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Excerpt: Tres años y ocho meses estuvo preso el Padre Kentenich. Fue necesario el mismo
tiempo para encontrar la porción de tierra en donde la Reina se establecería en la
Argentina.
La comunión de destinos consolidada en Dachau se replicó en una historia de fidelidad,
entrega, cruz y victoria. El próximo 20 de enero Argentina celebrará los 70 años de la
bendición del Santuario del Padre, su Santuario nacional.
Fecha :
Meta Description : El Santuario del Padre fue bendecido por el P. José Kentenich el 20 de
enero de 1952. Hoy se encamina a celebrar sus 70 años de vida. Nuevo Schoenstatt, en la
localidad de Florencio Varela, Buenos Aires, donde se encuentra este Santuario Nacional
de Schoenstatt, será la sede de los festejos, que irán del 18 al 20 de enero 2022. Más
información se ofrecerá en https://www.facebook.com/nuevoschoenstatt.
Primera entrega
ES:
https://schoenstatt.com/es/comunidades-de-schoenstatt/nuevo-schoenstatt-argentina-historia-de-un-santuario/
EN:
https://schoenstatt.com/spirituality/new-schoenstatt-argentina-fathers-shrine-a-witness-to-the-cross-and-the-blessed-mothers-
victory-part-i/
PT:
https://schoenstatt.com/pt-pt/comunidades-de-schoenstatt-pt/novo-schoenstatt-argentina-santuario-do-pai/
DE:
https://schoenstatt.com/de/schoenstatt-gemeinschaften/neu-schoenstatt-argentinien-vater-heiligtum-zeugnis-des-kreuzes-und-des-sieges-
mariens-teil-i/
Texto:
Panorama
Al partir hacia los EEUU, en mayo de 1948, el Padre Kentenich había dejado a las
Hermanas de la Provincia de Nazaret el encargo de conseguir el terreno para el Santuario
nacional en la Argentina. El fundador siguió muy de cerca esa tarea y al volver a
Latinoamérica y percibir la impotencia por la búsqueda infructuosa, intensificó su
participación ofreciendo lo poco que ganaba con sus tandas de ejercicios. También
aportaba a la alcancía del Santuario lo que ahorraba privándose de medios de transporte,
caminando veinticinco cuadras, en pleno verano, hasta la estación del tren.
Era el 12 de marzo de 1949. El Padre Kentenich había viajado en tren desde Villa Ballester
hacia Villa Urquiza, ciudad de Buenos Aires, donde se encontraba la casa de los Padres
Redentoristas, para dar ejercicios espirituales. En la casa Marienheim de los Padres
Palotinos, en Villa Ballester, en la que se hospedaba el P. Kentenich, la Hermana M.
Úrsula recibe una llamada telefónica del jefe de la estación de trenes Urquiza. En el
auricular escucha:
“Tenemos un sacerdote de edad con quien, por motivos del idioma, no podemos
entendernos. Viajó sin boleto y debe pagar una multa de 20 pesos. Como no dispone de ese
dinero deberá permanecer detenido por una noche“.
La hermana pide hablar personalmente con el Padre Kentenich. Él le dice que pagó su
boleto y lo entregó al inspector, y que este no se lo devolvió, y que no pagaría la multa
porque esto no sería justo. La hermana decidió viajar para resolver el conflicto
personalmente. Al llegar a la boletería de Villa Ballester, preguntó al empleado si
recordaba haber vendido un boleto esa mañana a un sacerdote con barba. Ante la respuesta
afirmativa, la hermana le pidió al señor que llamara por teléfono a la estación Urquiza,
explicando cómo habían sido las cosas. El hombre así lo hizo, pero todo fue inútil. El
inspector no aceptaba dejar libre al P. Kentenich sin que pagase la multa, y el P. Kentenich
no estaba dispuesto a pagar una penalidad por una infracción que no había cometido.
Finalmente la Hna. M. Úsula viajó hasta la estación Urquiza, y al ver que no había otra
salida razonable, convenció al Padre Kentenich de que pagase la multa.
“Esa noche nos reímos francamente con al Padre –recuerda la Hermana Úrsula- por la
forma en que habían concluido los ejercicios espirituales”.
Un terreno buscado con el Padre
El tiempo avanzaba, y la búsqueda de un lugar para el santuario de las Hermanas en
Argentina era infructuosa. Fueron surgiendo varias posibilidades de terrenos pero, por uno
u otro motivo, ninguno era apropiado.
En octubre de 1950, fueron a visitar uno en la localidad de Florencio Varela. “Era un
terreno de nueve hectáreas, contaba con cinco mil citrus, una hermosa arboleda pero…
¡costaba un millón de pesos!” –relata la Hna. M. Úrsula- “Entonces, cantábamos un
estribillo que rezaba: ¿No podríamos tener el milloncito? Habíamos hecho con la Virgen
un pacto: le regalaríamos un millón de sacrificios y Ella nos tendría que dar por cada
sacrificio un peso”.
Pero de pronto comenzó a haber gran inflación en la Argentina, y entonces las hermanas le
dijeron a la Virgen: “Ahora que hay inflación, nos tienes que dar 10 pesos por cada
sacrificio”.
De a poco fueron consiguiendo el dinero suficiente para llegar a la firma del documento de
compraventa. El día clave, para saldar la última cuota, estaba el P. Kentenich con las
hermanas, pero para sorpresa de todos,el dueño del terreno aumentó el precio y no se pudo
cancelar la operación. El P. Kentenich vivió todo esto junto a las hermanas. Finalmente
tuvo que ir a Chile, y es allí donde recibió la feliz noticia de que las hermanas habían
podido comprar el terreno. Hoy, el predio se llama Nuevo Schoenstatt, y en él se encuentra
el Santuario Nacional de Schoenstatt en Argentina.
Comunión de destinos entre el fundador y la Obra
Esos tres años y ocho meses de intensa búsqueda del terreno para el Santuario,
coincidieron con las controversias epistolares entre el Padre Kentenich y el episcopado
alemán. Desde Uruguay y desde la Argentina el fundador explicó en diferentes cartas lo
que no se comprendía por parte de la Iglesia alemana.
El predio tiene una forma triangular. Esta es asociada a la persona de Dios Padre. Las
hermanas lo tomaron como un sencillo signo del cielo, una delicada confirmación de la
Santísima Virgen, de que esta era la tierra para el Santuario del Padre en la Argentina.
Entrega y sacrificio en cimientos y paredes
A menos de dos meses de haber tomado posesión del lugar, las hermanas ya habían
hundido la piedra fundamental. Providencialmente llegó un constructor que quiso quedarse
a trabajar con ellas. Ahora avizoraban la finalización del Santuario, tenían el constructor,
tenían todo… ¿qué más podría suceder? A los pocos días llegó desde Alemania la noticia
de que, por decreto del Santo Oficio, el Padre fundador había sido destituido de su cargo de
director general del Instituto de las Hermanas de María.
Esto generó lágrimas, cruz y sacrificio que quedó encerrado en las paredes del Santuario en
forma de bolitas de cera. Cada noche llevaban las hermanas el capital de gracias y lo
hundían entre los ladrillos de las paredes, que se alzaban victoriosas presagiando un futuro
fecundo.
Primera entrega
ES:
https://schoenstatt.com/es/comunidades-de-schoenstatt/nuevo-schoenstatt-argentina-
historia-de-un-santuario/
EN:
https://schoenstatt.com/spirituality/new-schoenstatt-argentina-fathers-shrine-a-
witness-to-the-cross-and-the-blessed-mothers-victory-part-i/
PT:
https://schoenstatt.com/pt-pt/comunidades-de-schoenstatt-pt/novo-schoenstatt-argentina-
santuario-do-pai/
DE:
https://schoenstatt.com/de/schoenstatt-gemeinschaften/neu-schoenstatt-argentinien-vater-
heiligtum-zeugnis-des-kreuzes-und-des-sieges-mariens-teil-i/