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CUENCA MATANZA - RIACHUELO

Realicen una investigación sobre la historia de la


contaminación de la cuenca Matanza-Riachuelo. Busquen
información:

● Los actores sociales que operaron en la cuenca desde


la fundación de la ciudad de Buenos Aires hasta hoy
● Sobre las actividades que allí se realizaron y realizan
● Sobre el rol del Estado (sobre lo de ahora)
● La legislación ambiental
● Los mecanismos de control
● Los intentos de sanear la cuenca
● Los organismos encargados de hacerlo

La cuenca Matanza-Riachuelo, ubicada en la región metropolitana de


Buenos Aires, ha sido históricamente una de las áreas más
contaminadas de Argentina y ha sido objeto de preocupación
ambiental durante décadas. La historia de la contaminación en esta
cuenca está llena de desafíos y luchas, con diversos actores sociales,
actividades industriales y roles estatales involucrados.

Desde la fundación de la ciudad de Buenos Aires, varios actores


sociales han operado en la cuenca Matanza-Riachuelo. Inicialmente, las
poblaciones indígenas habitaron la zona antes de la llegada de los
colonizadores españoles en el siglo XVI. Posteriormente, a lo largo de
los siglos, se desarrollaron diferentes actividades económicas, como la
agricultura, la ganadería y la industria. A medida que la ciudad de
Buenos Aires creció, la población y la industria en la cuenca también
aumentaron, lo que contribuyó a la contaminación.

La cuenca Matanza-Riachuelo ha sido históricamente un centro


industrial y comercial. En la zona se han desarrollado actividades como
la producción de alimentos, la construcción naval, la metalurgia, la
química, y otras industrias, todas las cuales han contribuido a la
contaminación del agua, el suelo y el aire de la cuenca y han tenido un
impacto perjudicial en la salud de las comunidades locales. Las
enfermedades respiratorias, problemas de piel, y otras afecciones de
salud han sido más frecuentes en estas comunidades debido a la
exposición constante a la contaminación.

El desarrollo urbano descontrolado en la cuenca ha aumentado la


impermeabilización del suelo, lo que ha agravado los problemas de
inundaciones. La falta de infraestructuras de saneamiento adecuadas
también ha contribuido a la acumulación de aguas residuales en la
cuenca durante eventos de lluvia intensa.

El Estado argentino, a través de diferentes gobiernos a lo largo de los


años, ha tenido un papel importante en la gestión y regulación de la
cuenca Matanza-Riachuelo. Sin embargo, la falta de una regulación
efectiva y la corrupción han contribuido al deterioro ambiental.
Actualmente, el gobierno argentino ha tomado medidas para abordar
la contaminación en la cuenca y ha creado una entidad específica para
este propósito, la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR).

También ha habido conflictos de interés significativos entre las


industrias ubicadas en la cuenca, las autoridades gubernamentales y
las comunidades locales afectadas por la contaminación. La oposición
de ciertas industrias al saneamiento de la cuenca ha sido un obstáculo
para la implementación de medidas efectivas.

Durante el transcurso de los años, Argentina ha promulgado leyes


ambientales para proteger la cuenca. Una de las más importantes es la
Ley Nacional de Residuos Peligrosos (N° 24.051), que establece
regulaciones para la gestión de residuos tóxicos y peligrosos. También
se han desarrollado normativas específicas relacionadas con la cuenca
y su saneamiento.

La supervisión y control de la contaminación en la cuenca ha sido un


desafío constante. La ACUMAR, creada en 2006, es la entidad
encargada de la gestión y control de la cuenca. Sin embargo, la
implementación efectiva de medidas de control ha enfrentado
obstáculos, incluyendo la oposición de algunas industrias y la falta de
recursos.

A lo largo de los años, ha habido varios intentos de sanear la cuenca


Matanza-Riachuelo. Estos esfuerzos han incluido la limpieza de aguas
residuales, la remoción de basura y sedimentos tóxicos, y la
restauración de zonas degradadas. Uno de los más destacados es el
"Plan Integral de Saneamiento Ambiental" (PISA), que se lanzó en 2006
con el objetivo de limpiar y revitalizar la cuenca. Sin embargo, la
implementación total de este plan ha enfrentado obstáculos y demoras
significativas, y a pesar de estos esfuerzos, la contaminación persiste
en gran medida.

La ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo) es la entidad


principal encargada de la gestión y saneamiento de la cuenca. Trabaja
en conjunto con otros organismos gubernamentales a nivel nacional,
provincial y local, así como con organizaciones no gubernamentales y
la sociedad civil para abordar los problemas ambientales en la cuenca.

El saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo requiere una


inversión significativa de recursos financieros. El costo asociado a la
limpieza y la infraestructura necesaria ha sido un desafío,
especialmente en un contexto económico complicado.

Argentina ha buscado cooperación internacional para abordar la


contaminación en la cuenca. Organismos como el Banco Mundial y la
Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos han brindado
asistencia técnica y financiera en este esfuerzo.

En resumen, la historia de la contaminación en la cuenca


Matanza-Riachuelo es un reflejo de las tensiones entre el desarrollo
industrial y la protección del medio ambiente. A pesar de los esfuerzos
realizados, la contaminación sigue siendo un problema significativo en
la región, y su resolución requiere la colaboración continua de múltiples
actores sociales, un marco regulatorio sólido y la asignación de
recursos adecuados para el saneamiento.

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