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POESÍA REUNIDA

Ricardo Luis Trombino (1959, San Juan, Argentina)

Nací un miércoles 28 de enero de 1959, a las 12,15, con un sol vertical sobre
San Juan. Tal vez esa luz gravita aún en mí y me salva en momentos de
acechante sombra. De niño frecuenté patios de tierra, parrales, murmullos de
acequias, callejones largos y silenciosos, jilgueros y acordes de campo. Con
tanta naturaleza abrazándome, se me impregnó la música y la poesía por la
sangre. Trabajo en lo que amo: soy docente de Letras. He publicado tres libros,
comparto con pares muchas antologías, estudio la literatura sanjuanina,
escribo, canto, intento, busco… Creo en la poesía, como experiencia cotidiana
y libertaria.

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OPCIÓN

Se creyó la vida,
esa de cuadros que pintaban otros,
una acuarela asegurada por muchos,
certeras pinceladas de costumbres.

Pero un día
lluvias intrusas cayeron en los cuadros
y transformaron todo
en tinta para versos.

Le dolió en sí mismo
tanto color que no le contaron.
Entendió que debía elegir,
decidió hacerlo:

En el banco de una plaza sola,


con algunos gorriones curiosos
y un viento suave de tarde distinta...
tomó sus armas
y se mató de poesía.

del libro “El azar de las palabras”, 1993

ENTENDIMIENTO

Se consume un fósforo en mi mano.


Y cuando ya me quema la piel
- breve instante que me animo a soportar -
muere...
Casi
comprendo al amor.

del libro “El azar de las palabras”, 1993

ILUSO
Uno cree
que todo lo puede
todo lo tiene
lo sabe
hace
Uno cree tanto…

del libro “Territorios de fin de siglo”, 2000

PLENITUD
Intensa es la noche de estos días.
Intensa es la luz que busco.
De la nada vengo,
hacia todo voy,

del libro “Poesía Argentina Contemporánea”, 2013


DECISIONES

A veces se elige
sólo porque hay que hacerlo.

Es como una espada


llevándonos al muro.

Un día tocamos
la inminencia de una hora,
el reclamo
de una cansada espera.

Y se habla,
se define,
se opta...

Es decir,
puede uno equivocarse.

del libro “Territorios de fin de siglo”, 2000

ACASO...

alguna vez
en secreto silencio doloroso
Dios se arrepintió de nosotros.

Pero ya tejíamos páginas,


soles y multiplicadas lágrimas
por la tierra.

Cuando Dios lo supo


ya era tarde.
Lo nuestro es un mínimo castigo
a un Creador arrepentido.

del libro “Territorios de fin de siglo”, 2000

CANTO RODADO

Es cuestión de las acequias, en tiempo ayer las palomas,


el sueño en la montaña nueva y los pies cansados
de empujar arriba el peso de una aventura a lo alto.

Me dijeron una vez vale la pena, sí,


la mecida tonada de un recuerdo
cuando la torcaza sobrevuela nombres quietos de la siesta.

Empujé travesías a desgano de piedras


con un fulgor zonda calcinando entusiasmos.
Busqué en sombra de algarrobo la respuesta del desierto,
agua como vena por debajo de la tierra.

Tiré piedras en el río del verano,


espejé en su caudal mi poesía;
me llevó rodando a los sueños de la nieve,
me trajo cordillera en cristalinas gotas
y descubrí en su arena mi destino.

Hoy, poeta deletreando los cerros,


acunando en el valle comisura de olvidos,
abrazo una guitarra de árbol recuerdo
y canto un poema, me reúno con los álamos,
me refresco la historia en las acequias;
viene en remolino el ayer, días infancia de los pájaros
que enjauló el pavimento de otra costumbre,
una traición por la espalda del sueño.

... Y este grito hecho verso rasgando vientos de la tarde,


palabra que me salva para crear de nuevo
el horizonte postergado.
Y me invento otra calle para despertarme,
saludo a los pájaros en la incertidumbre del lucero
para que me nombren los días futuros
y se meza entre los álamos mi renovado canto,
poema despojado, desnudo,
la voz creadora de mis ojos en la urdimbre del río distante,
en la cumbre del agua gestando racimos.

Ando entonces, desde entonces,


como canto rodado,
pariéndome otra vida
mientras ruedo por el tiempo de los sueños
en despojo y apropiación del mundo,
hilo de sol en mis aristas,
dorada huella en la veta de las búsquedas.

Tengo el nombre de la sed bautizándome los años


y el lagar de estos poemas para beberme otra vida.

del libro “Persistencia lejana”, 2009

PLAY...

Cada cual con su grieta,


algún estigma de calendario,
punzadas cruzando la espalda y el talón
y una pura razón para el dictamen,
la condena y el destierro de los otros
Y un pupo en toda su miseria de pelusas
Cada cual con su demanda,
su gota de odio por el ego destilada
un resentimiento traqueteado y repetido
disfrazando de amor
amargas babas biliares
envidias vanas de una cartelera
que se va a dormir un día
al manso aposento de los féretros

Cada cual con su puño


al acecho insistente y sostenido
del tenso torso golpeado
y la zancadilla de una burla
y el gesto agazapado
como el que aguarda con la honda estirada
el certero instante de la piedra
en el pecho del plumaje

Cada cual con su triunfo y su derrota


su podio y su fondo rasguñado
y un envión, el repechaje
tumbo y retumbo
golpe hacha en puertas cerradas
colmillo punzando lengua y adjetivos
tumorando insultos
al ancestro y al útero de madre

Cada cual con su beso y cuchillazo


su perdón y su condena
fosas, lápidas, “Amor y Paz”
remolinos, rayos y lluvias
dieta y bulimia
mueca y mordida, artilugio
llave, candado y cadena
alma de rebenque a contraespalda del abrazo

Cada cual con su miseria


guardando en las carpetas la constancia
el certificado con puntaje
el cheque la marca el canon
el título la acreditación
el primer puesto la foto social el moño
el regodeo
el reportaje
el reconocimiento
la resolución
y siempre igual
el rezongo
el resentimiento
el revoloteo
la reverencia
repetida
del resignado
y...
rewind

del libro “Entonces aquí – 22 poetas de San Juan”, 2012

CARICIA DE VIENTO ENTRE LOS ÁLAMOS

Si hubieras sabido alguna vez, Valentina,


de esta poesía persiguiéndote en la siesta...
de este susurro de palabras por la tarde
y mi lejanía de noches sin pasado,
mi aturdida memoria con tu nombre...
mi sequía en las manos
persiguiendo la lluvia de tus ojos,
migraciones de abrazo hasta tu valle...
si hubieras sabido...
Te he visto partir atravesando plazas y dolores,
ir hacia el sur con tu risa
atravesando la ciudad con tu nostalgia de sauce,
con la sombra de tu pelo en el calor del cansancio
y dejando en el viento presagios y besos.

Un día lo sabrás, Valentina,


cuando la tardanza de estos versos
te visite en la distancia donde ya no estoy,
eco agónico de un desierto que te nombra,
que mira hacia tu cumbre con el sol a cuestas.

Es posible que lo sepas


y venga tu arrullo entre los años
y me esperes una noche tras las sombras
y me sigas callada
en la geografía de estas calles
por las que te fuiste tiempo atrás,
calendarios de agonía en mis manos extendidas
en esta ciudad con aluvión de ausencia,
tránsito repetido de cemento estéril.
Es posible que venga tu arrullo entre los años
como un dique conteniendo mi nostalgia,
besándome en la frente el desamparo.

Valentina, mujer de ojos suaves,


como caricia de viento entre los álamos,
silueta de valle suspendida en el ocaso,
belleza furtiva convirtiéndose en estrella,
amor abrazado en días sucesivos de la espera,
poesía que se escapa de mi boca
como el río que atraviesa piedras,
cascadas de sequía y sed de Zonda.
Es posible que sepas todo esto
y aguardes en la cumbre de tu abrazo
una nueva primavera, otro verano,
la estación de tu exacta llegada
para desatarme estos versos
y liberarme de tu nombre hecho poesía.

del libro “Persistencia lejana”, 2009

SOFÍA

Distante en la noche de los grillos


Sofía me mira.
Por la médula del insomnio se posa en los árboles,
gesticula un abrazo hasta el fondo de mi sueño,
adelgaza las paredes con el ansia de su boca,
pasea con su estrella el vértigo de las horas.

Siempre sonríe.
Con un manso murmullo atraviesa la lluvia.
Sofía no duerme.
Por la pupila de su tiempo camina un desvelo.
Y en el fondo de todos los pasos y después de todo
mi verso la toca en total posesión de palabras.
Se viste con recursos que esgrime mi alfabeto.
Es el antes y el después de cada poema extraviado

En la profunda sombra del plenilunio


baila en punta de labios por mi deseo insomne,
juega con una cercanía cada vez más lejana.
Yo me voy tras un perfume
que se estaciona en la piel de los árboles
y se desgasta en el viento la caricia azarosa
Sofía canta,
deja en mi guitarra la exacta sílaba de las búsquedas.
Luego la nombro y ninguna mujer la recuerda,
todas ellas me preguntan por Sofía
y yo deposito en cada mano las letras de su nombre.

Me miro en el espejo
en el mapa de todas las arrugas...
Sofía nace de mis lágrimas,
me toma las manos y me besa.
Me diluyo en relojes de agua por la urdimbre de su sangre,
salto calendarios, la llevo y me deja;
retorna y me pierdo por miedos y audacias.
Nos abrazamos
mientras un libro gira suave las hojas de una historia

Sofía escribe.
En mi garganta repite palabras de algún día lejano.
Tiene una silueta para el amor de todos mis veranos
y una ausencia parecida a cada invierno.
Sofía vuelve,
siempre vuelve Sofía para salvarme la pena.
Toda ella me duele en la piel y me brota en la risa.

El rostro de Sofía
es un eco de todos los abrazos perdidos.

del libro “Poesía Argentina Contemporánea”, 2013


MI GUITARRA

De una madera con aroma de viento y pájaros


está hecha mi guitarra.
Hurgó la tierra fresca con utopía de cielo,
creció con sueños de corteza y tiempo.

Mi guitarra
fue primero tronco alado en algún sitio,
por eso la llevo a todas partes
en canto bifurcado a los cuatro vientos.

Cuando yo la abrazo
una savia vegetal se eriza de misterios
y sus cuerdas le arrancan un viejo recuerdo.
Yo le até mi voz con la poesía,
mis manos le acarician la sombra,
su pasado, su ayer erguido y creciente.

¿De qué herida en la madera habrá venido mi guitarra?


¿En qué latitud donde hubo una frescura
ahora el sol se desierta en la tierra?

¿Qué mano habrá tallado a esta mujer vegetal


que abrazada a mi pecho
canta la súplica, la risa y la lágrima?

Mi guitarra tiene un perfume que se hace eco


cuando una canción apunta a tus ojos,
al encuentro, al olvido, al adiós.
Mientras mi voz te llega
verás en su forma una nostalgia vieja,
un mapa de años dibujado en su madera
y estas manos torpes deletreando búsquedas.

Tocando mi guitarra
no soy más que un hombre
abrazado a historias de árboles.

Inédito

TRAVESÍA

Y será despacio
sopesando las horas con la vista agotada
masticando la lluvia y alguna frase
bebiendo de a sorbos la distancia y su herida
el cuerpo el tacto el susurro

Despaciosamente
tanteando terreno ripios baches
sosteniendo firme o débilmente
la dirección del paso la flexión el quiebre

Y en alguna parte del desierto


aun con pedregales o dunas ásperas
habrá una sombra un árbol un oasis
Ahí habrá que descansar
refregarse rostro pensamientos horas
intentar el horizonte vislumbrar
entender que en ese todo
seco y cuarteado
hay partes con sombras que alivian
Entender la pausa
el silencio a cuatro vientos
y acaso un fugaz gorjeo por el aire
cruzando en diagonal la tristeza de los ojos
aleteando yéndose recordando

Despaciosamente
después erguirse acomodar huesos y postura
estirar los brazos confiados al viento
que siempre trae algo
brisas soplos remolinos
una frescura de caricia en las ausencias
un empujón un paso un avance

Será despacio
cada vuelta de página
cada giro
cada letra nueva
cada canto que se intente desde ahora

Despaciosamente
saldré a caminar
el campo que me espera

Para que la noche


se transforme en día
hay que transitarla
como venga
sostenido en la certeza
de alguna estrella
y en la confianza
de que después una puerta
se abre a rocío
a suave luminosidad
de sol que asciende

Para que la noche


se convierta en amanecer
hay que tener paciencia
de manso capullo

Inédito

OFICIO

La tiza de mis clases por la noche


tiene una tristeza infinita, casi secreta,
lamiendo sílabas de frases inconclusas.
No sé a veces cómo decirle a mis alumnos
que me perdonen para siempre la ausencia
y se vayan a buscar poesía por las plazas,
que se atrevan a narrar sus propios cuentos,
su fábula de trizas y abrazos.

Aprieto el borrador en la pizarra


desdiciendo trazos torpes de algún antecesor;
quisiera hacer lo mismo con mis días anteriores
con tanto reloj apretándome las sienes,
con lluvias que me inundan la garganta,
con tanto error y esbozo de enmienda.

Salgo del aula y me despido azaroso.


Presiento que un día no volveré,
ausente sin aviso ni domicilio,
sin firma ni aclaración ni documento...
Sueño latitudes lejos, remanso de amor,
me busco un nombre en diccionarios
y me duermo acurrucándome en las horas.

Sólo espero que no me despidan,


que alguien perdone mi extravío y mi resaca.
Y no quiero corregir más pruebas,
quiero escribir un poema que llegue sin memoria,
caminar el destino de las hojas del otoño,
no avisarle a nadie a dónde voy ni qué me pasa,
llamarme a recreo, desnudarme
y que una brisa me bautice
sin apuro, sin demanda,
sin mi propia ansiedad cruzando el pecho.

Liviano de equipaje
quiero el tiempo de una ternura
que hace siglos perdí por el camino.

Inédito

ENCUENTRO

Señoras y señores, amigos poetas,


¿ se han visto ustedes un día naufragando en una idea ?,
¿ alguna vez les ha dolido la conciencia de una ausencia ?
¿ Tienen una arruga en la cara
con nombre y apellido de un desgarro ?
Cierta noche distante en sus edades...
¿ no suele venírseles encima
con la sombra de unos ojos trayendo un recuerdo ?

Les pregunto porque a veces creo


que no podré escapar de caminos que regresan
Me miro al espejo y sucede
que veo un paisaje de retoños
esperándome
Siento voces que me llaman
pájaros azules entre parrales
murmullo de agua por acequias frescas
que me nombran como si el tiempo
nunca hubiera hecho tanta cosa a trasmano
Y me pongo a jugar por los ojos de los sueños
y me acurruco en una siesta
recostado en el pasto, al lado de una higuera
Me quedo dormido... y escucho a madre
caminando entre unos árboles
trayendo una caricia
que es como una vida nueva

Y me veo después por las calles


abriendo puertas, libros, amores,
camino a hombre
a las manos que esta noche
no sé por qué me tiemblan

Y los veo a ustedes


y sospecho que también
tienen hambre por las venas
de acunarse en un recreo
de arrullar canciones viejas

Les percibo un dolor


naufragando en una idea
Les brillan los ojos
abrazándose a una ausencia
Algunos con arrugas
de una edad apuñalada
por la sombra de un recuerdo
por las dolidas pérdidas

Y adivino que hubo un tiempo


de retoños que regresan
Los veo niños
atravesando la siesta
y esa costumbre de correr calles
calendario inevitable
y manos, uñas,,
carne, dientes...
que por dentro tiemblan.

¿ Y si esta noche...
nos fuéramos de aquí
a recuperar mujeres y hombres
que por la piel se siente
que hace tanto tiempo esperan ?
¿ Y si besáramos el tiempo
con ganancias y pérdidas
con el triunfo y la derrota
como almas gemelas
y un tranquilo modo
de esperar sin ansia
una nueva primavera ?...
Verla venir en el brote de los árboles
enamorándonos de nuevo
sin temor ni culpas
ni ataduras viejas

Señoras y señores, amigos poetas,


vayámonos todos
hacia una luz nueva
Cuando abramos las puertas
démonos permiso
para hacer una ronda
un domingo a la siesta
Descalcemos el cansancio
caminando sin prisa
por una acequia fresca
y sintamos el barro
entre los pies desnudos...
barro... materia esencial
de toda existencia
Barro y tierra
un vergel de pensamiento
recobrando en la memoria
el amor, palabras nuevas.

Agradezco este silencio


de minutos que me dieran
Los abrazo en lo que fuimos
Y mañana es... lo que quieran.

Inédito

NO ME VOY A MORIR...

No me voy a morir
aunque concurridas sombras
se adueñen de mis versos
y un dolor me atraviese
por un túnel largo
de agitados tiempos

No me voy a morir
aunque un viento en remolino
me acorrale entre estos cerros
y la sangre no me alcance
para ser el nuevo río
de un empecinado eco

Yo voy a atravesar el aire


y empujaré mis miedos
iré de frente con mis lluvias
y un Zonda caliente en la sangre
y un entusiasmo hecho fuego

No me voy a morir
porque diré cada vez que pueda
el insulto o el ruego,
pondré el mutismo o el grito
y marcaré algún sendero
La poesía que llevo en las venas
no podrá ser nunca
vana palabra o silencio

Intentaré darme en abrazos


con lo que digo y defiendo
aunque vengan soledades
y una muerte sigilosa
me persiga con su acecho

No me voy a morir
Me multiplicaré en amores
en poemas y recuerdos
aunque después en las piedras
se diluya mi voz
rodando un río seco

Voy a dejar palabras


abrazos y errores
pasiones y aciertos
Y me quedaré en un libro
esperando algún amigo
que se hermane con mi verso

No me voy a morir
¡ Soy la espina dorsal
de un empeñado sueño !

Inédito
SED

Tengo un mapa en el pecho


con ríos que me llevan a tus ojos,
álamos verdes de un verano
con una sed que me lleva a tus manos,
duraznos en flor septiembre
con el hambre dulce de tu boca.

Y por las acequias se incorpora mi canto


para hacerse murmullo
de besos por la caricia de los álamos.

Arde la jarilla por mi sangre


apretando piedras que calcan tu ausencia.
Me quema en las manos tu distancia
y en estos pedregales
no hay salida a mi extravío.

Del valle a la montaña


atravieso un grito que te busca.

Inédito

LEVEDAD

Algo cae
como mecida pluma en el aire
en vaivén o giro
a merced de un viento
o de un soplo
o propio peso a su descanso
Algo
- que no se dice -
cae

en “Antología Federal de Poesía – Región Cuyo”, 2016

SED

Tengo un mapa en el pecho


con ríos que me llevan a tus ojos,
álamos verdes de un verano
con una sed que me lleva a tus manos,
duraznos en flor septiembre
con el hambre dulce de tu boca.

Y por las acequias se incorpora mi canto


para hacerse murmullo
de besos por la caricia de los álamos.

Arde la jarilla por mi sangre


apretando piedras que calcan tu ausencia.
Me quema en las manos tu distancia
y en estos pedregales
no hay salida a mi extravío.

Del valle a la montaña


atravieso un grito que te busca.

Inédito
DE LUCES Y SOMBRAS

Ayer niño - lejana edad -


me interné en el sol de las uvas,
fui arado abriendo surcos
que germinaron canto y poesía.
Al otro lado de esta edad presente
tuve más sol y arrullo de pájaros.

Después
me crucé a sombras,
insolación de nombres
aturdiendo las venas del tiempo.

Queda una tranquera


a medio abrir
entre el niño y el hombre,
entre mi vuelo y mi sed.
Tal vez si pudiera abrirla entera
y regar mi sombra de hoy
con luces de ayer
podría ser - con recuerdos que atesoro
y el dolor que me apuñala -
un todo en la urdimbre
de los árboles que me vieron partir
hacia la ciudad
que me nubló los ojos.

De todos modos
sobre la luz y la sombra
hay un cielo
que todavía
me perdona el extravío.

Inédito
ALTURAS NEVADAS

¡ Eah! ¡Eah !
¡ Recuerdos y la madre puna que los parió !
No sé cómo es que llegan a tal altura
y empieza el vértigo
el atolondramiento
silbido de viejas caricias y besos
falta de aire para adelante
y un glaciar
es lo único que se encuentra
cuando se extiende una mano

Ya he tocado la máxima altura


de la ausencia
y todavía no sé
confundido
por dónde encarar
el descenso
para dejar los recuerdos
y la madre puna que los parió.

Inédito

INCONDICIONAL VERDINEGRO

Andaba todavía en inferiores


cuando me hallé en la cancha de tus ojos
profundamente verdes
y tu pelo negro para enredar deseos.

Entonces entrené decididamente


para un picadito entretenido
sugerido en tanteos de terreno.
Con la mejor camiseta de enamorado
jugué de visitante por tu casa
una noche de febrero
con óptimo estado físico
buscando el aplauso de plateas.

Pitada inicial y palmada


en la puerta de tu encuentro.
Figura grande en la sombra de un umbral.
De parte de quién preguntó tu padre
y acto seguido
¡ posición adelantada, muchacho,
usted no está habilitado !
¡ Retroceda y tome posición !

Casi tarjeta amarilla en el avance


frenado por tu férrea defensa.
Me quedé sin aire un tiempo largo
y clavado en media cancha de esos tiempos.

Tus ojos y tu pelo combinaron colores


y decidí por vos el verdinegro
como hincha enamorado y siempre fiel
de un amor que tantos calendarios
se llevaron a mudanza de abrazos.

Paseo el Pueblo Viejo en verde y negro.


Compro entrada en populares
y me voy a gritar en otro campeonato
por un título que en el mío no alcancé.

Cuesta mantenerse en primera,


el ritmo es fatigoso y los viajes
dan vértigo y cansancio,
te exigen más, perdonan menos,
y el amor transpira la camiseta
para no perder posiciones.

De verdinegro adolescente
hasta estos días de fútbol grande,
cuando te veo de nuevo por la calle
me siento otra vez dispuesto
a ser titular en el brillo de tus ojos,
a ser adquirido en el viento de tu pelo.

Tengo el pase disponible


para cuando vos lo quieras.

Del libro "Eliminatorias o el amor en los tiempos del fútbol" (inédito)

TRAICIONES

Siempre hay un Judas


al borde de la comisura
en la risa de un amigo
o en el pegajoso aplauso de un triunfo

Siempre hay un Judas


en la bisagra floja de una puerta
en la sombra de un amor
o
lo que es peor
en la vena oscura
de una entraña oculta
en nosotros mismos

Inédito
RICARDO LUIS TROMBINO (Datos del autor)
Profesor y Magister en Letras.
Profesor Titular en las Cátedras Comprensión y Producción 1 y 2, y Producción
Literaria, Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía, Humanidades y
Artes, Universidad Nacional de San Juan.
Su Tesis de Maestría analiza la obra poética del autor sanjuanino Jorge
Leonidas Escudero. Actualmente este trabajo está en proceso de edición en la
Editorial de la Universidad Nacional de San Juan.
Estudioso de la literatura sanjuanina, ha desarrollado proyectos de
investigación sobre el tema y fue uno de los coordinadores del Ciclo Tardes de
Juglaría (Encuentros con escritores y cantautores sanjuaninos, organizado por
la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes y la Secretaría de Cultura de
San Juan, entre 1994 y 2004)
Creador y conductor de programas radiales en Radio Universidad de San Juan,
difundiendo la voz y la obra de escritores sanjuaninos.
Colaborador en periódicos y revistas de la provincia y del país.
Director de Cultura de la Provincia de San Juan (2000-2001)
Su creación poética aparece en antologías provinciales, nacionales y de Chile.
Libros de poesía: “El azar de las palabras” (1993); "Territorios de fin de
siglo" (2000) y “Persistencia lejana” (2009). Editor de la plaqueta “Poemas
de Necesidad y Urgencia”. Además de otras publicaciones académicas, en el
ámbito de la Universidad Nacional de San Juan.
Ha recibido premios provinciales, regionales y nacionales.
Organizador y Jurado de concursos de poesía, cuento y ensayo.
Participante en diversos actos de la provincia de San Juan en Feria del Libro,
en Buenos Aires.
Participante en Encuentros de Escritores en el país, Chile y Bolivia.
Conductor de Talleres Literarios para Jóvenes y Adultos (en Dirección de
Cultura de la Provincia -1984 a 1987-, Dirección de Cultura de Municipalidad
de la Capital -1988 a 1992-, Alianza Francesa -1992 a 1994, y en forma
particular conductor del Taller Literario “La Jarilla” entre 2012 y 2019).
Cantautor, participante en diversos discos compactos editados en San Juan.

Mail: ricardotrombino59@gmail.com

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