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Universidad Nacional de Asunción

Facultad de Ciencias Económicas-Filial Caacupé

LA VIRTUD Y EL
DESEMPEÑO
PROFESIONAL

Integrantes

• Didier Diaz
• Mireya Benítez
• Araceli Cáceres
• Victoria Echeverría
• Katherine Ayala
• Selene Guillén

Materia: Ética

Profesora: Dra. Lidia Rosa Saldívar de Salinas

Curso: 1ro

Semestre: 2do

Año: 2023
Introducción

En este trabajo, exploraremos un conjunto de valores que desempeñan un


papel crucial en la construcción de una sociedad justa y ética: la
responsabilidad, la sinceridad, el optimismo, la justicia y la tolerancia. Estos
valores son como los cimientos de una estructura moral sólida, que nos ayuda
a navegar por un mundo cada vez más complejo y diverso.

La responsabilidad nos insta a asumir las consecuencias de nuestras acciones


y a ser conscientes del impacto que tenemos en los demás y en el entorno. La
sinceridad nos exige la honestidad en nuestras palabras y acciones,
construyendo relaciones basadas en la confianza y la transparencia. El
optimismo nos inspira a mantener una actitud positiva y a buscar soluciones
constructivas en medio de los desafíos. La justicia nos llama a luchar por la
igualdad y la equidad, garantizando que todos tengan igualdad de
oportunidades. La tolerancia nos recuerda la importancia de respetar y aceptar
las diferencias de los demás, promoviendo la convivencia pacífica en una
sociedad diversa.

A lo largo de este trabajo, exploraremos cada uno de estos valores en


profundidad, examinando su importancia en la toma de decisiones éticas y su
contribución a la construcción de un mundo más justo y ético. También
consideraremos cómo estos valores pueden enfrentar desafíos y dilemas éticos
en la sociedad actual, y cómo podemos cultivarlos en nuestras vidas para
convertirnos en ciudadanos más responsables y éticos.
El sentido de la virtud

El concepto de virtud nos remite a los orígenes de la filosofía moral. La


ética griega es una ética de las virtudes. El término griego que traducimos por
‘virtud’ es areté, que significa la excelencia de una cosa. Todo tiene su areté, su
virtud, determinable atendiendo al telos, fin o función que debe realizar cada
cosa. La virtud del padre de familia es proteger a los suyos; la de un rey,
gobernar; la virtud de un arpa, dar las notas adecuadas; la de un atleta, conseguir
las mejores marcas. Si cada cosa tiene su fin propio, ¿cuál es el fin del hombre?
Conocer el fin es importante para saber cómo vivir bien o cómo ser una buena
persona. Las virtudes son aquellas cualidades que debería adquirir la persona
para comportarse debidamente.
Las virtudes se adquieren con esfuerzo y gracias a la educación. Nadie
nace siendo virtuoso. El término virtud está muy relacionado con “hábito” y con
“costumbre”. Los hábitos y las costumbres configuran nuestro carácter o ethos,
de donde viene “ética”.
En este sentido, la virtud puede designar la fuerza, el vigor o el valor que
una persona presenta ante determinadas situaciones: “A pesar de lo que le ha
pasado, Magdalena ha demostrado la virtud de seguir siempre adelante”. De allí
que también pueda hablarse de virtud para referirse a la entereza de carácter de
alguien.
La virtud, como tal, se puede verificar en las personas con integridad
moral, dispuestas a conducirse de acuerdo a lo que es justo, a lo que, entendido
en un sentido moral, es correcto.

Por ello, la virtud también es reconocible en las acciones virtuosas y en la


manera recta de proceder. De allí que, en el lenguaje cotidiano, el término virtud
también se emplee para designar las cualidades de una persona que obra bien.
Por otro lado, virtud también puede usarse para referirse a la eficacia de
determinadas cosas para producir o causar efectos positivos: “El caldo de pollo
de mi madre tiene la virtud de levantar a un muerto”, “el aloe vera tiene
impresionantes virtudes curativas”.
La virtud y el desempeño profesional.

Las virtudes profesionales son las cualidades que regulan los actos
humanos en el trabajo a través de un conjunto de principios y valores que
conducen al hombre por el camino del éxito y del desarrollo personal. Las
virtudes como disciplina que guía a los individuos por el camino de la honradez
en el trabajo, la puntualidad, la obediencia, el respeto y a la eficiencia en las
labores, dan Paso a las competencias laborales, tales como: El trabajo en
equipo, la capacidad de análisis, de negociación, capacidad y disposición para
el aprendizaje constante y la solución de problemas, etc.
. ¿Qué son las virtudes humanas?

Las virtudes humanas son prácticas habituales que llevan a la perfección


del entendimiento y de la voluntad, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra
conducta en conformidad con la razón y las convicciones espirituales. Ellas
conducen a los individuos a hacer el bien en todo momento y a realizar las
actividades cotidianas de trabajo eficientemente, para obtener el fruto de la
subsistencia.

La persona que integralmente practica las virtudes en el trabajo, es


estable y de confiar ya que posee un elevado sentido de responsabilidad frente
al compromiso y un alto grado de identidad para con la organización en donde
se desempeña.

Las principales virtudes humanas que constituyen cardinalmente la base


de la vida ética o virtuosa en el trabajo, son:

Responsabilidad

Responsabilidad es dar cumplimiento a las obligaciones y ser cuidadoso al tomar


decisiones o al realizar algo. La responsabilidad es también el hecho de ser
responsable de alguien o de algo.

La cualidad de ser responsable significa cuidar de sí mismo y de los demás,


en respuesta a la confianza que las personas depositan entre nosotros. Cuando
somos responsables, estamos expresando el sentido de comunidad y de
compromiso que asumimos con los demás.
La responsabilidad es un valor y una práctica ética, ya que impacta en la vida
familiar, académica, laboral y ciudadana.
Una persona responsable cumple con sus deberes de manera oportuna y
eficiente. Por ejemplo, es responsable una persona puntual en su trabajo, que
lleva a cabo las tareas y objetivos asignados de la mejor manera posible.

También se dice que alguien es responsable cuando asume las consecuencias


de sus acciones.

Valor de la responsabilidad
El valor de la responsabilidad reside en que, gracias a ella, nos cuidamos unos
a otros y alcanzamos el desarrollo familiar, comunitario y social. Cuando alguien
no es responsable, no solo afecta su propio crecimiento, sino que perjudica a los
demás.

En la sociedad, se espera que las personas actúen de forma responsable,


ejerciendo sus derechos y cumpliendo sus obligaciones como ciudadanos.
Por ejemplo, cuando un padre abandona a un hijo, afecta su crecimiento
emocional y lo expone a una vida más difícil. Pero cuando cuida de él con cariño,
el niño crece con autoconfianza y desarrolla mejor sus habilidades.

Del mismo modo, cuando el presidente de un país y su equipo de gobierno no


cumplen con sus obligaciones, se desata una crisis social. Al contrario, cuando
obran con responsabilidad, el país avanza.

Como vemos, hay situaciones o roles donde el nivel de responsabilidad es


mayor: un cargo político, un puesto de trabajo, ser padres o cuidar de alguien.

La responsabilidad es también una cuestión ética, porque al cultivarla


contribuimos al bien común.

Ejemplos de responsabilidad
La responsabilidad es importante para el sano desarrollo personal, familiar,
comunitario y social.

• Responsabilidad con uno mismo:


• Responsabilidad en casa:
• Responsabilidad en la escuela:
• Responsabilidad con nuestros compromisos:
• Responsabilidad ciudadana:
Tipos de responsabilidad
Responsabilidad civil
En derecho, la responsabilidad civil es la obligación de reparar el daño que una
persona ha causado a otra. La responsabilidad civil puede adquirirse por contrato
(contractual) o estar estipulada por ley (extracontractual).

Cuando la persona que responde por los daños es una persona diferente al
autor, se llama responsabilidad por hechos ajenos o responsabilidad civil
subsidiaria.
Responsabilidad social
Responsabilidad social es la carga, compromiso u obligación que los miembros
de una sociedad tienen entre sí y con la propia sociedad.

La responsabilidad social puede ser positiva, en el sentido de obligarse a ejecutar


determinadas acciones, o negativa, en referencia a abstenerse de acometer
determinadas acciones.

EL RESPETO

El respeto es un valor y una cualidad positiva que se refiere a la acción de


respetar; es equivalente a tener veneración, aprecio y reconocimiento por una
persona o cosa.

La palabra proviene del latín respectus, que traduce ‘atención’, ‘consideración’,


y originalmente significaba ‘mirar de nuevo’, de allí que algo que merezca una
segunda mirada sea algo digno de respeto.
El respeto es uno de los valores morales más importantes del ser humano, pues
es fundamental para lograr una armoniosa interacción social. El respeto debe ser
mutuo y nacer de un sentimiento de reciprocidad.

Una de las premisas más importantes sobre el respeto es que para ser respetado
es necesario saber o aprender a respetar, a comprender al otro, a valorar sus
intereses y necesidades.

El respeto también debe aprenderse. Respetar no significa estar de acuerdo en


todos los ámbitos con otra persona, sino que se trata de no discriminar ni ofender
a esa persona por su forma de vida y sus decisiones, siempre y cuando dichas
decisiones no causen ningún daño, ni afecten o irrespeten a los demás.

Respetar es también ser tolerante con quien no piensa igual que tú, con quien
no comparte tus mismos gustos o intereses, con quien es diferente o ha decidido
diferenciarse. El respeto a la diversidad de ideas, opiniones y maneras de ser es
un valor supremo en las sociedades modernas que aspiran a ser justas y a
garantizar una sana convivencia.

Muchas religiones abordan la cuestión del respeto hacia los demás, porque es
una de las reglas esenciales para tener una relación sana con el prójimo.

El respeto como valor

El respeto es un valor moral. Los valores morales son principios creados por la
sociedad y la tradición con el fin de definir pautas correctas de comportamiento
general.

Sin respeto no tendríamos en cuenta la vida, opiniones y creencias de los demás.


Todo esto generaría caos y sería un paso atrás para la sociedad. Por eso, cada
vez que actuamos con respeto estamos contribuyendo a crear un mundo mucho
más justo y amable para vivir.

Respetar al otro solo por el hecho de ser humano, considerarlo un igual aunque
se vea, se exprese o piense diferente es una de las más altas expresiones de
respeto como valor moral.

El respeto se expresa en diferentes ámbitos: el comportamiento ciudadano, la


práctica religiosa, en el apego a las normas democráticas y en el comportamiento
en el entorno laboral.

Como valor cívico


El respeto es también un valor cívico. Los valores cívicos son las conductas que
se consideran correctas para el adecuado comportamiento ciudadano. Son
valores transmitidos por la comunidad y sus instituciones sociales (la familia, la
escuela, las leyes).

La reverencia a los símbolos patrios y el cuidado del medio ambiente son


ejemplos de respeto como valor cívico.

Como valor religioso


El respeto es un valor religioso esencial en la mayoría de las creencias. Los
valores religiosos son los principios que guían la conducta de las personas que
siguen una religión o dogma determinado.

Estas normas por lo general están descritas en textos sagrados o fundamentales


para dicha creencia, como es el caso de la Biblia, para los cristianos, o la Torá,
para el judaísmo. Suelen coincidir con valores universales como el respeto, la
compasión, la obediencia y el amor.

“Honrar a los padres”, “respetar al prójimo”, el respeto a Dios y a las autoridades


(líderes, sacerdotes, predicadores, etc.) son ejemplos de respeto como valor
religioso.

Como valor democrático


El respeto es uno de los principios que sustenta la vida en democracia. Los
valores democráticos son los que ayudan a construir y mantener un sistema de
gobierno basado en la voluntad popular.

Los valores democráticos ayudan a fomentar relaciones equilibradas entre el


poder y los ciudadanos y le dan a estos últimos las pautas para establecer una
convivencia cívica.

Respetar las opiniones políticas de otros ciudadanos, aunque no sean iguales a


la nuestra, respetar al adversario político y acatar los resultados electorales, son
ejemplos del respeto como valor democrático.

Como valor profesional


Los valores profesionales son los principios que una persona aplica en su
entorno laboral. Y el respeto es un valor profesional esencial, ya que fomenta
relaciones de trabajo basadas en la consideración del otro y de la empresa para
la cual trabaja.

Existen unos valores profesionales universales que aplican al ejercicio de


cualquier profesión, como la responsabilidad o el compañerismo. Sin embargo,
también existen valores profesionales de acuerdo a cada tipo de profesión u
oficio. En ese caso, se le llama deontología. Por ejemplo, deontología médica,
deontología jurídica, etc.

Un ejemplo de respeto como valor profesional es dirigirse a los compañeros y


jefes con educación y buenos modales.

Ejemplos de respeto

En la vida cotidiana podemos poner en práctica el respeto de muchas formas.


Estos son solo algunos ejemplos:

Respeto a uno mismo


El respeto comienza por la consideración a nosotros mismos. Debemos tratarnos
con la misma amabilidad con la que debemos respetar a otros. Solo conociendo
el autorrespeto podremos ser capaces de tratar a otros de la misma forma.
Respeto a los padres
El respeto a los padres o cuidadores se expresa en tener consideración hacia
ellos, ser amables, educados, cumplir con nuestros deberes y acatar las normas
del hogar.

Respeto a los niños y a las personas mayores


Los niños y las personas mayores son grupos vulnerables que necesitan ser
tratados con gentileza, paciencia y dedicación. Se respeta a los niños y ancianos
escuchando y valorando su opinión, atendiendo sus necesidades y protegiendo
sus derechos.

Respeto al medio ambiente


Respetar el medio ambiente es mantener limpios los espacios que utilizamos a
diario, como la casa, la escuela, el trabajo y los lugares públicos. Es también
poner la basura en su lugar, reciclar y cuidar la naturaleza.

Respeto a las instituciones sociales


Las instituciones sociales son las organizaciones formales o naturales
esenciales para la vida en sociedad. El gobierno y la escuela son instituciones
formales y la familia es una institución natural.

Respetar las instituciones sociales significa cumplir con las normas que cada una
de ellas ha creado. Cuando los ciudadanos cumplen las leyes dictadas por el
gobierno, y los niños cumplen con sus obligaciones familiares y escolares están
respetando las instituciones.

Respeto a las diferencias


Las personas pueden tener rasgos físicos, creencias, costumbres y tradiciones
diferentes a las nuestras. Es justamente esa diversidad la que enriquece a la
sociedad, por lo tanto, es necesario tratar con respeto a quienes luzcan, piensen
o actúen diferente a nosotros.

Todas las personas somos valiosas y merecemos respeto.

Respeto a las normas


Las normas son códigos de comportamiento que debemos seguir en un lugar
determinado. Llegar a la escuela a una hora específica, ser solidarios con los
compañeros de clase y hacer silencio en el salón de clases son normas básicas
que hay que seguir para lograr una convivencia armónica entre estudiantes y
profesores.

Respeto a los símbolos patrios


El respeto a los símbolos patrios se expresa cantando el himno nacional,
conociendo la vida de los héroes patrios, honrando la bandera y el escudo
nacional, etc.

Los símbolos patrios forman parte de la identidad nacional. Por lo tanto, expresar
nuestro respeto es también mostrar consideración por nosotros mismos y por
quienes comparten nuestra nacionalidad.
Qué es la Puntualidad:
La puntualidad es la cualidad de una persona de tener cuidado y diligencia
en realizar las cosas a su debido tiempo.
La puntualidad varía de acuerdo a la cultura ya que en las culturas occidentales
llegar 10, 30 minutos e incluso 1 hora es aceptable, en cambio, en otras culturas
la falta de puntualidad se considera una falta de respeto o insulto ya que la
puntualidad es una consideración hacia las personas que se encuentran en el
lugar como en el caso de Japón.

En algunas situaciones la puntualidad es poco usual como en el caso de una


fiesta que se indica que comienza a las 20 horas pero en realidad los invitados
empiezan a llegar después de 1 hora de lo indicado.

Asimismo, los medios de transporte deben de trabajar con puntualidad ya que


son los que permiten que los usuarios puedan efectuar sus obligaciones a
tiempo, en referencia a lo alusivo, en España existe la línea de tren de alta
velocidad, en el supuesto de que un tren llegue atrasado a su destino se le
devuelve al viajero una parte o todo el costo del billete.

La falta de puntualidad puede ser corregida, primero el ser humano debe de


encontrar la causa que origina su impuntualidad como el olvido, la pereza, la falta
de interés, entre otros; segundo el ser humano debe de respetar las demás
personas y a todo evento, cita o reunión otorgarle cierta importancia y, por último
recurrir a las alarmas, agendas, recordatorios, entre otros.

El término puntualidad se puede utilizar como sinónimo de: formalidad, exactitud,


precisión, regularidad, entre otros.

La palabra puntualidad traducida al inglés es “punctuality”.

Puntualidad como valor


La puntualidad como valor es la disciplina de estar a tiempo para
desempeñar las obligaciones como una cita de trabajo, una reunión de
amigos, una cita en el médico, entre otros.
La puntualidad es fundamental para conceder a nuestra personalidad: carácter,
orden y eficacia y de esta manera se está en condiciones para realizar más
diligencias, desempeñar mejor las actividades laborales, ser merecedor de
confianza, ser respetado y, de esta manera lograr una mejor convivencia.

Puntualidad en el trabajo
La puntualidad es una obligación por parte del trabajador e inclusive en la
mayoría de las legislaciones laborales se determina como causa de
incumplimiento contractual la reincidencia en comportamientos de
impuntualidad, en caso de que no exista una justa causa como una enfermedad.
A su vez, una persona puntual demuestra ser organizada y responsable, ambas
cualidades son importantes para un puesto de trabajo.

Sinceridad
La sinceridad es la cualidad de obrar y expresarse con verdad, sencillez y
honestidad, sin fingimientos o segundas intenciones.
La sinceridad es un valor que caracteriza a las personas por la actitud correcta
que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y
acciones, además, al ser sinceros, generamos confianza hacia nosotros y
demostramos nuestra honestidad, eso sin contar que también nos permite
proyectar que tenemos valor y personalidad.
Si nos mostramos tal cual somos en la realidad, nos hace congruentes entre lo
que decimos, hacemos y pensamos.
Ser sinceros, es sin duda uno de los más estupendos valores que podemos tener
en nuestra vida, es ser quienes somos, decir lo que pensamos y no aparentar
algo que no sentimos, de esta manera, logramos el conocimiento y la aceptación
de nuestras cualidades, pero también de nuestras limitaciones los demás nos
quieren y aceptan como somos no hay razón para querer ocultar la esencia de
nuestro ser.
Tenemos derecho a ser diferentes a otros y ser aceptados de la misma manera.
Prefiero una verdad que duela a una mentira que mate, dicho muy usado, pero
no tan empleado o aceptado, la sinceridad duele, es cruel y hasta ofensiva.
Es la manera de hacer entender a otros las cosas fuertes y reales de la vida, es
no dejar que alguien siga viviendo en su nube de felicidad, pero es necesaria.
Trae a la larga paz, sosiego y aceptación, una persona que presenta un mal
comportamiento no lo dejara de presentar a menos que se le muestre con
sinceridad y verdad que su forma de actuar es una ofensa a otros y ofrece un
mal aspecto a sí mismo.
La sinceridad, permite entender que hay cosas que se deben cambiar para poder
avanzar, es entender que no es para hacer daño, es solo una manera de enseñar
y hacer ver los errores.
Hasta el decir la verdad de una situación ayudara a prevenir el fatalismo, y
ofrecer una liberación a quien tenga en su interior un conocimiento que acarrea
mucho peso para otro u otros.
La sinceridad es una forma de mostrar a otros como se es y la manera de
corregir a otros para ser mejores es uno de todos los valores más importantes.
Ejemplo de sinceridad
Cuando un hombre es casado y una señorita le pregunta si está soltero éste le
contesta con toda la sinceridad que es un hombre felizmente casado.

La importancia de la sinceridad en el trabajo


Practicar la sinceridad en el ámbito laboral tiene múltiples consecuencias
positivas:
• Reconocer un error o que «nos hemos equivocado» otorga credibilidad;
aunque seamos recriminados por esa equivocación, nuestra imagen se
verá reforzada por ese reconocimiento.
• Ser sincero contribuye de manera importante al compañerismo y al trabajo
en equipo, ya que todos queremos colaborar con personas que no
“escurren el bulto”.
• Decir la verdad ayuda a encontrar antes soluciones, permitiendo analizar
las cosas teniendo información veraz desde el primer momento.
• Ser sinceros nos permite mantener alta la autoestima y el respeto por
nosotros mismos; esto se percibe y da seriedad a nuestras opiniones y
planteamientos.
Gestión de opiniones negativas
Como decíamos anteriormente, la sinceridad no es decir todo lo que uno piensa
sin filtro. Una opinión negativa no solicitada, y que no aporta nada, puede
dificultar las relaciones con los compañeros a cambio de no obtener ningún
beneficio.
Cuando vamos a emitir una opinión negativa, es útil preguntarse ¿para qué voy
a decir esto que voy a decir? ¿aporta algo o solo es para desahogarme? ¿estoy
seguro de que es la verdad, o es mi interpretación? Lo que voy a decir, ¿lo puedo
decir de una forma más constructiva?
No es lo mismo decir, por ejemplo, “no has aportado nada al proyecto”, que decir
“considero que por tus conocimientos y experiencia podrías haber aportado más
al proyecto”.

Credibilidad reforzada
Una vez establecido que ser sincero en el ámbito profesional refuerza nuestra
credibilidad, implica la colaboración y el trabajo en equipo, además de contribuir
a nuestra autoestima y respeto. Para lograrlo, ¿Qué pautas se pueden seguir
para ser sincero en el trabajo y no resultar perjudicado por ello en nuestras
relaciones interpersonales?
Siguiendo las recomendaciones de Gómez Checa, coach, la clave no está en el
qué, sino en el cómo.
Algunas de sus fórmulas son:
• Identificar el momento y lugar oportuno para expresar lo que uno piensa.
• Expresar lo que se piensa dejando el espacio al otro para que pueda dar
su opinión.
• Enfocarnos en el comportamiento o en el hecho de qué queremos
comunicar, no centrarnos en la persona y potenciar la conversación para
abrir nuevas posibilidades.
Orden
Algunos autores como Alcázar (2001) establece que existen una serie de
principios generales que hay que tener en cuenta sobre el orden. Son los
siguientes:
1. El orden es un valor del ser humano y es la base de otros valores
2. El orden nos sirve de ayuda a la hora de disponer de más tiempo, ser más
eficaces, rendir más, conseguir los objetivos que nos proponemos, etc.
3. El orden, además de lo anterior, también nos puede aportar una cierta
tranquilidad, confianza y seguridad. Asimismo, puede ayudar a que
disminuyamos los disgustos y los momentos adversos que pueden surgir
en nuestro día a día. En otras palabras, puede ayudarnos a ser más
felices.
Además, el orden también puede hacer que tengamos un correcto equilibrio
mental.
¿Por qué es importante tener un orden?
Es importante tener en cuenta por qué es importante tener un orden. Con orden
no nos referimos solo a tener todos los objetos o materiales ordenados, sino que
todo lo que hagamos tenga una cierta coherencia.
En este punto es necesario mencionar lo que es el orden. Como hay diferentes
aspectos de la vida donde podríamos aplicar el orden, vamos a mencionar lo que
significa el orden en el trabajo, ya que el trabajo es uno de los aspectos más
importantes en el ser humano.
Por lo tanto, en el trabajo, tener un orden significaría lo siguiente:
• Tener todos los objetos encima de la mesa o escritorio de forma
ordenada. Es decir, que no tengas folios, libros, bolígrafos o materiales
similares amontonados o tirados por encima de la mesa. Además,
tampoco conviene tener tazas de café/té sucias en el espacio de trabajo.
• Empezar y terminar las tareas. Muchas veces empezamos muchas
tareas sin terminar ninguna. Esto hace que nos frustremos o incluso que
empecemos a procrastinar.
• Seguir una coherencia a la hora de realizar las tareas. Es importante
que te establezcas un orden lógico y coherente a la hora de tener que
hacer las tareas que se te consignan. Por ejemplo, no tendría sentido
empezar tareas que no tienen nada que ver las unas con las otras
teniendo otras que sí.
• Seguir las reglas y las normas del trabajo. Seguir las normas que
establece la organización también es importante de cara a tener un orden
en el ambiente laboral.
Ahora bien, hacer todo esto tendría una serie de beneficios que comentaremos
en el siguiente apartado.
¿Cuáles son los beneficios del orden?
Aunque mantener un buen orden tiene infinidad de beneficios, los más
importantes y destacables son los siguientes:
• Aumenta la productividad. Al tener todo ordenador seremos más
productivos, ya que no tendremos que perder el tiempo en buscar cosas
y nuestra vista y mente no se dispersarán.
• Aumenta la motivación. Tenerlo todo ordenado también puede hacer
que estés más motivado. Sin lugar a duda, puede suponernos un gran
aporte de energía.
• Aumenta la creatividad. Nuestra mente estará más predispuesta a crear
y no tendrás tantas distracciones.
• Reduce el estrés y la ansiedad. Seremos menos susceptibles de
padecer estrés laboral o tener ansiedad. Recordemos que con orden no
nos referimos solo a ordenar los aspectos materiales, también se deben
ordenar las tareas, etc.
• Aumenta la salud. Como secuencia de la reducción de estrés, ansiedad
o malestar la salud puede aumentar.

Qué es Perseverancia:
Se conoce como perseverancia a la duración permanente o continua de una cosa
o la firmeza y constancia en una acción.
El término perseverancia proviene del latín perseverantia.
La perseverancia es sinónimo de constancia, persistencia, firmeza, dedicación y
tesón. En este sentido, se aplica tanto en las ideas, como en las actitudes, en la
realización de algo, en la ejecución de propósitos o en las resoluciones del
ánimo.
El término perseverancia puede ser empleado en cualquier circunstancia de la
vida. Para ser perseverante se debe tener un objetivo claro o una meta que
justifique el esfuerzo o dedicación en un período de tiempo generalmente
extenso. Es por ello que se dice que la perseverancia es la clave del éxito en
muchas situaciones, a pesar de que lo importante es saber cuándo perseverar y
cuándo no.
De esta manera, perseverar también puede ser negativo. Una persona puede
gastar mucho esfuerzo y tiempo en algo que no produce ni va a producir ningún
resultado. Por lo tanto, una persona debe saber no sólo cuándo perseverar, sino
también hasta qué punto abandonar el proyecto u objetivo. Así, centra sus
esfuerzos en otras estrategias para alcanzar el objetivo deseado y rescata lo
aprendido frente a los errores cometidos.
La perseverancia es un valor importante que forma parte del desarrollo de la
persona y de las relaciones interpersonales. En toda relación se presentan
conflictos y es necesario tener perseverancia y control para resolverlos y no tener
miedo al fracaso o a los errores para superarlos y así mejorar y crecer
personalmente.
En inglés, perseverancia se traduce como perseverance.
Perseverancia como valor
La perseverancia es un valor humano fundamental. Permite al individuo
continuar hacia adelante no rendirse a pesar de las dificultades, los obstáculos,
la frustración, el desánimo, el aburrimiento, la tendencia o los deseos de rendirse
o abandonar una situación.
La perseverancia es un valor positivo que ayuda, o aumenta la probabilidad de
alcanzar metas difíciles, y a apreciar más los logros obtenidos.
La perseverancia aumenta la autoestima cuando el individuo alcanza el éxito,
ayuda a mejorar sus capacidades y habilidades, desarrolla nuevas técnicas para
superar los obstáculos y enseña de los errores.
La perseverancia permite al individuo conseguir grandes logros individuales, en
cualquier ámbito de su vida, bien sea amorosa, profesional, económica, cultural
o social.
Vea también Valores.
Persona perseverante
Una persona perseverante se caracteriza por saber perseguir sus objetivos con
tesón y dedicación, acabar lo que ha empezado, mantener la concentración,
trabajar con constancia y volver a intentar mejorando el método si fracasa.
Por lo general, son optimistas, tienen una alta autoestima y una alta capacidad
de autocontrol y autodisciplina.
Qué es Optimismo:
Se conoce como optimismo a la actitud o tendencia de ver y juzgar las cosas en
su aspecto positivo, o más favorable. La palabra optimismo es de origen latín
“optimuus” que significa “muy bueno” o “buenísimo”.
El término optimismo fue elaborado por el filósofo alemán Leibniz, y se popularizó
por el filósofo y escritor Voltaire en la obra “Candide ou l`Optimisme”, en el año
1759. Como tal, el optimismo es una actitud que permite valorar positivamente
cada circunstancia que vive el individuo, por lo que permite al individuo afrontar
los obstáculos con ánimo y perseverancia.
Optimismo como valor
El optimismo es una actitud positiva que el ser humano escoge ante una
problemática o difícil situación por la cual atraviesa en un momento determinado
de su vida.
El ser optimista permite observar en las cosas o situaciones malas,
oportunidades y desafíos para crecer como ser humano, aprender de los errores,
y adquirir impulso para continuar en la lucha de su objetivo.
La persona optimista está llena de seguridad, capacidad, convicción, y transmite
tranquilidad ya que siempre observa el lado positivo de la cosas, y se moviliza
por buscar solución al problema.
El optimismo va acompañado de la esperanza que posee cada individuo en cada
uno de sus acciones para enfrentar lo malo de la vida, en forma positiva,
poniendo todo el esfuerzo, y energía para superar las adversidades u obstáculos
que se presenta en el camino para alcanzar su fin.
Optimista y pesimista
Lo antagónico del optimista es el pesimista, pero ambas son dos tipos de
actitudes que escoge el individuo ante la vida.
El pesimista se caracteriza por observar el lado negativo de la situación, y con la
fuerte convicción de que empeorará, sin buscar una posible solución para salir
adelante del mal momento. Como tal, el pesimismo no permite ver el lado positivo
de las cosas, actitud que no permite al individuo intentar y esforzarse por
solucionar los problemas.
Asimismo, el pesimista es visto como un ser humano que complica la vida de las
demás personas, no sólo por su actitud de ver un único lado de las cosas, y que
su destino es el fracaso, sino porque no permite consejos o u apoyo de su
entorno, ya que es más fácil pasar todo el día lamentándose, llorando y
quejándose por lo sucedido.
En conclusión, "El optimista ve de la rosa, la rosa y el pesimista la espina" (Kahlil
Gibran)
Qué es Fortaleza:
Se conoce como fortaleza a la fuerza, vigor, firmeza, resistencia. En la
doctrina cristiana, fortaleza es la tercera virtud cardinal que trata de vencer el
temor y eludir la temeridad.
No todos los seres humanos poseen esta virtud, pero quienes la contemplan
demuestran firmeza en las dificultades que se van presentando a lo largo de la
vida y constancia por buscar el bien. Asimismo, son capaces de afrontar los
problemas con valentía sin dejar a un lado la razón que le permite obrar bajo
ciertos principios.
Fortaleza como valor
La fortaleza es una virtud que permite al individuo enfrentar, soportar y vencer
los obstáculos que van en contra del bien y de su parte espiritual. Como tal, la
fortaleza es una fuerza física y moral que permite al individuo ser fuerte,
perseverante y vencer el temor que siente en determinadas situaciones.
Qué es la Lealtad

Se conoce como lealtad al carácter de una persona, cosa o animal leal. El


término de lealtad expresa un sentimiento de respeto y fidelidad hacia una
persona, compromiso, comunidad, organizaciones, principios morales, entre
otros.
El término lealtad proviene del latín “legalis” que significa “respeto a la ley”.
El término leal es un adjetivo usado para identificar a un individuo fiel con base
en sus acciones o comportamiento. Es por ello, que una persona leal se
caracteriza por ser dedicada y cumplidora, inclusive cuando las circunstancias
son adversas. Alguien que defiende en lo que cree, por ejemplo: un proyecto.
Lealtad es sinónimo de nobleza, rectitud, honradez, honestidad, entre otros
valores morales y éticos. Permite desarrollar relaciones sociales y/o de amistad
en donde el vínculo de confianza sea muy sólido, y automáticamente se genere
respeto mutuo.
No obstante, lo opuesto de lealtad es traición, es la falta que comete una
persona en virtud del incumplimiento de su palabra o infidelidad. La falta de
lealtad describe a una persona que engaña a sus compañeros, familiares, y
expone su propia honorabilidad.
La lealtad es una característica que no solo está presente entre los individuos,
sino también entre animales, especialmente los perros, gatos y caballos. Todo
ello, en gratitud hacia el afecto y protección que los seres humanos le brindan.
El término de lealtad puede situarse en diferentes contextos como trabajo,
relaciones de amistad, amorosa, entre otras. Pero la lealtad no debe ser
confundida con patriotismo, ya que no todas las personas leales son patrióticas.
Patriotismo es amor a la patria, mientras que la lealtad a la patria es un
sentimiento que muchos países deben de despertar a los ciudadanos.
El vocablo lealtad traducido al idioma inglés es loyalty.

Lealtad como valor


Lealtad como valor es una virtud que se desenvuelve en nuestra conciencia, en
el compromiso de defender y de ser fieles a lo que creemos y en quien creemos.
La lealtad consiste en la fidelidad, el honor, la gratitud y el respeto por alguna
cosa o por alguien, bien sea hacia una persona, animal, gobierno, comunidad,
entre otros.
Algunos filósofos sostienen que un individuo puede ser leal a un conjunto de
cosas. En cambio, otros sostienen que únicamente se es leal a otra persona, ya
que este término atañe exclusivamente a relaciones interpersonales.
No obstante, en una amistad no es suficiente únicamente el valor de lealtad, sino
también debe de estar presente la sinceridad, el respeto, la honradez, el amor,
entre otros valores.

¿Qué es la justicia?

La justicia es la virtud de dar a cada uno lo que le corresponde. Es un


término que proviene del vocablo latín iustitia y que tiene diferentes acepciones
de acuerdo a la cultura, los valores propios de cada comunidad y el ámbito de
aplicación del término.
Dentro del ámbito judicial, este concepto se utiliza para hacer alusión
a las reglas y normas que condicionan los accionares de
las personas e instituciones y que suelen ser formuladas y puestas por escrito
por los miembros del poder legislativo de cada distrito.

Justicia como valor

La justicia es uno de los valores fundamentales del ser humano, a través de ella
se busca que cada individuo reciba lo que le pertenece independientemente de
sus condiciones, lo que implica un reconocimiento y respeto total por
los derechos humanos. La justicia pone a cada individuo en el lugar que se
merece, sin discriminar y respetando sus libertades individuales.

Es la base de muchas otras virtudes, por lo que es considerada la virtud


universal por excelencia que se debe inculcar al individuo en la primera infancia
y a lo largo de toda la vida.

Toda sociedad debe basarse en la justicia, los actos injustos vulneran los
derechos de la persona quitándole libertad. Es importante que los individuos y la
sociedad en conjunto luchen en contra de las injusticias que pueden darse en
ámbitos tales como el social, laboral, familiar, entre muchos otros.

Tipos de justicia

Dentro de una sociedad existen diferentes tipos de justicia que regulan las
interacciones entre los miembros. Son:

• Justicia distributiva. Busca la distribución justa de los bienes y recursos


dentro de una sociedad para garantizar el bienestar y una vida digna a
todos los ciudadanos.
• Justicia procesal. Busca la imposición y posterior cumplimiento de
las normas por parte de todos los miembros de una sociedad, sin
distinción ni privilegios de ningún tipo.
• Justicia retributiva. Busca que los individuos sean tratados de la misma
forma en que ellos tratan a los demás, de modo que toda persona que
infrinja un daño a otra tendrá una sanción o castigo.
• Justicia restaurativa. Busca subsanar el daño causado por un tercero a
un individuo particular en miras a que recupere su bienestar.

Características de la justicia

• Es una virtud o cualidad humana.


• Busca el bien común.
• Busca garantizar el orden y la paz en una sociedad.
• Supone la igualdad ante la ley.
• Puede explicarse desde distintos puntos de vista.
• Cuenta con un fundamento cultural (de acuerdo al consenso social) y un
fundamento formal (de acuerdo a normas codificadas).
• No es arbitraria.
• Actúa de manera equitativa.
Ejemplos de justicia

El término «justicia» también es utilizado para hacer alusión al poder judicial.

• El hombre está en prisión cumpliendo la condena por el robo al museo.


• La alumna fue suspendida de la escuela por pelear con sus compañeros.
• Cada vecino deberá pagar por la cantidad de gas que consuma este mes.
• Todos los alumnos tendrán la misma cantidad de tiempo para resolver el
examen.
• La policía arrestó al hombre que rompió la fachada del local.
• El alumno no estudió para el examen y lo reprobó.
• A fin de mes cobraré el sueldo por el trabajo realizado en la fábrica.
• Todos los ciudadanos deberán pagar sus impuestos.
• Con mis hermanos dividimos equitativamente el premio del sorteo que
ganamos.
• Todos los vecinos tienen derecho a acceder a las instalaciones del
edificio.

La justicia en la filosofía

La justicia es un tema que abordaron diversos pensadores a lo largo de


la historia:

• Sócrates (470 a. C. – 399 a. C.). Basta el conocimiento de lo justo para


obrar como es debido.
• Platón (427 a. C. – 347 a. C.). La justicia es la armonía de la sociedad.
• Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.). La justicia es la igualdad proporcional,
lo que significa darle a cada cual lo que le corresponda, y que tiene que
ver con sus necesidades, aportes a la sociedad y méritos propios.
• Santo Tomás de Aquino (1224 – 1274). La justicia es una ley natural, es
decir, otorgada por Dios.
• Baruch Spinoza (1632 – 1677). Es justo aquel que tiene
una voluntad constante de dar a cada uno lo suyo, e injusto aquel que se
esfuerza en hacer suyo lo que es de otro.
• Gottfried Leibniz (1646 – 1716). Cuando el individuo se pone en el lugar
del otro, podrá estar en el verdadero punto de vista para juzgar lo que es
justo y lo que no lo es.
Qué es Templanza?
La templanza es una virtud que nos aconseja medirnos con los placeres y trata
de que nuestra vida tenga un equilibrio entre aquello que siendo un bien nos
provoca cierto placer y la vida espiritual, que nos brinda otro tipo de bienestar,
uno superior.
Se puede llegar a esta virtud con el dominio sobre nuestros instintos y deseos.
La templanza es sinónimo de las palabras moderación, sobriedad y continencia.
El término templanza proviene del idioma latín, “temperantia”, que significa la
moderación de la temperatura, pero en otro sentido el adjetivo templado se aplica
para referirse al término medio entre lo caliente y lo frío, y del mismo modo a
todo aquello que mantiene algún tipo de equilibrio o de armonía interna,
espiritual.
Tener la virtud de la templanza significa que seremos sobrios, identificando
cuáles son las necesidades de nuestro cuerpo y de nuestro ser, pero las
realmente necesarias, las que van a darnos bienestar y nos ayudarán a
desarrollarnos como personas (como la salud o la educación).
El ser humano tiene una tendencia natural a abusar del gozo que los bienes
otorgan, también es cierto que tenemos dentro de nosotros una pequeña parte
que es rebelde y se opone al correcto obrar.
Templanza en la religión
La sobriedad es lo que nos abre las puertas a una vida espiritual, los excesos
envenenan el alma. Desde un punto de vista religioso, la templanza es una virtud
cardinal y cuando es perfeccionada por obra y gracia del Espíritu Santo.
También la templanza es lo que hace que paremos nuestros instintos bajos,
vence algunos de los pecados capitales del catolicismo. Ninguna buena obra nos
salvará si no tenemos constancia, porque nuestra alma queda ciega al haberse
corrompido la prudencia.
La persona que goza de la templanza orientará siempre sus apetitos sensibles
hacia el bien, sabe obrar con discreción y no se permite influirse a sí misma por
la pasión de su corazón.
Se dice que cuando alguien obra de acuerdo a su espiritualidad se está siendo
fiel a sí mismo. Cuando se entrega el alma al mundo sensible, se aniquila para
más adelante la capacidad de decidir y obrar de la forma correcta.
Se dice que el ser humano que obra en su vida de acuerdo a las leyes
espirituales está en comunión con Dios, asimila así la verdad, que es el bien
supremo al que debemos aspirar, y finalmente realiza todos sus actos
adecuadamente. Si poseemos esta virtud, viviremos de forma equilibrada,
evitando todos los excesos, tanto los buenos como malos.
Quienes dedican su vida a vivirla con todas las virtudes posibles y acorde a los
mandamientos de la iglesia son los sacerdotes o monjas, que deciden seguir el
camino de la elevación espiritual por encima de los placeres y los bienes.

¿Qué es la tolerancia?
La palabra tolerancia puede tener múltiples significados, que poseen en común
un mismo aspecto: el de admitir y soportar las diferencias, esto es, lo contrario a
las reacciones extremas, violentas, intolerantes.
Por ejemplo, se llama tolerancia a la capacidad del cuerpo humano de lidiar con
ciertas sustancias sin desencadenar una respuesta inmunitaria, o también al
margen de error que, a la hora de fabricar un producto, se considera aceptable
o natural del mismo proceso.
Sin embargo, el sentido más común e importante de este término es el de la
tolerancia social, que es la capacidad de una sociedad o un gobierno para
respetar las ideas, preferencias y comportamientos de los demás, especialmente
de quienes tienen un trasfondo cultural, étnico o político diferente.
Este último uso de la palabra tuvo su origen en la Francia de finales del siglo XVI,
en el marco de las Guerras de religión en las que se enfrentaron los católicos y
los protestantes. Inicialmente, tuvo un significado negativo o peyorativo, ya que
expresaba la obligación de los bandos de admitir la existencia del otro, al ser
incapaces de erradicarlo por la fuerza.
Sin embargo, en el siglo XVIII el movimiento ilustrado le dio un sentido mucho
más positivo a la aceptación de las creencias ajenas, y la tolerancia pasó a ser
uno de los valores fundamentales del movimiento.
Hoy en día, la tolerancia se comprende como la capacidad para vivir
armónicamente entre personas que provienen de contextos culturales o étnicos
distintos, o que profesan religiones e ideologías políticas diferentes. Es uno de
los valores más promovidos mundialmente, en especial en las naciones
multiculturales que reciben importantes oleadas migratorias o de refugiados.
Tipos de tolerancia
Podemos hablar de varios tipos de tolerancia, de acuerdo al ámbito específico al
que aplique cada uno:
Tolerancia religiosa. Aquella que se refiere a la permisividad del Estado respecto
a la práctica de religiones diferentes a la oficial, o bien a la aceptación de una
sociedad de los valores propios de una tradición mística o religiosa minoritaria.
Es un rasgo propio de las naciones que separaron exitosamente iglesia y Estado,
no así de las teocracias ni de los regímenes fundamentalistas.
Tolerancia civil. Se refiere en este caso a la aceptación de prácticas y conductas
consideradas contrarias a la ética o la moral de la comunidad mayoritaria, o sea,
de la que detenta y administra el control social. Fundamentalmente, se trata de
una conducta que es vista con malos ojos, pero que se acepta porque no existe
una alternativa viable.
Tolerancia política. La tolerancia política tiene que ver con la convivencia de
distintas fuerzas ideológicas en el seno de un mismo Estado, algunas ejerciendo
el gobierno y otras la oposición, sin que ello conduzca a enfrentamientos
violentos, a la persecución o la ilegalización, especialmente, de mano de quienes
detentan el poder político.

Ejemplos históricos de tolerancia son:


La tolerancia de la esclavitud. La esclavitud tiene una larga y triste presencia en
la historia, pero al mismo tiempo han existido desde siempre sus críticos: voces
que se oponían a ella y la consideraban inmoral, que eventualmente acabaron
triunfando. Pero la esclavitud pudo sobrevivir durante tantos siglos por la
tolerancia de parte de quienes estaban al tanto de que era una práctica
cuestionable, pero soportaban que fuera una actividad económica como
cualquier otra.
El diálogo interreligioso. Se sabe que las religiones predican la verdad divina, y
que en su mayoría se muestran intolerantes respecto a los demás credos. Esto
motivó guerras y enfrentamientos a lo largo de la historia. Sin embargo, ha
habido épocas en que la tolerancia ha reinado y se ha producido un enriquecedor
diálogo entre tradiciones religiosas: entre el islam y el cristianismo, entre
protestantismo y catolicismo, etc. Esto es posible sólo si se respeta el derecho
del otro a pensar que maneja la verdad.
El funcionamiento democrático pleno. Cuando una democracia es saludable, en
su ejercicio político reina siempre la tolerancia política: no hay persecución de la
disidencia, ni criminalización de la protesta, ni prohibición de militancias, en
general. Ello, no obstante, implica una cierta reciprocidad: no se puede ser
tolerante con quienes promueven la radicalización y la intolerancia, ni con
quienes aspiran a llegar al poder para vulnerar, justamente, la tolerancia
democrática.
Conclusión
En resumen, en este trabajo hemos explorado un conjunto de valores que son
fundamentales para la construcción de una sociedad ética y justa. Desde la
responsabilidad hasta la solidaridad, desde la empatía hasta la prudencia, estos
valores son como las piezas de un rompecabezas ético que, cuando se
combinan y se aplican en nuestras vidas cotidianas, pueden contribuir de manera
significativa a un mundo mejor.
La ética no es una disciplina estática; evoluciona con la sociedad y nuestras
experiencias personales.
En nuestro camino hacia la construcción de una sociedad más ética y equitativa,
estos valores actúan como guías que nos orientan hacia un comportamiento más
responsable, respetuoso y compasivo.
La responsabilidad nos llama a asumir las consecuencias de nuestras acciones,
mientras que la solidaridad nos insta a apoyar a quienes más lo necesitan.
La empatía y el respeto nos ayudan a comprender y valorar a los demás,
mientras que la generosidad y la gratitud fortalecen nuestras relaciones y
comunidades.
La prudencia y la honestidad nos guían hacia decisiones informadas y veraces,
y la integridad nos recuerda la importancia de vivir de acuerdo con nuestros
valores.
A medida que avanzamos en nuestras vidas y en la sociedad, cultivar y practicar
estos valores puede ser un camino hacia una existencia más enriquecedora y
una contribución activa a la construcción de una sociedad más justa y sostenible.
En última instancia, son estos valores los que nos permiten enfrentar los desafíos
éticos de nuestro tiempo y trabajar juntos para un mundo mejor.
Glosario

• Respeto: Respetar, pensar y actuar positivamente sobre los


demás y sobre nosotros mismos (auto respeto), significa
preocuparse por el impacto de nuestras acciones en los demás,
ser inclusivos y aceptar a los demás por lo que son, incluso
cuando son diferentes.
• Perseverancia: La perseverancia es el esfuerzo continuo
necesario para lograr aquellos objetivos que nos proponemos. Es
importante no rendirse ante las dificultades que podemos
encontrar en el camino, no perder nunca la voluntad y la
esperanza.
• Justicia: La justicia es el eje de la filosofía de los derechos
humanos, por ser la virtud que orienta las demás virtudes humanas
hacia el bien común y no hacia el individuo, y porque la justicia
implica una igualdad.
• Tolerancia: Significa aceptar el hecho de que los seres humanos,
naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su
situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus
valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son. También
significa que uno no ha de imponer sus opiniones a los demás.
• Lealtad: La lealtad es una virtud que se desarrolla en la conciencia
y que implica cumplir con un compromiso aun frente a
circunstancias cambiantes o adversas. Se trata de una obligación
que uno tiene para con el prójimo. Por ejemplo: “El ayudante
técnico mostró su lealtad al entrenador despedido y dejó su cargo”.
La lealtad es una virtud que se desarrolla en la conciencia y que
implica cumplir con un compromiso aun frente a circunstancias
cambiantes o adversas. Se trata de una obligación que uno tiene
para con el prójimo. Por ejemplo: “El ayudante técnico mostró su
lealtad al entrenador despedido y dejó su cargo”.
Bibliografía

• https://www.fondodeculturaeconomica.com/dife/definicion.aspx?l=
V&id=30&w=%C3%89TICA
• http://unmundoconeticayvalores.blogspot.com/2016/09/las-
virtudes-profesionales-son-las.html?m=1
• https://www.significados.com/virtud/
• https://losvalores.org/que-es-la-sinceridad/
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• https://www.significados.com/respeto/
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• https://www.significados.com/perseverancia/
• https://www.significados.com/lealtad/
• https://concepto.de/justicia/
• https://concepto.de/tolerancia/

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