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Muchas son las alteraciones que podemos encontrar referidas a la columna vertebral
aunque nosotros trataremos sólo las siguientes por creer ser las mismas las más
representativas.
Escoliosis: Básicamente podemos resumir esta alteración como una desviación lateral de la
columna vertebral.
¿Cómo se produce?
En más del 85% de los casos, su causa es desconocida. Estos casos son considerados
como patología mecánica del raquis.
El resto de los casos se deben a defectos de formación de la columna vertebral durante la
vida embrionaria o son un signo que acompaña otras enfermedades como la distrofia
muscular.
Al inclinarse hacia delante con las piernas estiradas hasta que la espalda queda en posición
horizontal, se observa un lado más alto o abultado que otro.
Por tanto, se deben proponer actividades en las que los individuos a observar deban
realizar movimientos como agacharse, mantenerse erguidos, etc. para así poder observar si
se cumplen alguno de los puntos anteriores.
Hipercifosis
Lo habitual es que no cause dolores y sólo sea una observación estética. Si observamos
al sujeto que la presenta de perfil, se percibe el aumento de la curvatura en forma de joroba
o chepa. La debilidad de la musculatura que suele provocar hipercifosis puede causar
contracturas musculares y dolores más fácilmente que la variación de la forma en sí misma
que no tiene, en la mayoría de los casos, relativa importancia.
Hiperlordosis
Al contrario que la hipercifosis, la hiperlordosis es el aumento del arco, de concavidad
posterior, de la columna vertebral. Habitualmente este aumento se produce en la zona
lumbar aunque también puede darse en la curvatura de la zona cervical.
¿Cómo se produce? Las causas por las que se produce la hiperlordosis suelen ser
desconocidas y aparecen desde que se forma el esqueleto. También es más frecuente en
algunas razas. En algunos casos el acortamiento de la musculatura isquiotibial favorece la
adopción de posturas hiper lordóticas.
Rectificaciones
No hay síntomas claros que puedan ayudar en la detección de esta anomalía, además
las rectificaciones de una o varias curvaturas de la columna vertebral son algo relativamente
frecuente y no se ha demostrado que aumente el riesgo de padecer dolor ni otros
problemas de espalda. Si aparece dolor, éste suele ser debido a otras causas o a
alteraciones de la musculatura.
Artrosis vertebral
Consiste en la degeneración del núcleo pulposo del disco intervertebral, que pierde
grosor e intensidad.
Esguinces
Es una lesión de los ligamentos que unen los dos huesos que forman una articulación. Si
la lesión es tan importante que el ligamento deja de poder sujetar los huesos en su posición
y éstos se separan, se diagnostica una luxación.
La fisura discal consiste en el desgarro de la envuelta fibrosa del disco. La forma más típica
es la fisura radial, en la que el desarrollo es perpendicular a la dirección de las fibras. La
protusión discal consiste en la deformación de la envuelta fibrosa por el impacto del material
gelatinoso del núcleo pulposo contra ella. Si la envuelta llega a romperse y parte del núcleo
pulposo sale fuera de la envuelta, se diagnostica una hernia discal.
Flexión de la columna vertebral hacia delante: Al hacerlo el disco sufre más carga por la
parte anterior. Al ser de consistencia gelatinosa, el núcleo pulposo es comprimido hacia la
pared posterior de la envuelta fibrosa.
Carga de peso importante: Al hacerlo se tiende a comprimir una vértebra contra otra,
aumentando la presión dentro del disco.
Latigazo vertical
Consiste en la lesión cervical producida por una sucesiva flexión y extensión brusca
excesiva del cuello. Esa combinación puede causar sucesivamente un esguince cervical en
la fase de flexión y, sobre todo, una lesión de la articulación facetaria de la columna cervical
en fase de extensión.
¿Cómo se produce?
¿Cómo se produce?
Para que el coxis se desplace tiene que ser sometido a una fuerza importante.
Las dos causas más frecuentes son:
Las caídas sobre la ‘rabadilla’ en las que la fuerza del golpe tiende a desplazarla.
El parto, en el que el feto desplaza el coxis típicamente hacia atrás en su paso por el canal
del parto. Esto ocurre cuando existe cierta desproporción entre el tamaño del niño y la pelvis
de la madre.
ESPONDILITIS ANQUILOSANTE
La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis de la columna vertebral. Provoca hinchazón
entre las vértebras, que son los discos que forman la columna vertebral, y las articulaciones
entre la columna y la pelvis. En algunas personas puede afectar otras articulaciones.
¿Cómo se produce?
No existen análisis de laboratorio específicos para identificar la espondilitis anquilosante.
Ciertos análisis de sangre pueden verificar la existencia de marcadores de inflamación, pero
muchos problemas de salud diferentes pueden causar inflamación. La sangre se puede
analizar para detectar el gen HLA-B27.
Los primeros síntomas de la espondilitis anquilosante pueden incluir dolor de espalda y
rigidez en la región lumbar y las caderas, en particular por la mañana y después de
períodos de inactividad. El dolor en el cuello y el cansancio también son comunes
Por la forma de las vértebras, la columna cervical puede rotar más que la torácica y ésta
que la lumbar. La repetición de rotaciones exageradas en la columna lumbar puede
sobrecargar la articulación facetaria y la musculatura, e incluso también el disco
intervertebral, especialmente si se realiza cargando peso.
*Esfuerzos:
Esa asociación puede deberse a un mecanismo de sobrecarga y pueden asociarse a un
riesgo mayor si los esfuerzos se realizan en posturas de flexión-extensión o rotación.
Un esfuerzo excesivo no significa siempre cargar peso: la adopción de posturas
inadecuadas puede sobrecargar la musculatura o las estructuras de la columna vertebral. Si
las posturas inadecuadas se mantienen suficiente tiempo o se repiten con frecuencia
pueden causar dolor por un mecanismo de sobrecarga aunque no se haya cargado peso.
*Vibración:
La vibración puede ser la desencadenante de trastornos de la espalda por uno de estos
mecanismos: La vibración conlleva acortamiento y alargamiento rápido de la musculatura, lo
que podría facilitar su contractura.
La vibración aumenta cíclica y rápidamente la carga en el disco intervertebral y la
articulación facetaria.
Diferentes estudios han concluido en compilar una serie de ejercicios que, al parecer,
pueden ser considerados desaconsejados siendo a su vez los mismos los más repetidos en
las clases de Educación Física. Los más representativos son los siguientes:
Acortamiento de isquiotibiales
El acortamiento de los músculos en la cara dorsal del muslo, como son los isquiotibiales,
conlleva a la inmovilidad de la cadera puesto que la incapacidad de flexionar la pelvis hacia
delante se intenta compensar inclinando hacia delante la espalda en la región lumbar. Esta
situación se produce cuando se realiza un trabajo excesivo de fortalecimiento muscular y no
se realizan ejercicios de flexibilización y elasticidad de los grupos musculares mencionados.
Esta situación es fácilmente observable entre el alumnado el cual suele presentar un gran
desequilibrio en la capacidad de estiramiento de los músculos isquiotibiales y cuádriceps.
La función postural importante del recto anterior del abdomen es hacer tracción hacia
arriba de la parte anterior de la pelvis, favoreciendo la retroversión pélvica, lo cual aplana la
curvatura lumbar del raquis (Kapandji, I.A., 1990). Cuando los músculos pierden el tono,
bien por posturas inadecuadas o por falta de desarrollo muscular aparecen los defectos
posturales corrientes de un abdomen saliente y lordosis a nivel lumbar, relacionado con
dolores a nivel de la parte baja de la espalda. Así pues, en el momento de fortalecer la zona
abdominal es importante tener en cuenta que la realización de algunos de estos ejercicios
de fortalecimiento, equivocadamente llamados "abdominales", es altamente
contraproducente por su predisposición hacia las lumbalgias. Entre ellos nos
encontraríamos con los ejercicios, también equivocadamente denominados, como
"abdominales superiores" y «abdominales inferiores».
Hay que evitar los movimientos que realizan de forma conjunta la flexión y rotación del
tronco. Entre ellos destacan los llamados "molinos"; de pie y con piernas estiradas flexionar
el tronco y a través de la rotación tocar alternativamente pie derecho e izquierdo. En
estudios biomecánicos realizados con electromiografía se comparó la realización de estos
«molinos» con la realización de lumbares en decúbito prono y la ejecución de rotaciones de
tronco, en posición de pie y llegando al límite articular. Se demostró que el más perjudicial
era la realización de molinos y rotaciones y el más indicado para el trabajo de lumbares el
que se ejecuta en decúbito prono al hiperextender la columna (Ortiz, V., 1996). La
realización de movimientos bruscos de flexión conjuntamente con la de rotación hasta el
límite del movimiento, crea momentos de fuerzas muy elevadas que son altamente
perjudiciales para las zonas articulares solicitadas. Además, los «molinos» se suelen
realizar en el calentamiento, cuando aún músculos y articulaciones no están preparadas,
aumentando todavía más el riesgo de lesión.
Ejercicios cómo estirar isquiotibiales, intentando llegar al suelo con las manos sin doblar
las rodillas o estando sentados tocar las puntas de los dedos pueden llegar a dañar
determinados elementos de la columna vertebral (Orban, W., Wagorn, Y.Y., Théberge, S.,
1992). En la realización de estas flexiones profundas de la columna hacia delante, además
del pellizcamiento del disco intervertebral, los ligamentos situados detrás del cuerpo
vertebral van a ser puestos en tensión. El primero en ponerse en tensión es el ligamento
supraespinoso, después los interespinosos y los interapofisiacos. Pero estos ligamentos no
son lo suficientemente potentes para frenar estos encorvamientos si son de una amplitud o
duración excesivos por lo que pueden provocar, si no existe una programación de
fortalecimiento muscular, lumbalgias (Calais Germain, B.; 1995).
Circunducciones de cuello
* Ejemplos de algunos ejercicios que podrían ser utilizados en clases de educación física:
Estiramientos
Posición del gato. Arquear la espalda de forma cóncava y convexa apoyando las manos y
rodillas en el suelo.
Estiramientos laterales.
Estiramientos de cuello…
Ejercicios
Abdominales superiores.
Abdominales inferiores.
Abdominales oblicuos.
Todos estos ejercicios y muchos más que se podrían proponer deben estar supervisados
siempre cuando se trate con niños de primaria para evitar que puedan ser realizados
incorrectamente y traigan consecuencias contrarias a lo que se busca con su realización.
Cuando nos mantenemos mucho tiempo en la misma posición, ya sea de pie, sentado o
acostado.
Medidas generales
B. De pie o al caminar
Al estar de pie, poner siempre un pie más adelantado que el otro y cambiar a menudo de
posición, no estar de pie parado si se puede estar andando. Caminar con buena postura,
con la cabeza y el tórax erguidos. Usar zapatos cómodos de tacón bajo (2-5 cm ).
Para recoger algún objeto del suelo flexionar las rodillas y mantener las curvaturas de la
espalda.
Para realizar actividades con los brazos, hacerlo a una altura adecuada, evitando tanto
los estiramientos si elevamos demasiado los brazos, como encorvamientos si lo hacemos
con los brazos demasiado bajos. Evitar las posturas demasiado erguidas o relajadas de la
columna.
C. Sentado
Mantener la espalda erguida y alineada, repartiendo el peso entre las dos tuberosidades
isquiáticas, con los talones y las puntas de los pies apoyados en el suelo, las rodillas en
ángulo recto con las caderas, pudiendo cruzar los pies alternativamente. Si los pies no
llegan al suelo, colocar un taburete para posarlos. Apoyar la espalda firmemente contra el
respaldo de la silla, si es necesario utilizar un cojín o una toalla enrollada para la parte
inferior de la espalda. Sentarse lo más atrás posible, apoyando la columna firmemente
contra el respaldo, que ha de sujetar fundamentalmente la zona dorso-lumbar.
Si vamos a estar sentados con una mesa de trabajo delante, hemos de procurar que ésta
esté próxima a la silla, de esta forma evitaremos tener que inclinarnos hacia adelante.
También es importante que el tamaño sea adecuado a la estatura, evitando especialmente
las mesas bajas que obligan a permanecer encorvado. En general se considera un tamaño
adecuado si el tablero de la mesa nos llega, una vez sentados, a la altura del esternón.
Evitar los asientos blandos, los que no tengan respaldo y aquéllos que nos quedan
demasiado grandes o pequeños. Igualmente, se evitará sentarse en el borde del asiento, ya
que deja la espalda sin apoyo, o sentarse inclinando y desplazando el peso del cuerpo
hacia un lado.
D. Conducir
Adelantar el asiento del automóvil hasta alcanzar los pedales (freno, acelerador y
embrague) con la espalda completamente apoyada en el respaldo, las rodillas en línea con
las caderas (ángulo de 90º). Sentarse derecho, coger el volante con las dos manos,
quedando los brazos semiflexionados. Se debe evitar conducir con los brazos demasiado
alejados del volante, con brazos y piernas extendidos y sin apoyo dorso-lumbar.
E. Inclinarse
Para recoger algo del suelo, se recomienda no curvar la columna hacia delante, sino más
bien agacharse flexionando las rodillas, y manteniendo la espalda recta. Podemos
ayudarnos con las manos si hay algún mueble o pared cerca.
F. Levantar y transportar pesos
Doblar las rodillas, no la espalda, y tener un apoyo de pies firme. Levantarse con las
piernas y sostener los objetos junto al cuerpo
Levantar los objetos sólo hasta la altura del pecho, no hacerlo por encima de los
hombros. Si hay que colocarlos en alto, subirse a un taburete. Cuando la carga es muy
pesada buscar ayuda. No hacer cambios de peso repentinos. Para transportar pesos, lo
ideal es llevarlos pegados al cuerpo, y si los transportamos con las manos, repartirlos por
igual entre ambos brazos, procurando llevar éstos semiflexionados.
Se evitará flexionar la columna con las piernas extendidas, llevar los objetos muy
retirados del cuerpo, echar todo el peso en un mismo lado del cuerpo y girar la columna
cuando sostenemos un peso. Empujar y tirar de objetos puede ser fácil si sabemos emplear
la fuerza creada por la transferencia de todo el peso del cuerpo de uno a otro pie. La forma
correcta de empujar es con un pie delante del otro y es la transferencia del peso del cuerpo
del pie posterior al anterior la que empuja el objeto. Se realiza con los brazos flexionados, la
barbilla retraída, los abdominales contraídos y expulsando aire durante el proceso. Para tirar
de un objeto se procede de la forma siguiente: una vez cogido éste, hay que dejarse caer
como sí fuéramos a sentarnos en una silla, y es esto lo que nos permite utilizar todo el peso
del cuerpo para tirar del objeto. Es más recomendable empujar los objetos que tirar.
G. Acostado
Las posturas ideales para estar acostado o dormir, son aquellas que permiten apoyar
toda la columna en la postura que adopta ésta al estar de pie. Buena postura es la "posición
fetal", de lado, con el costado apoyado, con las caderas y rodillas flexionadas y con el cuello
y cabeza alineados con el resto de la columna. Buena postura también es en "decúbito
supino" (boca arriba), con las rodillas flexionadas y una almohada debajo de éstas (Figuras
5 y 6). Dormir en "decúbito prono" (boca abajo) no es recomendable, ya que se suele
modificar la curvatura de la columna lumbar y obliga a mantener el cuello girado para poder
respirar.
H. Vestirse
Se procurará estar sentado para ponerse los calcetines y zapatos, elevando la pierna a la
altura de la cadera o cruzándola sobre la contraria, pero manteniendo la espalda recta. Para
atarnos los cordones de los zapatos, o nos agachamos con las rodillas flexionadas o
elevamos el pie y lo apoyamos en un taburete o silla.
Para levantarnos, primero apoyar las manos en el reposa brazos, borde del asiento,
muslos o rodillas; luego, desplazarse hacia el borde anterior del asiento, retrasando
ligeramente uno de los pies, que sirve para apoyarnos e impulsarnos para levantarnos.
Debemos evitar levantarnos de un salto, sin apoyo alguno. Para sentarnos, debemos usar
también los apoyos, y dejarnos caer suavemente. No debemos dejar caer todo el peso
sobre el asiento.
J. Levantarse de la cama
K. Asearse
Hay que tener en cuenta la altura del lavabo, para que la excesiva flexión del tronco para
asearnos, no provoque dolores lumbares. La postura correcta será agacharnos con la
espalda recta y las piernas flexionadas.
Bibliografía
Clínica Alemana de Santiago S.A. (23 de Octubre de 2001).”Dolor de espalda en los niños”.
Recuperado de http://www.Alemana.cl
Kovacs, F., Gestoso, M. y Vecchierini Dirat, N.M. (2001). Cómo cuidar su espalda.
Barcelona: Paidotribo.
Lozano del Río, Carlota. (1997). Ejercicios Aeróbicos "Técnicas y Práctica Correcta".
Recuperado de http://www.funsite.net/karla