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Guerra civil española

La guerra civil española fue un conflicto político y militar


ocurrido en España, entre el 17 de julio de 1936 y el 1 abril
de 1939.
Este se inició a raíz de un intento de golpe de
Estado, protagonizado por distintas agrupaciones conocidas
como nacionalistas de derecha, que respondían a
ideologías opuestas al gobierno electo.
Así, su objetivo consistía en derrocar al gobierno del Frente
Popular, el cual había ganado las elecciones de febrero de
1936 y estaba integrado
por socialistas, comunistas y anarquistas.
Apoyados por la Alemania nazi y la Italia fascista, los
nacionalistas, liderados por el general Francisco Franco,
derrotaron a los republicanos, quienes contaban con el apoyo
de la Unión Soviética y unos 50.000 voluntarios de países
aliados.
Se estima que durante esta guerra murieron más de medio
millón de españoles.

En 1931, los resultados de las elecciones municipales,


ganadas por republicanos de izquierda y por socialistas,
desencadenaron multitudinarias manifestaciones en contra
del rey Alfonso XIII, que huyó del país. Se proclamó entonces
la segunda república y asumió el poder un gobierno de
izquierdas encabezado por el presidente Niceto Alcalá
Zamora.
Su primer ministro, Manuel Azaña, impulsó la sanción de
la Constitución de 1931, que consagró la separación entre la
Iglesia y el Estado y prohibió los colegios religiosos. La
oposición a estas medidas, impulsada por la Iglesia católica, los
sectores monárquicos y los militares africanistas (llamados así
por su participación en la guerra del Rif), debilitaron al
gobierno de Azaña, que perdió las elecciones de 1933.
Estas fueron ganadas por la Confederación Española de
Derecha (CEDA) y el Partido Republicano Radical. Estas
agrupaciones conformaron un gobierno conservador que fue
hostigado por los socialistas. En 1934, estos protagonizaron
una insurrección armada que fue sofocada por el ejército.
En 1935 Alcalá Zamora encargó la formación de un nuevo
gobierno al independiente Manuel Portela Valladares, quien
permaneció en el poder hasta las elecciones de febrero
de 1936, en las que triunfó el Frente Popular, conformado por
varias agrupaciones de izquierda.
Las primeras decisiones del nuevo gobierno consistieron en
decretar una amnistía para los condenados por el
levantamiento socialista de 1934, y en impulsar una reforma
agraria que distribuyó tierras entre más de 100.000
campesinos.
En abril de 1936, Manuel Azaña asumió la presidencia de la
República y fue sustituido al frente del gobierno por Santiago
Casares Quiroga. Éste debió enfrentar varias huelgas
protagonizadas por los anarquistas, la división del Partido
Socialista Obrero español (PSOE) y varios atentados
provocados por el partido fascista Falange Española.
El aumento de la violencia política y el crecimiento de
las organizaciones paramilitares debilitaron al gobierno del
Frente Popular, que fue acusado de no ser capaz de mantener
el orden público.
El 12 de julio la Falange asesinó a un instructor de las milicias
socialistas. En represalia, sus compañeros secuestraron y
asesinaron a José Calvo Sotelo, líder del monárquico Bloque
Nacional. Este hecho de violencia decidió a los sectores de
derecha a impulsar un golpe de Estado para derrocar al
gobierno del Frente Popular.

El motivo principal del estallido de la guerra civil española fue


la oposición de los sectores conservadores de la sociedad a
las reformas propuestas por los gobiernos de la segunda
república.
Entre estas propuestas se encontraban la reforma
agraria (que obligaba a entregar la propiedad de la tierra a
quien la trabajaba), la disolución de las órdenes religiosas y
la incautación de los bienes de la iglesia católica.
Un motivo adicional fue la creencia de terratenientes, altos
mandos del ejército y la jerarquía eclesiástica, de que el
gobierno republicano intentaría implantar un régimen
socialista similar al establecido por los bolcheviques en Rusia,
luego de la revolución de 1917.
A estos sectores conservadores les preocupaba la
alta desocupación, la multiplicación de las huelgas obreras,
los ataques a la iglesia y el aumento de la violencia política.
Entre las principales consecuencias de la guerra civil española
se encuentran las siguientes:

 La instauración de una dictadura encabezada por


Franco, que se extendió hasta su muerte, en 1975.
Este ejerció una feroz represión que dejó alrededor de
114.000 personas asesinadas ilegalmente y arrojadas a
fosas comunes.
 El exilio forzado de los partidarios de la república,
quienes tuvieron que huir de España por temor a ser
asesinados por los franquistas. Se estima que hubo
unos 250.000 exiliados permanentes, muchos de los
cuales se establecieron en América Latina.
 La crisis de la economía española, afectada por el
esfuerzo bélico y la devastación de la guerra, que
provocó más de 100.000 muertes debido al hambre y
diversas enfermedades.
 La división de muchas familias españolas, debido a
odios y resentimientos entre parientes que se
adhirieron a distintos bandos, y a las acusaciones
mutuas de fusilamientos y crímenes de guerra.

Importancia de la guerra civil española


La guerra civil española fue el antecedente inmediato de
la Segunda Guerra Mundial, ya que consolidó el acercamiento
entre Italia y Alemania. Además, fue el laboratorio que
utilizaron estas potencias para probar las armas y tácticas de
combate que utilizarían en la guerra contra los aliados.
Los dos partidos políticos más importantes de la España actual,
el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero
Español (PSOE), son herederos de los bandos que se
enfrentaron en la guerra civil española: los nacionalistas o
franquistas y los republicanos.
«Guernica», de Pablo Picasso, representa las matanzas
provocadas por un bombardeo ocurrido en 1937, en el marco
de la guerra civil española.

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