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RICARDO SIGALA Y EL TALLER

LITERARIO DE LA CASA DE LA
CULTURA
LAS GENERACIONES DE ESCRITORES EN EL SUR DE JALISCO”

CARLOS AXEL FLORES VALDOVINOS


UNAM / UDG
Ricardo Sigala y el taller literario de la Casa de la Cultura

“Las generaciones de escritores en el Sur de Jalisco”

Por Carlos Axel Flores Valdovinos

Introducción

“¿Por qué razón preguntas mi linaje? / Cual la generación es de las hojas, /


asimismo es también la de varones (escritores). / Unas hojas al suelo esparce
el viento, / otras, en cambio, hace brotar el bosque / al florecer con fuerza, y
sobreviene / la sazón de primavera; / así ocurre también con los varones: / este
linaje brota, aquel fenece”.

(Homero, Ilíada. Madrid, Cátedra, 1991, Canto VI, vv. 144-152).

Primeramente comenzaremos reflexionando: ¿Qué es una generación? Si

revisamos en el diccionario términos comunes podemos constatar que

“Genealogía” significa “serie de progenitores y ascendientes de cada persona”,

lo cual deriva de linaje –en el campo cultural- de una padre o precursor de un

estilo literario, corriente, escuela, género o taller. Otro término: “generable” nos

señala aquello que se puede transmitir de generación en generación. Ortega y

Gasset expresa: “Todos somos contemporáneos —escribe—, vivimos en el

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mismo tiempo y atmósfera —en el mismo mundo—, pero contribuimos a

formarlos de manera diferente. Sólo se coincide con los coetáneos”. Para él los

coetáneos se unen a un “círculo de convivencia” y serán los que integren una

generación porque tienen la misma edad y “algún contacto vital”. Después

subrayará que una generación “no es una fecha sino una zona de fechas” que

habrá de renovarse cada 15 años. Ahora bien: “Generación” consiste en la acción

y efecto de engendrar, de generar, o en todo caso, sucesión de descendientes en

línea recta. Además de indicar un conjunto de todos los vivientes coetáneos.

Una generación es entonces un conjunto de personas que por haber nacido en

fecha próximas y haber recibido educación e influencias culturales y sociales

semejantes, se comportan de manera afín o coinciden en gustos estéticos. Una

generación es, pues, algo mucho más trascendental que un mero grupo literario,

el cual, desde luego, puede hacer historia, en tanto que participa con un sentido

original de la vida. En este sentido, podemos plantear una constelación de

generaciones en torno a los 25 años del Taller Literario de la Casa de la Cultura

de Ciudad Guzmán, vista como “íntima vinculación establecida entre varios

hombres y mujeres por la existencia en todos ellos, de un mismo impulso

inefable, de una inquietud peculiar, de ciertas maneras profundas de valorizar

la vida y de plantear sus problemas”, tal y como lo señala Manuel Gómez Morín.

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Una raíz común

Zapotlán el Grande, la llamada Atenas de Jalisco es cuna de artistas y escritores

reconocidos como José María Arreola, José Rolón, José Clemente Orozco,

Salvador Toscano, Consuelito Velázques y en el campo de las letras destaca la

generación de 1915 (nacidos entre 1891 y 1905) cuyos rasgos característicos

sobresalen siendo: “Una generación que nace aislada del mundo exterior, sin

maestro casi, muy poco libresca, y cuya vocación es reconstruir el país” fundada

por Guillermo Jiménez y Alfredo Velasco Cisneros, quienes fueron los

precursores de la literatura del sur de Jalisco. A su vez destaca la generación de

1929, nacidos entre 1906 y 1920, orientada por el vasconcelismo, cuya actitud es

en suma, rebeldía e institucionalidad. Son los escritores que reaccionan frente

a una visión desencantada de la revolución mexicana como: Juan Rulfo, Juan

José Arreola, Antonio Alatorre, Agustín Yáñez, y en Zapotlán se halla una nueva

generación guiada por los fundadores como son los escritores: Juan José Arreola

(1918), y María Cristina Pérez Vizcaíno (1916). Cabe reconocer la Generación

de Medio Siglo (nacidos entre 1921 y 1935) entre los que destacan los

integrantes del grupo Arquitrabe: Roberto Espinoza Guzmán, Félix Torres

Milanés, Virginia Arreola Zúñiga, Vicente Preciado Zacarías y coetáneos como

Ramón Rojas Chávez, oriundo de San Sebastián del Sur y Ramón Villalobos

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“Tijelino” de Zapotlanejo, ambos ganadores de los juegos florales en Zapotlán,

además de hacer especial mención a la poetisa Margarita Mendoza Palomar,

hija de doña Margarita Palomar Arias, mecenas de Arreola, quien escribió

pastorelas y promovió el teatro del pueblo, sin olvidar al dramaturgo Ernesto

Neaves entre otros personajes oriundos de Zapotlán.

Continuando con la generación de la ruptura en el sur de Jalisco, llamada la

generación de 1968 (nacidos entre 1936 y 1950), por los acontecimientos

trágicos de la matanza de Tlatelolco, encontramos a los escritores cercanos a

esta época como son: Juan Octavio Espinoza Arreola, Armando Cuevas

Preciado, Víctor Manuel Pazarín y José de Jesús Juárez, seguida por la

generación de 1980, (nacidos entre 1951 y 1965) entre los que se hallan maestros

normalistas como: Pedro Mariscal, Francisco Hernández López y Martín

Adalberto Sánchez Huerta, integrantes del Colectivo ALASLETRAS, sin

olvidar a los escritores como: Juan Manuel Preciado, José Luis Vivar, Salvador

Manzano, Sofía Gutiérrez Arias y Óscar Chávez Villavazo. Hay que mencionar

los escritores nacidos en los años setenta como: Cristina Preciado, hija del

doctor Vicente Preciado Zacarías, Julio César Aguilar, Fernando G. Castolo,

Marcos Macías, Erika Sánchez Benavides, Mar Pérez, Gilberto Moreno y Epilef

Ed Susej. Cabe señalar que existen antologías que nos ofrecen un mapa de las

generaciones de escritores en Zapotlán y nos pueden ayudar en estos indicios de

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la literatura actual del sur de Jalisco como: Cartulario. Muestra de letras zapotlenses,

selección de Fernando G. Castolo (Zapotlán, 2018), además del libro: La

cristalina superficie del silencio. Muestra de los juegos florales de Zapotlán compilado por

el Mtro. Ricardo Sigala. En el compendio de la Dra. Silvia Quezada titulado:

Veintisiete escritores del sur de Jalisco se mencionan las constelaciones de poetas y

narradores. Justo en la introducción la Dra. Silvia Quezada expresa lo siguiente:

Las generaciones de escritores agrupados por décadas, a la manera de Ortega y


Gasset, permiten distinguir a aquellos que se vierten por la escritura de tono
autobiográfico, como sucede con los nacidos en los cuarenta; quienes se
muestran interesados por los temas legendarios y biográficos de otros personajes
(José Luis Vivar, René de la Mora) en los cincuenta; los que vuelven su mirada
hacia la particularidad del ser y su filosofía vital (Francisco Hernández, Salvador
Manzano), en los sesenta; hay microficciones (Epilef), literatura negra (J. A.
Vázquez), de corte regional (Fernando Castolo, Marcos Manuel Macías) y
existencial (Giblerto Moreno).

En el Diccionario de Escritores en Jalisco (Biobliografía 1027-2002) la Dra. Silvia

Quezada nos muestra un trabajo de historiografía jalisciense que nos permite

comprender el vasto universo de las constelaciones literarias. En este catálogo

se hallan aportaciones novedosas para la sistematización de datos de más de

250 escritores en Jalisco. Junto con la página electrónica de la “Enciclopedia de

Escritores en Jalisco” que nos ha permitido una mayor información.

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Coordenadas de la literatura del Sur de Jalisco:

Desde una perspectiva generacional queremos presentar el libro titulado:

Indicios. Atisbos de literatura actual en el Sur de Jalisco para destacar las distintas

generaciones de coetáneos que integran el taller literario de la casa de la Cultura

a lo largo de 25 años en Zapotlán El Grande, Jalisco, orientado por el maestro

Ricardo Sigala Gómez.

Lo anterior nos lleva a visualizar la cultura zapotlense como un “árbol

genealógico con claras y no muy frondosas ramificaciones”. De esta manera, es

posible la aplicación del método generacional de Ortega y Gasset en virtud de

las relaciones de coetaneidad suscitadas entre los personajes de nuestra cultura

en Zapotlán, bajo el lema “dime con quién andas y te diré a qué generación

perteneces”.

Lo que nos proponemos es realizar una hermenéutica de la teoría

generacional a partir de las categorías de coetaneidad y contemporaneidad,

poniendo atención en las “simpatías” y “diferencias” de los integrantes del taller

literario de la casa de la Cultura. Asimismo, realizaremos versiones y revisiones:

-qué dicen de sí mismos, cómo se ven los miembros de una generación,

especificando el tipo de agrupación, ya sea: “asociación, movimiento, sociedad,

taller, revista, constelación, comité de pares, jurado, juegos florales, consejo de

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redacción, entre otras manifestaciones, ya que varios de los integrantes han

realizado diversas actividades en torno a la literatura en el sur de Jalisco. Estos

atisbos nos podrán permitir organizar un esquema generacional, tal y como lo

plantea el autor en su libro: “Aparecen aquí escritores de diversas generaciones.

Desde los nacidos en la década de los treinta hasta los nacidos en los años

noventa, los extremos están representados por Ramón Rojas Chávez que nació

en 1933, hoy tendría 83 años, y Emmanuel Navarro Mora, de 1998, quien cuenta

con 22 años de edad”. Asimismo, añade: “Encontramos pues autores de siete

décadas distintas. Entre los que nacieron en los ochenta y noventas suman 30,

es decir cerca del 60%, el otro 40% lo representan los nativos de los años treinta

hasta los sesenta. Aproximadamente el 30% de los autores son menores de 30

años y algunos aún son estudiantes universitarios, el otro 30% oscila entre los

30 y 40 años, lo que nos habla de que son los jóvenes quienes están dominando

la escena literaria de Zapotlán, al menos desde la experiencia del Taller

Literario de la Casa de la Cultura”. Por otra parte, cabe señalar que en el libro

se incluyen 47 escritores, cuyos criterios de selección conllevan una

sistematización y clasificación: “Son incluidos en el libro aquellos autores que

han publicado un libro o una plaquette, aquellos que han ganado por lo menos

un premio literario, han tenido un segundo o tercer lugar o bien obtuvieron una

mención honorífica en algún certamen”.

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Constelaciones Literarias del Sur de Jalisco

En el libro Indicios. Atisbos de literatura actual en el sur de Jalisco encontramos un

muestrario de las letras en torno al taller literario de la casa de la Cultura que

mantiene una larga tradición de más de 25 años en el que se compilan 47

escritores. Cabe mencionar que el libro contiene un prólogo titulado “Pórtico”

de la pluma y estilo del Dr. Vicente Preciado Zacarías donde se destaca la

polifonía de voces que pueblan este libro: “Esta obra es como una partitura

musical en donde cada autor-participante hace vibrar la madera o el metal de

su propio instrumento, bajo la batuta de su estro personal” y más adelante

continúa: “los 47 participantes forman con su maestro un coro unánime en el

que hay voces en tono mayor y voces en tono menor. Es una cantata gobernada

por el contrapunto. Contrapunto (del latín cantus contrapunctus) es una

concordancia armónica de voces contrapuestas”. Pues bien, el contrapunto y la

armonía se manifiestan en las generaciones literarias donde: “La urdimbre de

tiempo, lugares y personas se continúa” a través de un tejido confeccionado en

el taller literario, que es comparable a la forma de un taller de artista o artesano.

Al taller entramos como aprendices, para trabajar con un maestro y aprender

de él y de los demás alumnos el arte del que se trata.

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El taller literario de la Casa de la Cultura orientado por Ricardo Sigala nos

demuestra un trabajo depurado de corrección y estilo, de ejercicio crítico y

hermenéutico; tal y como se expresa en la introducción: “El taller siempre ha

evitado desarrollarse de acuerdo a un programa escolarizado, desconfío de

quien ostente la petulancia de pretender enseñar a escribir literatura”. Más

bien, de lo que se trata es de comprender que “el taller no es una escuela de

escritores, ni una academia de escritura. Su propósito es establecer un espacio

donde los interesados en el mundo de la literatura puedan compartir sus

experiencias de lectura y de escritura”.

Recordemos la larga tradición de talleres literarios en Jalisco que van desde

los maestros fundadores como Arturo Rivas Sáinz, Juan José Arreola, Ernesto

Flores, Elías Nandino, Adalberto Navarro Sánchez, y continuados por Patricia

Medina, Ricardo Yáñez, Dante Medina, María Luisa Burillo, Rafael Torres

Sánchez, Raúl Bañuelos, Victor Manuel Pazarín y actualmente quien sigue la

batuta en el sur de Jalisco: Ricardo Sigala.

En Zapotlán además del Taller Literario de la Casa de la Cultura destacan

los talleres impartidos en la Casa-Taller Literario “Juan José Arreola”, por

grandes maestros como Fernando de León, Gabriel Martín y Godofredo

Olivares. Por otra parte, es reconocida la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega, el taller

independiente “Los náufragos de la palabra”, entre otras actividades culturales

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como los Coloquios Arreolinos de Zapotlán, las Jornadas de Letras Hispánicas

y las conferencias en la Casa del Arte “Vicente Preciado Zacarías”. No podemos

dejar de mencionar el último taller literario impartido por Victor Manuel

Pazarín en la Centro Cultural “José Clemente Orozco”, aunado a la

efervescencia de talleres y actividades en el Centro para la Cultura y las Artes

“José Rolón”. Con esto queremos decir que el pulso de la literatura actual en el

sur de Jalisco, pese a la pandemia, ha dado muestras de una vigencia y

renovación, porque la literatura es cultura.

En este sentido, dentro del quehacer literario destacan los escritores del sur

de Jalisco que han publicado, además de los que han ganado concursos literarios

o han sido reconocidos con menciones honoríficas dentro de los Juegos Florales,

entre los que cabe mencionar los nacidos en los treinta: Ramón Rojas Chávez,

José de Jesús Juárez, en los cuarenta Teresa Gómez Cervantes, en los sesenta y

los setenta como César Anguiano, Julio César Aguilar, Salvador Manzano,

Yolanda Chávez Arroyo, Gilberto Moreno y Alan Arenas, además de los nacidos

en los años ochenta como Alejandro Moreno Merino, Milton Ivan Peralta,

Hiram Rulvacaba, Lenin Álvarez, Lizeth Sevilla, Didiana Sedano y Arturo

Isaías, sin embargo, la mayor parte de las generaciones del taller literario de

Casa de la Cultura está concentrado en los escritores nacidos en los noventa

entre los que destacan: Alejandro Von Duben, Bladimir Ramírez, Emmanuel

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Rocha, Cristina Meza, Evangelina Velázquez, Alejandro Valdovinos, Aurelio

del Toro, Alejandra Alonso y Yair Ascensión, entre otros más...

Destaca el cuento breve, siguiendo el estilo conciso de Juan José Arreola, con

relatos en donde confluye la hibridación de géneros. A excepción de algunos

cuentos como “Paso nocturno” de Hiram Ruvalcaba, “Las malas moscas” de

Alejandro Valdovinos, “La mutación de la caída” de Jesús Vargas Quezada y el

“Saxofonista” de Carmen Roque de Espinoza, los demás textos oscilan entre 1 y

3 cuartillas. “Zapotlán” es el leit motiv de muchas de las composiciones, tal como:

“Temporal de lluvias” de Alejandro Moreno Merino, “Zapotlán no se acaba

nunca” de Milton Ivan Peralta, “La contienda” de Yair A.C. En poesía se destaca

el homenaje dedicado a “Vicente Preciado Zacarías” de Ramón Rojas Chávez.

El cuento más breve de esta selección se titula: “Amanda. La maestría” de Erika

Elizabeth Sánchez Benavides, quien posee un estilo peculiar. Desde las

primeras líneas atrapa al lector: “Ya se había imaginado allí desde que despertó

sobresaltada de ese sueño”. Inicio muy parecido al cuento de Kafka: “Cuando

Gregorio Smasa se despertó una noche de un sueño intranquilo, se encontró en

su cama convertido en un monstruoso insecto”. Desde esta perspectiva,

encontramos relaciones intertextuales en diversos cuentos, tal como el pastiche

de Yair A.C: “Los habitantes de Tlayolan somos realistas...”. O véase la relación

entre “El guardagujas” de Arreola y “Designio” de Marianela Puebla.

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Es preciso mencionar que varios de los escritores de esta antología han

recibido reconocimientos en diversos ámbitos. Para muestra: en los Juegos

Florales de Zapotlán destacan Ramón Rojas Chávez (segundo lugar en 1986),

Marianela Puebla (1995), Hiram Ruvalcaba (2011), Lizeth Sevilla (2012),

Ricardo Sigala (2013), Alejandro Von Duben (2014), Emmanuel Rocha (2016)

y Alan Arenas (2017). Con esto queremos decir que el taller literario es un taller

continuo donde los textos han alcanzado su propio estilo y autenticidad.

En la antología Indicios se registra un poema ganador de los Juegos Florales

de Zapotlán: “Abxalom” (2010) de Damián Covarrubias, médico de profesión y

asiduo del taller literario de Casa de la Cultura de 2006 al 2010.

En la Gaceta del CUSUR se halla un artículo del maestro Sigala titulado “2021,

un fructífero año literario” donde reflexiona sobre la tradición y la innovación:

El Taller Literario de la Casa de la Cultura se fundó en 1995 y desde entonces ha trabajado


de manera interrumpida. En sus 26 años de existencia ha visto pasar a varias generaciones
de personas de todas las edades que tienen interés en el mundo de la literatura,
especialmente como lectores y como aprendices de escritores, aunque también tienen
cabida los promotores de la lectura y los gestores culturales. En este tiempo el taller ha
hecho una ardua labor de promoción de la cultura del libro y de la lectura, y además ha
contribuido a la formación de algunos de los escritores que hoy en día protagonizan la
actual literatura de nuestra región. Por ejemplo, este 2021 varios autores que hace tiempo
pasaron por el Taller publicaron libros: Julio César Aguilar, Alejandro Moreno Merino y
Teresa Gómez Cervantes, en tanto que Marianela Puebla tuvo una Mención honrosa en
los Premios Senama 2021 que se realizan Valparaíso en Chile.

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Creemos que estos indicios son la prueba y la evidencia de la nueva literatura

en el sur de Jalisco que, aparte de dejar una huella, marca o señal para futuras

investigaciones, sugiere nuevas pesquisas para otros detectives de bajos fondos.

Estos indicios señalan la ruta de nuevas generaciones que apenas dejan rastros

de su obra y nos aporta un sendero abierto a la crítica literaria. Los indicios,

además de tener una función informativa la mayoría de las veces, también

añaden un significado más. Mientras que con los informantes solo obtenemos

un matiz, con el indicio obtenemos más de uno. Los indicios necesitan ser

desentrañados para ser comprendidos del todo, de otro modo pueden quedarse

simplemente como informantes en la mente del lector. Digamos que los indicios

siempre van a tener una doble lectura: literal y simbólica.

Desde un enfoque hermenéutico, consideramos que estos atisbos de la

literatura actual del sur de Jalisco se pueden ampliar a otros géneros como el

ensayo, la crónica, el reportaje y la crítica literaria que se hace en esta región del

Occidente: “donde cada prosa, cada poema es el instante de luz, el momento

lumínico que a cada autor le fue concedido. La aristía más hazañosa de sus horas

y sus días. En tiempo sin tiempo, cuando pudo oír la voz del otro detrás de la

zarza ardiente”.

Carlos Axel Flores Valdovinos


Zapotlán El Grande, Jalisco
1 de junio de 2022
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ANEXO

Ramón Rojas Chávez ganó en los juegos florales de la Revolución Mexicana en

Jiquilpan (1973), además de los Juegos Florales de Sahuayo (1978). Publicó

obras históricas y literarias como: Cuahteponahuastitlan. San Sebastián, Desde puertas

adentro. Folklores de Gómez Farías, Homenaje a Zapotlán, Romancerillo del Tepeyac,

Grajeas, Musa Kaleidoscópica, Está incluido en varias antologías como: Florilegio poético a

Zapotlán, Cartulario. Muestra de letras zapotlenses y en la Cristalina Superficie del silencio.

Muestra de los Juegos Florales de Zapotlán. Asistió al taller literario de la casa de la Cultura

de 1996 a 2004.

Teresa Gómez Cervantes ha publicado: Las palomas (2002), La humedad y el

polvo (2016), Insomnios (2016) y En la humedad del sueño (2017).

Destaca el estro poético de Julio César Aguilar, uno de los más connotados

escritores zapotlenses.

Cabe mostrar la trayectoria literaria de Hiram Ruvalcaba, quien ha ganado

los Juegos Florales Zapotlán el Grande 2011, los Juegos Florales Lagos de

Moreno 2016, el Premio Nacional de Narrativa Mariano Azuela 2016, el Premio

Nacional de Cuento Joven Comala 2018 y en 2020 del Premio Nacional de

Crónica Joven Ricardo Garibay, así como del Premio Nacional de Cuento José

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Alvarado. Ha publicado los libros de cuentos El espectador (2013), Me negarás tres

veces (2017), La noche sin nombre (2018), Padres sin hijos (2021) y su más reciente

obra: Los niños del agua.

Alejandro Von Duben ganó los Juegos Florales de Zapotlán (2014), el

concurso de cuento “Alfredo Velasco Cisneros” (2015), Premio Nacional de

Poesía “Francisco González León (2015), Premio de Poesía Infantil FOEM

(2017) y el Premio Nacional de Literatura para Niños y Niñas (2018). Publicó

obras como: Dar a luz (Serpiente de Papel, 2017), Los poemas de la noche insomne

Puertabierta, 2017) y 20 poemas para construir una casa (FOEM, 2018), entre otros

poemas en diversas revistas literarias.

Lizeth Sevilla ganó los Juegos Florales de Zapotlán en 2012, publicó obras

como: Crónicas pasajeras (Archivo Histórico de Zapotlán, 2006), Monólogo de una

mujer desnuda (Archivo Histórico de Zapotlán, 2010), Lamentos de altamar

(Puertabierta, 2014), Aviario (Ediciones El Viaje, 2019).

Alejandro Moreno Merino se halla antologado en la antología Confabulados

(2009), La Jirafa, cuento zapotlense contemporáneo (2012), y en el libro Homenaje a Juan

José Arreola (2008). Obra publicada: Requiem por un ángel (2012), Visiones del pasado

(Keli Ediciones, 2015), Archibaldo el monstruo y otras historias para contar, (2020).

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Por motivos de tiempo, no podemos agotar la lista de ganadores en concursos

tales como el concurso de cuento de San Gabriel “Un pueblo en la llanura” entre

los que destacan: Alan Arenas, Edgardo Aguilar y un segundo lugar para

Alejandra Alonso.

Para finalizar, quiero reconocer la trayectoria del maestro Ricardo Sigala,

quien funge como profesor de la Licenciatura en Letras Hispánicas del CUSur,

de la que fue fundador y primer coordinador. Además de publicar narrativa:

Periplos. Notas para un cuaderno de viajes y Paraíplos ha demostrado su maestría en

la investigación literaria con el rescate de la obra de Guillermo Jiménez, además

de ensayos como: Domar quimeras, Extraño oficio y Letra sur. Ejercicios de periodismo

cultural. Ha coordinado talleres literarios en diversas instituciones, entre los que

destaca el de la Casa de la Cultura de Ciudad Guzmán, desde 1995 motivo por

el cual se presenta este libro titulado: Indicios. Atisbos de Literatura Actual del Sur de

Jalisco.

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