Fortunato Quispe Mendoza, nació en la ciudad de Cochabamba, en Bolivia, el 7 de octubre
de 1934. Mendoza llegó a Santo Domingo el 4 de mayo de 1965 (en plena revolución) en representación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a cumplir una labor en defensa de los trabajadores sindicalizados que sufrían la embestida del sistema. Ante la situación de agresión a la soberanía nacional, que se produce con la invasión norteamericana, el profesor Quispe convoca una rueda de prensa, en la misma repudia de la forma más enérgica “la oprobiosa invasión”. El departamento de estado de los Estados Unidos, denuncia ante la Organización de las Naciones Unidas, que la OIT estaba “infiltrada por un comunista”. Ante tal denuncia, la OIT convoca otra rueda de prensa, con la presencia del profesor Quispe, en la que intentaron que este se retractara de sus declaraciones, a lo cual este dignamente se negó. Esto, provocó que el profesor Quispe fuese despedido, por lo cual este decide quedarse a vivir en nuestro país. Es entonces cuando conoce a una joven llamada Carmen Peguero, que era la secretaria del sindicato de trabajadores del Ingenio Rio Haina, con la cual contrajo matrimonio, se radica a vivir en dicho pueblo del cual jamás se ausentó. Realizó las licenciaturas en Ciencias Políticas, Educación Media mención Ciencias Sociales y en Educación Física mención Futbol. A su llegada impartió docencia como profesor de ciencias sociales del liceo Juan Pablo Duarte, en la Escuela Nacional de Educación Física (ENEF), catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y técnico de la Dirección Nacional de Educación Física Escolar, entre otros. En el año 1966 fundó la liga inter escolar de futbol, además de técnico de la Dirección Nacional de Educación Física entre otros. En el año de 1969 fundó y fue el entrenador del primer equipo de primera división de la UASD llamado Aurora. Al observar que en nuestro país el deporte del futbol solo lo practicaban los extranjeros y las elites económicas, con los pocos ahorros de que disponía, compra algunos balones y se dispones a recorrer el país en el año de 1966, visitando las escuelas públicas y los pueblos del interior, como peregrino solitario que propaga las buenas nuevas de un deporte hasta entonces desconocido para los pobres dominicanos. Es así como en su trayecto cual quijote soñador, va formando asociaciones y clubes, por todo el territorio de la nación, al punto, que al lograr conseguir empleo en el sector educativo dedicaba la casi totalidad de su salario a la compra de utilerías deportivas para los jóvenes de las empobrecidas comunidades a las que visitaba. En el municipio de Haina, de la provincia San Cristóbal, donde vivió hasta sus últimos días, fue de los fundadores del club deportivo y cultural Cajuquis, del cual emergió uno de los equipos de futbol más combativo y aguerrido del país. Quispe fue el dirigente de la Liga Nacional de Fútbol Infantil y Juvenil (1967). Como entrenador, dirigió la primera selección nacional de futbol en las eliminatorias para los Juegos Olímpicos México ´68 los Xl juegos Centroamericanos y del Caribe en Panamá 1970. Los Vl Juegos Panamericanos en Cali, Colombia en 1971; en los Xll Juegos Centroamericanos y del Caribe en Santo Domingo 1974, donde fue entrenador, y el Campeonato Juvenil de Futbol de CONCACAF en San Juan Puerto Rico en 1976 entre otros logros. El 21 de mayo de 2004, en Francia la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), lo galardona como uno de los personajes del siglo y con motivo del centenario de la FIFA lo declara Padre del Futbol Dominicano. Además de ser vicepresidente de la Federación Dominicana de Futbol. En octubre del 2011, fue exaltado al Salón de la Fama del Deporte Dominicano. Quispe Mendoza, galardonado como Personaje dominicano del Siglo por la FIFA en 2004 en París, murió el 14 de enero del año 2022 en el Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat). Sus quebrantos de salud lo habían apartado de las actividades relacionadas con el fútbol.
Este Cuento Trata Sobre Un Toro Llamado Joquito El Cual Se Había Escapado de Su Potrero Porque Lo Habian Dejado Solo Allí y Se Habían Llevado A Sus Compañeras