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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

RECTORADO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y
POSTGRADO
CENTRO LOCAL METROPOLITANO

CARÁTULA ACTIVIDAD ORGANIZACIÓN Y ENTORNO


ACTIVIDAD Tercera X
(Marque con una X)

ASIGNATURA: ORGANIZACIÓN Y ENTORNO


POSTGRADO
CENTRO LOCAL METROPOLITANO

POSTGRADO AL Maestría en Administración de Negocios


QUE APLICA:

NOMBRES Y Miriam Arriechi


APELLIDOS:

CÉDULA DE 23.529.532
IDENTIDAD:

CORREO miriamarriechi.20@gmail.com
ELECTRÓNICO:

FECHA DE 27/08/2021
ENTREGA:

FIRMA: Miriam Arriechi


INFORME
El desarrollo de las nuevas tecnologías obliga a la redefinición de las relaciones
comunicativas entre los informadores, las fuentes de información y la audiencia. Internet acentúa
esta tendencia; la sociedad irrumpe en los procesos de producción y reclama su sitio allí donde se
negocia el control de los acontecimientos. Si la miniaturización creciente de los instrumentos de
captación y edición acercan al periodista al lugar noticioso dando nuevo sentido al concepto de
actualidad y facilitando la incorporación al flujo informativo del acontecimiento imprevisto,
Internet crea un nuevo escenario, un entorno que da soporte a las tecnologías existentes y permite
canalizar, intercambiar y actualizar mensajes desde cualquier punto de la Red, completando el
círculo de la autonomía en la producción y creando nuevos espacios, alternativos, para el consumo.
La Red constituye un reto para la comunicación lineal y rompe el concepto de ruta prefijada
para el consumo de información. En Internet se multiplican los puntos de producción y consumo,
es una nueva estructura que da soporte a la comunicación humana y que permite la comunicación
en la sociedad global con mayor rapidez y alcance que las redes y los medios de masas
tradicionales. El desarrollo de este nuevo medio de comunicación ha provocado un renovado
interés por el concepto de interactividad, una de sus propiedades más evidentes, así como por los
principios básicos de la teoría liberal de la prensa. El debate se torna intenso especialmente a
mediados de los noventa, con la aprobación en Estados Unidos de la Ley sobre la Decencia en las
Comunicaciones y, en el año 2001, al aumentar el control de las comunicaciones por parte del
Gobierno norteamericano tras la crisis del 11 de septiembre. En la última década del siglo XX,
Internet se perfila como canal intermedio y masivo, lo que conduce a un replanteamiento de la
división tradicional de las áreas para el estudio de la comunicación (Jensen, 1999).
En 1996, Morris y Ogan advierten a los investigadores en comunicación de que están
dejando pasar una oportunidad y de que Internet no es sólo un medio para la comunicación a través
del ordenador sino, también, un medio de comunicación de masas (Morris y Ogan, 1996). Hasta
ese momento, la comunicación a través de ordenadores se ha estudiado como una manifestación
más de la comunicación intermedia, estructuralmente similar a la comunicación telefónica o entre
dos puntos. El crecimiento de la audiencia del nuevo medio, creciente a lo largo de la década,
obliga a adoptar una nueva perspectiva (García de Torres, 1997).
A través de la Red es posible transmitir a un terminal móvil imágenes en movimiento,
mensajes multimedia y contenidos interactivos de forma pública y masiva o enviar una única
imagen fotográfica que se recibe en un terminal de ordenador fijo, a la que tiene acceso un único
usuario del que no se recibe respuesta. La estructura comunicativa de la Red es cambiante, en
términos de usuarios, canales y mensajes y, por esta razón, sus rasgos estructurales, como la
interactividad, son difíciles de definir unívocamente; admiten, como la propia estructura, múltiples
lecturas. Cabe hablar, pues, de un continuo de la comunicación digital.
Con el devenir del tiempo el concepto sobre lo que es el bienestar, o cuáles son las
herramientas que nos ayudan a conseguirlo, cambian. El bienestar se apoya sobre elementos de
satisfacción física, intelectual y emocional que nos permiten sentirnos bien como individuos y
como parte integrante de nuestra comunidad. Claramente el componente físico conlleva por
ejemplo el comer, vestir y dormir bien, el intelectual, el desarrollo de nuestras capacidades
mentales, y el emocional, nos pide relacionarnos con el resto de los seres y comunicarnos con
ellos. Para facilitar todas estas funciones, economizando tiempo y energía - al menos la física
propia-, el hombre siempre se ha sentido compelido a desarrollar distintas tecnologías. Sus
tecnologías han evolucionado a la par que él, y se han basado en la transmisión de conocimientos
de una generación a otra. Nadie ha construido en el vacío sino sobre pensamientos anteriores,
dando, eso sí, su chispa propia. Por ejemplo, ha variado tanto la tecnología de obtener alimento y
de transformarlo para que se conserve más tiempo, como la forma de transportar este alimento. El
comercio, otra de las actividades humanas más antiguas, es espejo de los nuevos tiempos,
abarcando su actividad tanto las antiguas mercancías tangibles como las nuevas intangibles, y
manteniendo junto al antiguo trueque (ahora de moda en algunas páginas de Internet), el comercio
de bienes futuros, cuyas compras y ventas se hacen a la velocidad de la luz por una red de capacidad
y capilaridad crecientes.
Todas las actividades humanas evolucionan con el tiempo: la salud, la educación, el
comercio, el ocio, las propia relaciones humanas. En el fondo el objetivo de cada una de ellas no
cambia, pero sí la forma de ejercitarlas. No varía el concepto, sino el envoltorio. El destino final
de un alimento es su ingesta por una persona, sea éste el resultado de una recolección ocasional de
frutos silvestres, o de una cosecha de alimento transgénico, obtenida de semillas, que dan frutos
que no sirven como germen de futuras cosechas, envasado en vacío y transportado en un avión
dentro de una cámara refrigerada. De similar manera queremos que los médicos nos curen, que los
niños aprendan en el colegio cómo desenvolverse en el mundo, que podamos adquirir los bienes
que creemos necesitar sin tener que fabricarlos todos ellos con nuestras manos (por ejemplo una
manta calefactora adaptada al asiento del coche que puedo adquirir por Internet y que llega a
destino en menos de 3 días desde California a un pueblo de la sierra de Madrid), nos queremos
divertir y queremos conocer a otras personas y hacer amigos. Antes los amigos se limitaban al
círculo de mis conocidos que igual no abarcaba más allá de mi familia y la aldea cercana. Ahora
se ha ensanchado e incluso puede que a algunos de mis amigos, a los que conozca en un chat
cualquiera, nunca los llegue a conocer físicamente, nunca estreche su mano ni los invite a tomar
el té en casa, pero aún en la distancia y en la intangibilidad de su contacto
Cuando se habla de tecnologías de la información y la comunicación, no deben olvidarse
las antiguas tecnologías de difusión (radio y televisión) que siguen cumpliendo un papel crucial
en el acceso a la información, la comunicación y el conocimiento para los sectores más
desfavorecidos de la población. Esas infraestructuras de telecomunicación clásicas han conseguido
prácticamente una cobertura universal con terminales de radiodifusión a precios asequibles incluso
para las economías más humildes. Las emisiones de radio con contenidos de interés local llegan a
las zonas más remotas del mundo, incluso a zonas de difícil acceso que carecen incluso de red
eléctrica. En comparación con la radio, la televisión tiene menor cobertura y terminales más caros,
pero su extensión es también muy amplia, en los casos más apartados, gracias a los satélites. No
es muy caro poner en marcha una estación emisora de radio de ámbito local, lo que facilita que la
población no sólo consuma contenidos, sino que los genere en función de sus intereses,
convirtiendo así a la radio en un sistema de difusión mucho más cercano a las poblaciones que la
televisión.
Los países de más altos ingresos representan tan sólo el 15% de la población mundial y
tienen el 58% de las líneas telefónicas, mientras que los países de menos ingresos, con un 60% de
la población mundial, sólo tienen el 15% de las líneas telefónicas fijas. Cerca de dos tercios de los
hogares del mundo no tienen teléfono. Queda todavía mucho camino por recorrer antes de asegurar
un acceso universal que incluya a los más desfavorecidos.
Las estrategias de conectividad para las poblaciones pobres incomunicadas, dependen de
su lejanía a las redes existentes de telecomunicación. Gran parte de las áreas urbanas del mundo
en desarrollo cuentan con infraestructura de telecomunicación, a lo que se une una alta
concentración de población y servicios, un mayor dinamismo económico y un mayor poder
adquisitivo medio de sus habitantes. Todo esto contribuye a que el mercado encuentre fórmulas
para el acceso de poblaciones de bajo nivel adquisitivo (por ejemplo, sistemas especiales de micro-
pagos, pequeños negocios de cabinas públicas de acceso a Internet, etc.).
Es evidente que ni la tecnología ni la información en sí mismas son un determinante del
cambio social, sólo alcanzan a facilitarlo. Siempre dependeremos del uso posterior que le demos
y del contexto social en que sea implementado. Es necesario superar, entonces, discursos
globalizadores y grandilocuentes para ponernos manos a la obra: no es que estemos inmersos en
un momento de cambio histórico, estamos protagonizándolo. Los jóvenes y adolescentes son el
futuro pero también el presente: es el momento de implementar estrategias en este ámbito
pensando especialmente en la infancia. Estrategias que pasen por ofrecer alternativas sólidas y
fuertes entre los contenidos de internet, por diseñar programas que eviten el abuso y el mal uso de
los medios de comunicación como internet, así como por educar en la reflexión, la selección, la
crítica y la participación en los medios.
Referencias
Lectura 9. Castells, Manuel (s/f) Internet y la sociedad red, Barcelona,
UOC, 23 p.
Lectura 10. González, Isabel (2008) Entorno Siglo XXI: La Sociedad de
la Información y El Conocimiento. Caracas, UNA, 9 p.

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