Está en la página 1de 3

NOVENA A SAN FRANCISCO DE ASIS

1er. Día: Oferentes: Sra. Irma Parco y Sra. Blanca Ruiz.

1. Hacemos la señal de la cruz.


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Guía: Abre Señor mis labios, para alabar tu nombre y el de Tu Santa Madre.
Pueblo: Te pedimos San Francisco Padre de la Caridad intercedas ante Nuestro Señor
Jesucristo

Todos: Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y redentor mío, por
ser tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo. Ofrezco
mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Y confío en que, en tu
bondad y misericordia infinita, me los perdonarás y me darás la gracia para no
volverte a ofender. Amén.

Guía: Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles

Pueblo: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Guía: Envía tu Espíritu Creador

Pueblo: Y renueva la faz de la tierra.

Guía: Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del
Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien
y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén

2. Acto penitencial
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante vosotros hermanos que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.! Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran
culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.

3. Intenciones del día


4. Ángelus
5. Padre Nuestro, Ave María y Gloria
6. Oración Preparatoria
7. Lectura de los escritos de San Francisco
8. Padre Nuestro Ave María y Gloria
9. Texto Bíblico y Reflexión
10. Oración simple
11. Canto del Padre Nuestro
12. Oración y despedida

ORACIÓN PREPARATORIA
Dios Padre de amor y misericordia, que otorgaste a nuestro Padre San Francisco de
Asís, la gracia de asemejarse a Cristo, por la humildad y la pobreza, por el amor y el
servicio, concédenos caminar tras sus huellas Para que podamos seguir a tu Hijo Jesús
y entregarnos a ti con Amor Jubilosos. Amén.

Lectura tomada de los Escritos de San Francisco Leyenda Mayor 5,7


Aunque Francisco animaba con todo su empeño a los hermanos a llevar una vida sobria, sin
embargo, no era partidario de una severidad intransigente, es decir una vida sin misericordia.
Prueba de ello es el siguiente hecho: Cierta noche, un hermano- que hacía un ayuno severo-
se sintió atormentado con un hambre tan terrible, que no podía hallar reposo alguno. Dándose
cuenta Francisco del peligro que acechaba a su discípulo, llamó al hermano, le puso delante
unos apetitosos platos de comida y-para evitarle toda posible vergüenza- comenzó él mismo
a comer primero, invitándole dulcemente a hacer lo mismo. Dejó de lado el hermano la
vergüenza y tomó el alimento necesario, sintiéndose muy confortado, porque, gracias a la
prudente acción del maestro, había no sólo superado el desvanecimiento corporal, sino
también recibido un ejemplo de crecimiento espiritual. A la mañana siguiente, Francisco
convocó a sus hermanos y les refirió lo sucedido a la noche, añadiéndoles este prudente
consejo: "Hermanos, que les sirva de ejemplo en este caso no tanto el alimento como la
caridad". Les enseñó además a guardar la discreción, como reguladora que es de las virtudes;
pero no la discreción que sugiere la carne, sino la que enseñó Cristo, cuya vida santísima es
un anticipado ejemplo de perfección.
Oración Simple
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor;
qué donde haya ofensa, ponga yo perdón;
que donde haya discordia, ponga yo unión;
que donde haya error, ponga yo verdad;
que donde haya duda, ponga yo fe;
que donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
que donde haya tinieblas, ponga yo luz;
que donde haya tristeza, alegría;
¡Oh Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado, como en consolar
ser comprendido, como comprender,
ser amado, como amar.
Porque dando, se recibe;
olvidando se encuentra;
perdonando, se alcanza el perdón;
y muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén.
San francisco ruega por nosotros “
- Rezamos un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

También podría gustarte