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CUADRO RESUMEN

¿Cómo aprende el cerebro de los niños?


En el cerebro infantil, las neuronas realizan muchas más conexiones que en el
cerebro adulto; y cuanto más rico es el ambiente en el que se encuentra el niño,
mayor es el número de conexiones, dando lugar a un aprendizaje más rápido y más
significativo.

Recuperado de:
https://montessorispace.com/blog/neuroeducacion-entender-el-cerebro-para-
mejorar-el-aprendizaje/
El bebé humano nace con un elevado número de neuronas que poco a poco irán
creando aprendizajes. Con cada experiencia sensorial el cerebro va organizando
sus neuronas a través de conexiones entre las mismas, creando así diversas redes
neuronales. Estas conexiones neuronales suponen la base cerebral del aprendizaje,
es decir, cada aprendizaje se produce porque en el cerebro se ha creado una
conexión entre neuronas que lo determina.

Qué factores impulsan la creación de conexiones entre neuronas

La experiencia y el entrenamiento

La estimulación, la práctica y el papel protagonista del sujeto.

Recuperado de:

https://www.rubio.net/es/con-buena-letra/estrategias-para-un-uso-saludable-
de-pantallas-en-nios

¿Cómo aprende el cerebro de los adolescentes?

Podemos decir que su cerebro está en obras. Este experimenta un proceso


de maduración que transforma la red neuronal, entre los 12 y 24 años,
cambiando de manera decisiva y compleja. Por un lado aumenta la
mielinización, recubrimiento alrededor de las conexiones neuronales que
permite una mayor sincronización y aumenta la velocidad de comunicación
entre las neuronas favoreciendo el flujo de información. Las sinapsis más
utilizadas se fortalecen y mejoran mientras que las menos utilizadas se
eliminan. El cuerpo calloso se engrosa, favoreciendo una conexión mayor
entre los hemisferios cerebrales a la vez que un fortalecimiento de la
comunicación entre diferentes áreas del cerebro.

Los adolescentes utilizan con menor eficiencia las regiones ejecutivas


situadas en el lóbulo frontal. El desarrollo de la corteza cerebral durante la
adolescencia comienza en la parte posterior del cerebro (lóbulo occipital,
parietal) y finaliza durante la adolescencia tardía con el desarrollo del lóbulo
frontal. Dentro de este lóbulo se encuentra la corteza prefrontal, en la cual se
alojan las áreas cerebrales más relevantes involucradas en las funciones
ejecutivas así como es responsable del control de los impulsos. Esto supone
que el adolescente se conduce con torpeza en el control de las emociones,
un mayor nivel de impulsividad, dificultad en la elección de los objetivos y la
adecuación a las normas sociales. Por eso los padres y madres deben
convertirse en una especie de cerebro prefrontal externo, marcándoles los
límites con claridad, pero activando aquello que es propio de esta etapa
evolutiva: ser increíblemente creativos, solidarios y altruistas.

Además, durante la adolescencia, las regiones límbicas (emocionales) se


encuentran cerca de la madurez, mientras que las regiones prefrontales
todavía se están desarrollando de forma lineal, hasta más o menos los 24
años. Por esta razón, la asunción de riesgos es el producto de una
competición entre ambas redes, la socioemocional y la de control cognitivo,
compitiendo entre lo que quieren hacer porque les produce satisfacción
inmediata y lo que deben hacer, aunque implique demora de la gratificación.

Recuperado de:

https://elpais.com/elpais/2019/11/12/mamas_papas/
1573555561_663900.html

El desarrollo socioemocional en la adolescencia pasa por el desarrollo de


distintas capacidades cognitivas y conductuales de los adolescentes.
Principalmente, capacidades intelectuales y de manejo de comportamientos.

Estas capacidades ya se vienen desarrollando desde la infancia, y en la


etapa de la adolescencia es importante que se desarrollen y fortalezcan aún
más. Puedes conocer más en el artículo sobre el desarrollo emocional en la
infancia.
La capacidad de desarrollar un aspecto emocional-afectivo en los seres
humanos se puede definir como una “competencia emocional”. Y esta
consiste en un conjunto de habilidades, conocimientos y actitudes que
permiten comprender, expresar y regular de forma adecuada el aspecto
emocional.
Durante el desarrollo emocional en la infancia se pueden identificar tres
aspectos fundamentales del desarrollo emocional de los niños:
la comprensión emocional, la regulación emocional y la empatía. Y
durante el desarrollo socioemocional en la adolescencia esto continua y se
profundiza, y les permite a los adolescentes fortalecer su capacidad para
actuar eficazmente en las distintas situaciones de su vida.

Oportunidades que necesitan los estudiantes para desarrollar el


máximo potencial de su cerebro

Una evidencia creciente de conocimiento científico muestra que la


experiencia y el medio ambiente también se combinan con la genética para
dar forma a los cerebros de los adolescentes. Esto presenta una segunda
ventana de oportunidad crucialmente importante para apoyar el desarrollo
de los cerebros de las niñas y niños, y, por lo tanto, su futuro.

Durante la adolescencia se da una amplia gama de interacciones dinámicas


entre el desarrollo físico, sexual y cerebral, incluyendo riesgos, como la
violencia y el estrés tóxico, que pueden interferir con la formación de
conexiones cerebrales, y otras vulnerabilidades exclusivas del inicio de la
pubertad y la independencia.

También en esta etapa hay enormes oportunidades que puedan abonar a la


atención integral y a las inversiones sociales durante la primera infancia,
consolidando ganancias de esta etapa e incluso compensando los efectos de
déficits y traumas experimentados en los primeros años de vida.
https://www.unicef.org/guatemala/oportunidades-para-la-adolescencia-y-
juventud

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