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Introducción al mundo de la caballería

Josep Ysern (UNED)

Nota previa: Las siguientes páginas son un extracto de un borrador preparatorio cuya versión final
pertenece al libro Adentrándonos en la literatura catalana,1 donde se incluyen en la primera parte
del capítulo (de autoría compartida con la prof. Júlia Butinyà) dedicado al la novel·la anónima
Curial e Güelfa.

I.- ¿Qué era un caballero?


Lee la entrada «Caballería" del vocabulario de Bonnasie citado en la bibliografía. Después, espero
que te hayan quedado claros los siguientes puntos -intenta responderlos razonadamente-:
•¿Quiénes eran originariamente los caballeros? ¿De dónde provenían y qué función cumplían?
•¿Siempre ha existido una vinculación nobleza/caballería?
•¿A partir de qué momento se produce un cierto control sobre la violencia coercitiva que ejercí-
an los caballeros? ¿Qué papel juega la Iglesia en ello y por qué? -consulta de paso el término
'paz de Dios' en el mismo vocabulario-.
•¿Cómo se relaciona el control de la violencia caballeresca con el progresivo ennoblecimineto
del caballero y el surgimiento del ceremonial por el que un escudero se convierte en caballe-
ro?
•¿Qué otros aspectos culturales tienen que ver con esa domesticación de la caballería? ¿Qué re-
lación guarda la caballería con el amor cortés?
Y, si me lo permites, aún te recomendaré que leas, como uno de los textos más gratos e ilumi -
nadores que conozco en este ámbito, el libro de Duby sobre Guillermo el Mariscal, citado en la bi-
bliografía. Encontrarás en él numerosas informaciones que te serán provechosas para entender el
mundo referencial, de trasfondo, de toda la literatura caballeresca. Verás que en la bibliografía he-
mos introducido un pequeño apartado con los títulos más asequibles sobre el mundo de la caballería
en su relación con la literatura. Es una manera de señalar un ámbito tan importante como apasionan-
te al que, sin embargo, no podemos dedicar más atención aquí, ya que hemos de ir acercándonos,
progresivamente, a nuestro tema de estudio.2
Pero vayamos a las fuentes. Los medievales reflexionan también sobre el valor de la caballe-
1
http://portal.uned.es/portal/page?
_pageid=93,23377993&_dad=portal&_schema=PORTAL&_piref93_23376063_93_23377993_23377993.next_pag
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2
En el tema de literatura trovadoresca incluimos la bibliografía básica sobre el mundo de los trovadores. La herencia
del amor cortés pesa, en buena medida, sobre la visión más idealista e idealizadora de la caballería. El mundo de la
corte es un microclima donde se potencian hasta el paroxismo determinadas pautas de conducta considurada
virtuosa, lo que también deja su impronta en el mundo de la caballería. De nuevo la caricatura quijotesca puede
ayudar: ¿Por qué Don Quijote se fabrica una dama -Dulcinea-? De alguna manera le es tan fundamental como su
propia armadura.

1
ría. Hay muchos textos, en este sentido, que merecen ser tenidos en cuenta, pero aquí nos centrare-
mos en tres: a) Las Partidas del rey castellano Alfonso X, el Sabio -especialmente la II partida, títu-
lo XXI-. b) Los tratados incluidos por Pere Bohigas en su Tractats de cavalleria, antología funda-
mental que incluye el Guillem de Vàroich, atribuido a Joanot Martorell, el De batalla, el Sumari de
batalla ha ultransa, Lo cavaller de Ponç de Menaguerra, y el Tractat de cavalleria de Pere III. To-
dos explican, en mayor o menor medida -como comenta Pere Bohigas en el prólogo-, aspectos lega-
les y técnicos de la vida del caballero -la problemàtica de los desafíos, el comportamiento del caba-
llero, las batallas, la celebración de justas, etc.- y el último, además, tiene el interés de ser una tra-
ducción al catalán de la citada partida del rey Sabio. c) El Llibre de l'orde de cavalleria (LOC), de
Ramon Llull, aprovechado por Martorell en su Guillem de Vàroich y, por lo tanto, incorporado a su
Tirant.
Lee atentamente los siguientes textos -extractados de la antología de Las Partidas, editada por
M. Cardenal, pp. 142-149, donde se seleccionan algunos fragmentos de la Partida II, título 21- y
responde las preguntas que siguen.
Cómo deben seer escogidos los caballeros
Mil es el más honrado cuento que pude seer. [...] Et por esta razón escogíen antiguamente de
mil homes uno para facerle caballero, axí como diximos en la ley ante desta: et escogiéndolos
cataban que fuesen homes que hobiesen en sí tres cosas: la primera que fuesen lazdradores para
sofrir la gran laceria et los trabajos que en las guerras et en las lides les acaescieren; la segunda
que fueren usados a ferir porque sopiesen mejor e más aina matar et vencer sus enemigos, et
non cansasen ligeramente faciéndolo; la tercera que fuesen crueles para non haber piadat de ro-
bar lo de los enemigos, nin de ferir, nin de matar, nin otrosi que non desmayasen aina por golpe
que ellos rescebiesen nin que diesen a otros. Et por estas razones antiguamente para facer caba-
lleros escogien de los venadores de monte, que son homes que sufren grande laceria, et carpin -
teros, et ferreros, porque usan mucho de ferir e son fuertes de manos: et otrosí de los carniceros
por razón que usan matar las cosas vivas et esparcer la sangre dellas: et aun cataban otra cosa
en escogiéndoles: que fuesen bien faccionados de miembros para seer recios, et fuertes et lige -
ros. Et esta manera de escoger usaron los antiguos muy grant tiempo: mas porque depués vie-
ron muchas vegadas que estos atales non habiendo vergüenza olvidaban todas estas cosas so-
bredichas, et en lugar de vencer sos enemigos venciense ellos, tovieron por bien los sabidores
destas cosas que catasen homes para esto que hobiesen naturalmente en sí vergüenza. E sobres-
to dixo un sabio que habia nombre Vegecio que fabló de la orden de caballería, que la vergüen-
za vieda al caballero que non fuya de la batalla, et por ende ella le face seer vencedor; ca mu-
cho tovieron que era mejor el hombre flaco et sofridor que el fuerte et ligero para foir. Et por
esto sobre todas las otras cosas cataron que fuesen homes de buen linage, porque se guardasen
de facer cosa que podiesen caer en verguenza: et porque estos fueron escogidos de buenos lo-
gares et algo, que quier tanto decir en lenguage de España como bien, por eso los llamaron fi-
josdalgo, que muestra atanto como fijos de bien. Et en algunos logares los llamaron gentiles, et
tomaron este nombre de gentileza que muestra atanto como nobleza de verdat, porque los gen -
tiles fueron nobles homes et buenos, e vevieron más ordenadamente que las otras gentes. Et
esta gentileza aviene en tres maneras: la una por linage, la segunda por saber, et la tercera por
bondat de armas, et de costumbres et de maneras. [...]
Qué cosa deben fazer los escuderos ante que resciban caballería
[...] Et por ende mandaron los antiguos que el escudero que fuese de noble linage un día ante
que resciba caballería que debe tener vigilia: et ese dia que la toviere desdel mediodia en ade-
lante hanle los escuderos a bañar et a lavar la cabeza con sus manos, et echarle en el más
apuesto lecho que podieren haber, et allí lo han de vestir et de calzar los caballeros los mejores
paños que tovieren: et desque este alimpiamiento le hobiesen fecho al cuerpo, hanle de facer
otro quanto al alma, levándole a la iglesia [...].
Et en quanto esta oración feciere ha de estar los hinojos fincados, et todo lo al en pie mientra
sofrir lo podiere: ca la vigilia de los caballeros noveles non fué establescida para juegos nin
para otras cosas sinon para rogar a Dios ellos et los otros que hi fueren que los guíe e los adeli-
ñecomo a homes que entran en carrera de muerte.
Cómo han de ser fechos los caballeros
[...] pasada la vigilia luego que fuere de día, debe primeramente oír su misa et rogar a Dios que
le guíe sus fechos para su servicio: et después ha de venir el quel ha de facer caballero, et pre-
guntarle si quiere rescebir orden de caballería, et si dixere que sí hale de preguntar si le manter-
ná así como se debe mantener: et depués que gelo otorgare, débele calzar las espuelas o mandar

2
algunt caballero que gelas calce [...]. Et fácenlo desta guisa por mostrar que así como al caballo
ponen las espuelas de diestro et de siniestro para facerle correr derecho, que así debe él facer
sus fechos endereszadamiente de manera que non tuerza a ninguna parte. Et desí hale de ceñir
el espada sobre el brial que vestiere, así que la cinta que non sea muy floxa, mas que le llegue
al cuerpo; et esto es por significanzaque las cuatro virtudes que diximos [=sabiduría, fortaleza,
templanza, justicia] debe siempre haberlas caronadas así. [...]
Et desque el espada le hobiere ceñida, débela sacar de la vayna et ponérgela en la mano diestra,
et facerle jurar estas tres cosas: la primer que non rezele morir por su ley [es decir: por su reli-
gión] si meester fuere: la segunda por su señor natural: la tercera por su tierra: et quando esto
hobiere jurado débele dar una pescozada porque estas cosas sobredicha le vengan e miente, di-
xiéndole que Dios le guíe al su servicio et le dexe complir lo que allí prometió: et después des-
to hále de besar en señal de fe et de paz et de hermandad que debe seer guardada entre los ca -
balleros.
• La alusión al término "mil" se justifica en las Partidas porque "así como diez es el más hon-
rado cuento de los que comienzan en uno, et el ciento entre los diez, así entre los centena-
rios es el mayor et más honrado mil, porque todos los otros se encierran en él. [...]", a lo
que sigue la explicación que ya has leído. Un comentario comparable ofrece Llull en su
LOC (I, 2 p. 167). Ahora bien, la razón de estos comentarios numerológicos está en la rela-
ción pseudetimológica que establecían entre la cifra "mil" (= 1.000) y el sustantivo latino
MILES, -ITIS, que, en latín, significaba 'soldado' -de donde viene todo el campo léxico de lo
militar-. Lee y extracta las noticias más importantes que suminsitra Curtius sobre el la im-
portancia de la etimología en el pensamiento medieval -y no sólo en éste- (1984: 692-699),
que puedes completar también -aunque en el caso que nos ocupa sea secundario- con las re-
flexiones de este mismo erudito sobre la importancia retórica de los números (ibid., pp. 700-
718).
• ¿Qué papel se reserva en el texto alfonsino a la "vergüenza"? Un buen caballero debería ser
vergonzoso, es decir, tener vergüenza. ¿Por qué?
• Relaciona toda esta ceremonia con las informaciones básicas leídas en el texto de Bonnassie.
¿A qué punto de evolución de la caballería te parece que corresponde?
• Teniendo en cuenta las informaciones que acabas de leer en las Partidas, lee ahora el capítu-
lo III del Quijote: Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse ca-
ballero. Ten en cuenta que, para valorar una parodia, hemos de conocer el modelo parodia-
do. Siguiendo las directrices alfonsinas, ¿en qué detectas la burla cervantina? Antes de res-
ponder, lee atentamente, como complemento a las Partidas, LOC cap. IV, pp. 189-195, sobre
la manera de examinar a los candidatos a se caballeros -los escuderos-. ¿Crees que don Qui-
jote reunía las cualidades para ser un buen caballero? Seguramente te estarás preguntando
por qué saco el Quijote a colación para hablar del Tirant. Es una pregunta magnífica y espe-
ro también tu respuesta -te puedes ayudar del programa de la asignatura-. Te aseguro que no
es porque el Tirant sea de los pocos libros que escapen a la hoguera en el capítulo VI de la
primera parte del Quijote.
• En el capítulo 59 del TLB (pp. 211-212) se narra cómo recibe Tirant la orden de caballería
de manos del rey de Inglaterra. Sorprende que esta ceremonia sea narrada tan rápidamente.
Verás que se recurre a un procedimiento diferente del descrito en las Partidas o en LOC (IV,
pp. 197-200). Compáralos e indica convergencias y divergencias.

II.- Las obligaciones del caballero


Hasta aquí hemos visto cómo se nombraba a alguien caballero -adobar algú a cavaller, en ca-
talán- y también alguna de las cualidades imprescindibles, todas ellas relacionadas con las funciones
primordiales de un cuerpo que era, no lo olvidemos, esencialmente militar y represivo.
El rey Sabio incluye en su reflexión sobre la caballería el siguiente fragmento, que copio en la
traducción catalana del rey Pere III (Tractats, p. 111):

3
Deffensors són un dels estaments per què Déu volch que·s mantengués lo món; car bé axí com
lo qui preguen Déu per lo poble són dits 'oradors', e axí meseix los que làuran la terra e fan en
aquella aquelles coses de les quals los hòmens han a viure e s'an a mantenir son dits
'governadors', axí meseix aquells qui han a deffendre los altres són appellats 'deffensors'.
E per tal los hòmens qui aytal obra han a fer, ordenaren los antichs que fossen ab diligència
elets; e açò·s féu per tal cor defensió ha mester tres coses, ço és: esforç, e honor, e poder.
He aquí la visión medieval del mundo: tres estamentos perfectamente diferenciados. Cada uno
de ellos debe cumplir con sus obligaciones. De ese buen cumplimiento deriva la estabilidad social,
la paz. Es imposible citar textos de este tipo sin referirse al magistral estudio de George Duby, cita-
do en la bibliografía, sobre los tres órdenes de la sociedad feudal. En cualquier caso, retengamos es-
pecialmente las tres grandes rasgos de la defensió -esforç, honor, poder- . La satisfacción de estos
requisitos condiciona las cualidades deseables en los caballeros, como veremos.
Ramon Llull dedica el el libro II de su LOC a describir «l'offici qui pertany a cavaller». Observa su
párrafo núm. 2, p. 173, que Llull coloca como preponderante:
Offici de cavayler és mantenir e deffendre la santa fe cathòlica, per la qual Déu lo Pare tremès
son Fil pendre carn en la verge gloriosa nostra dona sancta Maria, e per la fe a honrar e a
montiplicar sofrí en est món molts trebayls e moltes ontes e greu mort. On, enaxí con nostro
senyor Déus ha elets clergues per mantenir la sancta fe ab Scripturas e ab probacions
necessàrias, preÿcant aquella als infels ab tan gran caritat que la mort sie a ells desirable, enaxí
lo Déu de glòria ha elets cavaylers qui per forsa d'armes vensen e apoderen los infels, qui cade
dia punyen en lo destruïment de la sancta Sgleya. On, per açò, Déu té honrats en est món e en
l'altre aytals cavaylers qui són mantanidors e deffanadors de l'offici de Déu e de la fe per la
qual nos havem a salvar.
Más abajo (párrafo 4, p. 174) llega a afirmar que el oficio del caballero y del clérigo son los
más nobles y dignos de honor y «per aysò, la major amistat que sia en est món deuria ésser entre
clergue e cavayler». A partir de aquí, el beato va planteando las diferentes obligaciones del caballe-
ro: en referencia a su señor terrenal -rey, príncipe, etc., pp. 175-176-, a la justicia -pp. 176-177-, la
paz -cf. «mantenir terra», pp. 177-178-, y proteger viudas, huérfanos y menesterosos en general -pp.
181-182-. Después de haber leído estas páginas, realiza las siguientes actividades:
• Resume brevemente su contenido, por núcleos temáticos. Intenta extender ese procedimien-
to a todo el LOC -apenas sesenta páginas-, a fin de familiarizarte con su contenido y manera
de expresión.
• Lee atentamente los caps. 28-35 del TLB y rastrea en ellos la influencia del texto de Llull,
tanto en cuanto a contenidos como formalmente -personajes que intervienen, trama, acción-.
En la edición de referencia en este cuaderno se incluye el Guillem de Varoic (pp. 1235-1249)
-atribuido a Martorell-, que saca provecho del LOC luliano. Martorell utiliza su propia obra
-y, a través de ella, la de Llull- precisamente en toda esta primera parte del Tirant. Pere
Bohigas en Tractats (pp. 197-206) elabora un útil apéndice en el que relaciona y compara
entre sí el LOC de Llull y los fragmentos de éste incluidos en el Guillem Varoic de Martorell
-y, desde ahí, en el TLB-, sin olvidar el Guy de Warwick inglés, otro de los modelos presen-
tes en esta primera parte del Tirant.

III.- Las cualidades del caballero


Para cumplir las obligaciones expuestas, los caballeros deben poseer ciertas cualidades. Al-
gunas ya las hemos visto: deben ser sufridos -es decir, capaces de soportar los grandes esfuerzos
que conlleva su profesión-, linajudos -porque el buen linaje acicatea la vergüenza- y tener buenas
costumbres y maneras -Tractats, pp. 113-116-. El rey Alfonso X nos explica también qué virtudes
quintaesencian la buena madera de un caballero -cito a través de la tarducción catalana de Pere III,
Tractats, pp. 117-118-:
Les bones custumes que·ls hòmens han en si són appellades 'virtuts', e entre totes són ·IIII· les
majors, axí com són saviesa, temprança, fortalesa e justícia. E tot hom qui haja voluntat d'haver
perfecció de bonea, deu treballar en haver aquestes ·IIII· virtuts, tan bé los ordenats de què

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havem parlat dessús, com los altres qui han a governar les terres per lurs lavors e per lurs
treballs. E alcuns no són major obs ni·s covenen les dites ·IIII· virtuts que als defensors, ço són
cavallers, per tal con ells han a deffendre la santa Església e·ls reys e tots los altres. Car saviesa
los darà que o sàpien fer a son profit, sens son dan; e la fortalesa, que sien ferms en ço que
faran, e que no sien movibles en lur sen; e la temprança, que façen lurs obres axí com deuen, e
que no passen més a avant; e la justícia, que façen lurs affers justament, retén a cascú ço que és
seu.
Ahora bien, además de estas cualidades eminentemente morales, en la misma obra se nos se-
ñalan otras -caracterológicas, técnicas, prácticas, etc.- que se van tratando a lo largo de diversos epí-
grafes (ibid. pp. 120-125): Se nos dice que los caballeros deben ser entenents, ben acostumats, ar-
techs e ginyosos [=hábiles, astutos e ingeniosos], leales, entendidos en armas, caballos, etc. Lee, por
favor, las páginas indicadas y esquematiza los valores citados. Compáralos con los enumerados por
Llull en LOC pp. 188-195. Verás cómo el beato reorganiza las cualidades, introduciendo bajo un
mismo epígrafe virtudes morales y cualidades técnicas.
• Una vez realizada esta actividad, intenta concretar esas cualidades con el caballero que es
Tirant lo Blanch. A lo largo de la novela encontrarás muchas muestras de sus cualidades. Por
ejemplo, está claro que Tirant es "artech e ginyós". Basta para ello que recurras a los capítu-
los donde predomina la temática militar para poder detectar algunas de las estrategias em-
pleadas -llevadas a cabo directa o indirectamente por él mismo-. Así, por ejemplo, el capítu-
lo 106, la quema de la nave capitana de los genoveses. O cuando, al final del cap. 307, el
propio Tirant se ofrece a ir de embajador/espía del rey de Tremicèn al campo del rei Escaria-
no. Puedes también citar cualidades de otros caballeros notables en la novela. Así, por ejem-
plo, el rei ermità que, en los primeros capítulos, salva Inglaterra de los moros, abunda tam-
bién en estrategias y artes bélicas (cf. cap. 12; las "magranes compostes"). Encontrar sus
cualidades, nos permitirá también hallar, por contraste, sus posibles defectos e ir perfilando,
de esta manera, la silueta del caballero Tirant. Los capítulos 24, 100, 133, y otros que puedes
ir detectando tú mismo te ofrecerán materia prima de utilidad.
• Lee también las pp. 125-130 de los Tractats y, sin olvidar las páginas leídas de Llull, sinteti-
za quiénes no pueden ser nombrados caballeros -fíjate en las referencias a la edad, en el tex-
to del beato-, y quiénes no pueden nombrar caballero a nadie. Quizá eso también te ilumine
todavía mejor el texto del Quijote como parodia de la caballería.

IV.- Las armas del caballero


El Tractat de cavalleria del rey Pere también dedica su atención -siguiendo el texto que tradu-
ce- a las armas del caballero (pp. 118-119). Primero las clasifica:
[...] per remembrança d'açò [es decir: de las cuatro virtudes de todo caballero] feren fer als
cavallers armes de ·IIII· maneres: les unes, que vesten e calcen; e les altres, que·s cinyen; e les
altres, que posen davant si; e les altres, ab què firen. E jassia que aquestes armes sien de moltes
maneres, però totes tornen a dues maneres: les unes que són per a defendre lo cors, per què són
dites 'armadures'; e per ço com los defensors no haurien tots cominalment aquestes armes, e,
encara que les haguessen, no les porien contínuament portar ab si, ordenaren los antichs que
fos feta una arma en què es mostrassen totes aquestes coses per semblança, e açò és la espasa.
E bé axí com en les armes que l'om vist per a defendre si meseix mostra saviesa, e és ver que es
deu guardar de tots los mals que li porien avenir per sa colpa. E axí meseix mostra lo mantí de
l'espasa, que hom té clos en lo puny, car aytant com hom així·l té, és en poder e en voler d'om
de baxar l'espasa o d'alçar-la, o de ferir ab aquella, e de dexar-la. E axí meseix com les armes
que hom para davant si, per defensió, demostren fortalesa, que és virtut que fa estar l'om ferm
als perills qui s'esdevenen, axí en lo pom és fortalesa de l'espasa, cor en aquell se sofer lo mantí
[e·l arriat] e·l ferre. E bé axí com les armes que hom té cenyides són mijanceres entre aquelles
que hom se vest e aquelles ab què hom fér (e són axí com la virtut de la temprança entre les
coses, de les quals se fa massa o poc que fer se deu), bé axí és posat l'arriat entre·l mantí e·l
ferre de l'espasa. E bé axí com les armes que hom té ab lo puny clos per a ferir demostren
justícia, que han en si dreta, e axí matex demostra qgualtat lo ferre de la espasa, qui és dret,
tallant e agut, e talla agualment de cadascuna part.

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E per totes aquestes rahons ordenaren los antichs que la portassen ab si tots temps los nobles
defensors, e que en aquesta reebessen honor de cavalleria, eno en altra arma, per tal que tots
temps los vinguessen a memòria aquestes ·IIII· virtuts, les quals deuen haver en si, sens les
quals no porien mantenir l'estament de la defensió, per lo qual són ordenats.
• Como ves, se está atribuyendo unos significados concretos a las diferentes armas del caba-
llero, es decir, se relaciona virtudes caballerescas y armas concretas. Se trata de una interpre-
tación alegórica -aliud aliud significat-, mecanismo sobre el que tienes información en el
tema dedicado a la oratoria sacra. ¿Sabrías explicar con tus palabras esta interpretación ale-
górica? Inténtalo subrayando qué rasgos típicos de las diferentes virtudes indicadas lo son
también de las armas. Por ejemplo: lo que relaciona la justicia y la espada es la rectitud -la
rectitud de la justicia alude a la imparcialidad, la de la espada es un rasgo físico, propio de
esta arma-. Si te interesa, en esta dirección de la UOC
[http://www.uoc.edu/humfil/digithum/digithum2/catala/Art_Carre/tirant/aspectes/arnes.htm]
en contrarás el dibujo de una armadura y otras armas -ofensivas y defensivas-. También es
interesante este otro sitio [http://www.chronique.com/Library/Armour/Armyd.htm].
• Ramon Llull dedica el cap. V de su LOC a la «significança qui és en las armas de cavayler»
(pp. 201-206), aunque entra en materia mucho más ampliamente y con más detalle. Lee ese
capítulo y elabora un pequeño índice de las definiciones de las diferentes armas, diferencian-
do entre el rasgo «objetivo» y el comentario moralizador. Después compara ese texto con el
capítulo 35 del TLB, donde el ermitaño explica lo mismo a Tirant.
• Francesc Eiximenis comienza el segundo libro de Lo crestià citando el libro de Job: «Mili-
cia est vita hominis super terram». Si la vida del hombre es un combate constante contra el
pecado, sin duda una armadura debe serle de utilidad. Ésta es, a grandes rasgos, la idea de
trasfondo de l'Arnés del cavaller, obra de Pere March -el padre de Ausiàs-, donde también se
hace un largo desglose alegórico de la armadura -de las armas- del caballero -cf. pp. 200-
260 de la edición citada-. Intenta leer esta obra y realizar someramente el mismo tipo de
ejercicio que te hemos propuesto con el texto anterior. ¿Conoces otros géneros literarios,
otras obras en las que también juegue un papel importante la alegoría y, particularmente, la
referida a las vestimentas? ¿Has leído, por ejemplo, La Cárcel de amor, de Diego de San Pe-
dro, perteneciente a la literatura sentimental castellana del s. XV?
Si quieres algunas informaciones útiles e interesantes sobre los aspectos militares del TLB -y,
en general, de la caballería- te recomiendo la lectura de Riquer (1990: 31-58 i 194-222) y, muy par-
ticularmente, su monografía de 1999, titulada, precisamente, Caballeros medievales y sus armas.
Sobre el tema de la guerra en la Edad Media te será muy provechosa la lectura de la monografía de
Contamine (1984) -con capítulos dedicados exclusivamente al tema de las armas y de los combates,
etc.-.

V.- Los combates caballerescos.


Una de las actividades en las que más se deleitan los caballeros son los combates. Para el
lector actual, hace el efecto como si cualquier excusa fuera buena para celebrar torneos. De hecho,
el caballero con toda la armadura y con la lanza enristrada es una de las imágenes que en seguida
nos viene a la cabeza. Por lo demás, es bien cierto que el TLB está repleto de este tipo de situacio-
nes. Sin embargo, no lo es menos que existía toda una casuística, elaboradísima, que permitía su de-
sarrollo y determinaba la manera como se llevaban a cabo.Una buena muestra de este tipo de nor-
mativas nos la ofrece el Sumari de batalla ha ultransa, de Joan Ferrer (en Tractats 155-175). Este
texto comienza (I, p. 156) indicando que la batalla se ha de emplazar bien por palabras o bien me-
diante cartells. Explica incluso la estructura del discurso -oral o escrito-, con las fórmulas que se de-
bían emplear: "Per paraules de present ha de ésser en aquesta forma, dient hun cavaller a altre:
'Vós m'haveu fallit en tal cosa', e dir en quina manera. E l'altre deu respondre: 'Yo·us dich que no
dieu ver', o 'Mentiu', segons la qualitat del crim imposat, sens pus ni més." Se afirma también que

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quien acusa o reta a otro ha de "provar per batalla lo crim que li posa" (II, p. 157). En el capítulo
IV describe cómo se han de realizar los cartells de batalla, cosa que recuerda la idea de un formula-
rio ya preparado, como los que empleamos hoy en día en tantas gestiones burocráticas (pp. 158-
159): "L'orde dels cartells ha ésser lo més breu que·s pugua, posant lo reptador la qüerel·la sua
clara e afermativa, dient: 'Yo dich que vós me haveu fallit en tal cosa'; e té a dir lo falliment qual
és, e en quina forma fonch fet. E lo reptat deu respondre: 'Vós no dieu ver' o 'Mentiu', segons la ca-
litat del crim imposat." También dedica un capítulo (el VII, pp. 161-162) a "Com dehuen ésser divi-
sades les armes", es decir, a acordar qué armas ofensivas y defensivas se podrán utilizar en el com-
bate. Otros aspectos que entraban en la tramitación de una justa era la búsqueda de plaza -es decir,
lugar en el que se lleve a cabo- y juez (X, 163-164), para lo que había un plazo máximo de seis me-
ses. Una vez resuelta toda esta fase previa, llega el momento en que los caballeros implicados deben
encontrarse en el lugar fijado. Se especifica que éstos deben partir con presteza y que cualquier per-
cance que alargue indebidamente el viaje deberá de justificarse con certificaciones notariales, para
no caer bajo la sospecha de que se intenta evitar el combate (caps. XII, XIII, XIV, pp. 165-167). El
tratado que seguimos dispone incluso cómo se deben comportar los contrincantes una vez llegan al
lugar asignado, cómo deben reverenciar al señor que les ha asignado aquella plaza y que será su
juez: no hay, pues, resquicio sin legislar, todo está previsto.
• Teniendo en cuenta lo hasta aquí resumido, te propongo que lo tengas presente para entender
el desarrollo de tantos lances armados en el TLB. Lee, por ejemplo, los capítulos 62 a 68 de
la novela, resume el proceso que se describe y valora hasta qué punto corre parejo a lo dis-
puesto en la normativa resumida más arriba. Ten en cuenta que, en un contexto festivo, las
justas se realizaban frecuentemente sólo para ganar gloria, sin necesdiad de ofensas previas.
Lee, por ejemplo, la requisitoria del capítulo 74, con la discusión que propicia entre Tirant y
el caballero que lo reta. ¿Qué discuten? ¿Por qué? ¿A qué solución llegan? Lee también los
capítulos 77 a 82, y describe cómo funcionan les lletres de batalla y, a la vez, verás una re-
questa oral. ¿Sabrías señalar más capítulos, a lo largo de la obra, donde se produzcan casos
semejantes? ¿Hay diferencias entre ellos?
Si te interesa ampliar el tema aquí tratado, dispones de la magnífica aportación de Riquer
(1963-1968) sobre les lletres de batalla, citada en la bibliografía. En el primer volumen encontrarás
una detalladísima descripción de la casuística que, aquí, te hemos ofrecido resumida al máximo.
Además, hallarás una amplísima selección de lletres de batalla entre caballeros verídicos, no litera-
rios -y algunos materiales complementarios, como por ejemplo la armadura del s. XV dibujada en-
tre las pp. 224-225 del vol. tercero-. Sobre caballeros de carne y hueso -y armadura- te será también
útil y grato el ensayo de Riquer (1967) sobre caballeros andantes españoles, citado también en la bi-
bliografía.
Ahora bien, otros cartells de batalla igualmente verídicos, pero con el añadido de ser del pro-
pio caballero Joanot Martorell, son los editados como complemento a la edición del TLB que segui-
mos aquí (pp. 1193-1234). Te recomiendo que los leas con las explicaciones complementarias de
Riquer (pp. 8-15 del prólogo) sobre el conflicto real entre Martorell y Monpalau. Para acabar con
las lletres de batalla quizá conviene citar una dedicada a una decidida defensa del TLB: la que firma
Mario Vargas Llosa, incluida en la bibliografía, y que constituye uno de los análisis críticos más lú-
cidos y asequibles a un lector no necesariamente especializado.
• Por lo demás, el género de estos textos también puede ofrecer elementos parodiables. Lee el
cap. 147, p. 494, del TLB. Encontrarás el albarà de Estefania en el que ésta declara su amor
por Diafebus. En principio, se trata de un compromiso matrimonial clandestino. Ahora bien,
¿encuentras elementos retóricos, estilísticos, que recuerden a los empleados por los caballe-
ros en los albaranes equivalentes -pero de temática bregosa-? -cf. Riquer (1990: 232-234)-.
¿Cuáles? En el fondo, se trata de un elemento más de militarización de la expresión amoro-
sa, es decir, de aplicación a la expresión del amor de elementos que proceden de la esfera
militar. Te recomiendo, en este sentido, la lectura de Hauf (1997), artículo sobre el que vol-

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veremos más tarde, en un contexto más estricto y cercano a su tema.
Además del procedimiento del desafío, también estaba regulado el combate mismo. Una bue-
na muestra de esto nos la ofrece Lo cavaller, de Ponç de Menaguerra (en Tractats, pp.177-195). En
palabras de su editor, Pere Bohigas, Lo cavaller "és una reglamentació del torneig, o sigui del pur
exercici de les armes", lo que lleva a "que tot allò que es refereixi al caire espectacular dels tor-
neigs, sigui tractat amb especial gust per Ponç de Menaguerra." (ibid. p. 35).
Efectivamente, en ese breve tratado se concede mucha importancia a los aspectos ceremonia-
les, ornamentales, protocolarios. Copiamos los capítulos II, III y IV (pp. 180-181), como simple
muestra. Después de leerlos realiza las actividades que te proponemos:
Capítol segon: Quant pris [=premio, trofeo] se dóna al més gentil, mire atentament lo jutge
-puix lo millor ataviat, més rich, pompós, guanyar deu y s'espera- si los paraments decanten o
pengen més a una part que a altra, e la cimera si va dreta y ben posada, puix tals mancaments,
notats [=observad], a perdre lo pros ajuden.
Capítol terç: No menys se deu mirar l'orde y mesura del cavaller entrant en la plaça, per ésser
vist y loat de singular destrea, com arremet, com dóna los sperons, com porta les cames y com
lo cors [=el cuerpo] sobre la sella, ne ab quin temps voltarà; perquè·l rench no·s deu tocar ab lo
cavall de anques, al girar, ni en qualsevol altra manera.
Capítol quart: Sia vist al cap del rench lo cavaller com pren la lança, com parteix en la sella,
com van les cames, si pert estreps, si pert la lança passats tres ponts exín-li de la bossa, com
ans de tres ponts no·s puga justjar perduda, a nostra usança; car és presumidor del mal cavall, o
del qui serveix, deu ser la colpa. Lança perduda a culpa del cavaller, se eguala, se cobra, e
compensa per altra lança rompuda.
• ¿Qué tipo de valoración se ofrece del torneo en estos textos? ¿En qué lo percibes? ¿Por qué?
Busca en el TLB momentos en que se ofrezca una descripción de algún torneo que te parezca
acompañada de un cierto goce por la narración de tales acciones. ¿Percibes este goce estéti-
co en otras situaciones de la novela?
• Lee el último párrafo de Lo cavaller, titulado "Scola del junyidor" (ibid. pp. 193-195). Ob-
serva que este último capítulo se dedica únicamente a describir cómo deben entrar los caba-
lleros en liza. Resume sus indicaciones. ¿Qué valoración te merecen? ¿Qué sentido tiene la
frase "dar liçó als miradors" (p. 193, 24-25)? ¿Cuáles son los aspectos más espectaculares
de un torneo según este texto? ¿Te parece correcto que hayamos utilizado el adjetivo 'espec-
tacular'? ¿Por qué?

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Bibliografía
Esencialmente, esta bilbiografía incluye únicamente los trabajos citados en este cuaderno.
Para una bibliografía más completa y general, conviene acudir a las unidades didácticas. Aun así,
nos hemos permitido aportar algunos títulos de tipo didáctico y algunas referencias a lugares web de
interés.

Ediciones
Alfonso X, el Sabio (1946) Alfonso el Sabio. Antología de M. Cardenal de Iracheta, Madrid, CSIC.
Boecio (1997) La consolación de la filosofía, ed. de Leonor Pérez, Madrid, Akal.
Bohigas, P. (1947) Tractats de cavalleria, Barcelona, Barcino, ENC.
March, P. (1993) Obra completa, ed. de Ll. Cabré, Barcino, Els Nostres Clàssics.
Martorell, Joanot (1982) Tirant lo Blanc i altres escrits de Joanot Martorell, de. de Martí de Riquer,
Barcelona, Ariel [con numerosas ediciones posteriores].
Martorell, J. (2005) Tirant lo Blanch, ed. de A. G. Hauf, J. V. Escartí y A. I. Peirats, València,
Tirant lo Blanch.
Edición digitalizada en la Biblioteca Lluís Vives -dentro de la Biblioteca Virtual Cervantes.3
Troyes, Chrétien de (1982) Historia de Perceval o Cuento del Grial, intr. de J. Renales, trad. De A.
Cerezales, Barcelona, Orbis-RBA.
Troyes, Chrétien de (1995) Li contes del graal / El cuento del grial, ed. bilingüe de A. Verjat Mass-
mann, Barcelona, Bosch.
Ysern, J.-A. (1999-2000) "Edició i estudi del Recull d'exemples morals, contingut en el ms. S. Cu-
gat 39 de l'Arxiu de la Corona d'Aragó", BRABLB, 47, pp. 51-126.

Acercamiento al mundo caballeresco-artúrico:


García Gual, C. (1974) Primeras novelas europeas, Madrid, Istmo.
García Gual, C. (1983) Historia del rey Arturo y de los nobles y errantes caballeros de la Tabla Re-
donda, Madrid, Alianza Editorial.
Cirlot, V. (1987) La novela artúrica. Orígenes de la ficción en la cultura europea, Barcelona, Mon-
tesinos.
Duby, G. (1984) Guillermo el Mariscal, Madrid, Alianza Editorial.
Köhler, E. (1990) La aventura caballeresca. Ideal y realidad en la narrativa cortés, Barcelona, Sir-
mio.

3
http://lluisvives.com/servlet/SirveObras/jlv/46925063161358787591157/index.htm

9
Pastoureau, M. (1994) La vida cotidiana de los Caballeros de la Tabla Redonda, Madrid, Temas de
Hoy.

Estudios
Badia, L. (1993) "El Tirant en la tardor medieval catalana" en: Actes del Symposion Tirant lo Blanc,
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Beltrán, R. (1990) "Las 'Bodas sordas' en Tirant lo Blanc y La Celestina" Revista de Filología Es-
pañola núm. 70, pp. 91-117.
Bonnassie, P. (1981) Vocabulario básico de la historia medieval, trad. y adapt. de M. Sánchez, Bar-
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Contamine, Ph. (1984) La guerra en la Edad Media, trad. de J. Faci, Barcelona, Labor, Nueva Clío.
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Duby, G. (1992) Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo, trad. de A. R. Firpo y revisión téc-
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Eiximenis, F. (1983) Lo Crestià. Selecció i edició d'Albert G. Hauf, Barcelona, Edicions 62 i la Cai-
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celona, Col·legi Universitari de Girona, Diputació de Girona, 2 vols.
Garriga, C. (1991) "Caldesa i Carmesina: Roís de Corella plagiat en el Tirant lo Blanc", Estudis de
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Hauf, A. (1990) "Artur a Constantinoble. Entorn a un curiós episodi del Tirant lo Blanc." L'Aigua-
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Hauf i Valls, A-G (1993) "Tirant lo Blanch: Algunes qüestions que planteja la connexió corellana"
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Alacant/Elx 1991, Barcelona, Publicacions de l'Abadia de Montserrat, vol. II, pp. 69-117.
Hauf, A. (1997) "Manus habent: entorn als eufemismes amorosos de tipus militar en el Tirant lo
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Riquer, M. de (ed.) (1963-1968) Lletres de batalla, 3 vols., Barcelona, Barcino, ENC.
Riquer, M. de (1967) Caballeros andantes españoles, Madrid, Espasa Calpe, 'Austral'.
Riquer, M. de (1990) Aproximació al Tirant, Barcelona, Quaderns Crema.
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Riquer, M. de (1999) Caballeros medievales y sus armas, Madrid, UNED.
Vargas Llosa, M. (1969) Carta de batalla por Tirant lo Blanc, Madrid, Alianza Editorial [=trad. al
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10
1985, Edicions 62.]

Obras de divulgación
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Cunillera, Ll. (1993) La literatura cavalleresca. L'amor i la guerra. Barcelona, Barcanova.
Iborra, J. (1990) El tinell del Tirant. La cuina clàssica del segle XV, prólogo de Néstor Luján,
València, Colomar Editors.

Aportaciones didácticas
Areny, M. et alii (1990) Tirant lo Blanc. Propostes didàctiques. Barcelona, Generalitat de Catalun-
ya, Departament d'Ensenyament, 'Eines de treball per a l'ensenyament del català'
Orpí, T. et alii (1990) Fa 500 anys que anem 'tirant'. Propostes didàctiques sobre Tirant lo Blanc,
Barcelona, Generalitat de Catalunya, Direcció General de Política Lingüística.
Cònsul, I. + Gadea, F. (1990) Tirant lo Blanc. Guia de lectura, Barcelona, Edicions la Magrana.
Giner, J. et alii (1990) Tirant i el seu temps, València, Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultu-
ra, Educació i Ciència.
Guía virtual de lectura, de J. Tiñena, con actividades, cuadros, resúmenes, etc.:
http://www.xtec.es/~lrius1/martorell/contenidor.htm

Varia
Edición digitalizada en la Biblioteca Lluís Vives -dentro de la Biblioteca Virtual Cervantes-:
http://lluisvives.com/servlet/SirveObras/jlv/46925063161358787591157/index.htm
Boletín bibliográfico virtual con interesantes enlaces de temática tirantiana: http://parnaseo.uv.es/ti-
rant.htm
El libro de torneos del rey René: http://www.princeton.edu/~ezb/rene/renehome.html
L'arnès del cavaller (página de la Universitat Oberta de Catalunya): http://www.uoc.edu/humfil/di-
githum/digithum2/catala/Art_Carre/tirant/aspectes/arnes.htm
Número dedicado al TLB del boletín virtual de la Universitat Oberta de Catalunya: http://www.-
uoc.edu/lletra/obres/tirant/

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