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Género y Arqueología en
Mesoamérica

Homenaje a
Rosemary A. Joyce

María J. Rodríguez-Shadow
Susan Kellogg
Editoras

Colección
Estudios de Género
Serie Antropología de las Mujeres

CENTRO DE ESTUDIOS DE ANTROPOLOGÍA DE LA MUJER

3
CENTRO DE ESTUDIOS DE ANTROPOLOGÍA DE LA MUJER

www.ceam.mx

Consejo Editorial

Ana Esther Koldorf, Universidad Nacional de Rosario, Argentina


Arabel Fernández López, Museo Cao, Perú
Beatriz Barba, DEAS-INAH, México
Conchita Añorve-Tschirgi, American University in Cairo, Egipto
Fred Hicks, University of Louisville, Estados Unidos
Geoffrey McCafferty, University of Calgary, Canada
Lourdes Prados, Universidad Autónoma de Madrid, España
Nicolas Balutet, Universidad Jean Moulin, Francia
Nilda Stecanela, Universidad de Caixas do Sul, Brasil

Los artículos que conforman este libro fueron


sometidos a un proceso de dictamen bajo la
modalidad de doble ciego realizado por pares
expertos en la materia

Primera edición, 2013

© D. R. María Rodríguez-Shadow y Susan Kellogg (Eds.)

© CENTRO DE ESTUDIOS DE ANTROPOLOGÍA DE LA MUJER


Av. Centenario 283, Edificio H22, Entrada 3, Departamento 1
Lomas de Plateros, C. P. 01480
Delegación Álvaro Obregón México D. F.
Email: antropologiadelasmujeres07@gmail.com
www.ceam.mx

ISBN 03-2013-101011011500-01

Impreso y hecho en México

Diseño e ilustración de portada: Mtro. Aarón Luna


Revisión de formato electrónico: Dr. Iñigo Aguilar Medina
Asistencia y apoyo administrativo: Lic. Julio César Suárez
Asesoría en computación: A. A. Alma Carmona

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INDICE

Lista de participantes 7

Prólogo
Ernesto González Licón 11

Primera Parte: El Género en Mesoamérica Antigua 17

Los aportes de Rosemary Joyce a la Arqueología


de Género en Mesoamérica
María Rodríguez-Shadow y Susan Kellogg 19

Sexo, género y edad en la obra de Rosemary A. Joyce


Rocío García Valgañón 35

Materializando el cuerpo del deseo:


masculinidad, ritualidad y poder entre los
mayas de la época clásica
Héctor Hernández Álvarez 53

Embodiment, Emotion, and Youthful Death at Chan


Cynthia Robin y Anna Novotny 71

Multiproducción doméstica y espacio femenino:


buscando una perspectiva de género para la
producción de artefactos de concha en el Clásico maya
Traci Ardren y Alejandra Alonso 89

Mesoamerican Bodies in Motion


Wendy Ashmore 105

Feminist Pedagogy: Implications and Practice


Karina Croucher, Hannah Cobb and Eleanor Casella 121

Gendering the Hero Twins in the Popol Vuh


Susan D. Gillespie 137

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Segunda Parte. El Género en los periodos
coloniales y modernos 151

The Mysterious Mothers of Alva Ixtlilxochitl:


Women, Kings, and Power in Late Prehispanic
and Conquest Tetzcoco
Susan Kellogg 153

Estudios multidisciplinarios del cuerpo


desde la óptica de género
María J. Rodríguez-Shadow
Lilia Campos Rodríguez 177

Embodied Subjectivities within Bioarchaeological


Research in Colonial Mexico
Julie K. Wesp 191

El fogón, el monte y la escuela:


rituales orientados al género en el
Yucatán contemporáneo
Lilia Fernández Souza 207

Fertility: A Place-based Gift to Groups


Cheryl Claassen 223

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Los aportes de Rosemary Joyce a la Arqueología de Género en
Mesoamérica

María Rodríguez-Shadow y Susan Kellogg

Introducción
Desde sus publicaciones más tempranas, hace más de dos décadas, la Dra. Joyce
ha demostrado que es una brillante arqueóloga capaz de analizar apropiadamente
tiestos antiguos y, al mismo tiempo, una sofisticada teórica social que con la fuerza
de sus argumentos logró influir en el pensamiento de sus colegas
mesoamericanistas (ver, por ejemplo, Joyce 1991, 1992a, 1992b). La colección de
ensayos que se presentan en esta compilación muestra la profundidad de su
influencia.
Sus investigaciones en el género, el cuerpo, la sexualidad, la edad y la
plasticidad de esas dimensiones en las sociedades mesoamericanas ha ayudado a
conformar una arqueología y antropología feminista que ha contribuido a la
comprensión integral de las concepciones sobre la corporalidad, la jerarquía, el
estatus y el ciclo de vida en Mesoamérica, especialmente en el área maya (Joyce
2000a, 2000b, 2008).
En los proyectos de investigación que ha desarrollado en México y
Honduras, se ha dedicado a examinar el pasado prehispánico, especialmente el
periodo formativo y clásico, también algunos de sus escritos se refieren al
posclásico e inclusive a la época colonial (véase (Joyce 2000a:chs.4-5, 2011;
Sheptak, Joyce y Blaisdell-Sloan, 2010). Eso nos da una idea de la amplitud del
abanico cronológico en el que ella se siente cómoda.
El análisis de su obra completa es imposible aquí por razones de espacio,
sin embargo, se desea hacer mención de algunas de sus contribuciones más
importantes, con el fin de ponderar en su justa dimensión la enorme influencia
ejercida por su práctica profesional, el ejercicio de la docencia y el poder
argumentativo de sus propuestas científicas y académicas.
La Dra. Joyce (1996) en su magistral contribución al libro Gender and
Archaeology de Rita Wright, que ella tituló “The Construction of Gender in Classic
Maya Monuments,” opina que las imágenes representadas en diversos soportes
(piedra, estuco, madera) constituían un medio para el desarrollo de unas nociones
específicas de género, las cuales podían o no ser congruentes con los textos o las
prácticas sociales cotidianas (1996:167).

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Otro dato que es digno de destacar en ese ensayo y en su obra en general
en su mirada inquieta en relación con la cuestión de la clase, pues señala
explícitamente que sólo los miembros de la élite dominante eran quienes podían
darse el lujo de mandar a hacer esos monumentos en un contexto de negociación
del poder político.
Otra referencia capital es el señalamiento de la manera en la que las
elaboraciones de género, en tanto constructo cultural, no son reducibles o
emanadas llanamente de lo biológico, superando ya, desde ese momento, la
supuesta dicotomía entre el sexo y el género (véase también Laqueur, 1990;
Martin, 1992 y Schiebinger, 2000) reconociendo explícitamente su carácter
relacional.
En concreto, lo que ella desea demostrar en su argumentación es que en la
construcción de género en los monumentos mayas del clásico se expresan los
intereses de las élites quienes devaluaban la contribución femenina a la potencial
independencia económica de las unidades domésticas tributarias. Se trata de una
visión revolucionaria de la sociedad maya, en la que ella coloca sobre la mesa de
debate, el arte como un medio para emitir mensajes políticos por parte de los
grupos en el poder, la proyección de modelos y roles apropiados para los géneros
y la condición subordinada de las mujeres tributarias, quienes son enajenadas de
los productos de su trabajo (Joyce, 1996:187), puesto que su producción es
percibida como una amenaza a la autoridad política centralizada (Joyce, op. cit.
189),
En nuestra opinión un libro que se ha convertido en un texto clásico y una
lectura obligada en los estudios de la arqueología mesoamericana ha sido Gender
and Power in Prehispanic Mesoamerica (2001) pues demuestra, con gran poder
argumentativo basando sus aseveraciones en evidencias del registro material, que
el género, categoría analítica cardinal, no constituyó una noción conceptual fija,
inmutable, sino al contrario, tenía un carácter profundamente maleable. Su postura
teóricamente provocadora produjo cambios sustanciales en el modo de pensar de
los académicos sobre la sociedad maya. De este modo, su planteamiento no se
basaba en las ideas tradicionales de masculino y femenino, sino que suministraba
pautas para concebir otros géneros y prácticas sexuales alternativas durante el
periodo clásico.
Para fundamentar esta cuestión coloca su mirada en las dimensiones de lo
político, ejemplificándolo con los papeles desempeñados por los gobernantes,
quienes desarrollaron un amplio abanico de roles de género que van
desplazándose de lo masculino a lo femenino empleando diversos artilugios, desde
el uso de atavíos tradicionalmente asignados a las mujeres hasta la interposición,

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en los rituales religiosos oficiales, de roles en los que se entrevera el simbolismo
masculino con el femenino.
Entonces, su perspectiva crítica le exige la adopción de la teoría de género
en boga en sus indagaciones en el registro arqueológico producido por esta
sociedad, llevándola a postular que las estelas son obras artísticas que contienen
mensajes políticos que proyectan imágenes estereotipadas de lo que debe ser lo
femenino y lo masculino. De ese modo, en su examen de los restos materiales nos
ofrece evidencias irrefutables de que los roles de género fueron más versátiles de
lo que previamente se había pensado. Se trata de una aportación fundamental que
generó un gran debate y la transformación de paradigmas añejos. En esta obra
resulta evidente la influencia que ejercen en su pensamiento la consideración de la
literatura etnográfica que procede de otros contextos culrurales (Indonesia,
Oceanía o la costa noroeste de Norteamérica) y de otros campos del conocimiento,
el pensamiento feminista, por ejemplo.
Otra de las obras cardinales de la Dra. Joyce (2008) ha sido Ancient Bodies,
Ancient lives, se trata de un texto muy importante que marcó un hito tanto en los
estudios arqueológicos, etnohistóricos como en las investigaciones etnográficas de
género. Este libro nos alienta a reflexionar, desde una óptica inquisitiva, cómo los
seres humanos han producido una gran cantidad de materiales que nos comunican
las maneras en que distintas culturas han simbolizado las diferencias anatómicas
percibidas y cómo esa interpretación cultural influye en la forma en la que el orden
social es construido.
En esa obra se analizan las nociones diversas y cambiantes de varias
sociedades que han elaborado ideologías diferencias sobre las identidades sexuales
como en la Grecia antigua o algunos grupos aborígenes de los Estados Unidos,
asimismo se examinan las imágenes humanas creadas en un rango temporal muy
amplio que va desde las comunidades tempranas que habitaron Europa hasta
nuestros días.
Se trata de un texto que nos invita a la reflexión y nos desafía a juzgar
desde una óptica crítica las formas en las que percibimos nuestras identidades
sexuales y las maneras en las que en otras coyunturas históricas y sociales esas
nociones fueron diferentes y por qué. De ese modo, al develar el importante rol
del mundo material en estructurar nuestras experiencias y configurar las nociones
conceptuales sobre el sexo, esta obra articula el análisis del pasado a las
investigaciones actuales sobre la cultura material y la identidad.
En coautoría con Julia A. Hendon y Jeanne Lopiparo, la Dra. Joyce se
involucró en Material Relations: The Marriage Figurines of Prehispanic Honduras,
(en imprenta), obra de grandes alcances y profundas implicaciones sobre la
manera en la que, en Arqueología, se genera el proceso de conocimiento a través

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de métodos y teorías en las que la cultura material desempeña un papel crucial. En
este texto se ofrecen los resultados obtenidos del análisis de figurillas dobles
(representando a una pareja casada) que provienen de seis sitios -Campo Dos,
Cerro Palenque, Copán, Currusté, Tenampua y Travesia- que se localizan en el
actual territorio de Honduras. Las figurillas están fechadas entre el año 500 y 1000
de nuestra era y representan vínculos sociales basados en alianzas matrimoniales
entre las comunidades señaladas.
El examen de estas figurillas de apariencia baladí revela, a través del
empleo de la teoría de la materialidad, los mecanismos involucrados en amplios
procesos sociales. Así, al investigar su producción, uso, eliminación, y también el
rol que desempeñaban en ceremonias y rituales, además de su papel en la
construcción de lazos sociales entre esos asentamientos se detectan las tradiciones
históricas reproducidas a través de generaciones que conectan o fisionan a
individuos, familias y colectividades.
Este libro continúa con la propuesta de que la sociedad maya funcionaba
como un modelo de casa, planteamiento que tiene una larga data y que ha
influenciado poderosamente el trabajo y las perspectivas teóricas de especialistas
de renombre como Marcos Pool (2011) quien se apoyó en esta noción en su
“Mujer y poder en el Clásico maya. Entre realidad histórica y ficción antropológica.”
Como decíamos, la Dra. Joyce ha impactado, influido e inspirado mediante
sus propuestas provocadoras a una cantidad considerable de sus colegas,
discípulas y estudiantes de universidades que se ubican en diferentes latitudes. A
continuación les presentamos una colección de ensayos que demuestran esto.
Los capítulos de este libro, como se verá, ilustran la fertilidad de su
pensamiento y los modos en que su influencia intelectual ha impactado a otras
académicas quienes han sido capaces de elaborar sus propios planteamientos
acerca del género, el parentesco y las representaciones de poder en diversos
contextos arqueológicos, etnohistóricos y etnográficos.
Teniendo en mente más lo cronológico que lo temático hemos organizado,
para su presentación, las contribuciones de las especialistas en dos grandes
rubros, iniciando con el prólogo escrito por el Dr. Ernesto González Licón, experto
mesoamericanista que nos ofrece con su mirada analítica los valiosos aportes de
nuestra homenajeada.
Las dos secciones que componen esta compilación se refieren, por una
parte a las investigaciones que se ubican en la época prehispánica y que hemos
denominado “El género en Mesoamérica antigua” y que integra 8 ensayos, tres
escritos en español y el resto en inglés; la segunda parte está dedicada a “El
género en los periodos coloniales y modernos” que consta de 5 capítulos, tres
redactados en inglés y dos en español. La idea de ofrecer los trabajos en el idioma

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que las académicas prefirieron nos da la oportunidad de mostrar que publicar
textos que son producidos desde la interdisciplinariedad, la interinstitucionalidad y
la pluralidad lingüística son, no sólo posibles, sino deseables, puesto que nos
alientan a promover la colaboración y la participación en nuestras metas en
común.
En la primera sección arqueólogas de primer nivel, altos vuelos académicos
y de gran prestigio académico en sus respectivos países: México, Inglaterra,
España y los Estados Unidos retoman los conceptos teóricos y las líneas de análisis
propuestas por la Dra. Joyce para aplicarlas al examen del registro arqueológico
con el que están involucradas actualmente.
En el segundo apartado, se ofrecen cinco estudios que se refieren al periodo
colonial y a la época contemporánea. Nuevamente, académicas de México y los
Estados Unidos unen sus esfuerzos para ofrecer los resultados científicos de sus
investigaciones en curso que han sido enriquecidos con los planteamientos
fructíferos propuestos inicialmente por esta talentosa mentora.
A través de las diversas investigaciones que se presentan en este volumen
se observa la fuerza y la fertilidad del pensamiento teórico y analítico de esta
arqueóloga erudita. En efecto, como puede entreverse en la bibliografía que se
cita, el pensamiento creativo de la Dra. Joyce se ha materializado en una serie de
libros, ensayos, artículos y capítulos de libros tremendamente estimulantes, en los
que se plantea complejas preguntas, intensos cuestionamientos, comentarios
críticos y hondas reflexiones en torno a las imágenes y figurillas femeninas, su
trabajo y sus roles sociales. Lejos, muy lejos, de una arqueología acartonada,
deshumanizante y androcéntrica, la óptica de la arqueología social que adopta la
Dra. Joyce la ha impulsado a interrogar profundamente el registro material con el
objetivo de llegar a conocer a las personas y las colectividades humanas que lo
produjeron y usaron, para conocer a cabalidad sus conceptos y prácticas de
género.
A continuación comentaremos brevemente los objetivos de los ensayos
presentados aquí para mostrar la manera en la que esas investigaciones y sus
perspectivas teóricas han sido influidas e inspiradas por las ideas progresistas y de
vanguardia de la Dra. Joyce, iniciamos con “Sexo, género y edad en la obra de
Rosemary A. Joyce” de Rocío García Valgañón, quien se enfoca en el valor que la
Dra. le otorga, de entre todas las variables posibles, a las de sexo/género y edad
en la conformación de la identidad y la organización social en la Mesoamérica
antigua.
La autora argumenta que la Dra. Joyce, expone, en primer lugar, sus bases
teóricas, que se apoyan en la filosofía de Judith Butler, enfatizando la importancia
de estar conscientes de nuestros prejuicios y sistemas de pensamiento con la

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finalidad de evitar atribuírselos a nuestro objeto de estudio. Otra preocupación
muy presente en los trabajos de la homenajeada, señala la Dra. García Valgañón,
se relaciona con las fuentes y disciplinas que utiliza para examinar las culturas que
son el centro de su atención pues aquellas poseen complejidades diversas a lo
largo del tiempo. Otro punto focal lo constituyen las representaciones de los
distintos sexos/géneros y edades en el registro iconográfico y material en función
del contexto.
En este ensayo, la Mtra. García Valgañón, destaca las trascendentales
aportaciones al conocimiento de cómo se conformaba la identidad a lo largo del
ciclo vital y cómo se inculcaba el sexo/género desde el nacimiento por medio del
continuo entrenamiento, de la modificación de la apariencia y de rituales que
favorecían que los sujetos sociales asumieran el modelo que debían seguir.
Asimismo llama la atención sobre la importancia de entender a los individuos
mesoamericanos, no sólo por su pertenencia a determinado sexo/género, sino por
su inserción a una amplia red de categorías a las que pertenecían y que los
definían, entre las que destacaba la de la edad.
Por otra parte, en el ensayo, “Materializando el cuerpo del deseo:
masculinidad, ritualidad y poder entre los mayas de la época clásica” el Dr. Héctor
Hernández apunta que a lo largo de las últimas tres décadas, Rosemary Joyce ha
colocado su mirada crítica en las representaciones corporales, la construcción y el
performance del género y los vínculos de estas dimensiones con el poder y su
ejercicio. Tomando como fundamento algunas de las premisas expresadas por
Rosemary Joyce, el Dr. Hernández emprende la tarea de examinar los elementos a
partir de los cuales se produce la construcción de la masculinidad en esa antigua
sociedad. De este modo, presenta a debate el tema de los contenidos simbólicos
de la ritualidad que se desarrolla y sus implicaciones en términos del poder.
Como la Dra. Joyce señala que las expresiones artísticas monumentales del
grupo gobernante constituyeron una tentativa de acaparar la acción ritual, totalizar
las categorías de género y naturalizar las relaciones de poder, el autor de este
ensayo se propone llevar a cabo un ejercicio complementario, indagando en otra
clase de registros arqueológicos -unidades residenciales, tumbas y diversos
remanentes de la cultura material de sitios del norte de Yucatán. Está interesado
en llevar a cabo esa pesquisa para contrastar arqueológicamente los argumentos
referentes a la ideología masculina, la ritualidad y el poder. Los resultados de su
trabajo le permiten plantear que las identidades masculinas se manifiestan como
múltiples y relativas al tiempo y al espacio. No obstante, es posible que en ciertas
coyunturas históricas y políticas hubiera un intento por instituir un discurso que
tenía el propósito de naturalizar la masculinidad a partir de las prácticas litúrgicas y
el ejercicio del poder.

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Siguiendo esta misma línea de argumentación, las Dras. Cynthia Robin y
Anna Novotny, elaboraron un ensayo sobre “Embodiment, Emotion and Youthful
Death at Chan,” en el que exploran las implicaciones de la muerte durante la
juventud en un comunidad agrícola de nombre Chan. Este asentamiento se ubica
en Belice y abarca una temporalidad que va desde los 800 antes de nuestra era
hasta el año 1200. Como lo han mostrado muchos otros estudios llevados a cabo
en otras regiones del área maya, la mortalidad a edades tempranas era muy
común, aunque en muchos sitios de la antigüedad a estos cuerpos no se les otorgó
ningún tratamiento especial.
En Chan, en cambio, quienes fallecían en su juventud, se tratara de infantes
o adolescentes, hombres o mujeres eran inhumados en el lugar más sagrado del
asentamiento. Ese sitio se encontraba en el centro del pueblo, específicamente en
la estructura denominada Grupo E. Este edificio consiste en un templo tripartito
ubicado al este que se sitúa junto a otro que se halla al oeste.
Estas arqueólogas, inspiradas por la aproximación científica que llevó a cabo
la Dra. Joyce al estudio del embodiment y la emoción en los enterramientos en
Tlatilco, intentan reconstruir las experiencias y las emociones colectivas asociadas
a las exequias de los jóvenes, para ello emplearon tendencias estadísticas para dar
cuenta de las emociones experimentadas por los vecinos y deudos. De esa
manera, el análisis que llevan a cabo ofrece un panorama conmovedor de la
manera en la que la vida y la muerte era percibida en ese pueblo, además, afirman
que explorando los aspectos emotivos de las muertes juveniles puede proporcionar
una mejor comprensión de las razones que tenían para reservarles el lugar más
sagrado de la comunidad y colocar sus restos donde su recuerdo no se perdiera y
se les venerara.
En ese mismo orden de ideas, el ensayo “Multiproducción doméstica y
espacio femenino: buscando una perspectiva de género para la producción de
artefactos de concha en el Clásico maya” que procede de la pluma de Traci Ardren
y Alejandra Alonso, arqueólogas especialistas en esta antigua civilización
representa una investigación de vanguardia. En ese artículo se presta especial
atención al reciente debate sobre la importancia de la economía doméstica en los
estudios de especialización artesanal, destacando el papel que desempeña el
género en la organización de los sistemas económicos.
Sobre esto hay que observar que existen muy pocos estudios del área maya
que abordan la cuestión del papel de mujeres y hombres que participan en la
producción artesanal y la elaboración de ornamentos de concha. Las autoras
mismas indican que ese tema permanece casi totalmente inexplorado.
Con el propósito de subsanar ese problema las Dras. Ardren y Alonso
examinan cuidadosamente la evidencia de actividades multi-productivas en

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contextos domésticos que ha sido recuperada en excavaciones arqueológicas en
numerosos sitios de esa zona. De este modo, cuando se logran identificar esas
prácticas, así como localizar testimonios de otras labores como la horticultura y la
caza se puede inferir con cierto fundamento que la multi-producción artesanal fue
una forma de producción intensiva que resultó compatible con la estrategia de
diversificación del contexto doméstico. De lo anterior, se puede colegir que, en
términos productivos, algunos tipos de áreas residenciales eran espacios
polivalentes, donde la producción de diferentes actividades artesanales tenía lugar
paralelamente a las actividades domésticas de preparación de alimentos y crianza
de los hijos.
Las autoras señalan que la Dra. Joyce ha explicado, en muchas
publicaciones que son fundamentales para los estudios arqueológicos con
perspectiva de género, que la contribución del trabajo femenino en el desarrollo y
reproducción de sus comunidades resulta muy notoria en las actividades
económicas como la preparación de alimentos o la producción textil. No obstante,
las Dras. Ardren y Alonso, al igual que muchas otras arqueólogas, reconocen que
aún se sabe poco sobre el rol que desempeñaron las mujeres en otras formas de
producción artesanal, a pesar de que existe mucha evidencia material de estas
actividades productivas en los ambientes domésticos.
En los estudios recientes poco ha sido discutido sobre la producción por
género en relación con los ornamentos de concha en Mesoamérica, a pesar de que
estos objetos eran muy comunes e ideológicamente importantes por su conexión
con la riqueza y la fertilidad del océano. En este artículo, las autoras exploran el
valor simbólico de los adornos de concha así como la evidencia de la multi-
producción doméstica, para aproximarse a una perspectiva de género que incluye
la producción y las relaciones entre los productores.
También bajo la influencia teórica de nuestra homenajeada la Dra. Wendy
Ashmore lleva a cabo en “Mesoamerican Bodies in Motion” un ejercicio en el que
pone a prueba su capacidad de pensar desde la flexibilidad, la fluidez y la
creatividad disciplinada, actitudes que dice admirar de la Dra. Joyce. Con ese
propósito en mente se da a la tarea de examinar la teoría, los métodos y los
resultados que obtuvo la Dra. Joyce en varios de sus ensayos, especialmente en
aquellos que se relacionan con los cuerpos en movimiento, ya sea que éstos
tengan vida, o que ya hayan fallecido. Entrevera esa exploración con las
conclusiones derivadas de la amplia investigación que desarrolló Andrews en
Quepala y las suyas propias que llevó a cabo tanto en Quiriguá como en Copán.
Fruto de esa reflexión nos presenta este texto impecable en el que va
desplegando ante las lectoras un examen meticuloso del amplio ramillete de
estudios en los que la Dra. Joyce nos asombra con la adopción de ángulos

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insólitos, indagaciones originales, cuestionamientos suspicaces, reflexiones agudas
e ingeniosas y una amplitud de miras en la selección de esquemas conceptuales
que aplica en sus investigaciones.
Cuando reflexionamos en los temas de investigación en los que ha enfocado
su atención la Dra. Joyce, no pueden pasar desapercibidos los que se relacionan
con el cuerpo, el género, la sexualidad y las identidades sociales, entre otros.
Tampoco escapa a nadie el hecho de que alimenta su creatividad interpretativa
mediante lecturas de textos que provienen de disciplinas muy alejadas de las obras
de la arqueología ortodoxa, y por supuesto, de los libros que son producidos desde
el pensamiento feminista de vanguardia en general y en especial las propuestas de
Judith Buttler. Esta influencia aunada a su enfoque crítico ha producido una
combinación que ha generado brillantes resultados y geniales deducciones.
Estos aspectos son enfatizados en el ensayo elaborado por las Dras. Karina
Croucher, Eleanor Conlin Casella y Hannah Cobb en “Feminist Pedagogy:
Implications and Practice.” En ese capítulo destacan que la investigación de la Dra.
Joyce sobre la arqueología de género y sus estudios sobre el cuerpo y la identidad
han inpactado no sólo nuestras interpretaciones del cuerpo y la identidad en el
pasado, sino que también han contribuido profundamente a nuestro entendimiento
de las epistemologías de la práctica académica, especialmente en lo relacionado
con los marcos androcéntricos y heteronormativos en los que los campos de la
Arqueología y la Antropología tradicionalmente han operado.
Además, al estimularnos a reconsiderar nuestros modos de examinar,
investigar e interpretar el pasado, la Dra. Joyce ha cambiado el talante de la teoría
arqueológica, el método y la práctica, adelantándose por más de 20 años a los
conceptos teóricos actuales, por ejemplo, la noción de “meshworks” de Ingold o
“entanglement theories” de Hodder como ópticas para interpretar el pasado y el
presente. A partir de los planteamientos señalados Croucher, Casella y Cobb
analizan la notable contribución que ha hecho la Dra. Joyce al corregir nuestras
epistemologías e influir en nuestra comprensión del pasado, así como en la manera
de concebir nuestras investigaciones y la práctica arqueológica.
Entre los aportes que consideran de vital importancia es el reconocimiento
de las múltiples narrativas asociadas al registro arqueológico, así como la
democratización de ese discurso, propuestas que ofrecen pautas novedosas y
amplían el abanico de posibilidades de entender e interpretar la cultura material.
En esta sección el objetivo concreto de las autoras es examinar un estudio
de un caso particular: el Ardnamurchan Transitions Project. Aquí exploran cómo
una aproximación fundamentada en una óptica feminista así como el
establecimiento de una comunicación democrática impactan el proceso de
aprendizaje de los alumnos, tanto en el trabajo de campo como en la enseñanza

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en el aula, asimismo era su deseo averiguar si esas condiciones tenían alguna
repercusión en su comprensión e interpretación de los resultados de sus
indagaciones arqueológicas. En breve, las autoras afirman que su investigación
ofrece muchas luces sobre el largo camino que nuestra disciplina debe recorrer
para cumplir con las bases establecidas por Joyce y otras pensadoras
contemporáneas de vanguardia.
En otro orden de ideas y desde un campo temático distinto, la Dra. Susan
D. Gillespie explora en su texto “Gendering the Hero Twins in the Popol Vuh”
diversas cuestiones relacionadas con las peripecias de estos hermanos y los
problemas que se presentan a la hora de aclarar la identidad de género de uno de
ellos. Entre los estudiosos, señala la académica, ha habido un acalorado debate
vinculado al Popol Vuh, la gran creación épica maya k’iche,’ en especial, los
problemas asociados a la identidad de género de Xbalanque, el protagonista más
popular. Él es aparentemente masculino, al igual que su hermano Hunahpu, pues
se involucran en actividades tipificadas como masculinas: caza con cerbatanas, la
limpieza de campos de maíz e interviniendo en un juego de pelota contra los
Señores de la Muerte.
No obstante, el nombre Xbalanque, contiene un prefijo que generalmente
se asocia con denominaciones femeninas, más aún, los hermanos se transfigurarán
posteriormente en el sol y la luna, correspondiéndole a Xbalanque convertirse en el
satélite lunar. En opinión de los especialistas esto es imposible puesto que la luna,
en el sistema de creencias mayas, posee un carácter femenino. Por esta razón se
ha postulado que existe un error en la traducción y que los héroes deben ser
identificados como venus y el sol, el hermano mayor y el más joven
respectivamente.
Lo que propone esta experta es que en lugar de culpar a quienes
transcribieron esa obra de crear un error en la asignación astronómica de los
hermanos, como algunos autores han planteado, debe de hacerse una crítica al
fetichismo en los estudios modernos sobre el género que adoptan una mirada
esencialista, diádica y fija sobre los personajes en el imaginario mesoamericano.
Desde su perspectiva, el concepto moderno occidental de género está en claro
desacuerdo con la estructura y naturaleza de las nociones de género que se
presentan en el Popol Vuh. Éste representa una narración cosmogónica en la que
se explica cómo las diferentes cualidades asociadas al género se produjeron en
concierto con los orígenes de otros componentes del orden sociocósmico, entre los
cuales puede identificarse el desarrollo gradual de la agencia de género, relaciones
y bienes, especialmente los vinculados con el intercambio matrimonial.
Hasta aquí los trabajos que fueron elaborados en estrecha conexión con las
principales aportaciones que ha desarrollado la Dra. Joyce en sus investigaciones

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sobre el pasado mesoamericano, principalmente en el área maya. En lo que sigue
se presentan los ensayos que corresponden a la Segunda Parte, y que se refieren
al Género en los periodos coloniales y modernos. Se trata de comunicaciones en
las que las autoras presentan sus propios temas de investigación en los que
muestran la notable influencia intelectual que recibieron de la Dra. Joyce.
La primera contribución de esta segunda sección se intitula “The Mysterious
Mothers of Alva Ixtlilxochitl: Women, Kings, and Power in Late Prehispanic and
Conquest Tetzcoco” que procede de la prolífica pluma de la Dra. Susan Kellogg.
Aquí la autora señala que el pensamiento fecundo de la Dra. Joyce ha generado
profundos cambios que han favorecido un progreso sustancial en las
investigaciones etnohistóricas en el análisis de las mujeres y el género.
La Dra. Kellogg opina que comparte con la Dra. Joyce un profundo interés
por las representaciones de mujeres poderosas –a menudo reinas y madres- en
estelas, tallas y textos escritos. Tema que ha ocupado una parte muy importante
de sus esfuerzos académicos y que ha desarrollado en su obra publicada en la que
se ocupa de las mujeres, el género, la estructura social y el ciclo de vida. Su
propósito específico en este ensayo es analizar las maneras en las que la
maternidad es representada tanto en los escritos de nuestra homenajeada como
en los documentos legados por el cronista Fernando de Alva Ixtlilxochitl.
Ella considera que aunque este cronista ha sido dejado de lado por los
etnohistoriadores sus manuscritos constituyen una mina de oro (o más
apropiadamente una mina de plata) de información sobre las mujeres reales en el
altépetl de Tetzcoco, así como en los reinos aliados o sujetos a la hegemonía de
éste. Sus escritos son detallados, pero ambiguos sobre las madres de dos de los
gobernantes prehispánicos tezcocanos más famosos: Nezahualcoyotl y
Nezahualpilli. Por ello, en esta comunicación se exploran estas ambigüedades a la
luz de las implicaciones políticas y de género de la historia de la dinastía
gobernante en los periodos previos a la conquista española y el rol que
desempeñaron las madres reales en ese periodo.
Un ensayo que se vincula parcialmente con el subsecuente y que también
reconoce explícitamente la influencia teórica de los trabajos de la Dra. Joyce es
“Estudios multidisciplinarios del cuerpo desde la óptica de género” de la autoría de
María J. Rodríguez-Shadow y Lilia Campos Rodríguez. La meta que se proponen las
antropólogas es reunir una amplia gama de investigaciones en las que se aborde el
estudio de los cuerpos eligiendo un enfoque de género. Entre éstos se destacan
los que llevó a cabo la Dra. Joyce, en la tradición norteamericana y Encarna
Sanahuja desde los estudios que se enfocan en España.
El objetivo es mostrar la manera en la que las indagaciones de carácter
crítico revelan que el cuerpo humano ha sido sometido a una serie de

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simbolizaciones conmensurables y a una diversidad de lecturas, particulares a
espacios geográficos concretos y contextos socioculturales específicos. La idea que
subyace este esfuerzo intelectual es dejar claro que, contrario a lo que dicta el
“sentido común” es que el cuerpo –femenino/masculino- no es sólo el soporte
orgánico de los seres humanos, sino que es más que nada y ante todo, un medio a
través del cual los sistemas sociales han impuesto un complejo ordenamiento de
carácter económico y político y que por lo tanto, los cuerpos y sus significados han
variado al mismo tiempo que el universo simbólico en el que se ubican.
En este mismo tenor, Julie K. Wesp, quien elabora “Embodied Subjectivities
within Bioarchaeological Research in Colonial Mexico,” inicia su artículo señalando
que aunque la Arqueología de Género ha llamado mucho la atención de las
estudiosas durante los últimos veinte años, la producción académica de la Dra.
Joyce ha sido especialmente útil en relación a los modos de reconceptualizar cómo
empleamos la noción de género como una categoría de análisis. El uso de los
restos óseos para determinar el sexo de un individuo, y consecuentemente, su
género ha sido un método privilegiado en este tipo de estudios, no obstante, la
Dra. Joyce ha criticado esta simplificación excesiva de los cuerpos. Y en estos
señalamientos no está sola (cfr. con Prados, 2012a, 2012b; Prados y Ruíz, 2005).
Las bioarqueólogas apenas están empezando a teorizar con seriedad sobre
el sexo de sus esqueletos cuando arriban a la etapa de sus interpretaciones, tal es
el caso de las académicas que están especialmente preocupadas con la manera en
la que las especialistas del género conceptualizan las diferencias sexuales (Al
respecto véanse los interesantes trabajos de Márquez, 2006 y Márquez y
Hernández, 2006).
En esta sección la Dra. Wesp, influenciada por la visión teórica y los
conceptos producidos por la Dra. Joyce, examina una muestra de restos óseos de
la época colonial que pertenecieron a individuos que fueron recuperados del
Hospital Real San José de los Naturales de la ciudad de México. Lo que la autora
se propone en específico es analizar cómo el estrés de la vida cotidiana produjo
modificaciones en los huesos que ocasionaron alteraciones y cambios que resultan
visibles. Así, a través de esta muestra, ella logra la comprensión de los ejes de
diferenciación que marcaron la vida de esas personas: sus identidades étnicas, de
género y su pertenencia de clase en la organización social y política de la Nueva
España.
Por otra parte, Lilia Fernández Souza, autora de “El fogón, el monte y la
escuela: rituales orientados al género en el Yucatán contemporáneo” nos ofrece
los resultados de una investigación de carácter multidisciplinario. Aquí, guiada en
gran medida por las propuestas y aproximaciones metodológicas de la Dra. Joyce y
tomando como punto de partida el concepto de long durée para Mesoamérica, se

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aborda la socialización de los niños y niñas de comunidades yucatecas a través de
rituales relacionados con el ciclo de vida y con los roles que se espera que los
infantes desarrollen en la edad adulta. En ese ensayo nos presenta una serie de
casos etnográficos, etnohistóricos y arqueológicos cuya comparación lleva al
análisis de la continuidad y el cambio en tiempo y espacio respecto a las prácticas
rituales y sus posibles referentes materiales.
Por último y de nuevo inspirada en temas que han seducido a la Dra. Joyce,
Cheryl Claassen nos ofrece un estudio de caso que titula “Fertility: A Place-based
Gift to Groups.” Aquí el interés de la autora es conectar las dimensiones del sexo,
el género y la fertilidad con el propósito de compartir una mirada sobre los rituales
contemporáneos en los que se vincula la fecundidad, la religiosidad popular y el
género en el Centro de México.
Para mostrar las conexiones entre las tradiciones nahuas antiguas y las
prácticas actuales esta prolífica antropóloga comenta que en el altiplano central,
en tiempos precolombinos, era común que los estados oficiaran mensualmente
rituales de fertilidad dedicados al dios Tláloc a quien ofrendaban niños sacrificados.
Y aunque en la actualidad no se ofrecen infantes en honor a Tláloc, sí les solicitan
(a las imágenes católicas) les concedan el don de la fertilidad, asimismo se
continúan llevando a cabo estas ceremonias y peregrinaciones en casi los mismos
periodos temporales, esto es, en este año (2013) del primero al 18 de mayo. Estos
ritos mantienen rasgos de costumbres antiguas y de catolicismo popular.
Y puesto que muchos, si no es que todos, los grandes centros de
peregrinación en México están asentados en antiguos templos indígenas, aquellos
se han convertido en lugares privilegiados para llevar a cabo rituales de fertilidad,
especialmente en áreas aledañas que se consideran dotadas de poderes
sobrenaturales, tales como abrigos rocosos o cuevas, manantiales, cenotes,
montañas o arboles específicos: ceibas, ahuehuetes, entre otros.
En efecto, como la Dra. Joyce propuso, no sólo las mujeres de la élite maya
deseaban la fecundidad, sino que mujeres de todos los tiempos, lugares y
condiciones la han anhelado profundamente cara al desprecio social que genera la
esterilidad. La fertilidad ha sido un don muy codiciado, tanto para las mayas, las
aztecas o las egipcias y por supuesto, las mujeres de nuestro tiempo. Pues como
bien dice Castañeda (2008:401) “La fertilidad de la mujer era una capacidad básica
y motivo de orgullo para la egipcia: la peor desgracia era ser una mujer estéril.” En
este estudio resulta claro que esas ceremonias, en tanto prácticas rituales
colectivas, se encuentran en concordancia con los ordenamientos hegemónicos
que constituyen la base de las políticas pronatalistas de las sociedades estatales:
los grupos en el poder desean más tributarios que contribuyen a su riqueza y
aumentan su poder al explotar su fuerza de trabajo.

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En este maravilloso análisis etnográfico sobre la fertilidad deben destacarse
varios puntos transcendentales, uno, que se enfatice que se considera un don, que
se destaque el carácter colectivo de esos rituales y que se subraye que se llevan a
cabo en sitios específicos. El estudio de todos estos aspectos, ha motivado por
supuesto, investigaciones arqueológicas de gran valía.
Antes de concluir estas breves notas debemos indicar que en todos y cada
uno de los artículos reunidos en esta obra en honor a la Dra. Joyce se observa su
vigorosa influencia intelectual, el aprovechamiento de sus postulados teóricos, la
adopción de sus planteamientos metodológicos, sus inclinaciones temáticas, entre
otras opciones académicas. Estos ensayos representan un testimonio vívido del
legado intelectual de esta arqueóloga erudita que merece nuestro más amplio
reconocimiento por la fuerza de su pensamiento crítico y la creatividad de sus
doctas reflexiones.

Referencias citadas
Castañeda, Carlos, Señoras y esclavas. El papel de la mujer en la historia social del
Egipto antiguo, México, Colegio de México, 2008.

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