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Este documento presenta el plan de desarrollo económico del gobierno mexicano. Busca generar bienestar para la población a través del crecimiento económico con austeridad y sin corrupción, así como la creación de empleos y el fortalecimiento del mercado interno. El plan incluye no recurrir al endeudamiento estatal, combatir la corrupción para liberar recursos para programas sociales, y respetar la autonomía del banco central. También describe proyectos específicos como la construcción de caminos rurales
Este documento presenta el plan de desarrollo económico del gobierno mexicano. Busca generar bienestar para la población a través del crecimiento económico con austeridad y sin corrupción, así como la creación de empleos y el fortalecimiento del mercado interno. El plan incluye no recurrir al endeudamiento estatal, combatir la corrupción para liberar recursos para programas sociales, y respetar la autonomía del banco central. También describe proyectos específicos como la construcción de caminos rurales
Este documento presenta el plan de desarrollo económico del gobierno mexicano. Busca generar bienestar para la población a través del crecimiento económico con austeridad y sin corrupción, así como la creación de empleos y el fortalecimiento del mercado interno. El plan incluye no recurrir al endeudamiento estatal, combatir la corrupción para liberar recursos para programas sociales, y respetar la autonomía del banco central. También describe proyectos específicos como la construcción de caminos rurales
La Constitución ordena al Estado mexicano velar por la estabilidad de las finanzas
públicas y del sistema financiero; planificar, conducir, coordinar y orientar la economía; regular y fomentar las actividades económicas y “organizar un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, competitividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación”. El objetivo de la política económica no es producir cifras y estadísticas armoniosas sino generar bienestar para la población. Los macroindicadores son un instrumento de medición, no un fin en sí. Retomaremos el camino del crecimiento con austeridad y sin corrupción, disciplina fiscal, cese del endeudamiento, respeto a las decisiones autónomas del Banco de México, creación de empleos, fortalecimiento del mercado interno, impulso al agro, a la investigación, la ciencia y la educación. Planes En este sexenio no se recurrirá a endeudamiento para financiar los gastos del Estado ni para ningún otro propósito. No se gastará más dinero del que ingrese a la hacienda pública. Los recursos destinados a financiar los programas sociales provendrán de lo que se ahorre 49 con el combate a la corrupción y la eliminación de gastos suntuarios, desperdicio de recursos y robo de combustibles. En materia de política monetaria el gobierno federal respetará la autonomía del Banco de México. No habrá incrementos de impuestos en términos reales ni aumentos a los precios de los combustibles por encima de la inflación. Tomando como base la estructura del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), el gobierno federal está construyendo el Banco del Bienestar, cuyo propósito principal es ofrecer servicios bancarios a los beneficiarios de los programas sociales y eliminar el manejo de dinero en efectivo en la dispersión de los recursos de tales programas. (Construcción de caminos rurales) Este programa, ya en curso, permitirá comunicar 350 cabeceras municipales de Oaxaca y Guerrero con carreteras de concreto; generará empleos, reactivará las economías locales y desalentará la migración. Proyectos regionales 1. El Tren Maya El Tren Maya es un proyecto orientado a incrementar la derrama económica del turismo en la Península de Yucatán, crear empleos, impulsar el desarrollo sostenible, proteger el medio ambiente de la zona –desalentando actividades como la tala ilegal y el tráfico de especies– y propiciar el ordenamiento territorial de la región. Se procurará integrar a la obra y a sus beneficios a los pobladores; se gestionarán los derechos de vía que aún no se tengan mediante acuerdos con los propietarios de los terrenos respectivos; se buscarán acuerdos benéficos en los casos en los que las vías de propiedad federal se encuentren invadidas y se pedirá la aprobación de las comunidades y pueblos originarios mediante consultas.