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ZUD

York Neudel

Las colinas dibujan curvas suaves en el cielo. No hay árboles, ni seres humanos. No se escucha nada.
Todo está blanco. Una fina nieve cubre la silenciosa estepa. El ojo busca en la infinidad del campo. La
cámara tiembla de manera sutil, pero mantiene estoicamente el encuadre y anticipa una
intranquilidad que subyace a estas imágenes aparentemente serenas. Pequeños puntos oscuros e
irreconocible aparecen, pero no nos dejan saber qué es.

La vista cambia con un violento y rabioso corte que nos acerca a un hombre con una chaqueta gruesa
y una gorra de lana. Su hálito revela un frío inhumano que se refleja en su rostro sin sentimientos
mientras sigue alzando objetos del piso. Sus ojos están vacíos y su respiración fuerte. Los pasos
crujen en la nieve helada y con determinación se mueve de un lado al otro, recogiendo y dejando
algo. El espectador solamente puede adivinar sobre el significado de su expresión facial hasta que
vemos lo que está cargando. ¿Es rabia en su rostro? ¿Tristeza? ¿Indiferencia? Esta vez, que la cámara
le sigue, cuando se agacha, nos revela de qué objetos se trata: son sus cabras muertas y tiesas del
frío. Una tras la otra. Cada vez más. Entendemos ahora su semblante: es resignación.

‘Zud’ es la palabra para los inviernos más severos en Mongolia que hacen sufrir a los animales que no
encuentran comida o mueren congelados debido a temperaturas de los cincuenta grados bajo cero.
Este fenómeno meteorológico es el enemigo más grande para Batsaikhan Khud y su familia que viven
de la venta de cachemir de sus cabras. Muchas han desaparecido o muerto por enfermedades y la
familia quedó terriblemente endeudada. En esta época llega, como una señal del destino y un
símbolo de esperanza, un caballo silvestre a la casa. Una vez domesticado puede ganar mucho dinero
en las tradicionales carreras hípicas. Padre e hijo tienen un nuevo proyecto: el entrenamiento para
las competencias, pero el conflicto nace cuando el uno solamente piensa en el beneficio, mientras el
otro se enamora de la criatura.

Zud es una película de extraña belleza, lentitud y poesía que teje la lucha de supervivencia en el
invierno mongol metafóricamente con la relación del padre y el hijo que viven una vida marcada por
la tradición y la obediencia. Para el joven la nueva compañía encarna la libertad anhelada y para el
padre la esperanza de salir adelante. Es la plasmación de sus deseos y el eslabón de los dos, pero a lo
largo del tiempo esto no puede funcionar.

El viento hostil azota las caras. Un nuevo invierno se anuncia…

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