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Ejército, Tabernáculo

y Buena Tierra
Mens. 05: Nehemías: La restauración
de los muros de Jerusalén
Lectura Biblica: Nehemías. 1:2-4; 2:11-13,17-20

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https://youtu.be/pk_inHTwdaw Pedro Dong, transmitida por el
Instituto Vida para Todos,
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24/12/2023. Texto no revisado por
¿Puedo orar por usted? el autor.
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Nehemías 1:1-11; 2 Reyes 24:14


1. Nehemías significa "consuelo de" o "consolado por Dios". El hombre que ha sido
levantado y llamado por Dios para estar al frente de un emprendimiento tan difícil como es
el establecimiento del gobierno de Dios en la tierra, siempre necesitará el consuelo de Dios.
A veces, no comparte su sufrimiento, ni siquiera con su pareja; por lo tanto, necesita
constantemente el consuelo de Dios. Nehemías era hijo de Acalías, sus antepasados fueron
sepultados en Jerusalén. Probablemente pertenecía a la tribu de Judá, él era copero del rey
Artajerjes, cargo de absoluta confianza, en el que degustaba las bebidas y comidas del rey para
evitar envenenamientos. Por ser alguien de estricta confianza, Nehemías tenía influencia en las
decisiones reales de la corte, siendo uno de los principales consejeros del rey.

2. Cuando estaba en el exilio, recibió tristes noticias de su hermano, que había venido a
visitarlo. Nehemías le preguntó acerca de sus compatriotas y de la ciudad de Jerusalén y le dijo que
los judíos que escaparon del exilio se encontraban en gran miseria y desprecio. Las murallas de la
ciudad fueron derribadas y las puertas quemadas. Este fue el motivo de la desolación de
Jerusalén, la ausencia de muros y puertas. El templo ya había sido reconstruido, hace unos 70
años, pero las paredes y las puertas aún no habían sido restauradas. Al oír estas palabras,
Nehemías se sentó y lloró.

3. Tanto en el libro de Esdras como en el de Nehemías, a Dios se le llama el Dios del


cielo. Cuando no existe una función normal de Su pueblo en la tierra, una nación que
represente a Dios, se le titula Dios de los cielos y no de la tierra. Necesitamos traer el reino
de Dios a la tierra, para que Él pueda gobernar. Los pobres de Judea, que quedaron en la tierra,
experimentaron grandes tribulaciones y privaciones. Ante la noticia, Nehemías ayunó y oró al
Señor. Pidió la misericordia de Dios, ya que haría una petición importante al rey: regresar a
Jerusalén para restaurar los muros. Todos aquellos a quienes Dios elige para estar al frente de
Su pueblo generalmente no aspiran a esta posición. Simplemente aman al Señor, a Su pueblo
y a Jerusalén. Mantengamos nuestro corazón puro, amando siempre al Señor y lo que Él
ama.
Nehemías 2:1-8; Éxodo 33:14
4. Después de recibir la noticia, Nehemías se entristeció. El copero siempre debe estar feliz
delante del rey, pero Nehemías no ocultó sus sentimientos. Se arriesgó y se entristeció delante del
rey. El Señor, como el rey, quiere que sus siervos sean siempre felices. La tristeza de Nehemías
tenía un motivo, su pueblo estaba en la miseria y su ciudad estaba abandonada. El rey se dio cuenta
y pronto dijo que su tristeza era del corazón. Nehemías entonces le explicó al rey: Era necesario
restaurar los muros de Jerusalén para que se pudiera restablecer el gobierno allí. La principal
petición de Nehemías era regresar a Judá. El gobierno sólo sería restablecido si también se
restauraban los muros y las puertas de Jerusalén.

5. Nehemías pidió entonces al rey un plazo para realizar su tarea, también pidió cartas para
que los gobernadores más allá del Éufrates, que en realidad eran enemigos de Israel, le liberaran
el paso. Estos gobernadores no querían que Jerusalén fuera reconstruida. También pidió madera
de los bosques reales para utilizarla en la ciudadela, las murallas y la casa en la que se alojaría.
Todas sus peticiones fueron contestadas, porque la mano del Señor estaba con Nehemías. En todo
lo que emprendamos contamos con la buena mano y presencia del Señor. Si no tienes la
presencia del Señor, no lo hagas. Ningún hombre debe aventurarse a hacer nada donde la
mano del Señor no esté con él.

6. Este es mi testimonio personal. A través de la promesa de Éxodo 33:14, Dios me animó. En


este pasaje, Moisés estaba desesperado, porque el pueblo había transgredido y pronto sería
desheredado. Luego Moisés le recordó a Dios las promesas hechas al pueblo. Dios entonces dijo
que el pueblo entraría a la buena tierra, pero serían guiados por un ángel, a lo que Moisés clamó:
si el Señor no va, yo no iré. Dios prometió así que tendría Su presencia y descanso. Para hacer la
obra de Dios, necesitamos la promesa, la presencia y el descanso. Los ataques serán
muchos, pero la presencia del Señor nos hará descansar mientras luchamos.

Nehemías 5:14, 2:10-20


7. Nehemías recibió autorización del rey para servir como gobernador de Judea durante doce
años. Los enemigos de Israel se enteraron de esto. Sanbalat, uno de ellos, era gobernador de
Samaria, sede del reino del Norte, formado en tiempos del rey Roboam, cuando Israel estaba
dividido. Posteriormente, el rey de Asiria destruyó el reino del Norte, tomó algunos cautivos y
también trajo gente extranjera a vivir en Samaria, que era, por tanto, tierra de un pueblo mestizo,
no considerado judío. Algunos de ellos siguieron el pentateuco, pues había un remanente que fue
dejado en la tierra. Samaria estaba al norte de Judea y los amonitas al este. Estos pueblos que
estaban alrededor de Jerusalén, se enojaron porque Nehemías ahora buscaba el bien de los hijos
de Israel.

8. Cuando llegó a Jerusalén para su misión, Nehemías se quedó tres días investigando la
situación allí. Hasta entonces nadie sabía qué había ido a hacer allí. Jerusalén estaba sin muros,
es decir, sin protección. Los pueblos de los alrededores podían entrar libremente. Era una ciudad
sin dueño, una tierra de nadie. Esto favoreció a los enemigos de Jerusalén. Nehemías entonces
convocó al pueblo a restaurar los muros y así lo hicieron. Finalmente hubo una voz de mando
que los movilizó a trabajar. Cuando llega la palabra de orden, el gobierno comienza a existir.
Ésta es la importancia de la palabra profética.

1 Timoteo 1:3-5; Nehemías 2:20


9. El pueblo judío era despreciado, pero gracias a Dios alguien se preocupaba por Jerusalén.
Nehemías no tenía ambiciones, pues ya tenía una gran posición como copero del rey. Dejó su
buena posición para ir a una ciudad destruida, en peor situación que la sede del reino persa, donde
vivía. Esto indica que Dios siempre elige a hombres de corazón puro, de buena conciencia,
de fe sin fingimiento y que saben que su servicio tiene un plazo determinado por Él.
10. En este pasaje recordamos la recomendación que le hizo el apóstol Pablo a Timoteo, de ir a
Éfeso a amonestar a ciertas personas que predicaban cosas diferentes a las que él decía. Quizás
algunos malinterpretaron las instrucciones de Pablo. Sin embargo, él no tenía ambición, lo que
hizo tuvo su origen en el amor proveniente de un corazón puro, una fe no fingida y una buena
conciencia. Puedo decir lo mismo de Nehemías. Estuvo en Jerusalén con un corazón puro,
una fe sin hipocresía y una buena conciencia.

Nehemías 2:19-20; Efesios 1:22-23


11. Sanbalat, gobernador de Samaria, fue uno de los principales opositores a la restauración de
Jerusalén y sus muros. Tobías probablemente era gobernador de Amón y los árabes dominaban el
sur de Judá. Todos los enemigos alrededor de Jerusalén estaban descontentos con la
reconstrucción de la ciudad. Cuando estamos restaurando los muros, los enemigos que nos
rodean no se calman. Pero Jerusalén no es tierra de nadie. Allí se sigue el mandato de Dios. Cristo
es la cabeza de la Iglesia, pero el enemigo resiste. Quien nos da éxito en la tarea de hacer que
Cristo encabece todas las cosas es Dios.

Nehemías 3:1-32
12. Eliasib y los sacerdotes comenzaron a restaurar los muros, dando buen ejemplo al pueblo.
Junto a él, los hombres de Jericó también edificaron. Nehemías estuvo dispuesto y la buena
mano de Dios lo bendijo. Debido a que hubo una voz de mando, el pueblo comenzó a trabajar,
uno reedificando al lado del otro. Cada uno hizo su parte, junto a su hermano. Trabajaban
juntos, pero cada uno era consciente de su responsabilidad en la edificación.

Nehemías 4:1-9; Lucas 23:1-12


13. Sanbalat, al ver que se estaba restaurando el muro, se llenó de ira, se indignó y comenzó a
burlarse del pueblo. Ante los ataques sufridos, ¿cuál fue la postura de Nehemías? ¿Qué hizo
él? No utilizamos las mismas armas de las tinieblas, como la mentira y la difamación. En ese
momento sólo contamos con nuestro Dios, quien ciertamente estaba escuchando las burlas
y mentiras difundidas por los enemigos. Mientras atacaban, se burlaban y calumniaban;
Nehemías oró. Nuestra respuesta a los ataques del enemigo es la oración. Cuando los
opositores se burlaban del pueblo, en realidad estaban provocando a ira a Dios, porque la obra era
suya. Incluso frente a los ataques, los trabajos avanzaron y el muro fue restaurado hasta la mitad.
El circuito fue cerrado, pero el enemigo no duerme.

14. A medida que avanzaban las obras de reconstrucción, los ataques y la oposición se
intensificaron. Cuando no había muros ni puertas, Jerusalén era una ciudad devastada,
abandonada y sin gobierno. Los samaritanos, los amonitas y los árabes se sentían cómodos, se
movían libremente y decían lo que querían. Pero llegó un momento en Jerusalén en el que sólo
se escucharía la voz de mando del Señor. Las brechas se fueron cerrando poco a poco y así
el enemigo se enfureció. Hoy esto también sucede. En tan sólo unos años, el Señor ha hecho
mucho entre nosotros. Incluso en Europa ya tenemos tropas y capitanes, hermanos
comprometidos. Aquí antes no éramos nadie. ¿Qué esperar de los hermanos “débiles” que
llegaron a Europa? ¡Pero la buena mano del Señor está con nosotros! No confiamos en
nuestra capacidad, sino en la dirección del Señor. Siguiendo la palabra profética, la obra es
hecha.

15. En el momento de los ataques, todos los enemigos, que antes no se llevaban bien, se unen
para luchar contra la restauración de los muros de Jerusalén. Para dañar a Jesús, incluso Pilato y
Herodes se hicieron amigos. Los enemigos pretenden crear confusión entre nosotros. En
nuestro tiempo también se ha suscitado mucha confusión, pero no nos desanimemos, ya que no
luchamos por intereses ni por ambiciones, sino por el pueblo de Dios y por Jerusalén, el lugar de
habitación de Dios, la Iglesia. Nuestra respuesta a los ataques es la oración. El Señor nos
protege. Todavía hay algunos que supuestamente son muy espirituales y sólo hablan de orar.
Debemos orar y también actuar, poniendo guardias a las puertas, día y noche. Eso es lo que hizo
Nehemías: oró y actuó.

Nehemías 4:10-18; Isaías 54:2-3


16. Los ataques de los enemigos, poco a poco, desanimaron al pueblo. El enemigo es astuto y
utilizará todos los medios para detener la obra. Él quiere atemorizar a los edificadores. Ante la
intensificación de los ataques, Nehemías tomó medidas. Colocó al pueblo, por familias, en los
lugares bajos y abiertos del muro, con sus espadas, lanzas y arcos para pelear. Nehemías tuvo
una visión global. Hoy también debemos estar vigilantes. Podemos pensar que todo está tranquilo,
porque los muros a nuestro lado están levantados. Pero en algunas regiones distantes, el muro aún
puede ser bajo. Si los enemigos entran por ahí, dañarán a todos. Por tanto, debemos cuidar todo.
Los muros protegen a todos. No podemos ser egoístas. Cuando el enemigo entre, nuestros
hermanos e hijos serán atacados. Los adolescentes y los niños ya no tendrán la libertad de
hacer gritos de guerra, transcripción, inmersión y volverán al mundo. Necesitamos luchar
por nuestras familias. Después de los ataques, el pueblo regreso a trabajar.

17. Desde las últimas conferencias he alentado a todos a trabajar hacia una agenda positiva. No
pararemos el trabajo. En Fortaleza, los hermanos fueron duramente atacados, pero no cesaron.
Están contentos, han levantado los muros y están construyendo un nuevo lugar de reuniones para
600 personas. Surgió la tarea de ampliar los espacios de nuestras tiendas. Europa tampoco detuvo
la obra. Nehemías puso guardias en los muros, y mientras construían, también vigilaban. Los jefes
estaban detrás de la casa de Judá, los acarreadores con una mano hacían la obra y con la otra se
defendían. Los edificadores llevaban sus espadas al cinturón. Esto es maravilloso. Por un lado,
trabajamos, pero por el otro vigilamos.

2 Corintios 11:3; Apocalipsis 12:9 KJA; 1 Pedro 5:8


18. El diablo es astuto. Él es la serpiente que engañó a Eva. Él no se presenta como una figura
aterradora, sino como un ángel de luz. Y lo que él quiere es poner en duda la palabra de Dios. Si
dudas de la palabra que Dios habla, la obra de Satanás ya está hecha. Después de comer el
fruto del conocimiento del bien y del mal, los ojos de Adán y Eva fueron abiertos. Aceptaron el
argumento de la serpiente de que Dios no quería que comieran del árbol del bien y del mal, para
que no fueran como Él. Sus ojos fueron abiertos, pero el pecado y la muerte entraron.

19. El enemigo es sutil. Él comienza a sembrar dudas en los corazones respecto a la


palabra profética. Entonces la muerte entra en ese momento. Los que están contaminados
empiezan a ver cosas que supuestamente están mal. Estas personas aparentemente ven lo
que otros no ven. Se vuelven críticos y pierden la alegría. Con el tiempo, empiezan a llenarse
de odio e ira, tal como Caín hacia Abel. No caigamos en la tentación del diablo. No perdamos
la sencillez y pureza debidas a Cristo. Este es el ejemplo que nos dan los adolescentes. Están
siendo bendecidos porque son puros y sencillos.

20. En Apocalipsis 12:9, en la versión KJA, vemos que el diablo tiene la capacidad de
engañar al mundo entero. Es difícil escapar de sus tácticas engañosas. No podemos caer en
sus conversaciones sutiles. Él quiere detener la obra de Dios, ese es su objetivo. Por eso
siempre está a nuestro alrededor. Utiliza a las personas para atraernos primero, a través de
llamadas telefónicas y otras trampas aparentemente inocentes, y luego devorarnos. Si hay
algún tipo de brecha en algún lugar de las paredes, nuestra familia está en peligro, no solo
aquellos que están cerca de la brecha. Necesitamos trabajar como un solo Cuerpo. Nuestros
hijos necesitan ser protegidos.

Nehemías 4:19-23
21. Si estamos lejos unos de otros, cuando nos atacan, debemos tocar las trompetas pidiendo
ayuda. Somos un solo Cuerpo y todos velan por él. El tiempo de guerra es un momento
excepcional. Si las paredes y puertas aún no han sido restauradas, existen vulnerabilidades.
Esto genera un sentimiento de urgencia. Vivimos en un momento de emergencia, como en
la época de Nehemías.
22. Allí, muchos de los que trabajaban en la obra, vivían en otras ciudades cercanas a Judea.
Trabajaban en el muro durante el día y regresaban por la noche para descansar. Pero, cuando
comenzaron los ataques, hubo una voz de comando de parte de Nehemías, que nadie volviera a
casa. Todos se quedarían en Jerusalén para ayudarse y apoyarse unos a otros. En tiempos de
guerra necesitamos estar juntos, siempre delante del Señor y Su palabra, para que la ciudad
sea protegida. Nehemías fue un ejemplo. No se cambiaba la ropa que llevaba puesta. Vivía
en estado de vigilancia.

Nehemías 5:1-19
23. La casa de Dios necesita gobierno. En Jerusalén había nobles, magistrados y ricos del país.
Aprovecharon la mala situación de la ciudad para explotar a sus compatriotas mediante la usura.
Los pobres necesitaban pedir dinero prestado para sobrevivir y pagar impuestos al rey. Estaban
perdiendo sus campos, sus casas e incluso a sus hijos, al no poder pagar sus préstamos. Este
pueblo buscó a Nehemías para quejarse de esta situación. Él, entonces, prohibió la práctica de la
usura. Nadie más perdería sus bienes a causa de la usura. Todos trabajarían hacia el mismo
objetivo.

24. Nehemías primero dio ejemplo, como gobernador, él tenía derecho a algunos privilegios,
además de su salario; pero no disfrutó de lo que le correspondía. Trabajó personalmente en la
restauración de los muros y no se aprovechó del momento delicado de su pueblo para adquirir
terrenos a buen precio. Él vivía como el pueblo. La única recompensa de Nehemías fue ser
recordado por Dios. Esta debe ser nuestra única petición: Señor, acuérdate de nosotros.

Nehemías 6:1-19, 5:14; Números 12:2; 16:1-35


25. Los muros fueron terminados, pero aún no se habían instalado las puertas. Entonces todavía
había vulnerabilidad. Los enemigos buscaron una manera de matar a Nehemías. Cuatro veces le
enviaron la misma solicitud de reunión, lo que en realidad sería una trampa mortal para él. Ante la
negativa de Nehemías, le enviaron una carta abierta, con el objetivo de difamarlo ante el pueblo.
Esta carta, basada en rumores, decía que la obra de Nehemías era una obra de autoexaltación y
rebelión contra el rey. Decía que el objetivo de Nehemías era proclamarse rey, ser exaltado e
idolatrado. Pero ese no era el corazón de Nehemías. Él ya estaba bien, como copero del rey,
ocupaba una alta posición en el reino persa. La carta también decía que Nehemías manipulaba a
los profetas para hacerse rey. El truco de los enemigos de Dios es decir que Su elegido quiere
exaltarse y aspirar a ser rey. La táctica es la misma en todo momento.

26. ¿Cuál fue el supuesto problema de María y Aarón con Moisés? Su matrimonio con la mujer
cusita. Pero el verdadero problema en sus corazones era preguntarse si Dios hablaba sólo a través
de Moisés. En Números 16 la situación empeora. Coré, Datán y Abiram promovieron una gran
rebelión contra Moisés. Para ellos, todo el pueblo era santo y Moisés no podía ocupar un papel
especial entre ellos. Cuando el hombre sólo sabe mirar al hombre, sólo ve intentos de
exaltación y ambición por parte de los demás. Los rebeldes afirmaron que Moisés quería
convertirse en príncipe sobre ellos. Moisés nunca se había exaltado a sí mismo, su posición fue
dado por Dios y Él mismo juzgó la causa. La tierra se abrió y se tragó a todos los rebeldes.

27. Satanás siempre quiere desacreditar al hombre que Dios levantó para establecer el
orden entre Su pueblo, frustrando el gobierno de Dios en la Iglesia. Pero la buena mano de
Dios está con nosotros. Al igual que Moisés, Dios fortaleció las manos de Nehemías contra
los ataques del enemigo. No necesitamos pelear, nuestra conversación es con Dios. Él es
quien fortalece nuestras manos para la buena obra.
28. Los enemigos de Nehemías llegaron incluso a sobornar a los profetas para engañarlo,
asustarlo y hacerlo pecar. Buscaban una razón para la infamia de Nehemías. Pero él, en todo
momento, oraba a Dios para que se acordara de él. Nehemías explicó su causa al Señor, quien lo
guardó. En 52 días terminaron la obra de restauración de los muros. Por la intervención del
Señor, la obra se cumplió. Es Dios quien hace la obra.

29. Aun así, los ataques no terminaron, mientras continuaban la obra en los muros, había
"agentes dobles" entre el pueblo, que aún se comunicaban con Tobías y Sanbalat. Estas personas
trabajan por sus propios intereses, con el único objetivo de obtener ganancias. Juegan un doble
juego, para sacar provecho de la situación. ¡No seas un agente doble, defínete y ponte de parte
del Señor! Los que tomaron posición levantaron los muros y colocaron las puertas. A partir
de entonces Jerusalén tendría el gobierno de Dios. Cristo es el Rey. Si algún hombre ha sido
establecido para representar a Dios, es temporal. Nehemías reinó por un tiempo determinado, doce
años, el tiempo que el Señor consideró necesario. Quien gobierna la Iglesia, de hecho, es Cristo.
Nehemías era simplemente un representante de Dios, que le temía.

Nehemías 13:4-9
30. También quiero llamar la atención sobre un punto: Nehemías terminó de restaurar los muros,
cumplió su misión y regresó a Persia, según lo acordado con el rey Artajerjes. Después de un
tiempo, regresó nuevamente a Jerusalén. En ausencia de Nehemías; Eliasib, el sumo sacerdote,
se emparentó con Tobías y le hizo una cámara en la casa de Dios. El lugar donde antes se
depositaban las ofrendas, diezmos y utensilios de los levitas y sacerdotes, ahora lo ocupaban los
bienes de Tobías. Nehemías, al enterarse de la situación, se indignó mucho y arrojó todos los
muebles de Tobías fuera de la casa de Dios y ordenó purificar las cámaras. Por lo tanto,
restableció la función normal del lugar, que no era albergar al enemigo de Dios. Esta reacción
sólo pudo ocurrir porque el gobierno había sido restablecido en la casa y ciudad de Dios.

31. Por este motivo la Iglesia de Sardis no pudo completar la obra, ya que los muros no
fueron restaurados. Dios espera a la Iglesia en Filadelfia, a la cual se le abrieron los tesoros
de la palabra profética, y a través de la palabra, se restauraron el mando, la dirección, la voz
y el gobierno. De esta manera, con la base de unidad en la localidad que Dios nos ha dado,
terminaremos esta obra y traeremos al Señor y Su reino a la tierra y la Iglesia será edificada.
Disponemos de ejército, hombres hábiles y material de edificación: la obra estará terminada.

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