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Instituto Teológico Internacional

Eventos del día del Señor

Maestro: Pastor César González Rodríguez


Alumna: Aurora González Turnbull

13 de enero de 2018

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LOS EVENTOS DEL DÍA DEL SEÑOR
El día del Señor es ese período prolongado de tiempo que comienza con el trato de Dios con Israel,
después del traslado, al principio del período de la tribulación, y que se extiende a través de la
segunda venida y la era milenaria hasta la creación de cielos nuevos y tierra nueva después del
milenio.
Es evidente que los eventos comprendidos en el día del Señor son en realidad trascendentales, y el
estudio de este periodo debe incluir el estudio de una gran parte de las Escrituras proféticas.
Debe incluir los EVENTOS PROFETIZADOS PARA EL PERIODO DE LA TRIBULACIÓN tales como:
1) LA CONFEDERACIÓN DE ESTADOS EN UN IMPERIO ROMANO
Dn 2 y 7
En el capítulo 2 del libro de Daniel se presenta una ni profecía que tendrá su cumplimiento al final
del mundo. Los primeros versículos (1-30) nos dan el contexto para conocer de dónde surge la
imagen de una gran estatua que da lugar a la profecía e interpretación que Daniel da al rey
Nabucodonosor.
Básicamente, Daniel le muestra su sueño al rey y luego se lo interpreta. Lo más relevante no es solo
el cumplimiento mediato de la profecía concerniente a los primeros cuatro reinos, ejemplificado a
través de la estatua, sino la profecía que se manifiesta en el versículo 45.
Los vv. 31 a 35 nos presentan el sueño del rey Nabucodonosor, y del 36 al 45, la interpretación.
Vemos cumplida la profecía de los primeros versículos (36-42), pero los vv. 44 y 45 nos muestran la
visión profética que se cumplirá hasta el reino milenial de Cristo. Los últimos versículos de este
capítulo son para ver el engrandecimiento de Daniel, quien nunca buscó reconocimiento ni honores
para él, solo para Dios.
Vamos a enfocarnos en los vv. 31 al 45 en los cuales se presenta el sueño y la interpretación. Puesto
que en el v. 38 dice “tú [Nabucodonosor] eres aquella cabeza de oro”, y en los vv.39 y 40 alude a
otros reinos: medo-persa, griego y, el cuarto, el romano.
Este pasaje de Daniel 2 tiene su paralelo en Daniel 7 versículos 4 al 7. Posteriormente en Daniel 7
hay un paralelo del versículo 8 en adelante con Apocalipsis; todo esto nos muestra que se trata de
pasajes escatológicos y no solo como algunos autores básicamente a milenaristas pretenden
interpretar al decir que estas profecías ya tuvieron su cumplimiento con la primera venida de nuestro
señor Jesucristo.
En Daniel 2.32 se menciona a la cabeza de la imagen que es de oro fino y más adelante en el
versículo 38 se le dice a Nabucodonosor que él es aquella cabeza de oro. Los siguientes versículos
que continúan con la interpretación explican que vendrán otros reinos inferiores al de él los cuales
históricamente se pueden identificar como el reino medo-persa. el griego y el romano.
Veamos ahora un poco del paralelismo que hay entre Daniel 2 y Daniel 7.
En Daniel 2.38, como ya dijimos, se identifica la cabeza de oro fino con el Imperio babilónico que
tuvo lugar del año 606 a.C. al 539 a.C. y en Daniel 7.4 se habla de un león con alas de águila que se
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ha identificado con Babilonia por sus conquistas rápidas y porque se han encontrado estatuas de
leones alados.
Los versículos 32 y 39 de Daniel 7 nos hablan del pecho y brazos de plata que están identificados
con el Imperio medo-persa del año 539 a.C. al 331 a.C.
En Daniel 7.5 se dice que el león, es decir, Babilonia, fue devorado por un oso por lo tanto este oso
representa al imperio medo-persa. El siguiente reino, mencionado también en Daniel 2 versículo 32
y 39, se dice que la estatua tiene vientre y muslos de bronce; esto corresponde al imperio griego del
año 331 a.C. al 146 a.C.
En Daniel 7.6 se identifica el leopardo como Grecia puesto que tiene cuatro alas de ave lo cual alude
a la rapidez con que Alejandro Magno conquistó el mundo civilizado en tan sólo 4 años. La última
parte del versículo 6 dice que esta bestia tenía cuatro cabezas y éstas se han entendido como las
cuatro partes del imperio griego, cuando éste se dividió y cada uno de los cuatro generales de
Alejandro Magno asumió una parte del poder.
Posteriormente, en Daniel 33 y 41 al 43 la estatua tiene piernas de hierro, sus pies son en parte de
hierro y en parte de barro cocido. Esto tiene su correspondencia en Daniel 7 versículos 23 y 24. Es
en este punto donde surgen las discrepancias de interpretación: hay quienes consideran a la cuarta
bestia como el Imperio de Alejandro Magno y sus 10 cuernos representarían a los reyes seleucidas,
mientras que la interpretación premilenarista dice que la cuarta bestia es el Imperio Romano Esta es
la postura que aquí presentamos.
En lo que respecta a los versículos de Daniel 7 podemos decir que la cuarta bestia no era una
potencia mundial que Daniel pudiera reconocer y esto quizás tenga que ver con lo que dice Daniel
2.43, que estos dedos que representarán a ciertas potencias se mezclarán por medio de alianzas
humanas pero no se unirán el uno con el otro.
Podemos reconocer que esta profecía no ha tenido lugar porque en Daniel 2.44 se establece que "el
Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido ni será el reino dejado a otro pueblo,
desmenuzará y consumirá a todos estos reinos pero él permanecerá para siempre". Esto se corrobora
en el pasaje paralelo que estamos viendo de Daniel 7.13-14 que dice: “he aquí con las nubes del
cielo vino uno como hijo de hombre que vino hasta el Anciano de días y le hicieron acercarse
delante de él y le fue dado dominio, gloria y reino para que todos los pueblos, naciones y lenguas le
sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”; es
decir qué estamos hablando del Rey de reyes y Señor de señores, quien definitivamente es nuestro
señor Jesucristo, el Cordero que vemos en Apocalipsis 17 a través de varios versículos, por ejemplo:
v. 16 habla de los 10 cuernos de la bestia que corresponden a los pies de Daniel 2.33.
Estos 10 cuernos son 10 reyes que cuando Juan escribe su Apocalipsis dice en el versículo 12 que
aún no han recibido reino y ellos, de acuerdo con Apocalipsis 14, pelearán contra el Cordero y el
cordero los vencerá porque él es Señor de señores y Rey de reyes. Esto alude entonces a esta “piedra
(que) fue cortada no con mano e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los
desmenuzó” (Dn 2.34). Lo que hizo esta piedra fue desmenuzar todos los reinos anteriores o dicho
de otra manera, el poder político de todos los tiempos antes de su segunda venida Solo para
confirmar que esta piedra es Jesucristo podemos ver en 1 Co 10.4b que “la roca es Cristo”.
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Para ahondar en lo que sucede con estos reinos, en el v. 35 dice: “Entonces fueron desmenuzados
también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del
verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la
imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra”. Lo que esto significa es que no quedará
nada de los poderes humanos, de sus reinos, de sus naciones, sino que la piedra, que es Jesús, llenará
toda la tierra.
Faltaría un aspecto más sobre este tema, el de identificar cuáles podrían ser estas 10 naciones que
corresponden a los 10 dedos de la estatua (Dn 2. 33, 41-43) y los 10 cuernos (Dn 7. 7, 23-24)1. Este
aspecto pertenece a la teología especulativa.
2) EL SURGIMIENTO DEL GOBERNANTE POLÍTICO DE ESE IMPERIO, QUIEN HACE UN PACTO
CON ISRAEL

Dn 9:27, Ap 13:1-10
Este pasaje acerca del gobernante político del imperio que estará conformado por las naciones que
ya vimos que salieron del Imperio Romano hará un pacto con Israel en Daniel 9.27, que comprende
la semana 70 de la profecía que se le dio acerca de cuándo sería restaurado Israel y, que para los
premilenaristas, corresponde al período de la tribulación.
En Daniel 9.26 se menciona que “el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el
santuario; y su fin será inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”. Aquí el
príncipe que ha de venir ya se ha identificado como el anticristo, así que en el versículo 27, cuando
se dice que “por otra semana confirmara el pacto con muchos” entendemos que será el anticristo el
gobernante de los postreros días quien logrará hacer un pacto con muchas naciones las cuales están
constituidas en una confederación.
La siguiente parte del versículo 27 dice que “a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la
ofrenda”. Posteriormente habrá muchedumbre de abominaciones y vendrá el desolador, luego
seguirá la consumación; es decir, el triunfo de nuestro señor Jesucristo, “y lo que está determinado
se derrame sobre el desolador” que de acuerdo con Apocalipsis 20.10 será llevarlo al lago de fuego.
Veamos ahora la relación de estos versículos con el pasaje de Apocalipsis 13.1-10. Aquí está
haciendo alusión a una bestia que si recordamos en Daniel 7 se comentó que será el representante
de un poder político de diez naciones, lo cual está en concordancia con Daniel 2 cuando hablaba de
un cuarto imperio representado por las piernas y los pies.
Pareciera curioso que la bestia que aquí se describe tiene algunas características de lo descrito en
Daniel 7, es decir, se habla de un leopardo, de un oso y de un león, luego menciona que el dragón
(Satanás) le dio su poder y su trono y grande autoridad. Esto es lo que nos lleva a concluir que se
trata del Anticristo pues, como sabemos, Satanás busca imitar a nuestro Señor, como lo dice Isaías
14.14b: "seré semejante al Altísimo".
De esta forma el dragón, que es Satanás, le da poder y trono al anticristo, y como en el versículo de
Apocalipsis 13.3 dice que su herida mortal fue sanada, la gente se maravillará con esto y adorarán a

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El tema de la bestia es muy amplio y no corresponde a esta parte, por lo cual no profundizamos en él.
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la bestia, cosa que no hicieron con nuestro señor Jesucristo a pesar de la multitud de señales que
hizo cuando estuvo en la tierra. Aunque en el versículo 5 nos dice que “hablaba grandes cosas”
también se menciona que se trata de blasfemias y a la gente le parecerá adecuado por no conocer la
Santa Palabra.
Hasta aquí llevamos la mitad de la semana 70 de la cual Daniel 9.27 nos dice que a la mitad se hará
cesar el sacrificio y la ofrenda. Al respecto JFB menciona que es distinto quitar temporalmente el
continuo sacrificio como lo hizo Antíoco. Este es el momento del que nos habla Mateo 24.15 que
dice: “cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el
que lee, entienda)”.
Entonces tenemos que al inicio de la semana se hará un pacto con muchos, este pacto lo hará la
bestia de Apocalipsis 13.1, en la cual se representa el poder político del imperio descrito en el punto
anterior; después Daniel 9.27 agrega que a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la
ofrenda, esto nos lleva a suponer que en algún momento a partir de ahora y hasta que estos eventos
ocurran se habrá construido nuevamente el templo de Jerusalén donde se hará sacrificio y ofrenda Y
seguramente esto estará avalado en ese pacto que se hará con muchos, que será un pacto de paz.
3) LA FORMULACIÓN DE UN FALSO SISTEMA RELIGIOSO BAJO LA DIRECCIÓN DEL FALSO
PROFETA
Ap 13:11-18
En los primeros versículos de Apocalipsis 13 (1-10) se nos habla de la bestia que sale del mar. Esta
bestia está identificada como el anticristo a quién se le da autoridad; sabemos que toda autoridad
viene de Dios.
Así continuamos con Apocalipsis 13.11-18 donde se habla de otra bestia. En el versículo 11 se
indica que esta bestia sube de o desde la tierra. Se confirma por un lado que es una bestia distinta a
la anterior dado que dice “otra” y que ésta surge de la tierra, lo cual se interpreta como un poder
religioso, ya que de alguna manera está imitando a Cristo porque en la segunda parte del versículo
11 menciona que “tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero”.
En Apocalipsis, cuando se habla del cordero sabemos que se trata de nuestro señor Jesucristo y esta
otra bestia tiene dos cuernos que son semejantes, es decir que imita. La última parte del versículo
dice “pero hablaba como dragón”; al decir que hablaba como dragón se confirma que no se trata del
cordero y qué habla con palabras de Satanás porque el dragón es Satanás 2. Se entiende que esta
bestia es el falso profeta por lo que dice en el versículo 12, que “ejerce toda la autoridad de la
primera bestia en presencia de ella y hace que los moradores de la tierra adoren a la primera bestia”,
es decir esta segunda bestia es vocero de la primera.
Esto que hace distinto a este ser del Cordero verdadero es que como imitación tiene dos cuernos
mientras que el cordero inmolado tiene 7, como se señala en Apocalipsis 5.6.
Ambas bestias proceden de abajo: una del mar y otra de la tierra a diferencia del Cordero verdadero,
Jesucristo, que viene de arriba, de con el padre (Juan 3.13). Esta segunda bestia con las grandes
señales que hará (v. 13) motivará que los moradores de la tierra sean engañados. Entre las señales

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Como lo dice textual y claramente Apocalipsis 12.9.
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están hacer descender fuego del cielo; esto es una imitación de lo que hizo Elías y también hará que
se erija una imagen a la bestia para ser adorada. El poder de esta segunda bestia llegará al extremo,
como dice el versículo 15, que infundirá “aliento a la imagen de la bestia”, con lo cual tendrá el
poder de hablar y matar a todo el que no la adore.
Los versículos 16 y 17 nos hablan de quiénes eran estos adoradores: obviamente incrédulos que
nunca reconocieron al Señor Jesucristo, que serán “pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y
esclavos”; a todos ellos “se les pondrá una marca ya sea en la mano derecha, o en la frente”, sin la
cual no podrán comprar ni vender. En este mismo versículo 17 se dice que dicha marca será el
nombre de la bestia o el número de su nombre el cual de acuerdo con el versículo 18 “es número de
hombre y su número es seiscientos sesenta y seis.
Con esto se confirma el falso sistema religioso en el cual Satanás pretende ser igual a Cristo, y la
bestia cumple la función de un espíritu impuro, en imitación al Espíritu Santo.

4) EL DERRAMAMIENTO DE LOS JUICIOS INDICADOS EN LOS SELLOS


Ap 6
En Apocalipsis 6 empieza el primero de tres juicios de Dios, cada uno de ellos en siete partes. En
este capítulo tenemos los juicios indicados de los sellos; en el capítulo 8 el 11 tenemos los juicios de
las trompetas y finalmente en apocalipsis 16 se nos presenta el derramamiento de los juicios de las
copas.
Empecemos por entender qué ocurre con este juicio de los sellos. En el versículo 1 se muestra que
quien abre los sellos es el Cordero (Ap 5.5 "el león de la tribu de Judá") y esto es relevante porque
cuando empezamos a ver los primeros cuatro sellos, en los cuales se presentan cuatro jinetes, hay
quienes confunden al primer jinete, el del caballo blanco con Jesucristo. Esto no es posible dado que
es él quien abre los sellos.
El primer sello muestra un caballo blanco lo cual representa paz, sin embargo en el contexto
completo sabemos que es una paz falsa o parcial; además lleva un arco sin flechas, esto simboliza un
pacto y al jinete que lo monta “le fue dada una corona”, esta corona no es de oro; sabemos que
nuestro señor Jesucristo tiene la corona de oro por haber vencido a la muerte, es decir, que nadie se
la da. Podemos asumir por lo tanto que se trata del anticristo como imitador de Cristo.
En el segundo sello (vv. 3-4) aparece un caballo bermejo y esto representa sangre, lo cual nos lleva a
entender que habrá guerras porque además específica que tendrá poder de quitar la paz de la tierra, y
más aún que se maten unos a otros, y cuando menciona la espada se puede pensar que se trata de
muertes violentas. Esto no debe sorprendernos porque ya en Mateo 24 se nos había dicho que sería
principio de dolores y así lo estamos viendo: violencia generalizada, masacres, asesinatos colectivos,
entre otras situaciones. Habla de guerras, quién lo monta no es autónomo no es poderoso por sí
mismo sino que le fue dado poder.
El tercer sello (vv. 5-6) trata sobre un caballo negro que representa las pestes y el hambruna puesto
que el precio del alimento será sumamente exagerado. Los versículos 7 y 8 muestran el cuarto sello
con un caballo amarillo, implica descomposición, es decir muerte y se añade claramente que se le

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ha dado “potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con
mortandad, y con las fieras de la tierra”, es decir que los cuatro primeros sellos de donde surgen
cuatro jinetes representan destrucción como una forma de los juicios de la ira de Dios.
Posteriormente tenemos el quinto sello en los versículos 9 al 11. Aquí se trata de la tribulación de
los santos, es decir la matanza de judíos pues como estamos en la época de la tribulación sabemos
que habrá convertidos como cuando vino nuestro Señor Jesucristo la primera vez a proclamar el
Evangelio. Estos serán judíos, como sucedió con los primeros discípulos, quienes siguieron a Jesús
sin importar las circunstancias ni las amenazas. En este punto se ha entendido que estos mártires
claman a gran voz al Señor pidiendo justicia por su muerte, sin embargo se les dice que deben
esperar un poco más de tiempo hasta que se cumpla el número de los redimidos. Vemos que estos
mártires tienen vestiduras blancas que representan santidad la cual obtienen al haber creído en Cristo
Jesús.
Con la apertura del sexto sello se observa una gran catástrofe como nunca ha ocurrido pues habla de
un gran terremoto, pero no llega solo sino que además el sol se pone negro y la luna se vuelve como
sangre y las estrellas del cielo caen. Vemos pues que no se trata de acontecimientos relacionados
con la actividad humana sino que es Dios mismo quién interviene para iniciar su actividad de lo que
continuará ocurriendo en los juicios de las trompetas y las copas. Aunque podemos pensar que
hemos presenciado catástrofes similares nunca han sido de la magnitud de estas que se presentan en
Apocalipsis y mucho menos simultáneas. Lo que se relata a continuación (v. 14) sabemos que nunca
ha ocurrido porque el cielo se desvanecerá como un pergamino, incluso imaginar esta situación es
difícil; además todo monte y toda isla se va a remover de su lugar. En este versículo no es necesario
hacer ningún tipo de interpretación excepto la literal porque lo que se nos dice es muy claro
textualmente aunque muy difícil de visualizar. Podemos entender la literalidad de estos sucesos
dado que sabemos que habrá cielos nuevos y nueva tierra así que aquí vemos cómo lo existente se
extingue.
Estos sucesos dan pie a los últimos dos versículos en los cuales la gente, inconversa, se esconderá e
incluso querrá ser aplastada por los montes y las peñas al reconocer que se trata de la ira del
Cordero. El clamor de este grupo es diferente al de los mártires que es encuentran bajo el altar.
El séptimo sello se presenta en apocalipsis 8.1 después del cual hay un silencio como de media hora
seguramente de perplejidad ante lo que ocurre. Este sello contiene el siguiente grupo de juicios: el
de la trompetas y, como veremos posteriormente, la séptima trompeta le da inicio a las 7 copas.

5) LA SEPARACIÓN DE LOS 144000 TESTIGOS


Ap 7
Ya mencionamos que entre el sexto y séptimo sello hay un silencio como de media hora; si además
entendemos que los eventos del Apocalipsis tienen un orden cronológico nos damos cuenta de que
antes de la apertura del último sello con el cual se presentan los juicios de las 7 trompetas hay un
acontecimiento sumamente relevante que consiste en la separación de los 144,000 sellados.
Apocalipsis 7.3 nos introducen a estos 144,000.

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En el versículo 1 se mencionan cuatro ángeles que están sobre los cuatro ángulos de la tierra y
detienen los cuatro vientos, es decir que después del gran terremoto es probable que haya un tiempo
de tranquilidad que puede corresponder a la media hora que se presenta en apocalipsis 8.1 para dar
lugar a que se sellen a los siervos de Dios.
Estos, junto con los convertidos que se encuentran en el cielo que se describen en este mismo
capítulo (vv. 9-17) son los que podrán sostenerse en pie en el día de la ira (porque en apocalipsis 6
17 dice: "el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?"). Lo que trasciende de
ellos son sus características y sus funciones. En Apocalipsis 7.3 dice que serán sellados los siervos
de Dios y en el versículo 4 nos dice que son 144,000 de todas las tribus de los hijos de Israel. Los
versículos 5 a 8 nos presentan los 12000 de cada una de las 12 tribus.
Ya vimos que estos 144,000: son judíos y han sido sellados. En Apocalipsis 14.1 se nos dice que
tienen el nombre del Cordero y del Padre escrito en la frente; cantan un cántico nuevo; fueron
redimidos de entre la tierra; no se contaminaron con mujeres pues son vírgenes; siguen al Cordero
por donde quiera que va; y serán los redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y
para el Cordero; en su boca no sé hallará mentira, y estarán sin mancha delante del trono de Dios.
De ellos está escrito en Sof 3.13: “El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en
boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá
quien los atemorice”.

6) LOS JUICIOS DE LAS TROMPETAS


Ap 8-11 (12-13; 9.1-21; 10.7; 11.15)
La apertura del séptimo sello da paso a la segunda serie de juicios del Señor, el de las trompetas. En
esta visión se muestra cómo la ira de Dios va en aumento por la rebeldía de los pobladores de la
tierra, y así como en el juicio de los sellos se destruye la cuarta parte de la tierra, en esta etapa se
destruirá una tercera parte de ella. Al finalizar los sellos queda el 75 %, al eliminar una tercera parte
(del 75%) quedará solo la mitad de la población para sufrir las consecuencias de la ira de Dios en el
derramamiento de las copas.
Al abrirse el séptimo sello “se hizo silencio en cielo como por media hora” (Ap 8.1), lo cual es un
aviso a los moradores de la tierra de que viene el día de Jehová (Jl 2.1, Sof 1.7, Zac 2.13): “Día de
ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de
oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades
fortificadas y sobre las altas torres”, día en el cual, dice Dios: “atribularé a los hombres y andarán
como ciegos porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo y su
carne como estiércol” (Sof 1.15-17). Es decir, tanto el silencio como las trompetas estaban ya
anunciadas para la llegada de este día de gran tribulación.
Pasado el silencio, Juan ve a siete ángeles a quienes se les dan siete trompetas. Cada ángel tendrá a
su cargo una. Aparte, hay otro ángel “ante el altar, con un incensario de oro” (Ap 8.3). Este incienso
se añade a las oraciones de los santos que anteriormente clamaban al Señor: “¿Hasta cuándo, Señor,
santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Ap 6.10). El
humo del incienso subió a la presencia de Dios con las oraciones de los santos y, luego, el ángel lo
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llenó del fuego del altar para arrojarlo a la tierra, esto provocó truenos, voces, relámpagos y un
terremoto, como anticipación a más horrores; y es el momento para que cada uno de los siete
ángeles que tienen cada una de las siete trompetas, las toquen en el orden establecido (Ap 8.4-6).
La trompeta “(del griego sálpinx), se usaba en la guerra (1 Co 14:8); se lo menciona en relación con
la 2ª venida de Cristo (Mt 24:31) y la resurrección de los muertos (1 Co 15:52)” y en Núm 10.9 “Y
cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con
las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos”.
Ahora, en Apocalipsis, este sonido viene para derramar juicio sobre la humanidad, que solo afectará
a una parte porque todavía hay más cosas por venir. Lo que provoca el toquido de cada una se
asemeja a las plagas de Egipto, que ahora vemos como presagio de lo que ha de venir para acabar
con los enemigos de Dios y salvar a su pueblo.
MacArthur comenta que “cuando ocurran estos juicios de trompetas, el tiempo para la misericordia
habrá pasado; el altar de misericordia se convertirá en altar de juicio”. (2010, “La liberación…”,
párr.6).
Ap 8-7-12 nos presentan las primeras cuatro trompetas que destruyen la naturaleza:
 La primera trompeta: acarrea granizo y fuego mezclados con sangre: se quema la tercera
parte de los árboles y de la hierba verde (comp. Ex 9.23-25).
 La segunda trompeta: se precipita al mar “como” una gran montaña ardiendo en fuego” que
convierte una tercera parte del mar en sangre y mueren la tercera parte de los seres vivientes
que estaban en el mar (incluye a los hombres), así como las naves (comp. Ex 7.17-21). Aquí
se trata de muerte de seres vivos.
 La tercera trompeta provoca que caiga una gran estrella que arde como antorcha y acaba con
la tercera parte de los ríos y las fuentes de las aguas. La estrella se llama Ajenjo (que
significa amargo) y la tercera parte de las aguas se convierte en ajenjo, con lo cual mueren
muchos hombres (comp. Jer 9.15; 23.15). Aquí mueren a causa del envenenamiento de las
aguas.
 La cuarta trompeta: hiere la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas, con lo cual se
oscurece la tercera parte de ellos y deja de haber luz en la tercera parte del día y de la noche.
Si realmente nos podemos imaginar esto, será terrorífico, más aún después de haber
escuchado las tres trompetas anteriores (comp. Ex 10.21-23). Gracias a Dios que nos librará
de la ira venidera (1 Ts 1.10b).
Aquí nuevamente hay un interludio en el cual un ángel dice a gran voz “¡Ay, ay, ay, de los que
moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!”
(Ap 8.13), es decir que las siguientes trompetas serán peores.
Las quinta y sexta trompeta se describen en varios versículos cada una, tanto para dar una mejor
imagen del tipo de catástrofe como para describir los seres aterradores que participarán en ellas para
la destrucción.
 La quinta trompeta: cae una estrella del cielo y se le da la llave del pozo del abismo; sale
humo, se oscurece el sol y el aire por el humo del pozo; salen langostas (Ex 10.12-15)
demoníacas que tiene poder de escorpiones, los cuales reciben la orden de no dañar la hierba
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ni cosa verde, no árboles sino solamente “a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en
sus frentes”. Se trata de dañarlos, no de destruirlos: “que los atormentasen cinco meses; y su
tormento era como de tormento de escorpión”, por lo cual “los hombres buscarán la muerte”,
lo cual no van a conseguir (Ap 9.2-6). A continuación, en los vv. 7-10 se describen estos
seres infernales, con características humanas y animales, así como elementos ornamentales
y/o bélicos, tales como coronas, cabello de mujer, corazas de hierro, por lo cual no podemos
siquiera imaginarlos. Son seres que no existen actualmente y que asombrarán con terror a
quienes los vean. En el v. 11 se aclara que “tienen por rey… al ángel del abismo, cuyo
nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión”. Estos nombres significan “destructor”.
Es interesante que el mismo Juan anote los nombres en los idiomas en que se escribió la
mayor parte de la Escritura, es decir que quienes tenían acceso desde un principio a este
libro, podrían haber entendido el mensaje.
El v. 13 es un aviso de que ha concluido el primer “ay”, pero faltan dos más. Esto significa mayores
tormentos.
 La sexta trompeta se presenta en Ap 9.13-21; corresponde al segundo “ay”. El ángel que
tiene la sexta trompeta debe desatar a cuatro ángeles que están atados junto al río Éufrates,
los cuales “estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte
de los hombres”. Estos cuatro ángeles “atados” deben ser demonios pues no están en
libertad, sino hasta que Dios lo indica para llevar a cabo sus juicios. MacArthur considera
que cada uno de estos demonios puede ser el que dirigió a cada uno de los cuatro imperios
que vio Daniel: Babilonia, Medo Persia, Gracia y Roma. De ahí se puede comprender el v.
16 que menciona “el número de los ejércitos de los jinetes [que] era doscientos millones”.
Aquí sería necesario hacer un estudio más minucioso para comprender cuáles son las
naciones que ahora conforman los territorios de dichos imperios. Lo que sí sabemos es que
atacarán a Israel, pues se entiende por todo el contexto del libro.
Nuevamente, en los vv. 17-20 describe a estos ejércitos: jinetes y caballos, sin embargo es
difícil imaginar a dichos seres, entes o instrumentos de destrucción.
Lamentablemente, a pesar de todo este horror, los hombres que no fueron destruidos no se
arrepintieron de adorar a sus ídolos Ap 13.14-15 (la imagen de la bestia), Ap 19.20. Juan ya lo había
advertido en su evangelio (12.37-40): cegó sus ojos y endureció sus corazones. Así vemos que en
Ap 9.20-21 se reitera que no dejaron sus abominaciones, entre ellas, la adoración “a los demonios, y
a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera”, esto incluirá la adoración de la
bestia y su imagen.
 Finalmente, la séptima trompeta se presenta en Ap 11.15-19. Hay un lapso entre Ap 9.21 y
11.15, en el cual (Ap 10.7) se anuncia que cuando el ángel de la séptima trompeta empiece a
tocarla “el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció por sus siervos y profetas”.
Aquí solo se anuncia el toque, pero los juicios que trae se encuentran en Ap 15.
El primer acontecimiento después del toque hay voces de gozo y alabanza por la
consumación del plan de Dios acerca de su reino; el tiempo de juicio para los muertos y
galardón a los siervos; destruir a quienes han destruido la tierra. El v. 19 sintetiza el plan de
Dios para los santos: la comunión con Él y condenación para los incrédulos.
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La séptima trompeta da lugar al juicio de las siete copas, aunque en el manuscrito haya un intervalo
en que se muestran otros acontecimientos de este periodo de tribulación.

7) EL SURGIMIENTO DE LOS TESTIGOS DE DIOS


Ap 11
En Zacarías 4.3, 12 se cita a los dos olivos y los dos candelabros que son identificados como Josué y
Zerubabel. Aunque un estudio profundo del tema nos lleva a la teología especulativa, ya que no hay
una identificación bíblica exacta acerca de quiénes serán estos dos testigos, sí podemos saber que se
trata de dos personas (a diferencia de las interpretaciones alegóricas que los señalan como, por
ejemplo, Israel y la iglesia o el Antiguo y Nuevo Testamento).
Lo más relevante en relación a estos dos testigos es su misión y en qué momento surgirán, ya que
también hay quienes dicen que estarán presentes durante la primera mitad de la tribulación y los que
consideran su aperción a partir de la segunda mitad. Al respecto, considero más probable que se
trate de la primera por lo siguiente:
Estarán testificando del evangelio durante 1260 días. Este es un número exacto. Si ellos inician su
ministerio en el momento en que empieza la tribulación (la firma del tratado de paz) se podrán
contar estos días con exactitud, que son la mitad de siete años (que durará la tribulación). Sin
embargo, si ellos iniciaran a la mitad de este periodo, no tendríamos la seguridad de que fueran los
1260 días exactamente dado que en la Palabra se nos dice que “si no fuesen acortados esos días,
nadie podría ser salvo” (Mt 24.22), lo cual nos permite entender que los siete años no son “exactos”,
como sí lo son los 1260 días; además, dice claramente que el día y la hora en la que viene el Señor,
solo el Padre la conoce.
En cuanto a su misión: predicar el evangelio para la conversión, principalmente, del pueblo de Dios,
Israel. El hecho de que se les permita hacer obras como las que hicieron Moisés y Elías,
seguramente es para que puedan ser reconocidos e identificados por el pueblo. De tal manera que el
remanente de Israel podrá recibir ánimo y consuelo de ellos.
Al mencionar que son los dos olivos, se relaciona con la función de proveer el aceite, que es símbolo
del Espíritu Santo, es decir que a través de su predicación será derramado sobre los que crean a la
Palabra que ellos estarán enseñando.
Estos ungidos están delante del Dios de la tierra, es decir que son creyentes, con una unción especial
para esta obra que se les ha encomendado.
Estos acontecimientos tendrán lugar en Jerusalén, donde se estará efectuando toda la obra satánica
de los últimos tiempos, de la tribulación. También se le identifica como Babilonia debido a la
apostasía que tendrá lugar ahí, por eso mismo también se le dice “en sentido espiritual”, Sodoma y
Egipto, la primera representando la inmoralidad y la segunda el poder económico.
Una vez que los testigos sean muertos, no se permitirá que sean enterrados; esto seguramente se
deberá no solo al fanatismo de la gente sino como una forma de burlarse y menospreciar a estos
individuos que les “echaron en cara” su propios pecados, los cuales la gente no quiere reconocer,

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como ya vemos las primicias en nuestros días, cuando a “lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo (Is
5.20).
Posteriormente vendrá el gran milagro de que sean resucitados y levantados. Esta será una señal más
de su veracidad y del poder absoluto de Dios sobre el poder limitado de Satanás, quien, a su vez,
procurará imitar esta acción cuando el faso profeta “levante” al anticristo (Ap 13.12: “cuya herida
mortal fue sanada”), que algunos interpretan que estaba muerto y fue resucitado, pero aunque no sea
así, lo parecerá, la gente creerá que ha sido un milagro de resurrección.
En este pasaje, al ser levantados los dos testigos, se menciona un gran terremoto. Esto nos remite a
los terremotos ocurridos tanto en la muerte como en la resurrección de NSJ. De alguna manera, será
una confirmación más de que son enviados de Dios.

8) LA PERSECUCIÓN DE ISRAEL
Ap 12
El capítulo 12 de Apocalipsis ha tenido muchas más interpretaciones puesto que a la mujer se le ha
identificado con la iglesia, con la Virgen María y con Israel, entre otros.
Para dilucidar de qué se trata, veamos el contexto: Apocalipsis 1-3 está dirigido a la iglesia de
Cristo, pero a partir del capítulo 4 Juan describe “las cosas que han de ser después de éstas” (Ap
1.19). Por lo tanto, lo que sucede en el capítulo 12 pertenece al futuro. Más aún, el capítulo 11 trata
sobre los dos testigos y la séptima trompeta (v. supra), y el capítulo 13 introduce a las dos bestias
(anticristo y falso profeta), por lo cual la visión de la mujer y el dragón pertenece también a esta
etapa del plan del Señor y nos ubica en la tribulación, tiempo en el que el pueblo de Dios (Israel)
será perseguido por el dragón, Satanás.
Este episodio tiene lugar cuando (Ap 11.15b) “los reinos del mundo han venido a ser de nuestro
Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”, por lo que la persecución y huída de la
mujer (Israel) al desierto, donde será sustentada por “mil doscientos sesenta días” esto tiene lugar
durante la segunda mitad de la tribulación, pues los dos testigos ya cumplieron su misión. Además
se ve la protección de Dios para su pueblo: “huyó”, “tiene lugar preparado por Dios”, “para que allí
la sustenten” (v. 6).
Ahora bien, aunque el lenguaje de este pasaje es simbólico, la interpretación literal nos permite
identificar a la mujer como Israel con base en el v. 5, pues la mujer “dio a luz un hijo varón” en el
pasado; que “regirá con vara de hierro a todas las naciones” (Ap 11.15 ya mencionado, 19.15 y Sal
2.6-9: “Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú…los quebrantarás con vara de hierro”), y “el hijo fue
arrebatado par Dios y para su trono”, que ocurrió en la ascensión de Jesús.
A continuación, en el v. 7 se presenta una gran batalla entre Miguel y sus ángeles en contra del
dragón y sus ángeles, y en los vv. 8-9 se muestra la derrota de los ángeles de Satanás.
Posteriormente se menciona la victoria de Cristo y cómo Israel se volverá a él, será perseguido pero
sustentado por Dios durante “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”, es decir, la segunda

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mitad de la semana 70 de Daniel3, la gran tribulación. Esto nos muestra la protección de Dios hacia
su pueblo, culminando en el v. 16 cuando “la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y
trago el río que el dragón había echado de su boca”; esto enfurecerá a Satanás que irá tras “el resto
de la descendencia y de ella” (v. 17).
Mac Arthur lo expresa así: “Siendo a menudo instrumento del juicio de Dios, Satanás ha perseguido
al pueblo judío a lo largo de su historia. Él sabe que destruir a Israel haría imposible que Dios
cumpliera sus promesas al pueblo judío. Dios no le permitirá hacerlo, pero usará a Satanás para
castigar a Israel” (2010, La guerra, “La mujer”, párr. 8). Así, en los vv. 7-12 se presenta la guerra en
el cielo y en los vv. 13-17, en la tierra. Aunque ya en Ap 11.15 se confirma la victoria de Jesucristo,
esta tendrá lugar hasta la segunda venida, después del periodo de tribulación que aún está por venir.
A partir de este momento hay un acontecimiento nuevo: el surgimiento de las dos bestias (capítulo
13).

9) EL DERRAMAMIENTO DE LOS JUICIOS DE LAS COPAS


Ap 16
Con el derramamiento de las copas culminan los juicios de la ira de Dios que se ven a lo largo de
toda la Escritura, pues Dios desde el principio le dijo a su pueblo que lo siguiera y le fuera fiel.
Ahora, al final de los tiempos, el Señor cumplirá su pacto con Abraham, pero para ello debe
exterminar a todo aquél que no ha creído en su hijo Jesucristo. El juicio de las copas sigue al de los
sellos y las trompetas, cada vez son más terribles y, aunque hay algunas semejanzas con ellos, estos
son definitivos, ya no permiten el arrepentimiento y afectan directamente a la humanidad.
Al concluir las siete trompetas, cuando “hubo grandes voces en el cielo” para reconocer que Cristo
reinará, inician los juicios de las siete copas, que son anunciadas desde el cap. 15.5-8: “siete copas
de oro, llenas de la ira de Dios”. Es importante mencionar que las copas mencionadas aquí “son
platos con poca profundidad (por lo cual) se vaciarán de forma instantánea en lugar de ser
derramados con lentitud, de tal forma que ahogan a quienes rehúsen beber de la copa de la
salvación” (MacArthur, 2011, p.1868, nota a 15.7).
Al igual que las trompetas, cada copa está dirigida de manera específica a un sector de la creación.
 Con la primera copa aparecen úlceras malignas y dolorosas.
 La segunda copa produce la muerte de todo ser viviente en el mar. Como se mencionó, hay
similitud, en este caso, con la segunda trompeta, pero ahora es la destrucción de todo ser
viviente y no solo parte.
 Con la tercera copa se contaminan todos los ríos que se convierten en sangre; nuevamente, es
un juicio total, no parcial como lo fue en la tercera trompeta. Además, aquí Juan oye al
“ángel de las aguas” que reconoce la venganza final de nuestro Señor por la sangre
derramada de sus santos.

3
Con esto se confirma una vez más que esta batalla es contra Israel, no con la iglesia, y que tampoco tiene que ver con
interpretaciones alegóricas relacionadas con una religión.
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 La cuarta copa es derramada sobre el sol y los hombres son quemados con su fuego. Y los
hombres blasfemaron contra Dios; es decir, como ya se mencionó, estos juicios son totales y
no son para arrepentimiento, pues ya hubo tiempo de hacerlo anteriormente y no quisieron
escuchar.
Hasta aquí vemos los juicios para la humanidad, pero las siguientes copas van dirigidas a Satanás y
sus huestes.
 La quinta copa es derramada “sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y
mordían de dolor sus lenguas”. Podemos entender el trono de la bestia como su dominio,
todos los seres que la obedecen, tanto angelicales como aquellos hombres marcados por la
bestia; por lo cual siguen blasfemando pues ya no pueden arrepentirse.
 La sexta copa es derramada sobre el río Éufrates para secarlo, “para que estuviese preparado
el camino a los reyes de oriente”. Cuando esto ocurre, salen de la boca del dragón (Satanás),
de la bestia (el anticristo) y del falso profeta, tres espíritus inmundos. La apertura del
Éufrates y la convocación de las huestes demoníacas a los reyes de la tierra es para que los
ejércitos (descritos más adelante en la guerra del Armagedón) puedan llegar al lugar
preparado por Dios para vencerlos y poder así establecer su reino milenial.
 La séptima copa se derrama por el aire. Veamos cuáles son las consecuencias:
 “Salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está”. Esto
asemeja el “consumado es” (Jn 19.30) que Jesucristo dijo en la cruz; esto significaba
que vino como el cordero del mundo y con su muerte había pagado el pecado el
mundo; ahora, viene como Rey de reyes y Señor de señores a tomar posesión de lo
que es suyo y darle a sus escogidos un lugar en su reino (las moradas que fue a
preparar (Jn 14.2).
 “Hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra… cual no lo hubo
jamás”.
 “La gran ciudad fue dividida”, se refiere a Jerusalén. En Zac 14.4 ss. se lee el
propósito de Dios: “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será
uno, y uno su nombre (v.9), “y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición,
sino que Jerusalén será habitada confiadamente” (v.11); “y todos los que
sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año
para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los
tabernáculos” (v.16).
 “La gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del
ardor de su ira”. Babilonia es la capital del imperio del anticristo, sobre la cual se
derramará el cáliz del ardor de la ira de Dios.
 “Toda isla huyó, y los montes no fueron hallados”, como preparación para la nueva
tierra que vendrá posteriormente.
 Como parte de esta copa caerá “un enorme granizo como del peso de un talento”
(aprox. 34 kilos), lo cual implica una gran devastación.
Y ni así se arrepintieron, pero esto no debe sorprendernos porque ya está anunciado.

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10) LA CAÍDA DE LA FALSA IGLESIA PROFESANTE
Ap 17-18
En Ap 17.1 se hace referencia a “uno de los siete ángeles que tenían las siete copas”, lo cual indica
la relación cronológica entre los acontecimientos ya descritos de los juicios de la ira de Dios a través
del derramamiento de las siete copas y “la sentencia contra la gran ramera”: Babilonia (v. 5).
En la Biblia encontramos algunas características de los babilonios: idólatras (Jer 50.38, Dn 3.18);
adictos a la magia (Is 47.9, 12-13; Dn 2.1-2); irreverentes y sacrílegos (Dn 5.1-3); impíos (Is 47.10),
por lo cual MacArthur (2011), respecto al v.2, explica “la imagen no describe vicio y pecado sexual
literales sino que representa cómo las personas del mundo se han entregado por completo a absorber
toda la intoxicación pecaminosa de un sistema religioso falso” (p. 1870, nota a 17.2) (comp. Ap
14.8). Además, la idolatría y la apostasía se simbolizan frecuentemente a través de la prostitución
como en Jer 3.6-9; Ez 16.30 ss., 20.30; Os 4.15, 5.3, 6.10. 9.1.
Por otro lado, en el v.8 se menciona a la “bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del
abismo… que era y no es, y será” en alusión al anticristo. Posteriormente (vv. 9-14) se explican los
elementos del v. 3: la bestia, siete cabezas, diez cuernos; todo lo cual nos permite entender que se
trata de un sistema político-religioso dirigido por la bestia (el anticristo) para la lucha final del
Armagedón (v.14 “pelearán contra el Cordero y el Cordero los vencerá”). Sin embargo, los diez
cuernos (dirigentes de las 10 naciones aliadas al anticristo) traicionarán a sus pueblos para “ponerse
de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios” (v.17). Como
vemos, una vez más, de manera explícita, todo es parte del plan de Dios, en este caso para quienes lo
han negado.
En el siguiente capítulo (18) Juan ve “a otro ángel descender del cielo, con gran poder; y la tierra fue
alumbrada con su gloria”. Recordemos que en el derramamiento de la quinta copa, el mundo había
quedado en oscuridad total, así que esto llamará la atención de todos. Y este ángel proclamará: “Ha
caído, ha caído la gran Babilonia” (v. 2). Notemos que esto ocurre antes de la séptima copa, pues
será con esta que llegue la destrucción final.
En el v. 4 se exhorta al pueblo de Dios a salir de “ella”, la gran Babilonia, de no dejarse convencer
por el materialismo y pecado que es peor que nunca. De esta manera se sigue ofreciendo el perdón
para el pueblo de Dios, pero no para los incrédulos: “dadle de tormento y llanto” (v. 7). Lo más
impactante es que dice: “en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada
con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga” (v.8). Aquí está definido de manera
textual el tiempo, un día, que tardará el Señor en ejecutar este juicio, para más adelante mencionar
“la gran ciudad… en una hora ha sido desolada” (v. 19), es decir, en un muy breve lapso de tiempo.
Aunque no podemos saber con toda exactitud quiénes serán esas naciones, se ha considerado a
Roma como “Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra” (v.5),
título dado a la “mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia que tenía
siete cabezas y diez cuernos (…) vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras
preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia
de su fornicación” (vv3-4). Esto se debe a varios factores, el más importante es la explicación en los
vv. 7 ss.; los elementos en la descripción que son similares a los utilizados por la iglesia romana; el
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poder político y económico que hasta la fecha tiene y que va en aumento debido al ecumenismo que
promueve: la blasfemia contra el Señor con todos los rituales de sus ceremonias religiosas, entre
otros.
Respecto a las naciones representadas en los diez cuernos, aún falta por esclarecerse debido a que
actualmente la Unión Europea está conformada por más de diez naciones. Sin embargo, es posible
que estas lleguen a ser diez alianzas de países, pues por el momento incluso se ve un
desmembramiento de la UE.

11) LOS EVENTOS DE LA BATALLA DE ARMAGEDÓN


Ez 38-39; Ap 16:16; Ap 19:17-21
La profecía de Ezequiel tocante a Gog y Magog (38 y 39) se refiere al ataque hecho por el anticristo
a Israel antes del milenio. Los Gog y Magog de Ezequiel vienen del norte, pero en la batalla del
Armagedón vienen “de los cuatro ángulos de la tierra.”
Para la batalla de Armagedón son convocados “los reyes de la tierra en todo el mundo para reunirlos
a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso” (Ap 16.14), “16 Y los reunió en el lugar que
en hebreo se llama Armagedón” (Ap 16.16). Este llamado lo hicieron los “tres espíritus inmundos a
manera de ranas4 [que salieron] de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del
falso profeta” (Ap 16.13). Sin embargo, es más adelante que el vidente nos muestra el desenlace de
esta reunión, en el valle de Armagedón. Esto sucede al derramarse la séptima y última copa de los
juicios de la ira de Dios, cuando sale “una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho
está” (Ap 16.17).
El desenlace de esta batalla se nos presenta cuando aparece “un caballo blanco, y el [jinete] se
llamaba Fiel y Verdadero, [que] con justicia juzga y pelea” (Ap 19.11), es decir, Jesucristo mismo,
quien, como ya habíamos dicho, cuando la bestia y sus ejércitos están listos para la guerra, es
apresada junto con el falso profeta para ser “lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con
azufre” (Ap 19.20). El resto de los contendientes fueron derrotados con la Palabra de Dios, “con la
espada que salía de la boca del que montaba el caballo” (Ap 19.21).
Lo relevante de esta batalla es que es Dios mismo quien permite la convocatoria y la gana sin
siquiera pelear, los ejércitos son derrotados con el único objetivo de mostrar el poderío, autoridad y
soberanía de Dios sobre sus enemigos: Satanás y sus aliados.
Esta batalla que siempre se ha reconocido como terrible, como ejemplo de los acontecimientos
apocalípticos, lo será porque tendrá lugar al final de la gran tribulación, una vez que hayan sido
derramados todos los juicios de los sellos, las trompetas y las copas.
Otro punto relevante a considerar, es que esta batalla, la del Armagedón, no es la misma que la
descrita por Ezequiel (38 y 39), la cual se lleva a cabo una vez que se rompe la paz establecida por
el pacto del anticristo con el pueblo de Israel, es decir, a la mitad de la semana 70 de Daniel. En esta
guerra también es Dios quien gana sin necesidad de la intervención del ejército israelita.

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Aquí no cabe una interpretación literal pues dice “a manera de”. Las ranas se asocian con animales que salen de lugares
cenagosos.
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A Ezequiel se le ordena que profetice contra Gog en tierra de Magog para que vayan “a la tierra
salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron una
desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos morarán confiadamente (38.8). Es decir
que será una nación, que en ese momento estará en paz, pues [subirá] contra una tierra indefensa, iré
contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen
cerrojos ni puertas (v. 11). En la profecía se le dice a Gog que Israel habitará con seguridad y
entonces vendrá “de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a
caballo, gran multitud y poderoso ejército, y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para
cubrir la tierra; será al cabo de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me
conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos” (vv.15.16). Nótese que el
objetivo es que Dios sea conocido y santificado, a diferencia de la batalla del Armagedón en la cual
Dios exterminará, como vimos, al anticristo y falso profeta. Aquí la destrucción será de los ejércitos
de aquellos que no creyeron en Jesucristo y adoraron a la bestia y su falso profeta y los siguieron
hasta esta batalla en contra del pueblo de Dios. En esta lucha subirá la ira de Dios y su enojo, habrá
gran temblor y la lucha será entre los mismos integrantes de los ejércitos rebeldes y, finalmente,
Dios los acabará con pestilencia, sangre, lluvia y piedras de granizo, fuego y azufre (vv. 21-22). El
desenlace será que “los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y quemarán
armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el fuego por
siete años” (Ez 39.9), y “la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la
tierra” (Ez 39.12).
Si en la batalla que nos presenta Ezequiel es para que Dios sea reconocido entre su pueblo y el resto
del mundo, la del Armagedón será para exterminar a las potestades de maldad al final del milenio,
cuando Satanás haya sido desatado para, posteriormente, ser echado en el lago de fuego.

12) LA PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO DEL REINO


Mt 24:14, Ap 14.6
Otro evento que tendrá lugar en el Día del Señor, profetizado para el periodo de la tribulación, es la
proclamación del evangelio del reino. Este se nos presenta en Mt 24.14 y su pasaje paralelo en Mr
13.10. Vemos la descripción de su cumplimiento en Ap 14.6, durante la tribulación.
El contexto de este pasaje está, primeramente, en los siete ayes que Jesús pronuncia contra los
“escribas y fariseos, hipócritas” (Mt 23.13-29) y cuando acaba de salir del templo con sus discípulos
(Mt 24.1-4). Ellos le muestran la magnificencia del templo y él les dice: “¿Veis todo esto? De cierto
os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada” (v. 2). Entonces ellos le
hacen tres preguntas:
1. ¿Cuándo serán estas cosas?
2. ¿Qué señal (singular) habrá de tu venida?
3. ¿Qué señal habrá del fin del siglo?
Las dos últimas están ligadas pues ellos consideraban que su segunda venida sería también el fin del
siglo. Incluso hay autores que sugieren que podrían haber pensado, los discípulos, que los tres
acontecimientos serían simultáneos. Una vez que les profetiza lo que serán “principios de dolores”,
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les anuncia en el v. 14 que “será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para
testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”.
Las aseveraciones más relevantes en este versículo son que se predicará en todo el mundo para
testimonio de todas las naciones. Esto tendrá su cumplimiento en la tribulación. Veamos algunos
pasajes a partir del contexto que sigue (vv. 15 ss.).
 Esto ocurrirá “cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el
profeta Daniel “ (v.15)
 “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del
mundo hasta ahora, ni la habrá.” ( Hg 21)
 “si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis” (v. 23)
 “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será
también la venida del Hijo del Hombre.” (v. 27). Si es Jesús mismo diciendo esto, quiere
decir que hace referencia a una venida futura.
Si la iglesia ya no está para ese tiempo (1 Ts 4.13-17), ¿quiénes serán los encargados de predicar el
evangelio?
En Ap 14.6 dice: “6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para
predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”, por lo cual de manera
explícita sabemos que este ángel predicará el evangelio. Y más adelante en este capítulo se nos
presentan otros dos ángeles con otras verdades igualmente importantes: “Ha caído Babilonia, ha
caído porque ha hecho beber a todas las naciones del furor de su fornicación” (v. 8), con lo cual se
entiende la necesidad de no participar de las abominaciones de Babilonia, y la única manera de no
hacerlo es creyendo en Jesucristo. El tercer ángel (v. 9 ss.) amonesta contra las consecuencias para
quienes adoran a la bestia y a su imagen y reciben la marca en su frente o mano. Entendemos pues
que la misión de estos tres ángeles se complementa en la predicación de la verdad: Jesús.
Por otro lado, tenemos a los 144 mil sellados (Ap 7.1-4) que son jóvenes judíos de la tribulación, 12
mil de cada una de las tribus de Israel (vv. 5-8), de quienes no se dice explícitamente que predicarán
el evangelio, pero se deduce por el contexto: (vv. 9 ss.) pues habrá multitudes “de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en las manos” (v. 9) quienes se considera habrán aceptado a Jesucristo,
seguramente por la predicación los 144 mil.
También estarán los dos testigos (Ap 11.3) que profetizarán5, entendiéndose en este caso la
proclamación del evangelio.

5
La palabra “profeta” viene del griego (Str 4396) profetes, uno que habla pública o abiertamente, proclamador de un
mensaje divino; por lo tanto debía tener una relación inmediata con Dios. La actividad del profeta es dar a conocer las
cosas de Dios o lo relacionado con la ejecución del plan salvífico de Dios en el mundo.

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Los eventos del Día del Señor también incluirán los EVENTOS PROFETIZADOS EN RELACIÓN CON LA
SEGUNDA VENIDA, tales como:

13) EL REGRESO DEL SEÑOR


Mt 24:29-30
En Mt 24.29-30 Jesús les informa a sus discípulos que vendrá nuevamente. En estos tres versículos
Jesús les explica a sus discípulos algunas características o circunstancias de su segunda venida6.
En el pasaje se dice claramente cuáles son las señales de la segunda venida, mas no “el día y la hora
[puesto que] nadie [la] sabe” (Mr 13.32): aunque será inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días.
También se especifican algunas características de los que ocurrirá con su venida:
 El sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor. Podemos entender que esto será así
24
“ Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro,
así también será el Hijo del Hombre en su día” (Lc 17.24). Jesús es la luz del mundo (Jn 8.12), no
requiere de las lumbreras que fueron creadas por Él en el principio (Jn1.1).
 Las estrellas caerán del cielo y las potencias serán conmovidas, pues en este mismo acto
iniciará la renovación del cielo y de la tierra.
 Aparecerá la señal del Hijo del Hombre, que puede considerarse que es Jesús mismo, como
cuando Simeón (Lc 2.30), al ver al niño Jesús reconoce que sus ojos han visto la salvación. Unas
palabras más adelante se dice que “verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con
poder y gran gloria”.
 Las tribus de la tierra lamentarán, ¿qué?, haber traspasado al Señor, será quizás una
manifestación de los arrepentidos, de haber sido partícipes de ese acto (Ap 1.7). En Hch 2.23 se les
amonestó a los judíos haber prendido y matado a Jesús, por manos de inicuos, mediante su
crucifixión. Esto es un recordatorio de la participación de la muerte del Mesías por no haber creído
en Él.
 El anuncio de su llegada serán las trompetas que tocarán los ángeles.
 En ese momento se juntarán todos los redimidos.
Hay algunos otros comentarios respecto a estos versículos. Por ejemplo, en He 9.27 se establece que
los hombres morirán una sola vez y luego será el juicio, pero en el v 28 se explica que Cristo se
ofreció, también, una sola vez para que por su muerte fuéramos redimidos de nuestros pecados. Para
la segunda parte de este versículo: “[Cristo] aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado,
para salvar a los que le esperan”, Mathew Henry tiene otra traducción, de la cual dice que es la
correcta por el sentido gramatical de la sintaxis griega: “será visto para salvación por los que le están
esperando con afán”. Es decir, en su segunda venida, recogerá a los que durante la tribulación
creyeron en Él.

6
Es muy importante diferenciar el arrebatamiento (1Ts 4.13-18) de la Segunda Venida que se presenta en este pasaje.
En el primero será llevada la iglesia y en el segundo, los creyentes de los últimos tiempos, quienes serán principalmente
judíos.
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La segunda venida será de manera física, como la primera, tal y como se explica en Hch 1.1:
“Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de
vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.
Independientemente del lapso que pueda haber desde cualquier momento hasta su regreso, el
cristiano tiene que estar atento, ¿a qué?, a su santificación, la cual incluye no ser engañado.
El día y la hora de la venida nadie lo sabe, pero sí sabemos que su venida será después de la
tribulación (semana 70 de Daniel), cuando su pueblo se haya arrepentido y lo haya reconocido como
su Mesías, con lo cual Dios cumplirá el pacto realizado con Abraham.

14) LA RESURRECCIÓN DE LOS SANTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO Y DE LA TRIBULACIÓN


Jn 6:39-40; Ap 20:4
Cuando hablamos de los santos del Antiguo Testamento nos referimos al pueblo judío; de la misma
manera sucede cuando se trata de los santos de la tribulación, ya que la iglesia, para este momento,
habrá sido arrebatada (1 Ts 4.13-17). La Palabra nos enseña que ya no habrá gentiles convertidos
pues en Ro 11.25-26 nos dice: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no
seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte,
hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad”. Por lo tanto, vamos a ver que es
el pueblo de Dios, Israel, que ha tenido la promesa, desde Abraham, de que Él será suyo y le dará la
redención (Jer 31.34)7.
Pentcost (1989) presenta una salvación individual para los judíos del Antiguo Testamento, cuando
obedecían la ley de Dios y, al incumplirla, ofrecían el sacrificio estipulado; pero también está la
salvación nacional que se lleva a cabo a través del Mesías (pp. 204 ss.). Los judíos que no le han
creído al Mesías desde su primera venida hasta ahora no resucitarán para vida eterna, pero quienes sí
lo han hecho (empezando por los apóstoles y muchos de sus discípulos) y los que se conviertan
hasta antes del arrebatamiento tendrán la vida eterna; luego habrá otro grupo, la nación de Israel en
general, que se volverá al Mesías durante la tribulación. Es importante mencionar que la salvación
individual debe preceder a la nacional. Al respecto menciona que “aunque el individuo israelita que
creía en Dios se salvaba, esa salvación se le aseguraba en base a una obra futura que Dios iba a
efectuar por la nación entera en su segunda venida, tiempo en el cual el Mesías tendrá un trato final
para con los pecados del pueblo” (206).
Entonces vemos que cuando el apóstol Juan cita a nuestro Señor Jesucristo: “Y esta es la voluntad
del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en
el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree
en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (6.39-40) alude a su pueblo. El Señor
no perderá a ninguno que le haya sido dado por el Padre, y todos los que crean (desde su primera
venida hasta la segunda, después de la tribulación) serán resucitados “en el día postrero”. “Los
postreros días para Israel, comienzan justamente con el arrebatamiento de la iglesia y la secuencia
de los juicios de Dios, durante los siete años de la gran tribulación” (Fleming, s.f., penúltimo párr.).
7
Hay otras características del pacto abrahámico, pero solo veremos lo concerniente a la redención.
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Ahora bien, el apóstol Pedro ya también había hablado de la salvación del pueblo judío cuando en su
primera carta, dirigida “a los expatriados de la dispersión8” les dice que son “guardados por el poder
de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el
tiempo postrero” (1 P 1.1-5).
La certeza de que la nación judía resucitará y estará en presencia del Señor, se nos revela en Ap
20.4: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de
los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían
adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y
vivieron y reinaron con Cristo mil años”. Nuevamente, podemos entender que se trata de Israel dado
que estuvo durante la tribulación, pues no “adoraron a la bestia ni a su imagen…”.
Finalmente, en Ap 20.5 se nos dice que “los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se
cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección”. Quienes no reconocieron a Cristo, en su
segunda venida, pasarán mil años hasta que sean resucitados para condenación eterna (Ap 20.11-
13).

15) LA DESTRUCCIÓN DE LA BESTIA Y TODOS SUS EJÉRCITOS, Y EL FALSO PROFETA Y SUS


SEGUIDORES EN EL CULTO DE LA BESTIA
Ap 19:11-21

Este pasaje de Apocalipsis inicia con la apertura del cielo para dar salida a un caballo blanco cuyo
jinete es nuestro Señor Jesucristo. Anteriormente el cielo se había abierto para que Juan entrara y
observara a los ancianos (Ap. 4.1). Ahora el apóstol nos presenta las siguientes características del
jinete:
 sus nombres: Fiel y Verdadero (Ap 3.14), “un nombre escrito que ninguno conocía sino él
mismo” (Dt 29.29a), EL VERBO DE DIOS (Jn 1.19), REY DE REYES Y SEÑOR DE
SEÑORES (Ap 17.14),
 su aspecto: ojos como llama de fuego (Dn 10.6; Ap 1.14); en su cabeza, muchas diademas10,
 sus funciones (oficios o ministerios): juzga y pelea con justicia (Sal 96.13); dirige los ejércitos
celestiales (He 12.22-24); con la espada que sale de su boca hiere a las naciones; rige con vara
de hierro (Sal 2.9); “pisa el lagar del vino del furor y la ira del Dios Todopoderoso (Is 63.3); dar
muerte “con la espada que salía de su boca” (Ef 6.17)
 sus vestiduras: ropa teñida en sangre (Is 63.311) y su nombre escrito en ellas.

8
Es decir, a los judíos que había salido de Roma y vivían en Asia Menor.
9
Jn 1.1 “era el verbo”. El término utilizado para verbo es “logos” que significa “Verbo” o “Palabra” y hace referencia a
Jesucristo. Era un término que comprendían bien tanto griegos como judíos.
10
Del griego diadema, sinónimo de corona, emblema de realeza y de poder absoluto. Aquí hace referencia al poderío y
señorío de nuestro Señor Jesucristo; como lo profetizó Miq 7.14-26.
11
Las ropas teñidas con sangre, de acuerdo con John MacArthur, representan “las grandes batallas que Cristo ya ha
librado y ganado en contra del pecado, Satanás y la muerte” (2011, p. 1874, nota 19.13). Aquí, al igual que cuando se
menciona que “pisa el lagar del vino del furor y de la ira de Dios”, también alude a la lucha que se suscitó desde que
Satanás quiso adjudicarse el honor y gloria que solo le corresponden al Dios Todopoderoso.
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Estos primeros versículos nos describen cómo será la gloriosa venida de nuestro Señor para vencer a
la bestia y el falso profeta (v. 20). Si en su primera venida fungió como Cordero, ahora viene con
todo el poder (furor de su ira, vara de hierro), primeramente para derrotar a sus enemigos y
posteriormente para gobernar por la eternidad.
El otro elemento de este pasaje son sus ejércitos “conformados por la iglesia (v. 8), los santos de la
tribulación (7.13), los creyentes del AT (Jud 14, cp. Dn 12.1-2) y hasta por los ángeles (Mt 25.31)”
(Mac Arthur, p. 1874, nota19.14). Estos están vestidos de “lino finísimo, blanco y limpio [y vienen]
en caballos blancos”, lo cual representa su pureza por haber sido justificados por Jesucristo (la
iglesia y los creyentes del AT).
A continuación “un ángel clamó a gran voz”, para que las aves del cielo participaran en una gran
cena: la carne de todos los que no aceptaron a Jesucristo, sin importar jerarquías, poder o posición
económica. Este llamado del ángel se hace antes de la batalla, es decir que se anticipa la derrota de
todos aquellos, quienes por su parte se reúnen para pelear contra Jesucristo, “el que montaba el
caballo, y contra su ejército”. Esta cena es opuesta a la que celebrará el Señor en su segunda venida,
la cena del Cordero de Dios (v. 9).
La culminación de la batalla es la derrota de la bestia, que fue apresada junto con el falso profeta,
quienes son lanzados al lago de fuego que arde con azufre, es decir, el infierno12. Más adelante Juan
verá que también el diablo (Satanás) será arrojado al lago de fuego y azufre (Ap 20.10), así como la
muerte y el Hades (Ap 20.14) y todos quienes no estaban inscritos en el libro de la vida (Ap 20.15).
Nótese que, al final de esta batalla conocida como el Armagedón, no hay una lucha como tal, pues
Jesucristo vence con la “espada que salía de su boca”, con el poder de su palabra, al igual que “al
principio” tomó parte en la fundación del mundo (Gn 1.1, Jn 1.1). Los ejércitos que lo seguían
vienen para gobernar con él por mil años, cuando concluya la derrota de sus enemigos.

16) EL JUICIO DE LAS NACIONES


Mt 25:31.46
Es necesario conocer el antecedente de este pasaje. Primeramente (Mt 24) está la pregunta de los
discípulos acerca de cuándo sería el fin del mundo y su segunda venida, que ellos suponen serán
simultáneas. A esto, Jesús les responde primero con las advertencias de “los principios de dolores”:
las guerras, catástrofes naturales, depravación humana, falsos profetas y maestros, la tribulación y
su segunda venida, para luego exhortarlos a través de las parábolas de las diez vírgenes y de los
talentos (Mt 25.1-30) a perseverar hasta el fin y ser salvos. No porque la salvación se obtenga a
través de la perseverancia sino para estar preparados para su venida.
Estamos ante un tema escatológico, es decir que tiene su cumplimiento en los últimos tiempos. Y en
este sentido es que llegamos a Mt 25.31-46 donde Jesús les explica, a las últimas generaciones, que
quien no lo haya reconocido como su Salvador y Señor, no podrá tener entrada en el reino eterno,
pues el evangelio “se predicará a todas las naciones” (Mt 24.14), es decir a los individuos de todas

12
Este término no se encuentra en la Biblia, pero es el nombre reconocido para este lago de azufre y fuego, donde tiene
lugar el castigo para todos aquellos incrédulos de todas las épocas.
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las naciones a quienes les habrán predicado: los 144000 (Ap 7.3-4), otro ángel (Ap 14.6), los dos
testigos (Ap 11.3).
Veamos algunas de las características que nos presenta el pasaje.
Jesús está hablando de su segunda venida, cuando vendrá no como Cordero sino como Rey, “en su
gloria [con] los santos ángeles” (v. 31 a) y, sentado “en su trono de gloria” (v.31 b), juzgará a “todas
las naciones” (v. 32 a) que significa a todas las personas de manera individual, pues “apartará (…)
las ovejas de los cabritos13” (v. 32 b) tal como lo presentó Ezequiel (34.17-22), es decir, quienes
hayan oído su voz y lo hayan reconocido como su Pastor, de quienes lo hayan rechazado. Serán
juzgados los que sobrevivieron a la gran tribulación: unos lo aceptaron como su Salvador y otros
no; pero la salvación ya no será solo por reconocer a Jesucristo sino por haber obedecido la ley (Ap
14.12). Se cumplirá lo dicho por el profeta Joel (3.2).
Las ovejas, que escucharon su voz, son los “benditos de[l] Padre” (creyentes: Fil 3.9), quienes tienen
heredad en el reino porque fueron escogidos desde antes de la fundación del mundo (Ef 1.4). Jesús
ya les había dicho a sus discípulos (y por ende a nosotros) que iría a preparar morada (Jn 14.2).
En los vv. 35 y 36 Jesús presenta lo que “las ovejas” hicieron en contraste con los vv. 42 y 43 en los
cuales les reclama a “los cabritos” no haber hecho. De estas acciones, las tres primeras son para la
subsistencia: comer, beber, dar techo o refugio, las otras tres implican otro tipo de misericordia que
más difícilmente se practica: dar vestido, socorrer al enfermo y visitar a los presos.
En relación con estas “buenas obras” podemos ver que desde el Antiguo Testamento ya existía el
mandato para realizarlas: apoyar al hermano empobrecido y acogerlo como a forastero (Lv 25.35),
ayudar al pobre (Dt 15.11), amar al extranjero (Dt 10.19), ayudar al prójimo (Éx 23.5), no defraudar
en el comercio (Lv 25.14) (Slick, s.f., penúltimo párr.…).
Pero ahora, en el Nuevo Testamento, hay algo más profundo: las buenas obras, como ya se dijo, no
son para salvación sino una manifestación del fruto del espíritu (Gá 5.22-23), y deben hacerse como
prueba de la fidelidad a Cristo (Stg 2.16-18); además es una orden contenida en el segundo
mandamiento (Mt 12.31). Todo mandamiento nos lleva a obedecer a Jesús, pues el primer
mandamiento dice que amemos al Señor nuestro Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerza.
Una manera de mostrar ese amor es guardando los mandamientos (Jn 14.21); que nos amemos a
otros como Jesús nos amó (Jn 13.34), al grado de morir en la cruz (Fil 2.8); que seamos hacedores y
no oidores (Stg 1.22), pues las obras fueron puestas por él de antemano para que nosotros las
hiciéramos (Ef 2.10).
Otro punto importante de comparación es que ambos grupos lo llaman “Señor” (vv. 37 y 44), porque
toda rodilla se doblará ante Él y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor (Fil 2.9-11); sin
embargo Él mismo reconoce quiénes lo han reconocido verdaderamente como tal y quiénes no (Lc
6.46, Mt 7.21-23).

13
Hay una explicación interesante acerca de las diferencias entre estas dos clases de animales en
http://www.diferenciaentre.net/diferencia-entre-oveja-y-cabra/
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Una última observación respecto a este pasaje es que en tres ocasiones se utiliza la palabra eterno
(a): fuego eterno (v. 41), castigo eterno y vida eterna (v. 46). El castigo eterno será estar en el fuego
eterno, separados de Dios, por haber creído en el anticristo y su falso profeta.
Como se observa, todo este pasaje le da a Jesús la autoridad para juzgar a las naciones (1 S 2.10, Jn
5.27, Ap 12.10).

17) LA REUNIÓN DE ISRAEL


Ez 37:1-14
En la profecía que nos presenta Ezequiel vemos la ratificación del pacto abrahámico 14 (Gn 12.1-3).
Dios ya les había dicho que los juzgaría y seleccionaría para que formaran parte de su alianza (Ez
20.33-37); los sacaría de donde estaban esparcidos para reunirlos y los llevaría a la tierra prometida
a sus antepasados, para que ellos lo reconocieran como Señor (Ez 20.40-42) y alcanzaran la
salvación (Ro 11.25-26); les prometió multiplicarlos y restituirlos, pero también los castigaría por su
infidelidad (Ez 36). En estas circunstancias es que se presenta esta profecía, pues el pueblo judío
reconocía su pecado y carecía de esperanza (Ez 33.10), así que este mensaje les da nuevo aliento.
El pasaje está dividido en dos partes: vv. 1- 10 y 11 a 14. En la primera se presenta la visión;
sabemos que no es textual porque dice “me llevó en el Espíritu de Jehová”. La segunda parte del
pasaje nos da la explicación: los huesos secos son la casa de Israel (v. 11). El pueblo está exiliado,
pero regresará a la vida, será restaurado y regresará a la tierra prometida después del exilio. El Señor
les ofrece un nuevo pacto (Jer 31.31-34) que tendrá cumplimiento durante la tribulación (He 8.6-13).
Sabemos que el pueblo de Israel, política, social y económicamente es ya una nación, sin embargo
la profecía no se ha cumplido pues no han ocupado todo el territorio que Dios le prometió a
Abraham, es decir que todavía no han sido establecidos en la totalidad de su tierra. Por otro lado,
falta “darles el aliento de vida”, ellos son huesos secos que apenas se han juntado, y aunque tienen
músculos y tendones, les falta la vida. Esto ocurrirá cuando, durante la tribulación, reconozcan y
acepten a nuestro Señor Jesucristo como el Mesías prometido desde un principio.

18) EL JUICIO DEL ISRAEL VIVIENTE


Ez 20:33-38
Como antecedente de este punto está el pacto que hizo Jehová con Abram en Gn 15; habiendo
hecho el pacto con Abram, le dio instrucciones a él y a su descendencia de no apartarse de Él; no
obstante lo cual el pueblo caía una y otra vez en el pecado, como ha sucedido a lo largo de la
historia del hombre. Así que en este momento tenemos a Ezequiel transmitiendo la palabra que Dios
le ha dado para su pueblo rebelde. En el inicio de este mensaje les recuerda cómo, a pesar de su
desobediencia, Dios los ha levantado una y otra vez, pero recalca que no es por ellos sino por amor a
su nombre.

14
Este pacto es incondicional, literal y eterno; incluye la promesa de la tierra, la descendencia y la redención de Israel.
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Sin embargo, en esta porción de la Escritura tenemos a Dios comunicándoles los motivos y forma de
disciplina que ejercerá sobre ellos. Esto ya había sucedido cuando anduvieron por el desierto al salir
de Egipto, y luego cuando regresaron del destierro de Babilonia, y ha seguido sucediendo desde
entonces; a pesar de ello han seguido siendo rebeldes a su voluntad y la mayoría no reconoció ni
reconoce al Mesías, por lo cual hay una advertencia acerca de los sucesos durante, lo que nosotros
sabemos será, la tribulación.
Vemos en las palabras puestas en boca de Ezequiel que es Dios mismo quien hace un recuento del
pacto y cómo el pueblo se rebeló contra Él, y cómo ha sido un recorrido de amor, por parte de Dios,
y desamor por parte de Israel.
En el pasaje que estamos viendo, nuevamente Dios les hace ver su enojo, que hará juicio sobre ellos,
los llevará al desierto donde estarán cara a cara (no literal sino espiritualmente), cuando se den
cuenta de su rebelión. En Oseas 2 vemos un símil de esta situación: Dios juzgará a su pueblo, está
enfurecido por su desamor, deslealtad, infidelidad, pero al final lo recibirá cuando se haya
arrepentido. Lo que Él está haciendo es separar, como lo vimos anteriormente, las ovejas de los
cabritos, de tal manera que en la restauración de Israel solo quede el pueblo que finalmente haya
aceptado seguir sus estatutos, serle fiel.
Ahora bien, esto es para quienes sí reconozcan a Jesucristo, el resto no entrará a la tierra de Israel
(v.38). Sabemos, por todos los pasajes estudiados en estos eventos, que se trata del Israel espiritual y
también material, la ciudad que hará nueva el Señor a donde estaremos todos los creyentes.

19) LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL A LA TIERRA


Am 9:15
El profeta Amós, en el capítulo 9 (vv.1-10) expone primero juicio sobre la casa de Israel, incluyendo
su dispersión mundial (v.9), para luego presentar la visión de una restauración mundial (vv. 11-15)
que incluye traerlos del cautiverio (v. 14).
 El versículo 15 es la culminación de la promesa de restaurarlos en su tierra (Mr 13.27):
 Serán plantados sobre su tierra: esta tierra es fértil, situación presente de la nación de Israel,
pero todavía falta el cumplimiento de la totalidad de la tierra prometida a Abraham.
 Nunca más serán arrancados: una vez que hayan sido separados, quienes acepten a Jesucristo
como su Mesías entrarán al reino de Dios y permanecerá en él y con Él por la eternidad.
Sabemos que para que esto acontezca ya habrá ocurrido la destrucción de los incrédulos, idólatras e
infieles al Señor.
Además, la profecía de todo el capítulo de Amós confirma:
 Se restaurará la descendencia davídica: el rey será Jesús.
 Israel será exaltado entre las naciones: ya no dependerá de lo que otras naciones digan o de
pactos internacionales.
 Será (como ya lo es) una tierra fértil, de “la que ciertamente fluye leche y miel” (Núm
13.26).
 Las ciudades serán reconstruidas.
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 El pueblo será restablecido por la eternidad.
Es importante señalar las últimas palabras: “ha dicho Jehová Dios tuyo”:
 Israel nunca ha dejado de ser el pueblo de Dios (2 S 7.24, 1 C 17.22, Sal 50.7, Jer 31.1, Hch
11.1-2).
 Lo ha dicho Jehová, el mismo que con su Palabra creó los cielos y la tierra.

20) EL ENCADENAMIENTO DE SATANÁS

Ap 20:2-3
Antes de este breve pasaje ya habíamos visto la destrucción total del anticristo (la bestia) y su falso
profeta. Ahora toca el turno, no para destrucción final todavía, a Satanás mismo que será
encadenado por mil años, para evitar que siga actuando, no se trata de un castigo pues este vendrá al
final.
Esto ocurre cuando Jesucristo ha venido como Rey de reyes y Señor de señores, es su segunda
venida, se acaba de librar la batalla de Armagedón.
En Ap 20.1 se nos presenta un ángel que desciende del cielo, trae la llave del abismo y una gran
cadena, con la cual atará a Satanás, por mil años (v.2) y lo arrojó al abismo, lugar indeseable para él
y sus demonios (Lc 8.31), hasta que sea enviado al lago de fuego junto a la bestia y el falso profeta
(v.10).
Son cuatro los nombres dados al enemigo de Dios: dragón, serpiente antigua, diablo y Satanás, el
cual tras ser atado será arrojado al abismo y encerrado; ahí permanecerá durante mil años. Este lapso
debemos considerarlo de manera literal15 pues en la Biblia, cuando se anota un tiempo en
cantidades exactas significa que es exactamente ese. Además, una interpretación alegórica no
permitiría su regreso para engañar a los santos por un poco de tiempo: esto no ha ocurrido y el
diablo sigue persuadiendo a muchos.
Durante esos mil años no podrá embaucar a la humanidad, pero todavía no será el fin, pues los
habitantes que queden durante ese tiempo en la tierra procrearán. Estas personas no podrán ser
convencidas por Satanás, lo cual no implica estar exentas de pecado pues serán tentados por sus
propias concupiscencias (Stg 1.13-14). Al cabo del milenio Satanás será desatado, será el momento
de su lucha final contra Cristo, pero no podrá vencerlo pues nuestro Señor ya lo venció en la cruz
(Ap 12.11) y lo derrotó para arrojarlo junto con sus seguidores al lago de fuego, donde están la
bestia y el falso profeta (Ap 20.9-10).

15
Es la postura milenarista que sustentamos.
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Incluirá además, TODOS LOS EVENTOS DE LA ERA MILENARIA:
21) EL MILENIO Y LA REVUELTA FINAL DE SATANÁS
Ap 20:7-10
Si ya consideramos los mil años de manera literal, lo mismo sucede en el primer versículo del pasaje
de Ap 20.7-10. Al concluir ese periodo Satanás será desatado. El objetivo es “engañar a las naciones
que están en los cuatro ángulos de la tierra”, para reunirlos y poder librar la batalla final contra
Cristo (v. 8). Como apuntamos anteriormente, durante el milenio habrá personas que no creyentes
las cuales serán persuadidas por el diablo para seguirlo en esta lucha. La tierra estará nuevamente
poblada totalmente, pues simplemente el número de los seguidores de Satanás serán “como la arena
del mar”.
Es necesario considerar la referencia a Gog y Magog. En Ez 38.2 se identifica a Gog como el líder
de un territorio, Magog. Sin embargo no se trata del mismo conflicto; mientras que en Ezequiel se
mencionan varias naciones (vv. 5-6), en Apocalipsis se reunirán “las naciones [engañadas por
Satanás] que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y Magog” (v. 8).
La cita que hace Juan de Gog y Magog, no tiene que ver con la visión de Ezequiel, pues la guerra de
Armagedón fue antes del Milenio y está batalla se realiza después del Milenio;
En Apocalipsis 20.7-10, Satanás y sus seguidores “rodearon el campamento de los santos, la ciudad
amada [Jerusalén]” (v. 9). Hasta aquí no se ve un choque armado, solo han llegado “las naciones que
están en los cuatro ángulos de la tierra [reunidas] para la batalla” (v. 8). La relevancia de esto es que
no hay ningún enfrentamiento sino que “de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió” (v. 9).
Lo maravilloso de esto es que aun cuando Satanás será desatado y engañará a muchos (como la
arena del mar), Dios ha agotado su paciencia y no requiere de ninguna otra demostración. Ya la
plenitud de los gentiles y todo Israel habrá entrado en la gloria de Dios, así que el exterminio, la
consumación de los rebeldes será en un instante.
Este pasaje concluye con el lanzamiento de Satanás al lago de fuego y azufre, donde ya estaban la
bestia y el falso profeta (v. 10). Ahí sufrirán el castigo eterno. Es importante recalcar que no serán
consumidos sino que pasarán la eternidad en tormento. Ya no habrá reunión de buenos y malos:
unos estarán en vida eterna y otros en muerte eterna.

22) EL GRAN TRONO BLANCO DE JUICIO


Ap 20: 11-15
Este pasaje breve (Ap 20.11-15) tiene gran contenido escatológico. En primer lugar el apóstol Juan
nos presenta (v. 11) un “trono blanco”, lo que representa santidad, pureza, justicia; “y al que estaba
sentado en él”, que es el Hijo, pues el Padre le dio todo el juicio (Jn 5.22). Al respecto, en el
comentario de Jamieson (1999) leemos: “El reino mediador del Hijo tiene por fin preparar el reino
para la aceptación del Padre, habiendo hecho lo cual, entregará el reino al Padre, ‘para que Dios sea
todo en todos,’ entrando en directa comunión con sus criaturas, sin la intervención de un Mediador,
por vez primera después de la caída” (tomo II, pág. 826). Luego vemos que la tierra y el cielo huyen

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de delante de Él; esto es una preparación para lo que vendrá con la culminación de la creación como
la conocemos para dar lugar a un nuevo cielo y tierra nueva (Ap 21).
Después (v. 12) viene la visión de “los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios (…) y fueron
juzgados (…) por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Todos
compareceremos ante Dios, inclusive los muertos que fueron entregados por el mar así como la
muerte y el Hades (v. 13)16, pero en el caso de los creyentes, que ya hemos sido justificados por la
fe, no por obras, daremos testimonio, no propio, sino de la obra redentora de Cristo en nosotros; se
mostrará la justicia divina así su misericordia para quienes creímos en Él.
El otro elemento de este versículo son los libros, donde se encuentran escritas todas las obras (de
palabra, acción y omisión) de toda la humanidad; pero también hay otro libro, el de la vida, en el
cual están anotados los nombres de todos los creyentes de todas la épocas, desde la creación hasta
los que hayan creído durante la tribulación. Este es “el libro de la vida del Cordero” que en Ap 13.8
refiere que quienes no estaban escritos en él adoraban al anticristo; mientras que en Ap. 21.7 se
estipula que solo quienes cuyos nombres estén inscritos en él entraremos en la nueva Jerusalén.
Vemos que así como el diablo, la bestia y el falso profeta habían sido enviados al lago de fuego y
azufre, lo mismo sucederá con la muerte y el Hades. “Esta es la muerte segunda” (v. 14), es decir, la
muerte espiritual que es eterna, en contraparte con la vida eterna (Jn 17.3).
Finalmente se reitera, ahora de manera explícita, que quienes no estén en el libro de la vida serán
lanzados al lago de fuego: a la muerte eterna, apartados por siempre de Dios. Ahí será el lloro y
crujir de dientes, en medio de terribles tormentos (Mt 13.42, Lc 16.23).
Démosle gracias a Dios que tuvo misericordia de nosotros y fuimos predestinados desde antes de la
fundación del mundo para ser coherederos con nuestro Señor Jesucristo.

23) LA PURIFICACIÓN DE LA TIERRA


2 P 3:10-13
La culminación de la obra de Dios consistirá en la creación de un cielo nuevo y una tierra nueva,
para mostrar su santidad. Ahí estaremos quienes hayamos aceptado a su Hijo Jesucristo como
nuestro Señor y Salvador, pues ahí estará la justicia y nosotros, a quienes “nos salvó, no por obras
de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” (Tit 3.5), “por amor de su
nombre” (Sal 106.8ª) como hizo con su pueblo cuando los sacó de Egipto. Su propósito no es
destruir a la humanidad sino crearla nuevamente en santidad, conforme a su plan original, pues el
hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1.26), pero se corrompió en imagen y
semejanza de hombre corruptible (Ro 1.23).
El Señor nos muestra que un día “vendrá como ladrón en la noche”, los cielos pasarán, como ya lo
habíamos visto, que huirán la tierra y el cielo (Ap 20.14) y todo lo que haya en la tierra será
quemado. Nosotros, los santos, ya no estaremos en la tierra, así que en la batalla final, “de Dios

16
La muerte significa separación, se trata de todos aquellos que no hayan llegado vivos, físicamente, hasta ese
momento; mientras que el Hades es el lugar donde se encuentran los muertos. Este lugar, en el Antiguo Testamento, es
el Seol.
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descendió fuego del cielo y los consumió” (Ap 20.9), es decir, a todos sus enemigos, quienes habían
sido engañados y convocados por Satanás cuando fue desatado, después del milenio, para combatir
contra la “ciudad amada”.
En el pasaje de 2 P. 3-10 debemos distinguir, como lo hacen de manera coincidente en la página de
Escuela Bíblica y MacArthur (2011): “día de Dios no es lo mismo que ‘día del Señor’ porque se
refiere al estado eterno, en preparación del cual los cielos y la tierra serán quemados para ser
reemplazados por la nueva creación” (pág. 1814, nota 3.12). Este día, de Jehová o del Señor “no
habrá luz clara, ni oscura. Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche;
pero sucederá que al caer la tarde habrá luz” (Zac 14.6-7). Esta será “la gloria de Dios (que) la
ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de
ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día,
pues allí no habrá noche” (Ap 21.23-25).
En la página de la Escuela Bíblica (http://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=1086) se
describe así: “El día del Señor comenzará con oscuridad, como dijeron los profetas del Antiguo
Testamento - comenzará con la tribulación. Terminará con una gran explosión, de la cual hemos
leído al comentar este gran juicio de la tierra, que será consumida por el fuego. El Dr. McGee cree
que entre estos dos grandes eventos tendrán lugar el período de la tribulación, la venida de Cristo a
la tierra para establecer Su reino, el reino, la breve liberación de Satanás y la rebelión de aquellos
que lo secunden, el confinamiento final de Satanás y el juicio de los perdidos del Gran Trono
Blanco. Después del juicio de la tierra, que el apóstol Pedro estaba describiendo, aparecerán los
nuevos cielos y la nueva tierra”. (párr. 18) “el día de Dios, que es la eternidad, como podemos ver en
el libro de Apocalipsis, capítulo 21, versículo 1” (párr. 22).
En el día del Señor se tiene que llevar a cabo la justicia de Dios, por lo tanto se trata de la
destrucción de los pecadores, como se muestra en Is 13.9-13, Jl 2.2, 31, Sof 1.14-18.
Es decir que el día de Dios es la eternidad mientras que el Día del Señor, lo que hemos venido
estudiando, son todos los eventos ocurridos desde el arrebatamiento hasta la creación del cielo
nuevo y tierra nueva, “en los cuales mora la justicia” (2 P 3.13), momento (kairos) en que ya no
habrá oscuridad y todos estaremos en paz con Dios, que es el justo y la justicia: “Gloria y hermosura
es su obra, y su justicia permanece para siempre” (Sal 111.3).

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