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¿Cuándo deberías vigilar…

…y cuándo deberías orar?

Mucha gente ha caído. Personas que una vez eran miembros,


evangelistas, obreros, pastores e incluso obispos, hoy ya no
están en nuestro medio. Y la pregunta es: ¿Por qué?

La respuesta es simple: “Sed de espíritu sobrio, estad alerta.


Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león
rugiente, buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8)
¡No me puedo escapar de él! En cuanto vivamos en este mundo,
el ‘león’ siempre estará buscando una oportunidad para
devorarnos.
Entonces ¿Qué debemos hacer para permanecer en la fe?

Debemos nacer del Espíritu, y para que esto ocurra, debemos


seguir una vida de sacrificio. Tenemos que sacrificar nuestra
propia voluntad, los caprichos de nuestra carne, nuestros
deseos.

Y ¿Qué deberíamos hacer después del nuevo nacimiento?


¿Deberíamos relajarnos y no preocuparnos más de las trampas
del diablo? ¡Por supuesto que no! Mira lo que dice el Señor
Jesús:

“Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está


dispuesto, pero la carne es débil.” (Mateo 26:41)
Y como esto es un error que mucha gente comete, el ‘león’ lo
festeja.

Entonces ¿Cuándo deberíamos orar y cuándo deberíamos


vigilar?

Bueno, orar debería ser parte de nuestro día a día, y no estoy


hablando solo de orar de rodillas con los ojos cerrados; estoy
hablando de estar en oración las 24 horas del día. Esto es
esencial para permanecer en la fe.

Pero también tenemos que vigilar constantemente.

Te voy a dar un ejemplo simple que ilustra la diferencia entre


vigilar y orar.

¿Qué haces antes de cruzar la calle? ¿Oras o vigilas? Si cierras


tus ojos y cruzas la calle orando, probablemente te pilla un
coche. ¿Por qué? Porque deberías haber visto ambos lados y
asegurarte de que no vienen coches.

De la misma manera, deberíamos vigilar cuando vemos, oímos o


percibimos alguna señal de peligro. Así sea una persona que
nos esté tentando, un lugar que no sea apropiado, el internet
tratando de llevarte a lo más hondo del pozo, etc. Simplemente
no puedes orar en momentos así. Tienes que hacer algo al
respecto, inclusive si esto significa pagar un precio alto.
Ahora, ¿Qué deberías hacer cuando no hay ninguna amenaza
visible? Entonces, sí, deberías orar, pues no sabemos de dónde
viene el diablo o lo qué está planeando.

Por ejemplo, cada vez que viajo en avión, le pido a Dios que
proteja ese vuelo y que ponga Sus ángeles alrededor del avión.
Yo no pido que me dejen ver el motor del avión o el tren de
aterrizaje; ni tampoco hablo con el piloto para asegurarme de
que no está borracho.

No hay mucho que yo pueda hacer en esta situación. La


solución es orar –a no ser que Dios me muestre algo malo y
visible con el avión. Y si ese es el caso, debo vigilar, es decir,
me bajo de ese avión lo antes posible.

Vamos a poner esto en práctica en nuestras vidas. Si has


nacido de Dios, sigues una vida de sacrificio, y vigilas y oras
todo el tiempo, será imposible que el diablo te devore… aun así,
¡él nunca dejará de intentarlo!

¡Que Dios te bendiga!

Obispo Celso Junior


bpcelsojunior.com
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bishop@uckg.org

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Inicio \ Profecía \ Tiempos del fin


Velad y orad
Jesucristo nos dijo “velad... y en todo tiempo orando”. ¿A qué se
refiere la Biblia cuando nos dice velad y orad? A continuación, hay
cuatro aspectos que comprenden el concepto de estar velando.

Una de las advertencias más importantes de los Evangelios es la orden de velar. ¿Pero
qué significa velar? Las palabras del idioma griego que traducidas al español significan
“velar” significan básicamente vigilar, mantenerse despierto, ser prudente, estar atento,
estar listo y ser cauteloso.

Este artículo explica cuatro formas en que la orden de velar y orar se puede aplicar a
nuestra vida cristiana.

Vigilar o ser prudente para arrepentirse y obedecer

Jesús le dijo a la Iglesia en Sardis: “Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para
morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo
que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti
como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:2-3).

A lo largo de la Biblia hay una enseñanza clara que debemos ser vigilantes y prudentes
para arrepentirnos del pecado y obedecer a Dios. Ésta es una clave para crecer hacia la
perfección.
En Éxodo 23:13 Dios dijo: “Y todo lo que os he dicho, guardadlo”.

Ser prudente significa ser vigilante o cauteloso. Cuando Dios habla, él espera que
respondamos obedeciéndole atenta y cuidadosamente y oremos para pedirle su ayuda.
Esto incluye recordar la ley de Dios, interpretarla correctamente y ser riguroso y preciso
al obedecerla.

Dios espera que obedezcamos diligentemente sus instrucciones. Debemos aferrarnos y


vivir cuidadosamente de acuerdo con cada palabra que sale de la boca de Dios.

Dios espera que frente al arrepentimiento del pecado, tengamos una actitud diligente y
cuidadosa —para dejar de pisotear sus leyes. “Porque he aquí, esto mismo de que hayáis
sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros!” (2 Corintios 7:11).

Estar velando es un fruto del verdadero arrepentimiento. La desobediencia trae consigo


un castigo.Estar velando es un fruto del verdadero arrepentimiento. La desobediencia
trae consigo un castigo. La paga del pecado es la muerte. Como Dios juzga de manera
imparcial, debemos temer no seguir sus instrucciones y el castigo que vendrá después.
Este temor saludable de Dios debe producir una actitud de alerta para obedecerle.

Como Pablo escribió en Tito 3:8, “Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que
insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras.
Estas cosas son buenas y útiles a los hombres”.

Velar o estar en guardia ante los ataques del enemigo

El concepto de velar se basa en la analogía del soldado que está vigilando ante el ataque
enemigo. Su deber es hacer sonar una alarma si ve que el enemigo se acerca. Esto se
aplica a la actitud que debemos tener para protegernos de nuestro adversario Satanás el
diablo y sus ataques espirituales. Jesús les ordenó a sus discípulos en Mateo 26:41:
“Velad y orad, para que no entréis en tentación”.

La razón por la cual Satanás es tan efectivo al momento de influir en los seres humanos
para que pequen es que por lo general los seres humanos no sospechan de los ataques de
Satanás.

 Esos ataques provienen de un enemigo invisible que parece que no existiera.

 Esos ataques son sutiles y se presentan en forma de ideas, impulsos, sugerencias


y estados de ánimo que no se pueden distinguir fácilmente si provienen de
fuentes humanas o ambientales.
 Esos ataques vienen en forma de anzuelos con carnada que concentran nuestra atención
en el señuelo y nos ciegan para que caigamos en el anzuelo oculto.

Es un juego de guerra de distracción —que trata de desviar nuestra atención de hacer lo


que Dios ordena. El antídoto para todo este esfuerzo de Satanás es velar y orar, ser
conscientes de sus ataques para que podamos estar listos para resistir con la palabra y el
poder de Dios. Debemos vigilar y anticiparnos a estas influencias que nos impulsan al
pecado y estar preparados para decirles no y decir sí a la instrucción de Dios.
Estar atentos al cumplimiento profético

¿Qué debemos hacer con el conocimiento del futuro que obtenemos por medio de la
profecía? Jesucristo dijo que debemos estar atentos para velar y orar y prepararnos para
su venida.

Cuando observamos los acontecimientos mundiales, tratamos de percibir cualquier


tendencia que pueda estar relacionada con los eventos proféticos para que no nos tomen
por sorpresa cuando se cumplan. (Aprenda más acerca de este tema en nuestro artículo
“Distinguir las señales de los tiempos”.)

Leer acerca de la historia de los acontecimientos mundiales y las profecías que se han
cumplido puede ser un buen comienzo para esta actividad de observación de los sucesos
del mundo. Pero es importante que evitemos caer en la trampa de intentar adivinar
cuándo van a ocurrir estas cosas. “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que
el Hijo del Hombre ha de venir” (Mateo 25:13).

Formular teorías con base en los posibles resultados de las tendencias es una parte
natural cuando uno está atento a los cumplimientos proféticos. Pero esas teorías se
deben tratar como especulaciones. Si elaboramos una teoría, debemos esperar hechos
adicionales para verificar la teoría.

La imparcialidad, la objetividad y la perspectiva de Dios son otra parte importante


cuando estamos a la expectativa de los acontecimientos.

Estar atentos a nuestra condición espiritual o estado de preparación

Parece que Jesucristo utilizaba las palabras “velar” y estar “listos” indistintamente,
porque las dos aplican.La cuarta dimensión de la vigilancia acompaña a cada una de las
otras tres: vigilar nuestro estado de preparación o condición espiritual. Parece que
Jesucristo utilizaba las palabras “velar” y estar “listos” indistintamente, porque las dos
aplican. Cuando un guardia está atento al posible ataque de un enemigo, suele hacer más
que limitarse a vigilar; también se mantiene en estado de alerta ante cualquier posible
ataque para poder responder adecuadamente.

Del mismo modo, velar y orar por el regreso de Jesucristo no nos va a servir de nada
como cristianos si no nos estamos preparando y alistando para su regreso.

¿Qué significa estar preparado? Vivir de acuerdo con cada palabra de Dios como un
camino de vida habitual, estar llenos del fruto del Espíritu de Dios, que se necesita para
cumplir con el espíritu de la Palabra, y demostrar que vamos a continuar haciéndolo por
la eternidad, sin importar lo que suceda.

¿Cómo podemos medir nuestro estado de preparación? Examinándonos para ver si


vivimos incondicionalmente por la Palabra de Dios como nuestro camino de vida
habitual (Mateo 4:4).

¿Cómo podemos mantener el rumbo hacia la preparación? Aumentando diariamente el


número de instrucciones y verdades por las que vivimos, y al mismo tiempo reduciendo
el número de errores con el fin de obedecer totalmente (1 Tesalonicenses 4:10; 3:12).
¿Qué se necesita para estar listo? Un sacrificio personal de “sangre, sudor y lágrimas”
que manifiesta en Jeremías 29:12-13.

¿Cómo podemos asegurarnos de estar listos a tiempo? Manteniendo un sentido de


urgencia, tratando de recuperar el tiempo perdido (Efesios 5:16; Colosenses 4:5) y
siendo eficientes y recursivos en el uso de nuestro tiempo.

No sabemos cuánto vamos a vivir. Pero si sabemos que es posible demorarse más de lo
necesario y no estar listos a tiempo (Mateo 25:1-13; Lucas 13:6-9; Hebreos 5:11-12).
Necesitamos seguir creciendo para estar listos a tiempo.

Por lo tanto, velemos y oremos en estas cuatro dimensiones, porque de esto depende
nuestra preparación para encontrarnos y servirle a nuestro Salvador y Rey.

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DÍAS
han pasado desde el arresto de nuestro gerente Juan Lorenzo Holmann, y la toma de las
instalaciones. Nuestra Redacción está hoy en el exilio. ¿Vas a permitir que la dictadura se
salga con la suya?
Vigilar es permanecer despiertos
Cada domingo Jesús nos trae una enseñanza para aplicarla en nuestra vida de
fe como hombres y mujeres que nos alimentamos de su Palabra, que nos da la
capacidad de resucitar a una vida nueva y de trasformar el mundo en que
vivimos poniendo en orden las cosas de tal manera que no nos extraviemos en
el camino que Dios quiere que recorramos, hace dos domingos atrás con la
oración del Padre Nuestro nos enseñaba a poner nuestra confianza en Dios, el
domingo pasado nos enseñaba lo inútil que es el poner la confianza en las
cosas materiales, aunque sean muchas.

por Webmaster La PrensaPublicado 10 de agosto de 2013 12:00 AM


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PBRO. MARIO SANDOVAL

Cada domingo Jesús nos trae una enseñanza para aplicarla en nuestra vida de fe
como hombres y mujeres que nos alimentamos de su Palabra, que nos da la
capacidad de resucitar a una vida nueva y de trasformar el mundo en que vivimos
poniendo en orden las cosas de tal manera que no nos extraviemos en el camino
que Dios quiere que recorramos, hace dos domingos atrás con la oración del
Padre Nuestro nos enseñaba a poner nuestra confianza en Dios, el domingo
pasado nos enseñaba lo inútil que es el poner la confianza en las cosas materiales,
aunque sean muchas.

Este domingo en San Lucas nos presentara el camino del cristiano como una
actitud de vigilancia permanente. La vigilancia es una actitud de fe cristiana que
nos lleva a poner nuestra mirada en Aquel que está en el cielo y nos invita a
caminar hacia El. Recordemos que en la Carta a los Colosenses se nos dice “ya
que hemos resucitado con Cristo, busquemos los bienes de arriba donde esta
Cristo”.

Jesús como buen Maestro nos enseña con varias comparaciones como debe ser de
despierta y vigilante nuestra fe. En la primera parte nos dice que el mejor lugar
para guardar nuestras posesiones es el cielo donde no se acercan los ladrones ni
lo roe la polilla, porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón. En la
segunda nos hace notar la actitud de los empleados que aguardan a que llegue su
Señor y si este los encuentra en vela celebrara con ellos una fiesta.

La vigilancia cristiana la debemos entender en varios momentos de nuestra vida,


vigilar para la llegada del Señor, vigilar para que la muerte no nos sorprenda
como un ladrón, vigilar para no despreciar los medios que Jesús nos ha dejado
para nuestra santificación como un pueblo de peregrinos hacia la vida eterna.

A todos nos resulta útil la llamada a la vigilancia, los ejemplos de las lecturas
bíblicas de mañana domingo nos estimulan a vivir también nosotros despiertos.

Se dice que hoy día las compañías de vigilancia se han convertido en un buen
negocio dado la creciente necesidad de resguardar la seguridad personal y de las
propiedades ya que los delitos van en aumento en todas las partes del mundo, se
van inventando los mejores mecanismos antirrobo, estas son cosas de la vida en
el mundo, pero podemos preguntarnos: ¿nos preocupamos así por lo sobrenatural,
vivimos despiertos en nuestra vida de fe? ¿Trabajamos por crecer en nuestra vida
cristiana, pensando en el futuro? ¿Pensamos que también nos pueden robar esa fe
de la que se nos pedirá cuentas de ella? ¿Nos preocupamos por dar a los niños y
jóvenes los valores de la fe que les pueden servir para toda la vida?
Vigilar significa no distraerse, no confiarse, no instalarse, satisfecho con lo ya
conseguido. En medio de una sociedad que parece muy contenta con los valores
que tiene, el cristiano vive en esperanza vigilante y activa hacia el futuro. No
podemos permitir que se nos entuman nuestros músculos, porque como los
atletas y los peregrinos, necesitamos tenerlos en plena forma para el camino.

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COMENTARIOS

1.

jose M. Fernandez.

Hace 9 años

La vigilancia es una necesidad imperiosa del cristiano moderno.Yo no soy cristiano pero
entiendo su pedido y deseo sinceramente q’ los cristianos nicaragueses tomen en cuenta su
pedido,es de mucha importancia.

Total Comentarios: 1
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Velad, pues, orando en todo tiempo


Por el presidente M. Russell Ballard
Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles

Hoy extiendo mi invitación a orar a todas las personas de todos los países del
mundo.

Mis queridos hermanos y hermanas, durante la última semana de Su


ministerio terrenal, Jesús enseñó a Sus discípulos: “Velad, pues, orando en
todo tiempo que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
han de venir, y de estar de pie delante del Hijo del Hombre”1.
Entre las “cosas que han de venir” antes de Su segunda venida están las
“guerras y […] rumores de guerras[,] […] pestilencias, y hambres y
terremotos en diferentes lugares”2.
En Doctrina y Convenios, el Salvador dijo: “Y todas las cosas estarán en
conmoción, […] porque el temor vendrá sobre todo pueblo”3.
Sin duda, vivimos en una época en la que las cosas están en conmoción.
Muchas personas temen el futuro y muchos corazones se han apartado de su fe
en Dios y en Su Hijo, Jesucristo.
Las noticias están llenas de relatos de violencia. La denigración moral se
publica en línea. Se han vandalizado cementerios, iglesias, mezquitas,
sinagogas y santuarios religiosos.
Una pandemia global ha llegado prácticamente a todo rincón de la tierra;
millones de personas se han infectado; han muerto más de un millón.
Graduaciones, servicios de adoración, casamientos, servicio misional y
muchos otros acontecimientos importantes de la vida se han visto
interrumpidos. Además, infinidad de personas han quedado desamparadas y
aisladas.
Los reveses económicos han supuesto un desafío para muchos, sobre todo
para los hijos más vulnerables de nuestro Padre Celestial.
Hemos visto a personas que ejercen con vehemencia su derecho a la protesta
pacífica, y también hemos visto a masas enfurecidas que causan disturbios.
Al mismo tiempo, seguimos viendo conflictos por todo el mundo.
A menudo pienso en aquellos de ustedes que sufren, que están preocupados,
que sienten temor o se sienten solos. Le aseguro a cada uno que el Señor los
conoce, que está al tanto de sus preocupaciones y de su angustia, y que los
ama, de una manera entrañable, personal, profunda y para siempre.
Cada noche, al orar, le pido al Señor que bendiga a todos los que se sienten
agobiados por la aflicción, el dolor, la soledad y la tristeza. Sé que otros
líderes de la Iglesia se hacen eco de esa misma oración. Nuestro corazón,
individual y colectivamente, está con ustedes, y nuestras oraciones se elevan a
Dios a favor de ustedes.
El año pasado estuve unos días en el noreste de los Estados Unidos visitando
sitios históricos nacionales y de la Iglesia, asistiendo a reuniones con nuestros
misioneros y miembros, y visitando a líderes gubernamentales y del mundo
empresarial.
El domingo 20 de octubre dirigí la palabra a una gran congregación cerca de
Boston, Massachusetts. Estaba hablando, cuando sentí la impresión de decir:
“Les ruego […] que oren por este país, por nuestros líderes, por nuestra gente
y por las familias que viven en esta gran nación fundada por Dios”4.
También dije que los Estados Unidos y muchas de las naciones de la tierra, al
igual que en épocas pasadas, se hallan en otra encrucijada decisiva y necesitan
nuestras oraciones5.
Esa súplica no estaba en las notas que yo había preparado. Esas palabras me
vinieron al sentir que el Espíritu me impulsaba a invitar a los presentes a orar
por su país y por sus líderes.
Hoy extiendo mi invitación a orar a todas las personas de todos los países del
mundo. No importa cómo ni a quién oren, les ruego que ejerzan su fe —
cualquiera que sea su religión— y que oren por su país y por los líderes de su
nación. Como dije el pasado mes de octubre en Massachusetts, nos
encontramos ante una importante encrucijada en la historia, y las naciones de
la tierra necesitan desesperadamente guía e inspiración divinas. Esto no se
trata de política ni reglamentos, sino de la paz y la sanidad que pueden recibir
las almas, tanto de las personas como de los países —sus ciudades, pueblos y
aldeas— por medio del Príncipe de Paz y la fuente de toda sanidad: el Señor
Jesucristo.
Durante los últimos meses he recibido la impresión de que la mejor manera de
ayudar a la actual situación mundial es que todas las personas confíen más
plenamente en Dios y vuelvan sus corazones a Él por medio de la oración
sincera. El humillarnos y buscar la inspiración de los cielos para perseverar y
conquistar lo que nos aguarda será nuestra manera más segura y fiable de
avanzar con seguridad en estos tiempos difíciles.
Las Escrituras recalcan las oraciones que ofreció Jesús, así como Sus
enseñanzas acerca de la oración durante Su ministerio terrenal. Ustedes
recordarán el Padrenuestro:
“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra.
“Danos hoy el pan nuestro de cada día.
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a
nuestros deudores.
“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y
el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén”6.
Esta hermosa y directa oración, repetida a menudo por todos los cristianos,
deja claro que es apropiado pedir directamente a nuestro Padre que está en los
cielos respuestas a aquello que nos preocupa. Así pues, oremos para recibir
guía divina.
Les invito a orar siempre7. Oren por su familia; oren por los líderes de las
naciones; oren por las personas valientes que se encuentran en primera fila en
las batallas contra las actuales plagas sociales, medioambientales, políticas y
biológicas que afectan a todas las personas por todo el mundo: a ricos y
pobres, a jóvenes y ancianos.
El Salvador nos enseñó a no poner límites a las personas por quienes oramos.
Él dijo: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced
bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”8.
En la cruz del Calvario, donde Jesús murió por nuestros pecados, Él puso en
práctica lo que enseñó cuando rogó: “Padre, perdónalos, porque no saben lo
que hacen”9.
El orar con sinceridad por quienes se podrían considerar nuestros enemigos
demuestra nuestra creencia en que Dios puede transformar nuestro corazón y
el de los demás. Esas oraciones deberían reforzar nuestra determinación de
hacer cualquier cambio que sea necesario en nuestras vidas, familias y
comunidades.
No importa dónde vivan, el idioma que hablen o los desafíos que afronten,
Dios los oye y les contesta a Su propia manera y en Su propio tiempo. Dado
que somos Sus hijos, podemos acudir a Él en busca de ayuda, solaz y un deseo
renovado de marcar una diferencia positiva en el mundo.
El orar por la justicia, la paz, los pobres y los enfermos a menudo no es
suficiente. Después de arrodillarnos en oración, debemos levantarnos y hacer
lo que podamos por ayudar, tanto a nosotros mismos como a los demás10.
Las Escrituras están llenas de ejemplos de personas de fe que combinaron la
oración con los hechos a fin de marcar una diferencia en sus propias vidas y
en la vida de otras personas. En el Libro de Mormón, por ejemplo, leemos
acerca de Enós. Se ha observado que “unos dos tercios de su breve libro
describen una oración o una serie de oraciones, y el resto narra lo que hizo
como consecuencia de las respuestas que recibió”11.
En nuestra propia historia de la Iglesia tenemos muchos ejemplos del modo en
que la oración marcó una diferencia, comenzando con la primera oración en
voz alta que hizo José Smith en el claro de un bosque, cerca de la cabaña de
sus padres, en la primavera de 1820. Al buscar perdón y guía espiritual, la
oración de José abrió los cielos. Hoy en día, nosotros somos los beneficiarios
de José el Profeta y de otros fieles Santos de los Últimos Días, hombres y
mujeres que oraron y actuaron para ayudar a establecer La Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
A menudo pienso en las oraciones de mujeres fieles como Mary Fielding
Smith quien, con la ayuda de Dios, condujo valerosamente a su familia de la
creciente persecución en Illinois a la seguridad de este valle, donde su familia
prosperó espiritual y temporalmente. Después de arrodillarse a orar con
sinceridad, ella trabajó arduamente para superar sus desafíos y bendecir a su
familia.
La oración nos elevará y nos unirá como personas, como familias, como
Iglesia y como mundo. La oración influirá en los científicos y los conducirá al
descubrimiento de vacunas y medicinas que acabarán con esta pandemia. La
oración consolará a quienes hayan perdido a un ser querido; nos guiará para
saber lo que debemos hacer para nuestra propia protección.
Hermanos y hermanas, los exhorto a redoblar su compromiso con la oración;
los exhorto a orar en sus aposentos, en sus tareas cotidianas, en sus hogares,
en sus barrios y siempre en su corazón12.
En nombre de los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días, les doy las gracias por sus oraciones por nosotros. Los exhorto
a que continúen orando para que podamos recibir inspiración y revelación
para dirigir la Iglesia durante estos tiempos difíciles.
La oración puede cambiar nuestras vidas. Motivados por la oración sincera,
podemos mejorar y ayudar a otras personas a hacer lo mismo.
Conozco el poder de la oración por experiencia propia. Hace poco me hallaba
solo en mi oficina; acababa de someterme a una intervención médica en la
mano, la cual estaba amoratada, inflamada y dolorida. Al sentarme frente al
escritorio no podía concentrarme en cosas importantes y cruciales porque el
dolor me lo impedía.
Me arrodillé en oración y pedí al Señor que me ayudara a concentrarme para
poder realizar mi trabajo. Me levanté y regresé al montón de papeles sobre el
escritorio. Casi inmediatamente, mi mente se llenó de claridad y
concentración, y pude completar las urgentes tareas que tenía ante mí.
La caótica situación actual del mundo puede parecer abrumadora si tenemos
en cuenta los muchos problemas y desafíos, pero es mi ferviente testimonio
que si oramos y pedimos al Padre Celestial la guía y las bendiciones que
necesitamos, llegaremos a saber cómo bendecir a nuestras familias, a nuestro
prójimo, nuestras comunidades y aun el país en el que vivimos.
El Salvador oró y luego “anduvo haciendo bienes”13 al alimentar al pobre,
infundir valor y apoyo a los necesitados y tender una mano con amor, perdón,
paz y reposo a todos los que viniesen a Él y Él continúa tendiéndonos la
mano.
Invito a todos los miembros de la Iglesia, así como a nuestros vecinos y
amigos de otras religiones en todo el mundo, a que hagan lo que el Salvador
aconsejó a Sus discípulos: “Velad, pues, orando en todo tiempo”14, a fin de
recibir paz, consuelo, seguridad y oportunidades de servirnos los unos a los
otros
¡Cuán grandioso es el poder de la oración y cuán necesarias son hoy en día
nuestras oraciones de fe en Dios y en Su Hijo Amado! Recordemos y
agradezcamos el poder de la oración. En el nombre de Jesucristo. Amén.

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Velar y Orar
Cuando estás velando, nada te tomará por sorpresa. La razón por la que el enemigo ha atacado a

muchas personas en su salud y familias es porque no estaban velando en el espíritu.

Un ejército sin una torre de vigilancia no tiene defensa.

“Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué

he de responder tocante a mi queja”. – Habacuc 2:1

Estar velando significa que estás orando y percibiendo lo que está pasando en el espíritu. Debes

velar para saber cuando hay un plan del enemigo y orar.

¿Por qué debemos estar velando en el espíritu?

Cuando tú velas en el espíritu, sabrás por qué orar. La razón por la que algunas personas oran

mecánicamente o la oración puede parecerles aburrida es porque no ven nada en el espíritu.

Pero cuando veas algo, cuando percibas algo sentirás la carga y orarás. Cuanto más ores, más te

mostrará el Señor las cosas.

Una persona que está velando en el espíritu y ora se vuelve sensible a las cosas que le rodean.

Este es el momento en que necesitamos ver y percibir más allá de lo que vemos físicamente.
Otra razón por la que debes estar velando y orando es para que puedas ser digno de escapar de

las cosas que vendrán. Si te preocupan las cosas de la vida y tu prioridad no es Dios, no serás

consciente de los tiempos.

Dios quiere mostrarte los planes del enemigo, pero debes estar atento.

No puedes estar dormido en el espíritu. Cuando estás dormido en el espíritu te vuelves

insensible a lo que sucede a tu alrededor.

Cuando alguien está durmiendo espiritualmente es una señal de que esa persona:

 tiene una relación rota con Dios

 no tiene una vida de oración

 es insensible a la presencia de Dios

 esta desconectado, separado del espíritu

 puede caer fácilmente en la tentación

Pero la mayor consecuencia de que alguien esté espiritualmente dormido es que se perderá la

segunda venida.

“Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo

que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia,

y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.” – Lucas

12:37-38
Hoy la iglesia está durmiendo. Los hombres y mujeres no están velando, orando o percibiendo

en el espíritu.

La iglesia no está lista para el rapto porque están durmiendo.

Hay una lucha entre el bien y el mal, en el gobierno, las iglesias, las familias, los negocios, en

todas las áreas.

¡Es hora de que despierten y luchen contra el enemigo velando y orando!

Hay muchas cosas que quieren atacar a nuestro país y a nuestras familias, pero debemos

permanecer como vigilantes y traer el avivamiento.

Párense en la brecha y oren.

Parte del avivamiento es cuando hombres y mujeres se paran juntos y perciben lo que está

pasando en el espíritu. Ser conscientes de los ataques del enemigo y orar.

No se desensibilicen, no comprometan la verdad, no permitan que el enemigo los tome por

sorpresa.

Despierta. Vele, ore, declare, y perciba en el espíritu. Sé consciente de los tiempos que estamos

viviendo.

En estos tiempos finales, no necesita tener miedo, desanimarse o distraerse. Al contrario, usted

puede conocer su verdadera posición en Dios antes del regreso de Cristo.


El nuevo libro del apóstol Guillermo Maldonado – Jesús regresa pronto: Discierna las señales

de los últimos tiempos y prepárese para Su retorno le ayudará a estar seguro de que usted forma

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El Nuevo Pacto

BOSQUEJOS BÍBLICOS

Velad y orad
PorJosé R. Hernándezenero 21, 2018

Bosquejos Bíblicos
Prédica de Hoy: Velad y orad

Bosquejos para Predicar Texto Bíblico: “…Velad y orad, para


que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil…” Marcos 14:38

Introducción
No podemos ignorar estas palabras de Jesús a sus discípulos de
confianza en el momento que se encontraban en el Getsemaní; Él
claramente quiere que nosotros estemos alerta.

Pero, ¿por qué es necesario que nosotros hagamos estas palabras


una realidad en nuestra vida? Y más cuando dice para que no
entren en tentación. ¿Será la tentación la única razón por la cual
Jesús pide que oremos y velemos?

Existen más motivos por lo que Jesús nos da la orden de no dejar


de hacer estas cosas, y estas son las siguientes:

1. Velad y orad para no entrar en tentación:


Esta es la primera razón y no solo la encontramos dentro de este
versículo, sino en 1 Pedro 5:8 la cual claramente advierte que
tenemos alguien que está velando por nuestra caída, y es nuestro
adversario el diablo.

2. Velad y orad por el regreso de Cristo:


Razón más que suficiente para que mantengamos nuestras
vestiduras limpias y nuestro espíritu atento. ¡Jesús esperamos tu
venida con deseo!, pero Él nos pide velar por las siguientes
razones:

2.1 Porque no sabemos la hora que ha de venir. En Mateo


25:13 Jesús lo anuncio así: “…Velad, pues, porque no sabéis el día
ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir…”.

2.2 Por su llegada súbita. En Apocalipsis 16:15 la palabra de Dios


nos enseña la importancia de velar; además, también especifica
que debemos guardar nuestras ropas, que son las acciones justas
de los santos (Apocalipsis 19:8), y la vida integra delante de Dios.

2.3 Por la cercanía de Su venida. En Apocalipsis 3:11 la palabra


de Dios nos dice que Jesús viene pronto por nosotros, y nos pide
que retengamos los tesoros que tenemos, la oración, los cambios
que el Espíritu Santo ha hecho en nosotros, nuestra vida agradable
a Él, las veces que hemos hablado la palabra de verdad, y todo el
tiempo que lo conocimos en oración; todo esto será nuestra corona
y por supuesto haberle recibido a Él en nuestra vida.

3. Velad y orad porque sus hijos no dormirán:


En 1 Tesalonicenses 5:5-6 la palabra de Dios nos llama hijos de la
luz, lo que quiere decir que somos la luz de este mundo que anda
en tinieblas, debemos ser sobrios no descuidarnos e iluminar a
muchos que aun andan en tinieblas; no debemos dormir como los
demás que piensan que la única vida es esta, nosotros ya tenemos
conciencia de la vida eterna (Juan 3:16; 10:28-30), y es esto una
razón poderosa para mantenernos en constante oración.

4. Velad y orad porque hay una recompensa para quienes velan:


En Lucas 12:35-37 Jesús habla del siervo vigilante en el versículo
37; el mismo Señor nos hará sentar a la mesa, y nos servirá
(¡Hermoso!) por estar atentos a su venida, haber vigilado, esta es la
recompensa más grande y hermosa que podamos recibir por estar
atentos a Su venida, y no solo por nosotros mismos o nuestra
familia, si no por el deseo de Dios que muchos sean salvos.

Esto es en cuanto a velar; pero, ¿Qué nos quiere decir en


referencia a la oración?

1. La oración es un deber del cristiano: No es por un sentir, es un


deber que tenemos como hijos de Dios (1 Tesalonicenses 5:17).

2. La oración nos fortalece en la debilidad: Cuando tenemos


alguna situación que nos quiera desencajar, la oración es la
herramienta que debemos usar para no desfallecer (Santiago 5:13).

3. La oración es la manera de pedirle a Dios: Pedirle a Dios es


nuestra necesidad, nosotros dependemos de Él para poder vivir en
este mundo. Además, a Él le agrada escuchar que le necesitamos
(Juan 16:24).

4. La oración me hace conocer a Dios: Es el vehículo que nos


permite conocerlo más, entender Su voluntad para nuestra vida, y
ver manifestado Su poder en nosotros (1 Crónicas 16:11).
Conclusión
Velar y orar son dos deberes necesarios en nuestra vida cristiana.
Velar y orar nos madura, fortalece, y nos prepara para la segunda
venida de Jesús, es por esto que nos mantenemos firmes y
fortalecidos, así que ¡no nos dejemos distraer por las cosas que nos
quieren robar el tiempo para estar con nuestro padre Dios!

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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Prédicas Cristianas
Yeshúa Ha Mashiaj.
29 de enero de 2014
Velad, estad atentos todo el tiempo
Velar. Estar despierto; estar pendiente; estar atento. Los significados de esta palabra
se pueden resumir en "Estar o ser vigilantes".
-Mateo 24:43. "Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el
ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa."
-Mateo 26:38, 40, 41. "Entonces [Yeshúa] les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la
muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. ...Vino luego a sus discípulos, y los halló
durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad
y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil."

Pero cuando la Biblia nos dice "Velad", no se refiere a estar vigilante literalmente. Sino
que nos demanda que estemos atentos y vigilante espiritualmente, estando pendientes
que ninguna tentación se apodere de nosotros.

1 Corintios 16:13. "Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos."


1 Tesalonicenses 5:6. "Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y
seamos sobrios."

Para un cristiano escogido por Dios, es muy importante que nunca deje de velar, pues
si deja de velar cualquier tentación, cualquier falso profeta (pastor o predicador) o
cualquier otra cosa que vaya en contra de la voluntad de Dios podría engañar a éste y
poco a poco podría ir alejándose de Cristo. Y por último podría llegar a perderse y
coger un mal camino. "Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán
grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuese posible, aun a los
escogidos." (Mateo 24:24).

Lucas 12:37. "Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga,
halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y
vendrá a servirles."
En la mayoría de las enseñanzas de Jesús, no son literales, sino espirituales, y para
poder entenderlas hay que discernirlas. Esta frase o enseñanza de Yeshúa es una de
éstas.
Yeshúa en esta cita se refiere a su segunda venida. Dice que bienaventurado
será aquel creyente que cuando Cristo venga le encuentre con un corazón limpio, puro
y que esté velando (espiritualmente), para que no se deje desviar por cualquiera que le
quiera engañar. Cuando Cristo le encuentre en este estado, se alegrará y le llevará
consigo.
Mateo 24:36. "Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino
sólo mi Padre."
Lucas 12:40. "Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no
penséis, el Hijo del Hombre vendrá."

Hay muchos cristianos que se duermen (espiritualmente), es decir, dejan de velar.


Luego viene un falso profeta, una tentación o una cosa material, se apodera de éste y
termina enredado, y por consecuencia, se alejan de la voluntad de Dios y llegan a la
perdición. Pero nosotros no estamos en tinieblas para que aquel día nos sorprenda
como ladrón. Porque nosotros somos hijos de luz y del día, no de las tinieblas ni de la
noche. Por tanto, no nos durmamos como los demás sólo porque estamos en una
iglesia o por cualquier otra excusa; sino velemos y seamos sobrios. (1 Tesalonicenses
5:4-6).

Mateo 24:46-51. "Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle
haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel
siervo malo dijere en su corazón: 'Mi señor tarda en venir'; y comenzare a golpear a
sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel
siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y
pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes."
Discernamos. Bienaventurado el creyente que cuando Cristo venga le halle haciendo
según la voluntad de Dios, pues tendrá un galardón en los cielos. (Ahora pongamos el
ejemplo de un pastor). Si un pastor dice en su corazón: "Cristo no viene por estos
años" y comienza a predicar mentiras y cosas que a la gente le gusta sólo para que
llegue mucha gente a la iglesia y quitarles el dinero a la gente; vendrá Cristo en
aquellos tiempos cuando el pastor no se lo espera, Dios lo castigará duramente y lo
pondrá con los hipócritas; y allí será el sufrimiento eterno.

Que no nos pase como a Eva, que dejó de velar, y mientras estaba dormida
espiritualmente, vino el diablo y la engañó (Génesis 3:1-6).
Que tampoco nos pase como a Salomón, que siendo buen rey, que aborrecía la
idolatría, se durmió (espiritualmente), empezó a amar a las mujeres de las cuales Dios
le dijo que no amara y terminó enredándose (1 Reyes 11).
Al igual que Sansón se enamoró de las filisteas, dejó de velar y lo atraparon.

También hay que estar velando como iglesia, que vuestros corazones no se llenen de
embriaguez espiritual (es decir, mucho dinero, cosas del mundo, etc.) y por los afanes
de esta vida (lo mejor en tecnología, lo último en modas, etc). [Con esto no estoy
queriendo decir que no podemos tener teléfonos celulares, ni nada de eso. Sí los
podemos tener, pero me refiero a que no nos dejemos llevar por esas cosas, que no
las amemos, pues las cosas del mundo son perdición. Pero sí las podemos tener...].
Por tanto, velad como iglesia, orad en todo tiempo y estad pendientes que no tengáis
nada malo en vuestros corazones, para así poder escapar de las cosas que vendrán y
poder estar en pie delante del Hijo del Hombre (Lucas 21: 34-36).

"Velad, pues, porque no sabéis ni el día


ni la hora en que el Hijo del Hombre ha
de venir." (Mateo 25:13).
Velad y orad "Porque vosotros sabéis
perfectamente que el día del Señor
vendrá así como ladrón en la noche;" (1
Tesalonicenses 5:2).
¡Dios les bendiga!
Unknown
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