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- AÑO XLVIII - Nº 531

PSICOLOGICA
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Gabriela Insua - Andrea González - Daniel Korinfeld - María Eugenia Otero


Jorge Garaventa - Nicolás Campodónico - Viviana Malti
Página 2 • Agosto 2023 Actualidad Psicológica

“La tarea permanente de la sociedad con


“Las solucio- respecto a los jóvenes, es sostenerlos,
contenerlos, evitando a la vez, las soluciones
Es raro o es rara, es de lo más frecuente que se
escucha acerca de nuestros pacientes.
El punto es raro para quién.
falsas (…) de la indignación moral (…) Insisto en Raro según que parámetro.
señalar que respondamos al desafío en vez Si se señala algo como raro obviamente es en

nes falsas en la de dedicarnos a curar lo intrínsecamente


saludable”.(1)
comparación con una normalidad, una vez más un
discurso hegemónico.
La adolescencia es un tiempo vital donde

T
al vez la apuesta ética y funda- transcurren varios duelos en simultàneo,el duelo

urgencia del mental de una clìnica con adoles-


centes sea estar a la altura de esta
lúcida cita de Donald Winnicott.
por el niño que se va dejando atrás, por el Otro
primordial, padre, madre idealizados, por el
cuerpo de la niñez que se transforma provocando
En verdad, Winnicott nos habla un tembladeral, ese que implica el pasaje de la pu-
a los analistas, pero también a la sociedad toda. bertad a la adolescencia.

bullying y los Y entre las soluciones falsas sobre las que nos
alerta podríamos señalar la patologizaciòn de ma-
Esta conmoción produce las más de las veces
que se proyecten miedos e inquietudes en el seme-
nifestaciones y de síntomas, cuando en verdad jante, en las diferencias, Freud en “El Malestar en
ambos son un modo intrínsecamente saludable de la Cultura” lo llamaba “el narcisismo de las peque-

cortes expresar por parte de los adolescentes, aquello que


el mundo adulto no sabe o no puede escucharles.
Hoy por hoy la indignación moral de la que
ñas diferencias”:” “siempre es posible ligar en el
amor a una multitud mayor de seres humanos, con
tal de que otros queden fuera para manifestarles la
habla Winnicott disfraza su angustia o rechazo agresión”.(2)
con la sentencia “es por su bien”. Eso que veo en el otro, eso que señalo en el otro,
autoinfligidos. Entonces “por su bien” la escuela envía a un
adolescente con conductas impulsivas rápida-
lo que temo, o lo que ansío, o lo que me molesta.
Tiemblo, me asusto y, si mi posición subjetiva,
mente a un neurólogo, o “por su bien” se diagnos- las vicisitudes del entramado familiar, de la histo-
tica o medicaliza en base a síntomas o ria así lo propician señalaré en los otros, a veces

Una lectura manifestaciones, sin tener en cuenta en la valora-


ción de la manifestación sintomática, el contexto,
la historia familiar, etc. Y por su bien, a adolescen-
con inusitada furia, lo que temo. En resumen,
suele ser angustia aquello que las más de las veces
se encuentra en esa forma del malestar que en los
tes que ejecutan cortes en el cuerpo se les interna, últimos tiempos se ha dado en llamar bullying.
bajo el justificativo de que se trata de “autolesio-
desde nes” o de probables intentos de suicidio, aunque
no haya ninguna ideación suicida y los adolescen-
Si hay un significante, bastante usado para co-
modín del discurso capitalista y sus recetas de au-
tes le den a esos cortes otra valoración. toayuda, y que en su génesis tiene tanto que ver
A la ciencia médica y al Otro social le suele cos- con esa angustia ante las pequeñas diferencias, ese

Winnicott”. tar escuchar a los adolescentes, y sobre todo darles


valor de verdad a sus palabras.
Y así son cotidianas e innumerables las solu-
es el de Bullying.
Decir que es un significante trillado por su fun-
cionalidad para el poder, no implica minimizar ni
ciones falsas que operan sobre los adolescentes sin la existencia de agresiones y crueldades entre pares
siquiera escucharles. ni desestimar el dolor que producen en quién las
Gabriela Insua Suelo decir que la adolescencia tiene mala padece.
prensa para el mundo adulto. Pero ocurre que con la denominación bullying
Sostengo que esas opiniones denostadoras por lo que se ha hecho en el marco del discurso capi-
parte del Otro familiar y social remiten a que ese talista, es armar perfiles o intervenciones conduc-
mundo adulto se asusta o reniega de aquello con tuales, de rasgo superyoico que no conducen a
lo que la adolescencia le enfrenta de su propia in- nada que no sea robustecer el malestar.
certeza, temor y temblor. Y que resultan también soluciones falsas de las
No resulta fácil para nuestra época convivir que nos advierte Winnicott.
con la diferencia, y sin duda la subjetividad es di- “Tratamos de evitar toda evaluación del pro-
ferencia. blema basada en los síntomas del niño, o en el
Somos subjetividades, seres singulares, sin em- grado en que el niño se convierte en una molestia,
bargo, el discurso hegemónico, meritocrático o en los sentimientos que su situación despierta en
piensa en una sociedad homogénea, en una ado- nosotros, pues tales consideraciones suelen inducir
lescencia homogénea. a error. A menudo la historia es incompleta o defi-
Nada más alejado a la homogeneidad que la ciente en sus aspectos esenciales.”(3)
adolescencia, lo que no excluye que los adolescen- Pienso que no hay forma de intervenir en el
tes busquen formar grupos compactos y supues- malestar entre pares en la adolescencia que no sea
tamente homogéneos. tener una lectura que incluya lo singular y lo social
Sin duda, como analista de adolescentes me donde ubiquemos fundamentalmente quien es el
preocupa la homogeneidad. otro para el sujeto.
Pero el punto que vuelve compleja la saludable
heterogeneidad es justamente que el discurso he- Tamaña pregunta, ¿quién es el otro?, para acer-
gemónico ha calado hondo en las instituciones y car una respuesta a esa pregunta me sirvo de la
también en los adolescentes mismos y entonces a conceptualización de Emmanuel Levinas, el filó-
quienes no responden exactamente a esa hegemo- sofo de la otredad.
nía se les ve “raros”. Fundamentalmente Levinas nos advierte que
Un nuevo “diagnóstico” social de época: ado- el otro no es alguien a quien tengo que pensar
lescentes raros. como otro en comparación a mí, por el contrario
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el otro es otro por ser diferente a mí. Justamente en comprobar que el síntoma es rico en sentido y se Volviendo a la articulación malestar, acoso y
la otredad no es percibir al otro como igual y en entrama con el vivenciar del enfermo”. (5) cortes en el cuerpo, insisto en lo fundamental de
comparación a mí, sino como diferente y acceder Hay en el síntoma un trabajo, una transacción escuchar que estatuto tienen para el adolescente
a él desde allí. entre dos fuerzas, la moción inconsciente que in- esos cortes.
Levinas no piensa esa relación como armónica tenta llegar a la conciencia y la represión que in- Cuando les escuchamos y no salimos corriendo
o perfecta, por el contrario, pero si la considera tenta evitar que la moción irrumpa. a buscar la solución falsa de la internación sin cri-
fundamental, para Levinas no hay posibilidad de Esa formación dialectiza, metaforiza, Lacan terio para acallar nuestra angustia, los adolescen-
concebir el mundo sin el otro. dirá que es un hecho de discurso, por tanto se trata tes nos cuentan que generalmente corren a sus
El otro, es semejante `pero a la vez distinto y de una construcción significante. habitaciones o al baño de la escuela a cortarse
exterior a mí. En cambio, las manifestaciones del orden de la luego de una frustración que no pueden tolerar,
Si pienso al otro en comparación a mi estoy acción impulsiva no parecen encontrar la vía del como puede ser el hecho que sus compañeros lo
anulando su radical alteridad. síntoma, de esa dialectizaciòn y los cortes son del saquen de un grupo de chat, o que no les inviten a
Levinas dice:”…la relación con otro es una re- orden de una acción, una descarga directa, que no una fiesta, una pelea con un amor, una discusión
lación con un misterio…”(4) metaforiza, que tiene como objeto bajar la tensión. con su padre o madre, situaciones que ellos viven
Igualmente, adscribo a la formulación de como injusta o alienante, y claro está la violencia
Es una relación ética con el semejante. Lacan que enuncia que el síntoma es aquello que de lbullyng.
Por ello es fundamental ubicar que tipo de para el sujeto lo es, así que si para el adolescente Ante estas situaciones suele aparecer el corte,
transmisión de la idea de otro ha sido vehiculizada sus cortes son un síntoma, le hacen pregunta, en- siempre a solas.
en cada familia de nuestros adolescentes analizan- tonces en ese caso lo son. Los cortes son realizados en soledad, en la ado-
tes, ya que esa concepción del otro en gran parte
germinó en el almácigo del ideario familiar.
Los grupos también se afianzan en encontrar
en el otro alguien en quién depositar lo “raro”.
Por el lado de esos adolescentes señalados de
“raros” también se trata de angustia y desamparo.
Y esa angustia y desamparo les hace muchas veces
ubicarse en lugares que le aseguren una reclusión
en el afuera, aunque resulte paradójico, un encie-
rro en el afuera.
De última o de primera, todos, quienes atacan
y quienes son atacados denuncian con sus mani-
festaciones, su desamparo.
Y resulta que bullying y cortes en el cuerpo fre-
cuentemente suelen estar relacionados.
De ninguna manera digo que sea el único de-
tonante, pero si muy frecuentemente el bullying,
las agresiones o burlas que padecen muchos y mu-
chas adolescentes suelen ser disparadores de una
manifestación, que aparece con tanta frecuencia
en los adolescentes hoy, me refiero a los cortes en
el cuerpo, también llamados cuttings, los cortes no
tienen la lógica de un síntoma por eso no los llamo
como tal.
Son cortes en la epidermis que los adolescentes
se provocan generalmente con una hoja de afeitar,
o con un cutter, con un cuchillo, hasta con la ho-
jita cortante de un sacapuntas.
Ante estas manifestaciones el Otro social y den-
tro de éste, la ciencia médica, también muchos psi-
cólogos y psicoanalistas, toman un criterio
diagnóstico de intención suicida y de compulsivi-
dad que implica gravedad de estructura o de crisis.
Craso error, además de vulneración de dere-
chos, esta deducción por la empiria demuestra que
no se escucha a los adolescentes.
Les mencionaba anteriormente que no llamo
síntomas a los cortes pues su lógica es otra.
Me detengo aquí brevemente a desplegar este
punto.
Un síntoma es una expresión subjetiva cuya ló-
gica es la de una formación del inconsciente, es
decir el sujeto del inconsciente, se manifiesta por
medio de un cifrado, una construcción, una des-
carga pulsional distinta a la directa.

Dice Freud:”…la psiquiatría clínica hace muy


poco caso de la forma de manifestación y del conte-
nido del síntoma individual, pero que el psicoanáli-
sis arranca justamente de ahí y ha sido el primero
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lescencia hay cantidad de escenas grupales pero los sico:”El cuerpo nunca es el que duele, sino la per- abismo en que caen y frente al cual recurren a ese
cortes son en soledad. sona. La condición humana es una condición cor- corte que es descarga y alivio, momentáneo pero
Esa intervención en su cuerpo parece necesitar poral…El dolor está entre el cuerpo y uno mismo, alivio al fin.
de la soledad de lo singular, de lo íntimo. entre la carne y la psiquis, sin estar ni en una ni en “Cada noche, sin falta, rezaba para tener los ojos
Así también esconden los cortes de la mirada otra, dado que es, antes que nada, cuestión del su- azules (…) Atrapada, pues, en la restrictiva convic-
de sus madres y padres. Se visten con mangas lar- jeto·”(6) ción de que sólo un milagro podía socorrerla, no per-
gas aún con altas temperaturas, esconden los cor- Que de la condición humana duele tanto que cibiría nunca su propia belleza. Solo vería lo que
tes. Por ello es un error la lectura que interpreta a necesita de un dolor autoinflingido en el cuerpo tenía delante: los ojos de las demás personas.”(7)
los cortes como actings, como meras mostraciones para aliviarse. Pero insisto, no poder ver su valía sino a través
al Otro. Entonces, una vez compartida mi lectura de los otros no implica de ninguna manera una
Una vez más una lectura sesgada que a mani- acerca de la lógica que se encuentra en la manifes- anormalidad, el semejante es fundamental en la
festaciones que vienen a decir mucho más acerca tación de los cortes en el cuerpo, me interesa arti- adolescencia, fundamental porque el otro, ese dis-
de la verdad subjetiva las limita a la alienación al cularlo con el otro fenómeno al que me referí con tinto del que habla Levinas, resulta un soporte en
Otro. anterioridad en este texto y que es cotidiano en la un momento vital tan conmocionante
Los cortes son, como un movimiento moe- vida de los más jóvenes, me refiero al llamado Entonces, cuando ese otro desestima o bastar-
biano, donde un dolor se desliza en otro, solo que bullyng o como prefiero llamarles acoso de un dea, la sensación es de negación de existencia y es
en el dolor del corte es el sujeto el que lo lleva a adolescente a otro. devastadora.
cabo, y eso le da una sensación de ruptura del so- Y allí, tantísimas veces, el corte aparece como
metimiento al Otro. En este tránsito vital que es la adolescencia la descarga, como alivio, como dolor por dolor.
O sea, en la ejecución de ese corte en su cuerpo opinión de sus otros sobre sí importa y mucho, y El acoso sobre pares da cuenta de la poca ga-
están intentando un movimiento de corte con el es lógico y saludable que le importe como lo ven rantía simbólica del lazo social en la actualidad.
Otro que se queda a medio camino porque el su- sus semejantes, sus pares.
jeto no puede reconocerse allí. Es otra solución falsa del mundo adulto (y tan- Fragilidad simbólica por la intolerancia, la ne-
Pero además, y no se trata de un punto menor, tas veces especialmente de analistas) el instar al gación de la diferencia que entroniza a la homo-
los adolescentes señalan que sienten al cortarse adolescente a que solo le importe lo que él piensa geneidad, características de este tiempo que tan
una descarga, un alivio, un dolor que les hace ol- de sí mismo. precisamente describe Byung Chul Han en “La Ex-
vidar el dolor psíquico provocado por la pérdida Al modo de los cartelitos de autoayuda de las pulsión de lo Distinto”:”Los tiempos en los que
o la frustración a la que me refería antes. redes sociales se pretende que, en un momento existía el otro se han ido. El otro como misterio, el
Se trata del modo en que viven, tal vez desde la donde la imagen de sí está en una profunda con- otro como seducción, el otro como eros, el otro como
mirada adulta desmesuradamente, las pérdidas, el moción, el adolescente tenga una posición subje- deseo, el otro como infierno, el otro como dolor va
rechazo del otro, la frustración ante aquello dese- tiva desasida de la mirada de los otros. desapareciendo.(…) La proliferación de lo igual es
ado que no puede conseguirse. Solución falsa y moral que suma a la angustia lo que constituye las alteraciones patológicas de las
Allí aparece el corte, como modo de alivio ante de los adolescentes frente a la desestimación de que está aquejado el cuerpo social”.(8)
ese dolor. otros, el sentirse culpable por no poder ser pres- Y nosotros, como mundo adulto tenemos toda
cindente respecto a ella. la responsabilidad en el grado de intolerancia y
Ahora bien, dado que es enorme la cantidad de En este contexto padecer situaciones de deses- violencia existente en lo social, y que es en gran
adolescentes que ejecutan esos cortes sobre su timación, de rechazo, de burlas de otros genera parte campo fértil de la angustia ante la diferencia
cuerpo, y justamente porque no caemos en el re- sensaciones de negación de existencia, de poca que sostienen los adolescentes contra otros ado-
duccionismo de pensarlos una moda, o señalarlos valía. lescentes.
como un fenómeno de “contagio histérico” al Lo que produce esa desestimación de sus pares ”Como átomo sin valencia, Pulgarcita esta des-
modo de las muchachitas del internado en el texto es paradigmática de la frustración que les provoca nuda. Nosotros, los adultos, no hemos inventado
freudiano, entonces tenemos que pensar que vie- ir hacia el corte en el cuerpo. ningún lazo social nuevo. La empresa generalizada
nen a decirle los adolescentes a la época, a noso- La segregación, la denigración entre pares pone de la sospecha, de la crítica y de la indignación con-
tros como sociedad adulta, con esta dificultad para a los adolescentes que la padecen en una situación tribuyó más bien a destruirlos”(9)
vérselas con la frustración, con la pérdida que hace de inexistencia, de rechazo, si esos adolescentes Pedro, llega al consultorio por pedido de su
irrumpir los cortes como forma de alivio en los tienen, por su historia, por su entramado familiar, madre que dice verlo abatido, ensimismado, teme
adolescentes. cierta labilidad en relación a la frustración y a la que esté depresivo. Dice enfáticamente:” ¡Está
David Le Breton dice, refiriéndose al dolor fí- pérdida, una acción de denigración les resulta un como anestesiado!”

Cuando consigue apropiarse del espacio más


allá de la demanda materna, Pedro comienza a ha-
blar de la tortura que es su día a día en la escuela.
Nunca pudo hacer amigos, ni en la primaria,
mucho menos en la secundaria. Está solo, solo en
los recreos, solo los fines de semana, solo. Y hay
un grupo que permanentemente lo acosa. Bajada
de pantalones, ser llamado “cagòn”, “nabo”,
“virgo”, etc. Cuando consigue acercarse a ellos re-
montando un temor enorme se corren, dejándole
bien en claro que no está incluido en el grupo.
No está en los grupos de whattsap, y cuando
queda incluido en alguno por un trabajo en equipo
que decide un profesor hablan entre ellos como si
no existiera.
Pedro me dice en una sesión: “Hablan delante
mío, no conmigo. Yo no existo. A veces me pre-
gunto si existo para alguien que no sea mi mamá”
Sin duda, parte de la tarea clínica fue que de-
jara de existir tanto para su mamá, o mejor dicho
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que su madre no fuera la única que registrara su otras cosas podía hacer además de aliviarse con toda clase de agresiones. Por los oídos entran las
existencia. Y además articular con el colegio para dolor, o sentir dolor. voces persecutorias. No obstante hay ruidos que el
que pusieran algo de mirada acerca de lo que el Lo que fue muy conmocionante, y productivo oído sabe no oír y, aunque sin párpados, sabe ce-
funcionamiento de estos grupos venía a decir de para èl, fue descubrir que uno de los compañeros rrarse a ellos.”(10)
su propia angustia. que lo burlaban también se cortaba. No por los
Un día las “bromas” fueron peores, un día lo mismos motivos que él, después de ser segregado
citaron en una esquina, en un lugar absolutamente por el grupo, sino por tener que soportar la diná- Notas
desconocido por Pedro y lo dejaron horas espe- mica de ese grupo.
rando. Le sacaron fotos de lejos y las viralizaron Finalmente ese otro no era tan distinto a él, o (1) Winnicott Donald, “Luchando por Superar la Fase del
marcando que el “virgo” se cree cualquier cosa que mejor dicho, todos eran diferentes pero podía do- Desaliento Malhumorado”, en “Deprivaciòn y Delincuen-
se le diga. lerles la vida de un modo similar. cia”, Paidòs, Buenos Aires,1991
Después de ese suceso, Pedro me puede contar Volviendo a Winnicott, a su lucha y legado por (2) Freud Sigmund, “El Malestar en la Cultura”, Amorrortu,
que se corta, lo refiere en relación a lo que hizo la no patologizaciòn de los síntomas y manifesta- Buenos Aires, 1979
cuando volvió a su casa luego de ese bochorno. ciones de niños y adolescentes, es esencial no caer (3) Winnicott Donald, “Las Bases de la Salud Mental” en
Dice:”Desde los once que me corto. No lo en soluciones falsas que se toman precipitada- “Deprivaciòn y Delincuencia”, Paidòs.
conté nunca porque si no se lo iban a decir a mi mente, fundamentalmente por la angustia que (4) Levinas Emmanuel, “Ética e Infinito”, Machado libros,
mamá. Y a mí me alivia cortarme. Ahí siento, provocan en el Otro social incluidos los terapeu- Madrid,2015
siento ¿entendés?” tas, frente a las agresiones, el malestar adolescente, (5) Freud Sigmund, “Conferencia 17: El Sentido de los Sín-
Inmediatamente recordé el “está como aneste- los cortes autoinflingidos. tomas”, O.C., Tomo XVI, Ed. Amorrortu, Buenos Aires,
siado” que la madre había dicho en varias oportu- Se trata de escuchar, con el respeto del caso por 1993
nidades. caso, lo que los adolescentes dicen, a su modo, con (6) Le Breton, David, “El Cuerpo Herido. Identidades Esta-
En el corte, Pedro sentía, algo de la anestesia se su estilo, como pueden, como quieren, sobre esas lladas Contemporáneas”, Ed. Topìa
quebraba. manifestaciones, ¿que son para ellos?, ¿para que (7) Morrison Toni, “Ojos Azules”, Ed. Penguin Random
Sentir ese dolor, que puede autoinflingirse le les sirve? House Grupo Editorial, Barcelona, 2001
da la sensación de hacer algo con el dolor que Escuchar el grito que se manifiesta en cada (8) Byung Chul Han, “La Expulsión de lo Distinto”, Herder,
otros le provocan, con la frustración de no conse- marca, en cada corte. Barcelona, 2017
guir lugar con otros. Tal vez así el corte pueda convertirse en trazo (9) Serres Michel, “Pulgarcita”, Fondo de Cultura Econó-
Fuimos con Pedro caminando su historia, y el y el grito en palabra. mica, Buenos Aires, 2013
trabajo analítico avanzó, allí cuando Pedro podía (10) Lemoine Luccioni, “El Grito. El Sueño del Cosmo-
hablar de esa manifestación, los cortes, sin temer “El grito lanzado desde un extremo de la tierra nauta”, Ed. Paidòs, Barcelona, 1982
que eso saliera de la confidencialidad del encuen- apenas si se oye en el otro. Los oídos siguen estando
tro analítico, es decir que no se tomara una solu- abiertos, por cierto, carecen de párpados, y así re-
ción falsa. Fuimos avanzando también en que sultan ser naturalmente el lugar preferido para
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Autolesiones
L
a razón por la que me interese en Cuando pregunto qué alivia, me dicen la
escribir este artículo es porque en bronca, cuando pregunto qué da bronca, relatan
épocas de avances en supuestas co- una escena en donde algo que viene del Otro desen-
nexiones o comunicaciones con cadena algo del orden del odio. Y digo desencadena
otros atreves de un montón de porque literal algo deja de hacer cadena signifi-
Andrea González redes en donde todas tiene acceso al mensaje cre- cante.
yéndose así qué estamos comunicados, conectados, He observado y escuchado que en el vínculo del
que somos leídos o escuchados nos encontramos, sujeto con ese Otro, además de encontrarse el sujeto
contrariamente al imaginario colectivo de que esto con su angustia, se encuentra con las demandas del
alivia, consuela. Los sujetos que se autolesionan Otro y lo que de ese Otro le viene.
nos transmiten el quiebre de la imposibilidad de Relatos de pacientes en donde pareciera que la
un decir. demanda del Otro acorrala al sujeto dejándolo sin
Claramente algo del orden del significante salida por la vía de la palabra con lo cual sale de la
queda desarticulado en la modalidad en la que escena y responde con el corte. Corte que da cuenta
puede decir un sujeto ahí, en las redes. Los pacien- de la necesidad del sujeto de poner un límite a las
tes que se autolesionan nos muestran la presencia consecuencias que le llegan al cuerpo en relación a
de cierta satisfacción pulsional que obstaculiza la demanda del Otro.
nuestro trabajo clínico ya que en esta modalidad se Lacan en 1968 expresa que cuando el Otro se ha
inhibe la aparición del deseo. Las autolesiones nos vuelto sordo, el sujeto no puede transmitir un men-
dicen, entre otras cosas, de las formas en que la pul- saje por la vía de la palabra y que se verá orillado,
sión, el goce, el cuerpo, el objeto a y el deseo se hace palabra que usa Lacan, a expresarlo en acciones.
presente en la clínica.
Las autolesiones son acciones que se realiza el
Introducción sujeto en su cuerpo y que implican la caída del su-
jeto de la escena en ese encuentro con el Otro. En
En esta oportunidad voy a intentar abordar las el intento de ir por el deseo se desarma el fantasma,
causas que pueden encontrarse tras las autolesio- cae, corte. Recordemos que en el fantasma no se
nes, un padecer psíquico singular. Este padecer lo trata ni del sujeto ni del objeto sino el modo que
podemos encontrar tanto en las neurosis como en tiene el sujeto de concebir el objeto y su relación
las psicosis. En cuanto a la perversión me reservo el entre ellos. La función del objeto es salvar al sujeto
concepto de padecer en esa estructura. del fading. En el fantasma el sujeto da cuenta de la
Me detendré a pensar las autolesiones en las neu- fijación al objeto. El sujeto en el fantasma logra un
rosis o en aquellas estructuras border, digo border lugar fijo. El sujeto se soporta en el fantasma. El fan-
porque realmente a veces se me dificulta pensarlas tasma le aporta al sujeto consistencia. Lo rescata de
de un lado o del otro siendo alguna excluyente de la la falta en ser estructural. En el fantasma recupera
otra. la ilusión de unidad. Pues bien el deseo se sostiene
en el fantasma, el deseo aquí se articula con el deseo
Hoy detrás de un sujeto que se corta hay una del Otro en tanto es deseo que se dirige a otro
multiplicidad de causas. Muchos pacientes refieren deseo. El fantasma intenta responder que me quiere
que es por aburrimiento, por malestar, por que se el Otro. El fantasma como respuesta sostiene al su-
sienten solos, por conflictivas familiares y también jeto en el deseo. Refiero a esto porque de lo que se
dicen que es para sentir alivio ante alguna situación trata en los sujetos que se cortan es que el fantasma
de gran tensión psíquica. dejo de ser sostén. Entonces el sujeto activa un me-
Mi idea es poder realizar algunas puntuaciones canismo de huida frente al Otro. Se escapa de la es-
que se ubiquen en la clínica de las impulsiones cena en la que se encuentra con ese Otro y se corta
siendo las autolesiones una mostración de la impo- en soledad.
sibilidad de un decir articulado a un hacer “corte”
en un cuerpo. Lo empezaré a pensar desde el sujeto Algunas puntuaciones sobre el goce.
en su relación con el deseo del Otro y en ese en-
cuentro con el Otro. A partir de lo escrito debo introducir el con-
Empezaré pensando a las autolesiones como cepto de cuerpo entendiendo que se construye
una manera de restituir algo del encuentro del su- como cuerpo a partir de la relación con el Otro del
jeto con el deseo y la demanda del Otro. Esto lo significante. Cuerpo en tanto lugar en donde se
deduzco recordando el relato de cada paciente al practica la autolesión. Si hablamos de cuerpo debe-
momento que me llama y me dice: “me corte”; mos introducir la cuestión del goce. Lacan en el se-
pregunto qué pasa y siempre se trata de un con- minario 16 trabaja la relación del objeto a con el
flicto con el Otro en escena. ¿Que quiero decir? deseo y explora su relación con el goce.
Que el paciente se pelea con alguien, discute, se En pacientes que se autolesionan es fundamen-
enoja y luego lleno de odio o bronca se va de la es- tal entender el circuito del goce para poder interve-
cena y se corta solo. Digo solo porque el ritual no nir de manera meditada, encaminada hacia un fin.
se hace, en la mayoría de las veces, con otros. Sue- No hay interpretación por parte del analista hay
len irse al cuarto o al baño y entre el llanto y el una intervención directa, podría decir de corte.
odio agarran un sacapuntas, hebillas, tijeras, cu- Corte que haga que el sujeto deje de cortarse.
chillos, Gillette, lo que haya y se cortan. Por lo ge- El goce nos remite a la satisfacción de la pulsión
neral no aparece la idea de suicidio. No se quieren y esta nos envía a un cuerpo que está atravesado por
matar. Ellos me han relatado que quieren sentir la cadena significante. Es decir está atravesado por
alivio. Es importante este contexto para luego esa cadena significante que es la demanda y a la de-
poder entender de que hablo cuando escriba, mas manda la encontramos en la fórmula de la pulsión
adelante, sobre el goce. en el grafo del deseo.
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Es así que solo podemos hablar de goce en tanto La renuncia al goce es previa a la recuperación del su vez este equilibrio libidinal tendrá que ver con el
goce del cuerpo. El goce nos remite al objeto pul- goce esto da cuenta que toda ganancia conlleva una narcisismo porque la homeostasis del cuerpo,
sional. Entre el objeto del deseo y el objeto de la pul- perdida. En el seminario 10 Lacan dirá que esta re- cuerpo atravesado por el lenguaje, se llama narci-
sión se inscribe el lugar del objeto a de Lacan. nuncia se perfila del lado de la renuncia al goce del sismo. De acá el narcisismo puede marca un punto
Existe una relación entre el objeto a y la función cuerpo. Esta renuncia entraña la división del sujeto. de homeostasis o no.
de la causa del deseo y también una relación entre El objeto aparece como resto de ese sujeto atrave- Lacan va llevando su teoría al plano de una eco-
el objeto a y la función de plus de gozar. Desde aquí sado por el significante. Aquí tenemos un sujeto di- nomía libidinal.
que deseo y goce, deseo y pulsión son piezas que tie- vidido, producto de la concatenación de dos Y es a partir de este punto que el problema en
nen una doble articulación del objeto a, por un significantes. estos pacientes radicará en la economía libidinal.
lado, el objeto a con la función de causa del deseo y En los pacientes que se autolesionan hay un despla-
por otro con la función del plus de gozar. El a como Desequilibrio en la economía libidinal. zamiento del goce.
plus de gozar es un punto de identificación que le
da una unidad al sujeto. Entonces hay una solidari- A partir de lo escrito deducimos que el goce no Cuando Lacan hace referencia a la economía
dad entre el objeto y el fantasma. El fantasma es la es el placer. El placer tiene más que ver con la ho- libidinal nos dice que se refiere a como circula el
respuesta del sujeto a la falta del Otro. A su vez el meostasis mientras que el goce se equipara con el goce, desde lo simbólico en la estructura del dis-
concepto de plus de gozar está articulado con el más allá del principio del placer. En tanto que esta curso del sujeto. Por ende el goce es captado por
deseo y con la pulsión. O sea que el objeto a oscila más allá del principio del placer Lacan lo equiparara el discurso. Me atrevo a decir que en los sujetos
entre dos dimensiones el objeto a como causa y el con la pulsión de muerte, de acá que el goce confina que se cortan el goce escapa al discurso para ubi-
objeto a como plus de gozar. con el dolor. Las personas que se autolesionan dicen carse solo del lado del cuerpo. En repetidas oca-
El objeto pulsional es inseparable del goce como soportar el dolor de los cortes, incluso es elegido siones se vislumbra claramente en la demanda de
satisfacción pulsional; el goce es la satisfacción de por sobre el dolor de la caída del fantasma enten- algunos pacientes que tienen autolesiones, la rela-
una pulsión y que en cuanto tal nos lleva al cuerpo. diendo al fantasma como respuesta del sujeto al ción del goce con el mas allá del principio del pla-
Por ende el cuerpo es inseparable del goce y del ob- deseo del Otro. Los pacientes que se autolesiona, cer. Llega el paciente y se pregunta, pregunta
jeto de la pulsión. De ahí que la autolesión está ar- sienten el dolor y alivio al mismo tiempo. también dirigida al analista, ¿porque me hago esto
ticulada a la pulsión y al goce también. En continuidad con lo que vengo escribiendo, que me hace mal, que me lastima y no lo puedo
Lacan ubicará el deseo colocado entre el goce y el dejar de hacer? Se abruma incluso pensando que
Lacan en el seminario “De otro al Otro” nos dice placer y situará en el más allá del principio del pla- como es posible que si entiende lo que hace no
que el objeto a, por su estructura, está preparado cer lo pulsional, ahí se articula la pulsión de muerte puede dejar de hacerlo. Acá nos encontramos con
para ser un lugar de captura de goce, pues bien, el con el mal, entonces enlazamos el acto de cortarse Lacan en su aforismo “lo real como lo que retorna
objeto a captura un plus. Captura ese exceso de con algo del orden del mal. La mayoría de los suje- siempre al mismo lugar”. Lo real se distingue de la
goce que es la recuperación de una perdida, de una tos advierten algo de este orden. realidad del sujeto. El sujeto no percibe lo que le
renuncia previa al goce. Es decir que para acceder Pues bien, Con lo expuesto, el placer se rela- concierne. Y lo real alterado por el significante es
al plus de goce hubo una primera renuncia al goce. ciona con la homeostasis, el equilibrio libidinal y a del orden de lo inconsciente; por eso si el objeto a

Anorexia - Bulimia
Obesidad
Tratamiento Ambulatorio

Dirección Médica:
Dr. Nestor Corvalan

Coordinación Terapéutica:
Dra. Analía Verónica Losada

Instituto Argentino de
Trastornos de la Alimentación

Av. Republica Argentina 1367. Rafael Calzada.


(1847). Pdo. de Almirante Brown.
Bs. As. Argentina. Tel. 4219-2696

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tiene algo de real es en tanto que esta fuera de la el campo imaginario. Lo real en tanto el sujeto re- Nuestro objetivo primordial como analistas es
realidad como su marco y su sostén. En el fan- mite que no puede dejar de hacerlo. Aparece la re- hacer el viraje para que el sujeto pase de la marca
tasma encontramos el campo de la realidad, que petición como encuentro fallido con lo real. Es del cuerpo, del goce puesto ahí, al goce en la circu-
es el campo en donde “todo es posible” porque no decir, lo real está ahí, pero no se encuentra por lo lación en la cadena significante. Lo que tenemos
sucede. Que no sea posible no le impide existir y que la repetición busca repetir lo que escapa. Es in- que lograr como analistas en estas psicopatologías
hacer padecer al sujeto de todas sus formas posi- teresante pensar que el corte aparece como la mo- es que el sujeto produzca un discurso que pro-
bles. En el relato de los pacientes que se autolesio- dalidad de sostener el deseo. El sujeto, vía el corte, mueva la renuncia a ese goce que se encuentra en
nan se escucha que el fantasma no está intenta captar la mirada del Otro. Lo que surge de el cuerpo sin poder hacer cadena en el discurso.
enmarcado, no hay sostén. El paciente se mira a sí esa relación entre el sujeto y su aparición en el Otro Siguiendo en esta línea se nos enlaza pulsión,
mismo como caído y se encuentra, en lo real, con como objeto de goce es el objeto a. deseo, plus de gozar con el deseo como deseo del
la angustia que le provoca ese saber no sabido. En Otro. Los pacientes cuando remiten a como se au-
el acto de cortarse también se observa la presencia Por la vía del corte lo fuerza al sujeto a mostrar tolesionan se escucha en el decir, en el relato, una
de lo visual. La mirada. Es un corte que se presenta también algo de su goce separado del discurso. El ganancia, un plus de gozar. Ellos dicen sentir alivio.
en el campo de la imagen y por consiguiente invo- significante en lo real no opera porque tenga sen-
lucra el campo de lo imaginario. Es por vía del tido, justamente lo contrario, no lo tiene, es ahí Entonces cuando los pacientes se presentan con
corte que el sujeto procura hallar un camino que donde el sujeto no sabe porque hace lo que hace y esta modalidad, nos tenemos que tomar nuestro
lo emplace en el deseo del otro. En Este corte tam- tampoco sabe porque no puede dejar de hacerlo. tiempo junto con el de ellos para poder definirlos
bién nos encontramos con el registro de lo simbó- Porque para que tenga sentido tiene que estar arti- por su estructura.
lico ya que le da una función simbólica. Es decir culado con otros significantes. Es el discurso el que Antes de entrar en un sujeto analizante o posible
que aquí el sujeto tiene lugar en el Otro como goce posibilita la circulación de goce. Lo que expresa el de análisis el sujeto debe renunciar a esta ganancia
del Otro. Por ende en el acto del corte observamos sujeto en la autolesión es que no se entiende, que en el cuerpo. ¿Cómo? Eso será ardua tarea del ana-
los tres registros, imaginario, simbólico y real. no se escucha su goce del significante, porque lista. Cada analista sabrá o no como intervenir para
¿Articulados? Si y no. Algo, en el momento de la quedo como objeto de goce para el Otro. El corte que el sujeto pueda renunciar a esa ganancia.
escena con el otro perdió la libertad de movi- esta en lo real, en la marca del cuerpo, y esta allí
miento. El significante perdió lazo con otro signi- porque el significante no cumple su función. Pero Acting out-Pasaje al acto
ficante y quedo atrapado en lo real. Algo del por la vía de la marca transmite un mensaje en el
movimiento en tanto desplazamiento de goce se campo simbólico y traza un registro en lo imagina- Tanto las intervenciones como la escucha ana-
paro. rio en tanto apela a la mirada del Otro. No hace dis- lítica se encuentran dirigidas hacia el fantasma. (S
Podríamos pensar que como el lugar en el Otro curso en ese mismo acto del corte. El corte es un barrado en relación al objeto a) en los pacientes
es de goce no hay lugar para el sujeto Sino como ob- modo, en escena, de la pregunta por el deseo de que se autolesionan el fantasma nos dirige al au-
jeto de goce. Otro. Pero en donde, en la respuesta, el fantasma toerotismo. Freud fue quien teorizo la libido
falla en su función. Hay un saber inconsciente, un como un factor constitucional. Por ende Cuando
El corte saber sin sujeto. Cuando el paciente expresa que no Lacan aborda en términos de economía libidinal
sabe porque lo hace encontramos también una re- nos lleva, en el seminario 10 a plantear una opo-
Hay, desde el sujeto, un mensaje, aunque se re- lación entre saber y goce. Si el s1 está desarticulado sición entre el acting out y el pasaje al acto como
presente ese mensaje como corte en relación al en- del s2 en la cadena significante, entonces el sujeto también la oposición entre inhibición y sublima-
cuentro con la incontinencia del Otro, pero el queda separado del conjunto de los significantes del ción. De esta manera muestra una clínica vincu-
sujeto se quedo sin palabras para transmitirlo, aun- saber inconsciente. Sabemos que la ética del psico- lada a la satisfacción. Mientras el objeto de esa
que no cese de querer transmitirlo. Es como si el análisis no es la ética al bienestar, en este sentido los satisfacción es el lugar selectico de captación de
significante pulsionara para una significación, para objetos de captación de goce pueden ser disputados, la recuperación de plus de gozar. El plus de gozar
salir, pero no encuentra como, entonces aparece el no siempre significan el bien del sujeto como referí es una función, el plus de gozar no es solo el ob-
corte por la vía de lo real, aunque se encuentre en anteriormente, están más bien produciendo su mal. jeto a, el objeto a puede captar el plus de gozar vía
Actualidad Psicológica Agosto 2023 • Página 9

la voz, la mirada, las heces y el pecho. En el caso lo imaginario lo viste. Le da coherencia al yo. Si Uno podría pensar que en una escena en donde
de los pacientes que se cortan lo podría pensar del tocamos este a lo dejamos al sujeto desamparado. aparezca esta modalidad entre el sujeto y el Otro el
lado de la mirada. (Mirada del Otro frente a la ci- En los pacientes que se caracterizan por su falta de paciente se enoja, se angustia, no sabe que hacer va
catriz producida por el corte). control de impulsos, entre ellos los que se autole- y se corta.
sionan, se podría pensar que algo pasó en la iden- Me recuerda a Lacan en el seminario 10 1962-
Sobre el autoerotismo tificación con este objeto plus de gozar que da 1963,88 dice:” actuar es arrancarle a la angustia su
consistencia y coherencia. Ahora bien sabemos certeza” Esto está asociado a la pulsión, no al sín-
Las autolesiones también nos llevan a pensar que el modo que tiene cada sujeto de sufrir es en toma, no al deseo. Es un decir que hace acto. Es un
sobre el autoerotismo. Recuerdo cuando Lacan ha- su relación con el goce, en tanto se mete en la re- sujeto que no puede decir, solo puede mostrarnos
blaba de que la ciencia había proporcionado una lación con el goce a través del plus de gozar tene- en acto la satisfacción pulsional. Son sujetos que se
gama de posibilidades masturbatorias, haciendo re- mos el síntoma pero las autolesiones no llegan a presentan del lado de la pulsión no del lado del
ferencia en aquellos tiempos a la tv. Si hoy escri- tener este estatuto. deseo y el sujeto de la pulsión es un sujeto que no
biera algo en relación a este autoerotismo ofertado puede hablar. Son sujetos que atreves del corte in-
por la ciencia se sorprendería de una manera tal que Las autolesiones enmarcadas dentro del acting troducen un corte en lo real allí donde no opero un
supongo quedaría perplejo. La sociedad se dirige out, es una verdad del sujeto que se da a ver. Es una corte simbólico. El corte en lo real se produce por
cada vez más hacia el autoerotismo. Hoy se tiende respuesta que no puede ser dicha. Entonces ¿cuál es la inminencia de goce. El corte es la respuesta a la
a una conexión con aquel momento constitutivo, la pregunta que se hace el sujeto? Cuando la pre- agresividad inherente a la tensión psíquica produ-
vía un celular, lap top, play station, computadora, gunta se formula en el nivel del Otro ¿Qué quiere cida en ese encuentro con el Otro del que hable an-
etc. Es decir cada vez más aparece un goce auto. el Otro? La respuesta es la demanda. Esta pregunta teriormente.
Auto en tanto autosuficiente. Estas prácticas tien- es de un sujeto dividido, ya atravesado por los sig-
den a aislar al sujeto por lo tanto lo llevan a la pro- nificantes. El sujeto dividido se pregunta por el Conclusión.
ducción de un goce más autoerótico. Da cuenta de deseo del Otro. Por intermedio de la pregunta la de-
una pobreza simbólica en donde el sujeto evita el manda se articula al deseo. Así el sujeto adquiere Las autolesiones son psicopatologías del acto, las
encuentro con la dificultad del hablar con otro. Y una función que se relacionara con la significación cuales se pueden encontrar en cualquier estructura.
esto es porque Cuando un sujeto le demanda algo de Otro. Esta significación muestra la alienación del Como analista no pienso en la estructura del sujeto
al Otro este debe soportar que eso que le viene del sujeto y estará en estrecha relación con el plus de hasta no revertir esa modalidad de goce. No inter-
Otro nunca es lo que realmente se pide. gozar. La significación enmascara, en el discurso, la vengo como teniendo un sujeto posible de análisis
Soportar esto es el precio que debe pagar el su- exclusión de goce. Si anteriormente dije que el plus hasta que no cedan las autolesiones. Es decir que
jeto para salir del autoerotismo esa perdida, en de goce esta por fuera del significante entonces cuando el sujeto empieza a espaciarlas hasta final-
cuanto a lo que debe pagar Lacan la llama extrac- ¿cómo se relaciona con la significación? A través del mente dejarlas es ahí que vislumbro la posibilidad
ción del objeto. Esta operación produce una pér- objeto a como plus de gozar. Y en las autolesiones de un viraje en la escucha.
dida real. Si esta operación no se da, entonces se articula al objeto mirada. Ese a se constituye en Cuando el paciente deja de lesionarse empieza
aparecerá en el sujeto un rechazo simbólico. Como las significaciones. Este a no se encuentra del lado a mostrar la circulación de goce en la economía del
consecuencia falla lo que organiza su cuerpo y su de una producción imaginaria sino que es efecto de discurso y es a partir de ahí en donde se podrá in-
sexualidad. Es así que nos encontramos con un recuperación de goce. Una recuperación que disi- tervenir como psicoanalistas.
cuerpo que esta desorganizado y habitado por un mula su pérdida. Es en la significación del Otro
goce no localizado en el discurso. Ese goce no loca- donde el sujeto precisa una recuperación de goce. Bibliografía
lizado en el discurso se encuentra en el cuerpo También el sujeto responde a la demanda de la
como un goce insoportable y fuera de control, de pulsión. es llamativo que cuando el sujeto se hace Lacan, J. (1958). El seminario de Jacques Lacan. Libro 6 El deseo
ahí la falta de control de impulsos en estas patolo- la pregunta por el Otro, ya sabe la respuesta. Del y su interpretación, 1958-1959. Buenos Aires: Paidós.
gías. El corte viene a querer controlar ese goce. lado del Otro le viene la inconsistencia. Es un salto Lacan, J. (1960). Seminario viii. La transferencia. Buenos Aires:
El sujeto determinado por el lenguaje pierde de una pregunta a otra. Una pregunta está del lado Paidós Lacan, J. (1962). El seminario de Jacques Lacan. Libro
desde el comienzo parte de su identidad. El objeto del deseo, la otra del lado de la pulsión. Pero sabe- 10 La angustia, 1962-1963. Buenos Aires: Paidós.
a es el resto de esa pérdida que se deduce de la per- mos que el deseo se puede desprender justamente Lacan. J. (1968). Seminario xvi. De un Otro al otro. Buenos
dida por estructura. Esta pérdida, este agujero en atreves de la demanda. En este punto se anudará Aires: Paidós.
la estructura, desencadena la repetición. Es el ob- síntoma y goce en el cual no me detendré. Lacan, J. (1980). Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en
jeto perdido por estructura es lo que da paso a la La pregunta desde lo pulsional (sujeto en rela- el inconsciente freudiano. En T. Segovia (trad.), Escritos i. Mé-
repetición. ción a la demanda) por el deseo del Otro indica el xico D. F.: Siglo xxi.
Digo esto porque justamente lo que relatan los lugar en que el objeto a como objeto pulsional debe Lacan, J. Escritos 1 Siglo veintiuno editores. (2008)
pacientes es en relación a un no puedo dejar de ha- articularse con el deseo del Otro, objeto causa de Lacan, J Escritos 2 Siglo veintiuno editores. (2008)
cerlo Repetición a la que me referí anteriormente. deseo, para que se constituya el fantasma. Si esto no Rabinovich, Diana S. Una clínica de la pulsión: las impulsiones.
Es por la vía de la repetición que también apare- se articula el sujeto queda a merced de la caída. Si Manantial Presencias. (2003)
cerá algo del orden de lo descontrolado de esa ten- está articulado entonces tendrá el sujeto las signifi-
sión psíquica. Por eso me veo en la obligación de caciones posibles. Como referí anteriormente el ASOCIACIÓn ARGEnTInA
articular los cortes con la repetición. Justamente fantasma está determinado por el deseo y la pul- DE PSICODIAGnÓSTICO
es la repetición lo que impulsa la búsqueda de ese sión. Me atrevo a decir que en estos pacientes pa- DE RORSCHACH

objeto que nunca se tuvo. En tanto nunca se tuvo, reciera que el momento del estallido con los cuales • SEMInARIOS:
Z Test. Aplicación en las áreas clínica, laboral y forense- Wartegg - El Psicodiagnóstico
buscarlo nos lleva a algo del orden de lo imposible. se dirigen a cortarse son momentos en donde cae el pericial y el uso del Rorschach en los distintos fueros - Abuso Sexual Intrafamiliar -
Evaluación Psicológica Para Portación De Arma De Fuego - Test de la Persona Bajo la
Por ende la imposibilidad se vislumbra desde el Otro como garante de verdad y no se constituyo la Lluvia - Cuestionario Desiderativo - Orientación Vocacional - Psicología Laboral -
Pensemos juntos Psicosomática II
lado de querer tener un objeto complementario. articulación entre sujeto y objeto en el fantasma. Modalidad: híbrida: presencial / virtual sincrónica
Es el objeto perdido que organiza la búsqueda y la Cae porque no opera la falta, es decir que el sujeto PARA EGRESADOS DE AAPRO:
realidad. Con ese objeto resto de la división sub- se encuentra con la presencia de Otro que porque • GRUPOS DE SUPERVISIÒN.
• GRUPOS DE ESTUDIO EN NIÑOS Y GRUPO DE ESTUDIO EN
jetiva en tanto el sujeto se encuentra dividido por sabe, goza. El fantasma deja de ser sostén para el su- PSICOANALISIS
el lenguaje es que el sujeto se puede identificar. jeto cuando se encuentra con el punto de goce en • PSICODIAGnÓSTICOS InSTITUCIOnALES. SUPERVISIOnES

Entonces Lacan dirá que el objeto a en su función el Otro, ese punto de goce a su vez está represen- Aclaración: Por no ser esta Asociación una institución universitaria habilitada para dictar cursos de especialización, maestría
ni doctorado, de acuerdo con la Ley de Educación Superior Nº 24.521 y normas reglamentarias, los certificados que extiende acre-
ditan la realización de cada programa de estudios en particular.
de plus de gozar unifica al sujeto en un discurso. tado por el plus de gozar y el objeto a, en su función Horarios de Secretaría: 9 a 13 hs.
El objeto a como plus de gozar es un punto de de plus de gozar podría sostener al Otro en su con- Teléfonos 4777-0351/4927 Celular 15-2778-3059
Uriarte 2221. (1425) Buenos Aires.
identificación que le permite al sujeto una ganan- sistencia como garante de verdad, pero si esto no E-Mail: aapro@ asoc-arg-rorschach.com.ar
cia de goce. El a le da un lugar singular en donde ocurre el fantasma deja de enmarcar al sujeto y cae. WEB: www.asoc-arg-rorschach.com.ar
Página 10 • Agosto 2023 Actualidad Psicológica

Adolescentes: “Lo que no se puede decir no puede


sino mostrarse”.
sí y para otros son interrogantes tan intensos que
con frecuencia se corren serios riesgos para po-
nerlo a prueba.
Lo que no se puede decir, no se puede

el cuerpo, la
piel como
“ callar¨, “Lo que no se puede decir no
puede sino mostrarse”, Francoise Da-
voine y Jean–Max Gaudillière trans-
forman una sentencia de Ludwig
Wittgenstein abriendo de ese modo su gran texto
Historia y trauma: la locura de las guerras, refor-
mulan la frase y a su vez realizan una torsión, ¨no
¨Dolor mundo¨

A este tiempo de urgencias subjetivas, este


¨dolor mundo¨, ¨dolor país¨ cómo supo nombrar
Silvia Bleichmar en uno de los contextos sociopolí-
ticos más difíciles que Argentina atravesó en su es-
pinosa historia colectiva se entreveró recientemente
se puede callar¨, ¨no puede decirse sino mostrarse¨. con una emergencia humanitaria global como fue
Dicen más, afirman que existen zonas de catástrofe la del Covid 19. Los tiempos de desastres tienen el

campo de en los sujetos en las que la palabra de diversos


modos se encuentra bloqueada. Y cuando toman la
noción de catástrofe no se limitan a las situaciones
poder de abrir zonas de muerte y de catástrofe en
las subjetividades más vulnerables-vulnerabilizadas;
en instituciones frágiles-fragilizadas estas situacio-
traumatizantes en la guerra, que ha sido el foco de nes se potencian al debilitarse la malla que sostiene
sus investigaciones, sostienen que las catástrofes a sus integrantes.

batalla. pueden ser a nivel de un país o de una familia. El


tiempo de la vida en el que se atraviesan profundas
transformaciones psíquicas y somáticas, el tiempo
Tiempo de la Historia con mayúsculas, grave
contingencia, una pandemia es una seria amenaza
en cualquier momento de la vida de un sujeto, pero
de la adolescencia, puede ser vivido como un convengamos que en esa travesía delicada que
tiempo de catástrofes, un tiempo en el que la pala- desde el siglo XX hemos llamado Adolescencia, se
Daniel Korinfeld bra se halla transitoriamente bloqueada. Estas refe- incrementa su potencial traumatizante. Observa-
rencias iniciales nos orientan en esa zona difícil, mos como la confluencia de estas dimensiones ha
oscura para quienes, en cierto momento de su vida, generado vivencias de sufrimiento subjetivo de di-
su cuerpo, la piel más precisamente - el órgano de ferentes niveles de intensidad y gravedad, así como
contacto con el mundo por excelencia-, se consti- la imperativa necesidad de los jóvenes de hablar de
tuye en un campo en el que se juega una verdadera estos temas.
batalla subjetiva. Sabemos que las adolescencias funcionan como
analizadores sociales, que sus actos y sus síntomas
Tiempo de urgencias subjetivas en las instituciones en las que se efectúa la transmi-
sión entre generaciones señalan las líneas de frac-
No nos equivocaremos si afirmamos que el tura de las mismas. Son una suerte de revelador de
tiempo que nos toca vivir, el tiempo presente, es las tensiones de la vida institucional, de lo que no
un tiempo de urgencias subjetivas, hay algo apre- funciona, indicando muchas veces lo que habría
miante que destila la época, cierta complejidad de que cambiar, apuntando simultáneamente a los
la vida social y de las condiciones de existencia que problemas centrales de la vida social y la cultura
suponen desorientación, perplejidad. Transforma- donde es posible leer las interferencias en la trans-
ciones veloces en todos los órdenes de la cultura, misión intergeneracional. La adolescencia es ese
aún con todas las diferencias y polaridades extre- tiempo de transición de la infancia a la adultez, de
mas que se constatan, habrán de ser metabolizadas mutación y de transformaciones intensas, acelera-
por los sujetos no sin serias dificultades. Una di- das y desincronizadas; tiempo de vulnerabilidad
versidad de padecimientos subjetivos ¨se mues- porque se está cambiando la piel mientras se co-
tran¨ allí donde se pueda, emergiendo con mienza a explorar el mundo extrafamiliar, que hoy
inusitada frecuencia en espacios institucionales los confronta, quizás más que en otras épocas a un
que se constituyen en sus escenarios, superando la mundo adulto incierto, confuso, desesperanzado.
invisibilidad de otros tiempos. No es difícil coin- Las adolescencias exploran sin descanso ciertas
cidir con David Le Breton - un autor que nos va a fracturas del lazo social -retomando a Davoine y
acompañar con su enfoque sobre esta problemá- Gaudillière cuando piensan los avatares de la lo-
tica- cuando señala que ese malestar sobreañadido cura-y encuentran como mostrar lo que como so-
es lo opuesto al gusto por vivir y da cuenta de una ciedad no podemos inscribir, destrabar, darle un
transmisión entre generaciones especialmente in- cauce, una tramitación. Sondean sin pausa las cos-
terferida. Los contextos políticos y socioculturales turas, las cicatrices, los quiebres del lazo social y sus
están mayormente tomados por las políticas de lo consecuencias para lo común. Más precisamente y
individual. Una cultura que empuja a la acción, de lleno en el foco que nos ocupa, diremos que, a
una época que rechaza el trabajo de atravesar cier- través de las heridas autoinfligidas, cuando conver-
tos conflictos con la herramienta de la palabra y la gen dimensiones individuales, familiares y contex-
conversación, lo que, sin duda, ha de tener sus tuales determinadas, los sujetos encuentran cómo
efectos en las jóvenes generaciones cuando vis- mostrar más allá de lo imposible de inscribir, lo que
lumbran un mundo descarnado que no es hospi- no se puede decir.
talario, no les invita a crecer. Los sentidos de la
existencia han sido corroídos por diferentes impe- Las dificultades de tramitación del sufrimiento
rativos y amenazas de la era del ¨individuo¨ y de subjetivo que supone producirse un dolor localiza-
la ¨soledad organizada¨; la inmersión y explora- ble en el cuerpo, buscar peligrosamente un lugar en
ción del mundo social que solicita el tiempo post- el mundo o intentar desaparecer de sí (no necesa-
puberal, la imprescindible apertura a la alteridad riamente morir), están en relación, son ecos no tan
se vive muchas veces cargada de peligros. El sen- lejanos de los avatares de nuestro presente y de lo
tido de la existencia, el valor de la propia vida para que podemos llamar ¨mundo adulto¨.
Actualidad Psicológica Agosto 2023 • Página 11

La piel como frontera, como umbral con el mundo, con los otros, tiene una función de que han desistido o porque se considera que ya no
objeto transicional (Le Breton, 2017) es, por tanto, responden al imperativo de la actualidad, en ese
No es sin efectos afirmar que las situaciones es- una superficie en la que se despliegan las tensiones modo de existencia del desaliento en el que ¨no me
pecíficas que se presentan y ante las cuales está con- internas del adolescente, disputas y batallas en la encuentro¨, no queda más que intentar ¨refun-
vocado a intervenir el amplio y heterogéneo campo configuración de su identidad. Zona de abroquela- darme¨, ¨autoengendrarme¨, ¨hacerme un cuerpo,
de la salud mental forman parte de una subjetividad mientos y de blindajes o de permeabilidades exce- retrazar sus contornos¨, ¨hacerme sujeto¨, ¨ha-
de época cuyos rasgos están presentes en la diversi- sivas, en un tiempo de metamorfosis la piel es un cerme de un lugar¨.
dad de escenas por las que transita el encuentro con recurso sobre el cual intervenir para ejercer un con- No es sencillo comprender, aceptar que en la
los nuevos: las infancias y adolescentes. Los practi- trol sobre el cuerpo que se encuentra bajo la inqui- mayoría de los casos se trata de búsquedas de ¨au-
cantes de los oficios del lazo, como Graciela Frige- sidora mirada de los otros y sobre todo de sí mismo. tocuración¨, movimientos subjetivos intensos,
rio (2017) propone denominar a quienes se ocupan ciertamente pleno de riesgos, intentos de autoafir-
de educar, cuidar, curar, no están por fuera de estos Rituales secretos. Ritos de pasaje. mación que buscan en soledad un lugar, una ins-
efectos. La noción de urgencia subjetiva es entonces ¨Autocuración¨ cripción en algunas de las formas en que la
uno de los nombres del malestar de la época y busca alteridad toma cuerpo. Anclar, afirmarse, aga-
elucidar las modalidades de nuevas subjetividades, Las prácticas autolesivas se constituyen como ri- rrarse, adueñarse del cuerpo, detenerse fundando
de nuevos padecimientos subjetivos. Estos modos tuales secretos, se configuran como un lenguaje a ritos de pasaje personales que organicen la exis-
de presentación del sufrimiento (Le Breton sostiene través del cual se busca regular tensiones internas tencia.
que su incremento se puede datar de hace poco más no siempre advertidas y, al mismo tiempo, son ex- Una forma de ritual que busca una autoafirma-
de dos décadas), nuevas formas de estar provisoria- presión y refugio contra la angustia, y de presión ción bajo el modo del sacrificio, una suerte de in-
mente en tensión con las normas, buscando un hacia el entorno. tercambio, en el que se ofrenda una parte de sí, se
lugar en el lazo social, son situaciones que irrum- Le Breton lee una relación entre las marcas cor- ofrece una herida que genera dolor físico para sal-
pen, se develan, se reciben en las instituciones, porales que forman parte de los ritos de pasaje de var el todo de su existencia. Dejar de sentir desaso-
según sea el caso, ante las cuales los oficiantes del las sociedades tradicionales que organizan, entre siego y angustia, en busca de un sentimiento de
lazo se disponen a escuchar, a acompañar poniendo otras cuestiones, los tiempos de la vida y los lugares mayor unidad, de consistencia. Una suerte de pu-
a rodar los dispositivos que se inventan para ello. en la sociedad, con las marcas en el cuerpo que, en rificación a partir de la cual habría de percibirse
las sociedades actuales, sociedades de individuos, mejor incluido en el lazo social. Una compleja tran-
Abordaremos las autolesiones sin intentar tipi- sin ritos fijos preestablecidos expresan ritos ínti- sacción capaz de devolverle sentido a su existencia.
ficarlas, ni organizar clasificaciones o intentar des- mos, personales, privados. Aunque a primera vista aparente lo opuesto
cribir de modo sistemático sus variantes, por el La idea de una prueba que debe atravesarse, una suele ser una suerte de conjuro hacia la propia
contrario, subrayamos, insistimos en la necesidad prueba de existencia, un desafío que habrá que muerte, una búsqueda de inmunidad ante la an-
de registrar la singularidad radical de cada caso, vía pasar o en el cual habitar un cierto tiempo, una gustia que genera, como si se pusiera a jugar esa hi-
regia para acompañar el sufrimiento subjetivo. En prueba de valor, un reto que pone en cuestión su pótesis en el cuerpo. Las conductas de riesgo no
tanto problemática psicosocial insistimos en inscri- valentía, pero sobre todo en el cual experimentar dejan de expresar unos modos de exponer o mal-
birla, situarla en el contexto de esta época y plantear la pregunta de cuánto vale para sí y para otros. tratar el cuerpo propio, modos dolorosos, peligro-
un marco referencial teórico para poder pensarla y Aunque la respuesta nunca será definida aspira a sos de constatar la vida, maneras tortuosas de
coordenadas que nos permitan intervenir desde di- que algo pase, acontezca, mientras esa travesía integrarse en el mundo, de encontrar sentidos que
ferentes lugares y posiciones. transcurre. Que algo se aclare, se acomode, se or- permitan recuperar el control que se siente per-
Ubicamos las prácticas autolesivas en la adoles- ganice, se reconfigure, y así ocurre la mayoría de dido, el cuerpo como rehén en la difícil fabricación
cencia entonces en el marco de un conjunto de ur- las veces. Serán travesías más seguras cuando hay de uno mismo, expresa Le Breton con justeza, no
gencias subjetivas más amplio. Desde una otros que acompañan y más inciertas y peligrosas dejan de ser modos, intentos seguramente torpes
perspectiva clínica ampliada que active disponibi- cuando el silencio, la indiferencia y el aislamiento de autocuración.
lidades para su recepción en los espacios institucio- predominan.
nales y comunitarios, convocando a integrar a un Es cierto que ritual e intimidad o mismidad El silencio y las resistencias de los
conjunto de actores que habrán de desplegar unos plantea sus contradicciones; Diana Sperling subraya adultos
modos de acompañar que potencie la escucha indi- precisamente la característica heredada de los ritua-
vidual, escucha que habrá de dar paso a un proceso les de las sociedades tradicionales que marcan tiem- El silencio que en general guardan los adoles-
terapéutico. pos y lugares de los sujetos y unos modos de centes sobre las acciones autolesivas suelen referirlo
Las lastimaduras en el cuerpo autoinfringidas en inscripción en la ley sellando así la pertenencia a esa tener vergüenza, a no generar preocupación, no
sus diversos modos: incisiones, rasguños, quema- cultura. La creciente devaluación de los ritos en asustar, no ¨agregar problemas¨ a los adultos
duras, laceraciones, escarificaciones son modos de nuestras sociedades, deja abierto el espacio, como cuando éstos son considerados como sus referentes
controlar las tensiones internas y funcionan como en otras dimensiones del presente, a una libertad válidos. Muchas veces se impone la certeza de que
descarga de un sufrimiento psíquico insostenible. que en muchos casos ahoga, encierra, aísla. Las nadie podría ayudarles, que no comprenderían lo
Ante la dificultad de encausar por vía de la palabra marcas en la piel, en la diversidad de sus modos de que sienten, lo que les pasa. Descontemos aquí las
ese sufrimiento que no siempre es fácilmente regis- presentación: tatuajes, piercing, perforaciones, es- situaciones en las que los adultos participan de al-
trable ni necesariamente localizable en la adoles- carificaciones, incisiones, escoriaciones, raspaduras, guna manera más o menos deliberada en la fuente
cencia da cuenta de una nueva experiencia: el cortes, comparten desde un análisis general, el in- del malestar, desde la violencia a la indiferencia.
malestar de vivir. El sujeto inventa una salida pro- tento, la búsqueda de instituir un lugar, un lugar Los testimonios dan cuenta del impacto, el ho-
visoria produciéndose un dolor corporal. que otorgue identidad y sentido que rompa ese rror, el miedo que se desata en los adultos cuando
No se trata de alguien que no puede decir nada, cerco más o menos imaginario. Sin señales, marcas se anotician de estas situaciones y que retorna en
suele haber un malentendido allí, puede hablar, en el camino, orientaciones, con referencias insti- desesperación que intensifica, amplifica y distor-
desplegar un discurso acerca de su acto, pero las pa- tucionales frágiles, mojones derribados por la ace- siona los contornos del problema en cuestión. Sin
labras no alcanzan para aprehender lo que le acon- leración constante del tiempo, la circularidad sin duda conmocionante, parece tornarse incompren-
tece, la marca corporal dice de ese exceso que su pausa de la información, el flujo indetenible de la sible, impactante asumir la idea de que un adoles-
discurso aún no puede atrapar. lógica del mercado y el consumo y, ante la desorien- cente puede voluntariamente dañarse, atentar
La piel envuelve, muestra, oculta, funciona tación y el desistimiento que predomina en los ma- contra su cuerpo. Le Breton lo relaciona con la re-
como una frontera -sumamente frágil e inestable yores. En ese mundo en el que se insiste en presentación del cuerpo como sagrado, inscribién-
cuando se está abandonando la infancia y todavía proclamar de mil maneras que todo depende exclu- dose así, como una grave transgresión para la
no se es adulto-, se constituye como un sensor de sivamente de uno/a mismo, que se presenta con sociedad al atacar la sacralidad del cuerpo, un valor
identidad, es el órgano del cuerpo que establece lazo pocas o débiles referencias y soportes externos, por- común incluso más allá de las diversas formulacio-
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nes religiosas. Ese rechazo, esa resistencia a registrar sobre todo para su evaluación clínica por parte de produce a los adultos, señalamos un punto de re-
las autoagresiones hace que tienda a ser inmediata- profesionales de salud-salud mental, en todos los sistencia a trabajar, al menos en los oficios que se
mente catalogado como ¨locura¨, masoquismo o casos es motivo de atención y requiere de atención despliegan en encuentros con los adolescentes, para
perversión. Un obstáculo para registrar esas situa- terapéutica. acotar los efectos de rechazo y las acechanzas de la
ciones y acompañar a quienes están en situación de patologización y medicalización –que recordemos
sufrimiento. Allí se presenta una primera barrera Zonas de escucha, espacios de no es igual a medicación-.
para desplegar el necesario proceso de escucha de interlocución. Destrabar ese no-dicho requiere advertir la po-
ese lenguaje que escribe como puede un mensaje a tencialidad de sus riesgos, propiciar su primera es-
ser descifrado, a la búsqueda de otro capaz de res- Las autolesiones no tienen un significado cucha cuidadosa como primer movimiento con
ponder. Y por supuesto, no se trata de un único común, dan cuenta de un conjunto de referencias efectos terapéuticos, crear condiciones para que se
mensaje definido y formulable con claridad para el absolutamente singulares entramadas en cada bio- pueda encausar de otro modo aquello que desesta-
sujeto o comprensible para los otros, en todo caso grafía y en circunstancias y situaciones particulares. biliza al sujeto y a su entorno, promover una dispo-
lo definido y formulado es la necesidad de abrir un Como tales no están fijadas a una estructura clínica, nibilidad de acompañamiento activo, atento a la
tiempo de acompañamiento activo (subrayamos, a un cuadro psicopatológico. Situaciones de abuso imprescindible interconsulta con salud mental.
aunque sea redundante) para que en cada caso ese sexual, de maltrato, de acoso entre pares, violencias
lenguaje haga su trabajo hasta encontrar medios de padecidas de distinto orden suelen estar asociadas En el terreno de las instituciones y las comuni-
simbolización que cuenten con la palabra y le den al inicio de las autolesiones, pero también conflictos dades nos plantea la necesidad de desplegar prácti-
su lugar. menos definidos, menos identificables que suponen cas y estrategias orientadas a contrarrestar las
una falta de reconocimiento por parte de pares o de tendencias actuales de producción de soledades,
Le Breton que estudió las conductas de riesgo sus referentes afectivos, decepciones, desilusiones aislamiento, fragmentación social, desafiliación y
en profundidad en términos de juegos de vida y de en las primeras relaciones amorosas o sexoafectivas, falta de horizontes que tan intensamente afectan a
muerte, observó el hecho llamativo de que los adul- exclusiones parciales, sensaciones o situaciones de la población joven. Zonas de escucha activa, espa-
tos se preocupan mucho más por las autolesiones soledad. En ocasiones incluso detalles nimios, una cios de interlocución, dispositivos de palabra, con
en los jóvenes que por cualquiera de las activida- pelea quizás menor, una mirada, una palabra que el nombre que se elija y una modalidad creativa y
des, relativamente normalizadas, en las que el hiere alcanza para precipitar una crisis, desestabili- dinámica se trata de áreas libres de prejuicios, como
riesgo de muerte está mucho más presente. Una zar afectivamente y conducir a la acción. afirma Gallo (2021), la urgencia subjetiva necesita
persona que se corta, señala, está lejos de poner su Infringirse un dolor en el cuerpo para escapar de cuidados intensivos en el plano de la escucha. Y
existencia en peligro. de un sufrimiento, una vivencia interna de confu- en general, como propone una vieja consigna, es
sión y caos, un malestar informulable o informu- fundamental generar redes que permitan saber con
Esos ¨juegos¨ con la muerte, con la sangre, con lado, son maneras de enviar un mensaje al otro quién cuento, con quien contamos y para quien
el dolor, suelen resultar insoportables, difícil- buscando, preguntando por su lugar allí; estas ac- debo contar, algo que vale para los adolescentes y
mente metabolizables, al menos en una primera ciones plantean preguntas a la biografía del sujeto para quienes se disponen a acompañarlos.
instancia para quienes se encuentran en el en- respecto de las faltas o las fallas de un envoltorio
torno próximo de alguien que atraviesa por esa si- afectivo ¨suficientemente bueno¨.
tuación. Habrá que darle un lugar a ese rechazo Nos venimos refiriendo a situaciones que están Referencias bibliográficas
de los adultos en distintas espacios - incluyendo por fuera de ¨la locura¨; en otro registro clínico
la resistencia de los dispositivos de salud cuando puede implicar una desconexión de la alteridad, un Davoine, F. y Gaudillière, J.M. (2011): Historia y trauma. La lo-
se escucha que ¨se les tiene miedo a los adolescen- desenganche, una caída del lazo social; cuando las cura de las guerras. Buenos Aires. Fondo de Cultura Econó-
tes¨- al momento de pensar la creciente presenta- autolesiones forman parte de patologías más graves mico.
ción de esta problemática. presenta también serias dificultades en las prácticas Frigerio, G. (2017): “De lo que quizás sea cuestión en nuestros
Por sí misma, la palabra juego, aún entre comi- institucionales. Las situaciones que estamos descri- oficios: mapas de asociaciones e ideas sueltas” en Trabajar en
llas, puede inquietarnos, recordemos aquello de biendo están en relación precisamente con la nece- instituciones: los oficios del lazo, Frigerio, G., Korinfeld, D., Ro-
que jugar es cosa seria, en tanto se trata de un hacer sidad de un sujeto de reconfigurar su lugar en el dríguez, C. (Coords.). Buenos Aires. Noveduc.
en-con lo simbólico, un espacio, una zona inter- lazo social, aunque en su insistencia en el tiempo Gallo, Héctor (2021) Porqué se suicida un adolescente. Pasaje
media de experiencia por la que atravesar, experi- sin recepción ni acompañamiento pueden virar, al acto, urgencia y acto. Buenos Aires. Grama
mentar, tramitar movimientos subjetivos desplazarse para ser tomadas plenamente por lo Le Breton, David (2016): Desaparecer de sí. Una tentación con-
sumamente complejos. Herirse, lastimarse ¨con- mortífero. Se trata de no minimizar ni su impor- temporánea. Madrid, Ediciones Siruela.
troladamente¨ nunca es algo inocuo y no puede tancia ni su nivel de riesgo. Le Breton, David (2017): Entrevista inédita, 20 de marzo 2017,
estar exentos de riesgos. La idea de control está recuperado en revista Topia. https://www.topia.com.ar/articu-
asociada a ubicarse como quien es capaz de abrir y Hemos intentado situar las coordenadas de los/entrevista-inedita-david-le-breton-20-marzo-
de cerrar la fuente de dolor físico. Abrir las heridas época en las que esta problemática subjetiva se pre- 017?utm_source=Bolet%C3%ADn+Top%C3%ADa&utm_camp
y sanarlas también es manejar situaciones y tiem- senta, referencias que se articulan con cada biogra- aign=415c752d5e-NUEVO_LIBRO_EXPERIENCIAS_ENTRE-
pos que contrasta con la vivencia ingobernable de fía y los modos de constitución subjetiva singular, VISTA&utm_medium=email&utm_term=0_bf055be65c-
un dolor psíquico cuando las pulsiones que des- profundizar algunas de sus características y parti- 415c752d5e-18986821&mc_cid=415c752d5e&mc_eid=b57c0a5
bordan las defensas del sujeto invadiéndolo de an- cularidades para dar cuenta de su complejidad. 21b
gustia, desatando lo impulsivo. Afirmamos la pluralidad de sus formas de presen- Le Breton, David (2017): El cuerpo herido. Identidades estalla-
Las prácticas autolesivas tienden a ser actos que tación y los sentidos que adquiere para cada quien. das contemporáneas. Buenos Aires. Topia Editorial.
se realizan en estado de sufrimiento, aunque en Planteamos que ese extraño y riesgoso modo de fir- Le Breton, David (2020): La piel y la marca. Acerca de las auto-
condiciones de una relativa lucidez, en general con mar el cuerpo, lastimándolo, para hacerlo propio, lesiones. Buenos Aires. Topia Editorial.
suficiente control, lo que lleva a plantear que no son es un recurso extremo contra el sufrimiento. Res- Le Breton, David (2011): Conductas de Riesgo. De los juegos de
acciones irreflexivas, aunque lo impulsivo tiene guardo, tiempo para cambiar el aire cuando se cam- la muerte a los juegos del vivir. Buenos Aires. Topia Editorial.
lugar en el origen y bajo especiales condiciones de bia el cuerpo, protesta, denuncia, demanda de Sperling, Diana (2018): Marcas en el cuerpo. Cuerpos grabados,
control en el pasaje a la acción. En ese punto se amor, de reconocimiento, deseo ambivalente de in- cuerpos gravados: marca, corte, inscripción. Descargado
juega un aspecto significativo para su evaluación: el tegración, tienen en común el sentimiento de no ser https://www.dianasperling.com/blog/post-1-23689-sz6e3
grado de impulsividad, el tipo de lastimadura, el aceptados ni reconocidos. Aquello que se vive tiene
nivel de daño, la zona del cuerpo, la estabilidad de una lábil inscripción psíquica, la elaboración del pa-
los cortes o su incremento y peligrosidad. Son ele- decimiento asociada a la escasa tolerancia al dolor
mentos a ser considerados para una evaluación ge- psíquico desliga parcialmente cuerpo y palabra.
neral inicial para quien recibe la situación, pero Advertimos el horror y la culpabilidad que les
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La piel que “… Sitios donde existir: la duración de una


caricia vista desde la piel...”
Carlos Skliar (de su muro de Instagram)
arma, se forja con otros a los cuales, se encuentra
entramado.
Desde antes de que se produzca nuestro naci-
miento, ya habitamos en territorios ajenos, como:

L
a piel nos habita, es un borde silen- los deseos, las fantasías, la historia y el cuerpo de los
habitamos. cioso colmado de deseos y de anhe-
los, un límite que nos protege
otros. El cuerpo es acunado, pensado, sentido y
afectado por la presencia histórica de quienes nos
sostiene y vincula a otros. Un lazo preceden.
cargado de sensaciones, represen- Como una red, el cuerpo se expande, fluye,

Las escrituras taciones, vivencias subjetivas que se inscriben y en-


cadenan en un espiral que nos entrama de un modo
histórico libidinal.
crece, no sin alteraciones ni cambios, que pueden
resultar, para el niño una fuente de cuestionamien-
tos y posibles exploraciones. La subjetividad, enton-
Lo tierno y lo terso del inicio de la vida darán ces, se lanza aventurada, a recorrer nuevas
lugar a las lógicas metamorfosis, puberales adoles- geografías y el sentimiento de placer, se desborda al
en el cuerpo centes. La piel devendrá un territorio explosivo de
sacudones hormonales y pulsiones, que cederán su
conquistar diversas zonas hasta allí desconocidas.
El psiquismo tendrá una importante actividad,
centro al infranqueable paso del tiempo: las arrugas, acompañando al cuerpo, desarmando los interro-
las manchas, la textura, el color, la tez, las cicatrices, gantes y sensaciones que los cambios físicos produ-
serán la geografía de esta trama que nos atraviesa. cen y otorgando la capacidad de tolerar, soportar,
María Eugenia Otero
entender y procesar dichas vivencias, que no po-
“La piel no tiene edad, pero tiene trayectoria”, es- drán ser elaboradas en soledad, como señalé antes,
cribe, C. Skliar y en ese trayecto devenimos otros. el cuerpo se produce en vínculo, entramado a otros.
Esa envoltura psíquica nos pertenecerá por siem- Un largo camino de duelos a recorrer. Nece-
pre. Laura tiene 20 años me muestra sus brazos y sarios para crecer y entender que el crecimiento
una pierna, observo diversos tatuajes: flores, notas no es lineal, regresiones y progresiones, visitas al
musicales, estrellas, algún nombre y fechas. Me pasado y entradas a un nuevo tiempo, se conjugan
mira y dice: “cada uno de estos dibujos me los hice en un crecer complejo y en auto modificación
por algo en especial, no quiero olvidarme nada de lo permanente.
que viví” (el encuentro con un gran amor, una mu-
danza, la fecha de una cirugía, los nombres de ami- Agujeros en la piel
gas y familiares).
La piel se ha convertido en un fondo de memo- Si de envoltura psíquica hablamos, cuando pen-
ria (1) que atesora cada una de esas representacio- samos-sentimos las dimensiones de la piel, imposi-
nes vivificantes que guardan la inscripción del ble resulta no pensar en la diversidad de
placer, de acontecimientos diversos, históricos, que autolesiones que los adolescentes producen sobre
revisten ese memorizable afectivo, que se destina a su cuerpo hoy.
conservar, como una piedra preciosa, en la laguna ¿Cómo pensar estas heridas, cuyos contenidos
arenosa de la memoria. representacionales se esfuman, ante la velocidad de
actuaciones diversas? ¿Son formas de resistir? ¿Es
Un recorrido por la historia nos permite pensar un grito silenciado frente al mundo poco esperan-
el cuerpo como un territorio enigmático que en zador que los rodea?
épocas de griegos y romanos ha sido cultivado
como un objeto de belleza, asumido como una obra Le Bretton señala: … “analizo las conductas de
de arte. El cincel de Miguel Ángel es una muestra riesgo de los jóvenes como formas de resistencia, ma-
de ello, la majestuosidad del David, se ha grabado neras dolorosas y torpes de incluirse en el mundo, de
en las pupilas como un ícono de la perfección inte- recuperar el control, de reparar el sentido para exis-
grada a la belleza. La estética y el cuidado de sí tir.” (…).” Las marcas corporales (piercing, tatuajes,
mismo se tornaron premisas insoslayables para ser. brandings) (2) son también una manera de capturar
Más tarde, con el advenimiento del cristianismo, el las marcas simbólicas con el mundo” … (10:2019)
cuerpo es superado por la dimensión espiritual y Las heridas pueden transformarse en refugios
pierde el sentido de belleza natural (Díaz, E: 2010) provisorios que avasallan la producción de subjeti-
A partir del siglo XIX, el cuerpo humano es con- vidad adolescente, impidiendo la elaboración de las
mocionado por la presencia de la ciencia, el hechizo metamorfosis corporales y los procesos psíquicos
del dualismo: cuerpo vs mente, se instala como cen- puberales, la dificultad para establecer proyectos
tro del pensamiento académico (Najmanovich, D: desiderativos propios, el fracaso en la constitución
2001). Cuerpo y sujeto se desgarran en un escenario de procesos de duelo y de desprendimiento del
científico que promueve una lógica binaria. mundo familiar conocido
Las lesiones se instalan en la cartografía corpo-
Las últimas décadas del siglo XX, diseñan en la ral adolescente, como un hilo in-visible de un
cuadrícula de un nuevo almanaque, otras formas trazo mortífero que revela el contenido sufriente,
de pensar, la vivencia de la corporalidad. En la con- de aspectos no elaborados que se inscriben de un
temporaneidad, el paradigma de la complejidad modo arrasante y perturbador, obturando la re-
nos muestra inéditas hojas de ruta para pensar el modelación del narcisismo, obstaculizando el al-
cuerpo enlazado a la subjetividad. Como la raíz de cance de nuevos modelos identificatorios y
un árbol que no puede despegarse de la tierra (aun postergando la posibilidad de sentirse autores de
siendo arrancada), el cuerpo no puede apartarse de su propia biografía.
las emociones, vivencias, afectos y pensamientos La indiscriminación e indiferenciación aparecen
que cada sujeto experiencia en su singularidad. De como elementos que fusionan el acto violento con-
este modo, el cuerpo no se produce en soledad, se tra el propio cuerpo, convirtiendo al adolescente en
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rehén frente a la pérdida de representaciones y el que ahora puede ser cualquiera, me pego y me olvido como una forma de mantener el lazo entre lo psí-
dolor va remodelando la instancia yoica, en el trato de mí. Cuando pienso, hay sólo huecos, mi mente quico y lo somático? El dolor se instala como una
consigo mismo y en el vínculo con los otros. está en blanco...” categoría que pareciera escribir el nuevo cuerpo, el
cuerpo puberal.
…” El cuerpo que no ha sido sentido como expe- En referencia a una paciente, Winnicott señala:
riencia de placer queda fuera de sí mismo, separado “Le interpreté que si no le sucedía nada ante lo cual … “El cuerpo propio genital, se irá creando en la
y sólo a través de un dolor controlado, señala Le pudiera reaccionar, ella llegaba al centro de sí adolescencia, mediante las inscripciones e identifica-
Bretton, puede devenir signo de identidad, emblema misma, donde sabía que no había nada, ese agujero ciones resultantes de los encuentros con el “otro
de uno mismo…” (23: 2019) en el centro que era ella...La esencia de la interpre- cuerpo” el nuevo cuerpo que estará arribando como
tación era que existía un self disociado, que era otro) y con el cuerpo genital de los “otros” (en su di-
En ese sentido, el sufrimiento aparece como una nada, era un hueco, un vacío...” mensión erótica o sublimada), en una dialéctica
dimensión de continuidad subjetiva. El cuerpo se Ana se desvanece y en su padecer se dibuja el constitutiva del sí mismo y la alteridad”, señala N.
inscribe y se produce bajo la égida del sufrimiento. borde de lo riesgoso, el contexto de desamparo, Córdova (2010: 59)
La vivencia de dolor pareciera resultar, en estos quizá desde el mito familiar que la precede dibuja Cuando los cambios corporales atravesados por
casos, un punto de anclaje para la producción de en su sí mismo la figura de una “sobreviviente”. Sus la genitalidad no pueden ser metabolizados por el
subjetividad adolescente. padres se encuentran separados y al decir de la pa- psiquismo, el yo no los incorpora, resultando una
ciente “en guerra constante”, la joven es rehén desde amenaza, produciendo importantes alteraciones, el
Existir no es suficiente su infancia, de un divorcio controvertido que se cuerpo genital es rechazado y deviene un “cuerpo
…he yacido días animales sostiene en lazos de hostilidad y violencia que la en- extraño”, entonces, lo familiar se torna siniestro.
el viento y la lluvia me borraron vuelven en una atmósfera de indiferencia, resul- El cuerpo, aporta N. Córdova (2010), se torna
como a un fuego tando una figura imperceptible para el mundo inesperada y desmesuradamente seductor, pertur-
como a un poema, adulto que la rodea. bador, persecutorio, amenazante, devorador y según
escrito en un muro…” …” Todo el tiempo estoy tironeada, exigida, a la estructura psíquica y los recursos del yo, será re-
A. Pizarnik Madrugada estar en la casa de uno y de otro, no recuerdo un primido, escindido, proyectado, forcluido, dene-
cumpleaños con mis padres juntos, no recuerdo un gado, retornado en diversas manifestaciones como
La práctica psicoanalítica nos invita a pensar en viaje sin un escrito judicial que me acompañe…nin- corolario del fracaso elaborativo de lo puberal.
cada subjetividad en particular. Han transcurrido gún juguete o libro se podía llevar de una casa a la
algunas primaveras desde mi primer encuentro con otra, ninguna casa me pertenecía, nada era mío, ni La estrategia del adolescente dice el autor, frente
Ana, en ese momento de 19 años, quien inicia la mi cuerpo, ni siquiera mi cabeza…” en este entra- a estas perturbaciones se verificará en intentos de
consulta a las semanas de haberse efectuado varios mado vincular familiar de indiscriminación y am- atacar, suprimir o controlar el cuerpo vivido como
cortes en sus brazos: …” cada vez que me pasa algo bigüedad, la joven queda detenida, congelada, perseguidor, mediante ciertas mutilaciones, acci-
en el cuerpo, siento que me caigo, soy inestable, estoy escindida. Cuando el cimiento del vínculo es el dentes, ingesta de tóxicos, incorporación de objetos
vacía, me pego a alguien y no puedo despegarme...No odio (3), lo violento no se inscribe al sujeto, sino extraños, intentos a veces extremos, fallidos, de
tengo ganas de hacer nada, sola, siempre sola, siento que circulará por los encuentros con otros, estable- “des-embarazarse” del objeto incorporado que
que todo es transitorio...” Discurso desafectivizado ciendo un poder de arrasamiento subjetivo, que anida sin representación metabolizante (63:2010)
que impacta. Frases recortadas de un texto de se- promueve un modo de estar único, inconmovible En los procesos psíquicos que caracterizan el en-
siones que se perderán en ausencias prolongadas a y mortificante. tretiempo puberal adolescente, a veces, las defensas
la consulta para retomar luego, de un período de suelen ser insuficientes frente al avance pulsional y
salidas nocturnas que bordean lo riesgoso, (ingesta P. Aulagnier señala: …”la relación de odio que a la vez los otros se transforman en fuente de exi-
de sustancias y contactos sexuales compulsivos con liga a la pareja repercute así, en esta relación origi- gencias. Los primeros objetos, que podían funcio-
desconocidos). naria entre la zona y el objeto complementario, entre nar como protectores, pasan a ser aquellos de los
Al reencontrarnos me pregunto: ¿cuál será su espacio psíquico y espacio del mundo (…) Este efecto que hay que separarse a riesgo de sentirse capturado
posición frente al mundo, ¿quiénes y cómo partici- de odio fisura el ambiente físico…Un ambiente que en lazos incestuosos.
paron emocionalmente de su constitución, por qué se desgarra, en estado de conflicto, en una relación Este cuerpo tratado como ajenidad y el uso de
le falta el sentido de sí misma? de violencia: cada mitad vierte su odio, su deseo de defensas paradojales aportan resonancias en direc-
Winnicott dice: “El gesto espontáneo representa muerte sobre la otra...” (… ) Está prohibido y es im- ción de la auto destructividad y el masoquismo.
el ser verdadero, es capaz de crear y ser sentido como posible para el niño, encontrar un mundo, una rea- Funciona como: objeto subjetivo, pantalla donde
tal. La existencia de un ser falso, por el contrario, lidad, un espacio complementario, unidos, dirigir mociones pulsionales con sentimientos de
produce una sensación de irrealidad o un senti- completos..” (395: 1986) odio y agresividad, abriendo a procesos de identifi-
miento de futilidad...” cación y desidentificación. Se torna necesario, en-
Ana, está entre ser y dejar de ser. Dirige la agre- En algunas sesiones la paciente comenta tonces, señala A. Grassi: … “dejar caer los objetos
sión contra sí misma, se castiga.: “nada me im- “cuando empecé la secundaria, no soportaba verme (parciales) inscriptos en el cuerpo. Trayecto que im-
porta... si quiero me corto...total, a nadie le importo. al espejo, sentía el cuerpo raro, blando, me cortaba plicará un trabajo de des-identificación del objeto
Pedro me abandonó. Mis viejos no quieren que esté las manos con una gillette, quería ver si me dolía... con los modelos familiares, búsqueda de lo altero en
con él, ahora que no estoy muerta, tengo que salir, sentir dolor en el cuerpo, sentir algo… ¿enamorarme un espacio extrafamiliar”. (43:2010)
que vivir...” del dolor?” Hay algunos adolescentes, señala B. Janin,
Su imagen corporal se transforma, se corta y Le Bretton (2019) plantea la vivencia del dolor, (2011) que no pueden vivir las situaciones de pa-
tiñe el cabello, sus brazos, muestran cicatrices de representada en las autolesiones (4) como un in- saje, de transformación y cambio sin que esto im-
cortes que se lastima con asiduidad. En cada en- tento del dominio de sufrimiento, signo de identi- plique terremotos insoportables. Terremotos que
cuentro se presenta con ropas diferentes: una lla- dad bajo la forma de heridas. pueden dejar fracturas que lleva mucho tiempo re-
mativa capelina rosa, una peluca. Me impacta. … “El dolor, la herida, fuerzan el sentimiento construir.
Siento que durante la sesión se arma, las palabras fuerte de existir por fin. Cuando al yo le falta apun- En Ana el pensar se aleja como una zona eró-
son una trama libidinal que la sostienen y creo, talamiento en el mundo, y la imagen del cuerpo sufre gena asociada a la capacidad de crear o soñar, allí
cuando cruza el umbral al despedirse, se deshace. para establecerse como un universo propicio, sola- habita la nada, sólo huecos y una vivencia subjetiva
Existe en esta joven una monotonía ligada a la mente las sensaciones vivas ponen al día la impre- de vacío y desmantelamiento que la trasladan a ins-
pasividad, actúa como si no existieran las emocio- sión de ser uno mismo. Existir no es suficiente, hace cripciones de lo no inscripto, del agujero represen-
nes, por momentos habla en tono monocorde, no falta sentirse existiendo” … (45: 2019) tacional. Huellas de aquello que permanece
se entrama con lo deseante. Dirá: “…siento que idéntico a sí mismo, enterrado, que remiten a una
estoy flotando. Cuando me engancho con alguien, Dolor en el cuerpo de Ana, me pregunto: ¿dolor, vivencia de cuerpo muerto.
Actualidad Psicológica Agosto 2023 • Página 15

La prevalencia del pictograma de rechazo señala siva desmantela al yo, se torna vital, desde nuestro Parte I: El entretiempo adolescente. En Entre niños, adolescen-
B. Janin (2011) puede llevar a un “no querer desear, lugar como psicoanalistas ofrecer la escucha, la mi- tes y funciones parentales. Psicoanálisis e Interdisciplina Grassi,
a un rechazo a todo deseo, en tanto quiebra el único rada, el cuerpo, la palabra para ligar fragmentos es- A. y Córdova, N. (Comps.) Buenos Aires: Entreideas, 2013
deseo posible: que nada cambie, que todo se man- cindidos que puedan devenir en un estatuto Grassi, A. Desvíos-bordes y desbordes. Sobre los modelos para el
tenga idéntico a sí mismo. Esto, pensado en la pu- representacional. estudio de las adolescencias. En Territorios Adolescentes y en-
bertad, lleva a un conflicto importante, ¿cómo tretiempo de la sexuación. Grassi, A. y Córdova, N. (Comps.)
lanzarse a la aventura de buscar nuevas posibilida- Green nos invita a considerar la figura del ana- Buenos Aires: Entreideas, 2018
des si el deseo mismo es peligroso, si lo único que lista como un “políglota, apto para escuchar los dis- Janin, B. Los adolescentes: riesgos y aperturas posibles Articulo
se busca es el silencio de la nada?” tintos dialectos que conforman la heterogeneidad Actualidad Psicológica N 394 Año 2011 Buenos Aires
La dimensión del displacer, de lo mortífero, se psíquica”. Escucha atenta, señala S. Sternbach, Janin, B. Adolescentes en pandemia y después. Conductas auto-
inscribe de un modo tenaz y perseverante en la his- (2018) no sólo a los significantes verbales, sino a los lesivas, dificultades con la alimentación, usos de sustancias En:
toria de Ana. Historia signada por eventos que se lenguajes corporales, pulsionales, afectivos. Estar Niñas, niños y adolescentes en tiempos de desamparo colectivo.
suceden: lo atractivo, lo riesgoso, lo repelente de atentos a aquellas expresiones del dolor que no han Buenos Aires: Noveduc 2021
cada momento, un mundo de sensorialidad, casi sin podido ser subjetivadas y piden ayuda, con un grito Lastra S. Otero Ma. E Procesos adolescentes, vulnerabilidad y fi-
contenido, sin experiencias silencioso, para ser significadas. guras de sostén Trabajo presentado en Congreso APSA, Mar del
Transcurridos algunos meses de la consulta, la La puesta en valor de la palabra, como un acto Plata, mayo 2022
paciente, aportará a las sesiones fotos de cuadros de donación, para aquellos pacientes que han que- Le Breton D. La Piel y la Marca: Acerca de las autolesiones Bue-
que comienza a pintar. dado atrapados en un mar de arena y de silencio. nos Aires: Topia 2019
A partir de un cuadro que realiza en el que se Un doloroso proceso de desasimiento y partida Najmanovich, D. Del “Cuerpo Máquina al Cuerpo Entramado”.
observan un grupo de mariposas azules, comenta: del seno familiar le espera producir al adolescente, Campo Grupal N 30 Buenos Aires 2001
“sólo me vi como desde afuera…no había espejos… un trabajo psíquico, en su crecimiento. La salida del Otero Ma. E. Las escrituras (in)visibles de la violencia. En En-
pero me vi desde lejos, transformándome, aunque la puerto familiar no es sin desorden, ni trazas en la treveros y afinidades 2. Clínica vincular. Construcción de dis-
sensación de muerte no se fue todavía…” subjetividad. positivos en clave de hibridación. Buenos Aires: La Hendija
Los relojes derretidos de Dalí nos marcan un 2017.
Escuchando corazones tiempo adolescente, en el cual el pasado, se de- Otero Ma. E. El cuerpo va a la escuela y los psicoanalistas tam-
sarma, se deconstruye, se problematiza, en las bién Pensando la sexualidad en la escuela. De las ideas al aula.
Las crisis económicas, las crisis de ideales, la de- manos del presente. Allí, se produce algo nuevo, M. Soler Comp Buenos Aires: ¿Qué diría Victor Hugo?, 2017
sesperanza y la caída de ilusiones aparecen hoy algo porvenir, la conquista de un tiempo futuro, Rodulfo R. Curvaturas Buenos Aires: Lugar Editorial, 2016
como telón de fondo para el surgimiento en escena que sólo es posible en una revisita a la infancia, re- Rother Hornstein, M.C. Adolescentes desamparados, adultos
de funcionamientos psíquicos, cuyos órdenes ima- quiriendo un proceso de elaboración psíquica en el desorientados. En Rother Hornstein, M.C. (comp) Adolescen-
ginario y simbólico se hallan precariamente cons- marco de un dispositivo clínico. cias contemporáneas. Un desafío para el psicoanálisis. Buenos
truidos y donde la operación represiva ha fracasado Apostar al psicoanálisis como un sistema com- Aires: Psicolibro Ediciones, 2015
parcialmente. plejo, abierto, fértil capaz de convivir con otras dis- Sternbach S. Adolescencias actuales y problemáticas clínicas en
El nuevo milenio se desplegó con un campo so- ciplinas nos invita a pensar en diversos dispositivos Revista Controversias en Psicoanálisis de Niños y Adolescentes
cial más deteriorado, destituido de su función de consulta, nuevas herramientas y perspectivas de Año 2018 N 22 pp 132-141
apuntaladora. Las marcas de los productos de con- abordaje ante la clínica que acontece. Desde esta Winnicott D: El ser verdadero En El proceso de maduración en
sumo son las marcas de la época. Sentimientos de perspectiva, implica concebir al dispositivo asisten- el niño Buenos Aires: Raia. 1965
intolerancia a la frustración, compulsiones varias a cial como un ovillo, que extiende sus bordes, Winnicott D. Nada en el centro En Exploraciones Psicoanalíti-
“tener” con tal de “ser” caracterizan la subjetividad abriendo líneas de tensión y encuentro entre las/los cas 1 Buenos Aires: Paidós.1991
fluida y liquida que se arrastra en un presente con- adolescentes y el entramado familiar, la escuela, la
tinuo y hace mella en un futuro inmediato, tan in- cultura y el territorio social que habitan Notas
mediato, como instantáneo.
Patologías en las que hay un déficit de produc- Dejarnos conducir, deslizar nuestro pensar (1) Piera Aulagnier hace referencia al fondo de memoria como
ción simbólica, donde el cuerpo y la acción son lu- hacia actualizaciones teóricas que nos lleven a un elemento constitutivo en el armado del yo, en los procesos de
gares elegidos para la exteriorización del conflicto campo psicoanalítico que como señala R Rodulfo historización en la adolescencia. En su artículo: Construirse un
conforman el corolario de formas manifiestas o en- (2016); no se lleva bien con la geometría de formas pasado. En Psicoanálisis. Revista de APdeBA sobre Adolescen-
cubiertas de violencia que recaen sobre los niños y rectilíneas, sus modelos plásticos más apropiados cia XIII Nº 3. 1991
adolescentes. El odio como potencialidad vincu- son la curva, el laberinto, y el pensar múltiple, (2) Piercing: práctica de perforar el cuerpo para insertar aros u
lante y el desconocimiento del hijo/a en su dimen- abierto a la interrogación. otras piezas de joyería.
sión de alteridad se entraman en las redes Branding: es una técnica de escarificación del cuerpo que con-
vinculares familiares y enlazan espacios intrapsíqui- El desafío como analistas será: buscar, generar siste en quemar, escarar o lastimar partes de la piel para hacer
cos e intersubjetivos promoviendo subjetividades interrogantes que habiliten conmover certezas es- dibujos con las cicatrices de la herida, como un tatuaje sin tinta.
desmanteladas. tablecidas y eludir discursos omnímodos que para- (3) Piera Aulagnier postula en su artículo: “Alguien ha matado
lizan el devenir y el fluir de un pensar que acepta el algo” (1986), la impronta del odio como cemento de vínculo
En los aportes de M. C. Rother Hornstein lee- reto de interpelar (-se). (Lastra- Otero 2022) entre los progenitores y sus efectos en el niño, como: el desman-
mos que fallas libidinales de los comienzos de la telamiento en la capacidad de pensar.
vida que no tienen posibilidad de entrar en el cir- Bibliografía (4) Le Bretton destaca dentro del campo de las autolesiones: las
cuito represivo, quedan al margen de toda tramita- incisiones, las quemaduras, las laceraciones
ción psíquica, manifestándose en la clínica como Aulagnier, P: (1984) El aprendiz de historiador y el maestro-
diferentes perturbaciones del yo y aflorando el acto brujo. Buenos Aires: Amorrortu, 1986.
dolor (Rother Hornstein, 2015). Una crianza con Aulagnier, P (1975) La violencia de la interpretación. Del picto-
debilidad para contener y marcar límites promueve grama al enunciado. Buenos Aires: Amorrortu, 1986
la irrupción en tiempos de la adolescencia de las pa- Córdova N. La creación del cuerpo adolescente Parte I: El entre-
tologías de los excesos, el predominio de la acción tiempo adolescente. En Entre niños, adolescentes y funciones
sobre el pensar, el sentimiento de aburrimiento por parentales. Psicoanálisis e Interdisciplina Grassi, A. y Córdova,
déficit de interioridad y una necesidad de estímulos N. (Comps.) Buenos Aires, Editorial Entreideas, 2010
externos que llenen un vacío de proyectos. Díaz, E (2014) La construcción corporal como obra de arte (Re-
Allí donde todo parece fracturado, arrasado, la sumen), recuperado de htpp://www.estherdiaz.com.ar/textos
precariedad simbólica hace mella y la angustia ma- Grassi A. Metamorfosis de la pubertad: el hallazgo (?)de objeto.
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Autolesiones; pulsión de muerte y una cautelosa aproximación a la


sobredeterminación del síntoma que no nos haga
perder de vista que en definitiva la mirada última ha
Esta conceptualización es fundamental ya que de-
termina una forma de escucha y de intervención.
Bleichmar sigue:
de estar en entender de qué está hablando ese adoles- “Pero la pregunta es si ha desaparecido la repre-
cente singular que se lastima. Porque lo que sí sabe- sión... Evidentemente no. Lo que ha desaparecido son

encargo del mos es que no hay análisis sin singularidad más allá
de los entramados epocales que determinen estilos
subjetivos.
ciertas formas de ejercicio de la genitalidad, pero la re-
presión no. Seguimos teniendo un psiquismo articulado
por la defensa y la represión. El Psicoanálisis no puede
En síntesis, cuando un adolescente se auto agrede, abstenerse del concepto de defensa y represión. Es algo

Otro de la todo cruje.


También el Psicoanálisis y el Analista. ¿Cómo ese
adolescente devino el otro de su agresión? ¿Y ese otro
que excede la producción de subjetividad histórica y
tiene que ver con el modo que se constituye el Sujeto”.
Valga esta introducción como encuadre ideoló-
que podría hacer de dique, dónde fue a parar? gico epistémico básico. Desde esta posición intenta-
Partimos también de la cuestión que detenernos mos entender la lógica de las autolesiones en la

sinrazón. en la moda, la época o la imitación, nos deja mirando


el bosque pero poco o nada nos dice acerca de ese
árbol. Entender claramente de que se trata el envol-
adolescencia. El sujeto de la autoagresión está atra-
pado en la intensidad pulsional, en la urgencia de
abreacción somática conducida por el imaginario del
torio, no desactiva la bomba que contiene. alivio, la tierra prometida, pero también en el juego a
Claro que vamos a detenernos en la Subjetivida- las escondidas de las tres instancias, algunas de las
Jorge Garaventa des actuales, no solo desde la advertencia de Lacan cuales tiran la piedra y esconden la mano.
acerca del riesgo de quedarnos afuera sino funda- Tampoco esto nos habilita conclusiones unifor-
mentalmente desde la sustanciosa producción de Sil- mantes. Sabido es que el sujeto puede estar en una
via Bleichmar. lucha para aliviar su agobio, que es la definición que
Finalmente. ¿Podríamos decir que las autolesio- arbitrariamente hemos adoptado, pero ese alivio
nes de los jóvenes actuales representan un riesgo sui- puede ser fuente de tensión y angustia frente al Otro
cida? No, pero sería grosero afirmar lo contrario. que reclama el agobio sacrificial como forma de amor.
Ensayaremos hipótesis fundadas en la clínica que nos Otra vez la insidiosa presencia de la singularidad.
den un marco general sin perder de vista, una vez Si quisiéramos avanzar un tramo más en la ilusión
más, que la Verdad, si la hubiera, descansa en la sin- de completud teórica se nos aparece un Freud pri-
gularidad de la escucha. mordial e inquietante hablando del principio de Nir-
vana. Es importante retener esta definición como otro
Cada adolescente sabe, o no sabe que sabe, porqué de los significantes importantes que intentamos hacer
se corta. Difícil no pensar en síntoma y trauma. vibrar para entender el fenómeno que nos convoca.
Diversos autores señalan la necesidad de separar Vamos a la definición que Laplanche y Pontalis nos
las autolesiones del objetivo suicida, no es mala idea legan en su clásico diccionario:
si se tiene en cuenta que a veces hasta el propio suici- “Término propuesto por Bárbara Low y recogido
dio carece de objetivo suicida. Tal vez incluso sea la por Freud para designar la tendencia del aparato psí-
no intención más habitual, salvo en la certeza de la quico a reducir a cero o, por lo menos, a disminuir lo
determinación melancólica, estructural o episódica. más posible en sí mismo toda cantidad de excitación
“No existe crisis que no presuponga la presencia El enemigo del sujeto en situación de suicidio no es de origen externo o interno”
del conflicto, ni conflicto que no se de en una crisis. la vida misma sino el agobio existencial en que se con- Luego agregan:
El supuesto equilibrio psíquico, o la tan discutible virtió. Obviamente que será difícil hallar el motor del “En Más allá del principio del placer (Jenseits des
«normalidad», no significarían entonces la agobio en los dichos que nunca serán fundamentales Lustprinzips, 1920), Freud, recogiendo la expresión
ausencia de conflictos (o de crisis) sino los salvo cuando logremos internarnos en el envés del propuesta por la psicoanalista inglesa Bárbara Low,
intentos de encontrarles soluciones más o menos discurso. enuncia el principio de nirvana como una «[...] ten-
adecuadas, sin pagar los míticos costos de la ¿Por qué arrancamos puntualizando lo elemental? dencia a la reducción, a la constancia, a la supresión
locura, la ceguera o la muerte”. Porque el esfuerzo de negar el descentramiento que de la tensión de excitación interna» . Esta formulación
Silvia Bleichmar generó el establecimiento del Inconsciente como de- es idéntica a la que Freud da, en el mismo texto, del
terminante del estar en el mundo es una tentación principio de constancia, e implica, por consiguiente, la
“…es preciso ante todo librarse de un error, a que se disfraza de lo que venga. De la moda incluso. ambigüedad de considerar como equivalentes la ten-
saber, que en la lucha contra las resistencias uno se Así como Lacan se vio obligado a advertir sobre dencia a mantener constante un cierto nivel y la ten-
enfrenta con la resistencia de lo «inconciente». Lo la necesidad de contemplar la subjetividad de la dencia a reducir a cero toda excitación”.
inconciente, vale decir, lo «reprimido», no ofrece época, nos vemos necesitados de recordar que detrás Una breve disgregación histórica para situarnos.
resistencia alguna a los esfuerzos de la cura; y aun de las formas de andar en el mundo que inviste a cada Freud publica en 1920, “Más allá del principio del pla-
no aspira a otra cosa que a irrumpir hasta la quién, hay un aparato psíquico que se mantiene idén- cer” cuyos principales postulados habían sido adelan-
conciencia…Eliminamos esta oscuridad tico a sí mismo soportando las transformaciones en tados un año antes en “Lo ominoso” ese artículo corto
poniendo en oposición, no lo conciente y lo la vida que generan las tensiones entre el Ello, Yo y en extensión pero de interminable lectura. Estamos
inconciente, sino el yo ~ coherente y lo Superyo. ahí transitando una transformación importante del
reprimido. La resistencia del analizado Silvia Bleichmar dice: psicoanálisis. Parte de la preocupación de Freud se
parte de su yo”. La fuerza con que la producción de subjetividad de orienta en intentar entender la agresión y la destruc-
Sigmund Freud una época desmantela enunciados anteriores hace que ción humana. Como bien puntualiza Strachey en la
uno tenga que apelar a toda la fuerza moral y al co- introducción:

L
a comprensión de un desborde limi- nocimiento histórico para sostenerse. Es evidente que ”Ya había llamado la atención sobre la «compul-
nar impensado como el hecho de las ha habido cambios en la producción de subjetividad. sión de repetición» como fenómeno clínico, pero aquí
autolesiones adolescentes implica Pero la producción de subjetividad no es todo el apa- le atribuye las características de una pulsión; asi-
una confrontación a las dinámicas rato psíquico. Es el lugar donde se articulan los enun- mismo, por primera vez plantea la nueva dicotomía
sociales contemporáneas, un inte- ciados sociales respecto al Yo. El aparato psíquico entre Eros y las pulsiones de muerte que tuvo cabal ela-
rrogación profunda a las herramientas actuales de la implica ciertas reglas que exceden la producción de boración en El yo y el ello (1923¿). En la presente obra
clínica, preguntas inevitables sobre el Superyó y la subjetividad, por ejemplo la represión”. encontramos también indicios del nuevo cuadro es-
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tructural de la mente que habría de dominar todos los procedimiento hegeliano de esa inversión de las posi- es campo de angustia permanente. Así se crece. El
escritos posteriores de Freud. Por último, aquí hace su ciones del “alma bella” en cuanto a la realidad a la que adulto que ha sido niño abusado, lejos de devenir abu-
primera aparición explícita el problema de la destruc- acusa. No se trata de adaptarla a ella, sino de mos- sador como sostiene un mito sin ningún fundamento
tividad, que tuvo un papel cada vez más prominente trarle que está demasiado bien adaptada, puesto que en la clínica y en la teoría es propenso a padecer situa-
en sus obras teóricas”. concurre a su fabricación”. ciones abusivas en todos los ámbitos de su vida. Ence-
Es en este escrito donde Freud advierte que la Sin embargo, el adolescente que se agrede parte rrado en esa caja de cristales oscuros que no permiten
compulsión a la repetición hace caso omiso al prin- de la base de que es el fabricante de sus actos y hasta una mirada distinta supone que la vida es eso, ni más
cipio del placer, dato para nada desdeñable en el mo- esgrime un relato de mayor o menos cercanía con la ni menos que un recorrido constante inundado de an-
mento de pensar la clínica actual. realidad. Eso es lo que hay, y además de intento vano, gustia. No sabe cuidarse ni pretende hacerlo. Porta
Tal vez estas relecturas nos permitan aportar un de nada serviría pretender la readecuación consciente conductas autodestructivas y de descuido que, de ser
detalle al tema de las autolesiones. Al menos nos de sus decires. El camino es la rectificación subjetiva exitosas lo librarían finalmente de ese cuerpo despre-
ayuda a poner en cuestión la teoría de proporcionarse que, bien sabemos, es un proceso complejo. De lo que ciable y esa angustia lacerante, a veces amnésica, y por
un dolor menor en el cuerpo para disminuir o dis- se trata no es de responsabilizar ni victimizar sino de ende más terrible, que siempre está.
traer un dolor en el alma. La mirada freudiana com- entender, como dice el título de nuestro trabajo, que Cualquiera de estos momentos, en estado de pico,
plejiza estas lecturas. En el juego del carretel se nos es muy probable que el sujeto esté llevando adelante puede precipitar el acto suicida. La historia clínica ha-
señala que la insistencia del niño no está puesta en la un encargo del Otro. Y aquí empezaría otra historia. blará de melancolía o depresión endógena”.
parte que simboliza la reaparición materna sino en la Susana Kuras de Mauer y Noemí May hablan de Merece especial atención lo que planteamos al
dolorosa desaparición. De lo que entonces se trata no un síndrome. Asocian a su vez la insatisfacción como final de la cita. Ni más ni menos que intentar sacar las
es tal vez del reencuentro con su madre sino de tener la fuente que convertiría en compulsivo todo el mo- nosografías de su fría denominación para ponerlas en
el control sobre su ausencia. vimiento. Entendemos más bien que eso está en el dinámica con la biografía de los sujetos diagnostica-
Nos es lícito entonces interrogar la clínica acerca origen mismo del acto, momento de fusión donde dos. No se llega allí por un destino biológico, al menos
del componente de control que pudiera habitar cortes Eros se mezcla a la pulsión de muerte que, como bien no necesariamente.
y golpes contra sí mismo siempre y cuando no nos sabemos, rompe su silencio existencial a través de su Shelley Doctors, es una psicoanalista norteameri-
enamoremos del dato y sigamos pensando la multi- única forma visible, la compulsión a la repetición. cana que nos ha ayudado a pensar profundamente la
determinación de actos, acciones y síntomas propia- Nos convocan a pensar además en el componente au- relación entre adolescencia y autoagresiones. Dife-
mente dichos. toerótico que incluye el proceso. rencia las autolesiones de las conductas suicidas e in-
Si insistimos tanto en este camino es por adscrip- Agregan por otro lado: cluso en diferenciar lo que sería la mirada analítica de
ción al principio freudiano que afirma que “en la vida “Asociado a circunstancias psicopatológicas varia- la común para quién que por ejemplo, alguien se
anímica existe realmente una compulsión de repeti- das, este síndrome se expresa en un lenguaje de acción corte, es signo inequívoco de que se quiere matar o
ción que se instaura más allá del principio de placer”. destinado a mostrar y a velar algo que no puede- y no morir. Hemos venido diciendo que la finalidad úl-
Silencioso y a la vista, diremos, pero francamente quiere discurrir por la vía de la palabra. Las determi- tima suele andar por otros lados.
inevitable. naciones inconscientes que lo generan son desconoci- En palabras de Doctors:
Hasta aquí este marco que nos permite apreciar das para el adolescente, pero en tanto acto, responde a “Lo curioso de este síntoma de “actuación” es el
el amplio bagaje conceptual desde donde pensar e una intención consciente y premeditada. Va en busca abismo que separa la aparente simplicidad de la con-
intervenir con sujetos adolescentes que se autolesio- de algo cuyos sentidos desconoce; un acto loco y deses- ducta observada y la complejidad de sus orígenes y
nan o intentan hacerlo. Intencionalmente amplio e perado, que se le impone con el que intenta evitar una funciones. Los síntomas psicológicos siempre están so-
intencionalmente minucioso ya que se trata de un angustia insoportable. Es una escena épica, solitaria y bredeterminados, siempre tienen una multi-funciona-
acto de dolor en un momento crucial de la vida. Y si destinada a un otro a quien cuestiona, rechaza, con- lidad y por lo tanto siempre son asuntos complejos. No
bien no todo, mucho del futuro dependerá de la voca, excluye .También en ocasiones puede tomar la obstante, en la auto-lesión (como, de hecho, en los tras-
forma en que se resuelvan las conflictivas en esa forma de un pasaje al acto en el que el sujeto se siente tornos alimentarios), hay una diferencia notable entre
etapa en que la ambigüedad es sello de identidad. desechado y apela a este actuar impulsivo inconsciente la forma violenta de la conducta y la intención, moti-
Con todo lo que ello conlleva. que se le impone sin expectativa alguna”. vación, y/u objetivo de la persona que lo hace. Esta dis-
Imposible obviar que esto sucede en el marco del Efectivamente, “Una cultura que propicia la ac- crepancia hace difícil la comprensión clínica y a
salvajismo capitalista de desbordes de agresión de- ción como lenguaje predominante, relega lo psíquico menudo dificulta un tratamiento apropiado”.
satados sin un otro que ponga freno. Es en este a un segundo plano”. La autora nos acompaña en la búsqueda de ante-
marco que se constituyen las subjetividades de estos Sin pretender establecerlo como causa eficiente cedentes de violencia emocional padecida en muchas
adolescentes que vuelcan las violencias hacia sus pro- constante, hace algunos años investigamos algunas re- situaciones que habíamos puntualizado:
pios cuerpos. laciones evidentes entre conductas autoagresivas y “La violencia emocional la encontramos en un am-
La pregunta es insistente y profunda porque no abuso sexual en la niñez. Si bien carecían del carácter plio abanico de circunstancias personales, y la forma
podemos pensar levemente que un joven transgreda aparentemente ritual de la actualidad y puntualizando más extrema es tipificada en la situación donde un
las barreras del dolor, que ya de por sí implica un acto que lo descripto se trata de conductas claramente ve- padre o una madre abusa de un niño, física o sexual-
psíquico sumamente complejo. cinas al suicidio, en algunos casos exitoso, no es algo mente, y lo daña aún más diciendo que el mismo niño
Y abordar el tema de las intervenciones también que pueda soslayarse cuando se enfoca el tema. había provocado esta conducta, o bien, que el compor-
carece de sencillez. Por entonces dijimos: tamiento del padre es un acto de amor”.
Lacan advierte sobre el riesgo de terminar ha- “Pero más directa aún con la temática que hoy nos Es necesario decir algunas cosas. Quienes se cor-
ciendo reeducación emocional en lugar de análisis. convoca es la culpa y su marcada participación en la tan o golpean son individuos de un alto grado de vul-
Cómo si las implicancias de los sujetos aludidos fue- transformación de la realidad psíquica del sujeto. nerabilidad que conocen del desvalimiento propio. Y
ran factibles de algún tipo de reeducación. La relación afectiva que une al niño con el abusa- hasta ahí llegan las similitudes. No entran en la
Salvo excepciones se trata de sujetos de goce aco- dor más el perverso juego de éste, termina por conven- misma caracterización etiológica quienes se generan
tado que pretenden escenificar su drama en el más cer a la víctima de que ha sido su accionar el que ha cortes que quienes se propician una golpiza. También
acá. Saben lo que hacen, si hablamos desde el Psico- motivado al adulto para perpetrar el abuso. Siendo es necesario observar las diferencias entre cortes su-
análisis, claro. culpable de semejante situación, apenas un paso se ne- perficiales y aquellos que en su movimiento son ca-
Lacan destaca la intervención de Freud: cesita para que se establezca un pacto de silencio que paces de poner en riesgo órganos vitales.
“…cuando obliga a Dora a comprobar que ese gran posibilita la permanencia de las situaciones de abuso. No se trata de una evaluación pericial o forense
desorden del mundo de su padre, cuyos perjuicios son La culpa tramita múltiples sensaciones en la psi- sino de una mirada dinámica que nos dé un soporte
el objeto de su reclamación, ella misma ha hecho más quis infantil entre ellas, tal vez la más nociva, la de su- para saber hasta dónde pueden llegar los escozores de
que participar en él, que se había convertido en su en- ciedad. No puede amarse quien transita la vida con una angustia en acto.
granaje y que no habría podido proseguirse sin su com- psiquis y cuerpo sucio. Un cuerpo sucio es despreciado, Las autolesiones no son un fenómeno de época,
placencia. He subrayado desde hace mucho tiempo el odiado, repudiado, a veces negado. La conciencia sucia independientemente que la subjetividad actual las
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empuñe con frecuencia. Precisamente ese es el tema, pulsiones, el de la genitalidad inminente, el de la re- Quede dicho que estamos intentando pensar se-
que hoy aparece más, que las redes con sus bondades nuncia más radical al Edipo, al incesto. Cuerpos que renamente un tema que se nos hace urgente y actual.
y crueldades son un canal de promoción y que inten- salen a un mundo que les resulta fascinante y temi- El analista podrá ir ordenando el campo de los dis-
tamos una aproximación comprensiva que las aparte ble en el que inexorablemente serán hombres y mu- cursos pero sin perder de vista que lo que se necesita
del fenómeno suicida por norma, no para restar se- jeres a futuro. es la palabra del adolescente en tránsito por la auto-
riedad sino para entender la cuestión desde su esencia Ese es el cuerpo que se lastima. Lo que decimos agresión.
y no desde los fines supuestos. tendrá mayor o menor incidencia pero fatalmente la
Desde otras perspectivas Beatriz Janin se ha ocu- tendrá y es necesario no perderlo de vista. Elegimos como cierre las palabras de Lorena
pado profundamente de los cuerpos marcados, aun- Desde nuestra concepción podemos hablar de Bower:
que no necesariamente el de las autolesiones. Autora conductas de riesgo, a condición de no entrar en pá- “En épocas de mudez creciente la imposibilidad
ineludible nos da un panorama que luego nos per- nico. Descartar peligros y agudizar la comprensión de apalabrar convoca a “otras escrituras” que son in-
mite a nosotros inferir de qué manera se domestica y la escucha. Intentar capturar en el lazo con el otro, tentos de lograr alguna inscripción primordial, inde-
un cuerpo que puede ser portador en otra escena, de de que se trata ese mensaje simbólico que no fue leble y atemporal, resistente a las separaciones y
agresiones a sí mismo. previsto, sin perder de vista que lo que se atacó fue capaces de cimentar el accidentado camino hacia la
“El cuerpo de los niños que se accidentan, que se la piel, el lugar primero y último de las emociones, identidad adulta…El sujeto adolescente pasa a defi-
golpean contra el mundo se engarza con la pulsión de el componente esencial, junto con la mirada, de la nirse por la marcación corporal y con ella adviene
dominio y la motricidad y, sobre todo, con un movi- diada original. como parte de un colectivo que le otorga cierta frágil
miento que convoca a otro, que demanda la construc- La experiencia nos dice que estas acciones presu- identidad y le permite decir “soy”. La marca otorga
ción de un yo- piel que unifique y proteja. Los ponen la ausencia de la palabra, que hay que resti- un lugar frente a Otro que, caprichosamente, se niega
moretones, los raspones, las cicatrices son evidencias tuirla para poder restaurar la cadena de a mirarlo…La cisura en la carne constituye una ins-
de esta búsqueda de una envoltura. Son marcas en el comunicación. Algo de eso hay, pero también es ne- cripción, verdaderos textos a través de los cuales el
cuerpo. Hay marcas del dolor, marcas de la violencia, cesario pensarlo desde otras opciones. A veces las au- sujeto intenta dejar impreso, en la carne, lo que no
marcas del abandono y también marcas de identifica- tolesiones vienen a subrayar, a poner en negritas puede elaborar psíquicamente. En una época que
ciones. Los niños golpeados, abusados, muestran las aquello que se ha extraviado en la escucha. Como ofrece prevalentemente la inmediatez de lo efímero,
violencias del mundo adulto…también, en la clínica fuere, siempre es un mensaje desesperado. El riesgo de lo que no sirve para nada en el sentido de media-
con adolescentes prevalecen las marcas en el cuerpo. no es que se haga compulsivo sino que se naturalice ción simbólica, “cortarse solo” se erige en una parti-
Cortes, tatuajes y agujeros”. el mecanismo, es decir, el dolor. cularidad de la constitución subjetiva ajetreada en la
El Psicoanálisis y la Psicología dan cuenta de una El concepto de “conductas de riesgo” pertenece que no hay tiempo para duelar, para angustiarse y
dificultad importante en el abordaje de la adolescen- a le Breton, quien se ha ocupado bastamente de la dónde incluso, la angustia es equiparada a la locura y
cia, independientemente de algunos autores que han temática: a la enfermedad quedando despojada la humanidad
resulto exitosamente el desafío. “Es en el pasaje de la adolescencia a la adultez de su originaria condición: el padecimiento”.
Nos referimos a una cuestión metodológica que cuando emergen este tipo de conductas ligadas a la ex-
difícilmente no tenga su reflejo en las intervenciones. posición por parte del sujeto a una alta probabilidad
Hay una reticencia en delimitar conceptualmente el de lastimarse o morir, de perjudicar su propio futuro Bibliografía de referencia
espacio de la adolescencia. Se lo suele definir desde lo o poner en peligro su salud o su potencialidad personal.
que ya no es en combinación con lo que aún no ha Se trata de conductas que se originan en el contexto de Silvia Bleichmar. (2005). Sostener los paradigmas desprendiéndose
llegado del todo. Desde esa concepción la adolescen- la indiferencia familiar, el abandono, el sentimiento del lastre, una propuesta respecto al futuro del psicoanálisis. Serie
cia sería una pura transición, un puro pasaje entre la de exclusión al mismo tiempo que en el marco de la so- Comentarios psicoanalíticos 2. Intervención en crisis, ¿encuadre o
niñez y la adultez. Es demasiado lo que queda en el breprotección. Constituyen acciones mudas, que tras- dispositivo analítico? Editorial Brujas, Córdoba, Argentina.
tintero como para cerrar ahí en un acuerdo. Nos tornan intensamente la integración social del Silvia Bleichmar, (2007). Conferencia “Acerca de la Subjetividad”.
queda el interrogante sobre si en la sociedad hay el adolescente, a la vez que revelan una desesperada bús- Facultad de psicología de Rosario: https://seminario-rs.gc-rosa-
mismo vacío de no lugar propio, más allá de que el queda de límites y de eliminación de un sufrimiento rio.com.ar/conf-silvia-bleichmar-30-07-2003?page=0,1 .
capitalismo lo ha erigido ya de forma contundente en que lo aqueja, casi como una paradójica modalidad Sigmund Freud. (1920). Más allá del principio del placer. Obras
sujeto de consumo. Cuesta pensarlo como buena no- de por la cual trata de retomar el control del sí mismo Completas. Tomo XVIII. Amorrortu.
ticia pero escapa a nuestro análisis de hoy. (Le Breton, 2012), el cual se ve confrontado con la in- Jean Laplanche y Jean Pontalis. (1967). Diccionario de Psicoaná-
Suele ser desde ese lugar impreciso desde donde certidumbre que apareja el cambio tanto a nivel cor- lisis. Paidos.
se construyen prejuicios e incomunicaciones. El poral como subjetivo y social.” Jacques Lacan. (1971).La dirección de la cura y los principios de
mundo del adolescente suele ser mucho más com- Hemos hecho un recorrido que deja muchas deu- su poder. Escritos. Tomo 2. Editorial Siglo XXI.
plejo y rico que el que a veces se construye desde el das pero que intenta posibilitar palabra plena en Susana Kuras de Mauer y Noemí May. (2015). Cortarse solo:
imaginario social. torno a un tema difícil y angustioso para quien lo pa- Acerca de las autolesiones en la piel. Controversias en Psicoaná-
Algunas miradas sobre la pandemia y sus efectos dece, para el entorno y también para el analista. En- lisis de Niños y Adolescentes Nº 16. https://www.controversia-
son un claro ejemple de ello. Se llegó a decir que para tendemos que es menester seguir internándose en la sonline.org.ar/PDF/anio2015-n16/1-MAUER-ESP.pdf
los adolescentes el aislamiento era el mundo soñado, forma en que los adolescentes padecen su tránsito Jorge Garaventa. (2008). Abuso sexual infantil y procesos auto-
que finalmente había que hacer lo que tanto ansiaban, hacia el cuerpo sexuado genitalizado. No vamos a destructivos. IV Encuentro internacional universitario sobre pre-
encerrarse. Dichas definiciones hablan de un pro- pretender que de pronto los avatares de la sexualidad vención del suicidio. Asociación argentina de prevención del
fundo desconocimiento sobre las formas de comuni- están ausentes en el marco de la explosión pulsional- suicidio/ Universidad de Palermo.
cación de los jóvenes, de los modos de relación donde libidinal, aunque no se trate solo de eso. Shelley Doctors. (2007). Avances en la comprensión y tratamiento
la mirada y la proximidad de los cuerpos tienen un Hemos detectado otra deuda del psicoanálisis con de la autolesión en la adolescencia. Aperturas psicoanalíticas Nº
rol relevante. Pero por sobre todas las cosas, en esta el tema y que al menos por ahora queda en el plano 27. https://aperturas.org/articulo.php?articulo=0000060amp/ .
dinámica polar de distancia y apego con los adultos, de los pendientes. El de los sujetos, no solo adoles- Beatriz Janin y Elsa Kahansky. (Comps). (2009). Marcas en el
es abismal la diferencia entre un aislamiento funcio- centes que se propinan golpes con sus puños o pal- cuerpo de niños y adolescentes. Ensayos y Experiencias. Noveduc.
nal al momento de desarrollo psico social y el hecho mas o que golpean punitivamente su cabeza contra David Le Breton. (2011). Conductas de riesgo, de los juegos de la
que te cierren la puerta desde afuera sin tener ningún objetos. Es un fenómeno más usual que lo que la lite- muerte a los juegos de vivir. Topia.
tipo de protagonismo en ello. ratura parece mostrar. Hoy está atrapado por la psi- Lorena Bower. (2017). Conductas de riesgo en el adolescente. El
Por eso, y al internarnos más decididamente en copatología clásica, enmarcado en psicosis o riesgos fenómeno del cutting y su valor de inscripción. IX Congreso In-
su mundo, no podemos dejar de puntualizar cuál suicidas. Impensables que hay que poner a la vista, ternacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología
es el cuerpo que se auto agrede. Precisamente es el sujetos que sufren y que más claramente aún, pade- XXIV Jornadas de Investigación XIII Encuentro de Investigadores
cuerpo que necesita desesperadamente la endoga- cen la carga del encargo del Otro, el de la sinrazón, el en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Univer-
mia para poder respirar, el de la intensidad de las de la punición. sidad de Buenos Aires. https://www.aacademica.org/000-067/826
Actualidad Psicológica Agosto 2023 • Página 19

Las soluciones Introducción La sexualidad y la muerte a partir


del “Despertar…”

P
odemos comenzar señalando que
Freud sitúa a la pubertad como un En el escrito en que Lacan aborda a Wedekind,
nuevo florecimiento de la sexuali- dirá que el dramaturgo aborda en esta obra “…el

de la dad, en donde todo está listo en lo


concerniente al aparato biológico
para el encuentro con el otro sexo, sin embargo, la
asunto de qué es para los muchachos hacer el amor
con las muchachas, marcando que no pensarían en
ello sin el despertar de sus sueños.” (Lacan, 1974,
situación se revela problemática para el sujeto que p. 109) De este modo, hace referencia al encuentro

adolescencia: se enfrenta con una situación completamente nueva


y difícil de resolver. Para ello se puede tomar como
referencia el análisis del “Despertar de primavera”
del adolescente con la sexualidad y al lugar de la
fantasía como primera instancia psíquica para el
despliegue de la misma, así como también lo plan-
de Frank Wedekind, que, tanto Freud como Lacan teara Freud al decir que la elección de objeto es lle-
se ocuparon de referenciar y analizar. La historia vada a cabo al principio tan sólo imaginativamente.

el despertar de aborda temas controvertidos y tabúes, centrándose


en la vida de adolescentes que experimentan el des-
pertar sexual y enfrentan las dificultades de la ado-
(Freud, 1905) Es así que Lacan (1974) señala que
la encrucijada de la construcción adolescente fue
retratada en la pieza El despertar de la primavera,
lescencia en una sociedad represiva. de Wedekind “anticipando el descubrimiento de

primavera. Reconocemos que la sexualidad se presenta


como una mancha en el cuadro de la infancia, por
el empuje pulsional, que despierta al sujeto y lo di-
Freud”. Si bien algunos aspectos del texto se vin-
culan al tiempo en que fue escrita (1891), el nódulo
del drama demuestra ser intemporal. Perfecta-
vide entre la experiencia de un nuevo cuerpo que lo mente entramado en el discurso de los distintos
desconcierta por las nuevas experiencias que intro- personajes, queda patente la insatisfacción que trae
Nicolás Campodónico duce y el sentido que se pierde conjuntamente con consigo el impacto del lenguaje sobre el cuerpo,
los semblantes que hasta entonces lo sostenían en propia de nuestra condición de seres afligidos por
la relación con el Otro. Como se señala desde el psi- el lenguaje, la cual, no por ser la de todos, toma una
coanálisis y desde diferentes autores de la sociología forma típica. El encuentro imposible entre los
contemporánea, en una época en que los semblan- sexos, el famoso sintagma lacaniano de “no hay re-
tes e ideales tradicionales parecen insuficientes para lación-proporción sexual”, en el sentido de la ine-
permitir al sujeto situarse como hombre o mujer y xistente complementariedad entre el hombre y la
domesticar en parte un goce anómalo acudiendo a mujer, queda plasmada en la obra, en la cual We-
la referencia fálica, las respuestas e invenciones mo- dekind nos muestra cómo los obstáculos en el en-
dernas no se han hecho esperar. En relación a los cuentro con la sexualidad y la imposibilidad de
cortes, ya sean considerados en el marco de una significarla, pueden llevar a los adolescentes a los
motivación estética o como maniobra para procu- más trágicos desenlaces e incluso a la muerte.
rarse un goce fuera del circuito del Otro, se presen-
tan como marcas y cicatrices que escriben sobre la Justamente ese es el punto de interés que detiene
piel un intento de “corporización” (Miller, 2000), la mirada de Lacan: ocuparse de ese asunto del que
es decir, inyectar el significante en el cuerpo como ningún sujeto púber zafa, e intentar comprender es-
modo de remediar el sufrimiento. Es entonces que tructuralmente qué sucede o cuáles son las posibi-
el despertar de los sueños de la infancia puede con- lidades de cada quien. De la tragedia de Wedekind,
vertirse en una pesadilla, particularmente en aque- Lacan extrae la historia de dos de los personajes
llos casos en los que no funcionan representaciones centrales, Melchor y Mauricio, quienes representan
alternativas y las nuevas invenciones que permitan posiciones o salidas bien distintas frente al desper-
urdir la trama en el encuentro con el Otro sexo. tar de la primavera. Por cuanto Mauricio se excep-
(Napolitano, 2010) túa en el más allá, como desanudando deseo y goce,
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y quitándose la vida; mientras que Melchor, de la dramático, pero tiene una resolución inesperada y mundo adulto más que desaprobación y castigo.
mano del hombre enmascarado, personaje que apa- favorable. A causa de su escrito sobre el coito des- Mauricio dice: “Podemos compadecer a la juventud
rece al final de la obra, se cuenta como uno entre tinado a Mauricio y del embarazo de Wendla, Mel- que se alimenta de idealismo y a la vejez que con su
los otros, para continuar viviendo. (Escobar, 2011) chior es expulsado del liceo y encerrado en un superioridad estoica le quiebra el corazón”.
El tema aquí es cómo se ve reflejado esto en la correccional, con la aprobación de sus padres y pro- Puede sostenerse que el trabajo que realiza cada
obra de Wedekind. En este sentido se puede ver fesores que lo indican como el responsable de la púber frente al agujero en lo Real, determina alcan-
que la obra refleja el modo de funcionamiento his- muerte de sus amigos. Su propio padre expresará zar o no una posición sexuada, poder incluirse
tórico y cultural de una sociedad puritana, sobre su condena en estos términos: “Testimonia, con ho- como uno o una más entre los otros, hacer lazo so-
todo en relación a los temas de la sexualidad, lo que rrible claridad, la franca y consciente inclinación cial y, de ese modo, continuar con la vida. Se podría
marcó el destino de la vida de los personajes como hacia todo instinto depravado, una inclinación a lo concluir que la sexualidad no produce, sino que
también sus respectivos accesos al conocimiento inmoral. Su escrito evidencia una corrupción espi- deja al descubierto, descubre, el agujero estructural
de dicho tema. La represión en la obra proviene del ritual que nosotros los juristas designamos con el en lo Real. La producción es del sujeto, y tiene que
mundo adulto que proscribe todo lo relativo a la término de “locura moral””. En relación a esto, es ver, en este caso, con la constitución del fantasma
sexualidad de los jóvenes. Sin embargo, a pesar de que la última escena de la obra transcurre en el ce- de la realidad ordinaria. Es efectivamente esa pro-
la estricta restricción y prohibición que tienen los menterio adonde Melchior llega después de escapar ducción del sujeto, la que aferra a la vida, a través
adolescentes, ellos no se ven impedidos de llevar a del correccional. Frente a la tumba de Wendla ma- del lazo con los otros.
cabo sus experiencias, de modo que en la obra se nifiesta su sentimiento de culpabilidad por las dos La articulación entre despertar sexual y trabajo
pueden leer escenas de masturbación, sado-maso- muertes y, desesperado por la “falta cometida”, subjetivo en la pubertad, ha servido no sólo para
quismo, etc. piensa en suicidarse pero no tiene fuerzas para ha- avanzar en la comprensión psicoanalítica de esa
cerlo. Cuando finalmente decide irse del cemente- edad como punto de viraje, que aleja la niñez y
Retomando ciertas escenas de la obra de Wede- rio se le presenta el fantasma de Mauricio, que le orienta hacia la adultez, sino que también ha per-
kind se puede ver cómo está inserto el tema de la tiende su mano para llevarlo a un mundo mejor, el mitido, abrir nuevos interrogantes: ¿qué lugar toca
moral sexual de la época y cómo es el proceder de de los muertos, “más allá de las cosas terrenas, del al mundo de los adultos, para propiciar el trabajo
los adolescentes en su “despertar”. El primer acto dolor y la alegría”. subjetivo en la pubertad?¿Cómo influyen los dis-
se inicia el día en que Wendla cumple 14 años en cursos de la época, en la posibilidad de llevar a cabo
donde ella mantiene un diálogo con su madre a En ese momento hace su aparición el cuarto un trabajo subjetivo por parte de los púberes?¿Cuá-
propósito de un vestido que ella le alargó. personaje de la obra, el Hombre Enmascarado que les son las posibilidades que ofrece la cultura con-
no devela su identidad. Este hombre denuncia el temporánea para hacer lazo?
Wendla: De haber sabido que me harías tan discurso engañoso de Mauricio y le ordena reti-
largo el vestido, hubiera preferido no cumplirlos. rarse, ofreciéndole a Melchor su brazo para sacarlo Dr. Nicolás Campodónico
Señora Bergmann: El vestido no es tan largo del cementerio, con la promesa de “cuidar de su (Universidad de Monterrey)
Wendla. ¡Qué quieres! ¡No es mía la culpa de que mi porvenir… guiarlo por entre los hombres… am-
hija crezca cada primavera dos pulgadas más! (…) pliar sus horizontes… que conozca todo lo intere- Referencias bibliográficas
Me gustaría tenerte siempre como ahora. sante que el mundo encierra” (Wedekind, 1954, p.
76). Lo desculpabiliza de la muerte de Wendla y Escobar, C (2011). El despertar de la primavera: trabajos subje-
Esta escena posibilitaría pensar que alargar el también lo desliga de su preocupación por sus pa- tivos y algunas problemáticas psicopatológicas en la pubertad
vestido alimenta la ilusión materna con respecto a dres diciéndole: “Tu padre busca consuelo en los y adolescencia. Revista Intersecciones Psi. Universidad de Bue-
que, si el vestido cubre lo mismo que antes, la hija robustos brazos de tu madre”. Con su intervención, nos Aires.
sigue siendo igual de chica; en cierto sentido vela el Hombre Enmascarado es quien lo amarra a Mel- Freud, S (1905). Tres ensayos de teoría sexual. En Obras Com-
los cambios de su cuerpo y así desmiente el creci- chor a la vida. De los tres personajes principales pletas. Tomo VII. Editorial Amorrortu. Buenos Aires
miento de su hija, con el argumento de que la pro- solo Melchor vive una tragedia en sentido estricto, Lacan, J. (1974). El despertar de la primavera. En Intervenciones
tege del frío. La respuesta elocuente de su hija fue ya que no hay tragedia si el personaje no tiene que y textos II. Editorial Manantial. Buenos Aires. 1988
exclamando: “¡A mi edad no se tiene frío y menos en tomar una decisión. La tragedia tiene su lugar gra- Miller, J.-A. (2000). La biología lacaniana y el acontecimiento
las piernas!”. cias a la aparición del Hombre Enmascarado que le del cuerpo. La cause freudienne 44. Diffusion Navarin Seuil.
presenta a Melchior la posibilidad de elegir entre Napolitano, G. (2010). Actualidad de la automutilación: solu-
En otra escena, Wendla le pregunta a su madre dos filosofías de vida y por lo tanto de llegar a ha- ciones sintomáticas en la adolescencia. Memorias del Congreso
por el origen de los niños y obtiene por respuesta cerse responsable de su elección. Del Hombre En- de la Facultad de Psicología de La Plata
la fábula de la cigüeña, la cual la joven no acepta. mascarado, dice Lacan que es quien salva a Wedekind, F. (1891). Despertar de primavera. Editorial Quet-
Necesitada de un saber que provenga de Otro y no Melchior de las garras de Mauricio y agrega: “… zal. Buenos Aires.
de cualquier otro, por eso recurre a su madre, pero entre los Nombres-del-Padre existe el del Hombre
ese saber le es negado, y ante la falta de respuestas enmascarado.” (Lacan, 1974, p. 112)
a sus preguntas, intenta salir de la encerrona bus-
cando la respuesta al enigma en lo real, a través de Lacan (1974) dirá que detrás de la máscara está
una acción; se precipita al encuentro con el otro la Diosa Blanca de Robert Graves, “la que su decir
sexo pidiéndole a Melchior que le pegue y más ade- se pierde en la noche de los tiempos, por ser la Di-
lante tiene relaciones sexuales con él y queda em- ferente, la Otra por siempre en su goce”. Queda ma-
barazada. A partir de este embarazo, es como se nifiesta así la falta de complementariedad, el
puede ver el destino trágico de la joven: murió a malentendido fundamental entre los sexos, por eso
causa de los abortivos que le dio la madre. Es con la necesidad de las elaboraciones simbólico imagi-
la muerte de Wendla que se puede ver que, en la narias para algún encuentro posible, Melchor lo Atención
madre, devolverle a su hija una imagen de mujer dice bien: el goce es del Uno y debe articularse con
psicológica
implicaría perderla como una niña objeto de su el otro para que haya encuentro sexual. No hay re-
goce. Esto se refleja en su lápida que hará referencia cetas para saber hacer con la sexualidad, no hay una online
a Wendla como una “bienaventurada que tiene manera adecuada acorde a la biología, necesaria-
puro el corazón”. Si para esta madre se asocian se- mente eso fracasa para cada uno. Psicólogos UBA
Buenos Aires - Argentina
xualidad e impureza, la joven va a morir como una
niña asexuada, hija de una madre que no ha da Por último, se puede mencionar una cita que
Whatsapp:
curso a la sexualidad. muestra el estado de desamparo psíquico y angustia
El destino del personaje de Melchior también es en el cual queda el adolescente cuando no recibe del +54 9 11 3049 1305
Actualidad Psicológica Agosto 2023 • Página 21

Adolescentes
L
as condiciones actuales de produc- habitan”. En este punto los adultos tenemos un lugar
ción de subjetividad, la historia de clave al ofertarles presencia y escucha, propiciando el
cada adolescente, la aceleración de diálogo, desde un lugar de cuidado y protección, ya
los cambios experimentados a par- que atraviesan momentos de incertidumbre y confu-
tir de la pubertad, ubican al sujeto sión, así como miedo al anonimato o a quedar afuera.

con cortes en frente a múltiples dilemas e interrogantes.


Hablamos de adolescencias entendiendo su plu-
ralidad, es decir, que no existe un concepto univer-
Ahora bien, si los sujetos se encuentran sujeta-
dos a la época en que viven e incorporan sus valo-
res, exigencias y requisitos, si realidad psíquica y
sal que pueda englobarlas, debido a la multiplicidad realidad social son irreductibles, es debido a un re-

el cuerpo de características temporales y espaciales en las que


están insertas. Los distintos escenarios dan lugar a
elecciones e intereses singulares. La diversidad de
gistro transubjetivo que impacta en su subjetividad
y que posibilita una respuesta de transformación
sobre ella.
sectores socio económicos y culturales plasmados En este punto podemos señalar, además del
en las distintas alternativas educativas, estilos fami- lugar de la tecnología previamente mencionado,

(autoincisio- liares de crianza, ámbitos de reunión, elecciones de


entretenimiento y gustos, gestan identificaciones
otras cuestiones nodales tales como son: la forma de
vivir el amor y la sexualidad con sus variadas elec-
que generan formas variadas de transitar esta etapa ciones identitarias, la importancia de los pares y la
y construir futuros posibles. A estos aspectos se pertenencia grupal con sus vaivenes de inclusión/

nes). Una lec- suman las condiciones globales en las que les toca
vivir: la inmediatez, el valor de la juventud eterna,
el consumo, el aumento de la pobreza, los cambios
exclusión, el proceso de exogamia en un mundo en
que deben convivir con riesgos y flagelos, el proceso
de ser autónomos para realizar elecciones y ejercer
en el empleo, las nuevas formas de vincularse a tra- su lugar de sujetos de derecho. Procesos y devenires
vés de las redes, la reciente pandemia, entre otros. simultáneos, con idas y vueltas, en permanente
tura posible Tales inscripciones y particularidades son las
que otorgan especificidad a las crisis y los padeci-
construcción con implicancias en las distintas di-
mensiones psíquica, corporal, vincular.
mientos propios de esta etapa. Las características El cuerpo en la adolescencia cambia, se trans-
adolescentes son los analizadores de una época. forma. El cuerpo infantil se esfuma y hay un intenso

de una mani- En este sentido, Hugo Lerner (2017) afirma que


para “los adolescentes el mundo se presenta convul-
sionado, dejándolos perplejos frente a un porvenir
trabajo de significación y apropiación de los cam-
bios experimentados, que por momentos lo tornan
extraño.
cargado de incertidumbre, sin faros que los ayuden María Cristina Rother Hornstein (2015) refiere
a orientarse en el tránsito hacia un futuro descono- que en “la pubertad irrumpe desde el cuerpo, instala
festación fre- cido […] antes, navegar era llegar a puerto, anclar
en un lugar amparado; hoy pareciera que lo funda-
el “caos” en un aparente equilibrio anterior, […] re-
abriendo de esta manera el protagonismo pulsional.
mental es navegar en sí, pues no hay indicación al- El púber, desde su propia historia, desde sus anhelos,
guna de arribar a un puerto protegido y amparado”. ilusiones y deseos, desde los sostenes identificatorios

cuente arrai- La acción de navegar cobra un valor inusitado,


ya que los y las adolescentes pasan mucho tiempo
“navegando” en las distintas redes sociales y plata-
de los otros, de la cultura y sobre todo de sus pares,
escucha ese cuerpo, lo descubre, lo ignora, lo con-
tiene, lo odia, lo maltrata, lo usa, lo enferma”
formas. La era digital se ha impuesto en la vida co- Los cambios corporales no solo son inherentes
tidiana y constituye un marco inherente a la vida al proceso de crecimiento que atraviesan en tanto
gada en lo adolescente, al punto de que les resulta impensado
prescindir de su uso: Instagram, tic tok, los grupos
pasaje de la niñez a la adultez. El cuerpo se con-
vierte en un medio comunicacional, y los y las ado-
de chats o de videojuegos generan cambios en los lescentes encuentran diversas formas de mostrarlo
vínculos, y son formas fundamentales de socializa- u ocultarlo, de vivirlo, de padecerlo.

epocal. ción y entretenimiento. La vida transita por las


redes, al punto de poder “no existir” si no son parte
de ellas. Lo público y lo privado se torna difuso, al
Sobre el operan todo tipo de práctica, algunas
más habituales como tatuajes y piercings, y otras
menos habituales como body modification (modi-
igual que la corporeidad, en tanto presencia-ausen- ficación del cuerpo), branding (registrar la piel con
cia y la soledad o el estar con otros. Las redes captan marcas incandescentes) o microdermal (implante
Viviana Malti a los y las adolescentes interpelándonos como adul- microdermal), las cuales suelen ser más transgreso-
tos a estar atentos al mundo que habitan, ya que ras e invasivas.
cambian los escenarios, y se instalan nuevos reque- Estas acciones son voluntarias, indelebles y ge-
rimientos y riesgos. neran dolor el cuerpo, no obstante, producen mar-
Beatriz Janin (2015) considera que la adolescencia cas de identidad, cuya lectura se ofrece a la vista y
constituye una etapa de continuidades y rupturas que constituyen lenguajes a través del cual muchos y
implican un intenso trabajo psíquico. “Los cambios muchas adolescentes intentan transmitir mensajes,
corporales son la evidencia de una transformación que cumpliendo funciones relativas al ámbito personal,
sacude a toda su subjetividad, cambia su imagen y la interpersonal y social, tales como: la externalización
representación de sí. Lo ya vivido, lo adquirido, se re- de sentimientos, la voluntad de reforzar la imagen
define e impera la reescritura de su historia”. de sí mismos, el sentido de pertenencia a un deter-
Este complejo proceso de construcción subje- minado grupo, la manifestación de sentimientos
tiva, de reconocimiento y búsqueda de sí mismo le y/o la representación simbólica de un recuerdo sig-
permite arribar a un saber sobre “quién es, quién nificativo. (Manca, 2011)
fue y quién será”, que requiere tiempo y sostén de
los otros significativos. Así, la intersubjetividad Los cortes en la adolescencia
cobra un valor fundamental para cada adolescente.
En palabras de Cristina Rojas (2017), “les adoles- Es importante distinguir entre las conductas de
centes revisan su lugar en la cadena generacional que moda –que servirían de apoyo a la fragilidad narci-
Página 22 • Agosto 2023 Actualidad Psicológica

sista, al proporcionar una “prótesis identitaria”– y ción, la vergüenza y el vacío, y de autorregular la en el corte, como única opción que drene ese ma-
otras más complejas que se definen como autole- afectividad”. lestar irrefrenable.
siones deliberadas. Y en este sentido nos pregunta- Estos “ataques” al cuerpo se realizan en brazos, En este sentido la piel ocupa un lugar central y
mos ¿cómo transitan las adolescencias sus piernas y tórax, no sólo por su accesibilidad sino es necesario preguntarnos por qué se la lastima, se
experiencias y padecimientos en el contexto actual porque permiten su ocultamiento y secreto. la daña.
en que les toca vivir? ¿cuáles son sus recursos en Desde el punto de vista científico, trabajos de La piel, es un órgano vital primordial, a través
juego al momento de desplegar su subjetividad, de distintas partes del mundo dan cuenta de esta pro- de la cual el recién nacido recibe calor, caricias, con-
expresar sus malestares y sufrimientos, y hacer uso blemática que parece no distinguir lugar geográfico tención, afecto, sostén. La piel concentra sensacio-
de alternativas posible para tramitarlos? ni cultural. nes y limita el adentro con el afuera. Es memoria,
Dentro de la gran diversidad de formas de ex- Josefina Dartiguelongue (2014), al analizar dis- es rasgo de identidad, es vehículo de un sinnúmero
presión o manifestación de este malestar, se en- tintos casos clínicos de jóvenes que se cortan, enu- experiencias placenteras y displacenteras a lo largo
cuentran las conductas autolesivas tales como los mera sus características: “constituyen una acción de la vida de todo ser.
cortes o autoincisiones. consciente y voluntaria; son superficiales en la piel, Según Freud (1891) “La piel es una superficie de
Los cortes en el cuerpo constituyen una moda- medidos y calculados; no requieren sutura ni aten- inscripción de sentido. “el Yo, escribió, deriva en
lidad de expresión de sufrimiento relativamente re- ción médica; la intervención es en soledad y se última instancia de las sensaciones corporales, prin-
ciente que alarma por su expansión y magnitud guardan en secreto; son desencadenados por una cipalmente de aquellas que tienen su origen en la
dentro del colectivo adolescente. Dado que además situación puntual; no tienen la intencionalidad de superficie del cuerpo […] podemos considerarla
remiten a múltiples causas, solo se puede arribar a generar una marca indeleble; y en general, si acce- como la superficie del aparato psíquico”
su significación a partir del análisis de cada situa- den a una consulta, lo hacen es por indicación ex- Para David Le Bretón (2019) “La piel es el eterno
ción, desde la perspectiva de la complejidad, ya que terna y no por inquietudes propias”. campo de batalla entre uno y el otro, y, sobre todo,
constituyen un campo amplio y heterogéneo. El corte parece tener una función específica y un el otro en uno”. El autor investiga y relata en su obra
Al tiempo que esta práctica se despliega con motivo consciente que guía el accionar del sujeto, hay como las distintas marcas en la piel de los sujetos
alarmante regularidad, es concebida por muchos una elección que posibilita drenar el padecimiento. dan cuenta del sufrimiento y dice “me conmovió la
sectores de jóvenes con una naturalidad notoria. Su Efectivamente encontramos que la función psíquica importancia de las heridas corporales que los jóvenes
conceptualización ha construido distintas nomina- de esta intervención en el cuerpo es la de la reconsti- en estado de sufrimiento se infligen con total lucidez”
ciones como “cutting” o “self injury”, y se han tras- tución de la condición subjetiva y la detención del de- […] “como una forma particular de luchar contra el
ladado o propagado en la realidad virtual, con sarrollo de la angustia. (Dartiguelongue, 2014) malestar de vivir”. Considera a los cortes como un
páginas webs, videos, blogs e innumerables foros. De acuerdo a lo previamente expuesto, sin recurso para detener el padecimiento-, focalizando
Las autolesiones presentan características pro- dudas existe una creciente preocupación en torno en la piel como signo de identidad. “El cuerpo es
pias en las que se evidencia falta de control de los a esta temática, aunque aún son escasos los estudios una materia de identidad. Accionar sobre él viene a
impulsos, aumento de tensión y posterior calma. estadísticos acerca del estado actual de la situación. modificar el ángulo de relación con el mundo”, la
Frente a determinados hechos son utilizadas como Esta falta de sistematización de los datos podría piel conecta con el mundo, con un mundo que
respuesta frente a la angustia que los precede, con obedecer no solo a que se trata de una conducta si- puede presentarse como amoroso, indiferente, hos-
el objetivo de producir un alivio psíquico. lenciada, que se practica en forma secreta y que no til. “La carencia de una relación sólida y confiada
Cuando se hacen visibles producen inquietud y le genera interrogantes propios sino además a la di- con el mundo provoca la vuelta contra uno mismo,
alarma en los adultos cercanos quienes quedan per- ficultad para acceder a servicios de salud mental que en una especie de cirugía brutal, pero ritual, signifi-
plejos y sin herramientas para afrontar la situación. se especialicen en el abordaje adolescente. cante, para volver a encontrar más cerca de sí las re-
Esto se traduce no sólo en una intolerable incerti- ferencias que faltan”.
dumbre ante lo que acontece, sino en desesperación Los cortes en contexto El corte es un intento de restauración, de “cortar
frente al fantasma del suicidio. de cuajo la tensión”. Una forma de “parar la caída”
Cuando esta práctica aparece en la escuela sur- Es importante contextualizar los cortes. En ante la falta de sostén. Refiere que “cortando su
gen reacciones variadas y diversas, que pueden ten- tiempos caracterizados por la inmediatez, donde los cuerpo haciendo salir de él lo que lo ahoga, justa-
der a la patologización y la estigmatización, muchas procesos reflexivos son escasos o se diluyen, la ac- mente recupera el aliento y vuelve a encontrar el
veces limitando las intervenciones sólo en el plano ción o lo impulsivo se manifiesta en detrimento de mundo…vuelve a anudar fragmentos dispersos de sí”.
individual. Otras escuelas, habituadas al trabajo co- la palabra. Pareciera que en la lógica del mundo del Otro concepto muy importante desarrollado
tidiano con sus estudiantes, implementan espacios “llame ya”, “del téngalo ya”, del “delivery”, si hay por este autor es el “acto de pasaje”. Considera que
de trabajo grupal y talleres que abordan distintas te- angustia, si algo duele, mejor sacarlo ya. “lejos de ser un pasaje al acto, el corte tiene valor de
máticas, abriendo el diálogo desde el cuidado del En el mundo de las redes y de la hiperconectivi- acto de pasaje” ya que posibilita tramitar la tensión
cuerpo en el marco de la Educación Sexual Integral. dad, muchos adolescentes enfrentan sus penas en y recuperar la existencia. Operaría, así como “una
Pero en general los abordajes institucionales son es- soledad, como si caminaran solos en una multitud. salida de emergencia”.
casos, prevaleciendo una mirada sesgada. Acto desubjetivante en un mundo cambiante, ver- Por último, nos queda considerar el dolor en
En principio, es importante tener en cuenta que tiginoso y lleno de incertidumbre. tanto el dolor de la herida no se compara al dolor
éste tipo específico de autoincisiones, si bien cons- Frente a determinadas circunstancias, discusio- psíquico. El corte permitiría el alivio de otro dolor
tituyen comportamientos autoagresivos -a los que nes o incidentes ya sea con pares, padres, parejas o más intenso e insoportable, que perdura, que es di-
hay que hay que considerar con absoluta seriedad- docentes, así como hechos de violencia, abusos, fícil de detener. Hay una ilusión de control. Para Le
, en general no tienen una intencionalidad suicida, entre otros acontecimientos difíciles de enfrentar, Breton, sentir el dolor, es decir el sufrimiento, no
ni necesariamente resultan indicadores o antece- aparecen los cortes, que cumplirían la función de ge- es en absoluto la repetición del acontecimiento cor-
dentes de patologías graves, aunque es fundamental nerar alivio ante una angustia insoportable. En estos poral, es la consecuencia de una relación afectiva y
realizar un análisis profundo de los motivos que casos otros recursos posibles no estarían disponibles significante con una situación.
subyacen a fin de hacer una correcta evaluación de Desde esta perspectiva, los mecanismos para
las particularidades de cada situación, y así definir evitar la irrupción de la angustia han fracasado y Me corto para sacarme el dolor
la mejor intervención. frente a la necesidad de librarse de ella el corte actúa
Cuando las autolesiones tienen lugar, el cuerpo como una solución: calman, tranquilizan y los su- Los cortes de W dejaron de ser un secreto. La
se transforma en un vehículo de expresión de sufri- jetos se reorganizan. La función específica del corte joven refiere que se desquita con ella misma porque
miento psíquico, de descarga de angustia, de expre- es “la recuperación de la condición subjetiva” así se saca el dolor: “me corté un poco ayer y un
sión de padecimientos y conflictos. La tensión inunda el aparato psíquico y el sujeto poco hoy con un filito”. Los cortes aparecen cuando
Maura Manca (2011) refiere que “el cutting no encuentra barreras que le permitan tramitarla. se pelea con sus padres, cuando no la dejan salir, o
cumple la función de manejar estados emocionales Queda a merced de un monto de afecto insoporta- cuando tiene algún problema en la escuela “pienso
particularmente intensos como la rabia, la frustra- ble, que solo encuentra su salida de forma explosiva que no me quieren”.
Actualidad Psicológica Agosto 2023 • Página 23

Su madre solicita una entrevista de forma inme- cología de la Provincia de Bs As expresa que “Los de la escuela se encuentran expuestos a mayores
diata luego del primer hallazgo. Relata distintas es- actos violentos auto y hetero agresivos tienen ma- riesgos y vulnerabilidad.
cenas de violencia intrafamiliar. Con mucha yores posibilidades de presentarse en una sociedad Los y las docentes no solo enseñan, son modelos
angustia refiere “ayer se volvió a cortar mucho fragmentada, con adultos ausentes, con escasos es- de identificación, referentes para sus alumnos, no
sola”, “cuando me dijo la mamá de su compañera pacios de diálogo, asimismo la inmediatez impe- obstante, suelen expresar que no están preparados
lo que estaba pasando no podía creerlo”, rante ofrece resistencias para soportar y sostener los o formados para abordar las problemáticas que
W no duda en manifestar su rebeldía y satura- procesos necesarios que conllevan la tramitación, irrumpen en las aulas.
ción frente a los cuidados de su madre. Viste re- la elaboración psíquica. “La violencia (…) asume Los y las adolescentes si bien ocultan los cortes,
mera corta y jeans ajustados, tajeados y desflecados. distintas formas, pero todas suponen una práctica al entrar en un dialogo confiable pueden expresar
Su cuerpo, su pelo y su actitud dan cuenta de una situada en los bordes de la palabra. Se trata de una el motivo que subyace a esta acción. Estar presentes
adolescente en todo su esplendor. Llena de anillos expresión que se materializa en el cuerpo.” como adultos es generar caminos de anticipación y
y pulseras, con su celular en la mano, dice con una Estas acciones y conductas muchas veces son le- prevención de las conductas de riesgo, pero además
sonrisa que desea salir y divertirse, y que odia la es- ídas por la escuela como un hecho extremadamente cuando el padecimiento se devela permite el ar-
cuela. Al referirse a los cortes, minimiza esta prác- grave y patológico, cuyo abordaje no le compete re- mado de un dispositivo de protección y de restau-
tica y los hechos que los desencadenan, sin mostrar alizar, deslindando toda responsabilidad en la fa- ración subjetiva.
señales aparentes de preocupación. milia y en el ámbito de salud. Es importante Se requiere así un espacio de trabajo institucio-
Cuando habla de los cortes refiere “me desquito trabajar los mitos que los cortes acarrean, así como nal previo y sistemático para el pensamiento con-
conmigo misma y saco el dolor en mis brazos”, “El el lugar de la escuela a fin de evitar la estigmatiza- junto que permita develar los pre conceptos y perder
problema es mi mamá, no me deja hacer nada, quiero ción y la patologización de sus estudiantes. el miedo. Las herramientas frente a la complejidad
que me dé espacio, que esté lejos, me siento encarce- La escuela secundaria se encuentra en proceso se construyen entre todos en un ejercicio cotidiano
lada”. “El sábado peleamos, me agarró un enojo ho- de transformación. Se espera que llegue a ser un basado en el diálogo y el compromiso con la tarea
rrible, quería matar a alguien y me corté para no lugar de acogida, donde no solo adquieran conoci- que se ejerce. Implica el armado de un doble dispo-
lastimarla a ella”. La autolesión opera como un límite mientos, sino que propicie el diálogo e instale el sitivo de trabajo -hacia adentro y hacia afuera- ya
a la invasión del otro, derivando hacia un daño sobre cuidado de sí mismo y de los otros. que una escuela entramada en la comunidad a la que
sí misma frente a una angustia insoportable. La escuela protege, cuida, defiende, propicia el pertenece, haciendo lazo con otras instituciones y
W vive en un contexto de violencia. Hay ten- ejercicio de derechos. La escuela instala posibilidad organizaciones del barrio potencia la acción común
sión. Las condiciones de vida actuales parecen dar de otra cosa, de una interrupción de un devenir para y se fortalece a la comunidad de la que es parte.
cuenta de una familia fragmentada. que algo nuevo acontezca, y acompaña en la cons- No se trata solo de una continuidad de interven-
Ona Sujoy (2017) considera que operan sensa- trucción una idea de futuro, forma para el ejercicio ciones o pase de mano entre instituciones, sino de
ciones aniquilantes, fragmentos tóxicos de expe- de la ciudadanía y crea sujetos críticos y solidarios. un verdadero entramado basado en la interdisci-
riencias vinculares catastróficos sin procesamiento La escuela no es solo llegar a la meta de la ad- plina, en la tarea articulada que se construye a partir
ni posibilidad alguna de ligadura. Por lo tanto, re- quisición de una certificación, implica el acompa- de experiencias dialogadas, que busca abordajes po-
quieren ser expulsados por el riesgo que produce la ñamiento en un proceso de crecimiento, de sibles para amortiguar el padecimiento.
carga mortífera que contienen. autonomía y expresión. Acompañamiento que im- Ante situaciones de autolesiones la institución
W recurre a un “filito” para enfrentar hechos que plica además ayudar a sostener las trayectorias para escolar inicia su abordaje a nivel individual y espe-
implican frustración. Las peleas con su madre o evitar la repitencia, y el abandono escolar, porque cífico, de escucha atenta, para definir acciones pun-
padre, discusiones con compañeras en el ámbito es- sabemos que los y las adolescentes y jóvenes fuera tuales de acuerdo a la situación ya sea de trabajo
colar constituyen hechos desencadenantes. Siempre
hay un conflicto o situación con otro que son viven-
ciados como rechazo. Queda en un “no lugar”. Frente
a hechos puntuales no encuentra sostén en el afuera
ni en sus recursos psíquicos propios. Corta la piel, ese
órgano primordial que nos vincula al mundo a través
del contacto con otro, que alivia a través de la caricia.

Las instituciones educativas y


los cortes.

Como ya se expresó las autolesiones constituyen


un fenómeno de época, y por lo tanto ingresa e im-
pacta en las instituciones educativas.
Dada su complejidad, entran en conflicto con
las rutinas y el hacer escolar. Irrumpen y dejan a
los actores institucionales sin saber que hacer, con
dificultades e inquietudes a la hora de intervenir.
Esta complejidad implica pensar herramientas y
modos de intervenir en forma conjunta, ya que
constituyen conductas de riesgo que esconden un
padecimiento subjetivo que la escuela no puede ig-
norar. Por lo tanto, abre el campo de intervención
a una problemática de variada significación que se
visibiliza y se expande en las aulas, impactando en
las trayectorias educativas.
Daniel Korinfeld (2017) conceptualiza como
“urgencias subjetivas” a las situaciones de sufri-
miento de niños y adolescentes que impactan en el
tiempo y vida en común de las instituciones, ya que
interfieren y detienen la vida escolar.
La comunicación 04/17 de la Dirección de Psi-
Página 24 • Agosto 2023 Actualidad Psicológica

Sumario I 531 con la familia, con el ámbito de la salud o con los


servicios de protección de derechos, con acciones
articuladas, en red con los distintos organismos res-
petando los campos de intervención en el marco de
La escuela puede ayudar a vehiculizar la palabra
allí donde escasea, y constituirse en un lugar con-
fiable a donde recurrir frente a aquello que los an-
gustia, que los vulnera y no pueden resolver. Los y
la corresponsabilidad. las adolescentes como grandes usinas innovadoras,
Pero estas acciones puntuales si bien son necesa- tienen mucho para decir, aportar y proponer para
rias, no alcanzan ni agotan el campo de intervención. la construcción de un mundo mejor, y la las insti-
Es necesario un trabajo grupal en las aulas, como es- tuciones educativas son un espacio privilegiado
pacios privilegiados para la circulación de la palabra, para que esto suceda.
no solo cuando se ha detectado que uno o varios es-
tudiantes del grupo se cortan, sino como modos dia-
logados de protección, a través talleres sobre temas Bibliografía
de interés en el marco de la Educación Sexual Inte-
gral, la Orientación para la Educación y el Trabajo, Dartiguelongue, J. (2012). El sujeto y los cortes en el cuerpo:
y distintos espacios de participación como la confor- Para una clínica de la autoincisión. Buenos Aires: Letra Viva.
mación de los Centros de Estudiantes y los consejos Dartiguelongue, J. (2014). Síntomas contemporaneos: sobre la
de convivencia, entre otros posibles. práctica del cutting, cortes en el cuerpo. (A. Academica, Ed.)
Espacios que permiten la circulación de la pala- Buenos Aires https://www.aacademica.org/jornadas.psicopa-
bra, la expresión de ideas, la valoración del otro y tologia.30.aniversario/41
la empatía, el reconocimiento de la diferencia, y el DGCyE. (septiembre de 2017). Comunicación 04. Autolesio-
armado de lazos de solidaridad en los que prime el nes: “El rol de la escuela frente al malestar subjetivo de los y las
vínculo cooperativo, el pensamiento crítico, la his- estudiantes que se expresa como marcas en el cuerpo”. Buenos
Agosto 2023 torización y el armado de proyectos. Aires. http://www.abc.gov.ar/psicologia/sites/default/files/do-
La escuela se transforma así en un lugar de cui- cumentos/comunicacion_ndeg_4_autolesiones_el_rol_de_la_
Ilustración de tapa:
Rodolfo López Martino dado, de pertenencia, que aloja y en consecuencia escuela_frente_al_malestar_subjetivo_de_los_y_las_estudian-
Distribución en Interior: D.I.S.A promueve derechos. tes_que_se_expresa_como_marcas_en_el_cuerpo.pdf
Imprenta: Mundo Gráfico S.R.L.
Freud, S. (1905 [1987]). Tres ensayos de teoría sexual. En
Desde las distintas áreas se puede trabajar en Obras completas (J. L. Etcheverry, Trad., 1987 ed., Vol. VII,
Los artículos firmados son de exclusiva estas temáticas, siendo educación artística, tecnolo- pág. 109 224). Buenos Aires: Amorrortu.
responsabilidad de sus autores,
y no reflejan necesariamente la opinión
gía y prácticas del lenguaje espacios privilegiado para Janin, B. (2015). Adolescencia: Reorganizaciones psíquicas y
de la dirección. la expresión de ideas y experiencias en distintos so- aperturas. En G. Donzino, & S. Morici, Culturas adolescentes:
portes: campañas, murales en patios y fachadas de la Subjetividades, contextos y debates actuales (pág. 39). Buenos
escuela, intervenciones plástico-visuales en espacios Aires: Noveduc.
barriales, armado de bandas musicales, espacios de Korinfeld, Daniel (2017): ¨Urgencias subjetivas de niños y
radio, edición de revistas, festivales, etc., permitiendo adolescentes: ¿estamos preparados? Un enfoque desde la
2 “Las soluciones falsas en la urgencia del desarrollar competencias para la verbalización de salud mental comunitaria¨ en Niños dispersos, aburridos,
bullying y los cortes autoinfligidos. Una
sentimientos, necesidades, emociones y padecimien- solos. Nuevos contextos. El rol del adulto hoy. Andrea Kaplan
lectura desde Winnicott”.
Gabriela Insua tos, promoviendo la resolución de conflictos a través y Mariana Sanmartín (Comps.). Buenos Aires. Noveduc
de la palabra en detrimento de la violencia. Le Breton, D. (2017). El cuerpo herido. Identidades estalladas
6 Autolesiones. Es importante que la escuela esté atenta a cam- contemporaneas. Buenos Aires: Topía Editorial.
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campo de batalla. que implicarán la planificación de acciones especí- Entre las convulsiones identitarias y los devenires subjetivos.
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Las publicaciones en redes, en grupos de what- Buenos Aires: Noveduc.
13 La piel que habitamos. Las escrituras en sapp, los mensajes en los bancos o a través de cartas Manca, M. (2011). Agresiones al cuerpo en la adolescencia:
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María Eugenia Otero
constituyen signos de alarma a los que la escuela Psicoanális, XXXIII(1), 77-88. Buenos Aires. https://www.ap-

16 Autolesiones; encargo del Otro de la debe estar atenta, ya que constituyen mensajes que deba.org/wp-content/uploads/manca.pdf
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21 Adolescentes con cortes en el cuerpo de los y las adolescentes, ya que es un espacio pri- Buenos Aires: Noveduc.
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Viviana Malti
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tacto con su vida psíquica y sus padecimientos, ayu- 139). Buenos Aires: Noveduc.
dándolos a construir protecciones eficaces que les
Próximo número: Septiembre 2023 permitan contener estos movimientos violentos en
Vínculos virtuales ellos mismos”.

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