

Así, la perspectiva del análisis del discurso asume al lenguaje como


una entidad variable y relacionada a sus contextos, a diferencia de la
perspectiva más realista, representacioncita, del lenguaje tal como fue
asumido por el cognitivismo, que da mayor énfasis a la consistencia como
signo de validez.

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