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Anderson un joven estudiante, vivía con su papá, el tenia una

personalidad activa, era trabajador, mientras que Cielo era alguien


reservada, humilde y amable, ella vivía con su abuela y hermana
menor. Ellos vivían muy lejos uno del otro, Anderson vivía en la
Ciudad y Cielo en un pueblo.
La abuela de Cielo una vez le hablo del hilo rojo a sus nietas, les dijo:
El hijo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin
importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o
contraer, pero nunca romper. Entonces ocurrió lo impensable Cielo
despertó y notó que era otra persona, ella se sorprendió pero
imaginó que estaba soñando así que decidió ir a la escuela de
Anderson, pudo lograrlo debido a la información de su celular. Por
otro lado con Anderson, había sido despertado por la hermana
menor llamándolo a desayunar, ambos decidieron tomar calma y
fingir como si nada hubiera pasado, Al día siguiente los conocidos de
cada uno preguntaron el porque de su actitud tan extraña del día de
ayer, ambos rieron nerviosamente y evitaron más preguntas. Se
dieron cuenta que cambiaban de cuerpo todos los viernes al
despertar, ellos se comunicaban mediante el diario de cada uno y así
sus ganas de conocerse en persona se hacían más grandes. Un
sábado Cielo anotó en el diario que el día jueves habría una estrella
fugaz que pasaría por televisión e incluso habría una feria.
Llegado el día ambos esperaban a ver la estrella fugaz pero sucedió
algo inédito Cielo logro verla, pero Anderson no vio nada, al día
siguiente el pretendía ir a visitarla, pero nada de esto sucedió ya que
no volvieron a cambiar de cuerpo. Anderson se estaba volviendo loco,
no entendía nada, hasta que un día en su clase su maestra les habló
de una estrella fugaz que cayó en un pueblo y mato a miles de
personas. Él estaba devastado, se dio cuenta que fue en ese mismo
pueblo, el a la vez esta anonadado al enterarse que la persona con la
estaba cambiando de cuerpo murió hace 4 años, ellos estaban en
líneas de tiempo distintas. Después de algunos años Anderson visito
el pueblo y efectivamente entre tantas tumbas encontró la de Cielo,
lloró desconsolado, aceptando cuanto la amaba, pero no pudo ser,
dos almas destinadas, que fueron separadas pero ambos sabían que
eran todo para el otro.

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