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LAS BOTELLAS DIFUNTAS DE AGUA

En la cabeza de Deolinda Correa


de Marcia Césped Laplechade

Personajes
UNA MUJER
UN NIÑO

Cuando una mujer camina sola con un bebe por la pampa las espinas además de entrar a su
boca entran a su vagina. A lo lejos un glaciar amenaza con derretirse frente a sus ojos
mientras los semáforos de la pampa le dan luz verde y puede continuar caminando... en una
última botella plástica le queda solo un poco de agua. Las otras botellas se desparraman por
la pampa, así como en un espejismo, que no sé si las convierte en animitas o araucarias.

NIÑO.- ¿Qué estás pensando mami tai?


MUJER.- Vamos descalzos por la Pampa hijo, descalzos de anhelos y sueños. Se queman los
pies de tanto caminar, y dejan huellas húmedas de sudor. ¿Qué hacer si la única lluvia que
hay es una de balas? Soy tierra seca. Soy tierra con un glaciar a mis espaldas. ¿O estará sobre
mi cabeza? No lo sé… Los que caminan por la tierra, ¿dejan huellas en sus pies o en su
cabeza? El glaciar me busca abrazar. Sé que me busca abrazar. Busca mis brazos de tierra.
Las fuerzas ya no le dan. Las fuerzas ya no me dan, no sé. Tiene años llorando este glaciar
que rodea la pampa. Tiene siglos llorando esta tierra que es la pampa. Tu papá fue un glaciar
que se derritió por el calor de las balas. Un glaciar que buscó mis brazos de tierra y juntos
nos fundimos, haciéndonos un gran pantano. En mis sueños, seguimos siendo un gran
pantano hijo tai. Tú eres una flor de loto que creció de nuestro pantano, hijito mío. Me duele
que ni las flores logran detener las balas. Toca seguir avanzando hijo. ¡Ya ven, súbete!
NIÑO.- Tienes el pelo mojado y duro mamita.

Subiendo al niño a su cabeza y levantando sus brazos al cielo


MUJER.- Desde que se lo llevaron que me quedó así. Mira… estírate.
NIÑO.- afirmame mamita… Me gusta tu pelo mami tai ¿Dónde vienen las otras mujeres?
MUJER.- No hay, somos solo tú y yo.
NIÑO.- ¿Ya llegamos?
MUJER.- No

Después de un largo silencio, continúan caminando.


NIÑO.- ¿Ya llegamos? ¿Cuánta agua tenemos dentro mami tai?

Bajando con mucho cuidado al niño hasta el manto de su espalda, lo envuelve en él.
MUJER.- Mira los brazos de ese glaciar de allá, mira cómo corren por la roca, por los
bosques… mira sus venas, como se desarman en el monte de allá, como se deshace allá,
como se derrite allá... al otro lado de la pampa… un bloque de agua dulce allá lejos sobre la
punta de la montaña de allá… Mira hijito tai.. mira… no te duermas, abre los ojos, respira…
A ver… no te duermas corazón… ven parate y mira pallá, mira esa agua…
NIÑO.- Tantas cosas que tengo que mirar mami tai… Mami tai ?
MUJER.- Qué mi corazón…
NIÑO.- ¿Qué haremos si la única lluvia que hay es de balas? (Silencio) Una huella mami tai,
una huella...
MUJER.- Por aquí se lo llevaron, mira… lo arrastraron seguramente, le dieron un arma, le
enseñaron a usarla y ahora dispara seguramente, en un pelotón de fusilamiento, rodeado de
hombres seguramente, tan resecos y desérticos,… sin resolver nada seguramente, tantas
cosas que tengo que resolver hijito tai… y los weones siguen empecinadamente llegando a
casa con olor a sangre… la mami tai está cansá, de un cansancio profundo y me dió la wea, le
voy a ir a gritar a tu papá y a toda esa tropa de balas que se devuelvan a sus casas y resuelvan
la humanidad, como si la humanidad se resolviera sin dar una taza de leche, sacar un
espasmo, sin velarte de noche para saber que estás vivo hijito mío…
NIÑO.- ¿les vas a gritar a todos mami tai? Mira el glaciar cómo se derrite, se está
moviendo...
MUJER.- Les voy a gritar en la cara por los 35 días que estuve esperando que me entregaran
a mi hombre, por la leche que no he podido comprar,
NIÑO.- por el techo que gotea, por las cañerías tapadas… Yo también quiero gritarles...
MUJER.- No te vayas hacer pichi hijo tai…
NIÑO.- ¿Por qué caminamos mami tai? ¿El glaciar se caerá mami tai?

Aparece otro semáforo con la luz verde, la mujer se detiene y pone al bebe en su cadera.
MUJER.- Llevamos 27 luces verdes, ¿por qué los semáforos no me dan nunca rojo?
NIÑO.- Tengo hambre mami tai, tengo calor...

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MUJER.- No podemos parar hijito tai, hay que seguir caminando… Hace poco comimos
NIÑO.- Eso fue ayer
MUJER.- tenemos que racionar… toma bebe lechecita… ¿dónde mierda está la calle?
NIÑO.- El alcalde te dijo mami tai que no tenías que caminar por aquí… Me quiero bajar.
MUJER.- Afirmate po hijito tai que te me caí y te podí reventar la cara contra la pampa… no
hay nada peor cuando se te revienta la realidad en la cara hijo tai, el alcalde me miró y me
hizo un gesto con la lengua, un lengua asquerosa y la realidad se me esparció por la cara
cuando le miraba la lengua, me dijo que tu padre está cumpliendo un colérico deber, que
aprenderá de artillería y que puede que suba de rango en muy poco tiempo, que tu papi tai
tiene buena puntería, que necesitan hombres como él en la fuerzas masculinas, mientras
paseaba su lengua por sus labios abiertos y mojados… ¿Qué fuerzas por la chita?
NIÑO.- Cuando le gritaste mami tai, yo me meé de puro susto, el aguita corrió por mis
piernas y llenó el suelo de la oficina del alcalde y tú te revolcabas en la alfombra gritando y
tirandole los papeles en la cara, y él te agarraba fuerte tratando de besarte, el aguita dorada
salió de la oficina y llegó a la calle y entró a nuestra casa.
MUJER.- No te tienes que andar meando en todas partes po hijo tai
NIÑO.- Lo siento mami tai, a veces no me puedo contener. Otra huella mami tai…

La Mujer se detiene y la huele, baja al niño con poca fuerza y lo afirma en sus pies
MUJER.- Toma, bebe un poco de agua… epa sólo un poco.
NIÑO.- ¿Es la última botella mami tai?
MUJER.- ¿dónde está tu manta? ¿Dónde dejaste tu manta?
NIÑO.- La llevabas tú mami tai… ¿se te cayó mamita?
MUJER.- Tú la tenías que cargar, te dije que tú tenías que cargarla, yo te cargo a tí, cargo la
comida, la poca agua que nos queda, la ropa y más encima te pido que te hagas responsable
solo de eso y no lo haces… sigo creyendo que me entiendes todo hijo… no puedo pedirte
tanto… lo sé… tantas cosas que tiene que saber una hijo tai…
NIÑO.- La olvidé mami tai
MUJER.- aguachenta responsabilidad tenis po, quédate quieto y afirmate bien ya te dije
ya… no llores, no solucionas nada llorando…
NIÑO.- ¿y como tú con el alcalde?
MUJER.- ¡A veces llorar es pedir justicia!
NIÑO.- ¿Y por qué lloraste con la secretaria? Te fuiste a meter a la gobernación y nos
llevaste a todos inundados, mis hermanas lloraban desnudas y con frío en ese salon grande,

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mi hermano se hizo caca en la escalera cuando el alcalde te besó, y la Andrea se puso a
comer todo lo que había en la cocina. Y tu cuerpo mami tai, era como una planta abierta…
Cuando duele el cuerpo, ¿se hace turbia el agua que llevas por dentro mami tai? ¿Las gotas
que salen por los ojos provienen del corazón apretado? Yo no sé de estas cosas mamita.
MUJER.- El agua estancada en mi cuerpo se llena de larvas. De gusanos. Crece moho en las
paredes internas de mi cuerpo. Es mucha la humedad. Muchos los pasos que doy sin avanzar.
La humedad y la sed. Tu no hijo, tú tienes un glaciar por dentro, que oculta un bosque y la
humanidad entera está dentro tuyo, no te rías… ven ¿Cuánto tiempo llevamos caminando
hijito mío?

El bebe se sube a los brazos de la Mujer y se acurruca en su senos


NIÑO.- No sé mami tai… yo no sé esas cosas, no conozco el tiempo. ¿Por qué las mujeres
no llevan las armas entre las piernas y los hombres sí?
MUJER.- Tu papá fue un glaciar que se derritió por el calor de las balas hijo tai. Duérmete
un ratito… la Luna está llena. Y sigo creyendo que me entiendes lo que te hablo hijo mío…
no sé qué pasa en mi cabeza.

La Mujer esconde la última botella de agua entre sus piernas


NIÑO.-“Mami tai... tráigame la botella de agua a la boca” La vi.
MUJER.- ¿Cuál botella de agua?
NIÑO.- Pásame la botella mami tai...
MUJER.- No queda agua hijito…
NIÑO.- ¿cómo no queda agua ?
MUJER.- “No le queda a la mami tai”
NIÑO.- Mírame a los ojos mami tai ya no quiero que caminemos más… No quiero ser como
ese hombre que tiene los zapatos...
MUJER.- Esos zapatos siempre huelen a sangre...
NIÑO.- ¿El hombre de la escopeta mami tai?
MUJER.- ... cerré las ventanas, tapié las puertas y corté la luz y el agua cuando me avisaron
que venía, pero él “Rancagua” entró con su escopeta, y me apuntó, y tus hermanos hechos un
arroyo, dos los tenia colgando como una catarata en mis pechos, y tres los tenía sumergidos
en las piernas… mi baudillo salió caminando con él… y yo tenia la leche y el agua hasta el
cogote po hijito mio…
NIÑO.- ¿yo tendré que seguir órdenes mami tai?

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Sorpresivamente la Mujer agarra fuerte al niño en los brazos y comienza a correr. La mujer
corre hasta caer contra la pampa, se levanta y llora en silencio mirando la botella de agua
que lleva entre las piernas, deja al bebe en la tierra.
NIÑO.- … ¿Por qué caminamos por aquí mamita tai?
MUJER.- Porque creí profundamente que iba a encontrar agua ... y no la encuentro. Yo
caminé porque no sabía qué otra cosa hacer con mi cabeza hijo, me dijeron que la fe movía
montañas y me aburrí de esperar, me aburrí no ma hijo tai, me vi inundada de pensamientos,
susurros, voces. Yo no quería tener un hombre que supiera disparar... Tampoco quería tener
sed… Tu papí tai tampoco quería ser una bala… ¿o sí? No sé…
NIÑO.- ¿Caminamos a la guerra mami tai?
MUJER.- No lo sé hijito mío
NIÑO.- ¿La fe se come mami tai? (Pausa) Mira mami tai en el horizonte de nuevo se ve el
glaciar…

De pronto aparece una animita en el camino, roja, de madera, rodeada de botellas de


plástico sin agua.
MUJER.- … y aquí no hay agua ni siquiera para ver mi reflejo.
NIÑO.- Tantas cosas que tiene que solucionar la mami tai… ¿Yo soy un hombre mami tai?

La Mujer se sienta en una piedra, , al lado de la animita, exhausta. Toma la última botella
que tiene entre las piernas y pone un chorrito de agua en su boca. Mira al bebe y le arregla
su ropa, lo mira y le da lentamente un chorrito de agua. La mujer mira fijamente la boca del
bebe…
MUJER.- La llave de paso de la casa no la corté, la llave central que está abajo de la cocina,
esa la moví, la llave de conexión no la toqué, ¿o quizás sí?..., quizás me he pasado la vida con
las llaves cerradas y siempre creí lo contrario, quizás he sido yo misma la que me he
provocado esta sed y el agua siempre estuvo ahí... detenida. En la pampa los semáforos
ayudan a pensar, a detenerse y a arrepentirse.
NIÑO.- ¿Dios sabe de los semáforos mami tai? ¿Dios sabe del agua?
MUJER.- A Dios no le sirve el agua, agua y dios no rima… tampoco le sirven los
semáforos, pero Dios sabe de los semáforos… pasame tu mano… Dios no está aquí. Dios
está en las armas de los hombres que se llevaron a otros hombres… Dios es una bala hijo
mío, nunca lo olvides, esto es una mano. Nada será seco cuando encuentre a mi hombre, No

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tengo que parar hijito tai… mírame… no sé qué haré cuando lleguemos a la guerra hijito
tai… no sé… una vuelve siempre a los mismos sitios donde odió la vida… no debería ir
contigo…

El bebe toma la cabeza de la mujer y la acaricia


NIÑO.- Yo sé que tomarás sus fusiles y les prenderás fuego, te pararás frente al batallón con
los brazos estirados, y gritarás pidiendo que alguien se haga responsable de tanto abandono,
yo me esconderé detrás de tus piernas, y tú les hablarás fuerte diciendo que yo soy un hijo y
que todos ellos son un padre, les darás un coscacho a cada uno pa que se vayan a sus casas, a
dar de beber leche a otros niños y niñas que caminan por ahí buscando padres… Porque
¿Todos los niños caminan tras su padre cierto mami tai? El Rancagua te mirará y tú le
dispararas un torrente de balas, le dispararás directo en el charco de la frente, Dios y el agua
se le meterán a los ojos. ¿Por qué me trajiste solo a mi mami tai ? ¿La sed te hará el milagro
mami tai? El milagro de olvidarte de que soy un hombre y dejarme caminar solo… ¿Mami
tai? Mami tai… estás durmiendo mami tai, despierta…
NIÑO.- ¿Vendrán más mujeres atrás? ¿Tú las ves? Ponte de pie mami tai… a ver… y si
pongo la oreja en la tierra mami? ¿escucharé sus pies? ¿Mamá has puesto alguna vez las
orejas en la tierra? a ver… no debo ir al glaciar… debo proteger las botellas mamita, ¿O no?
¿Debo proteger algo mami tai? Yo sigo insistiendo en que me entiendes lo que pienso mami
tai… ¿Tú me escuchas lo que pienso cierto mami tai? Hombre y dios riman perfectamente el
agua y yo no queremos ser Dios. Yo solo quiero volver a casa mamita. ¿Mami tai? ¿Mami
tai? ¿Estás durmiendo? ¿Mami tai?

Cuando una mujer muere con un bebe prendido a su pecho


las piedras le avisan a la pampa
se encenderá la luz roja del último semáforo
las espinas en su vagina no saldrán nunca.

FIN

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