Está en la página 1de 17

La Ortodoxia y la Ortopraxis en la vida y obra de Williams Ames

Jesús Enrique Perozo Herrera

Pr. Julio Benítez y Pr. Guillermo Gómez

Espiritualidad Bíblica y Reformada

Seminario Reformado Latinoamericano

Barquisimeto, Noviembre de 2023


TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN..................................................................................................................3

I. Los Cantos del Siervo......................................................................................................4

a. Consideraciones Generales.............................................................................................4

b. El Siervo de Jehová..........................................................................................................5

II. El primer Canto del Siervo: Isaías 42:1-4........................................................................6

a. El contexto.......................................................................................................................6

b. Presentación e investidura del Siervo (42:1)...................................................................7

c. El carácter del servicio del Siervo (42:2-3)....................................................................9

d. El infalible cumplimiento de la misión del Siervo (42:4)..............................................10

CONCLUSIONES................................................................................................................13

BIBLIOGRAFIA..................................................................................................................14
INTRODUCCIÓN

El libro del Profeta Isaías es uno de los libros más extensos del antiguo testamento y que

contemplan una diversidad literaria en su composición, lo que lo hace atractivo y a la vez

complejo en su envergadura. Es en este libro que se pueden encontrar expresiones tan

frecuentes que le dan su particularidad frente a los otros textos, frases como: el Santo de

Israel, el Siervo de Jehová, entre otros.

De lo anteriormente indicado, lo que llamó especial atención, es la expresión “el Siervo

de Jehová”, del cual su estudio derivó en la identificación de cuatro cantos o poemas que

son conocidos hoy día como “los cantos del Siervo”. Sin embargo, durante el auge de la

crítica moderna y las distintas posturas teológicas que distan de la tradición reformada, han

surgido interpretaciones que lamentablemente disminuyen el verdadero significado de estos

textos, generalizándolos fuera de la interpretación que aun el mismo Nuevo Testamento les

da.

De esta realidad no escapa el primero de los cantos, el cual se ubica en Isaías 42.1-4, y

que ha generado interpretaciones diversas y controversiales entre eruditos de las críticas

literarias y demás teólogos, lo que lleva necesariamente a plantear la siguiente interrogante:

¿Cuál es la postura teológicamente coherente sobre los textos de los cantos del siervo?

¿Cuál es la interpretación correcta del primer canto del siervo en Isaías 42:1-4?

Para dar respuestas a estas interrogantes, se centrará el presente estudio en una

exposición sobre los cantos del siervo, su identificación y distinción del resto del texto de

Isaías, así como una explicación del contexto bíblico y de cada versículo del primer canto

de Isaías.

3
I. William Ames: vida y Obra

a. Consideraciones Generales

William Ames fue un teólogo y escritor puritano inglés nacido en Ipswich, en el año

15761. Fue educado en el Christ's College, que pertenecía a la Universidad de Cambridge,

conocido por su puritanismo y filosofía ramista 2. Este enfoque filosófico de la escuela de

Cambridge y la influencia de quien fue su mentor, William Perkins, 3 sería fundamental en

la configuración de sus obras y tesis teológicas, y en el enfoque de uno de sus mayores

esfuerzos y objetivo de la Teología: fomentar una ortopraxis que es inherente a la ortodoxia

reformada. Sobre el Ramismo y su influencia en W. Ames, Beeke afirma:

El ramismo era una filosofía que buscaba corregir la sofisticación artificial del
aristotelismo de la época, que se caracterizaba por una brecha entre la vida y el
pensamiento, entre el saber y el ser y, en el caso de la vida religiosa, entre la teología
y la ética. El ramismo fue desarrollado por Petrus Ramus (1515-1572), un filósofo
francés reformado del siglo XVI. Ames incorporó el pensamiento de este hugonote en
su propio trabajo, intersectando totalmente la teología y la ética en un programa de
vida obediente y de pacto.4

En la Universidad de Cambridge William Ames se convirtió en ministro de la Iglesia de

Inglaterra. Sin embargo, se vio obligado a huir a los Países Bajos debido a su oposición a la

liturgia anglicana y su simpatía por el calvinismo, permaneciendo en el exilio por el resto

1
Joel R. Beeke & Mark Jones, Teologia Puritana: Doutrina para a Vida, Trad. Márcio L. Redondo (Sao
Paulo, Brasil: Edições Vida Nova, 2017), 78.
2
Beeke & Jones, Teologia Puritana, 79.
3
Bob McKelvey, “Puritan Preaching: William Ames”, Place for Truth (Blog), fecha de publicación 15 de
Marzo de 2016, https://www.placefortruth.org/blog/puritan-preaching-william-ames
4
Joel Beeke, Espiritualidad reformada: una teología práctica para la devoción a Dios, Trad. Valter G.
Martins (Sao Paulo, Brazil: FIEL Editora, 2014), 201.

4
de sus días.5 Una vez llegado a Países Bajos, su influencia e impacto en la Iglesia Cristiana

no tardó en llegar, siendo pieza fundamental en los hechos que desencadenaron en el sínodo

internacional de la ciudad de Dordrecht, siendo el principal asesor teológico y secretario de

Johannes Bogerman, presidente oficial del sínodo de Dort.

Posteriormente, Ames se convirtió en profesor de teología en la Universidad de

Franeker. Siendo profesor allí, alcanzó su título de doctorado defendiendo 38 tesis y cuatro

corolarios “sobre la naturaleza, la teoría y el funcionamiento práctico de la Conciencia” 6;

título que consecuentemente lo llevó a ser designado rector de la universidad. Franeker fue

el lugar donde Ames escribió numerosas obras teológicas, incluyendo “The Marrow of

Theology” (La médula Teológica), que se convirtió en un texto clave de la teología

puritana. Parte de su experiencia como rector de la Universidad de Franeker es descrita por

el teólogo y experto en puritanismo Joel Beeke:

Durante sus once años de detención en Franeker, Ames se hizo conocido como el
"Doctor Erudito" que intentó "puritar" toda la universidad. Ames reconoció a la
universidad como ortodoxa en doctrina, pero no sintió que la mayoría de los docentes
y estudiantes estuvieran suficientemente reformados en la práctica. Su fe aún no se
había vertido en su propia observancia cristiana. En particular, la facultad era, en la
mente de Ames, demasiado dependiente de la lógica aristotélica y enfatizaba
inadecuadamente la responsabilidad humana y el ejercicio de la voluntad humana en
la vida cristiana.7

Este extracto de la vida que describe el pastor Beeke sobre William Ames, refleja en

sumo su vocación ortodoxa y práctica. La concepción de la vida, fe, piedad y ética cristiana

deja plasmada en su magna obra, la cual se usará como referencia para evidenciar la

cosmovisión teológica de Ames, su fin y propósito.

5
Joel Beeke, Espiritualidad reformada, 198.
6
Joel Beeke, Espiritualidad reformada, 200.
7
Joel Beeke, Espiritualidad reformada, 200.

5
Ames murió de Neumonía el 11 de noviembre de 1633 en los Países Bajos, pero su

influencia en la teología puritana y la teología reformada en general ha sido duradera. Sus

escritos han sido traducidos a varios idiomas y continúan siendo leídos y estudiados por

teólogos y estudiantes de las escrituras de todo el mundo.

II. La Medula Teológica:

a. El Propósito de la Teología: Vivir para Dios

La primera declaración que se encuentra en la obra de Ames es la siguiente: “La teología

es la doctrina de vivir para Dios”.8 Lo que quiere decir, que la definición, naturaleza y

propósito de la Teologías es: vivir por y para Dios, el cual solo es posible a través de la

agencia de Cristo y del Espíritu Santo. Esta afirmación, aunque parezca muy simple, está

llena de significado. Declara la tendencia práctica de Ames: una fe ejercida por todo el

hombre, no sólo por su intelecto, voluntad o sentimientos.

Ames enfatiza esta definición trascendiendo el concepto como un mero conocimiento.

Como bien señala Ryan McGraw: “Cómo definimos la teología determina cómo

estudiamos la teología”.9 Esta postura refiere a que la concepción que se tenga de la

Teología, lleva abordarla de tal manera que la vida se conduce solo de esa manera. Esa

concepción elemental pero no suficiente, es a lo que Ames refirió en sus publicaciones de

ética y de la médula teológica cuando combatió la frialdad ortodoxia que carecía de

8
William Ames, The Marrow of Sacred Divinity [or, Marrow of Theology], Trad. William H. Gross
(Londres, U.K.: Calibre Ebook, 2014), 7.
9
Ryan McGraw, “William Ames: Salvando la fe y la teología”, Presbiterianismo Confesional (Blog), fecha
de publicación 23 de Mayo de 2019, https://presbiterianismoconfesional.wordpress.com/2019/05/23/william-
ames-salvando-la-fe-y-la-teologia/

6
vitalidad y fe experiencial. La ortopraxis no era una consecuencia directa de los estudios

teológicos, o se carecía de ello en virtud del énfasis que se daba a lo intelectual.

En ese sentido, Ames vio la necesidad de una teología conforme a la Biblia que ilumine

al creyente en una fe que derive consecuentemente en un cristianismo práctico al cual las

escrituras llaman la atención: vivir de acuerdo a Dios y para Dios (Ef. 5:1-2,8). Por ello, en

su sistema teológico estipuló dos aspectos de la Teología en el que relaciona la ortodoxia y

ortopraxis: Fe y Observancia (obediencia).

b. Fe: La Ortodoxia de Ames en el marco de la Tradición reformada

Luego de definir el propósito de la Teología, Ames se propone a describir el concepto

Bíblico de la Fe. Ames definió la fe como: “La fe es un reposo del corazón en Dios; como

sobre el autor de la vida y de la salvación eterna: es decir, que por él seamos liberados de

todo mal y obtengamos todo bien”.10 En ese sentido, no estaba interesado en una definición

genérica, temporal o histórica, sino en una definición que exalte la esencia y naturaleza de

la fe salvadora a través de la cual se llega a conocer a Dios.

De acuerdo a Ames, la fe es un acto de comprensión (del evangelio), pero también va

más allá de esto y afecta a la voluntad. En este aspecto, William Ames pareció a los de su

tiempo haberse desligado de la doctrina reformada desarrollada hasta la época. Tuvo varios

contendientes, entre ellos Maccovius. Al respecto Beeke comenta:

Maccovio enfatizó la primacía del intelecto en la mente regenerada; es decir, la voluntad


se renueva a través del intelecto… Pero Ames mantuvo la primacía de la volición. Escribió
que la fe implica "un acto del hombre integral, que de ninguna manera es un mero acto del
intelecto, sino el acto de la voluntad de creer que el evangelio es aquello que, por la gracia
del Espíritu, salva el conocimiento.11

10
William Ames, The Marrow of Sacred Divinity, 9.
11
Joel Beeke, Espiritualidad reformada, 207.

7
Acerca de esta controversia, Ames supo defender y argumentar con solvencia bíblica en

el desarrollo de su medula teológica, en el cual señala: “Esa fe verdaderamente cristiana

que tiene lugar en el entendimiento siempre se apoya en un testimonio divino, como en

Divino: sin embargo, este testimonio no puede recibirse sin un afecto piadoso de la

voluntad hacia Dios”.12

Ames al posicionar la voluntad como el centro de la fe, tenía la plena intención de

demostrar que la verdadera piedad y vida cristiana ocurre (y solo es posible) en una

relación de pacto entre el hombre y Dios Redentor. La fe como un acto de voluntad es una

marca genuina de obediencia al pacto: El hombre respondiendo con fe y obediencia a las

promesas del pacto dadas en Cristo Jesús. La teología del pacto es el corazón del sistema

teológico de Ames, y por lo tanto se enmarca en la tradición reformada. Como dato curioso,

la médula teológica asienta de manera formal los fundamentos de la teología pactual, que es

distintivo característico de la teología reformada.

Bajo el esquema ramista, Ames desarrolla la ortodoxia Cristiana que se deriva de la Fe,

aquella raíz por la que el creyente puede acercarse al Dios único y verdadero (He. 4:16;

10:22; 11:6).

12
William Ames, The Marrow of Sacred Divinity, 10.

8
c. Observancia: La Ortopraxis cristiana

El segundo aspecto de la Teología es la observancia u obediencia. Ames es enfático al

afirmar que la observancia es fundamental y se deriva de la primera, la Fe. En ese sentido,

afirma:

Pues viendo que el principio y primer acto de la vida espiritual (que es el objeto
propio de la Teología) es la fe, y el segundo acto u operación que fluye de ese
principio es la observancia, se sigue necesariamente que esos dos son las partes
genuinas de la Teología, no hay ningún otro que buscar.13

Para Ames, el cristianismo es un cristianismo practico, donde se involucra el todo del

hombre: su intelecto, afecto y voluntad. El título de su libro brinda una idea de su visión de

la teología. La Teología sistemática de Ames por algo la tituló “la médula”, pues concibe la

teología como el núcleo del cual se deriva

También se distinguen de tal manera en su orden de naturaleza, que la Fe ocupa el


primer lugar, y la Obediencia espiritual ocupa el segundo; porque no puede haber
acciones vitales si no se engendra primero un principio de vida en el interior.

La teología de este libro tiene que ver con el cristianismo práctico: un cristianismo de

todo el hombre, no solo de intelecto, voluntad o afecto. Demuestra la pasión de Ames de

que el pensamiento y la vida deben representar un sistema simple de cristianismo práctico y

vital. Ames trató de mostrar que la teología no se trata principalmente de afirmaciones

acerca de Dios, sino más bien de saber cómo vivir para Dios, es decir, "según la voluntad

de Dios".

13
William Ames, The Marrow of Sacred Divinity, 14.

9
Su significado fundamental es receptivo (citando Jn. 1:12): «Es un acto de todo el

hombre, que de ninguna manera es un mero acto del intelecto» (80). Mientras que el

conocimiento involucrado en la fe es común entre los que son salvos y los que no lo son, la

voluntad, dependiendo de este conocimiento, confía en Dios con fe. La naturaleza de la fe

es recibir el testimonio divino y comprometerse totalmente con Dios a través de ella (81).

Este punto es un resumen de por qué necesitamos la fe salvadora antes de estudiar el

sistema de doctrina enseñado en las Escrituras.

En el siglo XVII surgieron preguntas sobre la naturaleza de la fe salvadora,

especialmente su relación con la doctrina de la seguridad de la salvación. Calvino y otros

enseñaron que la seguridad era la esencia de la fe porque se basa en el testimonio divino,

aunque esta fe podría ser fuerte o débil en los creyentes. La Confesión de Fe de

Westminster, aunque no negó este punto, declaró: «Esta seguridad infalible no pertenece a

la esencia de la fe. Así, pues, puede ser que un verdadero creyente tenga que esperar por

mucho tiempo y luchar con muchas dificultades antes de ser partícipe de esta seguridad».

(WCF 18.3). Su punto era que, era posible tener una seguridad de fe que no nos fallaría, al

tiempo que reconocía que la experiencia de esta seguridad fluctúa. El resto del párrafo da

consejos sobre cómo fomentar la seguridad de la fe, con la ayuda del Espíritu, a través de

medios.

10
Ames trató esta pregunta con hermosa brevedad y sencillez. Señaló la infalibilidad del

objeto de la fe al tiempo que reconocía la imperfección en los sujetos humanos que ejercen

la fe. Su declaración es digna de citar en su totalidad:

La fe no es más incierta y dudosa porque se apoya solo en el testimonio, sino que es más

segura que cualquier conocimiento humano debido a su naturaleza. Esto es así porque se

lleva a su objeto sobre la base formal de la infalibilidad, pero debido a la imperfección en la

inclinación [ habitus ] de la cual fluye la fe, el consentimiento de la fe a menudo parece más

débil en esta persona o en esa persona que el consentimiento del conocimiento. (81).

Es el objeto que da certeza a la fe, especialmente en lo que se refiere a lo que creemos,

en lugar del sujeto creyente. Dios es el objeto apropiado de la fe cuando «vivimos bien por

él» (citando 1 Tim. 4:10 ). Cristo es el objeto mediado, más que el objeto final, de la fe

porque «creemos por medio de Cristo en Dios» (81; citando Romanos 6:11 , 2 Corintios 3:

4 y 1 Pedro 1:21). Las Escrituras muestran, o ponen ante nosotros, a Dios en Cristo como el

objeto de la fe. En última instancia, nuestra fe debe descansar en Dios y no en el hombre, lo

que nos lleva de regreso al testimonio divino, a través del cual recibimos la fuerza de Dios

para buscar lo que es verdaderamente bueno. Si bien el ejercicio de la fe en nosotros puede

ser fuerte o débil, el objeto de la fe siempre es poderoso para salvar. Esta es la razón por la

cual la verdadera fe, aunque sea una fe débil, siempre salva.

11
Debido a que el corazón descansa en Dios a través de la fe y porque Dios en Cristo es el

objeto apropiado de la fe, la autoridad de Dios «es el fundamento inmediato de toda verdad

que debe ser creída de esta manera» (81). La fe depende de la autoridad divina solo a través

de la revelación divina (citando 2 Ped. 1: 20-21 y Jn. 9:29 ). Sin embargo, el acto de creer

en Dios depende en última instancia de «la operación y la persuasión interna del Espíritu

Santo» (81; cita 1 Cor. 12: 3). Esto, al mismo tiempo, une la fe que creemos con la fe por la

que creemos, y hace que el tratamiento de Ames del objeto y el acto de salvación de la fe

sea completamente trinitario. Esta fe es «confianza verdadera y apropiada», sin que

implique «una cierta confianza absoluta del bien futuro» (82). La fe puede referirse

genéricamente a confiar en cualquiera o en cualquier cosa, incluso si es infructuosa o

infundada, aunque nuestra preocupación debe ser la confianza genuina en Dios. Esto lo

trajo de vuelta a su definición de fe: «Creer en Dios, por lo tanto, es aferrarse a Dios

creyendo, apoyarse en Dios, descansar en Dios como nuestra vida y salvación suficientes»

(82). El consentimiento general de los «papistas» es falso porque no trae vida. Nuestro

“consentimiento especial” de que Dios es nuestro Dios en Cristo, sin embargo, no es el

primer acto de fe, sino que fluye de la fe. Esto se debe a que la fe nos une a Dios en Cristo

y primero debemos estar unidos a él por fe antes de que podamos estar seguros de ello. La

fe descansa sobre la autoridad de Dios en la revelación divina, pero debe llevarnos a través

de la revelación divina a Dios mismo.

Esto lleva a la última cuestión, que es tener y ejercer fe. Ames escribió: «La fe es el

primer acto de toda nuestra vida por la cual vivimos para Dios en Cristo» (82), razón por la

cual también viene temprano en el sistema teológico. Debemos rendirnos a Dios en Cristo

12
«como un Salvador suficiente y fiel» (82). Cuando las Escrituras vinculan la fe con el

consentimiento, siempre se incluye la confianza. Confiar en Dios es tanto la esencia de la fe

como el fruto de la fe a medida que continuamos recibiendo a Cristo, que se ofrece a

nosotros mismos «en el presente» (82). Concluyó: «El firme asentimiento a las promesas

del evangelio se llama fe y confianza, en parte porque, como asentimiento general, produce

fe, en parte porque como un asentimiento especial y firme, fluye de la confianza cuando

toma posesión real de la gracia ya recibida ”(83).

La descripción de la fe de Ames es algo circular a propósito. La fe incluye la confianza y

produce confianza. Toda la vida cristiana está ejerciendo confianza en el Dios que se ha

revelado como el objeto de la fe en Cristo a través de su Palabra. El Espíritu habilita esta

confianza en Dios a través de Cristo. Si la teología es la doctrina de vivir para Dios,

entonces la fe es el instrumento por el cual debemos vivir para Dios. Los estudios

teológicos pueden aumentar el conocimiento, pero sin una fe salvadora no producirán una

verdadera teología. Ames nos recuerda que la forma en que comenzamos a estudiar teología

determina a dónde vamos en nuestros estudios y si comprendemos o no el objetivo de

estudiar teología. La fe es el instrumento receptivo de la salvación y el instrumento para

convertirse en un verdadero teólogo.

d. Observancia: Vivir para Dios

13
En este primer canto, el Señor anuncia la salvación y justicia que traerá a través de

siervo y establecerá un orden en toda la tierra. El pasaje hace hincapié en la presentación

del siervo, su llamado y en el resultado de su obra, prediciendo de esa manera la fidelidad

del siervo en el cumplimiento de la misión para la que fue designado.

e. Presentación e investidura del Siervo (42:1)

f. El carácter del servicio del Siervo (42:2-3)

Los siguientes versículos denotan el carácter apacible, manso y humilde del Señor; un

carácter que contrasta con cualquier rey de la época. Si algunos presuponían que Ciro, el

rey persa, pudiera calzar con la figura del Siervo de Jehová, cualquier argumento que

exponga en su defensa caería ante el carácter humildad y gentileza con que es presentado el

siervo del Señor.

g. El infalible cumplimiento de la misión del Siervo (42:4)

Por último, el canto culmina con la sentencia esperanzadora de que el siervo cumplirá su

cometido

14
CONCLUSIONES

En conclusión, se abordó de manera estructurada el tema de los Cantos del Siervo en el

libro de Isaías, centrándose específicamente en el primer canto del Siervo (Isaías 42:1-4),

pasaje en el que se revela la identidad y el carácter del Mesías, así como su misión de traer

justicia y salvación a las naciones.

Por otra parte, abordar los puntos de las consideraciones generales de los cantos del

Siervo y el tema sobre siervo de Jehová, permitió ampliar el panorama del origen e

identidad del siervo en las distintas posturas, argumentando con bases bíblicas y teológicas

la identidad del Siervo como Jesucristo el Mesías. El Siervo es presentado como aquel en

quien Dios tiene contentamiento y en quien pone su Espíritu para traer justicia a las

naciones.

En términos teológicos, el primer canto del Siervo es interpretado como una profecía

mesiánica que encuentra su cumplimiento en Jesucristo. La presentación del Siervo, su

carácter manso y humilde, y su infalible cumplimiento de la misión son atributos que se ven

reflejados en la vida y ministerio de Jesús. El Nuevo Testamento confirma esta

interpretación al citar y aplicar los Cantos del Siervo a Jesucristo.

Finalmente, el canto también resalta el infalible cumplimiento de la misión del Siervo. A

pesar de las dificultades y adversidades, el Siervo persistirá y prevalecerá. No se cansará ni

desmayará en su tarea de establecer la justicia en la tierra. Esta perseverancia del Siervo es

clave para el cumplimiento de su misión y muestra su fidelidad y compromiso. A través de

su resistencia, el Siervo logrará establecer un orden justo y esperanza a las naciones.

15
BIBLIOGRAFIA

Guzik, David. “Isaías 42 el Cantico del Siervo”, The Enduring Word Comentario bíblico

en español, https://es.enduringword.com/comentario-biblico/isaias-42/, ultimo

acceso 29 de septiembre de 2023

Mynor Martín, “Los cánticos del Siervo de Dios en Isaías”, Artículos Obrero Fiel,

http://obrerofiel.s3.amazonaws.com/misiones%20mundiales/pdf/canticos%20del

%20siervo%20de%20Dios%20en%20Isaias.pdf, ultimo acceso 28 de septiembre de

2023.

MacArthur, John. Biblia de Estudio John MacArthur. Grand Rapids, Michigan: Editorial

Portavoz, 2004.

Pieper, August. Isaias II: una Exposición de Isaias 40—66, trad. Erwin E. Kowalke.

Milwaukee, USA: Northwestern Publishing House, 1979.

Strong, James. Nueva Concordancia Strong Exhaustiva de Biblia. Nashville, EE.UU.:

Editorial Caribe, 2003.

Young, Edward J. “Capítulo 14: Isaías” en Introducción al Antiguo Testamento. Parte II.

Grand Rapids, USA: T.E.L.L, 1993.

16
17

También podría gustarte