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ESCRITO DE DEMANDA INICIAL DE JUICIO DE AMPARO.

JUICIO DE AMPARO NÚMERO:________________

C. JUEZ DE DISTRITO EN TURNO EN EL ESTADO.


CHETUMAL, QUINTANA ROO.
PRESENTE.-

CANDELARIA PEREZ VALDEZ, mexicana, mayor de edad, señalando como domicilio


para oír y recibir todo tipo de notificaciones y documentos aun los de carácter personal al
predio ubicado en la Avenida Independencia número ciento ochenta y nueve entre las calles
de Cristobal Colón y Mahatma Gandhi de la Colonia Centro, de esta ciudad y autorizando
en los terminos de lo que dipsone el artículo 12 de la Ley de Amparo para oír y recibir todo
tipo de notificaciones en mi nombre y representación a los licenciados en Derecho Sergio
Raul Urrutia Canizalez y Víctor Fernando Beltran May; de igual manera solicito a este
órgano jurisdiccional la vinculación digital del correo electrónico urrutias@hotmail.com al
igual que el número telefónico 9838391299 ambos para los mismos efectos de notificación
y seguimiento electrónico del sumario; por lo anterior, ante usted con el debido respeto,
comparezco y expongo:

Que en términos del presente memorial, vengo a Solicitar el Amparo y Protección de la


Justicia Federal, en contra de los actos y de las autoridades que más adelante señalare, por
lo que en cumplimiento a lo que se establece en el artículo 108 de la Ley de Amparo, me
permito manifestar lo siguiente:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO: Ya ha quedado indicado en el proemio


de la presente demanda.

II.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO PERJUDICADO: Bajo protesta de


decir verdad, manifiesto que desconozco la existencia de algún tercero interesado.

III.- AUTORIDADES RESPONSABLES:

I. ORDENADORA.

A. Alonso Fernández Lemmen Meyer, Procurador de Protección al Ambiente del Estado


de Quintana Roo, con domicilio en la calle Ursulo Galvan S/N, esquina Chichén del
fraccionamiento Arboledas, de ciudad de Chetumal, Quintana Roo.

EJECUTORAS:

B. Marilyn Contreras Carmona, Inspectora del Departamento de Inspección y Vigilancia


Cozumel, de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Quintana Roo.
C. Klever Alexander Jimémez Ramos, Inspector de la Dirección de Inspección y
Vigilancia Ambiental, de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de
Quintana Roo.

Estas dos ultimas autoridades con domicilio en la calle Úrsulo Galván S/N, esquina
Chichén del fraccionamiento Arboledas, de ciudad de Chetumal, Quintana Roo.

D. Capitán de Navío Julio Cesar Torres Gomez, Titular de la Secretaría de Seguridad


Ciudadana del Estado de Quintana Roo, con domicilio conocido en el kilómetro 12.5 de la
Carretera Chetumal-Bacalar Colonia Industrial, 77049 Chetumal, Quintana Roo.

E. Comandantes de la patrulla número 10127 perteneciente a la Policía Quintana Roo


(Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado de Quintana Roo), con domicilio conocido
en el kilómetro 12.5 de la Carretera Chetumal-Bacalar Colonia Industrial, 77049 Chetumal,
Quintana Roo.

IV.- ACTOS RECLAMADOS:

A la ordenadora:

A).- El decreto y emisión de las órdenes de clausura números PPA/DP/DPAA/0176/2023,


0174/2023 y 0175/2023, las cuales me impiden el libre tránsito y acceso a mi predio.
B).- El mandamiento de ejecución de las ordenes de clausura números
PPA/DP/DPAA/0176/2023, 0174/2023 y 0175/2023 las cuales me impiden el libre tránsito
y acceso a mi predio.

A las autoridades ejecutoras:

D).- La falta de notificación y emplazamiento del procedimiento administrativo o juicio de


donde deviene la emisión de las ordenes de clausura números PPA/DP/DPAA/0176/2023,
0174/2023 y 0175/2023 las cuales me impiden el libre tránsito y acceso a mi predio.
.
E).- La falta de notificación del mandamiento de ejecución relativa a los procedimientos
administrativos PPA/DP/DPAA/0176/2023, 0174/2023 y 0175/2023. las cuales me impiden
el libre tránsito y acceso a mi predio.

F).- El acta circunstanciada de la diligencia que se llevo a cabo respecto de las ordenes de
clausura.

G).- La ejecución de las ordenes de clausura números PPA/DP/DPAA/0176/2023,


0174/2023 y 0175/2023 las cuales me impiden el libre tránsito y acceso a mi predio.

V.- GARANTIAS VIOLADAS.- Las contenidas en los artículos 1º, 14 y 16 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
VI.- FUNDAMENTO DE LA DEMANDA.- Artículos 1, 2, 3, 5, 11, 15, 24, 35, 42, 125,
126, 127 Fracción I, 128 Fracción I y demás relativos y correlativos de la Ley de Amparo.

VII.- PROTESTO.- Bajo protesta de decir verdad manifiesto que los hechos y
abstenciones que constituyen los antecedentes de los actos reclamados son ciertos.

VIII.- ANTECEDENTES:

El día lunes 2 del mes de octubre del año en curso, aproximadamente a las 11:45 de la
mañana, me entere por medio de mi hermano JULIO JOAQUIN PEREZ VALDEZ, que me
habian clausurado mi acceso a mi predio denominado “Casas La Fé II”, por posibles faltas
administrativas en materia ambiental en mi contra derivado de las denuncias y/o quejas
interpuestas por el Sr. Jorge Madrigal, ya que mi hermano habia ido a investiga con la
autoridad correspondiente en esta ciudad capital; por tal motivo de manera casi inmediata
me apersone al lugar donde se encuentra mi predio y al llegar al camino que se utiliza
como servidumbre de paso el cual se ubica en las inmediaciones del kilómetro cuarenta y
nueve (tramo carretero Bacalar – Felipe Carrillo Puerto), desviación al Este del poblado de
Buena Vista, municipio de Bacalar, Estado de Quintana Roo, entrando por el paso de
servidumbre ubicado a 300 metros antes de la nueva subestación CFE - TREN MAYA;
observe que haban unos sellos, carteles de prohibición de paso y de clausura con la leyanda
y logotipo de la PPA (Procuraduria de Protección al Ambiente del Estado de Quintana
Roo), lo cual evidentemente me impedia pasar, al acercarme para verificar el contenido de
dichos anuncios señalaba unas órdenes de clausura (números PPA/DP/DPAA/0176/2023,
0174/2023 y 0175/2023) y que estaba prohibido el paso para todos, por lo que me acerque a
preguntar a la gente que se encuentra al interior del camino en una caseta rustica de madera,
la cual ahora se que es gente contratada por el invasor Jorge Madrigal el cual esta
invadiendo los terrenos de otros propietarios que pasan por la servidumbre y del Tren Maya
y estos me dijeron que no podia pasar por ordenes de la PPA y que mejor vaya para las
oficinas de esa dependencia para que me explicaran lo que paso. Ahora bien, al retirarme
me reuni de manera inmediata con mi hermano el cual si acudio a la ciudad de Chetumal a
las instalaciones de la Procuraduria de Protección al Ambiente para investigar lo que estaba
ocurriendo y efectivamente el tomo nota de los datos que le proporcionaron ahí y me dijo
que uno de los “licenciados del jurídico” lo atendio y le comento que que efectivamente
debido a las denuncias presentadas por Jorge Madrigal en mi contra y el de otros
propietarios y posesionarios se procedio a clausurar los accesos a los predios, asimismo me
informaron que los servidores publicos que participaron fueron Marilyn Contreras
Carmona, Inspectora del Departamento de Inspección y Vigilancia Cozumel, de la
Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Quintana Roo, Klever Alexander
Jimémez Ramos, Inspector de la Dirección de Inspección y Vigilancia Ambiental, de la
Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Quintana Roo y los elementos y el
Comandante de la patrulla número 10127 perteneciente a la Policía Quintana Roo
(Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado de Quintana Roo), ademas me señaló que
mi terreno junto con los de otras personas, iban a ser sujetos de ordenes de clausura con
todo y que me identifiqué y le mostre la documentación en copias certificadas relativas a la
propiedad de mi predio, los funcionarios publicos estatales cumplieron las órdenes de
clausura (números PPA/DP/DPAA/0176/2023, 0174/2023, 0175/2023), colocando sellos y
cintas de clausura en la entrada y salida de mi predio, por orden del Procurador de
Protección al Ambiente del Estado de Quintana Roo.

Cabe destacar que la suscrita únicamente tiene conocimiento de los números de las
órdenes de clausura ya que los vi fisicamente en los carteles, sin embargo, no me
entregaron copia de las mismas, ni del acta circunstanciada de los hechos, por tanto,
desconozco su contenido.

Dichas autoridades ejecutoras colocaron cinta amarilla y sellos con la leyenda


“CLAUSURADO” en los accesos y salidas del mencionado predio, sin importarles que
otros propietarios de otros predios y trabajadores que utilizan el paso de servidumbre, se
encontraran en el interior del lugar y los amenazaron que en caso de retirar dichas cintas y
sellos para salir de ahí, los iban a detener y consignar ante la autoridad correspondiente.

Por tanto, es de manifestarle a su Señoría que nunca he sido notificado o emplazado a


procedimiento administrativo o juicio del cual derive como sanción cautelar o definitva la
clausura o impedimento de acceso y goce de mi bien, tampoco existe una inspección por
parte de las autoridades, el suscrito no realiza ningun daño al ambiente ya que inclusive las
actividades que realizo en mi predio son totalmente recreativas, ecológicas y de descanso
sin afectar al medio ambiente, sin embargo es de llamar la atención que posterior a que me
impidieron el paso y goce de mi bien los inspectores de la PPA le entregaron en custodia al
Sr. Jorge Madrigal (un particular) la vigilancia del lugar, para que en los predios nadie se
meta y le otorgaron la posesión de cuidado al mismo, suponiendo con ello que estas
conductas se derivan de actos de corrupción entre los funcionarios de la Procuraduria de
Protección del Ambiente, la Policia Estatal Preventiva y el Sr. Jorge Madrigal.

Es por tales actos que solicito la protección de la Justicia Federal.

IX.- FECHA EN QUE ME HICE SABEDOR:


Bajo protesta de decir verdad señalo que tuve conocimiento a los dos dias del mes de
octubre del año dos mil veintitres.

X.- CONCEPTOS DE VIOLACION:

Me causa agravio los actos reclamados de las autoridades señaladas como responsables, ya
que vulneran en mi contra las garantías consagradas en los artículos 14 y 16 de nuestra
Constitución Política.
Se afirma lo anterior, porque las autoridades responsables no respetaron a la parte quejosa,
la garantía de audiencia tutelada por el artículo 14 constitucional, pues no le otorga la
posibilidad por demás legal de probar y alegar de su derecho, antes de ordenar y/o trabar la
orden de clausura.

En principio, es conveniente precisar el alcance del dispositivo constitucional que garantiza


el derecho de audiencia, atendiendo a los principales criterios que al respecto ha emitido
nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El artículo 14, párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos establece:

“Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino
mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se
cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas
con anterioridad al hecho.”.

En relación con este numeral, por principio, tratándose de las facultades conferidas por el
legislador a las autoridades administrativas para emitir actos privativos, de especial
relevancia resulta conveniente señalar que la Suprema Corte reconoció su
constitucionalidad, precisando que si bien el referido precepto establece que los actos de tal
naturaleza deben realizarse mediante juicio seguido ante los Tribunales previamente
establecidos, tomando en cuenta las causas y los fines que tuvo el Constituyente para
establecer esa prerrogativa fundamental, la misma se cumple cuando la autoridad
administrativa al seguir un procedimiento semejante a un juicio, en el que se escuche al
interesado y se le permita desarrollar sus defensas, se torna en un auténtico tribunal, que
antes de la emisión del acto privativo respeta las formalidades esenciales a las que se refiere
la citada norma constitucional. Al efecto resultan ilustrativas la tesis de la Quinta Época;
Instancia: Tercera Sala; Fuente: Semanario Judicial de la Federación; Tomo: CXXI;
Página: 1610 que señala:

“DERECHO DE AUDIENCIA EN LOS PROCEDIMIENTOS


ADMINISTRATIVOS. La garantía que concede el artículo 14 constitucional, en
tratándose de procedimientos administrativos, debe entenderse en el sentido de que
las autoridades administrativas, deben de seguir un procedimiento, que se asemeje
a un juicio, o sea que en él se oiga al interesado y se le de oportunidad para que se
defienda; mas no en el sentido de que todo auto de autoridad administrativa para
adquirir firmeza legal, deba de ser examinado necesariamente, en última
instancia, por la autoridad judicial, ya que esto sería hacer que toda la esfera
administrativa quedara supeditada al Poder Judicial, lo cual de ninguna manera
fue la mente el legislador; por todo lo cual, si está probado que el quejoso fue
notificado, dándosele oportunidad para alegar y rendir pruebas, aun cuando el
precepto legal combatido no establezca expresamente la audiencia previa del
interesado, si las autoridades responsables cuidaron de cumplir en tales términos,
con el artículo constitucional, no ha habido violación de garantías.”.
De igual manera resulta la tesis de la Quinta Época; Instancia: Segunda Sala; Fuente:
Semanario Judicial de la Federación; Tomo: LXXIX; Página: 5919, cuyo rubro y texto
dicen:

“AUDIENCIA, GARANTÍA DE. CÓMO QUEDA CUMPLIDA, EN EL


PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. La garantía que otorga el artículo 14
de la Constitución Federal, sobre la necesidad de un juicio previo para que pueda
privarse a los ciudadanos de sus propiedades, posesiones y derechos, se cumple
satisfactoriamente cuando se trata de actos administrativos, si la autoridad que los
dicta y ejecuta se ha ceñido estrictamente a las normas del procedimiento
señalado por la ley, pues la connotación de ser oído y vencido, no puede referirse
sino a la existencia en la ley, de un procedimiento especial en el que se dé
audiencia al interesado y oportunidad de rendir sus pruebas; por lo que no hay
necesidad de que se siga en contra del quejoso un procedimiento judicial, para
que la autoridad administrativa dicte el acto reclamado.”.

En el caso concreto, se encuentra una flagrante violación a la garantía de audiencia, toda


vez que las autoridades señaladas como responsables pretenden privarme de la libre
disposición de mis bienes y posesión, sin que hasta el momento haya recibido notificación,
emplazamiento o noticia alguna relativa a los procedimientos administrativos
PPA/DP/DPAA/0176/2023, 0174/2023 y 0175/2023, que fueran generado por afectaciones
a la flora y fauna protegida por el Estado, por lo que la parte quejosa tiene la calidad de
tercero extraño por equiparación a dicho procedimiento, resultando aplicable la
jurisprudencia : 1a./J. 18/2011 (10a.), de la Décima Época, Instancia: Primera Sala, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro VI, Marzo de 2012, Tomo 1,
Materia(s): Común, Página: 170, cuyo rubro y texto señalan:

“PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SEGUIDO EN FORMA DE JUICIO.


EL TERCERO EXTRAÑO POR EQUIPARACIÓN NO DEBE AGOTAR LOS
MEDIOS ORDINARIOS DE DEFENSA PREVIAMENTE A LA PROMOCIÓN
DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO, SIENDO OBLIGATORIO PARA
LOS TRIBUNALES DE AMPARO SUPLIR LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA.
Al ser una formalidad esencial en los procedimientos administrativos seguidos en
forma de juicio, la notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias
cuando el quejoso no es emplazado al mismo o es citado en forma distinta de la
prevenida por la ley, -lo que le ocasiona el desconocimiento total del
procedimiento-, debe equiparársele a un tercero extraño, debido a que esa
situación constituye una violación manifiesta a la ley que le produce indefensión,
siendo obligatorio para los tribunales de amparo suplir la deficiencia de los
conceptos de violación o agravios, con fundamento en la fracción VI del artículo 76
Bis de la Ley de Amparo. En esta circunstancia es factible que promueva el amparo
indirecto sin necesidad de esperar el dictado de la resolución definitiva y sin agotar
previamente los recursos o medios de defensa legales por virtud de los cuales pueda
ser modificado, revocado o nulificado el acto que estima inconstitucional, en razón
de que el principio de definitividad sólo es aplicable a las partes que intervienen en
el juicio o procedimiento del cual emana el acto reclamado al haber sido
emplazados correctamente y, en ningún caso, a los terceros extraños por
equiparación, pues en relación con ellos, no se establece en sede constitucional o
legal restricción alguna para la promoción del juicio de amparo.”.

En efecto, tengo el carácter de tercero extraño por equiparación, ya que de los actos
cometidos por las autoridades responsables se desprende que al parecer el suscrito figura de
entre las múltiples personas a las que supuestamente se le instauro los procedimientos
administrativos PPA/DP/DPAA/0176/2023, 0174/2023 y 0175/2023, en otras palabras,
formo parte de la controversia, sin embargo, no fui llamado al procedimiento ya que no fui
legalmente emplazado y por lo tanto no pude tener la oportunidad de contestar la demanda
y, por tal motivo fue que nunca me apersone de modo alguno al mismo, por lo que los
efectos de la concesión de la demanda de amparo serían para declarar la nulidad del
procedimiento desde el momento del emplazamiento hasta su última actuación. Al caso es
aplicable la tesis de jurisprudencia por reiteración número VII.2o.C. J/21, de la Novena
Época; Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito; Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta; Tomo XXII, Julio de 2005; Materia(s): Común; Página: 1305 que
cuyo rubro y texto rezan:

“TERCERO EXTRAÑO STRICTO SENSU Y POR EQUIPARACIÓN.


EFECTOS DE LA SENTENCIA DE AMPARO. La persona extraña a juicio,
propiamente dicha, es aquella persona, moral o física, distinta de los sujetos de la
controversia que en él se ventila, o sea, dicha idea de "persona extraña" es opuesta
a la de "parte" procesal; existe otra figura que jurisprudencialmente ha sido
equiparada a la persona extraña, que viene a ser el sujeto que, formando parte de
la controversia, por ser el demandado, no fue llamado a juicio al no haber sido
legalmente emplazado para contestar la demanda y, por tal motivo, no se apersonó
de modo alguno al mismo. Así se dan dos supuestos de persona extraña a juicio: el
propiamente dicho o stricto sensu y el equiparado, presentándose en cada uno de
éstos, diversas particularidades que los distinguen: entre ellas los efectos que se
producen de concederse el amparo, como enseguida se pasa a enunciar. Cuando se
trata del tercero extraño stricto sensu, como su posición es la de ser una persona
distinta de los sujetos de la controversia que en él se ventila, los efectos del amparo
no son el que se le llame a juicio de origen de la controversia natural, pues no es
parte, sino el de reintegrarla en sus derechos afectados que lo son los bienes que
están en litigio, pero sin que eso implique que en el juicio natural se deba declarar
la nulidad de todo lo actuado para ser emplazado. En cambio, cuando se trata del
tercero extraño por equiparación, como su condición resulta la de aquella persona
que debiendo ser sujeto de la relación procesal, por ser demandado no fue llamado
a juicio, los efectos del amparo serían los de declarar la nulidad del juicio desde el
momento del emplazamiento hasta su última actuación.”.

Asimismo, señalo a su señoría que me causa agravios las actuaciones de las autoridades
responsables ya que violan los estatutos de la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos, concretamente en lo que respecta al numeral 1 del artículo 8 que habla de las
Garantías Judiciales y los numerales 1 y 2 del artículo 21 respecto del derecho a la
propiedad privada, mismos que se transcriben para mejor comprensión:
Artículo 8. Garantías Judiciales: 1. Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente independiente
e imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier
acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

Artículo 21. Derecho a la Propiedad Privada: 1. Toda persona tiene derecho al uso y goce
de sus bienes. 2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el
pago de indemnización justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en los
casos y según las formas establecidas por la ley.

Con lo anterior se demuestra el dolo con el que las autoridades actuaron, ya que nunca fui
oído ni vencido en el procedimiento, porque simplemente no me enteré del mismo y sí por
el contrario estoy siendo sujeto a una ilegal privación del uso y goce de mis bienes de los
cuales detento la legal propiedad y posesión, sin que fuera justamente informado,
indemnizado, ni tampoco demostraron dichas responsables la utilidad pública o el interés
social para con el bien en comento, ya que los actos ilegales cometidos por las autoridades
causan severo perjuicio y trasgreden mi derecho a la seguridad jurídica, ya que es de
hacerse notar que la clausura que la autoridad realiza sobre el paso de servidumbre de la
ubicación señalada me impide el tránsito vehicular y el acceso a pie hasta mi predio, no
obstante que tambien impide el paso a otras personas, entre ellos mis trabajadores los
cuales también utilizan la misma vía para ejercer su labor y con ellos devengar un sueldo
para el sostén de sus familias, así como para trasladarse a los poblados circunvecinos en
busca de víveres y servicios, maxime que los ahora señalados como responsables le otorgan
en deposito la custodia de dicha clausura del predio a la persona ya señalada con
anterioridad la cual desconozco. Por lo que es inminente la concesión del amparo, para el
efecto declarar la nulidad del procedimiento desde el momento del emplazamiento hasta su
última actuación (CLAUSURA).

Por último, solicito a usted C. Juez de Distrito, dada la calidad del quejoso de tercero
extraño por equiparación, la suplencia de la deficiencia de la queja.

XI.- SUSPENSION DEL ACTO RECLAMADO:

Con fundamento en los artículos 125, 128, 130, 131, 132, 147 y demás relativos y
correlativos de la Ley de Amparo Vigente, solicito la suspensión provisional y en su
momento la suspensión definitiva de los actos reclamados, para el efecto de que las
responsables se abstengan de continuar con los procedimientos administrativos
PPA/DP/DPAA/0176/2023, 0174/2023 y 0175/2023 las cuales me impiden el libre transito
y acceso a mi predio.

Respecto de la procedencia del otorgamiento de la medida suspensional, cabe destacar que


el artículo 107, fracción X de la Constitución General de la República establece:
"Artículo 107.- Todas las controversias de que habla el artículo 103 se sujetarán a los
procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de acuerdo con las bases
siguientes:
[…]
X. Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las
condiciones que determine la ley reglamentaria, para lo cual el órgano jurisdiccional de
amparo, cuando la naturaleza del acto lo permita, deberá realizar un análisis ponderado
de la apariencia del buen derecho y del interés social."

Esto es, el Juez de acuerdo con el sentido gramatical de la palabra "naturaleza", deberá
atender a la esencia y propiedades características, tanto del acto de autoridad materia de
impugnación, como del derecho subjetivo que se dice conculcado con dicho acto.

El Juez de Distrito para tomar en cuenta la naturaleza de la violación alegada, deberá


realizar un juicio de probabilidad y verosimilitud del derecho del solicitante, que podrá
cambiar al dictar la sentencia definitiva, o sea, tendrá el juzgador que asomarse
anticipadamente al fondo del juicio principal, asomo que es provisional, sólo para efectos
de la suspensión, sin que vincule al Juez, necesariamente, a conceder la suspensión en todos
los casos.

Ahora bien, la suspensión de los actos reclamados en materia de amparo se asemeja, en el


género próximo, a las medidas cautelares, aunque también es evidente que la suspensión
está caracterizada por diferencias que perfilan su naturaleza de manera singular y concreta;
sin embargo, le son aplicables las reglas de tales medidas cautelares, en lo que no se
opongan a su específica naturaleza.

Sentado lo anterior, cabe señalar que son dos los extremos que hay que llenar para obtener
la medida cautelar:

1) Apariencia de buen derecho.

2) Peligro en la demora.

La apariencia de la existencia del derecho es un presupuesto que condiciona la


admisibilidad de la medida y apunta a una credibilidad objetiva y seria que descarte una
pretensión manifiestamente infundada y temeraria o muy cuestionable, lo que se logra a
través de un conocimiento superficial, dirigido a lograr una decisión de mera probabilidad
respecto de la existencia del derecho discutido en el proceso.

Ello obedece a que las medidas cautelares, más que a hacer justicia, están destinadas a dar
tiempo a la justicia para cumplir eficazmente su obra.

En el caso concreto la pretensión de suscrito de obtener la suspensión solicitada obedece a


la existencia de mi derecho de uso, goce y disfrute del predio que es de mi propiedad, como
lo acredito con el documento que anexo a la presente, mismo bien que ahora se encuentra
clausurado, por lo que se violenta mi derecho a la propiedad privada y seguridad jurídica.
Con relación al segundo de los indicados elementos, el problema del Juez en sede cautelar
no es el de examinar si el derecho del reclamante está en peligro, sino el de ver si este
peligro sería susceptible de agravarse e incluso de transformarse en daño irreparable; es
decir, el peligro en la demora consiste en la posible frustración de los derechos del
pretendiente de la medida, que puede darse como consecuencia de la tardanza en el dictado
de la resolución de fondo, aunque ésta fuere en sentido favorable.

La medida cautelar exige, por ello, un preventivo cálculo de probabilidad sobre el peligro
en la dilación, que no puede separarse de otro preventivo cálculo de probabilidad, que es el
que se hace sobre la existencia del derecho cuya tutela se solicita a los tribunales, es decir,
sobre la existencia de la apariencia de un derecho; así, cuando existe la presunción de que
la demanda es fundada, el Juez debe acogerla provisionalmente, pues es suficiente, en tal
supuesto, la invocación de un derecho justificado a primera vista de la demanda.

Acorde con lo anterior, el artículo 139 de la Ley de Amparo establece que en los casos en
que proceda la suspensión conforme al artículo 128 de la propia ley, si hubiere peligro
inminente de que se ejecute el acto reclamado con notorios perjuicios para el quejoso, el
Juez de Distrito, con la sola presentación de la demanda, podrá ordenar que las cosas se
mantengan en el estado que guarden hasta que se notifique a la autoridad responsable la
resolución que se dicte sobre la suspensión definitiva.

Ahora bien, en cuanto, a la clausura reclamada, esta se efectúo en un solo acto, empero sus
efectos se prolongan en el tiempo e impiden la continuación del uso, goce y disfrute del
bien propiedad del quejoso, sin necesidad de que la actuación de la autoridad se repita una
y otra vez.

Por tanto, en contra de la clausura ejecutada sí puede otorgarse la suspensión para que se
permita el acceso al predio propiedad del quejoso, sin que ello signifique volver las cosas a
su estado anterior, pues únicamente implica reponer al quejoso en el goce del derecho
violado.

Al respecto debe decirse que si toda medida cautelar descansa en los principios de la
verosimilitud o apariencia del derecho y el peligro en la demora, entonces nada impide que
ante un acto de autoridad que se prolonga en el tiempo, pueda el Juez de Distrito analizar
esos elementos y si la provisión cautelar, como mera suspensión, es ineficaz, debe dictar
medidas que implican no una restitución, sino un adelanto provisional del derecho
cuestionado, para resolverlo posteriormente en forma definitiva y, permitir, mientras tanto,
el desarrollo de ciertas conductas por parte del gobernado, que si se le impidieran
ocasionarían perjuicio a él y, algunas veces, a terceros, como los trabajadores que brindan
mantenimiento a mi predio que, de manera notoriamente inconstitucional, fue clausurado.

Lo anterior tiene sustento en la fracción X del artículo 107 constitucional, que dispone que
para la concesión de la suspensión deberá tomarse en cuenta la naturaleza de la violación
alegada, lo que supone la necesidad de realizar un juicio de probabilidad y verosimilitud del
derecho esgrimido por el solicitante, con miras a otorgar la medida cautelar para evitar
daños y perjuicios de difícil reparación al quejoso y conservar viva la materia del juicio, si
con ello no se lesionan el interés social o el orden público; pues resultaría incongruente que
el Juez de amparo advirtiera que el acto de autoridad es, a primera vista, violatorio de
garantías y no disponga de ningún medio legal para ponerle remedio, aun en forma
provisional, porque tal acto sea consumado.

Luego, cuando la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora lo ameriten, el Juez de


Distrito puede otorgar, excepcionalmente, la medida suspensional levantando el estado de
clausura, lo cual no tendrá efectos restitutorios, propiamente dichos, porque el tiempo que
haya permanecido clausurado el lugar ya nadie puede restituirlo al quejoso; así, el efecto de
la suspensión será interrumpir el estado de clausura mientras se resuelve el fondo del
asunto, sin perjuicio de que si se niega el amparo, porque la "apariencia del buen derecho"
sea equivocada, la autoridad pueda reanudar la clausura hasta su total cumplimiento.

Lo anterior, hace patente que la clausura, si bien es un acto jurídico que se inicia con la
imposición de los sellos, sus efectos materiales se prolongan en el tiempo y, por esa razón,
debe la suspensión del acto reclamado, lograr levantar los sellos de clausuras ya ejecutadas;
si esto acontece, el quejoso podrá tener acceso al bien de su propiedad, mientras espera la
sentencia de amparo que, en definitiva, resolverá si el acto reclamado es o no
inconstitucional.

Así, en el caso concreto, procede conceder la suspensión provisional a favor del quejoso,
contra la clausura e imposición de sellos en el acceso al predio de mi propiedad, así como
su ejecución, consecuencias y efectos, pues se cumple con los siguientes requisitos: a) Que
el acto reclamado sea cierto; b) Que de acuerdo con su naturaleza, sea susceptible de ser
suspendido; c) Que la solicite la parte agraviada; y, d) Que con su concesión no se siga
perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de orden público, caso en el cual
se podrá realizar un análisis ponderado de la apariencia del buen derecho y del interés
social, cuando la naturaleza del acto lo permita.

Lo anterior, porque tratándose de una clausura ejecutada por tiempo indefinido el Juez de
Distrito puede analizar la apariencia del buen derecho y el peligro en la demora, y si la
medida cautelar es ineficaz, debe dictar medidas que impliquen no una restitución, sino un
adelanto provisional del derecho cuestionado, para resolver posteriormente, en forma
definitiva, si el acto reclamado es o no inconstitucional; así, el efecto de la suspensión será
interrumpir el estado de clausura mientras se resuelve el fondo del asunto, sin perjuicio de
que si se niega el amparo, porque la apariencia del buen derecho sea equivocada, la
autoridad pueda reanudar la clausura hasta su total cumplimiento.

En consecuencia, cuando sea jurídicamente posible, la suspensión podrá tener efectos


restitutorios provisionales si se cumplen los requisitos señalados y que al dárselos no se
afecte el interés social en mayor medida que la apariencia del buen derecho permita advertir
en cada caso.
En conclusión, el artículo 107, fracción X de la Constitución General de la República,
establece como uno de los requisitos para la procedencia de la suspensión del acto
reclamado en el amparo, el de tomar en cuenta la naturaleza de la violación alegada; esto
es, el juzgador deberá realizar un juicio de probabilidad y verosimilitud del derecho del
solicitante, que podrá cambiar al dictar la sentencia definitiva, pues el hecho de que anticipe
la probable solución de fondo del juicio principal, es un adelanto provisional, sólo para
efectos de la suspensión.

Tal anticipación es posible porque la suspensión se asemeja, en el género próximo, a las


medidas cautelares, aunque es evidente que está caracterizada por diferencias que la
perfilan de manera singular y concreta.

Sin embargo, le son aplicables las reglas de tales medidas, en lo que no se opongan a su
específica naturaleza.

La apariencia de la existencia del derecho apunta a una credibilidad objetiva y seria que
descarte una pretensión manifiestamente infundada, temeraria o cuestionable, lo que se
logra a través de un conocimiento superficial, dirigido a lograr una decisión de mera
probabilidad respecto de la existencia del derecho discutido en el proceso; el peligro en la
demora consiste en la posible frustración de los derechos del pretendiente de la medida, que
puede darse como consecuencia de la tardanza en el dictado de la resolución de fondo.

En síntesis, la medida cautelar exige un preventivo cálculo de probabilidad sobre el peligro


en la dilación, que no puede separarse de otro preventivo cálculo de probabilidad, que se
hace sobre la existencia del derecho cuya tutela se solicita a los tribunales.

Consecuentemente, si toda medida cautelar descansa en los principios de verosimilitud o


apariencia del derecho y el peligro en la demora, el Juez de Distrito puede analizar esos
elementos en presencia de una clausura ejecutada por tiempo indefinido, y si la provisión
cautelar, como mera suspensión, es ineficaz, debe dictar medidas que implican no una
restitución, sino un adelanto provisional del derecho cuestionado, para resolver
posteriormente, en forma definitiva, si el acto reclamado es o no inconstitucional.

Así, el efecto de la suspensión debe ser el de interrumpir el estado de clausura mientras se


resuelve el fondo del asunto, sin perjuicio de que si se niega el amparo, porque la
"apariencia del buen derecho" sea equivocada, la autoridad pueda reanudar la clausura hasta
su total cumplimiento.

Sirve de sustento a las consideraciones antes vertidas la jurisprudencia P./J. 16/96, del
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con registro digital: 200137, de rubro y
texto siguientes:

“SUSPENSION. PROCEDENCIA EN LOS CASOS DE CLAUSURA EJECUTADA


POR TIEMPO INDEFINIDO. El artículo 107, fracción X de la Constitución General de
la República, establece como uno de los requisitos para la procedencia de la suspensión
del acto reclamado en el amparo, el de tomar en cuenta la naturaleza de la violación
alegada; esto es, el juzgador deberá realizar un juicio de probabilidad y verosimilitud del
derecho del solicitante, que podrá cambiar al dictar la sentencia definitiva, pues el hecho
de que anticipe la probable solución de fondo del juicio principal, es un adelanto
provisional, sólo para efectos de la suspensión. Tal anticipación es posible porque la
suspensión se asemeja, en el género próximo, a las medidas cautelares, aunque es evidente
que está caracterizada por diferencias que la perfilan de manera singular y concreta. Sin
embargo, le son aplicables las reglas de tales medidas, en lo que no se opongan a su
específica naturaleza. En este aspecto cabe señalar que son dos los extremos que hay que
llenar para obtener la medida cautelar: 1) Apariencia de buen derecho y 2) Peligro en la
demora. La apariencia de la existencia del derecho apunta a una credibilidad objetiva y
seria que descarte una pretensión manifiestamente infundada, temeraria o cuestionable, lo
que se logra a través de un conocimiento superficial, dirigido a lograr una decisión de
mera probabilidad respecto de la existencia del derecho discutido en el proceso; el peligro
en la demora consiste en la posible frustración de los derechos del pretendiente de la
medida, que puede darse como consecuencia de la tardanza en el dictado de la resolución
de fondo. En síntesis, la medida cautelar exige un preventivo cálculo de probabilidad sobre
el peligro en la dilación, que no puede separarse de otro preventivo cálculo de
probabilidad, que se hace sobre la existencia del derecho cuya tutela se solicita a los
tribunales. Consecuentemente, si toda medida cautelar descansa en los principios de
verosimilitud o apariencia del derecho y el peligro en la demora, el Juez de Distrito puede
analizar esos elementos en presencia de una clausura ejecutada por tiempo indefinido, y si
la provisión cautelar, como mera suspensión, es ineficaz, debe dictar medidas que implican
no una restitución, sino un adelanto provisional del derecho cuestionado, para resolver
posteriormente, en forma definitiva, si el acto reclamado es o no inconstitucional; así, el
efecto de la suspensión será interrumpir el estado de clausura mientras se resuelve el fondo
del asunto, sin perjuicio de que si se niega el amparo, porque la "apariencia del buen
derecho" sea equivocada, la autoridad pueda reanudar la clausura hasta su total
cumplimiento. Lo expuesto anteriormente se sustenta en la fracción X del dispositivo
constitucional citado, que establece que para conceder la suspensión deberá tomarse en
cuenta la naturaleza de la violación alegada, lo que supone la necesidad de realizar un
juicio de probabilidad y verosimilitud del derecho esgrimido, con miras a otorgar la
medida cautelar para evitar daños y perjuicios de difícil reparación al quejoso y conservar
viva la materia del juicio, si con ello no se lesionan el interés social y el orden público, lo
cual podrá resolver la sensibilidad del Juez de Distrito, ante la realidad del acto
reclamado, pues si el perjuicio al interés social o al orden público es mayor a los daños y
perjuicios de difícil reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá negar la suspensión
solicitada, ya que la preservación del orden público y el interés de la sociedad están por
encima del interés particular afectado.”

Así como la Tesis XXIV.1o.11 A (11a.) con Registro digital: 2027149, que indica:

“SUSPENSIÓN PROVISIONAL EN EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO.


REQUISITOS PARA QUE PROCEDA CONCEDERLA CONTRA LA CLAUSURA E
IMPOSICIÓN DE SELLOS EN UN LOCAL COMERCIAL, ASÍ COMO SU
EJECUCIÓN, CONSECUENCIAS Y EFECTOS.

Hechos: En un juicio de amparo indirecto la parte quejosa señaló como actos reclamados
la clausura e imposición de sellos en una negociación comercial, así como su ejecución,
consecuencias y efectos. El Juez de Distrito negó la suspensión provisional solicitada, al
considerar que de concederse se causaría perjuicio al interés social y se contravendría una
disposición de orden público, además de que la clausura constituía un acto consumado.
Criterio jurídico: Este Tribunal Colegiado de Circuito determina que procede conceder la
suspensión provisional en el juicio de amparo indirecto contra la clausura e imposición de
sellos en una negociación comercial, así como su ejecución, consecuencias y efectos,
siempre y cuando la parte quejosa cumpla con los siguientes requisitos: a) Que el acto
reclamado sea cierto; b) Que de acuerdo con su naturaleza, sea susceptible de ser
suspendido; c) Que la solicite la parte agraviada; y, d) Que con su concesión no se siga
perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de orden público, caso en el
cual se podrá realizar un análisis ponderado de la apariencia del buen derecho y del
interés social, cuando la naturaleza del acto lo permita.

Justificación: Lo anterior, porque tratándose de una clausura ejecutada por tiempo


indefinido el Juez de Distrito puede analizar la apariencia del buen derecho y el peligro en
la demora, y si la medida cautelar es ineficaz, debe dictar medidas que impliquen no una
restitución, sino un adelanto provisional del derecho cuestionado, para resolver
posteriormente, en forma definitiva, si el acto reclamado es o no inconstitucional; así, el
efecto de la suspensión será interrumpir el estado de clausura mientras se resuelve el fondo
del asunto, sin perjuicio de que si se niega el amparo, porque la apariencia del buen
derecho sea equivocada, la autoridad pueda reanudar la clausura hasta su total
cumplimiento. En consecuencia, cuando sea jurídicamente posible, la suspensión podrá
tener efectos restitutorios provisionales si se cumplen los requisitos señalados y que al
dárselos no se afecte el interés social en mayor medida que la apariencia del buen derecho
permita advertir en cada caso; sin que ello signifique que mediante la suspensión se
puedan constituir derechos que la parte quejosa no tenía antes de la demanda de amparo,
pues conforme al segundo párrafo del artículo 131 de la ley de la materia, en ningún caso
su otorgamiento podrá tener por efecto modificar o restringir derechos ni constituir
aquellos que no haya tenido el quejoso antes de su presentación. Ello implica que la
suspensión solamente se justifica cuando hay apariencia suficiente de un derecho previo
que necesita de protección provisional por haber sido afectado por un acto probablemente
inconstitucional. Por tanto, sin la existencia de un derecho que corra peligro mientras dura
el proceso, no se justifica la medida cautelar.”

PRUEBAS.

Con fundamento en los artículos 119 y 143 de la Ley de Amparo, ofrezco las pruebas
consistentes en:

1. Documental consistente en el instrumento publico notarial número 707, libro 3,


página 228, volumen 3, de fecha 21 del mes de abril del año 2017.
2. Presuncional legal y humana.
3. Instrumental de actuaciones.

Por lo anteriormente expuesto de Vuestra Señoría, respetuosamente PIDO SE SIRVA:

PRIMERO.- Tenerme por presentado con el escrito de cuenta solicitando el Amparo y


Protección de la Justicia Federal, en contra de los actos reclamados de las autoridades
señaladas como responsables.
SEGUNDO.- En el momento procesal oportuno decretar la suspensión provisional y
posteriormente la suspensión definitiva de los actos reclamados a las autoridades
responsables. Solicito también copia de la suspensión provisional y su entrega a cualquiera
de mis autorizados.

TERCERO.- Razón a disenso de los actos señalados que constituyen una violacion,
solicito en su momento a mi favor la suplencia de la queja.

CUARTO.- En el momento procesal oportuno dictar sentencia definitiva mediante la cual


se me otorgue el amparo y protección de la justicia federal.

PROTESTO LO NECESARIO.
CHETUMAL, QUINTANA ROO A 17 DE OCTUBRE DE 2023.

CANDELARIA PEREZ VALDEZ.

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