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OCTUBRE DE 1994 549

Plan de estudios

ESTADOS UNIDOS y. LOPEZ


CERTIORARI AL TRIBUNAL de APELACIONES DE LOS
ESTADOS UNIDOS PARA EL QUINTO
CIRCUITO

No. 93-1260. Argumentado el 8 de noviembre de 1994-Decidido el 26 de


abril de 1995 Después de que el demandado, entonces estudiante de 12º
grado, llevara una pistola oculta
en su instituto, se le acusó de violar la Ley de Zonas Escolares Libres de
Armas de 1990, que prohíbe "a cualquier individuo poseer a sabiendas un
arma de fuego en un lugar que [él] sepa que... es una zona escolar", 18 U.
S. C.
§ 922(q)(1)(A). El Tribunal de Distrito denegó su petición de desestimar
la acusación, concluyendo que § 922(q) es un ejercicio constitucional del
poder del Congreso para regular las actividades que afectan al
comercio. En respuesta, el Tribunal de Apelaci ón sostuvo que, a la luz
de lo que calificó de insuficientes conclusiones y antecedentes
legislativos del Congreso, la § 922(q) es inválida por exceder las
competencias del Congreso en virtud de la Cláusula de Comercio.
Sostenido: La Ley excede la autoridad de la Cláusula de Comercio del
Congreso. En primer lugar, aunque este Tribunal ha confirmado una
amplia variedad de leyes del Congreso que regulan la actividad
económica intraestatal que afecta sustancialmente al comercio
interestatal, la posesión de un arma en una zona escolar local no es en
ningún sentido una actividad económica que podría, a través de la
repetición en otros lugares, tener un efecto sustancial en el comercio
interestatal. El artículo 922(q) es un estatuto penal que, por sus
términos, no tiene nada que ver con el "comercio" ni con ningún tipo
de empresa económica, independientemente de la amplitud con que se
definan estos términos. Tampoco es una parte esencial de una
regulación más amplia de la actividad económica, en la que el esquema
regulador podría verse socavado a menos que se regulara la actividad
intraestatal. Por lo tanto, no puede sostenerse en virtud de la
jurisprudencia del Tribunal que avala la regulación de actividades que
surgen o están relacionadas con una transacción comercial que,
considerada en su conjunto, afecta sustancialmente al comercio
interestatal. En segundo lugar, § 922(q) no contiene ningún elemento
jurisdiccional que garantice, mediante una investigación caso por caso,
que la posesión de armas de fuego en cuestión tenga el nexo necesario
con el comercio interestatal. El demandado era un estudiante local en
una escuela local; no hay indicios de que se hubiera trasladado
recientemente en el comercio interestatal, y no existe ningún requisito
de que su posesión del arma de fuego tenga algún vínculo concreto con
el comercio interestatal. Apoyar el argumento del Gobierno de que la §
922(q) está justificada porque la posesión de armas de fuego en una
zona escolar local afecta sustancialmente al comercio interestatal
exigiría a este Tribunal amontonar inferencia sobre inferencia de un
modo que sería justo convertir la Cláusula de Comercio del Congreso en
una norma de derecho internacional.
550 E ST ADO S U NI DO S v.

Plan de estudios

a un poder de policía general del tipo que sólo tienen los Estados. Pp.
552-568.
2 F. 3d 1342, confirmada.

R EHNQUIST , C. J., emitió la opinión del Tribunal, a la que se adhirieron


O'Con- NOR , S CALIA , Kennedy y T HOMAS , JJ. Kennedy, J . , presentó un
opinión concurrente, a la que se unió O'C ONNOR , J., post, p. 568. T HOMAS ,
J., presentó una opinión concurrente, post, p. 584. S TEVENS , J., post, p. 602, y
S OUTER , J., post, p. 603, presentó opiniones disidentes. B REYER , J., presentó una disa
la que se adhirieron S TEVENS , S OUTER y G INSBURG , JJ,
post, p. 615.

El Procurador General Days defendió la causa por los


Estados Unidos. Le acompañaban en los alegatos el Fiscal
General Adjunto Harris, el Fiscal General Adjunto Wallace,
Mal- colm L. Stewart y John ff. De Pue.
John R. Carter defendió la causa. Lucien B. Campbell,
Henry J. Bemporad, Carter G. Phillips y Adam D. Hirsh .
*Briefs of amici curiae urging reversal were filed for 16 Members of the
United States Senate et al. by Debra A. Valentine, Brady C. William- son,
and Jeffrey J. Kassel; for the State of Ohio et al. by Lee ffisher, Attorney
General of Ohio, John P. Ware, Assistant Attorney General, Richard A.
Cordray, State Solicitor, Simon B. Karas, G. Oliver Koppell, Attorney
General of New York, and Vanessa Ruiz; por el Center to Pre- vent
Handgun Violence et al. por Erwin N. Griswold, Dennis A. Henigan, y Gail
A. Robinson; por Children NOW et al. por William ff. Abrams; para la
Clarendon Foundation por Ronald D. Maines; para la Coalition to Stop
Gun Violence et al. por Brian J. Benner; y para el National School Safety
Center et al. por James A. Rapp.
Richard Ruda y Barry ffriedman , en nombre de la National Conference
of State Legislatures et al., y Ronald A. Zumbrun y Anthony T. Caso, en
nombre de la Pacific Legal Foundation, presentaron escritos amici curiae
instando a la confirmación.
Patrick J. Basial, Don B. Kates, Robert Carter, Henry Mark Holzer,
Nicholas J. Johnson, Joseph E. Olson, Daniel Polsby, Charles E. Rice,
Wallace Rudolph, Justin Smith, Robert B. Smith, George Strickler, Richard
Warner y Robert Weisberg presentaron escritos amici curiae en nombre
de Academics for the Second Amend- ment y otros, y Clayton Trotter lo
hizo en nombre de Texas Justice Foundation .
Citar como: 514 U. S. 549 55 1

Opinión del Tribunal

E L P R E S I D E N T E D E L T R I B U N A L Sup rem o , Sr. R E H N Q U I S T ,


emitió la opinión del Tribunal.
En la Ley de Zonas Escolares Libres de Armas de 1990, el
Congreso tipificó como delito federal "la posesión a sabiendas
de un arma de fuego en un lugar que el individuo sabe, o tiene
motivos razonables para creer, que es una zona escolar". 18 U.
S. C.
§ 922(q)(1)(A) (ed. 1988, Supp. V). La Ley no regula una
actividad comercial ni contiene el requisito de que la posesión
esté relacionada en modo alguno con el comercio interestatal.
Sostenemos que la Ley excede la autoridad del Congreso
"[p]ara regular el comercio... entre los distintos Estados..." "
U. Constitución de EE.UU., Art. I, § 8, cl. 3.
El 10 de marzo de 1992, el demandado, que entonces
cursaba el duodécimo curso, llegó al Edison High School de San
Antonio, Texas, portando un revólver del calibre 38 oculto y
cinco balas. En respuesta a una denuncia anónima, las
autoridades escolares se pusieron en contacto con el acusado,
quien admitió que portaba el arma. Fue detenido y acusado, en
virtud de la legislación de Texas, de posesión de armas de
fuego en el recinto escolar. Véase Tex. Penal Code Ann. §
46.03(a)(1) (Supp. 1994). Al día siguiente, los cargos estatales
fueron desestimados después de que los agentes federales
acusaran al demandado de violar la Ley de zonas escolares
libres de armas de 1990. 18 U. S. C. § 922(q)(1)(A) (ed. 1988,
Sup. V).1
Un gran jurado federal acusó al demandado de un cargo de
posesión a sabiendas de un arma de fuego en una zona escolar,
en violación del artículo 922(q). El demandado solicitó la
desestimación de su acusación federal basándose en que el
artículo 922(q) "es inconstitucional, ya que excede de las
facultades del Congreso para legislar el control de nuestras
escuelas públicas". El Tribunal de Distrito denegó la petición,
alegando que § 922(q) "es un ejercicio constitucional de la
potestad bien definida del Congreso de regular las actividades
que afectan a las escuelas públicas".
1 El término "zona escolar" se define como "dentro o en los terrenos de una

escuela pública, parroquial o privada" o "a una distancia de 1.000 pies de los
terrenos de una escuela pública, parroquial o privada". § 921(a)(25).
552 ESTADOS UNIDOS v.

Opinión del Tribunal

comercio, y la 'actividad' de las escuelas primarias, secundarias


y preparatorias... afecta al comercio interestatal". App. to Pet.
for Cert. 55a. El demandado renunció a su derecho a un juicio
con jurado. El Tribunal de Distrito celebró un juicio sin jura do,
lo declaró culpable de violar § 922(q) y lo condenó a seis meses
de prisión y a dos años de libertad supervisada.
E n a p e l a c i ó n , e l d em a n d a d o im p u g n ó su c o n d e n a
a le g an do q ue e l ar tíc u lo 9 2 2 ( q ) ex ce dí a la po tes ta d
l e gi sl at iv a de l Co n g re so en v ir tu d de l a C l áu s ul a de
Comercio. El Tribunal de Apelación del Quinto Circuito
estuvo de acuerdo y revocó la condena del demandado.
Sostuvo que, a la luz de lo que caracterizó como
insuficientes conclusiones del Congreso y antecedentes
legislativos, "la sección 922(q) , en todo el alcance de sus
términos, es inválida por exceder el poder del Congreso en
virtud de la Cláusula de Comercio". 2 F. 3d 1342, 1367-1368
(1993). Debido a la importancia de la cuestión, concedimos
el certiorari, 511 U. S. 1029 (1994), y ahora lo confirmamos.
Empezamos por los primeros principios. La Constitución
crea un Gobierno Federal de poderes enumerados. Véase
Art. I, § 8. Como escribió James Madison: "Los poderes
delegados por la Constitución al gobierno federal son
po cos y definido s. Los que deben perm anecer en lo s
gobiernos estatales son numerosos e indefinidos". El
Federalista nº 45,
pp. 292-293 (C. Rossiter ed. 1961). Esta división de autoridad
por mandato constitucional "fue adoptada por los
F o r j a d o re s p a r a a s e gu r a r l a p r o t e c c ió n d e n u e s t r a s
libertades fundamentales." Gregory
v. Ashcroft, 501 U. S. 452, 458 (1991) (se omiten las comillas
internas). "Del mismo modo que la separación e
independencia de los poderes coordinados del Gobierno
Federal sirven para evitar la acumulación de un poder excesivo
en cualquiera de los poderes, un sano equilibrio de poder entre
los Estados y el Gobierno Federal reducirá el riesgo de tiranía y
abuso desde cualquiera de los dos frentes". Ibid.
La Constitución delega en el Congreso la facultad de
"[r]egular el comercio con las naciones extranjeras, entre los
diversos Estados y con las tribus indias". Art. I, § 8,
Citar como: 514 U. S. 549 553

Opinión del Tribunal

cl. 3. El Tribunal, a través del Presidente Marshall, definió


por primera vez la naturaleza del poder comercial del
Congreso en Gibbons
v. Ogden, 9 Wheat. 1, 189-190 (1824):
"El comercio, sin duda, es tráfico, pero es algo más: es
relación. Describe las relaciones comerciales entre
naciones, y partes de naciones, en todas sus ramas, y se
regula prescribiendo normas para llevar a cabo esas
relaciones."
El poder de comercio "es el poder de reglamentar; es decir, de
prescribir las reglas por las que debe regirse el comercio. Este
poder, como todos los demás conferidos al Congreso, es
completo en sí mismo, puede ejercerse en toda su extensión y
no reconoce más limitaciones que las prescritas en la
Constitución". Id. en 196. El Tribunal Gibbons , sin embargo,
reconoció que las limitaciones al poder de comercio son
inherentes al propio lenguaje de la Cláusula de Comercio.
"No se pretende decir que estas palabras
com prenden el com ercio , que es com pletamente
interno, que se lleva a cabo entre hombre y hombre en un
Estado, o entre diferentes partes del mismo Estado, y que
no se extiende o afecta a otros Estados. Tal poder sería
inconveniente, y es ciertamente innecesario.
"Por muy amplia que sea la palabra 'entre', puede
muy bien restringirse a aquel comercio que concierne a
más Estados que a uno La enumeración presupone
algo no enumerado; y ese algo, si atendemos al lenguaje, o
al objeto de la frase, debe ser el comercio exclusivamente
interno de un Estado". Idem, en 194-195.
Durante casi un siglo a partir de entonces, las decisiones del
Tribunal sobre la Cláusula de Comercio se ocuparon raramente
del alcance del poder del Congreso, y casi exclusivamente de la
Cláusula de Comercio como límite a la legislación estatal que
discriminaba contra el comercio intraestatal. Véase, por
ejemplo, Veazie v. Moor, 14 How. 568, 573-575 (1853)
(confirmó un monopolio estatal de barcos de vapor).
554 ESTADOS UNIDOS v.

Opinión del Tribunal

de la prohibición estatal de la fabricación de licor intoxicante


porque el poder de comercio "no abarca el comercio interno
puramente de un Estado que se lleva a cabo entre hombre y
hombre dentro de un Estado o entre diferentes partes del
mismo Estado"); v éase también L. Tribe, American
Constitutional Law 306 (2a ed. 1988). En virtud de esta línea
de precedentes, el Tribunal sostuvo que ciertas categorías
de actividades como la "producción", la "fabricación" y la
"minería" eran competencia de los gobiernos estatales y,
por tanto, estaban fuera del poder del Congreso en virtud
de la Cláusula de Competencia. Véase Wickard v. ffilburn,
317 U. S. 111,
121 (1942) (describe el desarrollo de la jurisprudencia de la
Cláusula de Comercio).
En 188 7, el Co ngreso prom ulgó la Ley de Comercio
Interestatal (Interstate Commerce Act), 24 Stat. 379, y en 1890,
el Congreso promulgó la Ley Antimonopolio Sherman (Sherman
An titrust Act), 26 Stat. 209, en su versión modificada, 15 U.S.C.
§ 1 et seq. Estas leyes marcaron el comienzo de una nueva era
de regulación federal bajo el poder del comercio. Cuando los
casos relacionados con estas leyes llegaron por primera vez a
este Tribunal, importamos de nuestros casos negativos de la
Cláusula de Comercio el enfoque de que el Congreso no podía
regular actividades como la "producción", la "fabricación" y la
"minería". Véase, por ejemplo, United States v. E. C. Knight Co.,
156 U.S. 1, 12 (1895) ("El comercio sucede a la fabricación y no
forma parte de ella"); Carter v. Carter Coal Co., 298 U.S. 238,
30 4 (1 936 ) ("L a minería da existencia al objeto de la
competencia. El comercio dispone de ella"). Simultáneamente,
sin embargo, el Tribunal sostuvo que, cuando los aspectos
interestatales e intraestatales del comercio estaban tan
mezclados que la plena regulación del comercio interestatal
requería la regulación incidental del comercio intraestatal, la
Cláusula de Comercio autorizaba dicha regulación. Véase, por
ejemplo, Shreveport Rate Cases, 234 U.S. 342 (1914).
En A. L. A. Schechter Poultry Corp. contra Estados Unidos, 295
U. S. 495, 550 (1935), el Tribunal anuló los reglamentos que
Citar como: 514 U. S. 549 555

Opinión del Tribunal

fijaba las horas y los salarios de las personas empleadas por


una empresa intraestatal porque la actividad regulada sólo
estaba relacionada con el comercio interestatal de forma
indirecta. Al hacerlo, el Tribunal caracterizó la distinción
entre los efectos directos e indirectos de las transacciones
intraestatales sobre el comercio interestatal como
"fundamental, esencial para el mantenimiento de nuestro
sistema constitucional". Idem, en 548. Las actividades que
afectaban directamente al comercio interestatal estaban
d e n t r o d e l po d e r de l C o n g r es o ; l a s a c t iv id a d e s q u e
afectaban indirectamente al comercio interestatal estaban
fuera del alcance del Congreso. Idem , en 546. La
justificación de esta distinción formal se basaba en el temor
de que, de lo contrario, "no habría prácticamente ningún
límite al poder federal y, a efectos prácticos, tendríamos un
gobierno completamente centralizado". Id., en 548.
Dos años más tarde, en el caso decisivo NLRB v. Jones &
Laughlin Steel Corp., 301 U.S. 1 (1937), el Tribunal confirmó
la Ley Nacional de Relaciones Laborales frente a una
impugnación de la Cláusula de Comercio y, en el proceso,
se apartó de la distinció n entre efectos "directos" e
"indirectos" sobre el comercio interestatal. Idem, en 36-
38 ("La cuestión [del alcance del poder del Congreso] es
necesariamente una cuestión de grado"). El Tribunal
sostuvo que las actividades intraestatales que "tienen una
relación tan estrecha y sustancial con el comercio
interestatal que su control es esencial o apropiado para
proteger ese comercio de cargas y obstrucciones" están
dentro de la potestad de regulación del Congreso. Idem,
en 37.
En United States v. Darby, 312 U. S. 100 (1941), el Tribunal
defendió la Ley de Normas Laborales Justas, declarando:
"El poder del Congreso sobre el comercio interestatal
no se limita a la regulación del comercio entre los
estados. Se extiende a aquellas actividades
intraestatales que afectan de tal manera al comercio
interestatal o al ejercicio del poder del Congreso sobre
el mismo que hacen de su regulación un medio apropiado
para la consecución de un fin legítimo, el ejercicio del
poder otorgado al Congreso para regular el comercio
interestatal". Idem, en 118.
556 ESTADOS UNIDOS v.

Opinión del Tribunal

Véase también United States v. Wrightwood Dairy Co., 315


U. S. 110, 119 (1942) (la facultad de comercio "se extiende a
aquellas actividades intraestatales que de manera sustancial
interfieren u obstruyen el ejercicio de la facultad
concedida").
En Wickard v. ffilburn, el Tribunal confirmó la aplicación de
las enmiendas a la Ley de Ajuste Agrícola de 1938 a la
producción y el consumo de trigo de cosecha propia.
317 U.S., en 128-129. El Tribunal del caso Wickard rechazó
explícitamente las distinciones anteriores entre efectos
directos e indirectos so bre el com ercio interestatal,
declarando:
Aunque la actividad del apelado sea local y aunque no
se considere comercio, puede, sea cual sea su
naturaleza, estar sujeta al Congreso si ejerce un efecto
económico sustancial sobre el comercio interestatal, y
ello con independencia de si dicho efecto es lo que en
un momento anterior podría haberse definido como
"directo" o "indirecto"". "Idem, en 125.
El Tribunal del caso Wickard subrayó que, aunque la propia
contribución de Filburn a la demanda de trigo pudiera haber
sido trivial por sí misma, ello no era "suficiente para sustraerle
del ámbito de aplicación de la regulación federal cuando, como
aquí, su contribución, considerada conjuntamente con la de
muchos otros en situación similar, dista mucho de ser trivial".
Idem, en 127-128.
Jones & Laughlin Steel, Darby y Wickard marcaron el
comienzo de una era de jurisprudencia sobre la Cláusula de
Comercio que amplió en gran medida la autoridad
previamente definida del Congreso en virtud de dicha
Cláusula. En parte, esto fue un reconocimiento de los
grandes cambios que se habían producido en la forma de
hacer negocios en este país. Las empresas que antes eran de
carácter local o, como mucho, regional, habían pasado a ser
de ámbito nacional. Pero el cambio doctrinal también
reflejaba la opinión de que los casos anteriores de la
Cláusula de Comercio habían limitado artificialmente la
autoridad del Congreso para regular el comercio
interestatal.
Pero incluso estos precedentes modernos que han ampliado
el poder del Congreso en virtud de la Cláusula de Comercio
Citar como: 514 U. S. 549 557

Opinión del Tribunal

confirman que este poder está sujeto a límites externos. En


Jones & Laughlin Steel, el Tribunal advirtió que el alcance de la
potestad de comercio interestatal "debe considerarse a la luz
de nuestro sistema dual de gobierno y no puede ampliarse
para abarcar efectos sobre el comercio interestatal tan
indirectos y remotos que abarcarlos, en vista de nuestra
compleja sociedad, borraría efectivamente la distinción entre
lo que es nacional y lo que es local y crearía un gobierno
totalmente centralizado". 301 U.S., en 37; véase también
Darby, supra, en 119-120 (el Congreso puede regular la
actividad intraestatal que tenga un "efecto sustancial" sobre el
comercio interestatal); Wickard, supra, en 125 (el Congreso
puede regular la actividad que "ejerza un efecto económico
sustancial sobre el comercio interestatal"). Desde entonces, el
Tribunal ha prestado atención a esa advertencia y se ha
comprometido a decidir si existe una base racional para
concluir que una actividad regulada afecta suficientemente al
comercio interestatal. Véase, por ejemplo, Hodel v. Virginia
Surface Mining & Reclamation Assn., Inc., 452 U. S. 264, 276-
280 (1981); Perez v. United States, 402 U. S. 146, 155-156
(1971); Katzenbach v. McClung, 379 U. S. 294, 299-301 (1964);
Heart of Atlanta Motel, Inc. contra Estados Unidos, 379 U. S.
241, 252-253 (1964).2
Del mismo modo, en Maryland v. Wirtz, 392 U.S. 183 (1968),
el Tribunal reafirmó que "la facultad de regular el comercio,
aunque amplia, tiene límites" que "el Tribunal tiene amplias
facultades" para hacer cumplir. Idem, en 196, anulado por
otros motivos, National League of Cities v. Usery, 426 U.S. 833
(1976), anulado por Garcia v. San Antonio Metropolitan Transit
2
Véase también Hodel, 452 U. S., en 311 ("[E]l hecho de que el
Congreso pueda afirmar que una actividad concreta afecta
sustancialmente al comercio interestatal no significa necesariamente que
lo haga") (R EHNQUIST , J., concurrente en la sentencia); Heart of Atlanta
Motel, 379 U. S., en 273 ("[S]i determinadas operacio nes afectan al
comercio interestatal lo suficiente como para entrar dentro de la
potestad constitucional del Congreso de regularlas es, en última instancia,
una cuestión judicial más que legislativa, y sólo puede ser resuelta
definitivamente por este Tribunal") (Black, J., concurrente en la
sentencia).
558 ESTADOS UNIDOS v.

Opinión del Tribunal

Aut hor it y, 4 6 9 U. S. 5 2 8 (1 98 5 ). En respuesta a las


advertencias de los disidentes de que el Tribunal era
impotente para hacer cumplir las limitaciones a los poderes
comerciales del Congreso porque "[t]odas las actividades
que afectan al comercio, incluso en su más mínimo grado,
[Wickard], pueden ser reguladas y controladas por el
Congreso", 392 U.S., en 204 (Douglas, J., disidente), el
Tribunal de Wirtz replicó que el disidente había
malinterpretado el precedente ya que "[n]i aquí ni en
Wickard el Tribunal ha declarado que el Congreso pueda
utilizar un impacto relativamente trivial sobre el comercio
como excusa para una amplia regulación general de las
actividades estatales o privadas", id., en 197,
n. 27. Por el contrario, "[e]l Tribunal sólo ha dicho que cuando
una ley reguladora general tiene una relación sustancial con la
competencia, el carácter de minimis de los casos individuales
que surgen en virtud de esa ley no tiene ninguna
consecuencia". Ibid. (primer énfasis añadido).
En consonancia con esta estructura, hemos identificado
tres amplias categorías de actividades que el Congreso
puede regular en virtud de su poder de comercio. Pérez,
supra, en 150; véase también Hodel, supra, en 276-277. En
primer lugar, el Congreso puede regular el uso de los
canales del comercio interestatal. Ver, por ejemplo, Darby,
312 U.S., en 114; Heart of Atlanta Motel, supra, en 256
("[L]a autoridad del Congreso para mantener los canales de
comercio interestatal libres de usos inmorales y
perjudiciales ha sido frecuentemente sostenida, y ya no es
cuestionable' " (citando Caminetti v. United States, 242 U.S.
470, 491 (1917)). En segundo lugar, el Congreso está
facultado para regular y proteger los instrumentos del
comercio interestatal, o a personas o cosas en el comercio
interestatal, aunque la amenaza provenga únicamente de
actividades intraestatales. Véase, por ejemplo, Shreveport
Rate Cases, 234 U.S. 342 (1914); Southern R. Co.
v. United States, 222 U. S. 20 (1911) (confirmando las
e nm i en d as a la Sa fety A p p li an ce A ct a p li ca d as a lo s
vehículos utilizados en el comercio intraestatal); Pérez,
supra, en 150 ("[P]or ejemplo, la destrucción de una
aeronave (18 U. S. C. § 32), o . . . los robos de envíos
interestatales (18 U. S. C. § 659)"). Por último, la autoridad
del Congreso en materia de comercio incluye la facultad de
regular las ac-

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