Está en la página 1de 3

Museo del Templo Mayor

Me gustó mucho el museo del templo mayor


ya que aparte de ser un lugar muy grande y
con miles de años, tiene unas grandes
maravillas como exhibición, que nosotros
como mexicanos tenemos miles de
maravillas, y este museo es una de ellas, el
ver como miles de extranjeros llegan a
nuestro país para poder ver nuestro museo
en la linda CDMX, en donde este museo se
encuentra precisamente a lado del Zócalo.

La entrada realmente no
es muy cara, puedes ir
solo, en pareja o inclusive en familia y poder así mismo disfrutar de un
lindo domingo familiar, aun que puedes ir cualquier día de la semana, si
así ustedes lo desean, en cada boleto trae una de las maravillas de
nuestro México.

Este museo lo puedes aprecian inclusive muchos antes de poder entrar


en él, desde arriba se aprecia lo que hace años estuvo ahí mismo, tiene
miles de exhibiciones a la vista en donde puedes extraer más sobre nuestro antepasado y
tener mucho más conocimiento de lo que ahora somos nosotros de los mexicanos y que este
es una de nuestras grandes maravillas de nuestro país.

Hay cosas que yo realmente ni siquiera yo sabía, o más bien había visto yo en realidad, no
sabía que había existido “El árbol sagrado” en donde en aquel entonces decían que este árbol
era “Soporte del cielo y comunicación con el
inframundo”. Se dice que por su ubicación al pie
de las escalinatas de Huitzilopochtli y la
construcción de una base circulas a su
alrededor, se piensa que tuvo una gran
relevancia para los rituales del Templo Mayor.
Es un encino fechado para la etapa IV( 1440-
1469 d.C). Su tronco se divide en dos brazos,
quizá modificados de forma intencional.

La fuentes describían que hubo ritos relacionados con la fertilidad de la naturaleza en los que
se usaban arboles desplantados de bosques cercanos. Para los pueblos del México antigua,
el árbol tenía un significado importante. Sus ramas sostenían la bóveda celeste y a través de

Anahí Domínguez Alejo


su tronco y raíces fluían las energías cósmicas tanto del inframundo como de los niveles
celestes, irradiando al plano terrenal.

Las energías podían ser benéficas o dañinas para los hombres, por lo que era imprescindible
ganar el favor de los dioses.

El recorrido es demasiado largo, porque el museo es muy lindo y extenso, al recorrer y pasar
por las piedras antiguas del lindo Templo Mayor, aunque no pudimos ver todas ya que lo tiene
en remodelación, son espectaculares, y realmente me puso a pensar en el cómo en esa
época se ponían al poder tallar la piedra para que quedara de esa
forma, en el cómo acomodarla para asi mismo poder hacer el Templo y
quedara con esa estructura maravillosa. Dentro del mismo museo del
Templo Mayor, hay otro pequeño museo en el cual tienes acceso con el
mismo boleto que obtuviste al principio, entras y en verdad en un lugar
maravilloso con 4 pisos y con aproximadamente 10 salas.

En la sala 4 conocimos un poco de Huitzilopochtli, en donde decía que


en la mitad del sur del Templo Mayor pertenecía Huitzilopochtli, “El
colibrí de la cabeza izquierda”, el dios tutela de los mexicas. Es factible
que se haya tratado de unas lides histórico del grupo, elevado al rango
de deidad después de su muerte. En cualquier caso, las tradiciones lo
presentan como un ser portentoso que, manifestándose a través de un
águila, los condujo hacia su destino y se posó sobre un nopal para
indicarles el lugar donde debían establecer y edificar su ciudad.

Dios solar y guerrero, Huitzilopochtli personifico a la mística conquistadora y expansionista de


los mexicas, quienes se consideran los legítimos herederos de los grandes centros de poder
del pasado, como Teotihuacán y Tula. A partir de 1430 d.C.

Realmente entre más recorres este pequeño museo más te gusta, más quieres aprender de
todo ello, tiene cosas en verdad increíbles, que no terminaría de hablar de cada una de ellas,
y más el poder tomarle foto a todo, ya que todo es absolutamente maravilloso, encuentras
desde las armas, las culturas de guerrero, estatuas, armas, poesía tan maravillosa que decían
en aquel entonces, en donde dejaban plasmado en la pared, piedras o pedazos de tela o
papel o con simples símbolos sabían descifrarlos.

Este verso por ejemplo “El dios de la tierra abre la boca, con hambre de tragar la sangre de
muchos que morían en esta guerra.

Anahí Domínguez Alejo


Parece que se quieren regocijar el sol y el dios de la tierra llamado Tlaltecutli; quieren dar de
comer y de beber a los dioses del cielos y del
inframundo, haciéndose convite con sangre y carde de
los hombres que han de morir en esta guerra…”

Otra parte tan linda del museo que llamo mucho mi


atención fue en donde México tiene 38 Provincia tribuna
rías, en donde en el mapa se muestra la expansión que
lograron las ciudades de Tenochtitlan, Tetzcoco y
Tlacopan atreves del tributo.

Gracias a los datos en las fuentes históricas sabemos


de los recursos que obtuvieron, los pueblos sujetos y las relaciones que de ella derivan.

No tengo palabras para hablar de este maravilloso museo que es este del Templo Mayor, y ni
mucho menos para poder explicar todas sus maravillas que con ello tenemos ahora y poder
ver y saber cómo eran las cosas antes, llenarnos más de cultura y de sabiduría, es un gran
museo, el cual recomiendo mucho visitarlo, si es muy extenso el recorrido y puedes tardarte
como 2 horas así como yo en ver absolutamente todo y tomar fotos y guardarlas ya que se las
puedes mostrar a tu familia y así mismo convencerlos de
que puedan visitar este lindo museo y saber más allá de
lo que muchas veces nos dicen en las escuelas.

Quisiera visitar muchos ms museos y saber más sobre


nuestros antepasados, saber más de lo que eran y el
cómo ellos llevaban sus culturas su forma de orarle a los
dioses, las culturas que ellos manejaban. México es
maravilloso, no solo por este museo, si no por todas
nuestras maravillas que tenemos, vale la pena visitar ya
aprender de cada una de ellas.

Anahí Domínguez Alejo

También podría gustarte