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ETICA

Prof. ANTANAS MOCKUS S.


Matemático - Filósofo
Universidad Nacional de Colombia

ANFIBIOS CULTURALES, MORAL


Y PRODUCTIVIDAD

INTRODUCCION

a coexistencia de diversas tradiciones y la correspondiente interacción


entre diversos conglomerados de creencias e interpretaciones genera
dilemas en m ateria de identidad cultural (¿a qué cultura pertenezco?).
G enera tam bién profundas tensiones morales al obligar a escoger entre
acciones opuestas exigidas por sistemas de reglas divergentes. Quien se
encuentra en la interfase entre dos culturas puede verse, en efecto, enfrentado a serios
dilem as de ese tipo. El dilem a se elude en parte si al escoger cómo guiar su acdón, el
individuo intenta ceñirse a reglas que él mismo se pone desde un punto de vista que se
pretende exterior a las tradiciones culturales presentes. De hecho, trabajos clásicos, desde
Kant hasta Kohlberg, reconocen el contraste entre una "m oral de las costum bres" (o una
"m oral convencional") y la m oral racional del ciudadano ilustrado o del sujeto
plenam ente autónom o. El progreso de la Ilustración, en K ant, y el desarrollo m oral,
en Kohlberg, se asocian en principio al predom inio de la m oral sobre la cultura1.
Este trabajo pretende m ostrar que, de algún m odo, la interculturalidad no es
solam ente fuente de conflictos m orales; es también una oportunidad para la creatividad
m oral y para la am pliación del sentido y el m ejoram iento de la productividad de la
acción.
U n marco cultural fuerte parece ser condición necesaria para dar sentido y orien­
tación a la búsqueda de productividad. De otro modo la opción por la productividad
tiende a convertirse en un fetichism o, en una especie de fuga hacia adelante, arbitraria,
ilegítim a, no necesariam ente deseable y probablem ente no viable en el largo plazo. En
buena parte es el entorno cultural el que podrá hacer que la búsqueda de una mayor
productividad sea -h ad a fu turo- reorientada, aunque sea parcialm ente, en la direcdón

1. Tal vez en Kant hay más conciencia de la relatividad de las costumbres y es ésta la que prácticamente conduce al hombre moderno
a explorar la posibilidad de una moral racional. Pero en esta tradición de pensamiento no hay, a nuestro juicio, un reconocimiento
suficiente al papel de las tensiones interculturales (ver nuestravaloración para el caso de Sócrates y lafilosofía cínica en Intelectuales,
Universidad y sociedad”,Mockus, 1992). Esta objeción no tiene la misma fuerzafrente a la reformulación habermasiana del imperativo
categórico de Kant, que decía “Obra de tal manera que la máxima de tu acción pueda valer al propio tiempo como norma universal de
conducta”,(Kant, 1980, p. 16): ‘Toda norma válida encontraría la aprobación de todos los afectados, siempre que éstos puedan tomar
parte en el discurso práctico”(Habermas, 1985, p. 143). En efecto, el “discurso práctico”y la aprobación de los afectados no pueden
alcanzarse ignorando la mediación de los lenguajes y de los universos culturales de los involucrados.

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de asegurar condiciones am bien­ sivam ente desde la filosofía. Lo La crisis d el proyecto de la


tales y culturales sostenibles. Pero que se presenta aquí al respecto es M odernidad, por un lado, y la cre­
sem ejante m arco cu ltu ral debe ser, apenas un esbozo que vincula en­ cien te evid encia proporcionada
especialm ente en nuestra época, tre sí productividad, fertilidad y por las ciencias sociales, por el otro,
adem ás de fu erte, abierto capaz de capacidad de obedecer a diversos llevan hoy en día a cuestionar como
aprovechar la herencia de diversi­ sistem as culturales conservando y irreal una autodeterm inación moral
dad cultural y el potencial de fer­ fortaleciendo la integridad m oral. que se sustraiga o se ponga mera­
tiliz a c ió n c ru z a d a q u e es m ente por encim a de la obediencia
particularm ente alto en el m undo a reglas de juego culturales. De he­
E L R ESPET O EXTER N O : LA
latinoam ericano. ACTITUD MODERNA FR EN TE A cho, una de las m aneras de caracte­
U n m arco cultural com o el LA DIVERSIDAD CULTURAL rizar la M odernidad (la de Haber-
que aquí nos parece deseable no m as que retom a en esto aspectos
puede ser "p rop u esto"; m ás bien Uno de los logros básicos de la centrales de los análisis realizados
puede ser reconocido en su gesta­ Modernidad es el respeto al otro. Sin por M ax W eber) le otorga un papel
ción, en algunas de sus expresio­ embargo, esta respuesta de la Moder­ im portante a la creciente autonomía
nes2. La gestación de ese m arco nidad frente a la diversidad de cultu­ del derecho y de la m oral como es­
puede depender de la figura lím ite ras se expresa más precisamente en feras de racion alizació n que se
del anfibio cultural. La actividad un respeto externo que no establece constituyen en ruptura con la com­
del anfibio cu ltu ral, especialm ente ataduras positivas entre quien respe­ plejidad del mundo de la vida cultu­
aquella dotada de sentido sim ultá­ ta y lo respetado y que, en el fondo, ralmente regulado. Ley, moral y cul­
neo en m últiples contextos, prefi­ se encuentra asociado a una presunta tura se constituyen en sistemas de
guraría lo que llam am os una ac­ superioridad de la moral sobre la cul­ reglas relativamente independientes
ción fértil. La productividad sería tura. De algún modo, desde su surgi­ entre sí, aunque en los hechos pro­
entonces apenas una de las dim en­ miento mismo en Grecia, la reflexión duzcan efectos congruentes5.
siones de la fertilidad. moral presumió esa superioridad y A l ubicam os en un contexto
N os detend rem os prim ero miró de manera condescendiente la realm ente intercultural (de contac­
en la discusión de la posibilidad de variedad de costumbres y creencias tos y de fricciones perm anentes en­
la existen cia m ism a del anfibio de los diversos pueblos. La Moderni­ tre distintas perspectivas cultura­
c u ltu r a l. In te n ta re m o s lu e g o dad desarrolló más ampliamente el les) es m ás perentorio reconocer
avanzar con respecto a dos pre­ contenido relativista de una respuesta que no basta con lo que sería sim ple
guntas ¿Es posible conservar la in­ afirmativa a la pregunta por la validez y llanam ente un respeto "externo"
tegridad m oral respetando "d esd e simultánea de sistemas culturales3 di­ (en buena parte declarativo). Este
d en tro" sistem as de reglas cultu­ versos y produjo una separación aún respeto ha sido históricam ente m uy
rales diversos y parcialm ente di­ más fuerte entre regías culturales y im portante, en particular porque
vergentes? ¿Podría estar a llí el se­ juicio moraL El mero respeto a las re­ quitó legitim idad a muchos proce­
creto de una vía latinoam ericana gías de la cultura podía verse como sos de exclusión, sojuzgamiento o
para d esp legar y encau zar una "minoría de edad", mientras que la discriminación. Por ello en nuestra
productividad sin absolutizarla? autodeterminación moral, en la cual reflexión privilegiamos un respeto
A la prim era pregunta, de carácter cada hombre se gobierna sin más guía plasmado en la práctica, un respeto
u n iv ersal, in ten ta resp ond er la que la de su propio entendimiento4, "desde dentro", que posibilite la co­
prim era parte de este texto que equivalía al acceso a la "m ayoría de municación aunque sea parcial de
propone y desarrolla la noción de edad ". criterios y de conocim ientos entre
"a n fib io cu ltu ra l". La segu nd a diversos mundos culturales.
pregunta, de carácter m ás p rácti­ En el poem a con que cierra su
3. Preferiremos la expresión ‘sistemas de reglas cultu­
co, no puede ser contestada exclu­ rales” para conservar un cierto nivel de generalidad. libro "Los conjurados", Borges sub
Somos conscientes de los matices que requerirá una raya el soporte racionalista-univer­
ampliación de este trabajo que distinga entre cultura, sitario de las transform aciones occi­
2. Algunos trabajos recientes, deJosé-Joaquín Brunner subcultura, sistema cultural y código socio-cultural.
y Néstor García Candini en particular, renuevan esta dentales:
búsqueda de la‘diferencia específica”que caracteriza­ 4. La creación de una esfera de debate público libre,
ría a Latinoamérica. Para evitar los peligros esencialis- necesaria en el proyecto de la Ilustración, se hacía laconcienciadeque lavidasocial no puede gobernarse
tas ubican cuidadosamente algunas de sus posible gracias al desdoblamiento de cada sujetoentre exclusivamente -al menos mientras la Ilustración no
especificidades en procesos de cambio histórico de el ciudadano libre que puede y debe opinar ante un haya cumplido su tarea- mediante ei ejercicio de la
carácter mundial y regional. De todas maneras hace públicocultivadoyelfundonarioquedebe mantenersu libertad. Ver Kant, ‘¿Qué es la Ilustración?”
faltamás investigacióncomparativa,especialmentecon docilidad mientras ejerce sus funciones. Ese desdobla­
las otras regiones de! llamado Tercer Mundo. miento entre funcionario y hombre libre corresponde a 5. Mockus (1994), primeros esbozos en Carrillo (1991).

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"Enel centro de Europa están tion es: ¿hasta dónde esa doble
conspirando. condición es com patible con una
El hecho data de 1291. plena integridad moral? y ¿cómo po­
Se trata de hombres de dría ser especialmente relevante en un
diversas estirpes, que profesan contexto intercultural como el latinoa­
diversas religiones y que mericano, en especial frente al reto de
hablan incrementar la productividad?
en diversos idiomas.
Han tomado la extraña а . E l anfibio como camaleón
resolución de ser razonables.
Han resuelto olvidar sus Llam arem os "cam aleó n " a
diferencias y acentuar sus quien se adapta mim éticam ente a
afinidades" (...). los sistem as de reglas vigentes en
¿Cómo incorporar la actitud cada contexto. Ser cam aleón no es
moderna frente a la diversidad cul­ tan fácil como parece. No corres­
tural y superar sus lim itaciones? ponde a una m era ductilidad pasi­
¿Cómo ser razonables, cóm o perte­ va. En efecto, no es nada sim ple
necer a esa conspiración, en un con­ aplicar en serio la "m oral proviso­
texto que im pide desconocer dife­ ria" de Descartes, un "a donde fue­
rencias y sobrevalorar afinidades? res haz lo que vieres" cuidadosa­
Respetar "desde dentro" las dife­ m ente asumido.
rencias culturales y reconocer afini­ En un cierto plano parece su­
dades en cuanto al contenido moral ficiente con no ofender las costum ­
de distintas tradiciones culturales bres y las creencias im perantes en
sería el mandato. cada medio6. En esta adaptabilidad
a los sistem as de reglas de juego tal dúo entre en crisis ha sido aborda­
n

LA NOCION vez no se viola el principio de no da m uchas veces .


DE ANFIBIO CULTURAL contradicción, por tratarse de ac­ En síntesis, lo que podríamos
ciones realizadas en diversas cir­ llam ar el cam aleonism o com o tal no
En contextos cu ltu rales di­ cunstancias de tiem po y lugar. parece ser una opción m oralm ente
versos rigen sistem as de reglas di­ U n ejem plo extrem o de ca- atractiva o siquiera defendible con
versos. "A nfibio cultural" es quien m aleonism o lo proporcionan las argum entos m orales. A parente­
se desenvuelve solventem ente en zonas som etidas a intim idación y m ente quien pudiera elegir entre ca­
diversos contextos y al m ismo tiem ­ violencia. A llí es frecuente encon­ m aleonism o y consistencia m oral -
po posibilita una com unicación fér­ trar una actitud de subordinación aunque sea al costo del aislam iento
til entre ellos, es decir transporta (e incluso identificación) frente a o la exclu sió n - p referiría ganar en
fragm entos de verdad (o de m orali­ quien dom ina en cada m om ento7. co n sisten cia m oral alejand o los
dad) de un contexto a otro. Este tipo de adaptaciones cubre un sistem as de reglas rivales o aleján­
Esa solvencia del anfibio cul­ espectro am plio, desde lo "n o r­ dose de ellos9.
tural -cap az de obedecer a sistem as m al" hasta lo "p atológico". La pre­
de reglas distintos en tiem pos y en gunta de hasta dónde es posible b. El anfibio como intérprete
contextos diversos- hace que él de­ esa adaptación sin que el indivi-
ba ser un "cam aleón". Por otro lado, C abe considerar la coexisten­
el anfibio debe tener la capacidad de б. Esta capacidad de adaptarse se encuentra en el cia de sistem as de reglas culturales
generar com unicación entre los di­ trasfondodelaopciónilufninista,perosehamatizadocada
vez más por la separación entre esfera pública y esfera distintos de la m ism a m anera co­
versos medios y tradiciones con los privada' en loprivadono es tan obligatorio adaptase.
cuales entra en contacto. El anfibio 7. En las zonas de violencia es usual que la población yestánpresentesen lacreaciónliterariaycinematográfica
cultural tiene que entender y tradu­ civil adopte los colores del ejército que domina en el yen la abundante bbliografé europea sobre los fenóme­
cir y com unicar aunque sea frag­ momentoy los cambieal cambiaréste, conperiodicidad nos de la‘colaboración”con los ocupantes nazis.
casi estacional.Ver,porejemplo, laentrevistarealizada
mentariamente saberes y pautas mo­ porA. Molano en 9.
ElEspectadoradomingo 11 de Enabril
sentido literal o figurado; v. g. la actitud de los
rales. Es decir, debe ser un intérprete. de 1993. filósofos cfnicos frente a las convenciones culturales en
materiade utilización de ciertos sitios para ciertos fines
Después de desarrollar estos 8. Los mecanismos de Identificación con ei enemigo’ o en materia de realización de acciones culturalmente
dos aspectos, abordaremos dos cues­ han sido estudiados por la psiquiatría y el psicoanálisis censuradas.

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mo aceptam os la coexistencia de ante sí m ism o o la necesidad de resum en, hasta para una relación
lenguas distintas. La com paración poder u tilizar otros "len g u ajes" entre culturas tan unilateral y asi­
es problem ática pero im prescindi­ para explicarle algo a otros actores m étrica como la establecida por la
ble. ¿Qué pasa si pensam os que los pueden acentuar la urgencia de re­ C onqu ista, resu ltaban absoluta­
sistem as culturales coexisten co­ conocer el hilo conductor, lo co­ m ente necesarios los intérpretes.
m o las lenguas? ¿Q ué pasa si con­ m ún, lo que no cam bia de contexto En prim era instancia el anfibio
sideram os que es posible el bicul- a contexto. "por interés" es especialm ente com­
tu ra lism o com o es p o sib le el Tam bién debe considerarse el petente en un cam po pero le intere­
bilingüism o, el dom inio sim ultá­ caso de quien se hace cam aleón e sa integrar lo que puede aprender
neo de varias lenguas y la p osibili­ incluso anfibio por interés, por ejem ­ en otros. Puede tratarse de un inte­
dad -au n q u e sea lim itad a- de tra­ plo cuando trata de aprender otros rés de auto-form ación (como Max
ducir de la una a la otra? O bedecer "lenguajes" para explicarle algo a W eber interesado en la compren­
a diversas culturas es tal vez tan otros actores o poder aprender algo sión de tradiciones culturales radi­
sim ple com o ser políglota. No es de ellos. Los conquistadores espa­ calm ente diferentes de la suya, o
del todo im posible hablar dos len­ ñoles com prendieron la necesidad como m uchos intelectuales atraídos
guas al m ism o tiem po (fam ilias en de dom inar las lenguas nativas pa­ en los años 70 por el orientalism o o
ex ilio , fam ilias m u lticu ltu rales, ra cum plir con su tarea coloniza­ el tercerm undism o) o por un interés
etc...). Sin em bargo, al lado de la dora y evangelizadora. N ecesita­ estratégico: hacerse a armas rele­
alternancia, según contexto, según ban hacerse entender. Inculcarle al vantes en una lucha de largo plazo
in terlocu tores, en tre las lenguas otro el propio lenguaje no era sufi­ (Rigoberta M enchú, por ejem plo,
que uno decide hablar estaría la ciente. Se hacía necesario traducir aprende español a los veinte años
posibilidad de la traducción y aún hacia las lenguas nativas y tratar con el fin de poder com prender y
cierta conciencia de lo que en cada de hacer com prender lo que en al­ hacerse com prender en el lenguaje
caso se pierde en el cam ino de la gunos casos -n ad a m arginales- ni de los ladinos, m estizos opresores
trad u cción . La trad u cción, ade­ el propio traductor entendía1011. En en G uatem ala. Burgos, 1983). Para
m ás, ni siquiera requiere un dom i­ estos anfibios uno de los sistem as
nio explícito del sistem a de reglas de reglas de juego cum ple la fun­
11. “Anteriormente hemos indicado las dificultades ini­
profundo que podría subyacer a las ciales por el desconocimiento de las lenguas locales y ción de integración. En este caso,
reglas más superficiales que pueden cómo unode los primeros esfuerzos que debieron reali­ lo aprendido en otros contextos es
ser bastante distintas para las len­ zar los conquistadores fue el de obtener la ayuda de cultural y m oralm ente integrado
guas en cuestión. Aún sin un sistema intérpretes. Poco a poco, éstos comenzaron afiguraren sobre la base de uno de los sistemas
las capitulaciones o conciertos que se hicieron entre la
de reglas común a todas las lenguas, Corona y los descubridores o conquistadores. (...) La de reglas de juego que es el que mar­
la traducción sería probablemente norma [según la cual se debía hacer un requerimiento ca inconfundiblemente la identidad.
posible. Toda traducción está tal vez en lengua nativa] quedó posteriormente consagrada en Se trataría de anfibios culturales "in­
la Recopilación de las leyes de Indias, como la ley II,
condenada a ser local. título 1o. del libroprimero: ‘...queen llegandoa aquellas teresados" y con un sistema de refe­
¿Q ué puede llevar al cam a­ Provincias procuraren luego dar a entender, por medio rencia privilegiado, asociado usual­
león por los cam inos del anfibio? de Intérpretes, a los Indios y moradores, cómo los m en te a u n gru p o sodocultural
enviaron a enseñarles buenas costumbres, apartarlos
Puede ser una voluntad de integri­ de los vicios y comer carne humana, instruirlos en específico (los pares)12. Un posible
dad m oral, de integración razona­ nuestra Santa Fe Católica, y predicárselaparasu salva­
da de diversos m om entos de exis­ ción, y atraerlos a nuestro Señorío, porque fuerontrata­
dos, favorecidos y defendidos como los otros nuestros 12. Sin lazos fuertes con este grupo de congéneres, de
tencia, de congruencia ante sí y súbditos y vasallos...’ colegas-pares, el anfibio cultural evoluciona espontánea­
ante los otros1 . No basta el éxito “(...) En 1513, el cronista Fernández de Oviedo, en su menteen ladireccióndel anfibiocultural“descentrado”.Los
local, en el interior de cada contex­ viajeal Dariéncon laexpediciónde Pedrarias Dávila,fue sistemas culturales serian de tal ridole que socavarían de
el encargado de leer el famoso requerimiento en caste­ manera más o menos rápida la relación Instrumental. El
to. Tiene que haber una urdim bre anfibio cultural terminará exigiéndose ciertotipo de fideli­
llano y de inmediato reconoció el fracaso de hacerlo en
general, com o la que logra el suje­ la lengua de Castilla, por lo cual sugirió que dicho dad a las distintas tradiciones y a los distritos proyectos
to occidental m oderno al juzgarse parlamento fuera expresado por boca de un intérprete: que logra poner en contacto. El mismo éxito de su juego
‘Señor, parésceme que estos indios no quieren escu­ en sistemas de reglas distintos puede llevara modificarsu
a sí m ism o o al reconstru ir e inter­ estructura de referencias y hacer más compleja su identi­
char lateología deste requerimiento, ni vos teneis quien
pretar su propia biografía. Precisa­ se lo dé a entender. Mande vuestra merced guárdale dad. Lastensionesqueellogenerapuedentambiénllevarlo
m ente los problem as de traduc­ hasta que tengamos algún indio destos en una jaula, a ser un “anfibio renegado”, un hombre que se refugia en
ción , la n ecesid ad de aclararse para que despacio lo aprenda eel señor obispo se lodé un único contexto cultural, un único sistema de regias
a entender’. culturales. Sin embargo,en lamedidaenque lahibridación
Por ello, en 1524 Fernández de Oviedo le contó al Rey cultural corroe profundamente esa posibilidad de refugio
10. Emst Tugendhat. (1990) ha relacionado estrecha­ que el requerimiento no lo entendían ni los indios ni, en la pureza cultural, cierto grado de separación entre
mente la moralidad con la identidad personal y social. mucho menos, quienes lo leían” (Triana y Antorveza, culturas y mediación entre ellas por parte de anfibios
1987, pp. 203*205). culturales puede jugar un papel crucial.

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ejem plo de anfibio cultural intere­ tiem po, facilita el proceso de selec­ E L PROBLEM A
sado y nítidamente arraigado en uno ción, jerarquización y traducción D EL ANFIBIO CONSTRUYENDO
de los contextos culturales que cono­ necesario para la circulación de la SU INTEGRIDAD MORAL
ce es el del antropólogo que ha logra­ riqueza cultural.
do consolidar su identidad en tom o Cabe ahora preguntar: ¿hasta D espojado hasta el m áxim o
a su profesión. dónde el anfibio puede asumir su de cualquier vestidura, el proble­
En el caso del bilingüism o tarea de intérprete, de vaso comuni­ m a m oral del anfibio se puede for­
parece posible asegurar que prác­ cante entre culturas o subculturas, m ular así: ¿esposible respetar simul
ticam ente siem pre hay una lengua sin perder su integridad m oral (por táneamente "desde dentro" sistemas
materna. Sobre la base del dominio supuesto transform ándola)? y, recí­ de reglas culturales diversos y parcial­
de un esquem a de un sistem a de procam ente, ¿hasta qué punto esa mente divergentes? ¿es posible hacer­
reglas básico expresado en una len­ integridad m oral es condición im­ lo conservando integridad ?
gua particular se accede a un domi­ portante para la eficacia com unica­ Para ser anfibio cultural no
nio más o menos "artificial" y por lo tiva -e n el m ás am plio de los senti­ basta con adaptarse sucesivam ente
general m ás consciente de sistem as d o s- del anfibio cultural? a exigencias distintas. Se trata lite­
adicionales. Sin embargo en el caso ralm ente de hacer com patibles di­
de la interculturalidad se produce la versos sistem as de reglas, de obede­
exposición a opciones culturales di­ E L ANFIBIO cer sim ultáneam ente a ellos. Surgen
versas, en distintos grados de hibri­ COMO INTEGRADOR MORAL por lo m enos tres posibilidades:
dación. Se aprende a reconocer con­ 1. Si no hay reglas cuyo res­
textos d istin tos y a operar con Se sugiere en lo anterior que peto se excluya m utuam ente, es
sujeción a sistem as de reglas de jue­ una persona que pertenece de algún posible tratar de obedecer al con­
go distintos (aunque sea parcial­ modo a diversas tradiciones cultu­ ju n to de reglas resultante de la
m ente) en cada uno de esos con­ rales, las "respeta desde dentro", unión de los distintos sistem as de
textos. puede al mismo tiempo conservar y reglas. La consecuencia, en este caso
A rroja así m ayor claridad so­ fortalecer su integridad m oral, so­ (y siem pre, al m enos en parte, es
bre el anfibio cultural el considerar bre todo si se entiende que ésta es así), de vivir com o anfibio cultural
al m ism o tiem po el cam ino del in­ construida por integración del conte­ sería verse som etido al m ismo tiem­
térprete (que accediendo a otra nido moral de costumbres y creen­ po a las exigencias de diversas tra­
lengua y a otra cultura es capaz de cias. Esta integración seria en parte diciones13 y ser objeto del juicio ex­
"trad u cir") y el cam ino del cam a­ una asimilación mediante esquemas tern o o in tern o desde diversos
león (que dom ina de m anera plena congruentes y en parte una concien­ puntos de vista.
y flexible diversos sistem as de re­ cia y un aprovechamiento de la plu­ 2. Si hay reglas cuyo respeto se
glas). En la m edida en que el intér­ ralidad de sentidos culturales de una excluye, puede optarse por una se­
prete y el cam aleón se descentran misma acción. lección m ás o m enos jerarquizada o
(dejan de p rivilegiar un lenguaje o Por otra parte, esta integra­ acom odaticia de las reglas efectiva­
un sistem a de reglas específico) y ción del fondo m oral de diversas m ente seguidas. Ello im plica alto
se com binan en una m ism a perso­ tradiciones facilita acciones del an­ riesgo de "quedar m al" con tirios y
na para que el cam aleonism o se fibio en las cuales m oralidad y cul­ troyanos14.
convierta en la posibilidad de la tura coinciden y se expresan con 3. A prender a "trad u cir" en­
circulación -au n q u e sea fragm en­ pureza o perfección ejem plar, de­ tre los diversos sistem as de reglas
taria- de conocim iento (y tal vez de m ostrándole a actores de distintas de tal m odo que se com prenda ple­
m oralidad), podem os decir que culturas la posibilidad y la fertili­ nam ente que obedecer la regla A en
contamos con un "anfibio cultural". dad de lo que en otros m om entos un contexto U es exactam ente (o
Cuando la diversidad cultu­ hubiera podido ser percibido co­ aproxim adam ente) lo m ismo que
ral es sim plem ente conservada se mo contam inación. El anfibio, en obedecer la regla B en el contexto V.
convierte en riqueza inexplotada. cuanto teje nexos y facilita proce­
13. Lo que puedeinclusosignificarparticiparendistintos
Es fundam ental que al lado de la sos de reconocim iento de elem en­
ritos públicos o privados.
preservación de las diferencias se tos de unidad hum ano en el m o­
desencadene o se acentúe el con­ saico m ism o de la pluralidad de 14. Tal vez es posible aprender a manejar las estrate­
gias de la imagen para reducir este riesgo. Más que
tacto, el diálogo, el intercam bio, la traiciones y proyectos, puede ser
elegir un sistema de reglas que sirvacomo lugarbásico
fertilización cruzada. El anfibio visto com o una especie de integra- de arraigo, se elegiría un orden conscientey jerarquiza­
cultural, cam aleón e intérprete al dor m oral de la H um anidad. do en el uso de las máscaras.

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La prim era opción es la op­ de elem entos comunes detrás de ex­ encontrar una cierta coherencia in­
ción m oralm ente m ás defendible. presiones de lo diverso no necesaria­ telectual y m oral. Si así fuera dis­
Pero, en el caso de que resulte im ­ mente es puramente intelectual y, tintos tipos de relación con el texto
p osible acatar sim ultáneam ente por ello, la formulación propuesta escrito estarían vinculados a dis­
am bos sistem as reglas, quedan las debe tomarse con cautela para evitar tintos tipos de moral (cf. las reflexio­
otras dos. En el tercer caso, el reco­ simplificaciones ilum inistas y denti- nes sobre trivium y quadrivium de
nocim iento de estructuras com u­ fidstas y para no confunir, por ejem­ Bemstein, s. f.).
nes en dos m om entos distintos de plo, lo que es del orden del rito con Con la experiencia camaleóni-
la experiencia ayudaría a encon­ lo que es del orden de su repre- ca se "entra" al mundo de la diferen­
trarle bases in telectu ales a la inte­ sentadón intelectual. cia y la diversidad. Pero esa expe­
gridad m oral del anfibio cu ltu ­ La tensión entre cam aleonis- riencia no ofrece tal vez en sí misma
ral15. N o se trata de encontrar un mo y reconstrucción de la consis­ suficientes elem entos "integrado-
diccionario global y estable: la an­ tencia subjetiva tal vez explica por res". Le falta la dim ensión de la co­
tropología actual no perm ite supo­ qué p arte de la in telectu alid ad municación, del contacto fértil entre
ner ingenuam ente la existencia de contem poránea se siente atraída lo diverso. La experiencia del cama­
tales invariantes. Se trata de em­ por el relativism o radical pero no león, asociada al esfuerzo de encon­
plear analogías locales, buscando por algunas de sus posibles conse- trar hilos comunes o hilos integrado-
también de manera relativamente lo­ cuendas. La elaboración de la pro­ res com o lo in te n ta el estruc-
cal subsanar las contradicciones y pia integridad moral va más allá de turalismo, sería una experiencia irti-
tensiones que resulten de eseproceso un reconodm iento de elem entos ciática en el sentido que le otorga
de traducción. En este caso la noción "localm ente" comunes. Es posible­ Platón a la educación . Reconocer
m isma de "integridad m oral" debe­ m ente una construcción-elabora­ lo uno detrás de lo m últiple es un
ría ser repensada16*. Ya no sería po­ ción perm anente dentro de la cual clásico momento de la reflexión fi­
sible ver la vida m oral com o un pesa mucho el reconodm iento del losófica, es un aspecto de la inicia­
texto único gobernado por un siste­ contenido m oral presente en cada ción platónica, de ese camino todo
ma único de reglas. Sería una colec­ una de las tradidones culturales in­ hechoderigor lógicoy dialógico que
ción de textos gobernados por siste­ volucradas. A veces leer un mensaje privilegia la palabra para llegar pa­
m as d e re g la s p a rcia lm e n te último común puede ser el ancla que radójicam ente a lo indecible. Pero la
traducibles entre sí y que resistiría facilita la organizadón de la expe- com binación entre un estructuralis-
localm ente la prueba de la traduc­ rienda m oral del individuo. mo que se sabe condenado a la tra­
ción (incluso la prueba -bien exigen­ Ya sea que se conserve una ducción parcial y la capacidad de
te - de dos traducciones sucesivas). nodón dásica de integridad, ya sea ser cam aleón podría m antener viva
Ya no se trata del reconocim iento que se adopte una visión donde la la otra cara de esa iniciación: la sen­
clásico de algo com ún -ú n ic o - de­ consistenda es m ás bien una pro­ sib ilid ad a las d iferen cias, que
trás de lo diverso, sino de elem entos piedad local (pero con congruencias irrum pen más allá de lo que de al­
comunes cam biantes, com o los ras­ de carácter "top ológico" entre di­ gún modo es o parece ser uno.
gos fisionóm icos diversos que com­ versas evaluaciones lo cales), la Otra aproxim ación al mismo
parten miembros de una misma fa­ form ación académ ica puede cons­ problema es la pregunta de si es po­
m ilia cuando son comparados de tituir una im portante fuente de in­ sible la doble o triple religión. Usual­
dos en dos (la analogía es em plea­ tegridad. Nos parece que el acceso mente, por lo menos en los sistemas
da por W ittgenstein en sus análisis de creencias religiosas más intelec-
a la coherenda lógica requerido por
de los parentezcos entre los senti­ tualizados, se excluye esta posibili­
la academ ia está -o ha estado desde
dad (y se llega a considerar al sincre­
dos de una m ism a palabra em ­ el siglo XII hasta el presente- rela­
tismo religioso como una expresión
pleada en diversos ju egos de len­ cionado con la integridad m oral, es
de folklore y de inconsistencia18).
guaje). A dem ás, el reconocim iento decir con una identidad fuerte, ca­
paz de introspección y de recons- 17. Para Platón, en el Fedro, la iniciación de discípulos
15. Ese reconocimientodeestructuras profundascomu­ trucdón crítica y reflexiva de la pro­ es tarea más digna que laacumulación de saber puesto
nesfuey siguesiendoelproyectodeciertaantropología. por escrito. ¿Por qué? Con la experiencia pedagógica­
Esteno es el lugarapropiado paradiscutirese proyecto. pia vida. La tradidón escrita y la
mente estructurada por el maestro se produce una des­
Pero ese proyecto es relevante porque puede ayudara producdón literaria son fuentes im­ codificación y una desterritorialización que anula hasta
responderáunaposiblefragmentación simultáneaen lo portantes de integridad m oral: de cierto punto toda raíz y todo sentido común.
cultural y en lo moral.
hecho, en su marco, la persona se ve 18. La conservación en paralelo, y de manera oculta o
16. Marcelo Dascal sugiere emplear para ello la noción vergonzante, de varios credos seria una muestra de
de ‘paraconsistencia’' desarrollada por los lógicos
invitada a reconstruirse una biogra­
debilidad o una respuesta defensiva a situaciones de
peruanos. fía dentro de la cual está obligada a dominación.

No. 3 AÑO MCMXCIV

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BOGOTA, D.C.
ANTANAS MOCKUS ANFIBIOS CULTURALES, MORAL Y PRODUCTIVIDAD

Sin em bargo, esta posibilidad ha de concurrir a hacer viable y habi­ con respecto a las oposiciones bien
estado incluida de m anera decisi­ table la torre de Babel. Si bien no com ún/interés particular o sagra­
va en las estrategias de superviven­ es posible un lenguaje com ún úni­ do/profano. En el segundo se di­
cia de muchos pueblos y muchas co, parece razonable buscar algunas solverían en el m arco de un análi­
culturas y probablemente resulta in­ reglas universales21. sis de cau sas o de m otivos de
telectualmente muy atractiva (¿por­ La interculturalidad asumida carácter extra-m oral. En el tercero
qué no pertenecer, si ello fuera posi­ plenam ente debería llevar a una ge­ serían oposiciones cuyo sentido y
ble, a varias trad iciones, por lo neralización de la actitud y del mo­ contenido se derivaría de los presu­
general milenarias?). Aquí de nuevo do de ser del anfibio cultural. Las puestos fundamentales de la política
cabe considerar hasta donde el sin­ reglas del anfibio (reglas de un res­ o de la religión. La tensión moral
cretismo es capaz de asegurar tra­ peto "desde dentro" y de una comu­ extrem a para el anfibio se presenta­
ducciones locales satisfactorias o si nicación selectiva y adaptadora) ría en el caso de acceder sim ultánea­
la coordinación (en sentido piage- p erm itiría n h acer h ab itab le un m ente a tradiciones culturales em­
tiano) entre traducciones locales es mundo donde proliferan los siste­ p aren tad as con esas tres p ers­
una exigencia que se hace el anfi­ mas de reglas, tanto culturales co­ pectivas de la ética22.
bio y que va m ás lejos de lo que mo morales.
ofrece el sincretism o. Son diversos los grados de di­
Pero m uy cerca de esta posi­ ficultad que puede experim entar un PRODUCTIVIDAD
bilidad de tener dos religiones al anfibio cultural al integrar moral­ Y FERTILID A D
tiempo, está la tentación de buscar (o mente fragmentos culturales de ori­
de proponer) una religión universal. gen muy diverso. Para el efecto, es
menester examinar las consecuen­ C onstruir un m arco o, m ejor,
A su vez, esta tentación tiende sinto­
cias de que existan formas de estruc­ un proceso armonizador de nuestras
m áticam ente a desem bocar en la
turación y fundamentadón de la mo­ tradiciones fundamentales es un reto
búsqueda de un lenguaje univer­
ral asodadas estrecham ente con decisivo para América Latina. Aquí
sal1 . En nuestra noción de anfibio
tradidones culturales que histórica­ menos que en otra parte podemos
cultural la idea general de poder tra­ esperar aumentos de la productivi­
ducir las lenguas y acercar a los hom­ m ente se han presentado com o ne­
tamente incom patibles entre sí. La dad basados en m ecanism os que
bres se mantiene, pero no hay un tal produzcan anomia social (sistemas
lenguaje universal. En efecto, pre­ figura del anfibio cultural puede en­
tonces ser relevante en los debates de puros incentivos materiales23). La
guntarse por cuál puede ser el len­ experiencia de naciones o grupos de
guaje de los anfibios culturales es actuales en el campo de la ética: al
lado de la moral que se fundamenta naciones que han logrado altos nive­
como preguntar por el color "natu­ les de autodeterminación y de des­
ral" del camaleón. Cada lenguaje de m an era a u tó n o m a , in d e­
pliegue de sus posibilidades mues­
puede -y en algún sentido debe- pendientemente de las tradidones
tra la im portancia de esa arm oni­
culturales (proyecto enciclopedista)
pretender válidamente ser el lengua­ zación de valores y de la correspon­
y de la moral que -im pulsada por un
je adámico (la lengua originaria del diente m ovilización coherente y
pathos m oral- se disuelve a través de
hombre)20. Por lo demás, es tiempo consciente de iniciativas y esfuerzos.
una genealogía basada en la sospe­
19. En el siglo XVI, Raimundo Lullo quería construir un cha m etódica (Nietzsche), sobrevi­ 22. El vacío de fundamento atribuido a la posición enci­
sistemafilosóficoque integrarajudaismo,cristianismoe viría la m oral que se fundamenta clopedistaserviríade garante de unaciertareceptividad
islamismo. Giordano Bruno prolonga esta idea de una externamente, ya sea en la política frente a la fundamentadón política o religiosa presente
‘religión universal’.Pero estabúsqueda desemboca en en las otras dos perspectivas.
la búsqueda de un lenguaje universal que no se logra
(Aristóteles), ya sea en la religión
mediante un lenguaje puramente lógico. Requiere de (Santo Tom ás) (M aclntyre, 1992). 23. La violenda sería otro de los mecanismos al cual
“juegos’ que empleen imágenes y analogías. Podemos En el primer caso las oposidones acudenalgunos actoresen uncontextotendencialmente
estarusandolasmismas palabras peropensandocosas bueno/m alo, justo/injusto serían “desencantado’ y podría verse como un intento deses­
distintas. El entendimientoes unaespecie demalenten­ perado por sacralizar vínculos y proyectos. Otra opción
dido estabilizado, acotado. Giordano Bruno confía en objeto de elaboradones autónomas
dentrodeestemismocontexto(eldeprocesosculturales
unaunidadmágicadadaporlainfluenciarecíprocaentre que nos afectan peroque no alcanzamos a comprender
ideas, huellas, signos... Ante esas cadenas asociativas 21. En el marco de la búsqueda de una concepción o a dominar) es el de unagestión deliberaday calculada
de imágenes (Pelrce) nunca estamos seguros, aún política de la justicia que la haga compatible con el de las motivadones colectivas y culturales. El paso de
cuando parecemos entendemos, si estamos pensando pluralismo de las sociedades democráticas contempo­
ráneas,John Rawls (1988) exploralaposibilidaddeque una relación instrumental con la cultura a una reladón
en lomismo. comunicativahaciaella-yviceversa-es unodelos retos
se pueda apoyar la misma concepción política de
20. Sobre el lenguaje original de Adán como problema la justicia (y el mismo sistema de reglas de juego, que se le puede plantear a quien pretenda llegar a ser
filosófico para Leibniz y algunos de sus contemporá­ un derecho procedimental) por tradiciones cultura­ un anfibiocultural.“Nuncaconsideres laculturacomoun
neos: Dascal y Yakira (1993), pp. 111-168. les distintas. mero medio’ sería el nuevo imperativo categórico.

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COLOMBIANA
DE PSICOLOGIA 131
ETICA

M ejoras estables en producti­ llín (actualm ente Facultad de M i­ fundam entales que orientan los
vidad parecen imposibles si no acu­ nas de la U niversidad N acional de diversos aspectos del com porta­
den a la integridad m oral de las per­ C olom bia). M ayor destaca tres as­ m iento de una persona o del grupo
sonas. Sistem as de incentivos y pectos: la velocidad de la apropia­ de personas que integran una insti­
castigos que no intenten siquiera ser ción, la capacidad de jerarquizar y de tución o una comunidad tiene un
congruentes con el trasfondo cultu­ adaptar, y el papel de la hibridación efecto directo sobre lo económico. En
ral y m oral pueden ser inoperantes -e n un principio desconcertante- síntesis, según estos trabajos, histó­
o contraproducentes. ¿Reconocen entre taylorism o y cristianism o en la ricam ente habrían sido con frecuen­
los enfoques "actuales" en adm inis­ proyección regional y nacional de cia razones extraeconóm icas las que
tración de em presas la necesidad de esa apropiación. Sorprende en par­ le habrían conferido gran relevancia
encontrar localmente factores de in­ ticular la manera en que el cristia­ vital a la productividad. En ocasio­
tegración y congruencia? ¿Es, por nism o es incorporado consciente­ nes, ha sido la guerra la que logra
ejem plo, posible una aproxim ación m ente en la adm inistración, como esa unificación entre los más altos
de "calidad total" sin que el factor garante de la moralidad y como me­ valores y las actividades más terre­
subjetivo de compromiso con el me­ dio fundamental para estructurar el nales24. Pero lo que nos interesa des­
joram iento perm anente y la dispo­ uso de su tiempo -especialm ente del tacar es que estos estudios prueban
sición a evaluar y ser evaluado en­ tiempo libre- de los trabajadores. la posibilidad de que esa arm oniza­
cu entren algú n tip o de soporte Dos lem as son m uy im portan­ ción se logre "a la latinoam erica­
cultural y m oral específico? ¿Qué tes para com prender la Escuela de n a ", es d ecir por la vía de la h ib ri­
m atices o cam bios es necesario in­ M inas y su proyección regional y dación y de la pu esta en relación
troducir para tener en cuenta con­ nacional. El prim ero acentúa la ra­ de elem entos de d istin tas trad i­
textos de interculturalidad? Por otra cionalidad económica y la contribu­ ciones facilitad a por los anfibios
parte, esas mismas bases morales y ción. del conocimiento profesional en cu ltu rales.
culturales pueden ayudar a no con­ el logro de la eficiencia: "Ingeniero es
vertir la productividad en un valor el que hace por un peso lo que cual­
en sí, a no absolutizarla. M ás que quiera hace por dos". Elsegundoacen- b . La fertilidad de una acción
fetichizar la técnica, necesitamos in­ túa la integridad moral como condi­
tegrarla armónicamente en nuestros ción sine qua non de la calidad Tal vez resulte posible subsu­
universos culturales. profesional: "Debemos formar gente m ir el concepto occidental de pro­
Esta aproxim ación puede ser honradaquesigasiendohonradaaun- ductividad bajo un concepto más
relevante para com prender y para que pierda la fe". Esta última idea se afín al universo agrícola y al origen
"recontextualizar", es decir apro­ justifica también por razones total­ del concepto de cultura: el concepto
piar de m anera selectiva, creativa y m ente pragm áticas: las personas de fertilidad. Diremos que una acción
relevante, un m ovim iento mundial arriesgan un capital sobre la base de su resulta "fértil" cuando además de
tan im portante com o el de calidad confianza en la opinión del ingeniero. ser productiva (eficaz en el plano
total. En nuestra apropiación de ese ¿Hay en todo ello una doble técnico-instrum ental y eficiente en
enfoque los aspectos de identidad y moral?, ¿cristianismo para el pue­ el plano económ ico) es fecunda en
de m oralidad deberían ser inclui­ blo, m oral laica para las élites? Más el mundo de los significados (es de­
dos, especialm ente en m aterias tan bien podría pensarse que hubo "an ­ cir contribuya a la creación o recra-
dependientes de los sistem as regu­ ción de sentido). Nos parece que
fibios". De hecho parte de los inge­
ladores del com portam iento huma­ nieros form ados en la Escuela no esta am pliación de la com prensión
no, lo nuevo debe ser articulado con tradicional de la productividad po­
sólo no perdieron la fe sino que
lo previam ente existente. dría estar estrecham ente relaciona­
fueron adalides del C onservatis-
da con la posibilidad de jugar sim ul-
m o y de la defensa de la fe católica
a. Productividad, moral en Colom bia.
24. Un ejemploen estesentidoes “La movilización total”
y cultura En la reconstrucción que de la de Emst Junger, texto filosófico al que se le atribuye
historia de la Escuela de M inas y de habercontribuidoa laconfiguracióndelfacismoalemán.
Alberto M ayor (1984) ha in­ la biografía de Alejandro López ha­ 25. La posibilidad de un juego en el cual se juegan
vestigado la asim ilación creativa de ce Alberto M ayor hay una alta valo­ simultáneamente varios juegos es plenamente compa­
las teorías y los m étodos del "Sd en- ración de los efectos prácticos de la tible(ypodríaser lafuente) de laformalización matemá­
tific M anagem ent" de Frederick W. coherencia intelectual-m oral-prác­ tica. Más ampliamente, el aislamiento, la posibilidad de
separar nítidamente sintaxis y semántica o sintaxis y
Taylor a comienzos de siglo en la tica. Se trata de una tesis de origen pragmática hajugado un papel crucial en las matemáti­
Escuela Nacional de M inas de Mede- weberiano: arm onizar los valores cas, la lógica y las ciencias del lenguaje.

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ANTANAS MOCKUS ANFIBIOS CULTURALES, MORAL Y PRODUCTIVIDAD

táneam ente varios juegos, obede­ dades actuales, la tesis -q u e nos per­ n ista p o st-m o d ern a": la opción
cer al m ism o tiem po a varios siste­ m itim os sim plificar al m áxim o- por una m oral que integre los m o­
mas de reglas25. En el plano del de que las sociedades contem po­ mentos cultural y existencialm ente
arte y del juego y, por ende, en ráneas, al m enos las m ás podero­ dispersos de un individuo que se
m uchos aspectos de la vida diaria sas, serían im posibles si no pudie­ abre a sistem as de reglas culturales
puede ser válida una fertilidad li­ ra n co e x istir en e lla (y tra n s­ divergentes, m ediante el respeto a
m itada al m undo de los significa­ form arse sim ultáneam ente) diver­ la cultura reinante en cada contexto
dos. Sin em bargo, el sentido m ás sos sistem as de reglas. En otras pa­ y una búsqueda de congruencia en
genérico que proponem os, perm i­ labras, si todos sus m iem bros si­ las traducciones pardales.
te enriquecer la noción de produc­ guieran, en su pensar, en su decir y La interculturalidad latinoa­
tividad, sin absolutizarla. La rela­ en su interactuar, los mismos siste­ m ericana es una preciosa herencia:
ció n e n tre a n fib io c u ltu ra l y mas de reglas, se detendría el cam ­ significa riqueza, patrim onio y -
productividad es doble: por un la­ bio tecnológico, cultural y moral ca­ sobre tod o- posibilidad de m ulti­
do, al obedecer sim ultáneam ente a racterístico de estas sociedades. La plicar los futuros posibles. Pero, ya
varios sistem as de reglas de juego, mayor parte de las grandes socieda­ sea com o herenda o como poten­
el anfibio se ve obligado a ser in­ des contemporáneas dependen ca­ cial, esa configuración intercultural
trínsecam ente fértil. Pero adem ás da vez más de la fertilidad de las está condenada a debilitarse si no
el "anfibio cultural" hace posible diferencias y en este sentido pueden toma suficientem ente en cuenta el
una com unicación, aunque sea par­ estar cada vez más condenadas a contem poráneo despliegue de la
cial, entre las síntesis que entre fer­ sufrir las fracturas y tensiones que técnica y las im placables conse-
tilidad significativa y productivi­ podem os asociar a la diversidad cuendas que trae consigo para una
dad lo g ran d iv erso s co n textos cultural. Am érica Latina puede tal nadón (o para un grupo social den­
culturales. vez distinguirse por la gravedad de tro de ésta) la falta de productividad
La búsqueda de productivi­ esas fracturas y tensiones y, al m is­ -o m ás bien de "fertilid ad "- de sus
dad sin m oral es tal vez posible, mo tiempo, por el hecho de que esas acdones. Por lo tanto tiene que ha­
pero puede llevar a W alden D os, a fracturas y esas tensiones no son cer suyo ese despliegue procurando
un m undo sin libertad donde la definitivas, no se estabilizan ni es­ al m ism o tiem po que éste no la di­
cultura sea desplazada en sus fundo­ pacial ni tem poralm ente, ofrecien­ suelva. Latinoam érica tiene que ha­
nes de interpretadón de la realidad y do condiciones para una fertilidad cer suya la técnica, pero a la m anera
de orientadón del comportamiento particularm ente alta. A lgo sim ilar del anfibio.
por el manejo técnico-instrumental acontece globalm ente26. Los "anfibios culturales" pue­
de recompensas y castigos. La fertili­ A l ser -o p arecer- derrotada den ser una respuesta a la conjun­
dad sin m oral, el entusiasm o irres­ la opción ilum inista clásica por ción históricam ente específica en
tricto con la polivalencia de las ac­ una m oral que debía perm itir la Am érica Latina entre interculturali­
ciones, puede convertirse en una autodirección por encim a de las dad (diversidad cultural con altos
fertilidad incontenible d ifícil de determ inaciones culturales de la ac­ grados de intercam bio e interac­
orientar. ción propia y ajena (opción que en ción) y transición a sociedades del
algunos casos pudo expresarse co­ conocim iento. El m utuo conoci­
LOS AN FIBIO S CULTURALES mo una ideología), adquiere mucho m iento -c o n capacidad de involu­
ANTE LA DIVERSIDAD SOCIAL sentido el exam en de una opción, crarse m oral y culturalm ente, tal
Y CULTURAL que nos atrevemos a llam ar "ilu m i- com o lo intenta describir la figura
DE AM ERICA LATINA del "an fibio cu ltu ra l"- parece ser
26. Por un ladohay crecientes conexiones e interdepen­ condición para hacer m ás viable y
dencias (económicas, tecnológicas, etc.). Por otro lado,
Sin anfibios cu ltu rales, la in­ sobre todo después de la derrota de algunos marcos
m ás fértil la coexistencia de lo cul­
teracción de las cu ltu ras puede ideológicos fuertes (socialismo, etc.) hay una creciente turalm ente diverso.
tender a quedar som etida a m eca­ afirmación de las identidades culturales. Ello provoca En el contexto latinoam erica­
nism os totalm ente ciegos de hege­ cada vez más tensiones ligadas a la diversidad cultural no, es necesario subrayar la relación
con cada vez menos tolerancia. La “ventaja”deAmérica
m onía, exclusión o hibridación. Latinaestáenqueesas fracturas ytensiones son graves
entre esta opción y la necesidad de
Tom am os de la sociología de pero no hasta el punto de provocar situaciones sin reconocerle su lugar a la productivi­
la cultura contem poránea la com ­ retomo (como sucede en este momento en Europa del dad sin absolutizarla. En efecto, el
prensión de que la hetoregeneidad Este). Son fracturas graves pero con experiencias, con ser anfibios culturales en nuestra
tentativas exitosas de diálogo. De ahí que es más fácil
social y cultural es una componente pensar el anfibio cultural hoy en América Latina que en época y en nuestro m undo puede y
decisiva del orden social en las socie­ Yugoslavia, por ejemplo. debe incluir la posibilidad de desen­

RE VISTA
COLOMBIANA
DE PSICOLOGIA 133
ETICA

volvernos con solvencia en el ám ­ bajo en un m ínim o de tiem po, pero taciones m orales en una dirección
bito de la competencia económica in­ la clase dirigente -q u e basaba su y garantías ju rídicas en la direc­
ternacional y del desarrollo tecnoló­ dom inación en el disciplinam iento ción contraria. Las unas y las otras
gico pero también la posibilidad de integral de la vida de los esclavos- muchas veces no alcanzan sino a
respetar y hacer nuestros logros his­ preferiría extender el trabajo a un aquellos que por su form ación cul­
tóricos com o el respeto a los dere­ m áxim o de tiem po, y así controlar tural logran descifrar el mensaje. La
chos humanos. En este plano ser an­ todo el día de los sometidos. Si de­ regulación básica sigue dándose
fib io s s ig n ific a p o d er d esem ­ seam os entender por qué esas con­ más por la cultura que por la ley.
peñam os también en esos dos gran­ tradicciones eran 'inesenciales' y Esto daría mucho piso a procesos
des escenarios llamados "m ercado podían convivir con una exitosa di­ centrados en la cultura. Sin embargo,
m undial" e "historia universal". fusión intelectual del liberalism o, la diversidad y la hibridación plan­
Ese aprendizaje, el de la hete­ dice Schwarz, hay que tom ar en tean el reto de construir compatibili­
rogeneidad necesaria, choca par­ cuenta la institucionalización del dades y formas de convivencia fértil.
cialm ente con las utopías políticas favor. La hibridación parece im pli­
de la M odernidad y parece alta­ "L a co lo n iz a ció n p ro d u jo car al m ismo tiem po capacidad de
m ente com patible con los atisbos de tres sectores sociales: el latifundis­ arraigo m últiple e identidad escin­
la postm odem idad. Lo que nos ha ta, el esclavo y el 'hom bre libre'. dida. No basta con ella, pero la hi­
interesado aquí es el aspecto casi Entre los dos prim eros, la relación bridación puede ayudar a generar
lógico de ese choque: m ientras la era clara. Pero la m ultitud de los m ejores traductores, anfibios cultu­
m oral me obliga a tener un sistem a terceros, ni propietarios ni proleta­ rales, personas cuyo "hogar" ya no
de reglas único, la diversidad cultu­ rios, dependía m aterialm ente del sea una cultura específica sino una
ral m e puede obligar a obedecer a favor de un poderoso. (...) El favor configuración intercultural, perso­
sistem as de reglas diversos. es tan antim odem o com o la esclavi­ nas que siendo sensibles a las dife­
La h ib rid a c ió n p ro p ia de tud, pero 'm ás sim pático' y suscep­ rencias y a las raigambres logren
A m érica Latina genera dificultades tible de unirse al liberalism o por su "arraigar" en la diversidad cultural.
para afianzar con suficiente solidez ingrediente de arbitrio, por el juego En resumen, es posible que más allá
un sistem a de reglas de juego como fluido de estim a y autoestim a al que del arraigo nítido en uno de los con­
sistem a base. Pero al mism o tiem po som ete el interés m aterial. (...) Lo textos culturales que conoce, propio
m ultiplica las oportunidades de en­ m ism o pasaba, agrega Schw arz, del ciudadano m oderno norm al o
trecruzam iento de diversos siste­ cuando se quería crear un Estado del anfibio interesado, m últiples
m as de reglas de ju ego. Com o nos burgués moderno sin romper con las procesos de cam bio, de m ezcla cul­
lo m uestra G arcía C anclini, Am é­ relaciones clientelistas; cuando se pe­ tural y de contacto con variantes
rica Latina puede ser vista com o gaban papeles decorativos europeos que procuran su pureza generen la
un lugar de hibridación, donde se o se pintaban motivos arquitectóni­ proliferación de anfibios culturales
m ezcla lo prem oderno con lo m o­ cos grecorromanos en paredes de ba­ (y de culturas anfibias) en Am érica
derno (y tal vez lo postm odem o), rro; y hasta la letra del himno de la Latina. En una palabra, personas ca­
donde las ideas son asim iladas república, escrita en 1890, plena de paces de guiarse fuertem ente por
"fuera de lu gar", donde la recontex- em ociones progresistas pero des­ una regulación cultural y m oral en
tualizadón se produce de manera preocupada de su correspondencia un mundo caracterizado por la di­
más silvestre, m enos lim itada por la con la realidad" (García Canclini, versidad, personas ligadas entre sí
1989, pp. 73-4). El trabajo de García por diversos sistem as de reglas so­
preocupación por la consistencia.
C anclini m ism o nos da algu­ metidos a una interpretación y apro­
Canclini subraya los efectos de si­
piación permanente, personas mul-
nos ejem plos de inconsistencia fla­ m ultaneidad, de unidad en la dife­
tívocamente ligadas por redes que
grante: "¿C óm o fue posible que la rencia y en la discordancia, propios
prefiguran lo que podríamos llamar
D eclaración de los Derechos del de las culturas híbridas. Nuestra te­
la "ciudadanía del siglo X X I" y
Hombre se transcribiera en parte en sis es que para lograr hacer máxima
la Constitución Brasileña de 1824, la riqueza derivable de la diversi­
mientras seguía existiendo la escla­ dad cultural se requiere hibridación
vitud? La dependencia que la eco­ pero también com prender la im por­ BIBLIOGRAFIA
nom ía agraria latifundista tenía del tancia de los reservónos de pureza.
Bemstein, Basil. "Pensamientos sobre el
mercado externo hizo llegar a Brasil En Latinoamérica, más tal vez trivium y el cuadrivium: la religión y
la racionalidad económ ica burgue­ que en otras regiones del mundo, la organización del conocimiento, y
sa con su exigencia de hacer el tra­ las leyes son con frecuencia exhor­ la construcción del conocedor", tex-

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134 U. NACIONAL DE COLOMBIA


BOGOTA, D.C.
ANTANAS MOCKUS ANFIBIOS CULTURALES, MORAL Y PRODUCTIVIDAD

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