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RESUMEN DE DRÁCULA

Capítulo 10
El capítulo 8 presenta las entradas del diario de Mina del 8, 11, 12, 13, 14, 15, 17, 19 y 19 de agosto. Incluye
también la correspondencia entre Samuel F. Billington e Hijo, corredores de Whitby, con los señores Carter,
Paterson y Cía., de Londres, entre los días 17 y 21 de agosto, y concluye con la entrada del diario del Dr.
Seward del 19 de agosto.

En el medio de la noche, Mina se despierta con una sensación de agobio y encuentra la cama de Lucy vacía.
Busca a su amiga frenéticamente, primero por toda la casa y luego afuera. Así, llega hasta la iglesia, con la idea
de que quizás Lucy está en su asiento favorito en el cementerio. Mientras se aproxima, puede contemplarla a la
distancia: Lucy está acostada sobre el banco, y una extraña figura parece estar inclinada sobre ella. Sin
embargo, la iglesia se interpone en la visión de Mina a medida que avanza y, momentos después, la figura
oscura ha desaparecido sin ningún rastro, por lo que Mina duda de que haya existido realmente.

Lucy respira con dificultad y está sumida en un sueño convulso. Mina coloca un manto sobre su amiga, y se lo
ajusta con un prendedor al cuello; entonces, observa que Lucy tiene allí dos marcas, y piensa que se las ha
hecho ella accidentalmente al ajustarle el prendedor. Las noches siguientes, Mina cierra con llave la puerta de la
habitación que comparte con Lucy, para que su amiga no pueda salir estando sonámbula.

Un día, mientras las dos amigas dan un paseo, Lucy murmura: “¡De nuevo sus ojos rojos! Son exactamente
iguales” (p.115), mientras observa el banco en el que Mina la halló noches atrás. Esa noche, cuando Mina
regresa a la casa de dar un paseo, observa a la distancia que Lucy está sentada en el alféizar de su ventana
abierta y un enorme pájaro negro parece estar junto a ella. Para cuando Mina llega a la habitación, Lucy vuelve
sonámbula a su cama, mientras se rasca con una mano la garganta. Mina sigue preocupándose: conforme los
días pasan, Lucy está cada vez más pálida y débil. Mina también se entera de que la madre de Lucy padece
problemas de corazón y podría morir en cualquier momento. Sin embargo, la Señora Westenra no quiere que su
hija se entere de su afección, por lo que Mina guarda el secreto.

En las correspondencia entre los corredores de Londres y de Whitby el lector se entera que las cincuenta cajas
de tierra traídas en el Deméter son enviadas a Carfax y ubicadas en la capilla en ruinas de la abadía.

En las últimas entradas del diario de Mina, se reporta que Lucy se ve cada vez más demacrada, aunque sus
ánimos no se han visto dañados. En un paseo, Lucy le cuenta lo que soñó esa noche en que Mina la encontró
en el banco del cementerio: la joven recuerda un sentimiento de terror mezclado con dicha, y la sensación de
que el alma se le escapaba del cuerpo.

Finalmente, Mina recibe noticias de Jonathan: una monja llamada Agatha envía una carta reportando que
Jonathan fue encontrado hace semanas en un estado de fiebre y debilidad extremos. El inglés había logrado
llegar a Budapest, y allí fue encontrado delirando sobre lobos y demonios. Mina entonces parte con premura
para reunirse con Jonathan en el convento donde le han dado asilo y lo están cuidando.

El Dr. Seward reporta que la conducta de Renfield se ha vuelto más extraña. Se la pasa hablando de un
“maestro”, con un lenguaje críptico que remeda muchas de las declaraciones sobre Cristo del Nuevo
Testamento. Una noche en la que el Dr. Seward está considerando tomar hidrato de cloro para dormir, Renfield
se escapa. El doctor y sus ayudantes lo encuentran en Carfax, tratando de forzar la puerta de la capilla en ruinas
y jurando lealtad a su Señor. Después de una pelea desesperada, consiguen capturarlo y lo devuelven al asilo.
Sorprendido por la fuerza de Renfield, el Dr. Seward ordena que le coloquen un chaleco de fuerza y lo destinen a
una de las celdas acolchadas, para que no pueda hacerse daño.

Capítulo 9
El capítulo 9 presenta la correspondencia entre Mina y Lucy, con cartas fechadas el 24 y el 30 de agosto; las
entradas del diario del Dr. Seward de los días 20 y 23 de agosto y 4 de septiembre, y las entradas del diario de
Lucy del 24 y 25 de agosto. Además, se incluyen telegramas entre Arthur Holmwood y el Dr. Seward entre el 31
de agosto y el 2 de septiembre, y cartas y telegramas entre el Dr. Seward y Abraham Van Helsing del 2 al 6 de
septiembre.

Mina le envía una carta a Lucy desde Budapest y le cuenta que Jonathan no puede recordar casi nada de lo que
le sucedió en Transilvania, y aunque piensa que su diario de viaje contiene el secreto de los orígenes de su
fiebre cerebral, tiene mucho miedo de leerlo. Por eso, él le entrega el diario a Mina y le da permiso para leerlo,
aunque le pide que nunca le cuente lo que contienen esas páginas. Jonathan y Mina deciden casarse
inmediatamente, y Mina envuelve el diario y sella el envoltorio, resuelta a no leer jamás sus páginas a menos
que sea necesario por una cuestión de vida o muerte. Lucy le envía una carta felicitando a Mina y contándole
que Arthur se ha unido con ella en Whitby.

El diario del Dr. Seward provee más información sobre Renfield. Encerrado en su celda, no para de murmurar
que puede esperar. Una noche, vuelve a escapar y es encontrado otra vez frente a la puerta de la capilla de
Carfax. Mientras los empleados de Seward tratan de subyugarlo, Renfield se calma repentinamente cuando ve
un enorme murciélago que surca el cielo.

Lucy comienza a llevar su propio diario. Ha vuelvo a su casa en Hillingham, pero su salud sigue siendo frágil. Por
la noche, su sueño es perturbado por el sonido del aleteo de un enorme murciélago, que golpea a su ventana.
Le duele terriblemente la garganta y a veces se le hace difícil llevar aire a sus pulmones.

Arthur le escribe al Dr. Seward preguntándole si puede observar a Lucy, ya que su salud se está deteriorando sin
un motivo aparente. Aunque Arthur está muy preocupado por su prometida, debe acudir al llamado de su padre,
que se encuentra muy enfermo. El Dr. Seward va a ver a Lucy y le reporta a Arthur que no puede encontrar una
causa para su debilidad. Luego le escribe una carta a su viejo profesor, Abraham Van Helsing, un doctor con un
conocimiento excepcional de enfermedades extrañas. Van Helsing visita a Lucy pero no es capaz de
diagnosticar su dolencia, y los síntomas de la joven lo perturban profundamente, por lo que le pide al Dr. Seward
que lo tenga muy al tanto de cualquier cambio en la condición de la enferma.

Renfield ha retomado la ingesta de arañas y usa azúcar como señuelo para atraerlas. Sin embargo, de pronto
sufre un cambio repentino de personalidad, y dice que está harto de sus viejos hábitos de conducta.

Los días 4 y 5 de septiembre, el Dr. Seward envía telegramas para avisar que la condición de Lucy está
mejorando, pero el 6 envía un telegrama urgente avisando de un terrible cambio y solicitando la presencia
inmediata de Van Helsing.
Capítulo 10
El capítulo 10 incluye una carta del Dr. Seward a Arthur Holmwood fechada el 6 de septiembre, las entradas del
diario del Dr. Seward de los días 6, 7, 8 y 9, 10 y 11 de septiembre y la entrada del diario de Lucy Westenra del
día 9 de septiembre.

Dr. Van Helsing examina a Lucy, quien está cada vez más demacrada. Decide realizarle una transfusión de
sangre, para lo que utiliza a Arthur. Luego le pide al hombre que los deje a solas con Lucy. Van Helsing le indica
a Seward que debe quedarse despierto toda la noche junto a la enferma, y luego regresa a Ámsterdam para
buscar libros y materiales. Al día siguiente, Lucy ha mejorado mucho. Escribe en su diario que siente la
presencia de Arthur dentro suyo y que se siente segura entre los hombres que la cuidan y la protegen. Seward
está exhausto de pasar las dos últimas noches despierto, y Lucy insiste en que ella se encuentra lo
suficientemente bien como para dormir sola. Seward se duerme entonces en un sillón del cuarto adyacente. A la
mañana siguiente es despertado por Van Helsing. Los dos hombres se horrorizan al descubrir que Lucy está
peor que nunca: ha perdido una cantidad increíble de sangre, y sus encías se han consumido, dejando a la vista
unos dientes que ahora parecen más grandes y afilados. Van Helsing realiza otra transfusión, esta vez utilizando
a Seward como donante. Al día siguiente, un paquete conteniendo flores de ajo llega para Van Helsing. Con él
realiza una guirnalda que coloca sobre los hombres de Lucy, y otras que cuelga en toda su habitación,
especialmente en la ventana. A Lucy se le permite dormir sola esa noche, pero se le indica que por ningún
motivo debe quitarse el ajo de encima.

Capítulo 11
Este capítulo incluye las entradas del diario de Lucy de los días 12 y 17 de septiembre; las del diario del Dr.
Seward de los días 12, 17 y 18; un artículo de The Pall Mall Gazette del 18 de septiembre; un telegrama de Van
Helsing al Dr. Seward fechado el 17 de septiembre, y unas notas dejadas por Lucy el 17 de septiembre.

Cuando Van Helsing y Seward llegan a la mañana siguiente, son recibidos por la Señora Westenra, quien les
dice alegremente que ha removido todas las flores del cuarto de Lucy, incluso la guirnalda que tenía en su cuello,
y ha abierto las ventanas para que la joven pudiera tomar un poco de fresco. Una vez que la señora ha
abandonado la habitación, el temple de Van Helsing se quiebra por primera vez. Cuando recobra la compostura,
los dos hombres entran al cuarto de Lucy y la encuentran horrorosamente drenada. Esta vez, Van Helsing es el
donante de sangre. Luego, le advierte a la señora Westenra que nunca debe quitar nada del cuarto de Lucy, y le
dice al Dr. Seward que él mismo se quedará con Lucy las noches siguientes. En su diario, Lucy registra sentirse
mucho mejor, a pesar de que puede escuchar el sonido de algo que golpea contra su ventana con furia.

El artículo del 18 de septiembre de The Pall Mall Gazette reporta que un lobo ha escapado del zoológico y
regresado al día siguiente, con su cabeza cubierta por fragmentos de vidrios.

De nuevo en el asilo psiquiátrico, y mientras espera noticias de Van Helsing, Seward está trabajando en su
oficina cuando es atacado por Renfield. El loco irrumpe en la sala, agrede al doctor con un cuchillo y le corta la
muñeca. Seward logra reducirlo con un golpe, y en ese momento Renfield parece perder interés en él. Mientras
los empleados de seguridad llegan a la sala, Renfield está lamiendo la sangre derramada por Seward. Mientras
tanto, Van Helsing envía un telegrama para pedirle a Seward que se dirija cuanto antes a Hillingham y pase la
noche cuidando a Lucy, ya que él debe pasar el día en Ámsterdam. El telegrama, sin embargo, se retrasa veinte
horas, y Seward no obtiene las instrucciones a tiempo.

Lucy tiene problemas para dormir, y su madre la acompaña y se acuesta con ella. Repentinamente, un lobo
golpea con su cabeza la ventana y hace añicos el vidrio. La madre de Lucy se espanta con la presencia del
animal y se levanta precipitadamente de la cama, con movimientos tan descontrolados que se cuelga de la
guirnalda de Lucy y se la arranca del cuello. Afectada por las emociones, la señora Westenra sufre un ataque al
corazón de consecuencias fatales. El lobo entonces se retira y desaparece, y Lucy pierde la conciencia. Cuando
vuelve en sí, las cuatro criadas de la casa se presentan en la habitación. Aterrorizadas, envuelven el cadáver de
la señora Westenra y lo acuestan en la cama. Lucy les ordena que bajen a la cocina y beban un vaso de vino
para calmar los ánimos. Luego, coloca las guirnaldas de ajo sobre el cuerpo de la madre. Como las criadas no
regresan, Lucy se dirige al comedor para buscarlas, y las encuentra a todas inconscientes en el piso. En el vino
descubre también el olor del láudano, una potente droga narcótica. Lucy escribe luego, al regresar a su pieza
para registrar toda la situación, que el aire se está llenando de chispas que flotan y dan vueltas en círculos. La
última entrada de su diario finaliza con la confesión de que no sobrevivirá la noche.

Capítulo 12
El capítulo 12 incluye las entradas del diario del Dr. Seward de los días 18, 19 y 20 de septiembre; dos cartas sin
abrir de Mina dirigidas a Lucy y fechadas el 17 y el 18 de septiembre, y un reporte del doctor Patrick Hennessey
al Dr. Seward fechado el 20 de septiembre.

Los dos doctores llegan al día siguiente a Hillingham, pero todas las entradas están bloqueadas, por lo que
tienen que forzar una ventana trasera que da a la cocina. En el salón hallan a las cuatro sirvientas inconscientes,
a la señora Westenra muerta y a Lucy, agonizante. Seward despierta a tres de las sirvientas -una de ellas sigue
durmiendo- y las pone a preparar un baño para Lucy. Un mensajero llega de parte de Arthur, pero Seward lo
manda a esperar y se olvida de él. Después de darle un baño caliente a Lucy, los doctores se encuentran
perdidos: Lucy necesita otra transfusión, y ninguno de ellos tiene las fuerzas suficientes como para afrontar otra
vez la pérdida de sangre. En ese momento, Quincey Morris aparece escena: es el mensajero que Arthur ha
enviado y que el Dr. Seward dejó esperando. Quincey dona su sangre. Mientras tanto, Van Helsing encuentra las
últimas notas de Lucy, en las que se describen los eventos de la noche anterior. Van Helsing comparte las notas
con Seward, quien no sabe cómo interpretarlas. Más tarde, Quincey le pregunta a Seward cómo pudo Lucy
absorber tanta sangre si él es la cuarta persona en donar, y claramente el cuerpo de la joven no es tan grande
como albergar tanta sangre. Mientras Lucy duerme, Van Helsing coloca las notas de nuevo en su pecho, donde
las encontró. Entre sueños, Lucy trata de romperlas, pero Van Helsing se las quita. Al día siguiente, Seward
reporta que los dientes de Lucy se ven mucho más grandes y afilados que antes. Arthur Holmwood llega
finalmente a escena y lo embarga la emoción ante los trágicos eventos. Seward escribe que duda mucho de que
Lucy pueda sobrevivir un día más.

Mientras tanto, Mina escribe (y sus cartas quedan sin abrir) para contarle a Lucy que Jonathan y ella han
regresado a Inglaterra. Jonathan es ahora un asociado en la firma de Hawkins, y ha sido nombrado heredero de
la fortuna de su antiguo jefe y ahora colega.
El asistente de Seward, Patrick Hennessey, reporta las últimas noticias sobre Renfield: al ver a dos hombres
cargando cajas llenas de tierra a Carfax, Renfield escapa y los ataca con violencia antes de que puedan
regresarlo al asilo.

Mina escribe otra carta a Lucy para contarle que el señor Hawkins ha muerto, dejando toda su fortuna a
Jonathan y a ella. Jonathan está profundamente preocupado, de luto y abrumado por sus nuevas
responsabilidades.

Lucy está al borde de la muerte. En sueños, se quita la guirnalda de ajo que Van Helsing le ha colocado y sus
dientes, sus caninos particularmente, están muy afilados. Cuando está despierta, aprieta las flores contra su
cuerpo; cuando está dormida, las retira. Seward se percata de un murciélago que vuela cerca de la ventana del
cuarto.

La mañana del 20 de septiembre, los doctores descubren que las heridas en el cuello de Lucy han desaparecido
completamente. Van Helsing anuncia gravemente que el fin se aproxima y llaman a Arthur. Lucy le pide a su
prometido que la bese, con una voz suave y voluptuosa que el Dr. Seward nunca había escuchado en ella.
Arthur está por hacer lo que la moribunda le pide, pero Van Helsing lo detiene con mucha violencia. En un primer
momento, Lucy está enfurecida, pero tras un momento de sopor recupera su compostura y le agradece al doctor
todo lo que ha hecho por ella. Lucy llama a Van Helsing "amigo" y le pide que proteja a Arthur y le dé paz a ella.
El viejo médico jura solemnemente que hará ambas cosas. Luego, los ojos de Lucy se encuentran con los de
Arthur después de que este la besa en la frente en lugar de la boca y, tras un momento, Lucy muere.

En su muerte, Lucy parece recobrar toda la belleza que la agonía había opacado, y su piel pierde la palidez
cadavérica que había tenido los últimos días.

Capítulo 13
El capítulo contiene la continuación del diario del Dr. Seward del 20 de septiembre y una entrada del 22 del
mismo mes; una entrada del diario de Mina, ahora de apellido Harker, del 22 de septiembre, y dos artículos de
The Westminster Gazette del 25 de septiembre.

Lucy y la señora Westenra son enterradas juntas. Van Helsing toma posesión del diario de Lucy, y los dos
médicos se encargan de la logística del entierro y de los papeles de las Westenra. El cuerpo de Lucy es
preparado por la gente de pompas fúnebres y se ve más hermoso que nunca. Van Helsing parece turbado por
este fenómeno y coloca flores de ajo sobre la cama y el cuerpo. También pone un crucifijo en la boca de la
muerta. Al día siguiente, le dice a Seward que debe decapitarla y llenarle la boca de ajo, pero luego reporta que
el crucifijo que le puso en la boca fue robado (aunque lo ha recuperado) y que entonces tendrán que esperar
antes de hacer cualquier cosa. Seward no puede comprender las acciones de Van Helsing, pero confía en él de
todas formas. Arthur Holmwood, llamado Lord Godalming tras la muerte de su padre, es el beneficiario de todas
las posesiones de Lucy. Cuando llega a Hillingham, con el corazón destrozado, Van Helsing habla con él y los
dos prometen ser amigos y confiar uno en el otro. Van Helsing desea leer los diarios de Lucy; Arthur accede.

Mina y Jonathan están en Londres, después del funeral de Hawkins, cuando se encuentran con el conde. De
pronto, Jonathan parece recordar muchas cosas de su viaje y se muestra aterrorizado; dice que el conde ahora
está en Londres y se lo ve joven, y es tan fuerte el temor que le produce que debe irse del lugar. Luego se
duerme sobre el hombro de Lucy. Al despertar, parece no recordar el episodio. Turbada por estos eventos, Mina
resuelve abrir el diario de Jonathan y leerlo. Sin embargo, esa noche llegan a su casa y se encuentran con un
telegrama que informa que Lucy y la señora Westenra han fallecido. Mientras tanto, Seward realiza lo que piensa
que será la última entrada de su diario, y Lucy es enterrada. Van Helsing parte hacia Ámsterdam para ocuparse
de otros asuntos.

Los periódicos del 25 de septiembre reportan que un número de niños ha desaparecido temporalmente en la
zona de Hampstead Heath, área en la que Lucy ha sido enterrada. Los chicos atestiguan haber estado jugando

con “La Señora Ensangrentada”, y regresan con pequeñas mordidas en sus cuellos.

Capítulo 14
Este capítulo incluye las entradas del diario de Mina Harker de los días 23 y 24 de septiembre, una carta de Van
Helsing a Mina del 24 de septiembre, un telegrama de Mina a Van Helsing del 25 de septiembre, cartas entre
Van Helsing y Mina del 25 de septiembre, y las entradas de diario de Jonathan Harker y del Dr. Seward del 26 de
septiembre.

Mina lee el diario de Jonathan y queda impactada con su contenido. Piensa que todo aquello puede haber sido
escrito bajo la influencia de la fiebre cerebral, pero no está muy segura de eso, por lo que decide transcribirlo
para que pueda ser leído por otras personas. Van Helsing, quien ha leído las cartas que Mina envió a Lucy, visita
a Mina para hacerle preguntas sobre los eventos previos a la muerte de su amiga. Mina queda impresionada por
el doctor y le entrega el diario de Jonathan. Van Helsing lo lee y regresa a la casa de los Harker al día siguiente.
El espíritu de Jonathan se siente reconfortado cuando Van Helsing le asegura que cree en cada palabra de su
diario, y comienza a recuperar los recuerdos de su estadía en Transilvania. Van Helsing elogia a Mina y todas
sus virtudes, y promete ser un buen amigo de la pareja por siempre. Luego, manifiesta su interés por hacerle
más preguntas a Jonathan en un futuro sobre todo lo que ha vivido. Mientras toma el tren, observa el artículo del
periódico sobre La Señora Ensangrentada y queda horrorizado por la velocidad con la que han comenzado los
ataques.

El Dr. Seward ha retomado su diario y reporta que Renfield ha regresado a su manía por las moscas y las
arañas. Narra luego su encuentro con Van Helsing, quien le muestra el artículo sobre los niños atacados e
insinúa una conexión entre la muerte de Lucy y aquellos ataques, pero Seward se muestra escéptico. Van
Helsing entonces da un largo discurso sobre todos los fenómenos inexplicables que existen en el mundo y lo
insta a ser un poco más abierto de mente. Seward imagina que lo que sea que ha causado la muerte de Lucy
ahora está atacando a los niños, pero Van Helsing niega que eso sea así, y le dice que los ataques los está
realizando la misma Lucy.

Capítulo 15
El capítulo 15 incluye las entradas del diario del Dr. Seward de los días 26, 27, 28 y 29 de septiembre, y una nota
de Van Helsing dirigida a Seward (pero no entregada) del 27 de septiembre.
Seward duda mucho de la teoría de Van Helsing, pero acepta acompañarlo a examinar a uno de los niños que
ha sido víctima de “La Señora Ensangrentada”. Las heridas son casi idénticas a las que tuvo Lucy, y el doctor les
dice que el niño preguntó, al despertar, si podía ir a jugar con “La Señora Ensangrentada”.

Es de noche, Seward y Van Helsing se cuelan en el cementerio y entran al mausoleo de la familia Westenra. El
sarcófago de Lucy está vacío, pero esto no es suficiente para convencer al Dr. Seward de lo que está
sucediendo. Entonces, los dos se esconden en diferentes zonas del cementerio y pasan la noche vigilando.
Justo antes del amanecer, una figura blanca se mueve a través del cementerio. Van Helsing luego encuentra a
un niño pequeño con heridas en el cuello, que duerme pesadamente. Los dos se retiran entonces de allí y dejan
al niño en un camino para que lo encuentre un policía. Al día siguiente, regresan al mausoleo y vuelven a forzar
el sarcófago. Esta vez, encuentran a Lucy adentro, más hermosa y radiante que nunca. Van Helsing entonces le
revela al Dr. Seward, en términos explícitos, que su muerte fue causada por un vampiro y que ahora es una
no-muerta. A pesar de que quiere matarla en ese mismo momento, Van Helsing decide que será mejor que
Arthur la contemple con sus propios ojos y comprenda a lo que se tendrán que enfrentar de ahora en más. Por
eso, la noche siguiente Van Helsing coloca ajo y un crucifijo para obligar a Lucy a mantenerse en su tumba y
evitar que siga haciendo estragos en la ciudad.

Tras una noche de sueño, Seward comienza a dudar de Van Helsing otra vez. Ese día, el doctor holandés les
cuenta a Quincey y a Arthur que deben acompañarlo al mausoleo de la familia Westenra y abrir la tumba de
Lucy. También les explica que ahora Lucy es una no-muerta y que tendrá que decapitarla para acabar con su
poder maligno y devolverle la paz a su alma. Al principio, Arthur se muestra indignado y encolerizado por tal
perspectiva y se niega a participar, pero luego de un apasionante discurso de Van Helsing acepta al menos
acompañarlos a la tumba y ver lo que está sucediendo.

Capítulo 16
El capítulo 16 incluye las entradas del diario del Dr. Seward de la mañana y la noche del 29 de septiembre. Esa
noche, Van Helsing, Seward, Arthur y Quincey se dirigen a la tumba de Lucy, que, como anunció Van Helsing, se
encuentra vacía. El líder del grupo sella la entrada al mausoleo utilizando una hostia consagrada y los cuatro se
esconden y esperan. Luego de un tiempo, aparece una figura vestida de blanco que carga un niño en brazos; a
la luz de la luna, se trata claramente de Lucy, aunque con un aspecto muchísimo más cruel y lascivo que el que
tenía en vida. A una señal de Van Helsing, los cuatro amigos la rodean. Lucy entonces se dirige a Arthur con voz
cargada de voluptuosidad y lujuria, se dirige a él como su esposo, le dice que se arroje a sus brazos, y este
comienza a caminar hacia ella, como poseído por un hechizo. Van Helsing entonces interviene y apunta a Lucy
con un crucifijo. Ofuscada, la vampiresa intenta entrar a su tumba, pero no puede atravesar la entrada
consagrada por la hostia. Van Helsing entonces le pregunta a Arthur si puede proceder con su deber, y este le
concede su permiso. Entonces, quita la hostia de la puerta del mausoleo, tras lo cual Lucy la cruza por una
pequeña rendija, haciéndose pequeña o inmaterial, y se esconde en su sarcófago. Los cuatro amigos
comprueban que el niño se encuentra vivo y lo dejan en un lugar en el que pueda encontrarlo la policía.

Al día siguiente, regresan a la tumba y Van Helsing les promete que, si matan a Lucy, entonces su alma será
libre y estará en paz junto a Dios. También explica que cualquiera que muere en las manos de un no-muerto se
transforma en un vampiro. Arthur toma la estaca y el martillo y atraviesa con ella el corazón de su amada.
Cuando lo hace, todo el cuerpo de Lucy se sacude y emite unos terribles alaridos de furia y dolor. Cuando todo
está hecho, Lucy se ve nuevamente con el aspecto que tenía en vida. Los dientes afilados han desaparecido y
su rostro delata una paz profunda. Arthur y Quincey abandonan el mausoleo y los doctores decapitan a Lucy y le
llenan la boca con ajo. Van Helsing luego pide ayuda a los tres hombres: ahora es necesario descubrir dónde se
oculta el propio Drácula y destruirlo, o la pesadilla seguirá azotando Londres y toda Inglaterra. Los cuatro
hombres juran solemnemente trabajar juntos hasta derrotar al vampiro.

Capítulo 17
El Capítulo 17 presenta las entradas de diario del Dr. Seward de los días 29 y 30 de septiembre, una entrada del
diario de Mina del día 30 de septiembre y una del diario de Jonathan del día 29 de septiembre.

Los Harkers se instalan en el hospital psiquiátrico de Seward. Mina escucha el diario fonografiado del Dr. y lo
transcribe; está muy impresionada con la idea de un diario fonografiado, y le interesa mucho esa tecnología.
Mientras tanto, Seward lee los diarios de Jonathan y de Mina. Al leer lo que le sucedió a Jonathan, se da cuenta
de que la nueva propiedad del conde es vecina al asilo, y que la conducta de Renfield puede estar conectada
con la llegada del vampiro. Jonathan trata de rastrear las cajas con tierra y se entera de que las cincuenta fueron
enviadas a Carfax, pero teme que luego hayan trasladado algunas desde allí a otros lugares. Él y Mina ordenan
las entradas de los tres diarios y los recortes de los diarios para dar coherencia a los hechos que cada uno ha
registrado. Al día siguiente llegan Arthur y Quincey Morris. Mina les da los papeles para que estén al corriente de
todo lo que saben. Arthur todavía está abrumado por la pena y, a pesar de que él y Mina no se conocían con
anterioridad, él le abre su corazón a ella y llora sobre su hombro, mientras la joven lo reconforta. Poco después,
Mina ofrece el mismo consuelo a Quincey Morris.

Capítulo 18
El capítulo 18 incluye las entradas del diario del Dr. Seward de los días 30 de septiembre y 1 de octubre, y la
entrada del diario de Mina Harker del día 30 de septiembre.

Mina desea ver a Renfield y logra persuadir a Seward de que se lo permita. Antes de que llegue Mina, Renfield
come moscas y arañas. El paciente trata a su visitante con extrema cortesía, y su discurso es coherente y
articulado. Incluso habla sobre filosofía y se diagnostica su propia y, según él, ex condición de locura.

Luego llega Van Helsing. Al saber que los diarios, las cartas y los artículos periodísticos han sido organizados
por sugerencia de Mina, alaba sus virtudes y su intelecto, pero le advierte al Dr. Seward que los hombres deben
protegerla de las difíciles tareas a las que se entregarán a continuación para destruir al vampiro. Todo el grupo
se reúne después de leer todo el material reunido y Van Helsing les cuenta a lo que se van a enfrentar. Fallar en
su empresa implica transformarse en vampiros y estar malditos por la eternidad, pero no por ello deben
espantarse y abandonar su deber. Luego, enumera los poderes del enemigo: el vampiro es fuerte como veinte
hombres, puede ver en la oscuridad, puede desvanecerse y reaparecer a voluntad, es capaz de cambiar su
forma, y eso lo han comprobado ya cuando se transformó en lobo y en murciélago; también puede aparecer
como motas de polvo que giran en círculo, y puede convocar a los animales de la noche y ponerlos bajo sus
órdenes. Además, es capaz de controlar el clima, crear tormentas y reunir una espesa niebla en torno suyo,
como ha hecho para llegar al puerto en el Demeter.
Sin embargo, el vampiro tiene también sus limitaciones: el ajo, los crucifijos y las hostias consagradas lo detiene
y le impiden moverse o salir de su tumba; una bala consagrada puede matarlo, al igual que una estaca clavada
sobre su corazón. Si le cortan la cabeza y le llenan la boca de ajo, el vampiro también muere. Al amanecer
pierde sus poderes sobrenaturales y debe regresar a su sarcófago a descansar durante el día. A su vez, puede
cambiar su aspecto físico solo en lugares profanos (de otra forma, solo puede cambiar su forma al amanecer, al
atardecer o al mediodía; solo puede cruzar el agua con los cambios de marea y la única forma en la que pueden
entrar a una casa es siendo invitado a ella (una vez invitado, puede entrar y salir a voluntad). Llegados a este
punto, un disparo sobresalta a todos los presentes en la sala. Quincey, quien se acababa de ausentar, se asoma
por la ventana y les dice que ha disparado sobre un gran murciélago, aunque no ha logrado dar en el blanco.
Los hombres deciden ir a Carfax y ver si todas las cajas de tierra siguen allí. Justo cuando están por salir, un
empleado de Seward les comunica que Renfield desea verlos. Hablando como una persona cuerda, les pide que
lo dejen en libertad, aunque sea supervisado y encadenado, pero les asegura que no debe bajo ninguna
circunstancia permanecer en el asilo y les advierte que habrá funestas consecuencias si los hombres no
cumplen con lo que les está pidiendo, no como amenaza, sino como alguien que no quiere ser culpable de lo
que pueda pasar. Cuando Seward se niega, Renfield le pide que luego recuerde que él hizo todo lo posible para
convencerlo. Con este presagio, los hombres abandonan la celda de Renfield y se proponen continuar con sus
planes.

Capítulo 19
El capítulo incluye la entrada del 1 de octubre de los diarios de Jonathan Harker y del Dr. Seward y las de los
días 1 y 2 de octubre del diario de Mina Harker.

Armados con crucifijos, ajo, hostias consagradas, lámparas eléctricas, cuchillos y revólveres, los hombres se
dirigen a Carfax. Irrumpen en la casa y comienzan a revisarla, utilizando los conocimientos que Jonathan tiene
de los planos. Así llegan hasta la capilla, de la que proviene un olor tan nauseabundo que apenas pueden
soportarlo. En aquel recinto encuentran las cajas de madera, y notan que faltan veintiuna de las cincuenta.
Algunos de ellos creen ver el rostro del conde en la oscuridad, pero descartan esta posibilidad y piensan que son
solo trucos que las luces crean en sus percepciones. De pronto, la habitación se llena de miles de ratas cuyos
ojos brillan en la oscuridad y parecen moverse como una enorme masa fluorescente sobre el piso. Arthur utiliza
un juego de llaves que encontraron al entrar a la mansión para abrir una puerta de la capilla que da al exterior, y
luego hace sonar un silbato que lleva colgado del cuello. Tres enormes perros llegan pronto al lugar, pero no se
animan a entrar en la capilla y ladran horrorizados desde el umbral. Arthur debe empujarlos dentro y, una vez
allí, los perros atacan a las ratas y las hacen retroceder. Tras este episodio, el grupo regresa al hospital
psiquiátrico con el conocimiento de las cajas que faltan. Jonathan remarca, antes de acostarse, que Mina se ve
más pálida que lo usual. A la mañana siguiente, Van Helsing le pide permiso a Seward para visitar a Renfield. Su
entrevista es corta; Renfield insulta al doctor y le dice que lo deje solo, a lo que Van Helsing accede.

Mina registra sus pesadillas. La noche en que los hombres se dirigen a Carfax, una espesa niebla repta por el
parque del hospital hasta su ventana. Mina puede escuchar los gritos de Renfield, pero luego es silenciado por
los celadores. En un estado de sopor extraño, sueña que la niebla se derrama sobre su cuarto y que dos ojos
rojos aparecen en ella e iluminan unas facciones pálidas que se inclinan sobre ella. La noche siguiente duerme
sin sueños. Al despertarse se siente agotada, como si no hubiera descansado. Renfield pide verla, y cuando
Mina se presenta en su celda, el loco besa su mano y pide a Dios que la bendiga. Más tarde, Mina le pide a
Seward una droga que la ayude a dormir, pero cuando se acuesta siente un miedo repentino porque quizás
necesite poder despertarse y no vaya a conseguirlo.

Capítulo 20
El capítulo incluye las entradas del diario de Jonathan Harker de los días 1 y 2 de octubre, las entradas de los
días 1 y 2 de octubre del Dr. Seward y una carta de Mitchell e hijos y Candy fechada el 1 de octubre y dirigida a
Arthur.

Jonathan rastrea el paradero de las cajas faltantes, que han sido depositadas en casas en diferentes lugares de
Londres y sus alrededores. Doce cajas han sido distribuidas en dos casas en diferentes partes de la ciudad, y
las últimas nueve están en una casa en Picadilly. Los hombres se preguntan cómo harán para irrumpir y revisar
casas en zonas tan pobladas.

Seward habla un poco más con Renfield, quien presenta un discurso más articulado, aunque sus ideas son
todavía extrañas y explica que no quiere consumir las almas de nadie. La conducta de Renfield evidencia que se
trata de un hombre con un profundo conflicto, a veces coherente en su pensamiento y otras veces consumido
por accesos de gran remordimiento y pesar.

El grupo planea el asalto destinado a destruir las cincuenta cajas en un solo día, entre el amanecer y el
atardecer. Van Helsing investiga las defensas mágicas que se pueden utilizar contra los vampiros y Seward se
pregunta si no estarán todos realmente locos y prestos a despertarse en un psiquiátrico, metidos cada uno en un
chaleco de fueza. El capítulo finaliza con el reporte de un celador sobre un terrible accidente que ha sufrido
Renfield. El Dr. Seward corre a su celda a investigar.

Capítulo 21
El capítulo presenta la entrada del diario del Dr. Seward correspondiente al 3 de octubre. Cuando el Dr. Seward
llega a la celda, comprueba que el rostro de Renfield está lleno de golpes y su columna está quebrada. El
celador se pregunta cómo el loco puede haberse lastimado a sí mismo de aquella forma atroz: si su espalda está
rota, no es posible que se haya golpeado tanto la cara contra el piso, y si se golpeó tanto la cara, antes de
arrojarse contra el piso y quebrarse la espalda, la cama debería estar llena de sangre. Seward envía a buscar a
Van Helsing, quien, al llegar, realiza una operación de emergencia y trepana el cráneo de Renfield para liberar la
presión del derrame cerebral; así, el moribundo puede al menos recuperar el conocimiento brevemente como
para relatar qué es lo que le sucedió. Cuando logran hacerlo volver en sí, Renfield les cuenta que la noche en
que los hombres fueron a investigar la capilla de Carfax, Drácula apareció en su ventana y le ofreció incontables
vidas a cambio de su sumisión. Renfield entonces invitó al vampiro a entrar al asilo, tras lo cual Drácula no le
entregó nada de lo prometido. Dos días después, Renfield vio a Mina y comprendió que su sangre había sido
drenada por el vampiro. Por eso, esa noche, cuando Drácula entró por la ventana de su celda, Renfield se le
opuso y trató de detenerlo. Sin embargo, la mirada del vampiro lo dejó sin fuerzas, y Drácula lo golpeó y lo arrojó
contra el otro extremo de la habitación.
Con esta información, los hombres se apresuran hacia la habitación de los Harker. Como la puerta está cerrada,
la fuerzan e irrumpen con violencia en la estancia, donde encuentran a Jonathan inconsciente en la cama y a
Mina arrodillada frente al Conde, quien la está forzando a que beba la sangre que mana de un corte que se ha
hecho en el pecho. El vampiro arroja a Mina a un lado y se prepara para atacar a los recién llegados, pero Van
Helsing blande una hostia y los demás muestran sus crucifijos, por lo que Drácula retrocede y escapa por la
ventana convertido en niebla, en medio de una profunda oscuridad. Mina comienza entonces a gritar, presa del
terror y la desesperación. Los demás despiertan a Jonathan, quien se encuentra terriblemente confundido,
mientras Mina no para de llorar y de gritar que es una persona impura. Arthur y Quincey, que salieron para
perseguir a Drácula, regresan y reportan que el vampiro destruyó el estudio y quemó todos los papeles
recopilados por Jonathan y Mina. Afortunadamente, Mina había escondido una copia en otro sitio. Luego, los dos
hombres van a ver cómo se encuentra Renfield, pero este ha muerto. Quincey dice que vio un gran murciélago
volando en la noche, aunque no se dirigía hacia Carfax.

Mina les cuenta a los hombres que esa noche despertó y se encontró con Drácula frente a ella, mientras
Jonathan yacía inconsciente a su lado. El vampiro la amenazó con matar a su esposo si ella pedía ayuda.
Luego, mientras le aseguraba que no era la primera vez que iba a hacerlo, se inclinó sobre ella y comenzó a
beber su sangre. Una vez saciado, Drácula le prometió que ella sería “carne de mi carne, sangre de mi sangre”
(p.326), y que se transformaría en su compañera y ayudante. Luego, Drácula se hizo un corte en su pecho y
obligó a Mina a beber la sangre que de allí manaba. Cuando Mina finaliza su relato, el amanecer llega y
encuentra al equipo sumido en el pesar y la desesperación.

Capítulo 22
Este capítulo presenta la entrada del diario de Jonathan Harker del día 3 de octubre. El grupo planea su ataque.
Todas las casas deben ser revisadas en un día, y las cajas deben ser “esterilizadas” para que Drácula no pueda
usarlas. Primero, destruirán la guarida de Carfax. Luego, todos los hombres irán a la casa de Picadilly, donde los
dos médicos y Jonathan permanecerán mientras Quincey y Arthur revisarán las casas de Walworth y de Mile
End. Antes de comenzar la tarea, Van Helsing protege el cuarto de Mina con hostias consagradas, pero cuando
apoya una en la frente de la joven, el contacto le quema la piel y le deja una terrible cicatriz. Mina ha sido
contaminada por Drácula y, ahora, los objetos sagrados la dañan.

Los hombres se dirigen a Carfax y colocan hostias en cada una de las cajas de tierra. Luego se dirigen a
Picadilly, donde Arthur y Quincey contratan a un cerrajero para que les abra la puerta frente a los ojos de la
policía. Luego de una revisión profunda reconocen que en la casa hay ocho cajas, en lugar de las nueve
esperadas. También hallan allí las llaves de las otras casas, que Arthur y Quincey toman para destruir el resto de
las cajas.

Capítulo 23
Este capítulo incluye la entrada del diario del Dr. Seward del día 3 de octubre y las del diario de Jonathan Harker
fechadas el 3 a la medianoche y el 4 de octubre.

Mientras esperan el regreso de Quincey y de Arthur, Van Helsing trata de calmar con su sabiduría y su prudencia
a un Jonathan que cada vez está más furioso y enloquecido con el Conde. Poco después del mediodía, los tres
hombres reciben un mensaje urgente de parte de Mina: Drácula, en su forma humana (es de día y no tiene todos
sus poderes), ha abandonado Carfax apresuradamente y se dirige hacia sus otras guaridas. Una media hora
después, Quincey y Arthur regresan y reportan que lograron esterilizar las doce cajas en las otras dos casas.
Van Helsing supone que Drácula no debe haber esperado que ellos actuaran de forma tan rápida, y que seguro
abandonó Carfax para dirigirse a sus otras guaridas. Una vez que encuentre todos sus escondites profanados (o
santificados, más bien), se presentará en Picadilly, donde ellos lo estarán esperando.

El conde entra a la casa, y a pesar de que en esos momentos es un hombre mortal, sigue siendo
excepcionalmente fuerte y astuto; se las arregla para evadirlos a todos y escapa a través de una ventana. Antes
de huir, se burla de ellos, y les promete que todos se transformarán -por medio de sus mujeres- en sus
sirvientes. Los hombres son incapaces de rastrearlo y deben regresar al hospicio, decepcionados.

Cuando regresan, Mina les agradece por sus esfuerzos, y les recuerda que Drácula también posee un alma. Al
matarlo, deben recordar que no lo hacen por odio, sino para liberarlo, y que será ese un acto de misericordia.
Jonathan reacciona con furia, pero Mina le recuerda que un día quizás ella misma necesite la piedad de aquellos
a los que ha transformado en víctimas. Esa noche, Mina se despierta repentinamente y le pide a Jonathan que
vaya en busca de Van Helsing. Luego, le pide al doctor que la hipnotice en ese mismo momento, que todavía es
de noche, pues cree que la conexión que ahora tiene con Drácula le permitirá ver dónde se está escondiendo el
vampiro.

Van Helsing hace tal como le piden, y así aprenden que Drácula duerme en su última caja, a bordo de un barco
que se encuentra en el mar. Van Helsing está determinado a descubrir a dónde se dirige la embarcación, y Mina
le pregunta por qué tienen que preocuparse en capturarlo si está huyendo, a lo que el doctor le responde que
Drácula es inmortal pero ella no, y si no capturan y matan al vampiro, cuando Mina muera, incluso si eso para
muchos años después, se transformará en una no-muerta.

Capítulo 24
Este capítulo incluye un mensaje dejado por Van Helsing a Jonathan Harker en el fonógrafo del Dr. Seward; las
entradas del diario de Jonathan Harker de los días 4, 5 y 6 de octubre; la entrada del diario de Mina Harker del 5
de octubre, y la entrada fonografiada del Dr. Seward del 5 de octubre.

El grupo aprende que el Conde se dirige en barco hacia Varna, un puerto en el Mar Negro desde el que salió en
su momento camino a Londres. Van Helsing, determinado a cazar al vampiro, planea viajar por tierra e
interceptar la caja en la que viaja Drácula en el puerto. Quincey Morris sugiere que el grupo se arme de rifles,
útiles si son atacados por los lobos, a lo que todos acceden. El viejo profesor cree que la retirada del vampiro no
será permanente. Ahora que el vampiro ha conocido Londres, seguramente quiera regresar en el futuro. Drácula
tiene todo el tiempo a su favor, pero el grupo, no. Deben llegar a Oriente y darle caza al monstruo.

Van Helsing le confía al Dr. Seward que el tiempo se les está acabando y Mina presenta ya cambios visibles: sus
dientes están comenzando a afilarse, y a veces hay una dureza en sus ojos que nunca antes se había visto. La
cicatriz dejada por la hostia consagrada sigue allí, recordándoles a todos lo que están jugándose en aquella
empresa. Van Helsing también se preocupa por la conexión espiritual de Mina con Drácula y cómo esta pueda
jugarles en contra. Así como él pudo hipnotizarla y enterarse de los planes de Drácula, quizás el Conde puede
usar a Mina para aprender todo lo que ella sabe, y conocer así los planes del grupo. Por eso, Van Helsing
propone que no se le cuente nada a Mina. Independientemente de ello, la propia joven se excusa para no
participar en las reuniones con el grupo, y le pide a Jonathan que no le cuente nada sobre el plan que están
tramando. Sin embargo, más tarde, también les pide que le permitan viajar con ellos, pues piensa que puede ser
de utilidad, ya que Van Helsing puede volver a hipnotizarla para conocer el paradero de Drácula. Además, debe
ir porque si la dejan sin nadie que la cuide, Drácula puede convocarla, y ella está obligada a responder a ese
llamado.

Capítulo 25
Este capítulo presenta las entradas del diario del Dr. Seward de los días 11, 24, 25, 26, 27 y 28; las del diario de
Jonathan Harker de los días 17 y 24 de octubre, y 2 telegramas de Rufus Smith a Arthur, fechados el 24 y el 28
de octubre.

Mina hace prometer a los cuatro hombres que la matarán si ella llegara a convertirse en un vampiro. También le
pide a su marido que le lea el servicio para los difuntos en ese mismo momento, por si llegara a sucederle lo
peor. Los héroes luego viajan en el Expreso del Oriente desde París hasta Varna, y llegan con muchos días de
anticipación para esperar al Conde. Las hipnosis de Mina producen siempre los mismos resultados: escuchan
las olas y los ruidos propios de la embarcación en movimiento. Finalmente, el grupo recibe la noticia de que la
embarcación va a atracar en Galatz y no en Varna.

Este altercado descorazona al grupo, pero de todas formas se preparan para la persecución. Al día siguiente
toman el primer tren hacia Galatz, sabiendo que ahora quizás deban enfrentarse a Drácula en tierra firme. Van
Helsing cree que la conexión que Drácula tiene con Mina puede haberlo ayudado a conocer los planes del
equipo. Sin embargo, se muestra optimista al considerar que probablemente Drácula no espere que lo persigan
hasta su propia tierra. Un cambio le sucede a Mina, y Van Helsing piensa que el Conde la ha liberado en parte
de la posesión que sostenía sobre su espíritu. Mina y Van Helsing analizan el pasado de Drácula para encontrar
alguna clave sobre sus próximos movimientos. Cuando era un noble mortal, Drácula guió a sus ejércitos en la
invasión a Turquía, pero cuando esta falló, el Conde regresó a su castillo y se preparó para dar un nuevo golpe.
De la misma manera, ahora Drácula solo piensa en escapar, y por eso ha cortado su influencia sobre Mina, sin
darse cuenta de que Van Helsing todavía puede hipnotizarla para descubrir, por medio de la conexión que
sostienen, dónde se encuentra él.

Capítulo 26
Este capítulo incluye las entradas del diario del Dr. Seward de los días 29 y 30 de octubre y 2, 3 y 4 de
noviembre; las entradas del diario de Mina Harker de los días 30 y 31 de octubre; un memorándum de Mina
Harker copiado en su diario, y las entradas del diario de Jonathan Harker de los días 30 y 31 de octubre y 1 y 2
de noviembre.

El último trance de Mina le permitió al grupo saber que Drácula está todavía cerca del agua, en lo que parece ser
un río. Van Helsing piensa que Drácula tendrá problemas al ser transportado hasta su castillo, ya que tanto la luz
del día como el agua corriente son peligrosas para él, y si alguien realizara una inspección de su cajón, lo
descubriría y estaría terminado. El viejo profesor espera que el grupo pueda llegar a Galatz antes de que sea
demasiado tarde y la caja haya salido hacia el castillo. Seward nota que hipnotizar a Mina se está haciendo cada
vez más difícil para Van Helsing.

Cuando llegan a Galatz descubren que la caja ha pasado a manos de un tal Immanuel Hidlesheim, quien tenía
una orden llegada desde Londres de despacharla. El capitán de la embarcación Zarina Catalina, en la que viajó
Drácula, comunica al grupo cómo fue su travesía y le cuenta sobre las supersticiones que los rumanos tenían
sobre aquella caja, y cómo trataron de arrojarla al mar en más de una ocasión, cosa que habrían logrado de no
haber sido por su propia intervención. El grupo luego interroga a Hidlesheim y se entera de que la caja pasó a
manos de Petrof Skinsky, un hombre que tiene tratos con los eslovacos que contrabandean todo a lo largo y
ancho del río. Poco después, Skinsky es encontrado muerto, con su garganta destrozada, cerca del cementerio.
Sin saber cómo proseguir, el equipo se retira al hotel y trata de resolver cuáles serán sus próximos pasos.

Mina toma todos los mapas de la zona y, revisando los diarios y las notas tomadas en los últimos meses, llega a
la conclusión de que el Conde debe estar siguiendo el río Sereth en barca, hasta su unión con el Bistritz, un río
que pasa muy cerca del paso del Borgo. Los hombres entonces planean lo siguiente: Arthur y Jonathan tomarán
una lancha a vapor y remontarán el río hasta el Bistritz, mientras que Quincey y el Dr. Seward irán vigilando toda
la rivera del Sereth a caballo. Entretanto, Van Helsing y Mina viajarán hacia el castillo de Drácula, primero en tren
y luego en carruaje, donde el Profesor consagrará la guarida del demonio. Si no hiciera esto y Drácula escapara,
podría refugiarse y dormir por siglos enteros, y Mina estaría perdida.

A partir de este punto, los diarios del Dr. Seward, de Mina y de Jonathan narran al lector los avances de la
cacería. Van Helsing se encarga de comprar un carruaje y el abrigo necesario y se prepara junto a Mina para
realizar el último tramo de 70 millas del viaje. Mientras, Arthur y Jonathan sufren una avería de la lancha que los
retrasa brevemente al tratar de remontar los rápidos del río Bistritz, y Quincey vigila las costas junto al Dr.
Seward, pero no encuentran ni un rastro de la caja.

Capítulo 27 y nota final


El último capítulo incluye las entradas del diario de Mina Harker de los días 1, 2 y 6 de noviembre; las notas de
Van Helsing de los días 4 y 5 de noviembre, y las entradas de los diarios de Jonathan Harker y del Dr. Seward de
los días 4 y 5 de noviembre. Al final del capítulo hay una nota de Jonathan Harker escrita siete años después de
los últimos sucesos.

Mina comienza a dormir más y más durante el día y pierde el apetito. Van Helsing ya no puede hipnotizarla y
está preocupado por su cambio de hábitos. Los dos amigos logran abrirse paso por el desfiladero del Borgo,
usando el diario de Jonathan como guía. Cuando se aproximan a las montañas, el 4 de noviembre, Van Helsing
prepara un campamento y hace un círculo con fragmentos de hostias consagradas alrededor suyo y de Mina.
Luego, le pide que salga del círculo, pero Mina no puede. Esto le sirve al doctor para comprobar la efectividad de
su protección: lo que Mina no puede hacer, tampoco serán capaces de hacerlo los vampiros. Esa noche
aparecen las tres mujeres que Jonathan había encontrado en el castillo. Llaman a Mina “hermana” y le piden que
se una a ellas, pero Mina no sale del círculo. Van Helsing se queda también dentro de los límites de la
protección, mientras que los caballos mueren de miedo.
Al día siguiente, Van Helsing se abre paso hasta el castillo y utiliza una maza para destruir los goznes de las
puertas de entrada, así no pueden encerrarlo una vez que esté dentro. Siguiendo las indicaciones del diario de
Jonathan, encuentra la cripta y, allí, las tumbas de las tres mujeres vampiro. La tarea que debe realizar lo llena
de dudas: la belleza y la sensualidad de aquellas mujeres lo afecta, incluso mientras duermen, y está a punto de
abandonar el lugar sin realizar su cometido. Sin embargo, cuando escucha los gemidos de Mina que llegan
desde el exterior, sus fuerzas se renuevan y se entrega a su tarea. En el lugar también encuentra la tumba de
Drácula, que parece el sitio de descanso de un rey. Van Helsing abre la tumba y coloca en su interior una hostia
consagrada, destruyendo así el lugar de descanso del vampiro. Luego regresa sobre las tumbas de las tres
mujeres y atraviesa el corazón de cada una de ellas con una estaca. Cuando mueren, las caras de las mujeres
vampiro se llenan de paz, lo que le demuestra a Van Helsing que sus almas han sido salvadas. Momentos
después, los cuerpos de aquellas criaturas se hacen polvo.

Al salir, Van Helsing cierra todas las entradas del castillo con fragmentos de hostias consagradas, evitando así el
ingreso y la salida de cualquier no-muerto. Luego, busca a Mina y ambos se alejan a pie del castillo. Está
nevando y el aullido de los lobos se hace aterrador. Mientras se aproxima el atardecer de ese 6 de noviembre,
Van Helsing divisa con los binoculares un carro escoltado por gitanos que se dirige al castillo. Entonces, realiza
un círculo de protección alrededor de Mina y se dispone a esperar el carro para interceptarlo en su camino al
castillo. Desde allí, tanto él como Mina observan también la llegada, por un lado, de dos jinetes que deben ser el
Dr. Seward y Quincey Morris y, por otro, otros dos jinetes más: Jonathan y Arthur Holmwood.

El carro es rodeado por los cuatro jinetes justo frente a Mina y Van Helsing, pero si el grupo no acaba con
Drácula pronto, este recuperará todos sus poderes, puesto que el crepúsculo está por llegar. Hay una batalla
entre Jonathan, Morris y los gitanos, que rodean el carro e intentan proteger la caja. Morris blande su espada de
un lado a otro, y es herido mientras reduce a los gitanos para que Jonathan pueda subirse al carro y romper, con
su cuchillo kukri, la tapa del cajón de Drácula. Justo en el momento en que cae la noche, Jonathan y Quincey
hacen saltar la tapa y contemplan la cara de Drácula, que comienza a esbozar una expresión de triunfo. En ese
momento, Jonathan le corta la cabeza y Quincey le atraviesa el corazón con su espada. El cuerpo de Drácula se
convierte en polvo, aunque Mina asegura ver, antes de que se disuelva, una expresión de paz y serenidad en el
rostro del Conde.

Tras la muerte del Conde, los compañeros se dan cuenta que la marca en la frente de Mina ha desaparecido, lo
que indica que la mujer ha sido salvada de la maldición. Sin embargo, no tienen ánimos para festejar, puesto que
Quincey muere debido a las heridas recibidas de los gitanos.

En la nota final, Jonathan relata que han pasado siete años desde los eventos de la novela. Los Harker han
tenido un hijo al que llamaron Quincey, que nació el día de la muerte de Quincey Morris. Tanto Arthur como el Dr.
Seward se han casado y viven felices. Las notas y las copias de los diarios han sido compiladas, aunque
ninguno piensa que alguien pueda creer los extraños sucesos contenidos en sus páginas. En la escena final, el
pequeño Quincey juega sobre las piernas de Van Helsing, quien vuelve a alabar a Mina y dice que algún día
aquel niño conocerá la historia sobre el coraje y la valentía de su madre.

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