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Taller Historia Argentina.

Un abordaje desde la historia de las mujeres y los sectores populares

Tema: los sectores populares durante la sociedad colonial en el Río de la Plata

Se denomina “orden colonial” al período que trascurrió entre la invasión y la conquista


europea, desde el siglo XVI hasta las guerras de independencia. Gran parte del territorio que
conforma actualmente nuestro país perteneció, hasta el último tercio del siglo XVIII, al
Virreinato del Perú. Cuando en 1776, en el marco de las Reformas Borbónicas, se creó el
Virreinato del Río de la Plata y se lo dividió en un régimen de intendencias, Buenos Aires como
capital y puerto habilitado del nuevo virreinato, comenzó a desplazar a Lima y con ella al eje
del Alto Perú, en un proceso creciente de “atlantización” de la economía.
La sociedad colonial, que se conformó a partir del proceso de conquista y colonización de
América, desde comienzos del siglo XVI, tuvo algunos elementos determinantes:

- Fue una sociedad orgánica y corporativa:


Las leyes, de origen castellano la mayoría, forjaron una sociedad donde los derechos y
los deberes de un individuo no eran iguales a los de cualquier otro, sino que
dependían de los derechos y deberes del cuerpo social al cual se pertenecía. Esto
ocurría en todos los estamos sociales. Se trataba además de una sociedad sin
“individuos” en el sentido moderno del término, una sociedad de súbditos y no de
ciudadanos.
- Fue una sociedad “pigmentocrática”, étnicamente estratificada y caracterizada por un
régimen de castas.
La posibilidad de ascenso social estaba condicionada por el origen y el color de piel.
Una persona estaba «marcada a fuego» por su nacimiento que le otorgaba su calidad.
Se demostraba la «pureza de sangre» por medio de un documento o de testigos. El
entrecruzamiento entre lo que los españoles consideraron las “razas puras”: blanco,
indio y negro, pronto originó una abigarrada multiplicidad de situaciones de mestizaje
(mestizos, mulatos, zambos, entre los más conocidos). En otras palabras, se
denominaba castas a todas las mezclas posibles entre blancos, negros e indígenas.
Cada categoría, teóricamente cerrada al ascenso social, se caracterizaba por una
posición socioeconómica especializada, vinculada a su identidad racial reconocida
socialmente y que incluso tuvo su representación en un género pictórico (pintura de
castas).

“BLANCOS”

CASTAS

“INDIOS”

“NEGROS”
- Fue una sociedad jurídicamente desigual:
A todos les correspondían ciertas obligaciones y ciertos derechos y eran muy celosos
de sus prerrogativas, fueran amplias o nimias. Cuando ellas no eran respetadas,
cualquier individuo, más allá de su condición, podía presentarse a la justicia para
reclamar.
La justicia ordinaria estaba en manos de los Cabildos, en los cuales los principales
cargos – los alcaldes de primer y segundo voto - se ocupaban de ella.

“El cabildo fue la forma de administración que predominó en el territorio americano.


Tenía lugar en las zonas urbanas y allí se controlaba todo lo relacionado con los servicios, el
ordenamiento, la provisión de los mercados y la conformación edilicia, pero también constituía
el lugar de la justicia. El cabildo era muy importante para el orden político, especialmente en
las ciudades de menor rango o donde el peso de los gobernadores o del propio virrey era
mucho menor. Se trataba del sitio en donde se dirimían las cuestiones políticas y las disputas
entre los sectores dominantes. En el cabildo no participaban todos los habitantes, sino los
vecinos. El vecino tenía que ser hombre, español y poder demostrar su pureza de sangre, es
decir que no estaba mezclado con otras castas. Todavía más” (Nercesian y Rostica, 2018: 42)

Los sectores populares en la sociedad colonial

El historiador Gabriel Di Meglio (2012) ha planteado que desde la etapa tardo-colonial la


distinción social en múltiples categorías empezó a ser progresivamente suplantada por una
binaria: por un lado la «gente decente» y por otro, la «plebe». El color siguió de todos modos
siendo determinante: los que no eran considerados blancos (indígenas, esclavos, castas) eran
irremediablemente plebeyos.

Se pueden enumerar una serie de factores o elementos que condicionaban la pertenencia a las
“clases populares” en la sociedad colonial:

- El color de la piel: Todos los hombres y mujeres clasificados como indios, negros,
mestizos, pardos, mulatos o zambos eran considerados de sangre impura y
jurídicamente inferiores a los blancos.
- El trabajo manual o el no tener ocupación fija y, por lo tanto, no ser considerado
“vecino”.
- El depender der otros, ya sea en un trabajo o vivienda.
- El ser considerados “forasteros”: los recién llegados a un lugar, salvo que tuvieran
fortuna, eran mal vistos.
- El no ser considerados “Don” o “Doña”: la «decencia» o respetabilidad social se
señalaba con el uso del Don y Doña antes del nombre.
- El tipo de vestimenta utilizada: cada grupo social se vestía con prendas distintas. La
indumentaria era muy cara y había prendas inaccesibles para quien tuviera pocos
recursos.
- Los lugares frecuentes de sociabilidad: mercados, Iglesias, plazas pero sobre todo, las
pulrperías.
En lo que respecta al tipo de trabajo realizado, los sectores populares urbanos, tomando
la categoría conceptual de la época: la plebe urbana, se dedicaban mayoritariamente a ser
jornaleros, artesanos, vendedores ambulantes y peones. Las investigaciones llevadas a
cabo por Di Meglio (2012) han mostrado que entre los sectores urbanos, sobre todo en
Buenos Aires, la movilidad laboral era alta y las trayectorias individuales mostraban
variaciones constantes. Era habitual también el paso de la ciudad a la campaña.

Bibliografía utilizada:

DI MEGLIO, Gabriel (2012). Historia de las clases populares en Argentina. Buenos Aires,
Sudamericana, Tomo 1.

FRADKIN Raúl y DI MEGLIO Gabriel (Comp.) (2013). Hacer política. La participación popular en
el siglo XIX rioplantense. Buenos Aires, Prometeo.

NERCESIAN, Inés y ROSTICA, Julieta (2018). Todo lo que necesitas saber sobre América Latina,
Buenos Aires, Paidós

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