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Argumento

Irreverente. Irresponsable. Insaciable. ¿Quién dice que los inmortales no


pueden tener toda la diversión?

El año es 3048, la Tierra ya no es habitable, y el hombre ha huido a las


estrellas, donde han descubierto el secreto de la inmortalidad… Meridian. Por
desgracia, el mineral radiactivo es exorbitantemente caro y sólo está disponible
para unos pocos elegidos. Una nueva clase compuesta por los súper ricos e
inmortales pronto evoluciona. El Colectivo, como ellos son llamados, gobiernan
el universo.

Con dos mil años de edad, Ricardo Sánchez, vampiro y renegado piloto de
un crucero espacial, El Cazador, no puede resistirse a dos cosas: mujeres
hermosas y trabajos calificados de imposibles. Cuando la bella Skylar Rossaria
lo contacta para recuperar a un prisionero del Colectivo en una prisión de
máxima seguridad en Trakis Uno, Rico salta a la oportunidad. ¡Ser perseguido
por el Colectivo nunca había sido tan peligroso o tan divertido!

Coordinación: Joseline y Rosalinda, Traducción: Joseline

Corrección: Meli, Merce, Candy, Diseño: Deliza

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Capítulo 1

Rico se lanzó a ocultarse detrás de un enorme tronco de árbol y apoyó la espalda


contra la áspera corteza, mientras las flechas pasaban zumbando.

Una flecha se clavó en la madera detrás de él, y cada músculo en su cuerpo se


tensó. Cautelosamente la desprendió. En la penumbra, la observó de cerca y maldijo
en voz alta. Flechas de madera. Era como si lo estuvieran esperando.

Malditos campesinos paganos. Bien podría estar de vuelta en la Edad Media.

A lo lejos, una jauría de sabuesos aullaban por sangre. Su sangre. Y no la iban a


obtener.

Se incorporó, miró por encima del tronco, alrededor de la espesa vegetación y vio
el brillo carmesí de un centenar de antorchas, no demasiado lejos de él. Respiró
profundo y pudo percibir algo del olor aceitoso de la brea ardiente.

Un rugido de triunfo llenó el aire. Los sabuesos encontraron su olor.

Rico maldijo y salió disparado, corriendo a través de la espesura del bosque


rápidamente. Pudo escapar de sus perseguidores y de los perros. Era una maldita
manera de acabar una tarde.

Cuando el sonido de las voces apenas se escuchaba ya tras él, aminoró la marcha
y finalmente se detuvo. Era hora de marcharse. Apoyado en un árbol, encendió su
unidad de comunicación.

¿Qué pasa? Tannis sonaba irritada y Rico frunció el ceño.

Necesito que me recojas.

Tendrá que ser más tarde, estoy ocupada.

Él inclinó la cabeza hacia un lado, escuchando el sonido de la multitud,


calculando su distancia. Sus perseguidores no tardarían en llegar. Sería mejor que
Tannis se desocupara… y pronto.

Tannis, deja de hacer lo que sea que estés haciendo, trae mi maldita nave
espacial y ¡recógeme!

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Se quedó en silencio durante un momento. Me lo pensaré.

La comunicación se cortó. Él miro fiero el receptor de comunicación de su


muñeca. Ella lo había cortado. Apretando sus dientes, se imaginó el placer de lanzar el
cuerpo mutante fuera de su nave. Sería lo primero que haría cuando regresara.
Presionó con su dedo hasta que escuchó la línea abierta.

¿Qué? Le espetó ella.

Tannis, ¿Eres consciente de que he manipulado El Cazador para estallar si no


ingreso un código cada veinticuatro horas?… Ven por mí o la nave desaparecerá.

Buen intento, pero no te creo. No creo que llegues tan lejos.

Él respiró hondo. ¿Te acuerdas lo que paso el año pasado?

¿Cuándo?

La vez que salvé tu mísera vida poniéndome en peligro.

Sí. ¿Y qué?

Pues que, sangriento infierno, ¡sé recíproca!

Una flecha pasó atravesándole la pierna y él saltó, se quedó mirando con


incredulidad la flecha que sobresalía de su pantorrilla, a una pulgada debajo de la
rodilla. Me han disparado.

¿Disparado? ¿Con qué?

Con una gran maldita flecha. Baja aquí. ¡Ahora!

Sacó la flecha de su pierna y la arrojó al suelo del bosque. O estás despedida.


Añadió y cerró la conexión.

Sus perseguidores estaban cerca, tan cerca que podía oír el crepitar de las feroces
llamas mezcladas con el ascenso y descenso de las excitadas voces. Ignorando el dolor
en su pierna, siguió su camino a través de los árboles. Unos minutos después, patinó
hasta detenerse, ya que el camino terminó bruscamente. Se acercó a la orilla y vio un
río salvaje que rugía a su paso por la gran cantidad de agua que llevaba. Agua fría. Y él
odiaba el agua fría. Buscó en el cielo cualquier señal de Tannis, pero una gruesa capa
de nubes tapaba la luna y sólo vio oscuridad. ¿Ya estás cerca?

Ten un poco de paciencia. Estaré allí en cinco minutos.

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Genial, simplemente genial. El problema es que no puedo esperar cinco
minutos.

No seas tan melodramático, aguanta.

Fijó su mirada en el agua oscura y turbulenta.

¿Esperar?

Un gruñido bajo sonó detrás suyo. Con un suspiro de resignación, se volvió para
hacer frente a sus perseguidores. Salieron de los árboles. Portaban antorchas y
formaron un semicírculo alrededor de él.

Uno de los perros se arrastró hacia él, con su abdomen a ras del suelo, gruñendo
bajo. Esto le recordó a un pequeño perro en la Tierra, probablemente tenían una
pequeña cantidad de ADN de un verdadero perro dentro de ellos. Rico le gruñó,
mostrando sus colmillos. El animal recibió el mensaje, dio media vuelta y huyó.

Un hombre alto se acercó hasta situarse en el centro del grupo. Llevaba una
túnica larga y negra como la de un sacerdote, y Rico se lamentó. No eran paganos,
después de todo. Malditos fanáticos religiosos. Debería haberlo previsto.

Cuando el hombre había huido a las estrellas aproximadamente hace mil años
atrás, las viejas costumbres religiosas habían dejado de practicarse. Para el año 2500,
habían desaparecido del universo… hasta ahora.

Pero eso cambió con el descubrimiento de Meridian.

Un elemento radiactivo poco común, con la habilidad de otorgar la inmortalidad


a los afortunados que pagaban su alto precio, Meridian anunció la evolución de una
nueva clase, el Colectivo. Súper ricos y prácticamente indestructibles, el Colectivo
rápidamente asumió el poder. Ahora, ellos gobernaban la mayor parte del universo
civilizado.

Sin embargo, aunque no todos podían adquirir Meridian, todo el mundo quería
la inmortalidad, y las creencias religiosas de antes adquirieron un nuevo impulso. La
Iglesia de la Vida Eterna que ofrecía un producto más económico (pero menos
confiable) daba alternativas con sus promesas de una vida en el paraíso.

En estos planetas desolados, la influencia del Colectivo era muy poca y la Iglesia
se aprovechó de eso llenando ese vacío. Un estremecimiento de repugnancia recorrió
su cuerpo. Rico no tenía sentimientos a favor o en contra del Colectivo, pero odiaba a la
Iglesia, tanto como alguien que había vivido la Inquisición podría hacerlo.

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Hijo de Satanás, exclamó el sacerdote, la multitud rugió detrás de él.

Rico puso los ojos en blanco. No estamos realmente relacionados.

Un segundo hombre se acercó, arrastrando a una chica y el sacerdote la agarró


del pelo, tiró su cabeza hacia atrás. En la luz vacilante, Rico vio las heridas de
pinchazos en el cuello de marfil y tuvo un flashback del dulce sabor de su sangre.

He sido ordenado por Dios, dijo el sacerdote, para castigar a los malvados y
realizar la erradicación del mal.

Consigue una vida, murmuró Rico. -Mira, honestamente no es tan grave… las
marcas se curarán en un par de días. Tú ni siquiera recordarás que he estado aquí.

Sus palabras no parecieron impresionarlos. Por supuesto, la Iglesia raramente era


fácil de impresionar, a menos que estuvieran asesinando a inocentes, y Rico era el
primero en admitir que él no sería calificado como un inocente por muchas vidas que
tuviera.

Cinco hombres se acercaron. Rico los miraba con recelo. Levantaron sus arcos con
sus flechas de madera apuntando a su corazón.

Rico miró por encima de su hombro al agua helada. Tenía que saltar. ¡Mierda!

Él se tensó, listo para lanzarse, pero surgió un ruido y una luz desde el cielo. Se
giró para mirar hacia arriba y soltó el aliento. El transbordador se cernía sobre ellos, y
un rayo láser salió de él, cortando la tierra entre él y los arqueros. Una voz resonó
desde la escotilla abierta.

¡Bajen sus armas!

Pero ya estaban retrocediendo. El transbordador voló bajo, casi tocando el suelo,


y Rico se abalanzó sobre la escotilla abierta. Maldita sea, ya era hora.

La multitud escapaba hacia los árboles, pero en el último momento, la chica se


soltó y corrió hacia ellos. Entonces, levantó la vista, implorando. Llévame contigo,
Rico.

Miró a Tannis, quien levantó una ceja.

De ninguna manera, maldita sea. Ella se lanzó y palmeó el panel de la


puerta.

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Rico brevemente le echó una última mirada a la chica. Él esperaba que ella
estuviera bien. Su gente la trató como a una víctima, a pesar de que ella apenas había
sido renuente.

¿Por qué tardaste tanto? Gruñó cuando la escotilla se cerró tras él, y el
transbordador se alejaba del planeta.

Tannis giró su silla hacia él. Se pasó una mano por el pelo corto y oscuro y alzó
una ceja por la acusación. ¿Has estado comiendo nativos, Rico?

Dios, me voy por un bocadillo y lo único que consigo es ser reprendido.


¡Tengo que comer!

Rico cojeó a través de la nave y se hundió en un asiento junto a ella, frotándose la


pierna y lanzando una lastimosa mirada a Tannis. La capitana de su barco no era una
Florence Nightingale, pero maldita sea, su pierna le dolía. Me dispararon.

Ay, pobrecito... Ella levantó su cuerpo delgado de la silla y se le acercó, sus


ojos fríos de color amarillo mirando por encima de él. Se inclinó para desgarrar el
pantalón. La hemorragia se había detenido ya y empezaba a sanar. Vas a vivir.

Él frunció el ceño. Entonces, ¿por qué has tardado tanto?

Mientras estabas jugando, yo conseguí un trabajo.

¿Legal?

Mierda, no.

Su estado de ánimo se aligeró. ¿Peligroso?

Por la cantidad de dinero, es probable que consigamos que nos maten.

Él sonrió. Suena como mi tipo de trabajo preferido.

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Capítulo 2

¿Está lista, teniente? Las palabras del coronel sonaron en la mente de Skylar.

Sí, señor. He llegado al punto de encuentro.

¿Sabe lo importante que es esta misión para nosotros?

Sí, señor.

Entonces le sugiero que bloquee el vínculo. Buena suerte.

Gracias, señor.

Skylar envió un mensaje a la unidad interna de AI para romper todo contacto y


parpadeó en el repentino silencio que se produjo. Por primera vez en muchos años,
estaba sola con ella misma. Era una sensación extraña pero no completamente
desagradable.

Había pasado la mayor parte de su vida en servicio activo de combate, pero


siempre como parte de un equipo, nunca sola. Entonces había sido ascendida a un
puesto de planificación más estratégico, extrañaba la batalla, pero no la vida en cuartel.
Ahora que se había mudado, fue elegida para formar parte de la división de
inteligencia de élite. Sólo esperaba encontrar un reto en el trabajo para evitar la
inquietud que parecía acompañarla constantemente estos días.

Este era su trabajo en solitario y lo había planeado cuidadosamente.

Había recopilado todo lo que pudo descubrir sobre El Cazador y su tripulación,


aunque la información era escasa, junto a todas las ramificaciones posibles de los
hechos, le dio un factor probable de diez años, el nivel más alto de posibilidad, y esto
había sido calculado para obtener mejor probabilidad de éxito. Sin embargo, ella
deseaba haber venido con un plan que no implicara su aspecto, que era muy ridículo.

Acomodando el escote de su estrecho vestido color plata, Skylar trató de ignorar


el hecho de que aún mirando al frente, todavía podía ver sus pechos. Nunca se había
considerado a sí misma particularmente bien dotada, nunca había pensado mucho
acerca de sus pechos en sí, pero este vestido hacía que fueran imposibles de ignorar.

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¡Cristo! Ella daría cualquier cosa por un traje y una pistola láser.

Pero no tenía sentido quitárselo. Realizando una fuerte respiración, alargó la


mano y abrió el enlace de comunicación.

Kestrel 617, llamando a El Cazador.

Este es El Cazador. Habla Tannis, su capitán.

Estoy en el punto de encuentro.

Estaremos ahí en una hora.

Cortó la comunicación.

Skylar se reclinó en su asiento, sintiendo la adrenalina subir por sus venas. El


juego comenzaba.

......
Rico, levanta ese culo de la cama. Nuestro cliente acaba de llamar.

Estamos en camino.

Rico había sido consciente de Tannis en el momento que la puerta se deslizó,


pero a lo mejor, si seguía con los ojos cerrados, ella podría entender la señal e irse.
Cuando sus botas entraron pisando fuerte en la cabina, él sabía que eso no iba a
suceder. Hundió su cara en la almohada.

¡Rico!

Algo afilado le pinchó en la parte baja de la espalda hasta que se dio la vuelta y
abrió un ojo. Tannis de pie, con las piernas separadas y en posición, mirando fijamente
su espalda.

Él frunció el ceño. Oye, deja eso, es peligroso.

En realidad, dijo levantando la espada, es un juguete.

Ella abrió los dedos, y la espada cayó al suelo. Tannis sacó la pistola láser de la
funda de su cadera y apuntó directamente hacia él. Ahora esto sí es peligroso.

Dios. Se recargó en un codo y la miró torvamente a través de los párpados


entrecerrados.

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Ellos habían atracado la noche anterior en un puerto espacial cerca del punto de
encuentro, esperando a que el cliente contactara, y Rico había tenido la oportunidad de
disfrutar de un poco de diversión. Se sentía bien, había comido y disfrutado del sexo,
pero lo único garantizado para echar a perder ese estado de ánimo era un disparo de
láser en la parte trasera. Y él sabía por experiencia, que ella lo haría.

Abrió completamente los ojos y la miró fijamente. Ella dio un paso atrás, él sabía
que aún debían estar brillante carmesí por su reciente alimentación.

Mierda, murmuró.

Se inclinó. Ella levantó la sábana de seda negra, y descubrió a una mujer desnuda
debajo. Rico siguió su mirada. Los ojos de la mujer estaban cerrados, su piel pálida
como la perfecta cera de un cirio.

¿Está muerta? Preguntó Tannis.

Él frunció el ceño.  Por supuesto que no está muerta. ¿Qué te crees que soy,
una especie de monstruo?

A pesar de que él había tomado mucha sangre, la mujer estaba extrañamente


tranquila. Él la movió con su pie. Ella dio la vuelta a su lado y se acurrucó en la
almohada, Rico suspiró de alivio. Él estaba dispuesto a matar si tenía que hacerlo, pero
no tenía nada en contra de esta mujer, ella sólo estaba haciendo su trabajo. Más que
matar por accidente, a veces, era simplemente por descuido.

Tannis se agachó, pasando un dedo delgado a través de la garganta de la mujer.


Las heridas ya estaban cerrando.

Atractiva, murmuró. Pero, ¿qué te he dicho acerca de traer prostitutas a


bordo de mi nave?

Rico se levantó y bajó las piernas de la cama.

¿Tu nave?

Ella levantó una ceja. Me pediste ser tu capitán. Así que haces lo que yo digo.

Sí, como que va a suceder.

Su dedo toco el gatillo de la pistola láser, y él levantó la mano. Vale, vale. Voy
a deshacerme de ella.

Se estiro para activar la unidad de comunicación junto a la cama. Al, ven aquí.

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Rodando a sus pies, él se extendió, rascando el cuero cabelludo donde la piel
picaba. Todavía podía sentir el zumbido de la sangre residual en su sistema, y cerró los
ojos para disfrutar la sensación.

Cuando los abrió, vio a Tannis, apoyada contra la pared de su cabina, con los
brazos cruzados sobre el pecho.

Por lo menos había guardado el arma. Ella miraba fijamente su cuerpo desnudo
aunque no parecía impresionada.

Ducha, ordenó, y señaló el cubículo.

¿Qué te crees que eres… mi madre?

No quiero tu olor de burdel cuando nos encontremos con el cliente.

Rico decidió complacerla, era la opción más fácil –por otro lado ella tenía razón-
apestaba a perfume barato.

Cuando salió de la ducha, Tannis estaba apoyada contra la pared, golpeando con
el pie el suelo de metal.

La menuda figura de Al apareció en la puerta abierta. El chico se asomó con


cautela en la cabina. Sus enormes ojos grises se ampliaron al ver la figura desnuda de
Rico, y rápidamente desvió la mirada.

Dios, el chico era tan nervioso… siempre actuaba como si esperara que Rico lo
fuera a morder. Y esto lo irritaba. Era una bolsa de huesos que no valdría la pena ni el
esfuerzo de atraparlo. Además era uno de los protegidos de Tannis, quien lo recogió
muerto de hambre en alguna región apartada del planeta.

Ven aquí,  espetó Rico.

Al se deslizó en el cuarto, pegado a la pared y poniendo la mayor distancia


posible entre ellos. Rico entrecerró los ojos. Si Al no tenía cuidado, Rico le daría algo de
qué preocuparse verdaderamente. Mostró sus colmillos, y el color se fue de la pequeña
cara. Al miró a Rico como si estuviera hipnotizado. Rico le devolvió la mirada.

Ahora que lo pensaba, el chico era muy llamativo, con la piel pálida y de pelo
rojo oscuro.

¡Rico!  Tannis lo miró.

¿Qué?

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Déjalo en paz.

Se encogió de hombros. ¿Qué hice?

Tannis no respondió. En su lugar, se dirigió a Al y su expresión se suavizó.


Hay una mujer en la cama, dijo. Asegúrate de que esté fuera de la nave en los
próximos cinco minutos.

Al notó el cuerpo desnudo sobre la cama. Rico no podía creer que los ojos del
chico se pudieran ampliar más, pero lo hicieron, hasta que casi sobresalían de su cara,
tuvo que contener la risa que amenazaba por salir ya que Tannis se molestaría aún
más. Tannis era protectora con su tripulación. Él podría tener una herida de flecha en
su pierna, y lo único que conseguiría de ella era un montón de sarcasmo, pero si uno
de sus polluelos era burlado o amenazado...

Al dio un paso dubitativamente. ¿Está muerta?

No, no está muerta, maldita sea.Rico deslizó una mano por su pelo. Jesús,
¿por qué todo el mundo piensa que ando asesinando gente porque sí?

Bueno, es tu reputación, dijo Tannis suavemente.

Sólo cuando se lo merecen. Miró a Al y no pudo evitar añadir. O cuando


estoy hambriento.

Ocultando su sonrisa, Rico dio la vuelta y recogió su ropa esparcida por el suelo
de la cabina, donde la había dejado caer. Cogió sus pantalones y se los puso, entonces
encontró su cinturón de la pistola tirado bajo la cómoda junto a la cama y lo ató
alrededor de su cintura, y hacia abajo de su muslo.

Colocó la pistola láser en su funda, al mismo tiempo que una débil vibración de
la nave se sintió debajo de sus pies descalzos.

¿Qué es eso? Le preguntó a Tannis.

Le dije a Daisy que encendiera los motores.

Él frunció el ceño. Daisy era otra recogida. La habían encontrado en su cápsula


de escape dañada, flotando sin rumbo en el espacio después de que la estación
experimental donde vivía fue destruida y de que masacraran a su familia. Ella estaba
loca por volar, y tomaba cada oportunidad para tomar el control de El Cazador. Ella lo
hacía bien, -un buen piloto-, aunque su tendencia a seguirlo como si fuera un perrito
perdido podía llegar a ser irritante. Bueno, mejor que no use mi lugar.

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Ella no se atreverá, estoy segura. Tannis ni siquiera trató de disimular el
sarcasmo en su voz. Listilla. Pero vamos retrasados con el cliente, deberíamos
habernos encontrado hace cinco minutos. No quiero perderlo. Necesitamos el dinero.

Eres un mercenario.

Se puso unas botas altas negras y una camisa también de color negro. Luego se
ató la pistolera de cuero. Recogió la espada del suelo donde Tannis la había dejado caer
y se la metió en la vaina que colgaba para la espalda.

Finalmente, recogió su pelo en una coleta. Miró hacia arriba para encontrar a
Tannis y Al observándolo y levantó una ceja al advertir su atención.

Presumido, murmuró Tannis.

Rico captó una sonrisa en el rostro del muchacho, quien rápidamente la borró
cuando vio a Rico mirarlo. El chico no era tan reprimido como pretendía ser, lo que
planteaba la cuestión… ¿Qué estaba escondiendo? Él hizo una nota mental para
investigar, pero no ahora. Se volvió hacia Tannis. Sólo desearía que pudieras mirar
mi parte buena.

Sí, claro… y usa unas gafas oscuras. No queremos asustar al cliente. Su voz
sonaba nerviosa.

Sí, capitán.

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Capítulo 3

Skylar miró por el visor cuando su transbordador se acercó a la nave. Era una
Star Cruiser Mark Era impresionante y muy hermosa, con líneas elegantes, la parte
trasera ancha, disminuyendo hasta un punto fuerte en la parte delantera, la forma
elegante se reflejó en las unidades de propulsión doble, instaladas una en cada lado.
Completamente negra, a excepción de su nombre escrito en color plata a lo largo del
casco: El Cazador de la Sangre.

Ella nunca había oído que a la nave se la nombrase como algo más que El
Cazador. Skylar no reconoció el lenguaje, y accedió rápidamente a su sistema de
inteligencia artificial. Ella parpadeó cuando la información se le apareció en su
monitor.

El Cazador de la Sangre: Idioma: español, Origen: la Tierra, no había sido utilizado


en casi mil años. Buscador de Sangre. Blood Hunter.

Un escalofrío de inquietud la recorrió. Había escuchado extraños y oscuros


rumores sobre el propietario y piloto de El Cazador, mientras investigaba, pero nada
que pudiera ser fundamental. Sólo había despertado su curiosidad lo suficiente para
seleccionar la nave y la tripulación adecuada. Ahora no podía dejar de preguntarse si
ceder a esa curiosidad habría sido lo correcto.

Mentalmente hizo como si se encogiera de hombros. Ahora era demasiado tarde


para cambiar de opinión. Tenía diez días para completar esta misión, y necesitarían al
menos ocho para llegar a Trakis. No había tiempo para encontrar un reemplazo.

Pero no se había dado cuenta de lo aislada que se sentía, una vez que se cortó el
vínculo con los demás. Sobre todo, porque le gustaba la soledad, y sabía que cuando
llegara el momento de volver, lamentaría la pérdida de su privacidad. De todos modos,
de vez en cuando extrañaba la sensación de ser parte de algo mayor, y en momentos
como estos, sería fabuloso saber que no estaba completamente sola.

El transbordador dio un pequeño estremecimiento, al acoplarse con la nave. La


escotilla se cerró tras ella, Skylar desabrochó el arnés y se paró, tambaleándose
precariamente sobre sus altos tacones.

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Maldita sean estos estúpidos zapatos, murmuró. ¿Por qué alguien querría
usarlos voluntariamente? Vio su reflejo en la pantalla en blanco y frunció el ceño, ella
se parecía a una proveedora de placer no registrada del lado oscuro de Trakis Dos. No
es que hubiese estado realmente en Trakis Dos, pero había oído hablar mucho sobre el
planeta donde la fiesta duraba toda la noche y con más proveedores de placer que el
resto del universo en su conjunto. Sin duda, todos lucirían este ridículo atuendo.

¿Pero no era ese exactamente el objetivo? Agarrando su bolso plateado, presionó


los controles de la puerta y salió, con el sonido de sus pasos sobre el piso metálico
resonando por todo el lugar.

Esta era su primera visita a una nave pirata, y le impresionó a su pesar. Había
estado esperando algo siniestro. En cambio, la zona estaba impecable, la nave brillaba
en plata y negro, había aire fresco y no era reciclado. Nadie vino a su encuentro, se
detuvo delante de una cámara de seguridad puesta en ángulo sobre el umbral. Casi
hace gestos por la tensión nerviosa que tenía. Había planeado esto durante mucho
tiempo. Su futuro dependía del éxito, y ahora sólo quería que las cosas funcionaran.

Sígame, por favor.

A sus pies había una guía automatizada, apenas por encima del suelo, esférica y
de color negro mate, sin marcas.

Skylar había estado en un crucero de Mark 3 antes y sabía que la nave constaba
de tres niveles. El nivel inferior alojaba los sistemas de refrigeración y el reciclaje, así
como los motores. En la sección central estaba el área de acoplamiento de carga, una
pequeña área, aunque la nave no fuese construida para ser un transporte de carga. Era
una máquina de combate, elegante y mortal.

Supuso que ese sería el lugar hacia donde se dirigían, mientras seguía la guía a
través de la bahía, por una rampa, a lo largo de un estrecho corredor, cada vez más en
el corazón de la nave.

Con cada paso, el sentimiento de aislamiento creció. Sentía como si alguna bestia
enorme se la fuese a tragar. Ella sólo podía esperar que no le gustara su sabor y,
finalmente, la escupiera.

Finalmente, la guía la llevó a una sala de conferencias. Espere aquí, por favor.

Skylar reviso el lugar. Más plata y negro.

Las paredes estaban desnudas, sin ventanas dentro de la nave. En el otro


extremo, un grupo de sillas bajas y cómodas la atraían a que las probase. Ella se

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tambaleó y se hundió en una con un suspiro de alivio. Fue un corto momento, la puerta
se abrió y entró una mujer alta.

Bienvenida a El Cazador, dijo.

Skylar se puso de pie. Rápidamente hizo una referencia a la mujer y recordó la


lista de la tripulación que había aprendido de memoria - ella debía ser Tannis, la
capitana.

Era impresionante, su cuerpo largo y delgado, -sinuoso- por debajo de los


pantalones negros apretados y con camiseta escarlata. Su piel brillaba como el marfil
claro y luminoso, como si fuese atravesado por brillantes luces iridiscentes. Skylar
levantó la mirada para encontrar a la mujer. La miraba con frialdad, con los ojos
amarillos, casi un color sólido y sólo interrumpido por un corte negro en el centro.

De su inteligencia, Skylar sabía que la capitana de El Cazador fue modificada


genéticamente, o GM, como ellos se llamaban a sí mismos, podía ver de cerca los
efectos en ella. Era evidente que no había hecho ningún intento para ocultar lo que era,
lo cual era inusual. La mayoría de los GM trataban de ocultarlo, y con buena razón.
Cuando la influencia de la Iglesia había aumentado a raíz del descubrimiento de
Meridian, los sumos sacerdotes habían pedido una purga de cualquier mezcla con el
ADN, alegando que eran abominaciones contra Dios.

¿Viste lo suficiente?  Replicó la mujer.

Lo siento, nunca he… Skylar se detuvo cuando una segunda figura entró
detrás de la capitana. Ella había estudiado los archivos del dueño y piloto de El
Cazador, mientras planeaba la misión, pero su boca se abrió en shock.

¡Santo Meridian!

Nada en los archivos la había preparado para esto.

Él era alto, con un cuerpo delgado vestido con un pantalón negro y una camisa
de color negro. Botas de verdadero cuero hasta las rodillas, las pistolas de plata en sus
caderas, y una espada en su espalda.

Su pelo negro como la medianoche estaba recogido en una coleta, revelando una
piel olivácea y la estructura ósea perfecta. Gafas de sol cubrían sus ojos, pero aún así,
Skylar era muy consciente de que no dejaba de mirar sus pechos. Él le ofreció una
sonrisa lenta y perezosa de su boca sensual, y la mano de ella se movió con la
necesidad de cubrirse con su vestido.

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Hola, murmuró, su voz como miel caliente. Él le tendió la mano. Soy
Ricardo Sánchez… Rico para mis amigos. Y estoy seguro que los dos vamos a ser muy
buenos amigos.

A su lado, la capitana soltó un bufido, pero la mirada de Rico nunca dejó a


Skylar.

Skylar…deslizando su mano en la gran mano. Skylar Rossaria, dijo.


Sintió la fresca piel contra su piel, él la acariciaba con la yema del pulgar haciendo
pequeños círculos en su palma.

Encantado de conocerte, Skylar.

Sus ojos detrás de las gafas oscuras, finalmente dejaron sus pechos para
deslizarse por arriba y abajo de su figura. Una oleada de anticipación recorrió su piel.
Ella se recordó a si misma que había una razón por la que estaba vestida así. La
información sobre la tripulación estaba incompleta, de alguna manera, ellos se
mantenían ocultos, lo cual acabaría si se decidían a tomar este trabajo. Los rumores
acerca del propietario de El Cazador habían oscilado entre ser un pícaro inmortal o un
engendro de Satanás, dependiendo de a quién le hubiese preguntado. Pero todos
estuvieron de acuerdo en una cosa: Ricardo Sánchez era un mujeriego y era obvio que
le gustaba ella como mujer.

Skylar suspiró, pero se enderezó, agitando la larga melena rubia, echándola hacia
atrás de sus hombros y levantando sus pechos un poco más.

Realmente encantado, agregó.

La mujer a su lado se quejó. -Corta el rollo, Rico.

Sonrió, pero soltó la mano de Skylar. Se cruzó para tomar una de las sillas,
descansando los pies sobre la mesa de enfrente. Palmeó el asiento junto a él.

Ven y siéntate, Skylar, y dime exactamente lo que necesitas que haga por ti.
Su voz se convirtió en una voz cansina y baja que acariciaba sus oídos. Ella lo miró
fijamente, hipnotizada.

La capitana negó con la cabeza antes de sentarse al lado de Rico, haciendo un


gesto hacia la silla de enfrente. Soy Tannis, capitana de El Cazador, dijo cuando
Skylar tomó asiento. Entonces, ¿De qué trata el trabajo que tiene para nosotros?

Skylar miró de uno a otro. Se mordió el labio inferior y tiró de un mechón de


pelo, girándolo alrededor de su dedo. Había una larga lista de los métodos, y de las

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maneras en que podía abordar el tema, pero hasta que ella se reunía con la gente no
decidía cual iba a emplear. En este caso, era imposible saber cuál emplearía.

Mirando ahora a Tannis, su pie tocando con impaciencia el suelo, se decidió por
el enfoque más directo.

Quiero que liberen a un amigo mío de las instalaciones del Colectivo de


máxima seguridad en Trakis Uno.

Observó atentamente sus reacciones. De Rico no podía decir nada. Su rostro


quedó en blanco, sus ojos todavía oscurecidos por las gafas oscuras. Pero Tannis
mostró un leve parpadeo en shock, que rápidamente oculto.

¿Un amigo?

Ella asintió con la cabeza. Un muy buen amigo.

Tannis la estudió con los ojos entrecerrados. ¿Es consciente de que nadie ha
escapado de Trakis Uno?

Lo sé, pero tengo que intentarlo. Se mordió el labio, obligándose a poner una
mirada suplicante en su expresión. -Está programado para su transferencia hacia las
minas de Meridian en Trakis Siete en diez días. Después de eso... Ella se fue
apagando. No tenía ningún sentido decir más.

Todo el mundo sabía que la entrada en la atmósfera de Trakis Siete significaba la


contaminación inmediata, para lo cual no había cura.

Una vez allí, cualquier rescate no tendría sentido sin refinar el Meridiano. Era un
veneno radiactivo que impregnaba las células al instante de su exposición.
Dondequiera que él se ocultara, estaría muerto en menos de dos años.

Entonces, ¿por qué está detenido? Preguntó Tannis.

Skylar lo había estado pensando. Ella no quería decirles mucho, pero por otro
lado, tenía que ser creíble.

Él estaba obsesionado con conseguir los créditos suficientes para que ambos
obtuviéramos el tratamiento de Meridian. Él podría haber pagado hace años el suyo,
pero me amaba y quería que estuviéramos juntos.

Ellos se quedaron en silencio, y se obligó a continuar. Jonny no tenía la


intención de matar, fue un accidente. Fue contratado para robar un Cargamento de

18
raditrón de una instalación de almacenamiento en Trakis Cinco, pero los explosivos
estallaron prematuramente y murió mucha gente.

Hmm. Tannis sonaba escéptica. ¿Y tu amigo no sufrió ningún daño?

Llevaba su equipo de protección, pero la explosión hizo que se desmayara y lo


atraparon. Lo condenaron de por vida a las minas y todo el mundo sabe que es una
sentencia a muerte.

Tannis la miró como si no creyera su historia.

Lo cual no era completamente inesperado. Tal vez era el momento de alejarse de


la historia y hacerles pensar en lo que realmente les importaba.

Tengo dinero para pagarles, dijo Skylar. -Mucho dinero.

¿El dinero ahorrado para el tratamiento?

No todo, pero algo.

¿Puede demostrar que tiene acceso? Tannis se inclinó hacia adelante.

Skylar asintió. Tengo los códigos de cuenta. La verificación es un nivel 1 de


código.

Dámelo.

Skylar desdobló la lista de los números, mientras que Tannis presionaba el botón
de su consola de la muñeca, abriéndose una pantalla con un holograma en su mano
izquierda. Marcó los números y esperó, tarareando en voz baja. Después de un minuto,
una lenta sonrisa se formo en su cara. Ella asintió a Rico, y luego se volvió a Skylar.
Eso es un montón de créditos, ¿no tienes la tentación de utilizarlos para ti?

Skylar negó con la cabeza. No tiene sentido ahora. Prefiero tener una vida con
Jonny que una eternidad sin él. Estaba preocupada por si había ido demasiado lejos
en su historia, pero qué diablos, no podía retroceder ahora. Tenía que funcionar.

Había estado practicando para esta situación. Se concentró, recordando la


explosión de láser que se había detonado en su cara durante un ejercicio de
entrenamiento el mes pasado. La pistola fue programada para aturdir, pero, mierda,
todavía escocía. Ella parpadeó una vez, y una lágrima rodó por su mejilla. Por favor,
son mi última alternativa. Deben ayudarme.

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Rico se levantó, cruzó el estrecho espacio entre ellos, y se agachó frente a ella.
Extendió la mano y secó las lágrimas con la punta de su dedo, sorprendentemente
fresco contra su mejilla. Un escalofrío la recorrió por el contacto.

Hey, no llores, murmuró con voz ronca. Recataremos a tu novio por ti.

Wow, el tipo era una presa fácil. Su archivo no le había dicho que era un
hombretón blando. ¿Cómo era que había sobrevivido tanto tiempo?

Skylar lo miró a la cara y vio su propio reflejo en sus gafas oscuras. Ella abrió los
ojos un poco, y parpadeó un par de veces.

Él sonrió e inclinó la cabeza hacia ella, por lo que su aliento ligeramente acarició
su piel. Dame unos minutos para convencer a la capitana e iremos después a por tu
novio. Vamos a traerlo de vuelta en poco tiempo.

¿Puedes hacerlo? Nunca se ha intentado antes.

Él chasqueó los dedos. Es “como una rebanada de pastel”.

Ella frunció el ceño, y él amplió su sonrisa. Es un modismo de la Vieja Tierra.

Es una de mis favoritas. El palmeó su mano. Trata de no preocuparte.


¿Tannis? El señalo hacia la puerta.

Tannis estaba aún sentada con una expresión de disgusto en su cara, pero se
levantó cuando él la llamó. Se dirigieron a la salida, pero Tannis se detuvo en la puerta.
Sólo una cosa. Podrías conseguir a cualquier persona con tanto dinero. ¿Por qué
nosotros?

Skylar fijó su mirada en Rico al responder. Escuche que son los mejores.

Hmm. Tannis no sonaba del todo convencida, le dio una última mirada
analizándola y salió de la habitación. La puerta se cerró tras ellos, y Skylar pudo relajar
sus hombros. Después de un minuto, ella enderezó su columna, aunque dudaba que
estuvieran observándola. Es obvio que ellos comprobarían su historia. Además sabía
que no rechazarían una gran suma de dinero. Skylar se enorgullecía de sus cálculos
previos y rara vez se equivocaba.

Por si la estuvieran vigilando, sacó un espejo de su bolso pequeño y estudió su


reflejo. El maquillaje en sus labios había desaparecido, mordisqueó pensativa acerca de
su previa actuación, mientras sacaba su maquillaje y aplicaba el tono rojo intenso en

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sus labios, y con notable agilidad lo regreso al bolso. Alisó su cabello y evaluó su
situación.

No podía creer lo bien que había ido la reunión. Era reconfortante saber que si
esto salía mal, siempre podría conseguir un trabajo como actriz. Aunque dudaba que
pudiera encontrar un público tan inocente como Ricardo Sánchez.

......
Rico sirvió a ambos whisky y se dejó caer en el sofá de brocado rojo en la cabina
de Tannis.

Tannis tomó su copa y se sentó frente a él, estirando las piernas y cruzando los
tobillos. Ella se bebió de un tragó su bebida y depositó su vaso en la mesa a su lado.

Eso fue repugnante. La pequeña perra no dejaba de revolotear sus pestañas


postizas en ti. He oído que eres el mejor, la imitó.

Rico sonrió. ¿Celosa? Él sabía que no lo estaba, jamás habían tenido ese tipo
de relación, pero disfrutaba molestándola. Una o dos veces, en los primeros días, tuvo
la tentación de probar, pero siempre daba marcha atrás, los amantes eran fáciles de
conseguir, pero conseguir amigos era casi imposible. Por otro lado, no estaba seguro si
él tendría éxito.

No. Respondió ella. Simplemente no me apetece perder el desayuno.


Ella le lanzó una mirada de disgusto. Y tú lo fuiste también. Dime, tú siempre has
sido... Hizo una pausa como si buscara la palabra correcta y con un gesto señalo su
ingle.

Él levantó una ceja. ¿Extraordinariamente bien dotado?

Ja, ja. Me refería a un mujeriego, loco por el sexo.

El consideró ignorar lo último. Siempre había existido una regla no escrita entre
ellos que nunca se discutió en el pasado, pero ella parecía verdaderamente curiosa.
No, no siempre fui un mujeriego. De hecho, me casé cuando tenía diecisiete años y
fui fiel durante los siguientes veinte años.

¿Te casaste?

Los labios de él se curvaron por la incredulidad que reflejaba la voz de Tannis.


Hace mucho tiempo, y en un lugar lejano.

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-Wow, ¿qué ha cambiado?

Wow, ¿qué ha cambiado?

Él le dirigió una mirada totalmente asombrado.

Sí, claro…, murmuró, todo lo vampírico. ¿Lo mismo pasa con todos los
vampiros, es decir les gusta el sexo tanto como a ti?

No sé si a todos los vampiros… nosotros no somos exactamente un grupo


unido. Pero he encontrado que es la mejor manera de mantener el hambre a raya.

¿El hambre? ¿Quieres decir por la sangre?

No sólo la sangre.

Mientras que él era capaz de alimentarse y dejar a su víctima prácticamente ilesa,


había un lugar oscuro en su interior resguardando a la muerte. Un lugar que le pedía
drenar la última gota de sangre a su presa, hasta que su fuerza de vida le perteneciera.
Rico bajó sus gafas oscuras y permitió dejar que un poco de esa oscuridad saliese a su
mirada, con sus ojos inyectados en sangre…

Tannis lo miró fijamente, hipnotizada, y luego tragó el nudo que se le había


formado en su garganta. En este mismo momento modifico una norma. Sabes la
regla no putas a bordo, he cambiado de opinión… puedes tener tantas como quieras.

Rico sonrió y se ajustó las gafas a su lugar. Se recostó y tomó un sorbo de su


bebida. Casi podía ver los pensamientos dando vueltas en la cabeza de Tannis y el
momento en que ella decidió cambiar de tema.

Por lo tanto, este trabajo… ¿podemos hacerlo? Preguntó.

Tal vez. Tal vez no. Como has dicho, nadie lo ha hecho antes, me gustan los
retos.

Hmm. Y el dinero es bueno.

Sólo hay un problema…

Cuando él no siguió, ella frunció el ceño. ¿Vas a decirme qué pasa?

Bueno, a ojo… yo diría que ni una sola palabra dicha por esa hermosa boca era
cierta.

La mandíbula de Tannis se abrió por la sorpresa. ¿Qué?

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Rico negó con la cabeza. Eres tan ingenua…

Pero tú estabas babeando encima de ella.

Se lamió los labios, respiró profundamente y sonrió. Olía divinamente.


Además no estoy diciendo que no me gustaría probarla, pero eso no significa que crea
cada palabra de lo que dijo.

Tecleo el panel de control sobre el brazo del sofá, activando el monitor en la


pared a la derecha. El rostro de Skylar Rossaria abrió la pantalla, él cambió la
configuración para que pudiera ver todo de ella. Ella parecía muy relajada, lo cual era
muy extraño. El Cazador tenía una reputación y no muy buena… él se había asegurado
de eso. El objetivo principal era mantener a la gente malvada alejada.

Ella también tenía una sonrisa satisfecha de sí misma en su cara.

Ella me parece legítima.Tannis sonaba descontenta… odiaba estar


equivocada acerca de cualquier cosa.

Skylar se puso de pie y caminó por la habitación, dando un respingo provocado


por algo doloroso. Ella se dejó caer en una de las sillas y se quitó los zapatos,
masajeando suavemente el pie. Una expresión de alivio se apoderó de su rostro. Ella
reviso lo que llevaba puesto, y con un gesto de disgusto remplazando el de alivio,
intentó cubrir con su vestido su impresionante pecho.

Rico sintió su miembro reaccionar en su pantalón y se removió en su silla,


disfrutando de la sensación.

Pero reconoció que había algo más que ella le provocaba, algo más que su
habitual atracción por una mujer hermosa. Tal vez era el puñado de contradicciones
que él sentía debajo de la superficie.

Lo que sea… sabía que quería la oportunidad de explorar más a fondo.

Tannis hizo un ruido bajo a su lado. Hambriento o no, podrías dejar de pensar
con tu pene durante un segundo y decirme si tienes alguna prueba. Ella está ofreciendo
mucho dinero. Mejor que bien, brillante, y necesito ese dinero.

Mi opinión es… que nunca ha usado zapatos de tacón alto en su vida.

Ella no está del todo cómoda en ese vestido, además tiene callos en la palma
como si usara con frecuencia una pistola láser. Apostaría mi colmillo derecho que está
más familiarizada con un arma que con un lápiz de labios.

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Cristo, me gustaría que te equivocaras. Me encantaría tener tu colmillo, lo
pondría en una cadena alrededor de mi cuello. Suspiró, pero por mucho que me
duela admitirlo, nunca te equivocas.

Él sonrió. Y tu no lo odias o ¿sí?

Sí. Maldita sea, pero quería ese dinero. Marcó la unidad de comunicación de
su muñeca. Daisy, prepara los motores, sácanos de aquí tan pronto como puedas.

Tannis escuchó la respuesta de Daisy, aún con el ceño fruncido formado en su


cara.No me importa dónde, sólo lejos de aquí.

Rico esperó hasta que ella cerró la conexión. Sabes que no hay ninguna
garantía de lograr hacer el trabajo de todos modos. Como lo señalaste, nadie ha
escapado de Trakis Uno. Aunque, podría ser divertido intentarlo.

Él regreso a observar a la mujer en la pantalla. Había pasado mucho tiempo


desde la última vez que había sentido ese tipo de hambre. Se lamió los labios. Como
sea, nos dará el dinero de todos modos.

Los ojos de Tannis se iluminaron por la perspectiva.

Dame una hora a solas con ella, continuó, y estará rogando para darnos
todos los créditos que tiene.

El calor se agitaba en el fondo de su vientre con solo pensarlo. Él no


acostumbraba matar; mantenía el hambre bajo control, pero siempre estaba presente.
Tenía su propio conjunto de normas morales, y hacia todo lo posible para acatarlas,
pero esta mujer había cruzado la línea. Era obvio que ella tenía otros planes, que sin
duda implicaba la traición de alguna manera, y eso la hacía su presa.

Tannis entrecerró los ojos, pero él sabía que había despertado su interés. Eres
un bastardo enfermo, Rico.

Rico no intentó negarlo, y esperó a que Tannis aceptara la idea. Ella era la
capitana, después de todo. Finalmente, ella negó con la cabeza.No, no va a funcionar,
no con los protocolos de verificación de nivel uno en primer lugar. Podrías hacer que
ella haga la transferencia, estoy segura, pero nunca pasarías la prueba, los censores de
reconocimiento de voz registran todos los signos de una coerción.

Ella se sentó, tamborileando con los dedos en los brazos de su silla, sumergida en
sus pensamientos, mirando a la mujer en la pantalla mientras Rico la observaba. A él le
gustaba observar a Tannis, le gustaba las líneas limpias del rostro y cuerpo, la piel
luminosa, con un toque de escalas, sus fríos ojos en forma de reptil. Había muy pocas

24
personas que contaba como amigos, pero una vez, hace mucho tiempo, Tannis lo había
rescatado de una prisión y de una muerte segura. Ella sin duda lamentó la acción
impulsiva un par de veces en los siguientes años desde entonces, pero estaba
igualmente seguro de que lo volvería a hacer. En otro tiempo, había sido un solitario,
pero ahora encontraba extrañamente reconfortante saber que hay al menos una
persona en el mundo que le importaría si él dejaba de existir.

Ambos se sentaron en silencio, mirando la pantalla. Skylar todavía tenía una


sonrisa de satisfacción de sí misma en su rostro. Tannis alcanzó el panel, accionó el
interruptor de apagado, y la pantalla quedó en blanco.

No estés tan decepcionado, dijo. Si esto es algún tipo de estafa, ella escogió
a la gente equivocada, y será toda tuya. Podrás hacer lo que quieras con ella. Pero
primero, supongo que debemos saber exactamente qué es lo que planea. Se pasó una
mano por el pelo corto y puntiagudo. Tiene que ser una trampa, tal vez sería útil que
me dieras una lista de personas que has cabreado recientemente.

¿Cuánto tiempo tenemos?

Buen punto, probablemente no lo suficiente. Tenemos que hablar con ella de


nuevo, suavizar un poco su carácter, a ver si nos dice lo que quiere.

Le gustaba el sonido de eso. En sus pensamientos tenía a una flácida chica en sus
brazos, sus encías le dolieron, y la sed de sangre aumentó en su interior.

Bajó sus gafas oscuras y la miró. Déjame ir allí solo, y voy a hacer que me diga
todo lo que sabe.

Tannis lo observó por un momento, sus labios fruncidos. Está bien, pero voy a
estar observando.

Pervertida, dijo él.

Yo no quiero que te encargues de ella hasta que hable. Si hay alguien que viene
detrás de nosotros, quiero saber exactamente quién es.

Rico se puso de pie y cuadro los hombros, su cuerpo preparándose con


anticipación. Ella va a hablar.

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Capítulo 4

Skylar se preguntaba cuánto tiempo más podrían hacerla esperar. Estaba


taconeando con el pie, impaciente por empezar a moverse.

La emoción le recorría por la sangre. Realmente iba a funcionar. Ella lo haría.


Tenía que hacerlo. El coronel había hablado de lo importante que era la misión, no
podía fallar. Su futuro dependía de ello.

La puerta se abrió. Ricardo Sánchez -Rico, la capitana le había llamado así, se


quedo de pie en la entrada. No entró, pero se apoyó en el marco de la puerta,
mirándola. Estaba solo en esta ocasión, y Skylar forzó lo que esperaba fuera una
sonrisa coqueta en su cara.

No regresó la sonrisa. Seguía llevando las gafas, así que no podía ver sus ojos,
pero su boca se mantuvo en una línea recta.

Ella se puso de pie, necesitaba moverse. Tal vez el plan no iba tan bien después
de todo.

Sánchez -Rico.

Siéntate.

¿Realmente pensó que su voz sonaba como la miel caliente? Esa palabra cortaba
el aire como hielo. Ni siquiera lo pensó. Se sentó inmediatamente. Sus labios estaban
secos de repente, y ella pasó la punta de la lengua por ellos.

¿Hay algún problema? Preguntó y decidió que el chillido de su voz era


permisible dentro de los parámetros de su personaje.

Se dirigió a la habitación, una mano apoyada en la pistola láser en su muslo, se


detuvo frente a su silla, demasiado cerca. Era alto, ancho y amenazador. Se lamió los
labios.

Sólo una pequeña.

Bueno, estoy segura de que podemos solucionarlo. Cuando Rico no se


apresuró a estar de acuerdo con ella, decidió darle a la sonrisa coqueta otra

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oportunidad. Los labios secos se extendían por sus dientes en lo que esperaba traería
una sonrisa de respuesta de Rico.

Sonrió, pero por alguna razón no la hizo sentir mejor de todos modos. Oh,
estoy seguro de que podemos. Su sonrisa se ensanchó y la punta de un colmillo
blanco se mostró brevemente.

El corazón de Skylar se detuvo. Entonces comenzó de nuevo, tan fuerte que


podía oír el estruendo de la sangre en sus oídos.

Santo Meridian. ¿Qué demonios era ese tipo?

Su mente revivió los rumores que había oído hablar de él, los rumores que había
ignorado por ser demasiado absurdos que ni los considero. Sólo historias que sacaban
a relucir el pasado.

Se obligó a tomar una profunda respiración. Podía ser cualquier cosa, un diente
más grande no quería decir que era un...

Alzó la mano y se quito las gafas oscuras. Su mirada se cruzó con la suya, y algo
helado se deslizó por su espina dorsal. Ella había estado en algunas situaciones
peligrosas en el ejército, se había enfrentado a los más conocidos malvados y
aterradores del universo. Pero todos habían sido humanos o en su mayoría. Nada la
había dejado petrificada como la oscuridad que sintió al ser acechada detrás de esos
ojos.

Eh… Sólo tengo que regresar a mi transporte por un momento.

Dio un traspié al levantarse. Se me olvidó…

Cerró la boca a la intensa mirada de los ojos color carmesí. ¿Quién, o que mejor
dicho, tenía los ojos del color de la sangre?

Él extendió la mano, colocó un dedo sobre su hombro, y la empujó hacia abajo.

Skylar se desplomó en la silla, pero decidió que no era tan malo. Dudaba que sus
piernas la hubieran sostenido de todos modos.

Cerró los ojos y trató de recordar su formación. Qué hacer si fuera descubierta.
Qué hacer si se enfrentaba a la tortura. Lamentablemente, nada le vino a la mente.

Concéntrate.

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Ella podría apagar sus receptores del dolor, pero no había mucha gente capaz de
ese tipo de control al neutralizar los nervios y refugiarse en la mente. A menos que
pudiese fingir que estaba sintiendo dolor, pero en algún lugar a lo largo del camino
había perdido la fe en su talento interpretativo.

Por lo tanto, ¿Mantener los receptores del dolor alertas? Tampoco parecía una
opción tan buena, pero probablemente la mayor posibilidad de éxito. Aunque no le
gustaba el dolor, podía tratar con él.

Tomo unas cuantas respiraciones profundas, ocultando su miedo.

Sabía que ellos querían el dinero. Ella había visto la codicia en los ojos de la
capitana. Ella tenía la esperanza de que ellos quisieran más dinero, que Rico quería…

Una vez más, su mente se negaba a terminar la frase. Después de todo, ella no
sabía realmente lo que él quería.

Él se lamió los labios, pasó la lengua por un agudo colmillo blanco, y dio un paso
hacia ella.

Está bien. Ella no lo sabía, pero su mente estaba haciendo un buen trabajo en
adivinar. O un mal trabajo.

Ella sacudió la cabeza, volvió a respirar hondo, y se sentó con la espalda recta.
Ella lo estudió rápidamente. Todo el musculoso cuerpo irradiaba tensión, y un hambre
depredadora acechaba detrás de sus ojos. Tenía que encontrar una manera de cambiar
la situación. ¿Qué haría?

Entonces, dijo ella y se sentía orgullosa de que su voz sonara normal, este
problema... ¿Vas a decirme lo que es, o simplemente vas a estar de pie sobre mí y
babeando?

La sorpresa cruzó el rostro de él sonriendo de nuevo. Y esta vez su energía letal


se desvaneció un poco. La atmosfera en la habitación cambio al instante, él dio un paso
atrás para sentarse en la silla opuesta y depositar sus pies arriba de la mesita del
centro. Ya no se colocó las gafas, pero al sentarse la observo, con la cabeza inclinada
hacia un lado.

Se mantuvo quieta, concentrada en un mantra de relajación a través de su mente,


por último sus dedos se relajaron, volviendo su respiración a la normalidad.

Él levantó una ceja. Eres muy buena.

¿Hay alguna razón por la que no debería serlo?

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Oh, un montón de razones.

Un escalofrío la recorrió por la oscura promesa en su voz.

¿El problema? Solicitó.

Se encogió de hombros. No creo ni una palabra de tu historia.

¿Por qué?

Hizo caso omiso de su pregunta. Eres demasiado fría para alguien que
verdaderamente demuestre que está en problemas.

¿Fría? No podía recordar estar así de petrificada, tal vez era una buena actriz,
después de todo.

¿Qué te hace pensar que estoy mintiendo?

Sus ojos la recorrieron, deteniéndose en la curva de sus pechos. Créeme, he


conocido a algunas fulanas, y no encajas en el molde.

¿Qué hay de malo en mí?

Se mordió la lengua para no hacer la pregunta.

Él se enderezó y se inclinó hacia ella. ¿Para quién trabajas?

Para nadie.

Él suspiró. Presta atención, podemos hacer esto relativamente libre de dolor.

O…

Él hizo una dramática pausa, y Skylar giró los ojos. ¿O qué? ¿Vas a torturarme?

En realidad, estaba pensando más en como comerte.

En lugar de sentir miedo, surgió un pensamiento acerca de algunas posibilidades


muy interesantes provocando que se retorciera en su asiento.  Ugh, dijo ella en
caso de que él se hubiera dado cuenta.

Él se rio y se relajó en su silla. ¿Para quién trabajas?

Skylar suspiró. En algunas ocasiones sólo la verdad funcionaria, ¿pero sería esta
la ocasión correcta?

Bueno, he mentido, dijo. Pero no en todo.

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Ella dudó. Ella sabía que los interrogadores eran más propensos a creerte si ellos
tenían que esforzarse para sacarte la información.

¿Sí? Presionó él.

Quiero rescatar a un prisionero de Trakis Uno. Y lo han programado para su


transferencia hacia las minas en diez días. Pero él no es mi novio.

¿Quién es?

Mi hermano.

Él frunció el ceño. ¿Por qué mentir acerca de eso?

Porque no pensé que aceptarías el trabajo si te hubiera dicho la verdad.

Cariño, dijo, novio, hermano, maldición no hay diferencia para mí. Y estas
haciendo que esto no tenga ningún sentido, más te vale empezar pronto.

Él no es un ladrón de bancos. Hizo una pausa de nuevo.

Dios mío, murmuró Rico. Creo que tendré que torturarte después de todo.
¿Vas a seguir adelante con esto?

Ella se mordió el labio. Él es un miembro de la coalición rebelde, está detenido


por el asesinato de un miembro del Colectivo, de Aiden Ross. Estoy segura que has
escuchado algo al respecto.

Ahh.

Ella estaba segura, de que una palabra más y lo tendría. La coalición rebelde por
lo general no luchaba con el Colectivo. Su objetivo era derribar a la Iglesia de la Vida
Eterna. Sin embargo, Aiden Ross había sido un defensor de la Iglesia, y un partidario
de algunas de sus actividades más radicales, incluyendo la masacre de millones de
"abominaciones", como la Iglesia se refiere a cualquier persona con el ADN 100 por
ciento menos de un humano. Para su destrucción, los rebeldes esperaban desalentar
cualquier colaboración en el futuro. Skylar dudaba que ellos hubieran conseguido tal
cosa. Lo más probable era que el Colectivo decidiera hacer todo lo posible con tal de
exterminar a los rebeldes, pero esto era otro tema. Sabía que tú no podrías ir en
contra del Colectivo, nadie lo haría.

Entonces, ¿por qué sus amigos rebeldes no lo rescatan?

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Fui a ellos, pero no lo harán. Dijeron que nadie había escapado de Trakis Uno,
y no gastarían su tiempo en intentarlo.

Buenos amigos. Él la miró de cerca. Estoy sospechando que hay más.

Ella asintió con la cabeza. Tenía que encontrar una manera de liberar a Jonny.
Él es mi hermano pequeño, y siempre he cuidado de él. Los ojos de él ya no eran
color carmesí, pero se habían oscurecido con el color del chocolate amargo. Estaba
segura de que le estaba creyendo. Tengo buenos contactos. Hemos sido parte de la
coalición rebelde desde hace años… desde que nuestros padres fueron asesinados
durante la purga. Se preguntó si algunas lágrimas le ayudarían en este momento,
pero decidió no hacerlo. Les dimos toda nuestra vida y ellos solo abandonan a Jonny.
Sabía que no podía rescatarlo sola, que tendría que pagar a alguien para que me
ayudara, así que robe el dinero de ellos.

¿Cómo?

Fue muy fácil, pertenezco a la alta jerarquía… quienes tienen acceso a la


financiación.

¿Ahí es desde donde vino el dinero de su cuenta?

Ella asintió de nuevo. Ahora, la Coalición está detrás de mí, y no puedo


recurrir a quienes conozco. Tenía que encontrar a alguien que no tenga algún vínculo a
cualquiera de los grupos del Colectivo o de los rebeldes.

¿Qué pasa con la Iglesia de la Vida Eterna? Los sumos sacerdotes a menudo
van en contra del Colectivo sólo para molestarlos. Ella sacudió la cabeza. No esta
vez. Aiden Ross fue su mayor defensor en el Colectivo. De todos modos, no van a
trabajar abiertamente en su contra. La Iglesia es poderosa, pero sólo porque el
Colectivo le permite ser… ellos lo saben. Además, no ayudarían a Jonny, es un rebelde
conocido y un GM. Ya sabes cómo la Iglesia piensa acerca de los experimentos. Le
habrían matado en lugar de salvarlo.

Skylar sostuvo su mirada en la de él, cambiando sus rasgos en una apariencia de


súplica. Cuando sus hombros parecieron relajarse, tuvo cuidado de no sonreír de
triunfo. . . . . . .

Ella lo miró con esos ojos enormes, y Rico frunció el ceño. La entrevista no había
ido como esperaba.

El problema era… que le gustaba la chica.

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Él había esperado doblegarla inmediatamente, tal vez llanto, pero se había
basado en esa presunción en su apariencia. Estúpido, cuando ya había concluido que
ella no era la tarta que ella había proyectado. Ella fue reacia, y la dureza era uno de los
pocos rasgos que admiraba.

El otro problema era… que le creía.

Su historia tenía sentido. La mayoría de la gente no iría en contra del Colectivo.


Una marca negra en sus registros significaba absolutamente ninguna posibilidad de
obtener el tratamiento de Meridian, aún si puedes pagar los precios exorbitantes. Y
todos vivían con la esperanza de que hubiese alguna manera de encontrar dinero y la
obtención de la inmortalidad.

Todos, excepto él, por supuesto.

Rico habló en la unidad de comunicación. ¿Tannis?

¿Qué?

¿Lo tienes?

No, me he quedado sorda de repente. Por supuesto, lo tengo. ¿Me quieres allí?

Él suspiró. Sí.

Aww, pobre Rico. ¿Termino la diversión?

Tal vez. Miró donde estaba Skylar sentada mordisqueando su suculento


labio inferior. Sabía que ella tenía miedo, pero también era consciente de que no era
sólo miedo lo que sentía. Podía oler su excitación, el almizcle dulce haciéndole cambiar
de posición en su silla mientras su cuerpo respondía con endurecerse. O tal vez no.

Se sentó de nuevo y trató de detectar cualquier defecto en su historia mientras


esperaba a Tannis.

Hay una cosa sobre la historia que no entendía. Tu hermano, le dijo a Skylar,
¿Cómo lo hizo? Nadie había logrado matar a uno del Colectivo antes.

No sé, nunca compartió los detalles conmigo.

Hmm, muy práctico. Escuche que logró destruir por completo el ADN,
logrando hacer imposible la reconstrucción. Seguro que el Colectivo no estaba muy
contento por eso.

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También apostaría que ellos enviarían a su propio ejército privado para quien
decidiera liberar al asesino. Y nadie quería ser objetivo de la policía, ni siquiera Rico.

Tannis entró antes de que pudiera hacer más preguntas. Hizo caso omiso de
Skylar y se sentó en el asiento junto a Rico. Sus ojos brillaban de emoción… ante la
posibilidad del dinero, siempre había tenido ese efecto en ella.

Creo que fuiste suave, Rico.

Él sonrió. Cariño, si puedes encontrar un punto débil en mi cuerpo ahora


mismo, le daría otra oportunidad a mis colmillos.

Sus ojos se dirigieron sobre su cuerpo, deteniéndose en el bulto en sus


pantalones. Ella giró los ojos. ¿Nunca piensas en otra cosa?

A veces. Pero no a menudo. Entonces, ¿qué te parece?

Tannis estudio a Skylar. ¿Crees en ella?

Tiene sentido. No mucha gente actúa en contra del Colectivo. Infiernos. ¿Estás
segura que lo deseas? Perderás la posibilidad de obtener el tratamiento si lo descubren.

Sabía que el objetivo de Tannis era la inmortalidad, aunque tenía serias dudas
sobre cómo iba a encajar en el Colectivo. Nadie, fuera de él sabía cómo trabajaba el
meridiano. El tratamiento parecía no tener ningún efecto físico, pero sí en los ojos de
ellos, a un inhumano y profundo violeta, algo fundamental cambiaría dentro de su
mente, formando un estrecho vínculo con el resto del grupo. Y Tannis era una solitaria.

Ella en realidad sería un estupendo vampiro, mejor que un miembro del


Colectivo. Se mordió de nuevo una sonrisa mientras trataba de visualizar a Tannis
como una loca depredadora del sexo. Casi valdría la pena el riesgo de cambiarla con
sólo ver cómo iba a lidiar con eso. En todo el tiempo que la conocía sabia que nunca
había tomado un amante.

Sin embargo, Rico no había cambiado a nadie en más de mil años, y no tenía
intención de hacerlo ahora.

Eso puede ser cierto, dijo Tannis. Necesito obtener dinero primero para
recibir el tratamiento, sólo tengo que asegurarme que no lo descubran.

El trabajo sigue siendo prácticamente imposible.

Por lo que él sabía, nadie había escapado de la prisión en Trakis Uno. Con alta
seguridad, como la prisión albergaba en su mayoría presos del Colectivo, muchos

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fueron encarcelados por tratar de entrar en las tiendas de Meridian. Parecía irónico que
la mayoría de ellos terminaran rodeados por la materia, trabajando en las minas de
Trakis Siete. En lugar de la inmortalidad que ellos buscaban, ahora tenían una vida
reducida debido a la sobrexposición. Si tenían suerte, vivirían dos años, aunque tal vez
la suerte no era la palabra correcta: había escuchado hablar de que la muerte era lenta y
estaba lejos de ser agradable.

Tannis interrumpió sus pensamientos. Ningún trabajo es imposible. Yo digo


que vamos a hacerlo.

Rico se levantó y se paseó por la habitación. La perspectiva de un trabajo


imposible, al menos sonaba un poco más interesante que el contrabando que Tannis
normalmente tomaba.

Skylar estaba sentada en su silla, las manos apretadas sobre el regazo. ¿Así que
lo harás?Pregunto. ¿Me entregarás a Jonny?

Rico se detuvo frente a ella. En esta posición le daba la perfecta visión de su


escote, y el hambre se levantó en su interior. La oscuridad estaba controlada, pero la
necesidad de alimentarse y matar era como un zumbido desde el fondo, aunque eso no
significaba que no quisiera degustarla.

Bajo ciertas condiciones.

Los ojos de ella se estrecharon. ¿Qué condiciones?

Bueno, verás, el problema es… que el dinero por sí solo no me interesa. Así que
si hago esto, quiero una recompensa.

Tannis tosió detrás de él. Él estaba muy consciente del interés de ella por la
cantidad de dinero. Un premio y el dinero juntos, agregó.

¿Qué quieres? Skylar entrecerró los ojos.

Tú, por supuesto.

¿Yo? Sonó como un chillido. Se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo.


¿Yo? No estoy muy segura de entender. ¿Hasta qué punto me quieres?

Él sonrió con un destello de colmillos. En todas las formas, querida.

......

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Skylar se lamió los labios y miró directo a sus ojos. Ella sabía lo que él había
querido decir, y en lugar de sentir miedo y repulsión, algo caliente surgió en la boca de
su estómago. Ella tomó una respiración profunda. ¿No es algún tipo de muerte?

No necesariamente.

No era exactamente una respuesta reconfortante, ¿pero tenía opción?

Primero Jonny… después... ella se fue apagando.

Después de esto,  él estuvo de acuerdo, y ella se relajó.

Una pequeña llama de aprehensión le dio un codazo a su mente, pero ella lo


ignoró. Había prometido que haría lo que fuera necesario para hacer el trabajo. Por
otro lado, su exigente demanda para una "recompensa", aliviaba un poco su conciencia,
una vez que 'pequeño Jonny' estuviera afuera, ella dudaba que Rico estuviera en
condiciones de recoger algo.

Minutos más tarde, ellos se fueron dejando a Skylar sola, mirando la puerta
cerrada. Parecía que el trabajo estaba en buen camino. Aunque no como se había
planeado inicialmente.

Al menos podría quitarse el vestido y los ridículos zapatos de tacón alto. Cuanto
antes, mejor. Se acercó a la puerta y colocó su palma de la mano en el panel, pero no
respondió. Tuvo un destello momentáneo de pánico, pero lo controló. Solo estaban
siendo precavidos… seguramente no querían que ella recorriera la nave hasta
asegurarse de que era confiable.

Volvió a su asiento y presionó el enlace de comunicación.

Tannis respondió. Sí.

Me preguntaba si podía volver a mi nave. Para recoger algunas cosas y un


cambio de ropa.

No hay problema. Voy a enviar a alguien para que te acompañe.

......
Skylar frunció el ceño a la pequeña figura de pie en la puerta abierta, las manos
metidas en los bolsillos de sus pantalones bombachos. No era lo que había esperado.
No estaba segura de lo que había esperado. Después de todo, hasta el momento había
conocido a un híbrido y un… ella se detuvo, su mente todavía se negaba a decir la

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palabra. De todos modos, éste parecía casi normal, como un niño normal, aunque con
su mata de pelo rojo oscuro, cuerpo delgado, y unos enormes ojos grises, parecía
demasiado joven para estar en este tipo de nave, expuesto a este tipo de gente.

Él es un vampiro, ¿lo sabes? El chico habló por primera vez.

Skylar frunció el ceño. En realidad, tenía una especie de negación acerca de lo
que era, pero gracias por ponerle todas las letras para mí.

El muchacho inclinó la cabeza hacia un lado y la examinó. Pensé que deberías


saberlo. Aún puedes bajar de la nave antes de que él te coma.

Estoy segura de que no me va a comer, dijo Skylar. En realidad, no estaba


segura del todo. ¿No había accedido en dejarlo?

Él siempre se come a las hermosas.

¿Siempre?

Él asintió solemnemente. Me puedo quedar afuera cuando llegues a tu nave.


Les diré que tú me has vencido. Tal vez podrías golpearme o algo así, hacer que se vea
como si fuera un combate, y luego huir.

¿Quién eres?

Soy Al, el chico encargado de las cabinas.

Bueno, Al, no quiero escapar. Tu capitana va a ayudarme a salvar a mi


hermano pequeño.

Oh, Bueno, tal vez la capitana te mantendrá a salvo. Ella cuida a su


tripulación.

¿Y quién mantiene a Tannis segura? Skylar no pudo evitar la pregunta. Ella
se había estado preguntando acerca de la relación entre Rico con su capitana desde que
los había conocido.

Nadie, respondió Al. Tannis puede vencer a cualquier viejo vampiro.

Detecto cierto tono de admiración en sus palabras como si hablaran de un héroe.

Skylar negó con la cabeza. Gracias por la oferta, pero no lo puedo aceptar. Te lo
dije, van a ayudarme a salvar a mi hermano.

Tiene que ser agradable tener un hermano, dijo Al, con un tono melancólico.

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Oyó el anhelo en su voz. ¿Tienes algún familiar? ¿Saben dónde estás?

No. Soy huérfano.

Sonaba tan triste que Skylar tuvo que resistir el impulso de abrazarlo. En cambio,
sólo lo siguió.

Te espero aquí, dijo Al en la entrada de su nave.  Después te llevaré al


puente. La capitana quiere hablar contigo.

En la intimidad de su nave, Skylar lanzó los ridículos zapatos y se quitó el


vestido, arrojándolo al suelo lo cual le produjo un suspiro de alivio. Se puso un traje
negro de un material fuerte y flexible y botas largas, atando una pistola láser a la
cintura, comenzó a sentirse casi normal. Finalmente, ella se quitó la peluca y acaricio su
pelo corto y rubio.

Cuando salió de su nave, Al miró detrás de ella como si buscara a la "bonita", ella
sonrió.

Skylar nunca había sido una "recompensa" antes, y aunque su mente podría
resistirse a ser tratada como un proveedor de placer, otra parte de ella, sobre todo la
parte entre sus pechos y sus rodillas, estaba muy entusiasmada ante la idea.

Con su fría actitud y la conducta militar, siempre tuvo la tendencia de intimidar a


los hombres lo cual resultó ser muy útil. La pistola láser no duele tanto. Ahora, Skylar
no podía esperar para ver si el sexi piloto era fácil de atemorizar.

Con toda probabilidad, Rico lo pensaría mejor acerca de ella y decidir que no la
quería como recompensa después de todo.

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Capítulo 5

Es posible que desees cambiar de opinión acerca de la recompensa,


murmuró Tannis a su lado. Ella luce como si pudiera defenderse.

No me importa una buena pelea, Rico arrastró las palabras. Siempre y
cuando gane.

Él giró su silla y siguió la dirección de la mirada de Tannis, poso su atención a la


alta figura en la puerta. Él no la hubiera reconocido si no hubiera sabido lo que
buscaba.

El vestido plateado había desaparecido y un mono negro ajustado resaltaba el


cuerpo alto y tonificado. Ella entró con la gracia ágil de un depredador, una mano
apoyada en la pistola en su muslo. El pelo largo y rubio que había suavizado sus
facciones, se había ido también. En su lugar lo traía muy corto, un corte casi militar que
resaltaba sus pómulos afilados, y la nariz grande, casi aguileña. Sus ojos azules eran los
mismos, eran grandes como su boca de color rojo. Él bajó la mirada, no pudo ocultar la
curva exuberante de los pechos, y su cuerpo reaccionó a la vista.

Ella se detuvo enfrente de ellos, él levantó los ojos de sus pechos hacia el rostro
de ella para encontrar el fruncido ceño ante él.

Skylar, dijo, pateando una silla y dando una palmada en el asiento. Toma
asiento.

Ella le miró con recelo por un momento y luego tomó asiento.

Un buen disfraz.

Parte de mi entrenamiento, respondió ella.

¿Entrenamiento con los rebeldes?

Ella asintió con la cabeza.

Dime. ¿Por qué estabas con los rebeldes? Pareces demasiado... Él la miró,
tratando de pensar en la palabra correcta. Normal tal vez, pero él tenía una idea de que
estaba lejos de ser normal.

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¿Humana? Ella sugirió. Lo soy. Pero mis padres trabajaron para una de las
empresas de ingeniería genética. Ellos realmente creían que los humanos se podrían
mejorar mediante la modificación genética. Fueron asesinados en un ataque contra las
instalaciones. Mi hermano y yo escapamos y fuimos recogidos por una patrulla
rebelde… desde entonces hemos estado con ellos.

Hmm. Así que, ¿qué otra cosa te enseñaron a hacer? ¿Que eras exactamente?

¿Importa?

Complácenos.

Él la observaba atentamente. Ella estaba muy relajada, ningún indicio de tensión


en su cuerpo o cara. O bien ella era una muy buena actriz, o estaba diciendo la verdad.
Después del fallido disfraz, estaba bastante seguro de que estaba diciendo la verdad.

Fui piloto de caza, después líder de la división.

Impresionante.

Y así fue. Los rebeldes eran muy duros, lo tenían que ser para sobrevivir tanto
por el Colectivo como por la Iglesia. Para llegar a ser líder de la división tenía que ser
muy estricta. Y a él eso le gustaba de ella. Tuvo una imagen de ella retorciéndose
debajo de él, rogándole que la tomara, todo muy tentador. Tal vez ella intentara
pegarle un tiro. Y él tendría que frenarla…

¡Rico!

Salió de su ensueño para encontrar a Tannis mirándolo con desaprobación.

Mantén tu mente alejada de tus pantalones.

Mi mente no está en mis pantalones.

Ella puso los ojos en blanco. Concéntrate por unos pocos minutos.

Ella miró a Skylar. Bueno, ¿qué sabes?

Skylar respiró hondo.  Se llevaron a Jonny la semana pasada. Él estuvo en


Trakis Cinco. Él hizo el trabajo, pero algo salió mal. No sé por qué, pero lo atraparon.
Fue clasificado como de alta prioridad debido a “el Colectivo”, y lo enviaron
directamente a Trakis Uno. Traté de verlo antes de que se lo llevaran, pero…Ella se
detuvo y se mordió su labio. Por primera vez, Rico vio un indicio de la vulnerabilidad

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que había mostrado antes. Tal vez no había sido todo un acto. El sistema debía
iniciar una audiencia... pero no se llevo a cabo.

Ellos nunca lo hacen con los casos del Colectivo, dijo Tannis. ¿Sabes dónde
lo retienen?

Ella asintió con la cabeza. Los rebeldes estudiaron la posibilidad de sacarlo.


Pero cuando se enteraron de que estaba en la sección de alta seguridad, dijeron que no
había forma.

Genial, murmuró Tannis. La sección de alta seguridad de una prisión de


máxima seguridad. Tal vez sea imposible.

Sólo piensa en el dinero, murmuró Rico.

Oh, lo hago. Ella se volvió de nuevo a Skylar. Eso me recuerda. Te necesito


para establecer los pagos, quiero la mitad del total y la otra mitad en diez días. Estará
hecho para entonces, ya sea que lo logremos o estemos encerrados con Jonny en Trakis
Uno… rumbo a las minas de Meridian.

O muertos, añadió Rico alegremente.

Wow, dijo Tannis. Realmente no había pensado en esa opción.

Ella se puso de pie. Voy a hablar con Janey para ponerla a trabajar en el
sistema, a ver si podemos encontrar algunos Intel en Trakis Uno. Debe de haber un link
débil en alguna parte. Tenemos diez días para encontrarlo. Ella miro a Rico y después a
Skylar. Tendrás que ocuparte de nuestra invitada, ¿Rico?

Cuidaré cada uno de sus deseos, él respondió.

Sí, seguro que lo hará. Echo una última mirada a Skylar, negó con la cabeza,
y se dirigió a la puerta, murmurando algo no muy grato sobre los hombres cuando ella
se alejó.

......
Skylar esperó hasta que la capitana abandonara el puente antes de mirar a Rico,
quien estaba recostado en su silla, mirándola con sus ojos entornados. Él parecía
relajado, pero el aire vibraba con tensión, y un hilillo de aprehensión la atravesó.

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Había estado tan segura de que iba a perder interés una vez que ella se quitara
ese estúpido vestido. Sin embargo, la expresión de su rostro no era para intimidar o
desinteresada… era hambrienta.

Una energía vibró a lo largo de su piel, y ella se puso de pie. Voy a volver a mi
nave para hacer la transferencia.

Sus labios se curvaron en una sonrisa perezosa. No es necesario, tenemos


cuartos de huéspedes a bordo… puedes hacerlo desde allí.

Pero…

Insisto, dijo suavemente. Estarás más cómoda que en tu pequeño


transbordador.

Apretó los dientes y asintió con la cabeza.

Sólo dame un minuto. Rico presiono la unidad de comunicación a su lado.


Daisy, dijo. Levántate y ven aquí. Estarás conduciendo.

Skylar espero. Ella no sabía si volver a sentarse o permanecer de pie. No estaba


acostumbrada a la indecisión, no era parte de su naturaleza. Rico estaba totalmente
relajado, parecía hasta un poco divertido, ella se movió inquieta por su intensa mirada.
Se dispuso a admirar el equipo que se encontraba en el puente, la decoración negro
brillante y plata, y luego lo miro de reojo con su ropa de color negro y las armas
plateadas.

Dime, no pudo resistirse a preguntar, ¿Te vistes para que coincida con la
nave, o la decoración de la nave es para que coincida con tu guardarropa?

Él le dio otra sonrisa perezosa y abrió la boca para responder, cuando una mujer
apareció en la puerta. Skylar la miró fijamente. La mujer era de color verde.

Corrió hacia ellos cuando Rico se puso de pie. Skylar no se había dado cuenta
antes, pero sin sus zapatos de tacón, él aún le llevaba unos buenos quince centímetros
más.

Ella es Daisy, dijo a modo de introducción. Y ella es Skylar. Skylar es


nuestro nuevo cliente.

Daisy parecía joven, recién salida de la adolescencia, estaba vestida de negro,


una especie de mini versión de Rico, con botas hasta la rodilla. Su cabello estaba
recogido en una coleta. Ella asintió con la cabeza a Skylar y se volvió hacia Rico.
¿Quieres que conduzca? Skylar podía escuchar la emoción reprimida en su voz.

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Quiero que te sientes en mi silla y mires esa pantalla. Comunícate conmigo si
algo cambia.

Daisy sonrió. Sí, jefe.

Skylar miró hacia atrás cuando salieron del puente. Ella no quería quedarse
mirando, pero nunca había visto a alguien con ese tono de verde antes. La piel como
las hojas nuevas, el pelo de jade, y los ojos del color de las esmeraldas.

Ella es una planta híbrida, dijo Rico, cuando la puerta se cerró detrás de
ellos.

Nunca he visto una antes.

No quedan muchos de ellos. La Iglesia destruyó la mayor parte en la Gran


Purga. Daisy se escapó de una estación de GM justo antes de que fuera atacado por
fanáticos religiosos. El resto, incluyendo a su familia, fueron asesinados. Nosotros la
encontramos en su pequeña nave de rescate, en el espacio profundo, ella había estado
en cryo durante años.

¿La recogiste?

Tannis se hizo cargo. Él se encogió de hombros. Tannis es la capitana, la


tripulación es su responsabilidad.

Skylar levantó una ceja. Entonces, ¿cómo es? ¿Si ésta es tu nave, no tendrías
que ser el capitán?

No quiero ser el capitán. Me gusta vivir en el barco, me proporciona un


refugio seguro y un escape rápido si tengo que salir de algún lugar rápidamente…

Apuesto a que eso sucede a menudo, le interrumpió ella.

Él sonrió. De vez en cuando, pero no quiero asumir la responsabilidad. Esto


funciona bien para los dos. Me gusta mantener mi distancia con la tripulación.

¿Por qué?

En caso de que alguna vez tenga que... se detuvo cuando llegó a una puerta
y apretó su mano en el panel.

¿Comerlos?  Terminó ella por él.

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Él le dedicó una sonrisa. No como a cualquiera que esté en contacto… soy muy
selectivo, pero los seres humanos son frágiles, y he aprendido a no apegarme
demasiado.

La puerta se abrió. Skylar vaciló, y Rico colocó la mano en la baja espalda de ella.

Dio un salto y forzó una sonrisa. Gracias.

Los labios de él temblaron. Entraré un minuto para mostrarte dónde está cada
cosa. Aplicando una presión suave en su espalda.

Skylar se mantuvo firme. Estoy segura de que puedo encontrar todo lo que
necesito.

Él no le hizo caso. Y asegúrate de no tener problemas con la transferencia.

No habrá ningún problema.

El aumento la presión. Por un momento, Skylar se resistió, luego se encogió de


hombros mentalmente y entró.

Rico la siguió, y la puerta se cerró detrás de ellos. Cuando ella se apartó de él, su
mano cayó a su lado.

La cabina era grande, lujosa incluso, con una gran cama dominando el centro,
una silla y un escritorio. Este era el primer lugar en la nave que había visto con otro
color, la habitación estaba decorada en tonos azules. Su favorito.

Lindo , dijo.

Hace juego con tus ojos.

Su mirada voló hacia el rostro de él. Que original, murmuró.

Pero cierto.

Por un momento, sus ojos se encontraron. Sus oscuros ojos parecían divertidos,
pero con un toque de calor en sus profundidades. Una pequeña flama ardía en su
vientre, y ella empezó a inquietarse ¿Qué pasaba con este hombre? Ella nunca había
tenido problemas como éste antes. Apartó la mirada de él, tomó una respiración
profunda. Entonces, voy a hacer la transferencia.

Él descansaba apoyado en un hombro contra la pared con los brazos cruzados, la


miraba mientras ella se sentaba a la mesa y encendía la unidad de comunicación
externa.

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Al cabo de sólo unos minutos para que la transferencia se completara, ella se
quedó mirando la pantalla holográfica. Hecho. ¿Quieres comprobar?

Confío en ti.

Ella miró con sorpresa. ¿En serio?

Por supuesto. Somos un equipo ahora. Rico se separó de la pared. ¿Qué tal
algún tipo de celebración?

El tiempo para la celebración es cuando el trabajo está hecho.

Oh, vamos. Tome una copa conmigo.

¿Un trago de qué?

......
Rico contuvo una carcajada. Era evidente que esperaba que saltara sobre ella en
cualquier momento y se adhiriera a su bonito cuello. No es que la idea no se le haya
ocurrido. Con ese pensamiento, tuvo que controlar el hambre. Él no quería asustarla.

Bueno, no todavía. Siempre encontraba que con un poco de miedo aderezaba la


sangre.

Había pasado mucho tiempo desde que había sentido ésta necesidad. Tal vez
porque ella era una interesante combinación de resistencia y vulnerabilidad.
Anteriormente, sintió la atracción y confusión por parte de ella. Era obvio que no
estaba acostumbrada a tener estos sentimientos, esto lo intrigó.

Una misión imposible y una fascinante mujer, ¿qué más puede pedir un hombre?

Se desabrochó la correa que sujetaba la vaina de su espalda y se lo quitó,


colocando su espada en el suelo.

Skylar se le quedó mirando con recelo.

Simplemente me estoy poniendo cómodo, él dijo.

Introdujo la mano en el bolsillo, sacó un frasco de plata, lo levantó hacia ella, y lo


sacudió para que el líquido se agitara en el interior.

Oh, murmuró ella.

Suenas casi decepcionada.

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Ella frunció el ceño. Por supuesto que no.

Sacó dos copas de un estante del escritorio y sirvió el líquido. Tomó la suya e
hizo un gesto hacia Skylar para que hiciera lo mismo. Ella inspeccionó el líquido de
color ámbar, como si sospechara que fuese veneno, pero se llevó la copa a los labios y
tomó un pequeño sorbo. Parpadeó y dejó el vaso, sus ojos se llenaron de lágrimas.

¿Qué es esto? Hubo un leve chirrido en su voz.

Whiskey, dijo. Una vieja bebida de la Tierra. Es especial.

Él bebió el líquido y se sirvió otra vez. Se acomodó en el sofá frente a ella,


mientras miraba como ella tomaba otro sorbo y lamía una gota de whisky de sus
labios. Fijo su mirada en su boca y el hambre se agitó en su interior. Acercándose más,
respiró el cálido aroma de la mujer. Dime todo acerca de ti, Skylar Rossaria.

No hay nada que contar.

Ella era un conjunto de contradicciones, obviamente, tratando de parecer


indiferente y serena… un soldado endurecido, pero Rico podía oír la sangre golpeando
en sus venas. Él se inclinó un poco hacia delante, y el corazón de ella se disparó a un
ritmo más acelerado.

Siempre hay algo que contar.

Ella se encogió de hombros. Te dije todo lo que necesitabas saber.

Él ladeó la cabeza hacia un lado y estudió su rostro. Dios, ella era hermosa, pero
su expresión estaba en blanco, se preguntó lo que estaba escondiendo y lo mucho que
tendría que presionarla para obtener la verdad. Se dio cuenta de que no quería
forzarla. Bueno, dime algo que me gustaría saber.

Arqueo una ceja, y Rico tuvo la impresión de que la conversación social no era
algo a lo que ella estaba acostumbrada. Curioso.

¿Cómo qué? Preguntó.

Hmm…por ejemplo: ¿qué es lo que más te gusta del ejército rebelde?

Pensó por un momento. La planeación. Me gusta planear las operaciones.

¿No disparar a la gente? Mi conjetura es que eres buena en eso.

¿Por qué lo dices?

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Él asintió con la cabeza sus manos entrelazadas sobre el regazo. Tienes callos
en la palma y los dedos.

Ella apretó sus manos fuertemente. ¿Cómo lo sabes?

Los sentí de inmediato cuando nos dimos la mano.

Eso es lo que estabas haciendo. Pensé que estabas…Se interrumpió, sonando


casi decepcionada.

Rico sonrió. ¿Sosteniendo tu mano? Estaba haciéndolo también, querida.

Ella ignoró el término cariñoso y se encogió de hombros otra vez. He


entrenado bastante. Soy Buena.

Apuesto a que sí. Él tocó el asiento a su lado. ¿Por qué no vienes, te sientas
a mi lado y me dices en qué más eres buena?

Su mirada se disparó desde el asiento, después hacia él, y viceversa. Estoy muy
a gusto aquí, gracias. Tomó su copa, bebió el líquido de un solo trago, y tosió.
Wow. Ella tomó el frasco de plata y se sirvió otra medida. ¿Whiskey? ¿De la
Tierra? ¿Otro pasatiempo tuyo… el estudio de las antiguas bebidas humanas?

Algo así, murmuró, mirando con diversión cuando bebió la segunda copa.
Para alguien que no estaba acostumbrado a tomar alcohol, no debía tener tolerancia.
Se apoyó nuevamente sobre el respaldo y tomó un sorbo de su propia bebida,
anticipando el momento exacto en que el alcohol se filtrara al corriente sanguíneo. Ella
se levantó tambaleándose sobre sus pies, su mirada fija en el frasco como si fuera una
granada de gas, preparada y lista para explotar. ¿Me has drogado?

No exactamente.

Frunció el ceño. ¿Qué significa exactamente? Estiro su mano para apoyarse


sobre el escritorio, balanceándose un poco de sotavento. Me siento un poco extraña.

Muy poca gente sabía del alcohol, ya que había sido prohibida a principios del
siglo XXI por ser perjudicial para la vida humana. Sin embargo, él nunca había visto
algún efecto dramático antes. Pero, normalmente bebía con Tannis, quien podía beber
aún bajo la mesa. Se levantó y se dirigió hacia donde estaba Skylar. Ella no protestó
cuando él la levantó en sus brazos y la llevó a la cama. Se sentó, colocándola en su
regazo. La curva de las nalgas sobre su ingle, apoyando la espalda de él contra la
pared, saboreando la sensación, duro pero suave en todos los lugares interesantes.

Quédate quieta, murmuró. Te sentirás mejor en un minuto.

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Abrió los ojos y parpadeó hacia él. ¿Qué has hecho conmigo?

Nada a propósito. No te preocupes, el efecto va a pasar.

Es bastante agradable. Cierro los ojos y el mundo gira.

¿Nunca has tomado drogas de recreación?

Ella negó con la cabeza. Nunca. Mi familia no lo habría aprobado, y una vez
que estaba en el ejército, estaba prohibido.

Bueno, tu familia no está aquí ahora.

No. Suspiró y se movió.

Estaba seguro de que no fue intencional, pero su cuerpo respondió, levantando


sus caderas.

Ella estaba borracha.

Un mejor hombre no tomaría ventaja de ese hecho. A veces se complacía de ser


extraordinario y no ser un mejor hombre. Pasó un dedo debajo de su barbilla, levantó
su cabeza, y la besó. Skylar no se movió mientras él deslizaba su lengua entre sus
labios. Ella sabía a whisky y algo más, algo único, pero tan divino como había
esperado, y el tranquilamente le acarició con la lengua, sintiéndola temblar en sus
brazos.

Ella se retorció de nuevo, y esta vez sospechaba que fue intencional. Apoyándose
en sus brazos, ella lo montó, una rodilla a cada lado de sus caderas, apretándose hacia
abajo, frotando contra él hasta que le dolía de necesidad.

Instintivamente él empujó contra ella, y ella gemía desde su garganta.

El deseo ardió en su vientre, sus encías le dolían. Quería nada más que lanzarse
sobre ella y tomarla en todas las formas posibles, pero algo lo detuvo. Algo de la loca
necesidad de saber que esto no era del todo a causa del alcohol. Él se quedó inmóvil
cuando la impresión le golpeó en el estómago.

¡Qué momento para tener una conciencia!

Ella disperso pequeños besos en su rostro y la garganta, los dedos de ella tenían
un firme agarre en los hombros de él. Le tomó un minuto darse cuenta de que él no
respondía, y luego se apartó. Has parado.

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Rico la estudio. Tenía las mejillas sonrojadas y un pequeño pulso latía en la
garganta, pero sus ojos eran claros. ¿Cómo te sientes?

Se sentó sobre los talones, el ceño fruncido en confusión, como si considerara su


respuesta. Su mirada fija en él, y una lenta sonrisa se formo en su cara. Me
maravillosamente.

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Capítulo 6

Los ojos de él se abrieron por la sorpresa de la respuesta de ella.

Ella le había sorprendido. ¡Bueno!

Pero la verdad era que ella se sentía maravillosa. El mareo inicial había
pasado, y su sangre aún zumbaba. Ella sabía que era los efectos secundarios del
whisky que Rico le había dado, pero no estaba segura de que le importara. Era
como si su cuerpo hubiese despertado a la vida después de un largo y profundo
sueño.

De todos modos, hizo un análisis interno rápido, para la identificación de


los productos químicos que había en su organismo. Éstos en sólo un momento
podrían ser eliminarlos.

Pero vaciló.

Rico había dejado claro que la quería desde el momento en que se


conocieron. Y Skylar fue lo suficientemente honesta para admitirse a sí misma,
por lo menos, que no fue totalmente inmune a su encanto. Pero ella era un
soldado, y tenía toda la intención de mantener su mente, y el resto de ella
aislada, para dedicarse a su misión.

Justo, hasta hacía cinco minutos.

Ahora, con este hermoso zumbido de su sangre y el sexo duro de Rico


presionando, burlándose de ella con posibilidades deliciosas, estaba
reconsiderando su estrategia. Después de todo, estaba trabajando de encubierto.
Tal vez no tenía por qué ser tan rígida en su actitud. ¿Y no era la clave para
tener éxito, la capacidad de adaptarse a las diferentes circunstancias?

Mientras ella permaneciera con el control de la situación, ¿por qué no


podía hacerlo esta vez? No estaba fuera de los parámetros de su carácter, y
pudiera decirse después de todo, que había estado bajo algún tipo de influencia.
Tal vez, incluso podría acusar a Rico de ser un aprovechado. Skylar tuvo que

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reprimir una sonrisa ante la idea. Aunque sospechaba que a él no le importaría
la acusación, posiblemente, incluso la gozaría.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que había besado a un hombre?


¿Cuánto tiempo hacía que incluso lo hubiese querido? Tantos años que no
podía recordar. Pero entonces, con otros pensamientos en su mente y gente a su
alrededor podría ser que se sintiera inhibida.

Ahora ella no se sentía cohibida. Se sentía salvaje y caliente, con cada


terminación nerviosa sensibilizada.

Una pequeña duda le fastidiaba, pero ella la ignoró. Rico Sánchez era la
cosa más hermosa que jamás había visto. Observando ese rostro duro y guapo,
enviaba estremecimientos de placer sobre su piel, terminando en un duro nudo
de deseo en su vientre. El sabor de él lo tenía en su lengua, sus pechos le dolían,
su sexo se hinchaba por la necesidad de satisfacción.

Ella se movió un poco más, por lo que la rígida línea de su erección


presionada con mayor firmeza en contra de su núcleo, y el nudo se
desintegraba, derritiéndose.

Intentó una vez más el movimiento, y las llamas lamían a través de ella,
incendiando sus nervios, estableciéndose entre sus muslos. Cerrando los ojos, se
concentró en las sensaciones, meciéndose en su contra. Tan cerca…

¿Estás mareada?

La pregunta rompió su concentración, y sus párpados se abrieron. Rico


estaba mirándola, con sus cejas arqueadas.

Mi cabeza se siente bien. Se acercó más a él para darle un beso, pero
unas manos la sostuvieron por los hombros deteniéndola.

¿Qué demonios? El debería de haber seguido, y ahora él la miraba como si


no entendiera muy bien lo que estaba pasando. Tal vez era uno de esos tipos al
que les gustaba hacer todos los movimientos.

¿Y el resto? Preguntó.

Apretando los dientes, forzó una sonrisa. El resto de mí está bien.

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¿Estás desorientada? ¿Sabes lo que estás haciendo?

Ella giró los ojos. Bueno, creo que lo sé, aunque tengo que admitir que
ha sido desde hace poco tiempo.  Una idea horrible se le ocurrió. ¿Es esto
alguna rara mierda de vampiro? ¿Pueden los vampiros incluso tener relaciones
sexuales? ¡Por el infierno eterno, no me digas que eres impotente!

¿Impotente? Repitió la palabra como si no estuviese seguro de lo que


significaba.

Por favor, no me digas que tu preocupación no es más que una escena…


sólo lo estás preguntando por el hecho de que no puedes.

Skylar no podía creer que ese pensamiento la decepcionara tanto, mientras


que su cuerpo todavía pedía a gritos la liberación. Trató de retroceder, pero él
aumentó la presión, apretando sus brazos y sosteniéndola en su lugar.

¿Impotente? Dijo con un tono de incredulidad e indignación. Levantó


la cadera, empujando su erección contra ella demostrando un hecho real. No
soy impotente. Puedo tener relaciones sexuales. Muy calientes, con sexo
sudoroso y salvaje. Y muy frecuentemente.

El cuerpo de ella reaccionó por inercia a cada palabra que le decía, y se


frotó de nuevo contra su duro cuerpo. Excelentes noticias.

Las manos de él se deslizaron de los hombros hasta el cuello de su traje,


para tirar hacia abajo el sujetador. Dedos rápidos se engancharon en el cinturón
de armas de ella que llevaba en su cintura, y no hubo protesta cuando lo retiró y
lo colocó en la mesa al lado de ellos.

Deslizó sus frías manos hasta la caja torácica, separando el material, y


tomó sus pechos llenos con sus manos. Él los levantó y bajó su cabeza, trazando
con su caliente boca su duro pezón. Mordiéndolo y chupándolo con necesidad.
La sensación era exquisita, y un pequeño gemido escapó de su garganta,
sintiendo como el placer estallaba en su interior, invadiendo sus pechos hacia
su ingle.

Los dedos de ella estaban sujetando el pelo sedoso, tirando de la banda


para liberarlo y presionando su cabeza contra su pecho. Su mente se quedó en
blanco, sólo la caliente y húmeda boca que tenía en sus pechos importaba.

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Después de unos minutos, él la liberó, sus ojos estaban oscurecidos por la
pasión. En un movimiento fluido, él la levantó y giraron en la cama, ella
quedando bajo él en la suave cama. Un gruñido bajo retumbó en el pecho de él
cuando se inclino hacia el otro pecho con incontrolable necesidad, con un único
propósito, con una desesperación que ella nunca había conocido.

Su sangre rugía en sus oídos, ella levantó sus caderas, mientras deslizaba
el traje hasta los muslos, y luego se quitó las botas, a las que siguieron con
rapidez el resto de su ropa.

Él deslizó una mano por su pecho… hacia la base de su vientre… y luego


más abajo, deslizando un dedo entre los pliegues de su sexo para encontrarse
con su caliente humedad, ya preparada para él. Humedeció la punta de su
dedo y coqueteó en su centro hasta que sus piernas se abrieron para él.
Entonces se retiró, y ella gimió. Haciendo caso omiso del sonido, trazó un
camino descendente por la parte interna del muslo de ella.

¿Sabías, que tienes una vena, aquí mismo?Murmuró.

¿Una vena?

Frotó el pulgar sobre el punto. Déjame degustarte, para conocerlo.


Puedo decir mucho de un pequeño sorbo de tu sangre.

Ella se quedó inmóvil con sus palabras. El miedo atravesó con fuerza,
traspasando la niebla de placer inducida por su cerebro. ¿Qué… qué quieres
decir?

Él se encogió de hombros, casualmente trazando con su dedo hacia arriba


y hacia abajo la vena. Como cuántos años tienes, si es un híbrido o un clon.

El pánico estalló.

No, espera, no…

Shh, no dolerá. Te va a gustar, te lo prometo.

Ella se deslizó lejos de él. Nos pusimos de acuerdo… después del


rescate.

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Por un momento, ella pensó que él forzaría la situación y se preparó para
luchar. En cambio, él empezó a acariciarla en el muslo de ella, sumergido en su
interior, trazando círculos perezosos alrededor de su clítoris, sin dejar de
tocarla. Ella no pudo evitarlo, se acostó sobre su espalda, con la cadera
levantada y ampliando sus muslos. ¡Oh Dios! se siente tan bien…

Esto va a sentirse mejor. Se inclinó hacia abajo para acariciarla con su
lengua… su húmeda y caliente lengua, tan suave como si fuese de terciopelo…
y ella explotó de placer. Todo su cuerpo se tenso en la cama. Sus manos
sujetando la cadera de ella, sus fuertes dedos sosteniendo su carne… Él la
mantuvo firme en su lugar mientras su boca inteligentemente hacia trazos
juguetones con la lengua. Cuando los temblores se detuvieron, la mordió
ligeramente, y esta vez ella echó la cabeza hacia atrás y lanzó un grito.

Ella debió haberse desmayado. Cuando volvió en sí, él estaba en cuclillas


sobre su cuerpo, besando sus pechos, acariciando su garganta. Sus miembros se
sentían flácidos, no quería volver a moverse de nuevo.

La forma de sus colmillos le rozó la piel.

No, fue la palabra como un chillido.

No quieres decir eso, le susurró contra su piel.

Lo hago. Se aclaró la garganta. Sí.

Vas a disfrutarlo, te lo prometo.

Skylar pasó por alto el tono ronco de su voz, cálido y embriagador como el
whisky que le había dado antes. Tal vez lo disfrutaría, pero estaba fuera de
lugar. Si lo que él dijo fuese cierto, al saborear su sangre él sabría todo y la
misión habría terminado. Su primera misión sería un total fracaso, y debido a
sus estúpidos actos.

Hacía un esfuerzo para mantenerse en control.

Intentó concentrarse, pero era imposible con Rico acariciando sus muslos
y murmurando contra su piel todas las cosas que pensaba hacerle.

Tenía que salir de allí, pero no estaba segura de que él la dejara machar.
¿Qué es lo que realmente sabía de él? Él en ese momento estaba tratando de

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seducirla, pero eso podría cambiar si no le daba lo que él quería, pero no podía
arriesgarse a que él tomara su sangre por la fuerza. No, ella necesitaba un plan.

Él le mordió en un punto sensible de su hombro en la unión con su


garganta. Relájate, querida, y te prometo que pronto estarás rogando por más.

No había duda de que lo haría, de hecho, las palabras se cernían sobre los
labios de ella.

Piensa maldita sea.

¿Por qué demonios no se le entrenó para hacer frente a situaciones como


esta en la academia? Tal vez lo propondría, si lograba salir de esta en una sola
pieza. Cómo tratar con un vampiro quien da el más alucinante orgasmo de toda
tu vida y ahora quiere beber tu sangre.

Una risa histérica se originó mientras ella se imaginaba la respuesta del


coronel. Pero al pensar en el coronel, logró encontrar una salida, a pesar de
encontrarse con su función cerebral reducida. No era un plan perfecto y podría
ponerse en evidencia, pero era un riesgo que tenía que tomar. Abrió el enlace de
comunicación interna, envió un mensaje rápido y rogó para que ellos pronto le
respondieran antes de que ella empezara a rogar.

Rico levantó la cabeza. Sus miradas se encontraron, sus ojos brillaban


cuando él se echó hacia atrás como una serpiente enrollada preparada para
atacar.

Santo Meridian. Ya no tenía tiempo. Haz algo.

Y con todas sus fuerzas, ella se empujó contra él. Él era inhumanamente
fuerte, pero se las arregló para colocar una mano entre ellos y empujó con
fuerza. Él cayó de espaldas y ella rápidamente se colocó encima de él.

Un gruñido bajo salió de su garganta. ¿Qué…?

Sólo quiero devolverte el favor. Ella le acarició su vientre plano y le


abrió la cremallera del pantalón. Moviéndose rápidamente, deslizó su mano
dentro y envolvió sus dedos alrededor de su erección. Era enorme… y dura, era
como una fusión de acero y terciopelo. A pesar del peligro inminente, un
familiar pulso empezó a sentirse entre los muslos de ella.

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Él no estaba luchando ahora. Sus ojos estaban entrecerrados, la respiración
descompensaba. Ella se deslizó quedando de rodillas a su lado, todavía lo
sostenía en su puño apretado. Él levantó su cadera, y ella empujó hacia abajo el
pantalón. Inclinada sobre él, le sopló suavemente en la punta de su hinchado
miembro y al igual que la nave saltó hacia a un lado.

La fuerza del movimiento arrojó a Skylar de la cama. Rico cayó encima de


ella en una maraña de brazos y piernas enredados. Por un momento, se
quedaron quietos, entonces Rico se liberó y pulsó el enlace de comunicación
que llevaba en su muñeca.

Daisy, ¿qué diablos está pasando?

Tannis respondió. Pon tu polla de vuelta en tus pantalones y subid


hasta aquí. ¡Ahora!.

Él frunció el ceño. ¿Estás viéndonos?

No tuve opción -créeme-, pero te necesitamos aquí. Tenemos compañía.

Él suspiró y se puso de pie. Skylar aún yacía en el suelo, él la recogió y la


dejó caer en el centro de la cama.

Volveré. Y con esa declaración profética, se acomodó su pantalón y se


fue.

Skylar se quedó mirando la puerta cerrada. ¿Qué demonios acababa casi


de pasar?

Ella se puso de pie y se tambaleó, extendiendo la mano para mantener el


equilibrio.

Su cuerpo se sentía extraño. Había pasado un largo tiempo. Mucho


tiempo. Aun así, ¿cómo había dejado que las cosas fueran tan lejos y tan rápido?

Negó con la cabeza y buscó su traje. Se lo colocó y subió el cierre hasta el


cuello, luego se puso sus botas. Ella tomó las armas del cinturón. Aun no podía
creer que ella se hubiese dejado retirar sus armas. Su ropa tal vez, ¿pero su
arma?

Lo abrochó de nuevo y se sintió mejor de inmediato.

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Sus ojos se posaron en la copa sobre la mesa. Ella la recogió y olfateó,
deseando poder culpar a la bebida, sabiendo que no podía. El whisky estaba
bien y verdaderamente había desaparecido de su sistema ahora, y todo lo que
podía pensar era que había sido una idiota, como una hambrienta de sexo
vampírico. Depositó nuevamente la copa en la mesa.

No más sesiones de bebida con el vampiro. Tenía que asegurarse de


mantener la distancia a partir de ahora. No estaba segura de lo que descubriría
con su sangre, pero no iba a arriesgarse a bajar la guardia de nuevo. Por muy
bien que se había sentido. Su futuro dependía de eso.

Ella presionó su palma de la mano en la cerradura, y para su sorpresa, la


puerta se abrió. Al estaba apoyado contra la pared exterior, obviamente
esperando por ella.

La capitana me dijo que la acompañara al puente una vez que se


hubiese puesto su ropa.

Skylar entrecerró los ojos a la pequeña figura. ¿Cómo sabes que yo no


tenía nada de ropa?

Ella recordó el comentario de Rico en la unidad de comunicación, de


estarlo observando. Ella resopló. Santa mierda Meridian.

Dime que no todos…Ella se desvaneció cuando Al asintió con la


cabeza solemnemente.

No fue culpa de la capitana. Tenía que detener a Rico con rapidez y....
Él se encogió de hombros.

Dime que tú no viste.

Surgió en los monitores, respondió Al. Pero cerré los ojos.


Apretándolos.

Mierda. Por un momento, sus pestañas se cerraron, pero las cosas no


iban a mejorar por querer evadirse de la realidad. Una ola de ira se apoderó de
ella, ¿por qué diablos no había Rico apagado las cámaras antes de darle su
lujuriosa bebida? Si esto fuera una especie de entretenimiento previsto para la

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tripulación, ella lo mataría. ¡Y pensar que casi cedió…! Ella enderezó los
hombros y se alejó, dejando a Al sin saber si la seguía o no.

Otro disparo golpeó el barco, lanzándola contra la pared. Se frotó los


codos, se enderezó, y corrió hacia el puente.

Todo el mundo parecía sorprendentemente tranquilo teniendo en cuenta


que estaban siendo atacados. Rico descansaba en el asiento del piloto, hablando
con Daisy.

Salieron de la nada, dijo.

Cruceros intergalácticos del espacio no salen de la nada.

Bueno, estos lo hicieron.

Skylar estudio el monitor. La imagen de una nave de casi el doble del


tamaño del El Cazador y diez veces más potente se mostraba en la pantalla.
Estaba rodeándolo una vez más e iba a atacar, y rápidamente ella encontró con
que sostenerse. Esta vez se las arregló para mantenerse en pie.

Rico juró en voz alta. No se suelten de donde quiera que se estén
sosteniendo, dijo, y hábilmente maniobró la nave con un giro para esquivarlo,
él se acercó por detrás al crucero espacial. Pulsó el interruptor de las armas láser
y fuego dando a la otra nave. Fue un golpe directo, y la nave se desvió,
desapareciendo de la pantalla.

Eso debe mantenerlos alejados durante un minuto o dos.Ellos


esperaron en silencio, pero la pantalla quedó en blanco.

Se ha ido, dijo Daisy.

Tannis se asomó por arriba del hombro de Rico hacia las pantallas. ¿Qué
quiere decir que se fueron?

Desapareció.

Cruceros intergalácticos del espacio no desaparecen.

Bueno, éste lo hizo, dijo Daisy.

¿Qué está pasando? Preguntó Skylar.

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Tannis se volvió a verla. No sé. Parece que hemos llamado la atención
de un crucero del Colectivo. Salió de repente y ahora ha desaparecido. Miró a
Skylar sospechosamente. ¿Hay algo que no nos has dicho?

¿Cómo qué?

Como el hecho que trae al Colectivo siguiendo tu rastro.

No oculté el hecho de que estoy con los rebeldes y el Colectivo me


quiere. Pero, ¿realmente piensa que si ellos sabían que estaba a bordo, ellos solo
dispararían un par de veces para después desaparecer?

Los ojos amarillos parecían ver hasta en su interior pero Skylar sostuvo la
mirada, manteniendo su expresión inocente.

Tiene razón, dijo Rico rompiendo el silencio. Si sabían que había un
rebelde en el Cazador, nosotros seríamos abordados por ahora.

Todavía no me gusta.

Rico tecleó algo en la consola delante de él y sacudió la cabeza.


Definitivamente se han ido. ¿Hubo algún daño?

Nada de daños, dijo Daisy. Los escudos soportaron el impacto. Es


como si estuvieran jugando con nosotros. Como si no quisiesen hacer ningún
daño.

Entonces, ¿qué quieren? Preguntó Tannis.

Rico se encogió de hombros.Llamar la atención tal vez. Lo que sea, es el


momento de salir de aquí. Skylar se acercó a él y él giró en su silla y se puso
de pie. Hola, cariño… ¿Me extrañaste?

Con ese apelativo, su furia se manifestó otra vez. Echó hacia atrás su puño
y le dio un puñetazo en la boca.

Ow, murmuró ella, masajeando la mano.

Ella miró a la cara de Rico y dio un paso atrás. Un brillo de rubíes brillaba
por detrás de sus pestañas al entrecerrar los ojos.

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Una gota de sangre salió sobre su labio inferior. Él lo lamió lentamente y
se puso de pie con toda su altura frente a ella. Sus labios se abrieron en un
gruñido para mostrar los colmillos con gran nitidez.

La vista solo la puso más enojada… esos malditos colmillos le habían


metido en este lío en primer lugar… ya era tiempo de que él aprendiera a
guardarlos para sí. La mano de Skylar se dirigió a la pistola láser en la cadera, y
la mirada de él siguió el movimiento. Ella tomó una respiración profunda
calmadamente y lo pateó con su bota. Ella conectó con el muslo de él y barrió
las piernas para que él se estrellara contra el suelo. Desenfundando la pistola
láser en un movimiento fluido, se puso de pie sobre él, la pistola apuntando a
su corazón.

Él la miró durante un largo rato antes de que la tensión brotara de su


cuerpo. Él levanto su mano y acarició con su dedo su boca donde el puño había
conectado.

Hey, prometí volver.

Sabías que podían vernos. Sus ojos se estrecharon en él, y su dedo


acaricio el gatillo.

Él oscilaba su mirada entre su arma y su cara. Tal vez, pero no sabía


que observarían. Y el arma no me va a parar, pero duele, por lo que te sugiero
que lo pienses dos veces, antes de que me enojes más de lo que lo has hecho.

Ella sostuvo su postura por un minuto más, sólo para demostrar que
podía, y luego bajó la pistola y la metió de nuevo en la funda. Rico se levantó
con elegancia, sacudiéndose.

La mirada de él se dirigió a Tannis, que estaba apoyada contra la pared,


con una sonrisa. Gracias, capitana, por saltar a mi rescate.

Ella levantó un hombro descuidadamente. Estás vivo, ¿no? Ahora,


¿Crees que pueda sacarnos de aquí antes de que el crucero espacial regrese y
llevarnos después de todo?

Skylar salió del camino, y se prepararon para dar el salto. Tannis se acercó
a ella.

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Hey, no te sientas mal por ello.

Skylar frunció el ceño. ¿Sobre qué?

Estar desnuda y sudorosa con Rico.

Gracias por recordármelo.

¿Lo habías olvidado? ¿Quieres echarle un vistazo a los videos de


vigilancia?

Skylar no respondió.

Eso sí, dijo Tannis, Nunca había visto a Rico hacer un movimiento
tan rápido.

Skylar dejó escapar un gran suspiro de irritación. ¿Ese es tu punto de


vista?

Sólo estoy diciendo que él es un vampiro. Tannis se acercó más y bajó


la voz. Al parecer, si él no consigue el sexo de manera regular, se vuelve todo
oscuro y aterrador.

Skylar la miró, tratando de saber si estaba bromeando, pero Tannis como


de costumbre estaba inexpresiva.

Además, continuó Tannis, tienen esta cosa de la seducción. Les


ayuda a atrapar a sus presas, al parecer, como si todo el mundo estuviera tras
sus huesos.

No estaba tratando de saltar sobre sus huesos.

¿No? ¿Seguro que no te gustaría ver los videos? Hubiera jurado...


Sonrió.

Skylar resistió la tentación de sacar su pistola de nuevo pero en su lugar


cambio el tema. ¿Tienes algún plan?

Eres muy buena, murmuró Tannis. No estoy segura de qué hacer
contigo. No acabo de confiar en ti, pero no tengo ni idea de lo que quieres en
verdad. Ni siquiera puedo empezar a adivinar lo que podría ser después.

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Sólo quiero liberar a mi hermano.

Hmm. Esperemos que así sea, pero la doble cruz y Rico será el menor de
sus preocupaciones.

Ella le dio una última mirada a Skylar y luego cruzó el puente, una mano
descansando en su pistola láser. En la puerta, ella se volvió hacia la habitación.
Sugiero que nos dirijamos a hacia el sistema Trakis. Tenemos diez días para
que esto suceda.

¿Y dónde va, capitana? Preguntó Rico.

Voy a seguir el plan.

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Capítulo 7

Skylar estaba hambrienta.

Al menos, es lo que ella presumía por la sensación de vacío que tenía en la


boca del estómago. Era extraño, como si sus apetitos, hubieran estado reprimidos
durante mucho tiempo, y hubiesen renacido a la vida.

Todos sus apetitos.

Una imagen de Rico pasó por su mente, y ella se movió en su cama, apretando
sus muslos al recordar la sensación de su boca y las manos sobre sus pechos, entre
sus piernas....

¡Oh Dios! Tal vez la comida podría distraer a su mente del sexo.

Pero así como comida, ella quería compañía, una real.

Ayer por la noche, su primera noche a bordo, había declarado que estaba
agotada, y Al le había traído una bandeja con comida a su habitación. Tal vez esta
noche, él se quedaría a hablar con ella mientras comía. Y le contaría sobre Rico.

Rico de nuevo. Estaba obsesionada. Tenía que sacarlo de su mente, sus


manos... su boca… su lengua y...

Un ligero golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos. Se levantó de un


salto, cruzó la habitación y miró en el visor. Al estaba fuera, pasando de un pie a
otro. Esta noche, no le llevaba ninguna bandeja, y el estómago de Skylar retumbó en
señal de protesta.

Ella presionó la palma de su mano en el panel y la puerta se abrió.

Al metió las manos en los bolsillos. La capitana Tannis dice que si quiere
comer, tiene que unirse a nosotros en la galería.

Yo…

Ella dijo, que cualquier visitante que piense que es demasiado bueno para
no tener que comer con su equipo, se podría morir de hambre.

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Pero…

Entonces, ¿vas a venir? El vampiro no estará allí. Los vampiros no comen,


no alimentos, de todos modos.

Skylar tomó una decisión rápida, asintió con la cabeza, y siguió a Al por el
pasillo. Él se detuvo antes de llegar a la galería y se volvió hacia ella. Tú sabes, si
estás preocupada acerca del vampiro, yo puedo protegerte.

Skylar logró mantener su rostro serio. ¿Puedes? ¿No tienes trabajo que
hacer?

Al asintió con la cabeza. Pero cuando esté ocupado, uno de los otros podría
tomar el relevo. Él se mordió el labio inferior. Probablemente tendrías que
pagarles bien.

¿Crees que valdría la pena?

Oh, sí. Él no va a intentar nada, cuando uno de los tripulantes esté


alrededor tuyo. Él se lo prometió a la capitana. Estarás a salvo.

Skylar realmente no sentía miedo. Rico pudría querer merendársela a pesar


suyo. Por otro lado, después de su encuentro anterior, no estaba segura de cuanto
en contra de su voluntad sería. Además, estaba claro que Al no iba a estar satisfecho
hasta que estuviera a salvo. Eso está muy bien. Organízalo, y yo les pagaré.

La galería estaba justo en el centro de la nave. El olor de la comida emanaba


del salón, y su estómago rugió de nuevo. Una gran mesa ovalada ocupaba la mayor
parte del lugar, y un dispensador de comida estaba contra una pared. Cuatro
personas estaban sentadas alrededor de la mesa. Miraron hacia Skylar cuando se
acercó al umbral.

Bien por ti que te unes a nosotros, dijo Tannis.

Skylar logró no realizar una mueca dolorida por el tono sarcástico. En su


lugar, trazó en sus labios la apariencia de una sonrisa. Es un placer.

Junto a Tannis estaba sentada una mujer que ella no había visto antes. Era
perfecta, desde su pelo dorado rojizo, su elegante vestido negro hasta sus tacones
altos plateados. Los cuales eran lo más indicado para sus estilizadas piernas. Skylar
apostaba que esa mujer nunca se tropezaría con sus pies al caminar.

Soy Janey, dijo con una fácil sonrisa. Me ocupo de los sistemas. Daisy
ya la conoces, y agitó el tenedor hacía el hombre a su lado este es “El Trog”.

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Nuestro ingeniero. Él no habla mucho, así que no lo intentes y no lo comprometas
para participar en una conversación.

El Trog levantó la cabeza y soltó un gruñido. Parecía completamente humano,


pero era difícil confirmarlo por ignorar lo que había debajo de su mata de cabello
rubio oscuro.

Skylar sonrió en señal de saludo y se sentó en una silla. Al le entregó una


bandeja con los alimentos, y Skylar mantuvo la cabeza baja mientras comía.
Después de unos minutos, la conversación comenzó de nuevo, y ella dejó que
fluyera sobre ella. La comida era buena, una especie de estofado de carne. Estaba
deliciosa, sabía casi real. Finalmente, dejó el tenedor y se sentó completamente
satisfecha, para encontrar a todos mirándola. Todos, excepto Al, quien se puso de
pie y comenzó a recoger las bandejas, depositándolas en el bote de reciclaje.

Sus miradas empezaron a centrarse en algo detrás de ella. Skylar se giró a


mirar por encima de su hombro, y sintió que el aire escapaba de la habitación. La
figura alta de Rico descansaba en la puerta abierta. Atractivamente desaliñado, con
su pantalón negro y camisa de costumbre, pero sus armas habían desaparecido, sus
pies estaban desnudos y su cabello negro suelto sobre los hombros. Un nuevo tipo
de hambre rugió en su vientre.

Los labios de él se curvaron en una sonrisa, y con paso lento entró en la


habitación. Él la tocó suavemente en el hombro al pasar, y un escalofrío recorrió su
piel, su aliento se quedo atrapado en su garganta. Él sostenía algo en su mano, un
pequeño objeto rectangular que colocó sobre la mesa delante de él, cuando se sentó
en una silla frente a ella.

Skylar se puso en pie. Gracias por la comida, dijo en general.

Rico la miraba soñoliento. Quédate, murmuró. Cuando ella no se movió,


inclinó la cabeza hacia un lado y la estudió. ¿Qué te puede pasar con todo el
mundo aquí?

Tannis resopló, pero Skylar ignoró el sonido, concentrándose en Rico. Él se


apoyó más cerca. No te voy a morder, y me siento solo y nostálgico. Pensé que
podríamos jugar un juego de la vieja Tierra.Dijo mirando a todos a su alrededor.
Todos nosotros.

Skylar se dio cuenta de que quería quedarse. Todos parecían relajados, Janey y
Daisy estaban mirando a Rico con algo parecido a la adoración del héroe. Tannis
estaba ahora sonriendo.

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¿Qué daño podía hacer?

Vamos, Skylar, sabes que quieres jugar conmigo. El tono de Rico era tan
bajo y oscuro que encendió un fuego en su interior.

La llamarada de calor le recordó que era peligroso, que no podía confiar en si


misma cuando estaba alrededor de él y que debía salir inmediatamente de allí. En
su lugar, ella lentamente se sentó en su silla. ¿Qué vamos a jugar?

Él sonrió. Seven-card stud. Un juego que aprendí cuando viví en el Salvaje


Oeste. Alrededor de mil años atrás y un par de cientos más o menos.

He leído sobre el Salvaje Oeste, dijo Daisy con los ojos muy abiertos.
¿Eras un vaquero?

Con mirada divertida y un brillo en sus ojos le dijo. Soy un vampiro, cariño,
y no había muchas vacas que perseguir por la noche. Se relajó en su silla. Así
que esto, dijo él, cogiendo la caja delante de él, es una baraja de cartas.

......
Era cierto, él había sentido nostalgia, una nueva experiencia. Sospechaba que
Skylar era la causa, pero no tenía idea de por qué ella le afectaba tan
profundamente. Después de que ella le había golpeado ayer, había decidido darle
un poco de espacio. Pero durante todo el día, había tenido que reprimir el impulso
de ir a cazarla, pero no por el sexo o por la comida, era sólo para pasar tiempo con
ella, para llegar a conocerla. Era un solitario por naturaleza, por lo que no podía
entender que le pasaba con Skylar.

Ella era un misterio. Un soldado resistente, altamente capacitado que en


ocasiones dejaba ver su vulnerabilidad. Una hermosa mujer casi inconsciente de su
propia sexualidad.

Había resistido hasta esta noche, cuando había estado acostado solo en su
cabina, inquieto, incapaz de aplacar su inquietud, y de repente había anhelado
compañía. Una persona en particular. Entonces, se había reunido con el resto de la
tripulación, eso era lo que se necesitaba para que Skylar se sintiera a gusto.

Él captó la mirada de ella y vio como sus labios se curvaron en una dulce
sonrisa. Apostaría que fue la primera sonrisa genuina que había visto en su bello
rostro, y algo se retorció profundamente dentro de su pecho. Tuvo un repentino

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deseo de verla reír, para romper la reserva natural que se cernía sobre ella como un
escudo protector.

Reúnanse alrededor, niños, dijo. Les voy a enseñar todo lo que sé, que
es mucho, así que presten atención. Barajo las cartas. Y si son realmente buenos,
mañana por la noche, podría enseñarles una variación.

Daisy se rió. ¿Cual es?

Strip Póker Te dejaré los detalles a la imaginación. Pero esta noche vamos a
apostar con esto.Tomó una bolsa de cuero gastado de su bolsillo y la vació sobre
la mesa. Un pequeño puñado de piedras preciosas brillantes resonaron contra el
metal de color negro mate.

Cogió una piedra de la pila brillante y la alzó a Skylar. ¿Sabías que en la


Tierra, los hombres daban uno de estos a la mujer con la que querían casarse, y ella
se lo ponía en el dedo para que todos lo vieran?

Ella levantó una ceja. ¿Otra costumbre de la antigua Tierra?

Sí. Por la mesa, cogió la mano izquierda de ella. Este es el dedo del
anillo. Cuenta la leyenda que el cuarto dedo de la mano izquierda tiene una vena
que conduce directamente al corazón. El anillo se supone que simboliza el amor
eterno. Le sostuvo la mirada, mientras le frotaba la yema del pulgar sobre la
palma. Un escalofrío la recorrió. Retiró su mano y la colocó sobre su regazo, fuera
de su alcance.

¿Amor eterno? Qué dulce. Habló Tannis del lado de Rico y él se volvió de
mala gana a verla. ¿Le diste a tu esposa un anillo? Preguntó.

Lo hice…una esmeralda… tan verde como sus ojos.

Daisy se animó. ¿Cómo los míos?

Él detuvo una sonrisa. Dudaba que alguien tuviera los ojos o cualquier otra
cosa tan verde como Daisy. Así como los tuyos.

Se preguntó si Skylar preguntaría por su esposa, y si él le contestaría. Sin


embargo, a excepción de una ligera ampliación de sus ojos, ella no hablo.

Jugaba con la piedra que había recogido, la rozaba entre el índice y el pulgar.
No era una esmeralda, era una brillante amatista de color morado oscuro, relucía
con un fuego violeta. La lanzó hacia Skylar, y ella la cogió en su mano y cerró el
puño a su alrededor.

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Hermoso, murmuró Janey, recogiendo un diamante y sosteniéndolo a la
luz.

Y, por desgracia, no tienen ningún valor Sin embargo, estos fueron una vez
muy valiosos… un recuerdo de mis días como pirata.

¿Un verdadero pirata? ¿En un barco que navegaba por los océanos?

Eso era y uno excelente. A diferencia de las vacas, era más fácil perseguir
barcos en la oscuridad. Acomodó las piedras en montoncitos, empujando uno a
Skylar. Sus dedos tocaron ligeramente los de ella para que los tomara. Ella saltó
cuando un choque la recorrió a través de su cuerpo, y la satisfacción le calentó a él,
definitivamente ella no era inmune. Vamos a jugar.

Repartió la baraja. Ahora, puedes mirar tus cartas, pero no dejes que nadie
las vea.Miró a través de Skylar. Y no mires a escondidas. Cualquier engaño será
castigado severamente.

Ella sonrió de nuevo, y el sintió que estallaba en llamas. No, él no entendía lo


que le atraía de Skylar y todavía tenía ciertas dudas acerca de su historia. Y esto sólo
lo dejaba intrigado y la hacía más fascinante. Miró hacia delante para desentrañar el
misterio, él descubriría lo que había debajo de sus mentiras y evasivas respuestas.

Pero no esta noche. Dejando su pensamiento de lado, se fijó el gran reto de


hacer reír a Skylar Rossaria.

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Capítulo 8

Rico se acomodó en su asiento, levantó los brazos por encima de su cabeza, y se


estiró. Habían estado estudiando sobre Intel en Trakis Uno en las últimas horas. Hasta
el momento no habían encontrado nada que les pudiese ayudar.

Levantó la mirada para encontrar la de Skylar en él, y se estiró una vez más, le
gustó la manera en que ella lo miraba, comiéndoselo con los ojos. Ella ya llevaba con
ellos cinco días, y de alguna manera se las había arreglado para evitar estar a solas con
él en todo ese tiempo, a pesar de que tuvo la suerte de pasar las tardes con él y el resto
de la tripulación. Incluso había logrado hacerla reír un par de veces.

Él mantenía una agradable atmósfera durante los juegos con la tripulación, pero
por debajo de las bromas, se sorprendió al darse cuenta de lo que le estaba diciendo
acerca de sí mismo, revelando cosas que no había pensado en años… o nunca. Él
quería que ella supiera quién era. Lo que era. Y quería llegar a conocerla, también. Ella
estaba relajada, pero ella seguía siendo un enigma. Y si él trataba de estar a solas con
ella, ella desaparecía, o alguien milagrosamente aparecía y demandaba su atención.

En realidad era bastante impresionante.

Ella lo quería a él, de eso estaba seguro. Pero tenía una fuerza de voluntad
increíble. Podría presionar, pero estaba más interesado en ver cómo iba a terminar el
juego, y él iba a llegar al final. Un acuerdo era un acuerdo.

Si pudieras dejar de pensar en el sexo, sería posible que lograras encontrar una
forma para entrar en esa estúpida prisión, dijo Tannis que estaba al lado suyo.

Él sonrió y luego le ofreció su bebida a Skylar con el frasco de plata. Ella negó con
la cabeza, pero cambió de idea y asintió. Interesante, otra cosa que ella había evitado
desde su encuentro. Tal vez estaba dispuesta a aflojar un poco.

Tomó un sorbo de la bebida. Apenas si hizo una mueca. Es imposible, ¿no?

Nada es imposible, dijo Tannis. Es sólo un poco más complicado. Hay una
manera. Sólo que aún no la hemos encontrado.

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Skylar se puso de pie y caminó, pasando la mano por el pelo corto. Finalmente,
acomodó la silla, llenó el vaso, y se sentó nuevamente. Tannis iba a servirse más, pero
encontró el frasco vacío, poniéndose de pie dijo: ¿Tienes más de esto?

En mi cabina. ¿Quieres que vaya?

No, se ve que estás cómodo. No tardaré. Su mirada se detuvo en cada uno de
los dos. Sé bueno.

Rico se volvió a Skylar cuando la puerta se cerró detrás de Tannis. Al fin
solos. Skylar no respondió. En cambio, ella miró hacia el espacio. Después de un
minuto, ella lo miró, estudiándolo de cerca.

Entonces, ¿qué eres exactamente?  Le preguntó.

La pregunta lo tomó por sorpresa. No mucha gente quería saber los detalles. Ni
tuvieron nunca el valor de preguntarle. Pero la única cosa que Skylar no haría era
perder su bravura.

Esa es una pregunta interesante.

Ella puso los ojos en blanco. Sabes lo que quiero decir.

Te diré qué… pero si respondo, tú contestarás la que yo te haga.

Ella se encogió de hombros. ¿Por qué no? Primero yo. Por lo tanto, ¿qué eres?

Sabes lo que soy.

Eres un…hizo una pausa, obviamente, todavía tenía problemas con la


palabra "vampiro". Pensó por un momento. ¿Fuiste alguna vez humano?

Él asintió con la cabeza. Me toca a mí. ¿Cuántos años tienes?

Ella dudó, lo cual fue interesante. Treinta y dos. ¿Cuántos años tienes?

Tuvo que calcular su respuesta, ya que habían sido muchos años desde la última
vez que hiciera un alto al pensarlo. 1596.

Sus ojos se abrieron. Wow, eso es ser muy viejo.

Nací en 1452 en la Tierra. Ves, esta última fue una respuesta adicional. Ahora
mi pregunta. ¿Por qué me evitas?

Sus cejas se juntaron ante la pregunta. No me gusta perder el control.

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Rico estaba seguro de que era parte de su respuesta pero no estaba completa. Se
encogió de hombros, de todos modo descubriría sus secretos al final. Tu turno.

¿Con qué frecuencia necesitas beber? Quiero decir ¿Tienes hambre ahora?

No, no tengo hambre. Puedo pasar mucho tiempo entre cada alimento. Eso no
quiere decir que no lo tome si me es ofrecido.

Ella se mordió el labio. ¿Y matas a tus víctimas?

Él sonrió, y le dio una vista de sus colmillos. A veces.

......
La respuesta tomó por sorpresa a Skylar. Había estado esperando que eludiera la
cuestión.

Bueno, eso es ser honesto, murmuró. Ella no podía creer la edad que él tenía,
mucho más antigua que cualquiera de los Colectivos.

Se levantó con elegancia, y luego cruzó la habitación hacia ella. Cada uno de sus
sentidos se puso en alerta máxima.

Mediante un cuidadoso plan y un montón de ayuda por parte de Al y el resto de


la tripulación, había logrado evitar estar a solas con él durante los últimos días. Tal vez
debería inventarse una excusa y salir de aquí ahora mismo. Sin embargo, algo dentro
de ella le hacía ser imprudente y entusiasta. Estaba cansada de vivir una vida con
reglas estrictas y supervisión constante todo el tiempo. Estos últimos días habían sido
reveladores para ella. En ocasiones sentía que era una completa extraña quien había
despertado de un profundo sueño. No se había dado cuenta de cuánto había estado
restringida. Hasta se había preguntado, que estaba haciendo, que era lo que realmente
deseaba, y ahora se originaba una duda muy profunda en su subconsciente.

Además, por fin fue honesta consigo misma. No podía dejar de pensar en el sexo.
Durante años, ella no le había dado más que un ligero pensamiento, pero ahora la
atormentaba. Tannis había dado a entender que los vampiros tenían algún tipo de
poder que hacía que la gente quisiera… tal vez era eso. Puramente una cosa
depredador-presa.

Eso no impidió que sus pezones se endurecieran mientras él caminaba alrededor


de su silla y se detuvo detrás de ella. Ella miraba fijamente hacia delante, con el cuerpo

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rígido con anticipación mientras las manos de él se deslizaron sobre sus hombros. Sus
dedos se clavaron profundamente en el músculo tenso.

Estás muy tensa, le murmuró, bajando la cabeza por lo que su aliento fresco
rozó la parte de atrás de su cuello. Un estremecimiento de placer onduló por su
espalda hasta la base de su vientre, y ella tuvo que sacudirse mentalmente a fin de
concentrarse.

Es que justo me acabas de decir que matas a tu presa… perdón… A veces
matas a tu presa, y ahora estás oliéndome como si fuera un rico manjar.

Si, hueles lo suficientemente bien como para comerte. Respiró


profundamente. Y aunque a veces mato a mi presa, muy rara vez mato a mis
amantes. La besó en la oreja, la lengua húmeda acarició el interior, y ella cerró los
ojos para disfrutar de la sensación. Entonces, por qué no tenemos sexo ahora, él le
susurró, y podrás dejar de preocuparte.

Oh, Dios.

Le besó su cuello, y se sentía tan condenadamente bien… siguiendo patrones con


su lengua a través de su delicada carne, sus fuertes manos amasando sus hombros. La
cabeza de ella cayó hacia un lado para darle un mejor acceso, y las manos de él se
deslizaron hacia abajo de los hombros para tomar sus pechos. Los ojos de ella se
abrieron, y ella miró las manos, la pálida piel contra el negro de su traje. Sus dedos
rozaban sus pezones, masajeando sus pechos hasta que ella se retorcía en su asiento,
presionando sus muslos juntos para intensificar el creciente deseo.

¿Qué dices, Skylar?

Ella no podía decir nada, ni siquiera cuando la mano de él se deslizó hacia el


cierre en el cuello y siguió hacia abajo. Ella necesitaba su toque en su piel. La mano de
él tomo un pecho desnudo cuando su boca dejo el cuello de ella. Ella dejó escapar un
gemido en protesta, pero él le besó a lo largo de la mandíbula dando pequeños besos.
Por último, la boca de él estaba sobre la de ella, y su lengua empujó dentro de ella
mientras atormentaba un pezón hinchado entre el índice y el pulgar y le pellizcó con
fuerza. El placer y el dolor uniéndose al mismo tiempo. Su cadera se levantó de la silla,
su espalda se arqueó mientras se tragaba un gemido.

¿Te gusta esto? Él acarició el pezón sensibilizado con la palma de su mano,
antes de apretar de nuevo, esta vez con más fuerza. Un calor húmedo inundó su núcleo
con una profunda y ardiente necesidad que quemaba dentro de ella.

71
Él deslizó su mano sobre su estómago, sus dedos coqueteando con su ombligo,
luego más abajo, mientras dentro de ella se iba originando un nudo tenso de
sensaciones.

Genial, dijo Tannis desde la puerta. Es lindo ver que estas siendo “bueno”.

La mano de Rico se quedó inmóvil. Skylar cerró los ojos, luchó contra las ganas
de gritar por su frustración. Cuando los abrió, Tannis todavía estaba allí, mirando a los
dos con irritación en sus ojos amarillos.

Skylar subió el cierre, la mano de Rico aún estaba en su cuerpo, y la retiró. Ella
no se movió cuando Tannis cruzó la habitación, se sentó de nuevo, y llenó las tres
copas con el frasco que traía. Cuando Skylar estuvo segura de que su propia mano
estaría estable, cogió su copa e ingirió el líquido quemante de un solo trago. El calor la
invadió, penetrando en las frías esquinas, y ella ofreció su copa pidiendo más.

Cierto, dijo ella, cuando Tannis le sirvió el whisky, vamos a estudiar Intel
una vez más.

Tannis levantó una ceja, pero no dijo nada.

Skylar evitó mirar a Rico mientras él se sentaba al lado de Tannis. En su lugar,


abrió la pantalla de su palm de mano y escaneó la información, obligando a su mente a
funcionar para buscar alguna falla en la seguridad. Ella quedó impresionada por la
cantidad de información que había logrado sacar a relucir de una institución
clasificada. Era claro que había un montón de fugas en alguna parte.

Después de unos minutos, ella frunció el ceño. Aquí dice que no hay guardias.

Ellos no necesitan guardias, dijo Rico.

En realidad, dijo Tannis, ellos tienen guardias en el perímetro exterior,


pero no en la sección de alta seguridad donde estará tu hermano.

Skylar frunció el ceño. Eso no se siente correcto.

Sí, lo es. La sección de alta seguridad no necesita guardias porque los


prisioneros son mantenidos en cautiverio. No hay muchas posibilidades de escapar
cuando se está inconsciente.

¿Y lo que se refiere a entrar ahí?

No hay muchas posibilidades de eso, porque el principal problema es el propio


planeta. Es parte del sistema de Trakis y sus minas cercanas, así que también es casi

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imposible aproximarnos. Tannis encendió la pantalla principal, y un grupo de
planetas aparecieron, girando en un patrón complicado en órbitas en torno a un
número de soles. Skylar los reconoció como el sistema de Trakis, más o menos el centro
del universo ya que el Meridian había sido descubierto en Trakis Siete. Tannis redujo el
campo hasta dejar una imagen ampliada en un solo planeta, orbitando una estrella
negra. Trakis Uno.

Ya ves…Tannis se levantó e indicó. Trakis Uno se encuentra realmente en


una órbita elíptica alrededor de un agujero negro. En circunstancias normales, una
nave no puede acercarse. Ella se paseó por la habitación por un momento antes de
detenerse delante de la pantalla. Si tratamos de acercarnos en el momento
equivocado, sería muy probable que fuéramos aspirados por esa cosa y nunca más
podríamos salir. Ni siquiera ellos mantienen una nave en el planeta. No tendría
sentido, incluso si hay algún tipo de desastre, no podrían evacuar debido al agujero
negro.

Entonces, ¿cuando se hacen las entregas? Preguntó Rico.

Muy pocas veces.

Skylar estudió el planeta, observando la órbita más de cerca. Mi conjetura es


que ellos coinciden con las entregas de los presos de envío dentro y fuera, cuando la
Luna solo se alinea con el agujero negro. Probablemente podrías deslizarte más allá
sin ser jalado.

¿Probable?, preguntó Rico no muy convencido.

Bueno, ellos deben de hacerlo de alguna manera, dijo Tannis. Y si ellos


pueden, nosotros podemos. Después de todo, tenemos el mejor piloto en el universo.
Ella le sonrió a Rico. O al menos no deja de decírnoslo. Es tiempo de ver alguna
prueba.

¿Sabemos cuándo es la próxima alineación? Preguntó Skylar.

Bueno, si tu hermano está programado para ser enviado en un plazo de cinco


días, eso parece ser una buena apuesta… ellos no podrán sacarlo de allí si la nave no
puede entrar. A buscarlo.

Así que vamos a recoger a Jonny, y estaremos fuera de allí antes de que ellos
lleguen por él.

Desafortunadamente, no creo que vaya a ser tan fácil. Tannis se sentó de


nuevo y tomó un sorbo de su bebida.

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A su lado, Rico se movía inquieto. ¿Vas a decirnos el por qué?

Si. Los niveles de radiación en Trakis Uno están fuera de escala. El Cazador se
freiría al entrar en la atmósfera. Ellos tienen naves especiales que están protegidas.
Además también está el cómo entrar en la cárcel una vez que estemos ahí. Mi conjetura
es que será más alto el reconocimiento del ADN.

Tenemos un montón de cosas que resolver, dijo Rico. Necesitaremos a los


guardias reales.

Así es. O al menos partes de ellos.

Skylar se encogió de hombros. Tendremos que secuestrar la nave de


transporte, entonces.

Parece la única manera.

Skylar lo pensó por un minuto. Ellos tendrían que sacar a la tripulación. No le


gustaba la idea de muertes innecesarias, pero era un riesgo que tendrían que tomar.
Este trabajo es de alta prioridad - su jefe le había dicho en términos inequívocos que el
fracaso no era una opción. De todos modos, con suerte, la tripulación de la nave de
transporte se rendiría. O ellos podrían aturdirlos y encerrarlos. Bueno, suena como
un plan. ¿Cuándo lo hacemos?

Digo que esperemos hasta que la nave esté tan cerca de Trakis Uno tanto como
podamos, dijo Rico. La seguridad va a ser alta, y cuanto menos tiempo estemos a
bordo, menor posibilidad tendremos de romper uno de los protocolos. ¿Tienen idea de
por donde venga la nave?

Tannis estudió la pantalla por un momento. Trakis Cinco.

Queda a dos días de viaje.

Y un viaje de dos días desde aquí. Podemos interceptarlos. Tannis miró la


pantalla, con el ceño fruncido estropeando su rostro. Casi demasiado bien. Ella se
encogió de hombros. Voy a ver si puedo mendigar un poco más en Intel acerca de la
nave de transporte. Por lo menos averiguar el número de tripulantes y pondré a Janey
a trabajar en cómo romper los códigos. Creo que vamos a necesitar algo de sobornos
bastante costosos. Voy a dejar que ustedes dos…hizo una pausa y se encogió de
hombros otra vez lo que sea.

Skylar se puso en pie. Iré contigo.

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No, respondió con un movimiento enfático de la cabeza. Voy a estar en
contacto con gente y preferiría que no estuvieras ahí. Quédate aquí y mantén a Rico
fuera de problemas. Por otro lado…le guiñó un ojo él parece hambriento.

Skylar quiso discutir, pero no había mucho que pudiera decir. Rico estaba aún
sentado cuando Tannis se fue, con los brazos cruzados detrás de la cabeza, con una
mirada hambrienta. Casi parecía dormido con sus ojos medio cerrados.

Ahora, ¿dónde estábamos? , él murmuró.

Creo que voy a ir a hacer algunas investigaciones por mi cuenta, le dijo ella.

Él se frotó el pecho ausentemente, con una pequeña sonrisa curvando sus labios.
Ven aquí.

Skylar tenía que esforzarse para no moverse, pero le dolían las piernas por la
necesidad de ir a él. ¿Se trataría de otra de esas habilidades extrañas de seducción
vampírica?

Cuando ella no se movió, él levantó una ceja interrogante. Puso sus pies en el
suelo, se levantó y dio un paso hacia ella. Ella tenía la clara impresión de que estaba
siendo acosada.

Levantó la mano de ella, se la llevó a su boca y besó la punta de los dedos.

Sus piernas le temblaron, abrió la boca para decir algo, aunque no estaba segura
de que decir... Cuando alguien llamó a la puerta, y ambos se volvieron para mirar. La
delgada figura de Al se acercó a ellos parpadeando.

¿Skylar?

¿Sí?

Dijiste que querías ver la sala de máquinas.

Ella sonrió. Lo hice, ¿no?

Rico estaba mirando a Al con los labios apretados, pero no habló.

Bueno, dijo. Parece que tengo que irme. Te veo después.

Ella pensó que él iba a discutir, pero no dijo nada cuando soltaba su mano y se
volvió para seguir a Al. Dejó escapar el aliento mientras la puerta se cerraba tras ellos.
Ya fuese de alivio o decepción. Honestamente, no estaba segura.

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Alargó su mano y alborotó el pelo de Al. Buena jugada, chico.

Él sonrió por un momento y su expresión cambió, ella lo miró con más claridad.
Había algo que no está bien sobre Al, algo diferente, pero los detalles se le escapaban.
Ella sacudió la cabeza. Fuera lo que fuese, podía esperar.

Al sintió su mirada y agachó su cabeza. ¿De verdad quieres ver las salas de
máquinas?

No, voy a mi transbordador para ponerme al día con un par de cosas.

Está bien.Al asintió con la cabeza solemnemente. Y no te preocupes… te


dije… no voy a dejar que el vampiro te coma.

Gracias, muchacho.

Ella tomó el camino a través de la nave, de vuelta a la bahía de acoplamiento.


Entró en su transbordador, cerrando las puertas detrás de ella, y se hundió en la única
silla con un suspiro de alivio.

Necesitaba estar sola. Su cabeza era un desastre, y tenía que arreglarlo. Ella
frunció el ceño. ¿A quien quería engañar? Su cabeza era el menor de sus
preocupaciones. Era el resto de su cuerpo por el que había que preocuparse.

Oh, Dios, quería regresar con él. Ella frotó su mano sobre el pezón que estaba
sensibilizado por el toque de él y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Ella se retorció
en su asiento mientras recordaba la sensación de sus grandes manos acariciándola. Su
sabor cuando él la besó.

Le había tomado toda su fuerza de voluntad e ingenio, por no hablar de soborno,


para librarse de las garras de Rico durante tanto tiempo. ¿Podría sobrevivir otros cinco
días?

Y si no… ¿realmente él podría saber de ella con sólo probar su sangre?

Golpeó la cabeza contra el respaldo de su asiento y apretó los dientes. No podía


creer que tuviera esos pensamientos. Ella nunca había tenido problemas para mantener
su mente enfocada sólo en los trabajos que realizaba en las misiones anteriores, aunque
esta era la primera vez que estaba sola y aislada del resto de su gente. Y le gustaba. No
se había dado cuenta lo mucho que la limitaba la intriga y la política que era lo que
había plagado todas las facetas de su existencia. Suponía que era inevitable dada su
naturaleza, por esto las acataba. Pero aquí en El Cazador no había política.

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Sólo había un vampiro, muy sexy y hambriento, a quien ella deseaba más que a
nada de lo que hubiese deseado antes.

Pero era más que eso… a ella le gustaba. Desde aquella primera noche, él se
reunía con ellos todas las noches después de cenar y ella comprobó, una vez que pudo
estar relajada en su presencia, que él era increíblemente agradable. Con esa voz
profunda y rica, les contaba cuentos de la Vieja Tierra en esos tiempos, antes de los
viajes espaciales y de cómo los hombres habían conquistado finalmente el cielo. Él les
había enseñado a jugar al póker y les enseñaba varios juegos más de cartas, aunque él
no había mencionado el strip póker de nuevo. Fue divertido, y la diversión era algo
que había desaparecido de su vida o ella no podía recordarlo.

Tomó una fotografía de la consola que estaba frente a ella. El hombre de la foto
era muy diferente a Rico, en muchos aspectos.

A pesar de que ellos tenían una cosa en común, Daniel también había muerto,
pero no de la misma manera que Rico.

Daniel estaba muerto desde hacía muchos años. Pero había sido su decisión. Una
ola de vieja amargura se apoderó de ella por el recuerdo. Le habían dado la
oportunidad de quedarse con ella para siempre, y él había rechazado esa posibilidad.
Había hecho su elección, así como lo hizo ella y no se arrepentía.

Sólo a veces, ella deseaba…

Suspiró dispuesta a olvidarse de esos lejanos recuerdos y apartarlos de su mente.


Se estiró para encender una de las pantallas holográficas y empezó un juego de
solitario.

Tal vez lo mejor sería quedarse encerrada allí durante los próximos cinco días.

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Capítulo 9

Rico activó el piloto automático de la nave y se recostó en su silla, colocando sus


pies en la consola, con los brazos detrás de la cabeza. Su posición favorita. Ellos
estaban en curso para interceptar la nave de transporte, y no había más que hacer salvo
esperar.

Dios, odiaba esperar.

Daisy se sentó en la silla del copiloto, pero sus ojos estaban cerrados. Ella estaba
adormilada por estar trasnochando jugando al póquer. Habían estado jugando más de
lo habitual últimamente, pero él pensó que no le importaba, y por lo menos ella estaba
a salvo de él. Nunca le había gustado la comida verde, incluso cuando era humano.

Al otro lado de la habitación, estaban Skylar y Al acurrucados en el suelo con las


piernas cruzadas y sus rostros muy juntos. Ellos habían tomado una baraja de sus
cartas y jugaban un juego. Últimamente nunca se les veía separados. El niño estaba
pegado a Skylar todo el tiempo.

Al susurró algo a su oído, y Skylar echó la cabeza hacia atrás y se rió. Esto lo
irritó más. Con una sacudida por la impresión, se dio cuenta de que estaba celoso de
un niño escuálido. No podía recordar haber estado celoso antes, ni siquiera cuando
había sido humano.

Por un momento, su mente se agitó con pánico. ¿Qué diablos le pasaba? ¿Qué
había en Skylar que le hacía sentir de esta manera? Ella era hermosa, pero había
mujeres hermosas en todas partes. ¿Qué era diferente? Él tenía sus sospechas. Quizás
era el momento que la compartiera con ella.

Skylar por casualidad le dio un vistazo, como si pudiera sentir la intensidad de


su mirada. Ella levantó una ceja cuando vio que la observaba, y luego se volvió,
ignorándolo.

Él se puso de pie. Definitivamente era hora de tener una charla.

Mientras caminaba hacia ellos, la puerta se abrió. Janey se cernía en la puerta,


mirando a la habitación. Como de costumbre, su ropa era de buen gusto, su cabello y
maquillaje perfecto, tacones de diez centímetros de apoyo para sus piernas

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interminables. Ella era una mujer hermosa, pero no provocaba absolutamente nada en
él.

Janey lo vio y entró en la habitación, rodeando a Skylar y Al.

Se detuvo a su lado, casi tocándole, y de puntillas para susurrarle al oído.


Tengo que hablar contigo.

Bueno, habla. Rico devolvió su atención a Skylar, quien estaba haciendo su


mejor esfuerzo para fingir que no lo estaba mirando con Janey.

Se trata de lo que me pediste que hiciera.

De mala gana, se centró en Janey. ¿Qué cosa?

Con su ceño fruncido, ella miró a su alrededor antes de comenzar, Tú sabes...

Cuando él no respondió, ella lo miró fijamente. Me pediste que me asegurase


de que ese crucero espacial seguía en movimiento, y me dijiste que fuera discreta.

Las palabras fueron pronunciadas lo suficientemente fuerte como para despertar


a Daisy, y ella se levantó de un salto.  ¿Crucero espacial? ¿Dónde?

Mira lo que has hecho, espetó Janey.

No hay ningún crucero espacial. Vuelve a dormir, dijo Rico con dulzura a
Daisy. Se volvió a Janey. Tú, ven conmigo. Puso una mano en la parte baja de la
espalda, sobre todo porque sabía que Skylar estaba mirando, y la condujo fuera del
puente. Una vez que la puerta se cerró tras ellos, él la enfrento. ¿Y bien?

En realidad, hay un crucero espacial.

Él la miró bruscamente. ¿Lo has encontrado?

Ella le dio una sonrisa de suficiencia. Por supuesto. Fue fácil una vez que sabía
dónde buscar. Tenías razón… venía siguiéndonos, más allá de nuestro rango de censor
normal.

Rico metió las manos en los bolsillos y trató de comprender las implicaciones.
Esta era una de esas raras ocasiones en que en realidad esperaba estar equivocado. Sin
embargo, aún sabiendo, no podía averiguar lo que estaba pasando. Se paseó por el
estrecho corredor, mientras trataba de decidir cuál sería su próximo paso. ¿Pero qué
debería hacer…? si hacía ya un movimiento, o debería sólo esperar para ver qué
pasaba.

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Pero ya estaba harto de esperar.

La paciencia nunca había sido su fuerte.

Tannis se pondría furiosa si él los dirigiera al infierno, o incluso si él les causara


inconvenientes, y pasara la fecha límite para interceptar la nave de transporte.
Consideró brevemente discutir sus sospechas con ella, pero desechó la idea, sin
embargo Tannis era una mercenaria, no correría el riesgo con su equipo, y no estaba
dispuesto a renunciar a esto todavía. Además, no consideraba que el riesgo fuera muy
grande. Todo dependía de...

La puerta del puente se abrió, interrumpiendo sus pensamientos.

Skylar estaba allí, con los brazos cruzados sobre el pecho, estrechando su mirada
sobre él y Janey. Daisy sigue divagando sobre un crucero espacial. ¿Está ocurriendo
algo?

De repente, ya sabía lo que tenía que hacer. Él iba a luchar con el enemigo, si es
que ellos en realidad eran enemigos. Realmente no lo sabía, y esto lo irritaba aún más.
Le dio a Skylar lo que esperaba fuera una sonrisa enigmática. Puede ser.

¿Y vas a decirnos qué es?

¿Por qué estropear la sorpresa? Pasando más allá de ella, se dirigió hacia el
puente y se sentó en su silla. Junto a él, Daisy miraba con los ojos muy abiertos,
mientras que los otros llegaron detrás. Deberían sentarse y sujetarse. El viaje puede
ser algo irregular.

No se movieron. En realidad, antes de irte, Janey, ¿me puedes dar las últimas
coordenadas?

¿Que coordenadas? Preguntó Skylar.

Él ignoró la pregunta y esperó mientras Janey llegó con los números. Ella estaba
en lo cierto, la nave estaba detrás de ellos, fuera del rango. Apretó la unidad de
comunicación. ¿Tannis?

¿Qué? Su tono estaba cargado de mal humor, y sospechaba que lo que estaba
a punto de decir no iba a animarla.

Si aún no estas agarrantote a nada en este momento, es posible que desees
considerarlo.

¿Qué cosa...?

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Cerró la conexión y se acomodó en su asiento, colocando su arnés de seguridad
en el lugar. Todo el mundo estaba todavía en pie. ¿Es que nadie era capaz de acatar
órdenes?

¡Tomen asiento! Bramó.

Rico les dio diez segundos para cumplir su orden, y después introdujo las nuevas
coordenadas. El Cazador se desaceleró, se estremeció, pero antes de que la nave se
hubiera detenido completamente, encendió los propulsores y la envió a toda marcha.
Los motores se forzaron por la dirección contraria, y la fuerza de la velocidad lo
empujaba en su silla.

Detrás de él, alguien se estrelló contra el suelo. Realmente debería haber


escuchado.

Pasaron unos segundos antes de ver la estela del crucero del espacio en la
pantalla. Ellos fueron a toda velocidad hacia ella, y no redujo la marcha. Tenían que
hacerlo rápidamente, antes de que la otra nave se diera cuenta de lo que estaba
sucediendo.

La nave se hizo más grande, sin duda era la misma del ataque del otro día. Sí
ataque era la palabra correcta... Él preparó el láser y disparó. El Cazador no era lo
suficientemente potente como para hacerle un daño real, pero él apostaba que fuese
suficiente para poder pararlos.

Ahora era el momento para que ellos respondieran. Pero él no creía que lo
hicieran. Por supuesto, si él se equivocaba todos ellos serían polvo espacial en unos dos
segundos, aunque a él le gustaba pensar que no se equivocaba nunca, pero siempre
había una primera vez.

La otra nave ni tendría que dispararles. Ellos sólo tendrían que seguir adelante,
chocar contra ellos y El Cazador se rompería en pequeños trozos. La nave más grande
probablemente no sufriría más que un rasguño.

Contuvo el aliento, luchó contra el impulso de cambiar el rumbo, la imagen del


crucero espacial llenaba la pantalla.

Mierda. Estaba equivocado. Ellos iban a chocar.

En el último minuto, el crucero viró. Con la fuerza de su movimiento empujó e


hizo girar a El Cazador, por un minuto él estaba colgado sujetado a la silla por su
cinturón de seguridad. Pasó por alto el incidente y seguidamente escuchó el grito de
alguien que chocó contra el techo.

81
Cuando la nave se enderezó, la pantalla quedó vacía. Rico liberó su aliento y
empezó a evaluar los daños. Había nos cuantos botones de color rojo parpadeando en
la consola, pero nada drástico.

Skylar se estaba levantando del suelo. Tendría que haber adivinado que sería una
de las desobedientes. Ella hizo una mueca y se frotó un lugar en la cadera, pero por lo
demás parecía bien. Tal vez él se ofrecería para darle un beso a la magulladura... mejor
más tarde.

Todos los demás estaban donde debían estar. Hizo una pausa para estudiar a Al.
Los ojos del chico brillaban de emoción. Al se dio cuenta que Rico lo estaba
observando, y la emoción fue inmediatamente reemplazada por miedo. Extraño. Muy
extraño. Sin embargo, Rico no tuvo tiempo para reflexionar sobre el niño en estos
momentos.

Eso fue genial, dijo Daisy. ¿Podemos hacerlo de nuevo?

Rico sonrió. Hizo clic al abrir su arnés y se acercó donde estaba Skylar apoyada
contra la pared. ¿Estás bien?

Los ojos de ella se estrecharon. Abrió la boca para responder al mismo tiempo
que Tannis se dirigió hacia el puente, irradiaba pura furia, con la cabeza sangrando por
una pequeña herida del cuero cabelludo.

Otra que no había seguido sus órdenes.

¿Quieres decirme qué carajo está pasando? Gritó Tannis.

Hemos tenido a alguien siguiéndonos.

¿Quién?

Ese crucero espacial del otro día.

No estoy entendiendo esto. ¿Nos atacaron?

No exactamente.

Skylar replicóEste gran estúpido, con el cerebro muerto, chupa sangre idiota
pensó que nosotros deberíamos atacar primero.

Todo muerto, en realidad, añadió alegremente.

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Tannis frunció el ceño. Ella se acercó y se frotó la sangre que corría por su frente.
Rico siguió el movimiento. El peligro siempre despertaba su sed, y tuvo que
controlarla.

No entiendo. Tannis sacudió la cabeza. ¿Atacaste al crucero espacial? Su


voz se elevó con cada palabra. ¿El crucero espacial que es más grande, más rápido y
con diez veces más `potencia que nosotros?

Quería saber si nos iban a eliminar. Y la respuesta es no. Sea lo que sea, lo que
ellos están buscando, no nos quieren muertos.

Tannis no parecía impresionada con su explicación. ¿Y si hubiera querido


eliminarnos? Entonces, ¡adivinen qué… estaríamos muertos!

Pero no lo hicieron.

Ella apretó los dientes e hizo un esfuerzo visible para controlarse, y luego habló
en la unidad de comunicación. Trog, ¿cuál es el daño? Ella escuchó por un
momento. Hey, no me grites. Yo no soy el que casi hizo estallar los motores. Ella se
volvió hacia Rico. El sistema de refrigeración se jodió. Te sugiero bajar allí y
arreglarlo.

Rico le dio una última mirada a su expresión fija y decidió que el sistema de
refrigeración sonaba como el mejor lugar donde él podría estar. Además, necesitaba
tiempo para pensar.

......

Skylar lo vio alejarse.

¿Qué demonios había sido todo eso? Las manos le temblaban, y ella sabía que no
era sólo por el shock.

¿Cómo se había dado cuenta él que la nave los seguía?

¿Tienes algo que decir?

La pregunta cortó sus pensamientos. Tannis la miró enojada. ¿Y quién podría


culparla? Ella tenía a un loco volando su nave. Cuando planeó la misión esto no se le
había ocurrido, no había contado con el factor de que el piloto fuera un idiota suicida.

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¿Él lo era?

No podía sacarse de la cabeza que Rico sabía más de lo que dejaba ver. Pero ese
no podía ser el caso. De lo contrario, ¿por qué ella estaba aún con vida?

¿Y bien?, preguntó Tannis.

Skylar frunció el ceño. Ya había olvidado la pregunta. Creo que necesito ir a


acostarme. Sin esperar respuesta, dio media vuelta y se alejó.

Al se encontró con ella en el pasillo. ¿Estás bien?

Ella asintió con la cabeza.

¿Quieres que vaya contigo?

No. Ella siguió pero se detuvo. ¿Dónde está el sistema de refrigeración?

Abajo en el nivel inferior, al lado de la sala de máquinas. ¿Quieres que te


enseñe?

Gracias, es fácil de encontrar.

Ella sintió la preocupada mirada de Al en su espalda durante todo el camino por


el pasillo, hasta que tomó la rampa para bajar a los niveles inferiores. Ella tenía que
saber lo que Rico pensaba, por si su misión había sido comprometida.

Mierda. Ella estaría jodida por completo si tenía que salir ahora. De ninguna
manera podría planear todo de nuevo en el tiempo que le quedaba. Su primera misión,
y ella la había arruinado. No estaba segura de cómo arreglarlo. Quizá Rico había
sentido el mensaje que había enviado, pero ella había sido rápida, y la frecuencia no
era algo que ellos detectaran. Y fue días atrás, ¿por qué esperar a enfrentarse a ella?

Sabía que había llegado a la sala de refrigeración por las olas de vapor que salían
flotando debajo de la negra puerta. Ella presionó la mano en el panel de la puerta. No
pasó nada. Tal vez no estaría autorizada a entrar en esta parte de la nave. Por un
momento, pensó en dar marcha atrás, pero necesitaba saber. Puso la mano en la puerta.
Todavía nada. Acarició varias veces el metal de la culata de su pistola láser.

La puerta se deslizó. Rico estaba en la entrada. Skylar, que agradable sorpresa.


Miró hacia abajo a la pistola que aún sujetaba en su mano. ¿Planeas disparar a
alguien?

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Tuvo la tentación. Tal vez pudiera dispararle, lanzar el cuerpo fuera de la nave y
nadie lo sabría. Estaba casi segura de que él no había compartido la información que
tenía.

¿Podría hacerlo ella?

Él se quedó quieto, con una sonrisa, esto provocó que el vientre de ella se
apretara. Su ropa estaba empapada, aferrándose a las fuertes líneas de su cuerpo, su
cabello húmedo, con la piel reluciente, con una fina capa de humedad.

Enfundó su pistola. Sólo quería saber lo que está pasando.

Estoy arreglando el sistema de refrigeración… ¿Quieres ayudar?

Ella apretó los dientes. Me refería al crucero espacial.

Nada de lo que tengas que preocupar a tu linda cabecita.

Sus ojos brillaron con diversión, y ella se obligó a tomar una respiración
profunda, relajante. Él estaba tratando de desviarla del tema, y ella no iba a dejarle ver
que estaba teniendo éxito. Ella curvó sus labios en la apariencia de una sonrisa. Esto
es muy amable de tu parte, pero es la vida de mi hermano la que está en juego aquí. No
puedo evitar preocuparme.

Hmm, por un momento, de hecho me había olvidado de tu hermano. Que


negligente de mi parte. Él dio un paso al costado e hizo un gesto hacia la habitación
tras él. ¿Por qué no entras? y así podrás relajar tu mente mientras trabajo.

Skylar se asomó y vio el salón lleno de vapor.

No puedo detenerme ahora, dijo Rico cuando ella vaciló. Trog amenaza
con abandonar la nave si no soluciono esto rápido.

El espeso calor húmedo la envolvió tan pronto como entró en la habitación. La


puerta se cerró tras ella, e inmediatamente el sudor brotó de sus poros. Respirando el
aire pesado y caliente, se sentía como si se estuviera ahogando, y tomó respiraciones
rápidas y poco profundas, hasta que estuvo segura de poder llevar suficiente oxígeno a
sus pulmones.

La habitación era pequeña, un gran cilindro en el centro silbaba de vapor, de las


uniones alrededor de la base. Rico se puso de espaldas a ella, tecleando en una
consola, y sus músculos se marcaban en su ropa ajustada. Incluso por detrás, era la
cosa más hermosa que había visto nunca, con hombros anchos, caderas magras y
piernas largas y musculosas.

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Después de trabajar durante un minuto, él juró por lo bajo y golpeó su puño con
fuerza. ¡Bien! Ahora debe funcionar. Dame unos minutos para reiniciar, y podremos
salir de aquí.

Él se volvió hacia ella, apoyado en el mostrador, con los brazos cruzados sobre el
pecho. Su piel húmeda por el vapor o el sudor, sus gruesas pestañas más espesas por la
humedad. La mirada de ella se deslizó sobre la camisa donde resaltaban los duros
músculos de su pecho. Ella podía ver la silueta de sus tetillas a través de la seda
húmeda.

Tragó saliva y miró hacia otro lado antes de que sus ojos examinaran más abajo.
En su lugar, ella se centró en un gran botón rojo en la pared junto a él.¿Qué hace eso?
Le preguntó.

Configura el sistema de refrigeración de emergencia.

¿No es esta una emergencia?

Todavía no.

Ella se limpió el sudor de su frente. ¿No puedes presionarlo de todos modos?

Él se estremeció. Realmente preferiría no hacerlo. Ahora, ¿qué quieres saber?

Ella lamió la humedad de sus labios y vio cuando sus ojos siguieron el
movimiento. No había pensado que podría conseguir estar más caliente aquí, pero la
temperatura se disparó. Se obligó a concentrarse. Necesitaba respuestas. Aunque si
Rico sospechaba algo, se lo ocultaba muy bien.

¿Es necesario suspender el rescate?

La sorpresa cruzó su rostro ¿Por qué piensas eso?

Ella frunció el ceño. Ese crucero espacial…

No tiene nada que ver contigo o el rescate, interrumpió él. Sólo es alguien
que me conoce y al que yo le debo algo. Por eso sabía que no dispararía. Este tipo no
me quiere muerto. Bueno, no todavía. Él quiere que le pague… entonces él me querrá
muerto.

¿No fue un barco del Colectivo?

Sí, pero este tipo tiene amigos en lugares altos.

Entonces, ¿por qué no nos captura?

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Él se encogió de hombros. Supongo que me permitió saber que nos encontró,
pero no te preocupes por esto cariño, él dio unas palmaditas en la pared de la nave,
este bebé, tiene algunas maniobras de lujo en ella. Vamos a salir de ésta.

Había algo que no estaba bien, pero Skylar no pudo averiguar qué era. Tal vez el
calor le estaba afectando, o el hecho de que Rico de pronto parecía mucho más cerca.
Ella dio un paso atrás y miró a su alrededor, la espesa niebla de vapor parecía haberse
dispersado un poco.

¿Está todo listo? ¿Podemos salir de aquí? , dijo.

Todavía no. Él se acercó de nuevo y le acarició la mejilla.

¿Te sientes bien? Pasando su mano alrededor de su garganta, ahuecó la parte


posterior de su cráneo, masajeando el cuero cabelludo con los dedos. ¿Te has
golpeado la cabeza al caerte?

No. Me he golpeado la cadera, eso es todo. Ante el recuerdo su ira aumentó.


¿En el nombre de Meridian, qué estabas haciendo? Podrías habernos matado a todos.

¿No les dije que se sujetaran?

Sí, claro, y eso habría ayudado mucho si nos hubieran convertido en pequeños
pedacitos.

Se rió por lo bajo, y su mano se deslizó por su cuerpo, para descansar en la


cadera, frotando suavemente la zona dolorida. ¿Quieres que lo bese?

Debido a las palabras que le dijo, los músculos de su vientre se apretaron. Ella
tenía un flashback de la sensación de su boca en ella, la cabeza oscura entre sus muslos.
Con sus piernas apretadas, casi se vino ante el recuerdo.

Tenía que distraer su mente del sexo. Ella no podía permitirse relajarse ante él.
Cerró los ojos, concentrándose en un mantra rápido, calmando su mente. Cuando tuvo
a su cuerpo bajo control, ella retiró la mano de él y puso rígida su columna vertebral.

Sí, ella estaba sensible y debería irse inmediatamente. Lo último que debería
hacer es estar a solas con él, pero había querido preguntarle un par de cosas en
realidad.

Él era la persona con más edad de la que hubiese oído hablar nunca, sin
embargo, no se parecía a otros con larga existencia que ella había conocido. ¿Puedo
hacerte una pregunta?

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Puedes preguntar, aunque podría no responder.

¿Te gusta vivir por siempre?

Él le dirigió una sonrisa. Bueno, hasta ahora, siempre he preferido esto a la


alternativa.

¿Pero no te aburres?

No, nunca me he aburrido. Hay todo un universo ahí fuera esperando a ser
explorado.Sonrió. Además, he aprendido a mantenerme entretenido.

Ella decidió no seguir adelante con eso. Entonces, ¿Tú elegiste ser lo que eres?

¿Un vampiro?

Sí, ¿Lo elegiste debido a la inmortalidad?

Él negó con la cabeza.

¿Entonces, por qué?

Por un momento, ella pensó que él no respondería, y luego se encogió de


hombros. Me casé una vez. Ella fue asesinada y quería venganza.

Su voz era inexpresiva, y Skylar no tenía idea de lo que estaba pensando. ¿Qué
pasó?

La Iglesia… la Inquisición, para ser precisos… la tomó. La acusaron de ser una
bruja…

¿Una bruja?

Ella era una sanadora. A la Iglesia no le importó que ella ayudara a la gente.
Vinieron a buscarla cuando yo no estaba. En el momento en que regresé, ella estaba
muerta. La torturaron y la quemaron en la hoguera.

Lo siento.

No… fue hace mucho tiempo. Después, fui a cazar la oscuridad. Si buscas lo
suficiente, siempre puedes encontrarla. Se podría decir que he vendido mi alma por la
venganza, pues la tuve muchas veces, por lo que el trato fue bueno.

La idea de que Rico hubiese estado casado la hacía sentir incómoda, y la


siguiente pregunta salió antes de que pudiera detenerla. ¿La amabas?

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Se encogió de hombros. Fue un matrimonio arreglado por nuestras familias,
pero me importaba.

......
La piel de ella brillaba por la humedad, su cabello estaba pegado su cráneo, sus
grandes ojos ensombrecidos con la muerte de alguien a quien nunca había conocido.
Una muerte que había sucedido hace muchos siglos.

Una ola de ternura inesperada se levantó de su interior. Por alguna razón, Skylar
sacaba las emociones que había pensado que había perdido. Tal vez las emociones que
nunca había tenido antes.

En vista de lo que él sospechaba, no era prudente interesarse por ella.

Pero, Dios, ella lo tenía bien sujeto.

El material del traje de ella le moldeaba sus grandes pechos y piernas delgadas.
Respiró y percibió el aroma de su excitación en el aire caliente. Ella lo quería, y con el
conocimiento, su propio cuerpo respondió, calentándose en su interior. Permitió que
su hambre emergiera, empujando las dudas de su mente.

Inclinándose cerca, él le susurró al oído. Suficientes preguntas. Todavía me


debes un orgasmo.

Sus ojos se abrieron ante él, y él se aprovechó de su asombro, deslizando una


mano entre sus cuerpos, entre sus muslos, sintiéndola temblar contra él. Percibió el
momento en el que abandonó la lucha y toda la tensión se fue.

Presionando hacia arriba con sus dedos le frotaba su centro, y ella gemía bajo en
su garganta. Ella estaba a punto… ya en el borde, y ella no tardó en llegar, su cuerpo se
estremeció de placer, un grito pequeño escapo de su garganta.

Esperó a que los temblores pararan y la besó suavemente en los labios. Dos
orgasmos, murmuró él.

Ella levantó la cabeza. Tenía los ojos medio cerrados, la cara enrojecida.  Y Yo
siempre pago mis deudas.

Ella se puso de rodillas delante de él. Él había estado duro desde el momento en
que ella entró a la habitación. Ahora palpitaba con la necesidad.

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Él se mantuvo inmóvil cuando los dedos de ella trazaron a lo largo de su
erección. Sus dedos trabajaron en su pantalón, pero al fin abrió el material pegado a su
piel y su miembro se liberó.

Se sentó sobre los talones por un momento mirándolo. Ella sacó su lengua y
lamió sus labios… él gimió. No pudo evitarlo. Apoyó sus manos en ella. Él le acarició
un hombro, y ahuecando la parte posterior de la cabeza de ella con su mano, tiró de
ella más cerca. Su cálido aliento llego a la punta sensibilizada y lo acercó hacia él.
Debajo de sus pestañas, la mirada de ella atrapó la de él y sentía como la sangre latía en
sus venas, pulsando en su miembro.

Entonces ella le lamió.

Él cerró los ojos, apoyó la espalda contra la pared mientras ella lo exploraba con
su lengua aterciopelada. Su toque era delicado en un primer momento. Rico había
usado prostitutas que con la práctica sabían exactamente qué hacer, pero esto era
mucho más erótico. Ella besó la punta, y el empujó sus caderas contra ella. Pasó la
lengua por el borde, y él se tragó otro gemido.

Finalmente, ella lo tomó en su boca. Él abrió los ojos y fijo su mirada en los labios
rojos, llenos rodeándolo. Los dedos de él se cerraron en su cabello, presionando más
cerca, y ella lo chupaba más fuerte.

El forzó su mano a relajarse, le acarició el cabello, el cuello y en cualquier otro


lugar que pudiera tocar… mientras él continuaba tranquilamente empujándose en esa
boca caliente y húmeda. El placer intenso se iba construyendo dentro de él. Estaba tan
cerca… su respiración empezó a agitarse. Ella acarició sus pelotas con la mano, apretó,
y él explotó.

El placer invadió sus bolas… su eje… se derritió su columna vertebral. Su


espalda se arqueó y se vino. Por largos momentos, bombeó en su boca, incapaz de
detenerse. Finalmente, ella se echó hacia atrás, su lengua serpenteaba al lamer su labio
inferior. Umm.

-¿Umm?

Sabes…Ella se lamió los labios de nuevo y un temblor de placer residual tiró


a través de él, sacudiendo sus caderas. ... Delicioso.

Con esa palabra, otra clase de hambre surgió en él, y le dolían las encías por la
necesidad de saborearla. Ven aquí. Él la levantó, acercándola contra él. Todo
estaba caliente y húmedo. La besó en la boca… las mejillas… enterró su cara entre el
cuello y el hombro, lamiendo la piel húmeda, encontrando el punto en que la sangre

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corría cerca de la superficie, tocó su pulso con la lengua. Ella no lo estaba combatiendo
ahora, y él sabía que podía tenerla. Su hambre se incrementó cuando los colmillos
rozaron la carne tierna. Hacía días desde que había comido, pero él no se atrevía a dar
el paso final.

Si él la probaba, ¿Que descubriría?

En este momento, él sólo sospechaba de ella. Si él supiera a ciencia cierta, ¿él


tendría que poner fin a esta farsa? ¿Poner un alto a Skylar? E incluso si él probaba que
era una mentirosa, no podría explicar lo que ella era realmente. Dudaba que pudiera
hacerla hablar, y él quería saber.

En realidad, él quería que se lo dijera por su propia voluntad, y para ello


necesitaba más tiempo.

Cuando él no se movió, ella se retorció contra él. Su hambre rugió, luchando


contra el dominio feroz que tenía en su control. Si ella se movía de nuevo, sabía que se
perdería, tomándola. Entonces ella apretó sus caderas contra él y su control se esfumó.
Sólo había una manera segura de que pudiera detenerse ahora. El fijo su mirada en el
botón rojo en la pared junto a él.

Dios, odiaba el agua fría.

Movió a Skylar, la sostuvo con su brazo, y tomando una respiración profunda,


presionó el botón.

El efecto fue instantáneo.

Skylar gritó, y esta vez no fue por placer.

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Capítulo 10

La seguridad va a ser mucho más baja al entrar, dijo Tannis. Ellos no se
imaginan que alguien se arriesgaría a atacar una nave fuertemente armada y preparada
para todo tipo de ataque. Por lo que atacaremos antes de que lleguen a Trakis Uno.

Toda la tripulación se había reunido para revisar el plan final. Skylar se apoyó
contra la pared, con los brazos cruzados, mientras observaba a Rico por el rabillo del
ojo. Un escalofrío la recorrió. Veinticuatro horas habían pasado, y todavía se sentía
helada hasta los huesos.

Estaba segura que él lo había hecho a propósito, a pesar de su expresión de


inocencia.

Lo que no entendía era por qué.

Ella se había entregado. Le habría dejado hacerle lo que él quisiera, pero en vez
de hacer lo obvio, él había presionado el estúpido botón que casi los mata del frio.

Entonces, Skylar hará su aparición, añadió Rico. Son una tripulación de


varones, por lo que ella se colocará ese traje corto y les enviará a ellos una señal de
socorro. Ellos lo verán sospechoso, pero con un poco de suerte, sólo se pondrán en
alerta de código color amarillo. Podremos trabajar con esa situación.

¿Qué pasa si van a un código rojo? Preguntó Skylar.

Ellos van a un código rojo y nosotros estaremos jodidos. Le sonrió. Bueno,
en realidad, en esa situación serás tú simplemente quien esté jodida, porque nosotros
estaremos fuera de ahí.

Estupendo plan hasta el momento…

Pero no creo que ellos lo hagan, agregó Tannis rápidamente. Una vez que
estés a bordo, tu trabajo es ver que no vayan a rojo. Detenerlos de cualquier forma que
desees, sólo asegúrate de que no se agrave cuando nosotros subamos a bordo, y si
fuera posible apagar el color amarillo. También necesitarás eliminar sus escudos
externos para que podamos abordar. Si puedes hacerlo desde el panel de control…
genial. Si no, Janey tiene algo que te ayudará.

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Janey estaba sentada aparte del grupo, sus uñas perfectamente manicuradas se
deslizaban sobre una pantalla de holograma delante de ella.

Absorta, no parecía darse cuenta de que todo el mundo se había vuelto a verla.

¿Janey?

Ella levantó la mirada con un gesto de irritación cuando Tannis la llamó por su
nombre. ¿Sí?

Esa "cosa" que tienes para Skylar ¿Puedes darle una rápida explicación?

La expresión de Janey se iluminó. Te va a encantar esto. He estado trabajando


en él durante toda la noche.

Alzó un disco, tan pequeño que Skylar tuvo que acercarse para verlo. Era tan
diminuto como el tamaño de las uñas de sus dedos, Tan finito como una hoja de papel.
No se veía particularmente impresionante. ¿Qué es?

Un radio emisor de ondas, y esto trabajará con cualquier escáner médico. Lo
cual encaja perfectamente con tu tema de encubierto. Les dirás que crees que resultaste
lastimada cuando tu nave fue atacada y necesitas ser revisada. Y en el momento
adecuado, irán a eliminar los escudos y las alarmas, el tiempo suficiente para que Rico
y Tannis aborden.

¿Dónde va esto?

Esa es la parte interesante… la deslizarás por debajo de tu piel, dio unas


palmaditas en la caja torácica justo debajo de su pecho izquierdo, aquí mismo.

Encantador, Skylar murmuró, pero estaba impresionada. Estaba empezando


a creer que ellos podrían hacer este trabajo. ¿Tendremos los códigos de la nave?

Eso espero. Janey señaló a la pantalla. Estoy trabajando en eso ahora.

Bien. Skylar volvió con Rico y Tannis. Entonces, los mantendré


entretenidos. Luego Ustedes abordarán, podremos persuadir a la tripulación para que
coopere, o los pondremos fuera de combate. Entraremos a Trakis Uno en la nave de
transporte, pretenderemos ser ellos, dejaremos los suministros, recogeremos a mi
hermano pequeño, y estaremos fuera de allí antes de que se den cuenta de todo.Ella
frunció el ceño. ¿Saben? todo esto suena demasiado fácil.

Bueno, la parte más peligrosa es entrar, dijo Tannis. Rico tiene que
conducir a través del agujero negro para mantenernos a salvo. Además, mi conjetura es

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que ellos han sido descuidados. Todo ese “imposible salir de” es solo basura que han
metido en sus cabezas. Esto deberá funcionar a nuestro favor. Por lo tanto, ¿alguna
pregunta? Le preguntó. ¿No? Pues bien, les sugiero a ustedes que descansen un
poco. Mañana será un gran día.

Rico se acercó a Skylar Cariño, ¿Qué te parece sí tú y yo vamos a un lugar


tranquilo, a tomar una copa?

Ella no se movió, sólo lo examinó, un labio curvado en lo que esperaba ser una
mueca desdeñosa.

Hey, dije que fue un accidente. Mi mano se deslizó.

Sí, claro.

Vamos. No estés así. Después de todo, a esta hora mañana podríamos ser
absorbidos por un agujero negro.

El apoyó sus palmas en la pared a ambos lados de su cabeza. Podía oler su


masculina esencia, el susurro de su respiración en su mejilla. ¿Realmente deseas
morir sin saber cómo podría ser entre nosotros? Su voz era tan baja, cansina, y ronca
que le originó a ella un escalofrió a través de su piel. Pensé que siempre pagabas tus
deudas, Skylar. Sigues debiéndome una, ¿recuerdas?

Sí, ella lo hacía, y con el recuerdo de esos ágiles dedos trabajando en su cuerpo, el
calor vivo estalló en su interior, desterrando su frialdad.

Él se inclinó un poco más cerca. ¿Qué pasa si prometo no morderte, sólo un


buen y caliente sexo?

Sus palabras evocaron una imagen de él en la parte superior de ella, dentro de


ella, y el fuego amenazaba con salirse fuera de su control. Ella tragó saliva y se mordió
el labio inferior, y lentamente colocó sus brazos cruzados sobre su pecho. Llegó hasta...

Skylar, ¿vienes?

Skylar saltó. La voz vino de detrás de Rico, y ella miró por encima del hombro de
él. Daisy estaba en la entrada viéndolos, la diversión brillando en sus ojos esmeraldas.
Dijiste que querías ver la sala de navegación.

La lengua de Skylar trato de humedecer sus labios secos. La mirada de ella se


detuvo en los ojos entrecerrados de Rico por un momento y luego asintió.

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Es verdad. Las palabras salieron como un chillido, y ella se aclaró la
garganta. Ya voy. Sí, definitivamente quiero ver la sala de navegación.

Ella se coló por debajo del brazo de Rico, pero podía sentir sus ojos en la espalda
mientras se alejaba.

¿Skylar?

Ya en la puerta se volvió. ¿Qué?

No vas a ser capaz de escapar siempre.

Una vez que estuvieron a una distancia segura por el pasillo, ella soltó su aliento.
Gracias.

Hey, un trato es un trato dijo Daisy. Además, nos estás pagando, y parecía
que estaban a punto de ir a la cueva.

No, no lo estaba.

Daisy soltó un bufido.Correcto.  Ella dio a Skylar una mirada de reojo. No le


harás daño, ¿verdad?

¿Herir a quién?

A Rico.

La impresión dejó a Skylar parada en el camino. Se volvió hacia Daisy. ¿Cómo


podría lastimar a Rico?

Bueno, ha cambiado desde que llegaste a bordo.

¿Cómo es eso?

Solía ser muy distante. Sólo hablaba con la capitana, pero al resto nos ignoraba.
Esta última semana, ha estado hablando con nosotros, él es más… humano, y sabemos
que es por ti.

¿Han estado hablando de esto?

Por supuesto. Es obvio que le gustas, pero nosotros reconocemos que tal vez
nos dejarás después de que el trabajo se haya realizado. Ella estudió a Skylar, la
cabeza inclinada hacia un lado. ¿O te quedarás? Podrías quedarte. Quiero decir…
obviamente, a ti te gusta Rico también.

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No.

La respuesta fue automática, y Daisy volvió a resoplar.

Por supuesto que no. Debes pensar sin embargo en permanecer aquí, quiero
decir… a nosotros nos gustaría.

Metió las manos en los bolsillos y se alejó, dejando a Skylar mirándola.

¿A ellos les gustaría que se quedara?

¿Por qué esto la hacia sentir cálida y confusa?

La sensación no duró mucho. Pasó una mano por su cabello y luego masajeó con
sus dedos en el cuero cabelludo, tratando de calmarse. Ella nunca se había permitido
considerar una existencia diferente. Había hecho su elección hace mucho tiempo y
siempre creyó que era el camino correcto.

Para siempre.

Ahora, los pensamientos de otra vida tentaron su mente. ¿Cómo sería darle la
espalda a todo lo que era seguro, para permanecer en El Cazador, para explorar el
universo?

Por un breve momento, se imaginó que era posible. Pero la idea fue fugaz. ¿Qué
pasaba con el deber y el honor? Además, pasado mañana, ellos no querrían que se
quedara.

Ellos seguramente querrían verla muerta.

96
Capítulo 11

Rico tamborileaba los dedos sobre la consola que estaba frente a él, mirando la
unidad de comunicación, dispuesto a hacer algo. Skylar había salido hace una hora, y
estaban esperando tener noticias de ella antes de dirigirse a interceptar la nave de
transporte.

Finalmente, la luz se iluminó por el inició de la comunicación. Skylar,


hablando.

Ella sonaba entusiasta, así que parte de la tensión disminuyó de sus músculos. Él
había estado preocupado por ella. La idea lo detuvo en seco. No podía recordar la
última vez que le había importado algo lo suficiente como para preocuparse por
alguien.

Hola, cariño, le respondió. ¿Estás en tu posición?

Sí, tal y como lo habíamos previsto. Yo debería interceptarlos en menos de dos


horas.

Genial. Vamos a estar justo detrás de ti.

Voy a estar esperando.

Rico cerró la conexión y se volvió hacia los demás. Bueno, parece que
seguiremos según lo planeado.

Tannis sonrió. ¿Todo el mundo listo?

Ella estaba colocando el cinturón de seguridad de su asiento de copiloto, sus


hombros estaban tensos y sus ojos estaban brillantes. Daisy se sentó en el asiento del
piloto, preparando el transbordador para el despegue y mostrando un aspecto de
satisfacción por sí misma. Ella estaría al mando, pilotando el transbordador una vez
que él y Tannis fueran transferidos a la nave de transporte, y Rico contaba que lo haría
estupendamente.

Estoy lista, dijo, y Rico podía escuchar la emoción apenas contenida en su


voz.

Él tomó el asiento de atrás y se preparó. Bien, vamos.

97
En ese momento, Janey apareció en la escotilla abierta. Miró hacia adentro.
¿Capitana?

Tannis giró su asiento. ¿Qué pasa?

Pensé que esto podría ser importante. ¿Recuerdas el crucero que nos ha estado
siguiendo?

¿Cómo podría olvidarlo?

¿Recuerdas la primera vez que apareció, el día que Skylar llegó a bordo?
Bueno, justo antes de que se presentara, hubo una comunicación enviada desde la
nave.

Tannis frunció el ceño. ¿Una comunicación? ¿Cómo lo sabes? O mejor dicho,


¿por qué siquiera lo investigaste?

Rico me sugirió que revisará por si había algo inusual. Casi lo pierdo. No es
algo que haya sentido antes, es más parecido a las ondas cerebrales que a la
electricidad y todavía no puedo determinar exactamente de dónde viene.

Tannis se sentó por un minuto, tocando con la punta del pie el suelo. ¿Cómo lo
sabías? Le preguntó a Rico.

No lo sabía. Sólo pensé que todo era muy extraño.

Hmm, bueno, el sospechoso obvio es Skylar, pero no podría ser… ya que


estaba con Rico.

Rico sonrió ante el recuerdo. Sí, ella estaba... ¿verdad?

Así que, ¿esto significa que tenemos un traidor en la nave? ¿Uno de los
tripulantes? Tannis pasó una mano por su cabello. Yo no lo creo. ¿Debemos
abortar la misión?

No. Como tú dices, no podría haber sido Skylar.

Sin embargo, podría estar involucrada.

Probablemente no esté relacionada. Vamos a verlo cuando volvamos. Tenemos


que irnos ahora si vamos a hacer esto.

Tannis miró sospechosamente a Rico.

Él mantuvo su expresión en blanco. Piensa en todo ese dinero.

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Ella suspiró. Bueno, vamos a hacer esto.

Rico vio a Janey. ¿Has logrado aislar la frecuencia?

Todavía no, pero pronto.

Bueno. Comunícamelo cuando lo tengas. Ahora, sugiero que nos vayamos.

......
La mano de Skylar se deslizó hasta su cintura, sólo para recordar que su pistola
láser no estaba. Ella había querido traerla, pero Janey le había asegurado que no iba
con el vestido y había murmurado para sí, algo mordaz sobre los accesorios
inadecuados.

Personalmente, Skylar consideraba una pistola láser el accesorio perfecto para


cualquier atuendo.

Subir a bordo de la nave de transporte había sido fácil. Ella encendió el monitor.
Hizo una buena actuación de mujer desvalida, y ellos casi la arrastraron a su nave.

Cuando ella se tambaleó sobre el puente en sus tacones altos, los tres miembros
de la tripulación estaban alineados esperándola, más que dispuestos a ayudar a una
damisela en apuros. Por desgracia, cada vez era más evidente que esperaban la
recompensa por sus servicios.

El más alto de los tres se había presentado como el capitán. Él insistió en


ayudarla a tomar asiento y se negaba a dejar de sostenerla cuando llegaron allí. Cada
pocos segundos, le apretaba el brazo, mientras que los otros dos se pararon a cada
lado, mirando de reojo por la parte delantera de su vestido.

Encantador.

Ni siquiera en el cumplimiento de su deber, dejaría que ninguno de estos idiotas


la tocaran.

Ella consideró dejarlos fuera de combate. Probablemente podría hacerlo, incluso


sin su arma, y se sentiría mejor. Pero en realidad ella no podía correr el riesgo, cuando
ellos estaban armados y ella no.

Llevándose la mano a la frente, dejó escapar un pequeño gemido de dolor


simulado, mientras estudiaba el diseño del puente a través de sus dedos. Se había
acostumbrado a las líneas elegantes y gráciles de El Cazador. En comparación, esta nave

99
era utilitaria, aburrida y francamente fea. Vio el panel de control que necesitaba.
Estaba justo enfrente de donde estaba sentada, pero no tenía ninguna posibilidad de
acercarse con la tripulación tan pegada a ella.

Ella dejó caer su mano. Realmente no me estoy sintiendo muy bien. ¿Podría
tener un poco de aire?

Esperaba que ellos se alejaran, pero no hubo suerte.

Yo te veo muy bien. El capitán dio a su brazo otro apretón. ¿A que ella se
ve bien, Joe?

Joe se humedeció los labiosLo suficientemente buena como para saborearla.

Ahora ella sí se sentía enferma.

El Cazador estaría en el rango por ahora, a la espera de que Skylar quitara los
escudos. Ella todavía no estaba demasiado preocupada. Si no podía llegar al panel de
control, todavía tenía el aparato de Janey como su “as” bajo la manga. Todo lo que ella
tenía que hacer era convencerles de escanearla. Se aferró a su estómago. Por favor,
me encuentro muy mal.

Nadie se movió. Despiadado grupo… ella podría estar muriéndose allí.

Ella apretó los dientes, levantó la cabeza, sus ojos se abrieron, y bateó sus
pestañas al hombre que tenía a su lado. Por favor, Joe, me duele. Aquí mismo.
Deslizó una mano sobre su pecho izquierdo y apretó la caja torácica. Tres pares de
ojos siguieron el movimiento. Ella se lamió los labios. Echa un vistazo, y prometo
que voy a estarte agradecida.

Joe sonrió. Voy a buscar el escáner.

Por fin.

Estuvo de regreso en cuestión de segundos. Corrió el escáner a través de sus


pechos, frunciendo el ceño al leer las lecturas. Él sacudió la máquina, y Skylar se tragó
su frustración.

Yo dije, aquí. Agarrando la mano de él, guió el escáner al lugar correcto.

No pasó nada.

¿Había fallado el artefacto de Janey?

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Skylar apretó los dientes y apretó el lector un poco más cerca. El sonido
estridente de la alarma de la nave sonó desde puente.

¿Qué diablos...?

Skylar se levantó de la silla, pero un puño se cerró alrededor de su brazo, y ella


se echó hacia atrás en el asiento.

¿Qué está pasando? Ella trató de mantener su tono inocente. Ahora era el
momento más peligroso, pero con un poco de suerte, no sospecharían de ella.

Tal vez tú nos lo podrías decir.

El capitán colocó su pistola láser al lado de su cuello, y ella apretó los labios. No
tenía ningún sentido el que hablara ahora. Todo lo que podía hacer era esperar. Joe
seguía de pie junto a su silla con el escáner colgando de su mano. El tercer hombre fue
hacia el panel de control, y después de un minuto, apagó el sonido estridente de la
alarma.

Él se dio la vuelta. No hay daños. Debe de ser un mal funcionamiento.

Un fallo muy conveniente. El capitán clavó más el arma en su garganta y
Skylar hizo una mueca.

Habla.

Como ella siguió permaneciendo en silencio, él retiró la pistola y la estrelló


contra su pómulo. El golpe provocó que la cabeza golpeara contra el asiento, y la
sangre caliente empezó a deslizarse por su rostro.

Santa mierda, eso dolía.

La golpeó una vez más, y por un momento, se le nubló la visión.

¿Dónde diablos estaba Rico?

Ella parpadeó, aclarando su visión y cuando abrió los ojos, allí estaba él, parado
en la puerta. A los costados de sus piernas llevaba las pistolas láser. En su hermoso
rostro se reflejaba una pequeña sonrisa. El resto de la habitación se desvaneció, y
Skylar no pudo evitar sonreír.

¿Estás bien? Preguntó Rico.

Estupenda.

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La pistola se clavó en su garganta otra vez, trayéndola de vuelta a la realidad.

Si alguien se mueve, dijo el capitán la perra estará muerta.

Oh, por favor. Skylar giró sus ojos al escuchar esa frase, pero se mantuvo
inmóvil.

Rico volvió la mirada hacia el capitán, la sonrisa perezosa se desvaneció,


mostrando una mirada fría y oscura como el hielo negro. ¿Podría considerar
rendirse? Cuando nadie contestó, se encogió de hombros. Parece que no. Él echó
a Skylar una sonrisa irónica. Lo siento, cariño.

Por un momento las palabras no tenían sentido. Luego levantó la pistola láser sin
problemas, apuntó directamente a su corazón.

En ese último segundo, los pensamientos se agolparon en su mente.

¿Él lo sabía? ¿Fue todo una trampa? ¿Siempre lo había sabido?

Su visión se enfoco en la pistola. El láser brilló, y la explosión se estrelló contra


ella, rompiendo el agarre en su brazo y luego cayó al suelo. Todo se volvió negro.

Ella tuvo que haber estado inconsciente sólo unos segundos. Cuando parpadeó y
abrió los ojos, nadie se había movido. Excepto ella, que estaba acostada en el frío metal
del suelo y éste parecía que no había sido limpiado desde que la nave fue construida.
Se hizo un rápido diagnóstico interno y se dio cuenta de que estaba básicamente sin
daño alguno. Nada más aturdida.

Rico no había tratado de matarla.

Sin embargo, dolía como el infierno.

Un láser disparó por encima de su cabeza y un cuerpo cayó al suelo junto a ella,
con la mitad del rostro quemada. La nariz se impregnó de olor a carne asada. Era el
capitán, ella se arrastró con los codos hacia él para tomar la pistola de entre sus dedos
apretados.

Ella levantó la cabeza y miró a su alrededor. Tannis estaba junto a la puerta y


Rico a su lado. Mientras ella miraba, un disparo láser quitó la pistola de su mano. Él
gruñó y se lanzó por el suelo, a toda velocidad, chocando contra el segundo hombre,
agarrando su cabeza entre sus grandes manos. Skylar se estremeció al oír el sonido de
los huesos al romperse. Rico lo soltó, y el cuerpo cayó al suelo.

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De la tripulación, sólo Joe permaneció de pie. Parecía desconcertado, con el
escáner aún en su mano. Cuando Rico se volvió hacia él, dejó caer la máquina y buscó
su pistola. Rico lo acechaba, con sus fosas nasales dilatadas, como si percibiera el olor
de la presa.

Skylar quería apartar la mirada, pero su mirada permanecía fija en el cuadro que
se mostraba delante. Había visto un montón de asesinatos en su vida. Pero nada que
ver con esto.

Por primera vez, se dio cuenta de que Rico no era humano. Él le había dicho que
lo había sido alguna vez. Ahora, él era otra cosa. Y ese algo era un depredador puro.

Un par de botas apareció en su campo de visión. Se las arregló para apartar la


mirada de Rico y mirar hacia arriba. Tannis, con su rostro impasible, le ofreció una
mano extendida. Skylar la tomó y se impulsó para ponerse de pie. Las dos se volvieron
de nuevo para mirar. Con el peligro bajo control, Rico parecía casi lánguido, cuando él
se acercó, rodeó con sus dedos la garganta de Joe, y lo atrajo hacia sí.

Ella se dio cuenta, que los dos primeros miembros de la tripulación habían sido
afortunados, habían muerto rápidamente. Joe no tuvo tanta suerte. Rico le tenía en un
fuerte abrazo, cerca de su pecho, su puño cerrado en el pelo del hombre. Empujo la
cabeza hacia atrás, dejando al descubierto la línea de la garganta de su víctima. Por un
momento, Rico se detuvo, y luego se quedó mirando fijamente a Skylar. Ella se
estremeció, pero no podía apartar la mirada, sus ojos carmesí brillaban como el fuego,
bajó la cabeza, y sus colmillos traspasaron la vena del hombre.

¿Él hace esto a menudo? Preguntó Skylar en voz baja.

No muy a menudo, dijo Tannis. Gracias a Dios. A pesar de ser un


monstruo chupa-sangre, él en realidad tiene buena conducta. Me dijo recientemente
que el sexo regular mantenía el monstruo a raya. Pensé que era sólo una excusa,
pero…miró de nuevo de Skylar a Rico. Supongo que no ha estado recibiendo
ninguno.

Bien, cúlpame a mí, murmuró Skylar. Ella se frotó el pecho, donde la


explosión de láser le había pegado. El muy cabrón me disparó.

Tannis sonrió. Todo es parte del plan. Me ofrecí a hacer el disparo, pero no
creo que él confiara en mí para cambiar mi láser por el de aturdir. Vamos, tenemos
cosas que hacer. Globos oculares y muestras de sangre para colectar. Luego tenemos
que limpiar este desastre y seguir haciendo nuestro trabajo.

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Skylar parpadeó y se obligó a apartar la mirada. Se quitó sus altos tacones, se
abrochó el cierre del escote de su traje plateado y tomó el cuchillo que Tannis le
entregó. Muy bien, ¿cuál es el primero?

Ella estaba pendiente de Rico mientras trabajaban. Había terminado de


alimentarse. Casualmente dejó caer el cuerpo en el suelo, pero mantuvo su distancia,
caminando por la habitación. Su pelo se había soltado de su coleta durante la lucha y
descansaba en sus hombros. Pasó la mano por su cabello y luego sus ojos conectaron
con los de ella y le sonrió, mostrando sus colmillos. Él parecía totalmente salvaje. Ella
había sabido lo que él era, pero era muy diferente verlo con sus propios ojos. Un
escalofrío la recorrió. Ella tragó saliva, se sacudió, y se puso a trabajar.

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Capítulo 12

Rico no podía apartar la vista del agujero negro que llenaba la pantalla. Era
hermoso, una visión de gases con el efecto iridiscente girando alrededor de una boca
abierta.

Durante mucho tiempo, él había luchado contra el tirón de su propia oscuridad.


Ahora, algo en la oscuridad lo llamaba y tuvo que luchar contra las ganas de tirarse de
cabeza en ese pozo de la noche eterna. Descubrir que le esperaba al otro lado.

¡Rico! Dijo Tannis bruscamente detrás de él.

¿Qué? Dijo, sin apartar la mirada de la pantalla.

Estamos demasiado cerca de ese agujero negro.

Se encogió de hombros. No hemos dado con el Event Horizon, aún.

¿No es ese el punto del no retorno? ¿El punto en el que esa cosa nos absorbe y
nos destruye por completo? ¿No crees que podría ser una buena idea que nunca
lleguemos a la Event Horizon? Su voz era pasiva, pero él pudo detectar un indicio de
pánico.

Rico suspiró y se obligó a apartar la mirada de la oscuridad. Hoy no, no estaba


listo todavía.

Y ellos se estaban acercando. Activó los controles de la nave a forma manual.


Esto iba a ser complicado, y él era lo suficientemente anticuado como para no confiar
este tipo de situaciones a una máquina. El sistema de navegación de la nave de
transporte era lento y pesado en comparación a dirigir El Cazador, y podía sentir el
tirón gravitatorio del agujero negro, arrastrando la nave más cerca.

Ahí está, dijo Tannis.

Entonces lo vio. Trakis Uno, ocre oscuro rodeado por los anillos de radiación en
espiral desde color amarillo pálido hasta rojo carmesí. Una luna giraba perezosamente
alrededor del planeta. Sabía por su investigación que la órbita y el tamaño de Trakis
Uno le impedían ceder a la gravedad del agujero negro. Pero cualquier objeto que se
acercara no tenía ninguna posibilidad. Excepto por el breve período en que la luna

105
pasaba entre ellos. Ésta más densa que el planeta, a pesar de ser más pequeña, sería
suficiente para proporcionar una cobertura a la nave para llegar a la superficie del
planeta, eso esperaba.

Junto a él, Tannis estaba preparada. ¿Estás listo?

Él asintió con la cabeza.

De acuerdo. Tres, dos, uno, ¡ya!

Rico activo los propulsores hacia adelante. No pasó mucho. Ellos se


desaceleraron un poco, pero todavía iban hacía la oscuridad.

Todavía nos estamos acercando.....

Él apretó los dientes. Lo sé.

Maldita sea. Vamos a entrar. Haz algo, Rico.

Lo estoy haciendo. Se concentró en la pantalla. Era, efectivamente, como si


fueran a ser tragados, pero en el último momento, la luna se deslizó completamente
entre ellos. Liberándolos de la atracción, la nave salió disparada hacia adelante,
alrededor de la órbita Lunar, y estaban en un curso directo hacia Trakis Uno.

Dios mío, murmuró Rico.

Se dirigían directamente hacia lo que parecía ser una bola de gases ardientes.
Después de sólo un par de minutos, sintió el calor abrasador en el casco reforzado. El
Cazador estaría convertido en cenizas ahora. Rico se secó el sudor de su frente antes de
ver a Skylar.

¿Tenemos los códigos de Janey? Preguntó. No iremos a ninguna parte sin
ellos.

Skylar estaba frenéticamente tecleando en su consola. Después de un segundo,


ella le dedicó una sonrisa. Los consiguió. O al menos así lo creía ella.

¿Cree?

Pronto lo averiguaremos.

Ella se acercó a él, le puso una mano sobre el hombro y le mostró la pantalla. Ella
estaba tensa por la emoción apenas contenida, y él le estrechó la mano. Ella lo miró
fijamente por la sorpresa, pero luego sonrió.

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Aquí vamos, dijo Rico y encendió la unidad de comunicación. Este es el
Transportador 334, solicitando permiso para atracar.

Introduzca su código de acceso.

Tecleo los códigos y contuvo el aliento.

Está despejado para el atraque. Apague los motores, nosotros le traeremos.

Cerró la comunicación, apagó el motor, y giró su silla para hacer frente a Skylar y
Tannis.

Wow, lo logramos, dijo Skylar. En realidad estamos dentro.

¿Alguna vez lo dudaste? Sonrió. Después de todo, somos los mejores.

Skylar todavía llevaba ese sensual vestido, y la gran cantidad de piel desnuda
brillaba por el sudor causado por el calor. Rico cedió a la tentación y la arrastró hacia
su regazo. Aspiró el cálido aroma de mujer excitada, y luego la besó. La boca de ella se
abrió a él, y él empujó su lengua dentro, perdiéndose en su sabor.

Detrás de ellos, Tannis tosió ruidosamente.

Rico se hecho hacia atrás. Pronto, murmuró al oído de Skylar.

¿Podrían por favor dejar esas celebraciones nauseabundas hasta que salgamos
de aquí??Dijo Tannis. Tenemos menos de una hora. Si no estamos lejos para
entonces, estaremos atrapados aquí durante quince días, lo que probablemente se
traduce a siempre. Así que vamos a ser rápidos.

Rico la besó por última vez y la soltó. Ella se puso de pie y se acomodo el vestido,
pero con una pequeña sonrisa aún en sus labios carnosos. Todos se volvieron para
mirar la pantalla mientras la nave era arrastrada implacablemente hacia Trakis Uno. De
cerca, el planeta no parecía más acogedor, nada en la superficie indicaba que cualquier
forma de vida pudiera sobrevivir aquí.

Una escotilla abierta estaba bajo el transporte. Las manos de Rico ejercieron
presión en los brazos de la silla, cuando el brazo del tractor los atrapó y lentamente
penetraban la atmosfera del planeta. Aterrizaron, y la escotilla se cerró sobre ellos.

Ahora, dijo Rico, vamos a descargar los suministros, asegurar a Jonny, y


podremos irnos a casa.

107
......
Skylar se sentó en el puente de la nave de transporte, tamborileando con los
dedos en la consola delante de ella. El final estaba tan cerca, pero odiaba la espera.
Poniéndose en pie, empezó a pasearse por la habitación hasta que se tropezó con sus
zapatos. Ella se quedo viéndose a sí misma, todavía llevaba el estúpido vestido y los
ridículos zapatos de tacón alto. ¿Por qué no se había traído una muda de ropa?
Consideró un viaje rápido a su transbordador, pero no quería dejar el puente por si
algo sucedía.

Echándose atrás en el asiento, revisó las cámaras externas, tratando de localizar a


Rico. Nada se movía en la bahía de acoplamiento. El área era enorme, cavernosa y
vacía, excepto por un crucero pequeño que se encontraba, parcialmente oculto, en la
esquina más lejana.

Su mirada recorría el lugar, luego lo miró otra vez.

Se suponía que no había manera de entrar en Trakis Uno, aparte de la nave de


transporte en la que Skylar estaba ahora. Ella recordaba claramente a Tannis decir que
las naves no se estacionaban en el planeta, otra de las medidas de seguridad.

La nave era un crucero, claramente modificada para la radiación en Trakis Uno,


pero por lo demás no tenía nombre ni marcas. Un hilo de inquietud recorrió su
columna vertebral. Pateo sus zapatos, se puso de pie y buscó el puente. Vio las pistolas
láser de la tripulación anterior y ató una en su vestido plateado. Empezó a alejarse,
pero se volvió y se ató una segunda, por lo que una pistola colgaba en cada lado.

Fuera de la nave, el aire era fresco contra su piel húmeda por el sudor, el suelo
estaba helado debajo de sus pies descalzos. Ella rodeo la bahía de acoplamiento, y se
oculto tras el pequeño crucero. El cual estaba cerrado, y Skylar estaba bastante segura
de que no había nadie a bordo. Se detuvo por un minuto, mirando la nave, para decidir
qué hacer a continuación. ¿Debería advertir a Rico? Pero, ¿Advertirle de qué?

Tenía que pensar en algo. No tenía ningún sentido. La nave debía estar aquí
desde el ciclo lunar pasado. Quince días. Cinco días antes de que ella hubiera subido a
El Cazador.

No podría estar vinculado al secuestro de la nave de transporte.

Por supuesto, podría ser totalmente distinto. Pero no lo creía así. Lo que
significaba que alguien sabía de su misión y por eso estaba esta nave aquí. ¿Se había
filtrado la información? El coronel no va a estar contento.

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Ella encendió su unidad de comunicación interna. No pasó nada, sólo un
zumbido estático. Esto no significaba gran cosa. Ellos habrán bloqueado el enlace
interno, si supieran que ella estaba involucrada.

Se abrió una puerta frente a ella. Skylar se refugió detrás del crucero cuando
cuatro hombres entraron, el familiar uniforme negro de policía inmediatamente
reconocible.

Mierda, susurró.

Ella los observo cruzar. Uno de ellos entró en la nave de transporte a través de la
escotilla abierta. Salió un minuto más tarde, sacudiendo la cabeza, y todos
desaparecieron detrás de la nave. Ella apunto con su pistola láser, y dio un paso
adelante.

Deténgase, teniente.

Se detuvo en seco, cuando las palabras del coronel llegaron a través de su enlace
de comunicación interna.

¿Señor?

Deserte la misión. Ha logrado su objetivo.

Ella frunció el ceño. No, señor. Mi objetivo era sacar al prisionero de Trakis
Uno.

No, teniente, su misión era probar que la seguridad aquí es insuficiente, y ya lo


ha hecho.

Le tomó un minuto que las palabras tuvieran sentido. Cuando se dio cuenta, la
incredulidad la inundó. ¿Está diciendo que esto no es más que un ejercicio de
entrenamiento?

Eso es correcto. Y ha ido lo suficientemente lejos. No nos arriesgaremos a que


el asesino de Aiden quede libre. Ahora, Deserte.

La ira en espiral se formo en su estómago cuando pensaba en lo que había


pasado para lograrlo. Era consciente que el coronel odiaba al oficial a cargo de la
seguridad aquí, pero le resultaba difícil creer que todo se reducía a nada más que
luchas políticas internas. Su jefe tratando de probar un punto.

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Y ¿qué pasaba con la tripulación de la nave de transporte? Ellos fueron unos
idiotas, pero no merecían la muerte en un ejercicio de entrenamiento de mierda. ¿Si es
que realmente alguien merecía morir? Debería habérmelo dicho.

Le dijimos todo lo que necesitaba saber. El coronel habló bruscamente.
¿Hay algún problema, teniente?

Ella apretó los dientes. No, señor.

Bien.

¿Señor?

¿Sí?

¿Qué pasará con el equipo que contraté?

Si ellos se rinden, van a ser enviados a las minas de Meridian con el prisionero.
Si no…

Skylar casi podía oír su encogimiento de hombros mental. Si no, entonces ella no
tenía ninguna duda de que serían eliminados. Ella deslizó la pistola en su funda, obligó
a que sus músculos se relajaran.

Entiendo, señor.

En el otro extremo de la habitación, la puerta se abrió de nuevo, Rico y Tannis


entraron.

110
Capítulo 13

-Eso fue fácil, dijo Rico a Tannis.

Él mantuvo su ritmo constante, pero un tic nervioso entre los omóplatos picaba
con la necesidad de salir de allí. Odiaba las cárceles. Había pasado algún tiempo en
unas pocas en su larga vida y no tenía ningún deseo de repetir la experiencia.

Todo había salido según lo planeado. Ellos tenían la cryo tubo donde estaba
Jonny y faltaban solo unos pasos hasta la nave de transporte, cuando se escuchó una
voz detrás de ellos.

Deténgase donde esté.

Por el tono de la voz del hombre, Rico podía decir que estaban en problemas. Se
detuvo y giró lentamente, lo que facilitó su mano al alcance de su pistola láser.

Tannis a su lado se volvió y maldijo en voz baja.

Rico contó seis guardias, pero al menos sus armas estaban todavía enfundadas.
Probablemente no esperaban una lucha cuando eran mayoría. Un hombre alto, con
galones de sargento dio un paso al frente del grupo.

Alejen las manos de sus armas y pónganlas detrás de la cabeza.-

Seguro......Como si eso fuera a pasar.

Rico miró de reojo a Tannis y vio el visto bueno casi imperceptible en su cabeza.
Sus músculos se tensaron para el enfrentamiento.

Sacaron sus armas láser al unísono. Seis disparos hacia los seis guardias
derribándolos, antes de que tuvieran la oportunidad de desenfundar sus armas. Rico se
quedó quieto un minuto en el silencio que siguió, el láser encendido hasta que estuvo
seguro de que nadie iba a moverse de nuevo.

Tannis libero su aliento y empujó la pistola en su funda. Bien, dijo.


¿Podemos irnos ahora?

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No tan rápido, murmuró Rico. Ellos sabían que estábamos aquí. Cruzó
la habitación, abrió el panel de control y revisó el interior. Estoy desactivando el
brazo del tractor.

¿Qué pasa con la apertura de la escotilla?

Tiene sensores de proximidad, deberían abrirse.

¿Deberían? Sacudió la cabeza. Vámonos. Tenemos cinco minutos para salir


de este planeta pedazo de mierda.

Rico comenzó a empujar el cryo tubo hacia la nave de transporte. Había recorrido
unos metros cuando Tannis lo detuvo con una mano sobre su brazo. ¿Y ahora qué?
Murmuró.

Mira, Rico.

Cuatro hombres aparecieron desde detrás de la nave. La respiración de Rico se


detuvo en la garganta al reconocer los uniformes.

Mierda, Rico, dijo Tannis de su lado. Son del Colectivo.

Ellos no son sólo del Colectivo son policías.

Mira sus ojos. Su tono estaba lleno de temor.

Los cuatro pares de ojos brillaban violetas, inhumanos, y un escalofrío de


inquietud recorrió la columna vertebral de él. A diferencia de los guardias, sus armas
estaban apuntándolos. El se preguntaba, en pocas palabras, que había pasado con
Skylar, y una ola de pesar se apoderó de él. Maldita sea, habría querido saber de ella.
Ahora era demasiado tarde.

Bueno, fue agradable conocerte, le dijo a Tannis.

¿Nosotros vamos a pelear?

¿Quieres terminar en las minas?

Ella sacudió la cabeza. Nosotros lucharemos.

¿Estas lista?

No.

Rico sonrió. Él respiró hondo y...

112
¡Rico, abajo!

La voz de Skylar salió de detrás de ellos. Rico agarró a Tannis, y se arrojaron al


piso, cubriéndola con su cuerpo. El calor de los disparos láser pasó cerca de sus
cabezas, y él mantuvo la cabeza gacha. Después de unos segundos, el tiroteo paro y
miro el lugar.

Los cuatro hombres estaban en el suelo. Skylar estaba, todavía con ese sexy
vestido plateado, sus pies desnudos, y una pistola láser en cada mano.

Ella levantó una ceja. ¿Van a estar allí tirados todo el día?

Nunca había visto algo tan hermoso en toda su vida.

Ellos están fuera de combate por ahora, pero no están muertos, continuó
Skylar, cuando él no se movió. Y sólo tenemos tres minutos para salir de este
planeta.

Rico se puso en pie y levantó a Tannis. Gracias, dijo ella. Ahora vámonos
de una vez de aquí.

Una vez que dejaron el planeta, Rico cambió el sistema de navegación a


automático. Skylar estaba apoyada contra la pared al lado de la cryo-tubo. Se había
puesto sus zapatos de nuevo, que hacían sus piernas interminables. Dios, ella era sexy
con ese vestido, y los cinturones del arma atados a la cintura, sólo la hacían más
atractiva. Sus ojos conectaron con los de él, y ella apartó la mirada rápidamente.

Estará tratando de evitar el pago de su deuda. Él no estaba dispuesto a permitir


que eso sucediera. Ella podría haber salvado su vida allí en Trakis Uno, pero un trato
era un trato. Además, no era como si ella no lo fuera a disfrutar.

Tannis se paseaba por el lugar. Ella miró por la ventana de vidrio de la cryo-tubo.
¿Este es el pequeño Jonny? Preguntó, y Rico podía oír la incredulidad en su voz.

Él se asomó y sonrió. El hombre era enorme. Rico miró a Skylar. No se parece
mucho a ti.

En realidad es sólo mi medio hermano. Mismo padre, diferente madre. Yo lo


llamo pequeño porque yo tenía diez años cuando él nació en ese momento era... Ella
se encogió de hombros.  ...pequeño. Sólo se convirtió en un hábito. ¿Cuánto tiempo
tardará en despertarse?

Tannis examinó el panel de control. Apretó unos botones. Ya está, ha


empezado el proceso, en un par de horas, creo.

113
Tal vez pudiéramos trasladarlo a mi nave. ¿Quieres que transfiera el pago total
del arreglo ahora?

En realidad, dijo Rico, eso puede esperar hasta que volvamos a la nave. Y
el pequeño Jonny se queda aquí, por el momento.

Skylar arrastró la mirada de la cryo-tubo hacia Rico. Me gustaría que se


quedara conmigo.

De ninguna manera dejaría a Skylar fuera de su vista. Ciertamente, él no iba a


permitirle tomar a su nuevo amigo y desaparecer como sospechaba que podía hacer. Él
quería su recompensa. Quería respuestas además. Él había considerado esperar hasta
que todos estuvieran sanos y salvos a bordo de El Cazador, pero tenía la sensación de
que las cosas podrían ir mal muy rápidamente. Esta podría ser su única oportunidad
para estar solos, mostrarle un poco de lo que podrían tener juntos, convencerla de que
tenía opciones.

Querida, dijo, Estaré contigo. Tenemos algunos asuntos pendientes, tú y


yo.

Sus ojos se abrieron. ¿Nosotros?

Oh, sí. Y tener a tu hermano presente no es mi estilo.

Pero...

Él no le dio la oportunidad de decir nada más. Él se movió cerca, la tomó del


brazo y la llevó hacia la puerta. Se volvió hacia Tannis. Nos veremos en la nave. En
un par de horas, por lo menos.

A bordo del transbordador, él cerró la escotilla y se sentó en el asiento del piloto.


En cuestión de minutos, ellos habían desacoplado y se dirigían hacia el espacio. Hacia
El Cazador.

Rico activo el piloto automático y giró su silla para mirar a Skylar.

......
¿Por qué no?

Las palabras resonaron en su mente mientras ella miraba a Rico. Sentado en la


única silla, con sus largas piernas estiradas hacia delante, con los brazos cruzados

114
detrás de la cabeza, sus ojos medio cerrados, mientras esperaba que tomara su
decisión.

Ella sabía que él no la forzaría, y no estaba segura de que eso fuera lo mejor. Por
lo menos si él la forzara, cuando esto terminara, podría decir que no había tenido
opción. Pero eso era para los cobardes, y nunca había sido una cobarde.

Además, él era hermoso, masculino y con la gracia de un depredador y ella lo


quería más de lo que nunca había querido algo en su vida. Y había tenido una larga
vida.

Pero era más que un mero deseo. Ella había estado sola desde que Daniel había
muerto. Pudo haber tenido amantes, pero ella había optado por no tenerlos, y ahora la
necesidad de conectar físicamente con otro ser era una demanda en su interior. Algo
sobre Rico la llamaba como nadie lo había hecho en años. Quería abrazarlo, hacer el
amor, pero también quería estar con él y después, sentirlo cerca siempre.

¿Por qué no? Sólo una vez.

Había un montón de razones por las que no. La principal es, que necesitaba
recuperar al prisionero, y luego entregarlo de nuevo al Colectivo. Si lo hacía, ella
podría evitar la degradación, aunque lo dudaba. El coronel tenía que estar muy
molesto con ella ahora. Probablemente por lo que había hecho a los policías. En estos
momentos, había retrocedido en su carrera un buen número de años.

Pero ahora, su cerebro no era capaz de concentrarse en eso. Todo lo que podía
pensar era en lo bien que se había sentido con él. Recordó su gusto y se lamió los
labios. Él había estado tan grande y duro y... Ella dio un pasó y después otro.

Sabía que él podría saber todo sobre ella al probar su sangre, después no tendría
otra opción que matarlo. Su mirada se desplazó al gabinete donde había escondido las
estacas de madera. Se dio cuenta que se había preparado para esto, y que a la larga
ella había sabido lo que harían. La idea la enfermó del estomago.

Vamos, cariño, murmuró Rico. Me estás dando dolor de cabeza con todos
tus pensamientos. El se puso de pie, sin apartar los ojos de ella. Tanto tú como yo
sabemos que esto va a suceder.

Dio un paso hacia ella, y ella levantó una mano. Él se detuvo.

Sólo una cosa, dijo ella.

Sus ojos se estrecharon. Siempre y cuando se trate de un rápido 'una cosa'.

115
Todo el asunto de chupar sangre me asusta. Se mordió el labio. No estoy
tratando de dar marcha atrás, pero ¿me harías el amor primero?

Rico lo consideró por un momento. Finalmente, asintió con la cabeza. La tensión


salió de ella, y empujó la última de sus dudas en la profundidad de su mente. Por lo
menos tendría esto.

Él dirigió su mano a su cintura, y luego accionó el cierre de su cinturón de armas.


A continuación, en el muslo, siguió el otro cinto, y este cayó al suelo. Dio otro paso
hacia ella. Ella tragó.

Me encanta ese vestido, pero quítatelo, ordenó en voz baja.

Un fuego surgió a la vida en la boca de su estómago. Soltó sus propias armas y


las dejó caer al suelo a sus pies. Sus dedos se dirigieron a la parte superior del vestido
plateado, se lo retiró del cuerpo y salió de él, entonces se quedo de pie delante de él
nada más que con una tanga plateada y los zapatos plateados con tacones altos. Ella se
los iba a quitar con una patada.

Él negó con la cabeza. Déjatelos.

Sus ojos hambrientos recorrieron su piel, deteniéndose en sus pechos, hasta que
sus pezones se pusieron duros doliendo por su toque. Luego lentamente, el fuego se
instalo en su vientre, y un calor húmedo la inundó entre sus delgadas piernas.

Ella vio como Rico estudió el puente de mando del transbordador. No había
muchas opciones, el lugar era muy pequeño. Su mirada finalmente se detuvo en la silla
del piloto. Deslizó su mano en la de ella, la llevó hacia la silla, y la empujó suavemente
hacia abajo. Sus piernas cedieron y se desplomó hacia atrás, mirando hacia arriba
mientras él la examinaba, la cabeza inclinada hacia un lado, los ojos oscuros estaban
brillando con hambre y necesidad. Comprendió que él la necesitaba tanto como ella,
dejando de lado cualquier duda que aún persistiera.

Él se inclinó, y deslizó sus dedos entre los muslos de ella. Él levantó primero una
pierna, luego la otra y las colocó en los brazos de la silla.

Ella estaba tendida, inmóvil, su cuerpo palpitante de excitación, su respiración se


volvió irregular, esperando su próximo movimiento. Colocó una mano sobre su pecho,
la deslizó hacia su plano vientre, y luego enganchó un dedo en la tanga plateada y la
retiro.

Dios, eres hermosa.

116
Cayó de rodillas entre sus piernas y respiro profundamente. Su aliento fresco
rozó la piel sensible de la cara interna del muslo, y todos los músculos se contrajeron.

Tiempo para cobrar, murmuró, y lentamente bajó la cabeza.

Al primer toque de su lengua, ella cerró los ojos. Contuvo la respiración mientras
él lamía la hendidura entre sus piernas, por encima de su apertura ya empapada,
empujando su lengua dentro, luego hacia el nudo inflamado, parando justo antes,
entonces ella se quejó en la necesidad deliciosa. Repitió el movimiento, dejándola
deseando más, hasta que ella colocó sus manos sobre la cabeza de él y lo acercó más
hacia ella, empujándose contra su boca.

Él se rió suavemente, tomó su hinchado clítoris en su boca, y succiono. Su mano


cayó fuera de él. Su cabeza fue hacia atrás y ella gimió. Él la mordió y el placer la
invadió, arqueando la espalda cuando llegó al orgasmo. Ella se sacudió contra él, fuera
de control, y las manos de él se aferraron a sus muslos. Sus dedos se enterraron en su
carne, sosteniéndola abierta mientras su lengua seguía acariciándola, mientras la
intensidad de su placer disminuía. Por último, él la besó por última vez y levantó la
cabeza. Ella se obligó a abrir los ojos.

Yo había planeado tomarme mi tiempo, dijo Rico, con una expresión
ligeramente triste.

Ella abrió la boca, pero las palabras no salían, el placer aún zumbando a través
suyo. Él corrió la yema del pulgar sobre su clítoris sensible, y ella casi saltó de la silla.

Ella se echó hacia atrás y vio como se desnudaba para ella. Se quitó su camisa por
la cabeza, tirándola al suelo. Tenía la piel pálida y suavemente ondulada por sus
músculos. Una estrecha línea de vello desaparecía en la cintura, y ella contuvo el
aliento cuando él abrió la cremallera y bajó los pantalones. Ya estaba totalmente
excitado, su ancho miembro con la cabeza hinchada y oscuramente ruborizada por la
sangre, vio como este se levantaba por su delgado vientre. Ella se lamió los labios y
esto hizo que su miembro saltara. Él se agarró en un puño su miembro y apretó.
Dejando caer su cabeza hacia atrás, gimió. Dime lo que quieres, le dijo.

Te quiero, susurró ella.

......
Ella se veía tan hermosa sentada allí. Hermosa y desconcertada, como si el placer
la hubiera tomado por sorpresa. Él deslizó la lengua por sus labios, para saborear el
salado dulzor de ella. Sus encías le dolían con la necesidad de probar su sangre.

117
Ella se había venido demasiado rápido. Él hubiera querido prolongar su placer,
forzarla a que olvidara a todos los demás hombres que ella hubiera conocido y que sólo
él se quedara en su mente.

Ahora, ella estaba sentada casi remilgada, sus muslos entrelazados, y ella seguía
con la mirada fija en su miembro, lo cual no estaba ayudando a su control, pero ella no
parecía darse cuenta del efecto que estaba teniendo sobre él.

Tengo la impresión de que ha sido un tiempo para ti,  dijo él.

La sorpresa cruzó el rostro de ella. Podía ver su mente trabajando, la decisión de


negarlo. En cambio, ella se encogió de hombros.

No quieres saber cuánto tiempo.

En realidad, él quería saberlo todo, pero no presiono, este no era el momento


para tener esta conversación. Él calculó que esto podría definir el humor de un asesino.
Y ahora mismo, él quería hundirse en la profundidad caliente y sedosa de ella. Dime
si te lastimo.

Ella miró su miembro y asintió, y los músculos de su vientre se contrajeron. Rico


la cargo y ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura. Se volvió y él se sentó en la
silla, colocó sus rodillas a ambos lados de sus caderas. Por un largo rato, él sólo la
abrazó, respirando la fragancia almizclada de su sexo. Él le acarició sus pechos.

Ella era delgada, sin grasa, pero su piel era suave y sus pechos eran pesados en
sus manos. Inclinándose sobre ella, él le tomó un pezón hinchado en su boca, mientras
que una mano se deslizó entre sus muslos y le separó los pliegues con dedos hábiles.
La cabeza de su miembro entro en su apertura. Él levantó la cabeza para mirarla, los
ojos de ella lucían salvajes.

¿Lista? Le preguntó.

Sin responder, ella puso las manos sobre sus hombros, le sostuvo la mirada
mientras se empujaba hacia abajo, deslizándolo dentro de ella. Ella estaba tan apretada,
que él mismo tuvo que contenerse, saboreando la sensación.

Cuando él no podía esperar más, sus manos se movieron de sus caderas hasta los
firmes globos de su trasero y se sostuvieron allí, luego la movió hacia él. La resistencia
de sus músculos era exquisita, y él empujó más duro ésta vez. Ya podía sentir
construirse el orgasmo en sus bolas, enviando ondas de placer a través de su columna
vertebral. Se agarró con más fuerza a ella, la empujó hacia abajo, moliendo su núcleo
sensible contra él hasta que ella gimió. Él sabía que ella estaba cerca, deslizó una mano

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entre sus cuerpos, masajeando su clítoris con la punta de su dedo, y ella explotó contra
él. El liberó su control, sosteniendo sus caderas y entró nuevamente en ella, sintiendo
las ondas de su placer apretar su pene.

Envolvió sus brazos alrededor de ella, la atrajo contra su pecho, mientras las olas
de felicidad pura pulsaban alrededor desde su eje, él lo sentía en todo su cuerpo hasta
que estalló en una explosión de absoluto placer.

Su cabeza cayó hacia atrás contra la silla y se quedó con los ojos cerrados,
saciado. Por el momento.

Por último, abrió los ojos para encontrar que ella lo observaba, con ojos
cautelosos. Él estaba abrumado por el deseo de consolarla, decirle que todo iba a estar
bien. Él no podía encontrar las palabras, y en su lugar envolvió su mano alrededor de
su cuello y tiró de ella hacia él. La besó larga y profundamente, sentía la tensión de ella
bajar mientras el hambre aumentaba en su interior, y sus encías le dolían con la
necesidad de alimentarse. Él no podía recordar un hambre de este tipo, como si fuese a
morir sin el sabor de ella.

Retrocedió y la miró a los ojos. ¿Sabes lo que quiero?

Ella asintió con la cabeza. Rico, yo sólo quería... Ella se interrumpió y se


encogió de hombros, y luego levantó la barbilla, dejando al descubierto la suave línea
de su garganta.

No estés tan preocupada, querida. No va a doler.

Querida, ¿qué significa eso?

Es en español y significa cariño. Ahora relájate, lo disfrutarás, te lo prometo.

Él la acarició con la yema del pulgar trazando la línea de su garganta, se inclinó


hacia ella, para captar su olor. Sintió la dulce esencia de su sangre como si tronaran a
través de sus venas, tan cerca de la superficie. Él inclinó la cabeza ligeramente y
hundió profundamente sus colmillos en la vena. Ella jadeó contra él mientras la cálida
sangre le llenaba la boca, y el poder lleno su cuerpo. Él tragó, y una sacudida de
choque lo recorrió. Él nunca había probado nada parecido a la sangre de Skylar, y por
un momento, se quedó inmóvil. Él se obligó a sí mismo a pensar, esto no era nada que
él no hubiera adivinado antes, y de todos modos podía esperar para resolverlo más
tarde.

119
Ella se retorció contra él. Él la levantó con facilidad, nunca soltó su agarre del
cuello mientras la bajaba al suelo y caía encima. Aún dentro de su ajustado cuerpo, su
pene se puso rígido, y se quedó sin aliento otra vez.

Esta vez, hicieron el amor lento y erótico, el empuje de sus caderas al compás del
pulso de su sangre. Tuvo cuidado de no tomar mucho, solo lo justo. Finalmente, la
soltó, deslizo la lengua por la pequeña herida, para después levantarse sobre ella para
mirar sus ojos húmedos por el deseo.

Eso fue increíble, murmuró ella.

La tensión salió de su mente, y se dio cuenta que había estado preocupado de


que ella no lo disfrutara. ¿Qué tenía ella que lo hacía tan inseguro? Empujó a un lado el
pensamiento y flexiono su cadera, llenándola, queriendo sentir como se estremecía por
el placer que él le daba.

Su sangre zumbaba en su interior, saturándolo con poder. Él continuó entrando


poco a poco en ella, aferrándose a su control, hasta que finalmente, ellos estallaron de
placer al mismo tiempo.

......
Skylar perdió el conocimiento después del tercer orgasmo. Cuando ella abrió los
ojos, encontró a Rico que yacía junto a ella sobre su espalda. Estaba bastante segura de
que estaba despierto, pero no tenía la energía para levantarse y mirar.

Esperó a que él dijera algo, que la acusara, preguntarle qué estaba pasando, pero
él no se movió.

Ella podría levantarse, ir a buscar una estaca o algo así, estar preparada, pero su
cuerpo se negaba a obedecer. Se sentía lánguida, sin huesos, débil. Completa por
primera vez en su vida. La idea la sacudió y ella se sentó bruscamente.

Estas pensando de nuevo, murmuró Rico.

Le dolía la garganta, se la toco, se pasó los dedos por las heridas y silbó entre
dientes. Había dejado de sangrar, pero dolía un poco.

Ven aquí, querida.  La jalo hacía él, por lo que se cayó encima. Acariciando su
cuello, él la besó, pasándole luego la lengua sobre las pequeñas heridas. La picadura se
detuvo y ella se apartó y se puso en pie. Se quitó los zapatos, y luego sacó un traje
limpio del armario pequeño y se lo puso. Luego siguieron las Botas. Por último, coloco

120
su cinturón de armas en la cintura. Y todo el tiempo esperó a que Rico le reclamara. En
cambio, él se quedó en silencio.

Su mirada se desplazaba a donde él todavía yacía en el suelo. Él estaba apoyado


en un costado ahora, la cabeza apoyada en una mano mientras la miraba. Skylar no
pudo leer nada de su expresión. Se acomodó en el asiento del piloto, restableció las
coordenadas para regresar a El Cazador. Se quedó mirando la pantalla durante mucho
tiempo, pero su mirada fue atraída de nuevo a Rico. Todavía no se había movido. Ella
permitió que sus ojos lo recorrieran. Nunca había conocido a nadie tan a gusto en su
propia piel. Finalmente, ella toco su rostro. Él levantó una ceja.

¿Qué? Ella preguntó.

Suspiró y se levantó. Piensas demasiado.

Sí, lo sé. Parece que no puedo parar.

Poniéndose de pie, agarró los pantalones y la camisa del suelo y se los puso. Se
apoyó en la consola junto a su silla. ¿Qué piensas hacer ahora? ¿Tomar al pequeño
Jonny y volver con los rebeldes?

¿Por qué no la enfrentaba? Después de probar su sangre, tenía que saber que ella
había mentido acerca de todo.

Su mirada se estrecho sobre él. Te lo dije, no puedo volver. Robé su dinero.

Hmm, lo hiciste. Entonces, ¿qué vas a hacer?

Ella se encogió de hombros. No sé.

Te podrías quedar por un tiempo.

Ella lo miró con sorpresa. ¿Por qué diría eso? Consideró la idea de quedarse, y
luego se reprendió, incluso por dejar que esa idea cruzara por su mente. Esto nunca iba
a suceder. Ella era una idiota por pensarlo. Además, si no salía de allí antes de que
Jonny despertara de su cryo, ella dudaba que Rico le ofrecería un lugar en su nave. Lo
más probable es que ella estuviera directamente en la salida de emergencia sin un traje
espacial.

No puedo. Somos fugitivos. Atraeríamos al Colectivo hacia ti.

Cariño, somos todos fugitivos después de la pequeña escapada.

Puede ser que no te hayan identificado.

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Él le lanzó una mirada de incredulidad. ¿Tú Crees?

No, respondió ella con sinceridad.

Bueno, la oferta está ahí, por si quieres quedarte. Al menos hasta que decidas
sobre tu próximo movimiento.

El dolor se instaló en su interior. ¿Por qué había hecho la oferta? Se lo hacía todo
mucho más difícil. No puedo.

La ira estalló en su cara. Sabes lo que nosotros somos, lo que somos. No hay
manera de evitar la verdad. Pero eso no significa que tengamos que actuar de una
manera prescrita para otros. Siempre hay una opción.

No siempre.

El se movió irritado. Por supuesto que la hay. En ocasiones hay que escoger
entre lo malo y lo peor, pero aún así hay una opción.

Malo o peor, ella musitó y se estremeció. Nos estamos aproximando al El


Cazador. Prepárate para atracar.

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Capítulo 14

Skylar aterrizó la nave, y sin decir palabra, se dirigieron al puente. Al llegar a la


puerta, Rico le puso la mano en el brazo. Él tenía la sensación de que todo el mundo
estaba a punto de irse a la mierda. Sólo esperaría, pero aún así, le gustaría poder
postergar el momento. Lo que realmente quería hacer era dar la vuelta, arrastrar a
Skylar a la pequeña nave, y desaparecer en el inmenso espacio por los próximos cien
años. Tal vez más.

Pero él no iba a hacer eso.

En su larga vida, siempre había tomado lo que él quería. Con Skylar era
diferente, necesitaba que viniera a él libremente. En este momento, estaba seguro de
que ella tenía la intención de abandonarlo, y no la podría detener. Pero él no iba a dejar
todo al azar. Había dejado en la pequeña nave de ella un presente, para cuando ella se
fuera. Algo que esperaba que hiciese inclinar la balanza a su favor.

¿Qué? Le preguntó ella.

Sólo esto. La tomó entre sus brazos apoyándola contra la pared. Puso sus
manos en su pelo corto, rizándolo con sus dedos para sujetarla. Se inclinó y la besó.
Ella no se resistió, la lengua de ella empujó salvaje dentro de su boca, sus manos
aferradas a los hombros como si ella nunca lo dejara ir. Él se presionó hacia ella,
sintiendo todo su cuerpo apretado al suyo. Su miembro reaccionó al roce de su vientre,
y luego ella se retorció contra él.

Tras él, la puerta se abrió. Tannis tosió. Tenemos un pequeño problema, Rico.

Skylar se quedó inmóvil en sus brazos. Su lengua se deslizó fuera de su boca. A


regañadientes, Rico levantó la cabeza.

¿Qué es?

Bueno, parece que el pequeño Jonny acaba de despertar, y aunque está muy
agradecido de que lo hayamos rescatado, parece indicarnos, que en realidad no tiene
una hermana.

Rico levantó una ceja. Que sorpresa. Skylar y él se miraron fijamente. ¿Hay
algo que quieras agregar? Preguntó Rico.

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Ella se lamio los labios, todavía hinchados por su beso. Debe estar confundido.
He oído que el cryo puede hacer eso, y Jonny nunca fue muy brillante.

La observó mientras ella paseaba por el puente y se hundió en una silla. Dios, ella
era buena. Incluso ahora, estaba impresionado. ¿No estás ansiosa por ir a ver a tu
hermanito?  Le preguntó. Por un momento, deseó que ella se rindiera, confesara, y se
arrojara implorando su misericordia. Y él podría tener misericordia. Pero la idea fue
fugaz, si hubiera sido el tipo de mujer que se rindiera, probablemente a él no le habría
importado de un modo u otro. Todavía había una oportunidad, si él le daba una
opción, ella la tomaría.

Ella frunció los labios. Creo que voy a esperar a que él esté menos confundido.
Romperá mi corazón si no me reconoce, después de todo los problemas que he tenido.

Rico sonrió con admiraciónHmm, y no queremos romper tu corazón, ¿verdad?

Tannis estaba de pie, con las manos en su cadera y su mirada posándose


alternativamente entre ellos dos. ¿Alguien me va a decir que está pasando?

Skylar permaneció en silencio, y Rico se encogió de hombros. Ella es del


Colectivo.

Tannis miró a Skylar. No puede ser. Sus ojos son normales.

¿He mencionado la palabra crédulo antes? Rico sacudió la cabeza ¿Skylar?

Skylar extendió la mano y se quitó los lentes de contacto, dejándolos caer en el


suelo. Sus ojos brillaban por el color violeta de Meridian. Se volvió hacia Rico, una
mirada de resignación en su rostro. ¿Cuándo lo supiste? ¿Fue por la sangre?

En realidad, no. Lo sospeché casi desde el principio, pero Janey lo confirmó.
Eras la única que podría haber llamado a aquel crucero espacial, y como estabas
conmigo, debiste haber tenido algún vínculo interno de comunicación. Las únicas
personas que pueden hacerlo, son las del Colectivo. Eso te delató. ¿Por qué lo hiciste?

No tuve otra opción. Estabas a punto de morderme, y me dijiste que podrías
decir cuántos años tenía sólo con mi sangre.

Podrías haber dicho no. Le estudió su rostro. Así que, ¿cuántos años
tienes?

Ella se encogió de hombros. Doscientos treinta y dos.

124
Un bebé. Sacudió la cabeza. Cuando la nave atacó, al principio pensé que
habías tenido un golpe de suerte, entonces me puse a pensar.

Yo hago mis propios golpes de suerte, dijo ella.

......
Skylar estaba furiosa consigo misma. ¿Cómo pudo no haberlo previsto? Levantó
la vista hacia donde descansaba Rico. Uno de sus hombros apoyado contra la pared.
Ella no podía creer que durante todo el tiempo que había estado haciéndole el amor tan
dulcemente, conociese lo que ella era. Una cosa era cierta, era malditamente mejor
actor que ella.

Es tiempo de salir de esta nave.

Había una buena probabilidad de que intentaran matarla antes de que su


refuerzo llegara, pero en este momento, no podía pensar en otra alternativa. Cerró los
ojos y abrió la comunicación interna de enlace.

Y chocó contra un muro.

Lo intentó de nuevo. Nada. Ellos la habían bloqueado, y los primeros indicios de


pánico despertaron en su interior. Abrió los ojos para encontrar a Rico observándola
con una sonrisa divertida en su rostro.

Janey identificó la frecuencia le dijo. Y la bloqueó. Me temo que no podrás


pedir ayuda. Sonrió.

Ah, y les dijiste que se reunieran en dos horas aquí. Así que no tardarán.

Una sensación de fatalidad se apoderó de ella. Eso era todo. Todo había
terminado. Incluso tenían a un asesino a bordo, que sabía exactamente cómo acabar
con el Colectivo de manera permanente.

Si sabias todo eso, ¿por qué aún estoy viva? Le preguntó.

Buena pregunta, dijo Tannis.

Había planeado matarte, dijo Rico. No me gusta ser traicionado. Pero
salvaste nuestras vidas en Trakis Uno. Esos del Colectivo nos hubieran matado y ahora
estarías de vuelta con tu propia especie.

Ella frunció el ceño. Fue un acto reflejo.

125
Por supuesto que sí. Lo que sea, te lo debo, y al igual que tu, yo pago mis
deudas.

¿Qué significa eso?

Puedes irte. Toma tu nave y vete.

Ella miró alternativamente a él y a Tannis. El rostro de la capitana estaba tenso,


pero no habló. Skylar se levantó lentamente.

Sólo una cosa, dijo Rico.

Se volvió hacia él.

¿Qué fue todo esto? ¿Por qué tomarse la molestia de liberar a un hombre
condenado por el Colectivo?

Ella se encogió de hombros. No lo sé. Me dijeron que era un ejercicio de


entrenamiento.

Por primera vez ella vio como reaccionaba. ¿Un qué? Su tono estaba
indignado.

Ella no lo culpaba, también ella estaba indignada, pero mantuvo su tono de voz
suave. Lo dijiste tú mismo. Ellos se estaban volviendo descuidados. El Colectivo
tiene una gran cantidad de presos políticos en Trakis Uno. Teníamos que estar seguros
de que era un lugar seguro. Además, mi jefe odia al encargado de la seguridad.

¿Y quién es exactamente "nosotros"?

La Policía.

Jesús, murmuró Tannis.

Por qué no te presentas, dijo Rico.

Teniente Skylar Ross.

Rico la estudió por un momento, y ella se preguntó si él iba a realizar la conexión.


Vio cuando el entendimiento iluminó su rostro. ¿Tienes alguna relación con Aiden
Ross?

Ella asintió con la cabeza. Él era mi tío.

126
Así que Jonny asesinó a tu tío.

No es personal. Ella se encogió de hombros. Nunca me había gustado el


tío Aiden de todos modos. Era un culo pomposo.

Entonces, ¿cuál es tu plan ahora? ¿Llamar a tu crucero, para que nos arresten y
nos envíen a las minas de Meridian con Jonny?

Algo así.

Tannis dio un paso hacia ella. Yo voy a dejarte ir porque, como dijo Rico, nos
salvaste. Pero si alguna vez te vuelvo a ver, te mato.

Skylar entrecerró los ojos. Puedes tratar de hacerlo. Dudo que tengas éxito.

Se dio la vuelta, se alejó del puente, y se dirigió a la bahía de acoplamiento. Rico


se mantuvo un paso por detrás. Ella golpeó la palma de la mano en la cerradura y la
puerta de su nave se abrió. Entró y se volvió hacia él.

Él sonrió. Gracias por el sexo, y la sangre. Los del Meridian, puedo asegurar,
que saben bien.

Lo disfruté.

Me di cuenta.

Ella alcanzó la puerta para evitar su cierre, y él se inclinó hacia adelante, la besó
suavemente en la boca. Recuerda, querida, murmuró a su oído, siempre hay una
opción.

En su cara se apreció una mirada brillante. ¿En serio? Ya oíste lo que dijo
Tannis. No creo que quedarme sea una opción, ahora todos saben lo que soy.

Él pasó un dedo por su mejilla. Siempre he sabido lo que eras, querida. La


pregunta es, ¿importa? Él le dio un último beso fugaz y luego se fue.

Skylar se movió de forma automática, preparando la nave para el despegue.


Esperaba que en cualquier momento ellos cambiaran de parecer y vinieran por ella. Y
mientras tanto, en el fondo de su mente, algo le preocupaba.

Ella había estado volando durante diez minutos, cuando estrelló su mano en el
botón de paro de emergencia. El transbordador se detuvo de inmediato. Ella se sentó
por un momento, mirando hacia la inmensidad del espacio.

Rico siempre había sabido lo que era.

127
Él ya sabía que era del Colectivo, cuando le había pedido que se quedara. Su
pulso rugió en sus oídos por esa certeza.

Siempre hay una opción.

Pero ¿cuáles eran sus opciones?

Nadie se había separado nunca del Colectivo antes. Eso no significaba que no se
pudiese hacer. Skylar pensó en regresar, en aceptar las consecuencias de su decisión
impetuosa, y en la de los siguientes años tediosos que se extendían por delante. ¿El
aburrimiento tenía que ser el precio de la inmortalidad?

Pensó en Rico y tuvo un flashback instantáneo de la sensación de tenerlo sobre


ella, en ella, llenándola por completo. Esa voz baja y ronca susurrando en su oído
querida. Una ola cálida rodeo su cuerpo. Ella no comprendía muy bien sus sentimientos
hacia el vampiro, pero sabía que las cosas nunca serían aburridas en su nave.

Y había otra cosa a tener en cuenta. Su marido, Daniel, estaba muerto. A pesar de
que le ofrecieron el tratamiento de Meridian, él eligió una vida normal y una muerte
normal.

Pero a diferencia de Daniel, Rico nunca se haría viejo, y él nunca moriría. Bueno,
no por causas naturales.

Skylar no estaba segura de lo que ellos tuvieron, o de lo que podrían tener juntos,
pero lo que fuera, sabía que tendría mucho tiempo para descubrirlo.

Todo el tiempo del universo.

Se inclinó hacia delante para encender los motores y algo brilló por el rabillo del
ojo. Por un momento, ella estaba segura de que su corazón dejó de latir. Un anillo
estaba en la consola, una joya de color púrpura en una banda delgada de metal blanco.
Lo cogió y lo miró a contraluz, reflejos como el fuego bailaban en el corazón de la
piedra.

Por un breve momento, ella pensó que el anillo podría ser un regalo de
despedida, pero esa idea no tenía sentido. Esto, era la oferta de una nueva vida. Un
símbolo de amor eterno como Rico le había dicho.

Skylar dudaba de que durara para siempre.

Pero, ¿realmente importaba?

Lo importante era, que en este momento, ella lo quería. Por primera vez en años,
el pensamiento de la eternidad la llenó de anticipación en lugar de miedo.

128
Se puso el anillo en el dedo y sonrió al recordar el comentario de despedida de
Tannis. Esperaba que al menos hubiera sido en parte retórica.

Y si ella sobrevivía a Tannis, estaba "Jonny". Tenía la idea de que Jonny no iba a
ser un gran fan suyo.

Al pensar en Jonny, algo se agitó en el fondo de su mente. Algo que la había


estado molestando desde Trakis Uno. Cerrando los ojos, visualizó la escena, y una luz
hizo clic en su cerebro.

Mierda.

Ella había sido tan estúpida… Tenía que volver, para advertirles.

Encendió el motor, giró su nave, y se dirigió a El Cazador.

......
La puerta se abrió.

Rico estaba exactamente donde lo había dejado, como si hubiera estado


esperando por ella. Se miraron el uno al otro, sin moverse.

Después de un minuto, Skylar levantó la mano izquierda con el anillo de


brillantes en el dedo. La eternidad, ¿eh? Eso suena a mucho tiempo.

¿Tienes miedo?

Consideró la pregunta por un momento. Sí.

Yo también.

Pero creo que me gustará.

Él le dirigió una sonrisa. A mi también. Pero no te preocupes, viviremos el día


a día.

La eternidad, el día a día... Le sonaba bien. Ella acortó el espacio entre ellos, le
echó los brazos alrededor de su cuello y lo besó. Él se abrió para ella, su lengua la llenó,
surgiendo el calor en su vientre, y todo desapareció de su mente… la bahía de
acoplamiento, el Colectivo y Jonny.

Detrás de ellos, alguien se aclaró la garganta, y Skylar se quedó inmóvil. Echó un


vistazo sobre el hombro de Rico. Tannis estaba en la puerta abierta.

129
Mierda, Skylar murmuró. Problemas.

Ella se escurrió de los brazos de Rico, aunque mantuvo un férreo control sobre su
mano. Inclinándose cerca, él le susurró al oído.

¿Quieres que te proteja?

Ella levantó una ceja. ¿Qué dulce de tu parte, pero luzco como si necesitara
protección?

Dio un paso atrás, con la mirada vagando lentamente sobre su cuerpo. Su interior
se derretía.

Diablos, no.

Por un momento, se olvidó de Tannis y se tambaleó hacia él. El sonido del roce
suave de una pistola láser la detuvo.

Skylar suspiró. Sólo una cosa, dijo, Si ella realmente parece que me va a
disparar, ¿puedes pedirle que no lo haga? Eso sería lindo, por supuesto.

Yo puedo hacerlo.

Bueno. Skylar se volvió y vio como Tannis caminaba por la bahía de


acoplamiento hacia ellos, sujetando la pistola con la mano a un costado de su cuerpo.
Ella se detuvo a un palmo de Skylar.

¿Qué estás haciendo aquí? Gruñó. Pensé que te había aclarado mi punto.
Te veo y te mato.

Y como he dicho, puedes intentarlo.

Skylar buscaba en su rostro, pero no tenía idea de lo que estaba pensando Tannis,
o si le dispararía. Ella debía saber que la explosión no mataría a Skylar. El tratamiento
Meridian los había echo casi invulnerables a las armas normales, y podían repararse
cualquier daño por grave que fuera.

Pero Skylar no quería pelear. Quería quedarse en El Cazador, y para ello tenía que
entenderse con la capitana. Además, el Colectivo no perdería el tiempo para venir por
Jonny, y podrían estar allí, ahora mismo, listos para atacar. Tenía que encontrar una
rápida manera de calmar a Tannis.

Curvando sus labios con la apariencia de una dulce sonrisa, ella mostró el anillo
en el dedo anular a Tannis. Tenía que volver, mira, Rico me hizo una oferta que no
podía rechazar.

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Los ojos amarillos se ampliaron, y la pupila de sus ojos se estrechó.

De ninguna maldita manera.

Levantando la mano, Skylar lo acercó a su propio rostro. Bateó sus pestañas.


Mira… incluso hace juego con mis ojos.

Tannis miraba del anillo, a Skylar, a Rico, y otra vez de vuelta al anillo.
Discúlpame, pero pierdo mi almuerzo.

Skylar ante su respuesta tuvo que tragarse una sonrisa. Ella asintió con la cabeza
de la pistola láser.Así que, ¿vas a usar esa cosa?

En realidad, después de las noticias, sólo lo podría utilizar para pegarme un
tiro.

Pero ella guardó la pistola en la funda y se dio media vuelta, pasándose una
mano por el pelo corto, murmurando en voz baja. Skylar pensó que Tannis llegaría a
un acuerdo con la noticia, pero estaba impaciente por hablar de Jonny y trabajar en lo
que ellos podrían hacer. Tal vez se podría contactar con el coronel y ofertar el enviar al
prisionero de regreso, pero sospechaba que habían ido más allá de una negociación.

Por primera vez, se dio cuenta de que el resto de la tripulación estaba en la


habitación y que la miraban con avidez. Daisy le llamó la atención y sonrió.

Skylar se acercó más a Rico y señaló hacia Tannis. ¿Va a estar bien?

Probablemente.

¿Crees que podría estar ella mejor ahora que más tarde? Hay algo que
necesitan saber.

Obviamente, él vio algo en su cara. ¡Tannis! Ven aquí. Puede ser que tengamos
un problema.

Tannis dejó de caminar.¿Un problema más grande que el que mi piloto haya
perdido la cabeza?

Mucho más grande, dijo Skylar. ¿Dónde está el prisionero? ¿Ha hablado?

¿Su hermano menor? No, él está durmiendo fuera del cryo. ¿Por qué?

Creo que el Colectivo va a venir por él.

Bueno, obviamente. Ellos lo quieren de vuelta.

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No. Creo que lo quieren muerto.

Rico la miró fijamente. ¿Por qué? Si no era más que un ejercicio de


entrenamiento, ¿por qué matarlo?

No sé. Sólo sé que algo no está bien.

Explícate, espetó Tannis.

No le había visto el sentido hasta ahora, entonces se me ocurrió. Los soldados a
quienes disparé en Trakis Uno –Los policías- no traían pistolas láser. Ellos llevaban
blasters.

¿Y?  Tannis no trató de ocultar su impaciencia.

Por lo tanto, eran un escuadrón de asesinos. Desde el principio, ellos habían


tenido la intención de matarlo.

Eso no tiene sentido. Lo han tenido en la cárcel por semanas. Si lo querían


muerto, ¿por qué no matarlo allí?

Si hubiera muerto en la cárcel, habría habido todo tipo de preguntas. Creo que
querían que se viera como un intento de fuga. Por alguna razón ellos no lo querían
fuera del cryo. Supongo que tiene información que ellos no quieren que salga.

¿Y cual sería?

Ella se encogió de hombros. ¿Cómo voy a saberlo? Soy un soldado. Sólo sé lo


básico.

Hmm. ¿Así que ellos iban a dispararnos convirtiéndonos en mil pedazos?

Skylar asintió con la cabeza.

Y ellos van a venir a por nosotros.

Con todo lo que tienen.

Genial, simplemente genial. Y apuesto a que no hay posibilidad de que consiga


el resto de mi dinero tampoco. Ella le dio una oscura mirada a Skylar. ¿Sabes que
es por tu culpa? Volvió la mirada fría hacia Rico. Y por la tuya.

¿Por qué demonios es mi culpa?

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Tannis resopló. Probablemente ella sólo escogió esta nave porque escuchó que
eras fácil. Olvida la frase "he oído que eres el mejor" y toda esa mierda. Apuesto a que ella
se basó en que todo lo que se necesitaba era mostrar un par de tetas grandes para que
tu cerebro se quedara vacio.

Alguien se rió. Tannis miró a la tripulación, y el sonido se cortó abruptamente.


Empujó las manos en los bolsillos, se dio la vuelta y se alejó.

Bueno, eso salió bien, murmuró Rico.

Lo hicimos, ¿no?  Skylar esperó hasta que Tannis llegara a la puerta.
¿Capitana?

Tannis se detuvo, pero no se dio la vuelta. ¿Qué?

¿Aún piensas en matarme?

Estoy pensándolo.

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Epílogo

Tannis colocó una botella sobre la mesa.

¿Qué es eso? Preguntó Skylar.

Suplemento de hierro, dijo Tannis. Creo que lo vas a necesitar.

Oh. Ella resistió el reflejo de levantar su mano hacia su garganta, donde


seguramente estaban las marcas de los colmillos de Rico. Gracias.

Mas tarde, esa noche, todos se encontraban reunidos para cenar en la mesa de la
galería. El Cazador se dirigía lejos del sistema de Trakis, tan rápido como les era posible
ir. Habían planeado tener una reunión mañana, pero esa noche, por acuerdo tácito,
mantendrían una ligera conversación. Rico se sentó junto a ella, con su mano sobre su
muslo.

Tannis cuida su tripulación, le dijo él.

Skylar miró los fríos ojos amarillos de Tannis. Entonces, ¿soy parte de la
tripulación?

Tannis asintió con la cabeza bruscamente, y el nudo de tensión se deshizo en


Skylar.

Simplemente no hemos decidido qué posición, aún, murmuró Rico,


deslizando su mano por lo largo de su muslo. Podremos hablarlo más tarde, buscar
opciones.

Sí, ya lo hemos decidido. Ella es nuestra oficial de seguridad, dijo Tannis,


pateando una silla para sentarse frente a ella. ¿Eso quiere decir que has dejado el
Colectivo? Preguntó.

Skylar negó con la cabeza. Siempre le sorprendía lo poco que conocían del
Colectivo. No puedo dejar el Colectivo, dijo. Soy el Colectivo. Todos lo somos.
Yo no podría dejarlo, es más, es como si tú pudieras cortarte un brazo y esperar que el
brazo tuviese una vida sin ti.

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Tannis frunció el ceño, y Skylar se esforzó para explicarlo. El Meridian nos une
hasta que somos parte de un solo ser. Si nos abrimos, podemos pensar como uno,
expandir nuestras mentes.

Un gestalt, dijo Rico. El todo es mayor que la suma de sus partes.

Sí, eso es.

Por lo tanto, ¿Van a ser capaces de encontrarte? Preguntó Tannis.

Realmente no lo sé. Nadie ha tratado de salir antes, pero estoy segura de que lo
averiguaremos.

No mencionó que a pesar de que había tomado medidas drásticas en su vínculo


interno, ella podía sentirlos a ellos en ella, tratando de entrar.

Durante un minuto estuvieron todos en silencio, y luego Al habló desde el final


de la mesa. La Iglesia cree que el Colectivo es el mal.

Skylar frunció el ceño. ¿Por qué dices eso? Ciertamente no es una posición
oficial.

Al encogió un hombro flaco. Ellos dicen que se necesita un centenar de


hombres equivalentes a cien años de la mía, para poder ser suficiente para un
tratamiento. Pero también creen que Meridian aprisiona el alma a su cuerpo. Es por eso
que no pueden morir, nunca irán al cielo.

Él se levantó de la mesa, tomó un plato, y comenzó a servir la comida.

¿Para quién es eso? Preguntó Tannis.

Para Jon.

Él no es un prisionero, puede venir y unirse a nosotros.

Al se movió incómodo y miró a Skylar. Él dice que no se sentará en la misma


habitación que un pedazo de Colectivo... Se mordió el labio por la última palabra.

Hmm, dijo Tannis. Bueno, vamos a dejarlo ir por esta noche, pero si se
queda en la nave, él comerá con mi equipo.

Se lo diré dijo Al.

Ellos observaron cuando tomó el plato y salió de la galería.

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Poco después, el resto de la tripulación se alejó, dejando a solas a Skylar y Rico.
Tan pronto como se fueron, la atrajo a su regazo.Agente de seguridad, le susurró
a ella al oído.

¿Eso significa que puedes atarme, tal vez incluso esposarme, si me portó mal?

Ella se rió, pero se retiró un poco hacia atrás.

¿Crees que es seguro? Le preguntó ella.

¿Qué? ¿Atarme?

No. ¿Al con ese criminal?

¿Por qué no habría de serlo?

Bueno, Al es... se fue apagando, sin saber si debía revelar el secreto de Al.

¿Una chica? Dijo Rico.

Ella lo miró con sorpresa. ¿Lo sabías?

Sólo lo adiviné, el chico me interesó. Era fácil saberlo una vez que lo miras
bien.

¿No quieres saber por qué?

Se encogió de hombros. Seguramente hay un puñado de razones por la que la


gente desea ocultarse… Creo que Al tiene sus propias razones.

Sí, pero…

Él la arrastró más cerca de él y la besó. Por un momento, ella se relajó contra él.
Sin embargo, algo la preocupaba. Algo que tenía que ver con la Iglesia. Se imaginó a
Al, con su pelo rojo oscuro, los ojos grises enormes, y de repente se le ocurrió.

Se sentó con la espalda recta, los ojos muy abiertos. ¡Santo Meridian!

Rico suspiró. ¿Qué?

Me di cuenta de quién es Al.

¿En serio? Bueno, Al puede esperar hasta mañana. La besó en la garganta, su
lengua acariciando a lo largo de la longitud de la vena, y Al desapareció de su mente.

Él cogió la mano izquierda de ella y giró el anillo en su dedo.

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¿De verdad escogiste esta nave porque escuchaste que era el mejor?

Oh, sí.

¿Y qué piensas ahora?

Ella fijó su mirada en su rostro duro y hermoso. Y pensó en el para siempre...


¿Por qué no me preguntas de nuevo… en aproximadamente unos cien años?
Entonces te lo diré...

FIN

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