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Volumen 5
La noche se tornó fría una vez que la lluvia de primavera hubo amainado.
Los charcos de agua que fueron dejados atrás por esta, estaban dispersos aquí y
allá por todo el campo, y lentamente se iban secando. Veo que el agua se seca
bien incluso durante la noche.
Desde el día que jugué a las Banderas Blancas y Negras contra el Lord
Demonio Dantalian, he tenido el hábito de escuchar cuidadosamente el sonido
de la nada. Si inadvertidamente escuchas esa nada, entonces llegarás a
comprender que esa nada en realidad está golpeando como algo. Era de noche.
La luz de la vela temblaba firmemente mientras quemaba mi cuerpo, y al
temblar, también derramaba luz en las palabras que había sujetado en mi mano.
*
“Mes 4, Día 10: Tarde en la noche. Campamento enemigo; en medio de la
celebración de un rito ancestral, una purga se estaba llevando a cabo. Aunque
se sentía como si una lucha interna estuviese a punto de ocurrir, fue suprimida
rápidamente. Se puede asumir que Lady Demonio Barbatos y Lady Demonio
Paimon están detrás de esto. La vigilancia es estricta”.
*
Era una nota que fue rasgada hasta terminar siendo un trocito de papel dado
que quien la escribió solo pudo plasmar un par de líneas. Este espía había hecho
presión sobre un trozo de grafito con el fin de escribir esto, pero considerando
lo distorsionadas que estaban las letras, quedaba claro que esto no fue escrito
sobre una superficie plana. De estas palabras irregularmente escritas, pude
sentir la desesperada lealtad de este espía.
“…veo que este es un mensaje secreto que fue enviado tras ser escrito con
prisa. Hermoso”.
Varios cuervos estaban bajando sus cuerpos obedientemente sobre mi
escritorio. La Raza Demoníaca trataba a los cuervos propiciamente, por lo que
no los cazaban a la ligera. Hube plantado espías profundamente en las sombras
de las cosas que los enemigos trataban con cuidado. Removí otra nota del tobillo
de otro cuervo y la extendí ante mí.
*
“Mes 4, Día 10. Noche; un disturbio ocurrió en medio de las fuerzas
enemigas. Como los Lores Demonio tomaban las vidas de otros Lores
Demonios, las fuerzas enemigas fueron divididas en varias partes. Mientras se
dispersaban, se juntaban y contratacaban, la general enemiga, Laura De
Farnesio, actuó. Es caótico. Es difícil conjeturar más de lo que puede ser visto”.
—……
Las palabras eran pulcras y ordenadas. Era un reporte que fue escrito
vagamente. Forcé la vista para estudiar cuidadosamente la nota siendo teñida de
amarillo mientras la luz de vela seguía ardiendo.
Abrí mi boca y hablé a mi criada principal.
— Julia.
— Sí, Alteza.
— ¿Sabes cuándo me di cuenta del destino de un emperador?
— ¿Cómo podría ésta atreverse a hablar de la labor de un emperador?
— Fue cuando estaba pequeña.
La criada principal hizo una profunda reverencia. Se trataba de una chica que
tranquilamente me haría compañía incluso cuando yo pasase el tiempo
hablándome a mí misma. Para esta chica, esa era su labor como mi fiel sirviente.
— Noche tras noche, cada rincón del palacio imperial irradiaría debido al
abundante número de luces de vela. Mientras descongelaba mi cuerpo, sentía
curiosidad por algo al tiempo que miraba la vela que estaba encendida en una
esquina. ¿Por qué? Si vas a mirar las velas que debieron haberse derretido el día
anterior, lo verías; al día siguiente, todas las velas se habrían recuperado
completamente y estarían ardiendo una vez más. Mi joven yo estaba
asombrado… “Así que resucitan. Ah, cada noche, las velas reviven con el fin
de iluminar la nueva noche que se aproxima”.
Mientras desdoblaba las noticias que los cuervos habían traído desde diversas
distancias, una nota a la vez, seguí con mi historia.
— Eso fue lo que consideré como evidencia del descenso de Dios. Como
estaba tanto maravillada como atónita, fuese mi tutor o mi hermano mayor, les
conté a todos sobre ello. Los impíos irían de un lado a otro declarando que Dios
no existía, pero eso simplemente eran tontos murmullos de la gente que ha
vivido solamente durante el día. Dios es un individuo muy tímido, por lo que
solo vaga de noche por el palacio.
—……
— Nadie me creyó. Al contrario, se burlaron de mí.
Por eso, decidí confirmarlo.
— Era de noche.
Me escabullí de mi habitación y me oculté en un pasillo donde muchas velas
se habían derretido. Mi corazón estaba latiendo debido a la idea de que estaba a
punto de presenciar la escena de Dios paseándose por la noche.
— Incluso los asistentes se habían ido a dormir, por eso, mientras el palacio
estaba en silencio, los sonidos de los pasos de los guardias, el sonido de un
soldado anciano tosiendo con flema, y el aullido del viento… esa nada
permanecía en calma mientras seguía siendo nada…
Eso fue cuando era pequeña.
Los sonidos de los pasos de los guardias eran simplemente un clamor de
pisadas dentro de los pasillos, y mientras el sonido de toser flema era un ruido
que sacudía ominosamente el aire, el aullido del viento era el sonido del tiempo
siendo desperdiciado tediosamente. Aun así, tuve que aprender cómo escuchar
cuidadosamente esa nada. Durante esa temporada donde casi todo era nada, mi
corazón latía furiosamente por la idea de ver a Dios, y en ese entonces, todo el
mundo estaba tocando una variación del tono que venía de mi corazón latiendo.
¿Cuánto tiempo tuve que esperar?
— Alguien se acercó al salón iluminado por las velas. Los pasos eran más de
lo normal como para ser llamados pasos de Dios. La forma de la persona
también era demasiado lamentable para que se le considerase la apariencia de
Dios. Sin embargo, antes que el hombre se hubiese acercado más a las velas, yo
seguía creyendo que él era Dios. Simplemente pensaba que Dios era lo
suficientemente magnánimo para estar cómodo hasta con cosas normales y
lamentables. Poco después, una vez que presencié a Dios extinguir la moribunda
ascua de una vela, reemplazar la vela derretida con una nueva, y luego
encenderla, lo comprendí—— Ese no era Dios.
Solo era un simple asistente.
Era simplemente un humano lamentable.
Antes de saberlo, me encontraba meditando sobre el pasado con mis ojos
cerrados.
— Julia. Esa noche fue bastante deprimente. Lo que había visto era a un
asistente normal y lamentable en su labor nocturna, pero lo que pude conjeturar
fue algo más de lo que podía ser visto. Las velas no revivían. Simplemente eran
reemplazadas.
—……
— Ya que las velas eran cambiadas diariamente, es claro que había alguien
que las hacía cada día. Ya que había una persona que se ganaba la vida
simplemente haciendo velas día a día, también era indiscutible que hubiese otra
persona que cultivaba, cosechaba, y entregaba su comida a ese fabricante de
velas.
Yo no era consciente de esos súbditos, cuyos trabajos eran una parte mayor
de la tierra de la corona. Nunca he visto a un artesano que se ganase la vida
fabricando velas. Nunca he visto granjeros y mucho menos herreros que
hiciesen los equipos de cultivo para los granjeros. Sin embargo, como la vela
fue reemplazada justo delante de mis ojos y brillaba fuertemente — de la misma
forma cómo la ardiente luz de vela era clara y cierta, los súbditos que yo no
podía ver con mis ojos también eran claros y ciertos.
La gente existía.
Desde ese punto en adelante, cada mundo brilló como luces en mis ojos.
Persona tras persona estaba conectada sobre llamas y llamas.
Fue sólo después que descubrí cómo se le llamaba a esa luz de vela ardiendo
clara y evidentemente.
— ¿Entiendes, Julia?
—……
— Ese día, perdí a Dios y gané una nación.
Abrí mis ojos.
Una vez que mis ojos estaban abiertos, me volví a mirar a las criadas.
— El monarca al que ustedes sirven no cree en la resurrección de Dios. No
soy una religiosa. Si me tocase tener una doctrina, entonces simplemente sería
la de una luz de vela. Mi credo sería para que la luz de vela proteja
perennemente la noche, sin fin.
Julia se arrodilló y las demás criadas la siguieron al inclinarse.
— Nosotras, las humildes sirvientas, siempre hemos estado maravilladas de
usted, Alteza.
— Aunque puede que tenga diversas labores como emperatriz, una vez que
hayan conjeturado más de lo que puede ser visto, es cuando finalmente puede
ser establecido. Les preguntaré esto: ¿Todas creen en mi percepción?
— Por favor, ordénenos. Nosotras obedeceremos.
Asentí.
— Reúnan a los comandantes. Ya que se está a mitad de la noche, tendrán
que despertarlos con cuidado. Si les preguntan el por qué están siendo llamados,
entonces díganles que traigan sus armas. Si les piden una causa más profunda,
infórmenles que la Princesa Imperial les ha prohibido responder cualquier otra
pregunta.
— ¿Deberíamos llamarlos a todos?
— Sí.
Los comandantes se hubieron reunido todos para el tiempo en que una vela
tardó en derretirse a la mitad de un palmo1. La noche era fresca debido a que la
lluvia de primavera había retrocedido. Como ellos no sabían la razón por la que
fueron reunidos durante la noche, los labios de los comandantes estaban secos.
Ordené.
— Escuché que un folleto malvado ha estado circulando dentro de nuestras
fuerzas. Dicen que el discurso de la general enemiga fue plagiado y está siendo
distribuido entre los soldados rasos, nutriendo pensamientos traicioneros dentro
de sus mentes. Si esas ideas desleales crecen, entonces, ¿eventualmente no se
estarían convirtiendo en una rebelión? Se dice que una nación es un árbol
gigante donde las raíces están ubicadas dentro de los corazones de la gente. ¿No
creen ustedes que las raíces se tornarían firmes si erradican la maleza antes de
que puedan causar corrosión? Comandantes, hagan caso a mis palabras.
— Sí, Alteza.
— Con mi preocupación por esas raíces como causa, les ordeno. Les
permitiré una excedencia esta noche. Utilicen a los subordinados que crean son
de confianza y asalten cada tienda que haya. Pónganlas de cabeza. Si encuentran
alguno de esos folletos en el interior de alguna, ejecuten a cada soldado que fue
asignado allí. No les quiten la vida mientras causan un alboroto. No deben
permitirles a los granjeros cantar innecesariamente mientras cortan la maleza.
Decapítenlos.
Los comandantes bajaron sus cuerpos al suelo.
— ¿A todos?
— Sí, a todos.
Era de noche.
Había llamas elevándose por doquier a través del campamento militar,
iluminando la noche oscura. Dentro de cada charco de agua que la humedad de
la lluvia primaveral hubo dejado, había un cadáver decapitado sumergido.
El soldado que estaba elevando su voz con el fin de declarar que era inocente
fue decapitado en medio de su alegato. Su cabeza cayó en un lodazal y el agua
sucia fluyó en su mandíbula abierta. El nivel de la superficie del charco se
contrajo de acuerdo a la cantidad de agua lodosa que la boca del cadáver hubo
tragado. Así, todos los charcos se secaron completamente.
Veo que el agua se seca bien incluso durante la noche.
“Oh, Diosa de Todo que resides en la claridad de los cielos, por favor, no
eches a esos niños profundamente pecadores incluso si llegan a las puertas de
tu casa, y simplemente míralos con misericordia y tolerancia. Enterraremos sus
cuerpos terrenales, para que sí, Oh, Diosa de Todo, por favor, coseches sus
espíritus celestiales. Aunque sabemos cómo enterrar a los muertos,
desconocemos cómo sepultar sus almas; por eso, solo podemos ir ante ti, Oh,
Diosa de Todo, por tu sabiduría…”
Los sacerdotes cantaron aisladamente mientras vagaban por el campamento.
Como una santa que clamaba ser del Templo de Artemisa estaba liderando el
Himno del Devoto Difunto, los comandantes apáticamente dejaban el grupo de
apóstoles solo. Como era de esperarse, yo no tenía razones para obstruir los
corazones de los clérigos que deseaban calmar los espíritus con su himno.
Entregué la nota que fue escrita por el segundo espía a mi criada principal.
— Julia, la persona que escribió esto es un traidor que se entregó al lado de
la raza demoníaca.
— ¿Perdón?
— Como el día era caótico, ¿cómo fue este individuo capaz de encontrar el
momento para escribir sus palabras de forma tan limpia y ordenada? Un
disturbio ocurrió y esta persona también debió haber quedado atrapada por él,
pero como puedes ver, a estos les hubieron informado a sus superiores y
obtuvieron el tiempo para escribir relajadamente su reporte. Asigna un espía
distinto a esta persona. Mátalo antes de que pueda pasar medio mes.
—…… –la criada principal hizo una reverencia–. Como ordene.
Volví mi cabeza y miré hacia el otro lado de las Llanuras de Bruno. Era tarde
en la noche, por lo que el campamento enemigo no podía ser visto. Aunque no
era visible, solamente el contorno de la torre de cráneos humanos que los
demonios habían apilado en dirección al cielo podía ser vagamente visto bajo
la luz de la luna.
Laura De Farnesio debía estar actuando allí. Veo que la chica que no era nada
apenas se había convertido en algo después de haber sido acogida por Dantalian.
Por esa razón, ella estaba presentándose para él, para el Dantalian que la había
dado forma de algo.
Al final, ¿eso podía ser hermoso?
Incluso una vida es completamente dependiente de alguien más.
—……
Incluso eso——
Mientras escuchaba el sonido de las llamas fluir a través de la noche, analicé
ese pensamiento.
No tengo una religión.
Mi padre se burlaba de la religión. Siempre había sido un hombre que se
burlaría frecuentemente de las cosas.
Para él, la religión era opio para el débil, y por ende, una fábrica que creaba
personas débiles. Mi padre quería que su hogar fuese un campo de caza que
criaba al fuerte. Ni siquiera permitía una brecha en su familia donde el opio
pudiese plantarse.
Una vez, mi padre se sentó en la mesa y dijo:
— La moda de la religión ya pasó. Para ser precisos, en este momento, esa
tendencia está en proceso de marchitarse.
Era obvio lo que mi padre quería de sus hijos. Deseaba que nos
convirtiéramos en bestias que pudiesen atravesar cualquier cosa. La religión era
el ganado más fácil para rasgarle la carne. Las burlas de mi padre nos fueron
transmitidas fácilmente.
En ese entonces, además de nosotros, nuestras madres también se sentaban
en la mesa a la hora de cenar, pero había una de ellas que era religiosa. De lo
que puedo recordar, ella pertenecía a una familia que poseía tradiciones
religiosas muy estrictas. Sin embargo, nunca he visto que ella replicase las
burlas de mi padre.
Ella simplemente oraría sola unos 5 segundos antes de cada comida. Al
hacerlo, vagamente pasaría por alto las diversas respuestas. Y mi padre
terminará sonriendo amargamente antes de decir:
— Bueno, es inevitable.
En esos momentos, su tono casi sonaría como si simplemente le permitiese a
su estúpido amorcito tener unos segunditos de libertad.
Ella se comportaba como una hereje con fuertes pecados. No alzaba la voz
cuando memorizaba escrituras, ni se veía con otros creyentes en privado. No, ni
siquiera sermoneaba a su propio hijo sobre las doctrinas religiosas. Un tributo
de silencio antes de comer. 5 segundos. Se sentía como si eso fuese todo lo que
había para su fe.
La vez que la vi orando fue casi por coincidencia. Hasta el sol de hoy, sigo
preguntándome si eso era una oración o no. De vez en cuando, cosas
trivialmente peculiares me suceden. Durante esos momentos, he tenido
pensamientos trivialmente peculiares. Esta historia también es así.
Ese día, me había encerrado en el estudio. Lo había hecho ya que las madres
estaban ocupadas en la sala de estar y teniendo una discusión. Era tan fuerte que
el sonido de la disputa entre mamás se había filtrado por la grieta de la puerta
del estudio.
“Esta es mi casa. Mia y de ese señor. ¿Cómo osan, chusmas, a poner un pie
sin pensarlo…?”
“¡Si alguien tiene que largarse de aquí, entonces deberían ser ustedes!
¡Después de todo, es su culpa! ¡Toda… La de la última vez y ésta también…!”
“Por favor, si pensamos antes de hablar, entonces…”
Discusiones así ocurrían con demasiada frecuencia.
No había nada importante en ello. Sin importar cuán fuertes fuesen en ‘Yo
soy la puta’ o ‘Ella es la puta’, las madres eran consistentes cuando se trataba
de hacer la vista gorda en lo que a la conclusión más importante se refería; en
otras palabras, el hecho es que mi padre fue el peor hijo de puta en el universo.
Al final, era así cada vez que luchaban entre ellas. En esta casa, como mi padre
era como una existencia inviolable, para ellas, todos, excluyéndose a sí mismas,
eran unos putos.
En ese momento, alguien hubo entrado en el estudio. Era ella. Debió haber
sido golpeada por alguien en los labios, pues sangraba. Poco después, algo
desconcertante ocurrió. El momento en el que ella y yo tuvimos contacto visual,
ella estalló en llanto.
La consolé calmadamente y le acaricié el hombro. Me pregunté cuanto
tiempo pasó. Ella agarró mi mano y lloró.
— Perdona a tus madres. Perdona a tu padre. Perdónanos. Todos los días…
¡Ahh! Realmente me arrepiento de mis pecados diariamente… En serio…
Se sentía como si me hubiesen abofeteado ya que mi cabeza quedó en blanco.
Ella siguió murmurando mientras mantenía su cabeza hacia abajo.
— Por favor, perdónanos. Ya que me arrepiento de mis pecados, te pido que
te compadezcas de aquellos de los que no puedo arrepentirme. Perdónanos, por
favor…
La persona a la que ella le rogaba perdón probablemente no era yo. No me
estaba llorando a mí, sino a su Dios.
A simple vista, se sentía como si hubiese tenido éxito. Mientras su llanto
viajaba a una distancia increíble mientras lloraba, casi sonaba como si estuviese
allí.
¡Qué desesperada estaba su voz! Era tal que casi me engañaba. Si no hubiese
derramado sus lágrimas en mí, si sus lágrimas no hubiesen manchado mi ropa,
entonces habría existido la posibilidad de que yo creyese que Dios realmente
había oído su llanto.
Como mucho, el único lugar donde sus lágrimas pudieron haber fluido fue
mi ropa. El único lugar que estaría dispuesto a ser teñido por sus lágrimas
también era mi ropa. Ahí entendí que esto era el problema de todo.
La consolé por un largo rato antes de enviarla fuera del estudio. Me senté en
una silla y me sumí en mis pensamientos. ¿Quién podría perdonar los pecados
de esa persona?
Ella le lloró a Dios. O quizá ella le había llorado a él toda su vida. Sin
embargo, como no soy un Dios, eso ya no era toda su vida. No importa quién
era. ¿Qué podría hacer alguien por ella? ¿Quién puede declarar la inocencia de
un humano?
Al otro lado de la puerta, todo seguía deprimente con el sonido de la pelea.
“La última vez también, pues habíamos hecho de la forma que querías…”
“No, es porque fuiste innecesariamente persistente…”
“Por favor, si van a discutir, háganlo afuera…”
Recogí el libro que estaba leyendo antes.
Las palabras no estaban registrándose en mis ojos. Solo el sonido. Como si
ese fuese el ruido de la pelea que hubo comenzado antes de yo nacer y que se
mantendría así hasta incluso después de la muerte de mi padre… Siguió
haciendo eco en mi cabeza.
Incluso el llanto que había sido enterrado en mi ropa hacia escasos segundos
también estaba mezclado allí. El sonido de los sollozos y el de las voces se
devoraban entre sí y creaban otra. Me sentí mareado. Solo hubo un par de
palabras que llegaron a mi oído y pude escuchar distintamente.
“Todas ustedes”.
“No, tú”.
“Por favor”.
Eso era todo.
La melodía de Beethoven, la cual hube puesto, estaba fluyendo por todo el
estudio. “De la oscuridad a la luz”, se suponía que esa era una cita de Beethoven.
No sabía cuántos intervalos había cruzado, ni cuantos tenían que ser con el fin
de que mi vida se volviese una sola melodía.
Esto era de lo que simplemente no era consciente.
El Rey de los Campesinos, Dantalian. Rango 71.
Calendario Imperial: Año 1506, Mes 4, Día 10
Polles, Llanuras de Bruno, Ejército de la Alianza Creciente.
— Pecador Dantalian, escucha.
Mi juicio fue llevado a cabo de una forma sencilla. Sucedió tarde en la noche.
Una vez que el sol vespertino brilló en la temporada donde la lluvia
primaveral hubo acabado, el mundo se tornó húmedo. Esa humedad siguió
incluso hasta el anochecer. Como yo aún me encontraba sentado dentro de la
prisión, recibí el vapor que estaba vagando en alguna parte entre el final de
primavera y el inicio del verano con mi piel desnuda.
De acuerdo al juicio——
— Hace un par de días, disfrutaste el ser elegido como el representante para
dar el discurso de la Alianza Creciente y anunciar el inicio de la guerra. Sin
embargo, te atreviste a designar a una humana sangre sucia y, como resultado,
desgraciaste a tus aliados de sangre. Aunque eres el representante de toda la
raza demoníaca, ya que hubiste elegido a una humana para que actuara en tu
lugar, al final, te deshiciste de tus obligaciones, y como resultado, manchaste
las costumbres de la raza demoníaca. Tu pecado es tremendo.
——eso es lo que he hecho.
No sé si mi pecado es tremendo o no, pero el único pensamiento que estaba
pasando por mi cabeza era que el campamento era tremendamente ruidoso
incluso durante la noche. La purga se encontraba actualmente en forma de
presente progresivo. Aunque a los Lores Demonio que fueron revelados como
traidores los decapitaron, aún quedaban soldados que eran leales a esas cabezas
rodantes, por lo que una masacre de mayor aclamación se estaba llevando a
cabo al pie de la colina.
—……
Farnesio aún seguía en su presentación allí. Era un acto que había empezado
tarde en la noche y no se había detenido a pesar de que hubiese pasado un cuarto
de día. Sucedió tarde en la noche. En el centro de donde los soldados mataban
soldados; y soldados eran asesinados por soldados, los dedos de Farnesio
volaban por las teclas del piano mientras confiaba en las antorchas que estaban
iluminando varias áreas del campamento.
Las brujas estaban acompañando mi juicio desde cierta distancia y
murmuraban entre sí.
— Cielos, si ella va a seguir con eso, entonces, ¿cuánto más piensa actuar
Lady General…?
— Ni idea. Debe habérsele acumulado mucha porquería en su mente en lo
que lleva de vida. Sería un alivio si haciendo eso puede liberar toda esa cantidad
de estrés.
— ¿Tú crees que pregunté eso porque no lo sabiiiiía? Pregunté fue porque su
canción es sombría. Desde una buena perspectiva, es una canción rebosante de
locura, y desde una mala perspectiva, solo es una loca canción. En cualquier
caso, no cambia el hecho de que nuestra linda general es una puta ligeramente
loca.
— Lo escuchas así porque tu conocimiento del arte es asquerosamente bajo.
Incluso si las cosas de las que careces no son una ni dos, entre esas, la carencia
que más rebosa en ti es lo que sabes de arte. De la misma forma en que solo los
humanos aparecen en los ojos de otros humanos, solo las putas locas aparecen
en los ojos de otras iguales; por lo que el fenómeno donde la General Farnesio
te parece una puta demente solo demuestra que tú también eres una de esas putas.
¡Asombroso! Acabo de ser jodidamente lógica, ¡me amo!
— ¿Ah? ¿No quieres también recibir una paliza jodidamente lógica?
— Si quieres demostrar que me equivoco, te invito a componer una canción
decente.
— ¡Muuy bien! Empezaré a componerla ahora mismo. ¡Me retaste! Es más,
una vez que toques mi canción, esooos cadáveres que murieron allí se
levantarán y comenzarán a bailar; e incluso el pene del Maestro Dantalian se
parará y bailará divinamente. ¡Solo espera…!
—……
Me preguntaba si era porque las brujas estaban traqueteando incansablemente.
Pero la expresión del juez cambió a la de un ceño fruncido. De la misma forma,
los soldados demoníacos que este trajo también tenían una complexión bastante
pésima. Las brujas no eran distintas a unas parias. Debía ser desagradable.
Aunque mi rol como maestro debería ser el de detenerlas, ¿qué importaba? Las
dejé en paz.
Pues la chica que vino aquí como jueza era bastante irritante.
— Huh…
Al final, la jueza dejó de leer mi sentencia y soltó un suspiro.
—…óyeme. Sería bueno si me escucharas con un poco más de seriedad. Esta
no es la sentencia de otro, sino la tuya, flacuchento. No importa cuanto pueda
ser esto por el bien de la formalidad, pero meter la pata de forma tan deliberada
es ir demasiado lejos, ¿no crees?
La jueza no era otra más que Lady Demonio Sitri.
La camarada de Paimon, la chica que, en cierto momento, trató de
envenenarme, estaba leyéndome mi crimen. La expresión de Sitri se tornaba
vaga cuando me refutaba por mi ofensa, pero se sentía que era así porque ella
sabía que no tenía nada de qué lamentarse. Si ese no fuese el caso, entonces ella
sería una maldita imbécil.
El problema en si se refería a si Sitri era una maldita imbécil o una puta de
mierda.
— No tengo idea de lo que habla, Alteza. Ya estoy concentrado. En realidad,
estoy tan enfocado que casi se siente como si no pudiese haber más
concentración que esta. Es tanto así, que si me esforzase por superar este nivel,
sencillamente ya no podría ser capaz de concentrarme.
— Sí, ¿y es por eso que estás fervientemente mirándome la entrepierna?
— Es que ese es un territorio que merece ser investigado académicamente.
— Querrás decir que es un territorio que merece ser disfrutado morbosamente,
degenerado.
La Lady Demonio de rango 12, Sitri, era hermafrodita. Esto significaba que
poseía pene y vagina al mismo tiempo, pero un rey no podía siquiera decir
palabras tan vulgares como “poseedora de ambos miembros reproductores”, por
lo que solo estoy refiriéndome a ella, de forma muy elegante, como
hermafrodita. Al fin y al cabo, soy un caballero que sabe lo que es la cortesía.
— ¿Cómo es, Alteza Sitri? ¿Existe diferencia alguna entre el placer que
recibe cuando usa sus genitales masculinos y el éxtasis que gana al usar los
femeninos? Aunque no es la primera vez que escucho que el goce que el
miembro femenino experimenta es superior a su contraparte masculina, no
puedo dar una declaración mayor si no se me aportan pruebas. Existe la
posibilidad de que el tipo de placer sexual en sí sea distinto. Ya que la sensación
de penetrar y ser penetrado es completamente diferente, el simple acto de
agruparlos cruelmente y llamarlo placer sexual puede que sea un error. Si ese
es el caso, entonces sería un asunto de preferencias. Alteza Sitri. Señoría
Respetable. Quizá sea presuntuoso de mi parte preguntar esto pero, entre
penetrar y ser penetrada, ¿cuál es el acto que le apetece más?
— Eh, pervertido. Ya eres un depravado, y no solo hasta el punto en el que
se siente que no puedes superar ese nivel de depravación, eres tan pervertido
que sí, de alguna forma, haces algo mayor a esto, entonces en ese momento,
habrás dejado de ser un degenerado y pasado a ser algo más.
Esta era una calumnia estúpida. Honestamente hablando, ya estaba
ligeramente asombrado. Incluso si esta mujer –hombre–, no, esta mujer… no,
este hombre, o lo que sea; esta persona que bien podría ser una maldita imbécil
o una puta de mierda, esta Lady Demonio que aún tiene que determinar si es
una maldita imbécil o una puta de mierda, en resumen le llamaré la “mierda de
Schrodinger”. Incluso si ella estaba leyendo directamente del manuscrito no
falsificado que fue escrito por Barbatos y Paimon, si consideras la declaración
reciente, era incierto si en realidad estaba manteniendo o no la neutralidad como
jueza. Para ser honestos, también había dudas en si existían suficientes células
cerebrales almacenadas en ese cráneo. Sin embargo, esto podría ser una
sospecha bastante ruda. Cada vez que me encontraba en una situación donde era
difícil decir si la persona frente a mi tiene cerebro o no, siempre optaba por creer
que si tenían. Después de todo, aún sigo siendo un caballero que conoce bien la
cortesía…
— Eso es ciertísimo. Nuestro maestro Dantalian es un grandísimo perverso
pervertido.
— Sipi. Nuestro maestro y la palabra pervertido van de la mano, que es
dificilísimo decir que él no es un pervertido. No es increíblemente
complicadísimo hacerlo, sino que si niegas el hecho de que nuestro maestro es
un depravado, se sentiría como si negases su existencia misma. Dicho de otra
forma, significa que la esencia misma de nuestro Maestro Dantalian es
pervertida. ¡Ahhh! Acabo de ser jodidamente lógica, ¡me amo!
— ¡Qué raro! ¡Se me hace que la lógica cambió sin que me diera cuenta!
— Por cierto, ¿qué estás garabateando en ese pergamino? ¿Cómo se te ocurre
hacer otra cosa cuando ves que estamos discutiendo el hecho de que nuestro
maestro es un pervertido?
— Escribo una cancioncita. ¿Qué novedad hay sobre el hecho de que el
Maestro Dantalian es un pervertido como para necesitar discutirlo, chicas? En
todo caso, ¿por qué no se ponen a chismear sobre el hecho de que el sol saldrá
mañana en la mañana y luego caerá la noche? De esa forma, al menos se les
concederá una pizca de nuevo conocimiento a su falta de sentido cultural. Más
bien, con el fin de probar mi conocimiento artístico, me encuentro componiendo
una canción divina, una que la humanidad hasta ahora no ha escuchado y que
en el futuro jamás oirá.
— Eso me pregunto. Más bien siento que tu declaración es toda esa mierda
que la humanidad no ha oído hasta ahora y que en el futuro jamás oirá…
— Ahora que lo pienso, escuché por ahí que el Maestro Dantalian durmió
con la General Farnesio.
— ¿Qué?
— Disculpa, ¿qué?
— ¿Qué dijiste?
— ¿Do-Re-Mi-Fa-Sol?
— ¡Qué lindo! ¡Un coro magnífico! ¡Bien! Si añadimos nuestra composición
a la actuación de la general, entonces sonará mejor. Para las putas locas solo es
correcto cantar una canción tocada por una puta loca. ¡Canten, putas de mierda!
¡Bailen, putitas! ¡Celebremos nuestra propia Noche de Walpurgis!
— ¿Cómo que La-Sol-Fa-Mi-Re-Doo?
— ¡Joder! Eso es demasiado. Te pasaste. El coro terminó así como empezó
por culpa de cierta puta psicótica que no quiero nombrar pero miro
disimuladamente. Es por eso que cantar con putas dementes es una tarea
dificilísima. Al fin y al cabo, son putas locas.
— Un segundito. Si ese rumor es cierto, si el Maestro durmió con la general,
¿por qué no nos mira? Sé que no debería hablar de esto pero, comparando
nuestras apariencias con la de la general, nuestras edades no parecen distantes,
¿cierto? Honestamente, somos igualitas. Jóvenes. ¿Por qué es la primera vez
que escucho este rumor de que nuestro maestro durmió con la General Farnesio?
— La respuesta es sencillísima. Acabo de inventar el rumor.
— ¡Puta desgraciada!
— ¿De qué estábamos hablando?
— Ah, sobre que el Maestro Dantalian es un pervertido.
— No, estábamos hablando de que el Maestro Dantalian durmió con la
general.
— ¡Santo Señor! ¿Es cierto? Cielos, Maestro. No puede vivir como un
pervertido. Una persona debería vivir con cortesía.
—……
Y mis brujas eran unas que habían tomado algo como la cortesía y la habían
arrojado en un contenedor de comida podrida. Mocosas del demonio.
— Esas zorras que ni siquiera estarían satisfechas de masticar hasta la
muerte——
Susurro.
Fue en ese momento que el comandante que Sitri había traído sacó su espada.
Las brujas que estaban chismeando y cacareando entre sí, levantaron sus
bastones y apuntaron a las gargantas de los soldados. Era de noche. Sombras
que claramente no fueron proyectadas por la noche cubrieron los cuellos de los
soldados como los tentáculos de un pulpo. Se sacudían vilmente de un lado a
otro como si pudiesen lamer los cuellos y privarlos de sus vidas en cualquier
momento.
—……
El comandante tragó grueso. En la distancia, aunque la masacre bajo el
pretexto de “purga” seguía ruidosa y la canción que Farnesio estaba tocando
también era prominente, este lugar, debido a que la colina donde estaba mi celda
era como el ojo del huracán ubicado en el centro de todo el clamor, el sonido de
alguien tragando era deprimente.
— ¿Sí?
— ¿Bueno?
— ¿Qué?
Las brujas inclinaron sus cabezas. El ángulo y velocidad con las que habían
hecho ese movimiento fueron idénticos. Mientras inclinaban oblicuamente sus
cabezas con el mismo ángulo y velocidad, las brujas sonrieron alegremente.
— ¿Qué? ¿Es la primera vez que ves a unas putas dementes?
—……
— Hmm. Sir. Sí, tú, señor. No creo que este sea nuestro primer encuentro.
Tu cara la he visto en otra parte. ¿Dónde fue? ¡Jajajaja! ¿Dónde he visto la cara
de este imbécil?
Ahhh. Luego la bruja exclamó.
— ¡En las Planicies de Yotvingios! En la zona de reunión de la Aliaaaanza
Creciente.
—……
— Cierto. Ahí fue cuando te vi. Fue cuando mostraste tu cara, mientras
movías esos estúpidos ojos. Mientras meneabas esa asquerosa boca. Sipi. Ahí
fue cuando te vi. ¿De qué estabas parloteando en ese tieeempo? Mis amadas
compañeras, mis queridas damas, ¿lo recuerdan—?
— Yo sí.
— Lo recuerdo bien clarito.
— Hasta yo recuerdo.
— Su Alteza Dantalian estaba liderando las tropas y pasando por el humilde
campamento, pero ellos no nos dejaron pasar. Nos tiraron bolas de nieve. Era
un montón de nieve mezclada con barro. No tuvimos más opción que proteger
a Su Alteza con nuestros cuerpos. Ni siquiera esperábamos que alguien nos
limpiara la mugre de nuestros cuerpecitos, pero Su Alteza personalmente limpió
nuestras ropas.
Las brujas se rieron en tono bajo. Su risa fácilmente se filtraba en el ligero
aire del cielo nocturno. La risa que fluía de las brujas era únicamente ligera.
Creí que ese era el caso porque habían desechado sus vidas en algún lugar.
Como prueba de haberlo hecho, las brujas se burlaron mientras sacaban algo
que había sucedido hace tiempo atrás.
‘Que su concubina sea una paria, su general una humana, y sus
guardaespaldas reales sean brujas, hace que su buena fe perfore el cielo,
Majestad. Ciertamente, encaja con el Rey de los Campesinos’.
‘¡Debe ser muy afortunado ser tan popular con las mujeres, Majestad! Por
favor, enséñele a la gente como acostarse con las rameras de baja cuna y
distribuya la información por todo el mundo’.
‘¿Acaso planea cortar a estos inferiores súbditos, Majestad? Eso está bien.
Ya que usted ha degollado a Su Alteza Andromalius con el fin de salvar la vida
de una puta súcubo, entonces, matar a miles o cientos de inferiores como
nosotros por esas brujas debería ser posible, ¿no?’ .
‘Por favor, pisotee nuestros cadáveres con su gracia’.
Aunque era algo que había pasado hace mucho tiempo atrás, las brujas lo
recordaban tan bien como si se tratase de un evento sucedido hace poco.
Cada bruja tomó un rol y recitó a la otra las líneas que los soldados habían
exclamado ese día. Mientras continuaban recitando, las sombras que estaban
clavándose en los cuellos de los soldados penetraron más. El sonido de tragado
resonó por todos lados
— ¿Maestro?
— Nuestro maestro.
— Esos tipos sacaron sus espadas primero, ¿cómo deberían ser torturados?
Asentí.
— Que horrendo. Pero ¿cómo podían ser usados si son asesinados por ser tan
feos?
— ¿Qué debería hacerse entonces?
— Matemos uno.
La sangre se esparció.
—……
—……
Sucedió tarde en la noche.
El frente de la lluvia primaveral había bañado al Imperio de Habsburgo y no
fue hasta tres o cuatro días antes que la lluvia hubo partido un poco hacia el sur.
Los nubarrones habían regado una abundante cantidad de agua en el suelo,
proveyendo indirectamente su legado. En el horizonte de las Llanuras de Bruno,
solo los charcos de agua dirigiéndose al sur eran infinitos. Cuando las
numerosas antorchas esparcidas por todo el campamento iluminaron esas
superficies de agua, todo se volvió tan hermoso conforme los charcos se
tornaban radiantes.
Al pie de la colina, en ese nirvana que era mitad agua y mitad suciedad,
soldados desconocidos estaban gritando ferozmente. Aunque yo no podía verlos,
las antorchas mostraban sus sombras y esas sombras gritaban con sus
mandíbulas negras.
— ¡Maten a los traidores!
Las piernas de las sombras estaban enterradas hasta sus pantorrillas en cada
piscina de agua lodosa. Dentro de las cercanías de sus pantorrillas enterradas,
como uno podría sospechar, la boca de un cadáver desconocido estaba
sumergida. Estas posiblemente no podían tomarse todo ese lodo. Sea como
fuese, tampoco es que pudiesen expulsar el agua.
Simplemente estaban sumergidos por debajo de la superficie del agua.
Solo estaban allí como si estuviesen en un pantano.
El agua sucia entraba en las bocas abiertas de los cuerpos y los niveles
superficiales de las piscinas se reducían de acuerdo a los límites de esas bocas.
Se sentía como si esa fuese la forma en la que los cadáveres cavaban sus propias
tumbas. Todo alrededor era un cementerio.
—……
En el centro de la tierra que estaba llena con tumbas en todas direcciones,
Farnesio seguía tocando su canción. el cielo nocturno eclipsaba el mundo,
haciéndolo parecer como si todo estuviese cubierto por vinilo negro. En esa
superficie, la actuación de Farnesio se tornaba lustrosa y calmada. En cada lugar
sobre el que esa luz estelar brillaba, la presentación de la chica se arrastraba
como la lengua de una serpiente y lamia las partes bajas de esas luces.
Así, mientras los clamorosos gritos expulsados de las sombras formaban un
tono menor y el sonido intensificado de Farnesio formaba un tono mayor, los
cuerpos ya muertos ocasionalmente se hundían hasta el fondo en silencio, dando
como resultado un musical que resonaba por toda esa tierra llena de tumbas.
— ¡Mátenlos!
Las sombras gritaron. O mejor dicho, sus bocas lo hicieron.
—……
Farnesio tocó. O mejor dicho, sus dedos lo hicieron.
— ¡Masácrenlos…!
Quizá los ojos siendo negros por la ira serían preferidos. Mientras los
cadáveres eran pisoteados junto con el barro y este era destrozado junto a los
cadáveres, ojos que eran inútiles sin importar lo qué miraran, mandíbulas que
no podían ser saciadas sin importar lo que bebiesen, y dedos que no hacían
particularmente nada sin importar hacia donde apuntasen—— Todos apuntaban
a esos traidores imperdonables.
El sonido en sí era un griterío.
Como resultado de usar a Farnesio como sustituta para esparcir veneno por
el mundo, ellos gritaban mientras abrían sus bocas hasta sus límites y los
cadáveres terminaban con sus bocas pegadas al suelo. Como las antorchas
iluminaban con gran fuerza debido a ese sonido, clamor y silencio —cuando
terminaron siendo sombra y oleaje— ¡Ah!, en ese momento, mi vida ya casi ni
conocía límites.
Todo eso era el estado de instrucción que yo había traído durante la semana
que estuve en prisión.
La victoria era buena.
Más que eso, era ocasionalmente hermosa.
— Ese –tras romper el silencio, Sitri habló–, era un subordinado que yo
valoraba mucho.
— Ah, ¿sí? Qué lástima.
Volví mi cabeza con dificultad tras observar ese nirvana por un instante. Girar
mi cabeza fue una tarea bastante agotadora. Si hubiese mirado eso un poco más,
habría olvidado por completo el hecho de que aún seguía encerrado.
— Después de todo, murieron porque terminaron sirviendo a un mal lord.
—……
Lo que miré en lugar del nirvana fue el rostro afebril de una Lady Demonio.
Sitri, la Lady Demonio de la Facción Montañosa que era muy superior a mí
en términos de posición ya que era de rango 12, estaba mirándome
inexpresivamente. Sus ojos me decían que no deseaba otra cosa que ser capaz
de torcer el cuello del engreído que estaba sentado ante ella. En sí, ella era tan
formidable que casi me disculpaba involuntariamente. Es en serio. Si me
hubiese mirado con algo más de seriedad, entonces podría haber olvidado el
hecho de que una vez trató de envenenarme.
“…siempre es la ira de otra persona la que arrastra de vuelta a la realidad
a alguien que está tratando de prolongar ligeramente su estadía en el nirvana”.
Abrí lentamente mi boca.
— Soy consciente del por qué usted, Señoría, de todas las personas ha venido
aquí tras haberle sido asignada la labor de jueza. Sí, lo sé. Su Excelencia
Barbatos y Su Alteza Paimon probablemente se encuentran ocupadísimas en
este momento. Existe la gran posibilidad de que ambas deseen que yo sea
juzgado de una forma donde no hubiese sido confinado ni un solo día.
—……
— Mi encierro es evidencia de su disputa. Siempre y cuando ahora la Facción
de las Llanuras y la Facción Montañosa estén aliadas, es necesario que los
vestigios de mi encarcelamiento sean borrados rápidamente. Después de todo,
la actual Alianza Creciente se encuentra en una situación bastante precaria…
No, ¿debería ser un poco más honesto?
Sonreí ligeramente.
— Esta no es la única vez que ha sido así, la Alianza Creciente siempre se ha
encontrado en un estado de estar al borde. En lugar de ser sagrada, más bien ha
sido bárbara; y en lugar de ser aliados de sangre a través del significado de
derramar sangre y lágrimas mientras luchan hombro a hombro con el fin de
enfrentar a un enemigo en común, son aliados de sangre que hacen que su propia
gente se desangre.
— Tú…
— ¿Te parezco cruel? ¿Me pasé de la raya? Lo siento mucho. Sin embargo,
Su Excelencia Sitri, ésta es una Alianza Creciente donde 7 traidores fueron
revelados. Desde el comienzo, la mitad de los Lores Demonio ni siquiera
participaron en esta unión. Solo se han posicionado en la retaguardia y lo único
por lo que ruegan es por nuestro fracaso. Éste le pregunta esto por pura
curiosidad, pero ¿le parece apropiado discutir fuertemente sobre la santidad y
divinidad?
Las Fuerzas Aliadas de Lores Demonio, al final, se debilitaron más que nunca.
El Lord Demonio Belial murió luego que su cara fuese desollada por Elizabeth,
la Princesa Imperial. Muchos Lores Demonio que nunca se habían visto antes
murieron en batalla o fueron echados de sus castillos. Además de eso, aunque
el que hubiese traidores era un hecho, al final resultaron ser 7 Lores Demonio.
El sacrificio fue enorme. La alianza humana ante nosotros estaba en buenas
condiciones. El área a nuestras espaldas estaba colmada de traidores, no,
traidores de nuestra raza. En esta lista de traidores de nuestra raza se encontraba
el Lord Demonio de rango 1, Baal. Por eso, las contramedidas especiales eran
necesarias.
— Debemos agruparnos con más firmeza que antes. Hasta que hayamos
torturado a los cerdos que viven vagamente en la línea trasera, las llanuras y
bordes montañosos son un solo mundo. Debemos apresurarnos y retirar las
partes internas de las montañas, pero no hay operación más difícil que retirarse
cuando ya están siendo hecho jirones. Incluso si las dos partes se maltrataron
mutuamente, deben perdonarse. Solo así, la confianza finalmente puede
establecerse.
— ¿Y? ¿Qué estás tratando de decirme?
— Simple, Alteza –hablé–. Si usted, por capricho, hubo hecho un atentado a
la vida de un aliado al envenenarlo, entonces, lo que trato de decir es que debe
comenzar por bajar su cabeza y disculparse. ¿Cómo podría estar discutiendo los
pecados de este con un enorme descaro plasmado en su rostro real?
Sitri cerró su boca.
Un largo periodo de tiempo pasó antes de que abriese sus finos labios.
— ¿Yo?
— Sí.
— ¿A ti, flacuchento?
— Sí.
— Soy la Lady Demonio de rango 12, y la segunda al mando de la Facción
Montañosa. Tengo posesión exclusiva del afecto de herma Paimon.
— Lo sé.
Sé que eres una fanática de Paimon.
— No eres más que un simple rango 71, y no solo tienes a una mestiza como
prometida, también hiciste de una humana tu general interina. Si fuese a
castigarte de la forma normal, entonces habrías muerto más de dos veces. Aun
así, ¿quieres que te pida una disculpa?
— Sí, discúlpate a pesar de eso –hablé.
— Al igual que aquel tiempo en el que Su Alteza Paimon lloró mientras se
disculpó en la cámara de consejo de Niflheim a pesar de ser la cabeza de la
facción más grande en el continente demoníaco.
—……
— ¿O es que su cabeza es más pesada que la de Su Alteza Paimon,
Excelencia?
El silencio continuó.
La sangre fluía en el suelo donde caía la iluminación de las antorchas. El
cuello del cadáver decapitado se había ido completamente como si simplemente
hubiese sido borrado, haciéndolo parecer como si, para empezar, nunca hubiese
estado allí. Mientras la sangre fluía y sumergía los pies de Sitri, esta se abrió
paso por sus pies y fluyó entre las barras antes de avanzar hasta el lugar donde
yo estaba sentado y acumularse debajo de mí. Yo estaba preguntándole si ella
estaba preparada para pararse en la misma piscina de sangre que yo.
— Flacuchento.
— ¿Sí?
— Pareces bastante listo por lo que ya deberías saberlo. Particularmente, no
creo que lo que hiciste estuviese mal. Tampoco siento pena.
— Eso lo sé.
— La Facción Montañosa y la Facción de las Llanuras probablemente han
comenzado a cooperar a partir de ahora. En ese momento, tú serás alguien
importante. Después de todo, eres el juguete sexual de Barbatos y alguien que
Herma Paimon respeta. Sin embargo, mis instintos me dicen algo. Flacuchento,
tú, sin importar dónde o cómo te mire, no eres más que un asesino que
simplemente está loco por la autoridad. Es tanto así, que ni siquiera me
apetece saber por qué Herma Paimon te estima demasiado.
Mi palabra. ¿Un asesino?
Reí. Lo hice más fuerte que antes. No fui solo yo. Incluso las brujas a mí
alrededor habían comenzado a reírse también. Aunque teníamos gargantas
diferentes, la risa que salió de ellas se mezcló fácilmente. Cuando eso pasó, las
sombras iluminadas por las antorchas también bailaron promiscuamente. Sitri
estaba observando inexpresivamente esa escena de nosotros teniendo una
comunicación con nuestras voces y las sombras.
—……
— Esto es, bueno. Ejem. Esto es bastante. Cariño. Es bastante difícil
asegurarte que no soy ese tipo de persona. Oh, Respetable Señoría. He oído por
ahí que usted es una individua que no se interesa en otra cosa que en las artes
marciales, pero parece que tiene una asombrosa habilidad de observación.
— Sip. Sé un montón de cosas que tú no –habló Sitri–. Aún si me disculpo
contigo, no podría hacerlo con sinceridad. No, no quiero hacerlo. Nunca. A
pesar de eso, ¿quieres recibir mi disculpa?
— ¿Perdón? Disculpe, pero no tengo interés absoluto en su sinceridad,
Excelencia. ¿Acaso cree usted que si se disculpa sinceramente yo la perdonaré
de la misma forma? ¡Oh, cielos!
Las brujas rieron.
— Su Excelencia. Por favor, piense cordialmente en ello. Si usted se disculpa
sinceramente con este, entonces ¿no tendría él que perdonarla con la misma
sinceridad? ¿Cuán problemático es eso? Ya estoy sufriendo demasiado por las
amenazas en mi vida, pero ¿incluso ahora tengo que fingir ser sincero? Si nos
disculpamos y perdonamos afectivamente el uno al otro, ¿acaso el mundo sería
más bonito? Ese hermoso mundo sería para usted, Alteza, pero ¿lo sería para
mí?
—……
— Ese no es el tipo de disculpa que estoy requiriendo. Me apena tener que
decir esto pero, no tengo la más mínima intención de disculparme sinceramente,
Alteza. Sea que haya o no sinceridad en la disculpa, eso no cambia el hecho de
que usted haya atentado contra mi vida.
— ¿Entonces?
— Arrodíllese.
Arrodillarse.
— Baje su cabeza.
Agacharse.
— Exclame una disculpa. Soporte el ridículo y cargue con la indignidad.
Acepte la derrota como tal. Prométame que usted, Alteza, no me volverá a atacar
por razones estúpidas, nunca más.
Disculparse. Soportar. Cargar. Aceptar. Prometer.
— Y a cambio.
A cambio——
— A pesar de ser consciente del hecho de que no está siendo sincera, la
perdonaré, Alteza.
—……
Te perdonaré.
A ti… quien casualmente trató de matarme.
— Creeré en su promesa, Alteza. Claro, la desconfianza no desaparecerá,
pero ¿por qué debería importar eso? Las promesas están atadas a perdurar si se
unen al sonido de sospecha en lugar de la confianza sin bases.
Tradicionalmente, todo esto debería hacerse con el fin de decir ‘Ah, hice bien
ganando’, y disfrutar hermosamente la victoria.
Que humillante es cuando tienes que disculparte sin importar qué, aunque no
lo quisieses.
Más que eso, qué placentero es observar la humillación de un fracaso.
Como eso es lo que, esencialmente, es disculparse, tiene que ser así. Solo era
apropiado que alguien que está siendo perdonado sea avergonzado, y el que esté
perdonando sea jovial.
Independientemente de si ellas sabían eso o no, las brujas se la pasaron riendo
a carcajadas tras escuchar mis palabras.
— Sipi, el Maestro es… el Maestro ciertamente es… sipi…
— Loco.
— Demente.
— Mental.
— En general, es nuestro maestro.
— Es loco, muy loco; es el loco de tres generaciones y treinta y tres
generaciones.
— Qué lindura. Una hermosura. Adorable. ¿Con qué confianza es, Su Gran
Señor, un bombón? Se siente como si aunque él lama, codicie, penetre o viole,
será declarado inocente si va a un juicio. Sipi. Acabo de ser perfectamente
lógica, ¡me amo!
— Tú solo eres una puta depravada que es lógica.
— Reconozco ese veredicto.
— Pero es inevitable, ya que él es un eunuco.
— Si, ya que es un eunuco una devoción centrada a su asistente, Lady Lazuli.
— ¡Por fin, termineeeeé!
— ¿Qué el culo te ven?
— ¿La puta de quién?
— ¡Carajo!, no puedo ganar con este juego de rimas2. Al fin y al cabo, solo
son unas putas dementes.
— En todo caso, eso fue una sorpresa.
— ¿Qué has estado garabateando en ese pergamino desde hace rato? ¿Se te
olvida cuán importante es la conversación que tenemos en este preciso instante?
No puedo creer que estés haciendo otra cosa cuando estamos discutiendo de
algo tan importante.
— Estaba componiendo una cancioncita, ¿bien? Acabo de terminar la obra
maestra del siglo, ¿ok? También terminé mis preparativos para hacer que todos
se orinen encimaaaaa. ¿Tienes algún problema con eso? Si es así, ¿qué tan
importante era ese chismorreo como para que estés así?
— Ni puta idea. ¿De qué era lo que estábamos hablando?
— Hablábamos de lo demente que es nuestro maestro.
— No, hablábamos de que es un eunuco.
— ¿Ah? ¿Qué novedad hay en el hecho de que nuestro maestro sea demente
y, para colmo, eunuco, como para que ustedes no solo estén balbuceando como
si fuese importante, sino que también lo tratan como si fuese algo que pudiese
corregirse o cambiarse? Es más, miren, acabo de terminar mi obra maestra, esa
que probará mi conocimiento artístico. ¡Jajajaja! Si escuchan esto y no se
conmueven, entonces no solo significará que carecen de cultura, sino que
también probará que les falta cerebro. Ya que, hasta el sol de hoy, nadie ha
demostrado que en ustedes existe un cerebro, hoy—— en este día, probaré que,
ciertamente, el cerebro no existe en sus cabezas—
— No.
Una vez que se dijo eso, las brujas se quedaron tranquilas.
La que dijo “no” no fue una bruja. Fue Sitri.
Esta me miró fijamente y volvió a decirlo:
— No.
—……
— Como pensé, no puedo disculparme contigo. No, no puedo. Antes de
discutir sobre si puedo o no, sip, no me da la gana. No me apetece disculparme,
y mucho menos, quiero expresar mi remordimiento. ¿Por qué lo haría?
Sitri inclinó ligeramente su cabeza y sonrió. Su rostro sonriente parecía tan
puro que se sentía como si fuese inocente desde su nacimiento.
— En serio, ¿por qué debería? ¿Aceptar la derrota como tal? ¡Ja! Flacuchento,
solo estuviste encerrado por una semana, pero ¿ya te volviste loco? Nunca he
perdido ante ti, Flacuchento.
—……
— Sí. Intenté asesinarte. Por alguna razón, Herma Paimon tiene un interés
inusual en ti. Es por esa sencilla razón que traté de matarte. Yo, la aliada más
cercana a herma. En cualquier caso, incluso si tiene algún interés en ti——
Sitri inclinó su cabeza un poco más.
— Al final, la que es más preciada para herma no eres tú, sino yo. Si el
momento en el que a ella le toque escoger entre tu o yo llega, de seguro me
elegirá a mí, no a ti.
En efecto.
Ella no era una desgraciada ni mucho menos una puta que vivía sin pensar.
— Ah, tú, el de allí.
— ¿Eh?
Antes que el corto intercambio pudiese suceder por completo, Sitri osciló sus
espada y cortó los hombros de una de las brujas. La sangre –junto con un grito–,
brotó.
Srrrrrck.
La sección filosa del arma de Sitri se clavó por completo. Era una hoja que
podía contraerse y extenderse a libertad. En mi vida anterior –antes de ser traído
a este mundo–, vi esa espada a través del monitor de mi computador.
La Connecting Blade. La espada favorita de la 12ª Lady Demonio, Sitri.
Sitri se rió ante la bruja.
— ¡JAJA! No debiste hacer eso. No debiste registrar eso. ¿Qué? Planeabas
grabar todo y entregarlo a Herma Paimon, ¿lo hiciste antes?
Thud.
Sitri se acercó a la bruja caída. Esta estaba rodando en el suelo y gritaba
continuamente debido al dolor. Sitri colocó su mano dentro de la ropa de la
bruja y, poco después, sacó un artefacto muy parecido a un reloj de bolsillo.
— ¡Uh, ugh…! ¡Guh, eh…! ¡Uuuu, uhhh!
— En serioooo, que tú uses algo como un Memory Play sin permiso. No
puedes hacerlo. Dantalian, tus brujas tienen malas mañas. ¿Acaso es porque no
las educaron apropiadamente cuando eran jóvenes?
Una llama azul ardió. Brotó de dentro de la palma de Sitri. Una vez que el
reloj de bolsillo fue tragado por esta, ardió con facilidad. Sin siquiera dejar una
mancha metálica, el artefacto se convirtió en minúsculas partículas de cenizas
que se fueron flotando por el cielo nocturno.
— No la mataré. Parece que mis subordinados fueron rudos en la ocasión
anterior. Bien. Podemos llamarlo un empate, por decirlo así, por no haber
matado a esta bruja en este momento, ¿he de disculparme por lo que hube hecho
anteriormente?
—……
— ¿Flacuchento?
Esta mujer… me está declarando la guerra.
— ¿Estás realmente apenado?
Las antorchas brillaron y revelaron medio cuerpo de Sitri. Una vez que estas
se atenuaron, esa mitad corporal fue enterrada en la oscuridad. No estoy seguro
de si ella era así desde su nacimiento o no, pero parecía que la mitad del color
de su cabello era igual al fuego y la otra mitad similar al agua. Sus ojos también
fueron atrapados mitad en luz y mitad en oscuridad. Mi apariencia actual
probablemente estaba reflejándose así para ella. Solo era una suposición mía.
Mientras asumía…
“No será algo fácil”.
Volví a la conversación que una vez había tenido con Lapis. Fue en el
momento en el que creí que, de ser necesario, tendría que asesinar a Paimon. En
esa noche, donde habíamos llevado a cabo una consulta por votación en la
expedición de la Alianza Creciente y guiada por su aprobación, Lapis llamó a
Paimon “esa persona” y me advirtió:
“Sitri siempre está de parte de esa persona”.
“¿Sitri?”
“La Lady Demonio de rango 12. Si uno fuese a posicionarlos por fuerza
personal, entonces, el más poderoso seria Agares, seguido estaría la de rango
8, Barbatos, y en tercer lugar estaría Sitri. Ya que ella siempre sigue a esa
persona como si fuese una hermana mayor y no la deja sola ni un momento,
sería difícil lograr el asesinato”.
Ah, ¿sí?
¿Es que ella es un perro rabioso que siempre está ladrando como imbécil pero
muestra sus dientes solo por Paimon?
Mis instintos estaban encendiendo ruidosamente una alarma en mi cabeza.
Pensé mientras alejaba esa alarma:
“…como cabeza de la Facción Montañosa, Paimon lideró a grupo más
grande en el continente demoníaco por no menos de 400 años. Levantó al
continente demoníaco en el exterior, mientras que, en el trasfondo, estableció
secretamente la República de Batavia en alguna costa remota en el continente
dirigido por los humanos. La gente tuvo que usar su propio cerebro una
cantidad justa incluso cuando trataban de mantener dos ‘casas’, pero ¿cuán
extremadamente difícil debía ser para un monarca dirigir dos naciones?”,
hablo con el corazón, pero mientras la popularidad de Lady Demonio Paimon
fuese virtuosa, posea algunos recursos insuficientes.
“…una persona diferente llenó esa falta de recursos y la ayudó. Paimon no
me informó que tenía algún otro canciller así. El hecho de que ella no me lo
dijo a pesar de ser algo que no necesitaba ser ocultado, significaba que hasta
ella desconocía que tenía ese tipo de canciller”.
Cuidadosamente examiné a la mujer ante mí.
Era esta desgraciada.
Era esta persona, esa que yo no sabía si llamar maldita o puta, la que asistía
a Paimon en secreto.
De la misma forma como me satisfice disfrazándome como un corrupto al
hacer de Lapis mi amada y fingí ser el estúpido más grande del mundo al
convertir a Farnesio como mi general interina.
Esta maldita, Lady Demonio Sitri, voluntariamente se volvió hermafrodita y
habitualmente cometía todo tipo de excentricidades pervertidas.
— ¿Hmmm?
Con el fin de plantar un prejuicio contra ella misma en la gente que conoce y
hacer que la odien…
— Jejeje. No me mires mucho así, Flacuchento. Dije que lo lamentaba,
¿bien? Me disculpé diciendo que lo sentía. Honestamente, conspiraste junto a
Barbatos y comenzaste esta guerra, ¿no? ¡Hiciste un sinfín de cosas horrendas!
¡Muchísimas!
La sombra de la Facción Montañosa.
Si Paimon simplemente fuese una mujer que tratase de extender la luz del sol,
entonces esta perra rabiosa frente a mí era una chica que actuaba solamente en
esa sombra.
— Como mínimo, el número de soldados que hubieron muerto por tu culpa
se ubican en los miles. ¡Asombroso!, el simple hecho de decir ‘miles’ es
realmente—— Por otro lado, simplemente traté de envenenarte sola. Aun así,
me estoy disculpando en este momento. Me siento realmente concienzuda. Me
perdonarás, ¿cierto?
—…por supuesto, te perdonaré –respondí.
— Sip, bueno. Ahora nos hemos reconciliado, ¿bien?
— Sí.
Tonterías.
— Bien. Perdonaste y fui perdonada. Una persona fue herida y otra asesinada.
Aunque se siente algo ligeramente desfavorable para mí, bueno, ya que eres el
protegido más inexperto, no tengo más opción que observarlo como tu superior.
Jejeje. Entonces, prosigamos con el juicio.
Sitri sacó el trozo de pergamino que tenía mi sentencia escrita en él. Mientras
ella aclaraba su garganta y se preparaba para leer, las brujas estaban atendiendo
a su camarada herida. En eso, Sitri comenzó a hablar.
— Pecador Dantalian, escucha.
—……
— Hace un par de días, disfrutaste el ser elegido como el representante
para dar el discurso de la Alianza Creciente y anunciar el inicio de la
guerra… Ah, lo voy a leer desde el principio, ¿bien? ¿Qué se supone que haga
cuando olvidé donde quedé debido a que algunas putas alborotadas me
interrumpieron? ¿Está bien, ah, Flacuchento al que las putas alborotadas llaman
maestro?
— Por supuesto.
Lo juro. Haré que te arrodilles ante mí.
— Bien… Sin embargo, te atreviste a designar a una humana sangre
sucia y, como resultado, desgraciaste a tus aliados de sangre. Aunque eres
el representante de toda la raza demoníaca, ya que hubiste elegido a una
humana para que actuara en tu lugar, al final, te deshiciste de tus
obligaciones, y como resultado, manchaste las costumbres de la raza
demoníaca. Tu pecado es tremendo.
Te haré hacer reverencias.
— Pecador Dantalian, escucha mis palabras una vez más. La corte ha
inspeccionado tu pasado de cerca, por tal razón, se ha hecho claro que solo
hubiste cometido tu crimen debido a tu propia imbecilidad y no porque
hubieses tenido algún rencor hacia la Alianza Creciente. Aunque puede
que hayas convertido en tu general interino a un asqueroso miembro de la
humanidad, la persona en cuestión ha masacrado a un incontable número
de los suyos.
Haré que te disculpes.
— La forma del mundo te pregunta de quién es la sangre que te ha sido
transmitida. Sin embargo, las costumbres en el campo de batalla te
preguntan por quién has derramado tu sangre. Por eso, incluso si la sangre
con la que uno nació es distinta en la Alianza Creciente, todos somos aliados
de sangre porque esa sangre fluye hacia el mismo lugar. Como tu
subordinada de sangre humilde, tras haber heredado la sangre de esa raza
inferior, nos ha servido por añadir otra vena a nuestros aliados de sangre,
¿no es algo digno de alabar?
Tendrás que soportar la indignidad.
— La gente del pasado dijo una vez que, proveer justicia y lograr victoria
no pueden ser uno ni lo mismo. Sin embargo, el consejo ha juzgado que este
es un campo de batalla. ¿Cómo sería posible diferenciar la justicia y la
victoria como entidades separadas en un sitio así? Lograr la victoria en una
guerra siempre es tan valioso como la justicia. Esa es la costumbre de un
campo de batalla. Solo sería apropiado si la extensión de la naturaleza de
tu crimen es contrarrestada por lo exorbitante de tu meritorio servicio en
la guerra. Esa también es la ley del campo de batalla.
También tendrás que cargar con la humillación.
— Cuando uno debe considerar primero la urgencia del campo de
batalla por encima del camino del mundo, nace lo que uno conoce como
“compasión”. Si uno debe confiar en eso mientras concede amnistía a un
pecador, eso se hace solamente esperando que el criminal posea lealtad.
Incluso si tus pecados son perdonados, desde ahora en adelante, debes
tener cuidado de no desgraciar esta piedad ni traicionar nuestra fe.
Serás incapaz de soportar antes y serás incapaz de hacerlo al final; y tendrás
que tratar con algo que no puede ser tratado.
— Debes seguir logrando la victoria y ser el único que demuestre justicia.
Debes tener en mente la razón de por qué estamos siendo compasivos
contigo y por qué tenemos una infinita fe en ti.
Pues fallarás irreparablemente.
— Como el acusado ha cometido su crimen en el campo de batalla, este
merece ser juzgado de acuerdo a las costumbres del mismo. Dantalian,
como las comandantes que dirigen la Alianza Creciente, nosotras, Barbatos
de la Inmortalidad y Paimon de la Benevolencia, por la presente, hemos
hecho su veredicto y te será transmitido mediante Sitri de la Devoción.
Espéralo, Sitri. Te lo prometo.
— Se te declara: Inocente.
Te enseñaré lo que es una disculpa.
Creak.
Sitri abrió la puerta de hierro de la prisión con una llave. Las brujas se
acercaron y secaron mi cuerpo con toallas que habían preparado de antemano.
Cada rincón y espacio. Como las chicas me vistieron con mi atuendo, me quedé
en silencio mientras me limpiaban y vestían. Una vez que estaba completamente
vestido, puse el fardo de heno con el que había vivido toda esa semana detrás
de mí y di un paso al frente.
Era de noche.
Como la lluvia de primavera se había ido tras expulsar un montón de agua,
el mundo estaba irradiado con la humedad durante la noche. Como lo que
conectaba un lado con el otro era, primero la oscuridad y luego la humedad, las
antorchas temblando debido a la humedad quedaban en tercer lugar. Las vidas
que respiraban y las vidas muertas estaban emitiendo vapor en el área más allá
de esas luces parpadeantes, y Farnesio estaba tocando encima de todo como si
estuviese danzando. En esta noche, donde la temporada solo esparcía un
asqueroso hedor, fui dejado en libertad.
Sitri rió.
— Felicidades por ser puesto en libertad.
Hice una reverencia.
— Su gracia es inmensurable.
— Sip. Es algo que ya deberías saber. Te entusiasmas porque no conoces tu
limite, por lo que si quieres suprimir eso, tendrás que ser consciente del hecho
de que hay una red infinita esparcida sobre tu cabeza. No trates de romperla.
Pues no se rasgará. Es una red que ha sido invocada en la historia de la Alianza
Creciente por 500 años. No levantes mucho la cabeza, quedarás atrapado si lo
haces.
—……
Sitri estaba hablando complacidamente y con un todo lleno de afecto. Estaba
sonriendo de una forma que no era ni excesiva ni desprovista. De la misma
forma como un granjero no tiene necesidad de forzar su arado exageradamente
mientras cultiva, o como un pescador no necesita usar poca fuerza mientras
pesca, Sitri no era ni excesiva o carente mientras presionaba su pie en la cosa
que estaba tratando de oponérsele. Se sentía como si para ella, esto era tan
natural como lo es la agricultura para un granjero.
— Sí, Excelencia. Lo tendré en mente.
— Jejeje.
Fue en ese momento.
Sitri extendió su mano y me agarró por mi corbata. Mientras levantaba mi
cabeza a la fuerza, la cual humildemente yo había bajado, ella acercó su rostro
al mío. Justo en frente de mi nariz. Era una distancia friable donde yo podía
sentir el aliento de la otra parte cerca del borde de mis ojos.
Sitri tranquilamente susurró en el área general de mis ojos.
—…si vuelves a hacer de las tuyas, entonces te haré tragar polvo sin dejar
rastro alguno, ¿entendido, Flacuchento?
Y yo creí que podía ver vívidamente las mitades de llamas ardientes de sus
pupilas.
Esclava Amada del Rey.
Brujas Hermanas Berbere.
Capitana de la Guardia Real, Humbaba.
Calendario Imperial: Año 1505, Mes 4, Dia 10.
Polles, Llanuras de Bruno, Ejército de la Alianza Creciente.
Mierda. Mierda. Mierda. Creí que estiraría la pata.
Tal como creí, el aura de los Lores Demonio de alto rango es un caso serio.
Rayos, su aura.
A pesar de mi apariencia, ¿sabes? Como viví mi vida, ¿sabes? Soy una chica
que experimentó cada maldita cosa que pueda ser descrita como jodida, y lo que
pasó hace un segundo fue realmente jodido. Creí que las Santas Diosas de Todo
habían creado personalmente esta exclamación y nos la presentaron a los
humildes única y exclusivamente para situaciones como esta.
Mierda.
—……
El Maestro Dantalian seguía pensando profundamente. Aunque una
considerable cantidad de tiempo ya había pasado desde que Sitri se fue y ya era
casi medianoche. Si nuestro maestro se queda tranquilo, entonces también
tenemos que estarlo nosotras.
Lord y vasallo de una mente. Como sus fieles súbditas, ni siquiera podemos
atrevernos a interrumpir los pensamientos de nuestro maestro.
— Qué difícil. Es abstruso. Debemos retirarnos del continente demoníaco lo
antes posible, pero cuando hay algo entre nuestros aliados que está tratando de
interferir——
Eso fue lo único que nuestro maestro murmuró, y, sin decir nada más, siguió
pensando en silencio. Definitivamente estaba creando un plan inmensamente
profundo que nosotras ni siquiera podíamos imaginar, ya que nuestros
cerebritos eran carentes. Sip, lo sé. Lo sé muy bien.
El problema eeeees, que esto es jodidamente aburriiidoooo.
—……
—……
Una noche oscura.
Una vez que las antorchas que los guardias habían puesto y abandonado
estaban ardiendo vagamente a la nada. Tic-tic… El sonido de las chispas
volando…
Pude ver los labios de mis queridas brujitas torciéndose y moviéndose,
dejando más que claro que querían decir estupideces, mierda de la pura, y hacer
que el mundo temblase considerablemente de arriba abajo. Ahh, la fatiga da
mieeedooo. Tiene un lado más terrible que la tortura. La fatiga y la tortura
incluso tienen lados que son paralelos hasta cierto límite.
El hecho de que no tenían límite.
El hecho de que no tenían fin.
Ah, ciertamente, el hecho de que no tienen límites o fin.
Está bien. Tengo plena confianza en soportar la tortura. Es por eso que soy
buenísima jugando con el aburrimiento.
Evoqué el pasado cuando esto pasó. Yo, ya sabes, a pesar de cómo me veo,
ya sabes, he experimentado un montón de cosas jodidas en mi vida. Ya que no
hay límites o fin cuando se trata de la jodedera, el hecho de pensar es perfecto
cuando se está aburrido.
Si solo hay lodo sin importar donde coloques el pie, y si solo hay agua lodosa
sin importar donde metas la boca, significa que la gente no tiene más opción
que vivir tras haber desechado cierta cantidad de vidas en ciertas partes——
había una bruja mayor que una vez dijo eso mientras sonreía dulcemente.
Lo dijo y fue quemada a muerte en una plaza.
Si somos seres inferiores sin importar a dónde vayamos, y si somos seres
inferiores sin importar a dónde nos dirijamos, entonces solo convirtámonos en
las bestias más inferiores y reunamos todo el oro del mundo—— hubo una bruja
de la misma edad que yo que dijo eso mientras cacareaba.
Lo dijo y, luego de que le arrancaran sus extremidades en el mercado, murió.
Ahh. Todaviiía puedo escucharlo vividamenteee.
“¡Quemen a todas las brujas!”.
“¡Esas putas nos han traído un año de hambruna! ¡E-esas malnacidas…!”.
Mierda. Mierda. Mierda. Creí que estiraría la pata.
Al mirar a mí alrededor, las otras chicas estaban bajando, sombríamente, sus
cabezas.
Es por eso que el silencio no es bueno.
Presuntamente estábamos igual a esos relojes rotos de primavera. Si nuestros
alrededores eran ruidosos, entonces nos enterraríamos dentro de ese clamor y
revertiríamos el recuerdo de nuestras vidas con nuestras manecillas horarias,
pero si ellas seguían en silencio, el significado de nuestras vidas no sería más
que un tic-tac.
Ah.
Quiero drogarme…
Sí. Probablemente me sentiré mejor si fumo…
Sin embargo, ya que mi mente se volverá pegajosa como un pantano si me
drogo, probablemente termine escupiendo innecesariamente todo tipo de
palabras. Es obvio. Era una vida obvia. Si hago eso, terminaré interrumpiendo
la cadena de pensamientos del Maestro Dantalian. No quiero eso. Era una vida
que no me gustaba.
Era de noche.
Las antorchas brillaban fuerte.
Tic-tic, el sonido de las chispas siendo escupidas era distinta.
Incluso el sonido de alguien matando a alguien en algún lugar se podía
escuchar con bastante claridad. Aunque no era particularmente necesario
escuchar cuidadosamente ese sonido, naturalmente terminé haciéndolo ya que
más nadie hacia ruido.
Fuego. Ruido.
Hoguera.
“¡Mátenlas…!”.
“¡Quémenlas!”.
“Esos tipos…”.
Ah.
Hmm.
Oye, oye, tú.
Hay algo que me da curiosidad. Es algo que me tiene inmensamente intrigada.
¿Hemos pecado hasta tal extremooo?
Lo sé. Sipi. Soy muy consciente. Te sentirás hambriento si pasas un año de
hambruna. Todo lo que esté ante ti te dará vueltas si tienes hambre. Mientras
todo gira y gira, si hay unas malnacidas a las que puedes lanzarle rocas sin que
nadie te condene por ello, claro, querrás apedrearlas. Es la naturaleza humana.
Cada vez que una sequía o una plaga recorría el mundo, la raza conocida
como brujas siempre han sido a las que se les permite ser un poco apedreadas y
un poco laceradas en lugar de a los monarcas, y todo por el precio de ofrecerles
sus almas a un Lord Demonio. En todo caso, se nos permitía ser golpeadas por
la gente que quería apedrear la tarea que nos fue dada y la vocación que nos fue
concedida.
El problema eees que esa mierda dueeeele.
“¡Maten a los traidores!”.
“A todos…”.
“……”.
Sí.
Quería vivir mucho.
Lo admito.
¿Y resulta que era talentosa con la magia?
¿Yo también era una chica que estaba en la edad perfecta para ser usada como
sacrificio?
Ahh…
Si la vida eterna es asegurada siempre y cuando Su Majestad el Lord
Demonio no muera, entonces era obvio que no tuviese razones para no formar
un contrato, ¿cierto? Corrí a toda prisa ante Su Alteza Marbas quien, en el
pasado, gobernó mi hogar natal y formé un contrato con todo lo que tenía.
Bueno, es probable que, a estas alturas, ya haya olvidado a alguien como yo.
¿Hemos pecado a tal extremo?
Si así era, entonces probablemente era el pecado de tratar de vivir un poco
más, pero si eso era un pecado, ¿quería decir que todos aquellos que vivían
mientras jadeaban eran inocentes? Está bien. Digamos que soy una puta
demente. ¿Qué relación hay entre un año de hambruna y ser una puta loca?
¿Cómo es que una perra desquiciada como yo está relacionada a ustedes que
sufren una enfermedad contagiosa y se mueren en cualquier esquina? ¡Joder!
Mierda.
—……
Ese fuego.
Ese tic-tic proveniente del fuego era el problema.
¿Por qué la gente siempre trata de quemar a las personas que no quieren ver?
Eso realmente es un problema.
¿Acaso tú, yo, o nosotros decimos que duele cuando nos queman con el fin
de probar que también somos seres vivientes y que respiran, tal como ustedes?
¿Acaso tenemos que confirmar nuestras vidas con el dolor?
“Ustedes son un grupo que ni siquiera debió haber nacido en este mundo”.
“¿Acaso en sus mentes no hay ningún sentimiento de pena por las vidas de
los demás?”.
Paimon.
Ahh, qué palabras tan benevolentes.
Su Alteza, en efecto, nosotras también pensamos que somos una raza que no
debió haber nacido en este mundo. Mierda, mierda, mierda. Incluso si gritamos
que eso nos duele mucho, eso debe ser muy placentero para usted, ya que, para
usted, somos una raza completamente distinta.
Realmente, ¿quién se relacionaría3 con nosotras?
Las drogas son buenísimas.
Las drogas son cosas físicas que bloquean las cosas mentales.
Fumé cuando quise fumar e hice dinero. Maté cuando quise matar gente y
gané dinero. Pasemos esta vida fumando y matando, déjanos a las chicas con
las que nadie quiere asociarse, reunirse y jugar. Si nadie se asociará con
nosotros, significa que tampoco tenemos un mundo con el que asociarnos. Si
ese es el caso, entonces solo tenemos que ir a donde nuestros cuerpos nos lleven
y muramos con un estruendo—— Hubo una bruja que dijo eso mientras reía.
Fui yo.
Y sigo vivita y coleando aún después de haber dicho eso.
“Te daré la parte restante una vez que la tarea esté completada”.
Ah.
En serio. Ejem… Eso es realmente.
Para alguien como un Lord Demonio, perder el tiempo tacañamente con
dinero… Hey-hey. No deberías hacer eso. ¿Cómo alguien llamado Lady
Demonio de la Benevolencia puede ser tan tacaña? Si alguien se comporta tan
avaramente, entonces ni siquiera nosotras podríamos quedarnos tranquilas.
“Dantalian ha limpiado personalmente el sucio de todas ustedes hoy, y aun
así lo han traicionado. ¿Tengo la más mínima razón para depositar mi
confianza en ti?”.
Hmm.
Bueeeno.
Hmm.
¿Jajajaja?
Es cierto.
No hay duda.
Su Alteza tiene razón.
Está bien. Está bien. ¡Absolutamente! No hay problema, en lo absoluto. Si
una persona ha traicionado a otra, entonces solo es natural que esta sea
traicionada a cambio. ¡Esos son los principios morales del mundo…! ¡Los
principios morales de toda creación...! Como esperaba de un Lord Demonio que
gobierna todo en el mundo, sus palabras son misteriosas y maravillosas…
¡Jajaja! Incluso si inferiores como nosotros somos campesinas que viven entre
las sombras de algún callejón… Ya que vamos por todos lados llamándonos
‘brujas’, ya que somos súbditas eternas para Sus Majestades los Lores Demonio,
quienes son los señores de toda la raza demoníaca… ¿Cómo ha de ser posible
que desobedezcamos la voz de un rey? ¿Cómo...?
¿Por qué?
¿Por qué no nos salvan?
—……
—……
No. Espera.
Digo… Eh, no. No me gusta esta sensación. Cuando miro a mí alrededor, las
demás chicas también estaban juntando sus hombros. Esta es la razón por la que
el silencio no es bueno. Más que eso, el ambiente no era nada bueno.
Oscuridad. Fuego.
El sonido del fuego.
El sonido de la masacre y la muerte.
Esto no es bueno.
Objetivamente.
Ya han sido cientos y cientos de años, por lo que no lo recuerdo bien, pero a
pesar de mi apariencia, ¿sabes?, una vez fui una persona talentosa que vivía una
vida prometedora como una maga en progreso. Es necesario que los magos
tengan el refinamiento de mirarse objetivamente a sí mismos. También tengo
una memoria jodidamente buena.
Desde un punto de vista objetivo.
La Bruja Humbaba; como una bruja que ha vivido por más de 300 años, si
una persona normal pudiese vivir tanto tiempo, entonces habría incrementado
su conocimiento al leer libros, y probablemente habría sido un erudito
prominente o algo más actualmente, pero ¡ah!, sorprendentemente, esta puta
hubo puesto todo el tiempo que le fue dado en relaciones sexuales y drogas.
Muy bien. Funcionó bien.
Eh, es incierto si es debido a las indecisiones innatas de esta puta o por su
desarrollada adicción a las drogas, pero si hubiese una cosa de la que estar
seguros, entonces –mis amadas brujas–, esta mujer llamada Humbaba ha
probado cuán lejos puede caer una persona para ser una basura y, al mismo
tiempo, demostrado el hecho de que, al parecer, no existe un cerebro en su
cabeza. ¡¿No es asombroso?! Damas, por favor, consideren el hecho de que es
muy difícil para una persona poder probar hasta la más ligera de las verdades
en toda su vida. ¡Humbaba sí que ha hecho un logro increíble!
Objetivamente.
Incluso si lo miras objetivamente, mi vida es——
—……
Honestamente.
Damas, honestamente, creo que, algún día, la humanidad debería aplaudir a
esta bruja demente. Ah, la vida de esta chica es como matar dos pájaros de un
tiro donde ella logra un gwan bak en un pi bak4. Damas, ustedes también son
conscientes, ¿verdad? Porque ustedes también, aunque no hasta el mismo nivel
que esta bruja, son putas que hermosamente han aceptado sus vidas de mierda
como esta bruja lo ha hecho, ¿cierto? Es la razón por la que el viejo refrán ‘Dios
los cría y ellos se juntan’, no es errado——
Incluso si lo miras objetivamente, mi vida está jodida.
……
Ay, quema.
Mierda.
……
Probablemente sea así porque no ha pasado mucho desde que la lluvia de
primavera hubo acabado. La humedad realmente está en el nivel de ser vapor.
Mierda, mierda, mierda.
Mierda.
……
Pantano.
El mundo es tan pegajoso como un maldito pantano.
Lo que mi superior me había dicho era correcto. Solo hay lodo sin importar
donde coloques el pie, y solo hay agua lodosa sin importar donde metas la boca.
Allí había desechado mi vida. Sí, ¿y qué?
……
¿Quién?
¿Quién nos salvará aquí?
Esa gente no nos está torturando solo porque sea especialmente una escoria…
Lo sé. Lo sé bien. Pero aun así nos prendieron fuego. Nos quemaron también.
Eso sí que es un problema. El hecho de que la gente que nos quemó no era
especialmente escoria…
El hecho de que no hay fin…
El hecho de que no hay límites…
Ah, en serio, el hecho de que no hay límites o fin…
……
Mierda.
……
……
……
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DUNGEON DEFENSE 5
62
DUNGEON DEFENSE 5
Ah.
Parece que me mareé un poco.
Cuando miré a mí alrededor, las demás brujas también estaban torciendo sus
cuerpos. Al ver como la noche seguía oscura, daba la impresión de que el tiempo
no había fluido mucho. Pero ¿por qué yo estaba…? Ese era el pensamiento que
pasó por mi mente antes de volver mi cabeza para ver al Maestro Dantalian aún
sumido en sus pensamientos, sin siquiera moverse un centímetro.
Ah, es cierto.
No puedo interferir con la contemplación de nuestro maestro.
¡Asombroso!
Hasta yo he de admitir que no hay fieles súbditos como nosotras. Palabra. Es
por eso que, aunque se siente como si no hubiese pasado mucho tiempo, dejaba
claro que me las arreglé para resistir la necesidad de drogarme. Lo admito. Ya
que me he contenido tanto, ¿el Maestro no me perdonaría incluso si comienzo
a fumar en este momento? Sip… Estoy segura, pues——
“Escuché que me traicionaron. ¿Por qué lo hicieron?”.
Pues el Maestro es un individuo disoluto.
Pues, el por qué es porque estábamos ansiosas de oro, Maestro. Nos volvimos
codiciosas.
Mientras más oro tuvieses, mejor. Dicen que la gente que no tiene que
preocuparse por la seguridad del mañana no será ambiciosa, pero ya que
nosotras, las humildes brujas, no estamos en una posición donde podamos estar
tranquilas por el mañana, siempre somos avaras. Ese es el sustento de la gente
que vive en un callejón mientras cede pobremente. ¿Cómo pueden llamar
“avaricia excesiva” a la esperanza del mañana? ¿Acaso seres como nosotros,
realmente vivimos vidas inmerecidas, o es que la vida en sí es algo que nosotras
ni siquiera merecemos? ¿Es codicia excesiva el que nosotras queramos vivir?
“Oh, montón de imbéciles”.
“Ya que todas han ido contra la orden militar, deben pagar por sus actos.
Traigan una tabla de cortar. Le cortaré un dedo a cada una”.
Maestro.
Nuestro maestro.
“Ya que su tiempo de vida es largo, algún día se encontrarán con su pareja
permanente. Incluso si esta les confiesa su amor y les propone matrimonio,
debido a esto, no tendrán el dedo donde deba ir el anillo. Han quedado
mutiladas por siempre. Arrepiéntanse en el polvo y las cenizas por la estupidez
de no haber valorado una promesa y haberla traicionado precipitadamente.
Comprenderán esta sensación cuando conozcan a su amado”.
Ah.
Hmm.
……
Si nadie se asociará con nosotras, entonces no tendremos mundo con el que
asociarnos, por lo que podemos desecharlo con facilidad, pero ahora mis brujas
están inclinando sus cabezas ante el mundo que medio han abandonado.
Si van allí, no hay nada más que el infierno… Eso no podía decírselos.
Si somos seres inferiores sin importar a dónde vayamos, y dónde nos
dirijamos, entonces solo deberíamos volvernos en las bestias más inferiores. Sin
embargo, como hay alguien que nos ha hecho parte de su familia, mis camaradas
están soltando sus bolsas de oro, una por una.
Chicas, ¿están bien dejando ir hasta eso? ¿En serio? ¿Tienen plena
confianza de cruzar el mundo, incluso si eso? No puedo preocuparme por ellas
así.
Pues ya estaba en ese estado y determinación.
Posiblemente no podía decírselos. Preocuparme por ellas.
Pantano.
La palabra es tan pegajosa como un maldito pantano, y mis tobillos están
igual de pegajosos debido a ese pantano.
Quiero salir de esto, pero no es tan fácil. Incluso si logro zafarme, lo que sería
del mundo tras mi liberación, en qué se convertiría y en quién, son cosas que no
sabía. No lo sé.
Es que simplemente no lo sabía.
— Humbaba.
—……
— Humbaba.
—……
— Oye, Capitana de la Guardia Real. Oh, ¿y esto? Mira. Estoy llamándote,
¿por qué es que no respondes? ¡Oye! ¡Maldita mocosa! ¡Humbaba!
Plop.
— ¿Achú…?
Mi cabeza sintió algo extraño. Parece que algo que no era particularmente
solido o suave había golpeado mi nuca. Cuando miré para confirmar lo que era,
descubrí que era el ojo de una persona.
— ¿Ah?
Bueno, eso si es que puedes llamar ojo de una persona a ese globo ocular que
había salido de una cabeza por su cuenta y había ejercido su presencia con
mucha fuerza.
¿Qué se supone que sea esto?
No me era posible imaginar cuán feo podría ser si esta mugrienta y asquerosa
cosa estuviese dentro de la jeta de una persona viva. Deduzco que esto
probablemente sea el ojo de un desgraciado excesivamente ruidoso. Ni puta idea
de por qué murió, pero estoy segurísima de que estiró la pata porque se lo
merecía.
— Oye, mira.
— Ah, ¿sí, Maestro?
Antes de saberlo, había respondido por instinto.
Una vez que volví mi mirada, vi que nuestro maestro estaba haciendo rodar
un coágulo de sangre en su mano izquierda. Si bajaba ligerameeeente mi mirada,
podía ver el cadáver de algún chico decapitado tendido en el suelo y, si lo
examinabas con más cuidado, entonces, si excluías su falta de cuello, te
percatarías de que era de aspecto bastante normal, excepto por una cosa. El
hecho notable en él era que le faltaba un ojo en su rostro.
¡Santo Cielo!
—…Maestro, no me diiiga, ¿le arrancó el ojo a un cadáver y me lo lanzó para
así poderme despertar?
— ¿Tu eres loca? Yo no saqué nada. Ese ojo se salió solito, niña. ¿Acaso me
ves cara de enfermo mental?
— En fin, igual fue usted quien lanzó el ojo ese. ¡Santo Cielo! ¡Señor Mío!
Si tan solo hiciera una lista de las cosas que pueden usarse para despertar a
alguien y la colocase ante usted, creo que un ojo no encajaría en esa lista; aun
así, de entre todas las cosas, lo que lanzó fue un ojo. A fin de cuentas, usted es
una persona que diverge inmensamente del reino del sentido común.
Ah.
Otra vez hablo estupideces.
Pero me siento feliz.
— Más que eso, esta se refiere a la gente que se ha desviado inmensamente
del reino del sentido común pero como pervertidos. En ese sentido, ta-dah, se
ha demostrado que usted, amado Maestro, es un degenerado. ¡Jajajaja! ¿Acaso
mi demostración no fue espectacular?
— Espera… ¿qué?
— ¿Cómo que espera qué?
— Ah, como que al maestro ya le dio la gana de dejar de pensar, ¿eh?
— Parece que nuestro maestro ha demostrado ser un pervertido, ¿eh?
— En lugar de decir lo que ‘se ha demostrado’, me parece que mejor deberías
decir que nuevamente fue probado. Uno más uno es igual a dos, pero la gente
no dice que demostraron algo al usar esa ecuación. Les diré algo, en el mundo
de la verdad, esa ecuación la han usado tanto que ya parece una puta. De la
misma forma, en nuestro mundo físico, las perversiones de nuestro maestro ya
casi casi parecen una puta, y les apuesto que es una proposición que está más
usada que esta. ¡Asombroso! Acabo de ser perfectamente lógica, ¡me amo!
— ¿Qué? ¿La putería del Maestro por fin fue demostrada?
— El hecho de que es difícil discutir la verdad con estas desgraciadas es
muchísimo más asombroso. Al fin y al cabo, todas son unas putas locas.
Las demás brujas comenzaron a parlotear entre ellas. Ah, no se puede evitar,
estas mocosas tienen una enfermedad terminal en la que, si no andan
chismeando, podrían morirse.
Nuestro maestro soltó un suspiro enorme.
— Humbaba. Me da la impresión que, de ahora en adelante, me la pasaré más
ocupado. Aliviaré mi carga utilizándolas de alguna manera, así que
obedézcanme.
La orden del maestro.
Tuve que sonreír lo más lindo que pude.
— Sí, Maestro. Sus deseos son órdeeeneesss.
— Como mínimo, ustedes han vivido décadas, y como mucho, han perdido
su tiempo por unos 300 años. Debieron haberse hecho un nombre por ustedes
incluso entre las brujas, y también debieron haber hecho unas fuertes
conexiones personales.
— Sí, así es.
— Envía un familiar a cada bruja que conozcas –dijo nuestro maestro–. Les
haré un hogar a todas.
—……
— No tengo tanto tiempo como para manejar cada nimiedad que Elizabeth o
Sitri hagan. Trato de manejar todo a la vez. Planeo verter todo eso en una olla
mientras nos retiramos a las montañas. En ese momento, pienso usarlas a
ustedes con cuidado, y a cambio, les prometeré un hogar. A todas.
—……
— Mucho trabajo. Las cosas se han vuelto algo frenéticas.
El Maestro comenzó a murmurar para sí como si hubiese quedado sumido en
pensamientos una vez más.
— Para empezar, tendré que ir y asegurar la mente de esa mocosa mía que
está allá, golpeando las teclas de ese piano. Ese es mi maldito destino.
Persuadiré a Barbatos y a Paimon mientras voy de camino… Veo que esta será
una batalla de velocidad. Tendremos que avanzar sinceramente. Aunque todavía
no sé cómo vamos a empacar los suministros. Ejem… Eso funcionará de alguna
manera…
Plop.
El maestro lanzó el ojo restante de ese cuerpo sin cabeza y aterrizó en un
charco de lodo. Ese barro que se había esparcido en el aire nocturno fue
iluminado momentáneamente por las antorchas encendidas. Si el ver cosas era
el trabajo de un ojo, entonces era probablemente raro que ese no hubiese
cumplido con sus labores. El ojo soltó un sonido audible mientras rodaba por la
piscinita de lodo antes de detenerse.
Por siempre.
— Humbaba.
— ¿Sí, Maestro?
— Me contaron que para ser una bruja, uno debe establecer un contrato con
un Lord Demonio. ¿Con cuál de todos estableciste el tuyo?
— Eh… Fue con Lord Demonio Marbas. Una persona noble. Aunque esta
hubo formado ese contrato hace unos 300 años, y fue liberada de este hace 200.
— ¿Liberada?
— Sí. Eh, bueno… La Muerte Negra ha estado rondando desde el año pasado,
¿no? No es la primera vez que algo así ha pasado. Plagas en masa y años de
hambruna suceden de vez en cuando, y cada vez que pasa, independientemente
de la raza, todos en el continente demoníaco se molestan jodidamente. A pesar
de eso, cosas como estas son desastres naturales. Y por ende, nada puede
hacerse…
Eso daba la impresión de que algo podía hacerse.
Ya sea mediante el sacrificio de una oveja, todos se vuelven hacia la primera
persona que haya traído la plaga desde el exterior y esparcido. Incluso miran a
los herejes que han cometido el impío pecado hacia los Dioses y trajeron una
sequía a la tierra.
Ese es el origen de las brujas.
En un principio, fueron los Grandes Seres, en otras palabras, los Lores
Demonios que tenían el rol de “los responsables”.
Pero eso era imposible.
Los Lores Demonio son representantes sagrados e inviolables que simbolizan
la dignidad absoluta. Es decir, señores que comandan a toda la raza demoníaca.
Las diversas plagas y años de hambruna que cayeron sobre la tierra no estaban
relacionadas con ellos. Si hay alguien equivocado, entonces probablemente sea
otra persona, y si no hay nadie más, bueno, se lo inventan.
Condenadas, calumniadas, torturadas y una ayuda doble de tortura.
Con el fin de apaciguar a la gente que había muerto durante una epidemia y
a la que había caído durante un año de hambruna, se contrataron campesinos
con el único propósito de ser torturados. Eso es lo que éramos las brujas.
También pensamos que éramos una especia de herramienta política muy
asombrosa.
Al fin y al cabo, alguien tenía que responsabilizarse.
Alguien lo hace.
Imagina toda la plaza del pueblo en completa calma como cualquier otro día
a pesar de que tu anciana madre haya fallecido debido a la plaga. Has de tener
hambre. Es por eso que, cuando el estado de las cosas es caótico, siempre tiene
que haber una bruja, como mínimo, atada a una plaza para que se pueda manejar
un territorio apropiadamente.
La sociedad demoníaca es superior gracias a esto. Este hecho es claro si ves
cómo los humanos corruptos tienen que estar cambiando constantemente su
sociedad, mientras que nosotros los demonios no necesitamos poner de cabeza
la nuestra por todo el milenio pasado. Puede que seamos campesinas, ¿sabes?
A pesar de nuestras apariencias, ¿sabes? Somos campesinas que sirven a los
señores de la raza demoníaca. Por esa razón, nuestro orgullo se vería herido si
nos comparas con unas mestizas, independientemente de que estemos en la
misma clase campesina.
Jajajaja.
He de admitir que es un poco jodido.
— Sí, liberada. Cuando formamos un contrato con un Lord Demonio,
normalmente lo hacemos para luego establecer la duración. Esta hubo actuado
como sacrificio durante 150 años antes de ser liberada, y se le permitió vivir
como le plació luego de ese tiempo. Ahh, ya que el resto de la vida de esta fue
asegurada tras haber sido torturada por poco más de 100 años, ella… cree… que
eso… fue un beneficio.
Cerré mi boca.
Pues los ojos del Maestro no estaban sonriendo, que digamos.
Lentamente abrí mi boca mientras pensaba en lo que debería decir.
—…es lo mismo para todas las demás, ¿sabe?
Los ojos del Maestro seguían sin sonreír.
¿Era la respuesta incorrecta?
— Esa es la baja y humilde tarea que hemos cargado debido a que así lo
elegimos, ¿sabe?
Respuesta incorrecta.
— 150 años es bastante apropiado. Pues hay Lores Demonio que golpean
brujas y viceversa; ese tiempo es apropiado y parece que todos también lo han
aceptado así. ¿Ve a Euríale allá? Ella es lo peor de lo peor. Ha formado un
contrato que duró 220 años.
Respuesta incorrecta.
— ¿Acaso la forma del mundo por el que todos vagamente van no es así?
Respuesta incorrecta.
Respuesta incorrecta.
Respuesta incorrecta.
—……
Una quietud cayó sobre nosotros.
Nuestro maestro miró cuidadosamente a su alrededor. A las brujas que,
inherentemente, eran parte de las Brujas Hermanas Berbere. Estaban unas
nuevas que se nos habían unido el invierno pasado. Sumándolas todas, éramos
un total de 41 brujas que mirábamos inexpresivamente a nuestro maestro.
Cuarenta y uno.
Cuarenta y un vestigios de plagas y años de hambruna.
Cuarenta y un maldiciones.
—……
El Maestro Dantalian me miró.
Con sus ojos que permanecían negros a pesar de recibir luz…
— Les regalaré, mis amadas brujas, un dominio.
—……
— ¿Me seguirán?
Creí haber escuchado la eternidad en ese sonido.
Espada Amada del Rey.
Humana: Laura De Farnesio.
Calendario Imperial: Año 1506, Mes 4, Día 10.
Polles, Llanuras de Bruno, Ejército de la Alianza Creciente.
—……
Esta damisela no tenía forma de saber cuándo había comenzado su
presentación.
Sin embargo, había una cosa que era cierta: sudor. El sudor estaba fluyendo
por la nuca de esta damisela. Era considerablemente distinto.
Cuando el sudor cayó por la nuca de esta damisela, era como el movimiento
de la lengua de una serpiente. Dejaba su marca mientras iba cayendo
extensamente, y mientras se alargaba, el tiempo se extendió. Fue un tiempo que
se amplió desde la nunca de esta damisela y bajó hasta su espalda. En lugar de
fluir con este, las gotas de sudor se sentían como si estuviesen reuniéndolo en
su cuerpo mientras intentaban arrastrarse por el mundo y atravesarlo.
Esta damisela estaba tocando. Luego que las gotas de sudor hubieron caído,
fue cuando ese tiempo se filtró en esa extensa línea que estas habían dejado
atrás. El tiempo de esta damisela se ramificó, y tras tomar varios caminos, se
reunió en su pequeña espalda.
Esta damisela presionaba las teclas del piano.
— ¡…!
Un choque eléctrico ocurrió. Esta damisela estaba empapada. La electricidad
se incrementó fácilmente por su pequeña espalda que estaba bañada en sudor.
Como las gotas de sudor se juntaban y esparcían mientras la electricidad fluía
por el lugar donde el tiempo se encontraba tambaleándose, se sentía como si
esta damisela estuviese viviendo una vida, única y exclusivamente, a través de
la electricidad.
Esta damisela presionó una vez más las teclas del piano.
— ¡…!
El corazón de esta damisela latía. Thump. El sonido de los latidos resonaba
más sordo que sus sordos oídos. ¿Qué es esto? ¿Qué podría ser? Cuán hermoso
es… Esta damisela presionó nuevamente las teclas. Thump. Un pulso se
extendió por todo su tiempo. Mientras sentía como si estuviese viviendo su vida
al tiempo que el pulso se esparcía, también sentía como si su vida fuese
simplemente una que vivía mediante el sonido de los latidos.
Tal como la electricidad.
Simplemente el sonido de los latidos.
— ¡…!
— ¡…!
Los gritos seguían brotando a mí alrededor.
Sin embargo, ¿en realidad eran gritos? ¿Acaso no podían ser muestras de
emoción? Como esta damisela estaba infectada por un entusiasmo mientras esas
personas seguían gritando, indudablemente, esos eran gritos de placer y no
simplemente gritos. ¡Griten más! ¡Háganlo con más fuerza! Aunque esta
damisela no tenía forma de saber cuándo había comenzado su presentación, ella
seguirá tocando mientras siga tragándose tus gritos con una mandíbula de
serpiente.
Siempre.
Dale tiempo a esta damisela. Ella estará sorprendida voluntariamente.
Dale vida a esta damisela. Ella, con mucho gusto, derramará sangre.
Y——
Y——
Y.
Paso.
Y esta damisela escuchó el sonido de pasos. Quizá ella los había sentido en
lugar de oírlos. Aún le era incierto de quiénes eran. De la misma forma cómo
aún si cierras los ojos puedes sentir distintivamente cuando un dedo se acerca
tu ojo debido a una sensación como de corriente eléctrica, esta damisela sentía
como si los pasos fuesen latidos. Eso era porque este sonido se dirigía a ella.
Los pasos se acercaron. Paso. Mientras se acercaba calmadamente, el sonido
de los pasos dejó ondas en la superficie de la melodía que esta damisela había
esparcido. Dicho sonido se dirigía directamente a esta damisela. ¿Quién era?
Alguien se le acerca. ¿Quién podría estar acercándosele? ¿Acaso sabe dónde
queda este lugar? ¿Viene aquí siendo consciente de quién es esta damisela?
Esta damisela, se había enterrado en libros a tal extremo dado que ella quería
aceptar todo tipo de sonidos que se le acercaban. Esperaba que entre las cosas
que había aprobado estuviese la voz de alguien. Sin embargo, como el sonido
de pasos no era el lenguaje de Cerdeña, Habsburgo, Francia, Anatolia, Castilla,
Bretaña, Batavia, Teutón, Bernicia, Moscú o Kalmar; se sentía como si esta
damisela, quien era una experta en cada idioma, no pudo dominar el sonido de
pasos.
El sonido de pasos no tenía su propia nacionalidad y se sentía como si no
hubiese límites que no pudiese pasar. ¿Cómo alguien podía colocar fronteras en
el sonido de alguien acercándose a otro? ¿Cómo…?
Paso.
Se acercaban otra vez. Estaban acercándose un paso a la vez. Cada vez que
los pasos se acercaban, esta damisela, por intuición, sentía que su canción estaba
terminando. Ese sonido tiraba de la melodía como una red a los tobillos de esta
damisela y la acercaba. El mundo se encogía cada vez que se acercaba. Ah…
Otro paso.
Detrás de esta damisela.
Justo detrás de ella.
Tras acariciarle la nunca a esta damisela.
— Farnesio.
Un aliento tocó la oreja de esta damisela.
— Es hora de que despiertes de tu presentación.
Y esta damisela abrió sus ojos.
Fue cuando ella comprendió que los había tenido cerrados.
—……
Una vez que esta damisela levantó su cabeza y miró alrededor, lo primero
que perforó sus ojos fue la luz. Fue solo después que la sombra de la noche la
asaltó. Así es. Era tarde en la noche. ¿No era extraño? Esta damisela había
comenzado su presentación hace poco y el cielo en ese momento,
definitivamente, era una mezcla de rojo y azul y no un gris oscuro.
— Parece que has estado regocijándote mucho.
El sonido de la risa vino de detrás. Esta damisela se volvió. Su Alteza estaba
allí, de pie.
— Milord.
— Dime.
— ¿Qué hora es…?
— Poco más de medianoche.
El ruido que estaba produciéndose alrededor de esta damisela se aclaró
gradualmente. Demonios eran decapitados por doquier. Era la escena de una
purga. Barbatos y Paimon estaban sentadas en las sillas del juicio como un par
de juezas, y cada vez que el veredicto caía, el cuello de un criminal caía también.
Los alrededores de esta damisela le eran desconocidos, haciéndole sentir como
si fuese una extranjera que de repente hubiese sido colocada en un lugar de
exilio extraño.
— Milord.
Esta damisela se sentía relajada cada vez que exclamaba esa palabra. Era una
expresión confortable. Aunque ella no sabía la hora exacta ni dónde se
encontraba, independientemente de tiempo y el lugar, los ojos que la miraban
eran los de Su Alteza, y la mano que le acariciaba la cabeza era la de él.
Originalmente, el mundo era un infierno, y como allí no había camino para
la excarcelación, esta damisela comprendió que dentro del mundo que era un
infierno, el único lugar donde podrías ser excarcelado por un momento era entre
la gente. Ah, el infierno era un mar de fuego y había una isla entre la gente.
— Milord.
Esta damisela se dirigió así a esa isla.
— ¿Sí?
Un eco regresó a ella.
Ahh…
Su Alteza originalmente era una persona que había sido expulsada del mundo
y exiliada en una isla inhabitada. Esta damisela lo creía así. Una vez que ese
pensamiento vino a su mente, todo se le hizo correcto. Si a esa isla se le seguía
llamando ninguna persona5 aún si Su Alteza estuviese en ella, se sentía como
si la isla pudiese ser llamada isla inhabitada6 aún si Su Señoría y esta damisela
estuviesen en ella.
Esta damisela había obtenido un hogar.
Era el primero que tenía desde que ella nació.
—…Milord.
— ¿Se te rompió una cuerda? ¿Por qué repites “milord, milord” como un
disco rayado? Sí, soy tu lord; y tú, chico, eres mi general interino. Como esa es
tu vida rota, todo esto es mi falta de virtud.
— Sería más correcto referirse a esta damisela como chica y no chico.
— Entonces ¿esas serán tus primeras palabras? Qué mocosa tan lamentable.
Ni siquiera es remotamente sorprendente que las primeras palabras de tu boca
sean inapropiadas.
Esta damisela abrió su boca.
— Esta damisela se ha regocijado completamente de toda la belleza que
pueda disfrutar del mundo. Milord, por favor, arrebátele la vida en este
momento.
—……
— Esta damisela desea ser estrangulada hasta la muerte a manos de usted.
La sonrisa en el rostro de Su Alteza cesó. Sus ojos, parecidos al cielo
nocturno, miraban fijamente a esta damisela. Debido a que había una superficie
en sus pupilas, las cuales no se pueden encontrar en ese cielo, ella terminó
siendo reflejada en esa superficie negra. Luego, lágrimas comenzaron a fluir del
rostro de ella.
Presión.
Su Alteza presionó su dedo entre los ojos de esta damisela. El área que este
tocó estaba algo caliente. El calor fluyó en un arco mientras seguía el contorno
de su dedo.
— Farnesio.
— ¿Sí?
— ¿Eres un cadáver o una muñeca?
—……
Esa era la maldición que la Princesa Imperial de Habsburgo hubo escupido a
esta damisela hacia un par de días. Como ella no pudo responder por sí misma
a esa pregunta, interrogó a Su Alteza, sin embargo, él tampoco respondió y le
devolvió otra pregunta.
Su Alteza habló:
— ¿Tú no eres una persona?
—……
— ¿Deseas morir?
Esta damisela enterró su rostro en el pecho de Su Alteza.
Sustancias cálidas siguieron fluyendo.
Esta damisela estaba empapada.
— Esta damisela quiere vivir… seguir viviendo, Alteza. Ella desea vivir…
Sigue doliendo… esto es doloroso, sin embargo… ¿Por qué es que ella quiere
seguir con vida? ¿Por qué…?
— Sí, sabía que eras terrible el día en que puse mis ojos en ti por primera vez.
Su Alteza acarició la cabeza de esta damisela.
Este cuerpo al que la Princesa Imperial había lanzado una maldición.
— Vive.
El Lord Demonio bautizó a esta damisela.
— Te haré vivir.
Esta damisela perdió el conocimiento mientras era enterrada en el abrazo de
Su Alteza.
Y en ese proceso, ella creía que debía seguir viviendo.
Lord Demonio del Honor, Marbas. Rango 5.
Calendario Imperial: Año 1506, Mes 4, Día 10.
Polles, Valle del Río Narew.
Era tarde en la noche.
Los Lores Demonio estaban en silencio. Incluso cuando hablaban, lo hacían
sin mirar a los demás; simplemente observaban distraídamente el candelabro
colocado en la mesa.
Mis subordinados miraron inexpresivamente la imagen de la cera amarilla
descender al lado de la vela y caer en la mesa. Aunque esas gotas de cera
cayendo era una ocurrencia trivial, como si fuese algo increíblemente obvio, se
sentía como si nadie aquí pudiese retrasarlo o pararlo.
— Alteza, parece que la carta confidencial era cierta…
Un comandante habló en voz baja. Su expresión parecía como si estuviese
apenado.
Y no solo él. Todos los Lores Demonio que estaban reunidos bajo la bandera
de la Facción Neutral estaban murmurando algo de forma penosa. Como no
podían vociferarle sus ideas a otra persona, sus murmullos estaban más cerca
de ser monólogos.
— No puedo creerlo. ¿En serio eliminaron a siete Lores Demonio?
— Ejem… es normal que Barbatos sea ese tipo de persona, pero para que
Paimon lo hiciese…
— ¿Qué intentan hacer con las tropas que fueron lideradas por esos que
fueron erradicados?
Un sinfín de soldados estaba siendo ejecutado en las Llanuras de Bruno.
Eso era lo que estaba escrito en la carta confidencial. Cientos de nuestros
demonios colegas estaban siendo colgados a muerte en la horca, o ya habían
perecido.
El escenario de ejecución era especialmente cruel mientras las vidas de
humildes y nobles no eran distinguidas, sino más bien, juntadas. Esto también
fue mencionado en la carta confidencial. Era un documento que fue enviado por
una persona que llevaba tiempo conociendo, por lo que era indudablemente
cierto.
—……
Normalmente, como el líder de un solo ejército, era mi labor recuperar la
moral de mis subordinados. Sin embargo, hasta para mí era difícil escapar de
este silencio.
Ráfagas de viento sacudían todo el cielo nocturno y soltaban un sonido
inhóspito. Como el viento soplaba, se sentía como si el distante y asqueroso
hedor de los cadáveres había sido acumulado y estaba siendo transportado. Yo
simplemente temblé de ira. Todo lo perteneciente a ese hedor había estallado
durante mi ausencia.
— ¿Qué se debería hacer, Alteza?
El Lord Demonio que tenía una barba pronunciada, y también era uno de los
que había trabajado conmigo en el campo de batalla, habló con voz ahogada.
— Barbatos es una persona de mente cerrada y violenta. Sin embargo, cuando
la Alianza Creciente iza su bandera con los huesos naturales de nuestros
soldados, ella es mucho más respetable. Se reportó que ayer estrechó su mano
con Paimon y castigaron a algunos camaradas de la alianza, pero de lo que sí
estoy seguro es que, probablemente, estos no sean camaradas, sino traidores. En
caso de ser así, entonces la razón de refutar a Barbatos sería injusta. ¿No estaría
mal cruzar armas contra nuestra propia raza?
Lo interrogué.
— ¿Qué pasa si no eran traidores?
—……
— ¿Qué pasa si no lo eran? ¿Eso no sería también un problema? ¿No
significaría que, comenzando con Baal, los demás Lores Demonio en las líneas
traseras, eran traidores del continente demoníaco?
—……
— Si los 7 Lores Demonio ya muertos no era traidores, entonces tendremos
que castigar a Barbatos y a Paimon, y si en realidad lo fuesen, tendríamos que
dar media vuelta a nuestros caballos de guerra y castigar a los Lores Demonio
que están en la retaguardia. Todo sería la carne de la raza demoníaca aún si
cortamos lo que tenemos frente y detrás de nosotros. Declaraste que no
deberíamos cruzar armas contra nuestra raza, pero ¿quiénes son los que nos
están forzando a hacerlo? ¿No son Paimon y Barbatos?
—……
¡Bang!
No pude seguir conteniendo mi ira y golpeé la mesa en lo que me levanté.
— ¡¿Acaso Paimon y Barbatos están en su sano juicio?! ¡¿Acaso no están
decapitando a nuestros camaradas porque son racionales?!
Los Lores Demonio se miraron cuidadosamente unos a otros. Sin embargo,
no hubo alguno que pudiese responder esa pregunta. Al evadir mi mirada y no
contestarme, quería que mi ira fluyese de forma natural.
Eran unos idiotas.
Al borrar sus miradas y respuestas, ¿también se borraría el escenario que se
había desarrollado dada las ejecuciones al otro lado de las llanuras? Incluso si
el sol salía de la misma forma que lo hizo ayer, ¿la sangre que ya había sido
derramada sobre la tierra se evaporaría?
— Bien. Ahora está bien. Ordenen a nuestras tropas que avancen. Iré
personalmente y reprenderé a Barbatos y a Paimon.
— ¿Avanzar…? Alteza, ¿qué quiere decir…?
Mis subordinados no pudieron ocultar su ansiedad y comenzaron a entrar en
pánico.
— No ha pasado ni un día…
— Alteza, las Facciones Montañosa y de las Llanuras son las fuerzas
principales de nuestros aliados. ¿Cómo podría ser posible apuntar nuestras
lanzas hacia adelante y acercarnos a ellos? Sus palabras son angustiantes. Por
favor, considere los asuntos una vez más.
— No considero como aliados a los bandidos que han decapitado a nuestros
camaradas.
— ¡Alteza!
Mis hombres quedaron desconcertados.
Una vez que declaré que iba a ir hacia el cuartel militar de la Alianza
Creciente mientras era acompañado por mis tropas, los que no pudieron
responder mi pregunta minutos antes, comenzaron a balbucear rápidamente
varias líneas. Aunque el área silenciosa ya que el bosque exudaba un denso
aroma a pino, solo los Lores Demonio estaban apresurados.
— Los humanos han acampado a través de las Llanuras de Bruno, por lo que,
definitivamente, enfrentaremos una gran derrota si nuestras fuerzas tuviesen
que luchar contra ellos en este momento. Hemos cometido un crimen fuerte al
perder una vez durante el invierno. ¿Cómo soportaremos el pecado esta vez?
Alteza, por favor…
— Como no sabemos por qué Paimon hubo castigado a esos siete Lores
Demonio ya que no hemos escuchado cuidadosamente su razón, si hubiese una
causa, entonces ¿no deberíamos oírla primero? Ella no es una dama que actuaría
sin razón. Ya que aparentemente ha decapitado a esas personas bajo el pretexto
de que había traidores, entonces es claro que debe haber un incentivo. Alteza,
por favor, muestre algo de discreción.
“…no, estos tipos. ¿Acaso tienen miedo?”.
Volví mi cabeza y miré a los comandantes. Por lo que podía decir, parecía
que estuviesen acobardados ante las noticias de que la Facción de las Llanuras
y la Montañosa hubiesen unido fuerzas.
— ¿Intentan desobedecer?
Miré a mis subordinados. Una vez que se encontraron con mi mirada,
automáticamente cerraron sus bocas. Aunque ellos tenían muchas bocas, el
silencio que emitieron se fusionó e hizo que el aire a nuestro alrededor se tornara
más pesado.
— De ser necesario, somos capaces de mejorar nuestras conexiones con la
retaguardia, pero ellos no. incluso si las líneas de suministros son cortadas, las
primeras serían las de ellos. Incluso si tratan de retirarse, tendrán que hacerlo
mientras se deshacen de la persecución humana, ¿pero creen que simplemente
observaremos eso? Esta es una orden militar del líder del ejército. Hagan lo que
les digo y no me cuestionen.
Los comandantes se agacharon por completo. Un comandante que no declaró
su rango de oficial protestó con una voz tan lamentable mientras pegaba su nariz
al suelo.
— Alteza, al menos, permítales, por favor, tener un día de excedencia.
Concédales un día y déjelos rogar perdón y que se disculpen. Incluso si debemos
luchar cuando algo ocurra, hemos de mantener una apariencia madura si vamos
a ser honorables en el futuro.
—……
Un solo día de excedencia.
En serio, incluso si les damos un día o dos, ¿acaso estos tipos usarán trajes
de lamento de color blanco y solicitarían expiación? Esto fue algo que no les
pregunté a mis hombres. Yo era consciente de que no eran ese tipo de monarcas,
y mis subordinados también lo sabían. Sin embargo, ahora me suplicaban con
voces ahogadas que debía hacer mi parte con honor.
Honor hacia esos que habían decapitado a los camaradas de uno, ¿ah?
Yo, de repente, me sentí agotado y me volví a sentar. Una vez me cubrí los
ojos con mi mano, sentí mi densa piel presionando contra mi palma. Era mi piel
la que había sido arrugada e hinchada por los años.
—…entiendo. Al menos, un día es, probablemente, lo que es el valor de estar
en el mismo campo de batalla que ellos por los últimos siglos. Escribiré otra
carta y se las enviaré. Pueden irse a descansar.
— Gracias, Alteza.
— Un día.
Corté mis palabras y las escupí.
Los comandantes se helaron.
— Una vez que la medianoche de mañana pase, montaremos inmediatamente
nuestros caballos de guerra y los atacaremos. Recuerden que, aunque puede que
descansen hoy en el cuartel, es solo un descanso en preparación para el ataque
nocturno. Infórmenles eso también a los soldados.
— Como ordene.
Los comandantes dejaron la tienda, uno por uno, con sus espaldas inclinadas.
Poco después, los únicos que quedaron en el lugar fueron un par de asistentes
míos y yo.
—……
A través de las grietas entre mis dedos, miré la entrada de la tienda que estaba
sacudiéndose debido al viento. Un centinela estaba colocando una antorcha.
Estas surgían filosamente hacia arriba como una espada afilada y cortaban l
oscuridad. Sin embargo, como la oscuridad aún predominaba sin importar
cuanto fuese cortada, al final, en lugar de decir que las antorchas cortaban algo,
parecía más como si estuviesen gritando infinitamente hacia algo.
Ahh…
Una vez que escribí la carta, extendí el trozo de pergamino y me lamenté.
Barbatos. Paimon…
¿Por cuál causa han hecho esto?
El Rey de los Campesinos, Dantalian. Rango 71.
Calendario Imperial: Año 1506, Mes 4, Día 11.
Polles, Llanuras de Bruno, Ejército de la Alianza Creciente.
Al igual como la tienda militar parecía grande por fuera, era inmensa por
dentro. Creía que yo vivía en una tienda lujosa debido a todo el dinero que gasté
en ella, pero el cuartel en el que residía el líder de la Facción Neutral estaba en
otro nivel.
12 asistentes estaban bajando sus cabezas en silencio. 6 guardaespaldas reales
con espadas en sus cinturas o lanzas en sus manos me estaban mirando. Una
alfombra roja estaba tendida en el suelo del lugar con un gran trono situado en
el extremo final. Un monarca estaba descansando oblicuamente su espalda en
ese asiento.
Dentro de un lugar que no debería ser considerado ‘una tienda’.
Sino que sería mejor tratarlo como un palacio ubicado en el centro de un
campo enemigo.
— Dantalian –habló el monarca–. Es admirable que vinieses aquí, solo.
¿Acaso viniste a responder a mi llamado?
Marbas me miró fijamente a la cara.
Su rostro estaba cerca. Su mirada no vacilaba. Todos los años de experiencia
del monarca se esparcían por toda su cara a modo de arrugas. Su perseverancia
firme se distribuía por sus hombros firmes. Como alguien que no distinguía
entre la vida y las creencias, un gobernante, que solo había reunido las creencias
con la vida y la vida con creencias, se encontraba sentado ante mí. Era un
monarca perfectamente firme.
— La última vez que te vi fue justo después del discurso que declaraba el
inicio de la guerra. ¿No estabas en prisión?
Bajé mi cabeza y respondí.
— Los pecados de éste le fueron perdonados, por eso lo liberaron.
— Algo así escuché. ¿Te liberaron el mismo día que ocurrió la tragedia en
las Llanuras de Bruno?
— Sí, Su Excelencia. Así fue.
— También escuché que eres amante de Barbatos. Permíteme preguntarte
esto: ¿tú estabas, de alguna forma, involucrado en esa tragedia?
—……
Lo contemplé por un momento.
Mentir en esta situación era algo fácil. Tenía plena confianza en mi capacidad
para engañar. También existían diferentes formas de responder a esta pregunta
de una forma imprecisa. Sin embargo, era probable que hacerse el loco no era
lo importante ahora. Elevar naturalmente la impresión favorable que este
monarca tenía sobre mí era lo más crucial.
‘En buenos términos, es principialista’, comentó Paimon.
‘En malos términos, es un fósil jodido y agresivo’, comentó Barbatos.
‘Además, es calvo’.
‘Sí, es un viejo pelón’.
Esos no eran comentarios particularmente importantes.
Sacudí mi cabeza mientras me asombraba mentalmente de mi maldita
memoria.
— Su Excelencia, éste presenció la tragedia en primera persona. Como le fue
imposible detenerla a pesar de estar ahí, y aunque hubiese podido hacerlo, éste
no lo habría hecho; por esa razón, sería lamentable si terminase clamando que
no se encontraba involucrado en tal suceso.
— Ese es un argumento apropiado y seguro. Levanta la cabeza –eso hice.
El monarca tenía un monóculo sobre su ojo derecho. Las velas ubicadas en
cada rincón de la tienda se alineaban a sí mismas hacia el éste y lo hacían brillar.
Aunque me era difícil mirar directamente el rostro de ese gobernante, éste me
miró de pies a cabeza.
— Dantalian, ya que eres el más joven entre nosotros y tienes el rango más
bajo, asumo que apenas te involucraste en ese incidente. Incluso durante el día
donde se derramó toda esa sangre, probablemente fuiste incapaz de participar
en ello, pues te encontrabas tras las rejas. Entre todos esos que van de un lado a
otro diciendo que son de la Alianza Creciente, sólo tú eres inocente.
— Éste se siente honrado, Su Excelencia.
Ese no era el caso.
Lamento informarte, Marbas, pero si uno tuviese que elegir quién era el
culpable principal detrás del derramamiento de sangre, entonces yo sería la
primera persona en ser señalada. Originalmente, yo soy con quien debes ser más
hostil. Sin embargo, no tienes más opción que tolerar este malentendido.
Pues…
— Barbatos y Paimon te enviaron, sin piedad, a la retaguardia; te dejaron
atrás para que combatieras a los humanos que se acercaban. No hay duda de que
te convirtieron en un cordero de sacrificio bajo la condición de tu liberación.
¿No te sientes molesto?
Sí. Porque, sin importar cómo veas mi situación, la gente sólo sería capaz de
ver esto.
—……
Ahh, me reí internamente. A pesar de toda mi consideración, la Princesa
Imperial Elizabeth y yo éramos iguales. Para nosotros, las victorias y derrotas
de las batallas no eran más que asuntos secundarios.
La victoria era dulce y hermosa, sin embargo, ¿la derrota no era humillante y
lamentable? En las raras oportunidades donde enfrentas batallas en las que te
pueden humillar por completo, debes asegurarte de que sea una lucha en la que
puedas obtener algo aún si te derrotan. Tradicionalmente, mezclarse sólo en ese
tipo de batallas era lo más apropiado.
La Princesa Imperial fue derrotada. A pesar de eso, obtuvo una justificación.
Eso era algo que podía obtener sin importar si ganase o perdiese. Por tal motivo,
esa era la razón por la que ella nos persiguió a través del mar de árboles sin
dudarlo.
Triunfé. Sin embargo, aún si hubiese tenido que perder, mi inocencia había
sido probada. Para los demás demonios, yo era un individuo pobre, patético y
lamentable; un pobre servidor que había estado jugando con Barbatos y Paimon
antes de ser desechado como una mano de cartas.
Había ganado. Sin embargo, incluso si nuestras fuerzas triunfaron, ¿qué había
estado haciendo yo? ¿Dónde me encontraba cuando Farnesio fue golpeada por
una saeta y las brujas arriesgaban sus vidas? En la retaguardia. Estaba montando
un campamento en la línea trasera más segura y recibiendo a los rezagados.
Aunque gané, ya que fue una victoria obtenida no por mi propio esfuerzo,
estaba dando un paso al lado de la gloria de la victoria. Algunas personas pueden
considerar este trato como irrazonable—— pero considero esto como la
conclusión inimaginable más hermosa.
Incluso desde aquí, sentía como si pudiese escuchar al público
ridiculizándome.
“Lord Demonio Dantalian. Un individuo que, de alguna forma, obtuvo un
dinero inesperado; sin embargo, lo gastó desconsideradamente por su amante
porque es un imbécil”.
“Lord Demonio Dantalian. Fue lo suficientemente afortunado para reclutar,
de alguna forma, a una genio como su general; sin embargo, nunca fue
personalmente a una batalla porque es un gallina”.
“Lord Demonio Dantalian. Un individuo que fue capaz de sobrevivir a ese
día por pura suerte; sin embargo, constantemente es usado por Barbatos y
Paimon porque es el rey de los idiotas”.
Un libertino. Un gallina. Un idiota.
Qué hermosos son esos susurros.
En este amplio continente, el número de monarcas que son conscientes de
que actúo desde las sombras se pueden contar con una sola mano. Barbatos,
Paimon, Sitri, Ivar Lodbrok, y Elizabeth. Única y exclusivamente ellos.
Cinco personas.
Cinco individuos solamente.
Era una actuación donde tenía que enfrentar solo a cinco personas.
Por el otro lado—— ¡Ahh!, Elizabeth. Oh, Elizabeth, cuyos mechones
plateados son elegantes. ¡Princesa Imperial que nació con la otra parte de mi
alma, observa el incontable número de rivales que debes enfrentar!
Oh, Elizabeth. Cada soberano que se encuentra reinando en el continente
humano te teme. Esto se debe a que tuvieron la premonición de que serías una
tormenta que elevaría una nueva ola y se tragaría la costa de la era actual.
Oh, Elizabeth. Incluso tu padre biológico, el Emperador de Habsburgo, te
tiene miedo. Y es porque sabe, por intuición, que la espada que has estado
afilando hasta ahora la usarás para apuñalarlo por la espalda y arrebatarle la vida.
¡Oh, Elizabeth! ¿Acaso los Lores Demonio del continente demoniaco no te
reconocen? Tú, quien debería haber estado acallando silenciosamente al
continente humano al sur de las Montañas Negras, fue descubierta diez años
antes. Y todo porque te invité cortésmente al escenario.
Oh, Elizabeth.
Oh, Princesa Imperial cuyos ojos rojos se parecen al color de la sangre.
Oh, Emperatriz que durante la noche anterior derramó sangre justo después
de haber sido asaltada por Farnesio en la oscuridad. Eres competente sin fin.
Como ya lo eres, ya no serás descuidada cuando te cruces con Farnesio. Por eso,
en la próxima batalla, puede que la hagas arrodillarse. Y no solo en esa, sino en
la siguiente, y la que le sigue; puede que salgas victoriosa en la cuarta y quinta
batalla que le sigan. Incluso si todos en el mundo no creen en tu victoria, yo si
lo haré. Eres una emperatriz que fue destinada a conquistar el mundo. Cuán
sublime eres.
“Pero ¿por cuánto tiempo?”, pregunta un libertino.
“¿Por cuánto tiempo seguirás ganando?, se mofa éste cobarde.
“¿Ganarás por siempre y triunfarás eternamente?”, replica éste idiota.
¿Estás tratando de manejar a Farnesio por sí sola? Manéjala. Serás capaz de
hacerlo. Soy consciente de que puedes hacer eso con toda facilidad. Sin
embargo, ¿también eres capaz de tratar con cada soberano en el continente
humano y cada Lord Demonio del territorio demoníaco al mismo tiempo? ¿Eso
es algo que puede lograrse sólo porque digas que sí puedes?
Mira. Éste degenerado, cobarde, e idiota te está preguntando algo. Esta
pregunta importa más que nada. Una que solo se comparte dentro de nuestros
alientos mientras se mezclaban.
Oh, Elizabeth.
¿Puedes manejar a todo el mundo?
Yo si puedo. Ahh, eso es algo sencillísimo para mí. ¿Por qué? Porque lo hice
para tener menos de cinco miembros con los que tratar.
¡Cinco! Incluso si yo poseía un talento ligeramente carente en comparación
al tuyo, no me consideraría tan oscuro como para ser incapaz de ponerme a
danzar con unas cinco personas.
¡Cinco! Incluso si mis planes son insuficiente y mis conspiraciones son
pobres al compararlos con los tuyos, puedo decir que son más que suficientes
para jugar con cinco personas e iniciar un show.
¡Cinco! Uno de esos cinco dedos, Ivar Lodbrok, ya ha caído y ahora es mi
esclavo. Ahora el número de personas con la que tratar ha disminuido por uno.
¿Qué has disminuido mientras yo me encontraba reduciendo mis números? Por
mera casualidad, ¿no incrementaste los tuyos?
¡Cinco! Uno de los cinco dedos más obvios, Lady Demonio Sitri, ha caído a
una posición en la que le es difícil levantar su cara frente a mí porque perdió
ante ti. De acuerdo a mi inteligencia, ella y Zepar han caído prisioneros de Lord
Demonio Marbas. Muy bien. ¡Qué placentero!
Sitri sigue rehusándose a rendirse ante mí. Era demasiado pronto para
derribar su muralla final. Sin embargo, no era solo su caída la que sucedería
pronto; ya esto era algo preparado. Una vez que sucediese, significaría que otro
protagonista de los cinco principales bajaría de mi escenario.
Pasé mi tiempo ociosamente estando en mi escenario que se desvanecía
gradualmente. Tú eres el caso contrario. El escenario que debes manejar seguirá
expandiéndose infinitamente. Te aplaudiré y celebraré. Adelante, intenta
realizar un juego de una sola persona estando en un escenario que se opone al
mundo.
¿No será hermoso?
¿No colapsarás hermosamente?
¿No exudarás una fragancia al desmoronarte?
Elizabeth—— Atanaxia—— Evatriae—— von Habsburgo——
Incluso en este momento, te trazo en mi mente.
No te decepciones solo porque no pudiste encontrarme en el bosque de
álamos blancos. Si no se pudo, es porque no era el momento indicado. Así de
simple. Ten paciencia. Tú eres mi destino, y yo soy el tuyo. Cuando se espera
por el destino propio, la espera se vuelve una melodía alegre. Hasta el día en
que estos hagan sacudir la tierra como un rayo, tenemos que ser felices
esperando…
— Dantalian.
Mira. Un actor secundario que era tan terrorífico como un oso estaba parado
allí.
Sin embargo, sin importar cuánto miedo diese, no era más que un actor
secundario. ¿No era así? Ahora escuchemos lo que tenga que decir.
— Ya no tienes que temerle a Paimon y Barbatos, quienes te desecharon.
Déjate cubrir por mi sombra. Te dejaré entrar. Párate debajo de mi estandarte.
Te lideraré. Mira hacia donde yo apunto. Te lo prometo.
Bien. Este era el lenguaje de un monarca que había vivido su vida. Pude
percibir el aroma de la suciedad. Qué hermoso. Nubes de polvo probablemente
se elevarían si los caballos de guerra cargasen hacia este suelo que había sido
secado por el sol.
— Prometo una tierra de la corona donde nuestra raza no se mate entre sí.
Juro que será un reino donde la gente no sea asesinada aún si existiese una razón
para hacerlo. Incluso si colapso y me hago pedazos, al menos, esta promesa y
juramento serán eternos. ¿Qué te parece, Lord Demonio de rango 71? –el
monarca continuó–. ¿Me seguirás?
—……
Hice que la sonrisa de mi corazón se detuviera y me compuse.
Mi expresión seguía calmada y mi complexión estaba moderada.
Mi voz no reflejó la temperatura de mi corazón, por lo que estaba serena.
Bajé gradualmente mi cabeza para hacerlo parecer como si estuviese siendo
presionado por la grandiosidad de Marbas.
—…Su Excelencia. Su gracia real es inmensurable e inescrutable. Si a éste
se le concede la oportunidad de descansar bajo su sombra, ¿cómo podría uno
rehusarse? Sin embargo, antes que este Dantalian, éste ser humilde pueda
confiar su lamentable cuerpo a usted, hay algo que éste debería decirle.
— ¿Deseas una audiencia privada?
— Sí, Su Excelencia.
— Pueden irse todos.
No hubo nadie que se atreviese a cuestionar esa orden.
El sonido de los pasos de los asistentes y guardaespaldas se filtró en la
alfombra antes de desaparecer por completo. El sonido de la respiración
proveniente de las veintialgo de personas desapareció sin mucho esfuerzo. La
extravagante tienda militar se hizo más vacía debido a esa ‘extravagancia’.
El monarca habló.
— ¿Qué deseas decirme?
— Éste es el emisario de Barbatos y Paimon.
—……
El aire era frio.
Marbas me miró calmadamente. Me preguntaba si estaba enojado o solo me
miraba con cuidado. Era difícil de comprender. Al igual cómo compuse la
temperatura de mi corazón y no la dejé aparecer en mi voz, parecía que Marbas
no permitía que la temperatura de su pecho fluyese por su mirada.
— Si eres un emisario, ¿eso significa que tienes una carta que entregarme?
— Éste no tiene algo como eso.
— Entonces ¿cómo es que alguien como tú se puede llamar a sí mismo un
emisario?
— Porque éste tiene un objeto que prueba que lo es.
— Muéstramelo.
— Éste se lo presentará, Su Excelencia, pero… –bajé mi cabeza una vez más–.
Antes de eso, éste debe transmitirle las palabras que ambas partes han pasado.
— Lo permitiré. Sin embargo, ten presente que tu vida descansa sobre una
espada.
— Éste siempre tiene la preservación de su vida como la mayor prioridad, Su
Excelencia.
Aclaré mi garganta. Ajusté mi ropa y levanté la cabeza.
Miré fijamente al hombre ante mí. Una gran figura con unos hombros cuya
anchura era tres veces la de los míos estaba mirándome. Sin embargo, no podía
ser intimidado. Ya que me había autodenominado como el emisario de ambas
partes, yo no era más que un rango 71, el Lord Demonio más joven, y ahora
representante de las Facciones Montañosa y de las Llanuras.
— Transmito este mensaje no a la Facción Neutral, sino solamente al Lord
Demonio Marbas.
—……
— Intencionalmente decidimos no avisarle de nuestros planes.
— ¿Qué…?
Una duda apareció en la mirada del monarca que, hasta ahora, se veía como
un lago sereno. Claro, no era una duda bien dispuesta hacia mí. Como si
estuviese intentando darme una oportunidad para explicarme antes de liberar su
ira, Marbas me frunció el ceño.
Expliqué.
— Su Excelencia, ambas partes no le informaron de la purga de forma
intencional. Aunque esta acción es un comportamiento que no es nada menos
que ridícula, fue, al mismo tiempo, por su propio bien.
— Tonterías. ¿Cómo que por mi propio bien?
— Desde este punto, la Alianza Creciente se involucrará en una guerra total
contra los Lores Demonio que se quedaron en el continente demoníaco. No
obstante, incluso si algo así sucediese, ¿sería necesario que nosotros los
erradicáramos? ¿Cómo podría ser la voluntad de ambas partes el hecho de
desarraigar a cada plebeyo que reside en los territorios gobernados por los
demás Lores Demonio?
—……
Después que se dijese todo, Barbatos actuó por el bien de la gente. Se trataba
de un odio-amor arbitrario. Paimon también amaba a la gente. Era un afecto
autocomplaciente. Aunque fuese arbitrario y autocomplaciente, no había más
monarcas que actuaran por el bien de la raza demoníaca más que esas dos Ladies
Demonio.
— Si la guerra ha de durar tanto tiempo, llegará un momento en el que sea
necesario un alto al fuego. Incluso si no es eso, un acuerdo será establecido. Si
eso no se logra, ¿no sería necesario que existiese una persona que estuviese ahí
para mediar entre ambas partes? ¿No sería difícil que una persona de algún lado
actuara como mediadora?
—……
— Su Excelencia, el pecado por haber traicionado a la Alianza Creciente y
vender a nuestra propia gente es terriblemente inmenso y profundo, pero si
ambas partes hubiesen discutido esto primero con usted, habrían sido capaces
de convencerlo con facilidad. Éste asume que diversos parásitos ocultos en su
sombra habrían sido enviados al más allá también. Sin embargo, si las cosas
hubiesen transcurrido de esa forma, llegar a un acuerdo habría sido casi
imposible, y quizá habríamos enfrentado una situación agonizantemente difícil.
El monarca quedó en silencio.
— Entonces ¿fui excluido por el bien de la paz que seguirá luego?
— Así es.
— ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones tras haberme traído la información
que tenías que transmitirme de forma verbal en lugar de una carta?
— Hay ojos por todas partes, Excelencia. Comenzado por Baal, el de rango
1 hasta Gamigin, el de rango 4. Así como sus ojos vigilan de cerca a las
Facciones Montañosas y de las Llanuras, probablemente se estén ocultando
dentro de la Facción Neutral de la misma manera. Si éste hubiese traído una
carta, habría salido a la luz en el momento que se hizo la revisión.
Independientemente de si el contenido de la carta fuese dado a conocer o no, la
información de ‘Dantalian tenía una carta secreta’ habría sido enviada a alguien.
Transmitir el mensaje y confianza a través de una carta era peligroso.
—……
— Su Excelencia, le ruego que comprenda.
Entendimiento.
El acto de mirar profundamente una vela.
Solo con ver la luz ardiendo en una lámpara, mirando las cosas que podían
ser y no ser vistas, y sintiéndolas.
Comprendiendo la conexión entre la luz y la luz.
Así como conecté el humo con el humo durante todo el camino hasta el otro
lado de las Montañas Negras, los que eran capaces de tirar de esto eran
monarcas, y sólo podían serlo al manejar esto.
— Por favor, crea en sus camaradas de ambas partes que han estado junto a
usted en los campos de batallas durante 400 años. Su Excelencia Barbatos y Su
Alteza Paimon son enemigas a muertes, pero ¿por qué razón cree usted que
unieron sus manos? ¿No sería porque hay parásitos más despreciables que su
propia enemistad que están en estado latente detrás de ellas?
—……
Marbas cerró los ojos.
El silencio permaneció solitario dentro de la tienda militar. El silencio era
tenaz. Las arrugas que podían verse a través del monóculo del monarca eran
oscuras.
La boca del gobernante, tras un largo silencio, finalmente se abrió.
—…esas damas que dan tanto miedo que el mundo se retuerce, ¿intentan
darme el papel más difícil?
— Sí, así mismo es. Su Excelencia, usted debe fingir que lucha y discute con
ambas partes. Si su actuación es pobre, los Lores Demonio al norte de las
Montañas Negras lo descubrirán con facilidad.
Hice una reverencia respetuosa.
— Su Excelencia, por favor, tómeme como rehén y cruce las Fortalezas
Blanca y Negra. Persiga a ambas partes como si lo hiciese a la mayor velocidad
posible. En este momento, los Lores Demonio al norte de las Montañas Negras
se preocuparán más por la retirada de la Alianza. El campo de visión se tornará
estrecho y usted probablemente sea la primera persona que aparezca ante ellos.
Aprovece esa oportunidad.
— Ya capturé a Zepar y a Sitri. ¿Necesito más?
— Mientras más, mejor, Su Excelencia.
—……
El monarca gruñó lentamente.
— Eres tú quien es el fiel sirviente de toda la raza demoniaca. A pesar de que
ellas te enviaron a prisión, sigues a Barbatos y Paimon sin queja alguna y te
ofreces como rehén por el bien del continente demoníaco. Dantalian, tienes mis
respetos.
En eso, el monarca extendió su mano izquierda.
Supuse que Marbas quería estrechar manos con la izquierda y no con la
derecha. Era a partir de ahora. El acto de fingir ser hostil para con la Alianza
Creciente iba a iniciar a partir de ahora.
— Éste se siente honrado, Su Excelencia.
Fue en el momento en el que iba a aceptar su apretón de manos.
— Hmm.
Apretón.
Marbas me agarró la mano izquierda con gran fuerza. Por un instante, una
presión inmensa comprimió los huesos de mi mano. La agarró con tanta fuerza
que casi hacía que mis huesos crujieran y forzara mi carne a gritar. Gracias a
eso, mi expresión colapsó un poco.
— Su Excelencia, ¿qué está…?
— ¿Dónde queda la evidencia de que no mientes?
Marbas me miró con cuidado.
302
DUNGEON DEFENSE 5
— Ya soy consciente de que eres bueno hablando. También estuve presente
en Niflheim cuando hiciste que Paimon se arrodillara. ¿Cómo me garantizarás
aquí que no tienes intenciones traicioneras, y que no planeas ridiculizarme e
insultar a la Alianza Creciente con tu elocuencia?
—……
— ¿Dónde queda la garantía de que no nos emboscarán cuando estemos a
mitad del camino hacia las Fortalezas Blanca y Negra tras haber sido engañados
por ti? Dantalian, tu expresión es amable y tus ojos suaves; pero hay muchos
embusteros esparcidos por el mundo que son capaces de camuflar sus
complexiones. ¿Cómo me probarás que no solo estás ridiculizándome?
Seguro. Esto no era malo.
El hombre ante mí no pasó sus días como cabeza de la Facción Neutral de
forma descuidada. Tanta precaución era obvia. Como lo era, también fui
obviamente capaz de predecirlo. Mientras un dolor intenso pasaba por los
huesos de mi mano, sonreí ligeramente.
Sí. He estado esperando ansiosamente este momento.
— Oh, Honorable Marbas. Si resulta que éste lo ha engañado, entonces
significaría que él también fue engañado por las dos partes. Éste sólo le ha
pedido que lo tome como rehén. Si se presentase una emboscada en las
Fortalezas Blanca y Negra, ¿lo primero que saldría volando no sería el cuello
de éste?
— Así es –asintió el monarca–. Por eso, el problema es simple. ¿Cuánto
confían Barbatos y Paimon en ti? Este es el único asunto que debo verificar y,
por ende, debes probarme. Si ellas poseen un cerebro, definitivamente, te
habrían dejado con un símbolo de su confianza. ¿Has traído uno?
— Por supuesto, Su Excelencia.
Lentamente, saqué algo de mi bolsillo.
Un objeto que parecía normal a simple viste pero era algo que alguien
considerablemente rico cargaría consigo.
Marbas enarcó la ceja al ver el objeto.
— ¿Hm? ¿No es un reloj de bolsillo?
— No, Su Excelencia. Es un Memory Play, un artefacto de grabación que
contiene evidencia esencial. Las brujas bajo mi comando disfrutan encantar los
relojes de bolsillo con magia de grabación, por eso lo he estado usando con
frecuencia.
— Ohh –la presión que sujetaba mi mano izquierda disminuyó
gradualmente–. Eso es considerado. Si un emisario solo usase un mensaje verbal,
levantaría sospechas fácilmente, pero si la ocultabas en un reloj, serías capaz de
evitar esas sospechas.
— Su gracia no tiene límites, Su Excelencia.
— Está bien. Estoy seguro de que se trata de una grabación que mostrará el
peso de la confianza que recae en tus hombros. Adelante, reprodúcelo. Lo
miraré con sumo cuidado.
— Es demasiado pronto para tales palabras, Su Excelencia.
Sin dudarlo, comencé a girar la manecilla de la hora del reloj de bolsillo una
vez que se me ordenó hacerlo. Una vez a la media noche. Otra al mediodía.
Nuevamente a la media noche, y de regreso al mediodía. La manecilla horario,
la minutero y la segundero del reloj de bolsillo comenzaron a girar ferozmente
mientras emitía un audible ‘vrrr’ antes de que el humo comenzara a fluir de sus
grietecillas.
Y entonces…
Una vez que hice brillar el reloj en el humo, este comenzó a proyectar la
grabación.
‘Ahh… ¡¿ahhhh?!’.
—……
Marbas se heló.
El sonido de gemidos fluyó constantemente del reloj de bolsillo. El silencio
de la tienda militar fue roto caprichosamente. El honorable Lord Demonio
Marbas solo miraba el aire con la misma expresión que había solidificado su
rostro hacía 10 segundos.
‘¡No! ¡Para! ¡Te lo pido, oye, espera…! ¡No… ahh!’
‘¿Cuándo te permití hablar? ¡Los cerdos no hablan! ¡Gruñe como un
puerco!’
‘¡Hmm… Oink… oink-oink-oink!’
Sonreí de oreja a oreja.
Aunque el trabajo artístico que había grabado a Lapis fue destruido, y no
podría tener el honor de ser el primero del mundo, ésta obra de arte era, sin duda
alguna, la primera en tener a un Lord Demonio como protagonista.
—……
— Su Excelencia, usted le instruyó a éste para que le mostrara la evidencia
sobre cuánta confianza le tenía Su Excelencia Barbatos a éste, ¿no?
Ahora bien.
Sonreí de oreja a oreja mientras mostraba mi trabajo raro y valioso.
Yo estaba siendo proyectado en el humo y en esa escena había una mujer
conmigo. La chica tenía, por coincidencia, un cabello tan blanco que emitía un
brillo plateado, cuernos que se asomaban por su cabeza, y unas pupilas doradas.
‘Muy bien. ¿Qué soy? Adelante, dilo con tu boquita. Qué soy yo, Dantalian,
para ti?’
‘Maestro… Lord Dantalian es… ¡Ahh, ahh! Es mi… ¡Es maestro de
Barbatos!’
Y también, por coincidencia, se llamaba Barbatos.
—……
Sin mover ni un musculo, el líder de la Facción Neutral parecía una estatua
mientras miraba la grabación que mostraba a la líder de la Facción de las
Llanuras refiriéndose a mí como Maestro y quedando en ridículo. Parecía que
el pobre había recibido el shock más grande de su vida, dándole un golpe directo
en la cabeza. El espacio fue infinito y el tiempo eterno.
Pasaron cinco minutos.
Unos hermosos cinco minutos.
—……
—……
Marbas seguía inmóvil.
Yo sonreía ampliamente.
—…eso.
— Sí.
— No me digas.
— Sí.
—…no, pero…
— Así son las cosas.
— ¿En serio…?
— Sorprendentemente.
— Pero, no importa cuánto lo pienses, los roles son…
— Éste también lo piensa así.
— Entonces, ¿no se hizo por la fuerza sino voluntariamente…?
— Éste deberá mencionar que en esta grabación, el no tuvo voluntad libre o
algo similar, y mucho menos una pizca de iniciativa.
—……
Silencio.
Marbas abrió su boca.
— Sin embargo, al contrario de mi expectativa, ¿no lo estás disfrutando
también?
— Su Excelencia, éste, jamás en la vida, ha sospechado de su neutralidad
política, pero esa declaración hace que se sienta algo dudosa. Por favor,
disciérnalo por cualquier medio posible.
— Claro.
Marbas soltó un gruñido.
— Barbatos, esa mocosa descuidada finalmente obtuvo a su pareja…
— Éste no desea mencionarlo, pero en lugar de deshacerse de la duda, usted
la está incrementando más. Es posible asegurar que, Su Excelencia, que ese tipo
de cuerpo no es la preferencia de éste. Si uno tuviese que elegir, creería que Su
Alteza Paimon es esplendida.
— Te apoyo. La apariencia de Paimon es maravillosa. Es digna del título la
Reina de las Maras.
Asentí.
Luego le pregunté a Marbas.
— ¿Ahora entiende cuánto es éste de confianza, Su Excelencia?
—……
Marbas se cubrió la frente con su palma.
Luego dejó que sus gruñidos fluyeran por las grietas de sus dedos. Parecía
que deseaba tirar de sus cabellos mientras contemplaba, pero debido al hecho
de que no tenía ni uno en su cabeza, parecía que sinceramente creía que este
hecho era un infortunio. Vagamente, parecía que Marbas estaba explorando
budísticamente quién era yo, de dónde venía y a dónde iba.
—……
Pensamiento.
—…hmm.
Angustia.
— ¡Ciertamente…!
Y resignación.
— Lo entiendo. Te creeré, Dantalian…
Tras completar magníficamente los tres pasos del budismo, Marbas suspiró.
Lamentablemente, parecía haber sido incapaz de completar el paso final de
iluminación, pero ¿a quién le importaba? Estaba bien. Independientemente de
lo terrible que fuese mi temperamento, no soy tan cruel como para reprender la
tristeza de un pelón.
Por eso.
— Éste ahora se encontrará bajo su cuidado. Su Excelencia Marbas, puede
que sea rudo que le pregunte esto, pero ¿estará dispuesto a escuchar una
‘petición’ inmediata? Por favor, considere esto como una recompensa para éste
ya que vino hasta aquí bajo su propio riesgo.
—…está bien. Sin importar cuál sea el deseo, lo cumpliré voluntariamente,
siempre y cuando sea capaz de hacerlo.
Sonreí con muchísimo placer.
Calendario Imperial: Año 1506, Mes 4, Día 15.
“Una alianza secreta fue concluida entre las Facciones Montañosa, de las
Llanuras, y Neutral”.
“Sin embargo, se decía que el número de personas en el mundo que sabían
de la evidencia decisiva detrás de la formación de la alianza podían contarse
con una sola mano…”
FIN
309
DUNGEON DEFENSE 5
Esclava Amada del Rey.
Brujas Hermanas Berbere.
Capitana de la Guardia Real, Humbaba.
Calendario Imperial: Año 1505, Mes 4, Dia 15.
Polles, cerca del Bosque Vístula.