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ANEXO 1.

ANEXO 2.

LA REPUBLICA ARISTOCRÁTICA
Se le conoce como República Aristocrática (1895-1919) al período de la Historia republicana del Perú
caracterizado por el dominio político de una oligarquía dedicado a la agro-exportación, minería y las
finanzas, por el medio del Partido Civil. El término fue acuñado por el historiador Jorge Basadre.

CARACTERISTICAS

 La oligarquía en la República Aristocrática estaba formada por un grupo llamado los 24 amigos,
que controlaban el aparato del Estado, formaban alianzas, tenían perspectivas comunes sobre el
papel del Estado y el control de las clases populares, pero también tenían desacuerdos y conflictos
dentro de su organización.
 El catolicismo desempeñó un papel importante en la vida social de la aristocracia, conectándola
con las clases inferiores, y el concepto de ser oligarca no se basaba sólo en la riqueza, sino
también en el comportamiento y la adhesión a las normas morales.
 La aristocracia utilizaba las relaciones personales para mantener el control e impedir la
comunicación entre los trabajadores, al tiempo que afirmaba su poder y superioridad en la dirección
de la empresa y la administración de justicia.
 La oligarquía de la república aristocrática justificaba la marginación de los ciudadanos de clase baja
por el analfabetismo, destacaba la importancia de las alianzas familiares y matrimoniales para el
estatus social y mostraba intolerancia y represión debido a su temor a ser superados en número
por las poblaciones indígenas y campesinas.

GOBERNANTES DE LA REPUBLICA ARISTOCRÁTICA


Los gobiernos de la República Aristocrática son el de Piérola de 1895 a 1899: vinieron luego don Eduardo
López de Romaña, de 1899 a 1903; don Manuel Candamo, 1903 a 1904 (falleció en el poder); José Pardo
de 1904 a 1908; el primer gobierno de don Augusto B. Leguía, 1908 a 1912; don Guillermo Billinghurst
1912 a 1914, derrocado por la guarnición de Lima a órdenes del entonces Coronel Oscar Benavides (a
Billinghurst se le acusa de proyectar disolver el Congreso y de proyectar una Reforma Plebiscitaria
Constitucional); el segundo gobierno de José Pardo 1915 a 1919; y el segundo gobierno de don Augusto
B. Leguía, de 1919 a 1930, en el que fue sometido al totalitario Tribunal de Sanción, que no llegó a
condenarlo pese a que estaba preso. Murió el 6 de febrero del año 1932, sometido a las peores
crueldades.
BILLNGHURST Y LA REPUBLICA ARISTOCRÁTICA
En 1912, resultó electo Guillermo Billinghurst, un acaudalado salitrero de Tarapacá y miembro del clan
pierolista. Pero este paréntesis dentro de la era civilista no significó la quiebra del “orden oligárquico” a
pesar del discurso de Billinghurst, un populista precoz, orientado a las demandas de los sectores
populares (los obreros a lo largo de la campaña lo llamaron el “Pan Grande”). Durante su breve y
accidentada gestión, Billinghurst se enfrentó con la mayoría civilista del Congreso, con los demás partidos,
con el ejército y hasta con la opinión pública. Desterró a Leguía y amenazó con disolver al Congreso para
convocar nuevas elecciones parlamentarias. Quería reformar el sistema electoral incorporando a la Corte
Suprema, entidad muy prestigiosa en aquella época. Sus medidas no eran del agrado de la oligarquía.
Este contexto hizo que irrumpieran dos nuevos protagonistas políticos: los obreros y los militares.
Los primeros habían sido manipulados por el propio Billinghurst desde 1909 en su época de alcalde de
Lima; se preocupó por mejorar sus viviendas, enseñanza y sus condiciones de vida. Ahora en el poder
garantizó toda huelga que estuviera respaldada por las tres cuartas partes de los trabajadores afectados.
También concedió a los obreros del puerto del Callao la jornada de ocho horas y apoyó manifestaciones
de comités de obreros para intimidar a sus opositores y presionar al Congreso. Esto era intolerable para la
oligarquía que veía amenazado su monopolio en el control político.
Los militares, por su lado, no veían con buenos ojos la actitud pasiva de Billinghurst frente al problema de
Tacna y Arica; además, el Presidente había intentado reducir el presupuesto de las fuerzas armadas. Por
ello, los militares fueron llevados por el civilismo al juego político para deponer a un presidente que
amenazaba el orden oligárquico y la seguridad nacional.

GOLPE DE ESTADO CONTRA BILLINGHURST


El Congreso con mayoría civilista era oposición y adverso al gobierno , Guillermo Billinghurst decidió
disolverlo y luego hacer una consulta plebiscitaria para reformar la Constitución. Su idea era hacer que
coincidieran la elección del Presidente y las de los miembros del Parlamento, de modo que el primero
pudiera disponer de mayoría congresal, a fin de facilitar la labor del Ejecutivo. Inspirador de estos planes
era el talentoso abogado Mariano H. Cornejo.
El conflicto entre Guillermo Billinghurst y el Congreso llegó pues a su punto más alto. Grupos armados
del pueblo aclamaban al Presidente; se dijo incluso que éste tenía planeado armar a los artesanos y
obreros billinghuristas, a fin de tener lista una fuerza de choque para llevar a cabo sus propósitos.
Por su parte, los grupos políticos opositores alzaron la bandera de la defensa del Congreso y solicitaron el
apoyo de las fuerzas armadas. En la conspiración contra el gobierno se hallaban el diputado Arturo
Osores, el periodista Alberto Ulloa Cisneros, director del diario La Prensa (que fue clausurado por su
campaña opositora), el montonero Augusto Durand y los hermanos Javier, Jorge y Manuel Prado y
Ugarteche
Ya todo estaba dispuesto para decretar las reformas constitucionales, cuando en la madrugada del 4 de
febrero de 1914 se pronunció la guarnición de Lima, bajo la dirección del Jefe del Estado Mayor del
Ejército, coronel Óscar Raimundo Benavides. El Palacio de Gobierno fue atacado, siendo reducida la
guardia presidencial tras un enfrentamiento sangriento.
Guillermo Billinghurst fue tomado prisionero, obligado a dimitir y luego deportado rumbo a Iquique. Un
hecho lamentable que ocurrió entonces fue el asesinato del ministro de guerra, general Enrique Varela,
acribillado mientras dormía en el cuartel de Santa Catalina.

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