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Edmund Husserl trata con atención y cuidado la relación paralela de sucesos noéticos y
noemáticos para alcanzar el nóema pleno y la plena nóesis. En el capítulo IV acerca de
“Las estructuras noético-noemáticas” se cuestiona acerca de una nueva modificación de la
creencia, de nivel superior, debido a su esencial referencia intencional: la afirmación y la
negación junto con sus correlatos noemáticos. En la afirmación se muestran la
confirmación, verificación, o acreditación. La afirmación subraya, confirma o asiente una
posición. Mientras que la negación se representa como la tachadura que cruza una
proposición, rechaza, suprime o niega, y eso es ya una toma de posición o una inclinación
que indica o señala una modalidad de ser. La conciencia es una conciencia posicional.
Husserl pone en evidencia que toda conciencia es conciencia de algo, toda percepción es
percepción de algo... Cabe mencionar que en el parágrafo &106:
Toda negación es negación de algo y este algo nos retrotrae a alguna modalidad de
creencia. Noéticamente, la negación es, pues, “modificación” de alguna “posición”
[Position]; esto no quiere decir de una afirmación, sino de una “posición” [Setzung] en
el sentido ampliado de cualquier modalidad de creencia. (Husserl, 2013, p. 338).
La negación se puede ver como una modificación noética de una posición: por ejemplo:
tachadura noemática. El entrecruce de esta posición es ya una proposición. Lo que se
modifica en la negación es una tesis, esto tiene aún el carácter tético, racional, actual o
potencial. La negación y la afirmación se dan en una conciencia posicional. Lo negado no
es una determinación de la reflexión. Todo lo que es negado es un objeto existente.
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Edmund Husserl advierte en el parágrafo &106 que en la “toma de posición” la
conciencia negadora se inclina hacia lo negado como tal, esto es, contra lo rechazado;
asimismo se presenta que en la afirmación existe una cierta orientación hacia lo que se
afirma, sostiene o asiente. En la transmutación de la conciencia simple de ser a la
conciencia negadora se modifica la proposición, concretamente, el nóema pleno.
Igualmente hay que dar cuenta una vez más de las circunstancias de que, a
consecuencia de la ensambladura de las intencionalidades, son posibles en cada caso
diversas direcciones de la mirada. Podemos vivir en la conciencia negadora, con otras
palabras, “ejecutar” la negación: la mirada del yo está entonces dirigida a lo que
experimenta la tachadura. Pero también podemos dirigir la mirada, en cuanto
captadora, a lo tachado en cuanto tal, a lo proveído de la raya: entonces se halla esto
ahí como un nuevo “objeto”, y se halla “existiendo” en el protomodo dóxico simple.
(Idem)
Intencionalidad noématica
La nóesis no da el método sino la forma del método posible. Cabe destacar la relación
entre la intencionalidad noética y noemática. La referencia de la nóesis al nóema no es la
misma que la referencia de la conciencia al objeto. Hay multiplicidad noética y unidad
noemática. Nóema nos refiere al núcleo pleno y sentido. El nóema tiene objetiva referencia
mediante el “sentido”. Aquí se atendió a lo “real” como correlato noématico de la certeza
de la percepción. Vimos que en alemán “realidad” puede decirse de dos maneras:
Wirklichkeit y Realität. La primera designa, en la terminología husserliana, todo lo que
efectivamente existe; lo cual se tradujo como “existencia efectiva”, lo efectivamente
existente en oposición a lo posible (a lo irreal, lo inexistente). La segunda designa el modo
de ser que corresponderá al mundo en actitud natural, lo cual se traduce como “realidad”, lo
real se opone a lo ideal. También se mencionaron dos términos en alemán: a) reell, que se
traduce en Ideas I como: real, ingrediente, y en Ideas II como: efectivo y se opone a lo
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ideal, b) ideell, si el “ingrediente” es lo que forma parte integrante de la conciencia,
“ideal” toma entonces un sentido muy cercano al de “intencional”.
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