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En la lotería genética salió mejor parada la infanta Margarita, hermana del rey y una de las
famosas meninas de Velázquez, que se casó y tuvo hijos.
Hay un grado de incertidumbre inevitable en el estudio, debido a la imposibilidad de asegurar la
paternidad de los descendientes, pero Álvarez cree que es pequeño, dado el marco de la
realeza en la época. Ahora, los investigadores están ampliando el estudio a los Austrias
austríacos, que tienen todavía mayor consanguinidad. Un primer análisis indica que en los
Borbones es mucho menor.
De Carlos II se sabe con casi total seguridad que padeció el Síndrome de Klinefelter,
enfermedad genética que consiste en una alteración cromosómica expresada por un cariotipo
47/XXY, es decir, que tienen un cromosoma X supernumerario.
Con el fin de que aquel débil muchacho sobreviviera, fue alimentado por 14 amas de cría
distintas, que le amamantaron hasta la edad de 4 años, y no se continuó durante más tiempo
porque se consideraba “indecoroso” para un monarca (su padre falleció cuando Carlos contaba
4 años de edad). Sin embargo, no pudo sostenerse en pie hasta los 6 años de edad, debido
probablemente a un raquitismo por déficit de vitamina D, agravado también por la falta de luz
solar, puesto que prácticamente no se sacó al niño al exterior por temor a los enfriamientos. Se
sabe también que distintos padecimientos de origen infeccioso minaron la salud del pequeño
monarca: infecciones respiratorias de repetición, sarampión, varicela, rubeola y viruela.
Además, padeció epilepsia desde la infancia hasta los 15 años, que posteriormente recurrió al
final de su vida. Y, por último, no podemos olvidarnos de un evidente retraso intelectual: Carlos
II no aprendió a leer hasta la edad de 10 años y nunca supo escribir correctamente. Padecía
ataques de cólera desmesurados y tuvo adicción alimentaria al chocolate (chocoholismo).
“No tenía el cadáver ni una gota de sangre; el corazón apareció del tamaño de un grano de
pimienta; los pulmones, corroídos; los intestinos, putrefactos y gangrenados; un solo testículo,
negro como el carbón, y la cabeza llena de agua”.