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La Traducción y la Interpretación son disciplinas que cobran especial relevancia en el mundo actual, en el
que, por razones sociales y económicas, se hace cada vez más necesario superar las fronteras lingüísticas y
culturales.
Si embargo, el dominio exclusivo de las lenguas de trabajo no garantiza el éxito de la labor translaticia, por
este motivo el traductor necesita las herramientas conceptuales que ofrece la Lingüística y que son las que
permiten abordar rigurosamente el proceso de la traducción.
1. El concepto de traducción
El termino <traducción= procede del latino traductio, que significa <llevar al otro lado= y es polisémico,
por tanto, es importante empezar por la distinción que establece Jakobson entre tres tipos de traducción:
Traducción intralingüística, que consiste en el trasvase de los signos de una lengua a otros signos de la
misma lengua. Este trasvase puede estar motivado por cambios de época, de estilo, de destinatario,
etc. Por ejemplo, una adaptación del Don Quijote para niños o una obra de teatro del Siglo de Oro
español a la lengua de hoy.
Traducción intersemiotica, que consiste en el trasvase de los signos verbales de una lengua a los signos
de un sistema no verbal. Por ejemplo, la traducción del discurso de un político mediante el lenguaje de
signos para sordomudos.
Traducción interlingüística, llamada también traducción propiamente dicha, que consiste en el
trasvase de los signos de una lengua a los signos de cualquier otra lengua.
No es posible olvidar papel de traductor, un mediador transcultural. Se define así́ porque los modernos
enfoques traductológicos insisten en la mediación cultural y no solo lingüística, de hecho, el traductor no
debe solo ser un buen lingüista, ha de ser un etnógrafo excelente, lo que significa pedirle no solo que sepa
todo de la lengua que traduce, sino también todo acerca del pueblo que utiliza esa lengua.
1. Fase de comprensión, en la que el traductor efectúa un análisis pormenorizado de los elementos que
permiten obtener el sentido global del texto.
2. Fase de reformulación, en la que el traductor busca equivalentes que reverbalicen, en la lengua
terminal, el testo fuente.
3. Fase de revisión, o análisis justificativo, cuyo objetivo es verificar la exactitud de la traducción escogida.
3. La Competencia traductora
Para completar con éxito el proceso de la traducción, el traductor debe disponer de la que se denomina
competencia traductora, que exige el desarrollo de algunas capacidades.
Competencia lingüística y textual en los dos sistemas, original y meta. Estas dos competencias son
fundamentales para las fases de comprensión y de reformulación.
Competencia extralingüística, o sea conocer el contexto extralingüístico (cultural, político, económico,
social, geográfico...) que envuelve tanto el original como la traducción.
4. La competencia traductora
El principal objetivo del traductor es lograr la equivalencia traductora, noción de gran amplitud y en
continua evolución. En nuestros días el concepto de equivalencia ha de cubrir dos requisitos:
Máxima fidelidad posible al plan conceptual del original
Aceptabilidad del texto meta en la lengua y en la cultura de llegada
1. Lingüística y traducción
Tradicionalmente se ha establecido una distinción entre la Lingüística de la Lengua y la Lingüística del
habla:
Lingüística de la lengua → describe el sistema de la lengua, con independencia del uso que hacen los
hablantes reales en situaciones comunicativas concretas. Así́, estas descripciones suelen partir de la figura
de un hablante-oyente ideal.
Lingüística del habla → describe el sistema de la lengua a partir del uso que hacen los hablantes reales en
situaciones concretas. Con este objetivo se adoptan como parámetros del análisis las características
demográficas de los individuos (sexo, nivel cultural etc.) sus intenciones comunicativas, el contexto
situacional, etc.
Como la traducción se interesa por una lingüística real que se orienta a solucionar problemas concretos,
se ha de señalar que la Traductología (la ciencia que estudia la traducción) se nutre fundamentalmente del
desarrollo de la lingüística del habla, que ha puesto el acento en desvelar los fenómenos comunicativos a
través de disciplinas como la Lingüística del texto, la Pragmática y la Sociolingüística.
2. Lingüística de la lengua
El Generativismo y el Estructuralismo son dos de las disciplinas fundamentales de la Lingüística de la
Lengua. Proporcionan la fundamentación necesaria para comprender aspectos básicos de la traslación.
Esto es así́ porque, para entender que el proceso de la traducción se desarrolla en la esfera del habla,
resulta imprescindible partir de la oposición teórica establecida entre los dos planos constituyentes del
lenguaje: la lengua y el habla.
Para comprender el proceso de la traducción hay unos conceptos necesarios: lengua y habla, competencia
y actuación y norma lingüística.
2.1 Lengua y Habla. Competencia y Actuación
Saussure, el padre del Estructuralismo, ha establecido una dicotomía entre lengua y habla para explicar el
funcionamiento de las lenguas.
Lengua → es un sistema de signos que expresan ideas y además contiene las reglas que permiten su
combinación. Asimismo, la lengua es común a todos los hablantes que conforman un grupo lingüístico
determinado. Es el objeto de estudio de la Lingüística propiamente dicha.
Habla → por el contrario, el habla es la utilización real del sistema de reglas, que depende de un acto
individual de voluntad y de inteligencia sujeto a tantas y tan variadas diferencias.
El lingüista norteamericano Chomsky, fundador del Generativismo, acuña los conceptos de competencia y
actuación, que repiten la dicotomía saussureana. La actuación de Chomsky se corresponde con el habla y
la competencia, identificada con la lengua, es el sistema de reglas y principios interiorizado por un
hablante-oyente ideal, que le permite generar y comprender un número infinito de oraciones.
El plano fonético – fonológico: Este plano se ocupa de los sonidos de la lengua, del modo en que se
articulan y se combinan. Es importante tener presente que este plano no queda relegado a la
oralidad y que puede tener repercusión sobre la traducción de textos escritos. Los sonidos pueden
afectar al significado del discurso evocando ciertas representaciones y emociones.
Por ejemplo, en un poema se ha de mantener no solo la integridad del sentido, sino también, dentro de
lo posible, su forma, su ritmo, su rima, etc.
El plano morfosintáctico: Este plano se ocupa de la Gramática, disciplina que estudia la forma de las
palabras, la morfología, y su combinación en cadenas interpretables y bien formadas, la sintaxis.
Existe también una disciplina, la Lexicografía, cuyo cometido es coleccionar todas las palabras de un
idioma y descubrir y fijar el sentido y empleo de cada una de ellas. Todo esto se materializa en los
diccionarios. Ningún diccionario puede contener todo el léxico de una lengua, pues este está́ en continua
expansión y modificación.
Por lo que se refiere al significado de las palabras, hemos de considerar que la Semántica se interesa no
solo por el significado léxico, sino también por el significado gramatical, el que poseen los morfemas. De
hecho, para entender el significado de una oración, hemos de conocer también como los lexemas se
combinan con los morfemas.
Desde la perspectiva del significado léxico, los conceptos más importantes aportados por la Semántica a la
traducción son los de significado denotativo, significado connotativo y sentido.
Significado denotativo → es aquello que evoca nuestra mente al oír o leer una palabra con
independencia del contexto. Por ejemplo, del vocablo amanecer, el significado denotativo es <la parte
del día en que sale el sol=.
Significado connotativo → otro tipo de significación subjetiva asociada a un determinado lexema,
añadida al significado denotativo y que surge del contexto lingüístico y extralingüístico.
Las lenguas tienden a diferir, de un modo más radical, en las significaciones afectivas que en las
referenciales. El traductor tiene que recoger en el texto meta las connotaciones, porque forman parte del
lenguaje y han de ser traducidas de igual modo que las denotaciones.
Ejemplo: Las ascuas de un crepúsculo morado Detrás del negro cipresal humean
Estos versos de Antonio Machado describen, desde el punto de vista denotativo, un atardecer en un
paisaje campestre. Sin embargo, determinadas palabras como <crepúsculo, morado, negro y ciprés=
aportan un significado connotativo, el de la muerte.
Este significado connotativo es identificable por el lector perteneciente a una cultura en la que el morado y
el ciprés se asocian con el fin de la vida. Entonces, en las culturas en que estos términos no tengan estas
connotaciones, será́ necesario buscar términos equivalentes desde un punto de vista semántico.
Pero es importante destacar que, cuando usamos la lengua, el mensaje que transmitimos no solo se ciñe al
significado. El receptor puede interpretar otros significados de naturaleza no lingüística, o sea no presentes
en los lexemas ni en los morfemas. Esto es lo que puede pasar en la traducción de proverbios, refranes o
chistes.
Ejemplo de esto → The early bird catches the worm / A quien madruga Dios le ayuda Una traducción literal
no sería adapta para un lector español.
CAPITULO 3 - APORTACIONES DE LA LINGÜÍSTICA DEL HABLA A LA TRADUCCIÓN. LA SOCIOLINGÜÍSTICA
2. La Sociolingüística
Según la sociolingüística la única descripción valida del sistema es la que parte de la observación del
verdadero uso de la lengua que hacen los hablantes, y no de un análisis teórico.
Por tanto, se integra al estudio de la lengua la descripción de la variación espacial, social y estilística,
elementos que el Generativismo y el Estructuralismo habían arrinconado por considerarlos indignos de
análisis.
La variación es algo inherente a cualquier sistema lingüístico y fácilmente percibido por los hablantes. La
Sociolingüística aboga por la idea de la lengua como un archisistema, o sea un sistema de sistemas que
presentan diferencias determinadas por factores ajenos a la lengua misma, como la jerarquía social, la
geografía y la relación entre los interlocutores. Estas diferencias se materializan en las llamadas
variedades diatópicas, diastráticas y diafásicas.
• Variedad diatópica: está determinada por el factor geográfico, responsable de las diferencias fonéticas,
léxicas e incluso morfosintácticas que se manifiestan en hablantes que comparten la misma procedencia
geográfica.
Ejemplo → el español que se habla en Canarias es diferente del español que se habla en otras geografías.
No se trata solo de diferencias de entonación, sino también de otras que afectan a todos los planos
lingüísticos: diferencias fónicas como el seseo; diferencias morfosintácticas como la preferencia por el
pretérito indefinido frente al pretérito perfecto; y diferencias léxicas como la supervivencia de ciertos
vocablos procedentes del portugués.
• Variedad diastrática o sociolecto: está determinada por factores poblacionales objetivos, que
determinan la pertenencia de los hablantes a un nivel concreto de la estructura socioeconómica de la
sociedad.
Esta variedad refleja el modo en que los hablantes utilizan su propia variedad geográfica según la posición
que ocupan en la estructura socioeconómica, y las diferencias entre los sociolectos dependen
directamente del grado de rigidez que impera en la sociedad.
Ejemplo → en una sociedad como la de India, fuertemente jerarquizada, los sociolectos son variedades
muy estables y diferenciadas; en cambio, en una sociedad con una estratificación muy débil, como una
cualquier comunidad autónoma de España, los sociolectos se diferencian poco entre sí.
Así́, en los sociolectos se reconocen fenómenos que estigmatizan o que, por el contrario, conceden
prestigio al individuo, porque se consideran relacionados, respectivamente, con grupos poblacionales
caracterizados por un escaso o alto nivel socioeconómico.
• Variedad diafásica: está motivada por el menor o mayor grado de formalidad del acto comunicativo,
que depende de la relación interpersonal entre el emisor y el receptor.
Así́, los hablantes no se expresan de la misma manera cuando se dirigen a sus amigos o a la persona que
los entrevista para contratarlos.
Ejemplo → <Me gusta la traducción porque conoces culturas diferentes, dos maneras de pensar, aparte de
las dos lenguas, claro, y porque además te puedes ganar la vida superbién con ella=
<Mi afición por el mundo de la traducción procede, de una parte, de un gusto personal por el conocimiento
de distintas culturas y mentalidades; y, de otra, del hecho de que se trata de una de las profesiones
pertenecientes al ámbito de las Humanidades que ofrece uno de los abanicos más amplios de posibilidades
laborales=.
Estos son dos modos diferentes de usar la lengua por parte de una misma persona. Las diferencias están
motivadas no por lo que se dice, sino por la presencia de un interlocutor diferente con el que se mantiene
un tipo de relación distinta.
Las variedades diafásicas o estilos son utilizadas de forma consciente por el individuo, quien las selecciona
según la situación comunicativa en que se halle, a diferencia de las variedades diatópicas y diastráticas,
predeterminadas por la pertenencia del hablante a una geografía o un grupo social concreto.
Un concepto relacionado con las variedades diastráticas y diafásicas es el de norma estándar.
Norma estándar → es el estilo más formal utilizado por el sociolecto de mayor cultura de cada comunidad.
Esta norma, al gozar de prestigio y aceptación, es el instrumento expresivo de las actividades culturales y
de la comunicación social, económica, política, etc. de cada comunidad. Es muy similar en todas las
variedades diatópicas de una misma lengua y es próxima a la lengua escrita, que le sirve de modelo.
Ejemplo → en textos literarios es sabido que los personajes hacen un uso de la lengua que es esencial para
su caracterización (por ejemplo, una criada que utiliza una variedad que denota su pertenencia a un nivel
socioeconómico bajo). Por tanto, el traductor tendrá́ que seleccionar variedades diatópicas y diastráticas
para transmitir al receptor meta la misma caracterización conocida por el autor del original.
Puede tratarse de fenómenos tales como rasgos articulatorios que reproducen una mala pronunciación,
refranes, frases hechas, expresiones coloquiales, conectores del ámbito popular, léxico de connotaciones
populares etc.
Lo mismo pasa con la variación diafásica, de momento que la manera de expresar determinadas relaciones
interpersonales cambia según las lenguas y culturas.
Ejemplo → las fórmulas de tratamiento como el usted/ustedes español son de difícil traducción en todas
las lenguas, dado que no siempre hay equivalentes.
5. El acontecimiento de habla
Todos los conceptos analizados (variedad diatópica, diastrática, diafásica, campo y modo) se manifiestan
en la actividad comunicativa real, denominada acontecimiento de habla.
Por tanto, se define acontecimiento de habla el conjunto de las actividades comunicativas regidas por
normas sociolingüísticas que pueden variar en función de la cultura de que se trate.
1. Pragmática
El análisis de las unidades lingüísticas y los factores sociales que rodean el acto comunicativo no pueden
dar cuenta de la totalidad de los fenómenos que constituyen un texto. A estos se ha de sumar el contexto
en que se desenvuelve la comunicación.
Noción de contexto: comprende
El contexto físico o situacional, esto es, el entorno físico inmediato.
El contexto lingüístico o contexto, es decir, el entorno lingüístico que acompaña el acto
comunicativo.
El contexto cognitivo o conjunto de creencias, recuerdos, suposiciones culturales, saberes
sociolingüísticos y conocimientos enciclopédicos del mundo.
2. Acto de habla
El propósito de analizar los mensajes desde una perspectiva no exclusivamente lingüística ha permitido el
desarrollo del concepto de acto de habla.
El lingüista anglosajón Austin fue el que se percató́ de que, al hablar, realizamos distintos tipos de acciones
y reconoció́ en todo mensaje la existencia de tres tipos de actos: locutivo, ilocutivo y perlocutivo.
Acto locutivo: la acción de decir un enunciado que tiene significado de acuerdo con las reglas fonético-
fonológicas, morfosintácticas y léxico-semánticas del sistema lingüístico.
Acto ilocutivo: la acción intencionada que realizamos mediante el uso de un enunciado. (¿Puedes abrir
la ventana? ¿Siempre deja todo tan desordenado? ¿Te estarás quieto de una vez? Parecen todas
preguntas por la modalidad interrogativa que utilizan, pero en realidad realizan acciones diferentes, o
sea una solicitación, un reproche y una orden).
Acto perlocutivo: la acción de producir un efecto o reacción en el receptor mediante un enunciado.
(con un enunciado como ¡Qué calor que hace aquí́! El hablante espera obtener una respuesta
comportamental de su interlocutor, que es precisamente la de que abra una ventana).
El traductor debe reproducir las intenciones comunicativas del autor del original, ha de provocar en sus
receptores, en la medida de lo posible, la misma respuesta que el original provocó en los suyos. Esto
supone el logro de la equivalencia perlocutiva.
3. Indicadores de fuerza ilocutiva
Más tarde, Searle, partiendo de lo afirmado por Austin, afirma que en cualquier enunciado el receptor
puede encontrar señales fonético-fonológicas, gramaticales o léxico-semánticas para reconocer el tipo de
acto ilocutivo que está realizando el emisor.
Estas señales las denominas indicadores de fuerza ilocutiva. Estos permiten clasificar el acto ilocutivo del
siguiente modo:
Asertivo: se emplea para decir al receptor como son las cosas. (está lloviendo)
Directivo: se utiliza para conseguir que el receptor haga cosas. (abre la ventana, por favor)
Expresivo: con él, el hablante manifiesta sus sentimientos y actitudes. (ojalá que puedas venir a verme
este fin de semana).
Compromisivo: el hablante se compromete a hacer cosas. (te aseguro que no faltaré a la cita).
Declarativo: empleado para producir cambios en el mundo de su interlocutor. (yo te nombro
caballero).
5. El significado implícito
Además del principio de cooperación, Grice establece también una distinción entre lo que se dice y lo que
se comunica. Acuña así́ el concepto de implicatura, que designa la información no expresada que el
receptor debe inferir del significado del mensaje y de la información proporcionada por el contexto.
Por ejemplo, si yo digo <me obligó a escuchar un disco entero de Julio Iglesias=, la implicatura es que Julio
Iglesias es un cantante que no me gusta.
En ocasiones el traductor se ve obligado a explicitar información implícita en el original, simplificando el
proceso de comprensión del receptor meta. Esto provoca una pérdida de la intención pragmática del
original.
6. La teoría de la relevancia
En 1986, Sperber y Wilson enunciaron la teoría de la relevancia, que supone una simplificación de las
máximas de Grice, en tanto que quedan reducidas a una sola: ser relevante.
Un enunciado es relevante para el individuo cuando conecta con sus conocimientos previos y le permite
derivar conclusiones pertinentes.
Además, una información será́ más relevante cuanto menor sea el esfuerzo que tiene que hacer el
receptor para interpretarla.
Entonces el objetivo del receptor es emplear la menor energía posible en el procesamiento de la
información. Para que este esfuerzo sea verdaderamente reducido, el hablante proporciona a su
interlocutor evidencias de cuál es su intención comunicativa, adoptando lo que se denomina
comportamiento ostensivo.
CAPITOLO 5 - APORTACIONES DE LA LINGÜÍSTICA DEL HABLA A LA TRADUCCIÓN LA LINGÜÍSTICA DEL
TEXTO
Lingüística del texto → se ocupa del texto, producto de la actuación concreta de los hablantes y, por tanto,
inscrito en el habla.
La lingüística del texto es particularmente útil para la Traductología, pues la traducción es la sustitución de
material textual en una lengua por material textual en otra lengua.
Junto al concepto de texto, otro concepto importante de la lingüística del texto es la noción de enunciado,
formalmente delimitado por un punto o punto y coma.
Estos principios cambian según las lenguas y las culturas, el traductor se ve obligado a introducir
modificaciones textuales para adecuar el texto meta al funcionamiento característico de la lengua de
llegada. Es imprescindible que el traductor posea esa competencia textual.
3. Coherencia y Cohesión
De todos los principios, los dos conceptos fundamentales son los de coherencia y cohesión.
Para que una producción lingüística pueda considerarse un texto, uno de los primeros requisitos que ha
de satisfacer es el de ser coherente; es decir, ha de presentarse como una unidad global de sentido, en
la que las ideas se vinculen entre sí y con el contexto.
La cohesión, por su parte, se manifiesta en la superficie a través de la conexión morfosintáctica y
léxica del texto. Algunos de los mecanismos que infunden coherencia al discurso son: marco,
macroestructura,
estructura de contenido, superestructura e intertextualidad.
El traductor tiene que dominar las convenciones de los distintos tipos textuales.
Macroestructura global: núcleo informativo del texto, condensado en pocas palabras.
Macroestructuras parciales: subunidades de contenido que dan forma a un texto y que suelen
aparecer en la superficie a modo de párrafos. Estas últimas se integran en la estructura de contenido,
que da cuenta de la forma en que se organizan las ideas en un texto.
Superestructura: una especie de esquema al que el texto se adapta y que contiene una serie de
categorías que confluyen sistemáticamente en un tipo de texto dado.
Ejemplo → un ejemplo de marco es el literario, el cual presenta una superestructura determinada, la
narrativa. Al tratarse de un texto narrativo, responde a un esquema, la superestructura, caracterizada por
la presencia de diferentes categorías: historia (recogida en el texto completo), moraleja (implícita en el
texto), marco (descripción del lugar, del momento, de las personas y de sus características), complicación
y resolución.
Todos estos son mecanismos de coherencia condicionados por factores pragmáticos; en efecto, un texto
puede resultar inaceptable por razones pragmáticas.
Por ejemplo, en una noticia periodística el uso del presente de indicativo violaría los principios de
objetividad de este tipo de texto.
Se trata de procedimientos habituales para nutrirse de fuentes diversas, con un mayor o menor grado de
explicitud.
1. Mecanismos de cohesión
Los mecanismos de cohesión, también llamados de conexión, son todos aquellos que permiten establecer
relaciones morfosintácticas, léxico-semánticas y pragmáticas entre los diversos componentes del texto. Los
principales son:
• Deixis: los elementos deícticos o también llamados fóricos, sirven para señalar en el contexto lingüístico
y extralingüístico relaciones espaciales, temporales y de persona.
Estos elementos son por ejemplo los pronombres personales, los demostrativos, los posesivos, los
relativos, los artículos, adverbios locativos etc.
Estas relaciones pueden ser entre un elemento textual y una entidad presente en el entorno físico o
situacional, o entre un elemento del texto y otros elementos del mismo texto.
Las relaciones intratextuales pueden distinguirse en anafóricas, en las que el elemento deíctico está
relacionado con otro elemento, definido referente, aparecido en el pre-texto, y catafóricas, donde el
segundo elemento está en el post-texto.
• Marcadores del discurso: son elementos morfológicamente invariables y que, desde el punto de vista del
contenido, sirven para proporcionar al receptor instrucciones para procesar la información.
Estos elementos proporcionan al receptor las pistas para interpretar convenientemente la información del
texto.
Ejemplo → Pero es un marcador contraargumentativo, porque indica al receptor que la información que le
sigue anulará o alterará la información del pretexto.
• Mecanismos léxico – semánticos: junto a la deixis y a los marcadores del discurso, los lexemas
seleccionados por el productor del texto también están relacionados entre sí́ por vínculos semánticos y
pragmáticos.
Vinculo semántico → entre vocablos que remiten a una misma realidad, o comparten rasgos significativos
comunes (billete y moneda)
Vinculo pragmático → entre vocablos que se asocian dentro del texto porque aluden a conceptos
pertenecientes a un mismo campo de la experiencia humana (dinero, joyas y yate).
Estos dos tipos de relación se concretan en el texto en las cadenas nominativas formadas por lexemas que
se suceden a lo largo de las distintas unidades textuales y que contribuyen a prolongar un determinado
tema. Las cadenas nominativas se construyen mediante una serie de recursos que se engloban en la
denominada recurrencia léxica. Los recursos son:
Sinonimia, es la reiteración de un mismo significado mediante lexemas diferentes (obesidad, gordura).
Hiperonimia, es la relación jerárquica que se establece entre una palabra de una gran amplitud
semántica (hiperónimo) y otra palabra de mayor precisión significativa (hipónimo). (patología,
obesidad).
Repetición de un mismo lexema a lo largo del texto.
Derivación, es la relación entre palabras que, además de poseer un mismo significado, comparten una
misma raíz, modificada por afijos. (gordos, gordísimos, gordura)
Antonimia, es la asociación entre lexemas que poseen significados contrarios. (personas cadavéricas/
seres monstruosamente gordos)
Cognación, es la relación entre palabras que comparten parcialmente algunos rasgos significativos.
(patología / enfermos).
Progresión temática: su aclaración exige el conocimiento de los conceptos de tema y rema.
Tema aquella porción del discurso que contiene información conocida o presupuesta ya sea porque ha
sido presentada previamente en el mismo texto, ya sea porque forma parte del bagaje conceptual del
receptor.
Rema representa la porción del mensaje que aporta el contenido fundamental, supone la información
nueva que se da en relación con el tema.
La concatenación de sucesivos temas y remas articula la progresión temática del texto, mecanismo de
cohesión que surge de la contraposición constante entre lo nuevo y lo viejo.
Además, todo contenido remático puede transformarse en temático y, de este modo, en punto de partida
para la incorporación de nuevas informaciones.
1. La revisión
El hecho de que el trasvase interlingüístico, el texto meta, suponga una labor continua de selección,
implica que no todas las traducciones sean apropiadas. Por esta razón el proceso de la traducción ha de
culminar con una última fase de revisión o evaluación del texto traducido, denominada análisis
justificativo.
Esta fase tiene un doble objetivo:
Garantizar que la traducción sea equivalente y que, por tanto, exprese el sentido del original.
Comprobar su grado de adecuación a las características de la lengua termino y a sus nuevos
destinatarios.
Entre los dos extremos señalados, podemos encontrar alternativas múltiples; por ello, a la hora de evaluar
la selección lingüística del traductor, hemos de tener presente, la situación comunicativa en que se
desarrolla el mensaje. Esta incluye el tipo de texto de que se trata y la audiencia a la que se dirige.
Son precisamente tales parámetros los que determinan el acierto de la elección efectuada por el traductor.
2.a. Algunas consecuencias del contacto interlingüístico en los textos meta españoles
Las consecuencias del contacto entre lenguas no se dejan sentir con igual intensidad en todos sus planos.
Las interferencias son más intensas en el plano del léxico que en el de la morfosintaxis.
Sin embargo, algunas de las consecuencias del contacto interlingüístico en los textos meta españoles se
dejan sentir propiamente en este plano.
Es conocido que el español, a pesar de contar con una construcción de pasiva analítica con ser, prefiere la
formula activa o la pasiva refleja. Selecciona la pasiva analítica en dos situaciones:
Cuando se quiere indicar indeterminación de agente
Cuando se pretende dar relieve al objeto directo de la fórmula activa signándole la función de sujeto.
(la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia fue diseñada por Calatrava)
Actualmente, sin embargo, se asiste a una proliferación de la pasiva analítica, a causa de traducciones
apresuradas del francés y, especialmente, del inglés, lenguas que hacen un uso mucho más extenso de esta
construcción.
Este proceso ha traído consigo también su aparición en contextos anómalos, por ejemplo, en las pasivas
cuyo sujeto es el complemento indirecto en la correspondiente activa.
Le preguntaron a Blair a propósito de... (Blair es el CI)
Blair respondió́ con evasivas cuando fue preguntado a propósito... (este enunciado es incorrecto)
Otro aspecto de la morfosintaxis del español que acusa los efectos del contacto interlingüístico es la
selección modal. La selección entre indicativo y subjuntivo está en buena medida determinada por
factores pragmáticos de difícil sistematización, entonces es un aspecto bastante inestable.
Otro caso en que hay muestra de la adopción de esquemas foráneos se encuentra en las adverbiales
precedidas de la preposición para en aquellos casos en que no coinciden los sujetos principal y
subordinado. Como es sabido, a diferencia de lo que ocurre en inglés, este tipo de oración se construye
con para que + subjuntivo, pero han aparecido ejemplos de esta construcción con infinitivo.
Bush no ha enviado suficiente tropa a Irak para los soldados proteger el nuevo estado iraquí́.
(incorrecto)
Bush no ha enviado suficiente tropa a Irak para que los soldados protejan el nuevo estado iraquí́.
Podemos entonces afirmar que el descuido del traductor hace el texto meta especialmente permeable al
influjo foráneo.