Está en la página 1de 21

C A PÍTULO NOV ENO

EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA


DE LA CONCESIÓN

193. Generalidades. Bajo este título el Código trata diversas mate-


rias que se relacionan con el nacimiento de la concesión minera y
que son consecuencia de la dictación de su sentencia constitutiva,
aun cuando, evidentemente, esta resolución judicial produce adi-
cionalmente otros efectos, a los cuales ya nos hemos referido en el
capítulo anterior.
También cabría agregar que esta sentencia produce efectos im-
portantes que se tratan en otras disposiciones del Código y entre los
cuales pueden destacarse como principalísimos: el nacimiento del
derecho a explorar que otorga la concesión de exploración y del
mismo derecho y del de explotar que confiere la pertenencia, una
vez constituidas, y que trataremos en este capítulo.

Párrafo I
RÉGIMEN DE PROPIEDAD DE LA CONCESIÓN

194. Propiedad y posesión de la concesión. Tanto la Ley Orgánica


como el Código han señalado que la concesión minera es un derecho
real inmueble y que se rige por las mismas leyes civiles que los demás
inmuebles, salvo en lo que contraríen disposiciones de dicha Ley y
Código (arts. 2º LOC y 2º).
El principio antes enunciado nos explica la gran similitud exis-
tente entre las disposiciones contempladas en el Código con las de
la legislación civil en lo tocante al régimen de propiedad a que se
sujeta la concesión.

153
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Recordemos también que la norma constitucional relativa al régimen


minero ha dispuesto para el dominio del titular sobre su concesión la
garantía de este rango de que goza el derecho de propiedad.
A estos respectos, el artículo 91 establece que la sentencia que
otorga la concesión constituye el título de propiedad sobre ella, esto es,
la sentencia constitutiva de la concesión crea en su titular el derecho
real inmueble que, separado e independiente del dominio sobre
el suelo, le permite ejercitar los derechos, entre otros, a explorar y
explotar, según su especie, todas las sustancias concesibles existentes
dentro de sus límites.
La misma disposición citada agrega que la sentencia constitutiva
de la concesión da originariamente su posesión, significando con ello
que estamos frente a la primera posesión sobre la concesión, que
es coetánea con el nacimiento de ésta.
La posesión de la concesión se origina, entonces, con la sentencia
constitutiva y siendo en su origen no inscrita, para su supervivencia
y la de la concesión recién constituida, será menester proceder a su
inscripción dentro del plazo fatal de ciento veinte días a que ya nos
hemos referido (art. 5º, inc. final, LOC y art. 89). De este modo y
practicada dicha inscripción en el Registro de Descubrimientos,
tratándose de la concesión de exploración, o en el de Propiedad, si
se trata de la pertenencia, la concesión quedará sometida al régimen
de posesión inscrita.
Transcurrido el plazo mencionado, la posesión de la concesión
sólo podrá ser una posesión inscrita y, por lo tanto, ella servirá de
requisito, prueba y garantía de dicha posesión, no existiendo des-
pués de dicho lapso posesiones no inscritas, como ocurre en la
legislación civil.

195. Prescripción adquisitiva de la concesión. Superposiciones.


La prescripción adquisitiva es un modo de adquirir el dominio vin-
culado íntimamente a la posesión y al tiempo que ésta dure y, por
eso, el artículo 2492 del Código Civil nos señala que las cosas ajenas
comerciables se adquieren por haberse poseído durante cierto lapso,
con los requisitos legales.
El Código sólo nos da al respecto las reglas que contiene su ar-
tículo 93, por lo que esta institución se rige por las normas contenidas
en la legislación civil, en lo no regulado por dicho artículo.
Como el lapso de posesión no inscrita en materia minera no pue-
de ser superior a ciento veinte días, según hemos visto, encontrará

154
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

aplicación el artículo 2505 del Código Civil, que dispone que contra
un título inscrito no procede la prescripción adquisitiva de bienes
raíces o de derechos reales constituidos en éstos, sino en virtud de
otro título inscrito; ni empezará a correr sino desde la inscripción
del segundo.
La posesión puede ser regular o irregular. La primera es la que tiene
justo título, buena fe y la tradición, si se invoca un título traslaticio de
dominio, y lleva a éste por el modo de adquirir prescripción ordinaria;
y la segunda, es aquella a la que le falta alguno de estos requisitos y lleva
al dominio por el modo de adquirir prescripción extraordinaria.
Ahora bien, en materia minera el tiempo de posesión necesario
para ganar el dominio de la concesión por prescripción ordinaria es de
dos años, y es de cuatro años en la prescripción extraordinaria.
Resulta así notorio el afán del legislador de consolidar cuanto
antes el dominio sobre la concesión al establecer estos plazos cortos
de posesión para adquirir por prescripción.
Repitiendo la norma contenida en el artículo 2511 del Código
Civil, el inciso final del artículo 93 dispone que las suspensiones que
la ley acuerda en favor de ciertas personas, tanto en la prescripción
adquisitiva como en la extintiva, no se tomarán en cuenta transcurrido
el plazo de cuatro años.
La sentencia que declare la prescripción deberá inscribirse en
el Registro de Descubrimientos, tratándose de una concesión de
exploración, y en el de Propiedad, si se trata de una pertenencia.
Debemos hacer presente que la norma que comentamos ha
querido dejar perfectamente en claro que la prescripción adqui-
sitiva juega sólo cuando se posee una misma concesión y que, en
consecuencia, no recibirá aplicación en el caso de superposición de
una concesión sobre otra diferente.
Tampoco juega la prescripción adquisitiva como factor de sanea-
miento de vicios de que puede adolecer la concesión, ya que éstos
sólo pueden sanearse por la prescripción extintiva de la acción de nulidad
de la concesión, siendo una mera coincidencia el hecho de que el
plazo de prescripción adquisitiva extraordinaria sea el mismo que
el de prescripción extintiva de la acción referida. De ello quedó
expresa constancia en la historia de la ley.
Finalmente, creemos que, atendida la redacción del artículo 93,
las normas contenidas en el Código sobre prescripción son sólo
aplicables a la concesión y no a los demás derechos mineros, los que
quedan sometidos a la legislación general.

155
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

196. Acción reivindicatoria y acciones posesorias. La acción reivindi-


catoria es la que tiene el dueño de una cosa singular de que no está
en posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituír-
sela; y acciones posesorias son las que tienen por objeto conservar o
recuperar la posesión de los bienes raíces y de los derechos reales
constituidos en ellos.
El Código se limita a señalar la procedencia de la acción reivindi-
catoria y de las acciones posesorias respecto de la concesión minera
y de otros derechos reales constituidos sobre ella, de manera que
en esta materia debemos recurrir a las normas contenidas en los
artículos 889 y siguientes y 916 y siguientes del Código Civil, según se
trate, respectivamente, de la primera o de las segundas (art. 94).

197. Transferencia y transmisión de los derechos mineros. Siendo la


concesión, tanto en trámite como constituida, un inmueble sometido
al régimen de la propiedad inscrita, el Código no se aparta de las
reglas contenidas al respecto en la legislación civil y es así como el
artículo 92 ha dispuesto que deberá otorgarse por escritura pública
el título para transferir los derechos emanados del pedimento y de
la manifestación, la concesión y los derechos reales constituidos
sobre ésta.
Ahora, la tradición de los derechos emanados del pedimento y
de la manifestación y de la concesión se efectúa por la inscripción
del título en el respectivo Registro del Conservador de Minas. Dicho
Registro será el de Descubrimientos, si se trata de derechos mineros
en trámite (pedimento y manifestación) y de la concesión de explo-
ración, y el de Propiedad, si se trata de pertenencias constituidas.
Respecto de la tradición de las acciones de las sociedades mineras,
que son las regidas especialmente por el Código, se aplica la misma
regla (art. 178), ya que ella se efectúa por la inscripción del título, que
debe constar en instrumento público, en el Libro de Accionistas del
Registro de Accionistas, atendido a que a estas sociedades el Código
les aplica también las normas de la propiedad inscrita.
Remitiéndose al Código Civil, el artículo 92 señala que, en
lo que respecta a la tradición del derecho de servidumbre, deberá
estarse a lo dispuesto en el artículo 698 de dicho Código, esto es, se
hará dicha tradición por escritura pública en que el tradente exprese
constituirlo y el adquirente aceptarlo.
Por lo que toca a la transmisión de la concesión y de las acciones
de las sociedades mineras y de los derechos emanados del pedimento

156
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

y de la manifestación, debe aplicarse la norma del artículo 688 del


Código Civil, que previene la práctica de diversas inscripciones, a saber:
1º) Inscripción del decreto judicial que otorga a los herederos la
posesión efectiva de la herencia; 2º) Inscripción especial de heren-
cia, por la cual los bienes inmuebles y acciones quedan a nombre
de todos los herederos y del cónyuge, en su caso; y 3º) Inscripción
del acto particional, en cuya virtud se producen las adjudicaciones
de los bienes hereditarios a los herederos. Si ha habido testamento,
éste deberá también inscribirse.
Las referidas inscripciones se practicarán en el Registro de Des-
cubrimientos, o en el de Propiedad, o en el de Accionistas, según
el caso.

Párrafo II
EL CONSERVADOR DE MINAS

198. Normas por las cuales se rige. El régimen de propiedad inscrita


a que se encuentran sometidos los derechos mineros y las caracterís-
ticas especiales que ellos asumen, han obligado a la creación de un
Registro diferente del existente para los demás inmuebles, a cargo
de un funcionario, el Conservador de Minas, que cumple funciones
del todo semejantes al Conservador de Bienes Raíces.
En la capital de cada departamento habrá una oficina encargada
del Registro Conservatorio de Minas –nos dice el artículo 75 del
Reglamento–, referencia que debemos entender hecha a la comuna
o agrupación de comunas, de acuerdo a la normativa sobre regio-
nalización del país (Ley 18.849).
El Registro Conservatorio de Minas se rige, en primer lugar,
por las disposiciones contenidas en el Título VII del Código y en el
Título XII del Reglamento y, en lo no previsto en dichas normas,
por las que reglan el Registro Conservatorio de Bienes Raíces, en
cuanto le sean aplicables (art. 99).

199. Competencia. La ubicación del punto medio de la concesión


de exploración y la del punto de interés de la manifestación fijan la
competencia del Conservador de Minas para los efectos de las ins-
cripciones que deben practicarse en los correspondientes Registros
(art. 232, inc. 1º).

157
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Ahora bien, en el mismo Conservador en que se hubieren prac-


ticado las inscripciones relativas al pedimento y a la manifestación,
se deben practicar todas las otras inscripciones y las demás actua-
ciones que en cualquier forma se relacionen con el pedimento y la
concesión de exploración que de él derive, y con la manifestación
y la pertenencia respectiva (art. 232, inc. 2º).
En cuanto a las inscripciones que en cualquier forma se relacio-
nen con pertenencias constituidas o que se constituyan con arreglo
a normas legales anteriores al Código de 1983, ellas se practicarán
en el mismo Conservador de Minas que era competente para efec-
tuarlas de conformidad con la legislación que era aplicable al efecto
(art. 74 Rglto.).

200. Registros que lleva el Conservador de Minas. Al igual que el


Conservador de Bienes Raíces, el Conservador de Minas lleva un
libro denominado Repertorio, que tiene por objeto anotar la fecha
en que se presenta para su inscripción el título correspondiente,
fecha que será la misma de la inscripción, siempre que ella se practi-
que dentro de los sesenta días, contados desde que se requiera dicha
inscripción.
Además, los Conservadores de Minas llevan los siguientes li-
bros:
1º. Registro de Descubrimientos;
2º. Registro de Propiedad;
3º. Registro de Hipotecas y Gravámenes;
4º. Registro de Interdicciones y Prohibiciones, y
5º. Registro de Accionistas.
A su vez, el Registro de Accionistas consta de tres libros:
a) Libro de Accionistas;
b) Libro de Gravámenes y Prohibiciones, y
c) Índice de Sociedades y Socios.

201. Inscripciones que se practican en los Registros mencionados.


A) Se inscriben en el Registro de Descubrimientos (art. 100):
1º. El pedimento, la manifestación y la transferencia y transmisión
de los derechos que emanan de ellos;
2º. La sentencia constitutiva de la concesión de exploración y la
transferencia y transmisión de ésta;

158
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

3º. Los títulos que dan origen a una sociedad legal minera, cuando
recaen en un pedimento, en una manifestación o en una concesión
de exploración (art. 102), y
4º. La sentencia ejecutoriada que declare la prescripción adqui-
sitiva del dominio de una concesión de exploración o de derechos
reales constituidos sobre ella (art. 80 Rglto.).
B) Se inscriben en el Registro de Propiedad (art. 101):
1º. La sentencia constitutiva y el acta de mensura de la pertenen-
cia y la transferencia y transmisión de ésta;
2º. La escritura de sociedad a que se refiere el artículo 201 y las
modificaciones de ésta.
La escritura de sociedad y sus modificaciones a que se hace
referencia son las relativas a la sociedad contractual minera, espe-
cialmente regida por el Código;
3º. Los títulos que dan origen a una sociedad legal minera,
cuando recaen en una pertenencia constituida (art. 102), y
4º La sentencia ejecutoriada que declare la prescripción adquisitiva
del dominio de una pertenencia o de derechos reales constituidos
sobre ella (art. 80 Rglto.).68
C) Se inscriben en el Registro de Hipotecas y Gravámenes los fi-
deicomisos, hipotecas, servidumbres, usufructos, avíos, promesas de
venta, opciones y demás gravámenes que, en su caso, afecten a un
pedimento, a una manifestación o a una concesión (art. 103).
D) Se inscriben en el Registro de Interdicciones y Prohibiciones
los embargos, litigios, prohibiciones, interdicciones y, en general,
todo impedimento o prohibición, sea convencional, legal o judi-
cial, que embarace o limite de cualquier modo el libre ejercicio
de la facultad de enajenar, en todo o en parte, los derechos ema-
nados de un pedimento o de una manifestación, o una concesión
(art. 104).

68
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 106, el Conservador debe remitir
al Servicio copias autorizadas de las inscripciones que practique en el Registro de
Descubrimientos; de la inscripción de la sentencia constitutiva de la pertenencia en
el Registro de Propiedad, y de las inscripciones de transferencias y transmisiones
que se practiquen en cualquiera de esos Registros. También enviará copia, con la
correspondiente anotación marginal, de todas las inscripciones que se cancelen o
modifiquen en virtud de resolución judicial, todo ello, a más tardar, al octavo día
hábil de efectuadas esas inscripciones, cancelaciones o modificaciones.

159
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

E) Se inscribe en el Libro de Accionistas del Registro de Accio-


nistas la nómina de los socios de que se compone la sociedad, con
especificación del número de acciones o de la fracción de acción
que cada uno tenga en ella, y la transferencia y transmisión de ellas.
Al margen de la inscripción de dicha nómina debe anotarse la escri-
tura pública a que debe reducirse el acta de la junta de accionistas
de la sociedad legal minera que da cuenta del nombramiento de
administrador (art. 105 y art. 85 Rglto.).
F) Se inscriben en el Libro de Gravámenes y Prohibiciones del Re-
gistro de Accionistas las interdicciones que se pronuncien contra
dueños de acciones mineras, los contratos de promesa y opción y la
prenda sobre ellas y, en general, todo impedimento o prohibición,
convencional, legal o judicial, que embarace o limite de cualquier
modo el libre ejercicio del derecho de enajenar las acciones de un
socio o las facultades que conciernan al administrador de una socie-
dad. Se practicará también en este Libro la anotación del domicilio
de los socios para los efectos de su citación a junta de accionistas
(art. 105 y art. 86 Rglto.).
G) Finalmente, el Índice de Sociedades y Socios del Registro de
Accionistas servirá para llevar por orden alfabético la nómina de
aquéllas y éstos (art. 105 y arts. 87 y 88 Rglto.).
Debe tenerse presente que el Registro de Accionistas sirve exclusiva-
mente para las sociedades que se rigen por el Código (art. 105).69

Párrafo III
NULIDAD DEL ACTO DE CONCESIÓN

202. Generalidades. Al tratar de los recursos en contra de la sen-


tencia constitutiva de la concesión y el carácter de ejecutoriada que
ella adquiere conforme al artículo 174 del Código de Procedimiento
Civil, expresamos que en tal evento ella producía cosa juzgada.
Sin embargo, señalamos que la excepción de cosa juzgada, con-
forme al artículo 86, no es oponible respecto de quien tenga el
derecho de ejercer alguna de las acciones de nulidad del acto de

69
A la forma de llevar los libros, de efectuar las inscripciones y a las solemni-
dades de ellas, se refieren los artículos 89, 90, 91, 92, 93 y 94 del Reglamento.

160
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

concesión que contempla la ley, puesto que si éste adolece de algún


vicio y no han prescrito las acciones para reclamar de él, su validez
es sólo aparente.
Para reclamar, precisamente, de ciertos vicios de fondo, que
no dicen relación directa con defectos procesales o caducidades
que, por lo demás, han quedado saneados con la sola dictación de
la sentencia, ha establecido la ley las acciones de nulidad del acto de
concesión propiamente tal. La nulidad del acto de concesión tiene el
carácter de absoluta y, de acuerdo con la historia del establecimiento
de la ley, no puede ser declarada de oficio por el juez ni pedida tal
declaración por el ministerio público.70 Estas acciones de nulidad
se tramitan por el procedimiento sumario (art. 233).

203. Causales de nulidad. El artículo 95 hace una enumeración taxa-


tiva de las causales de nulidad del acto de concesión71 y, al efecto,
señala que son tales:
1º. Haberse incurrido en error pericial en la mensura de la per-
tenencia. Se trata, pues, de sancionar los errores que pueda haber
cometido el perito al ejecutar la operación de mensura de la per-
tenencia;
2º. Haberse cometido fraude o dolo en la mensura de la pertenen-
cia. Causal contemplada también en la legislación anterior como
un medio de castigar el fraude o dolo extracontractual o delictual
cometido con ocasión de la mensura de la pertenencia;
3º. Haberse constituido la concesión de exploración sin respetar
las normas relativas a la forma, orientación, cabida o lados de su cara
superior. Ella vela por el estricto cumplimiento de la forma en que
se constituye en el terreno la concesión de exploración;
4º. Haberse constituido la pertenencia sin respetar las normas
relativas a la forma, orientación, cabida o lados de su cara superior.
Cumple la misma finalidad de la causal anterior, esta vez, respecto
de la pertenencia;
5º. Haberse constituido la concesión de exploración abarcando
terreno situado fuera del terreno pedido que fue objeto de la solicitud de
sentencia; o haberse constituido la pertenencia abarcando terreno

70
Así quedó constancia en las Actas de la Primera Comisión Legislativa.
71
Lo anterior se entiende sin perjuicio de la existencia de nulidades de de-
recho público, por infracción al artículo 7º de la Constitución Política, de lo cual
hay constancia en Actas de la Primera Comisión Legislativa.

161
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

situado fuera del manifestado que fue solicitado en mensura. Causal


establecida para obtener el estricto respeto a la ubicación de la
concesión dentro del terreno pedido y manifestado, solicitado en
sentencia o en mensura, respectivamente;
6º. Haberse constituido la pertenencia abarcando con su mensura
terreno ya comprendido, o que quede comprendido, por otra mensura cuya
fecha de ejecución se presuma anterior a la fecha presunta de aquélla,
con arreglo al inciso 2º del artículo 72. Configura como viciosa la
constitución de una pertenencia superpuesta a otra, cuya mensura
se presume de derecho anterior, sea que ésta se haya mensurado
antes o después de la afectada por el vicio;
7º. Haberse constituido la pertenencia abarcando terreno ya
comprendido por otra pertenencia, salvo lo dispuesto en el número an-
terior. Sanciona la constitución de una pertenencia superpuesta a
otra ya constituida;72
8º. Haberse constituido la concesión de exploración abarcando
terreno ya comprendido, o que quede comprendido por otra concesión
de exploración cuyo pedimento haya sido presentado con fecha ante-
rior. Aun cuando la concesión de exploración cuyo pedimento sea
posterior al de otra concesión de exploración que abarque el todo
o parte del mismo terreno no afecta los derechos emanados de esta
última, la presente causal le franquea a este último concesionario la
posibilidad de solicitar la nulidad del acto en cuya virtud se constituyó
la concesión superpuesta.

204. Quién puede pedir la nulidad. Cualquier persona que tenga


interés actual podrá pedir la nulidad del acto de concesión, con exclu-
sión de su dueño, fundada en algunas de las causales que establece
el artículo 95 y que hemos señalado en el número anterior (art. 97,
inc. 1º).
Para estos efectos, se entiende que el interés es actual cuando
éste existía al momento en que se produjo el vicio en que se funda-
menta la acción de nulidad y, además, subsiste a la fecha en que se
interpone dicha acción; regla que, atendido el carácter de absoluta de

72
La Corte Suprema, en sentencia de fecha 24 de mayo de 1990, ha declarado
que los problemas legales que origina la superposición de pertenencias no son
materia del recurso de protección, el cual tiene una finalidad diferente, cual es
cautelar garantías constitucionales afectadas por actos arbitrarios o ilegales.

162
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

esta nulidad, constituye una repetición de las normas por las que se
rigen las nulidades civiles (art. 97, inc. 2º).
Conservando una disposición que contenía la legislación ante-
rior, el artículo 97 ha excluido al dueño de la concesión del derecho
a solicitar la nulidad del acto de concesión, para evitar que se use
como medio de modificar la ubicación de la concesión.

205. Efectos de la declaración de nulidad. La declaración de nulidad


afecta a la concesión de exploración y a la pertenencia o pertenen-
cias individualmente consideradas, a cuyo respecto se ha incurrido
en algún vicio que autorice tal sanción, y no al grupo de pertenencias
mensuradas en conjunto, a menos que a todas ellas alcance el vicio
o vicios de que se trate.
Lo anterior se explica si se considera que cada pertenencia,
aun cuando haya sido mensurada en conjunto con otras, conserva
su individualidad, constituyendo cada una, una concesión distinta,
independiente de las demás, por lo que, no por ser común, deja de
ser un evidente error denominar como concesión de explotación al
grupo o conjunto de concesiones de explotación o pertenencias.
El efecto de la declaración de nulidad del acto de concesión es
otorgar el derecho a corregir la solicitud de sentencia y el plano de
la concesión de exploración, o el acta y el plano de mensura de la
pertenencia, según se trate, cuando los fundamentos de hecho de
la sentencia que haya declarado la nulidad así lo permitan (art. 98,
inc. 1º).
Hace excepción a la regla anterior la declaración de nulidad del
acto de concesión fundada en la causal 2ª del artículo 95, esto es,
haberse cometido fraude o dolo en la mensura de la pertenencia, caso
en el cual no es posible efectuar corrección alguna, y en el que la
declaración de nulidad trae consigo la extinción de la pertenencia.
En el evento de que la declaración de nulidad del acto de concesión
se haya fundado en las causales 1ª, 3ª y siguientes del artículo 95, y
haya lugar a efectuar correcciones, éstas no podrán contrariar la senten-
cia de nulidad y, además, se deberá respetar el perímetro de la cara
superior de la concesión de exploración indicado en la solicitud
de sentencia, o el de la cara superior de la pertenencia o grupo de
pertenencias mensuradas, en su caso (art. 98, inc. 2º).
Una vez efectuadas las correcciones relativas a la concesión de
exploración, corresponderá, por intermedio del tribunal, someter
dichas correcciones al Servicio para su informe y se continuará con

163
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

los trámites establecidos en los artículos 86 a 90, hasta la dictación


de la sentencia constitutiva y publicación de su extracto. Por su
parte, una vez efectuadas las correcciones relativas a la pertenencia,
se procederá a efectuar nuevamente la mensura, siendo aplicables
al efecto los artículos 71, incisos segundo y tercero, 72 a 77, 79, 81,
82 y 85 a 90, hasta la dictación de la sentencia constitutiva, la publi-
cación de su extracto y correspondiente inscripción de la sentencia
y acta de mensura, corregidas.

206. Prescripción extintiva de la acción de nulidad. Sus efectos. Las


acciones de nulidad, con excepción de la del Nº 8 del artículo 95, se
extinguen por prescripción en un plazo de cuatro años, contado desde
la fecha de la publicación del extracto de la sentencia constitutiva.73
La acción del Nº 8º del artículo 95 se extingue si, debiendo deducir
la oposición a la mensura del Nº 1 del artículo 61, el concesionario
de exploración no lo hace.
Transcurrido el plazo de cuatro años indicado, no puede impugnarse
la publicación del extracto de la sentencia constitutiva, ni la inscripción
de dicha sentencia (art. 96, inc. 2º, mod. Ley 18.941).
Cumplida la prescripción, la concesión queda saneada de todo
vicio y además se entiende que la sentencia y su inscripción han
producido siempre los efectos que, para cada una de éstas, señala
el artículo 91.

73
La Corte Suprema en sentencia de 27 de diciembre de 1990, señaló que
en atención a que bajo el Código de Minería de 1932 no existía la publicación del
extracto a que se refiere el artículo 90 del actual Código, forzoso es concluir que
la acción de nulidad para atacar una concesión constituida al amparo del Código
de 1932, prescribe en el plazo de 2 años contado desde la inscripción del acta de
mensura (Rev. Dº y Juris., pág. 170).
La Corte Suprema (Cuarta Sala) en sentencia de 3 de noviembre de 2005,
ha contradicho la incuestionable tesis anterior, afirmando que en el caso antes
propuesto la acción de nulidad no ha podido extinguirse por prescripción por
cuanto en el Código de 1932 no existía el trámite de publicación del extracto de
la sentencia constitutiva.
En la misma sentencia anterior, la Cuarta Sala ha sostenido que, además en este
caso no es posible determinar cuándo se inicia el cómputo del plazo de prescrip-
ción de la acción de nulidad, en circunstancias que acepta como hecho probado la
existencia de la superposición y ésta sólo se podía producir en el Código de 1932
cuando se inscribía el acta de mensura de la pertenencia superpuesta, por lo que
resulta obvio e indiscutible que éste es el momento en que se inicia el cómputo
de dicho plazo.

164
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

207. Efecto especial de la declaración de la prescripción en caso


de superposición de pertenencia. Si se ejercitan las acciones de
nulidad del acto de concesión por las causales de los Nos 6º y 7º del
artículo 95, esto es por la existencia de superposición de pertenen-
cias y la sentencia que se dicte declara la prescripción de la acción
de nulidad, debe también dicha resolución declarar extinguida la
pertenencia afectada por la superposición y a cuyo respecto operó
la prescripción extintiva de dicha acción por no haberse ejercitado
dentro de plazo (art. 96, inc. 3º).74-75
La prescripción referida no provocará la extinción de la concesión
del titular de la acción prescrita en la parte no superpuesta, y se aplica
en este caso lo previsto en el artículo 98, al cual nos referimos en el
número 205, en lo que sea pertinente. En este caso, entonces, en la
medida que no se contraríe la sentencia y se respeten el perímetro y
la forma, orientación, cabida o lados de su cara superior, subsistirá la
concesión en la parte no superpuesta, debiendo darse cumplimiento,
al efecto, con el mencionado artículo 98.

Párrafo IV
DE LA REPOSICIÓN DE HITOS O LINDEROS

208. Generalidades. Según hemos visto, al efectuar la operación de


mensura, el ingeniero perito está obligado a colocar hitos sólidamente
construidos y perceptibles, a lo menos en cada uno de los vértices de la
pertenencia o del perímetro del grupo de pertenencias mensuradas en
conjunto (art. 74, inc. final), obligación que tiene por objeto establecer
de modo visible la exacta ubicación de ellas en el terreno que ocupa.

74
Pensamos que la prescripción extintiva podrá ejercitarse también como ac-
ción y obtenerse por esa vía la declaración de extinción de la pertenencia afectada
por la superposición.
75
En sentencia de fecha 31 de marzo de 1995, la Excma. Corte Suprema,
conociendo de un recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del inciso
3º del artículo 96, declaró que tal precepto no se halla en contradicción con la
Carta Fundamental ni vulnera las disposiciones contenidas en el artículo 19 Nº 24,
incisos 1º, 2º, 3º y Nº 26 de la Constitución Política. Hay voto disidente por defecto
formal en la elaboración de la ley.
El Tribunal Constitucional confirmó en fallos de fecha 8 de mayo de 2007, la
anterior doctrina, al rechazar por unanimidad requerimientos de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad del inciso 3º del artículo 96 del Código (Roles Nº 517-06-
INA y Nº 535-06-INA).

165
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Ahora bien, a la obligación de construirlos, la ley ha agregado


las de mantener y conservar en pie dichos hitos o linderos (art. 118).

209. Obligaciones relacionadas con la conservación de los linderos.


De la obligación de mantener y conservar en pie los hitos se derivan
las siguientes, que conllevan la de reponer linderos (art. 119):
a) El minero no puede alterar o mudar dichos hitos y en caso de
contravención, es sancionado con una multa que no baje de diez y
no exceda de doscientas unidades tributarias mensuales, sin perjuicio
de la responsabilidad criminal que pueda afectarle, si ha procedido
maliciosamente (art. 462, C. Penal). Por otra parte, el que derribe,
altere o mude hitos del Estado, sufrirá la pena de reclusión menor
en cualquiera de sus grados (art. 118);
b) En el caso de que por algún motivo se derriben o destruyan uno
o más hitos, el juez, a petición de cualquier colindante, mandará
colocarlos en su debido lugar, pudiendo aplicar las multas referidas,
sin perjuicio de la responsabilidad criminal a que hubiere lugar;
c) Si por renuncia o caducidad de una o más de las pertenencias
mensuradas en conjunto, varía el perímetro, dentro del plazo de tres
meses de ocurrido el hecho, debe procederse a la colocación de los
hitos necesarios para señalar el nuevo perímetro, bajo la sanción de
multa antes mencionada, y
d) En el caso de enajenación de una o más pertenencias men-
suradas en conjunto, o de división física de una pertenencia, debe
procederse, dentro del plazo antes señalado y bajo la misma sanción,
a colocar los hitos necesarios para señalar el nuevo perímetro.

210. Procedimiento. Cuando sea necesario reponer cualesquiera hi-


tos o linderos, el concesionario designará a un ingeniero o perito de
aquellos habilitados para ejecutar mensuras, quien procederá, previa
resolución judicial, a la reposición o colocación de los hitos en su
debido lugar. El ingeniero o perito se ajustará fielmente a los datos y
nomenclatura consignados en el acta y plano de mensura originales
y levantará acta y plano de la operación (art. 46, inc. 1º, Rglto.).
A petición del interesado, el Servicio puede informar acerca de los
aspectos técnicos relacionados con la operación y con su acta y plano.
El interesado podrá hacer anotar la resolución judicial que apruebe
la reposición al margen de la inscripción de la sentencia constitutiva
de la pertenencia o al margen de la inscripción del acta de mensura,
si se trata de pertenencias constituidas conforme a la legislación

166
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

vigente con anterioridad al Código de Minería de 1983, y hacer


archivar una copia del acta y plano en el Registro de Propiedad del
Conservador de Minas respectivo (art. 46, inc. 3º Rglto.).
En el evento de que fuera un colindante quien pidiera la re-
posición, el ingeniero o perito debe ser designado por el juez y se
procede a la operación una vez firme la sentencia que así lo ordene,
librada contra el dueño de la pertenencia en el procedimiento su-
marísimo del artículo 235, siendo aplicables en lo demás las normas
antes expuestas (art. 47 Rglto.).
Toda cuestión que se suscite respecto a la reposición, ya sea
en el curso de la gestión o una vez aprobada la operación, se debe
sustanciar con arreglo al procedimiento sumarísimo del artículo 235
(art. 48 Rglto.).

Párrafo V
DERECHO A EXPLORAR Y EXPLOTAR

211. Generalidades. Bajo el epígrafe “De los derechos y obligaciones


de los concesionarios mineros”, el Título VIII del Código recoge sólo
algunos de los derechos y obligaciones que competen a los concesiona-
rios mineros. En efecto, a lo largo de sus demás disposiciones y de las
de la Ley Orgánica, se contemplan también otros derechos, como son el
de dividir las concesiones, prorrogar la duración de la de exploración,
imponer servidumbres, ser indemnizado en caso de expropiación,
celebrar contratos, etc.; y otras obligaciones, como las de soportar ser-
vidumbres, la de amparar la concesión, indemnizar los daños que se
causen al propietario del terreno superficial o a otros concesionarios,
mantener en pie los hitos de deslindes de la pertenencia, etc.
A varios de estos derechos y obligaciones ya nos hemos referido
o lo haremos más adelante, limitándonos, en esta oportunidad, a
tratar sólo aquellos derechos y obligaciones de que trata el Título VIII
del Código y que se encuentran más directamente vinculados a la
exploración y explotación mineras.

212. Derechos a explorar y explotar. Desde cuándo se goza de ellos.


Recordemos que desde el momento de la inscripción del pedimento, su
titular podrá efectuar todos los trabajos necesarios para constituir la
concesión de exploración, pero dicha inscripción no lo habilita para

167
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

efectuar los trabajos de exploración, sin perjuicio de la posibilidad


de ejercitar la facultad de catar y de cavar. Sólo desde que queda
constituida la concesión de exploración, puede el concesionario
efectuar los trabajos que estime necesarios para dicha exploración
(arts. 54 y 107).
Sabemos que desde que queda inscrita la manifestación, su titular
puede efectuar todos los trabajos necesarios para reconocer la mina
–lo que supone que se ha hecho un descubrimiento– y para consti-
tuir la pertenencia, pero la inscripción indicada no lo autoriza para
efectuar trabajos de explotación. Sólo desde que quede constituida
la pertenencia puede su dueño proceder a la exploración y explotación
de la mina (arts. 54 y 107).
Sabemos, también, que tanto la concesión de exploración como
la pertenencia se constituyen mediante una resolución judicial: la
sentencia constitutiva.

213. Derechos exclusivos emanados de la concesión de exploración.


El derecho a explorar otorga dos exclusividades que lo caracterizan,
a saber:
1º. Durante la vigencia de la concesión de exploración, sólo su
titular tiene derecho, dentro de los límites de ella, a hacer libremente
calicatas y otras labores de exploración (art. 113).
El ejercicio de este derecho queda sujeto a las siguientes obliga-
ciones y limitaciones:
a) Indemnizar los perjuicios que se causen con motivo de las
exploraciones (art. 14 LOC y arts. 14 y 16 Nº 3);
b) Contar con los permisos escritos del dueño del suelo, po-
seedor o tenedor, gobernador o alcalde, según corresponda, en
caso de que los terrenos objeto de la exploración estén cerrados
o cultivados, o del dueño si se trata de casas y sus dependencias
o de terrenos plantados de vides o de árboles frutales (arts. 15,
inc. 2º, y sgts.);
c) Obtener, adicionalmente, los permisos de las autoridades correspon-
dientes, tratándose de los lugares a que se refiere el artículo 17, y
d) Respetar las normas sobre policía y seguridad mineras.76

76
El D.S. 72, de 21 de octubre de 1985 del M. de Minería, contiene el Regla-
mento sobre Policía y Seguridad Mineras, y el D.S. 86, del mismo Ministerio, las
relativas a la Construcción y Operación de Tranques de Relaves.

168
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

2º. Durante la vigencia de la concesión de exploración, sólo su


titular puede manifestar pertenencia dentro de los límites de aquélla
(art. 114).
Recordemos que para que se entienda que la fecha de la mani-
festación es la fecha del pedimento, es menester que en aquel escrito
se exprese la circunstancia de hacerse en uso del derecho que otorga
la concesión de exploración (art. 41, inc. 2º).
La norma que comentamos debemos entenderla en el sentido de
que la exclusividad que favorece al concesionario de exploración, es
sin perjuicio del mejor derecho que puede llegar a tener el titular de
un pedimento anterior al que originó la concesión de exploración
sobre el mismo terreno que ocupa dicha concesión, o el que tenga
el titular de una concesión de exploración constituida sobre ese
mismo terreno, originada en pedimento anterior, o el que tenga
un manifestante de fecha anterior o que se tenga por anterior al
pedimento que originó la concesión de exploración sobre el mismo
terreno cubierto por esa concesión.

214. Otros derechos emanados de la concesión de exploración. Con


el objeto de facilitar la exploración, la ley le ha conferido al conce-
sionario algunos derechos relacionados con ella, a saber:
a) Derecho a imponer servidumbres sobre los predios superficiales
y sobre otras concesiones mineras (art. 109);
b) Derecho de aprovechamiento de las aguas halladas en las labores
de la concesión, en la medida de que tales aguas sean necesarias
para los trabajos de exploración. El titular de la concesión goza de
este derecho por el solo ministerio de la ley, es inseparable de la
concesión y se extingue con ésta (art. 110).
El uso de las demás aguas necesarias para explorar se sujeta a las
disposiciones del Código de Aguas y demás leyes aplicables (art. 8º,
inc. final LOC y art. 111);
c) Derecho a hacerse dueño de las sustancias concesibles que ne-
cesite arrancar con motivo de las labores de exploración (art. 113,
inc. 1º);
d) Derecho a ser indemnizado en caso de expropiación de la
concesión, por el daño patrimonial efectivamente causado (art. 10
Nº 3 LOC). (Véanse Nos 98 y 99.)

215. Alcance de los derechos del concesionario de exploración.


Los derechos establecidos en beneficio del concesionario de ex-

169
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

ploración a que hemos hecho mención en este párrafo, se entien-


de, tratándose de los mismos terrenos, que no prevalecen sobre
aquellos que competen al titular de una concesión de exploración,
constituida o en trámite, cuyo pedimento haya sido anterior, o al
de una pertenencia en trámite cuya manifestación haya sido o se
tenga por anterior al pedimento que dio origen a la concesión de
exploración.

216. Sanciones que afectan a la concesión de exploración en la que


se efectúan labores de explotación. Caducidad. Hemos visto que
la concesión de exploración sólo da derecho a efectuar labores de
esta índole, por lo que se prohíbe estrictamente al concesionario,
por sí o por interpósita persona, hacer explotación minera dentro de
sus límites (art. 115).
La ejecución de dichas labores de explotación está sancionada
con la caducidad de la concesión, esto es, con la extinción de la con-
cesión, y al efecto, en este caso, el juez debe declarar franco el terreno
y ordenar la cancelación de las correspondientes inscripciones en
el Conservador de Minas.
Por otra parte, el titular de concesión de exploración que, en
conocimiento del hecho, tolere que cualquier persona establezca
explotación minera dentro de los límites de aquélla, será sancionado
con una multa de cincuenta a doscientas unidades tributarias men-
suales, la que se elevará al doble en caso de reincidencia. El juez
debe, en todo caso, decretar la terminación inmediata de las labores
de explotación (art. 115, inc. 2º).
Se entiende que se establece explotación minera cuando se arrancan
sustancias minerales con el ánimo de lucrar con ellas. Se concede acción
pública para denunciar las contravenciones mencionadas (art. 115,
incs. 3º y final).

217. Derecho exclusivo a explorar y explotar emanado de la per-


tenencia. El dueño de la pertenencia goza del derecho exclusivo a
explorar y explotar libremente las sustancias concesibles que existan
dentro de sus límites (art. 11 Nº 1 LOC y art. 116, inc. 1º).77

77
La Excma. Corte Suprema, en sentencia de fecha 17 de julio de 1991, ha
declarado ilegal la resolución del Servicio de Salud de Talcahuano, que otorgó
permiso para construir un cementerio en los terrenos en que se encontraba cons-
tituida una concesión minera.

170
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

Al efecto, el titular está autorizado para ejecutar toda clase de


labores mineras de exploración y de explotación, cualesquiera sean
los métodos que emplee, y se hace dueño de todas las sustancias
minerales que extraiga dentro de los límites de la pertenencia y que
sean concesibles a la fecha de su constitución o lleguen a serlo pos-
teriormente (art. 11 Nº 2 LOC y art. 116, inc. 2º).
Llamamos la atención hacia el hecho de que las sustancias mine-
rales se incorporan al patrimonio del concesionario una vez extraídas,
y que ellas se entienden extraídas desde su separación del depósito
natural del que formaban parte; o desde su aprehensión, tratándose
de desmontes, escorias y relaves (art. 116, inc. 3º).
El ejercicio de estos derechos queda sujeto a las limitaciones siguientes
que, como se advierte, son de inferior entidad a las que afectan al
derecho a explorar que otorga la concesión de exploración:
a) Indemnizar los perjuicios que se causen con motivo de las
exploraciones y de la explotación (art. 14 LOC y art. 14);
b) Contar con el permiso escrito del dueño de casas y sus de-
pendencias o de terrenos plantados de vides o de árboles frutales
(art. 15, inc. final);
c) Obtener adicionalmente los permisos de las autoridades correspon-
dientes, tratándose de los lugares a que se refiere el artículo 17, y
d) Respetar las normas sobre policía y seguridad mineras.78

218. Otros derechos emanados de la pertenencia. Con el objeto


de facilitar las labores de exploración y explotación de la perte-
nencia, su dueño goza de algunos derechos relacionados con ella,
a saber:
a) Derecho a imponer servidumbres sobre los predios superficiales
y sobre otras concesiones mineras;
b) Derecho de aprovechamiento de las aguas halladas en las labores
de la pertenencia, en la medida de que tales aguas sean necesarias
para los trabajos de exploración, de explotación y de beneficio que
pueda realizar. El titular de la pertenencia goza de este derecho
por el solo ministerio de la ley, es inseparable de la concesión y se
extingue con ésta (art. 8º, inc. final LOC y art. 110).

78
Ver nota 76.

171
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

El uso de las demás aguas necesarias para explorar, explotar


o beneficiar sustancias minerales se sujeta a las disposiciones del
Código de Aguas y demás leyes aplicables (art. 111), y
c) A ser indemnizado, en caso de expropiación de la pertenencia,
por el daño patrimonial efectivamente causado (art. 11 Nº 3 LOC).
(Véanse Nos 98 y 99.)

Párrafo VI
INTERNACIONES

219. Definición. La internación consiste en la penetración con labores


mineras en concesión ajena.
Como se advierte, estamos frente a un hecho ilícito que supone,
en primer término, la existencia de una concesión, sea de explora-
ción o de explotación, constituida.
En segundo lugar, la concesión que sufre la internación debe
ser ajena, puesto que la internación en concesión propia no es otra
cosa que el acto lícito de explorarla o explotarla. Y, por último, no
es indispensable, aun cuando es lo más común, que las labores de
internación procedan de otra concesión colindante o vecina, ya
que esta figura existirá, también, cuando las labores del internante
provengan de terreno franco.
Por otra parte, la ejecución de labores mineras de explotación
que se realicen en terreno franco, sea sin constituir pertenencia o
saliéndose con las labores de los límites de la pertenencia, constitu-
yen hechos ilícitos que no configuran internación.

220. Efecto de la internación. Para determinar las responsabilida-


des a que da origen este hecho ilícito, es menester distinguir entre
internación de buena fe e internación de mala fe.
a) La internación de buena fe origina solamente una responsabi-
lidad civil, que consiste en la obligación del internante de pagar el
valor líquido de los minerales que hubiere extraído y la indemnización
de los perjuicios causados. Si los minerales estuvieren en poder del
internante, el internado podrá exigir su restitución, pagando los costos
de extracción y, además, demandar la indemnización de perjuicios
(art. 139, inc. 1º).

172
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

b) Si la internación es de mala fe, el afectado podrá exigir el pago


del valor de los minerales retirados o su restitución, pero, esta vez,
sin deducción alguna; y la indemnización por el daño causado, sin
perjuicio de la responsabilidad penal del internante responsable del
hurto o robo (art. 139, inc. 2º).

221. Presunciones de mala fe. Para facilitar la prueba, la ley ha


establecido dos presunciones legales de mala fe, a saber:
a) La mala fe se presume cuando la internación excede de diez
metros medidos perpendicularmente desde el plano vertical que
limita la concesión internada.
Al establecer esta presunción, el legislador ha supuesto que una
penetración en concesión ajena que exceda de diez metros no es ex-
cusable, porque no es probable que ocurra por una inadvertencia, y
b) Se presume, también, la mala fe cuando el internante se
haya opuesto a la visita pedida judicialmente o dificultado la ya
decretada.
Tal oposición o dificultades hacen suponer la intención de ocul-
tar este hecho ilícito; de ahí el establecimiento de esta presunción
(art. 139, inc. final).

222. Derecho de visita y otras medidas. En resguardo de la integridad


de la concesión, el legislador estableció ciertos derechos y acciones
en favor del concesionario. Es así como otorgó al minero que sospe-
che internación o que tema inundación o derrumbe, por el mal estado de
las labores de la concesión contigua o próxima o por el desarrollo de
los trabajos que en ella se efectúan, el derecho a visitarla, asesorado
por un perito.
En caso de negativa o dificultad opuesta al ejercicio de este
derecho, el juez puede autorizar esta visita, sin más trámite que la
celebración de un comparendo que se llevará a efecto con la parte que
asista. Sólo es apelable la resolución que deniegue la visita (art. 9º
LOC y art. 140).
Por otra parte, el interesado puede solicitar del juez, como me-
didas prejudiciales o precautorias, que ordene fijar sellos, suspender
provisionalmente las labores a que se refiere el denuncio o tomar
las demás disposiciones urgentes de seguridad a que haya lugar.
Para dictar estas medidas, el juez debe oír el informe del perito que
designe (art. 141).

173

También podría gustarte