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“SEÑOR, ME HAS MIRADO A

LOS OJOS… Y EN TU
MISERICORDIA, HAS DICHO MI
NOMBRE”

“Hemos sido pescados por el corazón de Dios… Él nos ha


pescado con el anzuelo de su sorprendente misericordia”
(Papa Francisco)

ORACIÓN INICIAL
Señor, nos ponemos en esta hora en tu presencia, te pedimos
que en este momento de oración, podamos abrir nuestra
mente, nuestro corazón y nuestros oídos, para que los frutos de
este encuentro sean abundantes, tú, que en tu misericordia nos
has mirado y nos has llamado a estar contigo, quédate con
nosotros en esta hora. Amén.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 5, 1-11:

Estando Jesús a la orilla del lago de Genesaret, la gente se


agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios. En esto vio
dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores
habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. Subió
entonces a una de las barcas, que era de Simón, y le rogó que
se alejara un poco de tierra. Se sentó y empezó a enseñar desde
la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a
Simón: “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.”
Simón le respondió: “Maestro, hemos estado bregando toda la
noche y no hemos pescado nada; pero, basta que tú lo dices,
echaré las redes.” Así lo hicieron, y pescaron tan gran cantidad
de peces que las redes amenazaban con romperse. Entonces
llamaron por señas a los compañeros de la otra barca para que
vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos
barcas que casi se hundían. Al verlo, Simón Pedro cayó a las
rodillas de Jesús, diciendo: “Aléjate de mí, Señor, que soy un
hombre pecador.” Y es que el asombro se había apoderado de
él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían
capturado. Y lo mismo les ocurrió a Santiago y a Juan, hijos de
Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón:
“No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.” Llevaron
a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron. Palabra del
Señor.

Reflexión del papa emérito Benedicto XVI:


Jesús acaba de comenzar la predicación del Reino de Dios,
cuando su mirada se dirige a los pescadores, dedicándose a su
trabajo cotidiano. Echan las redes, las reparan. Pero les espera
otra pesca. Jesús les llama con decisión y ellos le siguen con
prontitud: a partir de ahora serán “Pescadores de hombres”.
Lucas, muestra el camino de la fe de los primeros discípulos,
precisando que la invitación al seguimiento les llega después de
haber escuchado la primera predicación de Jesús, y después de
haber experimentado sus primeros signos prodigiosos. En
particular, la pesca milagrosa constituye el contexto inmediato y
ofrece, el símbolo de la misión de pescadores de hombres que
se les confió. El destino de estos “llamados”, a partir de ahora,
quedará íntimamente ligado al de Jesús. El apóstol es un
enviado, pero antes aún, es un “experto” de Jesús.

Canto: Pescador de hombres

Silencio para meditar.

¿Cómo está mi corazón en este momento?


¿Qué me dice el evangelio?
¿Qué tengo que cambiar para ser como Jesús?

Preces:

Oh Dios Omnipotente, que te has dignado quedarte en este


admirable Sacramento de amor, atiende benignamente las
súplicas que tus hijos confiadamente te presentamos:

“Jesús Sacramentado, escúchanos”.


1. Por la Iglesia, sus pastores y sus fieles laicos, para que
Dios en su infinita bondad les conceda perseverancia y
celo apostólico en su trabajo pastoral.

2. Por la paz del mundo entero, en especial por la paz de


Guatemala, para que a la luz de Cristo sepamos cultivar
en cada uno de nosotros la justicia, el perdón y el amor
que tanto necesitamos.

3. Por los que no creen, para que seducidos por la mirada


de Cristo, orienten su vida hacia él.

Dirijámonos confiadamente al Padre diciendo: Padre nuestro…

Canto: Te seguiré.

ORACIÓN FINAL

Señor Jesucristo, que te dignas permanecer con nosotros en tu


maravilloso sacramento hasta el final del mundo, para darle a tu
Padre, por la memoria de tu pasión, gloria eterna, y para darnos
a nosotros el pan de vida eterna concédenos te pedimos que
habiendo sido atrapados por la red de tu misericordia, seamos
capaces nosotros de atender a este llamado que nos invita a ser
pescadores de hombres desde las realidades que nuestros
pueblos viven, para ser luz y ejemplo de verdadera entrega te lo
pedimos por Jesucristo nuestro señor, Amén.

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