Está en la página 1de 2

NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS

Quinto día de la Novena


Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me
pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a
pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para
presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de
adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días
de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te
presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también
mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.
CONSIDERACIÓN PARA CADA DÍA:
DÍA Quinto:
AMOR DEL NIÑO JESÚS PARA CON LOS HOMBRES
Evangelio según san Juan
Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo
que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os
he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis
elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis
fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo
conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.» Palabra del Señor.
Todas las acciones del Niño Jesús cuando vivía en Nazaret con su Santísima Madre y el patriarca San
José, tuvieron por principio, después de la gloria de su Padre, el amor universal, el amor a los
hombres.
En efecto, este amor fue el que lo obligó a dejar su gloria para revestirse de nuestra pobre y mortal
naturaleza, y llevar una vida oscura, sometida a extrema pobreza y a toda clase de privaciones, fatigas
y persecuciones, hasta morir en una cruz, y todo lo aceptó y sufrió con gusto para hacernos
eternamente felices.
¡Oh mi adorable Niño Jesús! Tan amante y tan poco amado... Perdona mis olvidos y los del mundo
ingrato que no piensa en Ti. Tu corazón dulcísimo que tanto ha amado a los hombres, sólo ha recibido
de ellos ofensas e ingratitudes. Por este corazón herido por nuestros pecados, haz que en adelante no
tenga corazón sino para amarte a Ti que eres mi único y sumo Bien. Amén. Padrenuestro, avemaría,
Gloria
OREMOS
Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

Gozos
Dulce Jesús mío,
mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

Rey de las naciones,


Emmanuel preclaro,
De Israel anhelo
Pastor del rebaño!

¡Niño que apacientas


con suave cayado
ya la oveja arisca,
ya el cordero manso!

¡Ábranse los cielos


y llueva de lo alto
bienhechor rocío
como riego santo!

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS


Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras
para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos
de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma
verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos
infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se
expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que
escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

También podría gustarte