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¿QUIÉN ROMPIÓ LAS REJAS DE MONTELUPO?

• IDEAS Y ARGUMENTOS PRINCIPALES.

Existen dos hilos argumentales básicos y fundamentales: en primer lugar nos encontramos ante el conflicto
entre poderes laicos y eclesiásticos, o lo que es lo mismo, ante los enfrentamientos entre las soluciones de la
sanidad y la moral religiosa. En segundo lugar en el libro aparece el relato concreto de un pueblo
especialmente problemático ( Montelupo ), donde queda perfectamente reflejado, el enfrentamiento de
poderes que he citado ya en primer lugar.

Para comenzar voy a centrarme en la disparidad de criterios, entre la sanidad y la iglesia, ya que bajo mi punto
de vista es el tema fundamental del libro, por ser el telón de fondo de las tensiones en ( Montelupo ) , relato
este que juega el papel, de servirnos como ilustración a las líneas, que nos introducen en dicha conflictividad,
en la primera parte del libro.

El problema principal gira entorno a las soluciones que ambos poderes creen convenientes ante los focos de
peste, éstas son totalmente opuestas y ninguna tiene un principio completamente lógico. La iglesia cree que
hay que mantener al máximo los festejos y celebraciones, cuyo fondo sea la adoración, el rezo, la súplica, el
arrepentimiento... ya que es Dios el que provoca las epidemias como castigo a las malas obras de los hombres.
Todas estas celebraciones y reuniones suponen la aglomeración de las gentes en espacios cerrados o abiertos,
que fomentan el contacto y roce de las personas. Y es aquí donde surge la confrontación con las autoridades
sanitarias, que ven en todas estas agrupaciones humanas el foco y el gen más peligroso y apropiado para una
rápida y aguda propagación de las infecciones. Sanidad cree que el contacto entre personas en momentos de
riesgo, supone la propagación de una especie de miasma, que reside en el pelo de los perros, gatos etc... Ante
esto las medidas son la cuarentena, la reclusión, y sobre todo el total abandono de costumbres que supongan
cualquier tipo de reunión o aglomeración de personas.

Como se puede apreciar con solo comparar, las soluciones de ambos poderes, el enfrentamiento está servido,
y esto se produce, por dos motivos fundamentales: Por un lado, el total desacuerdo entre iglesia y sanidad, lo
que supone la total disparidad de acción ante los problemas; y por otro lo impopulares que eran para la
población las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias, lo cual provocaba en muchos casos la rebeldía
e indisciplina de la gente, para con las órdenes provenientes de sanidad. Una impopularidad que era
acentuada, por la continua labor de desprestigio y manipulación que muchos curas llevaron a cabo con sus
feligreses, para oponerlos radicalmente a la sanidad. Al personal sanitario, se le acusó frecuentemente de
excesiva rectitud y dureza en sus designios. Aspecto por otra parte lógico, debido a que a nadie le gustaba,
tener que quedarse en casa en cuarentena para evitar el contagio, no llevar a cabo las celebraciones más
ancestrales, no poder ir a la iglesia... como se puede ver estas privatizaciones eran demasiado incómodas para
la gente de la época,

lo que provocó la desobediencia y adversidad de las personas. Contra esto sólo la rigidez y la seriedad podía
tener cierta efectividad, lo que obligó a las autoridades a ser impopulares. Éstas medidas no eran del todo
lógicas, ya que no contenían ningún principio científico, pero desde luego si eran más útiles y razonables que
la voluntad del clero, que constituía un marco idóneo para el contagio, por ser efectivamente cierto que ese
tipo de reuniones, facilitaban la propagación de los virus por medio del contacto humano entre enfermos y
sanos. Como ejemplo, citar unas líneas del libro que exponen perfectamente, ambas posturas, y la consecuente
problemática: Para el Prior, el origen del desastre era la ira divina. Para los otros también podía ser la ira
divina, pero también y más que nada eran los miasmas, los vapores, la pegajosidad del mal, indistintamente
del modo en que se manifestara. Otro punto que enfrentaba a la sanidad con el pueblo, fue el de las medidas
económicas, es decir el hecho de que se pidiesen esfuerzos monetarios a los habitantes del pueblo, para crear
lazaretos, o medidas que ayudasen a combatir los problemas. Y ante esto, decir que fueron los sectores más

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pudientes los que más se resistieron a ceder su dinero, a pesar de que habían familias que vivían en la
verdadera miseria. Ante las medidas sanitarias, la gente respondió con pillerías y negocios de dudosa
legalidad que les reportasen ganancias.

Tras exponer a grandes rasgos el enfrentamiento entre sanidad e iglesia, voy a centrarme en el relato, principal
del libro, es decir:

MONTE LUPO

Se trata de un pequeño pueblo con casi nada que ofrecer, ni si quiera en cuanto a restos artísticos, o históricos.
Su población vivía en clara pobreza, y eran de poca disciplina, rebeldes, violentos; al fin y al cabo una de esas
poblaciones salvajes, y anticuadas.

En 1630, llegaron los primeros problemas de peste al pueblo, todo empezó en una posada de las afueras, la
coyuntura dominante en el pueblo, sin duda facilitó la rapidez del contagio, y su gran duración. Con los
primeros problemas, sale a la palestra un personaje diferente a los Monte lupinos tradicionales, este es: El
Padre Dragoni, un hombre con un carácter difícil, con una tremenda auto disciplina, un gran nivel crítico con
sus conciudadanos, lo que le ocasionó, la enemistad con sus vecinos, a la vez que le convirtió en el hombre
adecuado para conducir la situación, debido a sus dotes como administrador y a su honradez, por ello fue el
primero en dar aviso a Sanidad de Florencia y prestar los primeros auxilios. Rápidamente se crearon el primer
cementerio especial para muertos por peste, así como el primer lazareto, para llevar a cabo cuarentena, con los
contagiados.

Los problemas llegaron inmediatamente, si el pueblo era ya muy pobre, con el aislamiento de cada familia en
su casa sin salir a trabajar, la miseria de estos iba a aumentar inmediatamente. Este aspecto sería un serio
problema ya que por si fuera poco, la enfermedad requería gastos adicionales, como una correcta
alimentación, medicinas etc... La situación como se puede ver, era de máxima necesidad por lo que se hacía
imprescindible, tomar medidas extraordinarias a nivel fiscal. Ante éstos la gente más acomodada, reaccionó
con mezquindad, es el caso de Alessandro Bartoletti, que hizo correr la voz de que Sanidad de Florencia había
enviado un subsidio de 200 escudos, todo para que la gente se negara a pagar; ante estos acontecimientos, el
padre Dragoni, sabe que no dispone de la fuerza adecuada, así decide pedir ayuda a Florencia, quiere que le
envíen guardias, que le ayuden a recaudar impuestos.

La situación se extrema en pocos días, las familias que por alguna muerte en su seno, se ven obligadas a dejar
sus casas y al poco tiempo comprobar como han sido saqueadas por ladrones que aprovechando la situación se
dedicaron a pescar en río revuelto . A pesar de la pronta reacción policial el tejido social de Monte Lupo, se
había deteriorado mucho, llegando incluso a atacar a Dragoni, o a poderse ver como los sepultureros se
mezclaban con la población, cuando estaba terminantemente prohibido, o se negaban a trabajar... Dragoni,
ante estas insubordinaciones reaccionó siempre con una intachable rectitud, cosa que le enfrentó a la
población. Una vez fue remitiendo el brote de peste, Dragoni pidió la readaptación de las comunicaciones, al
tiempo que tenía que ser muy agudo ya que se estaban produciendo falsificaciones de documentos y otros
fraudes. Pese a todo la peste remitió notablemente, y Dragoni dejó su puesto con la tranquilidad del deber
cumplido a pesar de la gran impopularidad adquirida; en su cargo le sucedió, el jefe local de la delegación de
Sanidad, Francesco Della Stufa.

Éste tuvo los primeros problemas nada más ocupar el cargo, aspecto este que sería una constante a lo largo de
todo su efímero mandato. Principalmente, debido al pasotismo concreto y general que se dio en Monte Lupo
ante cualquier orden que emanara del nuevo podestá, aspecto que continuó hasta su muerte el 4 de Junio de
1631. Los Monte Lupinos, no tardaron en darse cuenta de que la desobediencia e indisciplina que siempre
tuvieron hacia Della Stufa, no había pasado desapercibida para los altos cargos de sanidad en Florencia, así
que lo primero que hicieron fue defenderse antes de ser atacados, diciendo que ellos siempre fueron sumisos y
respetuosos con las órdenes que se les dieron. Pero en Florencia sabían bien cual era la única verdad, y por eso

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no dudaron en decirle al Padre Dragoni, que volviera a ocupar el cargo, que tan profesionalmente ocupó en su
día.

De todos modos el nuevo brote de peste, hizo de Monte Lupo una causa casi perdida, las tensiones habituales
volvieron con fuerza, la gravedad del nuevo brote fue mayor, los saqueos no tardaron en volver, pero a los
monte lupinos, les seguían quedando ganas de reunirse y celebrar, actos religiosos en plena muchedumbre, ya
que Dios era el único que les podía salvar de aquella situación. Así volvemos a la columna vertebral de la
historia; es decir el enfrentamiento entre las autoridades eclesiásticas, y las sanitarias, porque como es lógico,
en tal situación de crisis, para dichas autoridades esas celebraciones eran desde luego un problema serio, a la
vez que para la iglesia suponían algo indispensable.

Esta segunda etapa, iba a ser mucho más complicada que la primera para Dragoni, y los problemas
disciplinarios no tardaron en llegar; de ahí que desde Florencia se le mandase a un colaborador, Coveri, un
hombre de gran carácter como él, y con un concepto de la corrección y el cumplimiento del deber muy
semejantes, por lo que ambos superado el primer contacto, no tardaron en congeniar. Pero el conflicto que les
esperaba, no iba a ser nada fácil; el párroco del pueblo no concibe en absoluto, la idea de la suspensión del
acto, así que arengará a los ciudadanos más vehementes para que acorralen a los miembros de sanidad, en una
sensación de no poca tensión. El nerviosismo llega hasta el punto de producirse amenazas físicas a las
autoridades sanitarias en caso de interponerse en las celebraciones; así que fue imposible que la masa no se
saliese con la suya, por tanto se produjo el festejo, un festejo que se desbocó totalmente, desembocando en
vandalismo y tropelías.

Las gamberradas fueron serias, ya que un grupo de montelupinos, en plena euforia etílica, rompieron las rejas
del pueblo, siendo éste un acto de abierta rebeldía, un insulto explícito al poderoso Magistrado de Sanidad. Lo
más interesante, fue que un habitante, fue testigo de los acontecimientos (Pandolfo), quien no dudó en
predicar a los cuatro vientos que él había sido testigo de excepción del acontecimiento, sin sospechar que las
autoridades sanitarias se le iban a echar encima para extraerle toda la información posible, y poder así
encarcelar a los culpables. De esta manera comenzó un largo proceso de investigación con interrogatorios y
otros procedimientos, que nos ocupa hasta el final de las páginas, que no de la historia debido a que las
fuentes de las que el autor sacó la información están incompletas, por lo tanto no se conoce el final exacto del
relato.

A grosso modo, las últimas páginas nos presentan, los interrogatorios de los que fue objeto Pandolfo, quien se
defenderá como gato panza arriba, de las preguntas, llegando a ser encarcelado por su silenciosa complicidad.
En esta parte del libro, también aparece un último episodio de conflicto entre iglesia y sanidad; ya que desde
este último organismo se acusa, a la iglesia de tener la culpa de los acontecimientos, debido a su afán por
recaudar dinero y desafiar a la sanidad. En fin para concluir un poco con el relato y con el conflicto, decir que
era verdad que los habitantes de aquel pueblo eran difíciles de coordinar; además la reaparición de la peste
volvió a hundir a Montelupo en la miseria con lo que su situación nunca fue como para que fuesen unos
vecinos modelo. El conflicto entre sanidad e iglesia siguió su curso decantándose hacia un lado o hacia otro en
cada momento en base a la calidad y efectividad del tráfico de influencias de cada institución. Como última
apreciación decir que en la última página del libro se comenta: La nobleza florentina demostró, en general,
sentido del deber y un alto grado de eficiencia y honradez administrativa y cito este extracto del texto, porque
me parece digno de reseñar ya que en numerosas ocasiones hemos asistido, a desfalcos y abusos de poder
bochornosos por parte de aquellos sobre quienes había recaído el poder incluso en situaciones de tanta
necesidad como la que nos ocupa; por lo tanto me ha parecido curiosa esta situación por su condición casi de
excepción.

• RELACIÓN ENTRE EL LIBRO Y LOS COMENTARIOS DE TEXTO .

Lo cierto es que sí existe relación entre los textos a comentar, y el libro de Cipolla. La primera y más
elemental relación que existe, es que tanto en los textos como en el libro se toca la situación que se vive en

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una zona afectada por la peste. El segundo punto en común, es la dualidad de soluciones ante el problema, es
decir; la presencia de dos opciones fundamentales, la que aporta el sector eclesiástico y la que aporta la
sanidad o autoridades laicas. Anexionada a este segundo punto podría aparecer otra similitud, y es que ni en
los textos ni en el libro, valen las soluciones, que tanto la iglesia como la sanidad proponían.

En los textos, como he dicho antes encontramos de nuevo el viejo debate de cómo hacer las cosas para que la
peste remita, aunque en los textos esto incluso se amplía, ya que además de la visión de la iglesia y sanidad
nos encontramos una especie de corrientes sociales de acción para combatir a la peste, o inculpaciones que
ponen como responsables a los judíos ó prostitutas...

También se puede citar, el hecho de que uno de los textos es de Florencia, ciudad esta relacionada en el libro
con Monte lupo, eso a nivel concreto ya que los demás textos se mueven por prácticamente toda Europa, así
que la relación existe.

• COMENTARIO DE TEXTOS.

• Epidemia y desorden social (La peste en Florencia, 1348)


• Epidemia y minorías sociales (Persecuciones antisemitas en Alemania, 1349)
• La defensa de la ciudad contra la epidemia (Valencia, 1450)
• Epidemia y control social (Valencia 1490)
• Peste y mortalidad (Londres, 1655)

En los cinco textos existen unas líneas comunes, que sobreviven al paso del tiempo y a las distancias
geográficas. La más destacable, sin duda es la causa religiosa, es decir, el hecho de que no sólo en los textos
sino también en el libro de Cipolla se atribuya siempre la aparición de la peste al enfurecimiento e ira divina.
Así pues debido a una serie de malas obras humanas, se provoca la cólera del todo poderoso, que castiga sin
piedad a las gentes. Este argumento es denominador común en todos los documentos, generando en algunos la
presencia de medidas específicas preocupadas por aliviar esta cólera divina. Es el caso concreto del segundo
de los textos valencianos, o el texto florentino; en el primero de ellos aparecen directrices claras para un trato
especialmente delicado con las iglesias a fin de tenerlas limpias y resplandecientes con el objeto de rebajar el
santo enfado, además encontramos también la orden de expulsar a todas las prostitutas que deambulen por los
alrededores de los santos edificios, ya que con su vergonzoso oficio mancillan la pureza e integridad de la
virgen y por tanto acentuarán los motivos de Dios para castigarles con nuevos y más cruentos brotes de peste.
En el texto de Florencia se habla así mismo del notable aumento de las celebraciones religiosas, como
procesiones y rezos

de diversa índole, con el mismo objeto de las medidas que he citado anteriormente. En estos textos también se
presentan algunas medidas provenientes de la sanidad y poderes laicos; como la exhaustiva limpieza de las
ciudades, u otras medidas preventivas como la que aparece en el primer texto valenciano, donde se prohibe
expresamente la entrada en la ciudad de cualquier persona proveniente de Mallorca, Vila de Denia, Vila de
Gandia o Xabea, por honorable y aristócrata que sea; por ser estos, puntos de especial conflictividad, debido
al índice de contagiados, una prohibición que se castiga con penas económicas a quien acoja en su casa a
alguna persona proveniente de cualquiera de los puntos indicados, llegando hasta los doscientos florines de
multa para el infractor. Pero las medidas preventivas no provenían sólo de las diferentes instituciones,
eclesiástica o sanitaria, sino que la propia sociedad ingeniaba medidas de dudosa eficacia, pero de alta
tranquilidad moral para el que las llevaba a cabo. Es el caso por ejemplo del texto de Florencia, donde
aparecen dos filosofías diferentes para evitar el contagio: la primera está fundamentada en la mesura y
moderación alimenticia, en el máximo control de los vicios, en la escrupulosa selección de las amistades, a fin
de cuentas en llevar una vida casi monacal. Sin embargo y por sorprendente que parezca hay otro sector de la
población convencido de todo lo contrario es decir, de vivir la vida como si se tratase del último día; esto es
comiendo de forma tan abundante como caprichosa, bebiendo en exceso y pernoctando sin ningún tipo de
escrúpulo. Como se puede apreciar inmediatamente ninguna de las dos alternativas tenía lógica, pero lo

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mismo podemos decir de las medidas preventivas que aparecen en el texto de Londres, donde la gente se
embadurnaba de alquitrán, azufre, pez, aceita o resina, pensando que los olores de dichas sustancias servirían
para repeler la peste, desde luego todas ellas son medidas de urgencia, llenas de desesperación, buscando
cualquier cosa que permita tener la mínima tranquilidad necesaria para conciliar el sueño por las noches.

Pero no sólo encontramos coincidencias en varios textos en temas de prevención sino que también tenemos
dos ejemplos curiosos, de diferente naturaleza aunque con el denominador común del error de cálculos; me
estoy refiriendo al caso concreto del texto alemán (Colonia), en el que sus magistrados, piden fervientemente,
a los sabios de Estrasburgo, que no se cometa el grave error de tomarla con los judíos como causantes de la
peste, debido a que por un lado esto es falso y por otro llevaría el caos a la ciudad, un caos que se sumaría, al
provocado ya por la epidemia. En este caso se pide una la reflexión antes de la reparación o el lamento, pero
en Londres se pasó directamente al segundo estadio; el error consistió en pensar que las zonas de los límites
con los ríos no se llegarían a ver afectadas por la peste, o si ocurriese, no sería nunca de gravedad. Por ello no
solo no se protegieron sino que además acogieron a sus parientes y amigos de las zonas afectadas, ignorando
las opciones de recluirse en sus casas, irse al campo, de esta manera, la llegada de la peste, que como parecía
de suponer ocurrió, les sorprendió gravemente, dejándoles sin ninguna capacidad de reacción, y haciéndoles
presa fácil del bacilo, debido a la encerrona que ellos mismos se crearon.

Para terminar ya con el análisis de los textos, me parece adecuado, citar algunos de los síntomas que anuncian
el contagio de la enfermedad, y que son citados en un par de documentos. En el texto florentino, aparecen dos
tipos de signos inequívocos de contagio; por un lado las hemorragias nasales, que provienen de las zonas más
al oeste de Europa, y por otro las nuevas manifestaciones que se dieron en Florencia; que consistían en, unas

inflamaciones que brotaban de los cuerpos, en axilas e ingles y que llegaban a tener el tamaño de un huevo o
una manzana, prácticamente todos los individuos que llegaban a presentar esto signos, morían en tres o cuatro
días.

También existió otro problema como vía de contagio, que tardó en detectarse y que hizo estragos en la
población infantil. Consistía en el contagio que los recién nacidos sufrían al poco de nacer, debido a la
ingestión de leche contaminada proveniente de sus madres apestadas, que acababa con el niño
inmediatamente. Este aspecto aparece en el texto londinense, junto con el problema que para otros muchos
recién nacidos se presentaba, con la muerte de sus madres a manos de la peste, y que consistía en la simple y
dura muerte por inhalición.

Para CONCLUIR, con la intención de no reiterarme en mis argumentos, aunque con el propósito de dejar
adecuadamente encuadrado, el principal hilo argumental de textos y libro; cabe reseñar que las ideas
fundamentales del conjunto documental en cuestión son: los conflictos entre sanidad e iglesia en el fondo y las
formas de abordar el problema, la pobre e instintiva mentalidad de las gentes a la hora de combatir el desastre
y por último; la curiosidad de conocer la situación concreta de un pueblo, las carencias más importantes que
se producían en algunas ciudades, así como sus leyes y reacciones para intentar neutralizar la calamidad. Todo
ello, bajo un contexto de precariedad y desamparo ante un problema que les fue tan incomprendido como
implacable.

En cuanto a las FUENTES, utilizadas por Cipolla en el libro, decir que la mayoría de ellas, corresponden: al
Archivo nacional de Florencia, al Archivo Municipal de Sanidad, Biblioteca Nacional de Florencia, registro
parroquial de defunciones de Montelupo, y cartas enviadas entre las partes implicadas, encontradas
mayoritariamente en algunos de los depósitos citados.

BIBLIOGRAFÍA.

CIPOLLA, CARLO M.,¿QUIÉN ROMPIÓ LAS REJAS DE MONTE LUPO?, Barcelona, Muchnik, 1984.

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TEXTOS, Facilitados en el temario de la asignatura.

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