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Batalla de Cepeda

(1820)
enfrentamiento bélico entre federales y
unitarios

La batalla de Cepeda,
Cepeda, del 1 de febrero de 1820
1820,, ocurrió durant e las guerras civiles argent inas y
fue la primera de las dos llevadas a cabo en la cañada bonaerense del arroyo Cepeda (afluent e
del Arroyo del Medio que divide las provincias de Buenos Aires y Sant a Fe),
Fe ), a unos 5 km al est e
del pueblo de Mariano Benít ez ((nort e de la provincia de Buenos Aires).
Batalla de Cepeda

Guerras civiles argentinas


Parte de guerras civiles argentinas

Fecha 1 de febrero de 1820 (hace 202 años).

Lugar Cañada del arroyo Cepeda (afluente del Arroyo del


Medio), a 5 km al este del actual pueblo de Mariano
Benítez, norte de la provincia de Buenos Aires,
Argentina

Coordenadas 33°S 61°O/ -33, -61 (http://tools.wmflabs.org/geoh


ack/geohack.php?language=es&pagename=Batalla
_de_Cepeda_(1820)&params=-33_N_-61_E_type:e
vent)

Result ado Victoria decisiva de los federales.


Disolución del Directorio.
Disolución del Congreso.
Se desconoce la Constitución argentina de 1819.

Beligerantes

Liga de los Pueblos Libres Provincias Unidas del Río de la Plat a


Entre Ríos Buenos Aires
Santa Fe
Corrientes
Gobierno de las Misiones Guaraníes[1] ​
Abipones y guaicurúes del Chaco [2] ​

Comandantes

Francisco Ramírez José Rondeau


Estanislao López Juan Ramón Balcarce
Pedro Campbell Martín Rodríguez
José Miguel Carrera Gregorio Perdriel

Fuerzas en combate

Mit re: 1.400-1.700[1] ​ Mit re: 2000[1] ​


[3]
Vicuña: 1.000 ​ Vicuña: 3000[3] ​
Marley: 1.600[4] ​ Marley: 2000[4] ​
Levene: 3000[5] ​ Levene: 2000[5] ​
Mar t í: 1.300[6] ​ Mar t í: 2000[6] ​

Bajas
40 muertos y heridos[7] ​ 300 muertos (14 oficiales), 30 prisioneros (3
oficiales) y 9 carretas con equipajes, víveres y
monturas capturadas[7] ​

La bat alla enfrent ó a unit arios y federales: el direct or supremo de las Provincias Unidas del Río
de la Plat a, José Rondeau, fue derrot ado por la unión de las fuerzas de los caudillos de Sant a Fe,
Est anislao López, y de Ent re Ríos, Francisco Ramírez, ambos federales y lugart enient es del
general José Art igas, de la Banda Orient al, y apoyados por el chileno José Miguel Carrera.

Fue un enfrent amient o muy breve, que just ificó que se la conociera como la «bat alla de los Diez
Minut os».[8] ​

Los federales result aron vict oriosos, causando la disolución de las aut oridades nacionales: el
Direct orio y el Congreso Nacional. Se inició así el período denominado la Anarquía del Año XX en
donde surgieron las aut onomías provinciales. El país quedó desde ent onces int egrado por t rece
provincias aut ónomas.

Antecedentes

La causa de la bat alla de Cepeda fue el descont ent o de las provincias del int erior con Buenos
Aires, que había gobernado a las Provincias Unidas del Río de la Plat a surgidas a part ir de la
Revolución de Mayo, sin t ener en cuent a la volunt ad de las provincias. La principal exigencia de
los líderes federales era que cada provincia se gobernara a sí misma, y que unidas formaran una
federación.

Las insurrecciones cont ra el gobierno del Direct orio habían comenzado en 1814, capit aneadas
por el caudillo orient al José Art igas. Había logrado ext ender la rebelión a varias provincias; formó
una Liga Federal, que nunca llegó a ent enderse con el gobierno cent ral. Est os levant amient os
int erfirieron negat ivament e en los planes del Direct orio en la guerra de independencia de la
Argent ina cont ra los realist as al rest ar import ant es fuerzas t ant o al Ejércit o Auxiliar del Perú,
como al Ejércit o de los Andes.

De hecho, desde 1816, las provincias lit orales, Ent re Ríos, Sant a Fe, Corrient es, Misiones y la
Banda Orient al act uaban con independencia del gobierno cent ral, ubicado en Buenos Aires. Tras
varios años en que Sant a Fe y Ent re Ríos fueron repet idament e invadidas por t ropas enviadas por
el gobierno port eño, la sit uación no había cambiado en lo esencial.
El rey de Port ugal, que residía en Brasil, aprovechó los enfrent amient os int ernos para anexarse a
su t errit orio la Banda Orient al (act ual Uruguay), invadiéndola a principios de 1817 y ocupando su
capit al, Mont evideo. El gobierno de Buenos Aires no hizo ningún esfuerzo serio para defender a
Art igas, y est e lo acusaba de apoyar la invasión lusobrasileña.

En 1819, el que había sido el Congreso de Tucumán, t rasladado a Buenos Aires, sancionó la
Const it ución Argent ina de 1819 que ot orgaba amplios poderes al gobierno cent ral y rest ringía la
aut onomía de las provincias de t omar decisiones sobre sus propios asunt os.

En consecuencia, Art igas y los demás caudillos locales acordaron no t rat ar más con el gobierno
cent ral y at acarlo en su propia capit al. Por encargo de Art igas, las fuerzas de Ent re Ríos se
t rasladaron a Sant a Fe, y desde allí avanzaron sobre Buenos Aires.

Durant e el t iempo t ranscurrido ent re la Const it ución Argent ina de 1819 y la bat alla de Cepeda se
separaron del gobierno cent ral las provincias de Tucumán y Cuyo, además de que la de Salt a era
una especie de aliada independient e del gobierno cent ral.

La batalla

Poco ant es de la bat alla de Cepeda, el 8 de enero de 1820 se produjo el mot ín de Arequit o por el
cual el Ejércit o del Nort e, que había sido llamado por el direct or Supremo José Rondeau en su
ayuda, se había sublevado para no ser obligado a luchar en una guerra civil. De t odos modos,
Rondeau enfrent ó a los federales con el ejércit o de la capit al. Aparent ement e, t enía a su favor la
vent aja de que el ejércit o del lit oral est aba ínt egrament e compuest o de caballería. Se componía
de 300 a 400 corrent inos y guaraníes de las Misiones, 600 a 700 ent rerrianos y 500 a 600
sant afesinos (formados sobre la base de la guardia de dragones de López).[1] ​El cont ingent e de
Ramírez incluía una escolt a de avent ureros ext ranjeros como Carrera.[9] ​Unos 1.300 part iciparon
de la bat alla.[10] ​

Las fuerzas port eñas se movilizaron con rapidez e invadieron la provincia de Sant a Fe ant es de
que los federales llegaran a Buenos Aires. Rondeau ocupó el borde sur del bañado conocido
como Cañada de Cepeda, y esperó allí a sus enemigos. Su infant ería incluía el bat allón de
Aguerridos y el 3º de los Tercios Cívicos, est e últ imo formado principalment e por negros.[1] ​En
t ot al 900 infant es.[10] ​Su caballería eran originalment e los Dragones de la Pat ria, blandengues y
volunt arios de la front era a los que se sumaron durant e la marcha milicias de la provincia en
Arroyo del Medio, t raídas por el general Rodríguez y el coronel Perdriel.[1] ​Incluía una bat ería de
art illería.[1] [6]
​ ​
Rondeau formó su ejércit o en una disposición clásica, con la caballería a los lados y la infant ería y
la art illería al medio; prot egiendo sus espaldas quedaba la larga formación de carret as. Una
posición muy difícil de vencer, si el enemigo at acaba de frent e. Pero en medio de la llanura, los
federales no est aban obligados a hacerlo, just ament e porque sus t ropas eran purament e de
caballería.

López era el gobernador de la provincia en que se combat ía, pero aparent ement e dejó el mando
de las operaciones de la bat alla a Ramírez. Es que López era expert o en acciones de guerrilla,
pero Ramírez había demost rado ser muy capaz en las bat allas. Junt o a los sant afesinos y
ent rerrianos, formaban en el ejércit o federal 600 abipones y guaicurúes del Chaco[2] ​y un
escuadrón de corrent inos y guaraníes, al mando del capit án irlandés Pedro Campbell.[1] ​Ambas
t ribus chaqueñas, desde 1816, a cambio de guerreros obt uvieron permiso de fundar una colonia
cerca del campament o de Purificación.[11] ​

A las 8:30 horas los jefes federales cruzaron al galope la Cañada de Cepeda, rodearon el
disposit ivo y se pusieron a sus espaldas. De inmediat o at acaron a la caballería, mient ras la
infant ería t rat aba de asomarse ent re los carros y los cañones aún apunt aban para el ot ro lado. La
bat alla duró aproximadament e diez minut os, y la huida de la caballería direct orial arrast ró a
Rondeau. Los infant es formaron dos cuadros defensivos y rechazaron varias cargas por t res
horas.[10] ​El rest o del ejércit o (casi mil hombres)[5] ​debió ret irarse hacia San Nicolás de los
Arroyos (a orillas de río Paraná, a 60 km de dist ancia) y embarcarse de regreso a Buenos Aires,
dirigido por el general Juan Ramón Balcarce.

Consecuencias

Inmediat ament e de producida la bat alla de Cepeda, t odo el nort e del t errit orio de Buenos Aires
fue invadido por los caudillos, que llegaron en pocos días a los alrededores de la ciudad de
Buenos Aires.

Conocida la vict oria de los federales, el jefe del ejércit o de campaña de Buenos Aires, Miguel
Est anislao Soler, junt o a t odos los rest ant es oficiales que lo int egraban, exigió la disolución del
Congreso Nacional y la deposición del Direct or Supremo como único medio de lograr la paz.

El Congreso se reunió por últ ima vez bajo la presidencia del doct or José Miguel Díaz Vélez y
decidió su disolución manifest ando sus represent ant es que

"... ceden a la intimación que se les hace, entendiendo que en esto los
firmantes de la misma, obran autoritariamente".
Por su part e, el 11 de febrero de 1820, el direct or Supremo Rondeau, renunció a su cargo ant e el
Cabildo port eño indicando que lo hacía

"“... Deseoso de propender en cuanto esté de mi parte al bien de mis


conciudadanos y no queriendo ser un obstáculo para que la paz vuelva a
reinar en el país, deposito la suprema dirección del Estado que he
desempeñado hasta ahora en manos de V.E”."

De est a forma se disolvieron las aut oridades nacionales.

El Cabildo ejerció el gobierno de Buenos Aires hast a que se designó un Gobernador y Capit án
General.

La sucesión del poder en Buenos Aires se vio enmarcada por gobiernos provisorios. El primer
gobernador aut ónomo, Manuel de Sarrat ea, ascendido al poder con la prot ección de los
federales, firmó con ellos el Trat ado del Pilar. Por el mismo, la provincia de Buenos Aires
reconocía a las demás el derecho de darse su propio gobierno y daba por ext inguido el Congreso
de Tucumán.

Pero la anarquía cont inuó en la capit al, hast a que en sept iembre fue nombrado Mart ín Rodríguez
gobernador. La est abilidad y progreso de su gobierno se logró a cost a de aislar a la provincia del
rest o del país.

Mient ras t ant o, las provincias se gobernaron a sí mismas como ent idades aut ónomas a la manera
de una confederación, más allá de las poderosas influencias que t uvieron algunos caudillos, que
gobernaron sobre coaliciones de varias provincias.

Pese a varios efímeros esfuerzos por reunificar el país, ent re los que se dest aca la presidencia
de Bernardino Rivadavia de 1826 a 1827, la Argent ina no se volvió a unificar hast a después de la
caída del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, y la rápida sanción
de la Const it ución Argent ina de 1853. Buenos Aires recién se unió definit ivament e en 1861.

Bibliografía

Academia Nacional de la Hist oria Partes de batalla de las guerras civiles, Bs. As. 1977.

Best , Félix: “Hist oria de las Guerras Argent inas“, Ed. Peuser, Bs. As. 1980.

Busaniche, José Luis, Historia argentina. Ed. Solar, Bs. As. 1969.
Gianello, Leoncio, Historia de Santa Fe, Ed. Plus Ult ra, Bs. As. 1986.

López Rosas, José R., Entre la monarquía y la república. Memorial de la Pat ria, t omo III, Ed. La
Bast illa, Bs. As., 1981.

Luna, Félix, Los caudillos, Ed. Peña Lillo, Bs. As. 1971.

Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas militares argentinas, Tomo I, Ed. Emecé, Bs. As. 2004.

Serrano, Mario A., Arequito: ¿Por qué se sublevó el Ejército del Norte? , Ed. Círculo Milit ar, Bs. As.,
1996.

Referencias

1. Mitre, Bartolomé (1887). Historia de Belgrano y de la independencia argentina. Tomo III. París:
Félix Lajouane, pp. 325.

2. Petit Muñoz, Eugenio (1951). "Artigas y los indios". En Artigas. Estudios publicados en el
periódico El País como homenaje al jefe de los orientales en el centenario de su muerte,
1850-1950. Montevideo: El Colombino, pp. 253-268 (véase pp. 267).

3. Vicuña Mackenna, Benjamín (1837). El ostracismo de los Carreras: Los jenerales José Miguel
i Juan José i el coronel Luis Carrera. Episodio de la independencia de Sud-America (http://bo
oks.google.cl/books?id=T1M0AQAAIAAJ&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=fals
e) . Santiago de Chile: Imprenta del Ferrocarril, pp. 536.

4. Marley, David (2005). Historic Cities of the Americas: An Illustrated Encyclopedia. Tomo I.
Santa Bárbara: ABC-CLIO, pp. 659. ISBN 978-1-57607-027-7.

5. Levene, Ricardo (1970). Historia argentina y americana. Tomo II. Buenos Aires: Bibliográfica
Omeba, pp. 217.

6. Martí Garro, Pedro Enrique (1982). Historia de la artillería argentina. Buenos Aires: Comisión
del Arma de Artillería "Santa Barbara", pp. 423.

7. Gálvez, Lucía (2012). Cap. "Pancho Ramírez y la Delfina". En Historias de amor de la historia
argentina. Penguin Random House Grupo Editorial Argentina. ISBN 9789870425656.

8. Cepeda (primera batalla, 1.º de febrero de 1820) (http://www.dn11.com.ar/calles/cepeda%2


0I.htm) Archivado (https://web.archive.org/web/20120119220531/http://www.dn11.com.a
r/calles/cepeda%20I.htm) el 19 de enero de 2012 en Wayback Machine., en la página de
Calles de Rosario, editada por Datanordic.

9. Mitre, 1887: 327


10. Bollo, Santiago (1897). Manual de historia de la República Oriental del Uruguay. Montevideo:
A. Barreiro y Ramos, pp. 453.

11. Acosta y Lara, Eduardo F. (1970). La guerra de los charrúas en la Banda Oriental (período
patrio). A. Monteverde y Cia., pp. 2.

Enlaces externos

Bat alla de Cepeda. La guía de Hist oria (ht t p://www.laguia2000.com/argent ina/bat alla-de-cepe
da)

Revisionist as » Blog Archive » Bat alla de Cepeda (ht t p://www.revisionist as.com.ar/?p=5352)

Sucesos hist óricos argent inos (ht t p://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi97/lit erat ura-argent ina/hi
st oria/hist oria_ 1.ht m)

Dat os: Q1851266

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