Está en la página 1de 12

CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL

PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE


ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005

“Cuñapirú al rescate de la memoria. Patrimonio arqueológico


industrial en la frontera Norte del Uruguay”.

Introducción:

El presente trabajo se inscribe dentro de las iniciativas de desarrollo cultural local y


regional desarrolladas por la comunidad de Minas de Corrales, departamento de Rivera,
y por docentes e investigadores locales Prof. Chirico y Prof. Eduardo Palermo, desde
1985 con la intención de proteger y sacar del anonimato a unos de los principales
patrimonio de arqueología industrial existentes en el Uruguay. El mismo se configura
por un proceso temprano de explotación de la minería del oro desarrollado por los
propietarios de la tierra (1820) masivamente de origen portugués, con uso de mano de
obra esclava y cuyos resultados incentivaron la migración de mineros (garimpeiros)
ingresados por la frontera con el Brasil desde RGS y provenientes de distritos mineros
como Caçapava, Camaquá y Cangussu, desde donde vinieron también muchos esclavos
y trabajadores afro descendientes bajo contratos de peonaje.

Hacia mediados del siglo XIX las noticias del oro extraído llegaron a la prensa
montevideana y se suceden denuncias formales de minas ante el Estado uruguayo,
naciendo con ello un largo ciclo de especulación bursátil que incluyó a los principales
actores económicos, financieros y políticos del Río de la Plata así como a grandes
compañías mineras de Francia, Inglaterra y Estados Unidos.

Definida la zona como un enclave imperialista típico, con incorporación de alta


tecnología para su época y especialmente para las condiciones socio culturales de una
zona netamente rural, usina hidráulica e hidroeléctrica, ferrocarril de trocha angosta,
puentes de hierro, ferrocarril entre otros, pasaron por sus galerías miles de inmigrantes
de todo el mundo, que protagonizaron algunos de los sucesos más notables de la historia
nacional como la primera huelga obrera del país registrada en la prensa.

A finales del siglo XX (desde 1990) la reactivación de las explotaciones auríferas ha


despertado el interés y la preocupación por preservar la historia y la identidad cultural
en sus pobladores. La ausencia de una política clara y sustentable de protección
patrimonial, más allá de haber sido declarado Patrimonio Histórico Nacional desde
1981, sumados al saqueo y la destrucción, ponen en peligro la sustentabilidad de las ya
ruinosas construcciones.

En este marco que un grupo de ciudadanos h formado una ONG con la intención de
promover apoyos públicos y privados, nacionales y extranjeros, diseñando un proyecto
de recuperación patrimonial y de explotación turística responsable con la participación
de los pobladores como protagonistas.
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
Ubicación geográfica:

La región aurífera de Cuñapirú – Corrales – Zapucay se encuentra al Sur del departamento de


Rivera, limitrofe con el departamento de Tacuarembó, a 95 kilómetros de la ciudad de Rivera,
capital del departamento y a 35 kilómetros de la ciudad de Tacuarembó. La región está
dominada por las cuencas tributarias del Río Tacuarembó y de los arroyos Cunapirú y Corrales,
dentro de la región geológica denominada tradicionalmente isla cristalina.

Minas de Corrales es la población actual más importante de la zona minera, con una población
que se caracteriza por la migración casi permanente, durante los ciclos de explotación activa la
zona incorpora históricamente pobladores, cuando esta se termina el éxodo es casi inmediato.
La producción tradicional es netamente agropecuaria, con una baja incorporación de mano de
obra intensiva.

La distancia relativa de la frontera ha permitido que la traslación de la mano de obra y sus


familias se hiciera con facilidad hacia y desde el Brasil.

Desde el punto de vista socio cultural la región posee una de serie de características peculiares,
mientras en todo el departamento predomina el DPU como lengua franca y una masiva
presencia de familias de origen lusitano o brasilero, en esta zona hay una fuerte concentración
de familias descendientes de los antiguos mineros de origen europeo por lo cuál muchas de ellas
mantienen en sus tradiciones particularidades idiomáticas o costumbres propias de la tierra de
sus abuelos, siendo entre ellas muy raro encontrar el DPU.

Antecedentes históricos;

La historia de la región cuenta con una larga tradición que se remonta al siglo XVIII
cuando los meandros del arroyo Corrales, Tacuarembó y Cuñapirú lo hacen figurar en la
documentación de los primeros europeos haciendo referencia a las grandes cantidades
de ganado orejano allí existentes. Esto fue motivo de las disputas por la tierra entre
españoles, portugueses y misioneros Jesuítas que aquí habían localizado sus grandes
estancias de invernadas. Desde 1705, al menos, una ruta de penetración de tropas
misioneras unía los 7 Pueblos del Alto Uruguay con el paso de los Novillos del río
Negro, sobre dicho camino se construyeron guardias y capillas, posiblemente dos de
ellas en los actuales territorios de Tacuarembó - Rivera.

Expulsados los Jesuítas por las coronas ibéricas, se abre un amplio interregno donde la
nota dominante es la lucha por la ocupación de la tierra, enfrentando a tribus no
culturizadas y europeos; portugueses por un lado en su rápido avance hacia el sur y los
ricos patricios montevideanos atraídos por la miles de cabezas de ganado orejano,
provocando un célebre período de nuestra historia colonial como lo fue la lucha por la
frontera entre las coronas, especialmente en los que hace a la propiedad de la tierra, los
ganados y el contrabando.

Esta etapa tendrá un personaje central, José Gervasio Artigas, en sus múltiples papeles
de gaucho, tropero, contrabandista de ganado, blandengue español y líder
revolucionario. Durante el período 1797 - 1820 impulsó la población de la frontera
desde los diferentes planes promovidos por la corona española, siendo un activo
protagonista en la expedición fundacional de Azara, en estas tierras de Cuñapirú -
Corrales recibió a un contingente de nuevos propietarios, entre ellos un familiar directo.
Derrotado en la batalla de Tacuarembó la región sufre un proceso de cambio
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
poblacional profundo con la instalación de centenares de familias portuguesas
motivadas por la política de ocupación de la tierra desarrollada por Lecor.

De 1820 precisamente se tienen las primeras noticias del descubrimiento de pepitas de


oro en la zona por un hacendado portugués, haciendo el "bateo" en los arroyos de su
campo, sabemos que años después inició trabajos de explotación del oro con personal
idóneo traído de Minas Gerais (1) con mano de obra esclava.

DE LOS GARIMPEIROS A LAS GRANDES COMPANÍAS

Las primeras noticias de la existencia de oro en la región datan de 1820 cuando un hacendado
portugués, José Suáres, encontró pepitas de oro en el lecho de los arroyos de su estancia. Este
dato lo consignan los vecinos de Corrales y Cuñapirú en 1880 cuando reunidos resuelven
escribir una memorable crónica de la historia de la minería de esta zona, la cuál nos servirá de
guía en esta primera etapa de nuestro relato histórico.

Efectivamente, Suáres fue un personaje real que figura en 1824 en un censo de población
portugués en la zona, acompañado por su esposa, Rosa Ignacia de Jesús y seis negros esclavos.
Este hacendado fue el responsable de difundir la noticia del oro corralense más allá de las
fronteras y hacia 1830 trajo desde Minas Gerais cateadores experimentados trabajando en las
vertientes de Cerro Blanco y en el arroyo Zapucay.

Por entonces el único oro conocido en la campaña era el de las libras esterlinas o el de las joyas,
pero las pepitas no eran para la población dispersa y esencialmente ganadera de nuestras
campañas un elemento corriente. Seguramente por ello cuando la casa de Suáres en asaltada en
1843 los malhechores se llevaron todo aquello de utilidad, menos una botellas repletas de
bolitas doradas que fueron dispersadas por el piso por no saber que eran.

No se imaginaban entonces la codicia que despertarían aquellas pepitas desparramadas por el


piso de la habitación algunos años después.

Comenzaba así la primera etapa de la explotación aurífera de la región Cuñapirú - Corrales, fase
que denominaremos de los mineros aventureros, de los garimpeiros o de los SMOL
GUOLQUERS. Esta se extiende a lo largo de medio siglo y se caracteriza por el cateo en las
arenas de los arroyos y ríos, por la excavación de trincheras y socavones donde a golpe de
marrón y dinamita el cuarzo aurífero era arrancado del suelo y luego molido para extraerle el
oro.

Nacía así una utopía de riquezas, sueños de grandeza, de enriquecimiento rápido, que siempre
han sido compañeros inseparables del oro, aunque para la mayoría ver cumplido su sueño haya
sido una rara excepción y en muchos casos una verdadera pesadilla.

Este período de los cateadores y aventureros promovieron la riqueza regional en el estado de


Río Grande del Sur, especialmente en los distritos de Camacuá y Lavras do Sul donde ya se
explotaban minas de oro y plata.

Según el relato de los vecinos consignado en el documento que nos sirve de guía, desde allí
llegaron en 1856 los alemanes FRAIT y SANDER ( cuya descendencia permanece en el
departamento en el presente), el inglés ROYERD y el brasileño Lisbón Freira. Unos meses
después llegaría de varias partes Procopio Rivero, Pablo Rosadilla y muchos otros.

1
Así lo registran en 1880 pobladores de Cuñapirú - Corrales en documento testimonial.
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
A estos hombres debemos el descubrimiento de las principales minas conocidas hasta el día de
hoy, sus trabajos y exploración del terreno serán esenciales cuando lleguen a la zona los
primeros ingenieros de minas, los inversionistas y los especuladores.

Hacia 1860 el oro de Cuñapirú o de Tacuarembó como era identificado entonces, era noticia
nacional, la prensa capitalina hacia referencia a la denuncia de minas despertando el interés de
los inversionistas, ávidos de aumentar las tasas de rentabilidad de sus capitales. Las noticias
tenía un respaldo científico en la afirmaciones del químico francés Lenoble, radicado en
Montevideo desde 1838 y que escribía en periódicos de la época sobre las riquezas minerales
del país, así lo hará con unas muestras de cuarzo aurífero en 1848, destacando la alta calidad del
oro contenido en las rocas.
Desde Río de Janeiro vendrá otro apoyo importante para la minería, el Dr. Andrés Lamas,
plenipotenciario del gobierno oriental de Montevideo, abogará en la prensa brasileña por el fin
de la guerra como condición necesaria para el desarrollo del país. Sus escritos publicados por el
Jornal do Comercio sostenían: " es fuera de dudas que el suelo de la república encierra riquezas
minerales, la geología del país aún no ha sido estudiada, ni siquiera se investigó
superficialmente en ninguna parte el terreno donde aparecieron las muestras analizadas de
cuarzo aurífero", // " las causas que han servido y sirven de impedimento nos son comunes con
los demás estados formados de las colonias españolas. No podemos dejar de volver la vista
hacia ese ruidoso y elocuentísimo espectáculo llamado California. Allí existió nuestra raza por
espacio de 3 siglos, primero colonia española, después nación americana, entregada como sus
hermanos a la política abstracta, a la lucha de pasiones y de personas, sobre tesoros inagotables.
Nadie veía el oro que pisaba, ninguno bajaba los ojos para verlo, ni extendía sus brazos para
recogerlo".

La minería era en esos tiempos una aventura peligrosa, el Norte era una lejana región poblada
de bandoleros y brasileros. Los capitales nacionales y extranjeros estaban encerrados en
Montevideo.

En esta zona en los años 50 del siglo 19 lo único que se conocía por California eran las grandes
arreadas de ganado que un hacendado brasileño apodado Yico Pedro o Muringue realizaba en la
región de los ríos Arapey, Tacuarembó, Cuareim y Yaguarí. Estas arreadas tenía como centro de
organización Santa Ana do Livramento y Bagé, y como destino los saladeros de Pelotas y Río
Grande.

Terminada la Guerra Grande en 1851 el país se encauza por un breve tiempo en la paz
recuperadora de la economía y de la sociedad en su conjunto. Blancos y colorados, doctores y
caudillos se dan una tregua.

El primer presidente electo será Juan Francisco Giró y uno de sus grandes méritos como
gobernante fue salir de la murallas de Montevideo y recorrer el país para conocerlo tal cuál es.
Así llegó hasta San Fructuoso, hoy ciudad de Tacuarembó, donde fue recibido con las galas
correspondientes a su alta investidura.

En este largo viaje fue acompañado por la prensa capitalina, el cronista del diario La
Constitución nos ha legado sus impresiones del viaje: " Tacuarembó, 4 de diciembre de 1852,
ayer por la tarde volvió a correrse la sortija por los jóvenes oficiales de este pueblo, este juego
consistía en insertar en la punta de un palo o de una lanza el anillo o aro suspendido a
determinada altura del suelo por una piola. Dos de los premios se habían destinado al Sr.
Presidente y al Sr. Ministro y en efecto, acabado que fue el juego se presentaron los corredores a
su excelencia y dejaron en su mano un rico anillo de oro extraído de una de las minas del
departamento y trabajado en este pueblo".

La primera denuncia formal de minas ante el gobierno nacional fue realizada por el empresario
capitalino Federico Nin Reyes el 20 de julio de 1852. Denunció en el departamento de
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
Tacuarembó, minas de oro entre Cuñapirú y Corrales; entre Corrales y Yaguarí, en los Cerros
Blancos, y minas de cobre en los Cerros de Araicuá. Nin Reyes fue uno de los típicos
personajes emprendedores de su época, fue comerciante, militar en las filas de Oribe, Ministro
de Hacienda y luego Ministro de Gobierno.

En 1865 viaja a Francia donde se asocia con el industrial Carlos Tellier que venía estudiando la
conservación de la carne por medio del frío. En 1870 participó activamente en el levantamiento
militar de Timoteo Aparicio y luego del golpe de Estado de Latorre cierra su carrera política
dedicándose por entero a sus negocios, durante su vida estuvo asociado a los emprendimientos
de punta de la época como la iluminación a gas, una destilería de alcohol, la minería en
Tacuarembó y Salto , el enfriamiento de carne y el comercio exterior.
Pocos días después de las denuncias de Nin Reyes en el periódico La Constitución anunciaba en
titulares, Minas en el Estado: hemos podido ver un pedazo de oro como de media onza y
algunas pepitas de menor tamaño, provienen de algunos terrenos auríferos del departamento de
Tacuarembó, en el lugar denominado Cerro Blanco.

Las noticias generaron una natural expectativa , los informes de la afluencia de mineros a la
zona y los continuos reclamos de los estancieros contra las excavaciones y las explosiones de
dinamita que espantaban al ganado, obligaron al gobierno a intervenir para reglamentar las
explotaciones.

Los vecinos consignan en su documento que en 1857 llegó el minero inglés Daniel Lao cuyo
principal aporte fue traer una pequeña máquina de molienda, capaz de procesar una tonelada de
cuarzo por día instalándose en la márgenes del Cuñapirú.
En 1858 se descubrió filón principal de la mina San Pablo, conocida desde 1878 como Santa
Ernestina. Siendo esta mina el principal centro de explotación a gran escala de las companías
europeas.

Cuenta la historia que un indio de profesión domador, peón de una estancia encontró una veta
de cuarzo con una importante cantidad de oro y lo mostró a varias personas.
Pablo Rosadilla comenzó allí una explotación de la cuál extrajo más de un quilo de oro
utilizando para la molienda del cuarzo el instrumental clásico de los mineros de la época: un
mortero de madera con chapa de hierro en el fondo, mucha energía fisica y paciencia.

A principios de la década de 1860 llega a estas tierras Castrillón acompañado de un piquete de


soldados y con la orden de desalojar a todos los mineros que estuvieran trabajando en Cuñapirú
argumentando ser él el dueño de todas las minas. El respaldo de las armas es una razón
convincente y muchos acceden a pagarle 30 pesos por mes para culminar las prospecciones
iniciadas. El Jefe Político de Tacuarembó informa por su parte al Ministro de Gobierno que las
minas existentes en Cuñapirú , Corrales y Araicuá anuncian una riqueza que cuando menos
remuneraría los gastos de una excursión., empero todos estos son focos que permanecen
paralizados por falta de disposiciones estimulantes.

No todos estaban de acuerdo con esto, el Agrimensor Eduardo Frejeiro propondrá al Ministro de
Gobierno en julio de 1862 delinear el pueblo de Ceballos ( hoy Rivera ) tomando a cambio y
como forma de pago los derechos de beneficiar minerales en el rincón de Cuñapirú y Corrales.
En la misma fecha pero en Montevideo, Teodoro Chacón denuncias minas en el arroyo Corrales
y Zapucay.

Los vecinos registran su llegada en 1864 acompañado de un Ingeniero de minas inglés y varios
peones, realizaron varias prospecciones, se llevaron varias muestras de cuarzo y fundaron una
compañía minera cuyas acciones se cotizaban en la bolsa de valores.

En 1867 el diario La Tribuna informaba que las acciones de la "Sociedad reconocedora de


minas" de Don Teodoro Chacón no tienen valor en plaza, pero la empresa "Explotación de la
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
mina aurífera", situada entre Areicuá y Zapucay está en pleno trabajo y sus acciones cotizan
bien, suponemos que también esta empresa era de Chacón.

En 1866 llega a estas comarcas el Ingeniero de minas español, Clemente Barrial Posadas quién
sería el personaje principal de la historia minera del siguiente medio siglo.. Fue también un
hombre prototípico de su época, marcada claramente por la aventura, el descubrimiento y los
sueños de riqueza que animaban fuertemente a la sociedad capitalista. Había llegado a América
en una misión científica española, recorrió parte del continente recogiendo muestras de
minerales y fósiles, estableciéndose finalmente en Montevideo desde donde elabora un conjunto
de publicaciones científicas sobre la geología de la región, con especial atención a esta región.
Había sido contratado por Nin Reyes para reconocer el potencial minero de sus concesiones y al
año siguiente inicia formalmente sus explotaciones.

La primera empresa minera con carácter de gran explotación y con un Ingeniero de minas que
seguía un plan de explotación determinado fue creada en 1867, la empresa Barrial Posada y Cía.
Esta se instaló cercana al arroyo San Pablo de donde tomó su nombre y que hoy conocemos
como Santa Ernestina. Entre 1867 y 1869 construye además un local de molienda sobre el
arroyo Cuñapirú, aguas arriba de la actual represa.

Esta primera represa hidráulica desvió el curso natural del Cuñapirú por medio de sucesivas
explosiones que destruyeron parte de un cerro existente y con ello provocó una salto de agua
que movía los pisones de las máquinas de molienda. En 1870 las inundaciones periódicas
destruyeron parte del murallón central de la represa inutilizándola parcialmente.

En una de sus publicaciones afirma: "Trabajos todos efectuados con grandes costos y las
mayores dificultades como lo atestiguan miles de toneladas de mineral arrancadas a fuerza de
pólvora. Sobre cada locación de labores mineras construí casas, construí una usina en el
Cuñapirú en la que invertí considerables sumas de dinero, 3 años de tiempo y durante los cuáles
ocupé constantemente a 300 hombres". Este dato está plenamente confirmado por lo vecinos,
que aseguran que la máquina de molienda podía procesar hasta 20 toneladas diarias de mineral.
Durante la guerra civil de 1871 el predio de la usina en Cuñapirú fue abandonado y en los años
siguientes saqueado y sus instalaciones incendiadas, no obstante las minas no dejaron de
funcionar y el material arrancado a las entrañas de la tierra se fue acumulando y moliendo por
otros sistemas. La mina San Pablo siguió siendo el eje principal de la explotación hasta 1878,
cuando una maniobra fraudulenta en la que estuvo involucrado el gobierno dictatorial de
Lorenzo Latorre le quitó la propiedad a Barrial Posadas.

Hasta 1879, año en que se instala la primera gran compañía las denuncias de minas se suceden a
gran ritmo, con igual fuerza los arrebatos y despojos, el gobierno aún era inexperiente en temas
mineros y reaccionaba lentamente frente a las denuncias de desmanes. Pero la presencia de los
grandes capitales europeos, exigirá, como lo veremos actitudes firmes y enérgicas del poder
político. Con la llegada de los franceses y su instalación en la zona se cierra el gran ciclo de los
mineros aventureros o garimpeiros, no desaparecen como tal, pero el capital y la tecnología
industrial no les dejaran espacio de acción.

Finaliza también aquí el documento de los vecinos del distrito de Cuñapirú - Corrales, un
testimonio invalorable de aquellos que quisieron legar a la posteridad su relato y vivencias de
cómo se habían transformado los verdes prados ganaderos en un hormiguero humano donde los
idiomas extranjeros eran la nota características, es justo conocer quienes firman este documento:
ADAN SANDER, minero alemán, LISBON FREIRA, minero brasileño, JUAN GARCÍA,
comerciante español, ANTON PAZ, hacendado oriental, JULIO MILLER, hacendado,
VERÍSSIMO LEMOS , hacendado brasileño, LINO GONZALEZ, hacendado oriental,
FRANCISCO LAPREBENDERE, hacendado vasco- español, FERMIANO PAZ BRISOLA,
hacendado oriental, JUAN PAZ BRISOLA, hacendado brasileño, SALVADOR CORREIA,
hacendado brasileño, PROCOPIO RIVERO, minero brasileño, FRANCISCO ZAVALA,
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
comerciante oriental, MANUEL AGUINAGA, comerciante español, CAMILO VIEIRA,
hacendado brasileño, JERÓNIMO TEIXEIRA, hacendado brasileño, MANUEL
TORREGROSA, minero oriental .

LA CALIFORNIA URUGUAYA -
EL CICLO DE LAS GRANDES COMPAÑIAS

Hoy visitaremos un lugar especial, Santa Ernestina, de su grandeza, que recorrió el


mundo y fue vocablo corriente en los altos negocios de la especulación bursátil de
Londres y París, queda , lamentablemente, muy poco. Su realidad actual desmerece a la
colmena humana que allí vivió, pero esa es la norma en los enclaves imperialistas
mineros, a la riqueza y las multitudes siguen las ruinas y el vacío de gente.

El eje principal de las explotaciones mineras en la región, se centralizó a lo largo del


tiempo en la mina San Pablo, hoy llamada Santa Ernestina , con una extensión hacia el
sur vinculada a la Mina San Gregorio y hacia el Norte con la Usina de procesamiento en
Cuñapirú . Hasta allí llegaron desde lejanas regiones del mundo obreros, técnicos,
ingenieros y capitalistas a conocer las bondades de las duras rocas riverenses y verificar
personalmente las riquezas existentes. La inmigración desordenada al principio,
planificada después, dio paso al surgimiento de varias poblaciones en el entorno de las
minas y los centros de trabajo.

El filón de San Pablo fue descubierto ocasionalmente en 1858 por un indio, peón de la
estancia y de profesión domador. La muestra de cuarzo exhibida como verdadero trofeo
fue codiciada y Pablo Rosadilla, español, empleado del gobierno nacional como fiscal
de fronteras, obtiene los permisos necesarios para explotar el filón del cuál se dice retiró
más de un quilo de oro en pocos meses. En 1866 cuando Barrial Posada llega a la zona
este será el primer lugar seleccionado para establecer su compañía minera en 1867. Los
trabajos realizados son mencionados en un periódico tacuaremboense en 1869 como
importantes, socavones, trincheras y aún galerías con el filón de oro a la vista.

Ya en 1870 Santa Ernestina, nombre que adquiere a partir de 1878, tenía un conjunto de
casas particulares y comerciales que anunciaban el surgimiento de un pueblo. Alrededor
de 300 hombres de procedencia europea ( italianos, vascos y españoles ) americanos (
brasileños y argentinos ) y orientales, cumplían tareas entre la Mina San Pablo y la
Usina de Cuñapirú. Pero sería este año de 1870 fatídico para las explotaciones,
sucesivas inundaciones demostrarían el poder del Cuñapirú tormentoso, llevándose la
muralla central del la usina, luego vendrá la tormenta política característica de nuestra
región, la revolución caudillesca, en este caso de Timoteo Aparicio y el consecuente
éxodo de los trabajadores hacia el Brasil u otras regiones para evitar ser enrolados a la
fuerza en el ejército gubernamental o en el revolucionario. En 1872 la Usina de Barrial
Posada se encontraba saqueada e incendiada, pero las minas no dejaron de trabajar.

Hasta la instalación de la primera gran compañía, Barrial Posada además de sus trabajos
en el campo escribía sobre la geología del lugar y enviaba muestras de los minerales a
todas partes del mundo, su proyecto era interesar a los grandes capitales para que se
instalasen aquí y realizaran la gran explotación minera de esta zona de América.
En diciembre de 1877 le escribe a su capataz, Joaquín Oruezabal ( cuya descendencia
aún vive en Corrales ) pidiéndole le envíe muestras seleccionadas de mineral para
enviarlas a la exposición Universal de París,
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
la más grande de las exposiciones industriales de su tiempo. Junto a las muestras
enviará su publicación: Estudio Geológico de la región aurífera de Tacuarembó, que
comprende los distritos de Yaguarí, los Corrales y Cuñapirú, redactado en español y
francés y que le valiera el reconocimiento y diplomas de honor de la organización del
evento parisino.

Insólitamente en París se gestará uno de los grandes fraudes económicos y políticos de


aquellos tiempos, que tendrá como centro al propio Barrial Posadas, a los hermanos
Birabén y al dictador Coronel Latorre.

En París Barrial Posada consigue interesar a químicos, industriales e inversionistas de la


potencialidad minera de la región, obteniendo el compromiso de que se enviaría un
técnico de primer nivel a evaluar los planteos realizados.

El mundo de los negocios tenía como sede a Londres y París, había allí muchos
rioplantenses radicados, intelectuales, políticos, hombres de negocios y especuladores.
París era la Meca del mundo y el lugar correcto para hacer negocios de mucha plata.

Desde 1876 Barrial Posadas mantenía negocios con la firma Birabén Hermanos,
Alberto, radicado en Montevideo y Leoncio Birabén radicado en París. Las muestras
seleccionadas de oro extraídas de Corrales eran enviadas por Birabén a París y allí
exhibidas en diversos círculos de inversores. En 1878 se concreta el viaje del Ingeniero
de minas Victor L'Olivier , según lo pactado a su arribo al país se encontraría con
Barrial Posadas y viajarían a la frontera para observar las minas. Pero el ingeniero
francés viene acompañado de Leoncio Birabén y en el puerto lo espera solo su hermano
con quién se dirigen a Cuñapirú. Luego del reconocimiento in situ y del embarque de
muchos quilos de muestras en el vapor Cordillera, de vuelta a Francia, L'Olivier redacta
un informe recomendando la explotación de las minas, en setiembre en París dirá
además que la riqueza de las minas que visitó solo es comparable a las minas de oro de
California y Australia y los filones auríferos de Minas Gerais no rivalizan en riqueza
con los de Cuñapirú. Este informe es la prueba definitiva de las riquezas platenses,
Cuñapirú - Corrales ingresaba al circuito mundial de inversiones. La nueva california
sudamericana había sido descubierta por los franceses, había que apurarse antes que los
ingleses, en competencia permanente, tomaran para sí estas tierras.

El informe de L'Olivier, conocido por los hermanos Birabén sentenció a Barrial


Posadas, con la ayuda del Coronel Ernesto Courtin, amigo personal de Latorre, estos
obtienen los derechos de propiedad sobre las minas de Barrial Posadas, la mina San
Pablo pasó a llamarse concesión Santa Ernestina con 1600 hectáreas de superficie,
posteriormente obtienen las otras minas sobre le Corrales que pasan a llamarse
concesión Lorenzo Latorre sobre 2000 hectáreas de superficie. El fraude y el gran
negocio estaban consumados. Cuando se forma la Compañía Francesa de Minas de oro
del Uruguay en octubre de 1878, los hermanos Birabén ofrecen a dicha sociedad estos
terrenos por la fantástica suma de 1 millón 200 mil pesos y 80 mil pesos en monedas de
oro.

En la denuncia judicial que Barrial Posada inicia contra estas acciones y que le llevó
hasta su muerte a principios del siglo 20, acusa de corrupción al gobierno de la Latorre,
a sus amigos y a la propia justicia. Courtin habría recibido 200 mil pesos por sus
gestiones ante Latorre, los capataces de las minas involucrados 30 mil pesos,
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005

también recibieron cuantiosas sumas el juez del crimen Dr. Dioniso Ramos, altos
jerarcas del gobierno y aunque no lo dice, suponemos que hasta el propio dictador. Sus
reclamos le valieron varias amenazas de muerte y desmentidos públicos, no obstante el
gobierno de Tajes le ofreció 2 millones de pesos como compensación por las pérdidas
ocasionadas y naturalmente su silencio, era este un reconocimiento explícito por parte
del gobierno de la veracidad del fraude.

Barrial Posada nunca ganó la causa, su persona y sus trabajos cayeron en el olvido hasta
hace unos pocos años, en cambio los hermanos Birabén fueron recordados como los
iniciadores de la explotación minera en la zona, figuran inclusive en la nomenclatura de
las calles de Corrales. Solo cuando se recuperó para la historia el documento de los
vecinos de Corrales - Cuñapirú es que se le reconoce allí por los propios protagonistas
la paternidad de los trabajos de difusión de la zona.

LA COMPAÑÍA FRANCESA DE MINAS DE ORO DEL URUGUAY FUE creada a finales de


1878 y formalizada en París en agosto de 1879, esta Compañía Francesa se constituía
con un capital de 10 millones de francos. El Directorio estaba presidido por Mr. Tirard,
poco después Ministro de Comercio de Francia, también lo integraban entre otros, Mr.
Denizot, ingeniero químico de las usinas de refinamiento de oro vinculadas al gobierno
galo y el banquero Mr. Goselín.

Cuñapirú- Corrales había despertado la codicia de la flor y nata de la sociedad burguesa


europea y rioplatense. Allá un Ministro de Estado, acá la máxima figura de la dictadura
militar. El negocio minero entraba sin dudas en la etapa de los grandes circuitos
económicos, el país ingresaba con ello al mundo imperialista con algo más que sus
vacas y cueros, el nombre del país circulaba en la prensa europea como el centro de
atención de los inversionistas.

Como lo afirma el gran historiador Hobsbawn: " El acontecimiento más importante en


el siglo 19 es la creación de una economía global que penetró de forma progresiva en
los rincones más remotos del mundo con un tejido cada vez más denso de transacciones
económicas, comunicaciones y movimiento de productos, dinero y seres humanos que
vinculaban a los países desarrollados entre sí y con el mundo subdesarrollado. En el
fenómeno del imperialismo europeo el desarrollo tecnológico dependía de materias
primas que por razones climáticas o por los azares de la geología se encontraban
exclusiva o muy abundantemente en lugares remotos, un ejemplo de ello es el petróleo o
el caucho, el estaño y el cobre.

Pero existía una demanda constante y nunca satisfecha de metales preciosos que en este
período convirtió a Sudáfrica en el mayor productor de oro del mundo. Las minas
fueron los grandes pioneros que abrieron el mundo al imperialismo y fueron
extraordinariamente eficaces por que sus beneficios eran lo bastante importantes como
para justificar también la construcción de ramales de ferrocarril".

En mayo de 1879 arribaban al puerto de Montevideo el Ingeniero L'Olivier con sus


empleados y 40 toneladas de herramientas que serían transportadas hasta Paso de los
Toros y desde allí a Santa Ernestina en carretas tiradas por bueyes.
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
Conocemos de esta primera etapa de la empresa algunos de los nombres de sus
protagonistas, L'Olivier era el director general, Amavet, Desbans y Barbier los
ingenieros de minas, Oruezabal, Bernard y Terrie los capataces. Se contrataron además
comerciantes para brindar servicios de alojamiento, alimentación y vestido a los obreros
siendo ellos Ramón Ignacio Justede, Juan Elizalde, Bautista Jacas y Aldabalde.

El personal obrero en su mayoría eran inmigrantes que llegaban al puerto capitalino y


eran contratados para empresas prácticamente desconocidas, muchos no tenían otra
opción y fueron sometidos a un tratamiento inhumano por las condiciones del trabajo
minero y las extensas jornadas diarias.

A fines de 1879 el repiqueteo de las herramientas y el estampido de la dinamita


abriendo las entrañas de la roca multiplican su eco por la comarca. Eran sonidos
diferentes, voces y lenguas extrañas, máquinas impensadas que rompían la monotonía
ganadera en una zona donde el alambrado era una raridad, un lujo caro. Los criollo
observan con asombro como se elevan los edificios de piedra cortada con velocidad
vertiginosa y como se horada la piedra con facilidad, los túneles recorren la región,
ahora abunda el trabajo para ellos, ladrilleros, caleros, monteadores, carboneros,
carreros, peones, todos son necesarios.

Poco después vendrán los grandes logros de la tecnología europea a transitar por
nuestros campos. El ferrocarril que apenas llegaba al centro del país, estaba siendo
construído aquí para acarrear el mineral desde la mina hasta Cuñapirú, donde otra
colmena humana dominaba el arroyo y construía una enorme represa, la más importante
del país por entonces, para mover la maquinaria que molería el cuarzo.

Un año después de instalarse la compañía la prensa de Tacuarembó informaba que la


empresa empleaba a 460 obreros permanentes y otros 300 zafrales, las estancias de una
década atrás dejaron paso a 11 fondas, 5 comercios grandes de ramos generales,
panaderías y una centena de humildes casas obreras. El capital de giro era muy
importante, la riqueza era visible, también lo era el sufrimiento de los trabajadores.

Por entonces la mina poseía un pozo central de 30 metros de profundidad por 3 de


ancho y 5 de largo, hasta los 22 metros estaba todo revestido de piedra cortada y
ensamblada. A esa profundidad sale un túnel de 120 metros de longitud que empalma
con la vía del ferrocarril de troncha angosta que contaba ya con 6 quilómetros de vías
con 15 alcantarillas y 1 puente de hierro sobre el arroyo San Pablo.

El diario El Siglo de Montevideo decía el 14 de junio de 1881 sobre esta explotación


minera: Actualmente están terminadas las principales obras de la Usina, el material
completo ha llegado al puerto de Salto, la usina podrá trabajar con capacidad completa
en 1882. En Santa Ernestina el pozo central ya llega a 43 metros y la línea del ferrocarril
ya está instalada. El resultado de los análisis primarios revelan una 73 mil toneladas de
piedra con mineral explotable. La conclusión a la que se llega es que en la concesión de
Santa Ernestina existe material para una explotación regular por 20 años". Un informa
de esta naturaleza era poco común en nuestro país, muy pocos emprendimientos por
entonces podía tener una expectativa de continuidad por más de una década, no obstante
el entusiasmo iba en ascenso y a finales de 1881 el Directorio en París resuelve
aumentar el capital general de la empresa con 5 millones de francos más, las ganancias
previstas para el ejercicio de 1882 eran de 3 millones de francos.
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005

Todo era euforia en París, los accionistas vivían el éxito del emprendimiento, las
acciones cotizaban cada vez más en la bolsa de valores de París y Montevideo. La
prensa no cesaba de hablar de las riquezas del oro, los primeros lingotes fueron
vendidos en Montevideo y su comprador fue nada menos que el Coronel Lorenzo
Latorre.

Para el gobierno uruguayo este era un tema importante, lo demuestra la visita del
Coronel Máximo Santos, Ministro de Latorre en 1881 y su inmediato sucesor. Estuvo
recorriendo las instalaciones de Cuñapirú y Santa Ernestina, luego se trasladó a Corrales
donde estuvo por algunos días en el campamento de su particular amigo el comandante
Pablo Galarza, instalado en las Pitangueras con su 4to Regimiento de Caballería, uno de
los orgullos del ejército nacional por entonces. También queda demostrado con la
creación del cargo de Fiscal de Minas en octubre de 1881 recayendo en Florencio
Michaelson dicha responsabilidad.

En su informe de ese año con referencia a Santa Ernestina dice que se han realizado
varios pozos, uno de ellos tiene 44 metros de profundidad, existe ya una red de galerías
subterráneas cuya longitud total alcanza los 1600 metros y posee además varios trabajos
a cielo abierto. En esta mina trabajan mas de 200 obreros y cerca de la mina principal se
ha formado un pequeño pueblo cuya población asciende a 400 habitantes.
En 1882 a este pueblo llegará el Dr. Francisco Vardi Davison como encargado del
hospital de la minera, ese mismo año La Clotilde recorrerá el camino de hierro hacia
Cuñapirú llevando su preciosa carga. Un islote tecnológico y cultural europeo estaba en
pleno funcionamiento en medio de la campiña ganadera.

Un cronista del periódico El Liberal de Tacuarembó nos brinda una excelente


descripción de este lugar en 1883: La mina de oro da su nombre a la población, su pozo
central horadado en la dura roca, había llegado a los 95 metros de profundidad. Diversas
galerías se habían concluido y abundante cantidad de cuarzo se había arrancado de sus
filones auríferos. En Santa Ernestina las construcciones más importantes eran el
almacén de depósitos de útiles y herramientas pertenecientes a la compañía minera, la
casa jardín en la que residía el jefe de los trabajos de explotación y el vasto edificio de
José Aguirre, único Hotel allí. El comercio estaba representado por 7 casas de negocio
de ramos generales, las más importantes el almacén y tienda al por mayo de Justedes,
las de igual ramo de Ferrer y Aguinaga y la zapatería del vasco Zumalacarregui. Otros
negocios importantes eran propiedad de Pablo Antich y Carbonell, de Francisco
Bernard y de Prudencio Isasa."

La importancia de este centro fue tal que en 1884 cuando se crea el departamento de
Rivera , la Junta Económica de Tacuarembó, de quién dependíamos, considera que la
capital del nuevo departamento debía ser Santa Ernestina, debido a la cantidad de
población y al importante giro de capitales. Su importancia queda reforzada por la
inauguración de una escuela en 1885 y de un pequeño teatro con 100 butacas en 1886.

Hasta aquí llegarían las más cotizadas bailarinas y compañias de circo y teatro, los
espectáculos artísticos eran caros pero mantener un estilo de vida europeo así lo exigía.
Muchos de estos eran contratados por el Jefe Político de Tacuarembó, Comandante
Carlos Escayola, cuyo teatro en Tacuarembó fue diseñado y construído por el Ingeniero
L'Olivier, director de la minera.Hasta este centro llegarán bailarinas del Mouline Rouge
CENTRO DE DOCUMENTACIION HISTORICA DEL RIO DE LA PLATA Y BRASIL
PROF. EDUARDO R. PALERMO – PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
ANTROPOLOGIA DEL MERCOSUR – MONTEVIDEO. 2005
de París y muchas mujeres entre quienes vendría Berta Gardes, bailarina de cabaret y
madre adoptiva del famoso Carlos Gardel cuyo padre era Escayola. Gardes y Gardey
son apellidos conocidos en la zona, el uno francés, el otro italiano, dejemos que la
imaginación vuele y tal vez veamos al zorzal criollo dando sus primeros pasos en estos
suelos fronterizos.

También podría gustarte