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en ser enterrado en la catedral de Sevilla, en el año 1252.

A partir de entonces Sevilla,


repoblada por la aristocracia castellana, como capital del Reino de Sevilla fue una de las
ciudades con voto en cortes y alojó la corte itinerante en numerosas ocasiones. Durante
la Baja Edad Media la ciudad, su puerto y su activa colonia de mercaderes genoveses se
situaron en una posición periférica pero importante en el comercio internacional europeo.
En ese tiempo sufrió dramáticas convulsiones económicas, demográficas y sociales como
la Peste Negra de 1348 o la revuelta antijudía de 1391.76

Edad Moderna[editar]

El puerto de Indias, que en el siglo XVI albergaba un


gran número de embarcaciones a lo largo del río Guadalquivir. Se observa al fondo
la Giralda, a la izquierda el puente de puente de barcas y a la derecha la Torre del Oro
Tras el descubrimiento de América en 1492, Sevilla se convirtió en el centro económico
del Imperio español. Los Reyes Católicos fundaron la Casa de Contratación, desde donde
se dirigían y contrataban los viajes, controlaban las riquezas que entraban de América y,
junto con la Universidad de Mercaderes, regulaban las relaciones con el Nuevo Mundo.77
Durante el siglo XVI la ciudad experimentó un gran desarrollo y transformación, que dio
lugar a la construcción de algunos de los edificios más importantes del centro histórico. 78
La ciudad llegó a ser un centro multicultural, lo que ayudaría al florecimiento de las artes, y
a que desempeñase un papel importante en el Siglo de Oro español. Destacaron entonces
las fábricas de jabón,79 la artesanía de la lana80 y de la seda,81 y la cerámica sevillana.82

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