DERECHO DE LAS FAMILIA Y DEL MENOR

CONSTITUCIÓN DEL

6 MATRIMONIO

SUMA: 1.- Naturaleza jurídica y

condición. 2.- Consentimiento. 3.- Edad
para contraer matrimonio. 4.-
Impedimentos.

1. NATURALEZA JURÍDICA Y CONDICIÓN.

Como definición se tiene que “el matrimonio es un acto formal por

medio del cual se unen dos personas de sexo opuesto con la finalidad de
perpetuar su amor y la procreación de la especie humana.” En cuanto a su
naturaleza jurídica se puede señalar de acuerdo a su definición que “el
matrimonio es una institución social, un acto jurídico consensual, voluntario
y solemne que crea un vínculo conyugal de dos personas, quienes deben
cumplir ciertas formalidades legales y que estén reconocidas por la Ley.”

Al ser el matrimonio una institución, un acto jurídico reconocido por la

sociedad, permite que el matrimonio sea de alguna manera una forma de
garantizar la familia.

El Art. 137, Parágrafo I del Código de las Familias con relación

específica al matrimonio señalar que: “El matrimonio y la unión libre
son instituciones sociales que da lugar al vínculo conyugal o de

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convivencia, orientado a establecer un proyecto de vida en común,

siempre que reúnan las condiciones establecidas en la Constitución
Política del Estado y el presente Código, conllevan iguales efectos
jurídicos tanto en las relaciones personales y patrimoniales de cónyuges
o convivientes, como respeto a las y los hijos adoptados o nacidos de
aquellos.”

En cuanto a las condiciones que se genera a través del matrimonio

como una institución de la sociedad se pueden claramente establecer de
acuerdo a los Arts. 62 al 66 de la Constitución la igualdad de derechos,
obligaciones y oportunidades entre los cónyuges y sus integrantes.

Constitucionalmente el Estado reconoce y protege a las familias como

el núcleo fundamental de la sociedad, y garantiza las condiciones sociales y
económicas necesarias para su desarrollo integral; es decir, todos los
integrantes de las familias tienen igualdad de derechos, obligaciones y
oportunidades. Tal es así, que el matrimonio entre una mujer y un hombre
se constituye por vínculos jurídicos y se basa en la igualdad de derechos y
deberes de los mismos.

Asimismo, cabe manifestar que el término o la expresión cónyuge es

utilizada sin ninguna distinción para reconocer y garantizar el matrimonio
o la unión libre entre una mujer y un hombre. [Ver: Art. 137, Parágrafo III
de la Código de las Familias, Ley Nº 603]

2. CONSENTIMIENTO.

Se debe comprender por consentimiento a aquel acto de la voluntad

autónoma que tiene cada contrayente al matrimonio, quienes deciden
casarse para dar inicio a una familia. Donde la voluntad, jurídicamente es

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aquella facultad que toda persona natural tiene para decidir su propia
conducta.

El consentimiento de los contrayentes para la celebración del

matrimonio debe estar nutrida de la voluntad propia de cada uno de ellos
al asumir esa responsabilidad, quienes a su vez deben cumplir ciertas
condiciones, tales como:

a) Tener la capacidad plena.

b) No tener ningún impedimento por la Ley.
c) Asumir las obligaciones y deberes conyugales.

Ahora bien, como todo consentimiento adolece de ciertos vicios, el

matrimonio desde el punto de vista como acto jurídico no puede quedar
exenta de este criterio, puesto que la voluntad puede estar viciada ya sea
por medio del dolo, error o violencia.

a) Dolo.

Que consiste en aquel engaño o maquinación que realiza de forma

intencionada uno de los contrayentes a fin de contraer
matrimonio, induciendo de esta manera a cometer error al otro
contrayente en complicidad incluso de terceros.

b) Error.

Es aquella apreciación donde uno de los contrayentes tiende a

creer lo falso por verdadero antes, durante e incluso después de la
celebración del matrimonio.

c) Violencia.

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Es un acto de coacción que priva o coarta a uno de los contrayentes

de expresar su voluntad ya sea por violencia física o moral. En
cuanto a la violencia física, uno de los contrayentes es obligado
usando la fuerza de hecho en contra de él o ella a contraer
matrimonio.

Asimismo; la violencia moral consiste en el uso de las amenazas el

cual funda el temor en uno de los contrayentes a fin de celebrarse
el matrimonio.

3. EDAD PARA CONTRAER MATRIMONIO.

La edad para contraer matrimonio está motivada en la necesidad de

tener la capacidad de obrar por cuenta propia, además de haber adquirido
una madurez intelectual y física suficiente como para tener una voluntad
válida. Como señala Oscar Alfredo Rejas & Marco Antonio Rejas Daza,
(2016) “cuando una persona alcanza la mayoría de edad, se presume que
tiene plena capacidad de obrar salvo que medie algún tipo de incapacidad
legal.” (p. 1221)

El Art. 139 Parágrafo I del Código de las Familias, claramente

manifiesta que “la persona podrá constituir libremente matrimonio o unión
libre, una vez cumplida la mayoría de edad.” Este criterio normativo, en un
concepto más amplio nos permite determinar la existencia de dos clases de
capacidad que son: la capacidad jurídica y la capacidad de hecho o de
obrar.

a) Capacidad Jurídica o de derecho.

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Consiste en el grado de aptitud de las personas para adquirir

derechos y contraer obligaciones, se la adquiere al momento de
nacer con vida juntamente con la personalidad. [Ver: Arts. 1 al 3
del CC.]

b) Capacidad de hecho o de obrar.

Es aquella aptitud de las personas para el ejercicio de los derechos

y el cumplimiento de las obligaciones, y se la adquiere al cumplir la
mayoría de edad.

Asimismo, ante la capacidad surge la incapacidad como una excepción

ante la regla que consiste en la falta de aptitud de la persona de adquirir y
ejercer derechos y obligaciones, permitiendo de esta manera que la Ley
pueda evitar que ciertas personas que se encuentran en inferioridad de
condiciones, ya sea por inmadurez en el caso de menores de edad y
quienes están por nacer; por falta de salud mental quienes fueron
declarados interdictos por tener alguna demencia mental; o por no poder
expresarse en la forma que exige la Ley como ser los sordomudos o
analfabetos, realicen actos que les sean perjudiciales. [Ver: Art. 5 del CC.]

Como se pudo observar, la edad para contraer matrimonio esta

condicionada a la dependencia de la aptitud ya sea por la capacidad o
incapacidad de los contrayentes. Entre estas reglas y excepciones como se
menciona se tienen la doctrina citada por Gareca Oporto, las cuales se
dividen en tres requisitos que son: de las condiciones dependientes de la
aptitud de los contrayentes; de las condiciones dependientes de las causas
particulares y de las condiciones dependientes de las causas familiares.

3.1 DE LAS CONDICIONES DEPENDIENTES DE LA APTITUD DE LOS

CONTRAYENTES.

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Se tiene las siguientes: la pubertad; la aptitud genésica; la salud

mental y el estado de sanidad.

a) La pubertad.

Se entiende por pubertad la edad en que se manifiesta la aptitud

de reproducción y perpetuación de la especie humana. Las
diferentes legislaciones fijan la pubertad legal de acuerdo a los
factores geo climáticos de cada país estableciendo edades
aproximadas. En cuanto a nuestra legislación familiar actual y
vigente Ley Nº 603 de manera excepcional señala en su Art. 139
Parágrafo II “…se podrá constituir matrimonio o unión libre a los
dieciséis años (16) años cumplidos…”

b) La aptitud genésica.

No basta que los contrayentes estén en la edad de la pubertad

que es el signo de la capacidad de reproducción, sino es esencial
que estén en normalidad genésica; es decir, que no padezcan de
impotencia sexual para la procreación. A propósito, en el hombre
se presentan dos clases de impotencia que son: la coendi y la
generandi; la primera se refiere a la impotencia de poder realizar
el coito y la segunda tiene que ver con la imposibilidad de tener
hijos, en esta última el acceso carnal es posible, pero no puede
procrear. En nuestra legislación familiar actual no se constituye
como requisito para contraer matrimonio.

c) La salud mental.

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Solo una persona sana mentalmente, es capaz de manifestar su

consentimiento de manera libre, precisa y clara. La persona
privada de razón sea por enajenación mental o por otras causas,
es incapaz de manifestar su consentimiento que es la condición
esencial para la celebración del matrimonio; la falta de salud
mental es una de los impedimentos establecidos en el Art. 142 del
Código de las Familias “…esta impedida la persona declarada
judicialmente interdicta con sentencia ejecutoriada.”

d) El estado de sanidad.

Como señala el Dr. Félix Paz Espinosa (2019, p. 166) si bien el

estado de sanidad no se halla previsto en nuestro ordenamiento
jurídico familiar, la doctrina recomienda que los contrayentes
deberían demostrar mediante certificado médico prenupcial su
estado de sanidad física y orgánica, para permitir una
descendencia sana y una sociedad familiar vigorosa.

3.2 DE LAS CONDICIONES DEPENDIENTES DE LAS CAUSAS

PARTICULARES.

Se tienen las siguientes: la libertad de Estado; la ausencia de

parentesco; inexistencia del crimen conyugal; plazos para contraer nuevo
matrimonio de la mujer y la terminación de tutela o vínculo por tutela.

a) Libertad de Estado.

No se puede contraer nuevo matrimonio antes de la disolución

del primero. Esta disposición se refiere claramente a un vínculo
matrimonial anterior, no disuelto. Este principio consagra la
monogamia y la libertad de estado referido exclusivamente a que

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una persona este libre para contraer matrimonio, así lo establece

el Art. 140 del Código de las Familias “…la libertad de estado
consiste en que ambas personas no deben tener ningún vínculo de
matrimonio o de unión libre vigente.”

b) Ausencia de parentesco.

No está permitido el matrimonio entre parientes de línea directa,

sea esta ascendente o descendente, así como en línea colateral
entre hermanas y hermanos. Asimismo; el matrimonio está
prohibido por vínculo de adopción, salvo algunas dispensas
autorizadas por la Ley. El Art. 142 del Código de las Familias
manifiesta “…Están impedidas las personas que sean ascendientes
y descendientes en línea directa entre sí, sin distinción de grado, y
en línea colateral entre hermanas y hermanos.”

Asimismo; el Art. 144 Parágrafo I y II señala “…Están impedidas

de establecer vínculo conyugal, las siguientes personas:

a) Entre la o el adoptante, la o el adoptado y sus descendientes.

b) Entre las o los hijos adoptivos de una misma persona.
c) Entre la o el adoptado y las o los hijos que pudieran tener la o
el adoptante.
d) Entre la o el adoptado y excónyuge de la o el adoptante y,
recíprocamente, entre la o el adoptante y excónyuge de la o
del adoptado.
e) Entre la madre o el padre, con la hija o hijo nacida o nacido
mediante técnicas de reproducción asistida con gametos
ajenos.

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Estos impedimentos concurren como causas graves; sin embargo,

la autoridad judicial puede conceder dispensa en los casos b) y c)
de los impedimentos señalados anteriormente.

c) Inexistencia del crimen conyugal.

Este requisito se refiere a que los contrayentes deben estar libres

de posible crimen de su cónyuge, como señala el Art. 145
Parágrafos I y II del Código de las Familias “…La persona esta
impedida de constituir matrimonio o unión libre, cuando recaiga
sobre ella sentencia condenatoria ejecutoriada por tentativa,
complicidad o haber consumado el delito de homicidio, feminicidio
o asesinato de la o el cónyuge de la otra persona. Asimismo;
mientras la causa penal esté pendiente, se suspende la constitución
del matrimonio o la unión libre con la persona señalada
anteriormente.”

d) Plazos para contraer nuevo matrimonio de la mujer.

La doctrina clásica señala que la mujer viuda o divorciada o cuyo

matrimonio resulte invalido, no puede volver a casarse, sino
después de los trecientos (300) días al fallecimiento del cónyuge
o de los días de separación provisional decretada necesariamente
por la o el juez de familia. Este impedimento constituye una
limitación de contraer nuevo matrimonio para la mujer con la
finalidad de evitar la confusión de la paternidad de sus hijos. (Paz
Espinoza, 2019, p. 170)

e) Terminación de tutela o vínculo por tutela.

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Consiste en precautelar los intereses de los menores de la codicia

de los tutores ante la pretensión de querer captar los bienes del
pupilo mediante el matrimonio con sus parientes. (Paz Espinoza,
2019, p. 172)

El Art. 146 de la normativa familiar boliviana señala “…La o el

tutor, sus parientes en línea directa y colateral hasta el cuarto
grado y sus afines hasta el segundo no pueden constituir
matrimonio o unión libre con la persona sujeta a tutela, mientras
dure el ejercicio del cargo y hasta que las cuentas de la gestión
estén judicialmente aprobadas.”

3.3 LAS CONDICIONES DEPENDIENTES DE LAS CAUSAS FAMILIARES.

Entre estas condiciones se tienen: la autorización de los padres y

tutores; y el certificado consular.

a) Autorización de los padres y/o tutores.

Son los padres de los contrayentes los primeros a dar su

consentimiento en el caso de que estos fueran menores de edad,
ahora, si los contrayentes menores de edad no tuvieran sus
padres serán los tutores quienes otorgaran la autorización
correspondiente. En otros casos, pudieran surgir ciertas
dificultades para emitir la autorización, ante estos hechos la
autoridad judicial en materia de familia puede otorgar la
autorización a través de la declaración de emancipación. [Ver:
Art. 108 del Código de las Familias]

b) Certificado consular de libertad de estado.

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Para contraer matrimonio ya sea dentro del Estado por

ciudadanos bolivianos o por extranjeros con nacionales, es
necesario acreditar su libertad de estado. En el caso de los
nacionales el certificado expedido por el Servicio de Registro
Cívico, en caso de los extranjeros el certificado consular de
libertad de estado del país de origen.

4. IMPEDIMENTOS.

Los impedimentos son aquellas causas, por las que, los contrayentes
no pueden constituir el matrimonio en razón de no cumplir con las
formalidades establecidas en el Código de las Familias, que según el Art.
141 de esta norma familiar señala “…Son impedimentos para constituir
matrimonio o de unión libre, los siguientes:

a) Interdicción.
b) Parentesco consanguíneo.
c) Parentesco adoptivo.
d) Impedimentos por delito, o
e) Vínculo por tutela.”

Estos impedimentos como se ha podido observar ya fueron

desarrollados entre los requisitos mencionados según la doctrina citada
por Gareca Oporto.

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