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1.

Introducción

Antes de comenzar con lo esencial del trabajo, en este primer apartado, creo
conveniente explicar qué es el stemma codicum, qué criterios se tienen en cuenta para la
creación del aparato crítico y cuáles son las variantes textuales a considerar.

Así, el stemma codicum es la manera de establecer relaciones genealógicas o


de filiación entre distintos manuscritos mediante los errores encontrados en los mismos
y sin estar contaminados. Estas filiaciones son verticales, es decir, que nos guían hacia
un único texto manuscrito, el cual presenta un error común y constituye el arquetipo o
“texto original”; también, podemos obtener subarquetipos que presentan el error de uno
o varios manuscritos, estos son los que nos conducen al arquetipo.

La elaboración del aparato crítico (aquí expuesto grosso modo) es un arduo


y exhaustivo trabajo que resulta un elemento necesario para cualquier texto grecolatino,
puesto que recoge esquemáticamente las variantes (los diversos errores) que el autor ha
barajado y desechado para decantarse por el texto que expone finalmente. La elección
de una variante por otra viene señalada en un aparato crítico positivo, el cual recoge de
dónde procede dicha variante y las otras que no han sido elegidas y su origen, aunque
no en uno negativo, en el cual, únicamente, da a conocer las variantes pero no su
procedencia. Hay muchas otros rasgos a tener en cuenta, sin embargo, con esta pequeña
pincelada es suficiente para mi escueto trabajo.

Respecto a la selección de variantes textuales, éstas se eligen según una


serie de criterios o reglas que delimitan, en mayor o menos medida, qué elección ha de
hacer el crítico. Algunos de dichos criterios son lectio melioris codicis potior o lectio
antiquior potior, entre otros y todos ellos suponen un compendio de reglas consideradas
de alguna manera por los editores críticos aunque no como única verdad sí como guía y
ayuda.

2. Breve descripción de cada una de las ediciones propuestas

Voy a comentar de manera abreviada cómo cada edición (pertenecientes al


material utilizad para este trabajo) enfrenta el estudio del texto del Bellum Gallicum de
Julio de César: desde la transmisión del texto hasta la confección del aparato crítico de
la misma. Iré exponiéndolo por apartados correspondientes a cada crítica.

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2.1 Edición de Du Ponet (Oxford 1901, reimp. 1991)

Según lo que explica Du Ponet desde el comienzo de su prefacio, siguiendo


las enseñanzas del filólogo Carl Nipperdey, los mejores códices para un estudio del
texto del Bellum Gallico y conocidos como “familia Niperdiana” son los siguientes: A
(codex Amstelodamensis 81, ss. IX - X), B (codex Paris. Lat. 5763, s. IX), M (codex
Paris. Lat. 5056, s. XI), R (codex Romanus Vaticanus 3864, s. X), T (codex Paris. Lat.
5764, s. XI), U (codex Vaticanus 3324, s. XII). Igualmente, también considera muy
útiles estos códices de fecha más reciente a la de los anteriores: C (codex Paris. Lat.
6842, s. X) = B, D (codex Laurentianus Ashburnhamianus 33, s. X), G (codex
Gottorpiensis), J (codex Paris. Lat. 6106, 1437), α (codex Paris. Lat. 5766, s. XIII) = A,
ϐ (codex Leidensis Vossianus Q. 53, s. XI), λ (codex Leidensis 38 D, s. XII).

Con la ayuda de todos los códices citados, presentará un texto común


haciendo referencia a las variantes dadas en cada uno de ellos, antes de ello refleja las
siglas utilizadas a lo largo de su trabajo y una representación esquematizada del stemma
codicum presentado por Du Ponet. Tal esquematización expone como un texto original
X se bifurca en un grupo textual α y otro β: el primer grupo va a subdividirse en A’
(códices A y M) y en B’ (códices B y R), y el segundo recoge los manuscritos T y U. En
la línea de Nipperdey, los manuscritos del α se encuentran completos (integros) y los
códices del β contienen lagunas o son interpolati.

Finalmente, queda el texto cesariano acompañado de un aparato crítico


positivo y completo puesto que señala todas las variantes (la escogida y la otra
posibilidad) junto con sus respectivos manuscritos de procedencia. Al ser obra en prosa,
para indicar la palabra de la que ha de expresar alguna variante nos remite a la línea
donde se encuentra la misma y está escrito en latín.

2.2 Edición de Klotz (Teubner, Leipzig 1927)

Este crítico nos presenta en su prefacio estos códices, en su mayoría


coincide con los ya aportados en el subapartado anterior: A (codex Amstelodamensis
81, ss. IX - X), Q (codex Paris. Lat. 5056, s. XII), B (codex Paris. Lat. 5763, s. X), M
(codex Vati. Lat. 3864, s.X), S (codex Laurentianus 33, s. X), L (codex Musei
Britannici Add. 10084, s. XI), T (codex Paris. Lat. 5764, s. XI), V (codex

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Vindobonensis 95, s. XII), U (codex Vaticanus Lat. 3324, s. XI), R (codex Riccardianus
541, ss. XI-XII).

Tales textos manuscritos pueden agruparse en dos familias principales y


grandes: α, en la cual tenemos A/Q/B/M/S/L, y β, con T/V/U/R; las cuales pueden
subdividirse cada una en dos grupos más reducidos: α en χ (A/Q) y φ (B/M/S/L), β en π
(T/V) y ρ (U/R). Al igual que el anterior, nuestro crítico alemán nos señala que la
familia de manuscritos α es integra y la de los β es interpolata.

De manera que, nos quedaría un stemma codicum en el cual un arquetipo


(X) se subdivide en dos subarquetipos (β y α), los cuales a su misma vez engloban dos
familias de textos manuscritos:

χ A, Q
α
φ B, M, S, L

π T, V

β
ρ U, R

Tras dicha explicación, Klotz desarrolla en su prefacio un seguimiento del


texto cesariano y sus variantes con la tradición de Orosio y los manuscritos citados,
además de hacer referencia y uso de la edición de Meusel de 1930 y servirse de igual
manera de los comentarios en griego de Plutarco y Apiano. Seguidamente, expone el
prefacio de otra edición, en el cual continúa exponiendo variantes de vocabulario y
expresión a lo largo del texto del Bellum Gallicum.

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De modo que, ya llegamos al texto latino y su aparato crítico, tal aparato,
como se puede deducir de tan detallado trabajo en su prefacio, es positivo y completo
porque presenta exhaustiva y minuciosamente cada una de las variantes y su
procedencia, incluyendo cómo se encuentra expresado en el resto de manuscritos. Igual
que el anterior, alude a la línea del texto en la que se encuentra y está escrito en latín.

2.3 Edición de “Les Belles Lettres” (París 1972)

La edición que en este subapartado compete tiene una significante diferencia


con el resto: su introducción está redactada en la lengua materna del autor, el francés, y
no en latín como en el prefacio de las demás ediciones. No obstante, como ahora iré
explicando, es igual de completa, desarrollada e instructiva que el resto.

En este prefacio queda claramente descrito que Orosio realizó en una


división de 16 textos manuscritos en el grupo α y 8 en el β haciendo un total de 24, con
lo cual dejaría más o menos perfilada la tradición manuscrita del Bellum Gallicum tal
como la conocemos. Mientras, el trabajo editor y de comentario de Julio Celso
Constantino sería la finalización de dicha distribución. Por supuesto, como se va
indicando, según Nipperdy, los que conforman α son integri y los de β interpolati.

A partir de esta tradición manuscrita, la edición de Les Belles Lettres, en su


apartado “II. Histoire du texte”, explica al lector como los manuscritos del texto
cesariano Bellum Gallicum son distinguidos, desde un texto común o arquetipo (Y), en
dos agrupamientos o subarquetipos (y’, y’’) que recogen un texto X y los diferentes
códices: α (A, M, B, R, S, L, N) y β (T, f, U, l), resultando hoc stemma codicum:

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y'
U, l
β

T, f
Y

B, R, S,
y'' X L, N

A, M

Los manuscritos manifiestos son éstos que indico: A (Bongarsianus,


Amsterdam, ss. IX-X), M (Moysiacensis, Biblioteca Nacional de París, lat. 5056, s.
XII), B (Parisinus, Biblioteca Nacional de París, lat. 5763, ss. IX-X), R (Romanus,
Biblioteca del Vaticano, Roma 3864, s. X), S (Ashburnhamianus, Biblioteca
Laurentiana, Florencia Ashburn. R. 33, s. X), L (Louaniensis, Museo Británico de
Londres Add. MAA. 10084, s. XI), N (Neapolitanus, Biblioteca Nacional de Nápoles
IV, c. 11 s. XII), T (Thuaneus, Biblioteca Nacional de París, lat. 5764, s. XI), f
(Vindobonensis, Viena 95, s. XII), U (Ursinianus, Biblioteca del Vaticano, Roma, 3324,
s. XI), l (Riccardianus, Biblioteca Lurentiana, Florencia, Riccard. 541, ss. XI-XII).

Además de los señalados, también tendrá en cuenta esta edición cinco


manuscritos más que señalará en su aparato crítico como dett. (deteriores): Paris. 6106
de la Biblioteca Nacional de París, perteneciente al segundo grupo de la familia α; Laur.
68,7, de la Biblioteca Laurentiana, Florencia, 68,7, segundo grupo de la familia α (a B 2
en los dos primeros libros, y a S en los restantes); Barb. 148, Biblioteca del Vaticano,

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Roma, s. XIV (de B2); Vat. 1830, Biblioteca del Vaticano, Roma, s. XV (R); Ottob.
1746, Biblioteca del Vaticano, s. XV (copia de α). Y para hacer referencia a todos los
manuscritos hará uso de la abreviación codd. (códices): presentado todas las lecciones
las escogidas y no, junto con su procedencia. De igual manera, aparecen en el aparato
crítico de esta edición, otras fuentes utilizadas para el análisis del texto: R.E.A. (Revue
des Etudes anciennes), Rev. De phil. (Revue de philologie), Tab. Coniect. (Tabula
coniectarum) y Lex. Caes. (Lexicon Caesarianum).

En la presentación del texto latino, lo acompaña de una traducción francesa


con notas a pie de página que explica lo narrado por César además de remitir a otras
obras como la Germania de Tácito, lo que ayuda al lector a una mayor comprensión. El
aparato crítico del Bellum Gallicum es positivo y completo: nos muestra la lección
elegida y la otra posibilidad con su códice de procedencia. Del mismo modo que los
anteriores, está escrito en latín, aunque, por el contrario a los otros editores, no señala la
línea en la que se encuentra la lección sino el subcapítulo dentro de los capítulos del
primer libro.

2.4 Edición de Hering (Teubner, Leipzig-Stuttgart 1987)

Primeramente, explica y expone la historia y transmisión del texto cesariano


del Bellum Gallicum desde Suetonio mostrando la disputa de autoridad que hay con las
obras que reflejan la actividad militar de Julio César, pasando por Orosio y hasta Julio
Celso Constantino. Presentando, del mismo modo que los otros editores, la tradición
manuscrita de este texto latino y explicando la bifurcación textual en los dos grandes
grupos manuscritos: α y β.

Dedica un apartado de su prefacio para enumerar y señalar los manuscritos


que ha decidido eliminar de su trabajo crítico argumentando por qué. Por lo tanto,
Hering nos muestra un nuevo stemma codicum, el cual enseña un arquetipo (X) desde el
que tenemos dos familias, α y β, conformadas cada una por dos códices: A, B (E) para α
y T, U para β. Este nuevo stemma codicum sería de la siguiente manera:

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A

α
B (E)

X
T

β
U

Los códices elegidos por uno de nuestros editores para su estudio del texto
son éstos: A (codex Amstelodanensis, Biblioteca de la Universidad de Groninga 73,
Países Bajos), B (codex Parisinus Latinus 5763, s. IX), E (una selección de los libros I
al V del Bellum Gallicum in codice Parisino Latino 6842 B), T (codex Parisinus Latinus
5764, Thuaneus), U (codex Vaticanus Latinus 3324, Ursinianus). Son estos mismos los
que aparecen en su aparato crítico, el cual es negativo y selectivo puesto que señala la
procedencia de la variante elegida dentro de los manuscritos escogidos a lo largo de
latradición; también, está escrito en latín e indica la línea en la que se halla cada
variante.

3. Selección de variantes

En este apartado del trabajo hay que hacer una elección de unas doce o
quince variantes o lecciones dentro de un pasaje del libro primero del texto cesariano:
yo he escogido las doce que presentaré a continuación, acompañadas de su explicación
pertinente para cada edición, las cuales podemos encontrar entre el primer capítulo y el
décimo sexto del primer libro del Bellum Gallicum:

I. Helvetii / Helvecii, nuestros editores eligen la primera variante:


 Du Ponet: se decanta por una lectio plurimum codicum potior,
Helvetii A item passim – Helvecii B item passim, porque en cada
manuscrito (A y B) es la única forma atestiguada.

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 Klotz: es una lectio plurimum codicum potior, porque es la que
más aparece en A (Helvetii) y Q (Helvecii), rara vez la primera
lección en B.
 “Les Belles Lettres”: al ser una lectio plurimum codicum potior,
el editor explica que la variante elegida es la que más se lee en el
códice A y la segunda la que más en M.
 Hering: informa de que es la forma que aparece en αE.
II. Oceano / Oceanum, queda elegida la primera variante en cada edición
crítica siguiendo la regla lectio melioris codicis potior:
 Du Ponet: señala que Aldus edita el texto con Oceano pero el
texto arquetípico (X) presenta Oceanum.
 Klotz: explica que Aldus propone la primera variante, en cambio,
lo concluido de todos los manuscritos sería la segunda variante:
Oceano Ald. Oceanum ω (= significat consensum omnium
codicum).
 “Les Belles Lettres”: igual que el anterior nos dice: Oceano
Aldus mientras que Oceanum codd. (= códices).
 Hering: Oceanum ω (= consensum codicum ABTU) E.
III. Pupio: Du Ponet es el único que en su texto latino mantiene “M. Pupio
Pisone”, no obstante, los demás editores mantienen “[et P.] M. Pisone”,
lo que quiere decir que es un añadido de su conjetura.
IV. Mensum / Mensium: es una lectio melioris classis potior porque la
variante elegida, la primera, en todas las ediciones, es la dada en la
familia de manuscritos α, mientras mensium pertenece a la familia β:
 Du Ponet: mensum α – mensium β.
 Klotz: mensum α – mensium Bc Mc β.
 “Les Belles Lettres”: mensum α – mensium Bm R2 β.
 Hering: mensium β.
V. Genava / Genua: lectio plurimum codicum potior:
 Du Ponet: elige Genava
 Klotz: escoge Genava

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 “Les Belles Lettres”: ésta, en cambio, se decanta por Genua
porque es la que más aparece en todos los códices excepto en
Mommsen.
 Hering: manifiesta en su edición Gen[a]va, une ambas variantes
y refleja la tradición completa.
VI. Principem / Principum: la elección común es la primera variante, es una
lectio melioris codicis potior:
 Du Ponet: principem T – principum αU.
 Klotz: principem π – principum αρ.
 “Les Belles Lettres”: principem Tf – principum Ul.
 Hering: principum αU.
VII. Possent / Poterant: Klotz elige la segunda variante siguiendo a Schneider
y los demás se decantan por la primera siguiendo la regla lectio
plurimum codicum potior.
VIII. Segusiavos / Sebusiavos: todos los editores escogen la primera variante
siendo seguidores de la corrección de Nipperdey, aunque la coincidencia
de los manuscritos de toda la tradición es la segunda variante: lectio
difficilior potior.
IX. Aedui / Haedui / Baedui: lectio plurimum codicum potior:
 Du Ponet: escoge la primera variante.
 Klotz: se decanta por la segunda lección porque aparece en el
Aldus.
 “Les Belles Lettres” y Hering prefieren la segunda variante
apareciando tal en Aldus y la corrección de Ciaccono.
X. Fere / Vero: la primera variante es la atestiguada en los códices de la
familia α y la segunda en los de la β, Du Ponet y “Les Belles Lettres”
eligen fere para su texto editado y Klotz y Hering vero.
 Du Ponet: fere A’Rb – vero β.
 Klotz: vero β – fere α.
 “Les Belles Lettres”: fere α - vero β.
 Hering: vero ] – fere α.

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XI. Egit: las cuatro ediciones coinciden en que después de este verbo hay
que añadir legati ab Helvetiis ad Caesarem missi pacem petitum, citando
las atestiguaciones manuscritas en las que se basan, tales indicaré ahora:
 Du Ponet: A’RU.
 Klotz: L.
 “Les Belles Lettres”: Tf, α Ul, M.
 Hering: α U.
XII. Praeerant / Praeerat:
 Du Ponet: recoge la primera variante común a todos los
manuscritos.
 Klotz y “Les Belles Lettres” escogen la segunda variante en su
edición siguiendo la corrección de Nicasio.
 Hering: muestra amabas al mismo tiempo en su texto
(praeera[n]t), señalando en el aparato crítico, igual que el resto,
que la primera es la lección común a todos los códices y la
segunda la corrección de Nicasio.

4. Valoración de cada edición

Desde mi pueril y poco conocimiento acerca de la crítica textual, considero


que las ediciones empleadas son completas y muy útiles para el estudio del Bellum
Gallicum de Julio César. He podido ver que son precisos trabajos contrastados con otros
anteriores a ellos y que tienen en consideración toda la tradición del texto en cuestión.

He observado que la más detallada y la que contiene, a mi juicio, más


información acerca de la tradición textual, fiel a la misma en el stemma codicum es la
del alemán Alfred Koltz, aunque Wolfang Hering es el único que dedica un apartado a
los manuscritos que ha eliminado considerando más adecuados otros y dando un
stemma diferente al de sus compañeros de estudio.

Es de destacar el hecho de que la edición de “Les Belles Lettres” sea la


única con su prefacio escrito en una lengua vernácula, oponiéndose al de las demás
escritos todos en latín. Otro rasgo que hace destacar a la edición francesa es el
acompañamiento de un cuerpo de texto en francés: la traducción del texto latino editado

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y asociadas a la misma una serie de notas al pie que guían al lector mostrándole aún más
información sobre el texto cesariano.

Algo muy llamativo, también, es el contraste de tradición textual antigua


que utiliza Koltz en su prefacio incluyendo el texto griego de comentaristas como
Plutarco y Apiano. Éste es el que más riguroso me ha resultado en su labor realizada y,
por lo tanto, quien me ha resultado como mejor guía.

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