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A L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.

S:. F:. U:. L:. I:. F:.

El Riesgo de la Tolerancia

Quiero en primer lugar dejar claro que las siguientes líneas son producto de mis pensamientos y
viviencias y mi punto de vista desde la perspectiva del maestro masón, sin que se comprometa ni la
Logia a la que tan orgullosamente pertenezco pero si mis obligaciones del cargo que regento, ya que
éstas son consecuencia lógica y perfecta de nuestras ideas y posiciones.
Luego de leer el artículo publicado por el Q:. H:. Melki – Tsedek publicado en la Revista
Retales de Masonería, es obligatorio y necesario hacer una clara y profunda reflexión sobre el tema,
pues supone un alto riesgo a la continuidad de la tradición iniciática e incluso a la supervivencia de los
ritos, columna principal de todo el camino y desarrollo iniciático que emprendimos cada uno de
nosotros cuando tocamos por primera vez a las puertas del templo de manera profana.
Todo grupo de personas que se reúnen para un fin común (fraternidades, logias, colegios,
incluso sectas), tienen en su haber de manera impretermitible un conjunto de reglas o instrucciones que
pueden dividirse en dos lotes: el primer lote conformado por el cúmulo de conocimientos, vivencias y
experiencias que se han ido acrecentando a través del paso del tiempo y que constituyen el acervo
cultural y educativo, por así decirlo, de cada grupo, es lo que se transmite de miembro a miembro y es
lo que le da vida y esencia a esas voluntades que se unen para transformar de una u otra forma sus
vidas y con ello la concepción de la realidad.
El segundo lote, está constituido por instrucciones que pretenden normar el desarrollo de las
actividades de dichos grupos y que, en esencia, buscan desarrollar los principios sobre los cuales
descansa el acervo cultural propio y no me refiero solo a los reglamentos internos o constituciones, sino
a los rituales, aquellos que plasman los ritos y le dan un orden lógico, esóterica y exotéricamente
hablando a todas las acciones que se ejecutan al momento de la realización de los talleres, tenidas,
cultos dependiendo del grupo del que se trate.
El fenómeno del liberalismo mal entendido, tendencia mundial que se está introduciendo a todo
nivel, estrato, comportamiento y conocimiento existente, está socavando las bases del tradicionalismo,
cuestión que en el ámbito masónico se convierte en un claro peligro de extinción. Y no es que la
masonería no pueda renovarse (de hecho en mucho aspectos es urgente su transformación) lo que
sucede es que una cosa es la actualización de sus ritos y otra muy distinta es tergiversar los que existen
sin ningún tipo de control.
Pongamos un ejemplo. El ir al orden en el rito escocés no tiene discusión...sin embargo en
muchos países, dado el tema económico o social se hacen de la vista gorda si algún QH no viste como
lo ordena el rito, tomando en consideración su situación, razonadamente normal en estos tiempos. Pero
permitir que los hombres vayan en bermudas o las mujeres en shores, ya raya en el descontrol e incluso
en la burla para el rito como tal.
Igual ocurre cuando se pretende mezclar creencias profanas, costumbres, supersticiones e
incluso creencias religiosas dentro del rito. Esto definitivamente no puede permitirse, pues se
contamina, tergiversa y desaparece parte o todo el componente tradicionalista e histórico que se ha
venido transmitiendo a través del tiempo. Incluso, hablando objetivamente, la inclusión del género
femenino dentro de la expresión ritualística puede considerarse una tergiversación de los ritos.
Caemos entonces en algo que el QH ha tocado de forma delicada y directa pero que es el punto
álgido de su disertación y de nuestra realidad como masones: La Tolerancia. Muchas veces se interpreta
que tolerar es aceptar pero en ningún lado se establece que sea la pasividad reflejada en la aceptación
de cualquier idea por muy bien intencionada que sea que tenga como trasfondo el modificar el ritual. Es
responsabilidad del V:. M:. mantener incólume la Logia y los procesos ritualísticos que en ella se
desarrollan, pero además corresponde también a los M:. M:. mantener ese tradicionalismo no solo
impidiendo su modificiación subterfugia, sino propiciando su enseñanza en forma clara certera y
acertiva, de tal forma que los Aprendices y Compañeros se conviertan en multiplicadores de las
tradiciones tal cual se han venido practicando a lo largo de la vida logial y no crecan en medio de
confusiones o peor aun de caminos equivocados.
No se trata QQ:. HH:., ni debe interpretarse así, de la interrupción del conocimiento, al no
aceptar ideas o suposiciones que no se contengan dentro del contexto del rito que se practique, se trata
simplemente de sobrevivir. En la medida que se permita el agregado al acervo ritualístico de formas
frases creencias e incluso supersticiones que no son para nada masónicas, estaremos contribuyendo a la
extinción de nuestra esencia, de nuestra formalidad, de nuestra cotidianidad y unidad en lo que a la
francmasonería se refiere.
Seamos cuidadosos celosos y casi enemigos de las reformas que podamos estar tentados a
apoyar, verifiquemos si efectivamente traen algún beneficio a la Logia, si hacen más claro o más fluido
el rito o si contribuye a su mejor comprensión por parte de los QQ:. H:. Es solo nuestra la
responsabilidad de la supervivencia ritualistica y de la conservación de nuestras tradiciones. No seamos
culpables de que se diluyan en el tiempo.
Es cuanto V:. M:.

M:. M:. Edilia Sánchez

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