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Universidad de La Salle

Ciencia Unisalle

Filosofía y Letras Facultad de Filosofía y Humanidades

1-1-2001

La New age
Jorge Alexis Romero Garzón
Universidad de La Salle, Bogotá

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Citación recomendada
Romero Garzón, J. A. (2001). La New age. Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/filosofia_letras/
551

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LA “NEW AGE”

JORGE ALEXIS ROMERO GARZON 31971702

TRABAJO PRESENTADO COMO REQUISITO PARA


OPTAR POR EL TITULO DE LICENCIATURA EN
FILOSOFIA Y LETRAS

UNIVERSIDAD DE LA SALLE
FACULTAD DE FILOSFIA Y LETRAS
Santafé de Bogotá
2001
LA “NEW AGE”

JORGE ALEXIS ROMERO GARZON

TRABAJO PRESENTADO COMO REQUISITO PARA


OPTAR POR EL TITULO DE LICENCIATURA EN
FILOSOFIA Y LETRAS

DIRECTOR
DR. LUIS ENRIQUE RUIZ

UNIVERSIDAD DE LA SALLE
FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS
Santafé de Bogotá
2001
NOTA DE ACEPTACIÓN

____________________________

____________________________

____________________________

____________________________
PRESIDENTE DEL JURADO

____________________________
JURADO

____________________________
JURADO

Santafé de Bogotá, Enero del 2001


ARTICULO 93

“NI LA UNIVERSIDAD, NI EL JURADO SERAN RESPONSABLES DE


LOS CONCEPTOS EMITIDOS POR EL GRADUANDO”
AGRADECIMIENTO

A la Vida...
Por haberme permitido ser, en la inmensidad de la nada.

A Dios...
Por la promesa de poder,
Seguir siendo.

A mis Padres...
Por el inmenso regalo de la existencia
Y el inmarcesible sentimiento del amor.

A mi Esposa: NANCY ESPERANZA ONTIBÓN ROMERO...


Por la mitad de la vida,
Que me faltaba.

A mi Hijo: SANTIAGO ALEXIS ROMERO ONTIBON...


Por la esperanza de trascendencia,
Y la certeza de perpetuidad.

A mis Maestros...
Por la guía y consejo,
Plasmados en experiencias de vida.

A mis Suegros...
Por el respaldo y cariño.

A mis Amigos y compañeros...


Por compartir y respaldar el proceso de formación.
DEDICATORIA:

A la mirada de mi Esposa y mi Hijo...


Por llenar de luz y alegría mi existencia
TABLA DE CONTENIDO

Pág.

INTRODUCCIÓN 11
1. PRESENTACIÓN GENERAL DEL PROBLEMA
2. ORIGEN DE LA NEW AGE 13
3. PRINCIPALES REPRESENTANTES 15
3.1. Emmanuel Swedenborg (1688 – 1772) 20
3.2. Rudolf Steiner (1861 – 1925) 21
3.3. Alice Bailey (1880 – 1949) 21
3.4. Marilyn Ferguson (1938). 22
4. PRINCIPALES CORRIENTES QUE 23
SUSTENTAN LA NEW AGE
5. LA ESPIRITUALIDA DE LA NEW AGE 26
5.1. Raíces religiosas. 27
5.2. Elementos teológicos. 27
5.3. Autorrealización personal 28
5.4. Una nueva cristología 28
5.5. Una nueva cosmología 29
5.6. Una nueva antropología 31
5.7. Un nuevo concepto de religión. 32
6. CUATRO PARADIGMAS DE LA NEW AGE 32
6.1. La reaparición de Cristo 34
6.2. Emergencia 34
6.3. La conspiración de acuario 37
6.4. Mensaje acuariano. 39
7. CARACTERÍSTICAS FILOSOFICAS DE LA 41
NEW AGE.
7.1. Emocionalismo 45
7.2. Orientalismo 45
7.3. Milenearismo 46
7.4. Ocultismo. 47
7.5. Subjetivismo 49
7.6. Sincretismo 51
7.7. Pelagianismo 53
7.8. Panteísmo. 54
7.9. Indigenismo 55
7.10. Gnosticismo 57
7.11. Psicologismo 58
7.12. Ecologismo 60
7.13. Holismo 62
8. ASPECTOS POSITIVOS O ACIERTOS DE LA
NEW AGE 63
9. ASPECTOS NEGATIVOS O DESACIERTOS DE
LA NEW AGE 65
10. CONCLUSIÓN 71
11. GLOSARIO 77
12. BIBLIOGRAFÍA 82
INTRODUCCIÓN

En brevisimo tiempo, han proliferado obras sobre la “Nueva Era” (“New


Age”) y la “Nueva conciencia”, sobre la experiencia de sí mismo, la
meditación y la “sicología transpersonal”, sobre el esoterismo y los
fenómenos ocultos.

No se trata sólo de una nueva ola que se haya puesto de moda o de impulsos
del instinto comercial de los editores y que se ha condensado en la
producción de tantos libros y artículos de revista. No, sino que detrás de
todo ello, en muchos de nuestros contemporáneos, genuinas necesidades se
acaban de despertar: necesidades religiosas, ideológicas y existenciales,
que, por las razones que sean, no son ya satisfechas, por la religiosidad
cristiana, o lo son de manera insuficiente.

Por eso, este nuevo movimiento supone una interpelación muy enserio a los
cristianos.

El movimiento de “New Age”, también llamado de la Nueva Era, preconiza


por diversas vías una visión utópica del universo y el advenimiento de una
época de armonía y progreso. Integrado por individuos, grupos activistas,
empresas, líderes espirituales y sus seguidores, el movimiento impulsa
reivindicaciones feministas, ecologistas, espirituales y defiende la
capacidad humana dentro de la corriente principal en la década de 1980;
creando en varios países un gran mercado de libros, revistas, cintas de
video, talleres, retiros y exposiciones sobre el tema, así como de amuletos,
alimentos naturales, libros de meditación y métodos curativos.

Mediante la realización del presente trabajo me propongo dar a conocer


algunas de las características más importantes del movimiento Nueva Era
como son: origen, principales postulados, representantes, aciertos y
desaciertos de dicho fenómeno que sirvan de aporte para el discernimiento
desde el punto de vista filosófico-cristiano, los aspectos positivos y

11
negativos que la “New Age” contempla en función del esclarecimiento de
los verdaderos aportes de la “New Age” a la vida del hombre.

12
1. PRESENTACION GENERAL DEL PROBLEMA

En época de grandes cambios y de crisis, como la nuestra, las personas buscan


alguna clase de estructura o ideología de donde asirse; o en otras palabras,
puntos de referencia desde los cuales puedan situarse y apoyarse para seguir
avanzando en el reto constante de darle sentido a la vida.
Esa búsqueda de nuevos parámetros, de nuevos horizontes, de nuevos
paradigmas, explica en parte, el surgimiento de una nueva conciencia.
Es aquí donde surge la necesidad de buscar algo distinto, un nuevo aire, una
nueva sabiduría, una vía más universal capaz de unificarlo todo, crear más
fraternidad y abrir nuevos rumbos.

La “New Age” se presenta como un movimiento que pretende dar respuesta


integradora a la óptica fragmentaria del racionalismo que planteó una visión
del mundo basada exclusivamente en la razón.
Con su pretensión de solución total; soluciones fáciles y al alcance de todos;
cosmovisión sincretista de carácter extremadamente abierto; respeto a los
individuos y sus gustos; valoración de lo afectivo y emocional; cierto halo de
espiritualidad y religiosidad; cosmovisión acorde con el último y más avanzado
desarrollo de la ciencia, y sintonía con movimientos contemporáneos como la
ecología, el feminismo, el cultivo de la belleza y la salud, etc; No hay duda que
la “New Age” resulta atractiva.
Además, por la realidad que propugna: La transformación del mundo, de la
sociedad, del hombre según todas sus dimensiones y todas sus direcciones
posibles: Interior (espiritual), exterior (política y social) y cósmica (medio
ambiente-naturaleza).
La “New Age” se muestra como contrapartida muy atractiva por su actitud
decididamente positiva a la hora de afrontar los problemas del hombre
moderno.
Al ser un movimiento con características amplias, estructurado a partir de redes
de comunicación y acción, la “New Age” se incultura en cada sociedad de
distintas maneras. Manteniendo rasgos comunes con lo universal, adquiere
rápidamente formas propias a cada medio.

13
Son muchas las personas que se van sumando diariamente a esta nueva
corriente sin tener claridad conceptual sobre el fenómeno, por tal razón y a
pesar de algunas dificultades inherentes al tema, surge la necesidad de
adelantar este estudio con el fin de analizar de manera más atenta y cuidadosa
los aspectos, a mi juicio, más relevantes sobre la “New Age” o Nueva Era
como son: Origen, principales representantes, postulados, aciertos y
desaciertos.

14
2. ORIGEN DE LA “NEW AGE”

Determinar el origen de la Nueva Era no resulta fácil debido a la complejidad


y diversidad de derivaciones que tiene el fenómeno.

Algunos autores como R. Berzosa1 resumen su historia en cuatro etapas:

1. Antecedentes: Nos situamos entre los años 20-40. Autores y corrientes


que, desde Norteamérica, redescubren la religiosidad, cultura y literatura
orientales, y se abren a nuevos campos de experimentación de la mente y
del espíritu (esoterismo, espiritismo, etc). Como por ejemplo Paul Le Cour.
2. Fundación: Entre los años 40 y 60, y marcados por la experiencia
existencial y dramática de la guerra mundial, se buscan nuevos mensajes
morales, éticos y religiosos para reconstruir las bases de una nueva
humanidad y sociedad. Sobresale Alice A. Bayle.
3. Consolidación: Ya situados en los años 60 y 80, ante la experiencia
optimista del desarrollismo, del progreso, de la sociedad del bienestar, junto
al boom de las sicologías humanistas y no directivas del emblemático
Instituto Esalen, y arropados por los movimientos sociales alternativos de
los años sesenta, la “New Age” va adquiriendo consistencia en su utopía de
una fraternidad planetaria, y en el ensalazamiento de lo espiritual.
4. Madurez: Desde los años 80, asistimos a la última generación de la “New
Age”. El nuevo paradigma científico de cuño holístico y ecológico, las
nuevas corrientes musicales katárticas y minimalistas, y el desarrollo de
nuevas formas de sicologismo humanista, van definitivamente invadiendo
diversos campos y niveles. Aquí se sitúa el fenómeno de M. Ferguson.

Ese sería, a grandes rasgos, el itinerario de la “New Age” según este autor. Sin
embargo no parece tan claro. M. Guerra 2 escribe que los simpatizantes de la

1
BERZOSA, R., 1995. Nueva era y cristianismo: entre el dialogo y la ruptura, Biblioteca de Autores
Cristianos, Madrid: 37, 49.
2
M. Guerra, los nuevos movimientos religiosos. 565

15
“New Age” afirman la inexistencia de un fundador, de un director carismático,
y hasta de una sede social.

Según otros autores, al parecer los primeros que introdujeron el concepto de


“New Age”, o era de Acuario, tal y como la entendemos hoy, fueron: Paul Le
Cour (1861 – 1934), y Alice Bailey ( 1880 – 1949), en la primera mitad de
nuestro siglo.
Aunque el término “New Age” ya era conocido antes; desde 1900. En efecto,
los Masones del Sur editaban un boletín con este nombre (New Age Magazine);
pero fue P. Le Cour quien, en 1937, publicó el libro La Era de Acuario, o la
llegada de Ganimedes, profetizando hacia el año 2000 el regreso de una
reencarnación de Cristo. Le Cour procedía del catolicismo, conocía diversos
ambientes esotéricos y ocultistas.

Por su parte, Alice Bailey, después de un fracasado matrimonio con el


sacerdote episcopaliano Walter Evans, se inició en la Sociedad Teosófica, y se
casó con Foster Bailey, Secretario Nacional de la Sociedad Teosófica de EE.
UU.
Muy marcada por la experiencia trágica y dramática de la segunda guerra
mundial, ella afirmó haber recibido mensajes, confirmados en 1945, de un
maestro denominado “El Tibetano o el Cristo”, los que le llevaron a fundar un
nuevo movimiento con un triple objetivo: nuevo orden mundial; nuevo
gobierno mundial; nueva religión mundial. Todo ello avalado por el retorno de
un Cristo que ofrece, resume y concentra en sí mismo una triple dimensión3: El
integrador del triángulo poder-amor-luz; el nuevo dispensador del agua de la
vida (signo de Acuario) y el sustentador de los pequeños o de quienes buscan
una conciencia e iniciación superior.

Para Jean Vernette,4 el caldo de cultivo geográfico más importante fue


California en la década 60-70. Y según el Cardenal G. Danneels 5, el
movimiento, nacido en California, tendría su exponente originario y
fundamental en el libro de A. Bailey, El Retorno de Cristo.

3
Cf. A. BAILEY, La reaparición de Cristo (Argentina 1952) 72-79.
4
Cf. J. VERNETTE, Le Nouvel Age. A L ´aube de I´ere du Versaeau (París 1990) 45-49
5
G. DANNEELS, Cristo o Acuario (Carta pastoral en la Navidad de 1990): “Boletín Informativo del
Secretariado de la Conferencia Episcopal de Relaciones Interconfesionales” 35 (Mayo-Agosto1991) 5-16

16
De acuerdo con A. Jiménez Ortiz 6 la “New Age”, en cuanto tal, tuvo su origen
en los primeros años de la década de los setenta en California, como punto de
cristalización de lo que venía surgiendo en los años sesenta: se pretendía con la
“New Age” presentar un modelo alternativo sociocultural frente a las doctrinas
y estructuras de las Iglesias tradicionales frente a la destrucción de los mitos
del progreso y consumismo, y todo ello en aras de favorecer una auténtica
liberación del espíritu, una nueva era del amor y una mayor expansión de la
conciencia. El nacimiento de la “New Age” se situaría hacia 1961, fecha en la
que Michael Murphy y Richard Price abrieron el Instituto Esalen en Big Sur
(California), dando origen a lo que se denominó “movimiento del potencial
humano”7.
Estas mismas tésis vienen avaladas por M. Fergunson,8 cuando califica a
California de “laboratorio de transformación”, o afirma que “la Conspiración
de Acuario se nutre sobre todo de California”: En 1961, Michael Murphy y
Richard Price abren el Instituto Esalen en el que participarán G. Herad, Alan
Watts, Arnold Toynbee, Linus Pauling, P. O. Brown, Carl Rogers, P. Tillich,
Rollo May y A. Maslow. Desde 1962, a través de la revista “Look”,
comenzaría a cuajar más y más lo que sería la Conspiración Acuario. El
influjo de Aldous Huxley es decisivo. En 1972, Michael Davy hablaba de “la
búsqueda de una nueva religión, mezcla del pensamiento del Instituto Esalen,
del lenguaje revolucionario de los años sesenta y del misticismo de Huxley”.
Y, desde 1975, se comienzan a formar grupos itinerantes que, desde California,
organizan conferencias y seminarios por todo EE. UU.9

José María Vegas10 señala, como libro catalizador de la “New Age”, “La
Conspiración de Acuario”, y como signos premonitorios: el iluminado Joaquín
de Fiore y su descendencia espiritual, impulsores de la “Era del Espíritu
Santo”, o del ciclo de la inteligencia espiritual, cuyo reinado corresponde a los
contemplativos.11

Por su parte, R. Bosca12 señala como presedente de la “New Age” el


“trascendentalismo”. Un movimiento de intelectuales norteamericanos del
siglo pasado, orientado a la búsqueda de interioridad y de contacto con las
6
A. JIMÉNEZ ORTIZ, Por los caminos de la increencia. La fe en diálogo, 128-130
7
Entre los que dirigieron seminarios en Esalén destacan Arnold Toynbee, Carl Rogers, Paul Tillich, Rollo
May, Abraham Maslow y Carlos Castaneda.
8
M. FERGUSON, La Conspiración de Acuario (Barcelona 1985) 147-159.
9
M. FERGUSON, La Conspiración de Acuario, 151-159.
10
J. M. VEGAS, El desafío de la Nueva Era (Madrid 1994) 16-24.
11
Sobre este tema, cf. H. DE LUBAC, La postmodernidad espiritual de J. De Fiore, 2 vols. (Madrid 1989).
12
R. BOSCA, Una espiritualidad difusa para un hombre vacío: “Palabra” 347 (Diciembre 1993) 48-49

17
religiones orientales. Entre sus fundadores estarían Ralph Waldo Emerson, y
hasta el influjo del poeta Walt Whitmann. También se puede anotar como
precursor el movimiento “beatnik”, surgido entre la intelligentsia
norteamericana durante la posguerra, con representantes como el poeta Allen
Ginsberg y el novelista Jack Kerouac. Otro hito importante sería el movimiento
hippy de los años sesenta, y la publicación del libro de J. Bergier-L Pauwels,
El retorno de los brujos (1960), convertido en un best-seller, que hacía una
llamada a lo paranormal, más allá del racionalismo.

Existen también otros ángulos para determinar su origen basados


principalmente en la consideración de sus raíces esotéricas orientales, socio-
culturales, psicológicas y astronómicas.

Michel Fuss13 al analizar el fenómeno en Europa también ubica su origen en


los años setenta, el cual vendría a ser el resultado de la confluencia de cuatro
elementos: religión judeo-cristiana; el proceso de secularización; el
gnosticismo; y la importancia que adquieran las religiones orintales. Señala
que algunas de las causas que contribuyeron al inicio del movimiento se
encuentra la idea expandida en la época de que tanto la tradición judeo-
cristiana como la misma visión secularista habían fracasado, y cuyo
desencantamiento se expresó en las revoluciones estudiantiles en 1968, las
cuales provocaron un fuerte conflicto generacional. A esto debía unirse la
percepción que las Iglesias y el progreso tecnológico no habían sido capaces de
dar una respuesta satisfactoria a los anhelos de construir un mundo mejor, que
se encontraba amenazado por la contaminación del medio ambiente, el peligro
permanente de la amenaza nuclear y la creciente pobreza en la sociedad. Esta
situación exigía un nuevo equilibrio llamado a sacar a los hombres del vacío
espiritual existente a partir de una religiosidad primitiva cósmica que
constituía fundamentalmente un retorno a la gnosis asumiendo elementos de
las religiones orientales.

Si bien la “New Age” tiene hoy una dimensión geográficamente universal, su


origen debe buscarse en la costa oeste de Estados Unidos, a la que
tradicionalmente se considera una matriz de movimientos contraculturales.
Resulta verdaderamente llamativo el origen norteamericano de varios de los
movimientos antecedentes mencionados.

13
FUSS, M, 1991. “New Age”: el supermercado espiritual. En revista Católica Internacional

18
En la “New Age” el sentido religioso se vacía en el molde individual: un
verdadero traje a la medida de las virtudes y los defectos de cada sujeto. Allí
no existen exigencias sino retribuciones: es la entrada triunfal en Jerusalén y la
transfiguración, aunque sin el calvario ni la cruz. Nada que pueda representar
la incomodidad de atarse a algo que vaya más allá de la propia subjetividad.

“La mejor religión es un corazón que ama”, es una consigna con alma de
eslogan publicitario al alcance de todos los gustos que es propio de la nueva
espiritualidad. Ella parece juntar vertientes tan distintas como la de José Silva
y el Dalai Lama. En este universo de los buenos deseos en que las exigencias
tienden a diluirse en un clima evanescente, ¿puede concebirse algo más
poético, y sobre todo adecuado al descompromiso, tan característico, por lo
demás, de la postmodernidad?

En el anuncio de un cursillo de meditación holística se invita a comprender la


actividad como un proceso global: nadie debe presumir de tener toda la verdad.
En este ambiente relativista, tanto vale el misticismo de San Juan de la Cruz
como la meditación taoísta de la risa. Se trata de una verdad light: “Sin
dogmas, disciplinas rígidas o autoridades infalibles”.

Debemos concluir en este breve recorrido histórico que el fenómeno de la


“New Age”, fue elaborando progresivamente a partir de los años sesenta,
frente al cual no es posible señalar con exactitud un fundador determinado,
pues, tampoco posee un domicilio social, ni libros sagrados que se constituyan
en sus fuentes únicas, ni un líder específico, ni dogmas. Es fundamentalmente
el resultado de la asimilación de variados movimientos de los cuales han
tomado diversos aspectos transformándolo en una realidad ecléctica y
sincrética.

19
3. PRINCIPALES REPRESENTANTES.

La pluralidad de tendencias que componen este fenómeno no impide el que


pueda señalar algunos de sus principales precursores y representantes que han
influido tanto en su surgimiento como en su desarrollo actual. Estos se pueden
ubicar bajo diversas perspectivas: científica; psicológica; gnóstica y ocultista;
espiritista y desde otros campos como son el religioso y literario 14. La relación
que dichas personas pueden tener con la “New Age”, es de distinta índole:
desde aquellos que en algún momento se han sentido llamados a entregar una
visión nueva del destino del mundo; los que han encontrado en sus postulados
una expresión específica de sus teorías, y finalmente, algunas figuras notables
del pensamiento que son presentados como los anticipadores y precursores de
la Era de acuario.

La presentación de una lista completa de los principales representantes y


divulgadores de la “New Age”, evidentemente sería una tarea casi imposible,
ya sea por las dimensiones que ha adquirido el fenómeno y por escapar al
objetivo del presente trabajo. Sobre este punto existen diversos estudios,15 por
lo tanto expondré aquellos que en la actualidad son considerados los que mayor
influencia siguen teniendo en las múltiples expresiones.

14
Cfr. GIL, J-A. NISTAL, 1994. New Age. Una religiosidad desconcertante, Barcelona. Apéndice III.
Menciona como los principales representantes en los diversos campos a E: Swedenborg (1688-1772) y A.
Einstein (1879-1955) en el plano científico; C. Jung (1875-1961), E. From (1900-1980), C. Rojas (1902-1989),
A. Maslow (1908-1970) en el plano psicológico; R. Steiner (1861-1925) y A. Bailey (1880-1949), en el plano
gnóstico y ocultista; A. Kardec (1804-1869) y A. C. Doyle (1859-1930), en el plano espiritista, y finalmente en
el campo religioso y literario A. Toynbee (1889-1975), A.L. Husley (1894-1963) K. G.Durckeim (1896-
1988).
15
Cfr. GIL, J J. NISTAL. 1994. “New Age”: una religiosidad desconcertante, Editorial Herder, Barcelona,
1994: 113-166; INTROVIGNE, M. 1994. Storia del New Age 1962-1992. Cristianitá, Piacenza: 31-84; 121-
164; BERZOSA, R. 1995: 37-49.

20
3.1 EMMANUEL SWEDENBORG (1688-1772).

Este autor sueco fue el primero que expuso la visión de una nueva época de la
historia de la humanidad16. En sus escritos señaló la casi matemática
correspondencia entre el mundo visible y el invisible, afirmando una evolución
progresiva de la revelación divina. Publicó entre los años 1749-1756, en ocho
volúmenes su obra Arcana Coelestia, afirmando que estaba en comunión
directa con los espíritus de los difuntos, los cuales le permitían afirmar la
existencia de una única entidad divina de carácter global.
Esta concepción ha servido para fundamentar las diversas terapias corporales
destinadas a lograr la integración y participación de esas dos dimensiones.
Es el precursor del espiritismo moderno y sus ideas de la evolución progresiva
de la revelación divina se han constituido en el núcleo del pensamiento de la
“New Age”. Ejerció gran influencia en trascendentalistas norteamericanos
como H. D. Thoreau, cuyos centros derivados de la Iglesia Swendenborgiana,
fundada en 1788, y bautizada posteriormente como Nueva Iglesia, aún
funcionan en diversos lugares.17

3.2 RUDOLF STEINER (1861-1925).

Se inició en el Rosacrucismo en Viena a los veinte años, para afiliarse en 1902,


a la Sociedad Teosófica de H. P. Blavatsky18, fundado posteriormente su
propia escuela: la Sociedad Antroposófica, con el objetivo de combatir el
materialismo y unir las religiones en una síntesis espiritual superior, además
propugnaba la posibilidad de adquirir una sabiduría humana a la cual todos
tuvieran acceso a partir de un conocimiento o un camino que es necesario
descubrir a través de la libertad interior. En esta visión se desarrolla un
verdadero culto al yo tanto en el terreno religioso como social.

16
FUSS, M. 1991: 230.
17
Cfr. MOLET, L. 1987. Emmanuel Swendenborg, en P. Poupard (dir), Diccionario de las religiones, Herder,
Barcelona: 1696-1697.
18
Helena Petrovna Blavatsky (1813-1891), fundó en 1875 la Sociedad Teosófica. Sus obras principales son
“Isis desvelada” (1875) y la “Doctrina Secreta” (1888), cuyas enseñanzas aparecen en el pensamiento de la
New Age. Como son: retorno de Cristo; rechazo de la tradición judeo-cristiana; estructuración de una religión
universal uniforme para la Nueva Era.

21
Sus teorías abarcan diversos ámbitos: agricultura, pedagogía, medicina y arte,
lo que explica su gran influencia en los seguidores de la Nueva Era. Es muy
conocido el método biodinámico desarrollado por Steiner, que procura unir la
dimensión espiritual de la naturaleza con la de la tierra y el cosmos. El cuerpo
poseería tres grados: físico, etéreo y astral. Se propone desvelar lo profundo del
alma a partir de la interiorización meditativa, planteando un desarrollo hacia el
interior del individuo el cual le permitirá alcanzar una conciencia superior
(cuerpo etéreo-cuerpo astral)19. Tiene una concepción cristológica esotérica,
afirmando que todos los seres humanos poseen la misma naturaleza de Dios y
son capaces de alcanzar la plena verdad de sí mismos.

3.3 ALICE BAILEY (1880-1949).

Esta discípula inglesa de la Sociedad teosófica de H. P. Blavatsky, emigrada a


Norteamérica, que contrajo matrimonio con Foster Bailey, Secretario Nacional
de la Sociedad Teosófica de los Estados Unidos; es considerada una de las
personas que ha tenido un rol capital en la constitución de los fundamentos de
la Nueva Era. Marcada fuertemente por los acontecimientos de la guerra
mundial señala haber recibido revelaciones directamente de Cristo, fundando
en 1932, la Asociación Buena Voluntad Mundial, que propiciaba la
necesidad de crear una nueva humanidad basada en la labor de cada individuo.
Esta debía constituirse en el motor del desarrollo colectivo para lograr la plena
unificación del cuerpo y el espíritu en todas las personas20. Su obra literaria es
abundante, entre las que se destacan: De Belén al calvario. Las iniciaciones de
Jesús”: publicada en Argentina en 1937, pretende ser una interpretación de los
principales acontecimientos de la vida de Jesús y su significado para el hombre
contemporáneo, los cuales divide en cinco etapas: nacimiento, bautismo,
transfiguración, crucifixión y resurrección, que constituye un anticipo de las
cinco etapas que debe pasar el hombre y la humanidad. En ellas, Cristo nos
exteriorizó, a partir de su vida, que estos cinco ciclos nos muestran que el
destino de las personas es resucitar21.
19
Cfr. SUDBRACK, J. 1990: 112-113.
20
“Una piedra se transforma en árbol, un árbol en animal, un animal en un hombre, un hombre en un espíritu y
el espíritu en Dios”. Tomado de J. Sudbrack, 1990: 112.
21
LA REAPARICIÓN DE JESÚS, es probablemente la obra mas conocida fruto de las “revelaciones” que
tuvo durante 1945. publicada en 1952, contiene en sus ocho capítulos diversos temas orientados a mostrar a
Cristo como el nuevo sustentador de la Era de Acuario.
LA EDUCACIÓN EN LA NUEVA ERA, publicada en Málaga, en 1988, contiene los principios pedagógicos
básicos tendientes a preparar a las personas para la Nueva Era. La educación del futuro deberá comprender “la
verdadera naturaleza interna de la persona humana, erigir un puente entre cerebro, mente y alma para obtener

22
3.4 MARILYN FERGUSON (1938)

Esta autora norteamericana es considerada una de las principales representantes


en la actualidad de la “New Age” en los Estados Unidos. Su obra La
Conspiración de Acuario22, se ha transformado en un verdadero best seller
vendiendo más de medio millón de ejemplares en los Estados Unidos, y ha sido
traducido a ocho idiomas.
Esta conspiración acuario o nuevo paradigma es definida por su autora de la
siguiente forma:
“Una vasta y poderosa red, que carece no obstante de dirigentes, está
tratando de introducir un cambio radical en los Estados Unidos. Sus miembros
han roto con ciertos aspectos claves del pensamiento occidental, y pueden
incluso haber quebrado hasta la misma continuidad con la historia.

Esta red es La Conspiración de Acuario. Se trata de una conspiración


desprovista de doctrina política, carente de manifiesto. Está integrada por
conspiradores que buscan el poder tan sólo para disgregarlo, y que se valen
de estrategias pragmáticas, incluso científicas, pero con una perspectiva tan
cercana a la mística, que apenas se atreven a hablar de ello. Son activistas que
plantean cuestiones de muy diversa índole, que están desafiando al
establishment desde su propio interior.

Más amplia que una reforma, más profunda que una revolución, esta especie
benigna de conspiración en pro de un nuevo programa de actuación humana
ha desencadenado el realineamiento cultural más rápido de toda la historia.
El vasto, estremecedor e irrevocable movimiento que se nos está viniendo
encima no es un nuevo sistema político, religioso ni filosófico. Es una nueva
mentalidad, el surgimiento de una sorprendente visión del mundo, en cuyo
marco hay cabida tanto para la ciencia de vanguardia como para las
concepciones del más antiguo pensamiento conocido.

Los conspiradores de Acuario se alinean a lo largo y a lo ancho de todos los


niveles de renta y educación, desde los más humildes a los más elevados. Hay

una personalidad integrada, y construir un puente entre la mente inferior, el alma y la mente superior, para
alcanzar la iluminación de la personalidad”. Síntesis presentada por R. BERZOSA, 1955: 89.
22
FERGUSON, M. 1985. La Conspiración de Acuario: transformaciones personales y sociales en este fin de
siglo (1980). Editorial Kairos, Buenos Aires. Otra obra importante es la “Revolución del Cerebro”(1973),
publicada en Madrid en 1980, en la cual sostiene que todas las técnicas transpersonales y alternativas
contemporáneas están referidas a lograr la relación entre mente y cerebro.

23
maestros y oficinistas, científicos de renombre, políticos y legisladores,
artistas y millonarios, taxistas y primeras figuras en el campo de la medicina,
la educación, el derecho, la psicología. Algunos se manifiestan abiertamente
en su defensa, y sus nombres pueden resultarnos familiares. Otros prefieren
silenciar su implicación, en la creencia de poder resultar más eficaces si no les
son atribuidas ideas que con frecuencia han sido mal comprendidas.

Hay legiones de conspiradores. Los hay en corporaciones, en universidades y


en hospitales, entre el profesorado escolar, en fábricas y en consultorios
médicos, en instituciones estatales y federales, entre concejales de
Ayuntamientos y miembros de la Casa Blanca, en las Cámaras legislativas, en
organizaciones de voluntarios, y en prácticamente todos los centros de toma
de decisiones en el país.

Los conspiradores, cualesquiera que sean sus niveles sociales o su grado de


sofisticación, están ligados entre sí, emparentados por sus descubrimientos y
“terremotos” interiores. Uno puede sobrepasar antiguos límites, superar
inercias y miedos pasados, y alcanzar niveles de plenitud que parecían
imposibles..., descubrir raudales de posibilidades de libertad y de cercanía
humana. Se puede ganar en productividad y sentirse más cómodo y confiado
en medio de la inseguridad. Los problemas pueden sentirse como retos, como
ocasiones para renovarse, más que como fuentes de estrés. Actitudes
habituales de autodefensa o de preocupación pueden desmoronarse. Todo
puede ser de otra manera”.23

Las notas más características de la visión propuesta por M. Ferguson son: una
concepción de la humanidad enraizada en la naturaleza; promoción de la
autonomía personal; capacidad para administrar nuestras propias
potencialidades; herederos de las riquezas de la evolución; concepción de la
naturaleza como ni buena ni mala; la persona abierta a un proceso permanente
de transformación con capacidad de descubrirse a sí misma.

En definitiva lo que propone la autora bajo este nuevo paradigma es una


perspectiva inédita que supere las anteriores visiones de la humanidad. Para
esto es necesario que los conspiradores descubran que sus vidas no pueden
seguir circunscritas y limitadas, situación que impide que aparezca su imagen
escondida y real:

23
FERGUSON, M. 1985: 23-24.

24
“La irrupción de un nuevo paradigma hace que nos sintamos humildes y a la
vez tonificados; no es tanto que estuviésemos equivocados, cuanto estabamos
siendo parciales, algo así como si hubiésemos estado mirando con un solo ojo.
No nos aporta más conocimiento, sino un nuevo modo de saber...
A lo largo de los siglos unos pocos iniciados en cada generación han
compartido entre sí técnicas diversas... fraternidades, órdenes religiosas y
pequeños grupos diseminados pero eran demasiado pocos, carecían de medios
para propagar ampliamente sus descubrimientos, y la mayor parte de los
habitantes de la tierra estaban lo suficientemente preocupados por sobrevivir,
como para ocuparse de la trascendencia... Los conspiradores nos empujan a
recuperar el poder al que hace tiempos renunciamos en manos de la
costumbre y de la autoridad, y al descubrir, bajo la barahúnda de nuestros
condicionamientos, un núcleo de integridad que trasciende todos los códigos y
convenciones... Emprendamos la “aventura espiritual” que es a fin de cuentas
la Conspiración de Acuario, búsqueda de sentido que acaba siendo un fin en sí
mismo... y finalmente consideramos la evidencia de La posibilidad de un
cambio a escala mundial... El mensaje de la Conspiración de Acuario es que
estamos maduros para el Sí”24.

Este proceso de Transformación está llamado a hacer realidad un mundo sin


fronteras, un mundo nuevo capaz de solucionar los problemas del hombre, de
la injusticia, de la violencia y el dolor, lo cual se logrará a través de esta nueva
espiritualidad. Para esto se requiere prescindir de iglesias y religiones, pues lo
más importante es experimentar directamente la divinidad, el Dios interior,
que conducirá a los hombres a la visión de la Luz. Es lo que denomina el paso
de la religión a la espiritualidad25.

24
Idem., 1985: 31-47.
25
Cfr. Idem: 426-430.

25
4. PRINCIPALES CORRIENTES QUE SUSTENTAN LA “NEW AGE”

El cardenal G. Daneels habla de cuatro pilares que sustentarían la “New


Age”26: una subestructura científica (física holonímica), las religiones
orientales, la nueva psicología humanista y la ciencia astrológica.

C. V. Manzanares27 prefiere hablar de diversos ámbitos sociales en los que la


“New Age” se va introduciendo: música, televisión, juegos, alimentación,
medicina y hasta educación.

A. Jiménez Ortiz28 subraya el sincretismo religioso, el esoterismo, el factor


psicológico y terapéutico, y un determinado concepto de ciencia ecológica.
Todo este conjunto de factores ayudaría a dar respuesta a las necesidades de
los individuos en estos campos: identidad y armonía, conciencia integral
cósmica, mística monista y huida de la angustia, que genera fragmentación
y complejidad, y, ante el anhelo de absoluto, una espiritualidad sin
trascendencia.

En cualquier caso, lo que sustenta la “New Age” es el concepto de un nuevo


paradigma 29: de signo principalmente ecológico y holístico, que abarca todas
las dimensiones: salud, psicología, espiritualidad, política, cultura.

Finalmente, J. Sudbrack30 señala tres grandes corrientes o pilares:


Esteticismo musical, ciencia holonímica, psicología personalista.

26
G.DANEELS, Cristo y las sectas hoy (Madrid 1993) 32-38.
27
C. V. MANZANARES, El retorno del ocultismo, 45-78.
28
A. JIMÉNEZ ORTIZ, Por los caminos de la increencia. La fe en diálogo, 130-145.
29
Cf. J. C. GIL-J. NISTAL, New Age. Una religiosidad desconcertante (Barcelona 1994) 69-108.
30
Cf. J. SUDBRACK, La nueva religiosidad, 19-45.

26
5. LA ESPIRITUALIDAD DE LA NEW AGE

5.1 RAÍCES RELIGIOSAS

Siendo un fenómeno complejo y sincretista en sí mismo, la “New Age” lo es


también en el terreno religioso y espiritual.
Sus raíces son de muy diverso signo 31 manipulación e interpretación muy
subjetiva de los grandes místicos cristianos (Eckart, Juan de la Cruz, Angelo
Silesio, Teilhard de Chardin); uso ambiguo y con distinto significado de
términos cristianos como espiritualidad, mística, meditación, contemplación,
etc.32; fusión de corrientes psicológicas humanistas, de autorrealización,
transpersonal y de psicología profunda; fusión sincretista de elementos de
grandes religiones mundiales, tanto ancestrales como vivas: budismo e
hinduismo (que buscan la experiencia y dan importancia a la meditación y a la
autorrealización), reencarnacionismo (para dar sentido a la angustia de la
muerte), tantrismo y taoísmo (que buscan la unificación total de la persona
humana), sufismo árabe (o la mística profunda para descubrir el verdadero yo),
chamanismo gitano o animista (que cree en las fuerzas de la naturaleza),
religiones primitivas de los indios de América (con su adoración a las fuerzas
naturales), religiones céltico-germánicas (llenas de ritos, magia y esoterismo),
etc. El esoterismo 33 y espiritismo 34; el feminismo de tendencia andrógina
profunda (comunión de sexos más allá de los roles asignados
tradicionalmente)35; la ecología profunda (deep ecology), que fusiona,
prolonga, y eleva la naturaleza36; una sociología de “rostro humano”, y el
31
Cf. J. SUDBRACK, o.c., 63-72; 72-79.
32
Cf. R. BERZOSA MARTINEZ, La Nueva Era y el cristianismo tradicional: “Imágenes de la fe” 270 (1992)
10-11.
33
Con sus grandes principios: lo que se verifica en un plano superior encuentra su correspondencia en los
planos inferiores; todo el universo y la realidad son bipolar (masculino-femenino; positivo-negativo; claro-
oscuro; arriba-abajo; visible-invisible; ying-yang); entre los polos fluye energía recíproca; todo en el cosmos se
desarrolla de manera cíclica, rítmica y está sujeto a la ley del equilibrio; lo importante es penetrar en el
misterio y experimentar “una especie de relámpago o algo claro” que ilumine. Sobre este punto, Cf. J.
SUDBRACK, o.c. 96-110.
34
Cf. ALLAN KARDEG-H. J. DE TURK, Diccionario y catecismo espiritista (Barcelona 1986).
35
Cf. J. SUDBRACK, o. c. 116.
36
Cf. J. SUDBRACK, o.c. 120-123.

27
renacimiento de la teosofía, que, a través de Helena Blavatsky (1831-1891)37,
tanto influyó en A. Bailey38.

Una vez más aparece en el horizonte el verdadero alcance y reto de la “New


Age”: desde dentro de las experiencias religiosas y místicas de la humanidad,
incluido el cristianismo, dar un nuevo y definitivo sentido.

5.2 ELEMENTOS TEOLÓGICOS DE LA “NEW AGE”

C. Vidal Manzanares39 se atreve, en una primera aproximación, y tomando


como punto de referencia el cristianismo, a realizar este breve resumen: no
existe lugar para un Dios Personal, creador y distinto de sus criaturas.
Tampoco resulta claro el concepto de criatura, puesto que se funde en la
divinidad, o se la valora sólo por sus niveles de conciencia, como si no tuviera
consistencia propia. No hay lugar para rendir cuentas ante un Dios Personal, ya
que el hombre no es pecador ni culpable, sino imperfecto, y esta imperfección
va desapareciendo en la medida que se alcanzan niveles superiores de
conciencia, o mediante sucesivas reencarnaciones.

A. Jiménez Ortiz 40 ha subrayado el carácter de autosalvación, mediante la


iniciación progresiva en la gnosis gradual de estados de conciencia y
consiguiente autoexperiencia de sabiduría.

J. Vernette41 subraya que la “New Age” no hay lugar ni para la revelación


propiamante dicha, ni para la gracia, ni para el misterio encarnado de Cristo, en
sentido real sino como mera gnosis, que apela a una nueva venida de Jesús, el
Cristo.

37
H. P. BLAVATSKY, La voz del silencio (Málaga 1990).
38
De la teosofía procede la creencia de un cosmos con alma espiritual; de una conciencia cósmica que se
identifica con el Dios trascendente, y la participación en esta conciencia cósmica como el nivel más alto de
identidad del hombre. Cf. M. KEHL, Nueva Era frente al cristianismo (Barcelona 1990) 55-65. Para la teosofía
en sentido clásico, cf. J. BARRIO, Historia de la filosofía (Barcelona 1989) 103-105, y para su versión más
reciente, cf. J. M. VELASCO, El malestar religioso de nuestra cultura (Madrid 1993) 57-70.
39
Para este tema, cf. S. LOPEZ SANTIDRÍAN, Decurso de la heterodoxia mística y origen del alumbradismo
en Castilla, Cuadernos de Teología, n.19 (Burgos 1960).
40
A. JIMÉNEZ ORTIZ, Por los caminos de la increencia. La fe en diálogo, 129.
41
J. VERNETTE, Le Nouvel Age, 202-203.

28
Para M. Guerra 42 los puntos doctrinales de la “New Age” serían: sincretismo,
conciencia cósmica universal evolutiva, conciencia trascendental del hombre,
creencia en la Era Acuario, retorno del Cristo Cósmico, experiencia directiva
de lo divino sin mediaciones sagradas, cuerpo etéreo y astral, reencarnación y
satanismo.

5.3 AUTORREALIZACIÓN PERSONAL

M. Ferguson43 ha subrayado la importancia de los descubrimientos científicos


sobre el cerebro, que nos hablan de inmensas posibilidades para la realización
humana desconocidas hasta ahora, y que harán posibles nuevas experiencias
como ampliación de la conciencia, aprendizaje acelerado, comunicación
empática, sanaciones, etc.

De todo esto se deduce que nosotros llevamos un mundo totalmente inédito y


por explotar, que nos realizará y hará felices. No cabe el sentido de revelación
exterior, o de gracia, don o mediación; la persona humana ya lleva dentro de sí
misma lo que puede ser y lo que tiene que ser. Sólo le resta desarrollar vías de
iluminación interior y de gnosis cada vez más perfectas, unido a
reencarnaciones en niveles superiores. Hagamos notar que, en el cristianismo,
no se puede hablar de autorrealización, sino de realización mediante la
vivencia de valores superiores y exteriores a la persona humana, que ésta
asimila e interioriza44.

J. Vernette45 relaciona el tema de la reencarnación en la “New Age” con el


esquema propio de la gnosis, en cuanto, para la gnosis no cristiana, la materia
es toda ella divina, como una especie de condensación del espíritu. Todo el
universo sería un mismo ser, una única substancia energética, un organismo
viviente. Por ello la materia es también pensamiento y conciencia en diversas
formas: vegetal y mineral, animal, humana, y por ello es posible la
transmigración. En palabras de un conocido eslogan esotérico, “lo que está
42
M. GUERRA, Los nuevos movimientos religiosos, 566-574.
43
Cf. J. M. VEGAS, El desafío de la Nueva Era, Col. Signos, n. 5 (Madrid 1994) 11-12; K. WILBER, La
conciencia sin fronteras. Aproximaciones de Oriente y Occidente al crecimiento personal (Madrid 1991).
44
En la línea de autorrealización, remitimos a A. BLAY, Ser. Curso de psicología de la autorrealización
(Barcelona 1992). Véanse en esta misma línea títulos de la editorial Luciérnaga. Como crítica a la
autorrealización, desde el punto de vista cristiano, cf. R. BERZOSA, El camino de la vocación cristiana
(Estella 1991) 45-77.
45
J. VERNETTE, Le Nouvel Age, 113-122. Sobre este tema tratado de forma muy completa, cf Id.
Reencarnación, resurrección (Madrid 1994).

29
aquí abajo es como lo que está arriba”. El hombre es, por ello, microcosmos y
macrocosmos, y está compuesto de siete cuerpos, a imagen de los siete planos
del universo. Universo, que, repetimos, es emanación de la divinidad. La
persona humana, al mismo tiempo que pasa por niveles de consciencia, debe
pasar por diversas vidas existenciales para alcanzar la plenitud.

5.4 UNA NUEVA CRISTOLOGÍA

Resulta fundamental remitirnos a A. Bailey46. La base de la Nueva Era se


centra en el nuevo regreso de Cristo. Pero de un Cristo total: capaz de unificar
las fuerzas espirituales de la humanidad, resumidas en el triángulo Luz –Amor,
Poder, capaz de darnos la nueva agua de la Era de Acuario, y capaz de
iniciarnos en nuevas formas de conciencia e iluminación interior. Cristo es el
paradigma de la humanidad, de la religión y de la unión de las culturas
orientales y occidentales.
Los rasgos que A. Bailey destaca de Cristo, el terreno y el que vendrá en el
futuro, son: “1. Por primera vez en la historia de la humanidad, el amor de Dios
se encarnó en un hombre, inaugurando la era del amor. 2. Cristo anunció que el
Reino de Dios se hallaba en la tierra, y también dijo que buscásemos
primeramente ese Reino y que considerásemos lo demás como secundario. 3.
Cristo reveló en la Transfiguración la gloria innata en todos los hombres, y la
triple naturaleza inferior –física, emocional y mental- yace allí postrada ante la
gloria revelada. 4. Finalmente, con el triunfo de la crucifixión o gran
renunciación, Cristo introdujo por primera vez en la Tierra un tenue hilo de la
Voluntad divina proveniente del Hogar del Padre (Shamballa) que pasó a la
compensiva custodia del Reino de Dios, y, que por mediación de Cristo, fue
presentado a la humanidad... El Cristo histórico y el Cristo en el corazón
humano son realidades planetarias... Cristo vendrá de nuevo, no como el
Omnipotente Dios de la ignorante creación del hombre, sino como el Cristo,
Fundador del Reino de Dios en la Tierra, para terminar el trabajo que El
comenzó, y nuevamente demostrar la divinidad en circunstancias mucho más
difíciles... Cristo traerá luz y vida abundantes... No le interesa el credo que se
profese; su objetivo es traer el amor de Dios a la humanidad. Cristo no tiene
barreras religiosas en su conciencia, ni le da importancia a la religión que
profesa el hombre”47.

46
Cf. A. A. BAILEY, La reaparición de Cristo (Argentina 1952).
47
Cf. A. A. BAILEY, La reaparición de Cristo (Argentina 1952) 47-55.

30
Ampliando lo señalado en otros apartados, el nuevo Cristo se llamará también
“Logos Solar”, y equivale al Maestro de la Verdad, que se reencarna en cada
época zodiacal, en maestros espirituales en una nueva iniciación mística de ese
mismo Cristo. Es la espiritualidad del Cristo-Cósmico, del Cristo-Energía, del
Espíritu Crístico-Universal, antes encarnado en grandes personalidades
religiosas: Buda, Krishna, Jesús de Nazaret, Mahoma 48. De cualquier forma, el
Cristo no es sólo uno, único, mediador y salvador. Se aplica a diversos
personajes y, finalmente, a cada uno de nosotros49.

Cristo, en el fondo, y en palabras de A. Bailey50, nos enseña a desarrollar la


propia conciencia como individuo, y la conciencia de raza o totalidad de la
especie humana. La evocación consciente de la vida crística en cada corazón
humano, y nuestra rápida integración en el reino de Dios, es la tarea inmediata
que nos espera, y el sentido de nuestra vida.
En palabras de A. Bailey51, “estamos en el proceso de pasar de una era
religiosa a otra. Las actuales tendencias espirituales se van definiendo cada vez
más. Los corazones de los hombres nunca han estado más abiertos que ahora a
la impresión espiritual, y la puerta hacia el propio centro de la realidad está
abierta de par en par”.
Resumiendo, los nuevos nombres y atribuciones de Cristo serían: Cristo
Cósmico, Cristo Instructor Mundial, Maestro Interior52.

5.5 UNA NUEVA COSMOLOGÍA

Capaz de cubrir el vacío y sin sentido del hombre y de la sociedad actual, y


abrir a una nueva liberación más integral que la meramente racionalista-
ilustrada o práxica. Es una cosmología inspirada en la visión de Teilhard de
Chardin, pero dando un paso más: es la evolución transformadora de la
cosmogénesis a la biogénesis; y de la biogénesis a la antropogénesis. Una vez
vivenciada la antropogénesis como conciencia colectiva y vivencia del amor
total, se pasará a la noogénesis superior53. Es decir, se pasa de lo natural inerte

48
Cf. M. FUSS, a.c., 234-235; J. VERNETTE, Le Nouvel Age, 193-195; Id. , Jesús dans la nouvelle religiosité
(París 1987)No entramos ahora en describir la sugerencia de que Jesús fue un iniciado en las doctrinas secretas
de Oriente tal y como propone H. Dowling en su Evangelio de Acuario (1908).
49
M. ANGLARÉS, Nueva Era y fe cristiana (Madrid 1994) 19-20.
50
A. BAILEY, De Belén al Calvario. Las iniciaciones de Jesús (Argentina 1937) 7-8.
51
Ibid., 11.
52
Cf. J. C. GIL-J. A. NISTAL, New Age. Una religiosidad desconcertante (Barcelona 1994) 206-212.
53
Cf. M. FUSS, a.c., 234; J. VERNETTE, o.c., 189-190

31
a lo biológico; de lo biológico a lo humano; de lo humano a la humanidad; y de
la humanidad “nueva”, con conciencia ecológica y holística, o de fusión, a una
conciencia superior y perfecta. Todo ello moviéndonos dentro de un
inmanentismo (sólo un mundo: el nuestro) y de un panteísmo (todo es a la vez
natural y divino)54.

5.6 UNA NUEVA ANTROPOLOGÍA

La persona humana, según la “New Age”, es religiosa en el fondo de su


existencia, pero no religiosa ni religada a un Dios personal. Es religiosa con
relación a un sentimiento y percepción originaria de la vida de la naturaleza, la
percepción de sus leyes, la inmersión en la corriente sobrenatural de la vida
misma. Es, en resumen, místicamente ecológica, o hace de la ecología su
mística genuina. Esta nueva mística en palabras de H. Mynarek55, y de
acuerdo con las obras de D. Spangler y M. Ferguson, pretende abarcar todo y
todos los espacios interiores y exteriores de la realidad. Siguiendo una línea
antropológica fundamental, pide la ampliación, extensión y prolongación de la
perspectiva humana, la dilatación de la existencia espacio-temporal hasta
dimensiones desconocidas aunque anunciadas por los grandes místicos. En aras
de esta nueva mística debemos acabar con lo objetual, lo dogmático y las
concepciones teológicas de las grandes Iglesias. La nueva teología y
espiritualidad es funcional-dinámica y no objetual-institucional56. O, en
palabras de A. Jiménez Ortiz 57, el camino de la salvación está escondido en el
propio yo. A través de experiencias subjetivas y técnicas psicofísicas se
alcanza “la nueva conciencia integral”, la iluminación definitiva en el
encuentro consigo mismo, en el Sí mismo transpersonal que abarca la
totalidad, como energía cósmica que fluye por toda la realidad.

5.7 UN NUEVO CONCEPTO DE RELIGIÓN

Ya en 1948, A. Bailey proponía las bases de una nueva religión basada sobre
las realidades que soportaron la prueba del tiempo y trajeron bienestar y
seguridad a los hombres de todas las partes. Estas verdades serían58:
54
Para una visión más amplia de lo apuntado. Cf. J. VERNETTE, o.c., 188-194.
55
Citado por J. SUDBRACK, o.c., 17.
56
Ibid., 17-18.
57
A. JIMÉNEZ ORTIZ, Ante el desafío de la increencia (Madrid 1994) 121.
58
Cf. A. BAILEY, La reaparición de Cristo (Argentina 1952) 125-128.

32
1. El reconocimiento de la realidad de Dios. Esa realidad central puede ser
denominada como el hombre quiera, de acuerdo a su inclinación mental o
emocional y a su tradición racial y hereditaria.
2. La relación del hombre con Dios, no importa cual sea la creencia.
3. La realidad de la inmortalidad y de la supervivencia eterna o inmortalidad
del espíritu humano.
En todo caso, se pone de relieve el papel central de la persona humana que
busca, es decir, el denominado giro antropológico. Años más tarde, en 1975, se
celebró en Viena el Segundo Simposio Internacional sobre el giro que parecía
estar dando el tema de la creencia y lo religioso: el paso de una religiosidad
confesional a otra de la experiencia, de una religiosidad institucionalizada a
otra personalizada, de una religiosidad formal a otra más interiorizada59.

En este sentido, Consuelo Martín60, discípula de Khrisnamurti, Nisargadatta y


A. Blay, afirma que “la vida religiosa es la expresión del descubrimiento de la
Verdad. Es religioso quien conoce vivencialmente el sentido misterioso de la
vida. Ir una y otra vez a lo interno, lo que realmente soy, volver al origen de
todo, es el camino religioso, y la investigación religiosa es la que nos abre la
posibilidad de vivir desde allí, donde toda ignorancia se disuelve”61. Religión
es volver a unir lo separado. La autora enfrenta las religiones organizadas, “que
son creación del pensamiento humano”, con esa otra religión auténtica, “que es
ante toda vivencia, bella integración de lo que estaba disperso, nueva visión
vivenciada, creadora”62. En definitiva, la religión es la vida del ser humano,
“pero una vida con más propiedad cuando ya se va haciendo más consciente.
Porque cuanto más consciente es la vida humana más religiosa es. Las
personas que parecen más religiosas son simplemente más despiertas. Su vida
está más integrada, más unificada, más alineada con la unidad. El ser humano
se torna más religioso cuando va siendo más consciente del sentido que tiene
su vida”63.

59
Cf. K. G. DURCHEIM, Más allá de las religiones (Barcelona 1990); F. CULTRERA, Hacia una religiosidad
de la experiencia (Madrid 1994). Sobre la unidad religión-vida, cf. I. MUÑOZ, Religión y Vida 194, 93-168.
60
CONSUELO MARTÍN, Lo verdadero y lo falso en religión (Madrid 1991).
61
Ibid., 7.
62
Ibid., 12-13.
63
Ibid., 14.

33
6. CUATRO PARADIGMAS DE LA “NEW AGE”

6.1 LA REAPARICIÓN DE CRISTO. UNA NUEVA EDUCACIÓN (A


BAILEY.)

A Bailey64 escribió este libro para penetrar en el significado profundo que


subyace en los acontecimientos más importantes de la vida de Cristo, y renovar
el interés que éste tiene para el hombre de hoy, delimitado por las enseñanzas
de los teólogos y la vida de los cristianos. Posiblemente hoy se puede captar
más inteligentemente lo que Cristo, que para algunos fue un mito, puede
significar para el hombre contemporáneo. Si se quiere denominar al Cristo
mito, se pueden distinguir en él cinco etapas:
1. Su nacimiento en Belén, que es el nacimiento a una nueva vida, o entrada
en la iniciación.
2. Su bautismo en el Jordán, nacimiento a la vida del Espíritu.
3. La transfiguración en el Monte Carmelo, donde por primera vez se
manifiesta la perfección de Cristo y se les comunica a los discípulos la
posibilidad de ser divinos.
4. La crucifixión en el Gólgota es la muerte a la naturaleza inferior.
5. La resurrección y ascensión el triunfo final que capacita al iniciado para
descubrir la sabiduría perfecta65.

Estas cinco etapas de Cristo pueden ser como un símbolo de cinco estadios o
etapas que debemos pasar cada uno de nosotros, e incluso la humanidad, y que
coinciden con las cinco etapas o ciclos que se pueden observar en religiones
como el budismo o en las enseñanzas de Lao-Tzu. Hasta serían las bases de
una futura y nueva religión mundial66.

El mensaje de Cristo se puede resumir en tres grandes palabras67:


1. Individualismo: Cada individuo tiene un valor en sí mismo.
64
A. BAILEY, De Belén al Calvario. Las iniciaciones de Jesús (Argentina 1937).
65
Ibíd. , 18-30. Hagamos notar que Bailey sitúa la transfiguración en el Monte Carmelo y no en el Monte
Tabor.
66
Ibid., 19-21.
67
Ibid., 23-25.

34
2. Iniciación: Hay que pasar a un segundo nacimiento, es decir, experimentar
una nueva iniciación para una nueva vida.
3. Identificación: Ama al prójimo como a ti mismo; no sólo es importante el
esfuerzo individual, sino también el camino grupal.

El cristianismo, con sus cinco ciclos o etapas, y sus tres grandes principios, es
la flor y fruto de las religiones del pasado68.
¿Cuáles serían, pues, en resumen, las vivencias y contenidos de las cinco
etapas o ciclos, según A. Bailey?

1. En la primera etapa o ciclo (nacimiento en Belén), el primer nacimiento para


los iniciados, se da a entender que en todo ser humano está el “verbo
encarnado”, oculto y velado por la forma. A medida que la rueda de la vida (la
experiencia en Galilea) nos lleva de una lección a otra, nos vamos acercando a
la realidad interna y a la deidad oculta. Aunque el Cristo-Niño se encuentra
todavía en la matriz de la forma, a su debido tiempo, la personalidad física,
emocional y mental de cada uno se fusiona y se comienza a vislumbrar el
Cristo69.

2. En la segunda etapa o ciclo (bautismo en el Jordán), ese nuevo nacimiento


vislumbrado donde fuimos conscientes de un mundo de luz y ser, nos hace
ahora, por el Espíritu, ciudadanos del Reino, unificándonos lo físico,
emocional y mental, el alma y el cuerpo, todos los reinos de la naturaleza, y
dando lugar con ello a una vida espiritual superior70.

3. La tercera etapa o ciclo (transfiguración), más allá de las apariencias, nos


muestra la cualidad divina, su aspecto real. Fue un cambio cualitativo no sólo
para Cristo, sino también para toda la humanidad: nos descubrió el Dios vivo,
el Dios amor71.

4. El cuarto ciclo o etapa (crucifixión) nos habla de la necesidad de morir a la


naturaleza vieja, a las cosas materiales, al pecado y olvido de Dios, tanto
individual como colectivamente. Y a la vez nos anuncia que debemos caminar
hacia una mayor y más definitiva espiritualidad. Cristo realizó lo que puede
llegar a ser un espíritu superhumano. O, en otras palabras, siendo el amor el

68
Ibid., 40.
69
Ibid., 88-90
70
Ibid,. 100-101.
71
Ibid., 139-178.

35
principio y el fin, la larga jornada terminará en la gloria de la renuncia al deseo
personal y en la dedicación al servicio viviente al Dios vivo y a los demás72.

5. La quinta etapa o ciclo (resurrección y ascensión) nos habla de tres


realidades: a) la inmortalidad como protección de lo que realmente apreciamos;
b) el esfuerzo del hombre, su lucha por realizarse, su empeño constante por
mejorar sus condiciones, y dominarse a sí mismo y el mundo de la naturaleza
tienen un sentido; c) resucitaremos a la vida eterna y perteneceremos al cuerpo
de los inmortales73.

En resumen, Cristo con su vida, con su esfuerzo, y con sus cinco crisis,
exteriorizó los misterios divinos; representó el drama de la iniciación; nos
demostró como alcanzar la perfección; llevó a su cima a la humanidad; fundó
el Reino de Dios; alzó su cruz como símbolo y ejemplo de un método para
pasar del mundo tangible al de los valores espirituales, y enseñó que la muerte
debe finalizar y que el destino de los hombres es resucitar74. Todos los
hombres, y todas las religiones, debemos responder a este mismo impulso
espiritual interno, y traspasar las cinco crisis, o etapas, o ciclos del mismo
Cristo75.

Sobre la Nueva Educación76, A. Bailey nos habla de tres objetivos: hacer del
hombre un ciudadano inteligente, eliminar la división que existe entre los
diversos de su naturaleza mental (mente receptiva, mente individualizada y
mente iluminadora) y unificar alma y personalidad, alma y mente superior77.
Por todo ello la educación del Futuro deberá comprender la verdadera
naturaleza interna de la persona humana, erigir un puente entre cerebro, mente
y alma para obtener una personalidad integrada, y construir un puente entre la
mente inferior, el alma y la mente superior, para alcanzar la iluminación de la
personalidad78.

Cada niño debiera ser estudiado desde el punto de vista:


• astrológico, para determinar las tendencias de la vida y el problema peculiar
del alma;

72
Ibid., 179-234.
73
Ibid., 252-255.
74
Ibid., 261-262.
75
Ibíd., 292.
76
A. BAILEY, La educación en la Nueva Era (Málaga 1988).
77
Ibid., 22-23.
78
Ibid., 23-24.

36
• psicológico, complementando psicología occidental con el estudio de los
siete chakras orientales;
• terapéutico, poniendo especial atención sobre su sistema endocrino;
• vocacional, para situarlo en la vida; y
• espiritual, para coordinar cerebro, espíritu y alma 79.

En resumen, la nueva educación se ocupará principalmente de unir consciente


y científicamente los diversos aspectos del ser humano; coordinar la
personalidad, logrando la unificación con el alma; analizar los procesos y leyes
de la mente para que la persona sea dueña de sus pensamientos; lograr un buen
ciudadano; y llevar a la persona desde una mente inferior a la mente iluminada
e iluminadora 80.

En la Nueva Era, o Era Acuariana, se desarrollarán:


a) La ciencia del Antakarana o fusión entre cerebro, mente y alma, y la
comprensión mística de toda dualidad.
b) La ciencia de la meditación, que no se identifica con lo religioso, sino con
el correcto control de la mente, y con la ciencia del despertar y de la
iluminación.
c) La ciencia del servicio, o subordinación de lo inferior a lo superior, para
poder colaborar con el plan verdadero de la nueva humanidad y de la nueva
era81.

6.2 EMERGENCIA (D. SPANGLER)82

Como hemos indicado, la “New Age” tiene mucho de experiencia personal.


Para D. Spangler todo comenzó como un sueño83. Se remonta a su edad más
tierna: su abuelo y sus padres, profundamente humanistas según el autor, unido
a la conciencia que el mismo Spangler tuvo desde niño (conciencia de una
dimensión o presencia trascendente)84, hicieron que él fraguara la idea de una
Nueva Era: “La era de un mundo abierto, y de un yo capaz de desempeñar un
papel en esa más amplia esfera de lo trascendente. Una era de renovación, en la
79
Ibid., 27-28.
80
Ibid., 49-50.
81
Ibid., 107-109.
82
D. SPANGLER, Emergencia. El renacimiento de lo sagrado (Barcelona 1991); este autor, en 1970, publicó
en Londres el libro Revelations.
83
Ibid., 15-84).
84
Ibid., 23.

37
que el trabajo y el ocio, la instrucción y el amor, se unieran para producir una
nueva teoría para la vida entendida como un todo”85. Se puede hablar, por
tanto, de una cultura emergente: una cultura planetaria que existe de forma
simultánea y complementaria en las diferentes culturas históricas de la
humanidad, enriqueciéndolas y siendo enriquecida por ellas86. ¿Cómo se puede
definir esta “New Age”? Spangler, desde su experiencia biográfica y personal,
la define de cuatro maneras87: Tres son imágenes incompletas; sólo la cuarta es
auténtica. Es decir, un primer nivel, que habla de un marco comercial (revistas
de divulgación); otro segundo nivel de fascinación (ciencias ocultas y
esotéricas como la ufología); un tercer nivel de cambio, de nuevo paradigma
(mundo posindustrial); y, finalmente, un nivel o imagen espiritual (nacimiento
de una nueva conciencia, percepción y experiencia de la vida). En el cuarto
nivel estará “la humanidad misma tornándose más plenamente integrada con el
ser de Gaia; una humanidad más plenamente unificada con la presencia de
Dios. Es como una profundización en la naturaleza sacramental de la vida
cotidiana, un despertar de la conciencia que puede celebrar la divinidad en lo
ordinario, y, de esta manera, dar lugar a una civilización sagrada”.

¿Cuáles son los signos del verdadero nacimiento de la “New Age”? Según el
autor88: una imagen positiva del futuro; una concepción del mundo holística
(intercomunicación de todo), andrógina (podemos trascender el sexo), mística
(experiencia sagrada desde todos los aspectos de la vida), global (planetaria) y
de autorrealización de uno mismo; la nueva era habla de acción, de
redenominación de lo sagrado y la exploración de los sacramentos de la vida
ordinaria; finalmente se habla de un nuevo espíritu colectivo de la humanidad
que, desde Gaia, se convertirá en un nivel nuevo de identidad y creatividad, de
integración con la tierra de un estado más profundo de comunicación con Dios.
Esta Nueva Era puede ser definida, según Spangler, más como “profundización
que como cambio”89. Y emergerá, tanto a nivel individual como colectivo, en
cuatro fases: autodescubrimiento, autodesarrollo, integración con el entorno y
con la historia, y como servicio a la humanidad90. Para que esta nueva era
nazca se necesitan diversas estrategias, que abarquen poco a poco todos los
campos de la humanidad91: la educación, considerada como un proceso
permanente durante toda la vida; la economía, basada en la creatividad y

85
Ibid., 26.
86
Ibid., 49.
87
Ibid., 89-92.
88
Ibid., 94-96.
89
Ibid., 101.
90
Ibid., 103.
91
Ibid., 121-127.

38
producción del individuo; una espiritualidad planetaria y terapéutica; las artes,
denominadas de “reciprocidad”; una integración y cooperación mayor de sexos
(andrógina), y una más profunda integración entre ciencia y misticismo,
tecnología y ecología profunda. Por eso, subraya Spangler92, para que la “New
Age” sea una realidad es importante no sólo el nacimiento de hombres nuevos,
sino de comunidades nuevas, donde los nuevos valores sean una realidad.
Spangler quiere dejar constancia, para finalizar su libro, de que “el punto de
partida para un mundo mejor es la creencia de que es posible. La civilización
empieza en la imaginación. El sueño apasionado es el primer paso hacia la
realidad. Las visiones y las ideas son potentes sólo cuando son compartidas”93.

6.3 LA CONSPIRACIÓN DE ACUARIO (M. FERGUSON)94

Según la autora de este voluminoso best-seller, el término “conspiración” no es


algo negativo: esa tomado de N. Kazantzakis cuando afirma que “deseaba
hacer una señal a sus camaradas a fin de que se uniesen para salvar el
mundo”95. Esta conspiración ya se ha puesto en marcha en EE. UU: una vasta y
poderosa red, que carece, no obstante, de dirigentes, tratan de introducir un
cambio radical en ese país. Sus miembros, afirma M. Ferguson, han roto con
ciertos aspectos clave del pensamiento occidental, y pueden que hayan
quebrado hasta la misma continuidad con la historia. Esa conspiración está
desprovista de doctrina política, y carente de manifiesto. Está integrada por
conspiradores que buscan el poder para disgregarlo, y que se valen de
estrategias pragmáticas, incluso científicas, pero con perspectivas cercanas a la
mística. Es, por esto, más amplio que una reforma y más profundo que una
revolución96.

Estamos, en terminología de Thomas Kunh, bajo un nuevo paradigma, que, en


la Conspiración de Acuario, tiene al menos estas notas: concibe a la humanidad
enraizada en la naturaleza; promueve la autonomía individual en el seno de una
sociedad descentralizada; nos considera administradores de todos nuestros
recursos, internos y externos; no nos ve como víctimas ni como peones, ni nos

92
Ibíd. , 139.
93
Ibid. , 176.
94
Cf. M. FERGUSON, La Conspiración de Acuario. Transformaciones personales y sociales en este fin de
siglo (Barcelona 1985); el original data de 1980. De la misma autora en castellano se puede leer: M.
FERGUSON, Revolución del cerebro (Madrid 1991).
95
Ibid., 19.
96
Ibid., 23.

39
considera limitados por condiciones ni condicionamientos, sino herederos de
las riquezas de la evolución, capaces de imaginación, de inventiva, y sujetos de
experiencias que apenas hemos llegado a entrever todavía. La naturaleza
humana no es ni buena ni mala, sino abierta a un proceso continuo de
transformación y trascendencia. Lo único que necesita es descubrirse a sí
misma. “La nueva perspectiva respeta la ecología de cada cosa: nacimiento,
muerte, aprendizaje, salud, familia, trabajo, ciencia, espiritualidad, arte,
comunidad, relaciones, política”97. Los conspiradores de Acuario se sienten
atraídos entre sí por sus descubrimientos paralelos, por cambios de paradigma
que los han convencido de que estaban llevando unas vidas innecesariamente
circunscritas y limitadas.
Ferguson invita a la esperanza, a romper miedos, a detectar nuestra imagen
escondida y real que debe emerger, porque, como decía Teilhard de Chardin, el
futuro está en manos de quienes pueden ofrecer razones para vivir y para
esperar a las generaciones del mañana. El mensaje de la Conspiración de
Acuario es, según Ferguson, que ya estamos maduros para el sí98.

El libro de M. Ferguson pone de relieve la evidencia de un cambio profundo,


personal y cultural, las corrientes subterráneas de cambios que están afectando
a la política, y a nuevas formas sociales en el campo de las relaciones, la salud,
el aprendizaje, el trabajo y los valores.
La Conspiración de Acuario no es algo nuevo: hunde sus raíces en los mitos y
metáforas, en las profecías y las poesías de tiempos pasados, cuando se
afirmaba que la humanidad sólo podría regenerarse a sí misma a través de un
cambio de mente, y que este cambio estaba dentro de sus posibilidades
naturales.99 Pero fue, sobre todo, a partir del Renacimiento cuando se empezó a
ver con claridad que el hombre tiene a su disposición un amplio abanico de
alternativas de conciencia 100.

Todo este nuevo movimiento de transformación, o Conspiración de Acuario,


tiene su base en nuevos y recientes descubrimientos científicos: así en las
investigaciones sobro el cerebro y la conciencia; en el holismo y la teoría de
sistemas; en el paradigma de evolución, y en la creencia en una ciencia siempre
en transformación101, capaz de abrirse siempre a lo desconocido, e incluso a lo
parapsicológico.

97
Ibid., 31.
98
Ibid., 31-47.
99
Ibid., 48-49.
100
Ibid., 76-77.
101
Ibid., 160-210.

40
Desde este nuevo paradigma se transformara el poder y la política102:
consenso, redes de autoayuda y de mutua ayuda, descentralización, respeto por
la autonomía, libertad, equilibrio ecológico, pluralismo, innovación, holismo;
existirá un nuevo paradigma en salud103: integral o de atención al paciente en
su totalidad, de intervención mínima con la tecnología apropiada, el médico es
un compañero terapéutico, prevención e información cualitativa; se
transformará la enseñanza104: énfasis en aprender a aprender, flexibilidad en la
integración de grupos de diferentes edades, consideración de la experiencia
interior como contexto del aprendizaje, educación personalizada, protagonismo
de la comunidad, tecnología educativa, interacción con el ambiente, y la figura
del profesor como un aprendiz que aprende de sus alumnos; se descubrirán
nuevos valores en todos los campos de la vida105: consumo adecuado, trabajos
ajustados a las personas, fomento de la autonomía, cooperación y solidaridad,
combinación de lo lúdico con el trabajo, cooperación con la naturaleza, unión
de lo cuantitativo y lo cualitativo, operaciones descentralizadas, unión de lo
racional y lo intuitivo, y desarrollo de una tecnología adecuada; se vivirá una
nueva espiritualidad106: capaz de llenar de sentido la experiencia que ya no se
denomina religión sino espiritualidad porque prescinde de Iglesias y religiones,
que experimenta directamente la divinidad, es decir, el Dios interior, y que es
capaz de llevar a la visión de la Luz. Todo lo cual comportará también unas
relaciones humanas nuevas, incluido un nuevo estilo de familia, que de
nuclear pasa a ser planetaria 107. Para el planeta Tierra esta conspiración
conllevará hacer realidad un país sin fronteras, un mundo nuevo con una
nueva mente, pasar del poder a la paz, y solucionar para siempre problemas
como el hambre, la injusticia y la violencia 108.

6.4 MENSAJE ACUARIANO (E. BARRIOS)109

Antes de escribir el presente libro, el autor ya era conocido por obras como
Ami el niño de las estrellas (54 ediciones), Ami regresa, Ami y perlita, El
maravilloso mundo de la magia, o Cuentos de amor, estrellas y almas gemelas.

102
Ibid., 211-273.
103
Ibid., 274-319.
104
Ibid., 320-372.
105
Ibid., 373-418.
106
Ibid., 419-448.
107
Ibíd. , 449-468.
108
Ibíd., 469-484.
109
E. BARRIOS, Mensaje acuariano (Buenos Aires 1991).

41
La editorial que presenta esta obra la define como una especie de Biblia de la
Nueva Era, la Era Acuario”.

Este mensaje acuariano se le reveló al autor en 1984, una mañana de


primavera, en Chile, junto al mar. Los capítulos I y II hablan de una divinidad
creadora de todo y presente en todo110. En el capítulo III se habla de la
revelación única y personal que tuvo E. Barrios. Es una revelación oculta
durante milenios anteriores, y que no llegó a captar lo que era la divinidad en
profundidad: sólo se captaban cualidades o aspectos parciales111. En el capítulo
IV, esa divinidad se define con un nombre sobre todos: Amor. Por amor ha
creado todo112. En el capítulo V, subraya que la persona humana es espíritu
inmortal113. En el capítulo VI, resalta que en el interior de la persona humana
cohabitan dos fuerzas o energías en constante oposición: una que acerca a la
divinidad y otra que aleja de la misma 114. En los capítulos VII y VIII, se nos
invita a valorar este mensaje: ¡Dios te ama!, y a redescubrir ese Maestro
interior que todos llevamos dentro y que nos habla de la sabiduría del
corazón115. El capítulo IX, habla de una nueva humanidad que verá la luz y
para la que el Amor será su sólido fundamento. Esta nueva humanidad será el
fruto de la Luz de Acuario, y no la verán los que no han aprendido a discernir
por sí mismos, los intolerantes, los que no confían en las Escrituras, los que no
respetan la verdad y el amor116. Los capítulos XI y XII, siguen invitando a
descubrir este mensaje de Acuario que, como afirma el capítulo XIII117, no se
llegará a entender mientras no se valore la unidad del todo. Hay que vivir las
dimensiones de Amor, paz, fraternidad, libertad y verdadera justicia. En los
capítulos XIV y XV, se cambia de tono y habla de las necesidades de tener
miedo a la muerte: somos mucho más que nuestro cuerpo, porque
permaneceremos en nuestra alma, en otra dimensión de la existencia bañada
también por la Luz del Amor de la divinidad. Por eso no hay que apegarse a la
vida, porque hay otras vidas llenas de Luz y amor. Aunque el alma, si no ha
sido perfecta en esta vida, vagará necesitando purificación118. En los capítulos
XVI-XVIII, el amor también es justo y exigente119. Somos libres para llegar o

110
Ibid., 13-21.
111
Ibid., 22-28.
112
Ibid., 29-37.
113
Ibid., 38-45.
114
Ibid., 46-50.
115
Ibid., 51-59.
116
Ibid., 60-62.
117
Ibid., 77-82.
118
Ibid., 83-96.
119
Ibid., 97-117.

42
no llegar y vivir al Dios Amor (capítulo XIX120). Ir contra el amor supremo no
atravesar los diversos niveles de conciencia que a la Luz de Acuario va
mostrando. Ese amor, como la ley, tiene dos pilares: ama a Dios y ama a tu
hermano (capítulo XX121). Es decisivo, nos dice el capítulo XXI, vivir con fe y
desde la fe traducida en obras122. En definitiva, somos los dueños de nuestra
felicidad o infelicidad. Seremos felices si nos unimos a los millones de
hombres y mujeres que, esparcidos por el mundo entero, están concluyendo la
gran obra de este templo que es un mundo nuevo, que vive de acuerdo a las
leyes cósmicas, y a los principios eternos y a la voluntad del Creador (capítulo
XXII)123. Una vez más, en los capítulos XXIII-XXV124, se insiste en que cada
cual debe ser su propio guía y maestro, su dueño, y por ello debemos acceder a
la mente superior capaz de trascender la ilusión del tiempo y del espacio y
descubrir la perfección del eterno presente en nosotros. Es decir, debemos
participar del mismo proceso evolutivo que sufre la Tierra entera, que está
ingresando en una Nueva Era, en un volver al Centro, donde el Amor, origen
de todo, dominará todo al final. En el capítulo XXVI125 está escrito: “Comienza
la Nueva Era, la era del amor y de la alegría, bajo el signo del aguador. Y la
oscuridad queda atrás para siempre. No estarán aquí las familias atrincheradas
unas contra otras, porque la conciencia lleva a la unidad y a la comunión. Se
agrupan en comunidades de familias en servicio mutuo, en armonía con la
naturaleza y con Dios... Es así como espiritualidad y ciencia se encontrarán en
el amor, como estaba señalado para la Era de la Luz... En Justicia y paz vivirá
mi Pueblo, y guiado por sus hermanos mayores ha de llegar a las estrellas”.
Y en el capítulo XXVII126, hablando la relación hombre- mujer, se afirma que
no se pide castidad a las almas limpias sino sólo verdadero Amor, honestidad y
responsabilidad. Una utilización hermosa y sana, sabia y natural, de la Sagrada
Fuerza. Porque en la Nueva Era cesará el predominio de él sobre ella, y
tampoco ella le dominará a él. Caminarán unidos, complementarios, pero
iguales.

El último capítulo, el XVIII127, es una elegía o canto a quien es el Elegido: el


que anhela un mundo mejor, el que llega a una Nueva Conciencia planetaria y
universalista, a la Luz de Acuario, y participa de la construcción del Templo,

120
Ibid., 118-123.
121
Ibid., 124-132.
122
Ibid., 134-138.
123
Ibid., 139-146.
124
Ibid., 147-170.
125
Ibid., 171-174.
126
Ibid., 175-178.
127
Ibid., 179-184.

43
aquel que participa del Amor y de la Verdad, siente el dolor de la Humanidad,
busca la justicia, promueve la paz, exalta la unión, y sintoniza su mente con la
Armonía Superior. Elegido es quien sirve al Amor.

44
7. CARACTERISTICAS FILOSOFICAS DE LA “NEW AGE”

7.1 EMOCIONALISMO

Desde el comienzo se percibe en la Nueva Era una especial sensibilidad


emotiva que consiste en una sobrevaloración de la afectividad, y que otorga la
primacía a lo sensible por sobre la razón y el pensamiento lógico.
Esta carcterística no es más que parte de un ambiente que caracteriza y explica
a buena parte de la cultura contemporánea.
Vivimos en una cultura adolescente: el hipersexualismo, la búsqueda de
emociones fuertes que se percibe en el gusto, en ocasiones casi obsesivo, por
la velocidad y la violencia en deportes y películas, y en las más variadas
manifestaciones de la vida cotidiana son características de un clima de
exaltación emocional latente en la vida cotidiana del hombre.

Una convicción relativamente frecuente en la Nueva Era, que sigue el camino


abierto por Aldous Huxley, quien es considerado uno de los padres
intelectuales de dicho movimiento, sostiene que las drogas psicodélicas han
puesto una vía inicial para la transformación total de la conciencia: “Solamente
a través de ese estado profundamente alterado, ratifica M. Ferguson, se han
hecho algunos seguidores plenamente conscientes del papel de la conciencia
como creadora de la realidad cotidiana”.

Sin embargo, como ha observado J. Sudbrack128, con la divinización de la


experiencia personal se menoscaba la importancia de la razón y el espíritu,
pero también la libertad, la voluntad y el amor. El sentimiento y la percepción
se convierten en criterio de la realidad y la verdad. “Un amor que se construye
sobre la experiencia caería en la sospecha de cultivar solamente el amor de sí”.

128
Cf. J. SUDBRACK, La nueva religiosidad (Madrid 1990), 36.

45
7.2 ORIENTALISMO

Han sido frecuentes en la cultura occidental los influjos orientalistas, que cada
tanto se suceden en forma alternativa pero constante. En la actualidad este
fenómeno puede alcanzar quizá una mayor significación que en el pasado,
fundamentalmente en razón del proceso de integración y globalización que
caracteriza a nuestro actual momento histórico.
En la “New Age” el influjo oriental es múltiple, tanto por parte del hinduismo
y del tantrismo, como del taoísmo; pero principalmente se muestra a través del
budismo zen y de distintas técnicas de meditación. Esta influencia no se reduce
a la mera praxis, sino que incluye conceptos de naturaleza filosófico-teológica,
como la metempsicosis o reencarnación.

¿En qué consisten estas espiritualidades orientales, y a qué se debe el atractivo


que ellas ejercen en la Nueva Era? Verdaderamente resulta muy difícil
describir condensadamente sus principios, en parte a la diversidad de formas
religiosas en las cuales se concretan129.
Según el hinduismo, el universo, que se asimila a la idea de Dios, consiste en
una pura energía que existe desde siempre. El mal tuvo su origen en el hombre.
La reencarnación y el karma gobiernan la vida humana. Toda la felicidad que
se puede encontrar está en uno mismo 130.

Algunos de estos y otros componentes del hinduismo se descubren claramente


en las múltiples expresiones de la Nueva Era con la que comparte una igual
identidad gaseosa.
Las creencias contenidas en las grandes cosmovisiones religiosas orientales,
como la reencarnación, han contribuido a conformar la nueva religiosidad, a
través del influjo de algunas personalidades individuales que tradujeron la
sabiduría oriental a los cánones occidentales de pensamiento, otorgándole a
esas espiritualidades un estilo propio.131

Entre los personajes más considerados por la Nueva Era están Jiddu
Krishnamurti, Sai Baba y Sri Aurobindo. El pensamiento de Aurobindo (1872-
1950) trata de vincular el evolucionismo con la espiritualidad india. La
evolución de la especie humana no se detiene en el estadio actual, y más allá de
la mente hay un poder de conciencia supramental o gnóstico que está en
129
Cf. R. BOSCA. New Age. La utopía religiosa de fin de siglo (México 1996). 46
130
Ibid., 46.
131
Ibid., 47

46
posesión de la verdad. De su operatividad deviene una superhumanidad
gnóstica, que sería el próximo paso evolutivo, conforme a lo que expresa la
“New Age”.

El budismo, que encuentra asimismo su simiente en el hinduismo, es también


un contenido imprescindible de la “New Age”. La enseñanza fundamental de
su fundador Siddharta Gautama (Buda) consiste en que si el hombre abandona
el deseo de vivir, su existencia se extinguirá y escapará de los círculos de la
reencarnación para entrar en el nirvana, en el cual se disuelve.
Las principales verdades establecidas por Buda son: todo está sufriendo, el
deseo hace que el hombre se aferre a la existencia y por lo tanto dejar ese deseo
libera a las personas del sufrimiento, siguiendo el camino de ocho puntos que
consiste en creencia, aspiraciones, lenguaje, conducta, subsistencia, esfuerzo,
memoria y contemplación concretas.
Los valores principalmente exaltados por Buda son benevolencia, compasión y
ecuanimidad. El Budismo llega a la “New Age” no directa sino
indirectamente, a través de la Sociedad Teosófica, cuyos fundadores, Mme.
Blavatsky y el coronel Olcott, profesaban esa creencia religiosa.

¿En qué reside el atractivo de las religiones orientales, que les ha significado
un gran desarrollo en los últimos años? ¿Se agota ese interés en una superficial
búsqueda de exotismo, o se trata de algo más profundo?
Un estudio evangelista, fundado en un trabajo de Harvey Cox, expresa que
detrás de su influjo se percibiría el deseo de reencontrar valores como la
amistad humana, y de una experiencia más directa de lo divino. También hay
aquí un requerimiento de autoridad, y de una religión más pura que las
tradicionales, consideradas corruptas por supuestos compromisos con el dinero
y el poder.

Junto a este deseo de autenticidad también se dan como razones del interés
orientalista la búsqueda de una religiosidad que otorgue a la mujer un papel
más importante y a la vez más preocupada por la salud y la ecología, todos
ellos valores especialmente buscados por el hombre de nuestro tiempo.

7.3 MILENARISMO

Representa la creencia en el inminente arribo de un periodo histórico utópico


que inauguraría un milenio de paz y felicidad, vinculado al fin del mundo.

47
Regresa una vez más la nostalgia del paraíso perdido, y su pretensión de
encontrarlo aquí en la tierra en la Nueva Era de Acuario. El milenarismo
constituye una secularización de la escatología.
En la radicalidad milenarista se encuentra la persuasión en la proximidad de un
cambio absoluto y en conexión con lo sobrenatural en el orden social: es el
Reino de Dios en la Tierra.
Parecería haber quedado en el ser humano un deseo que nace de lo más
profundo de su corazón, en el sentido de volver nuevamente al paraíso terrenal.
Es un movimiento vehemente del espíritu por encontrar la perfección de la otra
vida en esta, y que no admite esperar al tránsito ultramundano. Las
aspiraciones y esperanzas que constituyen el contenido de los milenarismos
son temporales, pero las motivaciones son de naturaleza religiosa.
Norman Cohn, autor de uno de los estudios más completos existentes sobre
esta materia,132 establece las características que identifican a los movimientos
milenaristas que conciben la salvación como un hecho:

• Colectivo, en el sentido de que debe ser disfrutado por los fieles como
colectividad.
• Terrenal, en el sentido de que debe realizarse en la Tierra y no en un cielo
fuera de este mundo.
• Inmanente, en el sentido de que ha de llegar pronto y de un modo repentino.
• Total, en el sentido de que transformará completamente la vida en la Tierra,
de tal modo que la nueva sociedad no será una mera mejoría del presente sino
la perfección.
• Milagroso, en el sentido de que debe realizarse por la ayuda de
intervenciones sobrenaturales.133
Particularmente importante resulta al considerar el milenarismo referirse a
Joaquín de Fiore, inventor de un sistema profético que iba a ser el de mayor
influencia en Europa hasta el advenimiento del marxismo.134
En su exégesis de las Sagradas Escrituras, el monje calabrés elaboró una
interpretación de la historia en tres edades sucesivas: la del Padre o de la Ley,
la del Hijo o del Evangelio, y la del Espíritu. La del Padre había estado
caracterizada por el temor y la servidumbre, la segunda por la fe y la sumisión
filial, y la tercera es la del amor, alegría y libertad, en la que el conocimiento
de Dios se revelaría directamente en los corazones de los hombres. Durante

132
Pursuit of the Millenium. Revolutionary Millenarians and Mystical of the Middle Ages, 1957; trad. esp. :
En pos del milenio, 3ª. Ed., Madrid, 1985.
133
Ibíd. , 15.
134
Norman Cohn, p. 107. El milenarismo había sido teológicamente desestimado por san Agustín; cfr. Civitas
Dei; trad. Esp: La Ciudad de Dios, vol. II, Buenos Aires, 1989, p. 524.

48
esta Edad de Oro todos los hombres contemplarían a Dios en éxtasis místico.
Es notable la identidad con el planteamiento de la Nueva Era.

La influencia de los planteamientos de Joaquín de Fiore en los filósofos


idealistas alemanes, principalmente Lessing, Schelling, Fichte y en cierta
medida Hegel, y también en Augusto Comte y naturalmente en la dialéctica del
marxismo y sus tres etapas del comunismo primitivo, la sociedad de clases y el
comunismo final;135 muestran la permanencia del milenarismo en la vida social
aun de nuestro tiempo y la importancia de su despliegue histórico a través de
los siglos. Existe una enorme diversidad de movimientos milenaristas a lo
largo de la historia y en las más variadas culturas.

7.4 OCULTISMO

Es un movimiento caracterizado por un contenido mágico que se refiere a


poderes o energías naturales y sobrenaturales aún inexploradas por la ciencia
oficial. Se rescata la creencia de que es posible la comunicación no sólo con
los muertos, como sostenía el espiritismo tradicional, sino también con otros
seres extraterrestres (channeling), como también la precognición
(conocimiento anticipado) y la psicokinesis (movimiento de elementos
materiales mediante la energía psíquica), etc.,

El ocultismo es una constante en la historia de la humanidad y revela un


intento de utilización del mundo que sobrepasa la experiencia ordinaria 136. El
conocimiento científico ha estado en sus orígenes unido a contenidos
ocultistas, de los que progresivamente se ha ido apartando.
Quizá el caso más paradigmático de esa conexión sea el origen astrológico de
la astronomía, en cuanto la distinción entre lo racional y lo mágico no estaba
entonces claramente establecida.

Resulta comprobable que el interés desmesurado por lo extraordinario se


suscita sobre todo en periodos de crisis. Aunque se han ensayado distinciones
entre esoterismo y ocultismo, no existe de hecho una delimitación claramente
trazada, y en el lenguaje común son utilizadas ambas expresiones
indistintamente. Con el término ocultismo se ha designado la praxis de esta
actitud, reservándose el concepto de esoterismo para los planteamientos mas
135
Norman Cohn, ibíd, p. 108.
136
R. GOMEZ PEREZ, La invasión del ocultismo (Barcelona 1990)

49
bien doctrinales, aunque puede considerarse que ambos revisten un significado
equivalente y en los hechos ocurre que la generalidad de los autores emplea
ambos términos para referirse a las mismas realidades.
Se sostiene la creencia de que hay un saber oculto, reservado solo a los
iniciados, al cual se tiene acceso con unos procedimientos o ritos
específicos137.
Sin embargo, no es posible resolver de manera simplista esta cuestión como si
todo se tratara de una mera superstición sin sustento en la realidad. Es
necesario comprender en profundidad la naturaleza que esta materia tiene en sí
misma, y el sentido y la significación que reviste para muchas personas.

Lo real no podría sujetarse exclusivamente a una visión reduccionista que lo


midiera con un enfoque meramente positivista. La persona humana y la
realidad de lo creado son, en efecto, algo demasiado grande para contenerlos
en los casilleros del puro empirismo. Se hace necesario entonces un atento
discernimiento, no siempre asequible al hombre ordinario, que puede
fácilmente desconcertarse ante muchos de estos fenómenos, sin acertar a ver
donde está la verdad138.

Según el autor, el esoterismo se presenta como un género híbrido


de religión, ciencia, arte y rito, con un cierto tono lúdico. Pero este nuevo
esoterismo dificulta cultivar también en profundidad dimensiones
fundamentales del hombre: la inteligencia, la capacidad estética y el sentido
religioso de la adoración139.
Los procedimientos para develar lo oculto son variados: desde la trasmutación
de metales con la alquimia, hasta la interpretación de los signos mediante las
distintas mancias o artes adivinatorias, incluida la astrología, y la
comunicación con los muertos en el espiritismo.
Ninguna de estas prácticas ha sido nunca probada, aunque siguen cultivando
adhesiones debido a la perenne y secreta aspiración del espíritu humano por
ejercer cierto dominio sobre lo que se extiende más allá de lo empírico.

Si se tiene presente esta pretensión mágica de ejercer un dominio en relación


con lo sobrenatural, puede decirse que el ocultismo expresa un fenómeno tan
antiguo como la historia, pero que sin embargo admite nuevas formas que lo
colocan en conexión con los elementos culturales de cada época140, lo cual de
137
Ibíd. , P 111.
138
Cfr. J. VERNETTE, Ocultismo, magia, hechicerías, Madrid 1992; sobre la relación del ocultismo con la
Nueva Era, cfr también C. VIDAL MANZANARES, El retorno del ocultismo. Madrid 1993.
139
Ibíd., P. 178.
140
D. J. SANTAMARÍA, El ocultismo en Argentina. Buenos aires, 1992. p 43.

50
algún modo le imprime un sello de legitimidad social y le permite un
despliegue en el tiempo.
En la actualidad asistimos a un relanzamiento del perenne ocultismo que
reviste múltiples formulaciones a través de una trama de relaciones que se
extiende desde la alimentación a la antropología, la psicología e incluso la
física.

De cualquier modo, debe convenirse que estas cuestiones que se ubican en lo


extraordinario y lo maravilloso suscitan un peculiar interés en los seres
humanos, y que muchas veces están situadas en un contexto de irracionalidad
propio de la superstición, el fanatismo y la enajenación mental.
No es necesario insistir en el riesgo que esta circunstancia entraña para la
dignidad de las personas y su libertad, y que constituye otra señal más de
interrogación en el contexto propio de la “New Age”.

7.5 SUBJETIVISMO

Quizá el subjetivismo representa el rasgo fundamental de la “New Age”. El


individualismo religioso, que adquirió carta de ciudadanía con la reforma
protestante, alcanza su plena expansión en la “New Age”. Con el
protestantismo se rompe la unidad de la fe a favor de múltiples interpretaciones
subjetivas, pero sigue existiendo un depósito doctrinal común, aunque
entendido diversamente.
En la Nueva Era, en cambio, es la conciencia individual la que crea
directamente ella misma las llamadas pequeñas religiones individuales. La
conciencia deja de ser intérprete para constituirse en matriz de lo religioso.

El subjetivismo se define por la primacía que otorga al sujeto cognoscente: es


el primado del yo sobre las cosas del mundo exterior. Su doctrina afirma la
dependencia funcional de los objetos y de los juicios de valor respecto del
sujeto. En el ámbito de lo sobrenatural el subjetivismo sostiene que es
únicamente la subjetividad del individuo –su conciencia íntima- la fuente de
todo valor religioso.

El marco cultural en el que nace y se desarrolla la Nueva Era responde a una


visión individualista de la convivencia humana en el mundo, que guarda
paralelismo y correlaciones con el pragmatismo, el inmanentismo, el
hedonismo, el escepticismo y el relativismo. Todas estas corrientes constituyen

51
el sustento caracterizante de la cultura de nuestro tiempo. Podría decirse que el
subjetivismo es un relativismo del sujeto.
La exaltación de los valores individuales del subjetivismo, así como la
valoración de lo concreto y vital frente a la abstracción de las ideologías,
constituyen contenidos propios de la “New Age”, y también algunas de las
razones que explican su influjo sobre el hombre contemporáneo.

Según el subjetivismo, la razón humana es incapaz de alcanzar un orden


trascendental de verdades, ni en el orden de las ciencias físico-químicas, o la
biología, ni desde luego en la moral y la religión. En esta visión, la fe es un
sentimiento subjetivo que no tiene relación con lo racional, y que cada uno
experimenta a su modo. En tal perspectiva no tendrían cabida las experiencias
externas, que no pasarían de ser imposiciones arbitrarias.

Es verdad que el hombre refiere todo a él, y en cierto modo no podría ser de
otra manera; pero si lo hace es para trascenderse, esto es, con el fin de salir de
sí. Gómez Pérez aclara la cuestión al distinguir entre subjetivismo y
subjetividad141. Mientras el subjetivismo importa un personalizar que se cierra
en el yo, que retumba adentro y sin salida, la subjetividad se abre a la
trascendencia del otro, planificando a la persona. El subjetivismo expresa en
cambio la clausura de la subjetividad.

El planteamiento individualista o subjetivista de la “New Age” sostiene que


para ser feliz no hay que salir de sí, o en todo caso, en sus expresiones más
depuradas, predica que hay que salir de uno mismo pero en función de uno
mismo, es decir, hacer el bien para estar bien. En un manual de instrucciones
sobre la nueva espiritualidad acuariana, se insiste en la necesidad de superar la
adicción al materialismo adoptando un estilo de vida que contemple una mayor
satisfacción interior142. La alteridad se agota así en la mera convivencia
individual. De ahí que pueda decirse también que la “New Age” constituye un
hedonismo espiritual, en cuanto no existe en sentido estricto una alteridad, sino
la búsqueda de unas técnicas, o más precisamente: de un estilo de vida en el
que se privilegia una maximización del bienestar de cuerpo y alma –material y
espiritual- con prescindencia del otro. En el mensaje cristiano, en cambio, el
otro es el primero, y el otro adquiere la primacía cuando la persona consigue
superar el egoísmo del yo.

141
Cf. R. GOMEZ, La minoría cristiana (Madrid 1976) 191.
142
Cf. R. MILLER,, op. cit., p. 30.

52
7.6 SINCRETISMO

Las características del nuevo paganismo se enmarcan en el contexto cultural de


la posmodernidad. Entre los cracteres posmodernos pueden mencionarse el
desvanecimiento de las convicciones fuertes –como los dogmas- y el
correlativo surgimiento de una sensibilidad light singularizada por la
dispersión y la heterogeneidad.143

En la posmodernidad no hay creatividad sino integración de caracteres


culturales preexistentes: eso es el sincretismo. La palabra sincretismo designa a
toda mixtura de componentes religiosos heterogéneos; por ejemplo, al finalizar
la época imperial se encuentra en la sociedad romana una diversísima variedad
de religiones, o mejor, una religiosidad única formada por elementos del más
diverso origen y teñida de astrología y panteísmo. El sincretismo se sustenta en
la creencia de que todas las religiones son básicamente una, aunque con
distintos ropajes.

La “New Age” registra una ambigua postura de aceptación y rechazo de todas


las religiones, de las que se integran elementos conformantes de un verdadero
supermarket espiritual. Se acusa a las religiones tradicionales, especialmente a
la católica, de haber traicionado su mensaje original144.

De este modo, la nueva espiritualidad incluye componentes del cristianismo, el


budismo, la psicología junguiana, y el ocultismo, de las técnicas y terapias
alternativas como el biofeedback y el rolfing, de las antiguas religiones
paganas como el druidismo y el odinismo, de la astrología y del panteísmo. Un
verdadero caleidoscopio donde se reciclan llamativas figuras para todos los
gustos. Según la doctrina teosófica que la “New Age” expresa, existe una
verdad esencial única que subyace en todas las creencias religiosas.

El término sincretismo señala la relación asociativa de diversas religiones o de


dioses distintos lo cual recibe el nombre técnico de teokracia. El sincretismo
constituiría entonces la confluencia de varios elementos culturales
heterogéneos, mediante su incorporación a una forma religiosa distinta de las
de su procedencia, y su desarrollo conjunto.

143
R. BOSCA, La utopía religiosa de fin de siglo (México 1996) p. 68.
144
Ibíd. , 69.

53
El sincretismo tiene su sustento filosófico en el relativismo, que ha influido en
gran parte de la sociedad contemporánea, por el cual todas las religiones son
una especie de símbolos entre los que uno escoge el que le parezca más útil. La
nueva espiritualidad hace un culto de la heterodoxia y se identifica muy bien
con la actitud transgresora que caracteriza a la sensibilidad de nuestro tiempo.

Las creencias tradicionales como el judaísmo y el cristianismo no podrían


legitimarse –según la sensibilidad impulsada por la “New Age”- como
detentoras del monopolio de la verdad religiosa. Ella abriga un sostenido
escepticismo sobre lo que suele denominar con cierto espíritu descalificante las
religiones organizadas, por contraposición a una espiritualidad libre, esto es, no
sujeta a criterios dogmáticos145.

La proyección a la globalización que es propia de la mentalidad


contemporánea se manifiesta aquí en una ruptura de las fronteras religiosas y
su integración en una verdad esencial única. Según este paradigma religioso, la
única religión auténtica y válida es el amor, sin que se especifique su sentido.

7.7 PELAGIANISMO

Se trata de una antigua herejía según la cual el hombre podría alcanzar la


salvación por sus propios medios, sin necesidad del auxilio de la gracia divina.
La herejía de Pelagio niega el pecado original, minimiza la eficacia de la gracia
sobrenatural y considera que la voluntad humana puede alcanzar por sí sola la
santidad146. Si bien él reconoció la participación de la gracia en el bautismo y
en la penitencia, no la admite en el sentido de auxilio interior, por considerar
que su intervención resulta incompatible con la plenitud de la libertad que es
atribuible al hombre, y también con la voluntad divina.

Los pelagianos profesaban el principio de que realizar el bien es una cuestión


de voluntad, y de que el hombre lleva dentro de sí mismo el germen de las más
sublimes virtudes, no necesitando por lo tanto la ayuda de la gracia divina.
Pelagio niega en última instancia la hondura de la libertad del cristiano porque
reduce las relaciones entre el hombre y Dios a una observancia jurídico-moral,
y la vida virtuosa a una ética natural con fundamentos teístas, a una afirmación
de autosuficiencia que desdibuja la fragilidad de la condición humana.
145
Ibíd., 71.
146
H. MASSON, Manual de herejías (Madrid 1989) p. 278.

54
La gnosis moderna, que prescinde del concepto de la realidad del pecado y de
la gracia, y hace depender del mismo hombre su propia salvación, reconduce
necesariamente al error pelagiano. En la redención intramundana de la “New
Age” aparece dibujada la pretensión de construir un mundo bueno sin recurrir
a la ayuda teologal de la gracia 147.

El antiguo pelagianismo sostenía una visión racionalista y profesaba un radical


optimismo sobre la naturaleza humana y su capacidad para evitar el pecado y
hacer el bien. Pelagio negaba que el pecado original se hubiera transmitido a la
descendencia de la generación del primer hombre. El pelagianismo de la “New
Age”, en cambio, es irracionalista, pero comparte idéntico optimismo que el
original sobre la naturaleza humana 148.

El sistema pelagiano es un puro naturalismo y se halla influido por la ética


estoica. El moderno racionalismo, por la negación que hace de todo lo
sobrenatural y del pecado original, se sitúa en el mismo punto de vista que el
pelagianismo; pero también lo hace el irracionalismo acuariano, con su
orgulloso individualismo centrado en un endiosamiento inmanente del propio
yo.
La salvación por la gracia es remplazada en el paradigma acuariano por la
autorrealización personal, el nuevo nombre del viejo voluntarismo. El
reduccionismo naturalista por el cual debe negarse toda acción de Dios sobre
los hombres y sobre el mundo está aquí también presente.

7.8 PANTEÍSMO

En la nueva espiritualidad la divinidad no es una persona, sino la expresión


más elevada de la conciencia cósmica. No hay más que una realidad divina, de
la cual el cosmos es una emanación, y con la cual el ser humano se funde a
través de la interiorización de sí mismo. La “New Age” promueve la búsqueda
de un dios interior: Dios es lo más profundo de nosotros mismos. Dios no es
algo distinto de nosotros: nosotros somos Dios.

147
G MUCCI, Mito e pericolo della gnosi moderna, en La Civilta Católica, núm. 3397, 4 de enero de 1992, p.
21.
148
J. ORLANDIS, La Iglesia antigua y medieval, Madrid, 1975, p. 174.

55
Shirley MacLaine lo expresa con admirable claridad: “Todos nosotros somos
parte de Dios, y Dios es parte de nosotros. No puede haber nada entre nosotros
y Dios. Somos una misma cosa”149, y más adelante agrega con efecto
ratificatorio: “De modo que cuando vamos hacia nuestro interior y nos
alineamos con nuestro poder espiritual, nos conectamos con aquella chispa de
la divinidad que yo llamo el Yo Superior. Algunos la llaman la Superalma
Divina, el Centro Divino, el Dios Interior, la zona interfacial personal con
Dios... Se le llame como se le llame, es la personalización de la Fuente de Dios
dentro de nosotros”150. Los miembros de la “Iglesia de todos los mundos”, que
integra la nueva posmodernidad religiosa, se saludan con esta expresión: “Tú
eres Dios”.

El punto de identidad de la actitud panteísta consiste en negar la trascendencia


de Dios y su independencia con respecto a las cosas creadas, con todas las
consecuencias que tal afirmación entraña151.

Ciertamente, una vez que queda roto el equilibrio entre la razón y la fe, el
hombre pierde su centro de gravitación, por así llamarlo, y cree que cada ente
es parte de un universo autocontenido y autosuficiente.
Se ha observado que, pese a su oposición a la experiencia sensible ordinaria, la
creencia panteísta se suscita en el ser humano por varias causas, entre ellas el
ansia de dominio presente en la actitud mágica.

También las experiencias profundas del misticismo natural han sido entendidas
como una inducción al panteísmo, cuando se encuentra ausente un fundamento
realista de humildad.

Gottfried Kuenzlen152 sintetiza ciertas características de la “New Age” que


muestran su naturaleza panteísta:

1. La fe es una conciencia cósmica.


2. El objetivo es superar el yo individual y reunirlo con la mente
cósmica.
3. El hombre no está separado de Dios, de la naturaleza y del cosmos.

149
MACLAINE, Shirley. Dentro de mí. Barcelona, 1990. p. 69.
150
Ibíd. , p. 72; otras referencias en el mismo sentido: “De hecho, tome conciencia en muchos estados de que
cada cual es un aspecto de la gran inteligencia universal”; o: “Estoy conectada con Dios, tengo a Dios dentro
de mí, por tanto, soy parte de Dios”, p. 73.
151
MASSON, Hervé. Manual de herejías. Madrid 1989, p. 276.
152
KÜENZLEN, Gottfried. El malestar por la edad moderna: el movimiento New Age y su transfondo cultural,
en Contribuciones, 2/89. p. 188.

56
4. El hombre es parte de lo divino.
5. La Nueva Era sobrevendrá a través de la transformación del yo hacia
la mente cósmica en una gran armonía final en la que el espíritu y la
materia, el hombre y la naturaleza, el sujeto y el objeto están
reunidos, y en la que todo formará una sola unidad.
6. Por obra de la transformación de su mente el hombre deja atrás su
viejo estado y alcanzará un nuevo escalón evolutivo.

Es la Nueva Era habitada por un hombre nuevo que vive en plena armonía e
integración, sin nada que lo separe del universo como un todo.

7.9 INDIGENISMO

En la “New Age” hay un deseo de conexión con lo natural y lo primitivo,


características que se identifican con lo puro y lo original. Es la concepción
utópica del buen salvaje, contrapuesto a la barbarie del hombre civilizado, que
aparece en el nuevo interés indigenista y que la Nueva Era recoge.

Este deseo de lo natural, que también se encuentra en el desarrollo de la


ecología, constituye otra característica muy propia de la sensibilidad
contemporánea. Siempre es posible encontrar enseñanzas en todos los pueblos,
aún en los más primitivos, pues ellos también tienen un patrimonio cultural que
es valioso en sí mismo y así debe ser reconocido.
Son varios los factores que explica el interés indigenista de la “New Age”: el
primero es el nacimiento de la teoría del buen salvaje que halla su correlato en
el mito de la Edad de Oro, esto es, la creencia en una sociedad primordial que
en los comienzos de la humanidad había gozado de la felicidad perfecta. Según
una antigua fantasía, se podrían encontrar supervivientes contemporáneos de
este paraíso terrestre, entendiéndose que la perfección estaba en los orígenes.

La nota dominante en la obra del filósofo Jean Jacques Rousseau es la


distinción entre lo que él llama hombre natural y hombre artificial. Para
Rousseau el progreso consiste en un retorno a los orígenes y a la naturaleza.
Las condiciones primitivas de la vida humana, es decir, el estado anterior a la
cultura, eran necesariamente buenas, inocentes y dichosas. El hombre vivía
originariamente en un paraíso puramente natural de dicha y de bondad, y la
naturaleza desempeña en adelante el oficio que corresponde a la gracia en la
concepción cristiana.

57
La identificación de ese estado de justicia original con el mundo de lo
primitivo, por contraposición a los desmanes irracionales de una civilización
blanca violenta y depredadora, aparece en la visión “New Age” del hombre y
de la sociedad.

Sin duda que se puede observar la existencia de puntos de verdad en esta


sensibilidad que pretende superar las limitaciones características de la actitud
cartesiana y cientificista. La “New Age” contrapone la visión mecanicista del
mundo propia del racionalismo con la fascinación por las antiguas culturas
indígenas a las que se considera con justicia más abarcadoras de la realidad, al
tener presentes otros elementos antropológicos que existen más allá del límite
de la experiencia 153.

7.10 GNOSTICISMO

Según el gnosticismo, la verdad esencial está contenida en una filosofía


perenne oculta que viene de los lejanos arcanos de la tradición, y que debe ser
encontrada para acceder a la iluminación. Gnosis significa conocimiento. Se
trata de un movimiento sincretista que es anterior al cristianismo, pero que
pervive a través de los tiempos, por el cual la salvación se alcanza en el
conocimiento de esa verdad.
La gnosis 154 es una enseñanza secreta, de naturaleza religiosa, que promete una
salvación procurada por el conocimiento de sí mismo. Este conocimiento
esotérico se concibe como algo extraño al mundo de la experiencia cotidiana,
experimentado como una fatalidad opresiva 155.

Marilyn Ferguson lo enuncia también con aires proféticos: “Hoy en día los
herejes están ganando terreno, la doctrina está perdiendo su autoridad y el
conocimiento está sustituyendo a las creencias”156.

153
SPRETNAK, Charlene. Estados de Gracia. Cómo recuperar el sentido para una posmodernidad ecológica.
Buenos Aires, 1992. p. 87.
154
Un estudio pormenorizado de las doctrinas gnósticas en la antigüedad, en Francisco garcía Bazán, Gnosis.
La esencia del dualismo gnóstico, Buenos Aires, 1978; para un despliegue histórico: Giancarlo Benelli, La
gnosis. IL volto oscuro della Storia, Milán, 1991; en la modernidad: Eric Voegelin, La nueva ciencia de la
política, Madrid, 1968, p. 168 y subs.
155
CORNELIS. H y LEONARD. A, La gnosis eterna, Andorra, 1961, p. 26.
156
FERGUSON, M. La Conspiración de Acuario. Barcelona 1994. p. 430.

58
El gnóstico busca dentro de sí mismo la sustancia de su propia salvación. En la
Nueva Era la salvación viene en y por la gnosis. La perfección gnóstica
consiste en tomar conciencia del origen trascendente y arquetípico del alma
pneumática.

La gnosis hace predominar el conocimiento o la experiencia sobre la


revelación y la fe. No es ya la fe cristiana la que salva, sino un secreto
conocimiento que en la “New Age” se centra en la expansión de la conciencia.
Según los antiguos gnósticos, el alma humana habría caído accidentalmente en
la oscura cárcel del tiempo, de la existencia mundana y de la materia. Es propio
de la gnosis el sentimiento de hallarse luchando en un mundo hostil, al cual es
absolutamente extraño el conocimiento que salva 157.

Eric Voeglin anuncia seis características158 que abarcan en su totalidad la


esencia de la actitud gnóstica:

1. El gnóstico es un individuo desconectado de su situación.


2. Creencia de que todos los males de la situación son debidos a una
mala organización de la estructura de la convivencia social.
3. Creencia en la posibilidad de una liberación del mal en el mundo.
4. Creencia de que el orden de la existencia debe ser cambiado en un
proceso histórico.
5. Creencia de que es posible al hombre efectuar un cambio que tenga
carácter liberador en el orden existencial.
6. La misión del gnóstico es alcanzar el conocimiento del método para
efectuar esa transformación estructural.

Todas estas características forman parte de los contenidos propios de la


Nueva Era, en particular la disposición a aparecer como el profeta que
comunica a la humanidad un conocimiento liberador.

El bien en la concepción gnóstica es identificado con una sustancia pneumática


o espiritual, que permite al hombre recobrar el conocimiento de su verdadero
ser y alcanzar la salvación. A partir de este conocimiento es como el hombre
puede ascender y tener las respuestas sobre los principales enigmas de la vida:
su origen, la razón de su existencia en el mundo y su destino final. Este tipo de
pensamiento gnóstico desconectado de la dimensión histórica es posible
encontrarlo en la mayor parte de las expresiones de la “New Age”, las cuales
157
CORNELIS. H y LEONARD. A, Op. cit., p 16.
158
VOEGLIN, Eric. Los movimientos de masas gnósticos como sucedáneos de la religión. Madrid, 1996. p. 10

59
presentan una espiritualidad ajena a todo compromiso histórico en vista de una
transformación social.

La tentación por exaltar la razón humana con el fin de lograr un conocimiento


sólo accesible a un pequeño grupo y el descubrir a partir de una iluminación
especial la cara oculta de las cosas ha encontrado en los seguidores de la Nueva
Era, un campo privilegiado. Muchos autores consideran que la Nueva Era,
significa fundamentalmente un retorno a la gnosis y constituye la expresión de
un neo-gnosticismo que permite la convergencia de variadas corrientes
(cósmicas, esotéricas, ecológicas). Es también una expresión de la tentación
permanente del hombre de querer alcanzar la salvación por sus propias fuerzas
y dentro de sí mismo.

7.11 PSICOLOGISMO

En el nuevo paradigma, no se puede llegar a la felicidad, ni a la madurez


espiritual sin atravesar el camino psicológico159. La psicología, en sentido lato,
es sin duda la base más importante de la nueva espiritualidad160,
constituyéndose en el elemento catalizador por su original visión del mundo.

El subrayado de lo psicológico parece abrir también una nueva ventana en la


consideración de lo religioso, mostrando que los componentes de la dimensión
espiritual de la vida humana no pueden desentenderse del ámbito de la psique y
su problemática propia.
Al mismo tiempo, este nuevo interés promovido por la “New Age” abre
nuevas perspectivas a la psicología y a la psiquiatría, ampliando y
enriqueciendo sus propias perspectivas sobre la persona. Pero este interés
psicológico, en sí mismo legítimo, mengua su valor cuando funciona como
psicologismo.

Por psicologismo se entiende otorgar a la psicología tal relieve en la


interpretación de los hechos de la vida espiritual, que llegue a falsearse el
sentido que aquellos tienen en virtud de su referencia intencional a
ordenamientos y contenidos objetivos. Por ejemplo, en Freud y Adler la
religión es la proyección de la relación del hijo con el padre y un refugio
creado inconscientemente contra la angustia vital y los sentimientos de
159
DELLAPAINE A. Hamak. Los Socios de Dios, en La Nación, 4ª. Sec., 14 de Julio de 1991, p. 2.
160
J. SUDBRACK. La nueva religiosidad. Madrid, 1990, p. 38 y 87.

60
inferioridad. Las nuevas psicotécnicas constituyen una amalgama de psicología
y religión.

Stanislav Grof es quien ha desarrollado la llamada psicología transpersonal, así


denominada porque supera al propio yo 161, surgida como tantas otras nuevas
psicoterapias en respuesta a la crisis del psicoanálisis freudiano. La psicología
transpersonal representa el antecedente de la actual psicología humanista, que
adoptó el planteamiento holístico (integral) del llamado potencial humano
(Humann Potential Movent).

Según Grof, la curación no resultaría de técnicas psicoanalíticas, sino de


posibilitar la toma de conciencia de la propia interioridad, despertando los
estratos profundos de la unidad del cosmos. La nueva religiosidad pretende
reconducir precisamente al hombre a su dignidad cósmica, que al estar
removida en su psiquismo provoca presuntamente la enfermedad.

El psicologismo explica el fenómeno religioso desde un punto de vista causal


meramente psicológico de la acción humana y no por referencia a una realidad
sobrenatural.
La nueva psicología no busca suprimir el síntoma, sino cambiar un estilo de
vida162. La psicología humanista se concentra en el desarrollo de la
personalidad y en la autorrealización. En cambio la psicología transpersonal
realza como elemento esencial de la autorrealización las llamadas necesidades
trascendentales del hombre 163. Según la propia expresión de Frijot Capra, las
experiencias transpersonales implican una expansión de la conciencia más allá
de los límites convencionales del organismo.

Por otra parte, los conspiradores han prestado particular atención al estudio de
la química y la fisiología del cerebro humano 164. Según sus investigaciones, las
ondas cerebrales reflejan fluctuaciones de energía. El objetivo pretendido es
ensanchar la conciencia. Existe en los conspiradores un específico interés por
encontrar una explicación racional a las experiencias recogidas por la
parapsicología y, más allá de ella, por el ocultismo a los que atribuyen una
evidencia irrefutable.

161
La palabra transpersonal se refiere a la trascendencia de los límites comunes de la personalidad; cfr.
Stanislav Grof. La crisis de la transformación personal. Buenos Aires, 1991, p. 30.
162
Para la psicotecnología es posible la automarginación del organismo, en la Nación, 18 de agosto de 1989,
p. 20.
163
BOSCA, R. New Age. La utopía religiosa de fin de siglo. México 1996, p. 86.
164
FERGUSON, Marilyn, op. cit., p. 169.

61
En la “New Age” confluye una variedad de psicotécnicas, esto es, sistemas por
los cuales se puede obtener un cambio deliberado de conciencia.
La psicología transpersonal suma al estudio del cuerpo, la mente y a las
emociones, un cuarto elemento: la conciencia. Propone una teoría unitaria de
la ciencia que incluye la física cuántica, las investigaciones parapsicológicas,
las místicas orientales y el esoterismo occidental. Sus principales
representantes son: Charles Tart, Stanislav Grof, Vinardi y Cogían Trungpa. Se
ha considerado también integrados en este grupo a Roberto Assagioli y a
Abraham Maslow.

La religiosidad acuariana formula significados y valores con un lenguaje


psicológico: descubrimiento de sí, autorrealización, gratificación, sentimiento
personal y experiencia individual, subjetivismo, primado de la expresividad y
de la espontaneidad, salvación aquí y ahora, separación de los intereses
individuales y los públicos.

7.12 ECOLOGISMO

La ecología se ha colocado a la vanguardia de la opinión pública y como causa


preferida de las altas esferas políticas, científicas y económicas. El despertar de
la conciencia pública frente a los grandes abusos que amenazan la vida del
planeta y las campañas para lograr un clima de cooperación responsable entre
naciones ricas y pobres son un bien necesario y urgente. La conservación y el
respeto a nuestro biosistema son responsabilidades de todos165.

Partimos de la distinción entre ecología como ciencia, y ecologismo como la


ideologización de la ecología o más ampliamente, como una divinización de
ella.
El mensaje más hondo que intenta transmitir, el modo de pensar ecológico
consiste en recuperar la unidad perdida del hombre en primer lugar consigo
mismo, y después con los otros hombres, con la naturaleza y con Dios.

La ecología es uno de los términos más usados en la actualidad por los New
Agers y está muy relacionada con su concepción holística, que en este aspecto
pretende dar cuenta de la interdependencia de todos los fenómenos, y de la
inserción del hombre y de la sociedad en los ciclos de la naturaleza. Es lo que

165
Juan Pablo II, Mensaje para la XXV Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 1982.

62
llaman la conciencia ecológica166, o lo que Marilyn Ferguson denomina el
nuevo paradigma del ambiente: “La preocupación por el ambiente está
ejerciendo un influjo creciente sobre el estilo de vida y sobre el consumo... hay
signos evidentes de una sorprendente adhesión al nuevo paradigma
ambiental” 167.

Entre la “New Age” y la ecología existen muchos elementos comunes que van
desde la conciencia que tiene el hombre de su unidad con la naturaleza, hasta la
posibilidad de realización de sus ideales que los conduce a una sacralización de
la tierra, concebida como organismo vivo y cuyo órgano ejecutivo es la
humanidad. Podemos resumir su preocupación ecológica como una especie de
retorno a un paganismo que los conduce a una divinización de ella.

7.13 HOLISMO

La palabra Holos (deriva del griego que significa “Todo” “total”), se ha


constituido en un término esencial en los seguidores de la “New Age”, que
afirman que la realidad espiritual y material están íntimamente ligadas donde la
multiplicidad y diversidad son simples apariencias. Es por eso que pretenden
esbozar una amplia visión del mundo, que sea englobante y que abrace la
totalidad. Se presentan como una reacción clara a la fragmentación de las
distintas áreas de la realidad. Su deseo de unidad expresada en afirmaciones
como: “fundirse en el cosmos”, de ser “parte de la energía universal”, de
participar en la armonía total del universo”, de ahí la gran importancia que
tiene en sus escritos la sinergia168, la comunicación o las llamadas redes de
comunicación, las cuales suscitan especial atracción en los jóvenes e
intelectuales que ven en sus postulados la posibilidad de transformación de un
mundo dividido (representado por la Era de Picis) a un mundo integrado a
partir de una nueva visión holística (representada por la Era de Acuario).

166
“El cambio hacia una concepción ambiental va mucho más allá que la preocupación por el arbolado de
madera rojiza. En ninguna otra parte como en este despertar de la conciencia ecológica resulta evidente la
conexión existente entre todo lo que vive” FERGUSON, M., 1989, p 414-415.
167
Idem., p. 14.
168
La palabra sinergia viene del griego y significa “trabajar juntos” “poner las energías en común”. Para los
“New Agers” se entiende como la colaboración o confluencia de varias personas o energías en vista a la
realización de un “objetivo que es mayor y distinto de la simple suma de las personas individuales o de las
energías singulares”. FRANCK, J., 1994:220.

63
Los partidarios del holismo están convencidos de que los conjuntos y los
complejos no son el resultado de las partes que los componen, la suma de los
valores singulares añadidos unos a otros, sino que encierran un sentido propio
e inherente a los mismos. Para ello, un objeto no puede ser estudiado, estimado
y presentado independientemente de su valor, de su significación, de su
relación con el espíritu y la sabiduría, con la belleza y con la gracia que lo
habitan. De ahí su preferencia por lo concreto y no por lo abstracto; por la
calidad y no por la cantidad; por el sujeto y no por el objeto, por el espíritu y
no por la materia. Mientras que la atomización que resulta de la aplicación de
las ciencias matemáticas y mecánicas conduce a la dispersión, a la división y a
la desaparición, se produce un resultado inverso cuando se utiliza el método
holístico, que se aplica a resaltar el valor de los procesos, de las formas y de las
relaciones, esto es, a promover la vida que lo llena todo, que lo penetra todo y
que es sinónimo de energía, de espíritu.

La Nueva Era quiere poner en obra esta visión holística del mundo en la vida
social, en el plano ecológico y político. En vez de fragmentar y de dispersar,
desea recomponer y reconstruir. Pero todos los demás terrenos se ven
igualmente afectados y comprometidos: la medicina, la pedagogía, la
educación y la formación en todos sus aspectos.

64
8. ASPECTOS POSITIVOS O ACIERTOS DE LA “NEW AGE”

La Nueva Era es una corriente importante de la sociedad actual que se presenta


como el nuevo paradigma, proponiendo una religiosidad cósmica que
pretende dar respuesta a todos los anhelos de la persona humana y cuya
expansión vigorosa ha llevado a muchos hombres a sentirse de una u otra
forma atraídos.

En la “New Age” hay una recuperación del sentido de lo sagrado, de lo


cultural y lo simbólico, que el racionalismo había querido suprimir de la
existencia humana.

En el discernimiento de esta nueva espiritualidad se descubre la fuerza de un


llamado de atención a la conciencia del hombre contemporáneo que reviste en
sí mismo una clara legitimidad: el amor por la naturaleza como una creación
que el ser humano ha de cuidar como un tesoro dado, la búsqueda de una
sabiduría histórica abandonada por el cientificismo, el interés `por el
despliegue de nuevas perspectivas psicológicas, que atiende más que los
desarrollos científicos de la modernidad a una mayor comprensión de la
naturaleza humana, un sentido más integrador de la persona con su propia
realidad de cuerpo y espíritu, y una perspectiva en definitiva más humana de la
existencia.

La “New Age” subraya la integración del hombre en el cosmos y la


consiguiente superación del paradigma moderno. También, la persuasión de
que la transformación es posible a partir de la persona y no de las estructuras,
como sugerían las ideologías. Además, la idea de que el cosmos no es un
ámbito separado de la sacralidad, y de que por lo tanto es posible encontrar un
sentido divino en la propia realidad de la vida humana en el mundo. Por otra
parte, la concepción de la vida religiosa como experiencia vital y no entendida
primariamente como un código moral. El camino de la interioridad,
menospreciado por la modernidad, vuelve a plantearse así con el renacer de la
nueva espiritualidad.

65
Un hecho destacado, que caracteriza la sensibilidad “New Age”, es la
presencia, dentro de su atmósfera sacralizada, de distintas escuelas y
experiencias psicológicas y psicoterapéuticas que tienden a asumir un papel
religioso: de esas prácticas se espera la liberación de la angustia existencial, la
integración de los distintos componentes de la personalidad (racional, intuitivo
e inconsciente, etc) y el descubrimiento del propio auténtico “sí mismo”.

Dentro de las fortalezas propuestas por la “New Age” encontramos también el


sentido de la fraternidad universal, de paz, de armonía de toma de conciencia,
de esfuerzo para mejorar el mundo, movilización de fuerzas para el bien, y
hasta las técnicas de yoga y relajación pueden tener efectos benéficos.

A Jiménez Ortiz 169 señala como rasgos positivos de la “New Age”: la denuncia
del totalitarismo empírico y científico, redescubriendo lo simbólico y lo
religioso; la valoración de la complejidad de lo real, incluida la dimensión
trascendente; una visión antropológica del hombre integral en sus dimensiones
horizontal y vertical; el rechazo tanto del materialismo y consumismo como
del cinismo y escepticismo; y del renacimiento de las utopías en los campos
culturales, ecológicos, económicos de salud y de equilibrio sociológico.

La “New Age” reivindica el reconocimiento de la parte espiritual del hombre.


Busca darle un sentido a la vida, el logro de la felicidad, la preocupación de
realizar una armonía creciente en nuestras relaciones con la naturaleza y entre
nosotros. Todas estas búsquedas son convergentes con las del cristianismo. Si
los medios y las concepciones les parecen a los cristianos insuficientes o
quiméricas, a ellos les incumbe probar con su manera de ser y de vivir, hasta
que punto el evangelio es infinitamente más eficaz en este terreno. Al
desarrollar una visión resueltamente optimista de la humanidad, de sus
recursos y de su porvenir, al incitarnos a no someternos a los acontecimientos
sino a transformarlos positivamente ubicando las debilidades y las pruebas del
hombre en una dinámica global y positiva, la “New Age” nos invita a no
complacernos en la morosidad y la resignación; nos incita a transformar
nuestro mundo en el sentido de una comunicación mejorada sin cesar

Encontramos bajo la pluma de Marilyn Ferguson la siguiente visión: “ La tierra


entera es un país sin fronteras, un paradigma de la humanidad en que hay sitio
suficiente para todos los misterios y todas las culturas... Tenemos en nuestro
169
A. Jiménez Ortiz, Por los caminos de la ingerencia, 145,149. Para este sentido de crítica al consumismo, Cf.
B. Sebastián, La New Age, d´oú vient – il? (Paris 1991.

66
poder la posibilidad de hacer la paz entre nosotros, de curar nuestro país natal,
la tierra”170. Algunos verán en estas palabras una hermosa utopía. Sin embargo,
la utopía es indispensable a todo proyecto humano; en particular político. Entre
otros méritos contaría el de romper toas las fronteras.

170
M Ferguson, Les enfants du Versau. Pour un nouveau paradigme, calmann – Lévy, Paris 1981, 299 – 301.

67
9. ASPECTOS NEGATIVOS O DESACIERTOS DE LA “NEW AGE”

Al margen de una multitud de elementos que requieren un discernimiento para


ver hasta donde pueden ser rescatables, hay en el núcleo conceptual propio de
la Nueva Era, una cosmovisión y un concepto de Dios y su obra que son
incompatibles con la verdadera antropología cristiana y que puede sintetizarse
en los puntos que se formulan a continuación:

• Dios no es una fuerza o energía informe e impersonal de una


trascendencia diluida, sino un ser personal que conoce, quiere, ama,
guía, enseña y entra en dialogo permanente con los hombres.
• El cosmos, no ha emanado del ser divino, sino que ha sido creado de la
nada por el Dios personal que crea por un acto de puro amor y con
entera libertad.
• Este cosmos, no es una parte del Ser divino (panteísmo), sino que Dios
es trascendente y realmente distinto de sus criaturas.
• En consecuencia, el universo no es en sí mismo adorable y
autosuficiente, sino que las criaturas son dependientes de su Creador; el
único necesario.
• El alma del hombre no es una chispa de la divinidad, algo de Dios
alojado en el hombre, sino que este es una persona (cuerpo y alma)
creada por Dios, distinta de él, no divina sino llamada a una vocación
divina, no por derecho propio, sino por gracia.
• El alma de la persona humana no se halla sometida a un proceso
evolutivo a través del tiempo y del espacio (Karma) que se realiza
mediante sucesivas reencarnaciones que tendrían como objetivo final la
auto divinización; sino que cada hombre será juzgado por Dios al final
de su vida presente, en atención a sus opciones libres, y podrá ser
llamado a la gloria de los hijos de Dios por pura misericordia divina.
• La persona de Jesús de Galilea, no ha sido una manifestación más de la
conciencia crística semejante a Buda, Mahoma, Gandhi, etc,
afirmaciones de este tenor implican negar la originalidad de la

68
encarnación y rechazar la afirmación central de la fe cristiana, a saber,
que Jesús de Nazareth, nacido de María siempre Virgen, es el hijo de
Dios, verdadero Dios y verdadero hombre.

En su perspectiva sincretista e inmanente, la “New Age” presta poca atención


a la Revelación; más bien intenta llegar a Dios a través del conocimiento y la
experiencia basados en los elementos que toma prestados de la espiritualidad
oriental y de técnicas psicológicas. Tiende a relativizar la doctrina religiosa a
favor de una vaga visión del mundo, que se expresa mediante un sistema de
mitos y símbolos revestido de un lenguaje religioso. Además propone a
menudo una concepción panteísta de Dios, incompatible con la Sagrada
Escritura y la tradición cristiana. Reemplaza la posibilidad personal de nuestras
acciones frente al cosmos, tergiversando así el verdadero concepto de pecado y
la necesidad de la redención por medio de Cristo.

Otra inconsistencia de la “New Age” reside en la ausencia de una verdadera


relación de alteridad Es el primado del Yo sobre las cosas del mundo exterior.
Su doctrina afirma la dependencia funcional de los objetos y de los juicios de
valor respecto del sujeto. Resulta ambiguo sostener que en la “New Age” las
personas se ocupen realmente de su prójimo.

En realidad, lo que importa según el nuevo paradigma es que cada uno procure
conseguir la mejor calidad de vida para sí; los otros pierden entidad en cuanto
“ esta preocupación primordial con el yo no tiene por qué ser incompatible con
la atención a las necesidades del prójimo, siempre y cuando no pretenda ir más
allá de lo que bien pueda denominarse un altruismo indoloro”.

En la Nueva Era se presenta una inmanentización de lo sagrado en la que la


experiencia subjetiva reemplaza a la relación con un “tú” personal y divino.

No es posible desconocer, con toda la gravedad que ello importa, que la


libertad de la persona queda aquí subsumida en una instancia evolutiva donde
la disolución del yo en el absoluto cósmico expresa una anulación de la
subjetividad

El nuevo paradigma se aleja así del cristianismo y se retrae en una era


precristiana donde el hombre queda reducido a un fragmento de la conciencia
cósmica, y donde su individualidad y su dignidad sólo constituyen un accidente
intrascendente en el cosmos.

69
Los seguidores de la “New Age” no hacen bastante caso de la debilidad o de la
voluntad perversa, que nos arrastran a deformar el juego de las energías, y por
consiguiente a introducir o mantener la falta de armonía y la desgracia en
nosotros y a nuestro alrededor. Al poner lo esencial de nuestra liberación y de
la reconciliación universales en ejercicios físicos y psíquicos, apenas
privilegian otros caminos, en particular el del perdón. A fuerza de exaltar las
energías cósmicas y humanas carecen de realismo sobre nuestra finitud.
Intentan eliminarla en lugar de asumirla.

Se le reprocha a la “New Age” su sincretismo, cada uno toma un poco de todas


partes los elementos que les parecen esclarecedores para explicar el mundo y
obtener métodos susceptibles de mejorar la condición humana “ La “New
Age” no es manifiestamente una organización unitaria que propaga un
adoctrina coherente. Es un pequeño bosque que se extiende en todos los
sentidos.

70
10. CONCLUSIÓN

10.1 DISCERNIR

Frente al fenómeno de la “New Age” son posibles cuatro actitudes:


adhesión, rechazo, indiferencia y discernimiento. Esta última propuesta
tenida en cuenta a lo largo de las páginas de este trabajo, consiste en
guardar las distancias respecto a las otras tres. Adherirse inmediatamente a
una doctrina, a un grupo, a unas ideas sin verificar su solidez abre la puerta
a las peores ilusiones y manipulaciones. Inversamente rechazarlas en bloque
disminuye igualmente nuestra capacidad de comprender y de comunicarnos.
En cuanto a la indiferencia, impide todo intercambio, por tanto toda vida
humana digna de tal nombre.

Por discernir no entendemos “tomar y dejar” de acuerdo con nuestras


fantasías y necesidades inmediatas. Por lo demás ¿en qué criterios basarse
para proceder así? Es preciso además explicitar por qué tomamos y por qué
dejamos.

El discernimiento implica primeramente aceptar la novedad que se nos


presenta sin apriorismos, sin separar enseguida lo que nos agrada de lo que
nos disgusta. Tomarse tiempo para comprender es un ejercicio doblemente
humanizador, pues nos permite comunicarnos con los demás e interesarnos
por lo que viven y piensan, enriqueciendo así nuestra propia experiencia.
Sin duda, a lo largo de ese esfuerzo de comprensión se producirán
reacciones respecto a nuestras convicciones y experiencias adquiridas.
Entonces la tentación de reaccionar al punto de manera favorable o
desfavorable. El discernimiento permite no sólo no dejarnos dominar por
ellas, sino seguir manteniendo una cierta distancia respecto a las mismas.
¿Por qué nos sentimos entusiastas, reticentes o dubitativos? Con ello
aprendemos a conocernos mejor, y, por consiguiente a ampliar nuestra

71
capacidad de comprensión y de evolución. Estaremos mejor pertrechados
para verificar hasta dónde podemos llegar en la aceptación o en el rechazo
de lo que se nos propone.

Conviene analizar los efectos producidos en quienes nos interpelan con sus
experiencias y convicciones. Si nos parece que favorecen las relaciones
humanas, sería una lástima ponerles mala cara. Si las reducen o
desnaturalizan, conviene señalarlo, e incluso combatirlos si es preciso: a
menudo, en efecto, habrá que tomar y dejar; pero no será ya en función de
una reacción primera e instintiva, ni de un interés más o menos egoísta
inmediatamente sentido y expresado. Nuestra elección estará iluminada por
una escucha y un análisis que en todos los casos les habrá permitido a los
protagonistas encontrarse, respetarse y por tanto desarrollarse mutuamente.

Dentro de este proceso, el cristiano introduce la dimensión espiritual. No se


trata de confrontar bloque por bloque un pensamiento, un acontecimiento,
un comportamiento surgidos inopinadamente, con la religión concebida
como un todo inmutable, permanente, recubierto de certezas y de juicios
definitivos. En el cristianismo hablar de espiritualidad equivale a designar
la acción del Espíritu Santo en el corazón de los hombres. En todo
acontecimiento personal o colectivo, intelectual o práctico, está él actuando,
nos precede y nos interpela. Razón demás para desarrollar una particular
atención a cuanto se nos presenta, comenzando por las personas, los grupos
y las comunidades de todo tipo.

Aprendamos a discernir ahí las llamadas del Espíritu y a colaborar con él.
Para ello hemos de estar henchidos de amor a Dios y a nuestros hermanos,
formados por su palabra, recibida y esclarecida en la comunidad de la
Iglesia y meditada en la oración personal. Entonces nos hacemos capaces,
con la ayuda del Espíritu Santo, de verificar en los acontecimientos lo que
sirve o no para el designio de Dios, actuando en consecuencia.

Vistas desde este ángulo las circunstancias más negativas lo mismo que las
más positivas constituyen otros tantos lugares mediante los cuales Dios nos
hace señales. A través de las guerras, del hambre, de la enfermedad, y de la
muerte, el Espíritu Santo nos invita a cambiar nuestro corazón y nuestra
mirada y a obrar según nuestra capacidad para hacer retroceder todos esos
males o asumirlos en la fe, la esperanza y el amor cuando resultan
insoslayables. En cuanto a los acontecimientos venturosos, el Espíritu nos

72
anima a compartirlos, a promoverlos para bien de todos y a dar gracias por
ellos.

Estas consideraciones generales sobre el discernimiento se aplican


perfectamente a la “New Age”. Acojamos este fenómeno cultural tal como
se presenta. Comprendámoslo. Mantengamos las distancias respecto a
nuestras reacciones de simpatía, de antipatía o de indiferencia, a fin de
hacernos más disponibles. Iluminémoslo todo con la palabra de Dios,
Invoquemos al Espíritu Santo para que apoye nuestro esfuerzo y nos ayude
a promover lo que en este mundo sirve a la causa de Dios y a la de los
hombres. Él nos ayudará a descartar lo que se le opone, a corregir,
completar y matizar lo que, sin constituir un obstáculo directo, se aleja más
o menos de ella. Así desterraremos en nosotros y a nuestro alrededor todo
miedo.

Este sentimiento es muy intenso en la sociedad contemporánea, y los


cristianos se dejan fácilmente influir por él. El miedo paraliza. Nos
incapacita para reflexionar y analizar convenientemente. Nos niega la
posibilidad de percibir la presencia y la acción del Espíritu Santo en los
acontecimientos del mundo. Entonces nos imposibilitamos para gustar la
alegría y la libertad en el compromiso por construir un mundo mejor.
Bloqueamos las comunicaciones con quienes nos rodean y nos encerramos
en nuestras propias ideologías negándonos la posibilidad y el derecho que
tenemos en la búsqueda de verdaderas razones que nos permitan entender el
sentido de nuestra existencia en el universo.

10.2 NUEVA ERA Y SECULARIZACION

Algunos ven en la “New Age” una protesta del hombre contemporáneo


contra la secularización de nuestra sociedad. Definimos primero esta
expresión, a fin de verificar luego si tal diagnóstico está justificado o no.

Hasta la época moderna todas las civilizaciones han estado sumergidas en la


dimensión religiosa, a partir de la cual se organizó siempre el conjunto de la
vida pública y privada. La cristiandad no escapó a esta regla. Galileo fue
condenado por haber formulado ideas científicas que se oponían al saber
teológico de la época. El trono y el altar, la espada y el hisopo, han vivido
durante mucho tiempo en estrecha colaboración. Toda la organización

73
social intentaba hacer coincidir de un cierto modo el reino de los cielos y
los reinos de la tierra. Sin embargo, a partir del Renacimiento, las ciencias y
las artes, luego la política en la Revolución francesa, y progresivamente
toda la sociedad industrial nacida en el siglo XIX, se fueron emancipando
poco a poco de la tutela eclesial.

En el curso de esta evolución la fe cristiana, y más en general las religiones,


fueron progresivamente discutidas, apareciendo como las reliquias de un
periodo arcaico de la humanidad dominado por actitudes supersticiosas,
llamadas a ser barridas por el progreso científico. Este fenómeno se vio
acentuado en Francia debido a una coyuntura histórica, que favoreció el
anticlericalismo militante en el marco de una laicidad netamente
antirreligiosa.

Después de la segunda guerra mundial, la secularización adoptó un cariz


mucho menos combativo, dando lugar a un espíritu de tolerancia. Cada uno
es libre de creer lo que desee en el seno de una sociedad pluralista y neutra
en materia religiosa. Las creencias pertenecen esencialmente a la esfera
religiosa. Sus implicaciones y manifestaciones públicas se admiten a
condición de no molestar a la colectividad. A veces diversas organizaciones
recurren a creyentes o comunidades para reflexionar y actuar sobre
problemas de la sociedad. Pero su testimonio no es ya normativo y se
yuxtapone a otros puntos de vista.

El proceso de secularización así descrito se caracteriza por la marginación


de la esfera religiosa y la afirmación de la total autonomía del hombre y del
mundo. En el mejor de los casos, lo religioso forma parte del horizonte
social, pero sin posibilidad de modelarlo como antaño. Aunque actualmente
se va despertando, está exclusivamente al servicio de las necesidades
metafísicas, éticas y rituales del hombre, en parte ignoradas o reprimidas en
un reciente pasado. No se lo concibe en modo alguno como lugar de un
posible encuentro entre un Dios que se revelaría y una humanidad en busca
de razones de vivir. Peor; en la medida en que el sentimiento religioso
reaparece para colmar carencias en los sectores citados, se brinda con toda
naturalidad a la lógica de la sociedad de consumo y del culto de la
subjetividad. Constituye un nuevo filón que explotar.

Consecuentemente, la irrupción y el desarrollo de las teorías y prácticas


etiquetadas como “New Age” aparecen claramente en un primer tiempo
como la voluntad de sacar a la dimensión religiosa del hombre del

74
estancamiento en la que la ha encerrado la sociedad secularizada.
Ciertamente la “New Age” no es una religión ni una Iglesia, pero intenta
contribuir a liberar a la humanidad de todos sus límites apoyándose en su
dimensión espiritual, que está religada a la conciencia universal.

¿Asistimos entonces a una rehabilitación de las raíces religiosas de la


humanidad en oposición al proceso de secularización? Cabe dudar de ello,
porque, al invitar al hombre a ser autor de su propia liberación, al
considerarle como un ser privilegiado animado por las energías cósmicas
calificadas de divinas, al preconizar el más amplio sincretismo
justificándolo todo de manera racional, la “New Age” coloca también al
hombre y al universo en el centro de todas sus preocupaciones. Rechaza
toda idea de trascendencia, lo mismo que la de un Dios revelado. Con ello
se encuadra plenamente en la lógica de la sociedad securalizada. En fin de
cuentas, la nebulosa “New Age” podría ser muy bien la expresión última
del proceso de securalización, y no su antídoto.

Los cristianos se encuentran ante un fenómeno todavía inédito en toda su


historia de la humanidad. Por primera vez una sociedad puede construirse y
organizarse al margen de toda referencia religiosa, dejando a esta última a
la libre apreciación de los individuos. En un primer tiempo el proceso de
securalización se desarrolló en la negación o la ignorancia del sentimiento
religioso. Entonces se apostó todo por el progreso técnico-científico, que
finalmente había de liberar a la humanidad de sus múltiples trabas.

Al fracasar tal proyecto, el hombre securalizado descubre en él y a su


alrededor otras posibilidades, entre ellas el elemento religioso, susceptibles
de promover el mismo fin. Pero el funcionamiento sigue siendo el mismo.
Así pues los cristianos deben mirarlo dos veces antes de alegrarse
demasiado deprisa de la “vuelta de lo religioso”, que actualmente se airea.
Esto religioso o esta espiritualidad, securalizados, por tanto cerrados a priori
a toda idea de revelación ofrecida por Otro, corren gran peligro de construir
un terrible obstáculo a la proclamación de la buena nueva de Jesucristo.

Sin embargo, paradójicamente, al afirmar la inutilidad de la hipótesis de


Dios para humanizar el mundo, la sociedad securalizada brinda una gran
oportunidad a las religiones instituidas, y en particular al cristianismo: la
oportunidad de testimoniar la total gratuidad y novedad de la revelación de
Dios. No precisa de nuestras necesidades religiosas, de nuestros deseos de
explicación y de orden, de nuestras carencias afectivas o de nuestros miedos

75
viscerales. Es fruto de la iniciativa de un Dios que libremente desea
testimoniarnos su amor. Al dejarnos libres de responder, como lo atestigua
de hecho la sociedad pluralista en que vivimos, muestra hasta dónde respeta
nuestra dignidad.

Dicho esto, el sentido de nuestra vida se ve profundamente modificado


según la índole de nuestra respuesta. Ocurre aquí como en el encuentro de
dos enamorados. Antes de conocerse, cada uno vive su vida sin sentirse
necesariamente desgraciado; en cambio, a partir del momento en que sus
caminos se cruzan y llegan a amarse, sus vidas se encuentran
conmocionadas en el sentido de una felicidad compartida y de una
creatividad inminente, que culmina en el don de la vida. El encuentro de
Dios y de Jesucristo entraña una conmoción más radical aún, una
experiencia de amor todavía más fundamental, porque se adueña por dentro
de todas nuestras maneras de amar para hacer de ellas la esencia de la vida
eterna desde ahora: “Nos has hecho para ti, y nuestro corazón está inquieto
mientras no descanse en ti” (san Agustín) .

76
GLOSARIO

Acuario (la Era de): Un décimo y penúltimo signo del zodíaco. Según los
adeptos de la Nueva Era, que recogen las ideas de algunos astrólogos, la era
de Acuario será totalmente opuesta a la de Piscis. Esta última representaba
una era de desgracias y miserias, de fuego y sangre, de oscuridad y
tinieblas. La Era de Acuario por el contrario, será realmente una nueva era,
una nueva edad de oro hecha de armonía y de luz, de amor y de paz.

Andrógino (Androgínia): característica del ser humano al que se supone


bisexual, por llevar en sí un elemento masculino y un elemento femenino.
No se trata de hermafroditismo ( forma humana con dos sexos), sino de una
armonización equilibrada en el terreno psíquico y espiritual, de los dos
elementos (animus y anima) del alma humana.
Cada uno de los dos sexos tiene que desarrollar e integrar en su propia
esfera psicológica las cualidades y aptitudes específicas del otro sexo. Esta
manera de ver las cosas supera la antigua dicotomía en la que “lo
femenino” significaba pasividad e interioridad, mientras que “lo masculino”
expresaba actividad y exterioridad.

Armonía: viene del griego y significa: acuerdo, concordancia, consonancia,


ajuste, armonía. Se refiere a lo que hay que poner de acuerdo o conformar
entre sí ( los esposos, los instrumentos, las políticas, las realidades
ambivalentes, todo lo que al principio y en primer lugar estaba en
desacuerdo, sin ajustar, opuesto, dividido, etc.).

Conciencia: Es la palabra clave de la Nueva Era. Todo en la Nueva Era


está orientado hacia la conciencia: su ampliación o extensión, su
profundización o elevación. En una palabra, la Nueva Era podría definirse
como una empresa gigantesca de “toma de conciencia” por parte de cada ser
humano y de todos los hombres de que todo se mantiene en pie gracias a su
vinculación al universo ( al cosmos) de que todo es interdependiente.

Conciencia cósmica: La humanidad y cada uno de los individuos recorren


cuatro etapas en el curso de su evolución, siendo la última el acceso a la

77
conciencia cósmica. Gracias a esta toma de conciencia, el cosmos, no se
revela ya como una materia muerta, congelada e inconsciente, sino como
una realidad totalmente inmaterial, totalmente espiritual y llena de vida; la
muerte no tiene ya ningún sentido, ya que cada uno ( y cada cosa) está lleno
de vida fraternal, siendo Dios idéntico al universo, al Todo, mientras que
Todo es Dios. Por ese mismo hecho, todo es bueno en el hombre y en el
universo, y sólo el acceso a la conciencia cósmica permite que nos podamos
dar cuenta de ello.
Esta conciencia cósmica, dice Bucke, no debe ser considerada como
anormal ni mucho menos como “sobrenatural”, no es más que la conclusión
de un proceso natural, la evolución.

Conspiración: Junto con “ transformación”, “ cambio de paradigma”


“ampliación de la conciencia” y “evolución”, es una de las palabras clave
de Marilyn Ferguson (véase su libro La Conspiración de Acuario) profetisa
de la Nueva Era, y de todos lo que la han seguido. Es un término sacado del
padre Teilhard de chardin, esta palabra quiere indicar lo siguiente : en todos
los lugares en que los hombres van caminando hacia una nueva conciencia,
en los que van respirando juntos ( del latín conspirare), empiezan a tomar
parte de la conspiración, es decir, de la revolución (pacífica) o superación
del antiguo estilo de vida, de las organizaciones y tradiciones que tuvieron
su época, pero que ya no se adecuan a las condiciones actuales, a la nueva
edad de oro que va surgiendo para la humanidad.

Cristo(Jesucristo): la Nueva Era es un fenómeno típicamente occidental,


un producto del mundo cultural cristiano. No puede ignorar por completo la
herencia, la figura y el mensaje de Jesús de Nazareth, el Cristo de Dios.
Para la mayor parte de los new agers, Jesús no es aquel que los cristianos,
sea cual fuere su pertenencia confesional, reconocen y proclaman como su
Señor y Salvador, su Maestro y su Dios. Para la Nueva Era, Jesús no es más
que un “maestro espiritual”, un “gran iniciado” que, como otros maestros ha
sido investido por el Cristo cósmico. Este Cristo cósmico es una energía-
llamada a veces crística –que constituye el fondo de todo ser y del ser sin
más, ya que no existe más que un único ser y el hombre individual no es
más que una partícula del mismo, de lo que debe tomar conciencia para
realizar de esta manera su identificación con el Todo.

Cristo instructor mundial: Cristo vendrá de nuevo, no como el


Omnipotente Dios de la ignorante creación del hombre, sino como el cristo
fundador del Reino de Dios en la Tierra, para terminar el trabajo que El

78
comenzó, y nuevamente demostrar la divinidad en circunstancias mucho
más difíciles... Cristo traerá luz y vida abundantes... No le interesa el credo
que se profese; su objetivo es traer el amor de Dios a la humanidad. Cristo
no tiene barreras religiosas en su conciencia, ni le da importancias a la
religión que profesa el hombre.

Chamán: considerado por algunos adeptos de la Nueva era como el


“técnico del éxtasis”, como “el primer viajero a las esferas del
subconsciente”, el chamán es considerado además como el mediador
místico que permite entrar en contacto con lo sagrado y descubrir esa última
realidad que es el Uno.

Channeling: Expresión de origen americano (channels = canales) para


designar la posibilidad de captar y canalizar ciertos mensajes que provienen
de una esfera trascendente (difuntos, maestros espirituales, extraterrestres,
etc.). y mediatizarlos al servicio de un tercero. La mayoría de las veces,
estos mensajes consisten en amonestaciones o exhortaciones de orden moral
y filosófico, en recomendaciones y orientaciones para la vida práctica.

Dios (divino): Está presente en todas partes, implícita o explícitamente, por


otro lado, que ese Dios o eso divino no corresponde absolutamente en
nada a lo que los cristianos suelen designar con esas palabras. Para los new
agers, Dios no es alguien, una persona, un tú que se sitúe delante o cara a
cara con el hombre; no es el creador ni la providencia de todas las cosas; no
es un ser de relación, de comunicación, ni en sí mismo (trinidad de
personas) ni para con el hombre.
Para la Nueva Era Dios es una fuerza, una energía impersonal que lo
penetra y lo invade todo; una luz que lo ilumina y lo transforma todo; un
fuego que quema y purifica; una presencia que llena de gozo y fortaleza.

Esalen: Michel Murphy y Richard , discípulos de Sri Aurobindo, se ha


convertido, lo mismo que Findhorn, en uno de los lugares sagrados de la
Nueva Era. Allí se rinde culto a la parasicología (por la que se interesan
particularmente algunos científicos y psicólogos de la antigua URSS). Allí
han nacido o se han desarrollado numerosas técnicas psicológicas,
concretamente la psicología humanista. La psicoterapia transpersonal o
psicosíntesis, es un proceso en el que participa todo ser viviente: el proceso
que conduce a la unificación y a la totalización consigo, con los demás, con
el mundo, con Dios. En esto precisamente consiste la salvación según los
seguidores de la Nueva Era.

79
Espiritualidad (espiritual): Este término se utiliza según en diversas
concepciones bastante alejadas de lo que entienden las Iglesias cristianas
por espiritualidad. La “conspiración pacífica” que caracteriza la Era de
Acuario, según Marilyn Ferguson “profetisa y suma sacerdotisa” de la
Nueva Era..En esta nueva espiritualidad propia de la Nueva Era no se trata
de un Dios transpersonal y trascendente, sino de un “se” cósmico e
inmanente a todo; ni se trata de Cristo o del Espiritu Santo de la revelación
cristiana, sino de una energía que es coextensiva de todo cuanto existe y de
la que es preciso impregnarse hasta llegar a la toma de conciencia de la
identidad de todo con el Todo. Para los new agers, se trata de “realizarse a
sí mismo”, de desarrollar sus potencialidades, de ampliar su conciencia, de
penetrar en las esferas superiores, hasta que el “yo” coincida y se
identifique nuevamente con el “se”.

Gnosis: conocimiento, enseñanza secreta, de naturaleza religiosa, que


promete una salvación procurada por el conocimiento de si mismo. Este
conocimiento se concibe como algo extraño al mundo de la experiencia
cotidiana, experimentado como una fatalidad opresiva.

Holismo: Holos viene del griego y significa “todo, total”, holismo es una
palabra muy de moda en el lenguaje de los new agers, convencidos de que
el pensamiento y la vida, la materia y el espíritu, el aquí abajo y el más allá,
estan íntimamente ligados e interconectados.

Holonímica: La nueva ciencia, en la nueva era, no es ya la atómica (de


fusión) sino de unión y fisión. La física subatómica, el descubrimiento del
láser y la mística científica nos señalan que en cada parte de la realidad está
el todo: a esto se llama “visión holonímica de la realidad”. A ver el mundo
como unidad en la que todo se compenetra e interactúa recíprocamente: el
todo está de algún modo en cada uno, y cada uno está en el todo.

Maestro interior: En otros apartados, el nuevo Cristo, el Maestro de la


verdad, que se encarna, en cada época zodiacal, en maestros espirituales, y
que consumará la evolución en Acuario bajo el nombre de Maitreya. El
nuevo evangelio es el de Acuario, capaz de fusionar y fundir todas las
tradiciones espirituales en una nueva iniciación mística de ese mismo
Cristo.

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Reencarnación: Entre las ideas básicas de la “New Age” , merece
particular atención la de la reencarnación o la transmigración del alma que
se encuentra en la mitología religiosa de algunos pueblos y, en especial, en
la espiritualidad oriental. La idea de que yo personal del ser humano viva
varias existencias en forma cíclica, cambiando solo de cuerpo, a lo largo de
centenares o miles de años hasta lograr su iluminación definitiva es algo
totalmente irreconciliable con la fe cristiana.

Religión (es): Un gran número de new agers, no cesan de afirmar que las
religiones tradicionales han sido superadas por no haber sabido adaptarse a
los tiempos nuevos, y que más vale sustituir la palabra “religión (es)” por la
de “espiritualidad (es)”. La Nueva Era – al querer ser religiosa, y hasta
mística, y al pretender llenar el vacío espiritual que dejan tanto las
religiones establecidas como las teologías que proclama la muerte de Dios.

Sicología transpersonal: Estudio del cuerpo, de las emociones, la mente y


la conciencia. Transpersonal, explica L. Boggio Gilot, quiere decir lo que
esta más allá de la persona en cuanto a unidad biopsíquica, en un plano
espiritual y cognoscitivo que trasciende; Es decir, la sicología transpersonal
pretende explicar científicamente experiencias y realidades que hasta hoy
“han sido patrimonio sólo de la fe” explicando “la verdadera personalidad”,
el auténtico “uno mismo” se disuelve en sí mismo, que constituye la unidad
del universo.

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12. BIBLIOGRAFÍA

ALMEIDA Juan Carlos. “ Nueva Era” y fe cristiana. Sao Paulo Brasil: Loyola
Ediciones, 1997

ANGLARÉS Michel. Nueva Era y fe cristiana. España. Madrid. Artes gráficas


Gar. Vi 1994.

BAENA Vejarano Fernando. El retorno a lo sagrado, fundamentos científicos


de la espiritualidad en el nuevo milenio. Santafé de Bogotá: Cargraphics S.A.
199

BERZOSA Raúl. Nueva Era y cristianismo, entre el diálogo y la ruptura.


España; Aldecoa S.L. 1998.

BOSCA Roberto New Age, la utopía religiosa de fin de siglo. México D.F.
Atlántida océano. 1996

Ferguson Marilyn. Conspiración de Acuario. Barcelona 1985.

URREA Viera Juan Carlos. “New Age”, visión histórico doctrinal y


principales desafíos. Santafé de Bogotá. Servicopias impresores Ltda. 1996.

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