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CSJ 1698/2019/RH1.

VICENTE ROBLES S.A.M.C.I.C.I.F C/ PROVINCIA DE RIO NEGRO s/


contencioso administrativo s/ apelación.

S u p r e m a C o r t e :

-I-
El Superior Tribunal de Justicia de la Provincia Rio
Negro confirmó el pronunciamiento dictado por la Cámara de
Apelaciones en lo Civil, Comercial y de Minería de la 3ª
Circunscripción judicial que, al hacer lugar a la excepción de
inhabilitación de instancia, había rechazado la demanda
promovida por Vicente Robles S.A.M.C.I.C.I.F. contra la
mencionada provincia con el fin de obtener, previa tasación del
Tribunal de Tasaciones de la Nación, el pago del precio de los
bienes objeto de la opción de compra que ejerció la demandada en
el marco del contrato de concesión para la construcción y
explotación de medios de elevación e instalaciones
complementarias para esquiadores en La Hoya del Cerro Catedral.
Para así decidir, el juez Barotto, cuyo voto conformó
la mayoría, indicó que la actora, con el fin de agotar la vía
administrativa previa, interpuso ante el Sr. Gobernador un
reclamo administrativo previo.
Sin embargo, sostuvo que la reclamación no era “una
posibilidad a seguir en estos autos”.
En primer lugar, explicó que ello era así ya que en el
momento en el que la empresa había optado por esa vía, el
reclamo no se encontraba regulado en la ley de procedimiento
local. En segundo término, agregó, tal omisión legislativa no
podía ser subsanada con la doctrina de ese tribunal expuesta en

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el precedente “Aguirre”, ya que no resultaba cumplido uno de los
requisitos allí establecidos, cual era la ausencia de un acto
administrativo.
En esta línea, indicó que en el presente caso habían
sido dictados diferentes actos que debieron ser impugnados en
sede administrativa.
Añadió que el objeto que se planteó en el reclamo
interpuesto por la empresa, “no difiere de la controversia que
viene de larga data y que se resume en la fijación de los
valores de los bienes por los cuales la provincia ejerció la
opción de compra”. Dicho conflicto, indicó, dio origen a un
proceso anterior al actual, que culminó con una sentencia del
superior tribunal local que rechazó la demanda por considerarla
prematura.
Indicó que el demandante, al iniciar un nuevo planteo
judicial, debió extremar los recaudos a fin de cumplir con los
requisitos previos que le habían sido anticipados en el anterior
juicio. Sin embargo, continuó relatando, optó por la vía
reclamativa que “resultaba de dudosa aplicación al caso de
autos”.
Por otro lado, arguyó que la discusión que la empresa
pretendía introducir, referida a que el Tribunal de Tasaciones
de la Nación era el único órgano competente para determinar la
valuación de los bienes, ya había sido decidida en sede
administrativa mediante la resolución de la Secretaría de
Turismo provincial (en adelante, ST) 343/2003.
En este punto explicó que, si bien Vicente Robles
S.A.M.C.I.C.I.F. había impugnado dicho acto mediante un recurso
de reconsideración y un pronto despacho, tales acciones quedaron

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desvirtuadas por el posterior envío de cartas documento “que van


en sentido contrario al planteado anteriormente”.
Por otro lado, convalidó la notificación ficta a la
sociedad, en los términos del art. 68 de la ley de procedimiento
local, de la resolución (ST) 759/04. Para ello refirió que el
pronunciamiento de la instancia anterior había realizado un
exhaustivo análisis de las circunstancias y los actos que
permitían tener acreditado que la actora conocía la existencia
de aquella resolución.
Asimismo, descartó el planteo del impugnante vinculado
a que la vía judicial quedó habilitada por el silencio de la
administración. En lo que a ello respecta, indicó que “sobre el
supuesto silencio de la administración la recurrente continúa
equivocadamente relacionándolo con la falta de resolución del
reclamo administrativo previo, es decir, en el contexto de la
vía reclamativa. Sin embargo, como se ha dicho precedentemente,
la vía a seguir en estos autos era la impugnativa, donde no
podía ocurrir la presunción de silencio de la administración
desde que no había una petición o recurso de la actora que
debiera ser resuelto en forma expresa por la administración”.
La jueza que votó en segundo lugar adhirió a los
fundamentos expuestos por su colega, y el tercer vocal también
adhirió a los fundamentos y a la solución del primer voto.
Agregó, en el mismo sentido que aquél, que no podían reeditarse
en este juicio cuestiones que ya habían sido resueltas en sede

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administrativa por la resolución 343/2003 Y ST 759/04 que habían
adquirido firmeza.
En relación con esta última disposición, indicó que la
empresa había tomado conocimiento de ella en el juicio anterior,
por lo que no podía escudarse en su falta de notificación.
Asimismo, y en línea con el primer voto, convalidó la
notificación ficta de esta resolución en los términos del art.
68 de la ley de procedimiento administrativo provincial, pues se
trataba de una forma prevista en el ordenamiento ritual.

-II-
Disconforme con esta decisión, la actora interpuso el
recurso extraordinario que fue denegado y dio origen a la
presente queja.
Afirma que el pronunciamiento apelado parte de una
premisa errónea ya que, según su postura, la resolución (ST)
759/04 no es un acto administrativo en tanto no tiene la aptitud
legal de crear, modificar o extinguir derechos, cambiando una
situación jurídica preexistente. En esta línea agrega que, si
bien dicha resolución aprobó la valuación del órgano local, lo
hizo al solo efecto de autorizar el desembolso de los fondos que
depositó en el primer juicio, pero que ello no implica
reemplazar al Tribunal de Tasaciones de la Nación, órgano que
debe realizar la tasación de los bienes. Por ello, agrega, nunca
le fue notificada.
En relación con la vía elegida, expone que en el
reclamo administrativo previo había indicado que si
eventualmente la autoridad administrativa entendía que aquél era
improcedente, aquéldebía ser considerado como una ampliación de

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fundamentos de los recursos oportunamente deducidos contra la


resolución (ST) 343/03 y como un recurso de reconsideración y
jerárquico en subsidio contra su similar 759/04.
Por otro lado, señala que no es posible concluir que en
el presente caso haya existido una notificación ficta de la
resolución (ST) 759/04, ya que el art. 68 de ley de
procedimiento administrativo local se refiere al supuesto de la
“citación inválida” y no a otro supuesto.
Asimismo, indica que resulta improcedente la tesitura
del fallo apelado referida a que habría consentido la actuación
de la Junta de Valuaciones, pues, según expone, rechazó
expresamente la valuación de esa Junta y recurrió el art. 5° de
la resolución 343/2003.
Finalmente, arguye que el pronunciamiento del superior
tribunal local es arbitrario porque incurrió en excesivo rigor
formal y se apartó de las constancias de la causa, lo que
descalifica a esa sentencia como acto jurisdiccional válido. En
este último punto, señala que el tribunal apelado omitió
considerar que, además de la vía reclamatoria, la actora instó
la vía recursiva.

-III-
En primer lugar, considero necesario efectuar una breve
reseña de los antecedentes que derivaron en el presente juicio.
En el año 1977, Vicente Robles S.A.M.C.I.C.I.F. suscribió con
Servicios de Parques Nacionales un contrato de concesión para

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construir y explotar los medios de elevación e instalaciones
complementarias para esquiadores en el sitio denominado “La
Hoya”, ubicado en el Cerro Catedral, dentro del Parque Nacional
Nahuel Huapi, que venció en el año 2003.
Mediante la ley 23.251, el Estado Nacional donó a la
Provincia de Río Negro las tierras asiento de la concesión. Por
su parte, el decreto 1557/86 transfirió a la demandada los
derechos y obligaciones emergentes del referido contrato, y ella
recibió los bienes y asumió la continuidad de la concesión.
Finalizado el contrato, Río Negro ejerció el derecho de
compra de las construcciones y mejoras existentes. Lo hizo
mediante la resolución 343/2013 dictada por el Secretario de
Turismo. Además, en del art. 5° de dicho acto, convocó a la
Junta de Valuaciones local a efectos de que, en el plazo de 10
días, fijara el valor de tasación de los medios de elevación
objeto del ejercicio de la opción.
Contra dicho acto, el día 9 de junio de 2003 Vicente
Robles dedujo un recurso de reconsideración en el que cuestionó
la procedencia del ejercicio de la compra que efectuó Río Negro.
Así, consideró que aquella disposición era nula de nulidad
absoluta, por las siguientes razones: i) resultar extemporánea,
por haber sido dictada fuera del término establecido en el
contrato; ii) no haberse consultado y oído a su parte en forma
previa a su dictado; iii) disponer una opción de compra parcial
que no se hallaba prevista en el contrato; iv) resultar
incongruente “en cuanto por un lado dispone hacer uso de la
opción de compra y por otro lado la utilización de los medios de
elevación en forma precaria pagándose por ello un precio que
deberá ser fijado por la junta de valuaciones ya que si los

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medios son comprados por la Provincia de Rio Negro no cabe


posibilidad de ser utilizados en forma precaria, pasarían a ser
propiedad de la provincia y no de la empresa por lo que no
habría que pagar ningún canon por uso precario”; v) el plazo de
20 días allí otorgado para el retiro de los bienes que no fueran
comprados resultaba irrazonable; y vi) no indicaba en forma
clara y precisa los bienes objeto de la operación.
Con posterioridad a ello, Vicente Robles envió al
Secretario de Estado de Turismo dos cartas documento. La primera
de ellas, de fecha 15 de julio de 2003, tuvo por objeto intimar
a la demandada al pago del precio de los bienes, en el plazo de
72 horas. Mediante la segunda de las misivas, de fecha 8 de
agosto de 2003, la actora señaló que “encontrándose ampliamente
vencido el plazo de 10 días establecido en el art. 5° de la
resolución 343/2003 del Secretario de Turismo para que la Junta
de Valuación establezca el valor de los bienes adquiridos y
proceda a su inmediato pago, sin perjuicio de los ajustes
posteriores que por derecho corresponda, intimamos a definir la
situación en el perentorio plazo de 48 horas …”.
En el año 2003, después del envío de esas misivas,
Vicente Robles demandó a la Provincia y Parques Nacionales ante
esa Corte, con el fin de obtener el pago de los bienes objeto de
la opción de compra.
Mientras se sustanciaba ese proceso, la Junta de
Valuaciones notificó a la empresa la valuación de los bienes a
la que había arribado, y la empresa la rechazó mediante la

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misiva del 22 de junio de 2004. Finalmente, la resolución 759/04
emanada de la Secretaría de Turismo local, aprobó: i) lo actuado
por la Junta de Valuaciones para hacer uso de la opción de
compra de los medios de elevación (art. 1°); y ii) el gasto del
erario provincial que incluía la valuación de los bienes y el
depósito de esa suma a la orden de la Corte Suprema en el
expediente mencionado en el párrafo anterior (art. 2° y 3°).
Con posterioridad a ello, V.E. declaró su incompetencia
y remitió la causa a la justicia local. Finalmente, el superior
tribunal provincial hizo lugar a la excepción de inhabilitación
de instancia deducida por la accionada y rechazó la demanda.
Ante ello, la sociedad retomó la vía administrativa,
interpuso un reclamo administrativo previo y, luego, promovió la
presente demanda, con el objeto de que, previa tasación por
parte del Tribunal de Tasaciones de la Nación, la demandada le
abonara el precio de los bienes afectados a la concesión y la
suma correspondiente como consecuencia del uso precario hecho
por la provincia.

-IV-
Una vez reseñadas las actuaciones, corresponde evaluar
la admisibilidad formal del recurso deducido.
Cabe recordar, en orden a verificar las condiciones
para habilitar la vía del art. 14 de la ley 48 que, en
principio, es ajeno a esta instancia el examen de decisiones que
resuelven cuestiones regidas por el derecho público local,
porque ellas son privativas de los tribunales provinciales, en
virtud del respeto debido a las atribuciones de las provincias
de darse sus propias instituciones y regirse por ellas (doctrina

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de Fallos: 305:112; 324:1721, 2672, entre otros), salvo cuando


medien supuestos de arbitrariedad.
También ha dicho el Tribunal que la doctrina de la
arbitrariedad es de carácter excepcional y no tiende a sustituir
a los jueces de la causa en cuestiones que les son privativas,
ni a corregir en tercera instancia fallos equivocados o que se
reputen tales, ya que sólo admite los supuestos de desaciertos y
omisiones de gravedad extrema, a causa de los cuales los
pronunciamientos no pueden adquirir validez jurisdiccional
(Fallos: 247:713; 330:4797 324:3421; 3494; 4123; 4321; 340:914).
Así, para descalificar una sentencia por causa de
arbitrariedad en el razonamiento legal se debe efectuar un
análisis de los defectos lógicos que justifican tan
excepcionalísima conclusión. En tal sentido, la arbitrariedad no
puede resultar de la sola disconformidad con la solución
adoptada, sino que requiere la constatación de un apartamiento
de los criterios mínimos de argumentación jurídica (Fallos:
247:713; 330:4797 y 340:914).
A la luz de tales principios de interpretación
hermenéutica en su concreta aplicación al sub lite, considero
que los agravios de la apelante no habilitan la apertura de esta
instancia de excepción, pues sólo controvierten la
interpretación que asignó el Superior Tribunal de Justicia a
diversas normas que integran el derecho público local, como son
las que rigen el procedimiento administrativo, y a la

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apreciación de los hechos y las pruebas rendidas en el
expediente.
Por otro lado, tampoco advierto un caso de
arbitrariedad que justifique la intervención de la Corte, pues
el pronunciamiento que se cuestiona, además de versar sobre una
cuestión propia del derecho provincial y procesal, cuenta con
suficientes fundamentos de igual carácter que lo ponen a salvo
de la tacha que se endilga.
Así lo pienso, en virtud de que no tiene entidad
suficiente para habilitar la instancia extraordinaria el agravio
referido a la arbitrariedad en la que habría incurrido el a quo
al considerar que la designación de la Junta de Valuaciones
provincial, como órgano encargado de realizar la tasación de los
bienes objeto de la opción de compra, se encontraba firme a
partir de lo resuelto en sede administrativa.
En efecto, para arribar a esa conclusión, el tribunal
recordó que la resolución ST 343/03, en su art. 5° encomendó
aquella función al mencionado organismo y destacó, en relación a
ello, que en los considerandos de la citada disposición se había
señalado que “a los efectos de definir el procedimiento a
aplicar en el ejercicio de la alternativa contractual
mencionada, conforme los términos del art. 33 del contrato de
concesión: ‘el valor de tasación que realice el Tribunal de
Tasaciones o el organismo que lo reemplace’, es atribución del
organismo competente a tal fin, en tanto la mención contractual
corresponde al organismo previsto en el art. de la ley nacional
21.499, articulo similar al 15 de la ley 1015, que remite a la
Junta de Valuaciones creada por el art. 138 (actual 129) del
Código Fiscal. En consecuencia dicha función administrativa

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(valuación o tasación de bienes objeto de compra por parte del


Estado será ejercida por la Junta de Valuaciones”.
A partir de ello, sostuvo que la Junta de Valuaciones
era el órgano designado para tasar los bienes, por lo que tal
cuestión no podía ser reeditada en sede judicial.
Si bien destacó que Vicente Robles dedujo contra la
resolución ST 343/2003 un recurso de reconsideración y pronto
despacho, consideró que, mediante las cartas documento que envió
al Secretario de Turismo los días 15 de julio de 2003 y 8 de
agosto de ese año, la empresa había reconocido que la Junta de
Valuaciones era la encargada de determinar el precio de los
bienes.
Así, señaló que en la primera de las misivas la empresa
intimó a la provincia al pago de los bienes objeto de la opción
de compra, mientras que, por la segunda, la sociedad, una vez
vencido el plazo estipulado en la resolución ST 343/2003 para
que la Junta de Valuaciones establezca el valor de los bienes y
se proceda a su pago, intimó a la demandada a definir tal
situación en 48 horas.
Sobre esta base concluyó que “la recurrente no solo no
cuestionó oportunamente el organismo encargado de la tasación
que hoy pretende desconocer, sino que por el contrario de las
presentes actuaciones se desprende que en el año 2003 la
recurrente reconoció que la Junta de Valuaciones Provincial era
la encargada de determinar el precio de los bienes en el
litigio”.

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A partir de lo expuesto, advierto, como adelanté
precedentemente, que la crítica formulada por el apelante con
sustento en que “había impugnado el art. 5° de la resolución 343
y que dicho recurso no había sido resuelto por la provincia”,
carece de entidad para desvirtuar lo resuelto por la corte
local.
En efecto, el tribunal provincial no soslayó ni omitió
la existencia del recurso de reconsideración que dedujo la
actora contra aquella disposición, sino que consideró que éste
había quedado desvirtuado por las misivas antes aludidas.
Así, y tal como he señalado, el a quo analizó el
contenido de las cartas documento y concluyó que Vicente Robles
reconoció la competencia del órgano local, argumento que no ha
sido rebatido por la empresa. A ello cabe agregar que, del
recurso de reconsideración aludido, tampoco se desprende que la
sociedad haya impugnado la designación de la Junta de
Valuaciones.
En mi opinión, tales fundamentos, basados en la
exégesis de normas de derecho público local -más allá de su
acierto o error- y en las constancias de la causa, bastan para
sustentar el pronunciamiento y excluir la aplicación de la
doctrina excepcional sobre arbitrariedad que justifique la
intervención de la Corte en una materia que, por su naturaleza,
es propia de los jueces provinciales (conf. Fallos: 319:1728;
326: 2156 y 330:4770, entre otros).
A la misma conclusión entiendo que cabe arribar
respecto de la crítica esgrimida por la sociedad referida a que
había refutado, en sede administrativa, la tasación de los
bienes realizada por el órgano provincial. Específicamente

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señaló “mi mandante rechazó expresamente la valuación de la


Junta de Valuaciones por Carta Documento del 22/06/2004”.
Tal argumento resulta insuficiente para fundar el
agravio, pues de los términos empleados por la propia recurrente
se desprende que mediante esa misiva únicamente procedió a
cuestionar el monto en el que ese órgano tasó los bienes, mas
ninguna manifestación ni queja efectuó en relación con la
designación de aquél, que fue, precisamente, el aspecto que el
tribunal provincial consideró resuelto en forma definitiva en
sede administrativa.
No cambia lo expuesto lo expresado en el remedio
extraordinario en el sentido de que “es harto evidente (que mi
mandante) viene rechazando y litigando en contra de la tesis
provincial de fijar por sí y ante sí el valor de los bienes que
decidió adquirir”.
Así lo creo, ya que se trata de una mera afirmación
genérica que omite precisar en forma adecuada y detallada
cuáles habrían sido las actuaciones presentadas en sede
administrativa a fin de cuestionar expresamente la competencia
de la Junta de Valuaciones, por lo que se trata de una
manifestación que no demuestra la arbitrariedad de lo decidido.
Por ello, a mi modo de ver, en lo que atañe a la
decisión del Superior Tribunal de Justicia de considerar firme
la designación de aquel organismo local, el recurrente no ha
demostrado un apartamiento de las reglas aplicables, la falta de

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fundamentación en los hechos conducentes o la irrazonabilidad de
las conclusiones (v. doctrina de Fallos: 303:509).
En definitiva, pienso que el pronunciamiento impugnado,
en los puntos aquí analizados, se sustenta en la apreciación de
las constancias de la causa y en la aplicación de normas de
derecho público local, razonablemente interpretadas, cuyo error
o acierto no corresponde juzgar a la Corte sin alterar su
cometido fundamental de tribunal de garantías constitucionales
(Fallos: 314:1687; 320:1717), máxime cuando no se advierte un
grosero apartamiento de la solución normativa prevista para el
caso o un defecto grave en su fundamentación (Fallos: 207:72;
301:1218; 303:386; 304:469).

-V-
En razón de los argumentos hasta aquí expuestos,
opino que corresponde rechazar esta presentación directa.
Buenos Aires, de julio de 2021.

MONTI Firmado
digitalmente
Laura por MONTI
Laura Mercedes
Merced Fecha:
2021.07.02
es 11:03:01 -03'00'

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