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Últimamente he estado leyendo diversas historias de éxito de escritores que hace unos cinco años eran
inéditos o desconocidos, y de pronto han dado un gran salto. Han vendido muchos ejemplares en papel o
muchas descargas de sus eBooks, han sido publicados por editoriales reconocidas y tienen acceso a
lectores de diferentes países. Cada historia de éxito es distinta, cada quien aporta consejos de acuerdo
con su experiencia y probablemente en cuestiones de promoción de libros no haya una “talla única” que se
aplique a todos los escritores y sus obras.
Después de estas lecturas, considero que las diferentes estrategias que han aplicado los escritores para
vender sus libros se pueden englobar en tres tipos: 1) las enfocadas en la producción y publicación del
autor, 2) las que toman un blog como piedra angular, y 3) las que se basan en marketing y networking. A
continuación, explicaré cada una:
El autor que desee vender muchos libros debe escribir mucho. Cuanto más escriba, mayor madurez
ganará, tendrá más material que enviar a editoriales, concursos y agentes, e incrementará las
probabilidades de que su obra llame la atención. La escritura de materiales más breves que pueden ser
publicados en revistas o antologías, como relatos y poemas, contribuye a crearle un currículo literario
mientras trabaja en sus obras largas. Cada manuscrito concluido es una nueva carta que puede jugarse.
Cuando el autor logre ser publicado, las editoriales le brindarán sus canales de promoción y cuanto mejor
sea la editorial, mayor ámbito de difusión: librerías, críticos, presentaciones, ferias de libros. Los concursos
dan prestigio y reconocimiento, mientras que los agentes negocian con editoriales que se suponen de
difícil acceso sin intermediario. Además, pueden abrir la puerta a versiones cinematográficas y
traducciones. A medida que un autor vaya ganando lectores, estos buscarán otras obras suyas y
comenzará a aplicarse el efecto boca en boca. Apostar por un solo libro dificulta todo el proceso y limita el
potencial de ventas del escritor.
Dean Wesley Smith propone una estrategia extrema: sugiere potenciar la propia producción de materiales,
de modo que podamos escribir dos o más libros por año; ponerlos a disposición del público en una
plataforma digital apenas estén listos y al mismo tiempo enviar esos materiales a editoriales. Dicha
estrategia saca de juego al concurso (que casi siempre exige que el libro en cuestión sea inédito), pero
permite la valoración del lector antes de contar con el beneplácito de las editoriales. Si uno tiene diez libros
en Amazon y cada uno vende diez ejemplares al mes, estamos hablando de cien ejemplares que se
venden mensualmente, cifra que no está mal para comenzar, si tomamos en cuenta que los lectores
satisfechos buscarán otros textos del mismo autor, podrán recomendarlos o regalarlos, y esta cifra irá
creciendo, sobre todo si uno va publicando nuevos libros con regularidad.
Escritores para quienes autopublicarse está fuera de consideración: se trata de personas que quieren
ser reconocidas por su valía literaria. Si los ponen a elegir, preferirán la aprobación de la crítica que
convertirse en bestsellers. La autopublicación no es una opción para ellos porque desean contar con un
editor o un agente que les permita sacar lo mejor de sí y dedicarse a lo que más les gusta: escribir.
Personas que desean ofrecer algún servicio: muchos escritores son también docentes, imparten
talleres, trabajan como lectores y correctores profesionales, editan libros y desarrollan actividades
laborales relacionadas con lo que escriben. Un blog les permite matar dos pájaros de un tiro.
Autores de libros experimentales o de nichos muy específicos: hay libros que, por su carácter
experimental o por apelar a un nicho de lectores bastante específico, difícilmente serán publicados por una
editorial, pero pueden encontrar una forma de llegar a su lector ideal a través de un blog.
Ante esa comunidad virtual, el escritor realiza constantes llamadas a la acción: compra mi libro, dale “me
gusta”, haz retweet, suscríbete a mi canal de YouTube, deja una reseña en Amazon. Igualmente, crea
promociones para aumentar el atractivo comercial de su libro: 2×1, sorteos de ejemplares dedicados,
lecturas en conjunto, concursos, gratis por tiempo limitado (a través del programa Amazon KDP Select, por
ejemplo). A la vez establece alianzas con otros escritores que hayan tomado el mismo camino para
promocionarse mutuamente y contacta con blogueros influyentes para que le escriban reseñas. La línea
entre lo efectivo y lo molesto es muy delgada, y a eso podría dedicársele un post entero.
La versión offline de estas estrategias suele ser costosa o implicar un gran esfuerzo, no proporcional a los
resultados: pagar publicidad tradicional y comunicados de prensa, hacer una peregrinación por las
librerías, organizar nuestras propias presentaciones de libros o insistir para que otros pongan de su bolsillo
y las organicen por nosotros, moverse para lograr una entrevista en radio o televisión, viajar a otras
ciudades para hacer contactos literarios o promocionales.
Autopublicados: los escritores que tienen uno o dos libros autopublicados y ningún proyecto de escritura
a mediano plazo están casi obligados a aplicar alguna de estas estrategias si quieren tener la esperanza
de vender su libro.
Personas que cuentan con una red de contactos que las apoyan: si por su actividad profesional una
persona ya tiene muchos contactos o era influyente en las redes sociales antes de publicar su libro, podrá
ver resultados muy pronto al aplicar estas estrategias.
Optar por una de las estrategias anteriores no significa que uno va a eliminar todo lo demás. Dedicarse a
escribir y buscar editorial no quiere decir que uno no va a hacer una cierta promoción entre sus círculos.
Publicar activamente en un blog no impide escribir nuevos libros, ni el marketing quita la posibilidad de
mantener un blog como apoyo a una estrategia de ventas. Pero estos tres tipos de estrategias indican
diferentes caminos, que no se pueden transitar al mismo tiempo. Hay que elegir uno u otro.
En mi caso, confieso que mi corazón se inclina por el primer tipo de estrategias (que de hecho es el que
me ha dado frutos hasta el momento), me tienta el segundo (por todas las posibilidades que abre y porque
deseo aplicar mis nuevos conocimientos en el área) y creo que el que mejor funciona hoy en día es el
tercero. Algunos autores, como Blanca Miosi, consideran la labor de promoción ineludible porque de lo
contrario los libros no se venden, aunque uno haya sido publicado por una editorial. ¿Y usted qué piensa?
Comparta su valoración de las estrategias en la sección de comentarios.