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Lazarna 19: 99-117 (1998) ISSN: 0210-9778

Contribución al estudio fitosociológico del pinar grancanano


(Islas Canarias)

Marcos Salas Pascual, Marcelino J. del Arco Aguilar &


Pedro Luis Pérez de Paz (*)

Resumen: Salas, M., Del Arco, Mi. & Pére.z de Paz, PL. Con/rlb,witin al estudio fitosociohigico del
pipiar grariconario <islas Canarias). bisaron 19, 99-117<1998).
Sc lleva a cabo una caracterización bioclimática, ilorística y titosociológica de Pinetum <anarrens,s.
cl pinar atitoctono (le la Isla de Gran Canaria, y se describe la nueva subasociación junipcre/osurn
cono o.únss. Se hacen diversas consideraciones sobre las comunidades: arbustivas de sustitución y se des-
cribe la nueva asoctacion Euphorbio regis—jubae-Cis¡enan monspeliensis.

Abstrac.t: Salas, M., Del Arco, Mi. & Pérez de Paz. PL. Phvtosocioiogicwl surves o/lAr Granca,íarian
rifle woodland (Canorv Lslands). Lazaron 19: 99-1/7 (1998).
A biocil matie, floristie and phytosociological characterization of Pinetrmn, anariensis, the autoch-
lhonous pine woodland of Cran Canaria. is carried out, and the new subassociation ¡uniperétosum
c.oiiarIeflsis is described. Several rernarks ahout the seral scrub conimunities are niade and the new asso-
ciation Liu
1,ho,bio regis-jubaú-Cisteíuin monspdliencis is also describid.

INTRODUCCIÓN

Gran Canaria, localizada entre los 270 44’- 280 09’ Ny los 150 21’- 1544’ 0
2) y dis-
es la tercera isla del Archipiélago Canario tanto en superficie (1.532 Km
tancia al continente africano (115 Km), como en altitud (1.949 rn, en el Pozo cíe las
Nieves según cl Servicio Cartográfico del Ejército). Su configuración, vagaínente

(4) Departamento de Biología Vegetal (Botánica). Universidad de La Laguna. 38071 La Lagu-


na. Tenerife (Islas Canarias). España.

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Salas Pascual, M. & aL Contribución al estudio fitosociológico del pinar grancanario

circular, le distingue como una de las llamadas «Islas Redondas», con diámetros de
norte a Sur de 46 Km y de oeste a este de 45 Km.
Su vegetación ha sufrido una considerable merma debido al intenso uso del
territorio. Es la isla más poblada del Archipiélago y la población, repartida por toda
la geografía insular, ejerce una notable presión sobre sus ecosistemas. Los pinares
grancanarios, aunque no han sido ajenos a esta presión, son en la actualidad las
mejores, y casi únicas, manifestaciones de bosque natural en Gran Canaria, al
haber sido forestalmente protegidos e incluso, en ocasiones~~fav()recidos por plan-
taciones en lugares donde potencialmente nunca existieron (PÉREZ DE PAZ, R & aL
l994b). El extenso territorio que ocupa su dominio potencial hace que el estudio de
la serie del pinar grancanario (Pino canaríensis sigmetun) sea un pilar básico
para comprender la distribución de la vegetación insular.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

CARACTERIZACIÓN BIOCLIMÁTICA DEL PINAR

El pinar grancanario natural se reparte entre los terniotipos termo y mesome-


diterráneo, este último de escasa distribución insular (SALAS PASCUAL, 1994). Su
presencia en el termomediterráneo, llamativa si se tiene en cuenta la distribución de
los pinares en otras islas del Archipiélago, se debe a características edáficas que se
aclaran más adelante.
Su bioclima característico es el mediterráneo pluviestacional. La existencia de
pinos en territorios de bioclima xérico, condicionada por sustratos sálicos, debe
interpretarse como la presencia accidental de este árbol en otra serie climatófila.
afín a la infratermomediterránea xerofítica tinerfeña semiárida superior de la sabi-
na canaria (Juniperus turbinata subsp. canariensis) [Junipero canariensis-Oleo
cerasiformís sigmetum (RIVAS-MARTÍNEZ & al. 1993a: 74)], para cuya cabeza de
sene se ha propuesto provisionalmente el nombre de Pistacio lentisci-O¿eetuín
cerasifbrrnis (RODRíGUEZ & al. 1991a).
Sus ombrotipos característicos son: semiárido superior, seco y subhúmedo
inferior. Bajo ombrotipo seco es donde se manifiesta el pinar genuino, sin intro-
misiones de especies características de otras series de vegetación. Bajo ombrolipo
semiárido superior el pinar se aclara considerablemente, lo que propicia la entrada
de especies propias de los bosques termólilos o sus etapas sustituyentes; mientras
que bajo ombrotipo subhúmedo inferior son las especies del monteverde canario
las que acompañan al pinar. La amplitud ecológica del pino obliga a reparar en las
más estrictas exigencias autoecológicas de las especies acompañantes, para no
adjudicar al dominio del pinar todo el territorio con presencia de pinos. Cuando
representación de flora ajena al pinar desplaza a la genuina de esta formación, ya
no podemos hablar con propiedad del pinar en el sentido titosociológico (Fin etum
.anar¿ens¡s), sino de presencia de pinos en otras series de vegetación.
Lazo roo )9=99-J¡7t1998) 1(10
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La afinidad del pinar canario por los materiales sálicos ha sido puesta de
manifiesto por diversos autores ( Un. ARCO & aL 1990, 1992, 1996; PÉREz OB PAZ
& al. 1994a, 1994b; RIVAS-MARTíNEZ & al. 1993b). Esta afinidad es la que permite
nl pinar ser competitivo frente a otros tipos de vegetación, en lugares de biocli-
matología que le excluye sobre sustrato basáltico.
En Gran Canaria se presenta la particularidad de que la mitad suroccidental de la
Isla es en su mayoría dc carácter sálico, y es en ella donde tiene su desarrollo por ra-
zones climáticas la vegetación de pinar, en parte del termomediterráneo y mesome-
diterráneo. Si considerásemos la isla como unidad independiente del resto del Archi-
piélago. habríamos de aceptar que esta situación geológica representaría la media del
terntono potencial del pinar, y la presencia del pinar desde eJ piso bioclimálico ter-
mornediterráneo pluviestacional semiárido superior basta el mesomedíterráneo plu-
víestacional seco, sería considerada como climatófila. Pero no es este el caso dc las
restantes islas cananas occidentales donde las grandes masas de pinar se instalan sobre
terrenos predominanteniente basálticos que representan su situación geológica media.
En éstas fa situación climatótila queda circunscrita al piso mesomedíterráneo seco y
subhúmedo-inferior, pues otras series de vegetación se muestran más competitivas en
cl termoniediterrmneo y se muestran en éste corno senes climatóliias.
Desde una penpecúva airhipielágica o mejor aún desde una perspectiva globalizadora
de la provincia biogeogíáflca Canaria Occidental, cabría considerar al pinar grancanano
comprendido en dos series de vegetación, una climatófila e indiferente al sustrato, meso-
mediterránea pluviestacional seca, y otra edafófila, detenninada por los materiales sálicos.
temx)meditelTanea pluviestacional semiárido-superior-seca-subhíimeda-inferior. Por el
momento, el análisis fiorístico-fitosociológico del pinar en ambas situaciones sólo mues-
tra una mayor presencia de elementos termófilos de Cisto-Micra¡nerietalia en los 1cm—
tonos lermomediterraneos. potenciados por la pérdida de suelo derivada de la explotación
pasada de estos bosques. No diferenciamos por tanto claramente dos cabezas dc serie, una
clímatóhin y otra edatblila, para los terntonos desentos, considerando al pinar grancanario
incluido en la «serie climatólila mesomediterránea pluviestacional seca y edafófila tei-
momediterránea pluviestacional semiá¡ido-superior-seco-subbúmeda-inferior sálica gran-
canaria del pino canario (Pinas canariensis): Pino canariensis sigmetum».
La situación edafófila referida no sólo se presenta en los pinares de Gran
Canaria, aunque es en esta isla donde alcanza mayor extensión superando amplia-
mente a su representación climatófila. Situaciones edafófilas típicas pueden obser-
varse en el Roque de los Pinos (Anaga), Ladera de Santa Ursula. etc. de Tenerife,
Roque de Agando, Roques del Garabato, etc., de La Gomera (DEL ARCO & al.
1990, 1992; PÉREz OB PAZ & al. 1994a, 1994b).
La mací-oserie en que se circunscriben los pinares canarios se corresponde
con la «macroserie climatófila mesomediterránea pluviestacional seca-subhúmeda-
inferior y edafótila termomediterránea pluviestacional semiárido-inferior-seco-
subhúmedo-inferior sálica canaria occidental del pino canario (Pinas canaríensís):
Cisto—Pino canariensis sigmion»).
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ESTUDIO FITOSOCtOLÓGICO

La serie grancanaria del pino canario corresponde en su etapa madura a un bos-


que aclarado oligoespecífico, donde el estrato arbóreo lo componen exclusivamente
ejemplares de pino canario. La presencia de cedros canarios (Juniperus cedrus), árbol
vínculado al dominio del pinar es testimonial y relíctica en la Montaña del Cedro.
La densidad del pinar así como su riqueza florística están relacionadas con el
carácter ómbrico y la humedad relativa media del territorio. En condiciones nor-
males son menos de una decena las especies que acompañan al pino canario, fun-
damentalmente el escobén del Sur grancanario (Chamaecstisus proliferus subsp.
íneridionalis), el jarón (Cistus svmphvti/blius), el poleo de monte (Bvstropogon ori-
ganifolius var. canarine), los coTazoncillos (Lotus spp.) y los tomillos (Micromeria
spp.). Esta formación se puede enriquecer florísticamente por varias causas, sien-
do las principales la alteración del sotobosque, lo que provoca la introducción de
nuevas especies, comojuagarzos (Cistus monspeliensis) y tabaibas amargas (Ew-
horMa regis-jubae) principalmente, y el aumento de la pendiente que favorece el
asentamiento de especies rupícolas en el seno del pinar (Aeoniurn spp., Greenovia
curca, Sonchus acaulis, Babckokia platylepis, etc.).
Las etapas dinámicas de la serie del pinar grancanario son:
a) Una superior, de porte arbóreo, considerada clímax, etapa madura o cabe-
za de serie, representada por la asociación Pinetuin canariensis. La eliminación
selectiva de los pinos puede convertir a estos pinares secos en escobonales, facies
que consideramos vinculadas a la cabeza de serie.
b) Una segunda etapa sedal, de porte subarbustivo y muy variada, propia de
suelos decapitados, donde se incluyen juagarzales con tabaiba amarga, tomillares, etc.
c) Por último la etapa del herbazal rio nitrófilo, representado en el caso del
pinar canario por pastizales anuales de Tuberaria guttata, Vulpia rnyuros, Tríjbliutn
arvense, etc.
La etapa madura muestra diferencias notables en la composición florística, con-
dicionada por los diferentes ombrotipos. Así se distinguen tres subasociaciones:
~uniperetosuni, /yp¿cum y ericetosum, de menor a mayor pluviometría.

1. La etapa madura:
Pinetum canariensis Ceballos & Ortuño ex Sunding 1972
V,dcn<kAkad. Oslo! Morón-NotarE Kl. NS. 29: 1221
Le<iorrpus: Sundiwg, op. cii.: 122, ib 29. mv. 18 lRIVAS-MxRr(NLZ & «l., 1993b].
tMicro,nerio pineolc’ntis-Pinetunz canuriensis Esteve 1969 jBol. Sor. lEy. U/st. No!. 67: 90. 19691
nom. dat. —art. 37—; Lavanda/o minutolii-Echuqwn onosrn;fclii Esleve 1969 1 op. nl.: 98. 19691 ¡<cnt.

Asociación grancanaria de amplio espectro bioclimático, que ocupa grandes


extensiones sobre territorios sálicos,, fonolitas o traquifonolitas, de los pisos ter-
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momediterráneo pluviestacional semiárido superior, seco y subhúmedo inferior.


Ocupa adetuás sobre cualquier sustrato los territorios mesomediterráneo pluvies-
tacional secos.
Los aspectos nomenclaturales de esta asociación y ciertos aspectos fitosocio-
lógicos han sido recientemente tratados por RIVAS-MARTÍNEZ & al. (1 993b: 230) y
PÉREZ DE PAZ & aL (1993: 513-517). En este último artículo se estudian las dos
unícas subasociaciones definidas hasta ahora: typicum, representativa de la mayor
parte del pinar grancanario y caracterizada por una alta termicidad y un ombroi:ipo
seco; y cricetosuto arhoreae Pérez & al. 1993, donde se incluyen los pinares sub-
húmedos de la vertiente N de Tamadaba.
En este trabajo se propone otra subasociación, Pinetuin canartensís subas.
¡uniperetosum catutriensis nava, que caracteriza a los pinares más termófilos.
situados en zonas con ombrotipo semiáido superior, y con participación de espe-
cies xerofíticas pertenecientes a distintos órdenes de Kleinio-Euphorbietea.
La composición florística de esta asociación, junto a las tres subasociaciones
que la integran, queda reflejada en las Tablas 1-3.

subass. typicum
Se trata de la subasociación más común y típica de los pinares grancanarios
(Tabla 1: Hg. 1). Son bosques abiertos, muy pobres florísticamente, con escaso soto-
bosque y muy alterados por la acción humana. En los reductos mejor conservados,
participan únicamente el pino canario (Pinas canariensis), el escobón del Sur gran-
canario (Chamnaecvtisus pmliférus subsp. meridionalis) y el jarón (Cistus svtnphyti—
fólius). Otras especies que pueden sumarse a este pobre cortejo son el codeso (Ade-
nocarpus folio/aras var. folio/osas), la magarza (Argyrandzemum aduuctum subsp.
c.anar¡ense). los corazoncillos (Lotus holosericeus y Lotus spartio¡des) y, mucho
más localizado, el poleo de monte (Bvsrropogon origanifolius var. Cdfldriae).
El carácter abierto y alterado de estos pinares ha conducido a una pérdida de
suelo, lo que favorece la presencia de especies características de Cis/o-Mic¡vine-
ríetalia. sobre todo Mícroineria benthamii, Micromeria la¡wía y Cistus monspe-
liensís. La presencia de esta última es general en todo el pinar insular, y no tipili-
ca, como en otras islas, el límite inferior del bosque. Esta cuestión se explica por el
carácter térmico de todo el pinar grancanario. La accidentada topografía del telTí-
torío. con pendientes superiores a 450 y disminución acusada de la profundidad del
suelo, favorece la presencia de especies COffi() Sonchus acaulis, Bahcockia pb/y-
lepis y Descurainia preaux¡ana, características de Greenovio-Aeonieíea Si la
pendiente aún es mayor, pueden aparecer especies rupicolas más exigentes perte-
necientes a los géneros Aeonium y Greenovia. y pasarse al dominio de estas
comunidades de Greenovio-Aeonietea. En estos paredones el pino actúa ctmo
un mero casmófito de estas comunidades permanentes de roca.
En esta subasociación, con cierta frecuencia se pueden distinguir dos facies
características de sendos microclimas:
03 bromo 19: 99-117/998)
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facies de Cbaniaecytisus proliferus subsp. meridionalis


En situaciones de elevada humedad ambiental y sobre suelos profundos, el
escobón muchas veces adquiere dominancia en el sotobosque del pinar, configu-
rándose un sotobosque densísimo, con alturas de hasta 8 m, entre el que se presen-
tan de forma aislada algunos pinos (Tabla 1, invs. 1-3). Aquí, junto al escobón, son
frecuentes otras especies, más raras en el resto del pinar: Bystropogon crígan~blius
var. canariae, Argvranthe¡num adauctuni ssp. canariensis, e incluso Sideritis dasig-
naphala. Por el contrario es rara Cistus svrnphytifolius, una de las especies más
comunes del pinar. Las características de esta facies son, en resumen, las siguientes:
a) cobertura elevada del escobón, con índices entre 4 y 5.
h) escasa presencia del pino, con índices de cobertura en general por debajo
de 3, y del jarón, a pesar de no ser un bosque alterado por el hombre.
c) mayor frecuencia de ciertas especies arbustivas
4) microclima húmedo y suelo profundo.
La existencia de esta facies parece estar relacionada con el microclima y la den-
sidad del sotobosque. Mientras el escobón cubre por completo el suelo es muy difícil
la regeneración natural de los pinos. A su vez la elevada humedad microclimática del
lugar limita el buen desarrollo de estos. Es común que estas facies se sitúen al abrigo
de paredones rocosos de elevadas dimensiones. Estos, a la vez que dan sombra y redu-
cen la insolación sobre la vegetación, propician la creación de pequeños estanca-
mIentos de aire húmedo, lo cual favorece el establecimiento de esta facies.
Este escobonal fisionómico muy característico podría interpretarse corno una
primera etapa de degradación de los pinares naturales con entidad de asocíacíon.
Así lo consideramos, de forma provisional, para Tenerife (DEL ARCO & aL 1992:
91). Sin embargo dado el carácter de bosque abierto del pinar, en el cual participan,
aunque dispersos, especies del escobonal, no pareció oportuno individualizar a éste
como asociación, por un matiz que afecta más a aspectos cuantitativos qtíe cuali-
tativos (RIVAS-MARTÍNEZ & aL 1993: 230).

facies de Adenocarpus foliolosus var. villosus


Esta facies es dominante en degolladas, pasos entre dos montañas, en las que el
aire circula a mayor velocidad por efecto de la compresión. El tránsito permanen-
te de aire húmedo hace que estos lugares posean un microclima peculiar, más
húmedo y fresco que el resto del territorio. Florísticamente se caracteriza exclusi-
vamente por la presencia del codeso, Adenocarpusfoliolosus var. villosus, aunque
pueden encontrarse ocasionalmente otras especies, como Asphodeíus cestivus,
típicas de pinares húmedos. (Tabla 1, invs. 4-8).
Es característico de esta facies:
a) presencia de Adenocarpus /6/iclosus van vilbosus, con índice de abun-
dancia entre 2 y 3.
Lco roo 19: 99-1/7(1998) 104
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h) microclima húmedo.
c) disposición geográfica peculiar, en degolladas o pasos entre montañas.
La presencia del codeso en estas localidades evoca una situación higrófila
similar a la de sus táxones homólogos en Tenerife y La Palma, que se comportan
como indicadores de antiguas zonas de pinar mixtas con brezo.

ericetosum arboreae PL. Pérez de Paz & al. 1993


1 Ifl,u’ ¡Y, ixeobolon leo 7: 5 161
Ho/of vpu.v: Op. cii. :5 1 6, mb. 2, inY. 4.
MIcron, (¡-ir> pío co/en ti»— Pineturo conar,ensrr Estove i 969 {Bol. Sor. [isp. U/st. NoÉ. 67: 90. J. 9691
‘<orn. ¿lub. —amI. 37—>

Se trata del pinar bajo ombroclima subhúmedo (Fig. 1). Es el más rico, en tér-
minos florísticos, dado que participan algunas plantas del monteverde.
Son diferenciales de la subasociación Microineria pineo/ens, endemismo local,
y Eríca arhoreo, aunque habitualmente aparecen en su seno otras especies como
Phiílvrea angustif6lia. I—tgpericuín canariensis, Hvpericuni graudifrlium y Pteri—
dium aquilinuin (Tabla 2). Todas son bioindicadores de la elevada humedad edáfica
ambiental existente en esta zona, que se refuerza con el alto grado de epifitismo
liqmíénico y briofítico sobre los troncos y copas de los pinos, que pone de mani-
fiesto el carácter más oceánico de estos pinares.
Para esta localidad ESTEVE CHuECA (1969) describió la asociación Micmíner¿o
pineolcntis—Pineíumn cnlnariensís, comunidad ecotónica, y confusa por estar basada
en una complicada tabla sintética (PÉREZ DE PAZ & aL 1993: 517), para la que pro-
ponemos se aplique el artículo 37 del Código de Nomenclatura Fitosociológica.
Dicho lo anterior, hay que señalar la importancia teórica de deslindar los pina-
res húmedos incluidos en la subasociación eí-icetosum orbereae, de la presencia de
pinos en otras series de vegetación, en concreto en cl seno del monteverde que
existe en las umbrías y zonas más húmedas de Tamadaba. Para ello debemos
píestar atención a la procedencia del contingente florístico. Dentro del montever—
de xérico ( Visneo-A rbutetum canariensis Rivas-Martínez & al. 1993) caracteriza-
do por madroños (Arbutus canariensis). mocanes ( Visnea mocanera). y otros ele-
mentos arbóreos, es muy frecuente encontrar pinos. Esto es más común en Tuina-
daba, donde la formación vegetal se asienta sobre rocas ácidas. La existencia de
Mu-romería pineolens, Cistu.s symph.vtifoííus y (ihamaecvtisus pm4fera.s va a ser
mas importante que el propio pino para separar estas dos formaciones de pinar
húmedo y monteveide con piíios, que habitualmente se confunden (Tabla 4).

juniperetosum canariensis subass. nava


Holoivpi u: Tabla 3. mv. 3.

Subasociación que incluye los pinares con ombrotipo semiárido superior, es


decir, con precipitaciones entre 300 y 400 mm anuales (Hg. 1). Constituyen el irán-
05 Lozoroa IV: 99-117<1998)
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sito entre el pinar (Pinerum canariensis) y el bosque termótilo de sabinar perte-


neciente a la alianza Mayteno-Juniperion canariensís (Kleínio-Euphorbíetea cuna-
riensís). Este límite inferior del pinar grancanario por las vertientes meridionales se
muestra quizá más degradado que el resto de las comunidades del pinar, por lo que
es muy difícil encontrar estaciones puras donde se presenten pinares y sabinares en
un buen estado de conservación. De las dos formaciones, son los sabinares los más
degradados, siendo los elementos más frecuentes los mejor adaptados a la vida
rupicola. Aún así es posible interpretar la existencia de una franja casi continua que
bordea al pinar por su zona inferior, entre 700 y 900 nt y que es perfectamente
recoíiocible por la presencia de especies como Juníperus turbí nata subsp. cuna-
n-ensis’, Bupleurum salicífh/iumn subsp. acíphyllwn, Asparagus plocamoides. Con—
valva/as perraudíerí, Ceropegia fusca, K/cinia nerííjk/ía, Paro/inia ornato y Kick-
xia scoparia, siendo más raras O/ea curopaca subsp. cerasijtn—mis y Pistucia
za/antica, relegadas ambas a roquedos inaccesibles
La denominación de la subasociación atiende a la idea ya apuntada de que esta
formación seda en su origen un pinar abierto con sabinas. En la actualidad, y dada la
sobreexplotación forestal, Juniperas turbínata subsp. canariensis, es un taxon muy
raro en toda la Isla. Por ello, lo que hoy en general visualizamos de esta formación es
el ecotono entre el pinar y el matorral de degradación del primitivo sabinaí.
Las especies diferenciales de la subasociación son de Kleinio-Euphorbíetea
(Tabla 4). Mientras que Kleinía nerlífolia es característica de clase, el resto de
táxones mencionados se consideran pertenecientes a dos alianzas distintas. Juni-
peras turbinata subsp. canariensis, O/ea caropara subsp. cerasifkrrnis, Pisíacia
atíantica, Buplearurn sa/icifoliuni subsp. acíph y//am y Asparagas plocanmides
son características de Masteno-Janiperion; Ceropegia fusca, Kickxia scopa ría y
probablemente Paro/mía ornata It) 50fl de Aeonío-Euphorhion. Aún así, la pre-
sencia de todas estas especies, con requerimientos ecológicos termófilos, signifi-
ca la evidencia del carácter más térmico y xérico de esta subasociación frente al
resto del pinar.
Las características de la subasociación se pueden resumir como:
a) Presencia de elementos xerotérmicos de la clase Kleínio-Euphorbietea,
principalmente de Mavteno-Juniperion canariensís, aunque es también impoitan-
te la presencia de Ceropegiafúsca.
b) Presencia en zonas termomediterráneas de ombrotipo semiárido supe-
rIor.
Para esta subasociación valen también las consideraciones que hicimos pal-a
separar la subasocíacion ericetosuin arhoreae, de la mera presencia de pinos en el
seno del monteverde. En las vertientes meridionales de Gran Canaria el pino
puede descender hasta los 300 ¡asín., integrándose entre la vegetación del cardo-
nal-tabaibal y dando lugar a la presencia de pinos (que no Pínetum canaríensis) en
otras series de vegetación.
tozaron 19: 99-117 (1998) 106
Salas Pascual M. & al. Contribución al estudio fitosociológico del pinar grancanario

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109 Le: (‘roo /9 99 1/7(1995)


Salas PascuaL M. & al. Contribución al estudio fitosociológico del pinar grancanario

Tabla 2

Pirís-ru,ee e:,íííuri<’ísís sobas. ereej-lostuse urhorí-oe


((iiyto—Piníon canorirnsis, (.v<iso—Píoetolia e:onorli-nsís, Cvtiso~Píncliea canoríc¡ísie)

N de referencia 129 131 135 136 48 49 6P 7!’


Allilud (Dm) 116 114 119 116 115 11<> 120 116
Orienlacióíí NO N NO SE N N SE NO
Iííel Ilación (gradue:) 20 lO 3<> 40 5 10 311 45
áreas (le-lO nV> <00 0(3 100 lOO 10<) <00 44> 40
Cobertura (5) 50 2<> 7<> 60 85 8<> 50 70
Ndmerodeespecies 9 6 7 7 7 2 9 8
Númerodeorden 2 3 4 5 6 7 8

1
Características de asociación y unidades superiores

Pm,,» canoríúnv,s 5 4 4 5 5 4 4
Pío el> cutía rO-nsj» l,pl-) 11 - 2 2

-
cHus Iúucoplíy-Uus 5 5 4 4 2 4 3
1

(lVí,,,nocc wisus ,ocridiono/is 2 1 1


-

-
1~oa¿,> eporñoides 2 - 1
-

-
Bvs<ropogon canorior - 1 2

-
Difrrenciales de subasocíacion

Ericce orbo,ea 3 2 2 2 2 3 + 3
Micronserio píneolén»- 1 2 - 2 1 2
-

-
Pteridium aqííilitsuní 7 1 2 -
-

Phíllvrea ongusli/íelíu 3 2 3 -
-

-
Hsepsrícííní íanar,s-nsl.í + +

Ijvpri <-uní grondifoliíí,o -

Compañeras de Cisto-Mieromerion

Míc-<umcria iee,íñíaníii + 1 1 +
-

(is<u.t níonspeliensís

Otra> companeras

AspRodelus oes//rus 3 + 2 + 1 2
-

Además. Ranunculus co;-títsífoliu.e + en 4; Pío,,» pinto 1 en 7.

Localidades y fecha de los inventarios-- 1: Tausadaba, bajo la casa forestal. 15-VIl- 1993- ‘ Presas de Tamadaba. 16-
VII- 1993; 3: Cueva del Zapalero, Tamadaba, 16-VIl- ¡993:4: Degollada de la Laja, Tamadaba, 16-VII- 19<fl: 5 y 6:
Lomo Caraballo, Tamadaha, 29-VIll-1990; 7: Cruz dc Tirma, 25-y- 1992:8: Riscos sobre cl Bananco Oscíírts. Taíne.-
daba, 25-V-1992.

Lazo loo 19: 99- ¡17<1998> líO


Salas Pascual, 44. & al. Contribución al estudio titosociológico del pinar grancanario

Tabla 3
Pmnc-¡nnc conaricosis sísbaecec. junipcncíosec.n ,a,eoriensis •sulxjss. noei,
(f1i»<o-Pinioo c-ouoe:íú,íe-is, cvii.> <e- Pinclolio co,íoe:ien»ia, C.vti»o-Pinctco ccluoe:íclt.SiS)

Ndrnerís dc refcícrícia 45 [(>7 8<> 43 71> SP VP OP IP


Alíir.ud mDtr>¡ 95 115 >0 90 89 9< 94 SS 1)2
Orieestack)n s so so NO 5 80 0 SE 5
Iíscliíeaceon vealcss; 13<> 3<> 6<> 40 2>> 5 60 3<) 2<>
Area le-It> ml 1<»> IGl> 100 <lIC> 40 4>> 4<> 4<> 4<>
Cesbeeiteí-a >6%> 3<> 4<> 5<> 6<> 4<> 3<1 2>> 45 10
Ntíneeos ík- especies 6 13 1<1 II> 15 14 2<> lO ¡4
Núííscíce dc csetts 1 2 3 4 5 6 7 5 9

Caí-actcrís< it os de: <sud ce iíiíe y unidades superior>


í~ueu.> eo¡ecellcíl>íc 2 3 3 3 3 •2 2 3 2
/‘/,eeíí cc.e¡ec’,ee e/eec (pl > 1 2 1 > 1 1
-

Cluíííííeúí ¡ecu, ¡¡e, n¿Ieonali.s 1 •2 2 2 + 2 1


(1í.sm, .cvneplzc I4ríIeeí e - 3 + - 2 -

-
LS<jícese aí-, de: síebosese. eac mí»
(í’eeep¿epcí (lele ce 2 - + - 1 1
.AI,’iííiíe <¡ce ce/ole-e - - 1 2 -
-

-.

-
/U¡iíJl(rtí.secfleelre( ¡e//s - 1 -
-

1-.

-
I3eíplíeíre¡e¡eeece¡ílec//ence 1 1 - -
.

-.
/4ececheíc,lee/niel,e -
-

Xi, ke&í, .c <lepo,


1 ncc/níoec//’c
A.eiecetceei//e p
(>(lei ci ¡ci e/¡cce/t/e e -

I, ci c/eííe íí//íe¡elec
tieneeec¡<efluí> íh/ecee¡í¡ie e e
-

<eeíuíseefue: reS tic ( e cío Meírccííec’ líe/ii

iee ¡ese» 3 1 2 3 5 1 2 4
1

Iseípíecec lelee le- pl -gil/ile’ 2 2 + 3 1 2 2 3


-

Lcceec¡íeíe¡lee ¡¡cí¡ííciolee 2 - 3 1 1 2 3
-

/Sc-/íiíe,e:c sí ecence/o/ícníe 2 2 +
-

YI/c/Yc/¡ce ¡ cre /ee’ll¡/lcoiele 2 2 1 - - +


it-Iieieeliec,lcJ <¡eec eeíiiílí> - 1 1
-

1-.

(.eer//letííce,ec It Ci ¡cele - 1 -
.-

4-líe ,ye¡ueí¡ eec >ceeííecce 1


-

<3irecs ceííeípaíec 15
e

:<.cíe/eíalc-lcíe cee ¡/eí cíe — 2 1 1


-•

/)c,e,íac/¿ .ee /o/oicí¡íe + 1 - +


.

Seeíeí-Ieeeccec cíe,/ee 1 1
.

Aii.siiclee ccc/sceeíeeíí¡íes 1 1
-

/)e’.eívíeyeíííecc ¡sic íeeí’ecííuc - - 2 +


1-

íIv¡sire/íe oece leic (ce


1.-

Accííiil¡¡ec pe ccce¡ííc 11111 + + 1 -


-

Plicel,e¡ecelceie /eeel¡eeílceee e-lis +


1-

..Scc/e-íee c-cíceoeeeíeece - < -


-

Ac-oíeie eje-e serle lee + -


.

cXclc <seis. Rc¡íeec e /eeíecrrlec cíe 2: fl~cí,e:rír.-u,n ec-flc’e:ííin y Píc—,íce¡íilí<spi’nc.Ie¡Io + cíe 3: Pc-mee,.> cene/gc/ci/ííííí.e: 1 ci> 4: 4//a —
1

sece¡ecrmsíí¡ cli, leusioíne¡-e + -4 íoloniletí’c pinoceieíc. lichiun, cíe’c.oiaííc-í y PerIcia licekíi 1, Mice:,,íríieiel líe’/ioííihíe:nífr’lío 2 en
Cí: laeaeae:-e e coborc-e-c-c,e e: + - ¡Sim ce: lila <-apile/la sc¡bsp. ca¡caíie:’cí.v¡s 1 cte 7: Vi> ¡a /ilic’iu/le.í 2 crí 8.

Lceceí lie:Iadt s le. cha dc los ¡ esventarios: 1: Los Quemados. Ojeda, 22--VIII— [99<>:2: tiegesllada de Manzanilla. San Bar-
ie:sksne, 1<> IV 199’ 4e»dcncs <le llísarte. 12—VIII— 1991. hol,eívpu» »e,haaa; 4: Encoee de> Cesreiie:e de 1 nagua, 121 —VIII—
¡99>>: 5 6 I>í íí dc 1 eiag LI-e 2’- y 1 992; 7: Mesulcíñee Alta—Mísíetaña del Rey, San Bartcslcííe>»i - 26V— 1 992: 8: lis>eisa—
b;ííve ‘e- 23 V 1 992 ‘> Moesíaña de las Monjcís. 1 nagua, 22 -V- <992.
¡

III Lce:oroo 19: 99-II? (/998)


Salas Pascual, 44. & al. Contribución al estudio fitosociológico del pinar grancanario

Tabla 4
Tabla eintélica de la asociación Pinceiurn c:orníríí’nsís
Número de inventarios 21 8 9
Número medio de especies 7 7 13
Número de orden 2 3

1
Caractee-iseicas de aeociaci(síe> y uíiidadee superiores
Picícrs cceceoric-eesis y y y
C/cocrioc:c-s¡iau» ,ní-ridioceoí,» V II V
Cía/ii» »ernp/l vr/f6//i,» III II

-
C/e/o» /e’erc<cp/ev//eí» 1 V —
Bvvropcsgo¡i COnoricii? ¡ II
Lote/e apareO//ile» iT

-
Arg’yronrleí-¡num c-ono<íc’¡ie:i- II

-
líe/cia >írc/cc»i <mr -~—~~» u

-
Difercíie iales de la suhascsc iación ieícc/r>toni o¡óisrc-ai,

Eriecr íícbeere’o V
M/cce:errei’ri</ j//¡ei¡ií/r,is IV

-
Piec/d/e,cci oqo/Iinucre III
Phil<ycúci ocege.-scicfefl/o II
Hv¡írri<iííei c<eciir<íín-si-í - II
Hypíeríc:unc gecrncl//ií/iie¡o ¡

-
Difereíeciales de lee aííbaececiación jeoi/pc’<oi/»lÚri co,io<cc’/is/s

klee/fío nczriei/ie//ce 1 III

-
K/cke:iee srcí¡ciírice r

-
censpcgerí fuer o - 1<1
-
Jiiniprcriie e onoíríne:cl II
-

huip/circc,cn oc ¡p/es 1/uro II


-

Píe ro//ii/ii i/i <lo/ir


-

()Ií’a cc’rcceiJ</rflhee
-

Pistacio o<¡oíerec re -
-

C</nc’o/í’ielem e ¡/i rroeídeíu 1


-

.4 e-pi/rogeee plor ííc¡eeeec/í e -


-

Cesmpañ
Ae¡/li<ec/cloe oesrre:iie III IV III
(Ji/cia /íiic¡ísj/t/í<cíe/e ¡II l
Mje-rooee cerche íeehrí¡cíee III IV III
Leípleoriuío ccgce ¡uboí III —

L,iee’cc,ídeelo ,ee/einei¡o/re í iv
Ecli/ence <¡¡ír/ i¡lic4/Iiiíííl 1 III
-

Micre:ecrer rli/ Lino/ir +


-

ctf/c-ris¡¡íi reo ¡leí ¡cilio/e e r - ¡¡


Mce:c»/ccir <iii /eí /eocec/i< fliif<//iii e - 1
Piecseresc</eice e ocicrí eche/e <
-

Siícecíeete: crí oír/e e II II


-

Dipcccecí/ irccrteeeoní ¡ III


-

Aria/ida oetscccesiceceía r II
Ac-ceceírccce »lceeei/ 1 1!
Atolrecielie,e: el/ciccotíes e
Pliogecoíc¡cí /ilerpurii.ccccia r ¡

Además: Ande-yo/o piníeoeifido, Aspo//Ieíeeco bííeíneí,íosuin, Bohíkccklo pIal> Ir píe D< ~t i/rcccce/ic prcr/reoaccc/. 1)i/¡<íe:lii<e í’ía—
coso, Lícphrse:Ie/i/cc pum//a. Ore/el» poei-na so bep. c-onaríí-eis-/s, Pleogceoíon are ro/etc Vicio cirríírssíí r, 1%/ini- cei/e-rophs-—
I/o y P//ii/a p/<ieie •. Ar/íoíoc-orpeia j///i¡c/oseia var- t-///e/aoa II en 1 Rieoo,icii/ti e < ísrííeeeje//iei.i 1 co 2; A//oi/c/prrppieí c//c:/iic-
tomos Eí-híu,ei r/icco/scíe/, Fc-rulo 1/erA-ii, Hspi-rií:uevi rifk-íucei Lcnanoicí orborc iii cíe:. Pca’<eieeí/hr’» ¡ocíduilcr, Reccni’x
leusrerio y Viejojilijes//ol, Aíeecíieccci ¡sreccíroí:ocíe, Cíic/heíí r-ceceíírle-íe»i», De »eeerriiseio ¡sree»osct»cio, HN¡eorr>ieíe¡ic le/rice y Sri!—
vio r:o,lori ifa/a II crí 3.
Picicederecia de los inventarie,s: 1~ 1: 2. Tabla 2: 3. Tabla 3.

Losan/o /9: 99-117(1998) 12


Salas PascuaL M. & al. Contribución al estudio fitosociológico del pinar grancenarco

2. El matorral serial

El complejo grupo de matorrales que sustituyen al pinar ha sufrido parecidos


avatares nomenclaturales a los de la etapa madura. Un error bastante extendido
entre los primeros estudios fitosociológicos fue el incluir como comunidades
pertenecientes a la misma clase a las etapas madura y sustitutivas de una misma
serie de vegetación. Esto, añadido a la idea de la existencia de un pinar potencial
en las cumbres grancanarias, hizo extender el concepto de Cvíiso-Pínetea (Cha-
tflhltN-Vtíso-PítICtea nonz. mut. propos. RODRÍCUEZ & a/., 1998) a los escobonales.
jarales, codesares, retamares, tomillares, etc. Así SUNDINcJ (1972) y ESTEVE Cnun-
CA (1969), al analizar la vegetación de Gran Canaria, consideran al ínatorral
cumbreño, escobonales, codesares y retamares, incluidos en Cxeliso.Pinetea. El
papel del matorral según estos dos autores es el siguiente:
SuNDINC (1972) incluye en su alianza Cislo-Pinion canariensís a «Cislus
monspeliensís-Euphorbia obtusit6/ía van regís-¡ubae Community», cuyo nombre
es inválido (Artículo 1k. C.N.EJ. Esta comunidad, según el autor. sustituye al
pinar en las zonas de escasa elevación, mientras que en las cumbres esta función la
realizan los escobonales, codesares y retamares, que incluye en la alianza Cvtisíon
canariensís, hoy asimilada a Telino-Adenocaí-píon. Sunding parte de la idea de que
las cumbí-es centrales de Gíaíí Canaria, a partir de los 900 m., estarían potencial-
mente tapizadas de pinos, por lo que estas formaciones serían etapas seriales del
p>nar. Con los datos bioclimáticos y tioristicos que hoy se poseen, podemos ase-
gurar que estas cumbres en su vertiente septentrional estarían pobladas por for-
macIones incluibles en la clase Pruno-Laurelea.
ESTiZVE CIILKA (¡969) propone la existencia de dos alianzas para agrupar
estos matorrales: Aden>círpo.Cxrísíon pmhfrrí. que define corno orIa natural de
contacto entre el pinar y el fayal-brezal (Esruvr. Cutíl-cA, O~. <it.: 87); y Micív-
íneno-Cvtísío¡¡ co’-¿gesí¡. ideada como grupo de coínuííidades seriales qtíe forman
la degradación del óptimo de la clase Cvtiso-Pinetea (ESTEVE CIJIIECA, 0/9. <-it.: 96).
La primera es asimilable a Cvtísíon canariensis de Sunding, por tanto integrada
hoy en ltlíno—Aulenoú-a¡-píon, por lo que queda fuera del ámbito de los pinares. La
segunda abarca tín complejo grupo de comunidades que, tal como está definida,
incluye los retamares dc cumbre y los juagarzales seriales.
Los problemas nomenclaturales de todos estos sintáxones ya han sido resríe=ltos
satisfactoriamente (RIVAS-MARTÍNEZ & al. 1 993b: 221 y 228-229; y PÉREZ DE PAZ &
al. 1993). De Ibrína íesumida podemos decir que las comunidades dadas por Esteve
Chueca en 1969 están apoyadas sobre tablas sintéticas muy complejas, de difícil
interpí-etacion [noinen dubiurn (arts. 37 y 38)1 o fueron propuestas coiiio provisio-
nales inválidas según el Articulo 3b]. Por su parte la alianza propuesta por Sunding
¡

íesulta también inválida Lártículo 3~1 por considerar que Cytísus (Te/me) -anarien-
sis no se cita ni directa ni indirectamente en la diagnosis onginal. Si el epíteto ¿sena-
ríeí¿s¡s hace referencia al ámbito geogiáfico, el nombre es ilegítimo [Artículo 34[.
13 Le/cee cecee 19: 99-117 5/99/>
Salas Pascual, M. & al. Contribución al estudio titosociológico del pinar grancanario

Lo anterior, invita a la necesidad de estudiar y reubicar fitosociológicamente


estos matorrales, partiendo de los nuevos conceptos y alianzas definidas en los últi-
mos años (PÉREZ DE PAZ & al? 1991; RODRÍGUEZ DELGADO & aL 199 Ib; RIVAS-
MARTÍNEZ & aL 1993b).
Entre esas comunidades es preponderante la asociación Euphorbío obtusifo-
líae-Cistetum monspelíensis Esteve ass. í¡ov., etapa serial del pinar grancanario y
fundamentalmente de otros tipos de vegetación: sabinares y monte verde seco. Se
ubica en Cisto-Micromerion, alianza que adquiere especial protagonismo en los
pinares de la Isla, debido al carácter termófilo de buena parte de ellos.

Euphorbio regis-jubae-Cistctum monspeliensis Esteve ass. nova


HoIoPepue TablaS, mv. II.
(Fupleorbeo obttísifolio-Cislelucn cnocíspelicnsis Esíeve 965 lBol, Soc. [isp. U/sl, Nol- 67: ~~1
¡-tone. dub. -art. 3b-; Cistus cnonspehensis-tupborbic¿ csbliesi4,lio var, ragis-jubar Con,niuni<y Sunding
1972 ISA-,: VidenstAtad. Oria! Malen, -No/upe: KL NS, 29: 1271 ¡crin- ineecíL -art. 3c->.

Asociación caracterizada por caméfitos y nanofanerófitos, algunos crasicaules,


de escasa talla (Euphorhia regís-jubae. Kleinía neri~6lía) (Tabla 5). Típicamente
se observa sobre suelos decapitados y pedregosos, donde apenas existe una peque-
ña capa de tierra que cubre de forma intermitente la roca madre. Son matorrales
abiertos, cuya cobertura máxima no supera el 75%, y en cuya composición florís-
tica destacan los elementos más térmicos de la alianza: Echíum onosniifrlíurn,
Lúvandula minuto/ii. Mícromeria varía subsp. merídíalis. y sobre todo la abun-
dante presencia de Cistus ínonspeliensis y Euphorbia regis-juhae. Como diferen-
ciales, y apuntando cierta antropización, actúan también Salvia canariensís y
Ononis angustíssi,na. Estas últimas especies muestran una de las tendencias diná-
mícas más generalizadas de este tipo de matorrales, la nitrificación por pastoreo, y
el paso a comunidades de Pegano-Sa/soletea, afines a Artemisio thuscu/ae-Rumni-
cion /unaríae.
Nuestra concepción es muy próxima a las de Sunding y Esteve Chueca cuan-
do enunciaron «Cistus ínonspelíensís-Euphorbia obtusifo/ia var. regis-jubae Com-
munity» y «Euphorbio obtusifoliae-Cistetun¡ monspeliensis», respectivamente.
Sintaxonómicamente, ambas están inválidamente publicadas. No obstante resca-
tamos y validamos el nombre pionero de Esteve por pertenecerle conceptualmen-
te y considerarlo acertado, pero se coflige el nombre de la asociación, pues de
acuerdo con MOLERO & RoVIRA (1998) el taxon referido como Euphorbia obtusi-
ffi/ia para Gran Canaria corresponde a Euphorhia regís-jubae Webb & Berthel.
Tal como la concebimos, funciona como etapa serial de las series de los
pinares y sabinares grancanarios. También es muy posible su participación en la
seríe del monteverde xérico ( Vísneo-Arbuto canariensís sígmentum), aunque en
este caso la diversidad tioristica suele ser mayor Inicialmente y a falta de un
estudio global cabe circunscribir su areal al piso termomediterráneo xérico
semiárido-seco.
Lcízaroa /9: 99-117(1998> 114
Sala.s Pascual, 44. & al. Contribución al estudio titosociológico del pinar grancanario

Tabla 5
tiu
1,horb/o c-eg/e-jobac- Ci»/e’ocece neooepel/c-nsís Lucre cias- 4,01:
1ttst’e-Mic-ro.ecccno,i ¡e seopi/bIiai’. CisIa-Mic¡recnc’rií/alia /es-:ísop¿he/lar, KIeinio—Eccp/eorl,iitea cc/e cliii-nlÁe)

Numeres dc referencia 122 127 <38 ISP GP 20P 21P ¡40 141 142 143 144 121 53 12P
Altitud <Dm> ¡04 119 104 lOS 106 87 95 98 lOS 90 95 85 líO 95 15
Exposición E E (7 8 5 S ESES N SSE N SONE
Ií»cliteaciói» grados> lO 4<> 20 5 5 5 10 >5 3<> 65 2<> 4>3 4<> 3» 3f>
área 1=11> mfl loo >00 10<> 4>> 40 40 40 08> 10<> 50 10<> lOO 5<> 1<1<> 40
Coberliera >5) 2 2<> 50 7<>
Ndn»crtedcespccies 6 1<> 5 1>) 3 12 1<> >3 II 14 12 II 1<> 1<> 9
Níleoerodeesrden 1 2 3 4 5 6 7 8 9 LO II 12 ¡3 14 15

Careíc Icriectecees de ascscíac ión y cínidades etipericeres

Cíe-iees cíe i.9eÚ/ii’cee/e 4 2 4 ¡ ¡ 3 4 35 3 4 4 4 3 3


Lcípííeeíb/cc /e’t/s-¡u/cc/e ¡ 3 3 3 2 3 4 2 3 4 3 2 ¡ 2
-

Míireecceirícc bí-eitlíeecueíi 4 ¡ 1 ¡ < - 1 ¡ -2


-

-
M/e-rieceii-riee /cícecííce ¡ - + 1 + + 2

-
Sc/le-íd c-cíeecíceyceses 2 - 2 +

-
Eclc¿círn icícoizrcc/i/ol//cío > 2 ¡

-
Kb/ce/ce cecreí/ee/cee 1 2 1 + 1

-
I)iseeccciíceice ~ioccii ti/SaO 4- -- + + ¡
1

-
Lcie-cecícuiiuce ecl/ceo/cc/ce - ¡ 1 +

-
Mu Yi-efllcflc’/ ¡iii ¡ ¡dio/e’ ¡ 1 1 +

-
A ecílocitleecs pee/ceca/es < + ¡
¡

-
Ccerl/ceci ¡--cecíce> liedes + +
<“me/ce ciee/ie>í¡-e -- ¡ 1
O/li/eleS un/li >clíí iecic/ 1
- ¡

-
Ec-/e/eecce e/ii ceeccee e +
Piiieccevcleíceececíc ereí ce íes +

-
(esinpañcrí- de ( es/e) I’eeeccere

(leceeeieeiis-¡-eeecs cecí ceí/ceecícelix 1 1 - 2 2 2


-

-
Poccie- ,caiar// te <el 1 1
-

(¡e/eta sececeplee tefíeleeií


(iscíce- Iría cdc/es //eíe 2 -
-

olías cesus!’. oc <a s

Tel/eec’ ue/ccop/es I/ce ¡ < ¡ -- + + ¡ 2 1


Asphice/elees cecrc/ieec» ¡ 2 ¡ —
<-

-
flvpcec--here/ie le/rl ci - - 1 + -
-

A <¡-cee/cern peri-ce <oceccee + 1 1 2


-

Accs/cc/ci oe/sci’cieccoceíe 1 < -- - +


1

/‘/ceegiic lesee Seercet//c- --- + +


1

/-¡eolce /í¡eL-// * 1
Ii>íísi-iec/í sí-oec/niieee +
-

P/íe/ci//ie’ceece luccccíe/e’ac “ces + - +


-

¡Xi/nc-/e/ce e/Medre e ¡
Aeec/es’cc/ce p¡e<eei¡~e/o + +
(lsreorci terree eec/ni/e ¡ ¡
Arle más.— O celc eec/o ¡ci e/cecees/a Y S,-c/ii,ee cobc y/e + Brieceiec se,eoc/eclcecisís ¡ en 2 ¡ ho/ore e c cec-c-eí/i-e-c-í- tea y 5/Mecí- e’olgeo-
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1 escalidades ce: Le de luís inseneeeriesc--- 1 y ¡ 1 rí Penar Aíaenara. ¡ 5-VIl 199< ‘- Moní-eña de las Brujas, ¡5-VII-
¡993: 3: Cro, de: Autesee 16-VIl- 1993; 4 y 5 ¡ Leíste> de Santidad. 23-y- ¡992 6v? Cortijis dc ¡nagua, 22-y- ¡993:
8: Presa de: <es Nino ‘ IV— 99<>: 9: Ls> Que: incidí»> Ojud -e — IV ¡99<> 10 C <cincíso de lees Roncí-res, Tamaríceba.
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2-1 X - ¡ 99 ¡ Ceeeai del Pino. Tacírte. -25 -½- ¡992. /iolce/vpeea a»>, :12: Sesbre B eerranu>tí ¡lío Anítrés. 25V— ¡99-2: 14:
1

Cesce beere cía ¡ de 1 esagu:e.2> -7- ¡ 99 : ¡ 5: M esíalafíce de las Mtsnja», 1 nagua- 22— V- 992.
¡

[15 Li/:ccroce 19: 99-/17(1998)


Salas Pascual, M. & al. Contribución al estudio fitosociológico del pinar grancanario

ESQUEMA SINTAXONÓMICO

K¡nNío-EurnoRrnnrEÁ cANARIENSJS (Rivas Goday & Esteve ¡965) Santos ¡976


¿ls/o mnnspeliensis-Micro,nerietalio leye-snpefoliae E Pérez. de¡ Arco & Wildpre< 1991
Cien mnnspelieeesis-Miernmerinn hvscsnpifoliac P. Pérez, del Arco & Wildpret 1991
Fupleorbin regis-jubae-CIvte¡<cm monrpúlienris Esteve ex Salas, del Arco & P. Pérez cias. novo
<Yuso PROLJFER,-PiNiiyEA cAÑAR/E//sn Rivas Goday & Estece ce: Sureding ¡972
Chamaccylíe-n angosti/óíii—Pioeteo cariariensia oncee. cnut. propos-. Rodríguez & al, ¡998
Cvtiso-Pi,eeíolio canariensia Rivas Goday & Esteve ev Sunding 1972
Chanaaee yuso angue-tifá1ii—PI¡icíolio ca,iceriinsis ¡¡<erce, enu/. propos-. Rodríguez & al, ¡ 998
CI.vyn-Pjn/on cronuricoxis Rivas Goday & Esteva mt Sunding 1922
Pineíu,n cauioriensi.r Ceha¡los & OrluiScí rs Sunding ¡972
ívpicum
facies de Chomuc-c-e#iau» prolilerus subsp. n-eeri7dinnoíia
facies dc <4dennc-orpusfolinloa-us var, e’illoseís
erecetnsum orborc,ae E Pérez. Acebes, Del Arco & Salas 993
juceipec-c’to,rocn c-o,eac-ieue-is Salas, dcl Acco & P, Pérez ,ruha,e-,c-, noca

APÉNDICE NOMENCLATURAL

Los táxones mencionados, abreviados o no. et» et rex<o y tablas están en concordancia con las pro-
puestas de PÉREZ ¡YE PAz (¡978), 1-JANSEN & StcNí»Nc (7993). R¡VAS-MARTÍNEZ& aL (1993b)y MOLERO
& RovIRA (1998).
Los sintáxones están =1>coi»cordancia con Rootr/swez & al. <1998).

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